sábado, 10 de agosto de 2024

Palizas, muertes y hambre: Israel convierte las cárceles en centros de maltrato sistemático.

Ahmad Jalifa, con la tobillera electrónica, en la casa que alquila en la ciudad israelí de Haifa y que no puede abandonar por orden judicial.
Ahmad Jalifa, con la tobillera electrónica, en la casa que alquila en la ciudad israelí de Haifa y que no puede abandonar por orden judicial.
Los exreclusos palestinos relatan una rutina de violencia gratuita y humillaciones. El ministro al mando es Itamar Ben Gvir, el ultra que defiende “pegar un tiro en la cabeza a los terroristas”. Una ONG de derechos humanos ve una “política institucional” consentida por el Supremo.

No habían pasado 24 horas del ataque masivo de Hamás a Israel cuando Ashraf Al Muhtaseb fue arrestado de madrugada en su casa en Hebrón, una de las ciudades más tensas de Cisjordania. Era 8 de octubre de 2023 y pesaba 96 kilos. Cuenta que, seis meses más tarde, salió de prisión con 56 kilos y un oído inútil, de los golpes de sus carceleros. Lo dejaron tirado en un cruce. “Avancé a gatas 100 metros, no podía andar. Era Ramadán, así que no había casi nadie en la calle. Alguien me vio y llevó a casa. Al verme, mi hijo dijo: ¿¡Dónde está papá!?”.

No era su primera vez entre rejas. Ha pasado allí seis de sus 53 años, por vinculación con Hamás. “Pero”, añade, “nunca había vivido algo así. Tantas palizas, tantas humillaciones…”. El Servicio de Prisiones depende del Ministerio de Seguridad Nacional, en manos desde 2023 del ultraderechista Itamar Ben Gvir, que defendió el mes pasado dar el “mínimo que permite la ley” a los “terroristas” presos hasta que el Parlamento apruebe su propuesta de “matarlos de un tiro en la cabeza”.

Al Muhtaseb lo cuenta encadenando cigarrillos en el sofá del salón de su casa de Hebrón, en el sur de Cisjordania, más triste que enfadado por lo que vivió y vio: los golpes, el hacinamiento, guardas orinando sobre un preso, la escasez de comida, los gritos de compañeros torturados, o el que salió sin vida del confinamiento solitario. Al menos 60 presos han muerto en estos 10 meses, según las organizaciones de presos y de derechos humanos.

Ashraf Al Muhtaseb

Ashraf Al Muhtaseb

Ashraf Al Muhtaseb, durante la entrevista en su casa en la ciudad de Hebrón, en Cisjordania, el pasado domingo. ANTONIO PITA

Su relato coincide con otros que han ido saliendo a la luz. En la prisión del Neguev, los guardas le tiraron al suelo y pegaron “por todo el cuerpo”. “Me ordenaron levantarme, pero no podía, así que me cogieron de las piernas y los brazos, mientras uno vació una botella de champú a la entrada de la celda. Me lanzaron para que resbalase. Me di un golpazo con el hombro en la pata de la litera. No sabes cómo se reían”, rememora.

Cuenta que un día de noviembre los guardas entraron “a buscar una radio que no existía”. Fue tal la tunda que acabaron todos en el suelo, “sangrando y algunos llorando”. Otro, vio a un grupo de soldados poner música alta mientras se ensañaban con cinco veinteañeros esposados y con los ojos vendados que habían traído de la zona de Belén. “Les daban patadas y culatazos. Uno sangraba tanto en la cara y en la boca que pensé que iba a morir ahí mismo”, añade.

En una de las celdas pasó cuatro días sin colchones ni mantas. En otra, eran 11: seis dormían en camas y cinco en el suelo, sin almohadas ni cristales en las ventanas. “A veces colocábamos en diagonal los colchones, para caber todos. Móviles, radio y televisión estaban prohibidos, igual que ducharse a diario. Entiendo hebreo, pero tenía miedo a pedir medicamentos, a decir algo”, señala.

Ashraf Al Muhtaseb
Ashraf Al Muhtaseb


Ashraf Al Muhtaseb, en el hospital al que fue trasladado el pasado abril, nada más salir de prisión. Lo que diferencia su historia de muchas otras es que se atreve a contarla públicamente. La prestigiosa ONG israelí de derechos humanos B’tselem ha publicado esta semana un informe en el que concluye, a partir de 55 testimonios, que Israel viene aplicando desde octubre de 2023 una “política institucional y sistemática enfocada en el abuso y tortura de todos los presos”, con la vista gorda del Tribunal Supremo y la Fiscalía General. Agencias de la ONU y ONG como Amnistía Internacional o Médicos por los Derechos Humanos ya habían alertado al respecto.

El informe habla de “torturas y abusos deliberados, trato degradante y humillante, asaltos sexuales y violencia arbitraria”. También de represalias por rezar, malas condiciones de higiene o confiscación de bienes. El servicio de prisiones y el ejército lo niegan tajantemente y señalan que los casos puntuales se investigarán convenientemente. En julio había más de 9.600 presos en cárceles israelíes, la mitad de ellos en “detención administrativa”, es decir, sin juicio ni conocer ellos o sus abogados de qué se les acusa.

El Guantánamo israelí
En este contexto, un centro ha acaparado la atención: Sde Teiman, una especie de Guantánamo establecido al principio de la guerra a 30 kilómetros de Gaza y que concentra dos tercios de los muertos en prisión. La sociedad israelí, dividida en torno a Netanyahu, pero bastante homogénea en su apoyo ―más o menos expreso― a vengar el traumático ataque del 7 de octubre, ha ignorado las denuncias e informaciones periodísticas que venían saliendo. Hasta que ha sido demasiado.

El mes pasado, la justicia militar entró a Sde Teiman a arrestar nueve sospechosos de maltratar gravemente a presos, e incluso grabarlo. Decenas de ultraderechistas ―entre ellos ministros y diputados― invadieron indignados Sde Teiman y el centro al que fueron trasladados los “héroes”, como los llamó el titular de Finanzas, el ultra Bezalel Smotrich.

Solo uno de los arrestados ha sido imputado, sospechoso de haber violado por el recto a un preso con una porra y un rifle. Yoel Donchin, el médico del hospital público que lo trató al ingresar al borde de la muerte, encontró “rotura intestinal, una lesión grave en el ano, daños pulmonares y costillas rotas”. El canal 12 de la televisión nacional acaba de difundir el vídeo de las cámaras de seguridad. Se ve a varios agentes colocar los escudos de forma que no quede registrado lo que sus compañeros hacen detrás a un recluso.

Ahmad Jalifa, de 42 años, no estuvo allí, sino en otras cárceles, pero su relato contiene elementos comunes. Es ciudadano israelí. De la minoría palestina, los descendientes de aquellos que se quedaron en la primera guerra árabe-israelí (1948-1949) y no acabaron como refugiados.

En el primer mes de guerra, fue uno de los poquísimos que se atrevió a participar en una manifestación en apoyo a Gaza en Um El Fahem, la ciudad en la que es concejal. Su detención, entre “porrazos y patadas”, fue el inicio del primer periplo carcelario de su vida, que terminó en febrero y le ha afectado claramente al ánimo. Está en arresto domiciliario, por “incitación al terrorismo” e “identificación con grupo terrorista”. Del bajo del pantalón asoma la tobillera electrónica.

Como no puede estar en Um El Fahem, alquila una casa en la ciudad de Haifa, en el norte del país, de la que no puede salir “ni un metro”. Su esposa es una de las garantes del cumplimiento, así que pasan casi todo el día dentro del apartamento con sus dos hijas. Para que ella las lleve al parque o haga la compra, tiene que reemplazarla otro garante. “Si nos falta algo, acabamos mandando a las niñas a la tienda”, dice mientras las pequeñas tratan de lidiar con el aburrimiento.

“¿Qué te has creído? ¿Que estás en un hotel?”
Jalifa salió de la cárcel con la sensación de que el pasaporte israelí no le garantizó un mejor trato que al resto de palestinos. Casi al revés: lo veían como un “traidor”. Lo peor fue tras denunciar en la vista judicial de enero que había sufrido maltrato, aunque le permitió ver un médico por primera vez. “Antes, cuando lo pedí, me respondieron entre risas: ‘¿Qué te has creído? ¿Que estás en un hotel?’. Cuando fui, no hacía tanta falta. El médico me preguntó por qué no había ido antes. Me eché a reír y él entendió todo”, cuenta. Sí le ayudó, opina, que buena parte de los carceleros sean drusos de su zona, conscientes de que es abogado y activista de derechos humanos.

No quedó exento, sin embargo, de la violencia física. “Te pegan desde que pones el pie en la prisión, sin importar de dónde vengas”, rememora. En una de las prisiones donde más tiempo pasó, los guardas aprovechaban los puntos ciegos de las cámaras de seguridad para agredir a los reclusos, asegura. “A veces, con esfuerzo, podías verlo. Pero sobre todo oías las palizas y las torturas, y a la gente rogando que parasen por piedad. Insultaban a sus madres. O les pedían que les besasen las botas, o la bandera israelí. Algunos lo acababan haciendo, claro. También les divertía obligarles a cantar una canción infantil”. Jalifa la tararea. Es la misma que algunos soldados obligan a cantar a presos palestinos con los ojos vendados en vídeos que luego difunden en TikTok.

Afirma que durante 12 días consecutivos los guardas inspeccionaron la celda a la hora de comer, en represalia porque alguien tiró un vaso de agua al pasillo. “Entraban, dejaban los colchones manchados de comida, nos pegaban y se iban”, cuenta.

Pero lo que Jalifa llevaba particularmente mal era que la celda quedase fuertemente iluminada de noche: “Me costaba mucho dormir así”. Le importaba menos que tener que apañarse con un tercio de toalla, que la administración del presidio rasgó para que hubiese para todos, o el hambre. “Solo comes lo justo para no morir, pero siempre tienes hambre. Te dan de comer lo justo para mantenerte vivo”, indica. Más que peso, agrega, perdió masa muscular, por la falta de proteínas, con “dos o tres cucharadas de arroz para comer” o una rebanada de pan para compartir con queso y pepino, como desayuno.

EREs: Punto final a una ignominia.

Los expresidentes andaluces Manuel Chaves (i) y José Antonio Griñán, durante el juicio en la Audiencia de Sevilla.

Comprendo que el Tribunal Constitucional, tal como está el patio, haya pecado de prudencia. Pero ha pecado. La desautorización de los magistrados de la Audiencia Provincial de Sevilla y del Tribunal Supremo debería haber sido todavía más rotunda — El Constitucional anula la condena de cárcel de Griñán y rebaja la inhabilitación de Chaves por los ERE de Andalucía.

Aunque el Tribunal Constitucional todavía tiene que dictar algunas sentencias en los recursos de amparo interpuestos por algunos de los condenados en la sentencia de los ERE, con la que se ha conocido este martes, respecto de las condenas de los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán, se puede en cierta medida decir que se ha puesto fin a la ignominia que ha supuesto la criminalización de la acción de Gobierno de la Junta de Andalucía por parte de los magistrados de la Audiencia Provincial de Sevilla y de la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

Queda la amargura de que haya sido necesario llegar hasta el Tribunal Constitucional para anular unas sentencias que, en ningún caso, debían haber sido dictadas, porque, para condenar por el delito de prevaricación administrativa, había que identificar primero cuál era el “acto administrativo” prevaricador, algo que es completamente imposible en el ejercicio de la “potestad presupuestaria” bien sea por parte del Estado bien por parte de la Comunidad Autónoma.

Porque la potestad presupuestaria reside de manera exclusiva y excluyente en el Parlamento. No hay un solo átomo de acto administrativo en los Presupuestos generales del Estado o de la Comunidad Autónoma.

Esto es algo que ningún juez o magistrado puede desconocer. Y si lo desconoce, no es digno de ejercer la función jurisdiccional. Y sin embargo, esto es lo que ha ocurrido. Y en dos órganos jurisdiccionales que ocupan un lugar de enorme importancia en nuestro sistema de administración de justicia. Y que lo va a seguir ocupando.

Me temo, además, que no se les cae la cara de vergüenza. El acto de aprobación del Proyecto de Ley de Presupuestos es el acto de dirección política más importante del Gobierno. Por eso, tanto en la Constitución como en los Estatutos de Autonomía, se lo singulariza y diferencia de los demás actos que se integran en la acción de Gobierno. No hay ningún acto de Gobierno que ocupe en ambas normas el lugar que ocupa la elaboración del Proyecto de Ley de Presupuestos. Ninguno. Es la operación de dirección política que posibilita que el Parlamento pueda ejercer de manera real y efectiva la “potestad presupuestaria”, sin la cual ningún Estado podría operar. Porque, como nos enseñó Madison ('El Federalista'), “el dinero ha sido considerado, con razón, como el principio vital del cuerpo político, como aquello que sostiene su vida y movimiento y que le permite ejecutar sus funciones más vitales”. De ahí la necesidad de que sea el Parlamento el órgano al que se atribuye su aprobación en forma de Ley de manera exclusiva y excluyente. El Gobierno elabora un Proyecto, pero únicamente el Parlamento decide.

En la elaboración y aprobación del Proyecto de Ley de Presupuestos no puede cometerse ningún delito. Ni en las modificaciones presupuestarias tampoco, ya que estas también tienen naturaleza legislativa. “Las modificaciones de los créditos iniciales del Presupuesto se ajustarán a lo previsto en esta Ley y, en su caso, al contenido de las Leyes del Presupuesto”, dice el artículo 44 de la Ley 5/1983 o Ley General de la Hacienda Pública de la Comunidad Autónoma de Andalucía (vigente hasta el 19 de marzo de 2010). En el artículo 38 de la misma Ley se añade que “los créditos para gastos se destinarán exclusivamente a la finalidad específica para la que hayan sido autorizados por la Ley de Presupuestos o por las modificaciones aprobadas conforme a esta ley”.

Ni puede haber un delito de prevaricación administrativa en la elaboración del Proyecto de Ley de Presupuestos ni puede haberlo tampoco en la aprobación de las modificaciones presupuestarias.

viernes, 9 de agosto de 2024

"Durante los últimos 250 años los oligarcas han usado su poder para asegurarse de que la democracia no haga la sociedad más igualitaria"

Un hombre con un cartel que dice, en francés, que la oligarquía ha terminado

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Jeffrey Winters habla como un académico, pero muchos podrían considerar sus ideas como subversivas o revolucionarias.

 Y es que este profesor de Ciencia Política de la Universidad de Northwestern (Illinois, EE.UU.) lleva un cuarto de siglo dedicado al estudio de un tema complejo: el poder de la riqueza y cómo esta se transforma en influencia política.

De ese esfuerzo surgió su libro "Oligarquía", en el que no solamente traza la historia de poder y privilegio de las oligarquías desde tiempos antiguos hasta la actualidad, sino que además desarrolla una teoría original sobre esta materia.

En esta conversación con BBC Mundo a propósito de la publicación en español de ese texto, Winters habla sobre algunas de sus planteamientos más polémicos como, por ejemplo, su afirmación de que todas las democracias liberales de la actualidad son, al mismo tiempo, oligarquías.

También aborda las razones por las cuales considera que la participación democrática se ha vuelto ineficaz para hacer frente al poder de las oligarquías, así como la paradoja de que las sociedades democráticas -que consagran la igualdad política- sean en la actualidad “increíblemente desiguales desde el punto de vista económico”. 
Jeffrey Winters

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Pie de foto,Jeffrey Winters: "Cuando la democracia produce candidatos o partidos que no son aceptables para los oligarcas, normalmente es la democracia misma la que se derrumba".

 ¿De qué hablamos cuando hablamos de oligarquía?

La oligarquía se refiere al poder político de la riqueza. Desde la antigüedad, en Atenas y Roma, cuando la palabra oligarquía apareció por primera vez, siempre se refería al poder de esas pocas personas que tienen una enorme riqueza.

El poder político puede asumir muchas formas como, por ejemplo, ocupar un cargo político o controlar capacidades coercitivas, como un caudillo militar, pero una de las fuentes más importantes de poder político a lo largo de la historia ha sido poseer una riqueza masiva y, en la actualidad, tenemos oligarcas de la misma manera que los tenían en el mundo antiguo.

¿Por qué debería importarnos la oligarquía en este momento?
Debería preocuparnos porque todos los países democráticos del mundo también son simultáneamente oligarquías. Son una mezcla de ambas.

Los países que permiten la competencia política entre partidos y gozan del derecho al voto también tienen un pequeño número de personas que usan el enorme poder de su riqueza para financiar candidatos incluso antes de que todos los ciudadanos acudan a votar. Generalmente, el poder del dinero determina primero quién es un candidato viable.

Una segunda razón es porque, especialmente en las democracias actuales, tenemos una desigualdad mayor que nunca antes en la historia. Esto es irónico porque normalmente pensamos en la desigualdad como un problema de sociedades no democráticas pero, de hecho, las democracias liberales son increíblemente desiguales desde el punto de vista económico.

Una razón de ello es que durante los últimos 250 años los oligarcas han usado su poder para asegurarse de que la democracia no haga la sociedad más igualitaria en términos económicos.

Entonces, la explosión de desigualdad que vemos en el mundo y la explosión de rabia que vemos en los ciudadanos se relaciona con que la oligarquía es hoy más fuerte en las democracias de lo que ha sido en décadas.

Protesta contra el uso ilimitado de dinero en las campañas políticas.

Protesta contra el uso ilimitado de dinero en las campañas políticas.

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En enero de este año, 14 años después de la sentencia de Citizens United, se realizó una protesta frente a la Casa Blanca contra el uso ilimitado de dinero en la política.

¿Cómo es posible que la democracia no pueda solucionar este problema de desigualdad debido a la oligarquía?
La democracia tiene una capacidad limitada para solucionar este asunto porque las leyes ya han sido redactadas por las mismas democracias para favorecer la capacidad de los oligarcas de usar el poder de su riqueza.

Le doy un ejemplo. En Estados Unidos tuvimos en 2010 un caso muy famoso llamado Citizens United, en el que la Corte Suprema equiparó el uso del dinero en política al ejercicio de la libertad de expresión. Esto abrió las compuertas al uso del dinero para influir en el sistema político.

Y hoy en Estados Unidos, debido a la existencia de comités especiales de acción política, no solo la cantidad de dinero que los oligarcas pueden usar es prácticamente ilimitada, sino que también es en su mayor parte secreta, porque no sabemos exactamente quién está influyendo en la política sino hasta mucho tiempo después de que el dinero haya sido usado.

Cuando se habla de un pequeño grupo de personas muy ricas que utilizan su poder y su riqueza, la mayoría de la gente pensaría en las élites.

¿Cómo diferencia entre élites y oligarcas?
La élite también se refiere a una minoría de personas que tienen una enorme cantidad de poder, pero que se basa en cosas distintas a la riqueza. Por ejemplo, alguien como Barack Obama ocupaba un cargo político cuando fue presidente, por lo que era un miembro de la élite pero no era rico. Alguien como Gandhi era un miembro de la élite porque era tremendamente poderoso, pero no tenía riqueza. Alguien como Oprah Winfrey puede tener una enorme cantidad de poder por ser una celebridad.

Oprah Winfrey deriva su influencia del hecho de ser una personalidad de los medios.

¿Cómo se explica que en las democracias liberales, en las que las elecciones son libres y todos los ciudadanos tienen derecho a votar, los oligarcas puedan influir tanto?

Volvamos al ejemplo de Estados Unidos: mucho antes de que alguien pueda votar ya sea en una elección primaria o en la elección de un cargo público, tenemos algo llamado la primaria de la riqueza.

Las primarias de la riqueza son aquellas en las que el candidato que quiere postularse se dirige primero a todos los ricos y les dice: "¿Qué quieren? Déjenme asegurarme de que las políticas van a favorecerles". Luego, los ricos deciden a quién respaldarán.

Por lo general, las primarias de los ricos comienzan un año o dos antes de cualquier tipo de campaña para un cargo público. Y si usted quiere postularse, pero no puede atraer el dinero de los ricos, la mayoría de las veces no puede competir.

Entonces, el papel del poder de la riqueza es limitar los candidatos a un número muy pequeño de personas que ya son aceptables para los oligarcas. Después de que los oligarcas hayan eliminado a los otros candidatos, entonces abren la posibilidad a la gente para que pueda decidir entre los candidatos A, B y C, todos los cuales son completamente aceptables para los oligarcas.

Permítame ser claro: ¿tienen los ciudadanos la posibilidad de elegir?, ¿son libres?, ¿pueden votar libremente? Sí, pero tenemos que entender que la combinación de oligarquía y democracia limita severamente las opciones y las políticas que son posibles debido a que buscan asegurar que se mantengan la desigualdad, la desigualdad extrema y la concentración de la riqueza.

A veces este proceso fracasa y la democracia produce candidatos o partidos que no son aceptables para los oligarcas. Cuando eso ocurre, normalmente es la democracia misma la que se derrumba, porque los oligarcas la consideran inaceptable.

Un ejemplo muy claro fue el caso de Allende en Chile. La democracia produjo un partido y un candidato que eran completamente inaceptables para las corporaciones y los ricos, y el resultado fue el asesinato y el fin de la democracia. Y esto ha sucedido en muchos lugares del mundo.

Por eso, una de las cosas que debemos entender sobre la relación entre la oligarquía y la democracia es que la democracia es posible mientras la oligarquía no se vea amenazada. 

 Salvador Allende

Salvador Allende

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Según Winters, el caso de Salvador Allende es Chile es un ejemplo de lo que ocurre cuando en democracia surge un líder con compatible con la oligarquía.

En su libro usted afirma que los oligarcas han tenido éxito durante siglos en hacer creer a la gente que es un error intentar una redistribución significativa de la riqueza…

Cuando la democracia estaba surgiendo, los oligarcas estaban extremadamente preocupados de que causara una redistribución de la riqueza. Tenían mucho miedo y, de hecho, no querían que la democracia se produjera. Y resulta que, de hecho, la democracia se ha estructurado de una forma que hace extremadamente difícil redistribuir la riqueza.

También han intentado usar el poder de la riqueza para moldear las ideas en la sociedad. Muchos oligarcas de todo el mundo financian centros de investigación, institutos y departamentos de Economía en las principales universidades para difundir la idea de que sin oligarcas y sin riqueza concentrada no se crearán puestos de trabajo y las economías se derrumbarán.

También plantean la idea de que los oligarcas son realmente beneficiosos para la sociedad porque son filántropos y hacen donaciones de dinero a la medicina y otras causas que apoyan.

Lo que nunca se dice es que lo principal que hacen los oligarcas con su dinero es defender su propia riqueza. A partir de los años 50 y 60, surgió lo que llamo en el libro 'la industria de defensa de la riqueza', que es una industria multimillonaria formada por abogados, contables, cabilderos y profesionales de la gestión de la riqueza cuyo único trabajo es asegurarse de que los oligarcas no tengan que pagar impuestos.

Hay dos formas en las que aumenta la desigualdad. Una ocurre en el punto de producción, es decir, en la relación entre las personas que trabajan y los propietarios de los lugares de trabajo.

La otra forma en que la desigualdad se ve afectada es en la política gubernamental de redistribución. Por eso, la mayoría de las sociedades intentan lidiar con la desigualdad mediante impuestos progresivos. Los pobres pagan un porcentaje menor de impuestos, mientras que los ricos deberían pagar más.

El trabajo de la industria de defensa de la riqueza es asegurarse de que los impuestos progresivos no funcionen. Por ejemplo, personas como Warren Buffet, Elon Musk o Jeff Bezos pagan una tasa impositiva significativamente más baja que el ciudadano promedio en EE.UU.

¿Por qué? En primer lugar, porque la industria de defensa de la riqueza moldea la legislación, ayudando a redactar las leyes en el Congreso para dejar lagunas legales para los ricos.

En segundo lugar, la misma industria de defensa de la riqueza mueve el dinero por todo el mundo hacia jurisdicciones secretas, fideicomisos o paraísos fiscales para hacer imposible que agencias como el IRS [el servicio de impuestos de EE.UU.] puedan saber dónde está la riqueza.

Por último, la misma industria de defensa de la riqueza presiona al Congreso para que recorte la financiación del IRS, limitando su capacidad de investigación de modo que no pueda encontrar el dinero, ni perseguir ni investigar a los oligarcas.

De acuerdo con Winters, la industria de defensa de la riqueza intenta privar de recursos al IRS para que no pueda actuar contra la oligarquía en EE.UU.

En su libro, usted menciona que la oligarquía representa el 1% del 1% y que, cuando movilizan su poder para proteger sus fortuna, los que terminan pagando más impuestos son aquellos que son un poco menos ricos y la clase media. ¿Puede explicar eso?

En el libro defino a un oligarca como una persona que alcanza un nivel económico que le permite pagar a la industria de defensa de la riqueza. Es decir, que usa su riqueza para defender la riqueza.

En Estados Unidos, por ejemplo, existe el grupo que llamo oligarcas y el grupo que está por debajo de ellos son acaudalados (mass affluent). Este término lo aplica la propia industria de defensa de la riqueza para referirse a las personas que, en realidad, no son lo suficientemente ricas como para poder comprar sus servicios [se estima que estas personas disponen para invertir de activos líquidos de entre US$100.000 y US$1 millón] . ¿Y cómo lo saben? Porque ya intentaron convertirlos en clientes, pero no tenían suficiente dinero para costear sus servicios.

Le doy un ejemplo de estos servicios. En Estados Unidos existe algo llamado carta de opinión fiscal. Es un documento elaborado por un bufete de abogados que cuenta con especialistas en impuestos que, basándose en el análisis de la ley que ellos hacen, indica que usted no tiene que pagar determinados impuestos.

Una carta así suele costar entre US$1 millón y US$3 millones, pero puede ahorrarle entre US$30 millones y US$300 millones en impuestos en un año. La mayoría de las personas no pueden pagar para obtener la carta de opinión fiscal porque cuesta más de lo que ganan.

Por cierto, si recibe una carta de opinión fiscal, significa que los abogados han realizado una interpretación del código tributario de Estados Unidos que tiene más de 80.000 páginas. ¡Ni siquiera el IRS lo entiende!

¿Cómo se volvió tan complejo? La respuesta es que la industria de defensa de la riqueza lo hizo deliberadamente así para que sus clientes pudieran interpretar la ley, en lugar de tener que cumplirla.

El financiamiento del Estado de bienestar en los países escandinavos recae -según Winters- en los adinerados y en la clase media, no en la oligarquía.

¿Y esto también ocurre en Europa occidental?
Totalmente. Una de las cosas interesantes de Europa es que a menudo pensamos que los países escandinavos tienen más socialismo y más bienestar. Pero los oligarcas de Suecia, Finlandia o Dinamarca tampoco pagan casi nada en impuestos.

Entonces, ¿cómo financian el bienestar de los pobres en sus países, el acceso a la atención médica, la educación, etc? La respuesta es que utilizan impuestos regresivos. Básicamente, se trata de impuestos que paga la clase media y la gente que está justo por encima de ella, los acaudalados. Ellos pagan todos los impuestos, pero los oligarcas no pagan.

Usted ha dicho que aunque se suele pensar que la democracia representativa implica la superación de la oligarquía, esta idea no es cierta. Y que la oligarquía no sólo está presente en las democracias modernas, sino que además la participación democrática habitual no es un antídoto eficaz contra ella. ¿Por qué?

La democracia y la oligarquía no son [un juego] de suma cero. La razón por la que tenemos oligarquía no es porque no tengamos suficiente democracia. La razón por la que tenemos oligarquía es por el poder de la riqueza concentrada. Así que, independientemente de que el país sea autoritario o democrático, la presencia de oligarcas está determinada por dos cosas: la concentración del poder de la riqueza y la capacidad de convertir ese poder de la riqueza en influencia política.

La forma del poder de la riqueza importa mucho. Si nos remontamos en la historia hace 1.000 años, tal vez yo era muy rico porque tenía 10.000 cabezas de ganado, pero no era fácil para mí convertir mi ganado en poder político.

Pero si avanzamos hasta el siglo XX y XXI, tenemos una explosión de riqueza financiera que se convierte mucho más fácilmente en influencia política que si soy dueño de tierras o de minas. Así que en la historia, la forma del poder de la riqueza ha cambiado. Y hoy estamos en el máximo poder de poder de la riqueza en el mundo. Ese es el primer punto.

El segundo punto es que si comparamos el poder de los oligarcas en Estados Unidos y en China encontraremos que es muy diferente.

Bajo el Partido Comunista, controlado por Xi Jinping en China, hay cientos, si no miles, de multimillonarios. Pero para esos oligarcas usar el poder de su riqueza para controlar al gobierno es mucho más arriesgado y peligroso, en comparación con Estados Unidos.

Xi Jinping lo demostró con Jack Ma [confundador de Alibaba]. Él habló y molestó a Xi Jinping y de repente desapareció de la vista del público y perdió el control de su empresa. China es uno de los pocos lugares del mundo en el que, si eres un oligarca, puedes ir a la cárcel o ser ejecutado.

 Jeffrey Winters

Jeffrey Winters

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Winters: "Antes de que los ciudadanos acudan a votar, el poder del dinero usualmente ya ha definido quiénes son los candidatos viables”.

En términos prácticos, ¿cómo afecta la existencia de la oligarquía las vidas del 99,9% restante?
La existencia de la oligarquía significa que el poder para hacer que la sociedad sea cada vez más desigual es ilimitado. El principal interés de los oligarcas es concentrar cada vez más riqueza en sus propias manos. Cuando comencé a estudiar a los oligarcas hace aproximadamente 25 años, se necesitaban cientos y cientos de oligarcas para igualar la riqueza del 50% más pobre del mundo. Hoy, unos 50 oligarcas tienen tanta riqueza como los 4.000 millones de personas más pobres del mundo.

En Estados Unidos, hace 25 años se necesitaban unos 30 oligarcas para igualar la riqueza total de la mitad más pobre del país. Hoy, son sólo tres personas. ¿Qué impacto tiene esto? En primer lugar, la esperanza de vida de las personas ricas en comparación con las personas que no tienen riqueza es muy diferente. Debido a la creciente desigualdad en el mundo, millones de personas mueren entre 5 y 10 años antes de lo que lo harían si la desigualdad fuera menor.

¿Otra diferencia? Los hijos abandonan el hogar mucho más tarde. Están retrasando el momento de casarse, de comprar su primera vivienda, de tener su primer hijo y cada vez tienen menos. Todo esto sucede porque su situación económica es mucho más precaria. Sus vidas corren más riesgo debido a la creciente desigualdad.

Y, a medida que se incrementa la desigualdad, aumenta su disposición a considerar actores políticos más extremos porque su esperanza en el futuro disminuye. Y en todo el mundo estamos viendo que, incluso los jóvenes, en particular, están más abiertos a figuras políticas muy extremas. Todo esto es resultado del éxito de los oligarcas en aumentar la desigualdad en todo el mundo.

Winters vincula el auge de los partidos extremistas con la desigualdad propiciada por la oligarquía.

¿Diría, entonces, que los oligarcas y el sistema de protección de rentas crean desigualdad, y la desigualdad extrema es una amenaza para la democracia?
Totalmente.

¿Qué puede hacerse al respecto?
Hemos visto en el pasado que los países de todo el mundo tienen la capacidad de limitar y reducir el poder oligárquico, aunque no necesariamente lo eliminen del todo.

¿Un ejemplo sencillo? Los controles que se pueden imponer sobre el uso del dinero en la política. Son medidas que se han usado antes en democracias de todo el mundo y hemos visto que son posibles. Pero para hacerlo, debemos tener una movilización más fuerte en la sociedad en torno a estas cuestiones.

Otra cosa que se puede hacer es algo que ahora se está discutiendo seriamente entre Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y las Naciones Unidas: la posibilidad de un impuesto global sobre la riqueza. ¿Y por qué es importante? Porque si los países se coordinan en esta cuestión de gravar la riqueza, significa que los oligarcas no pueden utilizar la geografía global en contra de cada país.

También hemos visto que cuando los ciudadanos comunes se organizan y se movilizan, especialmente a través de cosas como los sindicatos, su poder político para desafiar a los oligarcas aumenta significativamente.

Por lo tanto, hay cosas que se pueden hacer, pero deben hacerse de una manera que sea consciente del problema y responda directamente a él. No debemos ver el poder de la riqueza y el poder oligárquico como algo inevitable. Hay cosas muy concretas que se pueden hacer. 

jueves, 8 de agosto de 2024

INNOVACIÓN EDUCATIVA. Daniel Wilson, experto de Harvard: “Debemos repensar los deberes. Es difícil aprender sin una respuesta en la práctica”

Daniel Wilson, profesor de Harvard, en el colegio SEK-Santa Isabel, en Madrid.
Daniel Wilson, profesor de Harvard, en el colegio SEK-Santa Isabel, en Madrid.
El exdirector de Proyect Zero, el laboratorio de innovación docente de la universidad, cree que será “desastroso” si se sigue desligando la enseñanza de la vida cotidiana.

Proyect Zero, el laboratorio de innovación educativa del Harvard Graduate School of Education, está poniendo en marcha junto a la Facultad de Educación de la Universidad Camilo José Cela, de titularidad privada y en Madrid, un programa que va a intentar describir y entender lo que está ocurriendo en su red de colegios por toda España. En estas escuelas tratan de generar curiosidad, sentido de pertenencia y diversión a sus alumnos a través de su interacción con lo que les rodea, ya sea un centro de día, un taller mecánico o un invernadero; y su intención es integrar estas experiencias en su currículo escolar. “Es un proyecto colaborativo con la UCJC, no invasivo. No es que el laboratorio formule unas preguntas y se pruebe en estas escuelas”, razona el estadounidense Daniel Wilson (Waterville, Maine; 1969), director de Proyect Zero hasta 2023, y hoy al frente de este programa, llamado Learning Outside-In.

Proyect Zero tiene activos 49 proyectos por el mundo, pero solo este en España. Wilson concedió una entrevista a EL PAÍS en la que mezcló español (vivió en Colombia) e inglés durante una de sus visitas a colegios del SEK en Madrid, Vigo y Almería, que se van a prolongar tres años.

Pregunta. ¿Tanto ha cambiado la pandemia la educación?
Respuesta. Ha exacerbado muchos desafíos. La pérdida de aprendizaje es una preocupación, claro, pero es igualmente crítico y quizás, incluso, más complejo el tema del bienestar [emocional]. Antes, francamente, las escuelas prestaban más atención al bienestar. Es un desafío que probablemente no vamos a entender del todo. Creo que la pandemia va a tener impacto durante 15 o 20 años, va a llevar tiempo recuperarse porque es única una interrupción de esta magnitud.

P. ¿Afecta solo a los alumnos?
R. A todos. Cuando las escuelas cerraron, maestros, familias, todos, tuvimos que cambiar. Y cuando reabrieron, algunas escuelas y educadores se cuestionaron si deberíamos volver a la normalidad. Algunas escuelas en España cambiaron sus prácticas, y cuando compartieron algunos de esos cambios, me interesé mucho. Y luego me invitaron a iniciar este proyecto, que busca la forma de que las escuelas apoyen el bienestar. Lo hacen a través de la exploración, el aprendizaje fuera del aula, en las comunidades y reconectando con la sociedad.

Los maestros pensaron: podemos aprender algo en nuestra comunidad, ¿por qué estar en el aula? P. ¿De qué manera?
R. Cuando la pandemia golpeó, algunas de estas escuelas optaron por buscar lugares en la comunidad donde pudieran aprender ―un taller mecánico, un museo...― y crearon un currículo basado en su comunidad. Y luego, cuando se les permitió regresar, muchos maestros y familias dijeron: “En realidad, salir fue realmente interesante. Si podemos aprender algo en nuestra comunidad, ¿por qué estar en el aula?”. El otoño pasado estuve visitando una escuela, SEK-Santa Isabel en el Barrio de las Letras de Madrid, que quiere desarrollar las competencias de empatía de sus estudiantes de sexto de primaria. Han establecido relación con un centro de día y visitan a los mayores regularmente. Es bonito ver como se amigan estudiantes de sexto [12 años] con personas mayores de su comunidad. Ver cómo un anciano confía tanto en un joven que le muestra su obra de arte y el joven se siente orgulloso ante sus amigos.

P. ¿Los niños tienen que seguir memorizando o basta con experiencias como la de este proyecto? ¿Hay que seguir con los deberes?
R. Deberíamos tener un debate realmente crítico sobre lo que significan las tareas, aunque por supuesto que hay que ejercitar algo la memoria. Debemos repensar los deberes para que tengan un propósito práctico. Si no tenemos respuesta en la práctica, es difícil aprender. Ya sea a deletrear o la teoría de la relatividad.

P. Para plantear un currículo como el que proponen, se necesita la complicidad y el compromiso de la comunidad.
R. Absolutamente. Si seguimos aislando el aprendizaje de lo que es la vida, va a resultar desastroso. Necesitamos reintegrar el aprendizaje en la vida.

Queremos que se pueda visitar colegios en los que se pone en práctica el proyecto

P. En El Elejido (Almería) trabajan de una manera muy distinta.
R. Sí. En lugar de aprender ciencia en el aula, pasan tiempo en invernaderos. No es una excursión, tiene una intención educativa.
Daniel Wilson en el Colegio SEK-Santa Isabel, en Madrid. SAMUEL SÁNCHEZ

P. Su proyecto se parece mucho al aprendizaje-servicio [un grupo de estudiantes trabaja para su comunidad, por ejemplo montando una huerta vecinal, y aprende durante el proceso].
R. En algunas escuelas tienen ese aprendizaje-servicio; los niños, por ejemplo, ayudan a los mayores a usar el teléfono móvil o YouTube... La forma de aprender no es nueva, pero cambia un poco ahora. Las escuelas están teniendo mini secuencias de aprendizaje y las están integrando en el currículo. Regresarán al mismo sitio de nuevo, pero con otras preguntas. Y el entorno y las personas irán cambiando y creo que es muy interesante que vean ese proceso.

P. ¿Cómo van a extender su proyecto?
R. La idea es lanzar recursos gratuitos con casos, ejemplos. Y queremos que se pueda visitar colegios en los que se pone en práctica el proyecto o que se organicen talleres. Lo que tenemos que hacer es poner en contacto a las escuelas, que se conozcan. Los cambios no tienen lugar sin relaciones humanas.

P. En España solo casi se habla del uso de la tecnología en el aula. ¿Se usa en este proyecto?
R. Es muy típico que los estudiantes utilicen la tecnología en estas experiencias. Por ejemplo, para tomar una imagen que ilustre que están en el lugar correcto. Son un instrumento para compartir lo que has hecho, por ejemplo el otro día los niños de Vigo en medio de un bosque usaron el ipad. Sé que es un debate ético y cultural que se da en muchas partes, hay una alarma. Mis compañeros expertos dicen que hasta dentro de cinco o diez años no vamos a ver los efectos de las pantallas en el desarrollo cognitivo. No hay una solución estándar, somos un mundo diverso.




miércoles, 7 de agosto de 2024

A 79 años de Hiroshima, la ONU urge una vez más a la eliminación de las armas nucleares

 El Parque de la Paz en Hiroshima.

© Unsplash/Alessandro Stech
 
El Parque de la Paz en Hiroshima.
Paz y seguridad
El titular de las Naciones Unidas advierte del peligro nuclear y llama a usar el lanzamiento de Estados Unidos de la bomba atómica sobre Hiroshima como referente para la eliminación de esas armas, que “no están confinadas a los libros de historia, sino que son un riesgo real y presente”.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un llamamiento al desarme nuclear este martes, cuando el mundo conmemora los 79 años del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, prometiendo que la ONU “no escatimará esfuerzos para garantizar que los horrores de aquel día no se repitan jamás”.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó una bomba apodada “Little Boy” sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, en plena Segunda Guerra Mundial. El bombardeo causó una inmensa devastación que mató e hirió a decenas de miles de personas.

Guterres insistió en que la amenaza del uso de armas nucleares no está “confinada a los libros de historia”, sino que es un “peligro real y presente” en la actualidad, que vuelve a asomar “en la retórica cotidiana de las relaciones internacionales”.

Una guerra nuclear nunca puede ganarse
En la ceremonia de recordación en la ciudad japonesa, la encargada de Desarme, Izumi Nakamitsu, dijo en nombre del Secretario General que las lecciones de Hiroshima, que fomentan el desarme y la paz, han sido “dejadas de lado”, pero reconoció los esfuerzos del pueblo de Hiroshima para garantizar que las armas nucleares no vuelvan a utilizarse nunca más.

Nakamitsu insistió además en que el uso de armas nucleares es inaceptable y sostuvo “una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse”.

Agregó que la desconfianza y la división mundiales han aumentado, “pero debemos asegurarnos de no volver a tentar a la suerte”, enfatizó.

“Algunos están haciendo sonar imprudentemente el sable nuclear una vez más”, acotó. “El mundo debe permanecer unido para condenar este comportamiento inaceptable”.

https://news.un.org/es/story/2024/08/1531821#:~:text=El%206%20de%20agosto%20de,decenas%20de%20miles%20de%20personas.

¿La única forma de eliminar la pobreza?

Según el presidente argentino Javier Milei, “la única forma que descubrió la humanidad de terminar con la pobreza es el crecimiento económico”. La máxima fue anunciada en una entrevista televisada desde la Casa Rosada el 11 de julio de 2024. La importancia de la idea no radica en su genialidad, sino en su simplismo y en sus trágicas consecuencias.

Se trata de un conocido dogma inoculado por el sistema capitalista y fosilizado por los verdaderos capitalistas, es decir, por aquellos que viven de sus capitales y no de un salario (Un capitalista asalariado es un oxímoron.) Un conocido absurdo similar, reza: “no puede haber redistribución sin crecimiento”. En 2012, el biólogo e historiador británico David Attenborough reflexionó: “alguien que piense que es posible sostener un crecimiento infinito en un medio finito o es un loco o es un economista”. O las dos cosas.

El crecimiento de la economía ni es la única forma de eliminar la pobreza ni su efecto contrario es infrecuente. La historia modera (los últimos 300 años) lo desmiente a cada paso. Como vimos en Moscas en la telaraña, por siglos, muchas sociedades indígenas tenían menos pobres, eran más altos por su mejor alimentación y vivían más que los europeos de la Revolución industrial. Su seguridad social estaba mejor organizada. No conocían la miseria, ni las deudas, ni la propiedad privada ni la codicia, motor del progreso, según palabras de los colonos expertos en desarrollo, con o sin dinero, como lo reportó en 1885 el senador Henry Dawes de Massachusetts (ver La frontera salvaje. 200 años de fanatismo); tenían menos guerras, sufrían menos enfermedades y eran más higiénicos. Las películas (como The Mission, una recomendable) que representan a los indios sin dientes y a los europeos con una sonrisa blanca no solo consolidan una idea falsa, sino que la realidad era la opuesta. Todo terminó con la llegada del fanatismo europeo a este continente y a otros.

En las colonias (en menor grado en los imperios, ya que es más difícil tener pobres vampirizando el resto del mundo) cuando creció la economía creció también la pobreza. Los llamados “milagros económicos” como el brasileño de Médici o el chileno de Pinochet, milagros del capitalismo tutelado y financiado por el gobierno de Estados Unidos en América latina lo confirman.

Esta obsesión por el PIB de la economía capitalista surgió en los años 30 durante la Gran Depresión y, desde entonces, suma tanto la producción de bienes necesarios, innecesarios, constructivos, destructivos y contaminantes en un mismo número. En 1937, su inventor, el economista y luego premio Nobel Simon Kuznets, llegó a advertir ante el Congreso del peligro de un uso simplificado de su invento, pero los acuerdos de Bretton Woods lo canonizaron en 1944 como la única medida de éxito económico y social. En 1962, Kuznets insistió: “Es necesario distinguir entre la cantidad y la calidad del crecimiento… Las metas para un mayor crecimiento deben especificar de qué y para qué necesitamos más crecimiento”. Jason Hickel observó que “desde 1980, el PIB mundial se ha triplicado, mientras los pobres sobreviviendo con menos de cinco dólares diarios ha crecido en 1,1 mil millones; esto se debe a que, a partir de cierto punto, el crecimiento comienza a producir más efectos negativos que positivos”.

Todavía quedan por discutir otras dimensiones de los seres humanos, como la justicia social, la que no es sólo una bandera de la izquierda, sino que fue la repetida crítica (profecía) en el caso de los profetas bíblicos y de otras religiones; queda por discutir o considerar la comercialización de la existencia, la deshumanización y alienación del individuo, la destrucción de la naturaleza, entre otros problemas centrales.

El actual sistema capitalista no es capaz de resolver ninguno de los problemas existenciales que ha creado, como la acumulación surrealista de la riqueza, la destrucción de la biosfera, el agravamiento de los conflictos de forma directa por su insaciable industria de la guerra e, indirectamente, a través de exiliados y marginados de todo tipo, económicos y ecológicos.

Ahora, hasta los más férreos defensores del sistema capitalista en Europa y Estados Unidos comienzan a publicar libros, artículos y a dar entrevistas en los grandes medios proponiendo “salvar al capitalismo de sí mismo” a través de la intervención agresiva de los gobiernos en la economía y en la redistribución de la riqueza. Es decir, una vez más, desde la Depresión de los años 30 hasta las brutales crisis neoliberales en el Sur Global a finales de los 90 y la Gran Recesión en Estados Unidos diez años después, se recurre al socialismo como bombero.

Por no problematizar otras dimensiones humanas. Un estudio publicado en la British Medical Association en 2006 reveló un consistente aumento de los problemas psicológicos en los niños y jóvenes ingleses. Todo pese al incremento del PIB nacional, a la relativa estabilidad de la inflación y de la economía británica de entonces.

Crecimiento económico no es desarrollo, como la obesidad no es un signo de salud. Ambos, crecimiento y desarrollo son producto del progreso acumulado de la humanidad a lo largo de siglos, algo que no ocurrió gracias al capitalismo sino pese al capitalismo y sus primeros beneficiados: los maniáticos con síndrome de Diógenes bancario.

Como ya hemos desarrollado por años, los inventos tecnológicos, científicos y sociales más importantes que contribuyeron a este progreso y desarrollo humano se produjeron antes de que el sistema capitalista se desarrollara con la privatización de las tierras comunales de Inglaterra en el siglo XVI y, cuando ocurrieron a posteriori, casi siempre fueron autoría de científicos asalariados, inventores de talleres, activistas sociales, entre otros grupos e individuos que no invertían años en investigación y creación motivados por las ganancias futuras sino por el objetivo mismo de su vocación.

De hecho, los mayores “milagros económicos” de la historia moderna se produjeron por dos únicas vías: (1) el imperialismo capitalista (saqueando, masacrando cientos de millones de «subhumanos», y destruyendo la competencia de otras potencias de ultramar) y (2) por la intervención de los gobiernos, desde la Unión Soviética del malo de Stalin hasta la China comunista posterior a la Gran hambruna (que, con sus millones de muertos y medida por los mismos estándares, ni siquiera compite con las mayores masacres y hambrunas del capitalismo).

¿Estoy proponiendo una vuelta a un sistema comunista del estilo soviético? No, para nada. Vuelta a nada. El pasado es una obsesión del fascismo. Entiendo que no debemos dejarnos pasar por encima del sermón del dogma capitalista y neoliberal que ha hambreado, matado y saqueado a las clases trabajadoras por siglos y siempre encuentra una forma de mantener el sermón del amo, aterrorizando a los desprevenidos y a los más necesitados.

El actual terremoto ideológico y geopolítico lleva al poder hegemónico a echar mano a todos los recursos procediendo, según lo explicamos con la fórmula P = d.t por sus tres escalones principales: (1) narrativo, (2) legal y (3) bélico.

¿Hay esperanza? Claro. Afortunadamente, los seres humanos no son seres unidimensionales como Milei.


martes, 6 de agosto de 2024

_- ISLAM. Emilio González Ferrín, historiador: “No hubo una conquista islámica en la Península Ibérica” .

El doctor y profesor de Islamología Emilio González Ferrín, en el Rectorado de la Universidad de Sevilla.
_- El doctor y profesor de Islamología Emilio González Ferrín, en el Rectorado de la Universidad de Sevilla.
El doctor en Estudios Árabes recibe una de las Medallas de Oro del Círculo Intercultural Hispano Árabe y defiende que “el islam todavía no existía” en el año 711.

El doctor e islamólogo Emilio González Ferrín (Ciudad Real, 58 años) lleva inmerso casi dos décadas en negar la invasión islámica de la península Ibérica en el 711. “No sabemos lo qué pasó. Lo que sí sabemos es lo que no pasó. Lo que no pasó es que hubo una conquista en nombre de un poder extranjero o algo adjetivado como islámico o musulmán, porque el islam todavía no existía y porque no hay constancia de que pasara”, expone. Su tesis, desarrollada en Historia General de Al Ándalus en 2006 (Almuzara), desvirtúa por ende la reconquista cristiana y replantea así la Historia de España y lo que es considerado español.


Defender esta propuesta le acarrea vivir en una vorágine de polémicas contra medievalistas, pero también arrastra una corriente de colegas que reflexionan sobre su investigación. Acaba de recibir una de las Medallas de Oro del Círculo Intercultural Hispano Árabe en Casa Árabe y está en plena promoción de su último libro ¿Qué es el islam? (Senderos). Ha formulado esta pregunta a 450 personas, la mitad educadas en la religión y la otra mitad no. Y ha dedicado el libro a Salman Rushdie y Mahsa Amini “para que el islam prefiera ser representado por ellos”. Atiende en el rectorado de la Universidad de Sevilla, donde imparte clases y ha participado en las protestas propalestinas.

Pregunta. ¿Qué pasó en el 711?
Respuesta. Tengo la hipótesis de una larguísima guerra civil peninsular porque las crónicas latinas desde el 400 al 600 hablan de gente del norte de África en la península Ibérica en un permanente flujo de ideas, personas y bienes. Era la herencia de Roma. Cuando uno va a la ciudad sevillana de Itálica o a Leptis Magna (Libia), donde acabo de estar, se ve que las grandes ciudades de Roma están en el sur. Había lo mismo allí que aquí. Lo que creo que se hizo en el 711 es agrupar toda una corriente que llevaba pasando durante siglos. El paradigma es entender el islam como sistema comercial, no como imperio. No había una capital. Había como sucursales. El Califa de Bagdad nunca mandó más allá de Egipto, jamás.

P. Es el sur de Europa visto como el norte de África.
R. Hay ADN de los mauris, que son los moros, desde la época del Imperio romano. Y hasta el año 800, con la fundación de la ciudad de Bagdad, no existe el islam. Los que nos dedicamos a su origen no le damos ninguna importancia al 711, pero en España, la base del nacionalcatolicismo es la reconquista. Y sin conquista no hay reconquista, y ya es un tren ideológico al servicio de una interpretación histórica.

Sin conquista no hay reconquista, y ya es un tren ideológico al servicio de una interpretación histórica”

P. ¿Cuál es la prueba más irrefutable de su tesis?
R. Las únicas pruebas que lo argumentan son unas monedas en las que dice Muhammad Rasul Allah y eso puede significar “bendito el que viene en nombre del Señor” o “Mahoma es el enviado de Dios”, pero sin implicar una religión nueva.

P. Pero hasta el momento se ha dado por válido.
R. Todo lo que se sabe sobre el origen de Al Ándalus es una narración restrospectiva. Lo que ocurre es que se juega mucho todo aquel que lleva años dando clases sobre eso. Incluido yo antes, pero bueno, la ciencia está para refutarla.

P.¿Cuál es su balance ahora?
R. Jamás me darán la razón, pero en 20 años se estudiará que no hubo una conquista islámica en la península Ibérica.

P. ¿Qué implicaciones políticas tiene su posición?
R. Cuando la sucesión en la jefatura del Estado de España se basa en el Principado de Asturias, se está institucionalizando una tradición que es mentira, y es que España se forjó desde el norte. Todo lo que ocurrió en la vida cultural española desde los fenicios entró por Oriente y por el sur. Yo no hablo de la España como Estado, hablo de la territorial. El emir de Córdoba es la primera persona que utiliza el título de rey de España en la Península como Rex Hispania a mediados del IX. ¡Y está en latín! Es que todavía el árabe no es una lengua que se pueda codificar para usos sofisticados. Lo será después.

P. Pero lo español también se construye desde el norte.
R. Basar el origen de España en Asturias, en las Asturias latinas y cristianas, es una falacia. Porque cuando España se arabizó, Asturias y Cantabria ni estaban latinizadas ni estaban cristianizadas. Esa zona tiene la influencia del cristianismo francés de Cluny con Carlomagno. Y a partir de ahí se implanta una memoria colectiva, es como un injerto de pelo. Se inventa la cruz de la Victoria, que es del año prácticamente 1000, pero se dice que era la cruz del Pelayo y se construye todo un andamio mitológico para la idea de España que se refuerza ideológicamente en el siglo XIX, cuando se conquista Marruecos, y se hace ver que nosotros estamos respondiendo a lo que hicisteis vosotros antes [los árabes].

P. La implicación política es total.
R. Completa. Es empezar a decir que la reconquista no existió como concepto, que la toma de Granada fue expulsar a españoles, que la expulsión de los judíos fue expulsar a españoles... Es entender la historia como continuidad, y no como una centrifugadora. Aquí se está echando siempre a todo el mundo porque hay una idea previa de ser español, cuando lo lógico es definir a los españoles como la gente que vive en España. Fíjate la implicación que tiene eso hoy día.

Lo lógico es definir a los españoles como la gente que vive en España”

P. ¿Y qué se ha encontrado más llamativo por su camino?
R. Que el mayor medievalista francés, Pierre Guichard, me dijo en un congreso: “No puedes seguir así, estás anteponiendo la lógica al sentido de la historia”. Y pensé: pues me acabas de dar mi epitafio.

P. ¿Se ha sentido solo?
R. Sobre todo al principio, no sé qué habría sido de mí si no hubiera escrito el libro siendo ya funcionario. Me habrían echado en media hora. Hubo uno que pidió que no me renovaran el contrato, pensando el pobre que era renovable.

P. ¿Cómo ve la enseñanza y difusión de la historia de Al Ándalus?
R. Observo algo que me resulta un poco vergonzoso. Los profesores de instituto están más interesados en la novedad que mis propios colegas. Una chica en un instituto hace unos meses me preguntó: “¿Y lo que tú enseñas, cuando va a aparecer en los libros de Historia?”. Y yo le dije: “Cuando tú lo escribas”.

P. ¿El estudio de esta época ha tenido la dimensión que se merece?
R. No. Debería tener mucha más presencia porque hay elementos de la vida cotidiana del Renacimiento europeo que provenían de la vida andalusí como el libre pensamiento en Filosofía, el antropocentrismo en la literatura o el aparataje científico de los astrolabios y observatorios, que Johannes Kepler tenía en su despacho y todos eran árabes. Alfonso X El Sabio hace la gran traducción de los libros de Medicina, de Física, de Astronomía del árabe. Había una conciencia en la Edad Media de que la cultura estaba en árabe y eso no se traslada en los libros de Historia.

P. ¿Cómo se configuran los libros de historia?
R. Siguen un modelo romántico de una religión, un territorio, una nacionalidad. De te voy a enseñar la Historia a través de nombres propios y de fechas, y sobre todo nombres propios masculinos.

P. Matice nombres de hombres.
R. El patriarcado en la historia medieval es impresionante. Yo no he visto nunca a nadie que a la hora de estudiar la repercusión que pueda haber tenido el género en nuestra historia hable de la princesa Wallada de Córdoba, que está a la altura de Virginia Wolf en su forma de escribir. Se pasa por el forro todas las convenciones sexuales culturales de su época y nadie le puede toser porque es una mujer perfectamente empoderada. Y su gran rival era una a la que ella había criado. Eran dos mujeres llevando a la vida cultural de un califato en ruinas porque se acababa de destruir. Nunca se ha aprovechado la historia de Al Ándalus para lo que después implicó una sociedad mucho más moderna

P. ¿Qué otras líneas de investigación ve reseñables?
R. El mundo árabe contemporáneo lleva 30 años a la deriva. Está pensando en términos medievales y tiene que ser combatido intelectualmente. Es fundamental recuperar lo que fue verdaderamente su libre pensamiento. Tienes que decirle al árabe, a la árabe, que durante la Edad Media fueron la civilización de guardia del mundo y que hay algo de lo que sentirte orgulloso, no simplemente leer el Corán.

P. ¿Cómo diferencia los términos islam, musulmán y árabe?
R. El islam con minúsculas es la religión, y su adjetivo es musulmán. El Islam con mayúsculas es la civilización, y su adjetivo es islámico. Y lo árabe es un idioma y una cultura.

P. ¿Qué es el islam?
R. El islam, tal y como yo lo defino, es la apertura del pueblo elegido. Es la agrupación de todos los judeocristianismos de la antigüedad tardía. Es decir, después del Concilio de Nicea, que fue el que estableció el credo cristiano, hubo muchos judíos y muchos cristianos de muchas comunidades desconectadas en Oriente Medio que nunca pensaron que Jesús fuera hijo de Dios. Todos hablaban árabe, por lo tanto, es la arabización del monoteísmo. El verdadero problema es haber creado en la Edad Media, mucho después del nacimiento del islam, una alteridad completa, el otro. Si hay una tradición es judecristianomusulmana. Es fundamental entender que el judaísmo y el cristianismo son dos religiones orientales. Surgen en el mismo sitio que el islam y se expanden igual.

P. ¿Estarían al mismo nivel?
R. Al mismo nivel. De hecho, teológicamente probablemente es la primera. Porque el islam dice de sí mismo que nace en el comienzo de los tiempos y es la más primitiva en su forma de entender a Dios, porque está muy lejos. El judaísmo establece que tenemos una alianza con Dios, y el cristianismo ya se pega y dice que somos hijos de Dios. En el islam el ser humano está completamente sometido por el destino. Si tú naces en Suiza y hay un manzano, tienes más o menos un seguro de vida, pero en el desierto, la naturaleza no es madre, es madrastra. El desierto en la expresión local es la espalda del infierno. Entonces, tú necesitas crear una relación con un Dios para el cual tú eres una hormiga. Es decir, sin margen de actuación. Lo único que puedes hacer es ser bueno y salvarte, pero tú no puedes cambiar el entorno. El gran logro de la religión cristiana es que hay una forma de retar a Dios.

P. ¿Cómo ve la situación en Palestina?
R. Desde la universidad hay que pegar fuerte ahí. Porque ya está bien de esencialismo genético. Diga lo que diga el tribunal de la Haya los palestinos están siendo asesinados por ser palestinos. Por lo tanto, hay un genus a destruir, que es ser palestino, y a eso se llama genocidio.

¿Puedo hacer una crítica final?

P. Diga.
R. A mitad del siglo XIII, Alfonso X el Sabio ordenó que en Sevilla hubiera estudios superiores del árabe para lo moderno y del latín para lo clásico. Este año es la primera vez que no se va a ofertar el grado de Estudios Árabes en la Universidad de Sevilla. Esto tiene su origen en el Gobierno de Aznar cuando eliminó unas becas para estar un par de años en el mundo árabe. La reclamación es que Asuntos Exteriores vuelva a establecerlas. Tenemos que hacer ver que hay algo intelectual detrás del mundo árabe, lo hemos abandonado. Los gobiernos europeos deben establecer liguillas de fútbol con el mundo árabe, ciclos de cine, intercambios de estudiantes, humanizar lo que ahora simplemente son delegaciones diplomáticas. Lo árabe se está convirtiendo en objeto de economistas, sociólogos, antropólogos, criminalistas que se dedican al yihadismo...

P. ¿Conocer lo árabe disuadiría el yihadismo?
R. La radicalización y la creación del yihadismo no es la herencia del Corán, es la herencia de los grupos que tenía la Unión Soviética en África y Oriente Medio. Hace 30 años no había apenas velos por el mundo árabe, por lo tanto, no es tradición, es revolución. Fíjate lo que implica decir que el islam no se expandió por las armas y por la conquista. Fíjate si un niño musulmán se entera de que su religión fue una revolución ética igual que el cristianismo. Pero si desde pequeñito le dicen que Mahoma fue un hombre de Estado que mandó a los generales, él entiende que la violencia es consustancial a su cultura, por eso hay que racionalizar la tradición árabe.

lunes, 5 de agosto de 2024

_- Una operación sucia y asquerosa

_ - Hoy te escribo desde mi pueblo, Torresandino. Son las fiestas patronales y he venido con mi familia a pasar unos días aquí, huyendo también del calor de Madrid.

Ha sido una semana movida, con mucho que comentar. Probablemente lo más relevante para el futuro es la salida de Vox de los gobiernos autonómicos del PP. Sobre este asunto, te recomiendo este estupendo análisis de Iñigo Saéz de Ugarte. Pero he preferido centrar mi boletín en otros dos temas de la semana: dos cuestiones que no se pueden dejar pasar como si fueran otra noticia más.

La Stasi del PP
Nacho Cano: “Todo esto lo ha orquestado la Policía, es como la Stasi. Es una operación sucia y asquerosa”. “Esto es lo más parecido a la Stasi, a Venezuela.”

Isabel Díaz Ayuso: “La destrucción personal con fines políticos es estalinismo”. “Aquí, en España, se mandó un mensaje muy preocupante a cualquiera que se atreva a disentir”. “La libertad no puede verse amenazada por las decisiones de ningún gobierno”.

El músico y la presidenta de la Comunidad de Madrid tienen mucha razón, aunque por los motivos equivocados. Por supuesto, ellos se refieren a lo ocurrido con los becarios del musical Malinche a los que Nacho Cano tenía trabajando sin los permisos en regla. Aunque su encendida denuncia encaja mejor con los nuevos datos que hemos desvelado esta semana elDiario.es y El País sobre la persecución policial del Gobierno de Mariano Rajoy contra sus rivales políticos.

Eso sí fue estalinismo. Eso sí fue la Stasi. Eso sí fue una operación sucia y asquerosa, que buscaba la destrucción personal por motivos políticos.

Los hechos. La Policía espió a medio centenar de diputados de Podemos durante el Gobierno del PP. La casi totalidad de los cargos electos de Podemos en esos años fueron investigados sin orden judicial: Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Yolanda Díaz, Irene Montero, Carolina Bescansa, Pablo Bustinduy, Juan Pedro Yllanes, Alberto Rodríguez, Tania Sánchez…También fue espiada Victoria Rosell, incluso antes de que entrara en política: cuando aún era jueza en activo.

Entre 2015 y 2016, hubo casi 7.000 consultas a bases de datos restringidas por parte de distintos agentes de la policía –también algunos pocos guardias civiles–. Son ficheros informáticos donde se guardan los establecimientos hoteleros donde se aloja cada ciudadano, las matrículas de los coches, su residencia…

En esas bases de datos también figuran los antecedentes penales y policiales. Como los que el número dos del Ministerio del Interior del Gobierno de Rajoy, Francisco Martínez, pidió rastrear tras las elecciones de diciembre de 2015, cuando el PSOE negoció por primera vez con Podemos una coalición. “Aquellos de Podemos que tenían antecedentes, ¿pudiste confirmar algo?”, preguntó Martínez en un mensaje por whatsapp a uno de los más destacados comisarios de la brigada política, Enrique García Castaño.

El rastro de este espionaje está hoy en la Audiencia Nacional. El juez Santiago Pedraz está investigando la guerra sucia contra Podemos y ha encontrado ya algunas evidencias palmarias. Como lo que ocurrió con un ciudadano venezolano al que premiaron con el permiso de residencia a cambio de lanzar un bulo sobre Pablo Iglesias: una cuenta en un paraíso fiscal que nunca existió. O las anotaciones en las libretas del comisario Villarejo, que desde septiembre de 2014 empezó a investigar ilegalmente a este partido.

Con todo, esta investigación penal llega muy tarde. Ha pasado una década desde que se produjeron estos presuntos delitos y, durante años, la Justicia miró hacia otro lado. Buena parte de los abusos de aquella Stasi que operó durante el Gobierno de Rajoy van a quedar impunes.

La cúpula del Ministerio del Interior de aquel Gobierno se sentará en el banquillo: el secretario de Estado, Francisco Martínez, y el ministro Jorge Fernández Díaz, amigo personal de Rajoy. Pero solo por una de las muchas trapacerías de la policía patriótica: la Operación Kitchen, el uso del dinero público y de las fuerzas de seguridad para encontrar y destruir las pruebas de la corrupción del PP que escondía el tesorero Luis Bárcenas.

Esa investigación judicial la lideró en la Audiencia Nacional Manuel García Castellón. Contra el criterio de la Fiscalía, que quería ir más allá, este juez trazó una “línea roja” para no investigar la trama política. María Dolores de Cospedal se libró. Mientras que Mariano Rajoy, el principal beneficiado de aquel operativo policial y jefe directo de Jorge Fernández Díaz, ni siquiera fue llamado a declarar como testigo.

Manuel García Castellón redujo la Kitchen a su mínima expresión. Y se negó a investigar las otras dos principales ramas de la Stasi del Gobierno de Rajoy: la guerra sucia contra Podemos y la operación Catalunya.

Es el mismo juez que también se ha negado a investigar las operaciones de Villarejo contra Pedro Sánchez y su mujer.

García Castellón, conviene recordarlo, debe buena parte de su carrera a los gobiernos del PP: 17 años como magistrado de enlace en París y en Roma, dos de los puestos mejor pagados a los que puede aspirar un juez.

García Castellón no encontró nada raro en el espionaje a Podemos, a pesar de que las grabaciones de Villarejo –donde este tema es recurrente– se investigaban en su juzgado. Pero sí dedicó enormes esfuerzos infructuosos en abrir todo tipo de causas judiciales contra Podemos y sus principales dirigentes, que después tuvo que cerrar.

Con la Operación Catalunya, Manuel García Castellón operó igual. En noviembre de 2021, el hijo de Jordi Pujol presentó un recurso ante el juez solicitando una investigación por las maniobras de la policía patriótica. García Castellón se pasó dos años sin contestar. Solo cuando elDiario.es publicó la noticia del llamativo retraso, el juez respondió a ese recurso: por supuesto, para negarse a investigar.

https://www.eldiario.es/blog/el-boletin-del-director/operacion-sucia-asquerosa_132_11521609.html