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martes, 13 de abril de 2021

Ibram X. Kendi: “El racismo crea problemas que acaban por impactar a todos”. El profesor, una de las voces con más eco en antirracismo y ganador del National Book Award, repasa en ‘Marcados al nacer’ la historia de la discriminación en Estados Unidos

Hacía apenas una semana que Donald Trump se había impuesto en las urnas, contra todo pronóstico, a la candidata demócrata, Hillary Clinton, cuando en noviembre de 2016, con Barack Obama aún en la Casa Blanca, Ibram X. Kendi (Nueva York, 38 años) recibió el National Book Award en la categoría de no ficción. Su libro, Marcados al nacer (traducido ahora al castellano y publicado por Debate), planteaba una relectura de la historia del racismo en Estados Unidos, a partir de la vida y obra de cinco personajes históricos.

Desde el papel del inquisidor puritano Cotton Mather en la racionalización de la esclavitud, hasta la lucha de la activista y académica Angela Davis, pasando por uno de los padres fundadores de EE UU y presidente, Thomas Jefferson, así como por el brillante intelectual afroamericano W. E. B. Du Bois, y por el abolicionista William Lloyd Garrison, Marcados al nacer defiende un nuevo enfoque en el que las ideas y las acciones son racistas o antirracistas, sin margen para el no racismo. O se es racista o se lucha en contra, no hay medias tintas. “Puede haber gente que diga que la esclavitud es algo malo, perverso, y que hay que terminar con ella, y esto es antirracista”, explicaba Kendi, el 29 de marzo, en una videoconferencia que se transformó en charla al no conectar él, frecuente tertuliano en las televisiones, su cámara. “Luego esa misma gente puede decir, como muchos abolicionistas, que la esclavitud era algo horrible y tan deshumanizador que había convertido a los negros en bestias; no se les podía liberar y dar el voto. Ese argumento racista frenó el apoyo de algunos a la Guerra de Secesión y después impidió que se promoviera que los negros tuvieran plenos derechos”.

Ibram X. Kendi, en 2016 con la medalla de los National Book Awards que obtuvo por 'Marcados al nacer'.SYLVAIN GABOURY / PATRICK MCMULLAN / GETTY IMAGES

A pesar de todo, el abolicionista Garrison, fundador del periódico The Liberator, ha inspirado uno de los nuevos proyectos de Kendi, director del centro de investigación antirracista de la Universidad de Boston desde 2020. En marzo se anunció que este año lanzará junto a la responsable de Opinión de The Boston Globe, Bina Venkataramen, The Emancipator, una web con reportajes, artículos de opinión e investigaciones académicas sobre antirracismo, algunos de cuyos textos serán recogidos por Globe.

El racismo, sostiene Kendi en Marcados al nacer, puede ser segregacionista cuando se apoya en teorías que defienden la inferioridad biológica de una raza frente a otra, o también puede ser racismo asimilacionista. Es decir, aquellos que defienden la igualdad biológica no están libres de ser racistas si emplean estereotipos a la hora de juzgar el comportamiento o costumbres de una determinada raza. Eso también es racista, y de esto no quedan exentos pensadores ni líderes negros, como Du Bois, Obama o el propio Kendi. “A pesar de ser un historiador de los estudios africanos y haberme formado durante toda la vida en espacios igualitarios”, escribe en la introducción, “antes de investigar para estas páginas y escribirlas, abrigaba nociones racistas sobre la inferioridad de los negros. Las ideas racistas son eso, ideas; cualquiera puede producirlas o consumirlas”.

Hay varias corrientes enfrentadas: una trata de combatir el racismo, la otra de perpetuar la desigualdad IBRAM X. KENDI

Pregunta. La covid-19 ha mostrado con claridad la brecha entre razas en EE UU. En verano, las protestas de Black Lives Matter sacudieron el país. Acaba de arrancar el juicio por la muerte de George Floyd. ¿Cuál es su balance?
Respuesta. Ahora, como a lo largo de su historia, en EE UU hay un choque que enfrenta a quienes quieren institucionalizar políticas que favorezcan la desigualdad con aquellos que buscan hacer exactamente lo contrario. Estamos quienes queremos que rindan cuentas personas como el policía [Derek] Chauvin por el asesinato de Floyd, igual que hay quien dice que quienes señalamos el racismo como un problema somos el problema.

P. ¿No se avanza?
R. Obviamente fue un avance abolir la esclavitud y las leyes de Jim Crow [que propugnaban la segregación racial]. Hoy crece el número de estadounidenses que reconoce que la encarcelación masiva es injusta y profundamente racista. También gente de color logra ascender a posiciones a las que no podía acceder hace 50 años.

P. ¿Está usted en ese grupo?
R. Sí, soy uno de esos individuos que siendo negro ha logrado hacer cosas y ganar premios a los que no habría optado hace un siglo. Esta es una fuerza de progreso antirracista, pero también ha habido una fuerza opuesta, de avance racista. Ahí están esos republicanos que presentan 250 proposiciones de ley en 43 Estados para dificultar el voto de negros e hispanos. En la historia no hay un solo hilo, sino varias corrientes enfrentadas: una trata de combatir el racismo, la otra de perpetuar la desigualdad.

P. En el libro explica que tenía metida dentro la idea de que los negros son inferiores. ¿Cómo se lucha contra eso sin caer en el otro extremo y pasar a pensar en la superioridad?
R. Dos de las ideas más potentes que han circulado en la era moderna han sido la de la inferioridad de los negros y la de la superioridad de los blancos. Tienen tal fuerza que igual que hay blancos que se creen superiores, hay negros que piensan lo contrario, o eso mismo. Y yo fui uno de ellos. En mis libros rechazo y reemplazo estas dos ideas. Todos somos iguales.

P. Muchos apuntan que tras la desigualdad racial hay una enorme brecha económica. No faltan quienes hacen una lectura marxista y apuntan como claves las estructuras de poder y el dinero, algo que va más allá de la identidad.
R. Se discute sobre esto desde hace siglos. Cuando hay desigualdad económica debemos buscar causas económicas. Cuando hay desigualdad racial hay que buscar causas raciales, igual que cuando hay desigualdad de género habrá que buscar la causa en el machismo. Si hay una brecha entre gente negra pobre y gente rica blanca habrá que mirar a las causas económicas y raciales y buscar soluciones en esa intersección entre raza y clase. Los negros, igual que los blancos, no solo tenemos una identidad de raza, sino también de clase. Cada vez más académicos hablan del capitalismo racial y la conexión histórica, empírica y material entre racismo y capitalismo.

P. Señala que un antirracista no tiene por qué ser altruista, ni generoso.
R. Hay quien está metido en esta lucha porque piensa que es horrible y, otros, porque el hecho de que los republicanos estén tratando de aprobar estas leyes para hacer más difícil que voten los negros y los hispanos daña los pilares democráticos. Hay blancos que entienden los daños colaterales del racismo; cómo crea problemas de amplio espectro que acaban por impactar a todos. Por eso pelean.

En 2016, al recibir el National Book Award, Kendi habló de su hija nacida unos meses antes, Imani, (significa fe en suajili), para infundir ánimos, y también de sus padres, los Rogers, un matrimonio de ministros metodistas involucrados en la lucha contra el racismo. El profesor y doctor cambió, al casarse en 2013, su apellido por Kendi —significa el amado, en keniano—, y unos años antes también sustituyó su segundo nombre, Henry, por Xolani (paz en zulú), debido a Enrique de Portugal y su relación con la trata de esclavos. Convertido hoy en EE UU en una de las voces con más eco sobre el racismo, Kendi habla de su deseo de transformar el mundo y se despide con prisa, lanzando un último mensaje. “Intento aportar claridad a la gente corriente para que puedan entender no solo la historia del racismo, sino cómo pueden formar parte de la lucha antirracista y crear un mundo más equitativo”. 

El País.

martes, 19 de enero de 2016

Por qué no entendemos lo que leemos. Las lecturas escolares sin guía y la falta de diálogo entre padres e hijos, entre las causas del déficit de comprensión lectora.

Leer no solo consiste en juntar palabras, ser un buen lector es más difícil de lo que parece.

La investigadora de Harvard Paola Uccelli, de 46 años, ha dedicado toda su vida a analizar por qué algunos estudiantes no son capaces de entender los textos técnicos, una destreza de vital importancia para el éxito académico y laboral.

Tres parecen ser los factores principales:

a)-El desconocimiento de los profesores, que asumen que los alumnos se familiarizan con ese tipo de lenguaje de forma natural y no guían las lecturas;

b)-La ausencia de actividades extraescolares, que potencian el aprendizaje de vocabulario no coloquial;

c)-Y la falta de diálogo entre padres e hijos.

“Se cree que el lenguaje se adquiere hasta los cinco años, pero nuestra investigación ha demostrado que la adolescencia es una etapa clave para asentar estructuras gramaticales complejas”, explica Uccelli. Durante el último lustro ha evaluado, junto a un equipo de seis investigadores de  Harvard Graduate School of Education, las destrezas de comprensión lectora y capacidad de expresión de 6.000 estudiantes de 9 a 14 años de Estados Unidos y de 850 de Chile. Una de las principales conclusiones del estudio, que todavía está en marcha, son las “enormes” diferencias individuales entre alumnos de la misma clase.

“Hasta la fecha la mayoría de las investigaciones se habían basado en detectar deficiencias de carácter clínico, patologías que afectan al aprendizaje. Nuestra principal aportación es que hemos analizado las habilidades de los chicos para entender y usar conectores o estructuras gramaticales propias del aula”, señala Uccelli.

¿Por qué es tan importante el lenguaje cuando la demanda de profesionales está cada vez más ligada a las ciencias, la tecnología, las matemáticas y la ingeniería? Los estudiantes de hoy tendrán que adaptarse a las profesiones del futuro que aún no existen, apunta Uccelli, y el aprendizaje autónomo es clave. Quien no domine el lenguaje estará limitado y no será capaz de transformarse y cumplir con las exigencias del mercado, opina.

En España, la comprensión lectora es una de las carencias más señaladas por los expertos. El último informe PISA, la evaluación de la OCDE que mide los conocimientos de los alumnos de 15 años en 65 países, dejó a España en el puesto 31 con 448 puntos. La media se sitúa en 496.

En tercero y cuarto de primaria se empiezan a introducir en las escuelas los textos académicos, piezas que tratan temas que ya no les resultan familiares a los estudiantes y que presentan estructuras más complejas. “Muchos chicos tienen dificultades para superar ese reto, no lo hacen de forma espontánea. Es necesario que los profesores les guíen antes de proceder a la lectura y les avancen con qué se van a encontrar”, asegura Emilio Sanchez, catedrático de Psicología de la Educación en la Universidad de Salamanca y coautor de algunas investigaciones junto a Paola Uccelli.

Tras grabar y analizar las clases de 80 profesores de primaria de centros públicos y privados de diferentes regiones españolas, Sánchez y su equipo concluyeron que en el 60% de los casos los docentes no explican de antemano a sus alumnos el tipo de tema que se va a leer y los elementos que se van a encontrar. “Es esencial que se cuente previamente de qué trata, por ejemplo, del cambio climático, y que hay tres argumentos que explican ese fenómeno, incluso incentivar a los estudiantes a que intenten encontrar el primero, luego el segundo y el tercero, con un orden”, añade el profesor. Ya no vale aquello de “niño, lee”.

Según los resultados de su estudio, en el 40% de los casos los docentes hacen, al menos, una introducción temática. “No estamos juzgando a los profesores, que seguramente no son conscientes de las repercusiones de esa falta de guía. Este país debe fijar qué aspectos de la educación hay que mejorar. En el caso de la compresión lectora, hace falta voluntad política”, destaca.

Uno de los inconvenientes de no procesar bien los textos académicos es la desconexión de los alumnos con las tareas escolares. “No solo se descuelgan, sino que más adelante pueden tener problemas en su acceso a la universidad. Tienen que tener conciencia desde el principio de que los textos tienen diferentes estructuras; deben saber reconocer, por ejemplo, un texto comparativo”, añade.

Otro de los factores que, según Paola Uccelli, influyen en la comprensión lectora es la falta de interacción con los padres. No se trata de hablar sobre temas cotidianos como la comida, sino sobre ideas que requieran un lenguaje más preciso. “Por la prisa, las conversaciones en casa se resienten o no tienen lugar. La interacción con adultos es necesaria, los niños se benefician del lenguaje que escuchan”, destaca la investigadora.

En 2012, la estadounidense Shirley Brice Heath, profesora de lingüística de la Universidad de Stanford, publicó un estudio que aseguraba que de los 89 minutos de media que los jóvenes estadounidenses de 14 años pasaban conversando con sus padres en 1979, se había pasado a solo nueve minutos en 2009.

Las actividades extraescolares también afectan en el proceso de adquisición del lenguaje, pero en este punto, juega un papel primordial el nivel socioecónomico de la familia. “No es lo mismo acudir por las tardes a clases de música o de teatro que estar en la calle jugando con otros chicos. El lenguaje se aprende por repetición y se necesita a alguien más experto que guíe la actividad”, precisa Uccelli.

Según una encuesta de Pew Research Center, un think tank sobre tendencias en Estados Unidos con sede en Washington, las familias acomodadas se rigen por calendarios, sus hijos tienen las tardes repletas de actividades extraescolares como ballet o fútbol y los progenitores dedican tiempo a leer con sus niños. En cambio, los niños de las familias con menos recursos, suelen pasar su tiempo libre en casa o en la de otros familiares; disponen de menos tiempo y recursos para dedicar a sus hijos y ello puede conllevar que estén menos preparados para la escuela y el trabajo.

En su libro Unequal Childhood: class, race and family life, la profesora de sociología de la Universidad de Pennsylvania Annette Lareau señala que mientras los padres de clase media intentan que sus hijos desarrollen sus habilidades con una supervisión férrea y con actividades programadas, los de clase obrera les dan mayor independencia y tiempo libre para el juego porque creen que se desarrollarán de forma natural. Mientras los hijos de las familias más humildes son más felices y más independientes, los de las más pudientes esperan que sus padres les solucionen los problemas, pero desarrollan más habilidades para manejar la burocracia y tener éxito académico y laboral. La desigualdad también afecta a la comprensión lectora.

http://economia.elpais.com/economia/2016/01/11/actualidad/1452504086_366478.html

domingo, 17 de enero de 2016

La clase importa. Erik Olin Wright

Cuando Erik Olin Wright "se convirtió en marxista", en la década de 1970, esta era "la única alternativa" para un académico radical serio.

En la década de 1990 esto ya no era así, el marxismo iba retrocediendo y siendo marginado dentro y fuera del mundo académico. Wright decidió mantenerse. Se dedicó a reconstruir un marxismo sociológico tratándolo no como un conjunto de ideas fijas o como un método idiosincrático, sino como un conjunto distintivo de preguntas y un marco conceptual para responderlas.

El marxismo de Wright es la ciencia social ordinaria, pero guiada por la búsqueda del socialismo.
Su trabajo durante más de cuarenta años se ha centrado en repensar dos partes fundamentales de la tradición marxista: la clase y las estrategias para la transformación social. El nuevo libro de Wright, Understanding Class, eleva su propio enfoque de clase respecto a los del tipo de Thomas Piketty y Guy Standing. Y el libro electrónico Alternatives to Capitalism, que recoge un debate con Robin Hahnel, muestra su reflexión reciente sobre las posibilidades socialistas.
En una reciente visita a Australia, Wright conversó con el editor de Jacobin, Mike Beggs, en una amplia entrevista, en la que discutieron de todo, desde Weber y Marx a los mercados y sus puntos de vista sobre la estrategia de la izquierda.

Empecemos con la pregunta de por qué es importante la clase. David Grusky lo pregunta sin rodeos, con el argumento de que la clase en el sentido macro no es más que una construcción académica. ¿Cuál es su respuesta?

No estoy de acuerdo con la afirmación de que no es una categoría real. Creo que la respuesta a la pregunta: "¿Es una categoría real?" es, "¿Identifica los mecanismos reales que tienen una fuerza causal en la vida de las personas, con independencia de que los propios actores reconozcan dicha fuerza causal o las categorías jurídicas establezcan fronteras en torno a esos mecanismos ?".
...
Usted sugiere que tanto el enfoque marxista como el weberiano de las clases tienen algo que decir sobre la estructura de las posiciones. Pero los enfoques marxista y weberiano a menudo se han enfrentado entre sí.
Hay una cosa interesante que puede hacer cualquiera que no esté familiarizado con Weber: leer el apéndice de su libro de finales de la década de 1890, La sociología agraria de las civilizaciones antiguas. El apéndice contiene un largo ensayo sobre el colapso del Imperio Romano y de por qué la economía esclavista finalmente involucionó y socavó la reproducción de la sociedad romana.
Si doy a leer este ensayo a mis inteligentes estudiantes de doctorado y no saben quién lo escribió y les digo: "denme un diagnóstico de la adscripción teórica de este capítulo," dirán, "es claramente marxista." El punto de vista de Weber sobre las clases tiene un carácter muy marxista.
Weber considera que las clases dentro del capitalismo están principalmente estructuradas sistemáticamente por los derechos de propiedad. Esto es lo que ve como eje central de las relaciones de clase: capitalistas y obreros. Estas dos categorías son el meollo de su análisis de clase.
La diferencia entre Marx y Weber es que Weber considera que los sistemas de dominación y desigualdad antes del capitalismo estaban basados en el status más bien que en la clase, por lo que ve el análisis de clase como algo apropiado sólo para el capitalismo, en lugar de verlo como una forma de entender las amplias variaciones, a través de los distintos períodos históricos, de la estructuración de la dominación y la explotación.
En el análisis dentro del capitalismo también hay algunas diferencias importantes entre Marx y Weber, particularmente en la forma en que Weber ignora el problema de la explotación. Sin embargo, la distinción crucial entre estas tradiciones es que el análisis de clase marxista del capitalismo está anclado en una propuesta muy audaz: que hay una alternativa al capitalismo.
El propósito central del análisis de clase en el marxismo es aclarar las condiciones para la superación del capitalismo y la creación de una alternativa socialista. Si se deja de lado el socialismo como alternativa al capitalismo, no queda casi nada para ser marxista. Todavía habría algunas ideas marxistas que podrían ser útiles; pero el objetivo central del análisis de clase marxista es el anticapitalismo. Desde luego este no es el caso de Weber.
El objetivo del análisis de clase de Weber es entender las variaciones dentro del capitalismo. El análisis de Weber trata de cómo se constituyen las clases en la sociedad capitalista y cómo varios tipos de derechos de propiedad contribuyen a estructurar las relaciones de clase en términos de las oportunidades y estilos de vida que se abren o se bloquean.
Para entender las variedades del capitalismo y cómo las estructuras de clase varían dentro del mismo, las categorías de Weber son bastante flexibles. Tienen un montón de posibilidades de subdivisiones en función de la naturaleza de los contratos de trabajo, la naturaleza de la formación técnica de los trabajadores; todos ellos crean diferentes capacidades de mercado y diferentes tipos de capitalismo o bien validan o socavan dichas capacidades.
Así pues, el análisis de clase marxista nos ayuda a entender los grandes contrastes entre distintas épocas y el desafío al capitalismo desde la posibilidad de una alternativa. El análisis de clase weberiano nos ayuda a comprender las variaciones dentro del capitalismo.
La razón por la que creo que son compatibles es que los marxistas también están interesados en las variaciones dentro del capitalismo y cuando las estudian suenan terriblemente weberianos. Invocan los mismos tipos de problemas: capitalismo organizado contra capitalismo desorganizado, capitalismo con un fuerte movimiento obrero que se preocupa de asegurar los derechos laborales frente a capitalismo con un movimiento obrero desorganizado, y así sucesivamente.

A menudo ha argumentado que el marxismo no debería distinguirse por una metodología especial. ¿Podría desarrollarlo?
No es impensable que los marxistas hayan descubierto una nueva metodología que precisamente ayuda a identificar los mecanismos causales reales de los que nadie más ha hablado. Es posible. Por lo tanto no quiero decir que el marxismo no pueda tener una metodología distintiva. Pero si ha descubierto una nueva metodología, se trataría de una nueva metodología científica que todo el mundo debería adoptar.
No hay razón alguna para que se necesite alguna metodología esotérica peculiar para el análisis de estos problemas, pero entonces tampoco es necesaria para todo lo demás.
Así pues, si "dialéctica" significa algo coherente, si es útil para entender las transformaciones de los sistemas, entonces es útil para entender todo lo relativo a los sistemas. Cuando trato de entender ideas como "dialéctica" o "contradicciones" y trato de precisarlas, no puede ser algo del tipo, "Por cada tesis, hay una antítesis de la que resulta una síntesis."

¿Por qué debería ser así? ¿Por qué hay una ley natural subyacente que dice que dondequiera que haya una tesis tiene que haber una antítesis de la que resulta una síntesis?
- No. Cuando se dan ciertos tipos de procesos causales, éstos pueden originar, por razones que tienen que explicarse, formas de resistencia y oposición. Y de este conflicto sale algún tipo de nuevo resultado. Si eso es un buen argumento, es un argumento sobre mecanismos. Esto no se aclara sirviéndose de una expresión como dialéctica.
Creo que todas las tesis sustantivas del marxismo que tienen credibilidad se puede formular como explicaciones científicas realistas y normales -procesos causales. Hay mecanismos subyacentes que generan efectos y estos mecanismos interactúan.
Los mecanismos no están aislados; no están sellados herméticamente; interactúan. Y esta interacción entre procesos causales genera los fenómenos que observamos en el mundo. La complejidad es que todo esto ocurre en el contexto de la percepción y la acción humana en que la gente observa el mundo mismo y lo interpreta - eso es parte del proceso. Entonces, ¿qué significa "la dialéctica"?
Una formulación sociológica es la llamada « problema de la estructura-acción ». El problema de la estructura-acción no es un problema esotérico oscuro; simplemente significa que los seres humanos nacen en mundos sociales ya existentes que limitan sus acciones.
Eso parece obvio - ¿cómo puede alguien refutarlo? No ha existido jamás un sociólogo que no se de cuenta de que los bebés nacen en mundos en los que existen ya relaciones sociales independientes de él.
Pero las personas crecen y se convierten en agentes conscientes y participan en acciones que generan esas mismas relaciones. Las personas son actores limitados por las relaciones, pero sus acciones afectan a dichas relaciones.

¿No es precisamente eso el problema estructura-acción?
Esto no es nada del otro mundo. Es sociología corriente de sentido común. Pero también es una gran cosa, porque esa es la relación que hace posible el cambio social consciente y deliberado, que es el objetivo de un análisis marxista.
Para citar a Marx, se trata no sólo de interpretar el mundo, sino de cambiarlo. Eso sería una declaración sin sentido si la estrategia fuera imposible. Tiene que haber acción, pero tampoco tendría sentido si la acción no se enfrenta a estructuras que necesitan transformación. La idea de que tenemos que cambiar el mundo significa que hay un mundo a cambiar, independientemente de nuestra voluntad de cambiarlo. Este es el significado del problema de la estructura-acción y creo que es lo que "dialéctica" debe significar - de lo contrario no sé lo que significa.

¿Puede explicar lo que significa para Ud. "marxismo analítico" y si sirve todavía para describir una tendencia existente?
...Absolutamente. Esto es lo que digo – es marxismo clásico que implica la intensificación de la contradicción entre las relaciones y las fuerzas de producción.
La cuestión es la siguiente: la irracionalidad, que se acelera, de un sistema de producción basado en la propiedad privada, cuando los medios de producción ya no pueden monopolizarse. Todo el mundo puede tener sus medios de producción, pero no pueden utilizarlos adecuadamente debido a la monopolización de los recursos naturales por la propiedad privada.
El carácter evidente, en este contexto, de la contradicción entre las fuerzas y las relaciones de producción hace que sea muy fácil argumentar a favor de la necesidad de transformar las relaciones de producción que impiden el uso apropiado de las fuerzas de producción.
Si son tan solo la tierra y los recursos naturales los que son monopolizados de esta manera egoísta y de auto-engrandecimiento,el problema es más sencillo que si se trata de cadenas complejas de bienes y de grandes complejos de producción intensivos en capital.
Estas nuevas fuerzas productivas –si estas anticipaciones son correctas- sentarán las bases de un entorno diferente en la lucha política.
Y también la propiedad intelectual.
También la propiedad intelectual, cierto. Todos estos desarrollos significan, creo, que el capitalismo será mucho más erosionable en el futuro de lo que lo ha sido en el pasado porque será más fácil llenar los espacios con formas de producción alternativas. Pero solamente será más erosionable si también puede ser más domesticable, debido a la necesidad de domesticar la escalada rampante de los derechos de producción intelectual y de los derechos de propiedad sobre el suelo y así sucesivamente.

La crisis medioambiental también puede proporcionar una apertura en este sentido. Claramente, la cuestión de quien regula y controla el acceso a los recursos naturales también va a estar en la agenda en el contexto de los problemas medioambientales globales. Solo para reiterar mi cuestión principal : las utopías reales se convierten en viables cuando abarcan estas dos estrategias, domesticar y erosionar el capitalismo. Por ello es distinto del anticuado socialismo evolutivo de Bernstein. El rol del Estado en este tipo de proyecto transformativo es la defensa y la expansión de espacios en los que las alternativas se construyen desde abajo, más bien que el Estado proveedor, actor central en la provisión de bienes.

Erik Olin Wright miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de sociología en la Universidad de Madison-Wisconsin y un científico social marxista de reputación académica internacional gracias, entre otras cosas, a sus trabajos empíricos sobre las relaciones de clase en el capitalismo contemporáneo (Classes, 1984; Interrogating Inequality, 1995; Class Counts, 1996). Desde 1991 dirige el Real Utopias Project, del que ya han visto la luz cinco volúmenes en la editorial Verso. Actualmente prepara un libro vinculado a este proyecto colectivo y que lleva por título Envisioning Real Utopías. Es posible ver un adelanto de su contenido en el artículo "Los puntos de la brújula: hacia una alternativa socialista" (New Left Review, nº 41) que, como el resto de sus escritos, puede encontrarse en su página web. Su último libro es Alternatives to Capitalism: Proposals for a Democratic Economy. Leer todo en la página original,...
Fuente: https://www.jacobinmag.com/2015/12/socialism-marxism-democracy-inequality-erik-olin-wright/
Traducción: Anna Maria Garriga Tarré