martes, 22 de mayo de 2018

Scerri, Eric (2016). A Tale of Seven Scientists and a New Philosophy of Science. New York: Oxford University Press. 264 páginas

"No es perfecta. Puede utilizarse mal. Es sólo una herramienta. Pero sin duda es la mejor herramienta que tenemos, se autocorrige, progresa y se puede aplicar a todo. Tiene dos reglas. Primero: no hay verdades sagradas; toda presunción debe ser examinada críticamente; los argumentos de autoridad no tienen valor. Segundo: lo que sea inconsistente con los hechos debe ser desechado o revisado. Debemos comprender el cosmos como es, y no confundir lo que es con lo que quisiéramos que fuera. Lo obvio es a veces falso, lo inesperado es a veces cierto".
Carl Sagan en Cosmos (1980), a propósito de la ciencia. 


Bernard de Chartres afrmó en el siglo XII que somos enanos a hombros de gigantes.

Más de medio milenio más tarde, Isaac Newton utilizó esta misma expresión para mostrar su modestia ante los elogios recibidos por parte de su par Robert Hooke: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”, le dijo. Actualmente la expresión es bien conocida, e incluso se ha convertido en el eslogan de uno de los motores de búsqueda de literatura científico-académica más utilizados. No obstante, su significado está abierto a interpretaciones, variando en función de qué agentes consideremos que entran dentro de la categoría de “gigantes”. Aplicándolo al caso concreto de la ciencia, la frase podría tener dos significados principales. El primero, más elitista, nos llevaría a interpretar que el conocimiento científico avanza gracias al legado que nos han otorgado los grandes genios de la ciencia (los “gigantes”). El segundo, de carácter más horizontal, tomaría a esos “gigantes” como una metáfora del esfuerzo conjunto aportado por toda la comunidad científica; un esfuerzo gracias al cual las grandes figuras han podido elevarse a la hora de generar nuevo conocimiento.

El objetivo de A Tale of Seven Scientists and a New Philosophy of Science es precisamente defender la última de las interpretaciones anteriormente presentadas. Situando su narrativa en los comienzos del siglo XX, en el contexto de la disputa acerca de la configuración electrónica de los átomos, Eric R. Scerri (1953, Malta) trata de mirar “beyond all the apparent diversity in scientific work and the many contributions by numerous individuals in order to present a unifed picture of the underlying forces at play” (p. xxiv-xxv); las fuerzas emanadas de los “científicos de a pie” (the “little people”) a los que la historia de la ciencia no les ha brindado el crédito merecido. De este modo, y a través del estudio de caso de siete científicos “olvidados”, la obra nos ilustra cómo el conjunto de la ciencia evoluciona de manera más continuada de lo que habitualmente creemos. De forma similar a como lo hacen las entidades biológicas, la ciencia avanzaría guiada por una racionalidad o naturaleza “orgánica” cuya fuente motriz y primigenia es el trabajo realizado por todos los científicos y científicas de “a pie”; incluyendo aquellos que, aun habiendo aportado su dosis de ciencia, no han recibido el don del reconocimiento. Esta tesis vendría en última instancia a reforzar la necesidad de reflexionar sobre el modo en que se (re)construye y comunica la historia de la ciencia, así como de reconsiderar la oportunidad de desarrollar una “nueva” filosofía de la ciencia.

El libro se inicia con dos breves prólogos y una pequeña introducción a la biografía de su autor. Mientras que los prólogos ofrecen dos breves análisis del contenido general de la obra, la introducción autobiográfica nos sitúa ante el proceso de descubrimiento y de andadura académica del propio Scerri por la Historia de la Química y la Filosofía de la Ciencia. Seguidamente, y conformando el núcleo central del trabajo, nos encontramos con nueve capítulos: uno introductorio, siete dedicados al estudio de siete autores “olvidados” y un capítulo final en el que se extraen las principales conclusiones. Dentro de la categoría de “autores olvidados” entrarían todos aquellos científicos cuya contribución al conocimiento resultó de gran importancia a la hora de que las grandes figuras de la ciencia (tales como Niels Bohr, Wolfgang Pauli o Henry Moseley) lograsen llegar a las conclusiones que les reservaron un lugar privilegiado dentro de la historia. Los siete “eslabones perdidos” de la historia de la ciencia (“missing links”) en quienes Scerri decidió focalizar su análisis son: John Nicholson, Anton van den Broek, Richard Abegg, Charles Bury, John D. Main Smith, Edmund Stoner y Charles Janet. Más allá del interés histórico que la obra puede suscitar, convendría centrar nuestra atención en los principios que definen la filosofía general de la ciencia que en ella se nos presenta y en la metodología empleada para su fundamentación.

Dos son las hipótesis principales respecto a la actividad científica que se hayan presentes en el transcurso del trabajo: (i) que el avance de la ciencia puede -y debe- ser entendido desde una perspectiva orgánica o “evolutiva”, y (ii) que los aportes realizados por los científicos menos (re)conocidos resultan de especial relevancia para el avance de la ciencia, tan importantes como el de las grandes figuras.
Desde el punto de vista metodológico, el hecho de que tanto (i) como (ii) sean extraídas y pretendidamente ilustradas a partir del análisis de los casos específicos de los siete científicos anteriormente mencionados, nos sitúa ante el primer punto crítico destacable del trabajo: el gran salto inferencial realizado a partir de una muestra considerablemente limitada. A pesar de que los hallazgos provenientes de la Historia, así como otras disciplinas empíricas que tienen como objeto la ciencia (como la Sociología o la Psicología) son un recurso que ha de ser tenido en cuenta a la hora de reflexionar sobre los aspectos filosóficos de la actividad científica, cabría considerar las limitaciones de los juicios universales realizados a partir de ellos. En este sentido, cabría cuestionarse primeramente de qué manera estos siete casos son una muestra significativa de lo que sucedió no ya sólo dentro del campo específico de la Química y/o de la Física del siglo XX, sino también y más bien en otros periodos de la historia de la ciencia y en el resto de disciplinas.
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http://www.rebelion.org/docs/241503.pdf

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