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lunes, 10 de septiembre de 2018

Algunas píldoras estivales (y Gregorio Morán)

Han pasado demasiadas cosas este último agosto y, por una vez, vamos a tirar con perdigones para ponernos al día aunque solo sea en algunas de ellas.

Ha muerto Samir Amin. Gran pensador del tercermundismo, del desarrollo desigual. En sus últimos libros y artículos diagnosticó muy bien el Imperio del caos y la crisis de la Unión Europea. Nació en Egipto, era francófono y vivía en Dakar (Senegal). Tras la muerte del entrañable Giovanni Arrighi, fallecido en 2009, desaparece otro gran maestro.

En EE.UU se murió un canalla. Se llamaba John McCain, senador, glorificado como héroe por su participación en la criminal guerra de Vietnam, partidario e inductor directo de todas las intervenciones militares de su país de los últimos treinta años: trece guerras desencadenadas por Estados Unidos al precio de 14 billones de dólares con millones de muertos: mas de 3,5 millones de muertos entre Irak y Afganistán desde 2001, según la cuenta de Nicolas J.S. Davies. Eso ni se ha mencionado.

Trump se enfría con Kim. El deshielo en Corea sigue lejos. ¿Confiar en quien se ha desdicho del acuerdo alcanzado y firmado con Irán en julio de 2015? Nadie en su sano juicio. Desde luego no el régimen de Corea del Norte, que ya llegó a un acuerdo de desarme nuclear con la administración Bush en septiembre de 2005, acuerdo que los Estados Unidos violaron a continuación en sus principales preceptos.

¿Hay peligro de guerra con Irán? Su consecuencia inmediata sería el cierre del estrecho de Ormuz y la interrupción de un flujo petrolero vital para Europa y Asia Oriental. Quizás aún más catastrófico que la última guerra de Irak. Depende cómo evolucione en Washington la presión institucional interna contra Trump, por ejemplo si se llegara a la perspectiva de un procedimiento de destitución, desencadenar una guerra podría ser el gran recurso salvador de este bufo presidente…

¡Grecia sale de la crisis! El 20 de agosto se celebró el fin de la “ayuda” redentora. Lástima que la deuda griega haya pasado del 135% del PIB en 2009 al 180%, que el paro haya pasado del 10% al 20%, y que el país haya perdido 400.000 habitantes… “Grecia lo ha conseguido, nosotros lo hemos conseguido”, declaró el comisario Pierre Moscovici. ¿Se refería al hecho de que Alemania se ha embolsado 3000 millones en concepto de intereses? Todo puede ser. ¿Son idiotas o nos toman por idiotas? Da un poco igual: hasta que el asunto no les estalle en las manos, las elites viven en su mundo.

Merkel quiere más. Los alemanes controlan los principales puestos en la UE. El frente económico lo tienen copado. Allí donde no tienen a su hombre, si el puesto es importante tienen a un comisario alemán de número dos por si acaso. Ahora anuncian que quieren poner al bávaro Manfred Weber en el puesto de número uno cuando Jean Claude Juncker deje la presidencia de la Comisión. La derecha alemana no tiene mesura.

A Corbyn ya lo acusan de “antisemitismo”. El líder laborista es demasiado de izquierdas para gobernar y hay que frenarlo como sea. El recurso es muy viejo. Criticar el racismo y los crímenes de Israel desencadena esa acusación. ¿Hasta cuando podrán justificar la loca carrera de Israel con estos desesperados recursos?

Gregorio Morán vuelve a quedarse sin trabajo. Lo de menos es su reputada bilis. El problema es que se mete con los poderosos de uno u otro signo. Por eso lo echaron de La Vanguardia y ahora lo echan de Crónica global. Fue de los primeros en denunciar la omertá catalana, en definir la Generalitat pujoliana como “institución corrupta” y poner en evidencia a los medios del “movimiento nacional”. Eso no se perdona. Mucho ximple con lazo amarillo entre sus enemigos. Ahí quedan sus artículos y sus libros. El siguiente será el prodigioso Albert Soler, del Diari de Girona, que se ha atrevido a calificar a la ANC como “Asociación Catalana del Rifle” y llama “presidentorra” al honorable supremacista. Yo me divierto cada semana con Albert Soler y siempre aprendo con Morán. Por lo demás, como dijo Labordeta: “¡A la mierda!”

https://rafaelpoch.com/2018/09/09/algunas-pildoras-estivales-y-gregorio-moran/

lunes, 18 de junio de 2018

Amar en tiempos revueltos
El objetivo de Trump es concentrarse en China como adversario principal.

Rafael Poch de Feliu Ctxt

No es fácil amar en tiempos revueltos, orientarse cuando todas las estructuras del mundo de ayer se agrietan ante el despunte de la multipolaridad. Ahí están, hechos unos zorros, el G-7, la Organización Mundial de Comercio, la OPEP, el Grupo de Cooperación de los países árabes del Golfo, la OTAN y la propia Unión Europea. Todos resquebrajados. Todo indica que hasta que no se creen nuevas estructuras internacionales acordes con las nuevas correlaciones de fuerza, vamos a tener turbulencias. Los conflictos están a la vista de todos y son preocupantes; coalición americano-saudí-israelí contra Irán en Oriente Medio; incidentes entre fuerzas aeronavales americanas y chinas en el Mar de China meridional y cosas parecidas en el militarizado frente del Este de la OTAN, en Ucrania, el Báltico y el Mar Negro, implicando a fuerzas rusas. En ese inquietante contexto, ¿qué demonios pinta el encuentro Trump-Kim Jong Un de esta semana en Singapur? ¿Distensión en un mar de crecientes tensiones?

Kim Jong Un acudió a Singapur gracias a su póliza de seguros nuclear. Su bomba y sus misiles son la garantía de que no le harán una operación de cambio de régimen como las de Irak, Libia y Siria, esta última solo como trágico intento. Es obvio que los norcoreanos no van a entregar su póliza a cambio de un collar de cuentas y un par de espejitos. Menos aún a un tipo como Trump, que ha violado el compromiso alcanzado por su país con Irán en 2015 en materia del programa nuclear civil. Pero Kim no pierde nada firmando con el errático Trump. Al contrario, gana prestigio y reconocimiento de la que ha sido su posición desde que perdió la protección del paraguas nuclear soviético en los noventa y optó por fabricarse uno propio: desnuclearización solo a cambio de garantías de seguridad para su país y su régimen, que nunca dejaron de estar amenazados por la bomba de EE.UU. desde los años cincuenta cuando las ciudades de Corea del Norte quedaron destruidas en un 80%.

Para Trump la prioridad es China: concentrarse en China como adversario principal. Obama ya comenzó con eso (en la época de Bush jr., Condoleezza Rice ya lo anunciaba) con su pivot to Asia, el despliegue en Asia sudoriental del grueso de la capacidad aeronaval de Estados Unidos. Pero sea como fuera, el asunto creó una fenomenal pelea interna en el establishment político-industrial-militar de Estados Unidos, donde muchos creen que el enemigo principal es Rusia.

Trump quiere repetir la jugada de Kissinger/Nixon de los setenta pero invirtiendo las piezas: si entonces fue ganarse a China contra la URSS, ahora se trataría de ganarse a Rusia contra China. Habrá que ver en qué queda eso, pero de momento está dando para una considerable histeria fomentada por los adversarios de este cambio de enemigo principal.

Hasta ahora la amenaza de Corea del Norte ha sido un recurso central para justificar el despliegue militar de Estados Unidos contra China en su región. ¿Quiere Trump cambiar la apuesta integrando a Corea del Norte en un esquema hostil contra China? En cualquier caso, los coreanos, del norte y del sur, aprovechan el cambio de música para practicar su propio juego en aras de una distensión intercoreana que un día u otro acabará con la reunificación de una de las naciones más antiguas del mundo.

Pretender que Kim baile el rock de Trump contra China obliga a recordar la habilidad con la que su padre y su abuelo torearon a chinos y soviéticos cuando se disputaban el favor de su país. Los coreanos del norte bailaron aquello a su manera manteniendo su independencia. ¿Cambiará eso ahora ante Estados Unidos? En 2007 ya hubo un acuerdo entre Washington y Pyongyang, arbitrado por China, que Obama rompió al exigir medidas de verificación adicionales.

Respecto a Trump, prepara otra cumbre sensacional, con Vladimir Putin, y seguramente en Viena. ¿Adónde conducirá todo esto? Seguramente a resquebrajar, aun más, todos los marcos y estructuras internacionales que la germinación multipolar y las enmiendas a la globalización actualmente en curso han convertido en caducos. ¿Quién se atreve a amar en tiempos revueltos?

Fuente:
http://ctxt.es/es/20180613/Politica/20136/Rafael-Poch-trump-china-kim-jong-un-adversarios-singapur.htm