domingo, 1 de junio de 2014

Condenados a una existencia precaria para siempre. La lucha contra la exclusión requiere trabajo de empresas y Administración

La inserción laboral y las ayudas públicas, económicas y asistenciales, son fundamentales para revertir el incremento del número de personas que están en riesgo de exclusión social y pobreza en España. Lo que requiere de coordinación entre la Administración, empresas privadas y entidades sociales, que ahora están desconectadas. Estas son las conclusiones del debate celebrado ayer sobre la integración en el mercado de trabajo de colectivos vulnerables, organizado por la Fundación La Caixa y EL PAÍS. Para el director general de la Fundación La Caixa, Jaime Lanaspa, las consecuencias de no tomar medidas pueden ser devastadoras: “Si no lo arreglamos, estos colectivos están condenados a no trabajar en su vida o tener una existencia precaria para siempre”. “Son jóvenes que estaban en la obra que se han visto sin paleta, sin formación ni empleo. También parados de más de 45 años y abuelos que pierden su capacidad de invertir porque se están convirtiendo en los bancos de los anteriores”, detalló Nieves Ramos, presidenta de la Asociación El Cerezo. Lanaspa afirma que incorporarlos al mercado de trabajo es clave. Por eso, la Fundación La Caixa ha redoblado esfuerzos con su programa Incorpora, que ha facilitado empleo a más de 83.600 personas en situación de vulnerabilidad desde 2006. Javier Font, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad, confirma los buenos resultados que ha dado este proyecto fruto de la colaboración entre entidades privadas y sociales, pero destaca que también es responsabilidad del Estado que todos los grupos vulnerables vean realizado su derecho a la educación y la sanidad, que está seriamente amenazados por los recortes. “Hemos pasado a ser sujetos de beneficencia. Y de ahí a la mendicidad, hay un paso”, alerta. Fuente: El País.

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