sábado, 15 de abril de 2023

El arte alemán que precedió a la llegada de los nazis.

El Centro Pompidou dedica una gran muestra a la Alemania de entreguerras, encabezada por la llamada nueva objetividad, estilo pictórico que aspiraba reflejar la realidad social y que el régimen hitleriano tildaría luego de “degenerado”.
'An die Schönheit (Selbstbildnis)' (A la belleza, autorretrato), obra de Otto Dix de 1922.
Una exposición pluridisciplinar en el Centro Pompidou de París revisa ahora, a través de una inacabable selección de 900 obras y documentos, la historia oficial de los años veinte en Alemania, casi siempre sujeta a la leyenda dorada de la República de Weimar, que el museo parisiense desmitifica ahora con una mezcla de cautela y valentía. La tesis más atrevida en la muestra, que podrá verse hasta el 5 de septiembre, es que no hubo una ruptura clara entre los años veinte y los treinta. “Se suelen oponer esos dos periodos, cuando fue una transición más fluida de lo que se cree. No hubo un corte en seco”, confirma la comisaria Angela Lampe. En otro gesto osado, la comisaria decidió pintar la última pared del recorrido de un marrón sucio que recuerda al del primer uniforme nazi. Evoca de esa manera el final funesto de esta historia. “Aun así, no es adecuado hacer una lectura teleológica. Los artistas que empezaron a pintar en el año 1925 no podían saber lo que sucedería en 1933”, matiza.

A la izquierda, el óleo 'Junger Mann' (1921), de Anton Räderscheidt. A la derecha, 'Maler' (1926), retrato del pintor Anton Räderscheidt por el fotógrafo August Sander, que parece retomar los rasgos del modelo de su cuadro. GALERIE BERINSON / DIE PHOTOGRAPHISCHE SAMMLUNG/SK STIFTUNG KULTUR / SANDER ARCHIV © ADAGP, PARIS, 2022

Pese a que los nazis llevaran el movimiento a la hoguera, tildaran a sus artífices de “bolcheviques culturales” y forzaran al exilio a sus mayores pintores, como George Grosz o Max Beckmann, algunos de sus rasgos estilísticos pervivieron. La depuración del expresionismo que llevó a cabo esta escuela parece dialogar con las tesis de Adolf Loos sobre la “inmoralidad” del ornamento. Sin ir más lejos, el cartel de la muestra seminal de 1925 estaba ilustrado con un inexplicable edificio de estilo neoclásico, que tanta fortuna tendría pocos años después. Algunos de sus integrantes siguieron trabajando bajo el nuevo régimen, como Christian Schad, pese a que nunca lo apoyara abiertamente, mientras que Weiner Peiner, incluido en esa primera exposición, se convirtió en un artista admirado por los nazis: uno de sus paisajes rurales, depositarios de las esencias alemanas, fue entregado a Hitler como obsequio cuando llegó al poder. Con todo, la mayor parte de sus integrantes pertenecían a su ala izquierda, que aspiraba a reflejar la pobreza y la exclusión que la industrialización galopante habían provocado en el país. La muestra refleja la fascinación por el productivismo fordista tras la inyección de capital estadounidense en la posguerra alemana, que enriqueció a las mismas empresas que luego financiarían la campaña electoral de Hitler sin rechistar. Pero también deja lugar a los perdedores de ese sistema, obreros, mendigos, gitanos y otros parias que en algunos cuadros abandonan la masa anónima y expresan algo parecido a un desconsuelo.

“Se suele oponer a los años veinte y los años treinta, cuando fue una transición más fluida de lo que se cree. No hubo un corte en seco”, afirma la comisaria La exposición sostiene que, en la pintura de los años veinte, todo se convirtió en naturaleza muerta, incluidos los humanos. El hombre se transformó en mera arquitectura, en un frágil edificio que ya no estaba a salvo de las bombas ni de los derribos, como esos barrios antiguos arrasados durante la primera ola del racionalismo en ciudades como Fráncfort o Colonia. A partir de entonces, el ser humano será un objeto intercambiable y desechable, igual que las piezas de los muebles desmontables de Marcel Breuer. En el arte de la época, la personalidad o la psicología del modelo ya no tienen importancia. Solo cuenta su profesión y su categoría social. Los artistas se pondrán a clasificar la población como si fueran entomólogos. El mejor ejemplo es el del fotógrafo August Sander, que ocupa un espacio central en la muestra, como si protagonizara una antológica propia dentro de la exposición.

Sander emprendió un proyecto monumental, Hombres del siglo XX, con el que quiso radiografiar la totalidad de los grupos sociales de la República de Weimar, en una gran taxonomía nacional que abarcaba de los empresarios a los campesinos, de los escritores a los locos, de los prisioneros políticos a los primeros nazis de uniforme. Los vasos comunicantes entre fotografía y pintura son otro leit motiv de la exposición. Resulta obvio que la primera disciplina influyó en la segunda a la hora de alejarse de la subjetividad artística. “Aunque luego se haya entendido que la fotografía también es una construcción, entonces parecía un arte más cercano a la realidad que la pintura”, explica Lampe. En realidad, ese influjo fue mutuo. Lo demuestran algunas composiciones de Sander, que parecen calcadas de los cuadros de Otto Dix. Por ejemplo, una instantánea de 1931 protagonizada por una secretaria podría inspirarse en el conocido retrato que hizo Dix de la periodista Sylvia von Harden cinco años antes, en el que hoy se adivina también una relativa misoginia.

Esa es otra de las lecciones de la muestra, dedicada a un estilo que vendió como neutralidad omnisciente lo que ahora parece un gusto creciente por la caricatura y la crítica velada a una sociedad inmersa en una brutal transformación. El Berlín de los años veinte pasó a la historia como un paraíso del libertinaje y la tolerancia, como la capital de la subcultura homosexual que reinaba en sus 170 cabarets nocturnos y la de la liberación de la mujer, que conquistó el derecho al voto en 1918. El retrato que hace el Pompidou es mucho más ambivalente. “Todo eso existió, pero también la otra cara de la moneda. Algunos artistas sintieron miedo de esa emancipación, de esa confusión de géneros, y reaccionaron con violencia”, sostiene Lampe. La exposición lo ejemplifica con cuadros que recogen crímenes sexuales que sirvieron “para matar a la mujer simbólicamente”, según la comisaria. El propio Dix recoge, en su infame retrato del joyero Karl Krall, todos los estereotipos homófobos de la época, que solían equiparar la homosexualidad con el hermafroditismo. La muestra expone ese lienzo al lado de un filme de 1922 que recoge las tesis del médico Eugen Steinach, que creía que esa orientación sexual era una transgresión del orden biológico que la cirugía sería capaz de corregir. En otro de sus cuadros más conocidos, Dix retrató a Anita Berber, bailarina bisexual y yonqui, con el rostro consumido por el pecado, como si fuera un presagio de su muerte, pocos meses después, a los 29 años. Su semblanza parece cualquier cosa excepto una celebración de la amoralidad de ese personaje transgresor.

Al final de la muestra, una pared semitransparente comunica el principio del recorrido con la última sala, dedicada a la exposición que los nazis organizaron al llegar al poder en 1933 para denigrar y enterrar al movimiento. Solo han transcurrido ocho años, en los que la nueva objetividad ha pasado de ser el colmo de la modernidad para convertirse en la antesala del arte degenerado. Sin embargo, nunca morirá del todo. Influirá en sucesivas escuelas de la inextinguible figuración, de Balthus a los pintores afroamericanos de última hornada. Sin contar con su arraigo en el realismo socialista, que reinterpretó sus superficies llanas, sus formas sencillas y su espíritu didáctico, el mismo que impregnaría el teatro épico de Brecht, la poesía “utilitaria” del periodo de entreguerras o la llamada Zeitoper u “ópera de actualidad”. Eso es, sin lugar a dudas, lo que Goebbels no vio venir.

https://elpais.com/cultura/2022-05-12/el-arte-aleman-que-precedio-a-la-llegada-de-los-nazis.html#?rel=mas

Daniel Sanabria: “El mejor predictor del éxito profesional no es el rendimiento cognitivo, es que tus padres tengan dinero”

El psicólogo e investigador habla sobre las limitaciones de muchos estudios que, se supone, demuestran los efectos del deporte y de otras actividades en el cerebro.

El ejercicio puede ayudar a incrementar tu capacidad de pensamiento, dice en una nota de prensa de su institución Scott McGinnis, neurólogo de la Facultad de Medicina de Harvard. “Para la gente sana, hacer ejercicio de forma regular puede mejorar la función cerebral a lo largo de la vida, no solo después del entrenamiento”, escribe en un artículo publicado por Scientific American David Jacobs, profesor de la Universidad de Minnesota. La lista de investigadores y divulgadores que dan por sentada la mejora cognitiva del ejercicio físico es amplia y un buen número de estudios parecía sustentar esa postura. Sin embargo, hace unos días, el catedrático de la Universidad de Granada, e investigador en el Centro Mente Cerebro y Comportamiento, Daniel Sanabria Lucena (Burdeos, Francia, 46 años) y su equipo, publicaron una revisión de estudios en la revista Nature Human Behavior en la que incluyeron 109 trabajos en los que habían participado más de 11.000 personas en los que se había encontrado un efecto positivo del ejercicio sobre la cognición. Tras analizarlos en profundidad, observaron que ese efecto no tenía una evidencia sólida que lo respaldase.

“El conocimiento sobre este tema no está lo bastante avanzado como para poder hacer recomendaciones tan contundentes como las que se hacen”, dice en una entrevista por videollamada, y recuerda que su grupo “no es el primero que lo ha dicho”. Adele Diamond, de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver, también afirma que “los ejercicios aeróbicos, el entrenamiento de resistencia o el yoga no han demostrado capacidad para mejorar las funciones cognitivas superiores”, que incluyen la capacidad de planificar, de toma de decisiones o la memoria de trabajo. “Pero nosotros no hablamos de salud mental, que es otra temática diferente”, puntualiza Sanabria.

Pregunta. Estudios como el suyo muestran la dificultad de ofrecer recetas definitivas sobre muchos aspectos de la salud. ¿Cree que la gente puede aprender a vivir con esa incertidumbre y no aceptar consejos claros pero sin base?
Respuesta. En primer lugar, creo que hace falta educación científica en la población, empezando desde el colegio, para que la gente entienda cómo funciona la ciencia. Es importante saber que los investigadores tenemos nuestros sesgos, intereses y prejuicios. Para algunos, la ciencia se ha convertido en una especie de religión, una fuente de certezas absolutas y en realidad no funciona así. La gente quiere saber qué tiene que hacer para cuidar su bienestar, también el mental. Queremos recetas sencillas. Pero, en la mayoría de las ocasiones, dar recetas es complicado, a lo que se une, como vimos en la pandemia, que somos poco tolerantes a la incertidumbre.

En mis propias clases, recuerdo hablar de dos teorías contradictorias acerca de un fenómeno, y una persona me preguntó: ¿Entonces, qué me tengo que creer? Les dije que la ciencia no se trata de creer, se trata de ir generando teorías, y acumular evidencia, que puede ser más o menos sólida y concluyente a favor de una u otra hipótesis.

P. ¿Entonces, como dirían sus alumnos, qué hacemos con el ejercicio?
R. En este caso concreto, por lo que sabemos, lo que diría es que si hacer ejercicio te hace sentir bien, hazlo. Porque además hay una evidencia muy sólida sobre los beneficios para la salud física.

P. ¿Cómo se generan todos estos estudios que nos han hecho creer que el ejercicio tenía un efecto positivo sobre la cognición?
R. En las últimas dos décadas ha habido un interés creciente en esta temática, buscando beneficios del ejercicio físico más allá de la salud física. Se han hecho estudios buscando relaciones entre el nivel de actividad física de un grupo de personas, en algunos casos con miles de participantes, su nivel de forma física cardiovascular y el rendimiento cognitivo. Estos estudios muestran correlación, pero correlación no significa causalidad. Por eso se han llevado a cabo estudios de intervención, donde asignas aleatoriamente a personas al grupo experimental, que realiza ejercicio físico, y a otras personas al grupo control, que no realiza ejercicio físico, o que realiza una actividad que, supones, no va a tener impacto a nivel cognitivo. La evidencia obtenida de ese tipo de estudios es la que se utiliza con frecuencia para afirmar que el ejercicio físico mejora la cognición. Nosotros hemos analizado 109 de esos estudios , los que se centran en población sana, y la conclusión es que la evidencia sobre esos supuestos beneficios cognitivos no es para nada concluyente. De hecho, pensamos que los estudios de intervención quizás no sean la mejor herramienta para estudiar los posibles efectos del ejercicio practicado de forma regular a nivel cognitivo y cerebral, y que sería mejor obtener evidencia a partir de estudios longitudinales. Si obtenemos evidencia concluyente sobre la existencia de estos efectos, estaría la cuestión del “por qué”, pero eso ya da para otra entrevista. Y luego está que, a veces, no se publican los resultados cuando no sale el efecto buscado.

P. Entonces, ¿hay resultados que, porque son más atractivos, se buscan más y salen más?

R. Un ejemplo paradigmático es el bilingüísmo, la ventaja de ser bilingüe a nivel cognitivo. Entre 2000 y 2010, hubo un bum de artículos que mostraban que la gente que hablaba más de un idioma era mejor cognitivamente que los monolingües. He llegado a ver ejemplos de colegios bilingües que vendían el bilingüismo como herramienta para mejorar la capacidad cognitiva de sus alumnos. Sin embargo, aparecieron trabajos que mostraban sesgo de publicación [la tendencia a que se publiquen más los resultados positivos que los nulos], sobre todo en grupos que eran bastante prolíficos en ese campo. Además de esto, en esta temática del bilingüísmo y el rendimiento cognitivo, en los últimos años han surgido estudios con muestras bastante grandes y resultados nulos.

En el caso de ejercicio físico, nosotros hemos realizado varios trabajos que, a primera vista, podrían mostrar resultados contraintuitivos. Uno es sobre la fatiga mental en el rendimiento físico. Hoy hay literatura que dice que si haces una tarea mental exigente justo antes de hacer ejercicio físico, vas a rendir peor físicamente que si antes haces algo menos exigente. En las ciencias del deporte parecía algo asumido. Nosotros intentamos replicar un estudio clásico en esta línea y obtuvimos resultados nulos, y ahí nos empezamos a cuestionar la calidad de la evidencia. Empezamos a mirar la literatura y los estudios utilizaban muestras muy bajas de sujetos. Hicimos un metaanálisis y, efectivamente, había muestras muy pequeñas, lo que aumenta la probabilidad de encontrar un falso positivo, estudios de mala calidad y sesgo de publicación.

Y otra línea de investigación en la que hemos trabajado es la que busca los efectos de la estimulación cerebral eléctrica por corriente directa, de baja intensidad, para mejorar el rendimiento físico y deportivo. Incluso había una empresa que vendía un aparato que estimulaba el cerebro para mejorar el rendimiento físico. Hicimos un estudio empírico, intentando replicar resultados previos y, de nuevo, encontramos un resultado nulo. Hicimos un metanálisis, y volvemos a encontrar estudios con muestras muy bajas, sesgo de publicación, literatura no concluyente.

Dicho esto, los resultados de nuestras investigaciones que he comentado aquí no quieren decir que esos efectos no existan, ya que la ausencia de evidencia de un efecto, no es evidencia de la ausencia de un efecto. Lo que indican es que, con los estudios disponibles hasta el momento, no se puede concluir nada sobre esos fenómenos. Se necesita más y mejor investigación.

P. ¿Influye en los resultados la forma en que se elige la gente que participa en los estudios?
R. Puede tener una repercusión importante, sí. Por ejemplo, imagine que se hace una llamada a la participación en la que se dice que buscan personas mayores para un estudio que quiere ver los efectos del ejercicio sobre el rendimiento cognitivo y cerebral en la prevención del deterioro cognitivo. ¿Quién se va a apuntar? Es muy probable que sean personas que tienen interés y expectativas de que el ejercicio va a tener un efecto en su cerebro. Y a ese grupo, en muchos estudios, se le compara con uno de los llamados “lista de espera”, que siguen su vida normal, que no hace nada. Eso en medicina no te lo compran en ningún sitio. Siempre tienes que tener un grupo placebo, porque sabes que las expectativas sobre el efecto de un fármaco ya puede tener un efecto. Además, en nuestro reciente estudio de revisión sobre los efectos del ejercicio a nivel cognitivo, hemos visto que en muchos estudios, las personas del grupo experimental, que recibe el entrenamiento en ejercicio físico, suelen partir de un punto más bajo en su rendimiento cognitivo que las personas incluidas en el grupo control, que no recibe la intervención en ejercicio físico. Por tanto, el grupo experimental tienen más margen de mejora que el grupo de control. Que esa diferencia entre los grupos antes de empezar la intervención suela estar a favor del grupo experimental en muchos estudios podría ser otro indicador de sesgo de publicación.

P. ¿En la explicación de los efectos de los resultados psicológicos se incide demasiado en los efectos sobre el cerebro y poco en el contexto?
R. Uno de los peligros de este tema de medir los efectos de algo, y vale para el ejercicio, el mindfulness o lo que sea, es que se suelen obviar factores muy relevantes, que son los factores de contexto. El mejor predictor del rendimiento académico y del éxito profesional posterior no es el rendimiento cognitivo, es el contexto sociocultural. Que tus padres tengan dinero. Algunas formas de interpretar los resultados nos lanzan un mensaje sutil, que centra la responsabilidad en el individuo. Si estás gordo es tu culpa, y no tiene nada que ver con que estés rodeado de comida basura, si no haces ejercicio y te pones malo es por tu falta de voluntad… Creo que eso es peligroso.

P. Aunque eso sea cierto, tampoco es incompatible limitar la cantidad de comida basura accesible y decirle a la gente que parte de su salud está en su mano, en salir a correr o intentar comprar menos comida ultraprocesada.
R. Totalmente de acuerdo, no es incompatible. Y no quiero que sea el mensaje de nuestro trabajo. A la gente le recomiendo que haga ejercicio, por supuesto. Pero, sobre todo, si te planteas apuntar a tu hijo o hija a practicar un deporte o jugar al ajedrez, hazlo para ver si le gusta, pero no para buscar un efecto en su mente, porque los efectos, si es que existen, son pequeños y, a día de hoy, la evidencia científica no es nada concluyente al respecto. Y creo que es importante destacar de nuevo que no toda la responsabilidad sobre el bienestar físico y mental debe recaer en el individuo.

viernes, 14 de abril de 2023

"La sociedad occidental se ha construido sobre la peligrosa fantasía de que los seres humanos pueden vivir ajenos a los límites de la naturaleza"


Yayo Herrero

FUENTE DE LA IMAGEN,GENTILEZA HAY FESTIVAL

Pie de foto,

Yayo Herrero es una de las voces más influyentes del ecofeminismo.

¿Cómo se sostiene la vida humana?
Es una pregunta clave para revelar las contradicciones del modelo económico occidental, según Yayo Herrero, antropóloga española y experta en educación ambiental y desarrollo sostenible.

Coautora de una veintena de libros y autora de cinco, Herrero es una de las voces más influyentes del ecofeminismo.

"El modelo económico occidental se ha constituido como si la humanidad estuviera por encima de la naturaleza", afirma.

Y no solo el modelo de crecimiento desconoce que el planeta tiene límites, según la antropóloga.

También se invisibiliza a todo un sector de la población, en su mayoría mujeres, sin cuyas tareas de cuidado no sería viable la vida en nuestros "cuerpos vulnerables y finitos".

Yayo Herrero habló con BBC Mundo sobre qué es el ecofeminismo, cuáles son los peligros de la tecnolatría y por qué urge repensar las ciudades y el modelo económico ante la emergencia climática.

¿Por qué dices que estamos viviendo en un momento de guerra contra la vida?

Decimos que estamos en guerra contra la vida porque sobre todo el ámbito económico, y el político a su servicio, se han constituido muchas veces como si la humanidad estuviera por fuera y encima de la naturaleza.

Es un modelo económico que no conoce límites. Es incapaz de considerar en su racionalidad que el planeta Tierra en el que vivimos tiene límites físicos que ya están traspasados.

Sin embargo, somos conscientes de que nuestro cuerpo es un 65% agua. Necesitamos agua absolutamente para todo lo que es preciso tener para estar vivos, desde los alimentos hasta fabricar un par de pantalones vaqueros.

Por otro lado, todo lo que construimos lo hacemos con minerales de la Tierra que son extraídos pero no son producidos por los seres humanos.

Somos seres insertos en una trama de la vida extremadamente compleja, que es la que se ocupa de regular el clima, del ciclo del agua, de que los minerales en el suelo se puedan convertir en cuerpo vivo vegetal, que es la forma en la que se incorpora la energía a las cadenas de lo vivo.

Es decir, no hay economía sin naturaleza, como no hay tecnología sin naturaleza.

Y sin embargo, una persona puede salir de una Facultad de Ciencias Económicas habiendo estudiado una asignatura a veces simplemente optativa, que se llama economía ambiental o economía de la naturaleza. Y sale convencida esta persona titulada de que la naturaleza es un subconjunto dentro del campo de estudio económico y no más bien la economía un subconjunto dentro de la trama de la vida.

"Somos seres insertos en una trama de la vida extremadamente compleja".

¿Esa falta de reconocimiento de que somos parte de la trama de la vida es a lo que te refieres cuando afirmas que "la sociedad occidental fue construida en base a una fantasía"?

La cultura occidental es prácticamente una de las únicas culturas del mundo que han establecido una especie de falso abismo, de muro ontológico entre los seres humanos y el resto del mundo vivo, como si fuéramos cosas distintas.

Las culturas de los pueblos originarios y las culturas campesinas, en cambio, tienen una mirada mucho más arraigada en la tierra y en los cuerpos, son culturas tremendamente biocéntricas.

Para la cultura occidental el mundo de las ideas era donde se situaba la razón. Como si la razón pudiera estar completamente desvinculada de la materialidad de la tierra y de los cuerpos.

Esto tomó luego cuerpo político muy pronto en Occidente y vemos, por ejemplo, cómo la democracia ateniense considera que el sujeto político es un hombre, un varón que debate, dialoga y fruto de esos diálogos establece cuál es el interés común y cuáles son las leyes que permiten que se organice la polis, dejando fuera a esclavos y esclavas, que son los que se encargan de sembrar, de cultivar, de extraer piedra y dejando fuera también a las propias mujeres a las que se sitúa en el ámbito doméstico.

Así, desde mi punto de vista, es como se construye el patriarcado.

Es decir, el patriarcado es una fantasía de la individualidad que consiste en pensar que los seres humanos, sobre todo algunos seres humanos, podemos vivir desvinculados del territorio, emancipados de nuestro propio cuerpo, como si nuestro propio cuerpo no necesitara atenciones, afectos y cuidados simplemente para poder sobrevivir. Y emancipados también del resto de las personas.

La sociedad occidental se ha construido sobre una peligrosa fantasía: la de que los seres humanos, gracias a su capacidad de razonar y conocer, podían vivir ajenos a la organización y límites de la naturaleza y a las necesidades derivadas de tener cuerpo.

Solo unos cuantos individuos -mayoritariamente hombres- pueden vivir como si flotasen por encima de los cuerpos y de la naturaleza, y lo hacen gracias a que, en espacios ocultos a la economía y a la política, otras personas, tierras y especies, se ocupan de sostenerles con vida.

Yayo Herrero en el Festival Hay en Colombia: "Una transición ecológica justa es evidentemente un cambio a mejor para todo el mundo".

Estamos en una emergencia climática, como advierte una y otra vez la ONU, y algunos ponen toda la esperanza en la tecnología. ¿Es esta "tecnolatría", como la has llamado, otra fantasía?

La ciencia y la tecnología que nacieron en Occidente son muy herederas de esa fantasía de la individualidad, de la vocación de terminar de emancipar al hombre con mayúsculas, al hombre blanco, de una tierra a la que se percibía como llena de constricciones para lo que se llamaba progreso.

Newton, por ejemplo, formula las leyes de la mecánica diciendo que el universo en realidad es una gran maquinaria, de la cual es posible conocer las leyes que la organizan y así poder de alguna manera, dominarla y someterla.

Digamos que la ciencia que nace en Occidente de la mano de Descartes, de Newton, de Bacon, es un proyecto de dominio, un proyecto de sometimiento de la naturaleza y de sus secretos.

Por eso, cuando nuestros sistemas económicos se configuran, se configuran basados en esa ciencia y en una tecnología que tiene como principal función conseguir que sea efectivo ese dominio y este sometimiento: perforar cada vez más rápido, extraer cada vez más deprisa, talar cada vez de una forma más veloz.

Pero como decías el planeta tiene límites…

Hemos llegado a un momento en el que se ha producido ya lo que llamamos el punto álgido del petróleo. En 2006, la Agencia Internacional de la Energía, que no es nada sospechosa de ecologismo radical, reconoció que se había alcanzado ese límite de extracción.

Igualmente alcanzamos los puntos más altos de extracción de minerales como el litio, el cobre, el platino, el neodimio, el disprosio, el cobalto, es decir, minerales que son absolutamente imprescindibles ahora mismo para poder intentar sustituir un petróleo que declina.

Para construir aerogeneradores o placas solares hacen falta minerales que son extraídos sobre todo en los países del sur global. Pero se ponen al servicio todavía de los intereses de los centros de dominio, de poder y de control, que son países mayoritariamente del norte global, donde también en su interior se producen profundas desigualdades.

Claro, cuando miramos simplemente la transición a las energías renovables que requieren minerales y luego nos ponen delante que la solución al auto de motor de combustión es pasar al auto eléctrico, la pregunta que nos hacemos es ¿con qué minerales?, porque el vehículo eléctrico no se fabrica de la nada, necesita los mismos minerales.

Y no solamente eso, sino la propia economía digital, la digitalizacion de la vida que requiere la fabricación de computadoras, pantallas, cableados, satélites, fibra óptica, el despliegue de las tecnologías 5G, vuelve a necesitar de nuevo los mismos minerales.

La carrera por los codiciados "minerales del futuro" que pueden crear gigantescas fortunas e influir en la seguridad nacional de los países

"El auto eléctrico no se fabrica de la nada, necesita los mismos minerales".

Lo que tenemos delante de la cara y nos lo plantea la propia comunidad científica hoy es que si miramos los minerales que se declaran que quedan y lo comparamos con lo que se pretende hacer con ellos las cuentas no salen.

O salen si el beneficio es solamente para algunos sectores enriquecidos que, protegidos por el poder económico, el poder político y el poder militar, consiguen que todo el acaparamiento de recursos declinantes, escasos que quedan en la Tierra, vaya a su servicio.

Esto implica y convierte la guerra contra la naturaleza también en una guerra contra los derechos de las personas, porque plantea dinámicas de profundo extractivismo y convierte amplias zonas del planeta, que históricamente fueron durante las colonias utilizadas como grandes minas y grandes vertederos, al servicio de los colonizadores en una especie de neocolonialismo.

Las convierte en zonas de sacrificio, por eso es muy importante mirar críticamente toda la promesa tecnológica.

Pero muchos aseguran que sin tecnología no saldremos de la emergencia climática…

Claro que necesitamos tecnología. Necesitamos una transición a energías renovables. Necesitamos pensar en una agronomía que sea capaz de producir alimentos sin envenenar ni a las personas ni a la tierra.

Necesitamos otros modelos de transporte, electrificados cuando tengan que ser motorizados. Pero hemos de darnos cuenta que esto hay que hacerlo en un marco de límites.

Por tanto el transporte debiera ser público y colectivo. Por tanto la producción de alimentos debiera ser con una base agroecológica.

La transición energética debe ser en un contexto de mucho, mucho, mucho menos gasto de energía y además, un contexto justo.

Un contexto que haga que aquellas personas que no tienen lo suficiente y que necesitan más puedan tener lo que necesitan para vivir con dignidad, mientras que otras personas que tenemos mucho más de lo que nos corresponde tendremos que aprender o nos tendrán que obligar básicamente a aprender a vivir con menos.

La clave es entender que ninguna solución a ninguno de los problemas que tenemos es una solución estrictamente tecnológica ni puede ser una solución que descanse sobre un mayor uso de energía, mayor uso de minerales, esa es un poco la clave.

"La transición energética debe de ser en un contexto de mucho, mucho menos gasto de energía".

Tal vez algunos lectores se pregunten por qué hace falta una mirada de ecofeminismo, cuando ya tenemos la mirada ecologista y la mirada feminista.

El ecofeminismo es un diálogo ante ambos movimientos, y yo creo que es un diálogo que lo que hace es amplificar el poder y la potencia de cada uno de ellos por separado.

Desde el ecologismo a veces nos hemos planteado la defensa de la naturaleza como si estuviéramos defendiendo algo externo a las propias personas, mientras que desde el feminismo defendíamos el derecho a que todas las vidas puedan vivirse con dignidad.

El ecofeminismo lo que hace es razonar sobre un concepto que a mí me parece muy potente, que es el de la sostenibilidad de la vida humana.

El ecofeminismo pregunta, ¿cómo se sostiene la vida humana? y reconocemos que para sostener la vida humana hay dos dependencias, y una es la dependencia de la naturaleza.

No hay seguridad posible para la vida humana si no hay una naturaleza que funcione acorde no a lo que les gustaría a los humanos, sino a sus propios ritmos que vienen de una evolución de 3.800 millones de años.

A la vez, un cuerpo humano vivo no se sostiene si nadie lo cuida. Los primeros años de vida son inviables sin cuidados. Los últimos años de existencia pasan a veces en una situación de tremenda dependencia.

Los seres humanos necesitamos otras personas alrededor para que la vida literalmente sea viable.

No existe ningún sujeto completamente independiente. Somos interdependientes.

Lo que sucede es que a lo largo de la historia quienes mayoritariamente se han ocupado de forma no libre del trabajo de cuidados y de la atención a las personas han sido mujeres.

Y digo que se han ocupado de forma no libre, porque ha sido un trabajo impuesto por el patriarcado. Y además esas tareas han sido sistemáticamente invisibilizadas.

Si la naturaleza hiciera una huelga y las mujeres hicieran una huelga en cuidados, el mundo se caía en dos días. Sería imposible poder sostener la vida.

Por eso tiene sentido poner esto en diálogo y además hacerlo desde el punto de vista no solamente de decir estos trabajos importan, sino estos trabajos importan y no los vamos a hacer solas, porque es responsabilidad del conjunto social y también de los hombres hacerse corresponsables del mantenimiento de la vida.

Las tareas de cuidado en la sociedad "han sido sistemáticamente invisibilizadas".

Mencionabas en una de tus charlas cómo el modelo extractivista impacta principalmente en las mujeres.

El extractivismo suele suponer una invasión de muchos hombres extraños en los territorios, que empiezan a trabajar en las minas, se abren nuevas tiendas, se abren locales. Hay un consumo muy generalizado del alcohol en los lugares donde trabajan los mineros.

Y esa presencia de muchos hombres extraños en el lugar y con altos consumos de alcohol y vidas tremendamente violentadas suele tener un fuerte impacto sobre las mujeres que se ven violentadas, aumentan los casos de abuso sexual y violación.

No obstante, no hay solamente un impacto en términos de victimismo, sino que cuando miramos quiénes están resistiendo, lo que vemos es que son muchísimas mujeres articuladas comunitariamente las que hacen un trabajo de denuncia, de fuerza.

Las mujeres están teniendo una tremenda fuerza en la lucha contra las causas del cambio climático.

El extractivismo supone la llegada de hombres extraños a los territorios, con altos consumos de alcohol. Esto "suele tener un fuerte impacto sobre las mujeres".

En las ciudades vivimos apartados de la naturaleza, pero consumiendo grandes cantidades de recursos. ¿Vivimos en otra fantasía?

Las ciudades, sobre todo las ciudades grandes, se han construido gracias a la disponibilidad de una cantidad enorme de petróleo y de energía relativamente barata.

Yo ahora vivo en un pueblo muy pequeño en el norte de España, pero la mayor parte de mi vida la he vivido en Madrid, que es una ciudad grande en donde las personas se mueven decenas de kilómetros para poder hacer su vidas.

Yo suelo decir que en Madrid no se produce nada que sirva para estar vivo. Es decir, ni el alimento que comemos ni la energía que utilizamos.

Todos los productos que sirven para mantener la vida tienen que ser traídos en camiones desde fuera de la ciudad. Pero es más, todos los residuos que generamos, lo que llamamos basura, tienen que ser sacados de la ciudad.

Recuerdo una vez una huelga de trabajadores y trabajadoras de la limpieza del Ayuntamiento de Madrid y en una semana la ciudad se venía abajo, era impresionante ver los cúmulos de porquería, cómo proliferaron las ratas.

Menciono Madrid porque es la ciudad que mejor conozco. Pero pensemos que hay una cantidad enorme de ciudades con un tamaño absolutamente descomunal.

Tokio, la misma Bogotá, Lagos, toda el área metropolitana de Londres, París, son ciudades inmensas en donde no se produce nada y que son tremendamente vulnerables a la deficiencia o a la dificultad del acceso a la energía.

El modelo de ciudad tiene que ser completamente revisado.

"Yo suelo decir que en Madrid no se produce nada que sirva para estar vivo".

¿Cómo puede cambiarse ese modelo?

Solemos decir que por de pronto hay que establecer una moratoria para que las ciudades no crezcan más.

Y luego repensar bien el planeamiento urbano, el suministro de alimentos, la energía y el transporte dentro de las ciudades, con el fin de generar ciudades multicéntricas, es decir, no ciudades que tienen centro y unas periferias, sino hacer de la escala barrial, de la escala más próxima una especie de construcción de pequeñas ciudades dentro de las ciudades.

También pensar en la agricultura urbana, pensar en cómo los edificios pueden ser aislados o pueden ser protegidos para necesitar mucha menos energía fósil.

Hay que pensar cómo reconfigurar las ciudades para que la gente no necesite moverse tanto en transporte motorizado para hacer su vida cotidiana. Yo, por ejemplo, tengo muchas ganas de visitar ahora que estoy en Colombia el proyecto de las manzanas de cuidados en Bogotá.

Es un proyecto que sale de la municipalidad y que se está poniendo en marcha pensando en acercar todo lo que las personas necesitan a donde viven. Hay mucho trabajo por hacer.

"Hay que pensar cómo reconfigurar las ciudades para que la gente no necesite moverse tanto en transporte motorizado para hacer su vida cotidiana".

¿Qué reflexión final te gustaría dejar a quienes leen esta nota?

La reflexión que me gustaría dejar sobre todo es que si nos paramos a pensar un momento, si frenamos un poco la actividad frenética de todos los días, no es difícil entender que formamos parte de una trama de la vida que tiene límites.

Y no es difícil entender que no estamos en el mejor de los mundos posibles, hay enormes desigualdades, hay enormes violencias.

Si pensamos en lo que sería necesario para hacer una transición ecológica que sea justa, estamos pensando en un mundo en el que la vida sea digna, a lo mejor más sencilla pero digna para todo el mundo, que quienes no tienen lo suficiente tengan lo que necesitan y eso pasa por que quienes tenemos más de lo que necesitamos pues aprendamos a vivir con menos.

Una transición ecológica justa es evidentemente un cambio a mejor para todo el mundo. Puede que haya algunos sectores tremendamente privilegiados y muy enriquecidos que tengan que renunciar a parte de lo muchísimo que les sobra.

Pero cuando pensamos en gente que con tal de mantener toda su riqueza es capaz de sacrificar la vida de otras, yo lo que creo es que también las sociedades tienen que aprender a defenderse de ese tipo de personas que anteponen no ya su bienestar o su supervivencia, sino su enriquecimiento personal por encima del resto del conjunto de todo lo vivo.

Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Cartagena, un encuentro de escritores y pensadores que se realizó en esa ciudad colombiana del 26 al 29 de enero.

Violencia, inflación, extremismos: 1923, el año que preparó a los alemanes para Hitler.

Una nueva hornada de libros analizan los cruciales acontecimientos de un año en el que confluyeron ingredientes como la radicalización política, la desconfianza hacia las instituciones, una pandemia y una guerra en territorio europeo

Francia y Bélgica ocuparon militarmente la cuenca del Ruhr el día 11 de enero de 1923 para cobrarse las reparaciones de guerra previstas en el Tratado de Versalles. El 20 de abril salió a la calle el primer número del periódico antisemita Der Stürmer, que contribuiría a debilitar el escaso apoyo con el que contaba la joven República de Weimar. El 26 de septiembre el canciller Gustav Stresemann declaró el estado de emergencia. 1923 fue un año extremadamente difícil para los alemanes, ya de por sí conmocionados por los costos materiales y humanos de la Primera Guerra Mundial; lo que se dirimió en él no fue sólo el futuro de Alemania, sin embargo, sino el de toda Europa. La “gripe española” —que, según los datos más confiables, provocó unas 260.000 muertes en ese país— dio sus últimos coletazos ese invierno. Varias ciudades se independizaron con ayuda francesa dando lugar a una breve República Renana. La amargura, el desempleo, la escasez y la desconfianza ante las autoridades condujeron a un crecimiento espectacular de los extremismos de todo signo, además de al asesinato político, las revueltas, el antisemitismo. “Ningún otro año preparó tanto a los alemanes para Hitler como ése”, dijo Stefan Zweig poco después: el 9 de noviembre, la policía bávara abortó un golpe de Estado en Múnich liderado por un político en ascenso cuyo nombre era, precisamente, Adolf Hitler.

L. P. Hartley observó en una ocasión que “el pasado es un país extranjero”, y agregó: “Allí las cosas se hacen de otra manera”. Una nueva hornada de libros que abordan 1923 no lo hace solo por la evidente importancia de los acontecimientos que tuvieron lugar ese año en Alemania ni únicamente a raíz del indisputable tirón comercial de los aniversarios, sino también porque —a la manera de una rima en la canción de la historia— la inflación, el temor a la escasez de alimentos, la radicalización de las opiniones políticas, la desconfianza hacia las instituciones, una pandemia y una guerra en territorio europeo también ocupan hoy en día las portadas de los periódicos.

Agentes de policía se llevan detenido y esposado al aristócrata Heinrich XIII, "el Príncipe Heinrich", el 7 de diciembre de 2022. BORIS ROESSLER (AP) 
No es lo mismo, sin embargo. La ocupación de la zona del Ruhr y los disturbios que se produjeron a consecuencia de ella llevaron a la radicalización de los grupos de ideología esencialista y nacionalista del tipo Blut und Boden [Sangre y suelo] que acabarían sometiéndose a la autoridad de Hitler, pero no parece existir en este momento ninguna figura igualmente dotada para el ejercicio del liderazgo carismático, al punto de que el así llamado “Príncipe Heinrich” —quien el pasado mes de diciembre intentó encabezar un golpe de Estado lo suficientemente serio como para que la policía alemana dejase de lado su discreción habitual en torno a sus operaciones antiterroristas— fue tratado con desdén incluso por Alternativa para Alemania (AfD), el partido negacionista y de extrema derecha de ese país.

La confianza en las autoridades y el sistema político alemán es, por otra parte, de acuerdo con los sondeos, bastante alta. Y la inflación, a diferencia de en 1923, parece controlada. La de ese año tuvo, en cambio, una dimensión prácticamente inconcebible: en el momento del Armisticio, el dólar costaba 48 marcos; casi tres años después, en la primera mitad de 1921, 90; seis meses más tarde, 330, que bajaron a 320 en la primera mitad de 1922. En julio de ese año, sin embargo, la divisa norteamericana ya había alcanzado los 1.000 marcos, y en diciembre costaba 7.400. El 7 de noviembre de 1923, casi un año después, el dólar se cambiaba a 637.000 millones de marcos. Alemania no podía hacer frente al endeudamiento adquirido durante la guerra ni abonar las reparaciones posteriores, de modo que continuó imprimiendo dinero sin respaldo y alimentando así la inflación: a finales de 1922, una rebanada de pan en Berlín costaba 160 marcos; a finales del año siguiente, 200.000 millones de esa divisa. Como las denominaciones habituales se habían vuelto poco prácticas, 1923 vio la circulación de una moneda de 5 millones de marcos, así como de billetes de 50 millones, 500 millones y 50 millones de billones de marcos. El resultado fue un enorme malestar social y una incertidumbre que arrojaban a los alemanes a los brazos de cualquiera que se dijese capaz de poner orden en los asuntos del país. Como escribe Christian Bommarius en Im Rausch des Aufruhrs [En la embriaguez del disturbio], “la gente experimentó con una enajenación frenética la velocidad a la que se devaluaba el dinero. Fue una época devastadora para los alemanes”.

'Bildnis der Journalistin Sylvia von Harden' (Retrato de la periodista Sylvia von Harden), de Otto Dix (1926). © CENTRE POMPIDOU, MNAM-CCI / DIST. RMN-GP, © ADAGP 
Libros como el suyo y como Außer Kontrolle. Deutschland 1923 (Fuera de control. Alemania en 1923), de Peter Longerich; Rettung der Republik? Deutschland im Krisenjahr 1923 (¿La salvación de la República? Alemania en el año de crisis de 1923); de Peter Reichel, y Totentanz. 1923 und seine Folgen (Danza macabra. 1923 y sus consecuencias), de Jutta Hoffritz —hay más: 1923. Ein deutsches Trauma (1923. Un trauma alemán), de Mark Jones; Deutschland 1923. Das Jahr am Abgrund (Alemania, 1923. El año en el abismo), de Volker Ullrich; 1923. Endstation (1923, final de recorrido), de Peter Süß…—, iluminan un año de contradicciones, ya que 1923 fue también el año en el que Thomas Mann terminó de escribir La montaña mágica, Franz Kafka se enamoró de Dora Diamant, la Bauhaus celebró su primera exhibición y Bertolt Brecht estrenó En la jungla de las ciudades. Paul Klee, Otto Dix, Georg Grosz y Max Beckmann estaban en plena madurez creativa en ese momento, la industria cinematográfica era pujante —en las décadas de 1920 y 1930 la producción de filmes en Alemania equivalió a la todos los otros países europeos juntos—, el jazz sonaba en los clubes nocturnos, comenzaba la radio, las mujeres se cortaban el cabello y empezaban a conducir automóviles y a trabajar, etcétera.

1923 es también el año en que la reforma monetaria estabilizó la economía y salvó la democracia. Y lo más interesante de todo ello es que los autores de estos nuevos títulos lo abordan todos de manera distinta. Longerich atribuye buena parte de los problemas de 1923 a que Stresemann habría perdido el control de la situación, Reichel considera que las fuerzas políticas establecidas fracasaron en su propósito de resolver el conflicto mediante la negociación y la búsqueda de compromisos y sugiere que la República se salvó gracias a los esfuerzos del presidente Friedrich Ebert, Hoffritz se centra en cuatro vidas ejemplares —las de la bailarina Anita Berber, el industrial Hugo Stinnes, el economista Rudolf Havenstein y la artista visual Käthe Kollwitz—, Bommarius destaca los logros artísticos de ese año y además tiene un fascinante trabajo de archivo, etcétera; casi todos ellos intentan responder a la pregunta de cómo se podría haber evitado sembrar en 1923 las semillas del odio que —pese a los “Goldene Zwanziger” o “dorados años veinte”, entre 1924 y 1929— brotarían en 1933 con la llegada del nazismo al poder. Sören Kierkegaard escribió que “la vida solo se puede comprender retrospectivamente, echando la vista atrás; pero se vive avanzando hacia delante”. Todos estos autores están tratando de averiguar si los escollos a los que nos enfrentaremos en los próximos años pueden eludirse comprendiendo mejor el pasado, antes de que el futuro también nos parezca un país extranjero.


jueves, 13 de abril de 2023

Si te afliges, te aflojan.

La polémica tiene su origen en la no distinción entre abuso y agresión sexual, claramente diferenciados en la legislación anterior. La principal diferencia es considerar agresiones aquellas conductas que atenten contra la libertad sexual sin que medie consentimiento.

“…te voy a decir una cosa que no deberías olvidar: no te aflijas jamás. Si te afliges, te aflojan. Que no te vean débil, no dudes, no tiembles. En cuanto te noten el miedo, estás perdido. Recuérdalo, Felipe: si te afliges, te aflojan” (Un tal González).

Sergio del Molino

Tengo la impresión de que la derecha política, judicial y mediática está consiguiendo afligir al presidente del Gobierno tras la aprobación e inicial aplicación de la Ley Orgánica 10/2022, de garantía integral de la libertad sexual, conocida por la ciudadanía como la “ley del solo sí es sí”.

La LO 10/2022 es una ley muy extensa. Y lo es porque lo que se pretende con ella es crear una suerte de ecosistema de “protección integral de la libertad sexual”. La Ley está pensada para proteger e intentar conseguir que, a través de ese sistema de protección, se reduzcan los casos de violencia sexual. Y puesto que la erradicación total de la violencia sexual no parece posible, proteger a la mujer en el proceso de denuncia de la violencia sexual de la que ha sido víctima, sin tener que pasar por el calvario por el que han tenido que pasar con la legislación anterior.

La LO 10/2022 es innovadora respecto de la legislación anterior desde perspectivas diversas:

1ª El ámbito de aplicación de la ley se extiende a todas las violencias sexuales, entendidas como cualquier acto de naturaleza sexual no consentido o que condicione el libre desarrollo de la vida sexual en cualquier ámbito público o privado, incluyendo el ámbito digital. El consentimiento inequívoco es la frontera entre un acto de naturaleza sexual irreprochable y el acto delictivo.

2ª Como consecuencia de ese ámbito de protección omnicomprensivo y a fin de que esa protección sea real y efectiva, la ley dedica todo el articulado a la “investigación y producción de datos” (Título I), a la “prevención y detección” (Título II), que contiene dos Capítulos dedicados a las “medidas de prevención y sensibilización” y a la “detección de violencias sexuales”, a la “formación” (Título III), al “derecho a la asistencia integral especializada y accesible (Título IV), que contiene un Capítulo primero ”alcance y garantía del derecho“ y otro segundo, ”autonomía económica, derechos laborales y vivienda“, a la ”actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad“ (Título V), al ”acceso y obtención de justicia“ (Título VI), que contiene dos Capítulos, el primero dedicado a las ”actuaciones fundamentales para la acreditación del delito“ y el segundo a la ”protección, acompañamiento y seguridad de las víctimas“, al ”derecho a la reparación“ (Título VII), a las ”medidas para la aplicación efectiva de la ley orgánica“ (Título VIII).

Con el Título VIII acaba propiamente la ley, que, insisto, es muy extensa, ya que los 61 artículos de la misma descienden a detallar los instrumentos para garantizar la libertad sexual, que, de acuerdo con la definición clásica de Montesquieu en Del Espíritu de las Leyes, es “la sensación que cada uno (o una) tiene de su propia seguridad”. Quien no se siente seguro, no es libre. Que se sientan seguras las mujeres y que, en consecuencia, sean libres, es el objetivo que persigue la ley.

La perspectiva punitiva es secundaria. No es el eje en torno al cual gira esta ley. Y sin embargo, es la única perspectiva que ha sido tomada en consideración por los dirigentes políticos de todas las derechas españolas, por los medios de comunicación terminales de las mismas, que ofrecen una información descontextualizada con la finalidad de generar alarma social. Y de parte de la judicatura, insisto en lo de parte, que, desnaturalizando la función que tiene constitucionalmente encomendada, está utilizando el poder de que es titular como ariete contra el Gobierno en general y contra la ministra de Igualdad en particular.

El centro de la polémica que se ha desatado tiene su origen en la no distinción entre las figuras de abuso y agresión sexual, claramente diferenciadas en la legislación anterior. La principal diferencia consiste en considerar agresiones sexuales a todas aquellas conductas que atenten contra la libertad sexual sin que medie el consentimiento de la otra persona.

Esta ley ha considerado, con buen criterio en mi opinión, que la supresión de la distinción entre el abuso y la agresión sexual exigía un ajuste de los anteriores tipos penales para determinados delitos. Pero el legislador ha pecado de incauto al no incluir en la Ley un régimen transitorio para facilitar el cambio, dando por supuesto que eran de aplicación las Disposiciones Transitorias 2º y 5ª del Código Penal respecto de la aplicación retroactiva de la norma más favorable.

En mi opinión es así. Pero, tal como está el patio en España, no se puede dar nada por supuesto. La ley debía de haber reproducido expresamente las disposiciones transitorias 2ª y 5ª del Código Penal. Jurídicamente no debería haber sido necesario, pero políticamente resultaba imprescindible.

En cualquier caso, la LO 10/2022 es una buena ley, a la que únicamente habría que incorporar las Disposiciones Transitorias del Código Penal, a fin de que se aplique adecuadamente de forma general. La reforma que parece que se quiere imponer por parte del Partido Socialista, con el apoyo entusiasta del PP, es “una reforma que, como escribe Violeta Assiego, se volverá contra las mujeres”. Además de no resolver ningún problema respecto de su aplicación retroactiva. Ninguno.

Me temo que la agresión de las derechas política, judicial y mediática han conseguido afligir a Pedro Sánchez. Confío en que recapacite y no ceda. Las consecuencias del afligimiento ya sabemos cuáles son.

Javier Pérez Royo.

Fracaso escolar. El número de alumnos repetidores vuelve a niveles prepandemia en la mitad de las comunidades.

Las repeticiones de curso vuelven a niveles prepandemia en la mitad de las autonomías. La subida se concentra sobre todo en las que endurecieron las condiciones para promocionar en contra de la Lomloe.

La enérgica reducción de alumnos repetidores que se produjo hace dos años ha acabado siendo un espejismo. Los problemas que los estudiantes tenían para seguir las clases durante la pandemia llevaron a los responsables educativos a relajar las reglas de evaluación. Y ello se tradujo, en el curso 2020-2021, en una histórica caída a la mitad de la tasa de repetición, que acercó a España a los estándares europeos, donde repetir se considera una herramienta ineficaz y ha ido cayendo en desuso. Los datos que acaba de publicar el Ministerio de Educación y Formación Profesional reflejan, sin embargo, que pasada la excepcionalidad del coronavirus, los niveles vuelven a subir con fuerza. El curso pasado la tasa pasó en primaria del 1,2% al 2,1%; en la ESO, del 4,2% al 7,6%, y en bachillerato, del 3,4% al 6,9%. Es decir, que crecieron en porcentajes que oscilan entre el 75% y el 103% según la etapa educativa.

El repunte se produjo a pesar de que la nueva ley educativa, la Lomloe, que entró en vigor en 2021, establece que la repetición debe ser un recurso excepcional y desvincula la promoción del hecho de haber aprobado un número determinado de asignaturas. En torno a la mitad de las comunidades autónomas recuperaron niveles bastante parecidos a los que tenían antes de la covid. En Murcia incluso aumentaron; es decir, repitieron más alumnos que antes de que se aprobara la Lomloe.

En nueve autonomías las tasas de repetición volvieron en el curso 2021-2022 a cotas no muy alejadas de las que tenían en el último curso que no se vio afectado por la pandemia, el 2018-2019. En realidad, salvo Murcia, en ese periodo todas experimentaron descensos, pero fueron inferiores a un punto en el caso de la ESO (alumnos de 13 a 16 años), y cabe inscribirlos por ello en la lenta disminución de las repeticiones que viene produciéndose en el conjunto del país desde hace 15 años, una dinámica ajena, por tanto, a los cambios en la legislación educativa que se han aprobado en esta legislatura. Este artículo toma como referencia la ESO al considerarla la etapa más representativa en la materia; en primaria (estudiantes de 6 a 12 años) las tasas de repetición llevan tiempo siendo bajas, y el bachillerato (17 y 18 años) no es una etapa obligatoria y tiene muchos menos alumnos.

Casos especiales
El análisis requiere, en todo caso, de matices. El más importante es que entre esos nueve territorios hay dos que antes de la pandemia ya presentaban niveles bajos de repetición, y tenían menos margen para seguir disminuyéndolos. Se trata de Navarra, donde del 5,9% que tenían en la ESO en 2019 se ha pasado al 5,6% en 2022. Y el País Vasco, donde la evolución ha sido del 5,8% al 5,1%. Cataluña demuestra, aun así, que es posible seguir reduciendo drásticamente la repetición pese a partir de cotas bajas: antes de la covid la tasa catalana se situaba en el 4,4% y el curso pasado la redujo al 2,7%. “Creo que es un tema cultural y también político”, opina Eduard Cirera, director del instituto público Neus Català, en Cornellà del Llobregat (Barcelona). “Aquí ha habido desde hace tiempo una línea clara en el sentido de que la repetición no proporciona grandes beneficios. Que más vale que el alumnado promocione y trabajar con un plan individualizado y una atención más personalizada a la diversidad”.

Entre las nueve comunidades que han vuelto a cotas parecidas a las de antes de la pandemia se encuentran cuatro de las cinco gobernadas por el PP (Murcia, Madrid, Andalucía y Castilla y León, la excepción es Galicia). Tanto estas autonomías como otras dos gobernadas por el PSOE, Aragón y Castilla-La Mancha, que han tenido una evolución similar, aprobaron el año pasado normativas que desvirtuaban en buena medida el mandato de la Lomloe para convertir la repetición en algo realmente excepcional.

En estos territorios, en lugar de dejar a los equipos docentes la decisión sobre si un estudiante debía promocionar y titularse, guiándose por lo que el profesorado considere más beneficioso para su trayectoria académica, como prevé la ley, los ejecutivos autonómicos introdujeron requisitos adicionales. En general consistieron en exigir mayorías reforzadas de dos tercios en el equipo docente para que un alumno pueda pasar de curso con más de dos suspensos. Una condición extra que ha favorecido en muchos centros el mantenimiento del criterio que tradicionalmente ha funcionado en España, por el cual que si un alumno tiene más de dos suspensos no puede pasar y debe repetir todas las asignaturas.

El Ministerio de Educación ha intentado que las autonomías retiren dichas limitaciones mediante la negociación, pero ha llevado a dos de ellas, Madrid y Castilla-La Mancha, a los tribunales ante su negativa a hacerlo. La Junta castellanomanchega ya aceptó modificarlo. Y también lo hizo Murcia, que en diciembre aprobó un nuevo decreto ajustado a la Lomloe. Los resultados de este curso dirán si dicho giro normativo se traduce en un cambio de tendencia en sus tasas de repetición. La región tiene los niveles más elevados en primaria (4,9%) y ESO (11,7%), y en bachillerato (10,3%) solo la supera Castilla y León (11,6%).

Las comunidades autónomas que han aplicado la ley sin trucos han experimentado, en general, mayores descensos en las tasas de repetición respecto a la etapa precovid. Así ha sucedido, por ejemplo, en Canarias, donde la tasa de repetición en la ESO se ha reducido un 2,5%, hasta quedarse en el 6,5%. O en la Comunidad Valenciana, donde ha bajado un 2,4%, pero que como partía de tan alto continúa situada por encima de la media, con una tasa del 8,1% de repetidores en la secundaria obligatoria.

España tiene ahora una normativa “similar a la de otros países donde apenas hay repetición, como Dinamarca”, señala José Saturnino Martínez, director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa. El sociólogo especializado en educación cree, sin embargo, que vencer la resistencia de la tendencia a hacer repetir en España llevará tiempo, porque existe una fuerte “inercia cultural que viene de muy antiguo”. Y hace que, según el último informe PISA (una fotografía un tanto antigua, porque es de 2018), un 29% de alumnos españoles de 15 años ha repetido, casi el triple que la media de la OCDE. Martínez menciona dos razones que ayudan a entenderlo. “Una es la visión de la repetición como un castigo. Una amenaza que sirve para disciplinar al alumnado y abordar los problemas de actitud que algunos muestran en el aula. Y otra es la idea de que todos los problemas provienen de que el alumno o es torpe o no se esfuerza, que no caben muchas más intervenciones, y que lo mejor es dejarlo ahí, para ver si con lo poco que hizo un año y lo poco que haga el siguiente sale para adelante. El problema de esta concepción, que podríamos llamar brutalismo educativo, es que es compartido no solo por una parte del profesorado, sino de las familias y del conjunto de la comunidad educativa”.

https://elpais.com/educacion/2023-04-06/el-numero-de-alumnos-repetidores-vuelve-a-niveles-prepandemia-en-la-mitad-de-comunidades.html

miércoles, 12 de abril de 2023

_- “El problema es que todos a nivel global comemos un solo tipo de banana aunque hay 2.000 variedades"

_- Dan Saladino: "Los alimentos amenazados son resultado de la invención, la imaginación y la sabiduría de generaciones de agricultores y cocineros".

Naranjas de las laderas del volcán Etna en Italia, cacao criollo de Venezuela, arroz rojo de China y maíz de las sierras de Oaxaca.

Estos y otros alimentos amenazados de extinción son mucho más que una fuente de sustento, según el periodista de la BBC Dan Saladino.

Son el producto de "la invención, la imaginación y la sabiduría de cientos de generaciones de agricultores y cocineros".

Nuestros antepasados mejoraron, adaptaron y tornaron comestibles cultivos a lo largo de miles de años. Pero esta rica diversidad se está perdiendo.

En su libro Eating to Extinction (Comiendo hasta la Extinción), Saladino viaja a numerosos rincones del planeta para conocer comunidades que cultivan y preparan alimentos tan únicos y tan amenazados como sus estilos de vida.

El periodista explica "la enormidad de lo que estamos perdiendo", y advierte que nuestro sistema actual altamente intensivo de producción de alimentos "está contribuyendo a la destrucción del planeta".

Dan Saladino habló con BBC Mundo sobre el tesoro de los alimentos amenazados, los riesgos de un mundo cada vez más uniforme y qué hacer para combatir la pérdida de diversidad.

También nos invita a ver nuestro próximo plato de comida con ojos totalmente nuevos.

¿Cómo empezaste a coleccionar historias de alimentos en peligro de extinción?

En 2007 comencé a trabajar en un programa de radio de la BBC sobre alimentación que se llama Food Programme, que lleva más de 40 años y se enfoca en la cultura, la ciencia y la economía de los alimentos.

Y el primer programa que hice me llevó a Sicilia. Fui allí esperando contar en tono celebratorio la cosecha de los cítricos. Mi familia viene de Sicilia y sabía que los cítricos impactaron durante miles de años la cultura, el paisaje y la identidad de la isla.

Pero al conversar con agricultores de las naranjas típicas de Sicilia me dijeron que estaban recogiendo su última cosecha, porque con la demanda de variedades importadas los agricultores a pequeña escala ya no podían continuar.

¿Fue allí donde descubriste la iniciativa que inspiró tu libro, el Arca del Sabor?

Cuando estaba en Sicilia también me invitaron a una comida en un pueblo llamado Lentini, donde todos los platos tenían como ingredientes esas naranjas tradicionales, y allí conocí a uno de los fundadores del movimiento Slow Food, que había llegado del norte de Italia.

Él me dijo que esas naranjas típicas de Sicilia que crecen en las laderas del volcán Etna serían sumadas al catálogo del Arca del Sabor. Nunca había oído hablar de eso. Es como un Arca de Noé, pero de alimentos amenazados. La lista incluye hoy más de 5.500 alimentos en peligro de extinción en unos 150 países, incluyendo muchos del continente americano.

Así fue como entré al tema de los alimentos en peligro de extinción y me enamoré de este tesoro oculto de historias.

Algo que me gustó mucho del libro es que nos haces ver los alimentos amenazados no solo como fuentes de nutrición, sino como historias de innovación y supervivencia, de habilidades perfeccionadas durante miles de años por cientos de generaciones. ¿Qué representan estos alimentos para tí?

Los alimentos son una lente increíble para comprender el mundo.

En el libro cuento, por ejemplo, la historia de cómo estos alimentos surgieron, cómo permitieron a comunidades sobrevivir en diferentes paisajes y terrenos. Y cómo la relación con esos alimentos influyó en la identidad y la cultura de esas poblaciones.

Así que veo estos alimentos y bebidas desde el punto de vista de la innovación, de la ciencia, de la cultura, de la supervivencia, porque la comida representa todas esas cosas.

Saladino viajó a los Andes bolivianos para conocer el cultivo y la preparación de oca (khaya en Quechua).

Una imagen conmovedora en el libro es la que relata Cary Fowler, el científico que tuvo la idea de crear el banco mundial de semillas de Svalbard, en el Ártico de Noruega.Fowler dice que muchos visitantes del banco de semillas salen llorando y te dice "esas semillas son resultado del trabajo de mis antepasados y también de tus antepasados". ¿Ves a los alimentos de esta forma casi espiritual?

Es una de mis citas favoritas en el libro. Las semillas en Svalbard han sido enviadas desde todo el mundo, y la increíble escala de esa diversidad es lo que emociona a muchos.

Esas semillas representan el esfuerzo a lo largo de 12.000 años de agricultura de personas que adaptaron esos cultivos y pasaron esas semillas de generación en generación.

Son nuestra herencia, porque hemos dependido de esa diversidad creada durante miles de años y seguimos dependiendo de ella. Pero muy pocos conocen estas historias.

Vemos en pinturas, esculturas y catedrales los mejores ejemplos de la creatividad y la visión humanas, pero también debemos mirar los alimentos en peligro de extinción de que hablo en el libro.

Instalaciones del banco de semillas de Svalbard en lslandia

El banco subterráneo de semillas de Svalbard, en el Ártico noruego, preserva copias de semillas y cultivos de todo el mundo.

¿Podrías darnos una idea de cuánta diversidad hemos perdido en alimentos en el mundo actual?

Es difícil tener datos precisos. Por eso los bancos de semillas como Svalbard son una forma de medir la diversidad que aún existe.

Svalbard contiene miles de muestras por ejemplo, de arroz, maíz y muchas plantas comestibles. Tiene por ejemplo más de 200.000 muestras de trigos. Pero a los agricultores en Europa les dan una lista recomendada de solo 10 variedades de trigo que son muy similares genéticamente.

El mundo se ha vuelto dependiente de una cantidad relativamente pequeña de cultivos. Se habla básicamente de nueve cultivos principales consumidos globalmente. Y de esos, el 50% de las calorías son aportadas por apenas tres: trigo, arroz y maíz.

Campo de trigo Kavilca con un agricultor en el fondo con El trigo Kavilca, en el este de Turqua, "ha dado a los paisajes el color de la miel durante 400 generaciones, cerca de 10.000 años".

Al comienzo del libro hay una cita de Rachel Carson, la célebre bióloga estadounidense. Ella dice que la naturaleza ha creado una gran diversidad, pero los seres humanos siempre han tratado de simplificar esa diversidad.Y destacas que vivimos en un mundo marcado por la uniformidad.

Rachel Carson es merecidamente famosa por su trabajo pionero advirtiendo sobre el uso de pesticidas con su libro "Silent Spring". Pero era bióloga marina y reconocía la interconexión de todas las cosas.

En todo su trabajo quería transmitir a los lectores la belleza y la necesidad de toda la complejidad en la naturaleza. Los seres humanos, sin embargo, tenemos esa tendencia a simplificar la naturaleza.

Muchas personas podrían decir: "Pero mi dieta es más diversa que la de mis abuelos, yo voy al supermercado y compro alimentos de todo el mundo".

El problema es que todos estamos teniendo la misma experiencia a nivel global, comiendo el mismo tipo de sushi o de aguacate, de la misma forma que usamos la misma moda. Comemos, por ejemplo, un solo tipo de banana, Cave ¿Por qué es tan crucial preservar la diversidad y salvar los alimentos amenazados?

En la segunda mitad del siglo XX se generó esta creencia de que el problema de los alimentos se resolvió con una solución tecnológica, con nueva genética, sistemas de irrigación que usan mucha agua, insumos químicos de fertilizantes. Pero nos hemos dado cuenta ahora de que ese sistema de alimentos uniformes que hemos creado tiene un alto costo y genera muchas emisiones de gases de invernadero que impactan en el cambio climático.

Creo que debemos ser más humildes y reconocer que la ciencia y la tecnología funcionan en un nivel, pero también han creado muchos problemas. Y un primer argumento para salvar la diversidad es que tal vez en el futuro muchas soluciones, como cultivos más resistentes a enfermedades o al aumento de temperatura, puedan hallarse en la diversidad genética de alimentos que han sido cultivados por miles de años.

Mencionas además en el libro el argumento de la salud.

La ciencia más reciente de la nutrición destaca que los seres humanos evolucionamos consumiendo alimentos diversos. Necesitamos diversidad para la salud óptima de nuestra microbiota intestinal.

Y también hay tercer argumento, que para mí es igualmente válido. ¿Realmente queremos vivir en un planeta en el que la experiencia humana se vuelva cada vez más y más uniforme?

En el libro aseguras que el sistema actual de producción de alimentos está contribuyendo a la destrucción del planeta. ¿Podrías explicarnos esto?

Hubo varios cambios en agricultura en el siglo XX, por ejemplo, con la invención del proceso llamado Haber Bosch para producir fertilizantes sintéticos, o el auge de los monocultivos.

Vastas extensiones de biodiversidad se están perdiendo a medida que esa forma de agricultura se extiende por todo el planeta. Los suelos se han agotado, los acuíferos, lagos y ríos se han visto contaminados. Por eso digo que nuestro sistema de producción de alimentos actual tienen un costo muy alto.

Lo positivo, claro, es que se han evitado hambrunas mientras la población mundial se ha duplicado desde la década de los 70. Pero no podemos seguir de la misma forma. Incluso los arquitectos de la llamada Revolución Verde, como Norman Borlaug, reconocieron eso.

Borlaug dijo que este sistema muy intensivo tenía una vida útil relativamente corta y nos compraba tiempo para idear una estrategia a más largo plazo. Y creo que ahí es donde estamos ahora. Grandes mentes en agricultura y ciencia buscan crear sistemas de producción de alimentos en mayor armonía con la naturaleza, por el bien de nuestra salud y por el bien de la salud del planeta.

"Cada minuto de cada día se gasta un millón de dólares en subsidios agrícolas en el mundo", señala Saladino en su libro. Los subsidios favorecen unos pocos cultivos y distorsionan el sistema de producción de alimentos.

Veamos algunos ejemplos de alimentos amenazados en tu libro, como el maíz oloton de Oaxaca, México.

Este maíz es un ejemplo fascinante de cuán diversas son las plantas y cuán grande es la plasticidad genética de este cultivo. Cuando botánicos de otros países exploraron partes montañosas de Oaxaca desde finales de los años setenta, posiblemente antes, se encontraron con este maíz extremadamente inusual, muy alto y con raíces aéreas que goteaban como un mucus.

Este maíz ha sido cultivado durante generaciones por la comunidad Mixe, a gran altitud y en terrenos poco prometedores para la agricultura.

Solo en los últimos tres o cuatro años ha existido la tecnología para analizar la formación del cacao en barras de chocolate para mejorar sus ingresos.

¿En qué medida el cambio climático está haciendo más urgente la necesidad de salvar los alimentos amenazados?

Una historia que cuento en el libro es la del café, y cómo en 2014 muchas plantaciones de la variedad Arábica fueron devastadas por un hongo.

Fue una lección de la fragilidad de las dos principales especies cultivadas: arábica y robusta.

La planta que podría salvar la producción mundial de café
La solución, señalan, es una mayor diversidad en los tipos de café que se cultivan. Por ejemplo, una especie en África llamada Coffea stenophylla (que tolera temperaturas más elevadas que otras especies) muestra cómo una mayor diversidad puede ayudar a enfrentar los desafíos del futuro.

Cerca del 60% de las especies silvestres de café están amenazadas de extinción, según un estudio de Kew Gardens, el Jardín Botánico de Londres.

En el epílogo de tu libro hablas sobre qué se puede hacer para salvar alimentos amenazados y detener la pérdida de diversidad. Y mencionas dos cosas, la primera es abordar el problema de los subsidios agrícolas. ¿Cuán grave es?

En el libro no digo que los cerca de treinta alimentos amenazados que enumero alimentarán al mundo. Pero sí digo que necesitamos múltiples sistemas agrícolas. Hay un lugar para la tecnología, pero al mismo tiempo necesitamos un sistema en el que la diversidad pueda prosperar.

Y es extremadamente difícil que eso suceda debido a los miles de millones de dólares en subsidios agrícolas que sustentan el sistema actual y favorecen los tres cultivos dominantes que mencioné anteriormente.

Tenemos que ser más creativos e imaginativos a la hora de invertir en la producción de alimentos.

Otras historias en el libro son ejemplos de alimentos que tal vez tengan un enorme potencial, pero no se conocerá a menos que se invierta en ellos.

Un millón de especies amenazadas: el preocupante informe de la ONU sobre el impacto del ser humano en el planeta En segundo lugar, en cuanto a soluciones, invitas a la gente a "pensar como un Hadza". ¿Podrías explicarnos esto?

La de los Hadza es la primera historia que cuento en el libro, porque ellos representan también algo de nuestra historia como humanos. Ellos son cazadores recolectores de uno de los sitios donde el Homo sapiens evolucionó en África.

Tienen una gran diversidad en su dieta, con un menú potencial de cerca de ochocientas especies de plantas y animales.

Ellos ilustran que la diversidad es crucial. Y además, sobreviven porque tienen un conocimiento íntimo de la naturaleza.

Los Hadza en Tanzania tienen un menú potencial de cerca de ochocientas especies de plantas y animales.

Claro que jamás volveremos a ser cazadores recolectores, pero creo que ellos nos pueden inspirar a forjar una conexión más fuerte con la naturaleza, a tener más conciencia de que somos extremadamente dependientes de la naturaleza.

Los Hadza entienden esto y nosotros debemos entenderlo.

¿Qué te gustaría que los lectores tengan presente la próxima vez que cocinen algo, o se sienten frente a un plato de comida?

Cualquiera que sean los ingredientes que estén usando, los invitaría a detenerse un momento y pensar que hay una historia detrás de ese ingrediente, una historia de miles y miles de años de agricultores que adaptaron ese cultivo para hacer posible que llegara a tu plato. Conocer esa historia es importante.

Los invitaría además a que en otra ocasión compren otra variedad de ese ingrediente con un aspecto y sabor diferente.

"Cualquiera que sean los ingredientes que estén usando, invitaría a los lectores a pensar que hay una historia detrás de ese ingrediente, una historia de miles y miles de años".

Y también los invitaría a establecer contacto con quien produce nuestros alimentos.

En el libro relato la historia de un agricultor de más de 70 años en China que cultiva una variedad de arroz rojo amenazada.

Cuando le pregunté cómo lograba vender su producto sacó su celular y me mostró cómo estaba en contacto con consumidores en Pekín a través de Wechat, que es como Whatsapp en China.

Con la tecnología moderna es posible establecer una conexión con las personas que cultivan nuestros alimentos y alentarlos a brindar más diversidad en el futuro.

Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Cartagena, un encuentro de escritores y pensadores celebrado en esa ciudad colombiana del 26 al 29 de enero. 

martes, 11 de abril de 2023

¿Cuáles son las formas más eficaces de estudiar para un examen (y cuáles no funcionan tan bien)?

Releer y subrayar no es garantía que las personas vayan a aprender el contenido según comprobaron una variedad de estudios científicos.

No es raro que los estudiantes se sientan frustrados cuando no consiguen buenas notas a pesar de haber estudiado mucho para un examen. También hay quienes sienten que olvidan rápidamente lo que han aprendido pocas semanas antes de la prueba.

Estos son dos de los desafíos que son especialmente importantes para los estudiantes recién llegados a la universidad, que se enfrentan a contenidos mucho más voluminosos y complejos que los que reciben en la escuela y a menudo tienen que compaginar los estudios con el trabajo.

"Hay estudiantes que se esfuerzan tremendamente, pero de manera equivocada y acumulan muchos conocimientos superficiales o declarativos, sin lograr alcanzar un nivel más conceptual", le dijo a BBC News Brasil Matthew Bernacki, profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad de Carolina del Norte (UNC), en Estados Unidos.

Bernacki se dedica a la ciencia del aprendizaje, lo que en la práctica se traduce en ayudar a los estudiantes a rentabilizar al máximo el tiempo y el esfuerzo invertidos en sus estudios.

En su trabajo él explica qué técnicas han demostrado ser más o menos eficaces, según sus propias investigaciones científicas y las de otros investigadores del sector.

Basados en sus conclusiones te ofrecemos tres de las técnicas habituales que consideran menos eficaces junto a alternativas de cómo sustituirlas en la práctica.

1. Releer y subrayar:
Aunque la lectura y el subrayado de textos son una parte importante del aprendizaje, no suelen ser suficientes para que los alumnos lleguen a dominar el contenido estudiado.

Una de las técnicas que se recomienda es explicarse el contenido y luego someter a prueba el conocimiento adquirido.

La relectura, en particular, requiere un esfuerzo y un tiempo que no siempre compensan, porque "da una falsa sensación de familiaridad con el contenido".

"Cuando abandonas el texto, no puedes reproducir lo que has leído", dice Bernacki.

"En cuanto al subrayado, hay pruebas contradictorias: si se utiliza (la técnica) como un proceso intencionado, se reflexiona sobre lo que se está subrayando en el texto, se toman notas y se utilizan para avanzar en la estrategia (de estudio), puede ser muy productivo", dice el investigador.

"Pero si subrayas sin ningún propósito en particular, o si lo haces sólo como una forma de mantener la atención en el texto, puede que obtengas menos beneficios".

Sustitúyelo por:
Aprendizaje "activo":el Centro de Aprendizaje de la UNC considera la lectura como un paso previo al aprendizaje. Para aprender realmente el contenido, es más eficaz interactuar activamente con él. He aquí algunas ideas del centro para hacerlo:

Crea preguntas, problemas o "cuestionarios" para que te respondas tú mismo. Es lo que Bernacki denomina "práctica de readquisición" de contenidos. Al ponerte a prueba, aumentas tu capacidad de retener el contenido que has estudiado, explica el investigador.
Explícate el contenido a ti mismo, en voz alta, con tus propias palabras.
Para contenidos técnicos, como las matemáticas, conviene detallar el problema y los pasos para resolverlo.

2. Estudiar a última hora:
Pasar el día antes de un examen estudiando es una práctica habitual para intentar hacerlo bien. Pero el esfuerzo suele servir sólo para salir bien en ese examen y no para memorizar realmente el contenido.

Tratar de estudiar a última hora el día previo a un examen no resulta positivo en el aprendizaje a largo plazo.

"Solemos meter todo el estudio en un intervalo muy pequeño, que puede servir en lo inmediato, pero no a largo plazo", explica Bernacki.

Sustitúyelo por:
Sesiones de estudio cortas y espaciadas: en lugar de estudiar varias horas justo el día antes del examen, merece más la pena realizar sesiones de estudio cortas pero espaciadas a lo largo de varios días sobre el contenido que quieres aprender.

"Lo importante es cómo utilizas tu tiempo de estudio, no la duración del mismo", dice el director del centro de aprendizaje. "Las sesiones largas provocan pérdida de concentración y, en consecuencia, menos aprendizaje y retención".

En la práctica, puede que vayas a estudiar el mismo tiempo (o menos) que si lo dejaras todo para el día anterior.

La ventaja es que le dará tiempo a su cerebro para reforzar las conexiones neuronales de ese aprendizaje, que tendrá más probabilidades de convertirse en un recuerdo duradero.

3. "Multitarea":
Ya hay múltiples investigaciones que indican que estudiar con distracciones -por ejemplo, de mensajes de WhatsApp o videos en TikTok- es ineficiente no sólo porque estás dividiendo tu atención, sino porque el propio hecho de estar cambiando continuamente de pantalla o dispositivo te hace perder tiempo y energía.

Sustitúyelo por:
La técnica "pomodoro", o estudiar en bloques: la recomendación de Bernacki para no sufrir distracciones es establecer bloques de estudio. Por ejemplo, marca 35 minutos en el reloj y, en ese periodo, dedícate exclusivamente a estudiar un contenido, desconectándote de todas las distracciones.

Al mejorar nuestra forma de estudiar, logrando mayor eficiencia y autorregulación, influye también positivamente en nuestra motivación.

Después, tienes cinco minutos para recompensar a tu cerebro con alguna distracción, por ejemplo, tomando un tentempié o consultando tus mensajes. Y luego vuelves para otro bloque de 35 minutos de estudio.

Este método se conoce como "pomodoro", en referencia a esos aparatos con forma de tomate para contar los minutos. Esta técnica ayuda no sólo a evitar la pérdida de tiempo con distracciones, sino también a mantener el cerebro motivado con la perspectiva de una "recompensa".

Técnicas efectivas
Bernacki ha aplicado estas técnicas y supervisado sus resultados principalmente entre grupos de estudiantes de cursos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y también entre estudiantes universitarios de primera generación, es decir, jóvenes que son los primeros de su familia en acceder a la universidad, que suelen disponer de un repertorio menor de técnicas de estudio para desenvolverse en este difícil periodo.

En un estudio publicado en 2022 en la revista Journal of Educational Psychology, Bernacki y sus colegas investigaron cómo un programa de estudios centrado en el aprendizaje de las ciencias y la estrategia de autorregulación repercutía en los estudiantes de biología identificados, mediante un algoritmo, como alumnos con riesgo de obtener malos resultados en el curso.

Los alumnos obtuvieron un 12% mejores resultados que el grupo de control en los exámenes finales del curso.

Consejo final
La "autorregulación" en el estudio
Bernacki señala, sin embargo, que no basta con aplicar las técnicas anteriores como si fueran fórmulas mágicas que funcionan en todo momento, sino que hay que identificar qué técnicas son las más adecuadas para cada objetivo de aprendizaje. Esto pasa por lo que el experto denomina autorregulación en los estudios.

Las técnicas buscan facilitar la labor a la hora de estudiar un determinado contenido para una prueba, pero por sí solas no son suficientes para lograr buenos resultados.

"Se trata de analizar la tarea, comprender cuál es el objetivo de aprendizaje, de qué recursos dispongo y elegir la estrategia que se ajuste a ello", explica.

"A veces el conocimiento es muy concreto y explícito: por ejemplo, un hecho, una definición, una fórmula, que puede estudiarse más brevemente. Pero otras cosas son más complejas, tienen múltiples pasos o requieren una comprensión más conceptual. Son más difíciles de estudiar todos a la vez. Así que tienes que generar tu propio conocimiento y tus propias respuestas y así poder autoevaluarte: '¿He entendido bien esto?".

Bernacki afirma que las técnicas tienen base científica y pueden ser utilizadas por cualquier estudiante en el mundo que quiera mejorar su rendimiento.

_- Estoy resfriado, ¿qué debo comer o beber?

_- Sopa de pollo, bebidas calientes, miel. Esto es lo que dicen los expertos sobre lo que puedes tomar para sentirte mejor.

P: ¿Cuáles son los mejores alimentos o bebidas para consumir cuando tengo un resfriado?

Si buscas las respuestas en línea, encontrarás muchos artículos que afirman que ciertos alimentos y bebidas que “fortalecen el sistema inmunitario” —como el ajo, los cítricos, los arándanos, los chiles y el jugo de granada— pueden aliviar los síntomas o ayudar en la recuperación del resfriado común.

Pero “no tenemos información lo suficientemente sólida que sugiera que todos deberían comer ciertos alimentos durante una infección viral”, afirmó Colleen Tewksbury, profesora adjunta en ciencias de la nutrición en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Pensilvania.

Dicho esto, Tewksbury aseguró que es importante alimentarse bien. Un resfriado —sobre todo si afecta tu sentido del gusto y el olfato— a veces hace que no tengas apetito, pero tu cuerpo de todos modos necesita calorías y nutrientes para funcionar y luchar contra la infección, afirmó. “Cualquier cosa que hagas que te ayude a sentirte más cómodo y a estar bien alimentado en esos momentos será de gran ayuda”.

Tewksbury sugirió alimentos y bebidas que hidraten y nutran, pero que también nos reconforten, como los platillos que te daban cuando estabas enfermo de niño o los que se usan para esos casos en tu cultura.

La sopa reconforta, y cuenta con cierto respaldo científico
“La sopa suele ser buena para esto”, comentó Tewksbury, sobre todo si incluye un equilibrio sano de nutrientes, es decir, proteína (como pollo o legumbres), carbohidratos (arroz, fideos o papas), algo de grasa (de la carne, aceite o lácteos) y “vegetales que aportarán más potencial mineral y vitamínico”.

Una sopa “te llena y te nutre, ayuda con la ingesta de líquidos”, concluyó Tewksbury.

Y de hecho, según Stephen Rennard, catedrático de medicina pulmonar, de cuidados intensivos y del sueño del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, hay un poco de ciencia de laboratorio que la respalda.

En el año 2000, Rennard y su equipo publicaron un estudio en el que investigaban cómo afecta el caldo de pollo a los neutrófilos del organismo (células inmunitarias que se desplazan al lugar de la infección e inician la inflamación, contribuyendo a síntomas como el dolor de garganta y la tos). En el laboratorio, los investigadores colocaron neutrófilos en pequeños pocillos de plástico y les añadieron una sustancia que suele atraerlos, algo similar a lo que ocurre durante una infección. Pero cuando bañaron las células en caldo de pollo, migraron mucho menos hacia la sustancia.

En teoría, según Rennard, este menor movimiento de neutrófilos podría traducirse en una menor inflamación y menos síntomas. Pero unas células en una placa de laboratorio no pueden explicar lo que ocurre, si es que ocurre algo, con las células de un organismo. Y comprender cómo, o incluso si, el caldo de pollo podría influir en los síntomas del resfriado requiere ensayos clínicos costosos y largos, que no se han realizado, dijo Rennard.

Aun así, Rennard cree en el valor terapéutico del caldo de pollo, que ha sido un remedio recomendado durante cientos de años. Cree que algunos de los beneficios del caldo de pollo pueden deberse a la experiencia emocional, más que a la física. Si “alguien te prepara un caldo de pollo, sobre todo si te gusta su sabor, te sentirás mejor porque te está cuidando”, afirma. “Y eso es independiente de si hay algo medicinal en la sopa”.

En el estudio, Rennard utilizó una receta de la familia de su esposa, Barbara, coautora del estudio: es un pollo entero que se pone a hervir a fuego lento con zanahorias, apio, chirivías, cebollas, nabos y camotes, servido con bolas de matzo. Rennard también probó 13 sopas enlatadas o instantáneas en el estudio, incluidas algunas opciones vegetarianas, y la mayoría ralentizaron el movimiento de los neutrófilos hasta cierto punto.

Un par de estudios pequeños con humanos también han sugerido que beber un caldo o bebida caliente, incluso solo agua caliente, a veces ayuda a aflojar la mucosidad nasal y facilita la respiración. Y, por supuesto, cualquier líquido proporciona fluidos, y “la hidratación facilita la eliminación de secreciones”, explicó Rennard.

La miel puede ayudar
Múltiples ensayos controlados aleatorizados revelaron que la miel puede reducir la frecuencia y la gravedad de la tos nocturna en los niños, en algunos casos mejor que los jarabes para la tos de venta libre. Hay menos estudios entre los adultos, pero una revisión sistemática publicada en 2020 sugiere que los beneficios de la miel probablemente también sean para otros grupos de edad.

No está claro cómo la miel ayuda a calmar la tos, pero los investigadores han planteado la hipótesis de que quizá contribuya al recubrir la garganta con sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias.

Sin embargo, no se debe dar miel a los niños menores de 12 meses, porque puede contener bacterias causantes de una enfermedad grave llamada botulismo infantil. Para los niños mayores de un año, la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda darles de media a una cucharadita de miel según la necesiten; cómetela directamente de la cuchara o disuélvela en una taza de té caliente.

Cuidado con el alcohol
Algunos pacientes resfriados suelen buscar consuelo en un hot toddy, o ponche caliente, que tradicionalmente incluye un chorrito de whiskey y miel en agua caliente. Pero hay que tener en cuenta que beber alcohol cuando también se están tomando medicamentos para los síntomas del resfriado, la tos y las alergias es peligroso, sobre todo si los medicamentos incluyen paracetamol, que puede causar daños en el hígado si se mezcla con alcohol, advirtió Tewksbury.

El alcohol además deshidrata y, aunque no hay muchos estudios al respecto, es lógico pensar que beber mientras se está enfermo por un virus tal vez te haga sentir peor, añadió Tewksbury. Dicho esto, si una bebida caliente con un chorrito de licor es lo que te apetece cuando estás resfriado y no estás tomando ningún medicamento que interactúe de manera negativa con el alcohol, Tewksbury dijo que no desaconsejaría beber una copa. Solo recuerda que probablemente no te ayudará a curarte más rápido.

También puedes preparar un ponche caliente no alcohólico con té en lugar de licor y aromatizarlo con miel, limón, jengibre u otras especias.

La causalidad entre la leche y los mocos es imprecisa
Muchas personas creen que beber leche de vaca aumenta la producción de mucosidad, pero las investigaciones que ponen a prueba esta creencia son limitadas, con resultados dispares.

Varios estudios australianos publicados en los años noventa no hallaron ninguna relación entre el consumo de leche y la mucosidad, ni siquiera entre personas infectadas por el virus del resfriado común. Sin embargo, en un ensayo reciente con 108 adultos que no estaban resfriados pero sufrían una sobreproducción crónica de mocos, los investigadores descubrieron que los que siguieron una dieta sin lácteos durante seis días habían reducido las secreciones de mocos, según sus propios informes.

“Hay pocas pruebas de que los lácteos aumenten universalmente la producción de mucosidad para todas las personas”, declaró Tewksbury. Pero esto depende de cada individuo, por lo que si los lácteos te producen flemas, es mejor que los evites si estás resfriado. Por lo demás, los productos lácteos son una fuente de nutrición cómoda y balanceada. La Academia de Nutrición y Dietética recomienda mezclar fruta congelada con leche (o leche de soya) para preparar un licuado nutritivo e hidratante que los niños disfrutarán cuando están enfermos.

Después de todo, “la comida es algo muy personal”, concluyó Tewksbury. Cuando te sientas abatido por un resfriado, ella sugiere que te preguntes: “¿Qué cosas pueden ayudarme a sentirme más alimentado durante este tiempo, para ayudarme a estar bien? Y eso es diferente para cada persona”.