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sábado, 21 de septiembre de 2019

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Paz hoy sábado. El nuevo informe del Centro Delàs explora alternativas de paz y seguridad para hacer frente a las violencias urbanas y la inseguridad en las ciudades.

Rebelión

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Paz este sábado, el Centro Delàs de Estudios por la Paz publica un nuevo informe que aborda la construcción de paz en las ciudades para aportar propuestas alternativas en un contexto de debate político, social y mediático que gira en torno a un discurso avivado por determinados actores sobre las “inseguridades” en las ciudades, en especial en la de Barcelona. “Barcelona es un ciudad segura como lo son la gran mayoría de las ciudades europeas. En Barcelona la inseguridad es una construcción interesada por parte de determinados agentes de poder, políticos y económicos. Desde la administración se tiene que contrarrestar el discurso del miedo y de inseguridad, arbitrando medidas de confianza mediante los medios clásicos (policía y justicia) -sería demagógico no decir que se tiene que contar con ellos-; y las medidas de cuidado a las personas como son servicios sociales, culturales, de urbanismo integrador, de vivienda...; y el fomento de la participación de la población en las tablas de mediación de los distritos”, coinciden Tica Font y Pere Ortega, investigadores del Centro Delàs de Estudios por la Paz y autores del Informe 38: Violencia, seguridad y construcción de paz en las ciudades.

"Es en las ciudades donde se concentra la mayor parte de la ciudadanía mundial, el 55%, y a la vez, es el espacio donde se dirimen la mayor parte de conflictos. Los conflictos están directamente relacionados con la mercantilización de la ciudad, y la diversidad y pluralidad de las personas que conviven en las conurbaciones urbanas", apunta Pere Ortega.

Analizando la confrontación de intereses y la diversidad social y cultural como contexto del afloramiento de conflictos en el espacio urbano, la publicación quiere abordar el reto de cómo afrontar estos conflictos, aprender a gestionarlos y transformarlos de manera positiva creando relaciones de respeto mutuo, de reciprocidad y de justicia mediante acciones que no comporten violencia.

“En este sentido, es muy importante la planificación urbanística de la ciudad y sus barrios, donde no tendría que haber barreras urbanas que creen ‘fronteras’ en el interior de las ciudades porque producen rupturas territoriales y crean separación y exclusión, que afectan especialmente las capas sociales con menos ingresos”, destaca Tica Font. “El espacio público tiene que ser el lugar donde se dirima la disputa por la libertad, la integración, la visibilidad, la representación y no un lugar de control social en cualquier de sus formas”, añade la investigadora.

“En el mundo enriquecido, blanco, patriarcal y masculino occidental, el concepto de seguridad se ha construido como defensivo frente a otros, los y las diferentes a quienes se convierte en contrarios. Una seguridad que los estados asocian a defensa y la conciben siempre desde el ámbito policial y militar para disuadir, prevenir o intervenir ante amenazas externas o internas”. El informe propone, ante este modelo securitario basado en la defensa ante el otro/el enemigo, un modelo de seguridad alternativo basado en la convivencia en la diversidad, la prevención y transformación de conflictos, el abordaje de las desigualdades, los cuidados y otros aspectos que contribuyan a la sostenibilidad humana y medioambiental, así como al pleno desarrollo humano.

La investigación da pie a una propuesta de Agenda de Paz en las Ciudades a partir de un análisis previo de las violencias urbanas y sus diferentes tipologías y afectaciones sobre las vidas y cuerpos de todas las habitantes de las ciudades en todo el mundo: el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia; las violencias contra las personas migradas; los extremismos violentos; la violencia contra las mujeres y los colectivos LGTBI; la corrupción; las guerras; las violencias interpersonales o el crimen organizado.

“La ciudad tiene que proporcionar a la ciudadanía una seguridad destinada a proporcionar cuidado y dar satisfacción a las necesidades básicas que permitan el pleno desarrollo de las personas para vivir una vida digna de ser vivida”, concluye el informe.

Podéis descargar aquí el  informe completo en castellano y en catalán.