miércoles, 7 de diciembre de 2022
_- ENTREVISTA. Inma Bermúdez, la primera española que diseñó para Ikea: “Soy más feliz con poco”
La suya es una historia de dolor y triunfo. ¿Qué es el premio, el éxito profesional o el amor familiar?
Está claro. Pero sin mitificar: no sé si podría haber conseguido esta familia sin el respiro que da ser económicamente independiente. Poderte mantener es poder ser.
La llaman Inma Smart (lista)…
Los suecos me pusieron ese apodo porque hice un lavabo pequeño que cabía en cualquier baño y llevaba un toallero y espacio para los cepillos de dientes y el jabón. Todo por pocos euros. Fue mi primer diseño para Ikea. Pensé que debía facilitar la vida de las familias con prisas.
¿Lo tiene en casa?
Tengo una versión. Pero no necesito tener todo lo que hago. Me gusta soltar, desprenderme de cosas. Cuando tienes niños, acumulas, y eso me agobia. Soy más feliz con poco. Necesito el vacío. Mi pareja necesita lo contrario y… pactamos.
El perchero Ekrar, que diseñó para Ikea, se convirtió en portagoteros durante la pandemia.
Ikea ofreció mobiliario. Y el equipo médico informó de lo que necesitaba. El perchero era ligero y sirvió.
¿Cuánto cuesta?
No lo sé. Poco.
24 euros. ¿Le importa lo que cuestan sus productos?
Me da rabia que los productos de Ikea, si valen poco, no despierten el aprecio de las personas. Se dice que Ikea produce consumismo. Pero es nuestra manera de valorar o no las cosas que tenemos lo que lo produce. Parece que uno no puede enamorarse de un jarrón que cuesta un euro. Yo diseño igual para Lladró que para Ikea.
¿Con la misma calidad?
En un jarrón de vidrio, claro.
¿El consumismo no lo genera el exceso de oferta?
Todo ayuda. Pero el último responsable es uno mismo. No poderse controlar por los bajos precios es quitarse la culpa de encima. Ikea es un logro para quien puede pagar poco.
“Estoy agotada. Voy a aprovechar el dinero del Premio Nacional de Diseño para parar. Para pensar. Quiero ser certera con lo que aporto”. RAÚL BELINCHÓN
¿Preferimos tener mucho que bueno?
Estamos intoxicados. El ritmo de consumo de la moda ha llegado a los muebles. Es difícil salir de ese círculo si no te das cuenta de que la tierra se muere. ¡Que este verano se quemó España! ¿Qué es lo que no vemos? Solo exculpo a los que necesitan sobrevivir. Uno que tiene cáncer no puede pensar en nada más. Pero las empresas que encima hacen publicidad con su supuesta ecología…
Usted no deja de diseñar productos. ¿Vive en una contradicción?
Intento salir de ella. Cada vez diseño menos. Pienso más lo que propongo.
¿Y de qué vive?
De entender el diseño de otra manera. De intentar, por ejemplo, que todo lo que rodea al vino en una bodega se convierta en sostenible. Dominio de la Vega tiene ya cultivo ecológico. Me llamaron para que lo comunicara. Prescindí de la cápsula cambiándola por un lacre, y en el cava, que asocia el peso de la botella a mayor precio, reduje la cantidad de vidrio del envase. Es una tradición sin sentido práctico. No diseñamos una nueva; aprovechamos los moldes existentes. Sostenibilidad también es elegir entre lo que hay cuando no hace falta más.
¿No hacer es una postura radical?
Seguro. A ver, yo creo en la vida y en las oportunidades. Pero siempre parto de la inseguridad.
Una insegura que cambió hasta el nombre de los vinos.
Soy de emociones. Quise relacionarlos con la bodega. Llevan los de los socios: El blanco de María, El tinto de Abel…
¿Cuál es su relación con el vino?
Es la fiesta. Mi abuela tenía muy poco dinero, pero bebía cava con la fideuá de los domingos.
¿Vive?
Murió cuando yo tenía tres años. Vivíamos con ella y con mi tío hasta que mi madre pudo comprarse un piso.
¿Y su padre?
Nunca estuvo.
¿No lo conoció?
Uf. La historia es muy de la España católica. Mi madre estudió enfermería y le salió plaza en Totana, en Murcia. Allí conoció a mi padre, hijo de una familia pudiente llamada Maestre. Se quedó embarazada y mi padre se desentendió. Para poder casarse con una rica heredera, mi padre tuvo que prometer que no tenía una hija en Valencia. Aunque todo el mundo sabía que la tenía porque mi madre había ido embarazada a la comunión de la hermana pequeña de mi padre. Me crie con mi abuela, mi madre, mis tíos Juani y Pedro y con canguros. Luego me convertí en una salvaje hasta que hice una terapia de grupo que me revolvió todo.
¿Qué le revolvió?
Entendí que la necesidad de que me quisieran a toda costa venía del vacío que tenía tras su repudio.
Y quiso conocerlo.
Mi madre me acompañó a Murcia y me esperó en un bar. Busqué en la guía telefónica. Miré en el buzón: Miguel Maestre Maestre, ahí estaba. Llamé a la puerta. Me preguntó quién era. Dije que tenía 21 años y me llamaba Inma. Me preguntó que qué quería. Le dije que conocerlo. “Pues ya me has conocido”, contestó. Y cerró la puerta. Lo lloré todo y volví donde estaba mi madre. Luego él murió. Nunca pudo tener hijos.
¿Cuánto de su vida decidió la ausencia de su padre?
Las primeras dos décadas, mucho. Me esforzaba por gustar. Hasta que me di cuenta de que todos mis problemas tenían que ver con el abandono. Mi madre se llama Benilde (hija de, en árabe). Ella había sentido el abandono, porque es hija de otro padre, que se fue, y lleva los apellidos de mi abuela, como yo. Cuando me dijo que ella también se había sentido abandonada, la odié de pura impotencia. Le recriminaba que en lugar de ayudarme me dijera que ese dolor se me pasaría con la vida. Empecé a consumir drogas. Llegué a tener una actitud tan negativa que mi novio me dijo que si quería seguir con él debía ir a terapia. Mi madre y yo fuimos a Proyecto Hombre. Me costó mucho. Al principio mentía todo el rato. Hasta que acepté sus reglas. Eso me salvó. La terapia me hizo ver.
Y quiso ver a su padre.
Sí. Empezar de cero.
¿Cuántas veces se puede empezar de cero?
Cada vez que lo necesitas. Lo importante es verlo. Y admitirlo. Yo me pasé media vida buscando el amor que no había tenido. Y cuando asumí que no lo iba a encontrar en mi padre, lo encontré en amigas, en mi madre y en mí misma.
Y entonces cambió de vida.
En 2001, en ese momento tan difícil en el que estaba enfrentada a todo: los novios, los estudios y mi madre, con la que he vivido toda la vida, conseguí una beca Erasmus. Me fui a vivir más que estudiar: marqué todos los destinos posibles. Y me salió Alemania porque nadie lo elegía. Pensé que con todo lo que había vivido aprender alemán sería fácil.
¿Lo fue?
Para diseñar sí, tampoco iba a estudiar microcirugía.
Socke, el perrro de Inma Bermúdez y, junto a él, su best seller, la lamparita Follow Me que produce Marset. RAÚL BELINCHÓN
En Alemania aparece usted misma como su mejor diseño.
Supongo. Allí empecé a construir la vida que quería, no la que me había tocado. Me quedé cuatro años. Y allí recibí una llamada de la familia de mi padre. Ellos sí querían conocerme. La vida es alucinante. De repente me encontré con un montón de primos. Me llevaron a conocer a mi abuela. La mujer dijo: “Eres una Maestre”. Y me abrazó. Dos años después murió mi padre. Lloré lo que me quedaba. Había fantaseado con que se arrepentiría, con que un día querría hablar y me explicaría algo. Pero no. Por eso cuando me llamaron los familiares para que las tierras de mi padre no se las llevara su viuda, dije que no quería nada. Solo el reconocimiento para mi madre. Exhumaron el cadáver y gané el juicio de paternidad.
¿Cuándo se hizo económicamente independiente?
Durante muchos años diseñaba y trabajaba de camarera. Estaba acostumbrada. Cuando era una adolescente rebelde, mi madre, que es enfermera, consiguió que me cogiesen para limpiar en la planta de oncología. Todo el mundo debería pasar por eso: por limpiar y por convivir con quien tiene poca esperanza y se esfuerza. He sido camarera de restaurante, de hogar del jubilado, de garitos de noche…, lo que quieras. Y siempre me lo he pasado bien. Es cuestión de ser positivo. Siempre hay algo bueno.
¿Fue más difícil madurar, convertirse en diseñadora o criar ahora a sus dos hijos?
Yo no quise tener hijos sin tener una vida profesional estable. Lo conseguí cuando regresé a Valencia y comencé a trabajar para Lladró e Ikea. Pero he tenido mucha suerte. La lámpara Follow Me me ha dado mucho dinero.
Es un invento: móvil, sin cable, con varias posiciones de pantalla y luz de bajo consumo.
La hice por afinidad con el director de la empresa Marset. Me dijo: “Alguien capaz de trabajar para Ikea y para Lladró tiene que ser especial. ¿Qué tipo de lámpara mejoraría la vida?”. Pensé, y al final la encontré en los catálogos antiguos de su empresa. Había una con asa metálica y la actualicé.
¿Diseñar es elegir?
Claro. Pero el que eligió fue Javier Marset, el director de la empresa. Me pidió una lámpara autónoma. Había un hueco en el mercado.
¿Se puede vivir de un solo producto?
Me ha dado tranquilidad, un colchón económico y una relación preciosa con Javier. Ha sido un éxito para los dos.
La vida real define sus diseños: un lavabo pequeño, un perchero fácil de montar.
Es que he vivido siempre en espacios pequeños y con poco dinero. Eso hace que te pienses en qué lo vas a gastar.
Es muy realista, pero vive aislada de la realidad en una casa bioclimática.
Profesionalmente, soy meticulosa; personalmente, actúo por impulso.
¿También hoy, con dos hijos?
Forma parte de mi carácter.
Su estudio se llama Inma Bermúdez. Y en él trabajan usted y su pareja, el arquitecto Moritz Krefter.
No perseguí tener un estudio propio, quería diseñar sin obsesión, tener una vida. Pero al regresar a España tuve que abrirlo. Se llama con mi nombre porque existía antes de conocer a Moritz. Por nada más. Todo el mundo dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y yo, que venía de una pésima experiencia con los hombres, no sé si soy una gran mujer, pero sé que tengo un gran hombre detrás.
Qué mujer tan diferente la que se fue y la que regresó.
Saqué fuerzas para afrontar lo que me dolía y luego me puse a trabajar.
Su madre no ha dejado de acompañarla.
Nunca.
¿Quién la acompañó en los partos?
Moritz y mi madre. Ella como enfermera de quirófano [risas].
¿Por qué regresó a vivir a Valencia?
Por la buena vida: necesitaba mi tierra, a mi madre y a mis amigos. El buen vivir después de vivir en Suecia trabajando para Ikea.
¿Cuál es el buen vivir?
El sol, la poca prisa, los tomates con sabor que cultivamos, los niños asilvestrados.
Su casa no tiene ni aire acondicionado, ni calefacción ni casi acabados.
Tiene estufa de leña, aislamiento de corcho, muros de 40 centímetros y grandes ventanas. Son lo más caro de la casa.
¿Qué despertó su conciencia ecológica?
Vivir en Alemania.
Cuadernos de notas de la diseñadora. RAÚL BELINCHÓN
¿Qué le ha sido más difícil, establecerse profesionalmente o criar hijos?
Uf. Nadie me advirtió de que tener hijos a partir de cierta edad se complicaba mucho. Sufrí varios abortos espontáneos. Luego me cosieron el útero para que no se me desprendiera María. Pero murió. Tenemos un laurel plantado en el jardín que es María. En este país cuando abortas con 20 semanas tiran los fetos a un cubo. Eso debería cambiar. Uno debería poder enterrar a sus muertos. Estuve un mes sin moverme. Y ni así la salvé. Pero no lo consideran duelo. Nadie te apoya. Con 38 años, Otto fue gestado con cerclaje preventivo. Ese cerclaje me provocó una amenaza de aborto. Tras quitarlo, y seis meses de reposo absoluto, pudo por fin nacer. Cuento esto con todo detalle por si le sirve a alguien. Porque no se habla de los problemas de los partos. Ni del paso de los años para convertirse en madre.
Dice que el trabajo la salvó.
Tenía un encargo de Mercadona para hacer la línea de limpieza: recogedores, cubos, fregonas… Lo diseñé en el hospital, donde no me levanté de la cama en 18 días. Todo encajaba, ocupaba poco en casa, en el palé para el traslado…
Marca de la casa.
Lo aprendí de Ikea. Y era neutral para no invadir, para no hacerse muy visible.
¿Cómo ha vivido la crianza de sus hijos?
Mi madre y mis tíos nos han ayudado. Pero estoy agotada, por eso voy a aprovechar el dinero del Premio Nacional de Diseño para parar. Para pensar. Quiero ser certera con lo que aporto. Quiero ayudar a mitigar los problemas del cambio climático. Creo que tengo facilidad para ver soluciones y quiero hacerlo desde otro punto de vista. No se trata solo de hacer cosas. En la bodega Dominio de la Vega mi asesoramiento ha sido para hacer menos cosas. Más pequeñas, más significativas. Eso también es diseñar.
Es de la generación re: repensar, reparar, recuperar, reciclar. ¿En diseño se ha acabado la fiesta?
Hay que aprender a celebrar de otra manera. Me parece indecente no reaccionar ante lo que está pasando en el planeta. Todo: desde abrir un grifo hasta coger un avión o ir a la peluquería tiene consecuencias. ¿Qué más tiene que pasar? ¿No vemos ya que con este ritmo de consumo nos vamos a la mierda?
martes, 6 de diciembre de 2022
_- CRÍTICA LITERARIA. ‘Las personas más raras del mundo’: una explicación de cómo la cultura cambia el cerebro
¿Naturaleza o crianza? En inglés suena como un trabalenguas: nature or nurture? El debate será seguramente tan antiguo como la humanidad misma —esta niña ha salido a su padre, el chaval es igualito que su abuela—, pero llegó al mundo académico a finales del siglo XIX de la mano de Francis Galton, el primo listo de Charles Darwin. Charles era un científico serio y concienzudo. Su primo Francis era un polímata intenso y ansioso por aplicar los principios de la evolución para entender las sociedades humanas. También inventó la eugenesia y el darwinismo social, lo que sería suficiente para garantizarle un capítulo en la historia universal de la infamia. Pero sus ideas científicas, despojadas de interpretaciones políticas y económicas, siguen hoy vivas en la discusión intelectual. Hasta aquí la naturaleza.
La crianza alcanzó su apogeo unas décadas después en la psicología de Burrhus Skinner, el influyente conductista que convenció al mundo académico del siglo XX de que el cerebro humano nacía como una tábula rasa, una pizarra virgen en la que podía escribirse cualquier cosa que dictaran los estímulos ambientales. Skinner creía en la ingeniería social, hasta el punto de que inventó un recinto sellado (Air Crib, o cuna de aire) aislado del sonido, libre de microbios y con aire acondicionado donde creía que los bebés disfrutaban del entorno óptimo para crecer hasta los dos años. Desde su púlpito de Harvard, a mediados del siglo pasado, Skinner ejerció una influencia arrolladora sobre varias generaciones de psicólogos que aún hoy permanece inmarcesible. Genética sigue siendo una palabra fea en las aulas de humanidades. Hasta aquí la crianza.
El extraordinario libro de Joseph Henrich que nos llega ahora, Las personas más raras del mundo, editado por la dinámica Capitán Swing, expone la solución al dilema entre naturaleza y crianza con una deslumbrante elocuencia. Resolver una dicotomía suele exigir subir la escalera y percibir que, desde el balcón del piso de arriba, la contradicción se desvanece y las dos ideas opuestas se revelan como meras partes de una realidad más abstracta, más profunda y fructífera. No es naturaleza o crianza, sino naturaleza luego crianza y crianza luego naturaleza.
Sin los genes humanos no podemos aprender a leer y escribir. Pero leer y escribir modifican el cerebro. Es el argumento esencial del que emerge este libro de 799 páginas. Las personas más raras del mundo a las que se refiere el título somos los ciudadanos occidentales. Una de las principales razones es la alfabetización extensiva de la población de los países desarrollados, que por desgracia sigue siendo una rareza entre las mil culturas del planeta Tierra. Y ello no se debe a que los occidentales seamos más listos de nacimiento, sino a que nuestras sociedades y sistemas políticos nos han alfabetizado. Y a que esto ha modificado nuestro cerebro. Crianza luego naturaleza.
El autor es una fuente muy solvente. Profesor y presidente del departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard, antropólogo e ingeniero espacial, ha dirigido equipos de investigación sobre el comportamiento de las distintas sociedades humanas. Deduce de su experiencia que los sujetos utilizados en la mayoría de las investigaciones psicológicas —los ciudadanos occidentales— son muy peculiares. Con un guiño, los llama WEIRD, que significa raro, pero también son las siglas inglesas de occidental, educado, industrializado, rico y democrático. Su percepción es importante, porque implica que la psicología actual se basa en una muestra muy sesgada de la especie humana. Los ciudadanos occidentales no son extrapolables al resto de las culturas del planeta.
Las personas más raras del mundo no es un libro para neurocientíficos ni para antropólogos. Su objetivo, como debería ser el de todo libro, es la población culta de cualquier tendencia. Aquí no hay doctrina ni doctrinilla, sino argumentos basados en investigaciones solventes, incluidas las del propio autor. Henrich lleva al lector de la mano por una realidad compleja —nuestra especie lo es— mostrándole el camino no solo hasta sus conclusiones, por chocantes que resulten, sino también hacia la forma científica de obtenerlas. Esto es en sí mismo una novedad en un panorama ensayístico demasiado sesgado por las opiniones caprichosas de los autores. Henrich bebe de la tradición de Jared Diamond, en quien la sensibilidad antropológica y la creatividad científica conviven sin contradicción en el balcón del primer piso. Ambos autores son intelectuales de nuestro tiempo que han trascendido las miopes fronteras académicas que nos lastran.
Aprender a leer y a escribir modifica el cerebro, y de un modo bien interesante. Un poco por encima y por detrás de la oreja izquierda —la región occipitotemporal izquierda del córtex cerebral— moran de forma innata los procesadores especializados en interpretar el lenguaje hablado y reconocer los objetos. El lenguaje hablado está íntimamente asociado a la naturaleza humana y ha representado un papel protagonista en la evolución de nuestra especie durante cientos de miles de años. La escritura, en cambio, es un invento con poco más de 6.000 años. La genética no ha tenido tiempo de adaptarse y, por tanto, el cerebro no nace con un órgano de la escritura incorporado. Pero la cultura crea ese órgano, allí en medio del lenguaje y el reconocimiento de objetos, un nuevo procesador que se encarga de percibir las letras y las palabras, esos objetos tan especiales.
Las diferencias de las poblaciones occidentales con otras culturas son más amplias que todo eso. Los rasgos distintivos se extienden al razonamiento espacial, la atención, la memoria, la equidad, la disposición al riesgo, el reconocimiento de pautas, el pensamiento inductivo y hasta la susceptibilidad a las ilusiones ópticas. La cultura cambia el cerebro, y por eso los occidentales somos las personas más raras del mundo. Lean el libro.
Portada de 'Las personas más raras del mundo', de Joseph Henrich.
Las personas más raras del mundo
Autor: Joseph Henrich.
Traducción: Jesús Negro.
Editorial: Capitán Swing, 2022.
Formato: tapa blanda (799 páginas, 28,50 euros).
lunes, 5 de diciembre de 2022
_- 74ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID. La Segunda República, vista sin pasión.
Sobre la Guerra Civil se ha escrito infinito, pero sobre la Segunda República escasean los estudios que la abordan con independencia de su final. Cuatro historiadores han aunado esfuerzos para tratar de ofrecer una visión sobre el primer régimen democrático instaurado en España en el siglo XX, cuyo afán reformista fue guillotinado por el más dramático de los finales. La Segunda República (Pasado y Presente), un volumen de casi 1.400 páginas, acaso sea el intento más ambicioso de la historiografía española para explicar aquellos años de luces y sombras, abiertos entre d... . La Segunda República (Pasado y Presente), un volumen de casi 1.400 páginas, acaso sea el intento más ambicioso de la historiografía española para explicar aquellos años de luces y sombras, abiertos entre dos periodos siniestros de dictaduras y guerra. “Durante años hemos vivido del libro de Gabriel Jackson, publicado en 1965. Luego ha habido otros, pero se trató de obras de síntesis y fragmentarias”, expone Josep Fontana, catedrático emérito de Historia e Instituciones Económicas por la Universidad Pompeu Fabra.
Tanto Fontana, como los autores de la obra (Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez), destacan el hecho de que por vez primera se aborda en sí misma, emancipada de su dramático desenlace (sin que esto quiera decir que se omita). “Muchos autores explican la República traumatizados por la experiencia de la guerra”, subraya González Calleja, profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad Carlos III, que explica que han huido tanto de la visión “propagandística” como de la “fatalista”. “A estas alturas, la República no debe ser denigrada ni reivindicada, sino analizada”, añade.
Parlamentarios más libres
Nada tiene que ver el actual sistema con el que rigió los procesos electorales en la Segunda República, más pluralista y más inestable. Francisco Sánchez cree, de hecho, que “la República se usó como contramodelo”. De entrada, “no se votaba a partidos sino a personas”. Esto propiciaba que los diputados tuviesen más autonomía a la hora de defender sus propuestas.
No había Senado, lo que agilizaba la aprobación de leyes, y las listas eran abiertas en cada circunscripción, con un sistema establecido para elegir mayorías y minorías. Había dos vueltas. “Intentaba fomentar el pluralismo. Se le ha criticado porque permite que partidos muy pequeños lleven sus representantes al Parlamento”.
En opinión de Fontana, los meses que van de abril de 1931 a julio de 1936 son uno de esos raros periodos de progreso en la historia española. A Fontana le gusta recordar una anécdota del historiador Ramón Carande, que respondió así a la petición de un periodista para definir en dos palabras la historia de España: “Demasiados retrocesos”.
Con un final que no estuvo a la altura de su civilizado principio —el rey Alfonso XIII salió hacia el exilio sin corona pero con cabeza—, la República estuvo marcada por un espíritu reformista que, en algunos mundos rígidos como el campo, pareció revolucionario. Se podría decir también que fue el primer régimen amigo de las mujeres: se aprobó el sufragio femenino en igualdad de condiciones que el masculino (a los 23 años), se le concedió igualdad jurídica y desapareció el delito de adulterio que las penalizaba.
En materia de derechos civiles, se regularon con leyes el divorcio, el matrimonio civil y los derechos de los hijos ilegítimos. La escuela pública dejó de segregar alumnos según sexos y se implantó la coeducación. “Se aprueban una serie de cambios legales fundamentales, aunque no dio tiempo a que se convirtieran en cambios sociales”, aduce Ana Martínez Rus, profesora titular de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense. La cultura se transformó de arriba abajo. Invitar a leer fue una herramienta revolucionaria no muy apreciada en ámbitos conservadores y eclesiásticos, reacios a la instrucción de campesinos o mujeres.
Los libros como símbolo
En el Congreso, Pedro Sainz Rodríguez, diputado de Renovación Española y futuro ministro de Educación con Franco, interrogaba: “¿Para qué quieren leer a Oscar Wilde?”. Interesante cuestión en boca de un catedrático de Bibliología. “El concepto de biblioteca pública y el fomento de la lectura son de la República, que gastó mucho dinero en fondos, aunque no en personal, lo que hacía que la atención fuese voluntarista y que en algunas poblaciones se entorpeciese. Las biliotecas se convirtieron en un símbolo político”, señala Martínez Rus. Eso explica el castigo que los libros sufrirían durante la guerra y la dictadura, inmolados en hogueras y expurgados de bibliotecas como portadores del mal.
En el mundo laboral también se impulsaron novedosas normas, aunque Francisco Sánchez, profesor titular de Historia Contemporánea en la Carlos III, puntualiza su impacto en el sector industrial. “No son tan rupturistas como se las ha presentado. Beben de un debate que se venía dando desde la I Guerra Mundial. Donde se produce la gran novedad es en el campo, donde no existían los contratos por escrito y los patronos eran amos y señores del trabajo”.
Un impacto notable teniendo en cuenta que casi el 50% de la población activa española en los treinta trabajaba en el sector primario. “La cuestión agraria ha sido injustamente olvidada al estudiar la República y, sin embargo, no se entiende la Guerra Civil sin las cuestiones agrarias”, advierte Francisco Cobo, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada. Asegura que ni la reforma agraria fue revolucionaria (“era una ley comedida para modernizar las estructuras agrarias, pero beneficiaba a los jornaleros”) ni la conflictividad excepcional (“las huelgas no fueron mayores que en otros países europeos”).
Obras sobre armas y letras
'Voces de la trinchera (Alianza). James Matthews. Los soldados como corresponsales del frente. Las misivas, escritas entre 1938 y 1939 por combatientes del Ejército de Andalucía, rebelan hastío, sufrimiento ("Nos están saliendo telarañas en el cielo de la boca porque no tenemos ni agua para beber") y desapego hacia consignas políticas.
El final de la guerra civil (Marcial Pons). Fernando Rodríguez Miaja. Un joven de 22 años, Fernando Rodríguez Miaja, fue un testigo privilegiado de los últimos días de la guerra como secretario particular de su tío, el general José Miaja. Los coletazos del régimen republicano, ante su previsible derrota, siguen rodeados de claroscuros por la implicación de algunas autoridades en el golpe de estado de Casado y su colaboración con el quintacolumnismo.
Cuba y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (Calambur). Niall Binns, Jesús Cano Reyes y Ana Casado Fernández. El nuevo volumen del grupo de investigación, que indaga en el impacto de la guerra en los intelectuales de América Latina, se centra en Cuba, el país Cuba fue el país latinoamericano con el mayor número de voluntarios en la guerra civil y también con el mayor número de corresponsales, algunos tan conocidos como Alejo Carpentier.
domingo, 4 de diciembre de 2022
_- Las 10 mejores universidades del mundo y cuáles son las mejor calificadas en América Latina, según el ranking de Times Higher Education
Las mejores universidades del mundo están en Estados Unidos y Reino Unido, pero la calidad de los institutos superiores de China está ganando terreno rápidamente.
Eso es parte de lo que se desprende delranking mundial que cada año hace el Times Higher Education, una institución británica que da seguimiento de los centros educativos de niveles superiores en el mundo.
La Universidad de Oxford encabeza el ranking por séptimo año consecutivo.
10 mejores universidades del mundo
Universidad de Oxford, Reino Unido.
Universidad de Harvard, EE.UU.
Universidad de Cambridge, Reino Unido.
Universidad de Stanford, EE.UU.
Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE.UU.
Instituto de Tecnología de California, EE.UU.
Universidad de Princeton, EE.UU.
Universidad de California, Berkeley, EE.UU.
Universidad de Yale, EE.UU.
Imperial College London, Reino Unido
EE.UU. y Reino Unido tienen las 10 universidades mejor evaluadas por Times Higher Education.
El ranking
Para hacer su análisis se basa en 13 indicadores de desempeño en las áreas de enseñanza, investigación, transferencia de conocimiento y perspectiva internacional.
En el caso de América Latina, Times Higher Education incluyó instituciones de 11 países, siendo Brasil la nación que tuvo la mayor cantidad de universidades entre los primeros 20 puestos.
Las 20 mejor evaluadas de América Latina
Universidad de Sao Paulo (Brasil)
Universidad de Campinas (Brasil)
Pontificia Universidad Católica (Chile)
Universidad de Antofagasta (Chile)
Universidad de Costa Rica (Costa Rica)
Universidad de Desarrollo (Chile)
Universidad de Río Grande del Sur (Brasil)
Universidad Federal de Sao Paulo (Brasil)
Universidad Icesi (Colombia)
Universidad Peruana Cayetano Heredia (Perú)
Universidad Autónoma de Chile (Chile)
Universidad Diego Portales (Chile)
Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil)
Universidad de Sergipe (Brasil)
Instituto Tecnológico de Monterrey (México)
Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (Brasil)
Pontificia Universidad Javeriana (Colombia)
Universidad de La Serena (Chile)
Universidad de los Andes (Colombia)
Universidad Autónoma de Sinaloa (México)
Ascenso de China, caída de EE.UU.
La institución encargada del ranking destaca en su análisis que "la supremacía en investigación de las universidades estadounidenses está disminuyendo, en parte debido a una brecha creciente en la producción entre las universidades de élite y el resto".
En el caso de las universidades en China, resaltan que en cuanto a la calidad de la investigación, "se está poniendo al día" y aumentó su puntuación de 55,6 a 58 en este aspecto, mientras que en el caso de EE.UU. cayó de 70 puntos a 69,4. Aunque señalan que el país asiático tiene un eslabón débil: la internacionalización.
Por ejemplo, en el caso de la institución de más alto rango de China, la Universidad de Tsinghua, obtuvo un puntaje de 40,3 en perspectiva internacional este año, por debajo del 50,6 del año anterior.
EE.UU. es el país más representado en general, con 177 instituciones, y también el más representado entre las 200 principales (58).
China continental ahora tiene el cuarto número más alto de instituciones en el top 200 (11, en comparación con 10 el año pasado), superando a Australia, que ha caído al quinto lugar (junto con los Países Bajos).
La Universidad de Fudan y la Universidad Jiao Tong de Shanghái, la tercera y cuarta universidades con la puntuación más alta en China, respectivamente, aumentaron significativamente su puntuación general este año, impulsadas en gran medida por su sólido desempeño acorde a las referencias dadas.
El puntaje general promedio de las universidades en los EE. UU. aumentó en 0,1 entre 2022 y 2023, mientras que en China el aumento durante el mismo período fue de 1,6. El aumento promedio en todo el mundo fue de 0,7.
sábado, 3 de diciembre de 2022
Qué comían los antiguos romanos durante los espectáculos sangrientos en el Coliseo
Los expertos han podido desenterrar restos de higos, uvas, cerezas, moras, frutos secos y otros alimentos de más de 2.000 años de antigüedad en el lugar.
También se han encontrado huesos de osos y grandes felinos que probablemente se usaron en los juegos de caza del anfiteatro, muy populares en la época romana.
Los descubrimientos fueron realizados por arqueólogos que examinaron las alcantarillas del monumento, construido en el primer siglo de nuestra era.
Reliquias como estas brindan una instantánea de la "experiencia y costumbres de quienes acudían a este lugar durante las largas jornadas dedicadas a los espectáculos", explicó a la BBC Alfonsina Russo, directora del Parque Arqueológico del Coliseo.
Los investigadores aseguran que los huesos de osos y leones probablemente pertenecían a los animales que formaban parte de los juegos sangrientos del anfiteatro, en el que se enfrentaba a bestias para que lucharan entre sí o contra gladiadores.
El Coliseo, que podía albergar hasta 55.000 espectadores, estuvo en uso durante cinco siglos, entreteniendo a los romanos con luchas, martirios e incluso naumaquias, combates navales para los que la arena del circo se llenaba de agua.
Se cree que para su inauguración, en el año 80, el emperador Tito ordenó la celebración de unos juegos que duraron 100 días y en los que se mató a más de 5.000 fieras.
En la excavación también se han encontrado huesos de animales más pequeños, como perros.
Los hallazgos forman parte de un estudio que comenzó en enero de 2021, en el que se han limpiado cerca de 70 metros de desagües y alcantarillas debajo del Coliseo, que sigue siendo uno de los lugares más visitados de Italia.
Arquitectos y arqueólogos especializados utilizaron robots guiados por cables para navegar por el complejo sistema de drenaje del anfiteatro, lo que les ayudó a comprender la vida cotidiana en Roma, así como las estructuras hidráulicas antiguas, según han explicado los investigadores.
Hasta nuestros días ha llegado el arte culinario romano, que las clases pudientes celebraban en opíparos banquetes que se prolongaban toda la noche con platillos muy elaborados. De hecho, el libro de cocina más antiguo que se conoce es romano y lo recopiló un tal Apicius.
Sin embargo, para el Coliseo, los espectadores optaban por refirgerios más sencillos, que podían compar a vendedores ambulantes que se instalaban en los alrederores del anfiteatro, donde ofrecían garbanzos, pescado frito, salchichas o bollos. En las gradas también se bebía mucho vino.
En la excavación también se han descubierto monedas antiguas, entre ellas 50 monedas de bronce que datan del período romano tardío, que abarcan aproximadamente 250-450 d.C., y una moneda conmemorativa de plata de alrededor de 170-171 d.C., que celebra los 10 años del gobierno del emperador Marco Aurelio.
El Coliseo fue el anfiteatro más grande del Imperio Romano y cayó en desuso alrededor del año 523 d.C., cuando se prohibieron los espectáculos de gladiadores y de caza. Entonces, sus túneles, huecos y galerías fueron ocupados por los habitantes de Roma, que hicieron de él una extensión de la ciudad.
En el siglo XIV, un terremoto destruyó parte del anfiteatro, que acabó convirtiéndose en basurero y cantera de la que se extraían materiales de construcción. El Renacimiento volvió a poner en valor el edificio.
_- PSICOLOGÍA Un paseo con Freud o cómo caminar tiene efectos positivos sobre la mente
La itinerancia involucra a todo nuestro ser, abre un mundo de acordes y correspondencias, condiciona la relación espacial del yo sintiente. Nuestro enlace profundo entre el movimiento corporal y el entorno facilita un enfoque plural y polifónico de las situaciones recreadas. Como la mayoría de nosotros no tenemos que dedicar mucho esfuerzo consciente al acto de caminar, la mente queda libre para deambular. Es más, la manera en que movemos el cuerpo cambia aún más la naturaleza de los pensamientos, y viceversa —al caminar a nuestro propio ritmo creamos un circuito de retroalimentación axiomático entre el ritmo del cuerpo y nuestro estado mental, que no sería fácil lograr con ningún otro tipo de locomoción—. Mientras caminamos, el ritmo de nuestros pasos oscila naturalmente con nuestros estados de ánimo y con las cadencias de nuestro monólogo interior. De igual forma, es posible cambiar activamente el ritmo de nuestros pensamientos caminando deliberadamente más rápido o disminuyendo la velocidad.
Su vínculo con la salud y su relación con la creatividad son bien sabidos. Al caminar aumentamos el flujo de oxígeno a nuestros tejidos, específicamente el cerebro. Se ha demostrado que caminar con regularidad, incluso levemente, mejora la memoria y la atención, evita el desgaste del tejido cerebral que provoca la edad, aumenta el volumen del hipocampo —una región clave para la memoria—, estimula el desarrollo de nuevas neuronas y acelera la transmisión de mensajes entre ellas. Es una estrategia fácil de implementar para aumentar la producción de ideas novedosas. La poesía y el caminar, por ejemplo, han ido siempre de la mano: Teócrito y Horacio, Dante y Petrarca, Spencer y Woolf se han representado como caminantes que deambulan por un paisaje, traduciendo su movimiento en obras de arte. Thomas de Quincey calculó que Wordsworth caminó unos 290.000 kilómetros en su vida, lo que equivale a un promedio de 10,5 kilómetros diarios desde que tenía cinco años —y su hermana Dorothy, que mantuvo un evocativo diario de sus caminatas, también era una excursionista vigorosa—.
Por supuesto que no todas las caminatas son faenas en solitario. Sarah Hanson, de la Universidad East Anglia, recalca que “caminar en grupo es diferente a caminar solo, hay una gran cantidad de activación, contacto con el entorno y, lo que es más importante, la conexión social. Las personas pueden estar juntas pero separadas… Al enfrentar problemas en los que nuestro estado mental se ve comprometido, hay algo especial en estar en un grupo de caminata”, afirma, haciendo notar que “no es necesario equipo extraordinario, ni comprar ropa cara, no es el gimnasio. Cualquiera puede acceder a la caminata en su propia comunidad, especialmente los más necesitados”. Además, este grupo incluye a menudo a ciudadanos con discapacidades, como demuestra la pintora, escritora y activista Sunaura Taylor en el vídeo Examined Life, mientras “sale a caminar”, como ella lo describe, en su silla de ruedas por Oakland, en conversación con su colega de Berkeley la filósofa Judith Butler. De hecho, en un metaanálisis frecuentemente citado —que comprende 42 estudios con 1.843 participantes—, Hanson y sus colaboradores corroboran que los grupos de caminata son efectivos, con buena adherencia y amplios beneficios para la salud, y concluyen que pueden ser una intervención prometedora como actividad proactiva de promoción de la salud.
En lugar de optar por el tradicional “paseo por el bosque” a la manera del naturalista Henry David Thoreau y tantos otros, Jane Jacobs, una de las figuras clave del urbanismo, igualmente propone un enfoque comunitario innovador centrado en caminar en espacios urbanos. Hoy día, Las caminatas de Jane son conversaciones ambulantes organizadas por personas motivadas —tú, un amigo o un grupo— dentro de tu barrio, que ayudan a descubrir y compartir algo sobre tu comunidad. Pueden enfocarse en una variedad de temas sobre cómo interactuamos, usamos y habitamos las ciudades. El programa ha logrado llevar el potencial de las conexiones comunitarias a ciudades tan variadas como Anchorage y Bombay, a través de caminatas globales, y confirma que hay infinidad de formas de galvanizar el término “peatón”.
David Dorenbaum es psiquiatra y psicoanalista.
https://elpais.com/eps/2022-11-08/caminar-tiene-ilimitados-efectos-fisicos-y-mentales.html
viernes, 2 de diciembre de 2022
COMPUTACIÓN CUÁNTICA. Nuevo hito cuántico: IBM alcanza con el nuevo procesador Osprey los 433 cúbits, más capacidad que el número de átomos del universo.
“Un ordenador cuántico de 273 cúbits tiene más memoria que átomos el universo observable”, según Alberto Casas, investigador del CSIC y autor de La revolución cuántica (Ediciones B, 2022). El físico auguraba en su libro una inminente consecución de este hito, que ya se ha logrado. La multinacional IBM ha presentado este miércoles su nuevo procesador Osprey (águila pescadora), con el que ha alcanzado los 433 cúbits, más del triple de capacidad de la conseguida hace solo un año con el Eagle (127 cúbits) y una décima parte de la que esperan en 2025. Es un paso necesario para desarrollar ordenadores cuánticos efectivos, capaces de hacer cálculos prácticos a gran escala de forma robusta, sin errores.
La física clásica no explica nuestro mundo, aunque hasta ahora nos ha servido, en especial, en el ámbito macroscópico. La ciencia cuántica, que estudia la naturaleza y las interacciones a escala atómica y subatómica, comienza a aportar posibles explicaciones y mantiene dos vías que se entrecruzan: la teórica, que aspira a contestar a preguntas fundamentales, como qué es la materia oscura que conforma el universo, y la práctica, que quiere aplicar las leyes cuánticas a procesos como la computación para multiplicar exponencialmente la capacidad para estudiar y comprender la vida y todo lo que la rodea. Este último camino ha superado una nueva meta.
Un cúbit es la unidad mínima de computación cuántica y, a diferencia del bit convencional —el que se utiliza en la tecnología común—, no tiene solo dos valores (0 y 1), sino que puede tener estos o cualquier superposición de ellos. Si un superordenador actual puede hacer millones de operaciones con bites (el Summit de IBM es capaz de procesar más de 200.000 millones de cálculos por segundo), uno cuántico puede ejecutar trillones. De ahí la importancia de aumentar la capacidad de cúbits en los modelos en desarrollo y minimizar los errores que afectan a esta tecnología.
Este es uno de los logros de IBM, que mantiene su hoja de ruta para conseguir un computador cuántico efectivo. El hito anunciado este miércoles, que se ha conseguido con innovaciones en la programación (software) y en el hardware (elementos físicos o materiales de los ordenadores y sistemas informáticos), es la base para el futuro lanzamiento del Cóndor, que será el primer procesador cuántico universal de más de 1.000 cúbits. A este le seguirá el Kookaburra (Cucaburra), previsto para 2025 y que tendrá una capacidad de más de 4.000. Según el director ejecutivo de IBM, Arvind Krishna, este último computador “será capaz de ejecutar cálculos que precisarían de un ordenador tradicional de casi el tamaño de la Tierra”.
En esta carrera por la “ventaja cuántica”, término que hace referencia a desarrollos basados en esta física que superen a los computadores clásicos, también están compañías como Google o Rigetti.
Para alcanzarla, IBM no se centra solo en las propiedades cuánticas, sino que incluye también procesadores convencionales en función de su eficiencia frente a las tareas de computación. El objetivo es desarrollar un tejido de circuitos para distribuir los problemas complejos entre varios procesadores.
Quantum System Two
IBM
De esta forma, para triplicar la capacidad del Eagle (el procesador que superó la barrera de los 100 cúbits), el nuevo Osprey se incluye en un nuevo IBM Quantum System Two, un sistema modular y flexible para incorporar múltiples chips (circuitos integrados) conectados por un sistema de control. Este estará accesible en línea en el primer trimestre de 2023 y es determinante para desarrollar una arquitectura modular con comunicación cuántica —que aumenta la capacidad computacional— y con un sistema de nube híbrida que permite integrar flujos de trabajo cuánticos y clásicos. “Hemos finalizado cómo será el sistema desde una perspectiva de diseño y estamos trabajando para construirlo, ponerlo y demostrarlo el próximo año”, afirma Jay Gambetta, el físico que lidera el equipo del Centro de Investigación IBM Thomas J Watson para el desarrollo de la computadora cuántica.
Será la base del Crossbill, el primer procesador único hecho de múltiples chips, y del Flamingo, que incluirá enlaces de comunicación cuántica. Ambos desarrollos están previstos para 2024. Un año después, con la combinación de las dos tecnologías, se prevé presentar el Kookaburra, un sistema cuántico de tres procesadores y 4.158 cúbits que pretende abrir la puerta a superar la barrera de los 100.000 cúbits.
El problema del ruido
Pero para aprovechar la ventaja computacional del cúbit hay que sortear un difícil problema. Las superposiciones cuánticas de estados que permiten los trillones de combinaciones y, por lo tanto, la casi infinita capacidad de computación son muy sensibles al medio ambiente. Cualquier mínima circunstancia del entorno (temperatura, ruido electromagnético o vibración) degrada las superposiciones y genera errores.
Jian-Wei Pan, el mayor experto en computación de China, afirma que “construir un ordenador cuántico prácticamente útil y tolerante a los fallos es uno de los grandes desafíos para el ser humano”. “El obstáculo más formidable es la presencia de ruido e imperfecciones. Necesitamos usar la corrección de errores cuánticos y operaciones tolerantes a fallos para superar el ruido y escalar el sistema”, asegura.
Procesador IBM Quantum Osprey. IBM
Una de las fórmulas para paliar esta desventaja es crear entornos donde se minimicen las interacciones con el medio ambiente, como enfriar los sistemas a una temperatura cercana al cero absoluto (-273 ºC). Pero también se pueden abordar los errores una vez que se producen, aplicando sistemas, como el Qiskit Runtime Primitives que incorpora el Osprey presentado este miércoles. Este desarrollo es un entorno de sistemas clásicos y cuánticos que aumenta la velocidad y calidad de la computación. Además, se suma Dynamic Circuits, un modelo alternativo de construcción de circuitos para la corrección de errores cuánticos. IBM prevé incorporar nuevos sistemas de supresión y mitigación de fallos con el fin de ayudar a los desarrolladores del programa fundamental del sistema operativo (kernel) a administrar el ruido y subsanar errores.
Frente a las alternativas materiales, Qiskit Runtime Primitives permite llevar a la programación las soluciones frente al ruido, por lo que facilita, según la compañía, que “los usuarios incorporen la computación cuántica en sus flujos de trabajo y se acelere el desarrollo de aplicaciones cuánticas”.
Oliver Dial, jefe de arquitectura de hardware cuántico en IBM, cree que no están muy lejos de conseguir minimizar el ruido: “En los próximos dos años, podremos hacer algo que nadie ha hecho antes. Es un desafío. Si podemos proporcionar una estimación libre de ruido observable, estaremos en el rango donde podemos comenzar a resolver problemas interesantes con nuestros clientes”.
De esta forma, según IBM, la carrera cuántica que se afianza no exigirá disponer de un ordenador de esta tecnología, sino que un desarrollador podrá incorporar a sus programas determinadas funcionalidades y operaciones de cálculo cuántico que se ejecutarán en la nube y que se integrarán con fluidez en aplicaciones que aunarán la nueva tecnología y la existente.
Un computador de 4.000 cúbits será capaz de ejecutar cálculos que precisarían un ordenador tradicional de casi el tamaño de la Tierra
Arvind Krishna, director ejecutivo de IBM
Alejandro González Tudela, investigador científico en el Instituto de Física Fundamental del CSIC, cree que las posibilidades de la computación cuántica son extraordinarias y que muchas de ellas aún están por descubrir. Uno de los campos de aplicación serán, en su opinión, “las cuestiones de muchos cuerpos, con muchos elementos que interaccionan entre ellos y que son difíciles de resolver en ordenadores clásicos”. Dos ejemplos serían la simulación de moléculas o el desarrollo de nuevos materiales, campos con una dimensión exponencial inalcanzable para los sistemas tradicionales.
La inteligencia artificial (IA) y, en especial, las redes neuronales, las que intentan emular al cerebro humano, también se beneficiarán de esta tecnología para clasificar, analizar y extraer patrones y conocimiento de imágenes, palabras o conceptos de cualquier tipo de lenguaje en cualquier área. En este sentido, IBM, cuenta con un sistema capaz de interpretar el lenguaje de la química para predecir el resultado más probable de una determinada reacción.
Esta convergencia entre bits, redes neuronales y cúbits es la base tecnológica de una nueva era de descubrimientos y de un futuro revolucionario de innovaciones tanto para la ciencia como para las empresas e instituciones.
jueves, 1 de diciembre de 2022
EJERCICIO FÍSICO Caminar rápido 50 minutos a la semana reduce la mortalidad en personas que llevan décadas inactivas
Cerca del 70% de las personas que visitan a su médico de cabecera en España no alcanzan los niveles mínimos de actividad saludable recomendados: 150 minutos semanales que se superarían caminando rápido 25 minutos al día, bailando durante ese mismo tiempo o sumando los minutos en partidos de pádel o haciendo aeróbic. La tasa de mortalidad en las personas que son activas se reduce entre un 30% y un 60% respecto a las que no lo son, y el ejercicio reduce la incidencia, en mayor o menor medida, de prácticamente todas las enfermedades. Los beneficios son obvios y las pruebas acumuladas ingentes, pero las circunstancias a veces llevan a seguir haciendo cosas que no convienen.
Para medir con precisión los beneficios de recetar ejercicio como medicina y ver a partir de qué cantidades se observan los beneficios, un equipo encabezado por la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia del Servicio Vasco de Salud ha seguido durante 15 años a 3.357 pacientes inactivos de 11 centros de atención primaria españoles. Sus resultados, que se publican en la revista British Journal of General Practice, muestran que la mortalidad de los que alcanzaron las recomendaciones mínimas, de 150 minutos a la semana de actividad moderada o 75 de actividad fuerte, ha sido casi un 50% menor de los que permanecieron inactivos. Además, el 20% de las muertes producidas en el grupo observado durante el estudio no se habrían producido si todos los pacientes inactivos hubieran cumplido las recomendaciones.
Lo que es quizá más importante, en particular para personas que llevan hasta 40 años sin hacer prácticamente ningún tipo de ejercicio, es que las ventajas de moverse, aunque son mayores cuando se superan los niveles recomendados, empiezan a aparecer con cambios muy pequeños, por debajo de los niveles que se suelen considerar mínimos para gozar de los beneficios del ejercicio. Con un incremento de la actividad moderada de 50 minutos semanales se registró una reducción de la mortalidad del 31%.
“Este estudio representa al tipo de pacientes que un médico de atención primaria se encuentra en su día a día”, explica Gonzalo Grandes, jefe de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia y líder del trabajo. “Una de las dudas que se encuentran los profesionales de la salud que ven a personas con décadas de inactividad, con muy mala forma física, obesidad y muchas veces expuestos a enfermedades crónicas como diabetes o artrosis es si merece la pena recomendarles un plan de actividad física y buscar la forma de motivarles”, continúa Grandes. “Estos resultados muestran que, incluso para estos profesionales que tienen muchas limitaciones de tiempo y necesitan priorizar, y para estos pacientes, que pueden tener poca fe en su posibilidad de cambio, los resultados se empiezan a ver con muy poco”, concluye.
El siguiente paso de Grandes y los profesionales que están trabajando en estos estudios fue desarrollar estrategias para que los profesionales puedan plantear este tipo de intervenciones médicas a través de la actividad física. “Queremos implementar la actividad física como terapia estándar para personas con patologías crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, pero cualquier cambio en la práctica clínica tiene una inercia enorme. Hay profesionales que no tienen la formación necesaria para hacer un plan de actividad física e incluso habría que reorganizar la promoción de la salud pública dentro de las comunidades”, advierte.
Montserrat Romaguera, médico de familia y del deporte y autora de Mi médico me manda a paseo, un libro sobre la importancia del ejercicio para la salud, coincide en la necesidad de formación para que la actividad física no sea el último factor que tienen en cuenta los médicos y para que la prescripción de ejercicio físico sea adecuada. “Igual que con los fármacos, no para todo el mundo vale la misma dosis ni el mismo tiempo de tratamiento”, aclara Romaguera, que es miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Pero, además, afirma que la actividad física es algo transversal que tiene que ver con cómo se piensa la sociedad.
“Los niños y los adultos están enganchados a las pantallas y mucha gente vive en lugares donde no hay zonas verdes o hacer ejercicio es difícil”, apunta. “En muchos países de Europa, la gente va en bici al trabajo, y aquí hacerlo, mezclado con un tráfico muy hostil, puede ser jugarte la vida”, ejemplifica Romaguera. España es el segundo país europeo con más obesidad infantil, solo por detrás de Malta. “Los cambios deben empezar en los planes escolares, donde la educación física está más orientada al deporte que a una educación para el ejercicio que vamos a hacer toda la vida, pero también hay que facilitar el deporte de los jóvenes, abriendo los patios de los colegios los fines de semana, o creando más carriles bici para facilitar que se use este medio de transporte”, continúa. “Hay que transformar las ciudades pensando en el ejercicio físico, que como muestran estudios como este que se acaba de publicar, son una inversión en salud, mental y física”, asevera.
Para Isabel Egoecheaga, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, estudios como este muestran la necesidad de incidir con los pacientes en la importancia del ejercicio. “Nosotros sabemos que solo el consejo médico [que le da un profesional] a una persona que acude a la consulta, simplemente recomendándole que deje de fumar, tiene un impacto importante. Viendo resultados como estos, deberíamos incluir con más frecuencia el consejo de hacer ejercicio, aunque sea poco y no alcance las cifras recomendadas por las guías internacionales”, añade. Pese a las limitaciones de tiempo de los médicos de atención primaria, Egoecheaga recuerda que, aunque no tengan tanto tiempo en cada consulta, los médicos de familia, a diferencia de los hospitalarios, “ven al paciente más veces y pueden ir haciendo un seguimiento y realizando impacto sobre su comportamiento”, y pueden apoyarse en la enfermería, “que tiene una gran importancia en la educación de los pacientes”. “El ejercicio”, concluye, “debe ser una prescripción, como sucede con otros medicamentos, adaptada a las condiciones de cada persona, porque aunque solo quitemos un poco de sedentarismo, estaremos beneficiando al paciente”.
https://elpais.com/salud-y-bienestar/2022-11-09/caminar-rapido-50-minutos-a-la-semana-reduce-la-mortalidad-en-personas-que-llevan-decadas-inactivas.html
miércoles, 30 de noviembre de 2022
VIVIENDAS DE ALQUILER La pionera batalla judicial de una inquilina de Barcelona contra 10 cláusulas “abusivas” de un gran propietario
“Sentí tanta impotencia e injusticia ante el burofax recibido en 2020 que anunciaba una subida que triplicaría el precio de mi alquiler, que tenía dos opciones: o me marchaba del piso o luchaba para dar a conocer lo que me pasaba”. Habla Sílvia Torres a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Barcelona, donde este viernes se celebró la primera jornada del juicio contra su casero, el fondo de inversión Azora. La vecina de Granollers (Barcelona) pide la nulidad de 10 cláusulas del contrato con que, entre otras cosas, el propietario pretendía una subida de la cuota mensual a partir del tercer año del contrato (que tiene una duración de siete). Azora es uno de los mayores caseros de España y desde hace años han aflorado en varias ciudades quejas como la Torres en edificios administrados por la filial Lazora. En 21 folios, el contrato de Torres incluye cláusulas que ella considera fraudulentas.
La principal es que el contrato prevé que, pasados los primeros tres años, la renta subirá “hasta casi triplicar el precio inicial”. “De pagar 380 euros pasa a los tres años a 690 euros y hasta 897 al final” de los siete que tiene el contrato, explica Torres. El texto establece el precio inicial como “una bonificación” temporal. En otro apartado se impone al inquilino el pago de un seguro por impago, al margen de la renta mensual y con la compañía que elige Lazora. También se exige la nulidad por una cláusula que afirma que el contrato ha sido negociado entre la empresa y el inquilino. El fondo de inversión lo niega todo. En una respuesta sobre el caso a un cuestionario por escrito, Lazora responde: “Todas las cláusulas recogidas en nuestros contratos cumplen con la legislación vigente”.
Torres alquiló el piso de Granollers cuando era propiedad de Solvia, en 2016. En verano de 2019, todos los vecinos del edificio recibieron una carta de Azora, comunicándoles que había comprado la finca. Y a finales de año, cuando su contrato de alquiler estaba a punto de vencer, su nuevo casero le comunicó en un burofax las condiciones del nuevo, que tenían que firmar antes de enero. Entonces la ley había alargado los contratos de tres años a cinco, siete si el casero es una empresa. Desconfió de las cláusulas, sobre todo de la que se refería a la bonificación y la subida a los tres años: “Pero firmé porque entendía que tenía margen hasta la subida y podía asesorarme. Otros vecinos de mi edificio se marcharon”, afirma. Otra imposición del casero, denuncia, fue que el contrato lo firmaran dos personas, y lo hizo junto a su padre.
La afectada ha llevado el caso a juicio de la mano del Sindicato de Inquilinos y el despacho de abogados Col·lectiu Ronda. “Son cláusulas abusivas porque incumplen la Ley de Arrendamientos Urbanos, la LAU, en materia de protección al arrendatario, y la normativa de consumo”, afirma la abogada Montse Serrano. La letrada equipara el caso con “procedimientos judiciales del ámbito bancario que denunciaron la nulidad de cláusulas suelo o multidivisa: ahora es el momento de trasladar la valoración de cláusulas abusivas a los contratos de alquiler”.
Si se declarara la nulidad afectaría solo al caso de Torres. Eso implica que no se aplicaría el aumento previsto en enero de 2023 y se le devolverían las cuotas del seguro. Sin embargo, sí “sería un precedente para los otros contratos firmados por inquilinos con Azora que incluyen las mismas cláusulas”, continúa Serrano. “Las cláusulas aparecen sistemáticamente en centenares de contratos de alquiler de la empresa en Cataluña y el resto de España”, afirma el sindicato. Según sus datos, solo en Cataluña hay nueve edificios gestionados por Lazora cuyos vecinos están organizados: en Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat, Badalona, Terrassa, Sabadell y Granollers. En muchos casos, son edificios que habían pertenecido a Solvia, la inmobiliaria del Banco Sabadell. El fondo de inversión cifra en 7.500 las viviendas que tiene en España.
Victoria Torres (centro), momentos antes de iniciarse el juicio. CARLES RIBAS
Otras cláusulas que la denuncia ve abusivas o fraudulentas son el derecho del casero a retener la fianza si no se cumplen condiciones de retorno del piso (no haberlo pintado, explica la abogada); o imponen hasta el triple del precio del alquiler diario si hay un retraso en la entrega de las llaves. También se obliga al inquilino a dar su consentimiento para que la empresa los pueda incorporar al registro de morosos, exonera al casero de responsabilidad en caso de interrupción de los suministros, o reserva el derecho del arrendador a visitar periódicamente la vivienda.
“Espero que la sentencia declare la nulidad y siente un precedente para ayudar a otras familias que sufren abusos”, confía Torres, que recuerda además que las subidas situarían el precio de su alquiler muy por encima del índice de referencia oficial de la Generalitat. Desde el Sindicato de Inquilinos, uno de sus portavoces, Enric Aragonès, aplaude la “valentía” de la inquilina que denunció a Azora y recordó que los inquilinos de edificios gestionados por Azora fueron los primeros que en Cataluña pidieron la regulación del precio del alquiler.
La Ley catalana de contención de rentas estuvo vigor un año y medio, a partir de septiembre de 2020, pero los artículos que permitían la regulación fueron tumbados por el Tribunal Constitucional el pasado mes de mayo en respuesta a recursos del PP y el Gobierno. Aragonès también señaló que la ley de arrendamientos que prepara el Govern basándose en el Código Civil catalán prevé mayores garantías para los inquilinos a la hora de firmar los contratos. La futura normativa, con todo, no podrá regular los precios al tratarse de una competencia estatal.
https://elpais.com/espana/catalunya/2022-11-26/la-pionera-batalla-judicial-de-una-inquilina-de-barcelona-contra-10-clausulas-abusivas-de-un-gran-propietario.html
_- Entrevista a Manuel Aznar Soler sobre El Partido Comunista de España y la literatura (1931-1978). Once estudios sobre escritores, intelectuales y política (Atrapasueños, 2021) El PCE y la literatura, una relación fructífera
_-Fuentes: Rebelión
[Imagen: Mesa presidencial en Madrid del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura realizado en julio de 1937. Créditos: CDMH_CAUSA_GENERAL_FOTOGRAFIAS_C1547_EXP_001_742. Ministerio de Cultura]Manuel Aznar Soler (Valencia, 1951), catedrático emérito de literatura española contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona, es fundador en 1993 y ha sido director hasta su jubilación en 2021 del Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL).
Director literario de la colección Biblioteca del Exilio (Renacimiento), así como de Laberintos: anuario de estudios sobre los exilios culturales españoles y de El Correo de Euclides: anuario científico de la Fundación Max Aub, ha sido también co-director de Sansueña, «revista de estudios sobre el exilio republicano de 1939». Entre sus publicaciones cabe destacar Los laberintos del exilio. Diecisiete estudios sobre la obra literaria de Max Aub [2003], escritor exiliado del que ha editado cinco obras que cuentan también con estudios introductorios y notas: La gallina ciega [1995 y 2021], su tragedia San Juan [1998], Diarios (1939-1972) [1998], Nuevos diarios inéditos (1939-1972) [2003] y Escritos sobre el exilio [2008]. Entre sus últimos libros mencionemos República literaria y revolución (1920-1939) [2010, dos volúmenes], El teatro de Jorge Semprún [2015], Iluminaciones sobre Luces de bohemia de Valle-Inclán [2017], Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (Valencia-Madrid-Barcelona-París, 1937) [2018], Teatro, historia y política en Martes de carnaval de Valle-Inclán [2019], El Partido Comunista de España y la literatura (1931-1978). Once estudios sobre escritores, intelectuales y política [2021] y La Resistencia silenciada. Historia del Congreso Universitario de Escritores Jóvenes (1954-1955) y edición facsímil de su Boletín [2021]. También es co-editor, junto al profesor José-Ramón López García, del Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939 (Sevilla, Renacimiento, 2016, cuatro volúmenes, 2.318 páginas).
Salvador López Arnal.- Como se indica en el subtítulo, componen su libro once estudios sobre escritores, intelectuales y política. Apunto para nuestros lectores y lectoras el título de algunos capítulos: «Los intelectuales y la política cultural del PCE (1939-1956)», «Marcos Ana, un poeta en el penal de Burgos», «La Unión de intelectuales españoles en México (1947-1956)»… ¿Por qué ha elegido el período 1931-1978? ¿Los años con las aportaciones literarias más relevantes del Partido?
Manuel Aznar Soler.- He elegido el periodo 1931-1978 porque, durante los años de la Segunda República y de la guerra, el Partido Comunista de España (PCE), a medida que fue abandonando su política obrerista de clase para asumir la política frentepopular y antifascista, experimentó un progresivo aumento en el número y en la calidad de sus intelectuales militantes. Muchos de ellos, mayoritariamente de clase pequeñoburguesa o burguesa, creyeron durante los años treinta del pasado siglo XX que la mejor manera de ser antifascista era ser comunista. Posteriormente, durante los años de la dictadura militar franquista, los artistas, escritores e intelectuales del PCE fueron la vanguardia de la Resistencia y, desde la oposición antifranquista, tanto en el interior como en el exilio, tuvieron desde 1939 una influencia muy notable en el desarrollo de la cultura y de la literatura españolas.
«Durante los años de la dictadura militar franquista, los artistas, escritores e intelectuales del PCE fueron la vanguardia de la Resistencia y, desde la oposición antifranquista, tanto en el interior como en el exilio, tuvieron desde 1939 una influencia muy notable en el desarrollo de la cultura y de la literatura españolas»
Salvador López Arnal.- Cuando se leen los nombres, que usted facilita, de los intelectuales militantes más cualificados, así como los de los simpatizantes o «compañeros de viaje», en los años del Frente Popular, es fácil conjeturar el importante, el decisivo papel que el PCE tuvo en el desarrollo de la política cultural republicana. ¿Cuáles fueron las principales razones de esa militancia, de esa cercanía al partido, de filósofos, novelistas y poetas de la talla de María Teresa León, Wenceslao Roces, Miguel Hernández o José Bergamín?
Manuel Aznar Soler.- Imagino que las razones son distintas en cada caso: por convicciones marxistas y revolucionarias (María Teresa León, Wenceslao Roces), por conciencia de clase (Miguel Hernández) o por razones éticas de mayor justicia social (José Bergamín, un «compañero de viaje», católico y republicano, que nunca fue militante comunista). En el caso de los «compañeros de viaje», por ejemplo los escritores de la revista Hora de España (Rafael Dieste, Juan Gil-Albert, Antonio Sánchez Barbudo), su simpatía política hacia los comunistas durante la guerra de España se explica fundamentalmente por razones éticas, es decir, por la defensa de un humanismo socialista militantemente antifascista, así como por la defensa de los valores republicanos clásicos de libertad, igualdad y fraternidad ,y también por su convicción de que los comunistas eran la mejor garantía para ganar la guerra contra el fascismo internacional.
Salvador López Arnal.- Usa en ocasiones la expresión la literatura proletaria-revolucionaria en España. ¿Qué características tenía esa literatura? ¿Semejante a la literatura política-revolucionaria de otros países?
Manuel Aznar Soler.- La literatura proletaria-revolucionaria fue una literatura de clase y de partido que adoptó la Asociación de Escritores Proletarios (RAPP) de la Unión Soviética en el Congreso de Járkov en noviembre de 1930. Este Congreso aprobó dos conclusiones en la línea más ortodoxa del concepto «literatura proletaria»: Primera: La creación literaria tiene que estar sistematizada, organizada, colectivizada y realizada de acuerdo con los planes del gobierno central y de la misma suerte que cualquier trabajo regimentado. Segunda: Todo artista proletario tiene que ser materialista dialéctico. El método del arte creativo es el método del materialismo dialéctico.
Sin embargo, en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos, celebrado en Moscú durante el mes de agosto de 1934 y organizado por la Unión de Escritores Soviéticos, se aprobó a propuesta de Andrei Zhdanov, portavoz del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), el dogma del «realismo socialista», que supuso el ocaso de la política literaria de la Asociación de Escritores Proletarios (RAPP).
Pascual Pla y Beltrán es autor de Narja. Poemas proletarios, el primer libro de poesía proletaria-revolucionaria en España, publicado en la Tipografía Pascual Quiles de Valencia el 25 de mayo de 1932, ciudad en la que el 7 de mayo de 1933, con la presencia de Paul Vaillant-Couturier, se creó la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (UEAP) de Valencia, la primera filial española de la Association des Écrivains et Artistes Révolutionnaires (AEAR) con sede en París.
Salvador López Arnal.- La novelística del llamado «realismo social» tuvo mucho prestigio e influencia cultural en nuestro país durante los años sesenta y setenta del siglo pasado. Sin embargo, tras la muerte del dictador golpista, acaso antes, fue desconsiderada, incluso menospreciada, por una parte de la crítica literaria. ¿Una crítica justa, razonable? Otra pregunta: ¿ese realismo social era equivalente al realismo socialista importado de la URSS?
Manuel Aznar Soler.- Central eléctrica (1958) de Jesús López Pacheco, La piqueta (1959) de Antonio Ferres y La mina (1960) de Armando López Salinas son tres novelas representativas del «realismo social» de los años cincuenta y sesenta. El «realismo socialista» en sentido soviético estricto, es decir, la defensa de la revolución obrera y del Partido Comunista como vanguardia de ese proceso revolucionario, era lógicamente imposible por la existencia de una censura como la impuesta por la dictadura militar franquista y, además, por la autocensura que ella provocaba si el escritor quería publicar su obra en el interior. Sin embargo, un ejemplo perfecto de «realismo socialista» es 1º de mayo en España, una obra teatral escrita hacia 1940 por César Arconada en su exilio soviético de Moscú, que publiqué en 2017 en la Biblioteca del Exilio de la editorial Renacimiento de Sevilla.
El «realismo social» entró en crisis durante los años sesenta por motivos tanto literarios como políticos y, en este sentido, novelas como Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos, Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo y Volverás a Región (1967) de Juan Benet indican con claridad los nuevos caminos de la narrativa española posterior.
Salvador López Arnal.- ¿Cuáles fueron los principales logros y orientaciones del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes dirigido por el comunista Jesús Hernández entre 1936 y 1937?
Manuel Aznar Soler.- Sin duda los dos acontecimientos más espectaculares de propaganda de la causa republicana, frentepopular y antifascista, que organizó aquel Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la guerra de España fueron el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (Valencia-Madrid-Barcelona-París), inaugurado por el doctor Juan Negrín el 4 de julio de 1937 en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Valencia, entonces capital de la República española, y el Pabellón de la República Española en la Exposición Universal de París del mismo año 1937, en donde se expuso el Guernica de Picasso. Sin embargo, no debe olvidarse una iniciativa de política cultural tan importante y significativa como la creación de los Institutos para Obreros, que suponían la incorporación a la enseñanza secundaria en plena guerra de la clase trabajadora.
Salvador López Arnal.- ¿Qué balance puede hacerse del Jorge Semprún, escritor y crítico literario, de los años 1946-1953? ¿Por qué da tanta importancia a su crítica de Nada de Carmen Laforet? ¿Fue la figura intelectual más relevante del Partido?
Manuel Aznar Soler.- Jorge Semprún constituye en aquellos años un ejemplo perfecto de crítico literario ortodoxamente estalinista, que concibe la crítica literaria marxista desde la concepción dogmática del realismo socialista soviético. En su crítica a la novela de Carmen Laforet, publicada en febrero de 1950 en la revista Cultura y Democracia, titulada «Nada: la literatura nihilista del capitalismo decadente», realiza un demoledor análisis ideológico y político de la obra desde un «contenidismo» y un mecanicismo sociologista feroces. Este texto del joven Semprún constituye un ejemplo perfecto de la concepción estética marxista, vulgar, dogmática y mecanicista, dominante hacia 1950 entre los escritores y críticos literarios que eran militantes del PCE y fervientes estalinistas entonces.
Salvador López Arnal.- ¿La política de reconciliación nacional influyó de algún modo en la política cultural defendida por el PCE, tanto entre la intelectualidad del exilio como en la del interior? ¿Hubo una «literatura de la reconciliación nacional»?
Manuel Aznar Soler.- La política de reconciliación nacional aprobada por el PCE en 1956 fue decisiva para establecer puentes de diálogo entre los intelectuales de nuestro exilio republicano de 1939 y los escritores de la oposición antifranquista en el interior. Si hasta entonces la publicación en las revistas culturales del interior era criticada como una forma de «colaboracionismo» con el régimen franquista, ahora se iba a fomentar desde la convicción de que para derrotar a la dictadura militar debían sumarse las fuerzas del exilio a las del interior. En este sentido, los epistolarios constituyen un puente de papel, uno de los puentes de diálogo más valiosos e importantes en la esfera privada.
Por otra parte, las dos intervenciones en 1956 de Juan Rejano ante el Pleno del Comité Central del Partido Comunista de España, que incluí en mi edición de sus Artículos y ensayos en el año 2000, en donde defiende con profunda convicción la política de reconciliación nacional, demuestran un insólito espíritu crítico y autocrítico al denunciar públicamente ciertos errores cometidos en el pasado respecto a la política cultural del PCE. Algunos poemas de Marcos Ana, por ejemplo los que defienden una amnistía para los presos políticos franquistas, pueden considerarse «literatura de la reconciliación nacional» en su más noble sentido.
Salvador López Arnal.- Hablando de Marcos Ana. ¿No hemos olvidado demasiado pronto, e injustamente, su ejemplo y la importancia de su obra poética y literaria?
Manuel Aznar Soler.- Marcos Ana, por sus veintitrés años ininterrumpidos de encarcelamiento, se ha convertido en el símbolo del preso político comunista en la España franquista, un ejemplo de dignidad, de lucha y de resistencia antifascista. Su poesía conjuga el compromiso político militante con el intimismo lírico, es una poesía dura y tierna, colectiva y personal, que habla tanto del yo como del nosotros, y no cabe duda de que sus poemas fueron un arma de denuncia de la dictadura militar. Son poemas arrancados del alma, versos no solo de pena y dolor, de angustia y sufrimiento, sino también, y ante todo, de ansia de luz y vida, de paz y libertad, de lucha y esperanza. Tras conseguir la libertad en 1961, este «Garcilaso rojo», como lo calificaba en 1962 el diario ABC, no olvidó a sus camaradas presos en el penal de Burgos y dio un ejemplo de solidaridad al recorrer medio mundo en defensa de una amnistía mientras era objeto de una campaña en su contra dirigida por Manuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro franquista de Información y Turismo y responsable de un libelo titulado Páginas de un proceso: Marcos Ana asesino.
Confieso que este estudio sobre la poesía de Marcos Ana, inicialmente publicado en 2003, es el que más he reescrito y ampliado en mi libro del pasado año 2021 y es el estudio del que me siento menos insatisfecho.
Salvador López Arnal.- ¿Fue realmente el penal de Burgos una Universidad obrera, donde muchos encarcelados, militantes comunistas la mayoría de ellos, se aproximaron a una cultura que hasta entonces estaba vedada para ellos? ¿No hemos exagerado entre todos, incluso dulcificado, aquella experiencia carcelaria de dura represión franquista?
Manuel Aznar Soler.- Las condiciones de vida en las cárceles franquistas fueron muy duras, pero lo insólito es que en la cárcel de Burgos se reunieran un grupo de militantes comunistas (José María Laso, Manuel de la Escalera, José Luis Gallego, Tomás López, Miguel Núñez, Sixto Agudo, Marcos Ana) que mantuvieron una intensa vida política e intelectual: crearon la tertulia literaria La Aldaba, formaron un grupo teatral, editaron Muro. Páginas de la prisión y organizaron, amparados en la oscuridad de la noche, entrañables y cálidos homenajes clandestinos a Miguel Hernández, Pablo Neruda, Rafael Alberti y María Teresa León. En definitiva, que aprovecharon aquel tiempo en formarse culturalmente a través de clases y conferencias. En este sentido, es muy interesante el libro de Enric Juliana titulado Aquí no hemos venido a estudiar, publicado por Arpa Editores en 2020.
Salvador López Arnal.- ¿Por qué seguimos conociendo tan poco y tal mal la literatura de los escritores y escritoras del exilio republicano? Solo recientemente, por ejemplo, se ha empezado a valorar la obra de Luisa Carnés. Constantino Bértolo, por ejemplo, la ha incluido en ¿Quiénes somos? 55 libros de la literatura española del siglo XX.
Manuel Aznar Soler.- La recuperación de la obra literaria de Luisa Carnés ha sido espectacular en los últimos años y se debe en buena medida al editor Abelardo Linares y a Antonio Plaza Plaza, un investigador ejemplar. En la colección Biblioteca del Exilio de la editorial Renacimiento editamos en 2002 El eslabón perdido, una novela hasta entonces inédita, y en 2014 De Barcelona a la Bretaña francesa, ambas en edición de Antonio Plaza Plaza. Espuela de Plata, otro sello editorial de Renacimiento, publicó en 2018 sus Cuentos completos en dos tomos y Natacha en 2019, ediciones también ambas de Antonio Plaza Plaza.
Sin embargo, el éxito de la reedición en 2016 de una novela de 1934 como Tea-rooms, mujeres obreras ha contribuido decisivamente a que la obra de Luisa Carnés sea hoy mejor valorada en España, como demuestra el ejemplo de Constantino Bértolo, así que hay que celebrar que Luisa Carnés haya sido rescatada del silencio y del olvido a que, como exiliada comunista en México, la había condenado la censura franquista.
Salvador López Arnal.- ¿Los Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura fueron, en cierta medida, una reacción ante el auge de la influencia de la cosmovisión comunista en el ámbito de la cultura? ¿No hay ninguna duda sobre su financiación de la CIA?
Manuel Aznar Soler.- Olga Glondys en su libro sobre La guerra fría cultural y el exilio republicano español demuestra que sus actividades estaban financiadas encubiertamente por la CIA, al principio a través de un sindicato (el Free Trade Union Committee) y, posteriormente, a través de fundaciones privadas que funcionaban como testaferros de la CIA (por ejemplo, la Fundación Fairfield), aunque parte de la financiación del Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC) procedía de fondos privados, en concreto de la Fundación Ford, de la Rockefeller y de la Carnegie. Los Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura (1953-1965), la revista del CLC, fue una iniciativa norteamericana en la guerra fría cultural a la que interesaba atraer a escritores de izquierda, incluidos exiliados republicanos españoles de 1939, con la única condición de que fuesen anticomunistas.
Salvador López Arnal.- Insisto en este nudo. ¿Y a qué se ha llamado exactamente «guerra fría cultural»? ¿Participaron en ella intelectuales de nuestro país, del interior por decirlo así?
Manuel Aznar Soler.- La guerra fría cultural fue un episodio más de la lucha por la hegemonía de las dos potencias mundiales tras la Segunda Guerra Mundial: los Estados Unidos de América y la Unión Soviética, bajo las banderas respectivas de la Libertad y de la Paz. Al Congreso de Lourmarin, que tuvo lugar del 8 al 13 de julio de 1959 con el patrocinio de la Universidad de Aix-en-Provence, asistieron algunos intelectuales de la España interior: José Luis Aranguren, José Luis Cano, Josep Maria Castellet, Camilo José Cela, Pedro Laín Entralgo, Julián Marías, entre otros. El Comité Español del Congreso por la Libertad de la Cultura estuvo compuesto por veintinueve miembros y los más activos fueron, además de los antes citados, Carlos María Bru, Domingo García Sabell, Lorenzo Gomis, Marià Manent, Pablo Martí Zaro, Raúl Morodo, Dionisio Ridruejo y Enrique Tierno Galván.
Por su parte, a los Congresos Mundiales por la Paz (Wroclaw, Varsovia y Viena) asistió una delegación del exilio republicano español de 1939: José Giral, Honorato de Castro, Pablo Picasso, Wenceslao Roces y Félix Montiel al de Wroclaw (1948); Rafael Alberti, Elfidio Alonso, José Bergamín, León Felipe, José Giral, Wenceslao Roces y Amaro del Rosal al de Varsovia (1950); y el doctor José Giral encabezó de nuevo la delegación española, formada por treinta miembros, en el Congreso de Viena (1952).
No olvidemos además que Juan Rejano fue en 1950 el director en México del boletín Paz, «boletín de la Campaña Española contra la bomba atómica», y que León Felipe dirigió la revista España y la Paz, cuyo primer número apareció también en México el 15 de agosto de 1951.
Salvador López Arnal.- Desde su punto de vista, ¿Rafael Alberti, también M.ª Teresa León, han sido figuras señeras del republicanismo español en el exilio?
Manuel Aznar Soler.- Rafael Alberti y María Teresa León, por sus obras literarias y por su compromiso político, fueron sin duda figuras relevantes de nuestro exilio republicano de 1939, tanto en Francia como, sobre todo, en Argentina e Italia. Rafael Alberti con sus libros de poemas, sus obras de teatro y sus versos políticos de Juan Panadero, y María Teresa León, con sus obras literarias y su contacto epistolar frecuente con los presos políticos comunistas en las cárceles españolas, por ejemplo con Marcos Ana, mantuvieron siempre a lo largo de todos sus demasiados años de exilio un compromiso militante contra la dictadura militar franquista. La foto de Alberti y de una María Teresa León ya enferma de alzhéimer descendiendo el 27 de abril de 1977 por la escalerilla del avión en el aeropuerto madrileño de Barajas, o la de Pasionaria y el propio Alberti el 22 de julio de ese mismo año 1977 en las primeras Cortes democráticas, son imágenes icónicas de nuestra Transición democrática.
Salvador López Arnal.- Se habla de novelistas, de poetas, de filósofos, de ensayistas, pero apenas se habla de científicos comunistas en el exilio. ¿Alguna figura relevante en este ámbito de la cultura?
Manuel Aznar Soler.- En el libro de José Giral sobre los científicos y médicos exiliados en la Unión Soviética se mencionan, entre otros, al doctor José Planelles y a Ramón Álvarez Buylla, formado en las universidades de Rostov y de Turkmenia, aunque en 1946 se trasladó a México.
También se exiliaron en la Unión Soviética los prestigiosos arquitectos Manuel Sánchez Arcas y Luis Lacasa, todos ellos militantes comunistas.
Salvador López Arnal.- Le cito algunos nombres relevantes de la cultura española de los años cincuenta y sesenta: Manuel Sacristán, Jaime Gil de Biedma, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Claudio Rodríguez, Luis Martín Santos, ¿Recibieron influencia de la cultura española en el exilio? ¿Escribieron sobre el mundo cultural del exilio?
Manuel Aznar Soler.- Mi impresión es que, en general, no conocieron la obra de los intelectuales exiliados y, salvo honrosas excepciones, tampoco escribieron sobre ellos. Los novelistas del realismo social, por ejemplo, no conocieron entonces la obra narrativa de César Arconada, ni la publicada en la España republicana ni mucho menos la escrita en su exilio soviético, porque 1939 significó la ruptura de nuestra tradición cultural y literaria. Sin embargo, cabe recordar que, en el ámbito de la poesía, los libros de Rafael Alberti, Luis Cernuda o Jorge Guillén sí se leyeron y sobre estos dos últimos poetas exiliados escribió algunas páginas Jaime Gil de Biedma.
Salvador López Arnal.- ¿Qué posición mantuvo el partido respecto a la obra y la acción política de José Ortega y Gasset?
Manuel Aznar Soler.- He publicado el pasado año 2021 un libro que se titula La Resistencia silenciada. Historia del Congreso Universitario de Escritores Jóvenes y edición facsímil de su Boletín (1954-1955) donde hay un capítulo dedicado al entierro de Ortega y Gasset en octubre de 1955. Aquellos jóvenes que integraron a partir del 1 de abril de 1954 la primera célula comunista de la Universidad madrileña (Julio Diamante, Jesús López Pacheco, Enrique Múgica, Fernando Sánchez Dragó, Ramón Tamames), con Federico Sánchez-Jorge Semprún en la sombra de la clandestinidad, lo reivindicaron como un filósofo «liberal» frente a la manipulación de la figura de Ortega realizada a su muerte por el régimen franquista. Pero para aquellos jóvenes estudiantes comunistas Ortega no pasaba de ser un «liberal» que les resultaba insuficiente en su camino hacia el marxismo desde su voluntad de transformar el mundo.
Salvador López Arnal.- ¿Qué papel jugó Manuel Sacristán en la influencia político-cultural del Partido en Cataluña y en el conjunto de España? Usted recuerda la iluminación intelectual que tuvo al leer la Antología de Gramsci que preparó a finales de los sesenta para Grijalbo.
Manuel Aznar Soler.- A esta pregunta hay personas que pueden contestar con mayor rigor y autoridad científica que yo, por ejemplo mi entrevistador. En mi caso, puedo decir que leí en 1971, cuando era estudiante de Filología Hispánica en la Universitat de Barcelona, la Antología de Antonio Gramsci, selección, traducción y notas de Manuel Sacristán, publicada por la editorial mexicana Siglo XXI, libro que por cierto compré en Andorra al estar prohibido en España por la censura franquista, y su lectura resultó decisiva en mi aprendizaje autodidacta de la tradición intelectual marxista. Además, y si la memoria no me falla, puedo afirmar por propia experiencia que en los primeros años de la Transición democrática se abrió un debate sobre la conveniencia de crear en la enseñanza un sindicato unitario o sindicatos de clase. En esta discusión resultó decisiva la opinión de Manuel Sacristán, partidario de la creación de sindicatos de clase, y de ahí nació Comisiones Obreras de la enseñanza.
Salvador López Arnal.- Su memoria no le falla. El último capítulo está dedicado a Adolfo Sánchez Vázquez. ¿No hemos sido algo injustos con él, uno de nuestros intelectuales y filósofos de más importancia? Apenas nadie habla de él como poeta y como filósofo apenas es citado en la Academia.
Manuel Aznar Soler.- Adolfo Sánchez Vázquez y Manuel Sacristán han sido, a mi modo de ver, los más importantes filósofos marxistas en lengua castellana durante el siglo XX. Las ideas estéticas de Marx de Sánchez Vázquez, libro editado en México por Era en 1965, lo leí en 1971 cuando era estudiante de la Universitat de Barcelona y fue un libro decisivo para empezar a entender con cierta claridad, la que únicamente pueden proporcionar los auténticos maestros, la complejidad de la estética marxista. Tras este libro de Sánchez Vázquez leí a continuación durante ese mismo año 1971 su antología en dos tomos de Estética y marxismo, publicada también en México por la propia Era en 1970, y me introduje así de manera autodidacta en un ámbito tan apasionante y tan vinculado a mis inquietudes literarias de entonces.
Por otra parte, nuestro Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL) de la Universitat Autònoma de Barcelona publicó en 1997 los Recuerdos y reflexiones del exilio de Adolfo Sánchez Vázquez y en 1999 lo invitamos a nuestro Segundo Congreso Internacional, que se clausuró en Collioure, en donde fue ponente de clausura con una intervención titulada «Evocando a Antonio Machado», con la que cumplía el sueño de visitar la tumba del poeta por primera vez en su vida y de homenajearle con un texto. En la sesión de clausura de dicho Congreso, celebrada en el castillo de Collioure y en la que intervinieron Manuel Vázquez Montalbán y el propio Adolfo Sánchez Vázquez, surgió la idea de publicar una nueva colección, la Biblioteca del Exilio, inicialmente editada por la gallega Ediciós do Castro de Isaac Díaz Pardo y por la sevillana Renacimiento de Abelardo Linares. Y en esta colección, a instancias del propio autor, edité en 2008 las Incursiones literarias de Adolfo Sánchez Vázquez, una selección de algunos de sus estudios y ensayos literarios, porque es muy cierto que el filósofo marxista de la praxis quería que su obra poética y su ensayismo literario no quedaran ocultos por sus sólidos y deslumbradores libros sobre estética y filosofía.
Salvador López Arnal.- Salvo error por mi parte, creo que fue compañero de trabajo de Giulia Adinolfi. ¿Qué puede decirnos de esta profesora e hispanista italiana?
Manuel Aznar Soler.- Cuando en octubre de 1974 ingresé como joven profesor no numerario en la Universitat Autònoma de Barcelona tuve la inmensa suerte de ser compañero en el área de literatura española contemporánea de tres personas que fueron tres maestros de los que he aprendido tanto: Giulia Adinolfi, Sergio Beser y José-Carlos Mainer, especialistas de los siglos XVIII, XIX y XX, respectivamente. Fui compañero de despacho durante varios años de Giulia Adinolfi, una excelente profesora, una cualificada investigadora de la Ilustración europea y una militante comprometida con la lucha antifranquista.
Salvador López Arnal.- Se cierra su libro señalando que se acabó de imprimir el 16 de febrero de 2021, conmemoración del triunfo del Frente Popular de 1936, en el año del centenario del PCE. ¿Su aportación al año del centenario? ¿Su recuerdo del triunfo del Frente Popular? ¿Algo que quiera destacar de los actos realizados a lo largo del pasado año?
Manuel Aznar Soler.- Joaquín Recio, coordinador de la editorial Atrapasueños, me pidió en 2019 un prólogo a su libro Caja 128. Poesía//Política//Rejano, una edición de textos de Juan Rejano, y de ahí surgió la idea de reunir once estudios míos en un libro sobre el PCE y la literatura española con motivo de su centenario. Naturalmente, este libro mío, publicado el pasado año 2021, constituye una modesta aproximación al tema y de ahí que su subtítulo precise exactamente los límites del título general, porque se trata únicamente de «once estudios sobre escritores, intelectuales y política». El libro quiere ser un homenaje a la memoria tanto de los camaradas comunistas como de todos los hombres y mujeres antifascistas que lucharon contra Franco en el exilio y, sobre todo, en el insilio, es decir, en la España interior.
«El libro quiere ser un homenaje a la memoria tanto de los camaradas comunistas como de todos los hombres y mujeres antifascistas que lucharon contra Franco en el exilio y, sobre todo, en el insilio, es decir, en la España interior»
Salvador López Arnal.- ¿Quiere añadir algo más?
Manuel Aznar Soler.- El término «comunismo», según Enzo Traverso, ha pasado de designar una hermosa utopía, una acción emancipadora, la esperanza real de un mundo mejor y con mayor justicia social para millones de hombres y mujeres, de trabajadores y trabajadoras, a ser sinónimo hoy de «estalinismo» y «totalitarismo», equiparado injustamente al «fascismo». Sin embargo, un concepto como «capitalismo» ha pasado de definirse como alienación y explotación de una mayoría por una minoría a constituir el fundamento de las democracias actuales, sociedades de consumo en donde domina el mercado y el neoliberalismo más salvaje y más radicalmente injusto. Sin embargo, los valores del «comunismo» siguen siendo, a mi modo de ver, valores que mantienen su razón y sentido en nuestro globalizado mundo capitalista actual.
Salvador López Arnal.- Gracias, muchas gracias, por su libro, sus respuestas y por su compromiso.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.