miércoles, 26 de noviembre de 2025

"La ciencia es la mayor fuerza igualadora del mundo": Omar Yaghi, el refugiado palestino que ganó el Nobel de Química

Omar Yaghi sentado con unas estructuras moleculares de colores.

Fuente de la imagen,Cortesía: UC Berkeley

Pie de foto,Omar Yaghi es profesor de química en la UC Berkeley.

"Crecí en un hogar muy humilde, éramos una docena en una pequeña habitación", recuerda el químico Omar Yaghi.

Ese espacio lo tenían que compartir aún más: en una mitad "dormíamos, comíamos" y, en la otra mitad, estaban unas vacas que criaban.

Los padres de Yaghi eran palestinos y, tras verse forzados a abandonar su tierra, llegaron a la vecina Jordania, donde él nacería en 1965.

Ante la carencia de servicios básicos en el área donde vivían, una de las tareas que sus padres le encomendaban de niño era la de buscar agua.

El suministro se ponía a la disposición de las familias de la zona cada dos semanas durante pocas horas.

"Almacenábamos tanta agua como podíamos en esas cuatro horas, esa era el agua que usaríamos durante dos semanas. Si se agotaba, teníamos que buscar otra fuente", contó el científico en un video del Premio Tang, que ganó en 2024.

Los recuerdos de su infancia los volvió a evocar vívidamente el miércoles 8 de octubre cuando recibió la noticia de que había ganado el Premio Nobel de Química.

"Nací en una familia de refugiados", le dijo a un periodista del sitio web del galardón.

"Creo que mi padre terminó sexto grado y mi madre no podía leer ni escribir".

Esta es la historia del extraordinario viaje de quien es considerado el padre del campo de las estructuras metalorgánicas.

Los dibujos que lo hechizaron
Y es que para Yaghi, su vida "ha sido todo un viaje", uno que la ciencia le permitió hacer.

"La ciencia es la mayor fuerza igualadora del mundo", señaló.


Miembros del Comité del Nobel con una pantalla detrás que muestra los rostros de los tres ganadores del Premio Nobel de Química

Fuente de la imagen,JONATHAN NACKSTRAND/AFP via Getty Images

Pie de foto,

Miembros del Comité del Nobel con una pantalla detrás que muestra los rostros de los tres ganadores del Premio Nobel de Química 

Esta semana se anunciaron los ganadores de los Premios Nobel, incluido el de Química.

El profesor de la Universidad de California en Berkeley compartió el Nobel con Susumu Kitagawa y Richard Robson.

La Academia Sueca de las Ciencias resaltó en el trabajo de los tres la hazaña de desarrollar una "nueva arquitectura molecular".

Qué son las revolucionarias "estructuras metalorgánicas"
Y en el caso de Yaghi ese desarrollo comenzó con algo que vio cuando tenía 10 años.

Tras lograr entrar en una biblioteca, se acercó a una de las estanterías y agarró un libro al azar.


Los dibujos de unas moléculas lo dejaron absolutamente cautivado, contó en el video del Premio Tang.

Y aunque no sabía de qué se trataban esas ilustraciones, ese momento se convirtió en una especie de tesoro que quiso mantener en secreto.

Recuerda que era un niño callado, independiente, que le encantaba leer y estudiar.

Al mismo tiempo que se preguntaba "de qué están hechas las cosas", ayudaba a su padre en una tienda que tenía.

En una charla que ofreció a jóvenes en la Escuela Secundaria Superior de Hsinchu, en Taiwán, contó que colaborar con su padre fue absolutamente crucial para hacerle "apreciar la calidad y el trabajo duro".

Limpiando las mesas, las ventanas, haciendo que la tienda se viera atractiva para los clientes, aprendió la ética del trabajo.

"Él me enseñó que si vas a hacer un trabajo, lo tienes que hacer bien. De lo contrario, no lo hagas. Eso me lo enseñó cada día".

"Un compromiso increíble"
Su padre, quien tenía una carnicería en Amán, la capital jordana, imaginó un destino distinto para Yaghi y le dijo que quería que se fuera a Estados Unidos a continuar con su educación.

Pero él, con 15 años, quería quedarse con su familia, cursar la universidad y trabajar en Jordania.

Omar Yaghi con una bata azul habla con un estudiante también con una bata azul

Omar Yaghi con una bata azul habla con un estudiante también con una bata azul

Fuente de la imagen,Cortesía: UC Berkeley


Pie de foto,
Para Yaghi, profesor y estudiante deben estar en el mismo nivel en el ambiente de la investigación científica. Su padre insistió y lo convenció.

"Me conmueve mucho ver cómo mis padres refugiados dedicaron cada minuto de su tiempo a sus hijos y a su educación, que la vieron como una manera de salir adelante, de superar situaciones difíciles. Eso requiere un compromiso increíble", dijo el científico en una rueda de prensa tras conocerse la noticia del Nobel.

"Y no me faltó amor. No tuvimos muchas de las comodidades que otros tenían, pero sí tuve mucho amor".

Viajó y se inscribió en una escuela comunitaria en Nueva York.

"Siendo un adolescente, él mismo se abrió su camino en Estados Unidos", le dice a BBC Mundo Jorge Andrés Rodríguez Navarro, catedrático del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Granada, quien mantiene una relación no solo profesional sino de amistad con el químico.

El joven Yaghi se mantenía con el dinero que ganaba empacando comestibles y limpiando pisos, mientras brillaba académicamente. Se graduó de químico con honores.

La educación que recibió la evocó tras conocerse que había ganado el Nobel.

"Este reconocimiento es realmente un testimonio del poder del sistema de escuelas públicas en Estados Unidos, que toma a personas como yo, que vienen de contextos muy desventajosos, de un entorno de refugiados, y te permite trabajar duro y distinguirte", dijo.

"Un gran inspirador"
Como profesor, Yaghi también ha dejado una huella en muchos estudiantes, investigadores y colegas de diferentes países.

"El primer día que llegué a su laboratorio me dio las llaves de su despacho para que lo utilizara libremente y él se fue al despacho de los estudiantes. Es una persona increíble", le cuenta a BBC Mundo el químico Daniel Maspoch, profesor de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea).


Yaghi con una bata azul rodeado de estudiantes también con batas azules

Yaghi con una bata azul rodeado de estudiantes también con batas azules

Fuente de la imagen,Cortesía: UC Berkeley

Pie de foto,

El laboratorio de Yaghi recibe estudiantes de distintos países.


"Me puse feliz cuando supe que había ganado el Nobel".

Maspoch había visto a Yaghi en conferencias, pero fue en 2019, cuando lo invitó a Barcelona a ofrecer una charla, que lo pudo conocer mejor.

El vínculo se consolidó en 2024, cuando Maspoch pasó una temporada en el laboratorio de Yaghi.

"Pude compartir unos tres meses con él y con su grupo. Fue una experiencia inolvidable. Es una persona muy transparente, ayuda a todo el mundo, es un gran mentor, un gran inspirador, especialmente para los científicos jóvenes".

"Cuando hablas con él, te das cuenta de que realmente te hace pensar mucho más allá de la ciencia que haces, va un paso más adelante.

"El grado de reflexión que tiene te lleva a momentos en los que sientes que vale la pena dedicarse a la ciencia. Verlo en acción es precioso".

"Al mismo nivel"
El profesor Rodríguez no solo ha hecho trabajos con Yaghi sino que los une una amistad que comenzó hace unos 25 años.

Primero intercambiaron cartas, después correos electrónicos. Y es que el científico español le comentó que estaba interesado en el área en que estaba trabajando.


Yaghi combinó la química orgánica con la química inorgánica al desarrollar las estructuras metalorgánicas.

El profesor Omar Yaghi posa junto al profesor Jorge Rodríguez Navarro en una oficina

El profesor Omar Yaghi posa junto al profesor Jorge Rodríguez Navarro en una oficina

Fuente de la imagen,Cortesía: Jorge Rodríguez Navarro


Pie de foto,

El profesor Jorge Rodríguez Navarro pasó una estancia en el laboratorio de Yaghi en Berkeley en 2022.


"En la parte científica, él ve las cosas con una gran profundidad, es un innovador, ha hecho materiales preciosos que, además, tienen utilidad", explica Rodríguez.

"Y en la parte humana, es una persona muy cercana. Se podría pensar que el Premio Nobel es una persona engreída, él no lo es".

Algo que Rodríguez halla fascinante es la relación de Yaghi con sus estudiantes y cómo él reconoce su trabajo y sus aportes.

Dice que no se queda corto a la hora de resaltar cuando son sus pupilos los que han motivado un descubrimiento.

Y es que, para Yaghi, en el ambiente de la investigación científica "el estudiante y el profesor están en el mismo nivel".

En el video del Premio Tang, resaltaba la importancia de que siempre estén abiertos los canales para las preguntas y las críticas.

"Que el estudiante no tenga miedo de contradecir al profesor; cuando eso pasa, surge la magia, creas magia porque ahora tienes dos personas analizando un problema sin sentir temor a decir: 'No sé' o a compartir su idea valiosa.

"Necesitas a los dos para que se dé un descubrimiento: el estudiante está ahí, haciendo el experimento, haciendo observaciones, tomando decisiones sobre qué observación seguir".

"Empezar estés donde estés"
Tras conocer que había ganado el Nobel, Yaghi insistió en la importancia de la ciencia en el desarrollo social.

"No se pueden resolver los problemas de la sociedad sin ciencia. Se necesita ciencia, materiales y la tecnología que la acompaña", dijo en la rueda de prensa.

Un modelo colorido de las estructuras metalorgánicas sobre una mesa

Un modelo colorido de las estructuras metalorgánicas sobre una mesa

Fuente de la imagen,JONATHAN NACKSTRAND/AFP via Getty Images)

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Las estructuras moleculares creadas por los tres laureados son conocidas como las MOF. Muchos expertos ven con optimismo el futuro de las estructuras metalorgánicas para abordar varios de los retos que tenemos como sociedad.

Por ejemplo, para combatir el cambio climático, para la captura de dióxido de carbono y de agua en sitios en donde es muy difícil acceder a ella, en el desarrollo de energías limpias, en el campo de la biomedicina.

"Estos materiales son una de las plataformas más preciosas, más importantes, de la química moderna", indica Maspoch.

"Las estructuras metalorgánicas tienen un enorme potencial, ya que ofrecen oportunidades antes impensables para crear materiales a medida con nuevas funciones", afirmó Heiner Linke, presidente del Comité Nobel de Química.

Yaghi ganó el Premio Tang "por sus extraordinarias contribuciones al desarrollo sostenible con sus pioneras estructuras metalorgánicas y otras estructuras ultraporosas que pueden adaptarse para la captura de carbono, el almacenamiento de hidrógeno y metano, así como la recolección de agua del aire del desierto".

En su discurso, en el evento en que se le entregó ese galardón, el químico volvió a evocar su travesía.

"Mientras reflexiono sobre mi viaje, me recuerdo que la vida raras veces te ofrece las condiciones perfectas. Con frecuencia nos encontramos esperando el momento correcto, los recursos correctos o las circunstancias correctas para empezar a perseguir nuestros sueños.

"Pero si hay algo que mi vida me ha enseñado es que esperar las condiciones ideales puede con frecuencia significar una espera eterna.

"La clave es empezar estés donde estés con lo que sea que tengas y confiar en que con un pensamiento sólido el viaje irá tomando su propia forma a medida que te mueves hacia adelante".



https://youtube.com/shorts/Y3U24gSBaUQ?si=24PitzYiBou0EWFg

Joan Peiró: obrero del vidrio, secretario general de la CNT y ministro de la República


Fuentes: Rebelión




CGT-València, la Fundación Salvador Seguí y la Fundación Ferrer i Guàrdia rinden homenaje al militante anarcosindicalista 

 “Lo interesante ahora es saber que para el Sindicalismo y Anarquismo aún es tiempo de renovarse espiritual y orgánicamente”, afirmó el militante anarcosindicalista catalán y secretario general de la CNT -en los años 20 del siglo pasado-, Joan Peiró Belis (1887-1942); escribió estas palabras en el libro Problemas del sindicalismo y del anarquismo, publicado en 1930 (durante el denominado periodo de entreguerras); en el citado texto añadió:

“El sindicato es el instrumento para la defensa de clase. Harto se comprende, además, que el concepto general de clase, desde nuestro punto de vista, no admite más que una: la sujeta a la ley del salario”.

Antes de cumplir los 10 años, Joan Peiró empezó a trabajar como vidriero en una factoría de Barcelona; y antes de la veintena, se enroló en la militancia sindicalista (estuvo influido por el sindicalismo revolucionario francés); en esa época, pasada la infancia, Peiró aprendió a leer y escribir; accedió a la Secretaría General de la CNT en 1922, cuando ya había desempeñado tareas de responsabilidad en el sindicato (a partir del congreso de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña, de 1918).

Los pormenores de la biografía de Joan Peiró Belis pueden seguirse en la obra de 598 páginas Juan Peiró, mi padre. Una vida ejemplar, escrita por el hijo del histórico cenetista, José Peiró Olives; editada en 2025 por la Fundación Salvador Seguí, la biografía fue presentada el 8 de octubre en el Centre cultural Octubre de Valencia, en un acto de homenaje organizado por la CGT-València, la Fundación Salvador Seguí y la Fundación Ferrer i Guàrdia.

Joan Peiró murió fusilado por la dictadura franquista el 24 de julio de 1942, en el denominado paredón de España del municipio valenciano de Paterna; había ejercido como ministro de Industria de la II República -durante el Gobierno de Largo Caballero-, y al concluir la guerra española se exilió en Francia; fue detenido por los nazis; la dictadura solicitó la extradición del anarcosindicalista, que se hizo efectiva en febrero de 1941.

Pasó por la prisión y fue objeto de torturas, se le trasladó a Valencia en abril y, en 1942, afrontó un juicio en el que fue condenado a muerte y ejecutado junto a seis militantes cenetistas; la nota informativa de la CGT recuerda las palabras que Joan Peiró dirigió a su abogado, al conocer la resolución judicial: “Con mi muerte, me gano a mí mismo”.

Además de la presentación de Juan Peiró, mi padre. Una vida ejemplar, en la que participaron la nieta del anarcosindicalista, Amapola Peiró, el presidente de la Fundación Salvador Seguí, Emili Cortavitarte, y la secretaria de la Mujer de CGT-València, Carmen Jareño, el acto de reconocimiento al sindicalista incluyó la instalación de un azulejo -en su memoria- en el paredón del cementerio de Paterna.

José Peiró Olives permaneció expatriado junto a su padre hasta que éste fue capturado; el libro de la Fundación Salvador Seguí destaca la vinculación militante de Joan Peiró con la CNT, además de otros aspectos como su labor periodística -ejerció la dirección de Solidaridad Obrera y del periódico libertario Catalunya-; el desempeño del cargo de comisario general de la Energía Eléctrica, en el Gobierno de Negrín y, en el exilio de Francia, la participación en la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), constituida en 1939.

En el verano de 2017 se cumplió el 75 aniversario del fusilamiento de Joan Peiró; por este motivo, el historiador Emili Cortavitarte publicó un artículo en el periódico Rojo y Negro (La forja de un revolucionario), en el que se refería a los últimos días del vidriero y cooperativista nacido en el barrio de Sants (Barcelona):

“En el juicio militar, declararon a favor de Peiró una serie de personas vinculadas a los vencedores. De nada sirvieron, la Falange de Mataró aumentó el tono de las acusaciones y el fiscal incluso le hizo responsable de la Semana Trágica de 1909. La sentencia fue: pena de muerte y no tramitación expresa de propuesta de conmutación”.

En 1989 los restos mortales de Joan Peiró fueron trasladados al Cementerio Viejo de Mataró, donde se hallan actualmente; antes reposaban en el camposanto de Paterna, municipio en el que el anarcosindicalista fue soterrado -tras su fusilamiento- en 1942.

Años atrás, en la época que Joan Peiró ingresó por segunda vez en el ejecutivo republicano -comisario en el ámbito de la Energía Eléctrica (abril de 1938)-, “preparaba un libro sobre la más adecuada gestión de los recursos económicos de España. Sus artículos recogen la crítica a las nacionalizaciones de las empresas, excepto algunas de carácter estratégico, y su defensa de las colectivizaciones (…)”, subraya Emili Cortavitarte.

Los años 20 tuvieron relevancia en la trayectoria de Peiró; fue objeto de dos atentados y estuvo en las cárceles de Soria y Vitoria; ubicado en la Secretaría General de la CNT, tuvo lugar la Conferencia de Zaragoza (1922), en la que se abordó Nuestra posición ante la política y el sindicato se calificó como “un organismo netamente revolucionario”; en 1925, el líder sindical estuvo entre los promotores de la Cooperativa del Vidrio de Mataró; durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) pasó de nuevo por la prisión y se desempeñó, por segunda vez, como secretario general de la CNT.

Asimismo resulta de interés la biografía del autor de Juan Peiró, mi padre. Una vida ejemplar; así, nacido en 1917 en el municipio de Badalona, José Peiró Olives se formó -hasta los 14 años- en la escuela racionalista de la Cooperativa del Vidrio de Mataró; además de trabajar como vidriero, militó en la CNT, compromiso que se prolongará -durante la guerra de España- con el enrolamiento voluntario en la Brigada Ascaso; Joan Peiró participó, en concreto, en el Frente de Aragón.

Finalizado el conflicto de 1936-1939, se exilió con su familia a Francia, donde se implicó en la lucha de la Resistencia contra la ocupación del III Reich, y contra el gobierno colaboracionista de Vichy; en reconocimiento al compromiso, José Peiró Olives recibió la Medalla de la Defensa de París, entre otros galardones.

Su recorrido militante continuó como secretario del comité peninsular de las Juventudes Libertarias y, asimismo, de la Federación Local de la CNT en París; colaboró a menudo en periódicos libertarios, y participó en la lucha antifranquista; su retorno al estado español -desde el exilio- se produjo tras la muerte del dictador; en 1978 José Peiró Olives publicó el libro Juan Peiró. Teórico y militante del anarcosindicalismo español.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes. 

martes, 25 de noviembre de 2025

Qué vergüenza, qué impotencia, qué rabia y qué pena

Una reflexión crítica sobre la sentencia del Supremo, la condena al Fiscal General y el uso político de la justicia y las elecciones en España.

Me acabo de enterar en la ciudad mexicana de Puebla de que el Tribunal Supremo de mi país ha condenado al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, a dos años de inhabilitación y a pagar al pobrecito Alberto González Amador una cantidad de dinero para compensarle de los daños morales que ha sufrido por una filtración que no hizo. Esto sí que es un fallo. Imagino que el litigante ya no pensará exiliarse de este país a cuya Hacienda había robado pues ahora le van a pagar un dinerito gratis y que habrá desterrado la idea del suicidio, idea que no le hubiera resultado muy difícil llevar a cabo disponiendo de un bonito ático.

La sentencia me ha desconcertado. O filtró o no filtró la noticia. Si la filtró, la sentencia es ridícula; si no la filtró, es injusta. Porque da la impresión por la sentencia de que lo hizo a medias. ¿Para qué se celebró el juicio entonces? Podrían habérselo ahorrado. ¿Para qué sirvió la declaración de los testigos? Podrían no haber declarado. Veremos lo que dice la sentencia. Tendrán que hacer juegos malabares para justificar la condena. Porque nadie ha visto una sola prueba. Ni media prueba.

Aunque en el juicio no ha quedado probada la culpabilidad del Fiscal, el señor Feijóo va más lejos al afirmar que fue el Presidente del gobierno quien le dio instrucciones al Fiscal para que llevase a cabo la filtración. ¿Qué pruebas tiene para poder decirlo? Ninguna. Pero que esté tranquilo, que si se presenta una denuncia ante el Supremo, en el juicio que se celebre le darán la razón y condenarán al Presidente. Lo que tiene el señor Feijóo no son pruebas sino un motivo, que es pedir la convocatoria de elecciones. Qué manía con las elecciones desde el día que se formó gobierno y empezaron a decir que era ilegítimo. Un gobierno, como dice el portavoz del PP Miguel Tellado, que nunca debería haberse constituido y que pronto estará enterrado en una fosa. Qué pasión por las elecciones. Hoy conmemoramos el cincuenta aniversario de la muerte del dictador que nos tuvo cuarenta años sin comicios. A estos demócratas del PP y de Vox jamás se les ocurrió ni mencionarlas en tan largo período de tiempo.

Vergüenza
Al recibir la noticia me han embargado cuatro sentimientos que todavía están peleándose dentro de mí para ver cuál prevalece sobre los otros. Y no hay manera. No se me va la vergüenza de haber visto culminada una operación de acoso y derribo al Fiscal General (y en definitiva al Gobierno) sin que exista prueba fehaciente de la culpabilidad. Es más, es que hay pruebas de la inocencia del condenado. Porque hay seis acreditados periodistas (unos periodistas que no se dedican como ha hecho el ínclito periodista Miguel Ángel Rodríguez a difundir bulos y a mentir descaradamente delante del tribunal), que tenían la noticia antes de que le hubiera llegado al Fiscal General. Ya lo dijeron en la fase de instrucción. Este hecho tendría que haber sido suficiente para no sentar al Fiscal en el banquillo. Claro que, como la operación diseñada tenía que llegar a donde ha llegado, esas declaraciones no sirvieron para nada ni en un momento ni en otro. El Tribunal Supremo ha condenado a un inocente. Prevaricación en estado puro. No tengo otro remedio que aceptar la sentencia, pero no la comparto, no la considero justa, no la considero respetable. Siento una profunda vergüenza por la decisión de esos cinco jueces que han firmado una sentencia de naturaleza política, contra toda evidencia. Sí, qué vergüenza.

Impotencia
El segundo sentimiento que me invade es el de impotencia.
Resulta desesperante tener que aceptar el veredicto, a sabiendas de que es injusto. José Luis Martín Pallín acaba de decir que se trata de un golpe de estado que, en lugar de utilizar armas ha utilizado palabras, que en lugar de emplear estrategias militares ha puesto en marcha procesos judiciales. Dice que estos jueces son “activistas políticos”. Creí que no iban a ser capaces, sinceramente. Pensé que, ante la contundencia de lo sucedido en el juicio, no se iban a atrever. Pero lo han hecho. Como ciudadano de a pie, nada puedo hacer para luchar contra la sentencia. Solo puedo alzar la voz para decir que este sí que es un fallo. Un fallo de gran calado. Siento una enorme impotencia porque todo el que ha seguido el proceso ha podido comprobar que no hay pruebas contra el Fiscal, que no hay ni siquiera indicios fundados.

Rabia
El tercer sentimiento que me embarga es el de rabia por lo que acabo de saber. Una rabia enorme, sorda, dolorosa. Porque creo que todo el proceso ha estado lleno de irregularidades, de exageraciones y de falsedades. Era un caso con final incluido. Creí que no iban a ser capaces, pero lo han sido. Fue un acto de ingenuidad por mi parte pensar que de algo valdría el hecho de no haber encontrado una prueba fehaciente de la filtración. Claro que, como dice Rafael Rufián, podría haber tenido en cuenta que le están juzgando el juez de Rajoy, Ángel Hurtado, y la fiscal de Ayuso, la inefable señora Almudena Lastra. Esa fiscal que tiene bien archivadita la causa que una y otra vez piden que sea activada los familiares de las víctimas que fallecieron en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia. Esa fiscal que tiene su despacho en la planta tercera planta donde alguien ha dicho que le entregaron los datos de la discordia.

Pena
Y me da mucha pena. Sí, me da pena. He sentido una enorme tristeza en esta mañana del día veinte de noviembre. Porque veo que la verdad no importa, que las pruebas no importan, que las mentiras pronunciadas ante el tribunal no importan, que los bulos no importan, que lo único que importa es acabar con el adversario político. Y eso en la cúpula del poder judicial. Ha sido el Tribunal Supremo quien ha consumado esta felonía. Siento pena por el condenado porque considero que es un inocente que paga los platos rotos de una polarización extrema. Siento pena porque se le ha dado la razón a quien no la tiene. Porque se ha compensado con dinero a quien ha robado sin contemplaciones, a quien ha pedido cuatro años de cárcel a quien no había hecho nada merecedor de una condena.

Ha sido una sorpresa la celeridad que han tenido en hacer pública la sentencia. La han difundido antes incluso de haber sido redactada. Han tenido prisa. Una prisa inusitada. Y la han hecho coincidir con este día 20 de noviembre, fecha en la que el dictador Francisco Franco moría en la cama de una habitación de un Hospital de Madrid que lleva el paradójico nombre de La Paz. No hubieran podido escoger una fecha mejor.

Y ahora viene la vergonzosa celebración de esta victoria. Estoy seguro de que esos cuatro sentimientos van a ser alimentados durante un buen tiempo por quienes se frotan las manos por esta injusta sentencia. Como si la justicia fuera infalible, como si fuera inocente. Lo estoy viendo en algunas reacciones que me llenan de sonrojo. No la califico de injusta por capricho ni por sectarismo. Nadie me podrá demostrar que es una sentencia justa hasta que no me aporte una prueba incontestable de la filtración. Porque no la hay a pesar de las búsquedas desesperadas y exorbitantes, propias de casos de la gravedad extrema del terrorismo.

Voy a poner un ejemplo de lo que vamos a tener que soportar en los próximos días. Son las palabras de Margalida Prohens, presidenta del Gobierno de las Islas Baleares. Del Partido Popular, faltaba más. Dice con todo el descaro: “El Supremo condena hoy una manera de hacer y de entender la política, la de la degradación de las instituciones que son de todos, la de la destrucción personal del adversario político, la del barro, la del todo vale, la de la mentira, la de los muros y la del desprecio a la ley”. Y se queda tan pancha. Eso es objetividad, rigor, ausencia de muros y respeto al adversario.

Una de las personas que celebrará con regocijo la sentencia será la señora Ayuso. Decía hace unos días que ella nunca critica a los jueces. Claro que no. ¿Cómo va a criticar a los suyos? ¿Cómo va a criticar a la señora Almudena Lastra, “su” Fiscal? Y otro que se alegrará de su premonición es el Ínclito MAR: “el Fiscal General irá palante”. Y ha ido. Gracias a sus bulos y a sus mentiras. Lo tenía muy claro. La maquinaria estaba muy bien engrasada. La presunción de inocencia se había roto desde el primer momento. Solo faltaba montar un proceso de instrucción y un juicio que diese forma legal a la maniobra.

Se dirá que el escándalo es tremendo. Por primera vez resulta condenado el Fiscal General del Estado. Pues sí, un escándalo de primera magnitud. Pero el escándalo no es que haya sido acusado, juzgado y condenado el Fiscal sino que haya sido acusado, juzgado y condenado injustamente. Ese es el escándalo. Y por eso tengo tanta vergüenza, tanta impotencia, tanta rabia y tanta pena.

lunes, 24 de noviembre de 2025

_- Quiénes fueron los millones de europeos que emigraron a América Latina tras la Independencia (y por qué se fomentó su llegada)

Un grupo de migrantes europeos posan ante la cámara a su llegada a un puerto argentino

_- Millones de europeos llegaron a América Latina desde mediados del siglo XIX

Es 11 de agosto de 1883 y el barco mercante 'Mendoza' está entrando en el puerto de Buenos Aires, Argentina. A bordo, cientos de pasajeros se asoman a las barandillas con una mezcla de curiosidad, temor y esperanza. 

 Hace un mes que salieron desde Nápoles y, a su llegada al puerto, completan el pertinente registro: Francesco Scola, 23 años, jornalero; Nicoleta Calafiori, 31 años, costurera; Giovanni Quaranta, 27 años, herrero,... y así un sinfín de recién llegados. Los datos de Francesco, Nicoleta o Giovanni, que conocemos gracias al Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (CEMLA), son solo tres ejemplos de los cientos de migrantes que llegaron cada semana, durante ocho décadas, a la capital argentina provenientes del otro lado del Atlántico. Pero el caso bonaerense no era aislado, ya que, desde mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX, millones de europeos cruzaron el océano con destino a multitud de ciudades por todo el litoral latinoamerica. "La utilización del pasaporte como instrumento de control fronterizo llegó a raíz de la Primera Guerra Mundial. Antes era un mundo con gran libertad de migración, de movimiento", cuenta a BBC Mundo Chiara Pagnotta, historiadora en la Universidad de Barcelona. 

Migrantes italianos llegan al puerto de Buenos Aires, Argentina, alrededor de 1910.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Migrantes italianos llegan al puerto de Buenos Aires, Argentina, alrededor de 1910.

Las primeras décadas del siglo XIX trajeron consigo la formación de numerosas repúblicas por toda América Latina en los territorios que hasta entonces habían formado parte de los imperios español y portugués. Una vez establecidos, estos nuevos estados fueron poniendo en marcha sus cimientos políticos, económicos y sociales. Sin embargo, varios de ellos contaban con un obstáculo: no tenían suficiente población para exprimir todo su potencial de crecimiento.

"Gobernar es poblar"

En lugares como Argentina o Uruguay, que contaban con las materias primas necesarias para convertirse en países mucho más prósperos, no existía la fuerza laboral suficiente para llevarlo a cabo. Por lo que la solución de estos nacientes países fue importar población. Un ejemplo es la famosa expresión "Gobernar es poblar", del intelectual, político y diplomático argentino Juan Bautista Alberdi, quien fue clave en la configuración de la Constitución Argentina de 1853. Así es como, desde mediados del siglo XIX, infinidad de barcos como el 'Mendoza' fueron llegando a los puertos de toda Latinoamérica cargados de migrantes en busca de un futuro mejor. "Había grandes facilidades para que los migrantes procedentes de Europa se instalasen en estos países, pero había bastantes menos opciones y posibilidades para que migrantes de países vecinos, sobre todo indígenas y mestizos, pudieran instalarse", cuenta Carlos Malamud, catedrático de Historia de América en la UNED. 

Una familia italiana de migrantes en Mendoza, Argentina, a principios del siglo XX

Una familia italiana de migrantes en Mendoza, Argentina, a principios del siglo XX

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,

Una familia italiana de migrantes en Mendoza, Argentina, a principios del siglo XX 

Más concretamente, el perfil buscado por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos eran migrantes de Europa Central y del Norte. Es decir, aquellos provenientes de países como Francia, Alemania o Reino Unido, los cuales se consideraban más avanzados, según los baremos de la época. Sin embargo, precisamente por las mejores condiciones de vida en aquellos lugares, sus ciudadanos contaban con menos incentivos para migrar. Por lo que los ocupantes de aquellos barcos que cruzaban el Atlántico acabaron siendo mayoritariamente europeos del Sur… es decir, españoles, italianos o portugueses. Si bien fueron los más numerosos, no solo fueron europeos los que llegaron a las costas de América Latina durante aquellas décadas. En la costa americana del Pacífico, miles de chinos fueron a trabajar en plantaciones, minas o construcciones en países como Perú, Chile o México. O miles de sirios o libaneses, quienes hasta la Primera Guerra Mundial llegaban a América Latina portando el pasaporte otomano y que eran comúnmente conocidos como "turcos". 

Jóvenes y golondrinas 

Más allá de nacionalidades, el perfil entre los recién llegados tenía un denominador común: jóvenes en edad de trabajar, muchos de ellos solteros -aunque los había también que llegaban con la familia al completo- y mayoritariamente de origen rural, básicamente campesinos. Teniendo en cuenta la realidad actual, puede sorprender a muchos el hecho de que, durante unas ocho décadas, millones de personas dejaran Europa para buscar una vida mejor en América Latina. Pero había razones para ello. Con el avance de la revolución industrial, el campesinado europeo se fue empobreciendo, sobre todo en los países del Sur. En su búsqueda de mejores salarios y condiciones laborales, América Latina se convirtió en una opción muy atractiva para estos campesinos. 

 "Los países latinoamericanos entraron en el sistema mundial como países primarios, básicamente de productos agrícolas, productos derivados de la ganadería…", explica Pagnotta. Como Europa demandaba estos productos, América Latina se convirtió en una importante región exportadora. La misma revolución industrial que perjudicó al campesinado europeo, facilitó, sin embargo, su viaje al otro lado del Atlántico. En aquella época se produjo un enorme desarrollo de los medios de transporte, lo que aceleró los tiempos de llegada hasta América Latina. Un barco mercante con pasajeros tardaba algo más de un mes en cruzar desde Europa. Un grupo de migrantes se entretiene con un juego en el Hotel de Inmigrantes en Buenos AiresFuente de la imagen,Archivo General de la Nación, Argentina Pie de foto,Un grupo de migrantes se entretiene con un juego en el Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires Había quienes llegaban con la familia a cuestas y con la convicción de asentarse en los nacientes países latinoamericanos. Otros, sin embargo, viajaban por temporadas y eran conocidos como migrantes golondrina. Generalmente eran italianos y españoles, que iban a América Latina para el periodo de cosecha, ganaban un buen dinero y luego regresaban a Europa. Y algunos repitieron este viaje de ida y vuelta varias veces. Otra variable que influía en los recién llegados, era si conocían a alguien en el lugar de destino o si, por el contrario, estaban solos. Los primeros tenían la fortuna de que algún amigo o familiar ya había emigrado a ese lugar y podía acogerlos durante los primeros días o semanas. Los que no contaban con esa ventaja, solían recibir el apoyo del gobierno local. Un ejemplo fue el llamado Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires que asistió a miles de ellos durante las primeras décadas del siglo XX. Este funcionaba como alojamiento para los recién llegados, mientras encontraban un empleo y un lugar al que desplazarse. Incluso algunos migrantes recibían allí una formación para el trabajo agrario, que era el destino más común para quienes no certificaban tener otro oficio. 

Multiplicar la mano de obra 

Aunque los migrantes europeos se repartieron por toda América Latina, algunos países fueron el destino más habitual. El caso más notable seguramente es el de Argentina. En los ochenta años que engloba este gran proceso migratorio del que hablamos -la segunda mitad del siglo XIX y las tres primeras décadas del XX-, se instalaron unos cuatro millones de europeos en Argentina. Tal fue la influencia de su llegada, que si en 1850 tenía una población de 1,1 millones de habitantes, para 1930 había llegado casi a los 12 millones. Un caso similar es el de Uruguay, donde se instalaron unos 600.000 europeos, pasando en este mismo periodo de 132.000 habitantes a casi 1,6 millones. O en Brasil, donde se instalaron 2 millones de europeos y su población pasó de 7 a 33 millones. Sin olvidar países como Cuba, República Dominicana o El Salvador, donde la influencia migratoria fue también muy reseñable. 

Mapa de los destinos principales destinos de los migrantes europeos en América Latina. 

Aunque los migrantes europeos llegaron a todos los rincones de América Latina, Argentina, Brasil, Uruguay y Cuba fueron los principales destinos. 
Mapa de los destinos principales destinos de los migrantes europeos en América Latina. Aunque los migrantes europeos llegaron a todos los rincones de América Latina, Argentina, Brasil, Uruguay y Cuba fueron los principales destinos.

Argentina, Brasil, Uruguay o Cuba demandaban mucha mano de obra, porque tenían un gran potencial exportador de materias primas. Azúcar y tabaco en Cuba, café en Brasil, o cereales y carne en Argentina y Uruguay. Sin embargo, otros países exportadores, como era el caso de México o Perú, no necesitaban tanta mano de obra. Los expertos lo achacan a que estos estados contaban con una gran población de base indígena. Además, "la política de atracción de mano de obra europea se sitúa en un momento en el que se estaba aboliendo la esclavitud en todos los países latinoamericanos. Por ejemplo, los italianos en el estado de Sao Paulo (Brasil) fueron a sustituir, sobre todo, la mano de obra esclava recién liberada", explica Pagnotta. Como antes mencionamos, los grupos más numerosos eran los españoles, portugueses e italianos. La preferencia de los dos primeros por América Latina tiene mucho que ver con el idioma compartido, que hacía más fácil su integración. Sin embargo, el caso de los italianos, es más particular, ya que aunque muchos emigraron también a Estados Unidos, fueron a su vez el grupo de migrantes más numeroso en países como Argentina o Brasil. 

¿Amenaza o 'blanqueamiento'? 

La determinación de los gobiernos latinoamericanos por atraer a estos migrantes provocó que se implementaran diferentes políticas que hicieran más fácil su atracción. No solo era importante que llegara mano de obra, sino también que se integrara en aquellas sociedades. Como se buscaba que muchos de los recién llegados se dedicaran a trabajar el campo, los gobiernos solían poner facilidades para adquirir tierras o, incluso, a veces se les cedían en calidad de "colonos". Pero como muchos de los deseados migrantes no llegaban solos, era necesario también pensar en sus familias. De ahí que se les prometía una educación libre y gratuita para sus hijos, algo que facilitaba la integración. Eso sí, la llegada de millones de europeos no fue percibida igual por todos en América Latina. Migrantes italianos juegan al juego de las bochas en ArgentinaFuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,Migrantes italianos juegan al juego de las bochas en Argentina "Había sectores más populares que veían la migración como una gran amenaza por la competencia por los puestos de trabajo. Había también sectores mucho más encumbrados, bien cultural o socialmente, que veían en la emigración un riesgo para la homogeneidad de las sociedades, es decir, la homogeneidad étnica, la homogeneidad cultural, etc", explica Malamud a BBC Mundo. Pero incluso había otros "para los que esto era una gran oportunidad porque, desde un punto de vista racial, veían en la emigración, sobre todo europea, la gran oportunidad de 'blanquear' la sociedad frente al peso que tenían indígenas y mestizos". Esta última visión fue incluso promovida por varios gobiernos en América Latina. Es el caso, por ejemplo, de la Constitución argentina de 1853, que incitaba la inmigración específicamente europea. O la ley de inmigración de 1912 en República Dominicana, que manifestaba la preferencia por la "raza caucasiana". 

Poblar las fronteras 

Aunque algunos migrantes optaron por quedarse a vivir en las principales ciudades, la mayoría se trasladaron a las zonas rurales para trabajar en el campo. Y los gobiernos latinoamericanos incentivaron principalmente que estos migrantes se mudaran a las zonas rurales… de las fronteras. "Las fronteras latinoamericanas se consolidaron concretamente en el siglo XIX. Todas las guerras de frontera, la guerra del Pacífico, la guerra del Chaco, la de la Triple Alianza, son guerras por el control del territorio y de sus recursos. Y en esta batalla, colocar a un 'muro poblacional' en las zonas fronterizas era muy importante", señala Pagnotta. Aunque en estas regiones limítrofes solían vivir ya poblaciones indígenas, que en muchas ocasiones fueron forzadas a desplazarse hacia el interior del país. Miles de agricultores alemanes migraron a América Latina tras la Primera Guerra MundialFuente de la imagen,Archivo General de la Nación, Argentina Pie de foto,Miles de agricultores alemanes migraron a América Latina tras la Primera Guerra Mundial 

Miles de agricultores alemanes migraron a América Latina tras la Primera Guerra Mundial

Fuente de la imagen,Archivo General de la Nación, Argentina

Pie de foto,Miles de agricultores alemanes migraron a América Latina tras la Primera Guerra Mundial

El gran periodo migratorio se ralentizó durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), aunque el fin del conflicto incentivó la llegada de algunos grupos. Es el caso, por ejemplo, de miles de agricultores alemanes que migraron a América Latina tras la guerra huyendo de la pobreza. Pero si hay una fecha con la que puede ponerse el cierre a esta gran etapa migratoria hacia América Latina coincide con la Crisis de 1929 o Gran Depresión. Esta crisis financiera, que ocasionó un grave deterioro de la economía a escala mundial, provocó también que América Latina redujera su nivel de exportaciones. Mientras que ocho décadas antes la región necesitó de una mayor mano de obra, en la década de 1930 la demanda se redujo considerablemente. Incluso algunos migrantes acabaron regresando a sus países de origen, como es el caso de los llamados "indianos", españoles que regresaron a su país tras hacer fortuna en América. A pesar de considerar ese momento como el final del gran periodo migratorio de europeos hacia América Latina, el proceso no se detuvo aquí. Por ejemplo, en los siguientes años, miles de europeos, muchos de ellos judíos, llegaron huyendo del nazismo. A su vez, tras terminar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), miles de nazis o colaboradores del Tercer Reich también escaparon a Sudamérica, muchos de los cuales nunca fueron llevados ante la justicia. Los millones de personas que abandonaron Europa desde mediados del siglo XIX acabaron transformando la demografía, la cultura, la lengua y las costumbres de América Latina. Un proceso repetido a lo largo de la historia por todo el mundo, que simplemente ha ido cambiando el lugar de origen y el de destino, porque, como dice Carlos Malamud, "las migraciones son tan viejas como la humanidad". 

 Mapa por Caroline Souza, del Equipo de periodismo visual de BBC Mundo. 

domingo, 23 de noviembre de 2025

El fraude como negocio: cómo nos engañan los delincuentes financieros

Fuentes: CTXT [Imagen: Anne Brorhilker, exfiscal de Colonia (Alemania), especializada en fraude fiscal. /Finanzwende/Felix Brüggemann]


Conferencia de Anne Brorhilker, la exfiscal alemana que destapó un gigantesco escándalo de fraude fiscal urdido por bancos, intermediarios financieros, abogados, fondos y políticos como el excanciller Olaf Scholz 

 La imprescindible serie El dinero de otros (Filmin) ha devuelto a la actualidad un escándalo enorme y enormemente silenciado en España (incluida esta revista). Conocido como el Caso Cum-Ex, fue urdido por más de un centenar de bancos, docenas de despachos de abogados, fondos de inversión e intermediarios financieros, y salpicó a políticos de primera línea, como el excanciller alemán Olaf Scholz. La exfiscal de Colonia Anne Brorhilker, que investigó el asunto desde 2013 hasta el año pasado, calculó que esa trama global de lavado de dividendos estafó a las agencias tributarias europeas más de 150.000 millones de euros en 20 años. El saqueo organizado de las arcas públicas consistía en que los bancos reclamaban a distintas Haciendas europeas el reembolso de los impuestos sobre beneficios de sus clientes (que permanecían en el anonimato), asegurando que lo habían pagado ya en otro país, y las agencias tributarias devolvían el dinero sin rechistar porque no podían comprobar quiénes eran esos clientes y si realmente habían pagado o no el impuesto en otro lugar. En España, el principal investigado fue el Santander. En 2014, Brorhilker comunicó al banco la apertura de una investigación penal contra diez exempleados y “altos responsables” del grupo, entre ellos Stephen Woodhead, jefe del departamento de Short term equity trading (ventas en corto de acciones) en Londres. Sin embargo, el exfiscal anticorrupción Luis Rodríguez Sol, miembro del Opus Dei, se negó en 2018 a ordenar el registro de la ciudad financiera de Boadilla solicitado por la fiscal de Colonia. La acusación mantuvo que, dada la magnitud de las transacciones y préstamos concedidos para ejecutar las operaciones fraudulentas, que asciende a unos 18.000 millones, el fraude debió ser conocido necesariamente por la alta dirección del grupo. CTXT rescata ahora esta conferencia pronunciada en mayo de 2025 por Anna Brorhilker, que dejó la fiscalía en 2024 y hoy trabaja en Finanzwende, una ONG especializada en perseguir y denunciar la evasión fiscal.

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Hola a todos.

100.000 millones de euros: esa es la estimación de los daños causados por la evasión fiscal cada año en Alemania. Son 270 millones de euros al día, 11 millones de euros a la hora. Y mientras os cuento esto, ya han vuelto a desaparecer 100.000 millones de euros solo con las operaciones Cum-Ex y Cum-Cum, de las que me he ocupado intensamente durante años y que han causado miles de millones en daños. Son términos que se utilizan en el sector financiero. No se trata del comercio clásico de acciones, sino de un comercio escenificado con el único fin de ganar dinero a través de beneficios fiscales, ya sea pagando menos impuestos de los que realmente se deberían pagar –lo que se denomina Cum-Cum–, u obteniendo devoluciones de impuestos que antes ni siquiera se han pagado, el Cum-Ex.

Según el profesor Spengel, de la Universidad de Mannheim, Cum-Ex ha causado un perjuicio fiscal en Alemania de unos 10.000 millones de euros mientras que el Cum-Cum ha provocado incluso casi el triple, estimado en 28.500 millones de euros. Estas cifras son estimaciones muy prudentes. Todo ese dinero nos vendría muy bien. Al fin y al cabo, el último Gobierno se rompió por los debates sobre el presupuesto y el nuevo gobierno se enfrenta más o menos al mismo problema.

Necesitamos el dinero para todo: para educación, infraestructuras y también para mejorar la cohesión de nuestra sociedad. Y con 100.000 millones de euros más en las arcas cada año, la situación mejoraría considerablemente.

Por lo tanto, se podría pensar que existe un gran interés político en poner fin a este robo fiscal, pero, lamentablemente, la realidad es muy diferente. Si nos preguntamos si estamos haciendo algo para evitar que se robe descaradamente a nuestras arcas fiscales, la respuesta es: bueno, no tanto.

Esta es una frase con la que me gusta que me citen y que es absolutamente cierta en el ámbito de los delitos económicos graves: se atrapa a los pequeños y se deja escapar a los grandes. Y esto no se basa solo en mi experiencia personal, sino que también nos lo dice la investigación criminológica. La investigación y el enjuiciamiento de los delitos económicos son difíciles. De hecho, una parte considerable de los procedimientos penales se archiva. Solo una de cada veinte acusaciones, solo uno de cada veinte casos llega a ser juzgado. Y este insatisfactorio y delicado hallazgo, desde el punto de vista del Estado de derecho, refleja la asimetría entre las autoridades judiciales y los acusados.

¿Qué consecuencias tiene esto para nosotros?
La delincuencia económica nos perjudica en muchos aspectos. En primer lugar, por los enormes daños al presupuesto. Recordemos que 100.000 millones de euros escapan cada año de las arcas del Estado. En segundo lugar, la delincuencia económica también perjudica a la economía en general, ya que los delincuentes utilizan métodos delictivos para obtener ventajas competitivas y alterar artificialmente los precios, por ejemplo, mediante el trabajo en negro. Lo mismo ocurre con las estafas fiscales. En ellas siempre hay una empresa que no paga impuestos y, por lo tanto, pueden ofrecer productos más baratos que el resto del mercado, los empresarios honestos.

100.000 millones de euros escapan cada año de las arcas del Estado
Si el Estado no interviene ni controla, los empresarios honestos y también las personas honestas dejan de ser competitivas y, por lo tanto, se las considera tontas.

Si el Estado no actúa con la misma firmeza contra la evasión fiscal grave que, por ejemplo, contra el fraude en las cotizaciones sociales, entonces, en tercer lugar, puede dar la impresión de que se está aplicando un doble rasero. Y todo ello daña la confianza en el Estado de derecho y, por cierto, también tiene un efecto negativo en la llamada honestidad fiscal o la moral fiscal. Porque si ya nadie respeta las normas y el Estado tampoco interviene, esta moralidad seguirá disminuyendo.

Pero, ¿a qué se debe realmente esa actitud? Se debe principalmente a la enorme influencia política del lobby financiero. Por lobby financiero nos referimos a los bancos, los fondos, las aseguradoras y sus grupos de interés. Siempre se nos describe como una nación de automóviles. Por eso, personalmente creía que el lobby del automóvil era el más poderoso de Alemania. Sin embargo, está muy por detrás del lobby financiero. En Alemania existe desde hace tres años un registro de lobbies. Cada año lo miramos y lo evaluamos en Finanzwende. Y ahí se ve claramente que el lobby financiero ocupa el primer lugar cada año. También este año, 10 de las 100 entradas más poderosas del registro de grupos de presión proceden de bancos, fondos, bancos de inversión, aseguradoras y la industria financiera. Cada año gastan casi 40 millones de euros en actividades de presión, lo que supone más que el automóvil y el lobby químico juntos. Hay 442 lobistas, que se traduce en casi diez individuos por cada miembro de la comisión de finanzas del Bundestag. Y, por supuesto, estos grupos de presión saben exactamente qué historias deben contar para poder imponer sus intereses. Y no solo les cuelan sus historias a los políticos, sino que también las difunden al público a través de los medios.

He traído algunos ejemplos, otra vez relativos a las operaciones Cum-Ex. Vuelvo a recordar que se trata de una estafa fiscal ilegal que nos ha costado a todos unos 10.000 millones de euros. En 2014, los medios de comunicación las describían como un vacío legal, una zona gris. ¿Qué sugiere esa formulación? Pues que existe una laguna que se puede aprovechar y que el propio legislador es el culpable si, como se afirmaba, elabora leyes descuidadas.

Veamos ahora un artículo del Frankfurter Allgemeine Zeitung, de 2019, que presenta una historia sobre impuestos, algo sobre lo que he trabajado mucho como fiscal. Al parecer, aquí no cuenta mucho el sentido común. ¿Qué significa esto? Bueno, en realidad es bastante evidente que no se pueden reclamar impuestos que no se han pagado. Y esto, que es evidente, se pretende descalificar como si fuera una conclusión tonta. El mensaje que hay detrás es que todos aquellos que no sean abogados fiscalistas deben mantenerse al margen de esta discusión y no deberían atreverse a tener su propia opinión.

Se trata de un artículo en el que uno de los principales responsables de operaciones Cum-Ex habla directamente y nos cuenta que ha sido víctima de una persecución política, es decir, víctima de la arbitrariedad del Estado.

Lo cierto es que dos tribunales diferentes lo condenaron a largas penas de prisión. Los recursos contra estas sentencias tampoco han tenido éxito. Lo mismo ocurre con el resto de narrativas sobre las Cum-Ex. Lagunas legales, arbitrariedad estatal, criminalización: nada de eso era cierto. Todos los tribunales superiores de Alemania han decidido de manera unánime que estas operaciones Cum-Ex son ilegales y, entretanto, se han dictado muchas condenas a largas penas de prisión.

Los grupos de presión han comprendido que gana quien impone su narrativa a la opinión pública
Todas estos artículos de prensa, que en realidad fueron muchos, no eran fruto de una casualidad, sino de una estrategia deliberada. Se denomina comunicación jurídica estratégica o relaciones públicas de litigio (litigación PR). Y los grupos de presión han comprendido que gana quien impone su narrativa a la opinión pública porque entonces puede influir en las fiscalías, los tribunales y la jurisprudencia, ya que los fiscales y los jueces leen los periódicos y son influenciados por ellos.

Qué suerte que las Cum-Ex no funcionaran a pesar del revuelo mediático y los autores pudieron ser llevados ante la justicia y condenados y, entretanto, se han podido reclamar más de tres millones de euros en impuestos Cum-Ex obtenidos ilegalmente. Esto demuestra que todos tenemos la responsabilidad de cuestionar este tipo de narrativas.

Vamos a examinarlo más detenidamente. La comunicación jurídica estratégica utiliza básicamente tres métodos. En primer lugar, la trivialización del problema: laguna legal, zona gris, trampa. A menudo se decía sobre las Cum-Ex que se trataba de unos pocos actores que se habían vuelto locos. Pero, de hecho, existe una auténtica industria Cum-Ex. El efecto de esta trivialización es subestimar el problema, que no se aborda. En segundo lugar, está la cuestión del sentido común, que supuestamente no cuenta, porque todos los que no son abogados fiscalistas deben mantenerse al margen de este debate. En definitiva, esto impide el debate público. Y, en tercer lugar, se le da la vuelta a la culpa presentando a los autores como víctimas de la voluntad del Estado. Se dice que el Estado es el único culpable y que todo es una persecución política. ¿Quién nos está robando exactamente? Entonces, ¿quiénes son realmente las personas que están cometiendo estos hechos?

Echemos primero un vistazo a los resultados de la investigación criminal. Según esta, los delincuentes económicos son llamativamente discretos. Es decir, detrás de ellos no encontramos historias de hogares rotos, sino trayectorias totalmente normales. Son en su mayoría hombres, no llamaron la atención en su juventud, no tienen antecedentes penales y, en su mayoría, tienen una buena educación y varios años de formación. Muchos de ellos han tenido carreras profesionales realmente exitosas. Y, sí, en general no pertenecen a las clases desfavorecidas de la sociedad, no tienen necesidades existenciales, por lo que su actividad se denomina “delincuencia de cuello blanco”.

Este tipo de delincuentes suelen culpar al Estado y no se consideran a sí mismos infractores
¿Cómo piensan estos delincuentes económicos? Esto queda claro, por ejemplo, en una escena de la última serie sobre las Cum-Ex de la ZTF, titulada El dinero de otros, en la que dos delincuentes de las Cum-Ex se enfadan porque un compañero suyo hace una barbacoa de okapi [una especie que se encuentra en peligro de extinción]. El colega no tiene conciencia de estar haciendo nada malo. Pero ellos tampoco la tienen cuando se trata de sus propias Cum-Ex, con las que han causado daños por valor de cientos de millones. Por lo tanto, es un comportamiento muy típico de los delincuentes, como nos dice también la investigación criminal. Porque las confesiones de los delincuentes económicos son muy poco frecuentes. Este tipo de delincuentes suelen culpar al Estado o a otros, no se consideran a sí mismos infractores y, por lo general, no comprenden lo que pasa. Todo esto lo dice la investigación, y yo también puedo confirmar desde mi experiencia que es así.

En segundo lugar, también me ha llamado la atención que a menudo muestran reacciones muy emocionales y suelen verse a sí mismos como víctimas. Y si algo he aprendido como fiscal es que el grado de emotividad no permite sacar conclusiones sobre si la declaración es cierta o falsa.

En principio, sorprende que los autores de este tipo de delitos, con un bagaje que en realidad los capacita para distinguir entre el bien y el mal, se conviertan en delincuentes. Y la investigación criminal menciona aquí una razón principal. Es el proceso de racionalización, que también se podría llamar autojustificación. Es decir, el delincuente necesita una justificación interna para su acto delictivo, para mantener su estabilidad psíquica y amortiguar los sentimientos de culpa. Y debo decir que, en la práctica, funciona muy bien.

En la Fiscalía de Colonia no pudimos hacer registros a bancos durante años porque no teníamos suficientes investigadores

Bien, esto por el lado de los autores. Veamos ahora el otro lado, el lado de las autoridades responsables de la delincuencia económica. Se trata, por ejemplo, de las fiscalías, de las oficinas de Hacienda, la policía y también los tribunales. Estas están bastante mal preparadas en el ámbito de la delincuencia económica porque adolecen de diversos problemas estructurales. No se trata de algo que afecte a una sola administración, sino de problemas estructurales. En primer lugar, cabe mencionar la escasez de personal. Hay muy pocos agentes de policía, fiscales, inspectores fiscales y auditores trabajando en este ámbito. Las autoridades no destinan suficiente personal. Por ejemplo, en la Fiscalía de Colonia no pudimos hacer registros a bancos durante años porque no teníamos suficientes investigadores. Solo después de un aumento significativo del personal, que no se produjo hacia 2021, fue posible. Entonces procedimos a registrar aproximadamente un banco al mes con una plantilla de unas cien personas. Fue un esfuerzo logístico enorme. Pero si no se dispone de estos compañeros, no se pueden registrar bancos, y entonces tampoco hay resultados.

En segundo lugar, la formación práctica es insuficiente. Como fiscal especializada en delitos económicos, o como agente de policía hay que aprender sobre la marcha. Y el problema es que tampoco hay mucha formación. Primero, porque también falta personal para ello y, segundo, porque la mayoría de las veces simplemente no hay dinero. Y eso, por supuesto, hace que la formación y, posteriormente, la investigación sean increíblemente largas.

Tercer problema: la elevada fluctuación o rotación del personal. Para las carreras en la administración pública es importante haber probado un poco de todo. A esto se le llama amplitud de funciones. Por el contrario, la experiencia en áreas específicas no suele ser importante. Pero si el personal cambia constantemente en un área en la que se necesita más tiempo para familiarizarse, esto impide precisamente adquirir conocimientos especializados, lo que hace que las investigaciones sean muy lentas e ineficaces.

Por volver a citar el ejemplo de nuestras investigaciones, necesitábamos fácilmente dos años para poder actuar. Antes de hacerlo, teníamos que intentar entender cómo se hacían las trampas bursátiles, cómo operaban los traders, cómo codificaban los operadores bursátiles para luego evaluar las pruebas. Pero en ese tiempo tan largo, muchos compañeros ya habían sido trasladados a otros departamentos y sustituidos por otros.

Los equipamientos de las autoridades suelen estar obsoletos y poco digitalizados
Los equipamientos de las autoridades suelen estar obsoletos y poco digitalizados. Por ejemplo, en 2014 tuve que escribir 280 solicitudes de órdenes de registro e imprimirlas. Tenían 25 páginas y había que traducirlas, así que eran unas 50 páginas. Pero yo, como fiscal normal, solo tenía una pequeña impresora de mesa, una de esas que imprimía unas cinco páginas por hora, y en toda la Fiscalía no teníamos ninguna otra impresora ni red de impresoras. Así que 280 por 25 simplemente no era posible. La única solución era pedirle a la Oficina Regional de Investigación Criminal que me dejara usar su impresora. Tenían exactamente una y me dejaron usarla, así que pasé 14 días en el trastero e imprimí todo lo que pude. Así que ahí se ve, ¿no?, que el equipamiento también es importante para poder investigar.

Otra vez, estaba registrando un banco junto a otros colegas. Esto fue en los primeros tiempos de las Cum-Ex, cuando aún no teníamos mucho personal, y resultó que teníamos que descargar el disco duro. Se trataba de grandes cantidades de datos y me dijeron que no se podía llevar a cabo porque no teníamos suficiente espacio de almacenamiento. Así que allí estábamos, en el banco, y el banco nos dijo que estaban las pruebas, pero nosotros no podíamos asegurarlas. Y ese problema solo se pudo resolver porque, aunque estábamos en otra ciudad, contábamos con el apoyo de otros colegas de otras agencias, que pudieron guardarlo. En el peor de los casos habríamos tenido que retirarnos. Yo por ejemplo, tampoco tuve, durante años, la posibilidad de hacer videoconferencias porque simplemente no había sistemas de videoconferencia en la Fiscalía y tenía que preguntar a los abogados si me dejaban utilizar sus equipos en sus bufetes, lo cual era un poco embarazoso y poco profesional. De esta manera, podemos ver lo mucho que obstaculiza una investigación no tener buenos equipos.

Cada una de las agencias tenía diferentes requisitos. Una solo podía usar Skype, otra tenía prohibido usar Skype y un tercero tenía Teams
Otro obstáculo para las investigaciones es que la protección de datos es un problema, porque las autoridades en Alemania no tienen una infraestructura informática uniforme. Casi cada agencia tiene su propio responsable de protección de datos y estos toman decisiones muy diferentes. Por ejemplo, yo tuve que tratar con muchas autoridades diferentes en varios estados federales, tanto en negociaciones fiscales, que están en el departamento de Finanzas, como con la policía, que está en el departamento del Interior, y todos tenían requisitos diferentes. Por ejemplo, uno solo podía enviar correos electrónicos cifrados, otro no podía enviar correos electrónicos cifrados. Es decir, no se podía enviar un correo electrónico a todos si querías hablar con ellos. En otros casos querías hacer una videoconferencia y cuando ya por fin tuvimos un sistema, cada una de las agencias tenía diferentes requisitos. Una solo podía usar Skype, otra tenía prohibido usar Skype y un tercero tenía Teams. Es decir, no era posible. Son cosas básicas, y si las autoridades no pueden comunicarse entre sí, entonces simplemente no se puede hacer el trabajo.

Por lo tanto, es realmente urgente que la estructura federal se organice de otra manera.

Cooperación
El siguiente problema es que no existe una cultura de cooperación entre las distintas autoridades. Aunque, sobre el papel, pueden intercambiar información, en la práctica no lo hacen. Suele imperar una cultura de aislamiento y de “cada uno por su lado”. No se debe divulgar nada al exterior, no se debe hablar de los problemas. Y eso es algo que se aprende desde el principio en la administración. Yo lo aprendí muy pronto, cuando me atreví a hacerlo siendo una joven fiscal. Estaba en la Fiscalía de Colonia y teníamos un problema que nadie podía resolver y me atreví a llamar a la Fiscalía de Düsseldorf, porque pensé que tal vez ellos tendrían alguna idea. Y me metí en un buen lío, porque se consideraba más importante no divulgar nada que resolver el problema. Y este problema de que las autoridades no colaboran de forma confiada ya lo ha criticado, por ejemplo, el Tribunal Federal de Cuentas.

En las investigaciones excepcionales también hay un gran problema en la cooperación. Hay que poner en marcha procedimientos de asistencia judicial formalizados y muy burocráticos. Es decir, se pide a otros Estados que lleven a cabo la investigación en su territorio, y ahí el entusiasmo suele ser limitado, porque ellos también están sobrecargados de trabajo. Todo el proceso es muy largo y puede durar años. En nuestro caso, emprendimos esa tarea, una búsqueda por todo el mundo, en 2014 y tuvimos que esperar hasta 10 años en algunos casos para obtener respuesta. Porque la delincuencia no se limita a las fronteras alemanas. Precisamente la delincuencia económica suele estar organizada a nivel internacional. En nuestro caso, en el centro financiero de Londres. Y eso significa que siempre hay que buscar asistencia jurídica en esos Estados. Todo eso es muy lento y supone un verdadero obstáculo para las investigaciones. A esto se suma que los bancos, las grandes empresas y las consultoras ya casi no trabajan con papel, sino que están completamente digitalizados y ya no almacenan sus datos en Alemania, sino, por ejemplo, en servidores en el Reino Unido o en los Países Bajos. Entonces, si quieres inspeccionar a esos bancos y empresas aquí en Alemania o incluso registrarlos, te encuentras con que no hay nada. No hay un papel ni un registro de datos. Es decir, hay que realizar estas largas solicitudes de asistencia judicial y las inspecciones e investigaciones pueden prolongarse durante años. Y entonces surge otro problema con las estadísticas, porque para esclarecer casos especialmente graves, que están ocultos, se necesita más tiempo. En esas investigaciones en el extranjero necesitas conocer la delincuencia organizada internacional. Sin embargo, en esas estadísticas, en el cálculo de las necesidades de personal de fiscalías y tribunales no se reflejan porque las autoridades a menudo no tienen ningún interés en realizar un trabajo que no se refleja en las estadísticas. Y mientras las estadísticas no reflejen adecuadamente las investigaciones complejas en los procedimientos de gran envergadura, las autoridades seguirán teniendo poco interés en ellas.

Las estadísticas pueden, en primer lugar, influir en la actuación de las autoridades y, en segundo lugar, ofrecer incentivos erróneos, concretamente hacia muchos procedimientos pequeños y alejarse de los grandes. Por otro lado, los delincuentes suelen estar mucho mejor organizados que las autoridades, y ahí es donde surge mucha resistencia. Los delincuentes suelen tener una sólida posición financiera y pueden contratar a costosos equipos de abogados con muchos recursos, que hacen su trabajo y causan el mayor revuelo posible. Te llegan cientos de páginas de reclamaciones, quejas sobre los servicios, denuncias penales. A menudo promueven también campañas mediáticas, y eso es como echar tierra en el engranaje, ya que si las autoridades son débiles, como sucede en este ámbito, eso puede afectar mucho al sistema.

La investigación está aún en sus inicios y solo se ha podido reclamar el 1% del daño total estimado de 28.500 millones

Me han preguntado a menudo si en esas circunstancias no pierdo la esperanza, cuando tengo que enfrentarme a esto una y otra vez. Pero no, no es así en absoluto. Se pueden cambiar las cosas. Se puede luchar contra la delincuencia económica y se pueden esclarecer los hechos, a pesar de todos los problemas estructurales. Eso es precisamente lo que demuestran las investigaciones realizadas por la Fiscalía de Colonia. Como he contado, no teníamos las condiciones ideales; al principio tampoco éramos expertos, pero nos pusimos manos a la obra, nos metimos de lleno en el tema y presentamos la primera acusación Cum-Ex. Conseguimos la primera sentencia, que luego fue confirmada por el Tribunal Superior. Los tribunales fiscales han seguido el ejemplo y, entretanto, se han presentado muchas acusaciones y se han dictado muchas sentencias. Me gustaría ver esa misma actitud en los políticos, especialmente en el ministro de Hacienda.

En el caso de las Cum-Cum, que es similar al de Cum-Ex, la investigación está, lamentablemente, aún en sus inicios y solo se ha podido reclamar el 1% del daño total estimado de 28.500 millones. Así que todavía queda mucho por hacer y creo que ahora es el momento de actuar.

¿Qué se puede hacer contra la delincuencia económica? En primer lugar, podemos aumentar el riesgo que corren quienes perpetran estos crímenes ya que el hecho de que los delincuentes actúen o no depende en gran medida del peligro de ser descubiertos, más aún que de la gravedad de la pena. Y eso significa que hay que reforzar a las autoridades en el ámbito operativo. Por lo tanto, hay que cambiar todos esas cosas que he mencionado antes. Hay que aumentar el personal, hay que aunar fuerzas, desarrollar conocimientos especializados y mejorar los equipos y tener una infraestructura informática uniforme. Todos estos son problemas que se pueden resolver.

Pero también se puede hacer algo en otros ámbitos, por ejemplo, a nivel individual, donde es especialmente importante tener una orientación de valores La investigación criminológica afirma que quienes cuentan con un sólido sistema de valores están más protegidos frente a las tentaciones delictivas. De hecho, estas ni siquiera se llegan a producir. Si no se tiene este sistema de valores, entonces se ve que el riesgo de ser descubierto es bajo y que se puede ganar mucho dinero, y se aprovecha la oportunidad. Es decir, una estructura de valores protege realmente contra los delitos económicos. Y ahí se podría pensar, por ejemplo, que los aspectos éticos son importantes y que la reacción social también juega un papel importante. Para los delincuentes económicos, la aceptación social es un factor importante que también puede influir en su comportamiento. Si no se acepta la delincuencia económica, sino que se estigmatiza, cabe suponer que las personas también cambiarán su actitud y su comportamiento. Eso es lo que nos dice la investigación. Y precisamente aquí todavía hay margen de mejora, ya que los delitos de cuello blanco se siguen considerando con demasiada frecuencia como unos “crímenes de gentlemen” a pesar de los enormes daños que nos causa a todos. ¿Qué podemos hacer? Todos nosotros, como sociedad, podemos alzar la voz más allá de las elecciones, por ejemplo, apoyando a las ONG. Las ONG como Finanzwende velan especialmente para que en las decisiones políticas no solo se escuche la voz de los grupos de presión, sino también la voz de la sociedad civil y el interés público. Y esto funciona; los políticos no son sordos, como nos muestra el caso de Lars Klingbeil, el ministro de Finanzas. En la interpelación al Gobierno ha tenido en cuenta las demandas públicas y ha anunciado que va a actuar de manera consecuente contra el fraude fiscal. Nosotros, en Finanzwende, le tomamos la palabra, porque somos un contrapeso al lobby financiero y damos voz a la sociedad civil. Luchamos contra su discurso dominante y analizamos y desmontamos la narrativa del sector financiero. Cambiamos cosas contigo y por ti. La política financiera nos concierne a todos y necesitamos debatirla en público y no solo en las trastiendas.

Muchas gracias.

Fuente: 


El caso contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Atreverse a no condenar

El proceso parecía diseñado para obligar a dimitir al fiscal general. Tras no haber ocurrido esto, el Tribunal Supremo ha optado por condenarlo. No se ha atrevido a no hacerlo, pero estamos convencidos de que nadie pensó que el asunto llegaría hasta aquí

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El caso contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha terminado con una condena de inhabilitación de dos años, una multa de 7200 euros y una indemnización a la pareja sentimental de Isabel Díaz Ayuso de 10.000 euros. No solo ha sido un proceso plagado de irregularidades desde el principio, sino que hemos conocido el fallo antes de que se haya redactado la sentencia. Además, parece que no hubo deliberación. No hacía falta. Existen motivos para sospechar que la condena al fiscal general estaba decidida desde la apertura del juicio oral.

El proceso parecía diseñado para obligar a dimitir al fiscal general. Tras no haber ocurrido esto, el Tribunal Supremo ha optado por condenarlo. No se ha atrevido a no hacerlo, pero estamos convencidos de que nadie pensó que el asunto llegaría hasta aquí porque la presión de imputar a un fiscal general le obligaría a este dejar el cargo. Es probable que, si lo hubiera hecho, no habría sido condenado, porque el objetivo se habría cumplido igual.

Y el fiscal general resistió porque es inocente. Al final, ha sido condenado. Y que el sentido de la sentencia se haya anunciado el 20N parece una conmemoración, como lo han demostrado algunos nostálgicos al celebrar esta aberración del sistema judicial.

sábado, 22 de noviembre de 2025

Autorización docente

Estoy convencido de que esta profesión es la más importante, difícil y hermosa que se le ha encomendado al ser humano en la historia

En la ciudad chilena de Antofagasta me he enterado de un hecho singular. Ante la escasez de profesorado en el nivel parvulario, primario y medio del país, el Ministerio de Educación ha promulgado el Decreto 352 por el que se concede autorización docente a otros profesionales que carecen de la formación pedagógica adecuada. Increíble situación. Porque muestra la escasa exigencia que la sociedad en general y los políticos en particular manifiestan para decidir quién puede ejercer la profesión docente.

Estoy convencido de que esta profesión es la más importante, difícil y hermosa que se le ha encomendado al ser humano en la historia. Consiste en trabajar con la mente y el corazón de los niños, de las niñas y de los jóvenes. Bueno, en realidad, de todas las personas, porque también existe la educación de adultos.

Creo que no es complicado justificar por qué es importante para las personas estar educadas. Supone desarrollar la capacidad crítica. Decía Paulo Freire que la persona educada ha pasado de una mentalidad ingenua a una mentalidad crítica. Sabe pensar, discernir, analizar, comprender la realidad. Y, además, desarrolla la dimensión ética. La persona educada tiene un compromiso con los valores. La educación es también importante para las sociedades. Decía Herbert Wells que la historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe. Estoy convencido de que la solución a los problemas del mundo, la verdadera solución, no está ni en los despachos ministeriales, ni en las multinacionales, ni en los bancos, ni en los cuarteles, ni en las iglesias. Está en las escuelas. Porque en ellas se encuentra el epicentro de la educación.

Es también la profesión más difícil. Por su misma naturaleza. El poeta alemán Friedrich Hölderlin decía que los educadores forman a sus educandos como los océanos forman a los continentes: retirándose. Si las aguas no retroceden, el continente no emerge. Y la tentación consiste en anegarlos. Lo que nos dicen los alumnos y las alumnas a los educadores es: ayúdame a hacerlo solo. Es también difícil por los “materiales”con los que trabaja el educador: actitudes, motivaciones, valores, sentimientos, concepciones... Aumenta la complejidad el hecho innegable de la diversidad del alumnado. Hay dos tipos de alumnos en cualquier sistema educativo: los inclasificables y los de difícil clasificación.

Creo que para realizar esta labor, por pura lógica y por responsabilidad, habría que elegir a los profesionales más competentes y a las mejores personas de un país y no a quienes no sirvan para otra cosa, como suele suceder.

Voy a hacer referencia a dos hechos en los que se deja ver este error de forma evidente. En las pruebas de selectividad del pasado curso, una estudiante de Málaga obtuvo una puntuación de 13.95 sobre 14. Es decir, prácticamente la nota máxima. Un familiar le pregunta:

¿Qué carrera vas a elegir?

Quiero ser maestra de Primaria.

La reacción no se hace esperar. Entre sorprendido y enfadado, el familiar le dice:

-¿Cómo vas a desperdiciar esa nota? Con ella puedes elegir cualquier carrera,

Y la chica, serena y contundente responde:

Es que es esa la que quiero elegir entre todas.

La segunda anécdota, no menos real, ocurre en Argentina. Me cuenta una maestra que una de sus alumnas llega a casa todos los días diciendo:

-Mamá, no veas qué maestra más inteligente me ha tocado este año, pero qué inteligente…

Después de insistir en esta entusiasmada confesión durante varios días, la mamá acaba diciendo:

- Mira, hija, no insistas. No será tan inteligente si es maestra.

Me preocupa ese estado de opinión que opera como una maldición sobre quienes nos dedicamos a la tarea de la enseñanza. Con evidente sorna decía Bernard Shaw: “El que sabe hace y el que sabe enseña”. Pensamiento que adorna Muriel Barbery en la excelente novela “La elegancia del erizo”. Si mal no recuerdo esta cita está en las primeras diez páginas: “El que sabe hace, el que no sabe enseña; el que no sabe enseñar, enseña a los que enseñan y el que no sabe enseñar a los que enseñan se mete en política”.

Estoy cansado de ver estudiantes que acuden a las aulas de la Facultad de Educación porque su nota de selectividad no les había permitido elegir la carrera que deseaban cursar. Es decir, estudiantes que, de rebote, cursaban los estudios de magisterio.

Existe en la sociedad la creencia de que para ser profesor basta tener los conocimientos de las asignaturas que se tiene que impartir. Es decir, la idea de que no hacen falta conocimientos y destrezas específicos para ejercer la profesión. Consecuentemente, no hará falta una formación pedagógica adecuada. No es cierto. Hace faltan competencias didácticas: saber quién es el que aprende y cómo se le puede enseñar. Dice un pedagogo italiano que para enseñar latín a John, más importante que conocer latín es conocer a John. Hace falta tener una actitud positiva hacia la tarea y hacia las personas. Y, como se suele enseñar en instituciones, es necesario saber trabajar de forma colegiada.

Hay países que tienen un criterio diametralmente opuesto. Países cuyos legisladores entienden (porque así lo entiende también la sociedad) que los mejores ciudadanos tienen que dedicarse a la enseñanza. Ahí está Finlandia, por ejemplo, que elige a los mejores (no solo por sus calificaciones sobresalientes sino por sus actitudes ante la vida, ante los valores y ante la sociedad).

Hace muchos años viajé a Cuba con una beca del gobierno español y otra del gobierno cubano. Estuve en un tris de publicar un libro que se iba a titular “Luces y sombras de la educación en Cuba”. Vi las sombras, por supuesto. Pero una de las luces hace referencia al proceso de selección de los profesores. Si un joven manifestaba el deseo de ser químico tenía que ir a la Facultad de Química pero, si quería ser profesor de química iba al Instituto Pedagógico de Química. Había tantos institutos pedagógicos como disciplinas. Y allí aprendía química, cómo no. Pero aprendía también Psicología del aprendizaje, Didáctica de la química, Sociología de la Educación… Y hacía prácticas. Y, lo más importante: para entrar en la Facultad de Química se necesitaba tener una calificación de 90 puntos. Pero, para entrar en el Instituto Pedagógico de Química hacían falta 98. El sistema lo decía de forma muy clara: los mejores, a la educación.

Vuelvo al motivo que me ha llevado a plantear estas cuestiones. Tengo delante el Decreto 352 que me ha enviado el abogado Claudio Lillo, persona preocupada por estas importantes cuestiones. Dicho artículo reglamenta el ejercicio de la función docente. Su última versión es del 3 de diciembre de 2024.

Reconoce el Ministerio de Educación que “aun cuando la regla general es que la función docente sea desempeñada por aquellos profesionales que están especialmente preparados para ello, existen ciertas situaciones excepcionales en las que no hay profesionales suficientes para cubrir las necesidades o los existentes no están disponibles o se trata de algunas actividades para las cuales no hay formación universitaria”.

Como es lógico, el Ministerio da prioridad a las personas que están preparadas para la función docente pero, en el artículo 4º, ante la imposibilidad de contar con estas personas dispone lo siguiente: Artículo 4º: “Cuando no hubiere profesores titulados o habilitados para satisfacer las necesidades educativas del establecimiento de acuerdo a lo requerido por el sostenedor respectivo, podrá autorizarse para ejercer docencia a personas no tituladas o habilitadas en los casos y bajo las condiciones que más adelante se indican”.

Es decir, que podrán obtener la autorización docente profesionales con otras titulaciones: periodistas, abogados, ingenieros… La comparación de la enseñanza con la medicina suele ofrecer sabrosas conclusiones. Según este criterio, un periodista podría obtener la autorización médica para efectuar una operación de trasplante de un órgano vital. Nadie aceptaría que un hijo o una hija entrase en el quirófano con ese intruso como cirujano. Pero parece que los daños causados en el ámbito docente no tienen las mismas desastrosas repercusiones.

Es curioso que la ley de la autorización docente solo afecte a la enseñanza parvularia, básica y media y no a la universitaria. No sé si porque no existe necesidad de profesorado o porque se considera que en ese nivel no hace falta tener una preparación específica para ser docente.

El decreto 352 basa esta medida en el derecho que tienen todos los niños, las niñas y los jóvenes chilenos a la educación. Nadie puede negar ese derecho. Pero antes hay que preguntarse por qué existe esa inquietante escasez de docentes. ¿No será que la profesión está socialmente devaluada, mal pagada, mal organizada? ¿No será que las familias no valoran suficientemente la tarea que los docentes realizan con sus hijos y sus hijas? ¿No será que las condiciones del trabajo de los docentes son muy negativas? Hay que responder a estas preguntas y actuar en consecuencia.

El Adarve. Miguel Ángel Santos Guerra.