_- Una hermosa y curiosa cita de Richard Dawkins abre el libro. Da pistas.
La situación en que nos encontramos según el autor: “Nos encontramos en medio de una revolución. Es una revolución científica basada en nuestro conocimiento del ADN, el material hereditario de la vida. Utilizando las herramientas de la biología molecular, exploramos y sondeamos el mundo que nos rodea de una forma que era inimaginable hace tan sólo unas décadas”. Es natural, señala, contemplar la biotecnología en el siglo XXI con una mezcla “inquietante de asombro y temor”.
No es un libro fácil pero no se lo pierdan. Avancen poco a poco, tomando notas si les es posible. Si tienen algún amigo puesto en asuntos de biología molecular y en historia de su disciplina, mejor que mejor. Les será útil consultarle algunas tesis y explicaciones. Si no, no pasen pena. Aunque les pase como a mí, que habré sacado en limpio el 30% aproximadamente, este 30 es mucho 30.
El glosario, demasiado sucinto en mi opinión, les puede ser de utilidad si dudan del significado de algunos conceptos (son muchos los que maneja el autor como es razonable, no queda otra).
Del autor: miembro del Canadian Institute for Advanced Research y del consejo editorial de revistas como Current Biology o BMC Biology y editor adjunto de la revista Genome Biology and Evolution John Archibald [JA] es profesor del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Dalhousie University, Halifax, Nueva Escocia, Canadá, y ha sido profesor visitante de la Universidad de Cambridge.
La estructura del libro: Agradecimientos y nota al lector (el autor explica en este apartado cuando cristalizó la idea del libro). Introducción 1. La vida tal y como la conocemos. 2. Revoluciones en biología. 3. Las semillas de la simbiosis. 4. Los soberanos moleculares de los Reinos de la vida. 5. Las bacterias se convierten en organelas: una visión desde dentro. 6. La célula compleja: cuándo, quién, dónde y cómo. 7. Evolución verde, revolución verde. 8. Regreso al futuro. 9. Epílogo. Postfacio. Glosario. Notas. Indice.
Margulis es una de las estrellas de la exposición y un país hermano, Portugal, tiene un papel importante. “Francisco Carrapiço y Ricardo Santos me proporcionaron puntos de vista muy interesantes sobre la naturaleza de la ciencia y sobre las carreras de numerosos científicos, en particular las de Constantin Mereschkowsky y Lynn Margulis” (p. 15).
La temática: el autor explica el papel crucial de la simbiosis, y de su forma más más asombrosa, la endosimbiosis, en el surgimiento del nuevo punto de vista revolucionario (en el sentido kuhniano: de cambio conceptual “revolucionario”, de cambio de paradigma) sobre la historia de la vida que la biología molecular está sacando poco a poco (si bien aceleradamente) a la luz. La endosimbiosis es una forma de simbiosis en la que dos células viven juntas en la naturaleza, una dentro de la otra. El organismo que vive en el interior del otro se conoce como un “endosimbionte”.
Conviene recordar las palabras de cierre del libro (p. 213): “Mucho de lo queremos saber de la transición de procariota a eucariota pertenece todavía al reino de la especulación. ¿Qué fue primero: la mitocondria o características eucarióticas básicas como la habilidad para ingerir presas? ¿Tuvo algo que ver la fagocitosis con la forma en que el progenitor bacteriano de la mitocrondria acabó en el interior de una célula anfitriona arqueal?”
No lo sabemos. La eucariogénesis sigue siendo una un enigma, un gran enigma científico. Pero, señala JA, resulta apasionante saber que quedan muchas cosas por descubrir. “La exploración de la biosfera microbiana ha puesto al descubierto nuevos linajes con nuevas características que nos impelen a hacer balance de los hechos y a reconsiderar lo que creemos saber sobre la evolución de la vida compleja”.
La ciencia, concluye JA, está trabajando como debe. “Para que nunca dejemos de admirarnos”.
No se olviden del epílogo. Un relato interesante (aunque discutible y muy optimista) de la reunión científica de febrero de 1975 (otra, anterior a ésta, tuvo lugar en 1973), en Asilomar, en Monterrey, California. Les recuerdo lo discutido en esa célebre discusión: “Los principales objetivos de la Conferencia de Asilomar, como llegó a ser conocida la citada reunión, era evaluar los potenciales riesgos biológicos de la investigación sobre el ADN recombinante y decidir si la moratoria que se habían impuesto los científicos tenía que ser permanente. Fue, según todos los indicios, un acontecimiento intenso y estresante. Hubo más preguntas que respuestas. Al final, se tomó la decisión de levantar la moratoria...” (p. 207). Para el autor, nació entonces la industria de la biotecnología.
Excelente índice y buen glosario (pero muy resumido, como les decía, en mi opinión), no se pierdan, no se salten las notas. Algunas son referencias bibliográficas que podemos obviar; otras no, tienen valor en mí mismas. Mucho valor. Mi preferida (la 26, del capítulo 3, p. 223): “A finales de la década de 1980 Margulis obtuvo una beca que le permitiría ahondar en las tempranas investigaciones de los “simbiogenetistas” rusos. Pero ella no hablaba ni leía ruso y, “para su sorpresa y alivio”, descubrió que una historiadora de la ciencia rusa llama Liya Nikolaevna Khakhina ya había escrito con autoridad sobre el tema. Margulis propició la traducción del ruso al inglés del libro de Khakhina de 1979 (véase Margulis, L y McMenanm, M. 1992. Introducción del editor, en Khakhina, Concepts of Symbiogenesis). Margulis y sus colegas hicieron otro tanto en el año 2010 con un libro publicado en Rusia en 1924 [sic, pocos años después de la revolución] por Boris Kozo-Polyanski (1890-1957) (Kozo-Polyanski, B, 1924. Symbiogensis: A New Principle of Evolution. Traducción de Fet, V Harvard University Press). Margulis tuvo conocimiento de la existencia de Kozo-Polyansky en el Congreso Internacional de Botánica celebrado en Leningrado en 1975; a ella y a su colega norteamericano Peter H. Raven les entregaron una traducción parcial del libro de Kozo-Polyansky hecha por el famoso (y entonces contrariado) botánico ruso Armen Takhajatan (1910-2009): “Tomen, lean esto” dijo, regañándoles. “Ustedes, los americanos, creen que toda la ciencia tiene que ser inglesa o alemana…¡Koyo-Polyanski publicó sus mismas ideas muchos antes que ustedes hubieran nacido!”. Ni más ni menos. En todo el rostro (con perdón) y con toda la razón histórico-científica del mundo.
La traducción, como es marca de la casa Buridán, es de Josep Sarret. ¿Cómo consigue seleccionar con tanto acierto, y traducir tanto y tan bien? Un misterio un verdadero misterio. Un enigma. No tengo ninguna conjetura de interés. Manifiesto, eso sí, mi sorpresa por este laborar ininterrumpida, casi imposible. Sorpresa y mi mayor agradecimiento. Fue profesor mío hace 42 años, en la Facultad de Filosofía de la UB. Nos habló de Nietzsche.
Fuente: El Viejo Topo, n.º 369, octubre de 2018
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