Desde su partida, el pasado martes 6 de abril, muchos son los medios de comunicación que se han hecho eco de su muerte y han mostrado con más o menos amplitud quien era, su pensamiento, las luchas que compartió o impulsó y sus alternativas.
Arcadi Oliveres i Boadella (Barcelona, 27 de noviembre de 1945 - Sant Cugat del Vallès, 6 de abril de 2021) ha muerto a la edad de 76 años, a causa de un cáncer de páncreas terminal diagnosticado hace muy poco.
Arcadi Oliveres, profesor de economía en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero a la par, y, sobre todo, activista por los derechos humanos, la paz, el anticapitalismo, el decrecimiento, la solidaridad internacional…, ha sido, es, desde hace décadas, uno de los referentes sociales más queridos y respetados en Cataluña.
En cuanto recibió el diagnóstico, en enero, pidió poder pasar los últimos días en su casa, con su familia. La noticia corrió como la pólvora. Desde ese momento cada día recibe una docena de visitas (antiguos alumnos, activistas, periodistas, compañeros y compañeras de proyectos compartidos…). Muchísima gente quería saludar y dar ánimos al maestro, al activista, al referente, al Arcadi.
La familia abrió una página web https://missatges.arcadioliveres.cat/ para vehicular que todo el mundo pudiera enviarle mensajes, conscientes de que ha hecho un largo camino, con mucha gente. Así mientras pueda, los irá leyendo, explicaba una familiar. Han sido más de 7.000 los mensajes de apoyo recibidos.
Persona comprometida desde siempre. Siendo estudiante participa en la Caputxinada (1966) en plena dictadura franquista, implicándose en las asambleas clandestinas del Sindicato Democrático de Estudiantes.
Es referente en la lucha contra la globalización, participando en Seattle en la movilización contra la reunión de la OMC (Organización Mundial del Comercio), impulsando desde la entidad Justícia i Pau (de la que fue presidente) la movilización contra el Banco Mundial en Barcelona (2001) y la posterior participación en los diferentes Foros sociales mundiales desde Porto Alegre a Bamako, y toda la movilización social que confluía en estos espacios altermundialistas, animando las relaciones norte-sur.
Antes había participado activamente en la campaña (desde 1981) para conseguir que el 0,7% del presupuesto público fuera a parar a los países en vías de desarrollo, objetivo que aún hoy incumplen la mayoría de las instituciones.
Empecé a coincidir con Arcadi en las reuniones de preparación de la movilización de rechazo al encuentro del Banco Mundial en Barcelona. Uno más en las asambleas. Más tarde en los Foros Mundiales y en propuestas sugeridas y/o compartidas desde mi responsabilidad política de Solidaritat i Pau en la organización donde militaba. Siempre amable, pedagógico, positivo.
Siempre dispuesto para una charla, un debate, una actividad o dar apoyo a una causa justa. No importaba fuera ésta, grande o pequeña, siempre que fuera justa. Apoyando la huelga de hambre de trabajadores de SEAT despedidos o los de Telefónica, o como miembro activo del encierro de inmigrantes en la iglesia del Pí para pedir la regularización y papeles. También en favor del derecho a la autodeterminación y la libertad de los presos y presas políticas. Contra la pena de muerte.
Sus intervenciones nunca dejaban indiferente. Denuncia clara del sistema capitalista, del gasto armamentístico, de cómo las multinacionales esquilman los recursos de grandes partes del planeta pisoteando cualquier derecho. Decía, “el capitalismo es un sistema criminal y se ha de erradicar. ¿sabéis por qué?”. Respiraba y arrancaba con la respuesta, los datos y la justificación del porque el sistema capitalista es criminal. Y aunque ya lo hubieses escuchado en otra ocasión, te parecía siempre interesante.
Con datos sobre el gasto público, bien conocedor, no solo por ser economista sino por todo el trabajo en favor de la paz y el desarme realizado desde la entidad Justícia i Pau, ha ido dejando bien al descubierto, también, los oscuros negocios de la monarquía española en ese terreno.
Con el movimiento del 15M, volvió a tener un papel importante. Sus intervenciones en una plaza Catalunya a rebosar, explicando el carácter criminal del sistema capitalista, del papel de los mercados, entroncó con una nueva generación. Siempre con rigor, dureza y corrección.
Trabajó para tejer puentes entre fuerzas de izquierdas. En 2013 junto con Teresa Forcades presentó la propuesta de un movimiento social para la creación de una candidatura popular y unitaria a las elecciones catalanas. No cuajó. Una pena.
Ahora se habla poco de la deuda externa de los países empobrecidos. Durante unos años la lucha en favor de la condonación de la deuda externa y la Consulta sobre la Deuda externa en Catalunya forjó todo un sector de activistas en pro de los derechos de los pueblos y de las finanzas éticas. Y antes, en los años ochenta y noventa, las luchas a favor de la objeción de conciencia al servicio militar y contra la entrada de España en la OTAN, el rechazo a todas las guerras e invasiones militares, contaron con el movimiento pacifista y antimilitarista, participando siempre Arcadi Oliveres en él.
España dedica cada día 56 millones de euros para preparar la guerra. ¿No podría destinarse el dinero del gasto militar a causas sociales? Se preguntaba de manera reiterada en cada una de sus charlas y conferencias.
Persona excepcional y optimista por naturaleza. En estas últimas semanas ha recibido miles de mensajes de apoyo, cientos de visitas y entrevistas. También actos de reconocimiento. Uno de éstos, el pasado 23 de febrero, con el cambio de nombre del espacio donde se ubica LAFEDE.CAT, espacio municipal que agrupa esta federación formada por 124 organizaciones y que ahora lleva el nombre de Espai Arcadi Oliveres-Casa de la Justícia global.
El pésame a la familia y amistades ha llegado desde los diferentes ámbitos político, social y académico. Echaremos mucho a faltar sus lecciones, sus propuestas grandes o pequeñas. El mirar la verdad cara a cara. Por suerte nos ha dejado mucho material para trabajar, entre los que se encuentra su última publicación “PARAULES D'ARCADI. Què hem après del món i com podem actuar” (2021), Angle Editorial.
Hay que recordar a Arcadi Oliveres por lo mucho que ha luchado, por lo mucho que ha enseñado, por lo mucho que hemos aprendido con él y porque además era una BUENA persona.
Acabo. En una de las últimas entrevistas concedidas aporta reflexiones sobre algunos retos futuros, que en realidad ya son presentes: la crisis climática, la migratoria o el fin de la monarquía, un deseo para él "ineludible". “Creo que voy a morir sin verlo, pero vosotros sí lo veréis, en cuatro días. Hay que hacerla caer”.
Descansa en paz, Arcadi.
Continuaremos trabajando para que tu deseo ineludible sea pronto realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario