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miércoles, 3 de enero de 2024

_- Homenajeando al amigo, el profesor Salvador López Arnal

_- Por Francisco Báez Baquet | 07/11/2023 | Ecología social

Fuentes: Rebelión

Con mi buen amigo, el profesor Salvador López Arnal, entré en contacto epistolar y on line, por primera vez, el día 1 de mayo del año 2014. Me decía lo siguiente:

Estimado amigo:

Soy amigo de Paco Puche

Le escribo porque me gustaría hacerle una entrevista sobre su libro «El amianto: un genocidio impune», que aún no he podido leer. Sería electrónica y podríamos editarla en revistas y en páginas de la red.

¿Qué le parece?

Reciba mi máximo reconocimiento.

Un abrazo muy cordial,

Salvador López Arnal

Mi editor, el ya fallecido Francisco Puche Vergara, había procedido a obsequiarlo con un ejemplar de mi susodicho libro en soporte papel, al propio tiempo que le facilitaba mi dirección de correo electrónico.

Desde entonces mantengo con el profesor Salvador López Arnal una asidua y cordial correspondencia.

Tuve oportunidad de conocerlo personalmente con ocasión de nuestra visita a la Universidad Pompeu Fabra y después hemos llegado a tener una segunda oportunidad de volver a vernos, esta vez con ocasión de su visita a Sevilla, de donde soy y donde resido habitualmente.

En mi condición de sindicalista del sindicato Comisiones Obreras de la empresa Uralita, fabricante de productos con contenido de amianto, tuve sobrada ocasión de poder familiarizarme con las características nocivas del susodicho mineral tóxico.

A propósito de tal circunstancia, es oportuno hacer aquí mención de mi artículo: Yo, sin el amianto https://rebelion.org/yo-sin-el-amianto/

Al propio tiempo, también estimo acertado hacer mención aquí, de todos aquellos artículos míos publicados, que vienen a configurar una breve reseña de mis principales mimbres para concretar mi ideario filosófico:

La tragedia ‘divina’ de la heterotrofia, la depredación y la pirámide alimentaria https://www.mundoobrero.es/pl.php id=11851 y https://rebelion.org/la-tragedia-divina-de-la-heterotrofia-la-depredacion-y-la-piramide-alimentaria/

Los monstruos de Dios, https://rebelion.org/los-monstruos-de-dios/

El alma de los perros, https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=11898

Mirando de frente a la paradoja de Epicuro https://rebelion.org/mirando-de-frente-a-la-paradoja-de-epicuro/

Los límites de la Ciencia https://rebelion.org/los-limites-de-la-ciencia/

Solamente la completa lectura previa de todos estos textos míos ya publicados, acercarán al lector a una correcta interpretación de mi susodicho ideario filosófico, incluyendo también en ello, como a un lector más, aunque muy relevante, a mi apreciado amigo el profesor Salvador López Arnal.

Por lo que respecta a este buen amigo, también estimo oportuno añadir que la reseña de estos otros trabajos suyos son un adecuado complemento de mis propias contribuciones:

El capitalismo, un gigante estúpido y malicioso. Epílogo del libro «Desvelando el silencio sobre el amianto. Conversaciones con Francisco Báez Baquet» (Ediciones del Genal, Málaga 2016), https://www.rebelion.org/noticia.php?id=210463

Cartagena, el amianto y la criminal (y antiobrera) conspiración de silencio http://www.rebelion.org/noticia.php?id=234636

Información sobre una industria criminal y sus responsables en el banquillo, reseña de “El gran proceso”, de Rosalba Altopiedi y de Sara Panelli «El Viejo Topo» / «Rebelión», 12/12/2017, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235215

La responsabilidad empresarial extraordinaria, en la implementación consentida y fomentada, de la nocividad del amianto

Todas estas publicaciones así lo acreditan:

G. Aguilar-Madrid, C.A. Juárez-Pérez, J.H. Vazquez-Grameix, M. Hernández-AvilaOccupational and environmental rightsviolation in the asbestos industry in Mexico(Violación de los derechos laborales y ambientales en la industria del asbesto en México)Global Asbestos Congress 2000. 2 pp.http://worldasbestosreport.org/conferences/gac/gac2000/A14_6_50P.php

Albin M. Authorities’ risk assessment was influenced by the asbestos industry. The chemicals legislation proposed by the European Union makes the question of independent expertise a current issue(La evaluación de riesgos de las autoridades estuvo influenciada por la industria del amianto. La legislación sobre productos químicos propuesta por la Unión Europea convierte la cuestión de la experiencia independiente en un tema actual) Lakartidningen. 2004 Apr 1;101(14):1306-9

X. Baur & A.L. Frank. En curso: restar importancia a la carcinogenicidad del amianto crisotilo, por intereses creados, https://rebelion.org/wp-content/uploads/2021/03/En-curso.pdf

Bekelman JE, Li Y, Gross CPScope and impacto financial conflicts of interest in biomedical research: a systematic review (Alcance e impacto de los conflictos de intereses financieros en la investigación biomédica: una revisión sistemática) https://iims.uthscsa.edu/sites/iims/files/EthicalIssues-10.pdf

Claudio Bianchi & Tommaso Bianchi Amianto, un secolo di sperimentaziones ull’uomo (Amianto, un siglo de experimentación con humanos). Hammerle Edit. Trieste, 2002. 102 pp

Craig A. Biegel Manufactured Science – The Attorneys’ Handmaiden: The Influence of Industry in Occupational Disease Research during the Twentieth Century (Ciencia fabricada: la doncella de los abogados: la influencia de la industria en la investigación de enfermedades profesionales durante el siglo XX) Thesis, December 14, 2010 – 331 pp. file:///C:/Users/ADMINI~1/AppData/Local/Temp/BiegelCraigA2011.pdf

Susanna Rankin Bohme, John Zorabedian& David S. Egilman Maximizing Profif and Endagering Health: Corporate Strategies to Avoid Ligitation and Regulation (Maximizar las ganancias y poner en peligro la salud: estrategias corporativas para evitar litigios y regulaciones) Int J Occup Environ Health 2005; 11: 338-348, http://www.avaate.org/IMG/pdf/provecho_frente_a_saludIJOEH_1104_Bohme.pdf

Lundy Braun Structuring silence: asbestos and biomedical research in Britain and South Africa (Silencio estructurante: el amianto y la investigación biomédica en Gran Bretaña y Sudáfrica, Race & Class, Vol. 50, Nº 1: 59-78 (2008), http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.974.2648&rep=rep1&type=pdf

Braun L, Greene A, Manseau M, Singhal R, Kisting S & Jacobs N Scientific controversy and asbestos: making disease invisible(Controversia científica y amianto: hacer invisibles las enfermedades) Int J Occcup Environ Health. 2003 Jul-Sep; 9(3): 194-205

Lundy Braun & Sophia Kisting Asbestos-Related Disease in South Africa: The Social Production of an Invisible Epidemic (Enfermedades relacionadas con el amianto en Sudáfrica: la producción social de una epidemia invisible). American Journal of Public Health. August 2006, Vol. 96, Nº 8: 1386-1396, https://ajph.aphapublications.org/doi/pdf/10.2105/AJPH.2005.064998

A Brennan, A Troyen, Laurence J Lucas Legal Strategy for Controlling the Export of Hazardous Industries to Developing Countries: The Case of Asbestos(Estrategia legal para controlar la exportación de industrias peligrosas a países en desarrollo: el caso del asbesto). 9 Yale J. World Pub. Ord. 275 (1982-1983), https://digitalcommons.law.yale.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1208&context=yjil

Bridge JC The Influence of Industry on Public Health (La influencia de la industria en la salud pública)Proc R Soc Med. 1933 Jun;26(8):943-51, https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/003591573302600848

Bridle J, Hoskins JCanadian hypocrisy regarding chrysotile (Hipocresía canadiense respecto al crisotilo) Lancet. 2011 Feb 26;377(9767):720, http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2811%2960271-7/fulltext

Paul Brodeur Expendable Americans: The Incredible Story of How Tens of Thousands of American Men and Women Die Each Year of Preventable Industrial Disease (Estadounidenses prescindibles: la increíble historia de cómo decenas de miles de hombres y mujeres estadounidenses mueren cada año a causa de enfermedades industriales prevenibles) New York: Viking Press, 1974

Paul Brodeur Outrageous Misconduct: The Asbestos Industry on Trial (Mala conducta escandalosa: la industria del amianto, a prueba) New York: Pantheon Books, 1985. 374 pp. ISBN 0394533208

Castleman, B.Global CorporatePolicies and International “Double Standard” in Occupational And Environmental Health (Políticas corporativas globales y “doble estándar” internacional en salud ocupacional y Ambiental) Internat. J. Occup. Envir. Health. 5: 61-64, 1999, https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1179/oeh.1999.5.1.61

Barry Castleman & Richard Lemen Corporate Junk Science. Corporate Influence at International Science Organizations(Ciencia basura corporativa. Influencia corporativa en organizaciones científicas internacionales)

International Journal of Occupational and Environmental Health. 1998 Jan-Mar; 4 (1): 41-3The Multinational Monitor. January/February 1998. Vol. 19. Numbers 1 & 2. 4 pp, http://multinationalmonitor.org/mm1998/mm9801.09.html Traducción al castellano: http://www.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=932

Castleman BI, Lemen RA The manipulation of international scientific organizations (La manipulación de las organizaciones científicas internacionales) Int J Occup Environ Health. 1998 Jan-Mar;4(1):53-5 https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1179/oeh.1998.4.1.53

Barry Castleman & Grace Ziem Corporate Influence on Threshold Limit Values (Influencia corporativa en los Valores Límite Umbral) American Journal of Industrial Medicine. 1988; 13: 531-559

Barry Castleman & Grace ZiemAmerican Conference of Industrial Hygienists: Low Threshold of Credibility (Conferencia Americana de Higienistas Industriales: Bajo umbral de credibilidad)American Journal of Industrial Medicine. 1994; 26 (1): 133-143

Barry Castleman & Grace ZiemToxic pollutants, science, and corporate influence (Contaminantes tóxicos, ciencia e influencia corporativa)Arch Environ Healt. 1989 Mar-Apr; 44 (2): 68, 127.

Steve Connor, Leaeading scientists leap to the defence of ‘corrupt’ Doll (Destacados científicos salen en defensa del “corrupto” Doll) The Independent. 09 December 2006. https://www.independent.co.uk/news/science/leading-scientists-leap-to-the-defence-of-corrupt-doll-427708.html

Marília de Nardin Budó, Corporate Crime and the Use of Science in the Case of Asbestos: Producing Harm Through Discursive Shields (El crimen corporativo y el uso de la ciencia en el caso del asbesto: producir daño a través de escudos discursivos), Journal of White Collar and Corporate Crime, 1-16, 2020

Harriet Hardy & David EgilmanCorruption of occupational medical literature: The asbestos example (Corrupción de la literatura médica laboral: el ejemplo del amianto) American Journal of Industrial Medicine. 2007; 20 (1): 127-129

Patrick Herman & Annie Thébaud-MonyLa stratégie criminelle des industriels de l’amiante. Conspiration du silence autour d’un produit cancérigène (La estrategia criminal de los industriales del amianto. Conspiración de silencio en torno a un producto cancerígeno)Le Monde diplomatique. Juin 2000 http://www.monde diplomatique.fr/2000/06/HERMAN/13926 . En inglés: http://mondediplo.com/2000/07/15asbestos. Versión en castellano: http://www.insumisos.com/diplo/NODE/2326.HTM, y también: http://www.eldiplo.org/resumen.php3?numero=5&resumen=12/R_13_29

Nico Krols & Marleen Teugels“A licence to kill”: The dirty legacy of asbestos (“Una licencia para matar”: El sucio legado del amianto), http://mondediplo.com/2007/01/15asbestos

Conceição Lemes “SWISS” ASBESTOS EXPERT WAS PAID BY THE BRAZILIAN ASBESTOS INDUSTRY (EL EXPERTO “SUIZO” EN AMIANTO FUE PAGADO POR LA INDUSTRIA BRASILEÑA DEL ASBESTO) (Updated September 28, 2008 at 8:47pm /Published September 28, 2008 at 7:35pm) http://ibasecretariat.org/cl_swiss_exp_paid_by_asb_ind.pdf

Mocciola MCriminal responsibility in non pre-meditated personal injurycaused by inhalation of asbestos (Responsabilidad penal en daños personales no premeditados, causados ​​por inhalación de amianto) Epidemiol Prev. 2007 Jul-Aug;31(4 Suppl 1):38-40, http://www.epidemiologiaeprevenzione.it/materiali/ARCHIVIO_PDF/Suppl/2007/EP_V31I4S1_38-40.pdf

Constanza San Juan Standen& Tania Muñoz Cuevas. Fibras Grises de Muerte: El silencio del mayor genocidio industrial de Chile Santiago, Mayo de 2013. 144 pp. – “Unidos Contra el Asbesto”. Con el apoyo de “Global Greengrants Fund”, http://movimientouca.cl/wp-content/uploads/Libro-Fibras-Grises-de-Muerte.pdf

Pascual Serrano. Cuando los empresarios son homicidas – dos sentencias históricas de la justicia italiana. Le Monde diplomatique en español, ISSN 1888-6434, Nº. 198, 2012 (Ejemplar dedicado a: Crisis y relocalización) , pág. 3

Laurent Vogel, El asbesto, un crimen de masas en tiempo de paz VIENTO SUR. Nov 2009; 106: 105-112,

http://cdn.vientosur.info/VScompletos/Vogel.pdf. Versión en francés:http://www.google.es/url sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=16&ved=0CFsQFjAFOAo&url=http%3A%2F%2Fwww.maisonmedicale.org%2Fdocrestreint.api%2F2942%2F49fa51d0aeea1be5a13f34b9f8db987ee7056e4f%2Fpdf%2Fsc51_vogel.pdf&ei=VNIvVYGJJ4bm7gbhx4F4&usg=AFQjCNHIlP3oWE4_k85rnR2dEMejUgPMSA&cad=rja

Resulta evidente que casi toda mi producción intelectual ha sido vehiculada a través de la edición on line de casi todos mis trabajos publicados, y así ha de ser, también, en la presente oportunidad.

Por consiguiente, toda esta bibliografía ajena aquí aportada, sirva también de modesto homenaje mío al amigo, el profesor Salvador López Arnal.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 10 de agosto de 2023

_- Más acá y por debajo del nacionalismo, soberanismo y secesionismo excluyente. Una reflexión federalista (y antinacionalista) de Ricardo Rodríguez

_- Por Salvador López Arnal | 17/12/2016 | España
Fuentes: Rebelión



Para Ricardo Rodríguez por supuesto: por su amistad, su generosidad y por un compromiso que nunca desfallece. 

Para ser leída mientras piensan en Víctor Jara y escuchan Raimon, «Et recordo Amanda» (https://www.youtube.com/watch?v=xQXgleTYEHo Lo que no dijo [Mark Carney, el gobernador del Banco de Inglaterra] en este balance de los éxitos del capitalismo es que la […]

Para Ricardo Rodríguez por supuesto: por su amistad, su generosidad y por un compromiso que nunca desfallece.

Para ser leída mientras piensan en Víctor Jara y escuchan Raimon, «Et recordo Amanda» (https://www.youtube.com/watch?v=xQXgleTYEHo Lo que no dijo [Mark Carney, el gobernador del Banco de Inglaterra] en este balance de los éxitos del capitalismo es que la mayoría de esos mil millones de personas que han salido de la pobreza profunda están en China, una economía que pone trabas a los «mercados libres» y la «globalización»; que mantiene una fuerte inversión estatal, controles de capital y sumisión directa del sector privado al régimen. La esperanza de vida puede haber aumentado gracias a la inversión en servicios públicos y la atención sanitaria. 

El capitalismo y el libre mercado no han desempeñado ningún papel en eso. En los «mercados libres», la mayoría de los muy pobres en otros países siguen siendo pobres. De hecho, las políticas de los bancos centrales, el FMI y el Banco Mundial para impulsar la «globalización» y el «libre comercio» han hecho que la gran mayoría de estos pobres esté aún peor, no mejor. Los ingresos per cápita pueden haber aumentado (de nuevo debido principalmente a China y en menor medida, India, en la ecuación), pero esos ingresos no han crecido de manera equitativa. Como Carney admitió en su conferencia, «la globalización está asociada con salarios bajos, precariedad en el empleo, sociedades sin estado y desigualdades impresionantes«. 

En los países anglosajones, la participación en el ingreso del 1% ha aumentado notablemente desde 1980. Hoy en día, en los EE.UU., el 1% más rico de los hogares reciben el 20% de todos los ingresos. Estas enormes desigualdades de ingresos son pequeñas comparadas con las desigualdades de riqueza asombrosas. La proporción de la riqueza en poder del 1% más rico de los estadounidenses aumentó de 25% en 1990 al 40% en 2012. A nivel mundial, la proporción de la riqueza en poder del 1% más rico en el mundo pasó de ser un tercio en 2000 a la mitad en 2010. Y ahora «un asalariado típico de la generación del milenio gana unos 8.000 euros menos mientras es veinteañero que la generación predecesora«.

Michael Roberts (2016)

Si hay algo que se parezca a la religión es precisamente el culto nacional. Ambos se dotan de liturgias, profecías, mártires y advenimientos; de pasados arcádicos y de paraísos por venir; y, claro, de un ente superior y sagrado al que los fieles adoran. Dios y la nación. Como la existencia de Dios para los creyentes, la de la nación les parece a los nacionalistas una realidad indisputable. Ocurre, sin embargo, que las naciones no existen desde el origen de los tiempos, sino que se construyen y son, por tanto, contingentes. Además, la nación se define en función de aquellos elementos que, en cada caso concreto y por pura conveniencia, hacen posible que un grupo humano determinado pueda ser caracterizado como tal, por lo que hay tantas definiciones de nación como naciones posibles. Y por ello, los mismos argumentos con los que se puede afirmar (o negar) la existencia de, por ejemplo, la nación española sirven para afirmar (o negar) la de, pongamos, la catalana.

Francisco Morente (2016)

Para entrar en materia: tres observaciones de (casi) obligado cumplimiento, una nota complementaria y un grito de apoyo. ¡Viva la huelga de las trabajadoras del servicio de teleasistencia! ¿Es admisible un cómputo anual de horas que se acerca a las 1.800 horas? ¿Es razonable que el consistorio de Barcelona en comú -¡en comú!- siga externalizando este servicio a una empresa, Televida Tunstall, cuyo comportamiento recuerda los lados más oscuros de la negra cara del peor mundo empresarial imaginable?

Las observaciones. 
La primera: cuando se oye a los y a las dirigentes de «Barcelona en comú», especialmente a sus cabezas más visibles, uno toma (más) consciencia de la fuerte y generalizada penetración del lenguaje y la cosmovisión nacionalista-secesionista. Hablan, no digo siempre, como ellos: judicialización de la política, agresiones a Cataluña, nación-nación, más y más Cataluña… hasta el punto que, según informaciones o globos-sonda que ellos mismos deben lanzar, el nombre que se está barajando para la nueva formación soberanista-secesionista -¡que relacionan, además, con la formación del PSUC en 1936!,¡manda narices!-, para el nuevo partido político que quieren alumbrar a principios de 2017, es «Catalunya en comú». ¿Ese es el nombre para una nueva formación política que se dice de izquierdas? ¿Qué querrá decir aquí «en común»? ¿No recuerda un poco-mucho lo de «Iniciativa per Catalunya», aquella denominación que muchos consideramos un inadmisible nombre patriótico-nacionalista? ¿Se imaginan una formación que tuviera como nombre «España en marcha», «España en común» o «Iniciativa por España»? ¿Qué dirían ellos en este caso?

La segunda observación. Nadie debe ser detenido o encausado, como es de toda evidencia, por quemar fotos del Rey o por guillotinarlas. Que la CUP desee y busque el lío permanente, que intente liarla sea como sea, que intente boicotear aproximaciones gubernamentales (reales o aparentes)es una cosa, y que nos olvidemos de lo más esencial es otra muy distinta. Así pues: ¡nadie debe ser detenido por cosas así o incluso por no comparecer ante los tribunales por estos asuntos! Otra cosa, también muy distinta, es que sigamos sus directrices políticas, copiemos sus reflexiones y apoyemos sus actos y finalidades. De eso, en principio, nada de nada. Allá ellos son sus estrategias, cálculos y finalidades. 

Por lo demás, y por razones muy parecidas aunque invertidas, si yo quemara (cosa que no haré en ningún caso) fotografías de Jordi Pujol (o de cualquier otro elemento de la saga), de Artur Mas, Félix Millet, Boi Ruiz o Carles Puigdemont, como representantes más visibles de las políticas neoliberales antiobreras de los últimos años (además de ser responsables en algún caso de corruptelas, manipulaciones permanentes y engaños patrióticos), tampoco debería pasarme nada. Incluso podría repetir la escena en el Parlamento de Cataluña con todos los focos a mi disposición. ¿A qué no me pasaría nada? ¡Incluso si me atreviera con símbolos «más esenciales! ¿A qué tampoco nada? (Por si se me lee mal: no tengo ninguna intención de hacer nada de eso ni recomiendo a nadie que lo haga. Por lo demás, y hablando de la libertad de expresión, tampoco parece muy consistente ni aceptable que bajo el grito «fuera fascistas de la Universidad» -o incluso «Visca Terra lliure»- un grupo de estudiantes de la UAB intentaran impedir un acto político de la Societat Civil Catalana. ¿Lo han denunciado ya los dirigentes de la CUP, los mismos que exigen libertad de expresión para sus acciones y reflexiones? ¿O para ellos sí pero no para otros?)

La tercera observación apunta al marco general en el que nos seguimos moviendo, asunto que debe ser de nuevo recordado para no considerarlo ni vivirlo como «postulado geométrico indiscutible». Tras la gran movilización secesionista del 9N, en honor y gloria de Artur Mas, intentaron -ellos, no el resto de fuerzas políticas- convertir el 27S en un plebiscito a favor de la independencia-secesión unilateral. Usaron para conseguirlo todos los medios a su alcance que no son pocos: por tierra, mar, aire y TV3. Y perdieron, digan lo que digan, perdieron. Recordemos las palabras de Antonio Baños, cabeza de lista de la CUP, reconociendo lo sucedido la misma noche electoral. A pesar de la derrota y en contra de toda decencia democrática (y gracias a una ley electoral -no propia- clara y fuertemente no proporcional), se amparan en una mayoría parlamentaria ínfima (con el incomprensible apoyo en determinados momentos de CSQES) para, según su relato, «avanzar hacia la desconexión definitiva, la ruptura de España, la formación de un nuevo Estado o la celebración de un referéndum secesionista». ¿Qué lecciones de democracia pueden impartir gentes que se comportan de modo tan antidemocrático? ¿Una mesa por la democracia dicen que van a convocar? ¿Por la democracia?

La nota: por si habitara un olvido interesado y como base de fondo de la situación, más avatares de la saga Pujol, la de casa, la del nostre país: «Unos ‘e-mails’ implican a Pujol júnior con el cobro de «comisiones ilícitas». Los correos se hallaron durante una investigación por malversación en las obras del AVE en Barcelona. El primogénito del ‘ex president’ pudo recibir más de 17 millones de la constructora Corsan http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/correos-electronicos-jordi-pujol-ferrusola-comisiones-ilicitas-5685730 ¡Diecisiete millones! Una propinita, tal vez para unos arreglitos, para unas mejoras en una de sus masías. Y las otras caras de la llamada «ciudad de los prodigios» (y también de injusticias): a) La madre y los hermanos de Idrissa Diallo, el joven guineano encontrado muerto en el CIE de Barcelona la Noche de Reyes de 2012, denuncian en una entrevista que nunca tuvieron confirmación oficial de su muerte y que no saben dónde está el cadáver. (http://www.asec-asic.org/2016/12/13/no-se-que-han-hecho-con-el-cuerpo-de-mi-hijo/) b) Trescientas personas se manifestaron el pasado lunes 12 de diciembre en Barcelona en apoyo de Eliseo Loyé y Verónica Loká. En 2011 se opusieron a su desahucio. El matrimonio y tres activistas se exponen a penas de más de dos años de cárcel por haberse enfrentado a los Mossos. La denuncia fue presentada por el cuerpo policial catalán. Eliseo y Verónica retiraron la escalera de mano por la que los policías intentaban acceder a su vivienda.

Por cierto: ¿saben qué partido votó a favor de la contrarreforma laboral pepera de finales de 2011? Efectivamente: CDC. En la propuesta de derogación del pasado martes, 13 de diciembre, a pesar de un «lucha frontal contra el gobierno», la nueva CDC, PdemCat se abstuvo. ¿A qué son muy diferentes? ¿A qué un frente secesionista «liberador», socialmente «emancipador», por ellos dirigido o hegemonizado promete alcanzar Icaria y construir una República solidaria de besos, protección y acuerdos?

Cambio de tercio. ¿Recuerdan el teorema de Tales? ¿Y el de Pitágoras? ¿Y el de Bolzano? ¿También recuerdan el de Gödel? Vale, muy bien. ¿Y el TPM, el teorema de «la precarización médica»? ¿No? Veo que aquí no están puestos. Hay que ponerse al día. Se enuncia así: «Tras reunir los méritos necesarios (becas, másteres, experiencia laboral no remunerada, etc) requeridos, ¿dónde va a terminar trabajando o subsistiendo los médicos precarizados? Su precarizacion y la mercantilización de la sanidad pública catalana no se detienen». Faltan las premisas, los corolarios y la justificación del TPM. Les doy la referencia por si quieren completar el escrito: Juan M. Pericàs y Joan Benach; «Teorema de la….». El País, Cataluña, 9/12/2016, p. 3.

De las dos citas iniciales: la primera nos recuerda lo que ya sabemos pero que a veces olvidamos. Vale la pena insistir en esos datos y en la excelente línea argumentativa de Michael Roberts.

No creo que sea necesario explicar los motivos de la segunda cita, la del profesor de la UAB. Sigue así: » La existencia de Dios es indemostrable, no así la de las religiones monoteístas, sus creyentes y los desastres por aquellas causados a lo largo de los siglos, que son realidades bien palmarias. Del mismo modo, que la nación sea pura abstracción no nos ahorra las identidades nacionales con sus correspondientes nacionalismos, fieles y, claro está, las consecuencias que se derivan de todo ello. En esas, pareció por momentos que nuestra nueva izquierda sería capaz de actuar en este terreno con cierta laicidad, pero está visto que no hay manera. En parte, se entiende porque quienes adjudican carnets de auténticos patriotas (españoles o catalanes, lo mismo da) son implacables con los tibios, los indiferentes o los ateos. Sobran los ejemplos». Remarco una decepción compartida: «está visto que no hay manera» aunque en mi caso no lo entienda incluso teniendo en cuenta la razón señalada por el profesor Morente (¡Seis años hace estos días, por cierto, de la muerte del gran maestro de idéntico apellido!) .

El tema de hoy: la reflexión del compañero -otra de las voces imprescindibles- Ricardo Rodríguez [RR] que copio y comento brevemente. Antes su advertencia, la de un escritor muy riguroso: «He puesto un comentario en mi muro de Facebook que transcribo aquí abajo para las amigas y amigos con quienes no coincido en esta red social. Es uno de esos textos que uno compone sin corregir, en un pronto de rabia, y no un artículo elaborado ni nada que se le parezca, pero es lo que hoy me sale de las entrañas».

Compartí ayer, así empieza el escrito de RR, «en un respiro que me regalé en el estudio, una canción que siempre me ha emocionado de Victor Jara, lo que además me sirvió para enterarme de la feliz noticia de que mi amigo Soti tiene una niña que se llama Amanda en honor al cantautor chileno asesinado en 1973».

No fue el único. Muchos compañeros de mi edad eligieron ese nombre para sus hijas. Yo mismo tuve el año pasado una alumna que se llamaba así. Recuerdo muy bien la emoción que muchos sentimos cuando oíamos esa canción, y no por Víctor Jara inicialmente sino por Raimon: «Et recorde Amanda». ¿La recuerdan?

Hoy me encuentro con nuevas señales de que la intransigencia continúa extendiéndose de manera alarmante, prosigue RR. «Decía Rosa Luxemburg, no recuerdo exactamente con qué palabras, que lo realmente meritorio de la libertad de expresión estriba en respetar la expresión de la opinión de quienes no piensan como uno, porque aplaudir a los que piensan lo mismo que uno es bastante fácil».

Se difunde un boicot organizado, señala RR, «con unas dosis de odio que hielan la sangre contra un director de cine [está hablando de Trueba] simplemente porque no quiere hacer exhibición de Patria o de nacionalidad como a ellos les parece suficiente para que le perdonen la vida».

Curiosamente, también comenta con acierto RR, «quienes se envuelven a todas horas con la bandera del españolismo se parecen de forma asombrosa a quienes se envuelven a todas horas con la bandera del nacionalismo-secesionismo, por poner un ejemplo, transpiran la misma intransigencia, el mismo odio, la misma incomprensión de quienes, quizá, simplemente están manifestando otra manera de sentirse catalán o español o vasco o de Villanueva del Pardillo». Se retroalimentan, insiste y denuncia RR, «y nos tienen todo el santo día a todas y todos los demás presenciando el bochornoso espectáculo de la rivalidad por una identidad abstracta mientras seguimos viviendo en un país en el que la gente se mata tirándose por las ventanas porque los echan de sus casas y ya hay centenares de miles de niños que padecen desnutrición a los que no alimentará ninguna bandera». No son necesarios los datos que todos tenemos en la cabeza.

RR no pide ningún auto de fe a sus vecinos, «lo que por supuesto no supone tampoco renuncia a ninguna de mis ideas». Les ofrece «concentrarme en vivir y trabajar de manera decente, tratar de ayudar en lo que me es posible a quienes me rodean y respetar la forma de ser y de pensar de cada uno. No es poca cosa, y si a una comunidad de personas que se respeten unas a otras y traten de organizar el bien común con justicia se le ha de llamar Patria, sea». Pero, esta es su posición central, «los seres humanos son siempre lo primero. Luego los nombres y los colores».

Víctor Jara es, para RR (también para mí), «el símbolo más estremecedor de la dignidad y de la infamia. La dignidad por quién fue él, y la infamia por quienes lo asesinaron. Las investigaciones que se llevaron a cabo determinaron que había sido torturado y golpeado de forma salvaje y que su cadáver tenía 44 balazos (¡por Dios, cuánto tiene que odiarse a una persona para disparar contra ella 44 veces!)». ¿Y saben, nos pregunta nuestro amigo, qué hacía Víctor Jara? «Cantar y contar en sus canciones cómo era la vida de la gente más humilde de su comunidad». Pero alguien, prosigue y todos sabemos quien es ese alguien, «decidió que era un antipatriota y un comunista peligroso, y fue capaz de sembrar un odio espeluznante en seres humanos que tenían en su naturaleza en cambio la misma capacidad para amar que albergaba aquel al que torturaban y asesinaban, pero que se habían convertido en monstruos por una propaganda negra y atroz».

RR oyó de niño gritar a su padre que se marchara de España, y hoy vuelve a oírlo, «ya unas cuantas veces a mí mismo». Como me ocurre a mí y a tantos otros, RR no quiere «que se marche nadie de España, ni siquiera quienes eso me gritan. Soy tan español como el que más, porque aquí nací y aquí he vivido, amado y trabajado honradamente desde hace 48 años, y ejercer el derecho a ser quien soy y como quiero serlo, un derecho que reclamo para todas y todos los demás, piensen o no lo mismo que yo, ésa sí es mi única intransigencia».

Gente de su pequeño pueblo de la provincia de Toledo, comenta nuestro amigo, «gente con la que he crecido y a la que he querido y quiero, buena gente, ha difundido en las redes sociales un vídeo de la campaña organizada en contra de la película «La reina de España», de Fernando Trueba». RR ha visto el vídeo: «el lema de la batalla que emprenden está en sintonía con el tamaño del cerebro de sus organizadores. «Va a ver la película su p… madre», dicen, todo un derroche de raciocinio. El tono es de quien está dispuesto a ir a las puertas de los cines para pegar a quienes entren a ver la película».

Pero, matiza y nos advierte RR, «la gente de mi pueblo que da pábulo a semejantes monstruosidades no son monstruos ni fascistas, ni siquiera son mala gente. Yo los conozco, y esto es lo que me hiela el corazón». Hay que volver a leer a Hannah Arendt, concluye finalmente RR, «para entender, pero también a Palmiro Togliatti. Y más. Que nos ayuden quienes se encararon con la bestia antes que nosotros».

Unos breves comentarios de cierre:

1. En un documento reciente de la secretaría política del PCE -«Puntualizaciones políticas en torno a las declaraciones del camarada Paco Frutos» http://www.pce.es/secretarias/seccomunicacion/pl.php?id=6058-, puede leerse en el punto tercero: «Defensa del derecho de autodeterminación tal y como Dolores Ibarruri lo planteó ahora hace cincuenta años, defendiendo un Estado Multinacional, Pluricultural y Multilingüístico, en el que se reconozca el derecho a decidir de las nacionalidades. El PCE no es una fuerza independentista, pero no será nunca aliado del centralismo que trata de aplastar el derecho de los pueblos del Estado español para decidir su futuro, tal y cómo, repito, planteó hace más de 50 años la propia Pasionaria».

Con todos los respetos hacia una fuerza que fue y sigue siendo decisiva en la lucha democrático-socialista: ¿que tendrá que ver la situación de España hace cincuenta años, es decir, en 1966, con la situación actual?, ¿por qué se usa un lenguaje -el derecho a decidir- que nunca ha sido el de la tradición?, ¿por qué no señala el PCE que no sólo no es una fuerza independentista sino una fuerza netamente federalista?, ¿por qué se piensa en falsos y binarios términos tipo: o centralismo o derecho de autodeterminación? Un ejemplo de la fuerte penetración del lenguaje nacionalista es que incluso el PCE se exprese así: «el derecho de los pueblos del Estado español». ¡Los pueblos españoles no son pueblos del Estado sino pueblos de España!

¿Es necesario recordar que existe una falacia, básica, trivial, denominada falacia ad verecundiam? ¿A qué viene la apelación a lo que La Pasionaria mantuvo y dijo hace cincuenta años en tiempos de opresión fascista? ¿Cuántas cosas dijimos hace cincuenta años que no son correctas, pertinentes o ajustadas a la situación actual? El PCE puede defender los derechos lingüísticos culturales de todos los pueblos españoles -¡por supuesto que sí!- sin defender lo que es, hoy por hoy, estrategia falsaria, separadora y secesionista de las fuerzas nacionalistas que rompen y dividen pueblos por motivos próximos, en ocasiones, a los esgrimidos por la Liga del Norte. ¿Estamos en esas coordenadas?

Como complemento vale la pena recordar otro paso del artículo de Francisco Morente que se ha citado antes: «Esta Constitución es francamente mejorable, pero la campaña independentista se basaba en una cuestión muy concreta: su negación del derecho de autodeterminación. Vamos, lo mismo que niegan las constituciones de países como los Estados Unidos, Francia, Alemania o Italia, por poner algunos ejemplos exóticos. Sí, ya veo, Estados capitalistas e intrínsecamente reaccionarios y antipopulares».

Bien, prosigue el vicerrector de la UAB, «pues aprendamos de la nueva Constitución boliviana impulsada por Evo Morales, que en su preámbulo establece «la unidad e integridad del país», y en su artículo primero reconoce la «libre determinación», eso sí, solo de los pueblos indígenas y «en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme esta Constitución y la ley». Aunque también nos puede valer la Constitución venezolana aprobada en vida del presidente Chávez, que en su preámbulo consagra como uno de los «valores» constitucionales «la integridad territorial», que, por si no había quedado claro, vuelve a ser ensalzada en el artículo 4 como uno de los «principios» de la «República Bolivariana». Lo digo, más que nada, por ayudar a aclararnos, sin mayor intención.»

Desde luego: sin mala intención y para aclararnos. Todos, el PCE incluido.

2. Los vigilantes de seguridad del aeropuerto de Barcelona han denunciado que les obliguen a hacer «la vida imposible» (les quitan las pertenencias, les despiertan a cualquier hora, se hacen con su ropa de abrigo) y a expulsar a los mendigos. ¿Quienes les obliga? La empresa Ilunion Seguridad SA del grupo Once. ¿Y quién ha ordenado esa práctica a la empresa? ¿Iniciativa antihumanista propia? ¿Por qué esa agresión incrementada desde la llegada del Metro a las instalaciones aeroportuarias? Un fragmento del correo enviado por el directivo de la empresa: «Debemos sacar a las personas que no pueden estar en las terminales, que no viajan y que no hacen nada en el aeropuerto. Me refiero a los indigentes…Hay que sacarlos sí o sí». ¿Dónde se forman estos directivos? ¿Siguen allí? ¿Mantenemos relaciones con este tipo de seres inhumanos? ¿Y si les aplicamos su mismo trato?

3. El Ayuntamiento de Barcelona destinará 300 mil euros para la programación del anfiteatro del Grec durante el mes de agosto. Unos 12 mil euros por espectáculo (supongo 25 representaciones en total). La gestión será privada. ¿Por qué privada? ¿Se entiende esa generosa ayuda pública?

4. Una información de Ole Thorson, un buen conocedor de la incidencia de la emisión de gases tóxicos en la salud humana: la contaminación y masificación de Barcelona provoca unas 3 mil muertes prematuras al año. ¿Prematuras? Pongamos 3 años menos de vida de media. ¿Cuántas muertes prematuras en 20 años? Unas 60 mil, unos 180 mil años en total, unas 2 mil (largas) vidas. ¿No es este un problema prioritario? ¿Y por qué no?

5. ¿Saben por qué, según Maritxell Ruiz, la consejera de educación del gobierno de la Generalitat de Catalunya, los resultados de Madrid, Navarra y Castilla y León según el informe PISA (¡un instancia empresarial en el ámbito de la educación! ¡menudo avance pedagógico!) son mejores que los de Cataluña? Porque la inmigración en Madrid es mayoritariamente de origen latinoamericano y porque, este es el punto importante en este caso, hay mayor presencia de escuelas privadas en la comunidad de Madrid que en Cataluña. ¡Mayor presencia de escuelas privadas! ¡Y M. Ruiz es la máxima responsable de la educación pública! ¿Qué prejuicio ronda por su cabeza? Por lo demás, la omnipresencia de la educación privada, concertada o no, en la ciudad de Barcelona es absolutamente escandalosa. La matriculación en estas escuelas (privadas-privadas o privadas-concertadas), muchas de ellas de élite, se ha aproximado algunos cursos al 70%.

PS: No se pongan nerviosos aunque hay motivos: un ejemplo de práctica escolar no reciente de la pedagogía secesionista (que también la hay desde luego): https://www.youtube.com/watch?v=3NWIKDOHDZw#action=share Para compensarles un poco: ‘Reformas laborales del PP, raíz de pobreza infantil en España’ (análisis de Higinio Polo en Hispan TV) https://www.youtube.com/watch?v=qfugoRiz81s Y también esto: no se pierdan la entrevista de Rafael Poch de Feliu a Philippe Martínez, el secretario general de la CGT: http://www.lavanguardia.com/internacional/20161212/412546895096/entrevista-philippe-martinez-estamos-preparados-nueva-confrontacion.html Para abrirles el apetito: «[…] no construiremos nada desde arriba sin estar arraigados con la realidad de la vida de la gente. Hay que trabajar a nivel local. En Marsella por ejemplo, la CGT está implantada en los barrios, pero hay mucho por hacer, eso debería multiplicarse por cien para dar una esperanza a esa juventud. Debemos trabajar mucho antes de que esa fractura se haga irremediable. Están rompiendo la sociedad, pero la República es la solidaridad y el vivir en común.»

Para alegrarles la mañana, la tarde o la noche y en honor del maestro Enrique Morente: Flo6x8 taconea el juanete a la Torre CaixalSol 

miércoles, 30 de noviembre de 2022

_- Entrevista a Manuel Aznar Soler sobre El Partido Comunista de España y la literatura (1931-1978). Once estudios sobre escritores, intelectuales y política (Atrapasueños, 2021) El PCE y la literatura, una relación fructífera

_-Fuentes: Rebelión 

  [Imagen: Mesa presidencial en Madrid del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura realizado en julio de 1937. Créditos: CDMH_CAUSA_GENERAL_FOTOGRAFIAS_C1547_EXP_001_742. Ministerio de Cultura]

Manuel Aznar Soler (Valencia, 1951), catedrático emérito de literatura española contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona, es fundador en 1993 y ha sido director hasta su jubilación en 2021 del Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL).

Director literario de la colección Biblioteca del Exilio (Renacimiento), así como de Laberintos: anuario de estudios sobre los exilios culturales españoles y de El Correo de Euclides: anuario científico de la Fundación Max Aub, ha sido también co-director de Sansueña, «revista de estudios sobre el exilio republicano de 1939». Entre sus publicaciones cabe destacar Los laberintos del exilio. Diecisiete estudios sobre la obra literaria de Max Aub [2003], escritor exiliado del que ha editado cinco obras que cuentan también con estudios introductorios y notas: La gallina ciega [1995 y 2021], su tragedia San Juan [1998], Diarios (1939-1972) [1998], Nuevos diarios inéditos (1939-1972) [2003] y Escritos sobre el exilio [2008]. Entre sus últimos libros mencionemos República literaria y revolución (1920-1939) [2010, dos volúmenes], El teatro de Jorge Semprún [2015], Iluminaciones sobre Luces de bohemia de Valle-Inclán [2017], Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (Valencia-Madrid-Barcelona-París, 1937) [2018], Teatro, historia y política en Martes de carnaval de Valle-Inclán [2019], El Partido Comunista de España y la literatura (1931-1978). Once estudios sobre escritores, intelectuales y política [2021] y La Resistencia silenciada. Historia del Congreso Universitario de Escritores Jóvenes (1954-1955) y edición facsímil de su Boletín [2021]. También es co-editor, junto al profesor José-Ramón López García, del Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939 (Sevilla, Renacimiento, 2016, cuatro volúmenes, 2.318 páginas).

Salvador López Arnal.- Como se indica en el subtítulo, componen su libro once estudios sobre escritores, intelectuales y política. Apunto para nuestros lectores y lectoras el título de algunos capítulos: «Los intelectuales y la política cultural del PCE (1939-1956)», «Marcos Ana, un poeta en el penal de Burgos», «La Unión de intelectuales españoles en México (1947-1956)»… ¿Por qué ha elegido el período 1931-1978? ¿Los años con las aportaciones literarias más relevantes del Partido?

Manuel Aznar Soler.- He elegido el periodo 1931-1978 porque, durante los años de la Segunda República y de la guerra, el Partido Comunista de España (PCE), a medida que fue abandonando su política obrerista de clase para asumir la política frentepopular y antifascista, experimentó un progresivo aumento en el número y en la calidad de sus intelectuales militantes. Muchos de ellos, mayoritariamente de clase pequeñoburguesa o burguesa, creyeron durante los años treinta del pasado siglo XX que la mejor manera de ser antifascista era ser comunista. Posteriormente, durante los años de la dictadura militar franquista, los artistas, escritores e intelectuales del PCE fueron la vanguardia de la Resistencia y, desde la oposición antifranquista, tanto en el interior como en el exilio, tuvieron desde 1939 una influencia muy notable en el desarrollo de la cultura y de la literatura españolas.

«Durante los años de la dictadura militar franquista, los artistas, escritores e intelectuales del PCE fueron la vanguardia de la Resistencia y, desde la oposición antifranquista, tanto en el interior como en el exilio, tuvieron desde 1939 una influencia muy notable en el desarrollo de la cultura y de la literatura españolas»

Salvador López Arnal.- Cuando se leen los nombres, que usted facilita, de los intelectuales militantes más cualificados, así como los de los simpatizantes o «compañeros de viaje», en los años del Frente Popular, es fácil conjeturar el importante, el decisivo papel que el PCE tuvo en el desarrollo de la política cultural republicana. ¿Cuáles fueron las principales razones de esa militancia, de esa cercanía al partido, de filósofos, novelistas y poetas de la talla de María Teresa León, Wenceslao Roces, Miguel Hernández o José Bergamín?

Manuel Aznar Soler.- Imagino que las razones son distintas en cada caso: por convicciones marxistas y revolucionarias (María Teresa León, Wenceslao Roces), por conciencia de clase (Miguel Hernández) o por razones éticas de mayor justicia social (José Bergamín, un «compañero de viaje», católico y republicano, que nunca fue militante comunista). En el caso de los «compañeros de viaje», por ejemplo los escritores de la revista Hora de España (Rafael Dieste, Juan Gil-Albert, Antonio Sánchez Barbudo), su simpatía política hacia los comunistas durante la guerra de España se explica fundamentalmente por razones éticas, es decir, por la defensa de un humanismo socialista militantemente antifascista, así como por la defensa de los valores republicanos clásicos de libertad, igualdad y fraternidad ,y también por su convicción de que los comunistas eran la mejor garantía para ganar la guerra contra el fascismo internacional.

Salvador López Arnal.- Usa en ocasiones la expresión la literatura proletaria-revolucionaria en España. ¿Qué características tenía esa literatura? ¿Semejante a la literatura política-revolucionaria de otros países?

Manuel Aznar Soler.- La literatura proletaria-revolucionaria fue una literatura de clase y de partido que adoptó la Asociación de Escritores Proletarios (RAPP) de la Unión Soviética en el Congreso de Járkov en noviembre de 1930. Este Congreso aprobó dos conclusiones en la línea más ortodoxa del concepto «literatura proletaria»: Primera: La creación literaria tiene que estar sistematizada, organizada, colectivizada y realizada de acuerdo con los planes del gobierno central y de la misma suerte que cualquier trabajo regimentado. Segunda: Todo artista proletario tiene que ser materialista dialéctico. El método del arte creativo es el método del materialismo dialéctico.

Sin embargo, en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos, celebrado en Moscú durante el mes de agosto de 1934 y organizado por la Unión de Escritores Soviéticos, se aprobó a propuesta de Andrei Zhdanov, portavoz del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), el dogma del «realismo socialista», que supuso el ocaso de la política literaria de la Asociación de Escritores Proletarios (RAPP).

Pascual Pla y Beltrán es autor de Narja. Poemas proletarios, el primer libro de poesía proletaria-revolucionaria en España, publicado en la Tipografía Pascual Quiles de Valencia el 25 de mayo de 1932, ciudad en la que el 7 de mayo de 1933, con la presencia de Paul Vaillant-Couturier, se creó la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (UEAP) de Valencia, la primera filial española de la Association des Écrivains et Artistes Révolutionnaires (AEAR) con sede en París.

Salvador López Arnal.- La novelística del llamado «realismo social» tuvo mucho prestigio e influencia cultural en nuestro país durante los años sesenta y setenta del siglo pasado. Sin embargo, tras la muerte del dictador golpista, acaso antes, fue desconsiderada, incluso menospreciada, por una parte de la crítica literaria. ¿Una crítica justa, razonable? Otra pregunta: ¿ese realismo social era equivalente al realismo socialista importado de la URSS?

Manuel Aznar Soler.- Central eléctrica (1958) de Jesús López Pacheco, La piqueta (1959) de Antonio Ferres y La mina (1960) de Armando López Salinas son tres novelas representativas del «realismo social» de los años cincuenta y sesenta. El «realismo socialista» en sentido soviético estricto, es decir, la defensa de la revolución obrera y del Partido Comunista como vanguardia de ese proceso revolucionario, era lógicamente imposible por la existencia de una censura como la impuesta por la dictadura militar franquista y, además, por la autocensura que ella provocaba si el escritor quería publicar su obra en el interior. Sin embargo, un ejemplo perfecto de «realismo socialista» es 1º de mayo en España, una obra teatral escrita hacia 1940 por César Arconada en su exilio soviético de Moscú, que publiqué en 2017 en la Biblioteca del Exilio de la editorial Renacimiento de Sevilla.

El «realismo social» entró en crisis durante los años sesenta por motivos tanto literarios como políticos y, en este sentido, novelas como Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos, Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo y Volverás a Región (1967) de Juan Benet indican con claridad los nuevos caminos de la narrativa española posterior.

Salvador López Arnal.- ¿Cuáles fueron los principales logros y orientaciones del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes dirigido por el comunista Jesús Hernández entre 1936 y 1937?

Manuel Aznar Soler.- Sin duda los dos acontecimientos más espectaculares de propaganda de la causa republicana, frentepopular y antifascista, que organizó aquel Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la guerra de España fueron el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (Valencia-Madrid-Barcelona-París), inaugurado por el doctor Juan Negrín el 4 de julio de 1937 en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Valencia, entonces capital de la República española, y el Pabellón de la República Española en la Exposición Universal de París del mismo año 1937, en donde se expuso el Guernica de Picasso. Sin embargo, no debe olvidarse una iniciativa de política cultural tan importante y significativa como la creación de los Institutos para Obreros, que suponían la incorporación a la enseñanza secundaria en plena guerra de la clase trabajadora.

Salvador López Arnal.- ¿Qué balance puede hacerse del Jorge Semprún, escritor y crítico literario, de los años 1946-1953? ¿Por qué da tanta importancia a su crítica de Nada de Carmen Laforet? ¿Fue la figura intelectual más relevante del Partido?

Manuel Aznar Soler.- Jorge Semprún constituye en aquellos años un ejemplo perfecto de crítico literario ortodoxamente estalinista, que concibe la crítica literaria marxista desde la concepción dogmática del realismo socialista soviético. En su crítica a la novela de Carmen Laforet, publicada en febrero de 1950 en la revista Cultura y Democracia, titulada «Nada: la literatura nihilista del capitalismo decadente», realiza un demoledor análisis ideológico y político de la obra desde un «contenidismo» y un mecanicismo sociologista feroces. Este texto del joven Semprún constituye un ejemplo perfecto de la concepción estética marxista, vulgar, dogmática y mecanicista, dominante hacia 1950 entre los escritores y críticos literarios que eran militantes del PCE y fervientes estalinistas entonces.

Salvador López Arnal.- ¿La política de reconciliación nacional influyó de algún modo en la política cultural defendida por el PCE, tanto entre la intelectualidad del exilio como en la del interior? ¿Hubo una «literatura de la reconciliación nacional»?

Manuel Aznar Soler.- La política de reconciliación nacional aprobada por el PCE en 1956 fue decisiva para establecer puentes de diálogo entre los intelectuales de nuestro exilio republicano de 1939 y los escritores de la oposición antifranquista en el interior. Si hasta entonces la publicación en las revistas culturales del interior era criticada como una forma de «colaboracionismo» con el régimen franquista, ahora se iba a fomentar desde la convicción de que para derrotar a la dictadura militar debían sumarse las fuerzas del exilio a las del interior. En este sentido, los epistolarios constituyen un puente de papel, uno de los puentes de diálogo más valiosos e importantes en la esfera privada.

Por otra parte, las dos intervenciones en 1956 de Juan Rejano ante el Pleno del Comité Central del Partido Comunista de España, que incluí en mi edición de sus Artículos y ensayos en el año 2000, en donde defiende con profunda convicción la política de reconciliación nacional, demuestran un insólito espíritu crítico y autocrítico al denunciar públicamente ciertos errores cometidos en el pasado respecto a la política cultural del PCE. Algunos poemas de Marcos Ana, por ejemplo los que defienden una amnistía para los presos políticos franquistas, pueden considerarse «literatura de la reconciliación nacional» en su más noble sentido.

Salvador López Arnal.- Hablando de Marcos Ana. ¿No hemos olvidado demasiado pronto, e injustamente, su ejemplo y la importancia de su obra poética y literaria?

Manuel Aznar Soler.- Marcos Ana, por sus veintitrés años ininterrumpidos de encarcelamiento, se ha convertido en el símbolo del preso político comunista en la España franquista, un ejemplo de dignidad, de lucha y de resistencia antifascista. Su poesía conjuga el compromiso político militante con el intimismo lírico, es una poesía dura y tierna, colectiva y personal, que habla tanto del yo como del nosotros, y no cabe duda de que sus poemas fueron un arma de denuncia de la dictadura militar. Son poemas arrancados del alma, versos no solo de pena y dolor, de angustia y sufrimiento, sino también, y ante todo, de ansia de luz y vida, de paz y libertad, de lucha y esperanza. Tras conseguir la libertad en 1961, este «Garcilaso rojo», como lo calificaba en 1962 el diario ABC, no olvidó a sus camaradas presos en el penal de Burgos y dio un ejemplo de solidaridad al recorrer medio mundo en defensa de una amnistía mientras era objeto de una campaña en su contra dirigida por Manuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro franquista de Información y Turismo y responsable de un libelo titulado Páginas de un proceso: Marcos Ana asesino.

Confieso que este estudio sobre la poesía de Marcos Ana, inicialmente publicado en 2003, es el que más he reescrito y ampliado en mi libro del pasado año 2021 y es el estudio del que me siento menos insatisfecho.

Salvador López Arnal.- ¿Fue realmente el penal de Burgos una Universidad obrera, donde muchos encarcelados, militantes comunistas la mayoría de ellos, se aproximaron a una cultura que hasta entonces estaba vedada para ellos? ¿No hemos exagerado entre todos, incluso dulcificado, aquella experiencia carcelaria de dura represión franquista?

Manuel Aznar Soler.- Las condiciones de vida en las cárceles franquistas fueron muy duras, pero lo insólito es que en la cárcel de Burgos se reunieran un grupo de militantes comunistas (José María Laso, Manuel de la Escalera, José Luis Gallego, Tomás López, Miguel Núñez, Sixto Agudo, Marcos Ana) que mantuvieron una intensa vida política e intelectual: crearon la tertulia literaria La Aldaba, formaron un grupo teatral, editaron Muro. Páginas de la prisión y organizaron, amparados en la oscuridad de la noche, entrañables y cálidos homenajes clandestinos a Miguel Hernández, Pablo Neruda, Rafael Alberti y María Teresa León. En definitiva, que aprovecharon aquel tiempo en formarse culturalmente a través de clases y conferencias. En este sentido, es muy interesante el libro de Enric Juliana titulado Aquí no hemos venido a estudiar, publicado por Arpa Editores en 2020.

Salvador López Arnal.- ¿Por qué seguimos conociendo tan poco y tal mal la literatura de los escritores y escritoras del exilio republicano? Solo recientemente, por ejemplo, se ha empezado a valorar la obra de Luisa Carnés. Constantino Bértolo, por ejemplo, la ha incluido en ¿Quiénes somos? 55 libros de la literatura española del siglo XX.

Manuel Aznar Soler.- La recuperación de la obra literaria de Luisa Carnés ha sido espectacular en los últimos años y se debe en buena medida al editor Abelardo Linares y a Antonio Plaza Plaza, un investigador ejemplar. En la colección Biblioteca del Exilio de la editorial Renacimiento editamos en 2002 El eslabón perdido, una novela hasta entonces inédita, y en 2014 De Barcelona a la Bretaña francesa, ambas en edición de Antonio Plaza Plaza. Espuela de Plata, otro sello editorial de Renacimiento, publicó en 2018 sus Cuentos completos en dos tomos y Natacha en 2019, ediciones también ambas de Antonio Plaza Plaza.

Sin embargo, el éxito de la reedición en 2016 de una novela de 1934 como Tea-rooms, mujeres obreras ha contribuido decisivamente a que la obra de Luisa Carnés sea hoy mejor valorada en España, como demuestra el ejemplo de Constantino Bértolo, así que hay que celebrar que Luisa Carnés haya sido rescatada del silencio y del olvido a que, como exiliada comunista en México, la había condenado la censura franquista.

Salvador López Arnal.- ¿Los Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura fueron, en cierta medida, una reacción ante el auge de la influencia de la cosmovisión comunista en el ámbito de la cultura? ¿No hay ninguna duda sobre su financiación de la CIA?

Manuel Aznar Soler.- Olga Glondys en su libro sobre La guerra fría cultural y el exilio republicano español demuestra que sus actividades estaban financiadas encubiertamente por la CIA, al principio a través de un sindicato (el Free Trade Union Committee) y, posteriormente, a través de fundaciones privadas que funcionaban como testaferros de la CIA (por ejemplo, la Fundación Fairfield), aunque parte de la financiación del Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC) procedía de fondos privados, en concreto de la Fundación Ford, de la Rockefeller y de la Carnegie. Los Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura (1953-1965), la revista del CLC, fue una iniciativa norteamericana en la guerra fría cultural a la que interesaba atraer a escritores de izquierda, incluidos exiliados republicanos españoles de 1939, con la única condición de que fuesen anticomunistas.

Salvador López Arnal.- Insisto en este nudo. ¿Y a qué se ha llamado exactamente «guerra fría cultural»? ¿Participaron en ella intelectuales de nuestro país, del interior por decirlo así?

Manuel Aznar Soler.- La guerra fría cultural fue un episodio más de la lucha por la hegemonía de las dos potencias mundiales tras la Segunda Guerra Mundial: los Estados Unidos de América y la Unión Soviética, bajo las banderas respectivas de la Libertad y de la Paz. Al Congreso de Lourmarin, que tuvo lugar del 8 al 13 de julio de 1959 con el patrocinio de la Universidad de Aix-en-Provence, asistieron algunos intelectuales de la España interior: José Luis Aranguren, José Luis Cano, Josep Maria Castellet, Camilo José Cela, Pedro Laín Entralgo, Julián Marías, entre otros. El Comité Español del Congreso por la Libertad de la Cultura estuvo compuesto por veintinueve miembros y los más activos fueron, además de los antes citados, Carlos María Bru, Domingo García Sabell, Lorenzo Gomis, Marià Manent, Pablo Martí Zaro, Raúl Morodo, Dionisio Ridruejo y Enrique Tierno Galván.

Por su parte, a los Congresos Mundiales por la Paz (Wroclaw, Varsovia y Viena) asistió una delegación del exilio republicano español de 1939: José Giral, Honorato de Castro, Pablo Picasso, Wenceslao Roces y Félix Montiel al de Wroclaw (1948); Rafael Alberti, Elfidio Alonso, José Bergamín, León Felipe, José Giral, Wenceslao Roces y Amaro del Rosal al de Varsovia (1950); y el doctor José Giral encabezó de nuevo la delegación española, formada por treinta miembros, en el Congreso de Viena (1952).

No olvidemos además que Juan Rejano fue en 1950 el director en México del boletín Paz, «boletín de la Campaña Española contra la bomba atómica», y que León Felipe dirigió la revista España y la Paz, cuyo primer número apareció también en México el 15 de agosto de 1951.

Salvador López Arnal.- Desde su punto de vista, ¿Rafael Alberti, también M.ª Teresa León, han sido figuras señeras del republicanismo español en el exilio?

Manuel Aznar Soler.- Rafael Alberti y María Teresa León, por sus obras literarias y por su compromiso político, fueron sin duda figuras relevantes de nuestro exilio republicano de 1939, tanto en Francia como, sobre todo, en Argentina e Italia. Rafael Alberti con sus libros de poemas, sus obras de teatro y sus versos políticos de Juan Panadero, y María Teresa León, con sus obras literarias y su contacto epistolar frecuente con los presos políticos comunistas en las cárceles españolas, por ejemplo con Marcos Ana, mantuvieron siempre a lo largo de todos sus demasiados años de exilio un compromiso militante contra la dictadura militar franquista. La foto de Alberti y de una María Teresa León ya enferma de alzhéimer descendiendo el 27 de abril de 1977 por la escalerilla del avión en el aeropuerto madrileño de Barajas, o la de Pasionaria y el propio Alberti el 22 de julio de ese mismo año 1977 en las primeras Cortes democráticas, son imágenes icónicas de nuestra Transición democrática.
 

La Pasionaria y Alberti en el Congreso de los Diputados el 22 de julio de 1977. Créditos: Marisa Flórez/RTVE

Salvador López Arnal.- Se habla de novelistas, de poetas, de filósofos, de ensayistas, pero apenas se habla de científicos comunistas en el exilio. ¿Alguna figura relevante en este ámbito de la cultura?

Manuel Aznar Soler.- En el libro de José Giral sobre los científicos y médicos exiliados en la Unión Soviética se mencionan, entre otros, al doctor José Planelles y a Ramón Álvarez Buylla, formado en las universidades de Rostov y de Turkmenia, aunque en 1946 se trasladó a México.

También se exiliaron en la Unión Soviética los prestigiosos arquitectos Manuel Sánchez Arcas y Luis Lacasa, todos ellos militantes comunistas.

Salvador López Arnal.- Le cito algunos nombres relevantes de la cultura española de los años cincuenta y sesenta: Manuel Sacristán, Jaime Gil de Biedma, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Claudio Rodríguez, Luis Martín Santos, ¿Recibieron influencia de la cultura española en el exilio? ¿Escribieron sobre el mundo cultural del exilio?

Manuel Aznar Soler.- Mi impresión es que, en general, no conocieron la obra de los intelectuales exiliados y, salvo honrosas excepciones, tampoco escribieron sobre ellos. Los novelistas del realismo social, por ejemplo, no conocieron entonces la obra narrativa de César Arconada, ni la publicada en la España republicana ni mucho menos la escrita en su exilio soviético, porque 1939 significó la ruptura de nuestra tradición cultural y literaria. Sin embargo, cabe recordar que, en el ámbito de la poesía, los libros de Rafael Alberti, Luis Cernuda o Jorge Guillén sí se leyeron y sobre estos dos últimos poetas exiliados escribió algunas páginas Jaime Gil de Biedma.

Salvador López Arnal.- ¿Qué posición mantuvo el partido respecto a la obra y la acción política de José Ortega y Gasset?

Manuel Aznar Soler.- He publicado el pasado año 2021 un libro que se titula La Resistencia silenciada. Historia del Congreso Universitario de Escritores Jóvenes y edición facsímil de su Boletín (1954-1955) donde hay un capítulo dedicado al entierro de Ortega y Gasset en octubre de 1955. Aquellos jóvenes que integraron a partir del 1 de abril de 1954 la primera célula comunista de la Universidad madrileña (Julio Diamante, Jesús López Pacheco, Enrique Múgica, Fernando Sánchez Dragó, Ramón Tamames), con Federico Sánchez-Jorge Semprún en la sombra de la clandestinidad, lo reivindicaron como un filósofo «liberal» frente a la manipulación de la figura de Ortega realizada a su muerte por el régimen franquista. Pero para aquellos jóvenes estudiantes comunistas Ortega no pasaba de ser un «liberal» que les resultaba insuficiente en su camino hacia el marxismo desde su voluntad de transformar el mundo.

Salvador López Arnal.- ¿Qué papel jugó Manuel Sacristán en la influencia político-cultural del Partido en Cataluña y en el conjunto de España? Usted recuerda la iluminación intelectual que tuvo al leer la Antología de Gramsci que preparó a finales de los sesenta para Grijalbo.

Manuel Aznar Soler.- A esta pregunta hay personas que pueden contestar con mayor rigor y autoridad científica que yo, por ejemplo mi entrevistador. En mi caso, puedo decir que leí en 1971, cuando era estudiante de Filología Hispánica en la Universitat de Barcelona, la Antología de Antonio Gramsci, selección, traducción y notas de Manuel Sacristán, publicada por la editorial mexicana Siglo XXI, libro que por cierto compré en Andorra al estar prohibido en España por la censura franquista, y su lectura resultó decisiva en mi aprendizaje autodidacta de la tradición intelectual marxista. Además, y si la memoria no me falla, puedo afirmar por propia experiencia que en los primeros años de la Transición democrática se abrió un debate sobre la conveniencia de crear en la enseñanza un sindicato unitario o sindicatos de clase. En esta discusión resultó decisiva la opinión de Manuel Sacristán, partidario de la creación de sindicatos de clase, y de ahí nació Comisiones Obreras de la enseñanza.

Salvador López Arnal.- Su memoria no le falla. El último capítulo está dedicado a Adolfo Sánchez Vázquez. ¿No hemos sido algo injustos con él, uno de nuestros intelectuales y filósofos de más importancia? Apenas nadie habla de él como poeta y como filósofo apenas es citado en la Academia.

Manuel Aznar Soler.- Adolfo Sánchez Vázquez y Manuel Sacristán han sido, a mi modo de ver, los más importantes filósofos marxistas en lengua castellana durante el siglo XX. Las ideas estéticas de Marx de Sánchez Vázquez, libro editado en México por Era en 1965, lo leí en 1971 cuando era estudiante de la Universitat de Barcelona y fue un libro decisivo para empezar a entender con cierta claridad, la que únicamente pueden proporcionar los auténticos maestros, la complejidad de la estética marxista. Tras este libro de Sánchez Vázquez leí a continuación durante ese mismo año 1971 su antología en dos tomos de Estética y marxismo, publicada también en México por la propia Era en 1970, y me introduje así de manera autodidacta en un ámbito tan apasionante y tan vinculado a mis inquietudes literarias de entonces.

Por otra parte, nuestro Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL) de la Universitat Autònoma de Barcelona publicó en 1997 los Recuerdos y reflexiones del exilio de Adolfo Sánchez Vázquez y en 1999 lo invitamos a nuestro Segundo Congreso Internacional, que se clausuró en Collioure, en donde fue ponente de clausura con una intervención titulada «Evocando a Antonio Machado», con la que cumplía el sueño de visitar la tumba del poeta por primera vez en su vida y de homenajearle con un texto. En la sesión de clausura de dicho Congreso, celebrada en el castillo de Collioure y en la que intervinieron Manuel Vázquez Montalbán y el propio Adolfo Sánchez Vázquez, surgió la idea de publicar una nueva colección, la Biblioteca del Exilio, inicialmente editada por la gallega Ediciós do Castro de Isaac Díaz Pardo y por la sevillana Renacimiento de Abelardo Linares. Y en esta colección, a instancias del propio autor, edité en 2008 las Incursiones literarias de Adolfo Sánchez Vázquez, una selección de algunos de sus estudios y ensayos literarios, porque es muy cierto que el filósofo marxista de la praxis quería que su obra poética y su ensayismo literario no quedaran ocultos por sus sólidos y deslumbradores libros sobre estética y filosofía.

Salvador López Arnal.- Salvo error por mi parte, creo que fue compañero de trabajo de Giulia Adinolfi. ¿Qué puede decirnos de esta profesora e hispanista italiana?

Manuel Aznar Soler.- Cuando en octubre de 1974 ingresé como joven profesor no numerario en la Universitat Autònoma de Barcelona tuve la inmensa suerte de ser compañero en el área de literatura española contemporánea de tres personas que fueron tres maestros de los que he aprendido tanto: Giulia Adinolfi, Sergio Beser y José-Carlos Mainer, especialistas de los siglos XVIII, XIX y XX, respectivamente. Fui compañero de despacho durante varios años de Giulia Adinolfi, una excelente profesora, una cualificada investigadora de la Ilustración europea y una militante comprometida con la lucha antifranquista.

Salvador López Arnal.- Se cierra su libro señalando que se acabó de imprimir el 16 de febrero de 2021, conmemoración del triunfo del Frente Popular de 1936, en el año del centenario del PCE. ¿Su aportación al año del centenario? ¿Su recuerdo del triunfo del Frente Popular? ¿Algo que quiera destacar de los actos realizados a lo largo del pasado año?

Manuel Aznar Soler.- Joaquín Recio, coordinador de la editorial Atrapasueños, me pidió en 2019 un prólogo a su libro Caja 128. Poesía//Política//Rejano, una edición de textos de Juan Rejano, y de ahí surgió la idea de reunir once estudios míos en un libro sobre el PCE y la literatura española con motivo de su centenario. Naturalmente, este libro mío, publicado el pasado año 2021, constituye una modesta aproximación al tema y de ahí que su subtítulo precise exactamente los límites del título general, porque se trata únicamente de «once estudios sobre escritores, intelectuales y política». El libro quiere ser un homenaje a la memoria tanto de los camaradas comunistas como de todos los hombres y mujeres antifascistas que lucharon contra Franco en el exilio y, sobre todo, en el insilio, es decir, en la España interior.

«El libro quiere ser un homenaje a la memoria tanto de los camaradas comunistas como de todos los hombres y mujeres antifascistas que lucharon contra Franco en el exilio y, sobre todo, en el insilio, es decir, en la España interior»

Salvador López Arnal.- ¿Quiere añadir algo más?

Manuel Aznar Soler.- El término «comunismo», según Enzo Traverso, ha pasado de designar una hermosa utopía, una acción emancipadora, la esperanza real de un mundo mejor y con mayor justicia social para millones de hombres y mujeres, de trabajadores y trabajadoras, a ser sinónimo hoy de «estalinismo» y «totalitarismo», equiparado injustamente al «fascismo». Sin embargo, un concepto como «capitalismo» ha pasado de definirse como alienación y explotación de una mayoría por una minoría a constituir el fundamento de las democracias actuales, sociedades de consumo en donde domina el mercado y el neoliberalismo más salvaje y más radicalmente injusto. Sin embargo, los valores del «comunismo» siguen siendo, a mi modo de ver, valores que mantienen su razón y sentido en nuestro globalizado mundo capitalista actual.

Salvador López Arnal.- Gracias, muchas gracias, por su libro, sus respuestas y por su compromiso.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 12 de marzo de 2021

_- Reseña de Historia secreta de la bomba atómica, de Peter Watson, Barcelona: Crítica 2020, traducción de Amado Diéguez Rodríguez. Secretos desvelados.

_- Lo básico de esta nota: si tienen algún interés por lo sucedido en Los Álamos, seguramente el proyecto político-científico-militar más importante y decisivo de nuestra historia, no se pierdan este ensayo novelado.
Historia secreta de la bomba atómica: Cómo se llegó a construir un arma que no se necesitaba (Memoria Crítica) de [Peter Watson, Amado Diéguez]
Su tema: la historia secreta de la fabricación de la bomba atómica. Su estructura: prólogo, primera parte: “De incógnito. Klaus Fuchs y Niels Bohr” (un capítulo), segunda parte: “Sobreestimar a los alemanes” (quince capítulos), tercera parte: “Vidas paralelas. Klaus Fuchs y Niels Bohr” (ocho capítulos), cuarta parte: “Subestimar a los rusos” (dos capítulos), agradecimientos, notas e índice analítico. Una de las tesis centrales de Watson: “tanto los estadounidenses como los franceses, los alemanes y los británicos cometieron una serie de errores cruciales y contaron una larga serie de mentiras con el resultado de que el mundo entró dando traspiés, o directamente metiendo la pata en la era nuclear, cuando, para colmo, era del todo innecesario” (p. 15).

Historia secreta de la bomba atómica: Cómo se llegó a construir un arma que no se necesitaba eBook: Watson, Peter, Diéguez Rodríguez, Amado: Amazon.es: Tienda Kindle

Peter Watson, autor muy prolífico, trece libros en su haber hasta este momento (Ideas. Historia intelectual de la Humanidad, La gran divergencia, La edad de la nada, Convergencias,…) es historiador y periodista. Se nota. Su Historia secreta… es una excelente historia (periodística) de la ciencia escrita desde una perspectiva marcadamente política, una historia que puede leerse (seguramente esa ha sido la pretensión del autor) casi como una novela policiaca. Si la coges, no la dejas. Te atrapa. Sarah Robey lo expresó así en una reseña publicada en Nature: “Obra meticulosa y con una narrativa que atrapa al lector, bien documentada y en la que diplomacia, ciencia y biografías se dan la mano para contarnos un momento histórico que aún necesitaba que le arrojaran luz”.

Acertado juicio a pesar de las palabras iniciales que abren el ensayo generan alguna zozobra: “Es posible que en toda la historia de la humanidad ninguna idea haya tenido consecuencias más inmediatas y trascendentales que el célebre descubrimiento de Albert Einstein de que E = mc2, esto es, que la materia y la energía son, básicamente, aspectos distintos de un mismo fenómeno. Einstein publicó su teoría de la energía nuclear en mayo de 1905 y la estuvo puliendo y perfeccionando -con ayuda- hasta que en 1917, en mitad de la primera guerra mundial, quedó perfilada del todo. Veintiocho años después -es decir, al cabo de una sola generación-, el 6 y el 9 de agosto de 1945, la destrucción de Hiroshima y Nagasaki con sendas bombas atómicas pondría fin a la segunda guerra mundial». Llamar ‘teoría de la energía nuclear’ a la teoría de la relatividad restringida (la de 1917, es la teoría general) es tan tendencioso como la afirmación ‘la estuvo puliendo y perfeccionando’. El salto científico y tecnológico de lo que pasó en esos años hasta el lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki parece irrelevante. Exagerando un poco, Watson parece sugerir que Einstein acabó con la segunda guerra mundial con el bagaje de su teoría de 1917. La famosísima ecuación que cita abre la puerta a la existencia y posible uso de una energía nueva y descomunal. Pero, sabido es, que ese camino no lo transitó Einstein (que se dedicó a la cosmología y no a la física cuántica, salvo en el caso del efecto fotoeléctrico de 1905). Hay mucha ciencia y mucha tecnología absolutamente no einsteinianas entre la ecuación de marras (sabiamente comentada y matizada por Álvaro de Rújula) y la bomba atómica.

Sería descortés por mi parte que les revelara (spoiler lo llaman ahora) detalles de la trama atómico-militar descrita por Watson. Sólo les puedo copiar las palabras (algo inexactas) que pueden leer en al contraportada: “Peter Watson, el gran historiador intelectual del siglo XX, nos muestra cómo surgió, y cómo fue desechada por los científicos, la idea de construir un arma nuclear y cómo un pequeño grupo de conspiradores, asentados en el poder, tomó por su cuenta, tal como lo revelan los documento desclasificados en estos últimos años, la decisión de construir y emplear la bomba atómica, que nadie quería realmente y que no era necesaria, contra lo que se dice, para acabar la segunda guerra mundial. El libro de Watson, escrito con su habitual garra narrativa, no solo desvela un pasado desconocido sino que ilumina un presente sujeto todavía a la amenaza nuclear”. No es exacto que toda la comunidad científica rechazara la idea de la construcción de un arma nuclear; tampoco lo es que nadie la quisiera realmente. Watson refuta ambas afirmaciones. Añado: la gran mayoría de las observaciones que se han hecho desde posiciones críticas sobre el proyecto Manhattan no andaban desencaminadas, en absoluto. Se quedaron cortas en muchos aspectos.

Algunos comentarios complementarios (me dejo mucho en el tintero) para incrementar su interés:

1. Todo lo que se ha dicho sobre la grandeza científica y, remarco, política-diplomática de Niels Bohr se ha quedado corto. Un científico concernido que vio mucho más allá que otros en esta historia.

2. Si recuerdan el encuentro Bohr-Heisenberg y la obra de teatro Copenhague de Michael Frayn, la aproximación y la reconstrucción crítica de Watson no les decepcionará.

3. Werner Heisenberg, no solo fue uno de los grandes científicos del siglo XX sino probablemente entre los tres más grandes (Nobel en 1932, a los 31 años) y uno de los grandes físicos-filósofos, comentó años después que si en 1939 un puñado de físicos se hubiera negado a seguir investigando la posibilidad de fabricar armas nucleares, los políticos no habrían podido seguir adelante y la carrera atómica se habría truncado. No está claro que esa afirmación contrafáctica no fuera una forma de autojustificarse (contra el descomunal ego teoricista de Heisenberg, Pauli comentó en una ocasión que “no resultaba difícil imaginar a Heisenberg declarando: “Yo soy capaz de pintar tan bien como Tiziano. Mirad: [un rectángulo, el marco de un cuadro, en blanco]. ¡Sólo faltan los detalles técnicos!”, p. 119).

4. Watson señala que las últimas investigaciones demuestran también que la decisión final de usar la bomba estuvo finalmente en mano de un número reducido de personas. Algunas de ellas se esforzaron por ocultar sus verdaderos motivos. En público defendían lo que tocaba defender (y que fue ampliamente publicitado en revistas con fuerte penetración cultural popular como Reader’s Digest): el lanzamiento de las bombas se había hecho para salvar la vida de muchos norteamericanos y japoneses. Pero no fue eso.

5. Todo lo que han pensado del militarismo y ceguera política del general Leslie Groves, el responsable militar del Proyecto, estaba en lo cierto o se quedaba corto. Sin asomo de autocrítica y sosteniendo barbaridades muchos años después de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki.

6. Sin olvidar ni pretender justificar desde luego la criminal política represiva del estalinismo, no fue Stalin el malo-malísimo de esta película. Watson lo muestra por activa y por pasiva, y cita una afirmación del líder soviético que sigue siendo verdadera en nuestro hoy: “No es fácil pensar en las armas atómicas sin pensar al mismo en el fin del mundo”.

7. Klaus Fuchs es, con diferencia, el científico concernido más interesante de toda esta historia, a la altura de Bohr. Merecería nuestro máximo reconocimiento. Está en el corazón de esta historia donde “se encuentran dos personas, Niels Bohr y Klaus Fuchs, que, cada uno desde un punto de partida muy distinto, anticiparon que la bomba amenazaría con cambiar el mundo de la posguerra [¡y no para bien!] y no se quedaron de brazos cruzados. Uno no consiguió nada, pero el otro sí” (p. 15).

8. Tampoco Szilárd es un personaje menor en la narración de Watson.
No pasen por alto las notas. Hay apuntes y reflexiones interesantes en ellas, todas ellas ubicadas (erróneamente en mi opinión; mejor hubiera sido después de cada capítulo) al final del libro.

El índice analítico es magnífico, extraordinario, de enorme utilidad. A imitarlo.

Watson abre con unas palabras de J. Robert Oppenheimer que explican el comportamiento, la hybris (pensemos por ejemplo, en la actitud de Feynman el día del lanzamiento y en sus reflexiones posteriores), de una buena parte de la comunidad científica, engañada por las autoridades militares y políticas, congregada en Los Álamos: “Cuando te encuentras con algo técnicamente factible, sigues adelante. Luego ya entras en debates, pero solo cuando técnicamente el experimento ha dado sus frutos. Eso es lo que ocurrió con la bomba atómica”.

Un libro a releer, apto para seminarios y para discusiones sobre epistemología y política de la ciencia. Sobre este punto por ejemplo: “En el verano de 1942, los Aliados no tenían ninguna necesidad de embarcarse en la fabricación del arma nuclear, no si el motivo principal para hacerlo era contrarrestar la amenaza nazi, porque, en ese terreno, los nazis no representaban ninguna amenaza”. Pero, en realidad, no fueron los nazis, ya vencidos, ni los japoneses los destinatarios de la bomba.

Fuente: El Viejo Topo, enero de 2021
Por Salvador López Arnal.

martes, 24 de julio de 2018

Karl Marx (1818-1883). En el bicentenario de su nacimiento (XIX) Sobre la dialéctica.




Salvador López Arnal (editor) Rebelión

Una de las categorías que ha generado más polémica, páginas y confusión en muchas de las tradiciones marxistas ha sido la dialéctica. Se ha afirmado en ocasiones, nada infrecuentes por lo demás incluso en épocas recientes, que la dialéctica era el método marxista por excelencia, que se trataba de una lógica alternativa, más realista, más ajustada y más fructífera que la fijista lógica formal, que la lógica dialéctica era a la lógica formal como la ciencia obrera frente a la ciencia burguesa. Mejor no seguir, no es necesario.

Conviene aclaraciones al respecto y algunas aproximaciones sustantivas. Tomo pie, principalmente, en textos de Manuel Sacristán, Toni Domènech y Francisco Fernández Buey. También de Miguel Candel y Manuel Monleón Pradas.

Sacristán impartió una conferencia "Sobre dialéctica" en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona en 1973. Tal vez no fuera el lugar más apropiado, tal vez hubo alguna confusión motivada por el encarcelamiento de uno de los organizadores, el profesor y luchador antifascista Juan-Ramón Capella, pero fue en Derecho donde dictó una conferencia de mucho calado y contenido filosófico.

No me centro en su primera intervención, en la primera parte de la conferencia.

En el coloquio, un asistente formuló una larga e interesante pregunta que señalaba el problema de la operatividad del pensamiento dialéctico y se centraba también en el ámbito del derecho y de los condicionamientos sociales. Citaba, en su exposición a Hesse, Platón, Heráclito y Umerto Cerroni. Al final hacía referencia al neopositivismo y a Ludwig Wittgenstein. En algún momento, planteó el asunto de la posibilidad o imposibilidad de realización de las finalidades dialécticas.

La respuesta de Sacristán, larga, profunda, detallada, fue la siguiente. Voy por partes.

Sí, de acuerdo, comentó, "pero casi habría que volver a empezar. Quiero decir, esto es todo el tema". Yo arrancaría, prosiguió, de la aceptación de lo que considerada principal, la palabra "sueño". Si hubiera dictado la última parte de la conferencia -le pareció que era oportuno desistir-, habría podido exponer lo que era su comprensión fundamental de la noción. "Yo no creo que haya un método dialéctico, usando la palabra "método" en el mismo sentido tecnificado en que la usamos, aproximadamente, desde Descartes".

La palabra "método" era una palabra cómodamente laxa hasta el autor de La Geometría, aproximadamente. Se encontraba casi con el mismo valor en autores que hoy llamaríamos científicos; Arquímedes por ejemplo ("los ejemplos, como decía Zubiri, se vengan porque Arquímedes no decía método, sino epoco, pero es igual, es una pura variación etimológica de la preposición, no del sustantivo básico que es "ódos", camino"). Más concretamente: en personajes a los que consideraríamos científicos actualmente, como Arquímedes o como toda la escuela geométrica de Megara, y también en autores que hoy llamaríamos moralistas, pedagogos o, incluso, místicos.

El texto clásico en el que había nacido de un modo documentable históricamente el problema del método, el Poema de Parménides, estaba usado literalmente en los dos sentidos. Se habla en el Poema parmenídeo de camino hacia el saber, al mismo tiempo que de camino hacia la salvación.

Las metáforas del camino eran tan propias del hombre religioso o del moralista como del científico (o como del político, entendido como un tipo especial de moralista el autor de política, incluyendo, por supuesto, en el concepto de moralista a Maquiavelo, no en un sentido parcial de moralismo).

En cambio, desde Descartes y desde la cristalización del álgebra moderna (desde Viète y Descartes propiamente), la palabra "método" adquirió, en primer lugar, una frecuencia ya natural del uso en plural. Se empezó a hablar de métodos. "Antes no, era más frecuente el uso en singular, y luego una gran precisión de descripción". Existió entonces el método de los algebristas; existió, sobre todo a partir de Descartes, el método geométrico en el sentido cartesiano, o sea la geometría analítica, el transformar las nociones geométricas en nociones algebraicas. "Eso sí que lo habéis hecho en enseñanza media seguro: las ecuaciones de una recta, las ecuaciones de una curva o de tal o cual curva o de tal o cual recta".

En este sentido muy preciso de método, Sacristán no creía que se pudiera decir método dialéctico, "en ese sentido moderno, inventado por la cultura burguesa moderna". Ante eso cabía decir: "¡fuera este sentido estrecho, rígido, de método que han inventado la ciencia y la filosofía burguesas, desde Descartes en adelante!", y vayamos a una noción antigua del concepto. O, por el contrario, se podía decir: la dialéctica no sirve para nada porque no es operativa en el sentido en que lo son esos otros métodos.

Yo pienso que es equivocado, sectario y anulación de la historia, decir: vamos a suprimir el uso exacto de la palabra método", es decir, vamos a no llamar ya nunca más método a las varias técnicas, por ejemplo, de resolución de sistemas de ecuaciones. Esto lo tenéis presente de la enseñanza media. Recordáis que se hablaba del método... A ver, alguien que recuerde esto. En el bachillerato, en mis tiempos, solían enseñar tres métodos de resolver sistemas de ecuaciones. ¿Quién tiene presente esto fresco? Si sois de primero, lo tenéis que tener fresco. ¿Alguien lo tiene fresco o no?

Un asistente comentó: "Igualdad". ¿Y cómo la llamabais preguntó Sacristán? "Di toda la frase, ¿qué de igualdad?". ¿No decían "método de igualdad"? Decían "método" y eso consistía en una serie de operaciones… Otro asistente interrumpió: El de sustitución. El de sustitución, etc, comentó Sacristán. "El de igualdad o de la igualación lo recordáis. Coger, igualar dos expresiones que pertenecen a dos de esas ecuaciones, por ejemplo".

A eso se le llamaba método en sentido preciso, desde Descartes en la cultura burguesa, "a una serie normada de operaciones, de manipulaciones atómicas, por así decirlo, simplicísimas, que toda persona competente puede realizar del mismo modo, obteniendo el mismo resultado, si parte de los mismos datos. Prototipo...

Otro estudiante le pidió que repitiera la definición. No hacía falta, "no te hacen falta las palabras. La idea es seguro que la has cogido".

Dijo de nuevo: en ese sentido estricto inventado por la cultura y por la filosofía de la ciencia burguesa, "método es un conjunto de operaciones muy simples, normadas en el sentido de que como son muy simples todos las podemos practicar del mismo modo sin necesidad de ser genios ni poetas ni filósofos".

Bastaba con saber la ciencia básica de la burguesía, la contabilidad ("que es verdad, no es una chiste, es la pura verdad; sobre esa base está montada, sobre la idea de que las cuentas sean claras"), operaciones que están muy normadas por ser claras y porque su orden de sucesión está marcado, está previsto. "Primero se hace esto, primero se hace lo otro, primero se escribe la incógnita, después se escribe la expresión conocida y en medio se ponen dos rayitas horizontales, si puede ser de la misma longitud mejor, y que cada cual, por lo tanto, con sólo que sea competente, puede repetir del mismo modo, obteniendo los mismos resultados, si parte de los mismos datos".

Ése era el ideal de método de la cultura burguesa, de la sobrestructura ideológica burguesa.

Despreciarlo, decir ¡fuera!, eso no es método, le parecía equivocada. Era perder historia. Sería equivalente a rechazar las técnicas de fundición del acero porque las habían inventado los empresarios y tecnólogos burgueses, porque las hubiera generado la cultura burguesa. "Sería olvidarse de todo el capítulo del Manifiesto Comunista en el que Marx y Engels hacen el catálogo de los grandes méritos históricos del capitalismo. Por tanto, él creía que era digno de conservación ese uso de la palabra "método" como sucesión normada de operaciones simples, tales que toda persona competente, si parte de los mismos datos, podía llegar con su ayuda a los mismos resultados.

No le parecía que debía abandonarse pero, en cambio, le parecía que si una persona tuviera que vivir sobre la base de esos métodos, "lo mejor era pegarse un tiro rápidamente, porque esos métodos no sirven más que para contar, medir y pesar". Todo aquel que reduzca su vida a contar, medir y pesar o a la sublimación del contar, medir y pesar que es la operatividad de la filosofía de la ciencia burguesa, podía ir contento. Le bastaba, le podía bastar. "Si su vida se reducía a eso, al contar, medir y pesar y a la sublimación del contar, medir y pesar que es la operatividad definida por toda la tradición neopositivista, desde Mach hasta Carnap, entonces ya va bien. Le basta". Sacristán creía que, de todas maneras, "seríamos mayoría los que nos pegaríamos un tiro si nos quedáramos reducidos a eso". Entonces, efectivamente, existía el sueño de ir a por más. Por supuesto que sí.

¡Claro que es un sueño, es un objetivo! En mi opinión, no hay un método dialéctico, sino una aspiración dialéctica, un objetivo dialéctico, un pensar con objetivos dialécticos, pero no hay más métodos normados que los que podemos inventar trabajando como si fuéramos positivistas, decías tú, yo rectificaría: como si fuéramos científicos positivos. No tengo que ser positivista para hacer álgebra. Hay muchos algebristas que no son positivistas en absoluto. El más rojo, y más simpático, por otra parte, de los intelectuales marxistas franceses es un algebrista. Un gran matemático.

No existe, pues, un método dialéctico. Existe "un pensar dialéctico por objetivos dialécticos". ¿Qué objetivos dialécticos? Los de totalización, el conseguir visión total, visión del todo. "Todo" era una palabra ambigua que convenía precisar.

Antes de ello querría repasar la intervención que había hecho el interlocutor en puntos de detalle, antes de desembocar en lo que consideraba su personal respuesta. "Para ir tirando y no más".

Sobre la existencia de operatividad en el sentido de la filosofía de la ciencia moderna en un pensamiento dialéctico: ninguno. Precisamente para que fuera operativo, en ese sentido, un razonamiento o un pensamiento tenía que ser particularísimo. Todo menos totalizador. Todo lo contrario, tenía que evitar totalidad. Tenía que ser lo más singular posible, tenía que ir a buscar, en el caso ideal, un experimento in crucis, como "se decía en la época de euforia de este pensamiento, de esa filosofía burguesa del conocimiento, la idea de que existan experimentos capaces de refutar o comprobar cada tesis, puntualmente".

Dicho sea de paso -nos servirá para luego- esto es ya una esperanza abandonada por la misma teoría burguesa del conocimiento, ya en la forma de experimento in crucis de los siglos XVI, XVII, XVIII y principios del XIX, ya en la forma de verificación sensorial exacta, que es la formulación del neopositivismo de los siglos XIX y XX. En las dos formulaciones está abandonada. Lo que, dicho sea entre paréntesis, quiere decir que la idea de operatividad exacta también ella se presenta ya como mero ideal postulado.

Ningún positivista era capaz de afirmar que existiera la operatividad plena, pura. Habían ido abandonando sucesivamente las ideas de experimento in crucis o crucial ("para decirlo menos pedantemente") y de verificación empírica o sensorial.

Que en la sabiduría oriental hubiera pensamiento de tipo dialéctico era evidente para Sacristán, porque era también es una pensamiento que intentaba totalizar, mucho más en el caso de las fuentes. En Lao-Tsê frente a Confucio ("que no era nada totalizador"); en las escuelas heterodoxas hindúes frente a la ortodoxia de Sankara ("que tampoco era nada totalizador"), pero existía la aspiración a globalidad, a ver y comprender la vida entera y no sólo el "detalle técnico administrativo y etiquista a lo Confucio o el aspecto puramente teórico a lo Sankara, en la ortodoxia brahmánica, sino a ver todo lo demás".

En el caso de Lao-Tsê, a hacer metafísica, para decirlo en plata, a hablar del mundo y no sólo de la política y de las ciudades y de la moral, como en la tradición confuciana, y en el caso de las escuelas heterodoxas hindúes, la aspiración a recoger lo que no es teoría, lo que son, pues, técnicas, por ejemplo en el Nyanya, o artes, en otras corrientes hindúes heterodoxas.

En forma de sueño, como había dicho el interlocutor, en forma de aspiración.

Todo ello apuntaba una importante diferencia respecto del mismo sueño (aspiración) dialéctico en occidente:

En Occidente, el capitalismo y la civilización burguesa nos han regalado la idea, el modelo, el prototipo de ciencia, de ciencia positiva. Lo que permite utilizar, digerir, los resultados materiales y metodológicos de ese invento capitalista, igual que de la industria, igual que de las técnicas, para la realización de la aspiración dialéctica. Dicho de otro modo: un pensamiento dialéctico europeo-occidental -aunque sea en Oriente, por ejemplo, en Pekín-, en vez de partir de la simple experiencia vivida, como Lao Tsê o como las escuelas heterodoxas hindúes, puede partir ya de la experiencia elaborada por la ciencia, que sería, en mi opinión, lo característico de la dialéctica marxista, el ser una dialéctica que sabe que no puede arrancar de cero, como la de Hegel, inventándose a sí misma, sino que tiene que arrancar de algo previo.

A saber: de datos no dialécticos pero ya elaborados científicamente, en alguno de los numerosos usos de la palabra "científica". Concretamente, señalaba Sacristán, "en el inventado por la burguesía de finales del capitalismo mercantil y principios del capitalismo industrial".

Que fuera más artística que teórica la aspiración era frase que podía confundir a alumnos de primero de carrera.

Yo la aceptaría siempre que por artístico se entendiera no intuitivo, sino, como decían los griegos, poético, o sea, productivo, creador de producto. Con otras palabras, siempre que se comprendiera que el objetivo de un pensamiento dialéctico pasa por fuerza por una intervención del sujeto que totaliza.

Consiguientemente, era en gran parte producto, construcción, no reflejo, "como con un error histórico siniestro suelen decir los rusos cuando se refieren a la teoría dialéctica del conocimiento o a una concepción dialéctica del conocimiento", por un lapsus lingüístico procedente de la formación burguesa (en filosofía dieciochesca de Lenin.

Esta palabra "reflejo" para hablar de lo que es el conocimiento es, literalmente, lo contrario de lo que puede ser un pensar dialéctico. Pero al pie de la letra. Un pensar dialéctico tiene que ser por fuerza poiético, en sentido griego, es decir, productivo, creador, no reflector. Lo que ocurre es que en el caso moderno puede ser productivo a partir de productos previos que tienen una aspiración de reflejo, los de las ciencias positivas, en vez de partir de la experiencia bruta de la vida cotidiana, como en el caso de la aspiración dialéctica oriental.

De la vida cotidiana o de la vida psíquica muy finamente observada, matizaba Sacristán, pero, en cualquier caso, no con criterios correctores científicos intersubjetivos.

Llegando casi al final, Sacristán señalaba que cuando los autores jurídicos, "dejando aparte a Cerroni el cual puede seguir diciendo lo mismo porque él en su preparación no sea de verdad un jurista" -"esto es la maldición del filósofo tal como los filósofos nos hacemos en la cultura burguesa: como he tenido ocasión de decir alguna vez, con grave indignación de mis colegas, los filósofos somos especialistas en nada, literalmente, por la obligación de hablar, más o menos, de todo, el gravísimo riesgo es no hablar concretamente de nada"-, dejando aparte el caso de Cerroni, decía, que probablemente no fuera, en su opinión, un científico positivo sino más bien un filósofo,

Lo de que los juristas que intentan hacer dialéctica, o pensamiento dialéctico, a la hora de la verdad, hagan lo mismo que los otros, pues, claro, por principio: si el derecho no es una totalidad concreta, no cabe una presentación dialéctica interna del derecho.

Ya por la propia noción de dialéctica, de acuerdo con su interpretación y opinión.

Sólo si lo jurídico es globalizable como una totalidad en sí misma -por eso he aludido antes a la ambigüedad del término "totalidad"-, sólo si se puede reconstruir el derecho como una totalidad concreta, viva, vital, social, con otras palabras, cabría un tratamiento interno verdaderamente dialéctico del derecho.

Si no fuera el caso, sólo podía ser "mutiladamente dialéctico", en el sentido de apuntar "hacia donde habría que completar el tratamiento, fuera del derecho".

Sacristán no se pronunciaba sobre este punto. Sólo había afirmado las dos cosas en condicional: si cabía una concepción de lo jurídico como concretum, tal como se decía en la tradición filosófica, "como cosa, no como parte de cosas", entonces sí: cabía un tratamiento dialéctico "en el sentido en que entiendo la palabra, el cual, por supuesto, no sería operativo en el mismo sentido en que lo puede ser la articulación de una lógica jurídica, según el viejo ideal de los primeros que hicieron lógica jurídica, para reproducir la producción de sentencias o incluso la creación de derecho, según la escuela jurídica que hable". Por la noción misma de dialéctica. O se hacía estudio positivo y entonces no cabía más que otro tipo de dialecticidad: "la dialecticidad de la actividad del que la está haciendo, que eso sí que es un todo, su vida, su acción, pero el producto mismo no. No digo más: la situación sería esa si no es el derecho mismo, él, una totalidad concreta"

Sacristán concluía recogiendo una alusión histórica "porque los ejemplos no sólo se vengan de mí, se vengan de quien los diga". Se trataba del ejemplo de Wittgenstein y Cerroni.

Los ejemplos se vengan siempre, evidentemente, porque Wittgenstein se calló al final del Tractatus: se pasó un año y medio haciendo escuela primaria en Austria y a continuación empezó a hablar que ya no hubo quien lo parara hasta que se murió. ¿Por qué? Porque efectivamente llegó al silencio sobre la base de admitir que el único ideal era la operatividad en ese sentido positivista.

Mientras Wittgenstein había mantenido como ideal la operatividad positivista, la verificación estricta, muy bien, luego ya no quedaba más que el silencio, la sentencia séptima del Tractatus. Cuando Popper y otros filósofos, le habían demostrado que no había "no ya sólo experimento crucial posible, sino ni siquiera verificabilidad empírica posible, entonces el hombre se quitó la represión que, por hablar en términos freudianos, se había metido encima y empezó a charlar como un condenado y a tocar el órgano en todas las Iglesias de Londres en que le dejaban y a leer novelas policiacas sin parar". En fin, comentó, descubrió la vida, "una vez que le hubieron destrozado el principio de verificabilidad que sostiene el Tractatus".

Luego se convirtió en "ese enorme charlador de las Philosophical Investigations, de Los cuadernos azul y marrón, en los que va hablando de lenguaje real, no de lenguajes ficticios". ¿Por qué había sido así? Porque "ya no le importaba, ya sabía que la operatividad no es una cosa accesible sino también un desideratum y sabía que ese desediratum sólo es realizable en un tipo de investigación que no da para vivir".

Sacristán añadía irónicamente:

Bueno, puede dar para vivir en el sentido en que pueda dar para vivir el presupuesto del Estado a través de las instituciones académicas. Si uno es profesor de lógica, desde luego, la operatividad total le da para vivir a través de un sueldo de catedrático de lógica, pero no para vivir en un sentido más serio, en un sentido más completo, no de la comida sólo.

Una vez que Wittgenstein supo eso, dejó de buscar operatividad. Fue más bien todo lo contrario. El resto de su obra fue una cruzada contra la idea de operatividad en sentido estrecho. Exagerada, en opinión de Sacristán,porque el que se haya probado que la operatividad de la que tan orgullosos andaban los neopositivistas por los años treinta es simplemente un ideal, igual que lo es el de pensamiento dialéctico, una aspiración, entonces, la contraposición entre los dos ideales arroja un resultado claro: el de operatividad científico-positiva pura, ¿qué sería? El de obtención de la mayor comprobabilidad de los conocimientos particulares, mientras que la aspiración dialéctica no es ésa sino la de máxima totalización de los conocimientos particulares en una integración.

En su opinión, empezaban por no ser incompatibles.

Si se consideran incompatibles es que alguien estaba negando, sectariamente si era un dialéctico, que tuviera algún valor la exactitud del conocimiento particular, o estaría negando mezquinamente, si era un positivista, que tuviera valor el intento de globalizar la visión de la realidad.

Ambas eran negaciones que no tenían base teórica; la tenían ideológica.

Cuando han tenido vigencia, su vigencia ha sido la de la lucha de clases. Ha sido, por ejemplo, la de los semánticos norteamericanos, en 1939, luchando desesperadamente porque Roosevelt no entrara en guerra contra los nazis arguyendo que el concepto fascismo no es operativo porque no es verificable la proposición "x es fascista".

Pero eso, insistía, era ya pura lucha de clases, no era diferencia teórico-científica entre las dos aspiraciones.

Conviene aproximaciones complementarias a este apasionante tema marxiano y marxista, con derivaciones en otras tradiciones filosóficas y en muchas investigaciones científicas. En la próxima entrega