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domingo, 27 de mayo de 2018

'Tiempo de silencio' se encarna en escena Rafael Sánchez dirige la primera versión teatral de la mítica novela de Martín-Santos 56 años después de su publicación.

‘Tiempo de silencio’, de Martín-Santos, se hace teatro El director suizo-alemán Rafael Sánchez dirige la adaptación de esta obra clave de la narrativa española

Ahí, ante ese muro, una medianera algo mugrienta entre edificios, un espacio fantasma del Madrid de la posguerra, van surgiendo los personajes y las voces interiores de todos ellos, aquellas que descubren los desengaños, la marginación, la sordidez y el obligado silencio de la época. Por primera vez desde su publicación, en 1962, Tiempo de silencio, del psiquiatra Luis Martín-Santos (Larache, Marruecos, 1924 / Vitoria, 1964), obra clave de la narrativa española, la que deja a un lado la literatura del XIX para adentrarse en el siglo XX a modo de James Joyce o William Faulkner, salta a los escenarios. Este montaje sobre el libro que supuso el abandono del realismo social en la novela en España y que ha marcado a tantas generaciones en nuestro país está dirigido por Rafael Sánchez, un dramaturgo suizo-alemán de ascendencia española. La versión, realizada desde el texto publicado en alemán y traducida luego al español, es obra del autor austriaco Eberhard Petschinka, estrecho colaborador de Sánchez.

El espectáculo se estrena el próximo 26 de abril en el Teatro de la Abadía, y con él este centro que dirige el académico José Luis Gómez completa su ciclo sobre la memoria histórica en esta temporada. Siete actores, cuatro hombres y tres mujeres (Sergio Adillo, Lola Casamayor, Julio Cortázar, Roberto Mori, Lidia Otón, Fernando Soto y Carmen Valverde), son a la vez narradores y personajes, que van entrando y saliendo en un brillante juego dramatúrgico, sin cambios de vestuario y ningún elemento sobre la escena. Son los intérpretes los que conducen la narración de esta historia de marginalidad y sordidez, centrada en Don Pedro, un médico que se queda sin ratones para proseguir sus experimentos y sale a la búsqueda de nuevos ejemplares en los barrios de chabolas de Madrid.

“Es una obra que habla de un momento de la historia de nuestra vida española en la que el silencio cayó sobre nuestro país. Esta obra no es política, pero sí habla de política, de las vidas que muestran lo que era esa España de entonces, en la que muchos no podían llegar a ser lo que querían”, aseguraba José Luis Gómez, durante la presentación del montaje que contó con la presencia de Luis Martín-Santos Laffón, uno de los hijos del escritor fallecido en accidente de automóvil a los 39 años. Obsesionado con “este texto maravilloso, muy difícil de adaptar dramatúrgicamente”, no es la primera vez que Gómez busca trasladarlo a los escenarios teatrales –Vicente Aranda dirigió una versión cinematográfica en 1986- . Ya lo intentó hace años con el alemán Frank Castorf, proyecto que se abandonó cuando a este director le encargaron El anillo de los Nibelungos para el Festival de Bayreuth.

Más suerte ha tenido ahora con el joven Rafael Sánchez, (Basilea, 1975), un dramaturgo con una ya larga experiencia escénica. Director asociado de los teatros municipales de Colonia (Alemania), Sánchez conoció Tiempo de silencio tras la conversación con José Luis Gómez. La leyó en alemán, en un ejemplar que encontró en un anticuario, y se quedó impactado. Creyó escuchar, entre muchas otras cosas, las voces y recuerdos de sus abuelos, emigrados a Suiza en los años sesenta. “Es un texto muy complejo para llevar a escena, la adaptación más complicada que he hecho hasta el momento. Pero me entusiasmó cómo Martín-Santos muestra la lucha de los distintos personajes por la supervivencia y cómo si al individuo le dejan solo, no es capaz de sobrevivir, cómo la sociedad abandona a aquellos que quieren cumplir sus sueños. El sistema político de entonces nunca se ocupó ni del individuo ni de la sociedad, solo se centró en la supervivencia de ese mismo sistema”, explica Sánchez, quien se pregunta si algo de eso ha cambiado hoy en día. “¿Hay todavía un manto de silencio en nuestra sociedad”?

https://elpais.com/cultura/2018/04/19/actualidad/1524146624_568351.html

lunes, 28 de octubre de 2013

Entrevista a Diane Ravitch, después de publicar su nuevo libro, EL IMPERIO DEL ERROR.

Diane Ravitch, exasesora del Secretario de Educación en el gobierno de George Bush Jr., pasó varios años abogando por la reforma del sistema educativo estadounidense. Apoyó la ley No Child Left Behind Act (Que ningún niño se quede atrás), el movimiento de escuelas "charter" y las pruebas estandarizadas. Después, y basándose en las evidencias de los datos que se venían obteniendo de las evaluaciones, cambió de opinión y denunció lo que ella llamó la destrucción de la escuela pública americana.

Su nuevo libro, El imperio del error [1]; critica la idea de la sustitución de las escuelas públicas por las instituciones con fines de lucro. Ella le dice a la NPR de Steve Inskeep: "Cuando la gente paga impuestos para las escuelas, no piensan que están pagando a los inversores. Ellos piensan que están pagando para tener clases más pequeñas y mejores maestros."

Por qué no está de acuerdo con el movimiento de escuelas chárter [2]
Lo que pasa con las "escuelas charter" es que originalmente se suponía que debían crearse para colaborar con las escuelas públicas y ayudar a resolver los problemas comunes. Debido a que han sido asumidas por la idea de la competencia, se han convertido en parte del movimiento para convertir la educación en un producto de consumo en lugar de ser uno social y con una responsabilidad pública. ...
Lo que quiero decir es que usted va a comprar una escuela (Que unos particulares convierten en negocio). Yo no creo en la libre elección de escuela. Creo que cada barrio debe tener una buena escuela pública. Y si los padres no quieren la buena escuela pública local y quieren enviar a sus hijos a una escuela privada, pueden hacerlo, pero deberán pagar por ello.

En cuanto a si algunas escuelas "charter" individuales están trabajando bien.
Algunas escuelas "charter" son excepcionales, algunas escuelas autónomas están haciendo un gran trabajo. Muchas escuelas "charter" lo hacen peor que la escuela pública local. Muchas escuelas "charter" están a cargo de personas que no tienen las cualificaciones necesarias para ser educadores, y algunas escuelas "charter" están dirigidas por empresarios con fines de lucro que están haciendo un montón de dinero. (Con excepciones, las escuelas "charter" para Diane forman parte de lo que ella descubrió y ha denunciado como la política de destrucción de la Escuela Pública Americana, y tratado ampliamente en otro de sus libros). ("Como muchos otros en esa época, me sentí atraída por la idea de que el mercado podría desatar la innovación y lograr una mayor eficiencia en la educación. Estaba sin duda influida por la ideología de otros funcionarios de alto nivel en la primera administración Bush, que eran fuertes partidarios de la elección de la escuela y de la competencia entre ellas. Pero de igual manera y de forma importante, creo, empecé a pensar como un político, sobre todo un político federal. eso significa, en palabras de un libro de James C. Scott que luego he leído y admirado, que comencé a "ver como un estado", buscando en las escuelas y los profesores y los estudiantes desde una altitud de 20.000 pies y viéndolos como objetos que se mueven alrededor de las grandes ideas y grandes planes".  Página 10)[3]

Por qué algunas escuelas públicas tienen bajo (desempeño) rendimiento, y cómo responder ante ello.
Algunas son malas, pero la razón por la que las llamamos así es porque están sirviendo a un número desproporcionado de niños con discapacidad y dificultades, ya que las escuelas "charter" no los quieren. Tienen un número desproporcionado de niños que no leen o no hablan Inglés porque son niños nacidos en el extranjero, y las escuelas "charter" no quieren que esos niños sean alumnos suyos. Por lo tanto, estamos sobrecargando a las escuelas públicas con niños de bajo rendimiento y luego las llamamos escuelas deficientes. Y eso está mal.

¿Hay escuelas malas? 
Sí, hay malas escuelas, entonces a las personas que deberían despedir, son a los superintendentes, los administradores, etc., es decir, a las personas que ejecutan, que toman las decisiones y dirigen y gestionan el sistema. Su trabajo es identificar las escuelas que son realmente malas y mejorarlas, dar a esas escuelas las oportunidades de cambiar mediante las clases de pequeño tamaño que necesitan, los consejeros que necesitan, los recursos adicionales que necesitan, para que puedan atender mejor al alumnado.

El papel de las nuevas tecnologías en el aula
No tengo ningún problema con que los profesores tengan buenas herramientas. Mi problema es que yo sé que ahora hay empresarios y gente en los centros de investigación que están discutiendo bastante públicamente que estas herramientas deben reemplazar a los maestros, y que si usted compra bastantes de estas herramientas, no sólo va a enriquecer a la sociedad, sino que hará posible que el distrito escolar ahorre dinero al tener a un centenar de niños en una tableta con un solo maestro, y eso es un gran ahorro para el distrito. Creo que eso no es educación. ... Las mejores escuelas del país, no están sustituyendo a los profesores por ordenadores.

Sobre si la pobreza es la causa subyacente de los problemas con la educación en Estados Unidos
Déjame que te diga lo que pienso, lo que todos necesitan saber: la educación pública estadounidense es un gran éxito. Los resultados de los exámenes nunca han sido mejores de lo que lo son hoy en día para los niños blancos, niños negros, los niños hispanos y los niños asiáticos. Las tasas de graduación de la escuela secundaria nunca han sido mayores de lo que son hoy en día para todos los grupos. Nuestras escuelas no están fallando, sino que tienen un gran éxito.

Donde hay puntajes bajos, donde hay tasas de abandono más altas que la media nacional, es donde se concentra la pobreza. Ahora, no podemos, obviamente, limpiar la pobreza durante la noche, para que no aparezca de día, pero hay muchas cosas que podemos hacer para que la escuela sea un igualador más fuerte de lo que es hoy. Una de ellas sería haber reducido el tamaño de las clases en las escuelas que atienden a los niños más pobres. Otra sería la de tener pre-escolar universal. Debemos tener un programa de artes fuerte en cada una de estas escuelas, sería otra cosa por hacer, porque los niños tienen que tener una razón para venir a la escuela que no sea sólo la de venir para aprobar.

Acabo de estar en Pittsburgh y Filadelfia. Las escuelas carecen de recursos suficientes. Las escuelas de Filadelfia están cerrando todas las bibliotecas, que han despedido a los consejeros. Quiero decir, todas las cosas que los niños necesitan para ayudarles a tener éxito las están quitando. Los niños que estamos tratando de ayudar, que son los que necesitan más, son los que están recibiendo menos. Y así, evidentemente, no se van a conseguir más éxitos.
[1] The Reign of Error.
[2] Escuelas organizadas y dirigidas por la iniciativa privada que vienen a sustituir a las Escuelas Publicas que ha obtenido mala puntuación en las pruebas de diagnóstico y evaluación del gobierno. Los profesores son despedidos y en el nuevo centro "charter" ingresan de nuevo los que son seleccionados por los nuevos dueños de la escuela, pero con peores condiciones de trabajo y, en la mayoría de los casos, no admiten a los afiliados a sindicatos, con el pretexto de que, como empresa privada que son ahora, son libres para contratar a los que quieran y con las condiciones que quieran. De ahí que estos procedimientos de privatización supongan también la destrucción de los sindicatos de profesores. Los sindicatos, con todos sus defectos, si se quiere son muchos, (tantos como tenemos nosotros los que los construimos, mantenemos y defendemos con nuestra participación, luchas y cuotas), han sido un factor fundamental de mejora de las condiciones de trabajo, de lucha por esa mejora, de solidaridad, de fraternidad, de apoyo, de defensa en una sociedad con lucha de clases y en "teoría" estaba dirigida a conseguir el bien común y que con frecuencia han olvidado ese bien común, resultado del "contrato social" que debería ser toda democracia.
En esta nueva sociedad neoliberal el rey es el mercado, el negocio, la ganancia, el dinero, no el bien común, el hombre tiene valor en cuanto tiene valor comercial, de producción y consumo económico de intercambio en el mercado. Por eso las escuelas serán transformadas en centros privados que utilizarán, de una parte, los ahora llamados "emprendedores" como una fuente de negocio más y de otra por aquellos que tengan el dinero para comprar ese bien, esa educación. Los sindicatos no tienen cabida en este mundo de ganancias, de competición sin humanismo, ni solidaridad, ni fraternidad. Esos son valores "caducos" en esta nueva sociedad de la globalización neoliberal que nos lleva a toda velocidad hacia el Antiguo Régimen de servidumbre, de señores, siervos y esclavos.
[3] "Las pruebas deben seguir el plan de estudios. Deben basarse en el plan de estudios. No deben sustituir o preceder al currículo. Los estudiantes necesitan una base coherente de conocimientos y habilidades que se hace más fuerte cada año. Los conocimientos y habilidades son importantes, ya que están aprendiendo a pensar, debatir y cuestionar. Una persona bien educada tiene una mente bien amueblada, con forma de leer y pensar sobre la historia, la ciencia, la literatura, las artes y la política. La persona bien educada ha aprendido a explicar las ideas y escuchar con respeto a los demás". Página 16, del citado libro.