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Los pequeños platos de KultO, uno de los nuevos y cada vez más numerosos bares de tapas en la calle Ibiza, en el barrio del Retiro, en Madrid, reflejan una tendencia popular de los restaurantes españoles: después de años de gastronomía molecular, ahora está de moda una cocina más reconocible.
En el menú se reconocen influencias mexicana, asiática, italiana y mediterránea, pero el restaurante, que abrió en diciembre, está lejos de reinventar la tradición de las tapas. Gonzalo Bosque, uno de los propietarios, dijo: “Queremos ofrecer gastronomía conocida pero hacerla más divertida y contemporánea al añadir toques étnicos”, dijo
Bosque maneja las operaciones del negocio mientras los otros dos propietarios, Laura López Campo y José Fuentes, que son esposos, están a cargo de la cocina. La pareja, de Madrid, también dirige restaurantes en la provincia de Cádiz, al sureste de España, y han trabajado en restaurantes en el extranjero; llevaron a casa lo que aprendieron en países como Italia y China.
Durante una visita reciente, lo primero en su desfile de tapas para compartir fue un tazón de hummus espolvoreado de semillas de calabaza y cebollín, que sirven gratis. Después llegó una ensalada digna de publicar en Instagram, con hojas púrpuras de chicoria roja, calabacín en rebanadas delgadas, así como espárrago verde y blanco; oculta, un bola suave de burrata salpicada con aceite de trufa negra hecho en casa. La primavera respiraba en ese plato.
A continuación, dos tapas deslumbrantes: carpaccio de pulpo con una guarnición de elote frito, yuca en trozos y una salsa de vino blanco con ajo, así como una ensalada de papa y aderezo de manzana con rodajas de manzana verde.
Sin embargo, mis favoritas fueron las tapas de atún, con un pez de alta calidad proveniente de Malta y el sur de España, servidos en preparaciones inspiradas en el sureste de Asia y México. Satay de atún —trozos de lomo en brocheta sobre una cama crujiente de corazones de lechuga orejona— acompañado de menta fresca, cilantro y hojas de albahaca con una salsa picante de cacahuete. Lo más enérgico fue el dúo de tacos, un nido de buche de atún en trozos, piña, cebolla, cilantro, tomates y habanero, todo desbordando de unas canastas de tortilla horneada.
Italia fue representada de una manera más tradicional: un tazón generoso de pasta en espiral con pesto y salsa de tomate, una tapa reconfortante por excelencia.
La dulzura es bienvenida después de estos relámpagos de sabor, y llegó con un pastel de chocolate denso servido con sorbete de frambuesa y rociado de una cálida salsa de caramelo.
El comedor del segundo piso ofrece una atmósfera más discreta: la entrada alegre y sus tres mesas comunes son la mejor elección para disfrutar el ambiente más apropiado para una experiencia clásica de tapas.
KultO: Calle Ibiza 4. Teléfono: +34 911 733 053; página web: kulto.es. El precio de una cena para dos, sin bebidas ni propina, es aproximadamente de 55 euros (61 dólares).
http://www.nytimes.com/es/2016/09/06/un-bar-de-tapas-en-madrid-con-influencias-de-todo-el-mundo/?smid=fb-espanol&smtyp=cur
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viernes, 9 de septiembre de 2016
viernes, 26 de diciembre de 2014
Ensaladas
"De primero, ensalada". Probablemente es la frase más repetida en los restaurantes, en casa y en las oficinas a mediodía. David Gasol, nutricionista especializado en veganismo y consultor macrobiótico, explica que, además de socorridas, las ensaladas verdes son ricas en vitaminas A, C y E, fundamentales para prevenir el envejecimiento de las células. “Este clásico de cualquier menú también aporta vitaminas del grupo B. Por ejemplo, el famoso ácido fólico, muy necesario para varios procesos vitales, entre ellos, la gestación”, añade. Gasol recomienda consumir “verde” a diario y templar las ensaladas en invierno. “En los meses fríos podemos introducir las cocciones ligeras. Por ejemplo, una ensalada de apio, brócoli y judía verde hervidos unos pocos minutos es una opción muy saludable”, matiza. El presidente de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN), Giuseppe Russolillo, detalla cuáles son las bases verdes más aconsejables y qué hay detrás de cada una de ellas.
Col: un gol al cansancio, pero cuidado con los gases
"Aunque es típica en guisos y cocidos, la col cruda aliñada es riquísima (también en vitamina C). Protege a las células de la oxidación y contribuye al buen funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunitario. Fuente de ácido fólico (que disminuye el cansancio y la fatiga), contribuye a la absorción del hierro y es rica en fibra. También reduce los niveles sanguíneos de colesterol total y del llamado colesterol malo (LDL). En algunas personas, tomar mucha cantidad puede producir flatulencias y algunas molestias digestivas leves y transitorias".
Escarola: perfecta para embarazadas
"Una ración de escarola aporta el 30% de la vitamina A y el 25% del ácido fólico que necesitamos diariamente. Una ingesta insuficiente de este último compuesto puede producir anemia megaloblástica, y su falta durante el embarazo se asocia con un alto riesgo de malformaciones congénitas fetales (espina bífida, problemas cardiacos, labio leporino). Este alimento contiene también principios activos de carácter antioxidante: flavonoides y compuestos fenólicos. Su consumo se asocia a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer".
Espinacas: la verdura ganadora
"Lo que nos contaban de pequeños era verdad: las espinacas son una fuente inagotable de vitaminas. Un plato aporta el 150% de la vitamina A necesaria al día [ideales para el crecimiento, en forma de beta-carotenos], el 100% del ácido fólico, más del 50% de la vitamina C y el 30% de la vitamina E. Estas hojas verdes, que aún arrastran mala fama infantil, contienen gran cantidad de luteína y zeaxantina, cuya presencia en la sangre se relaciona inversamente con el riesgo de padecer algunas enfermedades cardiovasculares. Las espinacas son también fuente de magnesio y de hierro. Este último, necesario para el transporte normal del oxígeno por parte de nuestras células".
Berros: mejor que la rúcula
"El berro es rico en vitamina A (en forma de provitamina, concretamente carotenos, que se transforman en vitamina A en el organismo). Según un estudio de su composición química, sus hojas contienen más flavonoides y vitamina C que el resto de las especies de crucíferas (una familia a la que también pertenece la rúcula). Aunque son ricas en los llamados "bociógenos naturales" (responsables de los problemas de tiroides), su consumo no se asocia a desequilibrios tiroideos en personas sanas, siempre que la ingesta de yodo sea la adecuada".
Lechuga: si tiene problemas intestinales, esta es su planta
"La clásica lechuga es fuente de vitamina A (en forma de beta-carotenos) y de ácido fólico. Una ración de lechuga aporta el 45% de la vitamina A que necesita el organismo diariamente [mantenimiento de células, crecimiento óseo, regulación de piel y mucosas]. También es rica en fibra, que ayuda a un correcto funcionamiento intestinal".
Endivias: depende de su paladar
"Su sabor ligeramente amargo se debe a los compuestos químicos lactucina, lactucopricrina e intibina. Su composición y propiedades son muy similares a las de la achicoria. Aporta pequeñas cantidades de minerales y vitaminas y es considerada fuente de ácido fólico. Como se consume generalmente cruda (ensalada) no se pierden nutrientes durante su cocinado. Una endivia aporta un tercio del ácido fólico que el organismo necesita para funcionar correctamente".
Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/12/16/buenavida/1418730602_494808.html
Col: un gol al cansancio, pero cuidado con los gases
"Aunque es típica en guisos y cocidos, la col cruda aliñada es riquísima (también en vitamina C). Protege a las células de la oxidación y contribuye al buen funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunitario. Fuente de ácido fólico (que disminuye el cansancio y la fatiga), contribuye a la absorción del hierro y es rica en fibra. También reduce los niveles sanguíneos de colesterol total y del llamado colesterol malo (LDL). En algunas personas, tomar mucha cantidad puede producir flatulencias y algunas molestias digestivas leves y transitorias".
Escarola: perfecta para embarazadas
"Una ración de escarola aporta el 30% de la vitamina A y el 25% del ácido fólico que necesitamos diariamente. Una ingesta insuficiente de este último compuesto puede producir anemia megaloblástica, y su falta durante el embarazo se asocia con un alto riesgo de malformaciones congénitas fetales (espina bífida, problemas cardiacos, labio leporino). Este alimento contiene también principios activos de carácter antioxidante: flavonoides y compuestos fenólicos. Su consumo se asocia a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer".
Espinacas: la verdura ganadora
"Lo que nos contaban de pequeños era verdad: las espinacas son una fuente inagotable de vitaminas. Un plato aporta el 150% de la vitamina A necesaria al día [ideales para el crecimiento, en forma de beta-carotenos], el 100% del ácido fólico, más del 50% de la vitamina C y el 30% de la vitamina E. Estas hojas verdes, que aún arrastran mala fama infantil, contienen gran cantidad de luteína y zeaxantina, cuya presencia en la sangre se relaciona inversamente con el riesgo de padecer algunas enfermedades cardiovasculares. Las espinacas son también fuente de magnesio y de hierro. Este último, necesario para el transporte normal del oxígeno por parte de nuestras células".
Berros: mejor que la rúcula
"El berro es rico en vitamina A (en forma de provitamina, concretamente carotenos, que se transforman en vitamina A en el organismo). Según un estudio de su composición química, sus hojas contienen más flavonoides y vitamina C que el resto de las especies de crucíferas (una familia a la que también pertenece la rúcula). Aunque son ricas en los llamados "bociógenos naturales" (responsables de los problemas de tiroides), su consumo no se asocia a desequilibrios tiroideos en personas sanas, siempre que la ingesta de yodo sea la adecuada".
Lechuga: si tiene problemas intestinales, esta es su planta
"La clásica lechuga es fuente de vitamina A (en forma de beta-carotenos) y de ácido fólico. Una ración de lechuga aporta el 45% de la vitamina A que necesita el organismo diariamente [mantenimiento de células, crecimiento óseo, regulación de piel y mucosas]. También es rica en fibra, que ayuda a un correcto funcionamiento intestinal".
Endivias: depende de su paladar
"Su sabor ligeramente amargo se debe a los compuestos químicos lactucina, lactucopricrina e intibina. Su composición y propiedades son muy similares a las de la achicoria. Aporta pequeñas cantidades de minerales y vitaminas y es considerada fuente de ácido fólico. Como se consume generalmente cruda (ensalada) no se pierden nutrientes durante su cocinado. Una endivia aporta un tercio del ácido fólico que el organismo necesita para funcionar correctamente".
Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/12/16/buenavida/1418730602_494808.html
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