miércoles, 23 de julio de 2025

Exministros, actores, cineastas y músicos suscriben un manifiesto de apoyo al Gobierno y contra los jueces, medios y obispos que intentan “derribarlo”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el poeta Luis García Montero y el cineasta Pedro Almodóvar en un homenaje a la escritora Almudena Grandes en 2022.
Entre el centenar de firmas figuran las de Serrat, Almodóvar, el exministro Moscoso, recientemente fallecido, y el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo.

Un centenar de personalidades del mundo de la política, la cultura, la justicia y el sindicalismo han suscrito un manifiesto de apoyo al Gobierno de coalición y a su presidente, Pedro Sánchez, a los que consideran víctimas de “un ataque desde todos los frentes conservadores y reaccionarios”.

“Es evidente”, reza el texto, “que los supuestos delitos cometidos por ex secretarios de Organización del PSOE [en alusión a José Luis Ábalos y Santos Cerdán, este último en prisión preventiva] son graves y denotan crasos errores in eligendo e in vigilando. Sin embargo, es inadmisible que un Gobierno democráticamente elegido caiga por un informe de la Guardia Civil antes de celebrarse un juicio con todas las garantías en el que se acreditase la responsabilidad de la presidencia o del partido afectado”.

Entre los firmantes figuran exministros socialistas como Leire Pajín; Mercedes Cabrera; Magdalena Álvarez; Jesús Caldera; Manuel Chaves; José Montilla; Miguel Sebastián; Elena Espinosa; Mariano Fernández Bermejo; Juan Fernando López Aguilar o Javier Moscoso, quien falleció el pasado 16 de julio ―su familia pidió que se mantuviese su firma―, así como Alberto Garzón, de Izquierda Unida; y Manuel Castells (nombrado en 2020 ministro de Universidades a propuesta de Unidas Podemos). También apoyan el manifiesto actores y actrices como Carlos Bardem; Charo López; Pedro Casablanc y Loles León. Y cineastas como Pedro Almodóvar; Arantxa Aguirre; Montxo Armendáriz; Fernando Colomo y Emilio Martínez Lázaro. Del mundo de la música figuran Joan Manuel Serrat; Alejo Stivel; Víctor Manuel y Ana Belén; Soledad Morente y Miguel Ríos. Entre los sindicalistas suscriben el manifiesto Ignacio Fernández Toxo y Antonio Gutiérrez, ambos ex secretarios generales de CCOO, y algunos de los condenados en el proceso franquista 1001, como Eduardo Saborido o Paco Acosta, así como Toni Ferrer y Antonio Saracíbar, de UGT, y Sebastián Pacheco, presidente de la Fundación Largo Caballero. La lista incluye a escritores como Manuel Rivas y Luis García Montero; a un general retirado, Enrique de Ayala y al exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo.

El manifiesto describe una especie de “conspiración” para derribar al Gobierno por parte de “unas derechas que han puesto en cuestión el resultado electoral siguiendo la senda de los Trump y Bolsonaro”, en alusión al presidente estadounidense y al exmandatario brasileño, acusado de liderar un intento de golpe de Estado contra Lula da Silva. Los firmantes critican, “por el odio que generan”, el lenguaje empleado por la oposición cuando se refiere al Ejecutivo como “Gobierno criminal” y al presidente como “capo de la mafia”.

“Los ataques a las personas migrantes [en alusión a los recientes incidentes en Torre Pacheco (Murcia)] y la vandalización de las sedes de partidos de izquierda”, añaden, “recuerda las agresiones fascistas de épocas pasadas”. Pero a juicio del centenar de personalidades que han suscrito el manifiesto de apoyo a Sánchez, lo más grave es “la activación y movilización de todos los sectores de poder, institucional o no, del ámbito conservador” para intentar derribar al Gobierno. Así, citan a “una parte muy importante de los medios de comunicación que han desatado una orgía de falsas noticias o medias verdades con el fin de crear un clima político irrespirable”; a los “sectores del Poder Judicial que organizan concentraciones y huelgas contra leyes del Congreso que no les gustan” y que “abren investigaciones prolongadas con endebles bases probatorias”; y a “un sector de la jerarquía de la Iglesia, con el presidente de la Conferencia Episcopal a la cabeza”, que, “violando la neutralidad política, solicita la celebración de elecciones generales en apoyo claro de las posiciones de las derechas”.

El manifiesto destaca “los avances del Gobierno de coalición en materia económica y social”, como el aumento del salario mínimo y lamenta cómo, a su juicio, “se tergiversa el hecho esencial de la estabilidad política de Cataluña como consecuencia de medidas de gracia constitucionales plenamente justificadas”, en alusión a los indultos y la amnistía a los condenados del procés. Para los firmantes, “pretender acortar la legislatura” por métodos diferentes a la moción de censura o el adelanto electoral por decisión del presidente del Gobierno supondría “un golpe inconstitucional” y critican por ello a quienes presionan, “sean de derechas o de izquierdas”, a Sánchez para que no agote la legislatura hasta 2027.

El pasado junio, un grupo de exdirigentes del PSOE, entre los que se encontraban José Barrionuevo y Rafael Vera, exministro del Interior y exsecretario de Estado condenados por los GAL, así como el expresidente andaluz José Rodríguez de la Borbolla y Tomás Gómez, ex secretario general de la Federación Socialista Madrileña, enviaron una carta a Sánchez pidiéndole su “inmediata renuncia” como secretario general del partido. Las Juventudes Socialistas replicaron la iniciativa de los que llaman “los resentidos” con otra carta en la que manifestaban su apoyo al líder del partido y presidente del Gobierno de coalición.

El PP, por su parte, ha difundido un breve comunicado en el que critica el manifiesto de apoyo al Gobierno y a quienes lo suscriben, informa Elsa García de Blas. Aprovechando una errata en el texto difundido [“Chávez” en lugar de “Chaves” para referirse al expresidente andaluz y exministro], afirman: “Van de intelectuales, pero no saben ni escribir sus propios nombres; Hasta para ellos en este PSOE hay mucho de lo que pasa en Venezuela... y por eso lo quieren preservar”. “Que pongan urnas y se dejen de manifiestos. Así podrán expresarse todos los españoles y no solo esa élite de izquierdas de puño en alto en defensa del sanchismo. Ni uno solo de estos nombres sorprende a nadie. Ninguno de ellos tiene problemas de vivienda o dificultades para llegar a fin de mes. A la España que sí las tiene y que además se siente incómoda con un Gobierno que gaste su dinero en mordidas, drogas y prostitución les vamos a dar una solución. Quien defendía a Zapatero es normal que defienda a Sánchez, pero echamos al primero y echaremos al segundo”, añaden.

El PP ha renunciado a presentar una moción de censura contra el presidente del Ejecutivo al carecer de los apoyos parlamentarios necesarios para que salga adelante, como ocurrió en 2018 cuando Sánchez desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa tras la sentencia del caso Gürtel.

martes, 22 de julio de 2025

Por favor, no los mismos errores en la izquierda. En momentos de avance de las derechas más radicales es especialmente trascendente mantener la unidad

I. Ante la maraña desinformativa que pretende llevarnos hacia un interesado caos conviene, de vez en cuando, refugiarse en la lectura. Quizá sea útil, por lo tanto, reflexionar sobre el porqué y el cómo se hicieron fracasar aquellas repúblicas que despertaron —algunas— tantas ilusiones. Me refiero a las repúblicas de Weimar en Alemania y la Segunda República española, la de los Consejos en Hungría o la monarquía parlamentaria de los Saboya en Italia. Ya sabemos que la historia no se repite con iguales formas, ni tan siquiera primero como tragedia y luego como farsa. A veces se reitera en una doble tragedia, como aconteció con ambas guerras mundiales. En aquellas repúblicas de los años treinta coincidieron algunas “condiciones objetivas”, como se decía antes, que desde luego no facilitaron, sino que agravaron las posibilidades de su supervivencia. Uno de los acontecimientos más dañinos fue el crack de 1929 en EE UU, que se propagó a Europa. Una de esas crisis del capitalismo que provocan todo tipo de desgracias y miserias en los humanos más vulnerables. Si unimos a ello la utilización demagógica y sistemática del peligro bolchevique y de los judíos, en ciertos casos, encontraremos el porqué las derechas moderadas se radicalizaron en extremo, hasta el punto de hacer suyos los postulados de las incipientes fuerzas fascistas y facilitarles, a la postre, la llegada al poder. Por cierto, una amenaza “bolchevique” que ya en aquellos años era un invento o bulo de la reacción, pues los intentos de extender la revolución rusa por Europa, hacia Alemania, Italia o Hungría habían sido aplastados y la dirigencia soviética ya estaba en la nefasta tesis del “socialismo en un solo país”. Pero qué más daba; lo prioritario era practicar políticas depredadoras de los escasos derechos civiles y sociales que habían reconocido aquellas repúblicas.

II. Sin embargo, no todo se debió a las condiciones adversas. También se cometieron errores por parte de los partidos de izquierda y democráticos, que convendría no repetir. En el caso alemán, se puede decir aquello de que “entre todos la mataron y ella sola se murió”, pues nadie quiso asumir la culpa, aunque todos tuvieron su parte. Los partidos de la burguesía, porque hicieron de todo para evitar la estabilidad de la república de Weimar y se fueron inclinando cada vez más hacia la derecha, con el fatídico “centrista” Franz von Papen y el mariscal Paul von Hindenburg a la cabeza, hasta caer de bruces en las fauces de Adolf Hitler, al que por lo visto iban a controlar. Las izquierdas, por su parte, enfrentadas sin piedad, pues para los comunistas la socialdemocracia era el “socialfascismo” y sectores de estos últimos no fueron ajenos a la eliminación física de los comunistas Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. El resultado de todo aquello fue que Hitler llegó al poder y fusiló y gaseo tanto a unos como a otros.

El caso de la República española es diferente, aunque el resultado fuera parecido. Aquí también las derechas se radicalizaron —véase la CEDA— con las políticas del llamado “bienio negro” y buena parte de ellas conspiraron desde el principio para derrocar la República. Las izquierdas, por su parte, también se extremaron y acabaron divididas. Además de las posiciones antipolíticas —abstencionismo, etcétera— del poderoso anarquismo, que fue tóxico para el fortalecimiento de la República. Un régimen —espléndido intento de modernizar España— que, sin embargo, no cuidó con suficiente rigor la política económica y las alianzas internacionales, presa de una inocente actitud de neutralidad en una Europa dominada por depredadores.

Las derechas italianas se adelantaron a todas las demás, pues le facilitaron la conquista del poder a Benito Mussolini ya en octubre de 1922. Desde Víctor Manuel III pasando por los representantes de los partidos de la burguesía, en el primer momento votaron a favor del Duce personajes como Giolitti, De Gasperi, Salandra, Orlando —luego opositores represaliados— y contando con la división de las izquierdas, los fascistas se hicieron con el gobierno. Se desmentía así aquella amarga reflexión del socialista Pietro Nenni cuando escribió: “Todos en Italia estaban de acuerdo en no tomarse en serio el fascismo”. Los gravísimos errores de subestimar a los “mamarrachos”, o de caer en los excesos, es decir, en no calcular bien la relación de fuerzas. Esto último les sucedió a los comunistas húngaros de Béla Kun en 1919 cuando declararon una República soviética, con el filósofo Georg Lukács de comisario de Educación Pública. Duró 133 días y feneció violentamente a manos del almirante Horthy y de una represión brutal que duró más de 20 años.

III. En la actualidad, la situación es muy diferente y, no obstante, hay rasgos que se repiten y recuerdan, de manera inquietante, aquella época. En sus inicios —como antaño— los partidos de ultraderecha parecían insignificantes, como en los casos de Alternativa por Alemania, el Chega portugués, Hermanos de Italia, el Frente Nacional francés o Vox en España y, sin embargo, en pocos años han crecido en proporciones extrañamente altas. Sus líderes, como entonces, son personas en ocasiones bastante raras, a veces un tanto histriónicas e imprevisibles. También olvidamos con frecuencia que estos partidos ultranacionalistas, hoy antieuropeos, no llegaron directamente al gobierno nacional, sino que fueron paulatinamente normalizados por las derechas moderadas y los medios afines. Fue el caso del partido nazi (NSDAP) cuando en 1930 Wilhelm Frick, un fanático acólito de Hitler, entró como ministro en un gobierno de derechas en el Estado de Turingia. Lo primero que hizo fue recortar recursos a la Bauhaus de Gropius, expulsándola de Weimar, igual que Donald Trump con Harvard. Ahora en Alemania, de momento, ha funcionado el aislamiento de los extremistas, lo que no sucedió en España con la entrada de Vox en múltiples autonomías. Aquí no se trató de la Bauhaus, sino de ahogar a los sindicatos, expulsar a los emigrantes y arremeter contra la ley de Memoria Democrática. Sin embargo, quizá lo más peligroso, al lado de la tendencia de ciertas derechas —como entonces— a facilitar el pase a la gobernanza de estas fuerzas ultrarradicales y antieuropeas, sea las divisiones en el seno de la izquierda. En momentos de avance de las derechas más radicales, como recién ha sucedido en Portugal, Inglaterra, Rumania, Polonia y por toda Europa, es especialmente trascendente mantener la unidad de las izquierdas y de los demócratas. De ahí que produzca tristeza e invite a la alarma el que vuelvan a expresarse políticas profundamente erróneas que solo conducirían a una catastrófica derrota. Mantener en la actual situación de excepción europea la idea fuerza de que el Gobierno español —el más progresista de la historia democrática— y otros se sitúan en la orilla de los “partidos de la guerra”, recuperando la nefasta tesis de las “dos orillas” del pasado, divide a la izquierda y solo puede conducir al triunfo de las derechas y a sus consecuencias. Hoy la debilidad principal está en la llamada izquierda alternativa y, en consecuencia, si se pretende ganar las próximas elecciones y frenar el acceso al poder de los ultras, se deberían evitar los errores del pasado y unir a esas izquierdas en el proyecto común de una democracia social y una Europa más integrada.

Nicolás Sartorius es abogado y escritor. Su último libro es La Democracia Expansiva (Anagrama).

lunes, 21 de julio de 2025

La justicia en Badajoz: un disparate sin fin

Al disparate de la jueza que ha convertido el caso de David Sánchez en una macrocausa penal se suma el del TSJ, negándose a asumir el enjuiciamiento del expresidente de la Diputación y actual diputado y devolviendo la competencia a la jueza.

'La jueza de Badajoz da el do de pecho'. Este era el título de un artículo de José Antonio Martín Pallín en Público en el que se explicaba el disparate que suponía el auto de 28 de abril de 2025 de transformación en procedimiento abreviado de unas diligencias incoadas el 30 de mayo de 2024 sobre unos hechos ocurridos en 2016 y 2017 que afectaban al hermano del presidente del Gobierno, cuando este carecía de tal condición.

El origen del asunto está en la contratación laboral de David Sánchez como “Coordinador de Actividades de los Conservatorios de Música del Área de Cultura, Juventud y Bienestar Social” de la Diputación de Badajoz.

A dicha contratación se llegó tras la creación de dicho puesto de trabajo aprobada por la Diputación Provincial de Badajoz y tras la valoración de los currículos por una comisión asesora con una decisión final sobre la puntuación por el personal de Cultura.

Se presentaron 11 aspirantes y, tras las entrevistas pertinentes, el 29 de junio de 2017 se formuló propuesta de contratación, en régimen laboral de alta dirección, a favor de David Sánchez.

Esta decisión no se recurrió por ninguno de los otros aspirantes y el cargo se ha desempeñado sin objeciones durante siete años.

A pesar de ello, la jueza ha convertido un acto administrativo, cuya presunción de legitimidad no ha sido destruida mediante la correspondiente sentencia del tribunal contencioso-administrativo competente, en un macroproceso penal con nueve acusaciones particulares, el Ministerio Fiscal y once acusados, entre los que figura el presidente de la Diputación Provincial.

Ante la estrambótica forma de proceder de la jueza, el partido socialista reaccionó para proteger al presidente de la Diputación haciendo uso de una de las posibilidades que le brinda el ordenamiento, que no es otra que la de maniobrar para que el presidente de la Diputación adquiriera la condición de diputado del Parlamento de Extremadura. De ese modo, automáticamente, su conducta únicamente puede ser enjuiciada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma.

La maniobra ha surtido efecto y el presidente de la Diputación ha adquirido ya la condición de diputado.

La reacción de la jueza ha sido nuevamente disparatada, elevando una memoria ¿razonada? al Tribunal Superior de Justicia, alegando que esa adquisición de la condición de diputado ha sido un fraude de ley y debería por tanto ser rechazada. En consecuencia, ella recuperaría la competencia para enjuiciar la conducta del diputado, que ya está en posesión del escaño.

Al disparate de la jueza ha respondido el Tribunal Superior de Justicia de manera afirmativa, negándose a asumir el enjuiciamiento del diputado y devolviendo la competencia a la jueza.

Este es un disparate todavía mayor que el de la jueza. Es un acto, posiblemente, constitutivo de delito. Una vez que la Junta Electoral competente ha efectuado la proclamación de candidatos electos, son los miembros de esa candidatura los que deciden quién o quiénes de ellos van a ocupar realmente el o los escaños que le corresponden a la lista. Esa decisión no es impugnable.

Pongo un ejemplo. Carles Puigdemont figuró como número 4 en la lista de Girona en las elecciones de 2015. Al negarse la CUP a aceptar que Artur Mas fuera el President de la Generalitat, JuntsXCat decidió que sería Puigdemont el president, pasando por encima de quienes le habían precedido.Y así fue.

Los diputados del PSOE en el Parlamento de Extremadura pueden decidir quién de los aspirantes que figuraron en la candidatura se convierte realmente en diputado y ocupa el escaño. Si alguno de los candidatos electos no quiere ceder su puesto, no hay forma de obligarlo. Pero si acepta cederlo, nadie puede impedirlo. Tal decisión es inimpugnable.

En consecuencia, la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva, en su faceta del juez ordinario predeterminado por la ley, que para el presidente de la Diputación es el Tribunal Superior de Justicia desde el momento en que adquirió la condición de diputado.

En el mundo del Derecho se puede discutir casi todo, pero no todo. Y esta es una de las cosas indiscutibles.

El Auto del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura es recurrible, en mi opinión, no ante la Sala de lo Penal, sino ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. En el caso, inimaginable, que cualquiera de ellas diera por buena la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, cabría interponer recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

El magistrado Manuel Marchena acaba de publicar un libro con el título 'La Justicia AMENAZADA' (mayúscula del autor). Pienso que se le olvidó añadir “desde dentro”.

 Javier Pérez Royo

domingo, 20 de julio de 2025

_- Destacados economistas respaldan el informe de Francesca Albanese sobre la «economía del genocidio» en Gaza

_-La semana pasada, la relatora especial de la ONU Francesca Albanese fue noticia de todos los medios del mundo por revelar las decenas de empresas que, según ella, se han beneficiado del genocidio de Israel en Gaza. El informe de Albanese para la ONU, titulado «De la economía de la ocupación a la economía del genocidio», va más allá de los típicos culpables, los fabricantes de armas, y señala a instituciones financieras, educativas y empresas tecnológicas, entre ellas Alphabet Inc. (Google), Amazon, IBM, Palantir y muchas otras.

En respuesta, la Misión de Estados Unidos ante la ONU renovó sus llamamientos al secretario general de la ONU para que condene a Albanese y la destituya como relatora especial para los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados.

Ahora, economistas de renombre mundial, entre ellos el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, el economista francés Thomas Piketty y el estadístico y ensayista libanés-estadounidense Nassim Nicholas Taleb, elogian a Albanese por su informe.

Zeteo ha obtenido una copia exclusiva en inglés de la carta abierta de los economistas sobre el informe de Albanese, en la que acusan a las empresas de «mantener el régimen de apartheid y permitir el genocidio posterior». Lea la carta completa a continuación.

ECONOMISTAS ELOGIAN EL INFORME DE LA RELATORA ESPECIAL FRANCESCA ALBANESE A LAS NACIONES UNIDAS: «DE LA ECONOMÍA DE LA OCUPACIÓN A LA ECONOMÍA DEL GENOCIDIO»

La historia nos enseña que los intereses económicos han sido motores y facilitadores clave de las empresas coloniales y, a menudo, de los genocidios que perpetraron. El sector empresarial ha sido intrínseco al colonialismo desde sus inicios, y las empresas han contribuido históricamente a la violencia, la explotación y, en última instancia, el despojo de los pueblos y las tierras indígenas, un modo de dominación conocido como capitalismo colonial racial. La colonización israelí de los territorios palestinos ocupados no es una excepción.

El reciente informe de Francesca Albanese, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, constituye una importante contribución a la comprensión de la economía política del Estado de apartheid de Israel, la limpieza étnica de los palestinos y, ahora, su genocidio. Por ello, creemos que debe ser estudiado y debatido ampliamente y con libertad.

En vista de la carta enviada por el Gobierno de los Estados Unidos al Secretario General de las Naciones Unidas, en la que se exige la destitución de la Sra. Albanese y la anulación de su excelente informe, con un tono virulentamente hostil e intimidatorio, hemos considerado necesario expresar nuestro firme apoyo a la Sra. Albanese y animar a las Naciones Unidas a que desestime las estridentes exigencias de los Gobiernos de los Estados Unidos e Israel.

Siguiendo una trayectoria bien conocida de negación del genocidio y de intimidación de cualquiera que cuestione el derecho del poder colonial a desposeer a los pueblos indígenas, los gobiernos de Estados Unidos e Israel, con la mayoría de los gobiernos europeos demasiado tímidos para adoptar una postura, exigen que la comunidad internacional haga la vista gorda ante el genocidio en curso y, en particular, ante el papel clave que desempeñan las empresas multinacionales y nacionales en el mantenimiento del régimen de apartheid y en la facilitación del genocidio posterior.

Como economistas, sentimos el deber de destacar tres conclusiones clave que el informe de la Sra. Albanese revela con claridad y precisión.

En primer lugar, la ocupación y el genocidio son muy lucrativos para los conglomerados. Entre ellos se encuentran no solo las grandes empresas de armas y «defensa» habituales (por ejemplo, Lockheed-Martin, el principal fabricante de los F35, ELBIT, fabricante de armas de Israel, y Palantir, la empresa de software cuyos algoritmos han sido probablemente cruciales en la selección de «objetivos» en Gaza), sino también marcas muy conocidas (por ejemplo, Caterpillar, BNP Paribas, Barclays, Allianz, Chevron, BP, Petrobas, A.P. Moller-Maersk A/S). A medida que se duplicaba el presupuesto de defensa de Israel, con el apoyo activo del Gobierno estadounidense, se concentraron grandes «inversiones» en la maquinaria asesina israelí a través de esta red internacional de conglomerados cómplices en la que miles de empresas israelíes están entrelazadas con megacorporaciones estadounidenses, europeas, coreanas e incluso brasileñas. Esto explica por qué las acciones israelíes subieron un 161 % en un momento de caída de la demanda, la producción y la confianza de los consumidores.

La segunda conclusión del informe de la Sra. Albanese que merece un estudio exhaustivo es que los territorios palestinos ocupados por Israel han funcionado como el laboratorio y campo de pruebas ideal para las grandes empresas tecnológicas, una función que la transición de la ocupación al genocidio no ha hecho más que acentuar. Ningún país, por ejemplo, ha dado tanto acceso a los datos biométricos de su población como Israel a IBM. Desde el 7 de octubre de 2023, Microsoft, Amazon, Alphabet y Palantir han ampliado sus servicios de capital en la nube a un ritmo vertiginoso. El software de reconocimiento facial, los algoritmos de selección de objetivos y los sistemas de ejecución automatizada se están probando en tiempo real, a voluntad y con menos restricciones éticas que en el caso de los experimentos con ratas de laboratorio. ¡Las grandes tecnológicas no podrían estar más contentas!

La tercera conclusión clave es que las principales universidades estadounidenses y europeas dependen financieramente de seguir vinculadas al apartheid y a la economía política de ocupación y conflicto permanente de Israel. Muchas de las principales instituciones de Estados Unidos y la Unión Europea se enfrentarían a graves dificultades financieras si dejaran de apoyar el genocidio de Israel. Hay que elogiar el informe de la Sra. Albanese por poner de manifiesto esta sórdida dependencia de las prestigiosas universidades e instituciones de investigación occidentales (entre ellas la Universidad Técnica de Múnich, los Laboratorios del MIT y la Universidad de Edimburgo). Los pueblos de Europa y América tienen derecho a saber que algunas de sus instituciones académicas más preciadas dependen financieramente de ayudar a Israel a reproducir su economía política de ocupación y genocidio.

Dentro de unos años, casi todo el mundo afirmará que se opuso a este genocidio. Pero es ahora cuando las personas con conciencia deben tomar partido. Como economistas, hoy nos solidarizamos con Francesca Albanese, la relatora especial de la ONU atacada por los Gobiernos de Estados Unidos e Israel porque su reciente informe arroja una luz indescriptiblemente importante sobre la economía política de la ocupación y el genocidio de Israel.


Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia

Thomas Piketty, autor de «El capital en el siglo XXI»

Nassim Nicholas Taleb, autor de «El cisne negro»

Michael Hudson, presidente del Instituto para el Estudio de las Tendencias Económicas a Largo Plazo (ISLET)

Guy Standing, profesor investigador asociado, SOAS, Universidad de Londres

Jayati Ghosh, profesora de Economía en la Universidad de Massachusetts Amherst

Giuseppe Mastruzzo, director del Colegio Universitario Internacional de Turín (IUC)

Jomo Kwame Sundaram, asesor de investigación del Instituto de Investigación Khazanah

Robert H. Wade, profesor de Economía Política y Desarrollo en la London School of Economics and Political Science

Christopher Cramer, profesor de Economía Política del Desarrollo en la Universidad SOAS de Londres

Nidhi Srinivas, profesora asociada de gestión en la Escuela de Política, Gestión y Medio Ambiente de Milán

Equipo Zeteo

Zeteo es un movimiento en favor de la rendición de cuentas. Ofrece periodismo serio, pero con un claro sesgo hacia la democracia y los derechos humanos. Periodismo riguroso y contrastado al servicio del bien público.

Musk, Trump y el presidente de la patronal española explican cómo funcionan de verdad el capitalismo y la corrupción

Los intelectuales de izquierdas dedicamos toda la vida a tratar de explicar en miles de artículos y libros cómo funciona el capitalismo y, de pronto, quienes lo gobiernan y se aprovechan de él lo muestran con toda claridad en una línea.

Eso es lo que han hecho, con unos días de diferencia, el hombre más rico del mundo, el político más poderoso del planeta y el representante de las grandes empresas españolas.

Mostrando los efectos de la reciente ley presupuestaria de Trump, Elon Musk ha denunciado lo que decenas de economistas llevamos tratando de explicar desde hace años: no es verdad que, detrás de las políticas llamadas de austeridad y ahora de motosierra, haya ahorro. Se realizan, efectivamente, recortes de gasto, pero sólo social, el dedicado a mejorar la vida de la gente con menos recursos. Sin embargo, al mismo tiempo se aumentan el gasto militar que beneficia a las grandes corporaciones y el destinado a darles ayudas de todo tipo, y se reducen los impuestos a las grandes fortunas y empresas. Por tanto, el gasto total aumenta y se dispara la deuda.

Eso es exactamente lo que ha sucedido siempre con los gobiernos liberales o libertarios que han presumido de recortar gastos para ahorrar. Ocurrió en la Europa de la austeridad y en el primer mandato de Trump. En este último, el gasto público aumentó 2,3 billones de dólares y la deuda un 36 por ciento, y en el actual volverá a ocurrir. La Oficina de Presupuesto del Congreso prevé que la ley recién aprobada aumente la deuda en 3,8 billones de dólares en los próximos diez años.

El capitalismo y las políticas de motosierra son los principales generadores de gasto de despilfarro y de deuda, y hay que darle las gracias a Elon Musk por reconocerlo.

Por otro lado, Donald Trump ha denunciado que Elon Musk y sus empresas han podido obtener beneficios multimillonarios gracias a ayudas muy cuantiosas del gobierno a quien ataca.

Es verdad, pero no sólo ocurre eso con las de Musk. El 60% del ingreso de las empresas de defensa, tecnología, consultoría viene de los gobiernos. Sólo en Estados Unidos, los contratos estatales con empresas sumaron 759.000 millones de dólares en 2023 y se calcula que reciben, en total, entre 1 billón y 1,8 billones anuales (según las diferentes estimaciones) en forma de subvenciones, contratos públicos, compras gubernamentales, exenciones fiscales específicas, y otras formas de ingresos directos o indirectos provenientes del Estado.

El capitalismo de nuestros días (en realidad, el de siempre, pero ahora mucho más) no puede vivir sin el gasto del Estado, y las empresas capitalistas necesitan su inyección constante. Muchas gracias también a Donald Trump por recordarlo.

Finalmente, el presidente de la patronal española, Antonio Garamendi, ha dicho que «corrompe quien tiene el poder».

Lleva toda la razón. Le faltó decir que se refería al poder económico, aunque quizá haya querido llegar más lejos y reconocer, también con gran realismo, que quien detenta este último tiene igualmente el político, el mediático, el cultural, el académico: el poder, en una sola palabra.

Es muy de agradecer que nada más y nada menos que el representante de las grandes empresas españolas reconozca que son ellas las causantes de la corrupción que nos avergüenza y asquea. Es obvio que no habría corrupción si las empresas decidieran no corromper, pero se agradece que lo diga su máximo representante.

Muchas gracias, por tanto, a los tres. Si siguen con esa labor pedagógica, explicando tan a las claras cómo funciona el capitalismo, van a dejarnos sin ocupación a los intelectuales y economistas críticos.

Juan Torres López.

sábado, 19 de julio de 2025

La motosierra se pone en marcha en Francia, allí también con mentiras

El primer ministro francés, François Bayrou, acaba de anunciar un recorte de 44.000 millones de euros en el Presupuesto de 2025 que presentará el próximo mes de octubre.

El recorte afectará al gasto en educación, sanidad, pensiones y ayudas sociales y a la creación de empleo público, aunque no al gasto militar pues. Prácticamente al mismo tiempo, se ha anunciado que este aumentará en 6.000 millones de euros en los próximos dos años.

Como ocurre siempre que los políticos y economistas neoliberales hablan de deuda, ahora en Francia se vuelve a engañar a la gente. Se le hace creer que, con recortes como los de Bayrou, se va a reducir y que lo más adecuado para lograrlo es disminuir el gasto social.

Vayamos por parte y supongamos por un momento que de verdad fuese necesario reducir la deuda.

El presidente Bayrou ha justificado los recortes por el enorme volumen de deuda que acumula Francia: 3,3 billones de euros, un 114% de su PIB. Sin embargo, no ha hecho referencia a algo fundamental.

En 1973, Francia tenía una deuda pública muy baja, unos 80.000 euros de la época equivalentes a menos del 20’% del PIB. En 1995, ya era de 696.236 millones de euros, según Eurostat. En total, por lo tanto, desde 1973 a la actualidad ha crecido 3,2 billones y, desde 1995, 2,6 billones. Lo que olvida Bayrou es que Francia ha pagado 2,33 billones de euros de intereses desde 1995 y unos 2,75 billones desde 1973, siempre según Eurostat y los datos oficiales franceses. En 2024, fueron 60.200 millones de euros, 16.200 millones más de lo que se quiere recortar.

El presidente francés se queja de que la deuda pública de su país es muy elevada, pero no menciona que el 86% de su incremento desde 1973 y el 89,6% desde 1995 se debe al pago de intereses. Y, por supuesto, olvida también que Francia ha pagado esa cantidad astronómica de intereses no como efecto de una ley natural e inevitable, sino por una de 3 de enero de 1973, impulsada por el gobierno del presidente Georges Pompidou, que prohibió que el Banco de Francia siguiera financiando sin interés al Estado, como hasta entonces había hecho.

Sin esa ley, y si el Estado francés hubiera gastado lo mismo que ha gastado desde 1973, pero sin pagar intereses, la deuda pública francesa no sería hoy día del 114% del PIB que preocupa a Bayrou, sino que estaría entre el 17 y el 20% del PIB, según las diferentes estimaciones.

En resumen, lo que hace que la deuda francesa crezca sin cesar (como la de los demás países que renunciaron a la financiación del banco central) es el pago de intereses y no que el Estado gaste mucho en otras partidas. Y si eso ocurre es porque se concedió a las finanzas privadas el mayor negocio de todos los tiempos: financiar a los gobiernos a intereses de mercado. No es casualidad que Georges Pompidou hubiese sido director general del Banco Rothschild antes que presidente de la República.

El segundo engaño de Bayrou a su pueblo consiste en decirle que reduciendo el gasto público con su motosierra disminuirá la deuda.

Al aplicar la motosierra a su economía para llevar a cabo un recorte tan brutal del gasto público social, lo que Bayrou provocará será una recesión, una importante caída de la actividad económica, puesto que cada euro recortado se convertirá en una caída mayor en el ingreso de las empresas privadas y en la renta de los hogares. Esto último y el desempleo en aumento, forzosamente obligarán a que empresas y hogares aumenten su endeudamiento y provocarán, a la postre, que siga aumentando la deuda pública, pues disminuirán los ingresos del Estado. Ha sucedido siempre y volverá a ocurrir ahora en Francia, sin ningún tipo de duda.

Bayrou lo sabe y por eso miente. Lo que busca el presidente francés con su motosierra no es reducir la deuda, sino provocar un shock para producir desmovilización social y favorecer la privatización de servicios públicos que van a empezar a funcionar aún peor cuando tengan menos financiación, manteniendo a salvo el negocio financiero.

No se trata de defender el incremento de la deuda pública como un fin en sí mismo. La deuda es una esclavitud y el gasto público debe realizarse con austeridad auténtica, con transparencia y eficacia, no con la corrupción propia del capitalismo de amiguetes y extractivo de nuestros días. Pero eso es una cosa y otra no entender que el gasto del Estado es un motor fundamental de la economía y que, cuando se frena, esta se viene abajo. O que si la deuda aumenta tanto es, como he dicho, a causa del pago de intereses.

Si el presidente francés estuviera de verdad preocupado por la deuda actuaría de otra forma. En primer lugar, tomaría medidas para evitar la sangría permanente que supone en pago de intereses, y trataría de reducirla como se ha hecho en otras ocasiones, sin necesidad de recortar gasto esencial para el bienestar o la inversión, con más equidad y racionalidad. Y, en segundo lugar, se preocuparía por otra deuda mucho más peligosa para la economía francesa y el planeta, la climática que podría llegar a suponer el 61 % del PIB de Francia en 2050, según un estudio reciente.

Bayrou se dispone a poner en marcha la nueva economía de la motosierra que no es exclusiva de Milei o Trump, sino el signo de nuestros tiempos, los de un capitalismo cada vez más degenerado e incompatible con la democracia, como explico en el libro que pronto estará en la calle publicado por Ediciones Deusto.

Juan Torres López,

viernes, 18 de julio de 2025

Francesca Albanese sancionada porque en el mundo libre decir la verdad es el verdadero crimen

Bienvenidos a la nueva era del derecho internacional a la carta, donde los verdugos son homenajeados y quienes denuncian masacres son sancionados. Esta semana, el gobierno de los Estados Unidos, adalid planetario de la libertad, los derechos humanos y la diplomacia con drones, ha decidido imponer sanciones a Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados, por cometer el más imperdonable de los crímenes: atreverse a decir que el genocidio es genocidio.

¿Su delito? Denunciar, con pruebas, cifras y algo tan escandaloso como el derecho internacional, que lo que ocurre en Gaza desde octubre de 2023 no es una “operación quirúrgica” ni una “respuesta desproporcionada”, sino un exterminio sistemático de civiles. Pero en el manual occidental de decencia política, denunciar un crimen de guerra es lo mismo que apoyar a los criminales. Así, Albanese ha sido acusada, faltaba más, de “apoyar a Hamas” y de “antisemitismo” porque, claro, en este teatro global, todo aquel que condene la limpieza étnica ejecutada por “el pueblo elegido” (no se sabe bien por quien), es automáticamente sospechoso de herejía ideológica.

Albanese: Relatora o terrorista encubierta, según la CNN

Lo más patético no es solo que una funcionaria de la ONU sea sancionada por hacer su trabajo, sino que además tenga que defenderse de cargos tan sofisticados como “pensar diferente” o “mostrar empatía con los muertos equivocados”. En el nuevo orden moral, no importa cuántos niños palestinos mueran bajo los escombros: el verdadero escándalo es decirlo en voz alta.

Y mientras la maquinaria mediática etiqueta a Albanese como “controvertida”, el expresidente Donald Trump, sí, el mismo que intentó un golpe de Estado en su país, levanta sanciones a Abu Mohammad al-Jolani, ex yihadista con currículum en Al-Qaeda y nuevo rostro de la “estabilidad” en Siria. Es decir: una relatora de derechos humanos que condena un genocidio es sancionada, pero un criminal de guerra con barba perfilada y traje occidental es recompensado.

Terrorismo: ¿malo? Solo si no sirve a la narrativa

Hay’at Tahrir al-Sham, brazo reciclado de Al-Qaeda, ya no es un grupo terrorista, sino un “actor pragmático”, según Londres. Mientras tanto, Albanese es una amenaza para la paz mundial porque insiste en llamar exterminio a lo que otros llaman “defensa legítima”. Porque sí, en este universo invertido, matar 40.000 palestinos es un deber sagrado, pero llorarlos en público es incitación al odio.

Y así llegamos al absurdo total: denunciar crímenes de guerra cometidos por aliados es antisemitismo. Defender el derecho a la vida de un pueblo bajo asedio es propaganda de Hamas. Y negarse a aplaudir un genocidio es terrorismo moral.

Gaza, Líbano, Yemen, Irán: el buffet del fuego justificado

Mientras la voz de Albanese molesta, Israel sigue arrasando Gaza, bombardea Líbano, ataca Siria, castiga Yemen y amenaza irascible a Irán, todo bajo la amable mirada de los que reparten premios Nobel de la Paz y armas al mismo tiempo. No hay hipocresía. Hay coherencia imperial.

La defensa de la legalidad internacional es válida solo cuando sirve a la hegemonía occidental. Si no, es terrorismo encubierto. Los principios universales tienen fronteras, cláusulas y cláusulas adicionales. Y Albanese se saltó todas al poner sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿cuántos muertos más hacen falta para llamar a esto por su nombre?

Conclusión: la herejía de tener conciencia

La sanción a Francesca Albanese no es un error. Es un mensaje. No se persigue a Albanese por mentir, sino por no hacerlo. En este mundo, el verdadero crimen es tener conciencia en voz alta. Y si además esa conciencia osa criticar al Estado de Israel, entonces prepárate para que te llamen antisemita, aunque cites el artículo 2 del Estatuto de Roma con la misma precisión con la que ellos aprietan el botón del dron.

Porque sí: en esta tragicomedia global, los genocidios se justifican, la resistencia se criminaliza, y la compasión por las víctimas no autorizadas se convierte en motivo de sanción. Albanese pasará a la historia como la mujer que fue castigada no por lo que hizo, sino por lo que no calló.

Y eso, para el imperio, es lo más imperdonable.

jueves, 17 de julio de 2025

_- Si VOX gobernara, deuda por las nubes y pensiones de miseria

_- El partido de extrema derecha español ha publicado su programa económico cargado de propuestas ultraliberales cuya falta de fundamento y efectos nocivos ya se han puesto de relieve en muchas ocasiones. Comentaré ahora sólo una de ellas que tendría consecuencias especialmente catastróficas si se llevara cabo: sustituir al actual sistema de pensiones públicas basado en el reparto (es decir, las personas empleadas actualmente financian con parte de sus sueldos la pensión de las ahora jubiladas) por uno basado en la capitalización (cada persona ahorra, se invierte ese ahorro en mercados financieros y al final de la vida activa se recupera lo ahorrado como pensión).

Voy a empezar la crítica por el final. La primera vez que se puso en marcha un cambio de esa naturaleza fue en Chile con la dictadura de Pinochet. Significativamente, el cambio hacia la capitalización se impuso a toda la población trabajadora, menos a los militares y a la policía, cuyas pensiones todavía siguen garantizadas por un sistema de reparto. ¿Por qué fue así, si la capitalización es tan ventajosa?

Las razones están claras. El sistema de reparto es mucho más seguro, más económico y mucho más equitativo. Estas son, expuestas muy breve y claramente.

– El sistema de capitalización tiene aún más riesgos que el de reparto. La financiación de este último puede verse afectada por el envejecimiento y, como sucede ahora, por la baja productividad o gran desigualdad que reduce la masa salarial. Pero se puede financiar, además, por vía de impuestos generales. Sin embargo, el sistema de capitalización puede fallar cuando hay crisis económicas, inflación o mala gestión de sus administradores, circunstancias que son cada vez más frecuentes en el capitalismo de nuestros días. Las personas que optaran por fondos afectados por esas situaciones, perderían sus pensiones o sólo recibirían unas de muy pequeña cuantía.

– El cambio de un sistema a otro es tremendamente costoso por una sencilla razón: durante mucho tiempo, quizá treinta años o más, habría que seguir pagando las pensiones de reparto sin que se estuviran recaudando cotizaciones sociales. Esto costaría tanto que hasta los más fervientes defensores de la capitalización han desistido de proponerlo para llevarlo a la práctica en España. Algunos cálculos estiman que podría costar el equivalente a nuestro PIB actual (1,6 billones de euros) en varias décadas, o quizá más, dependiendo de la velocidad del cambio y de las reformas complementarias que se hicieran. La deuda española y el gasto añadido por intereses se dispararían. En realidad, son inasumibles.

– La mayor parte de los españoles no tendrían pensión al jubilarse o solo tendrían una mucho más reducida que la proporcionada por el sistema actual.

Para disponer de dinero suficiente para la pensión por el método de capitalización hay que ir ahorrando a lo largo de la vida. ¿Y quién puede ahorrar lo suficiente? No es fácil estimarlo, pero veamos un ejemplo.

Una persona de 35 años que hoy día ganase 2.250 euros al mes (prácticamente el sueldo medio en España) tendrían que ahorrar 510 euros mensuales y dedicarlos a un fondo de pensiones para tener una pensión equivalente al 80% de su sueldo desde que tuviera 67 años hasta los 87, sin interrupción. Es decir, un 22,6% de su sueldo. Para obtener una pensión equivalente al 60% de su sueldo actual, este porcentaje debería ser del 17%.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística y otras investigaciones, entre el 45 y el 50% de la población española no llega a fin de mes, o tiene grandes dificultades para conseguirlo. Por tanto, de ningún modo podría ahorrar esa cantidad. Teniendo en cuenta que el nivel medio de ahorro de las familias españolas no supera el 15% de su renta, se puede estimar que no más del 25%, como mucho, de nuestra población estaría en condiciones de financiarse un fondo de ahorro privado que le garantice una pensión mínimamente digna. Esa es también la razón por la que las propuestas de recurrir a la capitalización como sistema complementario están condenadas al fracaso porque la mayoría de la población no tiene renta disponible suficiente para ahorrar semejantes cantidades.

Se puede argumentar que podría dedicarse a financiar el ahorro la totalidad de las cotizaciones sociales, pero eso significa que tendrían que añadirse fondos adicionales para cubrir otras prestaciones que cubre la Seguridad Social, si es que se quisieran mantener.

El sistema de capitalización no es rentable.

En su programa económico, VOX propone que exista un «fondo de pensión público con criterios de rentabilidad privada» y esto es otro de los engaños habituales de quienes defienden este sistema.

El ahorro a través de los fondos privados sólo es rentable para sus administradores y grandes patrimonios y nunca con toda seguridad.

Una investigación independiente ha mostrado que sólo 99 fondos de los 393 con 15 años de historia en 2023 (25,2%) habían tenido una rentabilidad superior a los bonos del Estado, 57 (14,5%) a la del IBEX, y 9 la tuvieron negativa. Para ser más rentables deben invertir en productos inseguros y eso no sólo convierte sus patrimonios en más arriesgados y expuestos a quiebras, sino también en motores de inseguridad y volatilidad que extienden por todo el sistema económico, cuando actúan como canalizadores de la inversión especulativa. Esto último provoca las crisis financieras que destruyen sus patrimonios y producen pérdidas cuantiosas a los ahorradores. A poco que caigan las bolsas o haya crisis, lo que suele ocurrir cada vez con más frecuencia, la rentabilidad de estos fondos se desvanece.

Además, hay otros factores que reducen la rentabilidad de los planes de capitalización: las comisiones que suelen ser altas; los costes de convertir la cantidad ahorrada a una renta vitalicia, en lugar de recuperarla de un golpe; y los impuestos (dejando a un lado, lo injusto que resulta que este tipo de fondos tengas ayudas fiscales).

– La capitalización cubre más costosa o difícilmente, o simplemente no cubre, otros riesgos que sí cubren los sistemas de reparto, como la viudedad, la orfandad y la invalidez.

– El envejecimiento afecta a la solvencia de un sistema de reparto, ciertamente. Pero también al de capitalización: si llega un momento en que las personas jubiladas son muchas, debe haber mucho más ahorro para convertir en líquidos sus activos ahorrados. Pero, si hay menos empleadas que estén ahorrando habría una dificultad semejante para hacer líquidos, en forma de pensión, los fondos acumulados.

La propuesta de privatizar la financiación de las pensiones mediante métodos de capitalización sólo trae consigo menos pensiones, pensiones más bajas para quien pueda financiárselas, riesgo financiero y de crisis económicas y costes extraordinarios para los gobiernos, todo lo cual se traduce en empobrecimiento y aumento de la deuda.

Lo anterior está perfectamente documentado y se sabe a la perfección, pero estamos hablando de un negocio gigantesco para el sector financiero. Este es quien apoya y financia el gran fraude que consiste en hacer creer que el sistema de pensiones públicas basado en el reparto es insostenible a causa del envejecimiento de la población, porque depende sólo de la relación entre el número de cotizantes y de pensionistas. Haciéndolo creer, pueden justificar su privatización para utilizar en su beneficio el gran volumen de dinero que mueven las pensiones.

Si bien es es obvio que el envejecimiento de la población influye en la sostenibilidad, es fácil demostrar y está ampliamente comprobado que depende principalmente del incremento de la productividad, del volumen de masa salarial y de cómo se reparte el valor de lo producido. Y, además, si no fuese suficiente con ello, las pensiones públicas siempre se pueden financiar por impuestos generales, lo cual significa que su sostenibilidad depende de una decisión política y no de circunstancias financieras.

Lo que pone en peligro la sostenibilidad del sistema de pensiones públicas basado en el reparto no es que que haya cada vez más pensionistas en relación con los cotizantes, sino el crecimiento exagerado de las finanzas en perjuicio de la actividad económica real de producción de bienes y servicios, lo que reduce la productividad, y aumenta la precarización del empleo y la desigualdad que disminuyen la masa salarial. Y, además, la negativa de los grandes capitales y patrimonios a sufragar los gastos generales en función de su capacidad de pago y su rechazo de los principios más elementales de equidad y solidaridad.

Los partidos políticos que desean que la totalidad de las personas dispongan de ingresos dignos al dejar de trabajar apoyan el sistema de reparto acompañado de un sistema fiscal justo y progresivo y políticas que combaten el privilegio de las finanzas y la desigualdad. Los que defienden los intereses de la banca y del sistema financiero, defienden con engaños su privatización y los métodos de capitalización porque ponen por delante el beneficio financiero y les da igual que la gente deje de cobrar pensiones o que cobre cantidades miserables.

Como dije al principio, se sabe perfectamente que es así, y por eso el mejor y más seguro sistema de reparto se mantuvo para militares y policías en la dictadura de Pinochet, y todavía está vigente para ellos.

En Estados Unidos han votado a Trump millones de personas que ahora han sido deportadas, van a serlo, están perseguidas, o van a perder su atención sanitaria. En España, cientos de miles de personas con salarios y condiciones de trabajo miserables votarán a un partido como VOX que propone reducir salarios y que acabaría con sus pensiones si gobernase. Al menos, hay que reconocer que la extrema derecha tiene mérito a la hora de engañar a la gente.

miércoles, 16 de julio de 2025

_- Aun es posible la alegría

_- Debo el título de este artículo a mi amigo, ya fallecido, el escritor navarro José María Cabodevilla. Es el titulo de uno de sus 33 libros. Lamentablemente, al ir a buscar el ejemplar en mi biblioteca, no lo he encontrado, aunque lo he tenido y leído. Quería citar alguno de sus párrafos. Será para otra ocasión.

Veo en el título tres partes esenciales. En primer lugar el adverbio “aun”. Lo considero pertinente en estos momentos porque la situación mundial en la que estamos inmersos es aterradora. Miles de muertos, muchos más miles de infectados, miedo metido en los huesos, derrumbe de la economía, insolidaridad en la gestión de la crisis, actuaciones irresponsables de ciudadanos y ciudadanas que desoyen no solo las recomendaciones sino las órdenes… Pues bien, a pesar de todas esas terribles circunstancias, aun podemos mantener la alegría. Luego diré por qué.

En segundo lugar, aparece la expresión “es posible”. Lo cual quiere decir que no es seguro el alcance de esa meta a la que deseamos llegar. Porque hay que trabajar de manera perseverante, inteligente y esforzada. La alegría no es un regalo, es una conquista. Decía Mahatma Ghandi: “La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria misma”. Cuando digo que es posible estoy pensando en que, si no hay esfuerzo inteligente, puede ser que no se consiga. “Llegué por el dolor a la alegría”, afirmaba el poeta José Hierro.

Los actos aislados y colectivos de heroísmo, y de generosidad que se están produciendo son innumerables. Esos actos hacen posible la alegría. Hablo de heroísmo no en términos figurados sino estrictos. Personas que arriesgan la propia vida para salvar la ajena. Y hablo de generosidad. Empresas que, a pesar de que la situación económica es incierta, destinan tiempos y materiales de forma gratuita para satisfacer necesidades apremiantes. Mi cuñado Antonio Gámiz ha puesto su fábrica textil Bassette a producir mascarillas que el Ayuntamiento de Priego de Córdoba repartirá a las personas que las necesiten. Los padres de mi amiga Irene Martín Ruano entregan su habilidad y su tiempo para confeccionar mascarillas para el Centro de Salud de El Palo. Mi suegra y su hermana le hacen un bizcocho a la farmacéutica que les lleva las medicinas a domicilio. Mi amigo Antonio Molina, policía local de Rincón de la Victoria, me cuenta con emoción que acude con sus compañeros a felicitar a quien cumple años para celebrarlo comunitariamente desde la calle… Por poner algunos ejemplos cercanos. Hay quien dona dinero, quien ofrece tiempo, quien entrega ayuda y afecto a quienes lo necesitan. Innumerables hechos que propician y justifican la alegría.

En tercer lugar, nos encontramos con el concepto nuclear del título: “la alegría”. La alegría es un sentimiento de placer producido por un suceso favorable que suele manifestarse con buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o a la sonrisa. Henry Bergson dice que “la alegría anuncia siempre que la vida ha triunfado, que ha ganado terreno, que ha conseguido una victoria: toda gran alegría tiene un acento triunfal”.

Dice el novelista español Benjamín Jarnés, escritor de la Generación del 27, que “el júbilo verdadero solo se adquiere a costa de un dolor vencido”. Estoy seguro de que podremos vencer la angustia, el miedo, el sufrimiento y la desesperanza de esta horrible crisis.

Existe diferencia entre felicidad y alegría. La felicidad es un estado emocional que causa un efecto permanente y estable debido a la importancia personal que se entrega a las causas de dicha felicidad. Una persona puede ser feliz, por ejemplo, por la familia que tiene y otra puede serlo al alcanzar una posición laboral deseada.

La alegría es un estado emocional momentáneo y espontáneo. La alegría es considerada una emoción, o sea, una reacción física instintiva. A pesar de ser temporal, la alegría es necesaria como una forma de enfrentar la vida, como camino para alcanzar la felicidad.

Qué alegría, decimos cuando nos dan una buena noticia, cuando henos conseguido un éxito o cuando nos visita un amigo. Pues bien, espero que pronto podamos recuperar alegrías que nos han abandonado: la alegría de viajar, de asistir a un concierto, de ir al cine a ver una película con los amigos, de salir a cenar al restaurante favorito, de dar un largo paseo por las calles de la ciudad o por el monte, de preparar con esmero las próximas vacaciones, de salir de compras sin miedo alguno, de asistir a una conferencia o a la presentación de un libro…

Mientras tanto podemos disfrutar de muchas otras que la prisa o el ajetreo nos robaban: la alegría de leer durante horas, de ver una película en familia, de hacer algunas llamadas para recuperar una vieja amistad, de charlar largamente con los hijos, de ordenar aquellos viejos materiales, de poner orden en los ajetreados recuerdos, de dormir unas horas más, de descubrir todos los rincones de la casa, de repasar las fotografías de antiguos viajes, de emprender una actividad manual, de reparar aquella mecedora renqueante, echar unas partidas de parchís…

Tengo abierta por la página 178 el libro de Jaume Soler y M. Mercè Conangla titulado “La ecología emocional. El arte de transformar positivamente las emociones”. Y leo lo siguiente: “Escoger la alegría como la mejor opción para vivir es una elección que hay que renovar cada día de forma consciente. Es la decisión de levantarnos y elegir un filtro brillante y transparente o uno opaco y gris”.

Cuenta a continuación la historia del discípulo de un venerable sabio que estaba sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz a pesar de las dificultades que vivía. Un día le dijo:

– Maestro, ¿cómo es que se te ve siempre tan contento y satisfecho?

El maestro contestó:

– Cada mañana, cuando me despierto, me hago esta pregunta a mí mismo: ¿qué elijo hoy, alegría o tristeza? Y siempre elijo alegría.

Aun es posible la alegría. Hay motivos indiscutibles. El descenso de la curva del contagio, la escalada imparable de curaciones, la disminución diaria de fallecidos, la búsqueda apresurada de antídotos y vacunas, el trabajo heroico de los sanitarios, la multiplicación incesante de acciones solidarias, la convivencia familiar, el tiempo libre para actividades de ocio, la próximas salidas de los niños y las niñas, la esperanza del regreso a la vida normal, el aprendizaje online de la mano de maestros y maestras sacrificados y entusiastas…

He leído recientemente la novela finalista del último premio Planeta 2019, “Alegría”, del aragonés Manuel Vilas. En la página 145 se puede leer: “Porque la alegría es mi responsabilidad como ser humano. Es la fundación de mi naturaleza”. En la penúltima página desea el autor que la alegría sea contagiosa, “con un contagio que vaya de un ser humano a otro ser humano en una cadena sigilosa”. Y yo añado: ojalá se contagie la alegría con más celeridad y eficacia que se transmite el coronavirus.

Mario Benedetti habla con su admirable sensibilidad poética de la alegría:

“Defender la alegría como una trinchera/ defenderla del escándalo y la rutina/ de la miseria y los miserables/ de las ausencias transitorias/ y las definitivas/ defender la alegría como un principio/ defenderla del pasmo y las pesadillas/ de los neutrales y los neutrones/ de las dulces infamias/ y de los graves diagnósticos/ defender la alegría como una bandera/ defenderla del rayo y la melancolía/ de los ingenuos y de los canallas/ de la retórica y de los paros cardíacos/ de las endemias y las academias/…”. He querido acortar esta cita. Y no he podido hacerlo antes. A medida que iba transcribiendo me invadía el temor de que yo no podía decir nada mejor que lo que estaba diciendo en su poema mi admirado Benedetti. Por eso es el poeta quien pone el punto final.

martes, 15 de julio de 2025

_- Parejas y mejora de sus vidas

_- En un boletín el año pasado, sugerí (descaradamente) que una forma de lograr que las parejas hagan su parte justa del trabajo emocional es quedar físicamente incapacitado durante varios meses, como lo estaba cuando estaba embarazada de mi hija menor. Esta semana, Jancee Dunn ofrece una solución más viable para un desequilibrio de carga mental: contratar a un entrenador.

Jancee describió a Matthew Fray, un blogger con sede en Cleveland que escribió una publicación viral en 2016 llamada "Ella me divorció porque dejé platos por el fregadero". Desde entonces, ha comenzado un negocio donde motiva a los hombres a mejorar sus matrimonios. Su entrenamiento no pretende reemplazar el asesoramiento de parejas; Es simplemente el estímulo de un tipo promedio que ha pasado por lo mismo, dice

lunes, 14 de julio de 2025

_- Marx y los Estados Unidos de América



_- El hecho de que el “marxismo” sea una teoría que luce proscrita en los Estados Unidos y que el “comunismo” inspire reacciones vitales de todo tipo en la historia contemporánea del país, ha impedido comprender lo que Karl Marx (1818-1883) significó para su sociedad.

Entre 1852-1862 Marx escribió como 500 artículos para el New York Tribune, uno de los periódicos de mayor circulación en el siglo XIX, entre los cuales también constan numerosos artículos de Friedrich Engels (https://t.ly/c-ROU). En esa década Marx estuvo dedicado a investigar a fondo el capitalismo (aún no escribía “El Capital”) y a estudiar una serie de acontecimientos europeos. Por eso, en el periódico se concentró en opinar sobre la situación en Francia después del golpe de Estado de Luis Bonaparte (1851), las luchas nacionales en Italia y Alemania, el papel del Imperio Austrohúngaro, la guerra de Crimea (1853-1856), la expansión neocolonial del imperialismo británico en la India y China (e Irlanda), al que denunció permanentemente. Desde su interés económico analizó la crisis de 1857, el papel de la banca y la especulación financiera, así como las dinámicas del mercado mundial.

En otros medios europeos, en cartas personales y en sus informes para la Asociación Internacional de Trabajadores (la Primera Internacional fundada en Londres, en 1864), incluso por haber dejado su colaboración con el NY Tribune, Marx escribió en forma extensa y detallada sobre la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) [https://t.ly/YnR7w ; https://t.ly/B9ZHG]. Siempre se ubicó a favor de la abolición de la esclavitud. Además, cuestionó a la burguesía inglesa por simpatizar con la Confederación esclavista y reaccionó contra Inglaterra que, por defender su dependencia del algodón del sur esclavista, estaba dispuesta a librar una guerra contra los estados de la Unión en el norte. La clase obrera inglesa luchó contra la política de la burguesía nacional a favor de los plantadores esclavistas de los EE.UU. y contra la posible intervención bélica de Inglaterra.

En noviembre de 1864 Marx dirigió una carta al presidente Abraham Lincoln en la cual, a nombre de la Primera Internacional, felicitaba su reelección en estos términos: “a Abraham Lincoln, hijo honrado de la clase obrera, le ha tocado la misión de llevar a su país a través de los combates sin precedente por la liberación de una raza esclavizada y la transformación del régimen social.” (https://t.ly/b6veR). Además, saludaba la abolición de la esclavitud como un hecho histórico, que marcaba las posibilidades de la futura liberación de las clases trabajadoras. Con esta orientación, el 12 de mayo de 1869 Marx también dirigió el “Mensaje a la Unión Obrera Nacional de los Estados Unidos” (fundada en 1866), a fin de respaldar su política de clase independiente (https://t.ly/C32ht) y expresar la solidaridad de la Primera Internacional, que llevaba una clara reivindicación de los derechos de los obreros negros y blancos, por la jornada de 8 horas y por los derechos laborales de las mujeres.

Como agudo y perspicaz estudioso de los temas de su tiempo, Marx igualmente abordó diversos aspectos de la economía y la sociedad estadounidense, como la expansión hacia el oeste, calificando como brutal y racista a la guerra contra los pueblos indígenas. Analizó el papel comercial de los EE.UU. en el mundo. Advirtió el desarrollo capitalista del país y la edificación de una democracia burguesa con estructuras más “igualitarias” (al menos entre blancos) frente a Europa y consideró que ese camino podía crear las condiciones favorables para el desarrollo del movimiento obrero autónomo, capaz de impulsar su liberación definitiva. En El Capital (1867) hay múltiples menciones de Marx a los EE.UU. Y resulta paradójico que mientras tenía a Rusia como una monarquía atrasada, consideraba a EE.UU. un estado social históricamente progresista, donde la esclavitud era su terrible mancha (https://t.ly/eX9KC).

El historiador norteamericano Andrew Hartman en su reciente libro Karl Marx in America (https://t.ly/Rdz55) permite comprender que han existido cuatro momentos en la historia de los EE.UU. en los cuales ha estado presente el pensamiento de Marx: primero, la “edad de oro” (1870-1900), con un marxismo influyente, que acompañó al surgimiento de los partidos socialistas de masas y a los partidos laboristas radicales; segundo, los años treinta del pasado siglo, cuando la crisis económica condujo al New Deal, surgió el Partido Comunista y Marx era leído con fervor; tercero, durante los años sesenta, en medio de la ampliación de los derechos civiles, el ascenso de las izquierdas y la oposición a la guerra en Vietnam, a pesar del macartismo; y cuarto, el que se verifica en la actualidad, tras la crisis de 2008 y otros procesos del presente. El autor tiene una frase concluyente: “As long as capitalism persists, Marx can not be killed”.

Al paso de las referencias que he realizado, en el NY Tribune Marx escribió sobre México (https://t.ly/F5273) para denunciar y rechazar el acuerdo entre España, Francia e Inglaterra para invadir el país a fin de controlar sus puertos y garantizar el pago de deudas a los tenedores de bonos. Se concretó en la intervención francesa (1861-1867) que instauró el imperio de Maximiliano, finalmente derrotado por Benito Juárez.

En todos estos escritos hay un singular comportamiento intelectual del Marx de mediados del siglo XIX que no ha sido bien resaltado: estaba plenamente desarrollada la idea de libertad humana, a partir de su comprensión de la historia concreta y del mundo de su tiempo. En sus escritos periodísticos y en sus grandes obras dejó en claro que la liberación de los trabajadores del dominio del capital era, finalmente, el camino para la libertad definitiva del ser humano.

Y este es un punto fundamental a considerar para hacer frente a la guerra contra el “marxismo cultural” que han lanzado neoliberales y libertarios anarcocapitalistas. Hablan de “superioridad moral” de sus tesis y se apropian de la idea de “libertad”. Pero ninguno de los teóricos de esas ideologías (Eugen von Bohm-Bawerk, Friedrich Hayek, Milton Friedman, George Stigler, Ludwig von Mises, Murray Rothbard, etc.) tiene una sola sílaba de condena al colonialismo, al imperialismo o a la subordinación de otros pueblos. Todos eran macartistas. Ninguno ha estado del lado de América Latina en sus luchas soberanistas e independentistas. Ninguno ha apoyado a los trabajadores, el sindicalismo o los movimientos sociales. Friedman, Hayek y Mises veían el dominio de EE.UU. como garantía del “orden liberal”. Friedman y Hayek defendieron y justificaron la dictadura terrorista de Pinochet en Chile.

La “libertad” para todos ellos es la libertad del mercado y de las empresas, es decir, del capital. Tienen en América Latina a seguidores que respaldan fanáticamente sus ideas, sostienen a gobiernos empresariales y oligárquicos como en Argentina o Ecuador, mientras se “libera” de impuestos a los ricos y se desmantelan derechos laborales y sociales. Pero frente a todos, a mediados del siglo XIX Marx dejó marcada la superioridad moral de la lucha por la libertad humana, que implica liberarse, finalmente, del poder del capital.

Blog del autor: https://www.historiaypresente.com/marx-y-los-estados-unidos-de-america/

domingo, 13 de julio de 2025

_- 3 claves para detectar una teoría conspirativa

hipnotizador

_- ¿Cuál es tu teoría conspirativa favorita?

Si creyeras en todas las teorías conspirativas que has escuchado, el mundo sería un lugar muy peculiar.

La familia real británica estaría formada por extraterrestres que cambian de forma; el actor Robert de Niro habría estado involucrado en la representación de un intento de asesinato de la ganadora del Nobel, Malala Yousafzai; buitres leonados serían espías de Israel; la tendencia de la moda de jeans rasgados sería un código secreto; el presidente de Nigeria sería un impostor de Sudán; el sida y el ébola habrían sido inventados por la CIA, y por supuesto la Tierra sería plana, lo que significa que el ser humano nunca pisó la Luna.


Las teorías conspirativas pueden no ser reales, pero pueden tener consecuencias muy ciertas.

Debido en parte al movimiento que hace campaña contra el uso de vacunas, ya han surgido brotes serios de sarampión en regiones de Estados Unidos, México, Francia, Madagascar y otros países.

Pero ¿cómo puedes saber lo que es real y lo que no?

Tres elementos
Al final, las teorías de conspiración prosperan porque llenan el vacío que dejan los eventos desconocidos y lo que no puede explicarse.

Pero lo que diferencia una teoría conspirativa de una explicación alternativa de eventos es la presencia de "un plan malvado, planeado en secreto por un pequeño grupo de individuos poderosos", dice el doctor Jovan Bydord, profesor de psicología de la Universidad Abierta de Londres.

Cada teoría conspirativa tendrá tres elementos principales: el conspirador, el plan y los medios para una manipulación masiva.

El conspirador
"Este puede ser un organismo concreto con una afiliación identificable", dice Byford. "Los Illuminati, los masones, y más recientemente el grupo de Bilderberg o la Sociedad Skull & Bones (Calavera y Huesos)".

El Ojo de la Providencia que aparece en el billete de US$1 ha sido presentado como evidencia de una conspiración que involucra a los Padres Fundadores de Estados Unidos y a los Illuminati.

Pero muy a menudo el conspirador "será definido en términos mucho más vagos: big pharma (las farmacéuticas), el complejo industrial-militar, la élite global, etc.".

Byford explica esto como una paradoja necesaria para equilibrar "la necesidad de definir al enemigo" y "la necesidad de aceptar que el enemigo siempre será sospechoso y secreto".

El plan
El plan es la principal razón de ser de cualquier conspiración. Este a menudo involucrará el dominio del mundo y perdurará tras la muerte de los miembros poderosos de una conspiración, dice Byford.

Sin embargo, agrega: "Si uno mira el nivel de encubrimiento que se requeriría para mantener todas estas cosas secretas, se necesitaría tener a alguien que está realmente en control de todo".

"La creencia de que el mundo es finalmente controlable es un impulsor muy poderoso de las creencias conspirativas en momentos de crisis donde hay un vacío en las explicaciones".

Manipulación masiva
Los medios tradicionales establecidos a menudo se concentran en las manos de unas pocas organizaciones importantes, y estas compañías regularmente aparecen en las conspiraciones.

Especular sobre cómo las "mentes maestras" están tratando de controlarnos es muy similar a las opiniones de expertos antes de un partido de fútbol.

Hay infinidad de cosas que decir, "evidencia" que presentar, escenarios improbables en qué pensar y no se dará crédito al factor de la casualidad. Y así todos terminarán más convencidos que nunca de sus propias creencias.

La "manipulación" que describen las teorías puede surgir de fuentes que son creíbles: la ciencia, el gobierno o los conglomerados de medios de comunicación, pero también de lo absurdo, como los hechos paranormales, las ciencias ocultas o la manipulación de las ondas cerebrales.

¿Por qué creemos las historias?
"Hay investigaciones que muestran un vínculo entre el estrés y la susceptibilidad a las teorías conspirativas", dice el doctor Mike Wood, psicólogo de la Universidad de Winchester, Inglaterra.

"Cuando alguien no se siente en control de su vida, durante periodos de estrés o angustia, las teorías de conspiración parecen más plausibles".

Los ataques del 11 de septiembre de 2001 provocaron numerosas teorías conspirativas.
Esto también se aplica a momentos de trauma colectivo, según la doctora Myrto Pantazi, del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford.

Junto con sus colegas, Pantazi estudió las teorías conspirativas que se desarrollaron después del accidente de avión en Smolensk, Rusia, en el que murió el entonces presidente polaco junto con otros 95 políticos y oficiales militares de alto rango.

Encontraron que las teorías conspirativas profundizan aún más las divisiones en la sociedad y promueven conflictos internos a medida que los creyentes y los escépticos se distancian unos de otros.

"La gente las ha hecho parte de su identidad social", dice la doctora Pantazi.

Y no hay que subestimar el poder de la exposición repetida. Esto es algo que los psicólogos llaman el efecto de la "ilusión de la verdad" y se ha visto amplificado por las redes sociales.

"Cuanto más a menudo ves algo, se vuelve más familiar, y Cuanto más familiar es algo, se vuelve más creíble", dice Jeff Hancock, profesor de comunicaciones de la Universidad de Stanford.

En experimentos, psicólogos encontraron que los participantes tienden a calificar las cosas que ya han visto antes, como más ciertas, sin importar si son verdaderas o no.

Una advertencia
"Las teorías conspirativas pueden ser peligrosas para la sociedad", dice la doctora Pantazi. "La gente que cree que las vacunas causan autismo y evita vacunar a sus hijos los están poniendo en riesgo".

Pero ten cuidado si piensas que eres muy listo y no te engañarán.

"Existe el estereotipo de los conspiracionistas como gente encerrada en el sótano o en internet buscando las teorías conspirativas más recientes", dice el doctor Byford.

"Pero la mayoría de las personas no son ni creyentes ni escépticos. Caen en un punto medio".

Y por eso es posible que podamos descartar las afirmaciones extravagantes pero al mismo tiempo disfrutemos de programas como los X-Files (Los Expedientes Secretos).

sábado, 12 de julio de 2025

La felicidad no tiene por qué ser otra tarea pesada. Solo necesitas unos minutos para mejorar tu estado de ánimo.

Ilustración de una gran mano con un pequeño pájaro apoyado en la punta del dedo índice.
Credit...Matt Chase
Últimamente me siento un poco abrumada, tanto por las noticias como por algunas cosas de la vida. Me gustaría poder retirarme a la cima de una montaña, pero mi plan más realista es buscar las cosas más pequeñas que pueda hacer cada día para darme ánimos.

Todas las mañanas, por ejemplo, abro mi aplicación Merlin Bird ID para ver si ha aparecido algún pájaro nuevo en mi patio (una mañana me enteré de la existencia de un carpintero de pechera, un ave que no sabía que existía).

El Times Una selección diaria de notas en español que no encontrarás en ningún otro lugar, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox. Los micromomentos de positividad como este realmente pueden mejorar tu bienestar, dijo Barbara Fredrickson, directora del Laboratorio de Emociones Positivas y Psicofisiología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

Aunque estos momentos sean fugaces, dijo, pueden “actuar como nutrientes para la salud psicológica y el crecimiento, ayudándote a convertirte en una mejor versión de ti mismo, poco a poco”.

Su investigación, y la de otros, sugiere que reconocer, cultivar y saborear estos pedacitos de felicidad aumenta el bienestar, la resiliencia y el ingenio.

Pregunté a los expertos cómo incorporar más placeres sencillos a tu vida.

Busca ‘manías inversas’
“Una manía es algo pequeño que te molesta desproporcionadamente”, dijo Bree Groff, autora del libro de próxima aparición Today Was Fun. Por el contrario, dijo, “una ‘manía inversa’ es algo pequeño que te produce una alegría desproporcionada”.

Esto puede ser tan peculiar como quieras, añadió Groff. “Me he dado cuenta de que me gusta colocar todas las cosas de mi escritorio en ángulo recto”, dijo. “Me hace sentir cierta sensación de paz y control sobre mi pequeño mundo”.

Programa unas cuantas pequeñas alegrías
MaryCatherine McDonald, investigadora de traumas y autora de The Joy Reset, utiliza otro término para referirse a esos pedacitos brillantes de felicidad: pequeñas alegrías, o TLJ (la sigla en inglés de Tiny Little Joy).

Los clientes de McDonald le han contado que sus TLJ incluyen el primer sorbo de café de la mañana o la satisfacción de pelar un plátano en tiras perfectamente uniformes.

Empieza por enumerar todos tus TLJ. Una vez lo hayas hecho, intenta convertir uno de ellos en un hábito en un momento determinado del día, añadió Groff.

Hace poco, un amigo mío me dijo que ya no iba a utilizar las cajas o quioscos de autopago del supermercado. Dijo que se había dado cuenta de que le gustaba hablar con una persona en la caja, y que estaba intentando recuperar la interacción humana en su vida.

Haz algo ‘en cámara lenta’ a propósito
Sue Varma, profesora clínica adjunta de psiquiatría en la Escuela de Medicina Grossman de la NYU y autora de Practical Optimism, dijo que le gustaba hacer una actividad diaria “a 0,5 de velocidad”.

Las investigaciones sugieren que breves periodos de atención plena pueden mejorar tu salud psicológica. Así que Varma elige hacer algo con la mente a velocidad media, como lavar los platos o aplicarse su tratamiento favorito para la piel (que describió como “dos minutos que me hacen sentir querida”).

Normalmente soy una persona que tacha los pendientes de una lista y se apresura con todo, pero seguí el consejo de Varma y preparé limonada a velocidad media: corté lentamente los limones, los olí para capturar su aroma y removí con calma el azúcar. (Fingir que estás en un programa de cocina en tu cocina y narrar en voz alta mientras cortas los alimentos es otro TLJ, dijo McDonald).

Replica un detalle de tus vacaciones
A veces las actividades que nos dan “grandes alegrías”, como las vacaciones, requieren demasiada planificación, dinero, tiempo y esfuerzo, explicó Groff.

Aunque no puedas irte de vacaciones todos los días, puedes encontrar un trocito de vida vacacional para saborearlo ahora mismo, dijo. Quizá en casa puedas repetir los cocteles que tomaste en vacaciones (y comprarte un paquete de las sombrillitas para decorar bebidas).

En lugar de darse un masaje corporal completo, que es caro, dijo Groff, se mete en un salón de manicura y pide un masaje en silla de 10 minutos. Y en vez de salir a cenar a lo grande, se prepara un batido por la tarde y lo pone en un vaso con tallo, que “resulta más divertido”.

Si te encanta pintar, pero no tienes tiempo de sacar el lienzo y los pinceles, puedes proponerte hacer un garabato al día, dijo Groff. Si la jardinería te produce una gran alegría, lleva una pequeña planta de albahaca al trabajo y ofrece a tus compañeros una o dos hojas de albahaca para su almuerzo.

Algunos de mis TLJ favoritos duran menos de un minuto. Por ejemplo, tengo una botella de agua de rosas en mi mesa de trabajo. A veces, cuando la energía decae por la tarde, le pregunto a un compañero: “¿Quieres que te rocíe?”.

Me preocupa estar convirtiéndome en la compañera excéntrica de la oficina, pero la mayoría de mis colegas se ponen en fila y cierran los ojos.

viernes, 11 de julio de 2025

Los niños de Extremadura

Los niños de Extremadura

Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quién les robó los zapatos?
Les hiere el calor y el frío.
¿Quién les rompió los vestidos?
La lluvia
les moja el sueño y la cama.
¿Quién les derribó la casa?
No saben
los nombres de las estrellas.
¿Quién les cerró las escuelas?
Los niños de Extremadura
son serios.
¿Quién fue el ladrón de sus juegos?

jueves, 10 de julio de 2025

_- Entrevista a Francesca Albanese, relatora de la ONU para Palestina «El genocidio israelí en Gaza no se para porque es lucrativo, hay gente haciendo dinero con ello»

_- «El genocidio israelí en Gaza no se para porque es lucrativo, hay gente haciendo dinero con ello»

La relatora de la ONU está a punto de publicar un nuevo informe en el que desvela la economía que contribuye al genocidio: “Los Estados deben imponer sanciones y cortar lazos con Israel, pero también los bancos deben dejar de invertir y las empresas dejar de lucrarse con ello”.

Francesca Albanese, relatora de Naciones Unidas para los Territorios Ocupados Palestinos, ha logrado hacer llegar su voz a sectores muy diferentes del mundo durante estos veinte meses de masacres continuadas en Gaza. Su informe “Anatomía de un genocidio”, presentado hace más de un año, provocó la ira de Israel y abrió camino a la denuncia de los crímenes masivos contra población civil palestina.

Albanese es una figura sólida en la defensa de los derechos y del derecho internacional y por ello ha intentado ser desacreditada por los sectores más ultras que defienden el genocidio en curso. Estos días ha pasado por España, donde se ha reunido con representantes de buena parte de los grupos políticos parlamentarios y con organizaciones de la sociedad civil. elDiario.es la entrevista en una cafetería céntrica de Madrid.

Está a punto de publicar un nuevo informe –saldrá la próxima semana– sobre la complicidad y responsabilidad de empresas en el genocidio en curso en Gaza.

Lo principal de este nuevo informe que voy a publicar es que este genocidio no ha sido evitado ni se ha parado porque es lucrativo. Hay gente que está haciendo dinero a costa del genocidio. Mucho dinero. Y quienes ganan mucho dinero están conectados a la estructura capitalista, desenfrenada, ilimitada, que prospera en la anarquía o en la opacidad de la ley.

Existe un capitalismo desenfrenado que nos envuelve. Y muchos de los actores que explotan Palestina y la muerte palestina son también quienes estrangularon nuestra vida. Así que esta es la cuestión. Necesitamos reglas. Hay un aspecto histórico que no es nuevo en Palestina. Estos sistemas coloniales han sido históricamente impulsados por intereses privados, en el sentido de que las empresas han sido el motor, como la Compañía de las Indias Orientales, por ejemplo. Y si no han sido motor han sido las facilitadoras, aportando capital y luego buscando obtener más capital a cambio. En Palestina no es diferente.

¿Qué marco legal hay al respecto?
La regulación, el marco legal, existe. Son los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Aunque es opaca en lo que respecta a la rendición de cuentas. Por lo tanto, las empresas se han convertido en una especie de titulares de derechos, pero no en garantes de obligaciones. Es increíble que tengamos obligaciones que vinculen a los Estados, pero las empresas pueden hacer lo que quieran. No tiene sentido.

Así que intento mencionar el hecho de que existen procesos penales contra Israel, por genocidio, pero también por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Y también está la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia. No podemos obviarla. Esto crea una responsabilidad prima facie y una presunción de vínculo directo con la ocupación para quienes participan en ella.

La Unión Europea está cubriendo a Israel y, con ello, contribuyendo a sus crímenes

¿Cuáles son los pilares de la ocupación ilegal israelí?
Hay dos. Uno, es el espacio de desplazamiento, cómo se ha utilizado el sector privado para desplazar a los palestinos y también para reemplazarlos, a través del extractivismo, de la construcción, de los bienes y servicios. Y todo está registrado, es verificable.

Israel ha mejorado intencionalmente esa estructura. Por ejemplo, la empresa militar, las constructoras. Gaza no ha sido pulverizada solo por bombas, también participan en ello, por ejemplo, las excavadoras. ¿Quién proporcionó estas excavadoras? La tecnología que se ha utilizado para segregar a los palestinos en Cisjordania o en Gaza se ha utilizado para espiar a la población de Gaza y para ayudar a diseñar un sistema de asesinatos masivos, así como los drones o los cuadricópteros.

Otro pilar es el de los facilitadores, que son los fondos de capital riesgo o los bancos, los que otorgan anticipos y los que normalizan la ocupación; las universidades, por ejemplo. Hay todo un tejido involucrado, en todas partes. Y ahora lo sé, con esta investigación. Este informe abre las ventanas y, al abrirlas, podemos ver lo que hasta ahora podíamos intuir. Ahora está a la vista, y es impactante.

¿Menciona en el informe los nombres de las empresas?
Sí. Tengo registradas unas 200 empresas involucradas, de una base de datos de 1.000 que he recopilado. Pero no he podido investigar a fondo todas, así que me he centrado en cincuenta, porque son las que representan cómo están interconectados estos sistemas. Y, en los próximos años, pretendo continuar con esto.

Los Estados miembros [de la ONU] tienen la obligación de imponer sanciones y cortar lazos con Israel. Pero también los bancos deberían dejar de invertir. Las empresas deberían dejar de proveer, es decir, de lucrarse. Así que, sí, menciono estas empresas de cada sector para explicarlo.

La idea de este informe no es tener una lista a modo de base de datos, sino explicar el sistema, porque no solo se trata de las colonias. Los asentamientos están conectados a una industria lucrativa. Y la razón por la que los asentamientos prosperan es porque ya han aniquilado a los palestinos que los rodean. De eso va mi informe. Por eso la gente está tan nerviosa con él.

Hay nervios ante mi próximo informe porque muestra que existe una industria lucrativa a costa de la ocupación ilegal israelí

¿Cómo valora el papel de España?
Sé que aquí todos quieren que les den palmadas en la espalda. Es estupendo que España reconozca el Estado palestino porque con ello pueden reconocer que existe una agresión total contra un Estado soberano miembro de la comunidad internacional.

Ahora, al igual que con Ucrania, España necesita imponer sanciones y cortar lazos económicos. Eso significa, en realidad, crear un aislamiento en torno a este régimen, este país, Israel, que ha cometido crímenes muy graves y ahora está involucrado en procesos penales y procesos por genocidio.

¿Cuál es el papel de Europa ante este genocidio en curso, con masacres, bloqueo a la entrada de ayuda, desplazamientos forzados, asesinatos masivos de civiles?

Europa está ayudando. Colectivamente, está ayudando. Ante lo que Israel ha hecho en los últimos 650 días, la Unión Europea dice ahora, a estas alturas: «Ah, sí, hay algunas violaciones de derechos humanos». Toda la ocupación es una violación de los derechos humanos y del derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, y la ocupación lleva décadas, no empezó ayer. Así que no tiene sentido lo que intentan decir desde la UE. Están encubriendo a Israel.

La relatora especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos, Francesca Albanese

Por eso digo que la UE no está haciendo lo suficiente. Vemos que hay Estados miembros escudándose en la UE, delegan su política exterior en la UE, la usan como coartada. No puede ser una coartada para justificar crímenes. Europa está colaborando, es parte del problema.

¿Cómo valora el papel que juega la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen?

No es una líder elegida que hable en nombre de los europeos, que tome decisiones en nombre de los europeos. Europa no es un reino, ella no es una reina, no está por encima de la ley. Está sujeta al derecho europeo, al derecho internacional. Así que no debería actuar así. Es notable cómo elude el derecho internacional.

Hay mucha gente que se afilia a la ideología equivocada, a ideologías que se han vuelto genocidas. Ella no sería la primera. Pero estamos en 2025, no en 1925. Y, en ese sentido, creo que es necesario que haya una investigación al respecto dentro de la Unión Europea para ver si ella obedece a cuestiones ideológicas o si hay otros intereses. Sabemos que hay grupos de presión que premian a políticos si adoptan determinadas posiciones. No digo que sea así en este caso, pero hay que investigarlo.

Tras 20 meses de masacres en Gaza y el Acuerdo de Asociación UE-Israel vigente, es imposible que la UE no parezca una farsa total en materia de derechos humanos

La Unión Europea no ha suspendido su Acuerdo de asociación con Israel ni ha decidido imponer sanciones. Mantiene relaciones comerciales a pesar del dictamen de la Corte Internacional de Justicia del pasado julio, que pide a los países impedir relaciones comerciales que puedan contribuir a la ocupación ilegal.

¿Qué deberían hacer la Unión Europea y los países que la integran?

El Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel demuestra lo hipócrita que es el compromiso con los derechos humanos. Israel ya violaba el derecho internacional y los derechos humanos de los palestinos cuando se impulsó este Acuerdo. Por lo tanto, si los derechos humanos hubieran significado algo para quienes lo firmaron, no debería haber entrado en vigor en su día.

Ahora, tras 20 meses de masacre en Gaza, con ese Acuerdo vigente y sin ser suspendido, es imposible que la Unión Europea no parezca una farsa total en materia de derechos humanos. La UE parece una farsa y debería haber consecuencias legales.

Son los Estados los que pueden hacer cumplir el derecho internacional, pero los Estados lo están violando. Y es aquí es donde digo que nosotros, el pueblo, marcamos la diferencia. Puede parecer imposible, hasta que se hace posible. Por lo tanto, tenemos que participar en la vida pública. No podemos delegar el uso del poder político. No, tenemos que ocuparnos de ello. Es nuestra vida y son nuestros derechos.

Y, además, debemos ejercer todos los mecanismos de escrutinio existentes mediante la presión pública, la denuncia pública, las revisiones judiciales y los informes de investigación. Y debemos profundizar en los vínculos que unen a Israel con nuestros países y con la Unión Europea.

Las empresas, los negocios privados, se han usado para desplazar a los palestinos y para reemplazarlos: para la ocupación ilegal

España se ha diferenciado de algunos países europeos en sus declaraciones y el reconocimiento del Estado palestino, pero mantiene relaciones armamentísticas y comerciales con Israel, ha habido importaciones, por ejemplo.

Según el derecho internacional, los países no pueden importar. Estamos ante crímenes muy graves y este tipo de transacciones son complicidad en la comisión de un delito. Hay armamento probado sobre los palestinos, contra la gente. Pero incluso otro tipo de productos tampoco son admisibles, porque Israel es un Estado que comete crímenes, y, por lo tanto, las relaciones deberían reducirse.

Los Estados y los gobiernos de Europa aún están en proceso de negación. Así que dicen que no compran ni comercian con un genocida, pero luego dicen que sí, porque no saben si sigue siendo genocida. El principio es que no se puede tener tratos con Estados que cometen genocidio. También vemos que hay países que dicen que no venden, pero compran, eso es lo mismo, es una relación comercial.

Nosotros, el pueblo, la gente, marcamos la diferencia: puede parecer imposible, hasta que se hace posible, pero para eso hay que participar en la vida pública, no delegar el uso del poder político

En España ha habido varios contratos de compra a armamentísticas israelíes desde octubre de 2023 a abril de 2025

Ayer escuché decir a un político que los lobbies sionistas no tienen mucho margen de maniobra aquí [en España]. Pero hay otros cómplices y es necesario saber quiénes son. Hay grupos de presión proisraelíes que son cristianos, hay otros que son racistas, o están los que tienen miedo. Pero la clave es el negocio. El negocio es transversal.

Hay países que siguen comerciando con empresas instaladas en los asentamientos ilegales israelíes. Esta semana hemos conocido nuevos transbordos y tránsitos por puertos españoles de material procedente de estos asentamientos, con destino EEUU. A día de hoy el comercio con productos de las colonias no es legal, porque es complicidad. Mi informe lo confirma. Hay que ponérselo muy difícil a Israel, es un Estado que está matando de hambre a toda una población.

España permite que barcos con destino a Israel atraquen en sus puertos. El argumento es que son bienes civiles. Pero son bienes civiles que se basan necesariamente en la explotación. Todo lo que proviene de los asentamientos no debería estar sujeto a nuestras tasas. Tenemos que adoptar medidas extremas ante una situación extrema. Israel ha dificultado enormemente la entrada de productos de primera necesidad en Gaza. Ante ese bloqueo, hay que reaccionar. Hay que asegurase de que no haya ese tipo de comercio, no hay que facilitarlo. Eso significaría hacer algo, reaccionar.

Hay gente en Europa que justifica la falta de acción asegurando que hasta que EEUU no reaccione, aquí no se puede hacer nada, como si no hubiera capacidad de presión.

Creo que eso es falta de liderazgo. Hay que votar por las personas adecuadas. Eso es lo que se necesita. Tenemos obligaciones legales. Si alguien se está muriendo en la calle, no podemos decir que no podemos salir a prestar primeros auxilios porque nuestros vecinos no lo están haciendo. Este es un argumento similar. No tiene sentido. Están poniendo excusas.

Creo que todas las personas que vemos las imágenes de Gaza tenemos un trauma enorme por la cantidad de cuerpos descuartizados que hemos contemplado. Tengo una gran empatía hacia los demás. La razón por la que estoy tan involucrada en esto es porque me tomo las cosas muy en serio. Probablemente, lo haría en otras circunstancias. Nunca he sido activista, pero probablemente este es el momento en que me convertiría en activista, porque esto no es normal. Esta es la rabia que siento.

¿Cómo se siente, tras tantos meses en los que, pese a las denuncias, las masacres han continuado?

Creo firmemente en las reglas. ¿Cómo es que nada funciona? No quiero que mis hijos crezcan pensando que esto es normal. El otro día mi hijo entró en mi habitación, yo estaba mirando unas fotografías, y me preguntó: “Mamá, ¿qué es esa pierna?”. Le tapé los ojos. Pero, ¿cuánto tiempo puedo tapárselos? No quiero que piense que esto es normal.

Cuando tenía 18 años y oí hablar de la masacre de Srebrenica o de la violación masiva de mujeres en Bosnia, me sentí devastada y me pregunté qué podíamos hacer al respecto. Ahora estamos viendo cómo la gente palestina sigue siendo asesinada. A una velocidad increíble. Los números siguen aumentando. Estos días de guerra con Irán en Gaza han matado a más de 600 palestinos.

Israel es un Estado que comete crímenes y, por tanto, las transacciones con Israel son complicidad en la comisión de un delito

Ante esta impunidad, ¿cómo ve el papel del derecho internacional, de Naciones Unidas o de su trabajo como relatora? Si no se para esta impunidad, ¿hacia dónde vamos?

Estamos dirigiéndonos a un lugar donde no hay reglas. O hay una revolución en defensa de los derechos humanos o vamos a un lugar muy oscuro. A través de la tecnología se establece control social, control de los recursos, del poder del Estado. Si la gente no despierta, estamos colectivamente en problemas.

Hoy vi un vídeo en el que aparecen dos jóvenes quejándose de que esta generación ya no socializa, no interactúa, no hace el amor, compra on line. Y entonces deciden salir, limpiar los espacios públicos, abrir camino, y otros les siguen, y construyen comunidad, hacen cosas, cuidan las plantas en vez de matarlas, y es una buena metáfora. Este genocidio me ha acercado más a mi gente, a mi familia, al amor, a las cosas importantes de la vida, con un sentido y un propósito que nunca había tenido.

¿Le pasa factura a nivel personal?
Cuando la gente me pregunta cómo sobrevivo a esto, miro a mis amigos, a mis hijos, a la comunidad que hemos construido, la gente que nos miramos y tenemos la sensación de que nos conocemos muy bien, porque estamos afectadas por lo mismo, porque estamos en el mismo lado y somos parte de una gran familia.

Hay mucha gente que está demostrando que está dispuesta a arriesgarse, y tenemos que seguir hablando de las lecciones. Cuando hay gente que me pregunta: ¿Qué haces ante tanto odio? Yo contesto: ¿Has visto cuánto amor hay?

Hay Estados y grupos que me desacreditan y no me protegen, pero también hay tantas redes de gente que me apoyan… Y ahora, después de tanto, sé que no voy a descansar hasta ver justicia para el pueblo palestino, voy a vivir hasta el final de mis días dedicada a ello. Esto me ha transformado, y creo que le ha pasado a mucha gente.

¿Cuándo estuvo en Palestina por primera vez?
En 2009, no hace tanto. Había violaciones generalizadas, como la destrucción de viviendas, el desplazamiento de palestinos y los arrestos y detenciones arbitrarias, incluso de niños. Cuando estuve allí, salió un informe de UNICEF que indicaba que Israel arrestaba a 600 niños al año, en plena noche y los torturaba.

Por aquel entonces, ya en 2009 y 2010, tenía la sensación de que algo andaba mal en la forma en que usamos el marco del derecho internacional. La comunidad internacional obligaba a los palestinos a la dependencia, frustrando también sus derechos.

Y hoy en día se plantean propuestas que dejan fuera la voz palestina. Cuando nos dicen que se está hablando con los saudíes o con los egipcios o los israelíes sobre el futuro de Palestina, ¿eso qué es? Es con los palestinos con quienes hay que hablar. Hoy le pregunté a un político: «¿Estaría contento si el futuro de España dependiera de la voluntad de los portugueses y los franceses?».

Europa no está ayudando, no es parte de la solución, es parte del problema, hay sectores muy sesgados con una mentalidad colonial y racista

Así no funciona el derecho a la autodeterminación. Y esta mentalidad colonial es el principal obstáculo para comprender el problema de los palestinos. Aquí en Europa hay grandes sectores muy parciales, muy sesgados, muy racistas y orientalistas. Y esto se lleva a la política.

Europa no está ayudando, no es parte de la solución, es parte del problema. El espectro político tiene que cambiar. Triunfa la ley del más abusador. Hay algunos hitos en este camino hacia la oscuridad. Uno de ellos es cuando el primer ministro de Reino Unido dijo que está bien recortar los suministros esenciales en Gaza. Después, cuando políticos de Reino Unido y también en Italia afirmaron que no estamos ante un genocidio porque no han muerto tantas personas y porque Israel no quiere matarlos a todos.

También cuando el canciller alemán afirmó, hace escasos días, que Israel está haciendo el trabajo sucio para Europa. Han llegado al punto de admitirlo y de seguir con ello, y los demás no dicen nada… Esta es una forma mafiosa de ejercer el poder. Aquí, en plena Europa en 2025. 

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