_-- Francisco Louça
Sin permiso
Los números son desalentadores: la tasa de vacunación contra el sarampión en Italia, Francia o Serbia es menor que en Burundi, Ruanda o Senegal. ¿Éxito de la política de salud pública en algunos países africanos? Sí, también, pero su progreso es menos notable que la regresión de los estándares de atención en algunos países europeos. Cabe señalar, además, que la campaña reaccionaria contra la vacunación tiene algún efecto en esta estadística, pero la mayor parte de esta degradación resulta de la decadencia de los servicios de sanidad, la falta de fondos para sus actividades, la crisis de personal cualificado y la mercantilización de los servicios, que conduce a una mayor desigualdad de acceso. La atención médica moderna se inventó como una norma democrática o como un bien común que garantiza el acceso universal, pero el mercado la ha transformado. El problema es que este proceso no garantiza ni la inversión en salud ni los resultados que nos permiten tener la confianza de que cuando nuestra madre o hijo, o nosotros mismos, lo necesitan, la atención y el cuidado son los apropiados. El caso de los medicamentos es quizás el más evidente.
Seguir leyendo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario