jueves, 19 de marzo de 2015

Boaventura Santos: “Los partidos de izquierda despreciaron la calle”. Este profesor de Sociología en Coimbra y Wisconsin, es referente en la gestación de Podemos

Hace 40 años Boaventura de Sousa Santos quedaba en la frontera de Ciudad Rodrigo con el socialista Gregorio Peces-Barba para construir las incipientes democracias ibéricas. Ahora este sociólogo portugués (Coimbra, 1940), doctorado por Yale (EE UU) y profesor en Coimbra y Wisconsin (EE UU), sigue en lo mismo, atento a los movimientos sociales insurgentes en el mundo, pero los que le escuchan son dirigentes de Podemos, especialmente Juan Carlos Monedero, a quien califica de “cabeza brillantísima”, disculpa su fraude fiscal y por quien pone la mano en el fuego: “Podemos no le va a dejar caer”.

Pregunta. Syriza, en Grecia, Podemos en España y, en Portugal, con menos fuerza, Tiempo de Avançar. ¿Es una coincidencia o hay un germen común?
Respuesta. Hay un vaciamiento general de la democracia. Cuando llegó al sur de Europa fue amoldada al modelo en vigor, la socialdemocracia, una combinación única, y a la vez, de altos niveles de productividad y de protección social. Con el desarrollo de la Unión Europea se asiste a una transformación política que señala que este modelo social europeo no es sostenible. Washington impone el neoliberalismo, con los mercados, las privatizaciones..., dando al Estado un papel secundario; sin embargo, por entonces, los partidos socialistas en nuestros países eran fuertes y se resistieron al cambio. Así que el modelo neoliberal entra por una estructura supranacional, la Unión Europea. Y los partidos socialistas se adaptan a partir de Tony Blair, con la tercera vía, el capitalismo de rostro humano. La protección social, de ser vista como un logro, como una gran inversión, pasa a ser vista como un coste. Es lo que yo llamo democracia de baja intensidad, con niveles de desigualdad muy altos, a la que nos estábamos acostumbrados en Europa.

P. ¿El gran desencadenante es la crisis griega de 2010?
R. Sí. En lugar de adoptar el problema como europeo, se optó por considerarlo un problema nacional. Se le ayuda si se adapta a las condiciones que dicta la UE; y ese modelo se aplica luego a Irlanda, a Portugal y a España; un modelo no muy diferente a las condiciones que el FMI y el Banco Mundial aplicaban a Latinoamérica y a Africa y que se llamaba Ajuste Estructural. Y así estamos: países para los que Europa y la democracia eran sinónimo de bienestar, porque les llegó todo a la vez, de repente son la Europa del malestar...
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/11/actualidad/1426096697_182363.html

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