domingo, 16 de febrero de 2025

La difícil pregunta sobre Auschwitz que sigue sin respuesta

Las puertas de Auschwitz con el cartel que dice: "El trabajo te hace libre."

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Pie de foto,Las puertas de Auschwitz con el cartel que dice: "El trabajo te hace libre."
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El 27 de enero fue designado oficialmente Día de Conmemoración del Holocausto por una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) en 2005. Pero la manera en que recordamos el Holocausto ha evolucionado a lo largo de las décadas e incluso ahora, unos 80 años después, es una historia de remembranza que aún no está terminada.

"Querido muchacho", comienza la breve nota escrita a mano en 1942, "me encantó tu mensaje de mayo. Estoy bien de salud. Espero poder quedarme aquí y volver a verte. Sigo teniendo esperanzas. Por favor, escríbeme. Saludos, tu padre".

La nota es uno de los miles de documentos que conserva la Biblioteca del Holocausto Wiener en Londres, uno de los archivos del Holocausto más grandes del mundo.

El judío que lo escribió se llamaba Alfred Josephs y se lo enviaba a su hijo adolescente Wolfgang, que había escapado con su madre a Inglaterra. Alfred había sido arrestado y se encontraba recluido en el campo de detención de Westerbork, en Países Bajos.

En aquella época todavía era capaz de transmitir mensajes breves a través de la Cruz Roja
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El último mensaje de Alfred Josephs a su hijo, escrito en papel rasgado, que ha sido conservado por la Biblioteca del Holocausto Wiener. 
El último mensaje de Alfred Josephs a su hijo, escrito en papel rasgado, que ha sido conservado por la Biblioteca del Holocausto Wiener.

Fuente de la imagen,Biblioteca del Holocausto Wiener


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En su carta, Alfred Josephs decía que se encontraba bien. Fue el último mensaje que su hijo Wolfgang recibiría de su padre. Lo que Alfred no sabía era que Westerbork era un campo cuyos internos iban a ser trasladados a Auschwitz. Wolfgang nunca volvería a saber nada de su padre.

En un principio, Auschwitz fue utilizado por los alemanes para albergar a prisioneros de guerra polacos. Después de que la Alemania nazi atacara a la Unión Soviética, se convirtió en un campo de trabajo, donde muchos reclusos fueron obligados a trabajar hasta morir. Los nazis lo llamaron "aniquilación por trabajo".

Pero en 1942 se convirtió en el Auschwitz que permanece en nuestra memoria compartida, pues para entonces era un campo de exterminio cuyo principal objetivo era el asesinato en masa.

Un bloque de prisión y una doble línea de cercas eléctricas en el campo de concentración de Auschwitz en Polonia.

Un bloque de prisión y una doble línea de cercas eléctricas en el campo de concentración de Auschwitz en Polonia.

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Auschwitz se convirtió en un campo de trabajo y luego en uno de exterminio. 

Un noticiero filmado por los aliados después de la liberación de Europa muestra a civiles alemanes siendo obligados por las tropas a visitar los campos.

"Desde cualquier ciudad alemana hasta el campo de concentración más cercano sólo había un breve paseo", dice la voz en off estadounidense. La cámara capta a alemanes relajados y elegantemente vestidos, riendo y charlando mientras avanzan.

Pasan junto a los cadáveres, montones de hombres y mujeres demacrados, hombres y mujeres que tal vez en el pasado fueron sus vecinos, colegas, amigos. La cámara que había captado sus sonrisas relajadas antes de entrar en los campos ahora registra su horror.

La sorpresa se refleja en sus rostros. Algunos lloran. Otros sacuden la cabeza, se cubren la cara con pañuelos y miran hacia otro lado.

Puertas de entrada y vías del tren en Birkenau, campo de concentración de Auschwitz en Polonia. 

Puertas de entrada y vías del tren en Birkenau, campo de concentración de Auschwitz en Polonia.

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Auschwitz fue liberado por las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945. 

La Europa de posguerra observó este horror y reconoció la profundidad del sufrimiento. Pero ¿cómo entendió la Europa de posguerra la situación de los perpetradores?

Cuando hablamos de matanza industrializada, no nos referimos sólo a su escala, por enorme que fuera. También nos referimos a la sofisticación de su organización: la división del trabajo, la asignación de tareas especializadas, la eficiente distribución de los recursos, la meticulosa planificación que se necesitaba para mantener en marcha las ruedas de la máquina de matar.

Esos mismos noticieros mostraban a guardias nazis bien alimentados, tanto hombres como mujeres, luego puestos bajo custodia aliada.

¿Cuál fue la naturaleza del colapso moral que convirtió este horror en una normalidad para los nazis que dirigían esos campos, una normalidad en la que el asesinato en masa se convirtió, para ellos, en algo más del día a día?

Esta es una pregunta que se ha abordado muchas veces antes, pero que incluso ahora, unos 80 años después de la liberación de Auschwitz, todavía no se ha comprendido plenamente.

Evitando una pregunta difícil

Durante los años posteriores a la guerra, la atención pública se desvió de esta cuestión, pero también de tratar de comprender lo que había sucedido en términos más amplios.

Aunque algunos criminales de guerra nazis fueron procesados, la nueva prioridad, en una Europa dividida por la Guerra Fría, fue convertir a Alemania Occidental en un aliado democrático.

El Holocausto prácticamente desapareció de la memoria popular en gran parte del mundo occidental. El público de la posguerra quería pasar página y, en la cultura popular, en Gran Bretaña, por ejemplo, había un apetito por historias que pudieran celebrarse y aplaudirse.

"La cultura de la memoria de la Segunda Guerra Mundial todavía ponía el acento en el heroísmo", afirma Toby Simpson, director de la Biblioteca del Holocausto Wiener.

"Se hacía hincapié, por ejemplo, en el desembarco de Normandía. Y en las historias que los sobrevivientes querían contar había muy poco heroísmo. Era una historia en la que se los había despojado de su humanidad, de su capacidad de decisión, de su capacidad de elección. Se los había convertido en no-personas".

Primo Levi, en 1986, sentado frente a una estantería con una máquina de escribir.

Primo Levi, en 1986, sentado frente a una estantería con una máquina de escribir

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Al principio, el escritor italiano Primo Levi tuvo dificultades para encontrar un editor para su libro "Si esto es un hombre".

El superviviente italiano Primo Levi escribió sus memorias de Auschwitz, "Si esto es un hombre", inmediatamente después de la guerra. Era uno de los miles de personas que todavía estaban en Auschwitz cuando llegaron las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945.

La mayoría de los prisioneros habían sido obligados a marchar hacia el oeste, en dirección a Alemania, en un gélido invierno. Muchos de ellos, ya debilitados por las condiciones del campo, murieron en el camino en lo que se conoció como las Marchas de la Muerte.

Levi estaba demasiado enfermo y las tropas soviéticas lo encontraron al borde de la muerte en la enfermería del campo.

"No perdonar y no olvidar"

Hoy en día, "Si esto es un hombre" se considera una obra maestra del testimonio de un superviviente y una de las memorias más importantes de toda la época. Pero en 1947, Primo Levi tuvo dificultades para encontrar un editor, incluso en su Italia natal.

Finalmente, una pequeña editorial independiente de Turín publicó una tirada de 2.500 ejemplares. Se vendieron 1.500 ejemplares y luego desapareció. Para las editoriales y para el público, todavía era demasiado pronto. Parecía que pocos querían leerlo.
 
"Primo Levi no se vendió porque no era el momento adecuado y porque era un escritor demasiado grande para dar una respuesta heroica. Su respuesta es mayor que el heroísmo", dice Jay Winter, profesor emérito de Historia en la Universidad de Yale. Muchos miembros de la familia materna del profesor Winter fueron asesinados en el Holocausto.

Y añade: "Mucha gente ha convertido a Primo Levi en un santo, pero basta con leer el poema que hay al principio de "Si esto es un hombre" para ver que no perdona a nadie: no perdona ni olvida".

Vista del alambre de púas en Auschwitz-Birkenau. Está nevando.

Vista del alambre de púas en Auschwitz-Birkenau. Está nevando.

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"El libro de Primo Levi no se vendió porque no era el momento adecuado y porque era un escritor demasiado grande para dar una respuesta heroica", dice Jay Winter.

"Hubo una conmemoración del Holocausto en la década de 1950", dice el profesor David Feldman de la Universidad Birkbeck en Londres, "pero fue algo que hicieron los propios judíos, en pequeños grupos fragmentados".

"Eran ocasiones de duelo más que de conmemoración. La idea que tenemos ahora, de conmemoración, de que de alguna manera se pueden sacar lecciones del Holocausto, no era algo común entonces", agrega.

Según el profesor Winter, "los países que se estaban reconstruyendo… necesitaban un mito de resistencia, de lucha armada heroica contra los nazis o los fascistas italianos". Ese mito de resistencia "no tenía espacio para los prisioneros de los campos de concentración".

Un cambio de actitud

Recién en los años 60 volvió a despertar interés popular. Cuando los agentes israelíes capturaron a Adolf Eichmann, figura clave de la campaña de exterminio, lo juzgaron en Jerusalén y lo transmitieron por televisión. Ahora, la conmemoración del Holocausto empezó a llegar a un público más amplio.

A través del juicio a Eichmann, el nuevo medio de comunicación masivo, la televisión, llevó el testimonio de los sobrevivientes a las salas de estar del mundo occidental.

Coincidió también con un cambio cultural en las actitudes públicas ante la guerra: una generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial estaba alcanzando la mayoría de edad en los años 1960.

El War Requiem de Benjamin Britten incorporó las palabras del poeta de la Primera Guerra Mundial Wilfred Owen (cuya poesía también había desaparecido de la conciencia popular) a una nueva generación.

El sentimiento antibélico se vio alimentado aún más por la participación de Estados Unidos en Vietnam.

Adolf Eichmann se encuentra en su celda de cristal a prueba de balas para escuchar al Tribunal Supremo de Israel rechazar por unanimidad una apelación contra su sentencia de muerte. Junto a él hay dos guardias armados.

Adolf Eichmann se encuentra en su celda de cristal a prueba de balas para escuchar al Tribunal Supremo de Israel rechazar por unanimidad una apelación contra su sentencia de muerte. Junto a él hay dos guardias armados.

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La retransmisión televisiva del juicio de Adolf Eichmann contribuyó a difundir la conmemoración del Holocausto entre un público más amplio.

"Yo diría que el juicio a Eichmann también llevó a los perpetradores a las salas de estar de las personas", dice el profesor Feldman. "El testimonio de los supervivientes y el énfasis en que ellos fueran el centro de la conmemoración del Holocausto llegó más tarde. Se desarrolló lentamente en la década de 1960. En la década de 1990 ya estaba bien establecido".

La historia del Holocausto -por fin- ocupó su lugar en nuestra conciencia colectiva.

A partir de los años 60, las memorias de Levi encontraron lectores en todo el mundo.

El padre de Ana Frank, Otto, también tuvo dificultades, en el período de posguerra, para encontrar un editor para el diario de su hija. Hasta la fecha se han vendido aproximadamente 30 millones de copias.

¿Qué fue de Alfred Josephs?

En cuanto a Wolfgang Josephs, en agosto de 1946 todavía albergaba la esperanza de encontrar con vida a su padre. Recibió una nota mecanografiada de la Cruz Roja británica en la que le informaban, con pesar, de que los funcionarios de esa institución en Europa habían buscado en las listas de supervivientes y que el nombre de su padre no figuraba entre ellas.

Wolfgang anglicanizó su nombre y lo convirtió en Peter Johnson, y se instaló en Reino Unido, en una época en la que pocos en el mundo occidental querían escuchar las historias de quienes habían presenciado o sobrevivido al Holocausto.

Donó los documentos de su familia a la Biblioteca del Holocausto Wiener, que sigue siendo un vasto depósito de pruebas del período más oscuro de la historia de Europa.

Ahora, 80 años después, quedan tan pocos sobrevivientes que pronto el deber de recordar pasará a la posteridad.

"Creo que recordar el Holocausto es aún más importante ahora", dice Simpson, "porque ocurrió a tal escala y con tal intensidad de odio que [todavía existe] la necesidad de entender, de explicar este evento a escala continental en el que fueron asesinados seis millones de judíos".

Y también existe la necesidad de comprender plenamente cómo dar sentido a los perpetradores y la naturaleza del colapso moral que permitió que esto ocurriera.

Como escribió Primo Levi: "La herida no se puede curar. Se prolonga en el tiempo".

sábado, 15 de febrero de 2025

_- El Bachillerato Internacional, un modelo para cultivar la pasión por aprender

Alumnos de IB del Colegio St. George, en Madrid.
_- Alumnos de IB del Colegio St. George, en Madrid.
Desde Primaria hasta el acceso a la universidad, casi 6.000 centros de todo el mundo adoptan una metodología que aporta una educación superior en competencias y valores

Ana Hidalgo recuerda sus años de Secundaria como una época de frustración constante: era buena estudiante, sacaba las mejores notas y, sin embargo, sentía que ni el sistema se adaptaba a ella, ni ella al sistema: “No le encontraba sentido al formato de clases magistrales, al aprendizaje memorístico ni a los currículums exageradamente densos en contenidos que resultaban inabarcables e imposibles de recordar una vez pasado el examen”, explica. Tenía interés por aprender, pero en su instituto le resultaba imposible... hasta que cumplió los 16 y encontró en el Bachillerato Internacional todo lo que llevaba tanto tiempo buscando: un modelo que fomente el espíritu indagador, el pensamiento crítico y un aprendizaje significativo y competencial, ayudando a desarrollar una mentalidad abierta y la empatía necesaria para querer cambiar el mundo.


Durante los siguientes dos años, y antes de empezar a estudiar Bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid, Ana cursó el programa del Diploma de Bachillerato Internacional (IB) en el Colegio St. George, en Madrid. Y todo cambió: “Desde el principio sentí que se adaptaba mucho más a mi forma de aprendizaje ideal, asimilando conceptos para después aplicarlos en situaciones que reflejen la realidad. Y sentía cómo mi mente se expandía a cada rato; los conocimientos encajaban como las piezas de un rompecabezas y yo era capaz de ver y comprender la imagen que formaban. Entendía lo que dábamos en clase y su utilidad en el mundo real”, recuerda. Una metodología práctica, actualizada y personalizable para que el alumno escoja parte de las materias que estudia y las adapte a sus propios intereses, potenciando así la curiosidad por aprender y mejorando sus resultados académicos.

Parte del éxito del IB, hoy presente en 5.963 centros públicos y privados de 163 países, radica en que sus programas “no están dirigidos hacia los exámenes, sino a que los estudiantes aprendan a pensar de forma crítica y a resolver problemas complejos. Los mejores resultados se obtienen cuando el aprendizaje permite conectar el currículo con su talento innato”, sostiene Maripé Menéndez, responsable de la Organización del Bachillerato Internacional para Iberoamérica.

Y aunque el aprendizaje basado en competencias solo ha empezado a generalizarse ahora, en el marco de la nueva ley educativa, los programas del Bachillerato Internacional llevan más de cuatro décadas implementándolo. “Con la llegada de la Lomloe, hay muchos más colegios interesados en implantar los programas del IB en Primaria y Secundaria, porque ayudan a los profesores a acelerar el proceso de cambio pedagógico en el aula”, añade por videoconferencia. Se va por buen camino, pero aún queda un largo trecho: “Evaluar lo que un alumno sabe y lo que sabe hacer con lo que sabe sigue siendo una asignatura pendiente en España”.

Es importante aclarar que, a pesar de que el Diploma del IB es su programa más popular, no se trata del único, ya que su metodología puede iniciarse desde la etapa de Primaria (PEP) con un programa de indagación adaptado a su edad, para continuar con el Programa de Años Intermedios (el PAI, equivalente a la ESO) y finalizar en el Diploma o el Programa de Orientación Profesional (POP). Este último, su programa más reciente, se desarrolló a instancias del Gobierno de Finlandia y viene implantándose internacionalmente desde 2012, aplicando la metodología del IB a la Formación Profesional. Este año ha llegado por fin a España, donde hay ya tres centros certificados.

¿En qué consiste el Bachillerato Internacional?
Los alumnos matriculados en el Diploma del Bachillerato Internacional han de cursar seis asignaturas troncales (tres a nivel medio y otras tres a nivel superior): su lengua materna; un idioma extranjero; Matemáticas; una materia de humanidades; otra de ciencias experimentales y una más a elegir entre Arte u otra asignatura adicional de humanidades, ciencias o una segunda lengua extranjera. Pero también deben cursar Teoría del Conocimiento (una materia dirigida al pensamiento crítico y a la indagación sobre el proceso de conocer); realizar 150 horas de servicios comunitarios dentro del CAS (Creatividad, Acción y Servicio) y completar un trabajo de investigación.

Al final del programa (de dos años de duración), deben presentarse a una completa batería de 17 exámenes, idénticos y celebrados a la vez en todo el mundo, que luego son evaluados de forma externa, si bien entre el 20 y el 50 % de la nota final de una asignatura depende de la evaluación interna continuada que se va completando a lo largo de esos dos cursos. Los estudiantes que obtienen el diploma tienen como mínimo convalidada la parte general de los exámenes de la EBAU, si bien en algunas comunidades (como Madrid) la convalidación es total.

“No sé aquí, pero la primera vez que yo hice una tesis de 12.000 palabras fue justo en el último año de mi licenciatura; y aquí los estudiantes ya escriben monografías de 4.000 palabras sobre un tema de su elección. Es la mejor preparación para la universidad que he visto, y realmente fomenta la independencia y la madurez que luego necesitarán para tener éxito en su grado”, señala Nick Johnson, director de Secundaria en el St. George. “Por la experiencia acumulada en los últimos 18 años, sabemos que el universitario proveniente del IB es más resistente a la frustración, más autónomo, más creativo y posee más habilidades que el estudiante promedio en todo lo relacionado con la investigación y comunicación”, añade Roberto Vázquez, director del IES Marqués de Santillana, en Torrelavega (Cantabria).

Todo ello, además, con un enfoque fundamentalmente práctico en el que los alumnos “desarrollan habilidades de orden superior; buscan información; contrastan fuentes; toman decisiones y evalúan los efectos de estas tanto en poblaciones vulnerables como en la sostenibilidad del planeta”, describe Menéndez. Los alumnos pueden, además, personalizar alrededor de un 30 % del contenido de sus asignaturas por medio de trabajos de laboratorio, exploraciones matemáticas o preguntas de tipo histórico que han de responder. “Gracias al IB aprendí a gestionar mejor mi tiempo, a fortalecer mi expresión escrita y mi capacidad de investigación y saber sobrellevar las dificultades que fueron surgiendo por el camino”, admite Raquel Vega, exalumna del St. George y estudiante hoy del doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales en IE University.

Ana Hidalgo, por su parte, recuerda cómo solía realizar trabajos tanto individuales como de grupo, y la importancia que tenían las presentaciones y la comunicación oral. Habilidades que luego le han dado un punto de ventaja en la universidad, a pesar de no estar contenta con la calidad de las clases: “Siguen prácticamente el mismo formato que en los institutos, con lecciones magistrales casi puramente teóricas, pero con la diferencia de que lo que se pide es lo que se aprende en el IB. Es decir, se exige que los estudiantes desarrollemos habilidades que [en el sistema tradicional] no te enseñan”.

El IB en los centros públicos de España
Al comparar la titularidad de los centros con programas de IB se observa una diferencia notable entre España y los datos globales: aunque, a nivel internacional, los centros públicos representan un 54 % del total, en España este porcentaje se reduce hasta apenas un 29 %. Una de las causas puede estar en el hecho de que los estudiantes que opten por hacer el IB en un centro público deben cursar también el Bachillerato tradicional, algo que, sin embargo, no implica cursar el doble de asignaturas, ya que muchas de las materias son coincidentes (no así la metodología).

¿Merece, entonces, la pena? Los dos directores de institutos públicos de Secundaria consultados no albergan ninguna duda al respecto, y el “sí” es rotundo: “El IB no solo nos ofrece un currículo integrado por una serie de contenidos, actividades o enfoques, sino también por valores que contribuyen a la formación de nuestro alumnado como personas íntegras y solidarias”, sostiene Vázquez, que destaca también el trabajo colaborativo que desarrollan los docentes en el marco del Bachillerato Internacional, uno de los requisitos básicos de los distintos programas del IB que, además, tiene una incidencia directa en la atención a la diversidad.

En el IES Gerardo Diego, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), la adopción del Programa de Años Intermedios (recordemos, el de Secundaria) del IB desde el curso 2022/23 obedeció a una necesidad de responder a las demandas de las familias, en un entorno con una altísima competencia de centros privados y concertados (27). Para ello, remodelaron sus espacios, formaron al profesorado y empezaron a desarrollar metodologías activas.

Más allá de los numerosos beneficios para alumnos y profesores (mejora de los resultados académicos; fomento del aprendizaje permanente a través de la indagación y de las habilidades blandas; orgullo y sentimiento de pertenencia; desarrollo profesional o poder transformador, entre otras), la evidencia del impacto se ve en otros factores de convivencia: “En el primer curso de implantación, el porcentaje de alumnos con más de dos materias suspensas en primero de la ESO bajó 10 puntos porcentuales; las faltas contrarias a la convivencia se redujeron a la mitad y la admisión se incrementó en un 80 %. Además, el año pasado este centro fue finalista en los Premios Princesa de Girona a la mejor escuela del año”, enumera Jesús Álvarez, su director.

Ambos directores destacan, además, la influencia de las horas de servicio comunitario en la formación de sus alumnos: en Torrelavega, los alumnos del IB del IES Marqués de Santillana desarrollaron proyectos en ámbitos como la mediación escolar, la atención al alumnado inmigrante o la incorporación tardía al sistema educativo (...), colaboraron con asociaciones y fundaciones benéficas relacionadas con la atención a personas mayores o la protección de los animales.

Mientras, en el IES Gerardo Diego donaron material escolar a las escuelas de Paiporta (Comunidad Valenciana) afectadas por la dana; recogieron juguetes usados y participaron en un programa de Cruz Roja ayudando a niños de tres a 10 años en sus estudios. “Los beneficios derivados de la satisfacción y realización personal que supone ayudar a los demás repercuten muy positivamente en la autoestima y la capacidad de trabajo en equipo del alumnado y, por extensión, favorece su evolución académica y su desarrollo integral como persona”, añade Vázquez.

El programa de Orientación Profesional
¿Cómo (y por qué) se implanta una metodología como la del Bachillerato Internacional en un contexto eminentemente práctico como el de la FP? La respuesta la conocen muy bien en Finlandia, “donde la formación profesional ya gozaba de prestigio, pero carecía de visión internacional. Además, se quería ayudar a desarrollar jóvenes con una mayor capacidad de pensamiento crítico y que poseyeran todas las habilidades que fomenta el IB, de pensamiento, investigación, comunicación, sociales y de autogestión”, sostiene Menéndez.

Se trata, añade la responsable del IBO, de “elevar de alguna manera la parte académica del programa de FP”, de manera que ese alumno “esté preparado para ir a la universidad, al mercado de trabajo o que sea capaz de montar su propia empresa, entrando y saliendo del sistema educativo siempre que lo necesite. Los trabajos de hoy cambian tan rápidamente que prácticamente será necesario formarse a lo largo de toda la vida”. En España está dirigido a estudiantes de Grado Medio de FP.

“Si tú estudiaras en un centro donde se desarrolle el programa de Orientación Profesional, cursarías dos asignaturas académicas del IB (por ejemplo, matemáticas a nivel superior o, si estás en una rama sanitaria, estudiar por ejemplo una Biología y una Química). Y luego, estudiar las materias propias del IB: una lengua extranjera, un proyecto de investigación, las horas de aprendizaje y servicio y una asignatura de habilidades sociales y profesionales”, describe Menéndez.

La diferencia, de nuevo, entre España y otros países como Reino Unido o Estados Unidos es que en estos países los estudiantes pueden progresar a la universidad, mientras que en España (de momento) evolucionan a un Grado Superior, a la espera de negociar con el Gobierno una futura ruta de acceso al sistema universitario.

viernes, 14 de febrero de 2025

_- Cómo Dinamarca logró tener los trabajadores más felices del mundo

Una mujer en un auto con dos banderas danesas

_- Los trabajadores daneses figuran entre los más felices del mundo.
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Gabriel Hoces repite una palabra siete veces cuando habla de cómo es trabajar en Dinamarca: "confianza".

"Nadie intenta microgestionarte ni mirarte por encima del hombro", dice Hoces, que trabaja en una empresa tecnológica en Copenhague.

"Los jefes no vienen a comprobar si trabajas ocho o nueve horas al día, pues lo único que les importa es que hayas terminado tus proyectos", agrega.

"En Dinamarca hay mucha confianza en ese sentido, y no siento jerarquías en mi trabajo. Es todo muy democrático", recalca.

A Hoces, casado y padre de dos hijas pequeñas, no le sorprende que Dinamarca se sitúe sistemáticamente entre los cinco primeros países del mundo en cuanto a conciliación de la vida laboral y familiar.

Sólo el 1,1% de los daneses tiene que trabajar 50 o más horas a la semana, según las cifras más recientes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Es una proporción significativamente menor que la media mundial, del 10,2%.

En cambio, en Reino Unido el dato se eleva hasta el 10,8% y en Estados Unidos al 10,4%.

Retrato de Gabriel Hoces

Retrato de Gabriel Hoces

Fuente de la imagen,Cortesí Gabriel Hoces

Pie de foto,Gabriel Hoces está encantado con el modelo democrático y respetuoso de trabajo que hay en Dinamarca. 

Sin sacrificar la vida personal

"Los daneses son realmente felices en el trabajo", dice a la BBC.

"Casi el 60% de los daneses dicen que seguirían trabajando si les tocara la lotería y se independizaran económicamente", asegura.

Wiking, que también dirige el Instituto de Investigación sobre la Felicidad, un centro de estudios danés, comparte varias políticas que contribuyen a generar un sólido equilibrio entre vida laboral y familiar en Dinamarca.

Entre ellas figura el derecho a un mínimo de cinco semanas de vacaciones pagadas al año, además de los días festivos. En Reino Unido, la mayoría de los trabajadores tienen derecho a 5,6 semanas de vacaciones pagadas, pero en EE.UU. pueden llegar a ser tan solo 11 días.

Dinamarca también ofrece un permiso pagado de maternidad y paternidad muy generoso, de seis meses de duración. En Reino Unido, el padre o la pareja que no da a luz, suele disfrutar de una o dos semanas de permiso remunerado.

En EE.UU. sólo existe una garantía federal de permiso parental no pagado, aunque algunos estados, como California, ofrecen ahora un permiso renumerado tras el nacimiento de un hijo. Y los empleados federales pueden disfrutar de 12 semanas de permiso renumerado.

Un hombre sostiene a su hijo

Un hombre sostiene a su hijo

Fuente de la imagen,Getty Images


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Los padres daneses gozan de un permiso remunerado por paternidad de hasta seis meses.

Dando autonomía al empleado

Wiking es otro danés que cita el concepto de que los jefes confían en que sus empleados hagan lo correcto. Pone el ejemplo del personal del parque de atracciones Tivoli Gardens de Copenhague, donde siguen la regla de los tres metros.

La idea es que seas el responsable de todo lo que se encuentre en un radio de tres metros de ti.

"Si ves basura en tu radio de tres metros, la recoges, y si ves a un huésped buscando algo, te paras y le preguntas si puedes ayudarle", explica Wiking.

Añade que cuando el personal se apropia de su propio espacio puede sentirse capacitado y apreciado, lo que contribuye en gran medida a crear un sentimiento saludable sobre su lugar de trabajo.

Janine Leschke, catedrática del Departamento de Gestión, Sociedad y Comunicación de la Escuela de Negocios de Copenhague, afirma que Dinamarca "no hay una cultura laboral en la que tengas que aparecer y estar disponible todo el día, toda la noche, para demostrar que trabajas duro todo el tiempo".

Retrato de Meik Wiking

Retrato de Meik Wiking

Fuente de la imagen,Cortesía Meik Wiking


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Meik Wiking asegura que el modelo laboral danés hace que los trabajadores de ese país disfruten el ir a su puesto de trabajo. En cambio, dice que la flexibilidad durante la jornada laboral da a los empleados el tiempo que necesitan para, por ejemplo, recoger a sus hijos del colegio o la guardería.

"La jornada no tiene por qué acabar oficialmente a las cinco o las seis, y eso atrae a muchos daneses con hijos", indica.

Hoces se ha dado cuenta de que algunos empresarios estadounidenses exigen a sus empleados que estén disponibles los fines de semana para responder a algún mensaje de correo electrónico. Ese tipo de horas extra no encaja con su visión de la conciliación de la vida laboral y familiar.

"Si me pidieran que atendiera llamadas los fines de semana, eso sería una señal de alarma para mí, y probablemente cambiaría de trabajo", dice.

"Pero hasta ahora eso no me ha pasado a mí ni a nadie que conozca", agrega.

Una pareja deja a sus hijos en la escuela.

Una pareja deja a sus hijos en la escuela.

Fuente de la imagen,Getty Images


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Los empresarios daneses no esperan que sus trabajadores trabajen horas extras y no tienen problemas en permitirles tomarse tiempo para estar con sus familias.

Una red de seguridad

Casper Rouchmann, consejero delegado y fundador de la empresa tecnológica danesa SparkForce, afirma que su relajada política de liderazgo resulta familiar a la mayoría de los daneses.

"No hace falta que me pidan que me vaya antes. Nadie se aprovecha de mi amabilidad", dice

Rouchmann añade que el elemento de confianza está tan arraigado en la cultura danesa, que los visitantes de Dinamarca suelen asombrarse de hasta dónde puede llegar.

También destaca el generoso estado del bienestar danés y el hecho de que las empresas tengan que indemnizar económicamente a los trabajadores despedidos.

"Si pierdes tu trabajo, el gobierno está ahí para ayudarte", añade Rouchmann.

Aunque otros países pueden aprender mucho del equilibrio entre vida laboral y familiar de Dinamarca, tiene sus inconvenientes. "Algunas personas pueden confiar demasiado en esa red de seguridad, y eso puede decirles que no tienen que asumir riesgos reales, por eso podemos ser menos emprendedores en comparación con EE.UU.".

Retrato de Casper Rouchman
Retrato de Casper Rouchman

Fuente de la imagen,Cortesía Casper Rouchman


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El empresario Casper Rouchman asegura que como él no se aprovecha de sus empleados tampoco sus empleados se aprovechan de él. Samantha Saxby, experta estadounidense en recursos humanos, afirma que Dinamarca tiene un equilibrio tan bueno entre trabajo y vida privada porque el país "da prioridad al bienestar colectivo".

Por el contrario, afirma que EE.UU. "ha hecho hincapié durante mucho tiempo en los logros y la ambición individuales, lo que ha impulsado una enorme innovación, pero a menudo a costa del equilibrio entre la vida laboral y personal".

Sin embargo, Saxby, directora de marketing de la Asociación Nacional de Recursos Humanos de EE.UU., afirma que las empresas de su país y del resto del mundo podrían estar siguiendo por fin el ejemplo de Dinamarca y otros países nórdicos igualmente felices.

"Las organizaciones progresistas están introduciendo ventajas como tiempo libre remunerado ilimitado, días de salud mental y programas de bienestar, para animar a los empleados a dar prioridad al autocuidado", afirma.

"Estas medidas no solo alivian la presión, sino que demuestran que los empresarios valoran el bienestar general de sus empleados", agrega.

"Cada vez más empresas reconocen que los empleados descansados y equilibrados aportan ideas frescas, mejores capacidades para resolver problemas y un mayor compromiso. Los empleados empiezan a sentirse autorizados a tomarse el tiempo que necesitan sin sacrificar el crecimiento de su carrera", remata.

Este artículo fue escrito y editado por nuestros periodistas con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial para la traducción, como parte de un programa piloto. 


jueves, 13 de febrero de 2025

Luces largas para cambiar la realidad. Entrevista en Tempos Novos a Juan Torres López catedrático de economía en la Universidad de Sevilla.

Entrevista de Manoel Marbeitos para la revista Tempos Novos, publicada en noviembre de 2024

En las últimas décadas hemos asistido a una intensa concentración de la riqueza y el poder, que han disparado la desigualdad, al tiempo que a un vaciamiento de la democracia y un ascenso de las fuerzas de extrema derecha. No estamos ante una situación nueva pero sí que presenta ciertas particularidades y rasgos característicos, como por ejemplo la crisis climática, sobre los que quisiéramos que girara una parte relevante de esta entrevista.

– ¿Debemos, como defienden los defensores del sistema actual, dejar que las cosas “sigan su ritmo” pues así se resolverán los problemas actuales?, ¿es realista pensar que estos (cambio climático, desigualdad, deterioro del bienestar, crisis financieras…) se irán resolviendo por si solos?, por qué?

Creer que ese tipo de problemas se van a resolver mediante una especie de autorregulación del sistema es una quimera. La experiencia, no nuestras preferencias o ideología, sino la realidad, la ciencia, nos han demostrado claramente que son las lógicas que guían y soportan al sistema las que los provocan. Por tanto, mientras estas no se modifiquen, ese tipo de problemas no sólo no desaparecerán o disminuirán, sino que irán en aumento.

-Un planteamiento de dejar que los problemas se resuelvan por sí mismo, ¿no entra en contradicción con la propia esencia de lo que es el capitalismo: cambio constante y transformación?

Efectivamente, esa no la esencia solamente del capitalismo, sino de cualquier dimensión de la vida humana y social y me atrevería a decir que de la misma vida, Lo que ocurre, sin embargo, es que ese fluir, ese cambio constante, puede darse en diversas direcciones. La clave está, por tanto, en tratar de incidir para que el cambio permanente y la transformación sin cesar que inevitablemente se está dando a cada momento transcurran por una senda de progreso y bienestar, de paz y armonía.

-Que nos enseñan las ciencias? ¿Acaso los problemas actuales no son fruto de la acción del hombre SUGIERO DE LOS SERES HUMANOS no son problemas universales?, ¿por esta razón, son muy complejos?

Por lo que respecta a la situación en la que se encuentra el planeta y la especie humana, las ciencias (aunque no la económica, precisamente) nos enseñan varias cosas esenciales de las que he tratado de ocuparme en el libro. La primera, quizá la más importante, es que somos precisamente eso, una sola especie, y que los grandes problemas que nos amenazan son de esa clase, no de grupos, espacios limitados, razas o clases. La segunda, que, a pesar de que vivimos en un sistema complejo que tiende al desorden e incluso al caos, podemos incidir en su evolución, siempre que actuemos convenientemente. La tercera, que hay formas diferentes de organizar nuestra vida social, unas más favorables que otras para poder conducir los cambios y enfrentarse al riesgo. Y, posiblemente la más importante, sabemos cuáles son las «trampas evolutivas» que podemos tener por delante y también las mejores estrategias para hacerles frente y superarlas. Desgraciadamente, también nos enseña algo más: la especie humana y su vida en el planeta no es algo que esté garantizado per se. Si contravenimos las leyes de la naturaleza y de la complejidad, nuestro sistema y civilización pueden colapsar e incluso desaparecer del planeta.

-En tu libro “Para que haya futuro” hablas de cambios incrementales (no suponen alteración de las condiciones estructurales) y cambios transformacionales (que las transforman por que afectan a los principios y bases del sistema capitalista). Para llevar a cabo estos últimos no parece que fuera suficiente (un grave error de prácticamente todas las izquierdas) con disponer de los resortes del gobierno y del Estado. ¿Por qué?, ¿qué más hace falta?, ¿una fuente de poder diferente?, ¿la hegemonía de la que habla Gramsci?

Sencillamente, porque la naturaleza de esas condiciones estructurales es tal que para modificarlas se precisa actuar sobre resortes muy plurales y potentes. Para cambiarlas es necesario incidir en la economía, los modos de producir, consumir y repartir, la política, el derecho y las instituciones, la cultura, las creencias, los valores y preferencias, el tipo de relaciones sociales dominantes…y, por supuesto, en los resortes de los que depende la toma decisiones que afectan a todo ello. Por tanto, es imprescindible disponer de una capacidad de convicción, de generar adhesión, de influir, de diseñar estrategias, de imponer voluntades, de vencer resistencias o de hacer que lo que se desea se lleve a cabo muy potente. El poder no consiste en gobernar, aunque esta sea una componente esencial. El poder es, en realidad, la capacidad de operar y modificar todas esas piezas o elementos que he mencionado y de las que depende el orden social y, en general, el tipo de vida que llevamos, en todos los sentidos, los seres humanos.

-En relación con lo anterior también señalas la necesidad de disponer de un relato, de alumbrar el horizonte con luces largas. Algo que sí tuvo el neoliberalismo, lo que le permitió el triunfo. Un triunfo que se apoyó en su capacidad de introducir su lógica por todos los poros del sistema, de tener un relato como está pasando actualmente, por ejemplo, con la emigración. ¿Que necesitan las izquierdas para “cambiar el mundo” ?, un nuevo relato que además sea alternativo? ¿En qué han fallado?

Entre otras cosas, por supuesto, se necesita saber dónde se quiere llegar. Si no sabes a dónde quieres ir, ¿hacia dónde has de dar tus primeros pasos, cuando sales de casa cada mañana? No concibo que la actuación en la inmediatez pueda ser útil, o suficientemente útil, si se carece de una estrategia de futuro que sólo se puede construir y divisar cuando se ponen las luces largas, cuando apunta al horizonte y se decide a dónde se quiere llegar. Por eso creo que actuar, gobernar, sin ese relato de largo plazo, de futuro, de sueño, si se me entiende la expresión, es, en realidad, una patología: la que he llamado en mi libro el presentismo. Me temo que las izquierdas padecen en buena medida esa enfermedad. Han dejado de ver el futuro, de soñar y son esclavas del corto plazo y de la acción inmediata que, con demasiada frecuencia, lleva a confundir lo principal y prioritario con lo accesorio o secundario.

-Una de las muchas razones que explican el triunfo del neoliberalismo es la inmensa concentración de poder que garantiza y legitima el “orden establecido”. ¿No tendrían las izquierdas que empezar por cuestionar ese orden, cuestionarlo y neutralizarlo, generar un orden distinto?, ¿por qué?

Con cuestionarlo retóricamente nunca será suficiente. Es preciso desvelar lo que hay detrás de él, mostrar sus implicaciones, generar una narrativa alternativa y, sobre todo, anticipar el futuro al que se quiere llegar como alternativa y mostrarlo a la gente para que sepa que, efectivamente, no sólo hay un mundo nuevo y alternativo en los sueños, sino en la práctica. Y para ello es preciso construir avanzadillas, anticipar el fututo, crear experiencias que permitan ver que se vive mejor de otro modo y con otras formas de producir y consumir. Dicho para que se me entienda mejor, hasta que las izquierdas no consigan crear esos «prototipos» y la gente los pueda ver con sus ojos, tocar con sus manos y disfrutarlos, no será posible lograr las adhesiones y configurar las amplísimas mayorías que serán necesarias para comenzar a detener el dominio del capital -con el poder tan inmenso que ha acumulado- para avanzar hacia un nuevo mundo.

-Volviendo al principio: tiene la humanidad asegurado su futuro?, no estamos obligados a denunciarlo?, a hacer todo lo posible para que cambie? -Suenan muchas voces de alarma sobre los límites del crecimiento actual. ¿Está llegando la humanidad a un punto de no retorno?

Como señalo en mi libro, hace poco más de un año, en septiembre de 2023, un equipo de científicos mostró que hemos cruzado seis de los nueve procesos que amenazan a la humanidad y, un mes más tarde, un artículo suscrito por más de 15.000 científicos de 163 países decía literalmente: «la vida en el planeta está en peligro». Por tanto, la respuesta a si está asegurado el futuro de la humanidad es rotundamente No. Más bien lo contrario, por el camino que vamos, lo que está asegurado quizá sea la desaparición de la vida humana en el planeta. Aunque, al mismo tiempo, hay que saber que los mismos científicos que nos advierten del riesgo, nos dicen que se sabe lo que habría que hacer para evitarlo. Está, pues, en nuestras manos asegurar el futuro de las generaciones futuras, aunque eso no se va a hacer actuando de cualquier manera. Eso es lo que he tratado de mostrar en el libro.

-A la hora de actuar tú manifiestas que los horizontes no deben ser estrechos pero que se debe dar preferencia a lo prioritario, centrarse en las cuestiones fundamentales dando prioridad a los principios y propuestas que generen acuerdos y consensos amplios, cuasi universales. Los objetivos a perseguir exigen inexcusablemente un cambio en la correlación de fuerzas. Un cambio que debe empezar por desmontar las mentiras que nos han contado como por ejemplo desde el neoliberalismo. ¿Hay que socializar el pensamiento?

Hay que socializar el conocimiento, en el sentido de ponerlo a disposición de toda la especie, no sólo de los privilegiados. Considerarlo y tratarlo como un bien común a todos los seres humanos y procurar que se utilice, por tanto, en beneficio de todos.

El asunto de la mentira tan generalizada, su uso como estrategia de dominación es otra cosa y ahí me gustaría señalar algo que se está olvidando incluso por quienes la usan. Ningún grupo social, incluso ninguna especie animal, puede vivir a base de utilizar información falsa o equivocada. Perece antes o después. ¿Se imaginan que las cebras no dispusieran de información adecuada y que alguien o algo les hiciera creer que el león no es su enemigo y que deben salir corriendo cada vez que se les acerque? ¿Cuánto durarían? La mentira como arma de dominio social no es un arma contra los engañados, sino que antes o después se vuelve contra toda la sociedad, contra toda la especie, Y, por tanto, también contra los que engañan. Combatir la mentira y el engaño es una tarea primordial. Me sorprende, me preocupa y me asusta que las izquierdas sean tan inoperantes y eficaces en ese aspecto.

-Todos los cambios sociales relevantes, que dieron lugar a un nuevo orden, y dejando a un lado las excepciones conocidas, no siempre acabaron bien. Son lentos y no pueden construirse de la nada. Pero las transformaciones fundamentales afectan a todos los órdenes de la vida. ¿Qué se precisa para llevar adelantes estas transformaciones, de dónde deben salir los nuevos recursos del cambio? ¿Por ejemplo, del Estado, de los partidos y los sindicatos actuales?

La evolución de las sociedades, como la de todos los sistemas complejos, no es lineal; da saltos, tiene marchas atrás, a veces involuciona, y cuando avanza no siempre lo hace «limpiamente», es decir, sin cargar con elementos del mundo que va dejando atrás. Todo lo contrario. En realidad, esos fracasos son expresión del avance, deben considerarse experiencias de las que aprender y que habrá que corregir. Tratar de construir el futuro de la nada es la peor y más peligrosa de las ingenuidades en la que puede caer quien se propone cambiar el estado de cosas en el que se encuentra. No es una preferencia, es que sencillamente ni la evolución de la economía, de la sociedad, de la vida en general, no funciona así: no es posible el «adanismo», el hacer tabla rasa y empezar de cero. El mundo nuevo se crea operando en el viejo, tratando de ir modificando las lógicas que lo dominan, las relaciones de fuerzas que lo sostienen, la dirección en que se encamina. La ciencia nos dice que eso se puede conseguir. Es más, sabemos que un pequeño cambio inicial o detonante puede producir transformaciones estructurales de gran envergadura a partir de él. Pero hay que saber diseñarlo, ponerlo en marcha y sostenerlo.

-Finalmente es posible el cambio social a gran escala si no está “en los corazones y en la mente de la gente”?
¿De dónde va a surgir entonces ese cambio? No me parece concebible que la transformación de las sociedades humanas se produzca a partir de otro motor que no sea la propia acción humana, de la desobediencia frente a la opresión y la injusticia, de compartir sueños comunes y de diseñar con luces largas un camino por el que transitar conjuntamente, de la complicidad y de la cooperación, del ir de la mano sintiéndose parte de una misma especie que puede vivir en paz y compartiendo. Sabiendo que si respetamos las leyes de la naturaleza que nos acoge, disponemos de recursos sobrados para que todos sus integrantes podamos disponer de recursos suficientes para asegurarnos el sustento material y las condiciones que nos permitan desplegar con libertad e igualdad de condiciones nuestra personalidad o identidad diversa y diferenciada.

miércoles, 12 de febrero de 2025

¿Quiénes asesinaron a Patricio Lumumba y a Amílcar Cabral?

El mes de enero fue testigo de dos asesinatos en la historia de la lucha de los pueblos africanos por conquistar su libertad con dignidad. El antiguo Zaire, controlado por Bélgica, y Guinea-Bissau, colonizado por los portugueses, fueron los espacios territoriales que vieron nacer a Patricio Lumumba (1925-1961) y a Amílcar Cabral (1924-1973). Patricio Lumumba fue asesinado el 17 de enero de 1961 y Amílcar Cabral 20 de enero de 1973.

Ambos líderes anticolonialista se opusieron con audacia, inteligencia, constancia y una sostenida posición ideológica, sustentada con mucha transparencia y ejemplo de consistencia en la lucha por la igualdad de sus pueblos.

Patricio Lumumba

Patricio Lumumba, logró oponerse al imperialismo del Rey Leopoldo II de Bélgica quien, al despegar la Conferencia de Berlín de 1885, había convertido a Zaire (hoy República Democrática del Congo) en una gran paila del infierno para extraer, a costa de asesinatos, las riquezas minerales y forestales de ese territorio. Antes de Patricio Lumumba, el líder religioso Simón Kimbangu había intentado, a través de un movimiento espiritual llamado Kimbanguismo, oponerse a la explotación bestial de los belgas, pero fracasó en el intento y murió en la cárcel de Lubumbashi (República Democrática del Congo) el 12 de octubre de 1951.

Patricio Lumumba, a través de un complejo proceso histórico intelectual, militante y en el marco de una apertura democrática tutelada por los belgas, logró la magistratura de Primer Ministro y, en su discurso de instalación frente a los poderes imperialistas encabezados por el Rey de Bélgica y altos representantes gubernamentales de Francia y Estados Unidos, expresó con irreverencia ese 30 de junio de 1960 que:

“Ningún congoleño digno de llamarse así olvidará jamás que la independencia se ganó luchando (…). No podríamos estar más orgullosos de esta lucha de sangre, fuego y lágrimas, porque ha sido una pugna justa y noble”

Los mundeles (blancos colonialistas) estaban incómodos por la firmeza con que Lumumba expresaba palabra por palabra los retos del pueblo congolés contra el colonialismo de los belgas. La gota discursiva de Lumumba que enfureció a los belgas fue cuando expresó que “El Congo se convertirá en un trampolín para la liberación de todo el continente africano”.

A partir de allí, la CIA y la policía secreta de los belgas harían varios intentos de asesinar a Lumumba hasta lograr, con aliados internos como el coronel Mobuto Sese Seko, darle el golpe final el 17 de enero de 1961. Lo apresaron, le cortaron las manos y lo quemaron cuando apenas tenía cinco meses como primer ministro y 55 años de edad. En un documento desclasificado, la CIA reconoce que sí participo en ese asesinato, luego el Che ante la Conferencia de las Naciones Unidas ofreció vengarlo y es ahí cuando el Che se va al Congo y forma la guerrilla bajo el pensamiento anticolonial de Patricio Lumumba.

La irreverencia de Amílcar Cabral

«Hay que escuchar a la gente, aprender de la gente. No escondan nada ante el pueblo. No digan mentiras: denúncienlas. No pongan máscaras a las dificultades, los errores, las caídas. No canten fáciles victorias».

El día 20 de enero de 1973, en horas de la noche, cae asesinado en Conakri, Guinea, a la edad de 48 años, unos de los líderes africanos que poseía un pensamiento denso dentro las elaboraciones teóricas contemporáneas contra el colonialismo y la liberación de África y los pueblos esperanzados del mundo. Se trataba del agrónomo revolucionario Amílcar Cabral, quien fue el liberador de dos países africanos: Guinea Bissau y Cabo Verde, repercusión independentista que se extendió a la Isla de Santo Tomé y Príncipe. Autocrítico, Cabral nunca rehuyó los diferentes frentes de batalla como la guerra de guerrillas, la diplomacia, la formación ideológica y la incesante producción intelectual como resultado de su praxis permanente.


Pablo George, exministro de Relaciones Exteriores de Angola, a quien tuve oportunidad de conocer, me expresó que la sencillez de Amílcar y su estatura intelectual lo configuraban como el prototipo del nuevo hombre africano. Amílcar fue uno de los pioneros de la lucha continental africana contra el colonialista, dejando una profunda huella para las generaciones posteriores.

Tanto su pensamiento antimperialista como su anticolonialismo interno y su honestidad revolucionaria expresan sensiblemente que su ejemplo sigue teniendo vigencia en estos momentos cruciales para el mundo, donde se hace urgente reinventar las nuevas prácticas de hacer revolución.

El mes de enero de cada año es triste recordar las muertes de Patricio Lumumba, Amílcar Cabral.

Fuente: https://centrodescolonizacionvzla.wordpress.com/2025/01/21/quienes-asesinaron-a-patricio-lumumba-y-a-amilcar-cabral/

martes, 11 de febrero de 2025

El Holocausto franquista: los judíos a los que el dictador no quiso salvar

_- Fuentes: El Diario [Foto: Refugiados en la frontera hispanofrancesa, en 1939 (Yad Vashem)]


El régimen se negó a repatriar a los judíos sefardíes y condenó a miles a morir en las cámaras de gas mientras diplomáticos españoles en diferentes países pedían que se les extendieran documentos para salvarlos.

Berlín, verano de 1943. 
Los diplomáticos franquistas que trabajan en la embajada española de la capital del Reich son plenamente conscientes de que sus aliados nazis están exterminando a la población hebrea. Saben, también, que tienen una baza para salvar a miles de ellos de las cámaras de gas.

Bastaría con que informaran a los dirigentes alemanes de que España, nación amiga, está dispuesta a proteger y a repatriar a los judíos sefardíes, apelando a su origen hispano. Algo tan sencillo como sellarles un documento oficial que les reconociera como compatriotas supondría un pasaporte hacia la vida. Pero Francisco Franco, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, había ordenado a todas sus embajadas en la Europa ocupada por Hitler que solo se preocuparan por aquellos judíos “de indiscutible nacionalidad española”.

En aquellos momentos dramáticos y convulsos no había tiempo ni medios para investigar la vida de aquellos hombres, mujeres y niños que llegaban a las sedes diplomáticas españolas luciendo la estrella de David en sus vestimentas y pidiendo que les salvaran la vida. Por ello el secretario de la embajada, Federico Oliván, escribió una dramática carta a sus superiores en la que expresaba su frustración: “Mal profeta seré si no llega el día en que se nos critique acertadamente el que, sabiendo lo que iba a ocurrir, nos hayamos lavado las manos como Pilatos y abandonado a su triste suerte a estos, al fin y al cabo, compatriotas sin siquiera elevar la más mínima protesta y sin hacer nada por salvarlos (…) Si España, por razones que a nadie pueden escapar, se niega a recibir esta parte de la colonia en el extranjero (…) la condena automáticamente a muerte –pues esta es la triste realidad y lo que no hay que tratar de disimularla–”.

La misiva escrita por Oliván y rescatada por el historiador Manu Valentín es solo una de las muchas huellas documentales que demuestran la complicidad pasiva que el régimen franquista tuvo con el Holocausto. Una tesis que la mayoría de académicos e investigadores sostiene con contundencia, como la que manifiesta a elDiario.es el historiador: “La afirmación que define a Franco como un ”salvador de judíos“, zanja Valentín, no es más que una aberración, un insulto a los hechos y a las víctimas que se derivan de la inacción del régimen franquista durante su persecución”.

Una inacción que comenzó desde el mismo inicio de la invasión de Europa occidental por parte de Hitler.

A Franco sí le interesaba el dinero de “sus judíos”

Franco mantuvo la frontera de los Pirineos cerrada a quienes trataban de huir de las tropas alemanas. Los judíos que intentaban escapar de una muerte segura se topaban con una muralla infranqueable en todos y cada uno de los pasos fronterizos españoles. Solo eran autorizados a pasar aquellos que disponían de un visado de tránsito para llegar a Portugal o a otros países. Se calcula que entre 40.000 y 50.000 judíos lograron acceder a uno de esos salvoconductos y escapar de Francia a través de España. El resto intentó cruzar clandestinamente a través de las montañas o acabó en las garras de los nazis.


Una de las muchas soflamas antisemitas que vertió Francisco Franco

Ya en aquellos primeros momentos hubo diplomáticos franquistas que se jugaron sus trabajos y hasta su integridad física para intentar salvar vidas. El cónsul español en Burdeos, Eduardo Propper de Callejón, expidió centenares de visados de tránsito a judíos, incumpliendo las órdenes que había recibido de Madrid. La entonces mano derecha de Franco, Ramón Serrano Suñer, se lo pagó con el cese, con un traslado a Marruecos y con una mancha en su expediente que nunca le permitió alcanzar el cargo de embajador.

En Burdeos, París o Vichy las sedes diplomáticas españolas tenían la orden de mantener una “actitud pasiva” frente a la persecución judía. Madrid solo pidió a sus cónsules y embajadores que mediaran ante las autoridades alemanas para lograr un objetivo: declararse legítimos administradores de los bienes que dejaran atrás los judíos españoles deportados a guetos o campos de concentración.

Esta actitud era coherente con el profundo antisemitismo de “la nueva España”. La cúpula franquista insultaba al pueblo judío en sus discursos y jaleaba la persecución emprendida por Hitler. El propio dictador la justificó reiteradas veces, alegando que él no tenía que seguir el ejemplo alemán porque aquí ya se había expulsado a la comunidad hebrea mucho tiempo atrás. “Por la gracia de Dios y la clara visión de los Reyes Católicos, hace siglos nos liberamos de tan pesada carga”, afirmó Franco en una de sus tradicionales alocuciones de fin de año.

En paralelo, toda la prensa del régimen alababa la limpieza étnica perpetrada por los nazis. “Europa, sin judíos”, celebraba en su portada el semanario El Español.
Portada del semanario El Español
La hemeroteca del diario ABC está repleta de artículos de opinión e informaciones antisemitas. Un torrente de odio y deshumanización que podemos resumir en esta frase. Forma parte de la crónica que su corresponsal en la capital francesa dedicó a una de las operaciones más criminales perpetrada por los nazis en esa ciudad: “El barrio judío de París Saint Antoine ha sido fumigado, desinfectado mediante la eliminación del censo israelita, el cual acaba de ser conducido a campos de concentración”.

A esas alturas ya había más de 7.000 españoles pudriéndose en el campo de concentración de Mauthausen. En este caso no se trataba de judíos, sino de los exiliados republicanos que primero habían luchado contra la sublevación franquista y, más tarde, se habían alistado en el ejército francés para combatir a Hitler.

Su número ascendería hasta superar los 9.000, de los cuales 5.500 serían asesinados entre las alambradas nazis. Existe numerosa documentación, ya publicada en elDiario.es, en la que se demuestra la responsabilidad, en este caso activa y directa, que tuvo el dictador español en la deportación y muerte de todos estos hombres y mujeres.

Hitler ofrece a Franco repatriar a sus judíos

En enero de 1943 el Reich cursó una circular a todas sus naciones aliadas, entre las que se encontraba España, ofreciéndoles repatriar a “sus judíos”. El periodista e investigador Eduardo Martín de Pozuelo logró documentar la escalofriante pasividad con la que reaccionó Franco ante esa propuesta, realizada en plena Solución Final. “El Gobierno español ha decidido no permitir en ningún caso la vuelta a España a los españoles de raza judía que viven en territorios bajo jurisdicción alemana”, informó a sus superiores un alto representante de la embajada alemana en Madrid tras consultar con la cúpula franquista.

El diplomático nazi añadió en su misiva que España apostaba porque los judíos fueran enviados a terceros países y que solo estaba dispuesta a dar algunos visados, siempre y cuando fueran de tránsito. “Si no se da esta circunstancia, el Gobierno español abandonará los judíos de nacionalidad española a su destino”, sentencia el informe, incluido en el libro El franquismo cómplice del Holocausto.

Dos recordatorios de las innumerables misas que se celebraron por toda España para honrar a Hitler tras su muerte
Esa actitud condenó a morir en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau a miles y miles de judíos de origen sefardí. Solo desde la ciudad griega de Salónica fueron deportados cerca de 50.000.

La documentación epistolar nos sigue aportando más claves de lo que ocurrió durante aquellos años en toda Europa. El cónsul español en París, Alfonso Fiscowitz, quiso dejar claro en su correspondencia con el ministro de Asuntos Exteriores, Gómez Jordana, qué consecuencias estaban teniendo las órdenes recibidas: “De acuerdo con telegrama VE, intervengo tan solo a favor liberación sefarditas indiscutible nacionalidad española (…) Ha quedado demarcada totalmente diferencia entre los que están condición ser breve plazo repatriados (pocos casos) y aquellos cuya eventual repatriación puede ser objeto estudio”, se lee en el telegrama enviado desde el Consulado General en París al ministro de Asuntos Exteriores, el 18 de diciembre de 1943.

Fiscowich envió más telegramas, algunos tan elocuentes como este: “Familias Mayo y Abastado después de larga detención han sido deportadas Alemania (…) Ambas han sufrido … consecuencias señaladas en mi telegrama n.º 44”. El diplomático explicaba a sus jefes que la familia Abastado “no había cumplido todos los requisitos exigidos para considerar su nacionalidad como indiscutible”, explica un telegrama del 10 de marzo de 1944.

En el caso de la familia Mayo se dictaminó que sí eran plenamente españoles, pero demasiado tarde. Ya habían sido deportados a un campo de concentración.
 
Uno de los muchos telegramas enviados al Mº de Asuntos Exteriores en los que los diplomáticos explicaban las letales consecuencias de proteger exclusivamente a los judiós de “indiscutible” nacionalidad española. 
Solo la decisión personal y valiente de algunos diplomáticos franquistas permitió aportar algo de luz entre tanta oscuridad. Ángel Sanz Briz salvó a unos 5.000 judíos en Budapest desoyendo las órdenes que le llegaban desde Madrid. Sanz Briz seguía la estela de su antecesor en el cargo, Miguel Ángel de Muguiro, que fue cesado por sus superiores cuando se supo que estaba prestando protección a grupos de judíos.

En Atenas, el cónsul Sebastián Romero Radigales informó a sus superiores del exterminio al que estaban abocados decenas de miles de sefardíes. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores le pusieron todo tipo de trabas cada vez que intentó evitar las deportaciones. Nada mejor que poner nombre y apellidos a la tragedia. Para ello, recuperamos esta orden que le envió el ministro de Asuntos Exteriores, Gómez Jordana: “Únicamente se autoriza concesión visados sefardita Hassid e hija en el caso de que realmente fueran deportados sin que baste para ello simple aviso o intimidación”. Podemos hacernos una idea de lo que sintió Romero Radigales al recibir esta instrucción. Si no podía protegerles hasta el mismo momento de ser deportados, ¿a dónde les llevaría el visado? ¿A la antesala de la cámara de gas de Auschwitz-Birkenau?
La correspondencia entre la cúpula franquista y sus diplomáticos demuestra el interés que la “nueva España” tenía en apropiarse de los bienes abandonados por los judíos españoles deportados a guetos y campos de concentración.
Solo en la fase final de la guerra, cuando ya se vislumbraba la derrota de Hitler y Franco trataba de congraciarse con los Aliados, España permitió la repatriación de dos convoyes de sefardíes procedentes de Salónica. Fueron unos 700 que lograron salvar la vida por el pragmatismo de un dictador que se veía obligado a cambiar de chaqueta. Aun así, el desprecio que el régimen español sentía por ellos provocó que uno de los dos trenes cargados de desesperados judíos permaneciera “olvidado” en la frontera. Solo el telegrama urgente que envió un diplomático español desde Berlín provocó la reacción de las autoridades franquistas e impidió que los alemanes, hartos de esperar, desviaran el convoy hacia Auschwitz: “Lleva 36 horas en frontera hispano-francesa sin ser recibidos por autoridades españolas y que servicio competente alemán le hace saber (…) la imposibilidad de continuar haciéndose cargo de ellos como hasta el presente, por haber expirado hace meses plazo concedido para repatriación de judíos extranjeros, y procederá a su inmediato transporte a campos de concentración en Polonia, de donde no podrán salir en ningún caso ni en manera alguna”.

El historiador Manu Valentín concluye, por tanto, que el papel jugado por Franco durante el Holocausto no es opinable: “La respuesta nos la ofrecen los propios documentos elaborados por el régimen. Léanlos, hierve la sangre”.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/holocausto-franquista-judios-dictador-no-quiso-salvar_1_11990086.html?utm_source=Al+d%C3%ADa&utm_campaign=f135450c4e-EMAIL_CAMPAIGN_2025_01_26_08_07&utm_medium=email&utm_term=0_-f135450c4e-70387644&mc_cid=f135450c4e&mc_eid=25a657c028