Anne Sophie Simpere
Europa, inicialmente pensada como un vector de paz, se está preparando para subvencionar alegremente y sin condiciones a los mercaderes de armas. Las industrias bélicas, siempre omnipresentes en Bruselas, están por lograr la creación de un “fondo europeo para la defensa” a pesar de no existir una política común en la materia. El objetivo, lograr que Europa financie sus investigaciones, sin control sobre la proliferación de armas que así se desarrollaren, como los drones u otros sistemas autónomos de combate. Otro intento de conseguir un discreto “tour de force” destinado a cambiar, todavía un poco más, la naturaleza del proyecto europeo.
El Parlamento europeo aprobó el 13 de marzo pasado un total de 500 millones de dólares para el desarrollo del equipamiento del área de defensa para los dos años próximos (2019 y 2020), subvención que se agrega a los 90 millones financiados durante el período 2017-2019 destinada a la preparación de investigaciones militares. Estas abundantes subvenciones europeas a la industria de la defensa son solo el principio: el objetivo final declarado es la creación de un “fondo europeo de defensa” de 5.500 millones de euros por año destinados a “estimular las capacidades europeas de defensa” a partir del 2021.Un modelo de uso del dinero público para desarrollar drones de combate y otros sistemas bélicos último grito.
¿Cómo hemos ha llegado a esto cuando en los años 2000 movilizar fondos públicos europeos para destinarlos al sector militar, de igual modo que se ayudaba a los agricultores o a regiones desfavorecidas, habría parecido escandaloso? “Es un tema bastante viejo”, cuenta Laetitia Sédou, responsable del programa Red europea contra el comercio de armas (ENAAT) “Los mercaderes de armas comenzaron de a poco pretextando seguridad interior y protección de las fronteras más que defensa”. De este modo, progresivamente Airbus, Thales, Safran o la italiana Leonardo obtuvieron sus primeros financiamientos europeos gracias al programa europeo de investigación general Horizonte 2020 y posteriormente a través de un fondo destinado a la seguridad interior. En 2016 se aprobó un proyecto piloto de 1,4 millones de euros destinado a la investigación militar. De modo que financiar así la industria militar pasó a ser aceptable.
Los lobbies de la industria bélica a la conquista de Europa.
Este cambio de enfoque requirió cierta inversión. Entre 2012 y 2017, el presupuesto destinado al lobbismo por los principales fabricantes europeos de armas, Safran, Thales, Naval Group o Airbus, fue duplicado hasta alcanzar los 5,6 millones de euros. Esta cifra que cubre solamente los gastos declarados se halla probablemente subestimada. “El lobbismo comienza igualmente a nivel nacional, Dassault o Talès tienen buenos contactos con el Gobierno francés”, precisa Bram Vranken de la ONG pacifista belga Vredesactie. “Existen también las exposiciones de armas, las participaciones en conferencias. El sector ha creado una sólida red de influencias. Una red que le permite participar activamente en la formulación de las políticas europeas”.
La hoja de ruta para destinar los primeros fondos a la defensa ha estado ámpliamente inspirada en el informe de un “grupo de personalidades” creado en 2015. Siete de sus dieciséis miembros son representantes de la industria y dos proceden de institutos privados de investigación que podrían ser beneficiarios de esa financiación. El grupo está presidido por el polaco Elzbieta Bienkowska, comisario encargado del comercio interno, sujetado con alfileres por su inclinación hacia los intereses de las empresas (1). El único diputado europeo es el alemán Michael Gahler (CDU), presidente del grupo Canguro, un grupo de presión favorable a la liberalización de los mercados y las industrias.
Proyectos subvencionados en un…125 %
El informe de dicho grupo de personalidades propone un apoyo reforzado a la competitividad del sector a través de un programa de financiamiento, tal como está siendo puesto en marcha actualmente. Para Bram Vranken “Los industriales se hallan presentes en todas las etapas del proceso. Para elaborar el plan preparatorio, la Comisión se ha reunido no menos de 36 veces con las empresas bélicas”. En el plan de acción de la Comisión para la defensa se encuentran las recomendaciones de la Asociación de industrias aeroespaciales y de defensa de Europa (ASD), presidida por Eric Trappier, PDG de Dassault. La ASD no tuvo tiempo para contestar a nuestras preguntas, pero parece que la asociación se encuentra satisfecha con la última propuesta de reglamento elaborada por la Comisión.
De este modo el sector militar va a obtener millones que se transformarán en miles de millones con formas de financiación que les serán totalmente ventajosas: “Se benefician con subvenciones de un 125 %: un 100 % para el proyecto más un plus del 25 % para gastos administrativos. Ni siquiera las ONG humanitarias podrían disponer de similares ventajas ante las peores catástrofes” constata Laëtitia Sédou.
Programas piloto de armas robotizadas
Con relación a las armas robotizadas, solo se hallarían actualmente excluidas las armas de destrucción masiva, las armas y las municiones prohibidas por el derecho humanitario internacional como las minas antipersonas, las armas incendiarias y las totalmente autónomas –robots que podrían decidir disparar por sí mismos- sin intervención humana. El proyecto piloto y los preparativos se hallan ampliamente concentrados en los drones y en los sistemas robotizados que todavía requieren al menos parcialmente la intervención humana. “Todas las nuevas investigaciones se centran en la robotización: se quiere autonomizar las armas y a esto se dirigirán las fuentes financieras” considera Tony Fortin, del Observatorio de Armas.
Uno de los primeros proyectos financiados, el Océano 2020, permitirá a Safran probar sus drones Petroller en el medio marino. Drones que la empresa podría exportar bien pronto, pero "vitaminizados”, es decir, armados. Entre sus potenciales clientes estaría Egipto, que se encuentra embargado por la UE pero sigue siendo uno de los clientes más importantes de Francia en lo relativo a compra de armas.
La proliferación, consecuencia lógica de la fabricación de armas
Porque la exportación sigue totalmente en manos de los Estados miembros: “Los alemanes son tal vez los que están en mejores condiciones para iniciar la discusión, pero Francia no quiere aceptar ninguna integración en materia de exportaciones”, comenta Bram Vranken, del Ministerio de Ejército.
Florence Parly no deja de repetir que las exportaciones son vitales para la industria: “El objetivo de la exportación está incluido en el proyecto legislativo. Quieren una industria “competitiva a nivel mundial”, expresa Laetitia Sédou. El Gobierno francés, que suele ser más liberal que otros en materia de exportación de armas, desea conservar su gran margen de maniobra (leer nuestra investigación Mirages 2000, blindados Leclerc, cañones César: Francia es la proveedora oficial de la carnicería que se está ejecutando en Yemen).
De todos modos las patentes que surjan de las investigaciones financiadas por el dinero europeo quedarán, sin dudas, en manos de los industriales, que podrán luego transferir dichas tecnologías a sus clientes. Del mismo modo que lo está haciendo el Naval Group, cuyo principal accionista es el Estado francés que está compartiendo actualmente con Brasil los planos de sus submarinos y de sus equipamientos.
Las empresas del área de defensa han obtenido subvenciones públicas evitando hasta ahora el control europeo sobre el uso del equipamiento militar desarrollado o la difusión de las patentes que podrían difundirse a través del mundo, contribuyendo a una inestabilidad de la que las industrias de las armas afirman querernos proteger.
La Unión europea, tercer presupuesto militar del mundo
Por parte de la Comisión europea, se antepone el interés económico de los fondos para la defensa: una mayor cooperación permitirá racionalizar los gastos evitando su duplicación: “Sucede que, en la actual propuesta, los criterios de cooperación son bastante débiles: no hay necesidad de tener más de tres empresas en dos países diferentes. Este tipo de cooperación bilateral ya existe”, destaca Laëtitia Sédou de la Red europea contra el comercio de armas. Las fábricas de armas se asocian ya dentro del marco de proyectos industriales ad hoc, ya sea a nivel europeo o con terceros países.
“Se otorga dinero a los industriales pero sin ninguna estrategia”
¿Cuál es el quid de una política europea de defensa? Con el fondo para la defensa, nos explican, comenzamos una cooperación industrial a la que va a seguir luego la cooperación política, analiza Laetitia Sédou. "Pero eso no sucederá en un ámbito tan sensible como el de la defensa. Se nos vendió la misma lógica en los años 80, hacía falta un mercado común para que el área política –las regulaciones sociales y fiscales- se armonizaran de por sí. Fuera de algunos sectores marginales no es lo que ha sucedido”
Hoy en día “La Europa de la defensa” que auspicia Emmanuel Macron parece hallarse en una perspectiva bastante lejana. Subsisten serias divergencias entre Alemania y Francia tanto en materia del presupuesto como de las exportaciones. Florence Parly manifestaba recientemente su preocupación ante la Asamblea Nacional por la cantidad de reglamentaciones y de imposiciones que podría instalar el nuevo acuerdo de la coalición en Alemania en materia de exportaciones de material militar. Esas reglamentaciones podrían trabar las ventas de equipos cofabricados con Berlin. Por otra parte, muchos estados se hallan vinculados a las garantías de seguridad estadounidenses incorporadas por la OTAN, que aspira a seguir siendo el espacio de la cooperación en materia de defensa.
Del lado francés, mientras se declama la integración con Bruselas, la última Revista estratégica confirma el deseo de preservar la soberanía nacionalen el terreno militar: “Nuestra autonomía estratégica se mantiene como un objetivo prioritario de nuestra política de defensa (…) Francia debe conservar su capacidad de decidir y de actuar independientemente en defensa de sus intereses”. El discurso es más europeizante cuando se trata de obtener subvenciones para las industrias. No existe una política común de defensa, las intervenciones en el extranjero son objeto del consenso entre los Estados y nada indica que eso vaya a cambiar. Se conforman con otorgar fondos a los industriales, pero sin ninguna estrategia” resume Bram Vrankende, de la ONG Vredesactie.
¿El medioambiente y el clima sacrificados en nombre de la financiación militar?
Resultado: mientras la UE va a perder 10.000 milones de euros por año a causa de la renuncia británica, los industriales de la defensa deberían recuperar miles de millones en el próximo presupuesto plurianual. Para qué plantear cuestiones sobre compromisos que serán negociados. ¿Qué presupuestos se recortarán para financiar la investigación militar? Una nota del Gobierno francés publicada en diciembre de 2017 ubica la seguridad y la defensa a la cabeza de sus prioridades, mientras otras voces se inquietan porque desaparecen en cambio las preocupaciones por el cambio climático y los problemas ambientales.
Mientras tanto 140.000 ciudadanos han firmado su oposición al financiamiento bélico en Europa. Varios investigadores se han comprometido públicamente contra el uso del erario público a fines militares. Frente al poderoso avance de los lobbies de las armas y sus discursos sobre la seguridad, la batalla apenas comienza.
Fuente:
https://lesmoutonsenrages.fr/2018/04/11/discretement-leurope-sapprete-a-deverser-des-milliards-dargent-public-en-faveur-des-industries-de-larmement/
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