Mostrando entradas con la etiqueta Samir Amin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Samir Amin. Mostrar todas las entradas

lunes, 10 de septiembre de 2018

Algunas píldoras estivales (y Gregorio Morán)

Han pasado demasiadas cosas este último agosto y, por una vez, vamos a tirar con perdigones para ponernos al día aunque solo sea en algunas de ellas.

Ha muerto Samir Amin. Gran pensador del tercermundismo, del desarrollo desigual. En sus últimos libros y artículos diagnosticó muy bien el Imperio del caos y la crisis de la Unión Europea. Nació en Egipto, era francófono y vivía en Dakar (Senegal). Tras la muerte del entrañable Giovanni Arrighi, fallecido en 2009, desaparece otro gran maestro.

En EE.UU se murió un canalla. Se llamaba John McCain, senador, glorificado como héroe por su participación en la criminal guerra de Vietnam, partidario e inductor directo de todas las intervenciones militares de su país de los últimos treinta años: trece guerras desencadenadas por Estados Unidos al precio de 14 billones de dólares con millones de muertos: mas de 3,5 millones de muertos entre Irak y Afganistán desde 2001, según la cuenta de Nicolas J.S. Davies. Eso ni se ha mencionado.

Trump se enfría con Kim. El deshielo en Corea sigue lejos. ¿Confiar en quien se ha desdicho del acuerdo alcanzado y firmado con Irán en julio de 2015? Nadie en su sano juicio. Desde luego no el régimen de Corea del Norte, que ya llegó a un acuerdo de desarme nuclear con la administración Bush en septiembre de 2005, acuerdo que los Estados Unidos violaron a continuación en sus principales preceptos.

¿Hay peligro de guerra con Irán? Su consecuencia inmediata sería el cierre del estrecho de Ormuz y la interrupción de un flujo petrolero vital para Europa y Asia Oriental. Quizás aún más catastrófico que la última guerra de Irak. Depende cómo evolucione en Washington la presión institucional interna contra Trump, por ejemplo si se llegara a la perspectiva de un procedimiento de destitución, desencadenar una guerra podría ser el gran recurso salvador de este bufo presidente…

¡Grecia sale de la crisis! El 20 de agosto se celebró el fin de la “ayuda” redentora. Lástima que la deuda griega haya pasado del 135% del PIB en 2009 al 180%, que el paro haya pasado del 10% al 20%, y que el país haya perdido 400.000 habitantes… “Grecia lo ha conseguido, nosotros lo hemos conseguido”, declaró el comisario Pierre Moscovici. ¿Se refería al hecho de que Alemania se ha embolsado 3000 millones en concepto de intereses? Todo puede ser. ¿Son idiotas o nos toman por idiotas? Da un poco igual: hasta que el asunto no les estalle en las manos, las elites viven en su mundo.

Merkel quiere más. Los alemanes controlan los principales puestos en la UE. El frente económico lo tienen copado. Allí donde no tienen a su hombre, si el puesto es importante tienen a un comisario alemán de número dos por si acaso. Ahora anuncian que quieren poner al bávaro Manfred Weber en el puesto de número uno cuando Jean Claude Juncker deje la presidencia de la Comisión. La derecha alemana no tiene mesura.

A Corbyn ya lo acusan de “antisemitismo”. El líder laborista es demasiado de izquierdas para gobernar y hay que frenarlo como sea. El recurso es muy viejo. Criticar el racismo y los crímenes de Israel desencadena esa acusación. ¿Hasta cuando podrán justificar la loca carrera de Israel con estos desesperados recursos?

Gregorio Morán vuelve a quedarse sin trabajo. Lo de menos es su reputada bilis. El problema es que se mete con los poderosos de uno u otro signo. Por eso lo echaron de La Vanguardia y ahora lo echan de Crónica global. Fue de los primeros en denunciar la omertá catalana, en definir la Generalitat pujoliana como “institución corrupta” y poner en evidencia a los medios del “movimiento nacional”. Eso no se perdona. Mucho ximple con lazo amarillo entre sus enemigos. Ahí quedan sus artículos y sus libros. El siguiente será el prodigioso Albert Soler, del Diari de Girona, que se ha atrevido a calificar a la ANC como “Asociación Catalana del Rifle” y llama “presidentorra” al honorable supremacista. Yo me divierto cada semana con Albert Soler y siempre aprendo con Morán. Por lo demás, como dijo Labordeta: “¡A la mierda!”

https://rafaelpoch.com/2018/09/09/algunas-pildoras-estivales-y-gregorio-moran/

miércoles, 15 de agosto de 2018

Ha fallecido el Economista y politólogo egipcio, Samir Amin: “El proyecto de la UE es, desde sus inicios, un proyecto americano”

“El capitalismo de hoy está más cerca de un sistema totalitario que cualquier modelo capitalista que hayamos conocido”.

En el bicentenario del nacimiento de Karl Marx, la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) está desarrollando un amplio programa de actividades. Entre éstas, destaca la celebración el pasado 25 de abril, en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense, de un seminario que contó con la presencia de uno de los grandes del marxismo y de las ciencias sociales, Samir Amin. Nacido en Egipto en 1931, su trayectoria intelectual y militante ha alumbrado el marxismo contemporáneo desde la crítica al eurocentrismo y el occidentalismo, explicando los mecanismos que han propiciado el empobrecimiento de las economías periféricas y aportando soluciones para superar la polarización que el capitalismo global y el imperialismo han provocado y provocan.

La teoría de la desconexión y su estudio del subdesarrollo están ya para siempre insertos entre las grandes aportaciones al marxismo. Comunista y fumador de tabacos cubanos desde hace 70 años, egipcio y francés, residente en Dakar, irónico y sagaz, hace gala de su gran sentido del humor en el breve encuentro que tuvimos la oportunidad de tener con él, recién aterrizado en Madrid y momentos antes de impartir su conferencia en un salón atestado de estudiantes.

Para Mundo Obrero es un inmenso honor tener la oportunidad de entrevistarlo y agradecemos a Eddy Sánchez, director de la FIM, haber facilitado que este encuentro se produjese.

“Si la izquierda radical, y en particular los comunistas, no elaboramos una estrategia para romper y reconstruir Europa sobre otras bases, será la ultraderecha quien lo haga”

MUNDO OBRERO: El concepto “desconexión” es una de tus grandes aportaciones teóricas, ¿cómo se puede aplicar a la realidad del capitalismo neoliberal del siglo XXI, tan distinta del momento en que lo formulaste?
SAMIR AMIN: En primer lugar quisiera agradecer a Mundo Obrero su interés por entrevistarme, estoy muy contento de conceder una entrevista al periódico del Partido Comunista de España. Soy comunista desde hace mucho tiempo, exactamente 70 años; he pertenecido al Partido Comunista de distintos lugares y sigo siendo comunista. Antes de responder a tu pregunta conviene analizar someramente cuáles son las características del capitalismo imperialista de hoy. El capitalismo imperialista ha cambiando con el tiempo, permanece el capitalismo y permanece el imperialismo, pero han cambiado, y por lo tanto las condiciones para luchar contra ellos no son exactamente las mismas de un periodo a otro. Comenzaría diciendo que el sistema capitalista ha creado y se ha basado en la polarización, desde sus principios, y esto debería de ser conocido por el pueblo español mejor que ningún otro.

Demos una fecha, 1492, cuando, de manera simultánea se da la llamada Reconquista y el principio de la Conquista de América, que no debería ser llamada descubrimiento, ya que ya había gente allá, que fue conquistada.

Se ha construido desde entonces un sistema que se caracteriza por la dominación de los centros imperialistas sobre las periferias, que eran conquistadas y amoldadas a los intereses de la acumulación capitalista en los centros imperialistas. Y esa ha sido y continúa siendo la cuestión, independientemente del hecho de que los pueblos de la periferia hayan podido, a partir de cierto momento, reconquistar la independencia política, sin haber podido cambiar drásticamente el sistema social ni su relación con el sistema global.

El sistema se ha movido a una nueva fase del capital monopolista. Digo una nueva fase porque el capital monopolista no es algo nuevo, empezó al final del siglo XIX, fue analizado por Lenin y fue caracterizado como la etapa final del capitalismo al comienzo de la I Guerra Mundial.

El capital monopolista entró en una nueva fase, que yo fijo en los años 70 del pasado siglo, y a la que le debemos dar un nombre. Algunos lo llaman imperialismo tardío, pero no me gusta la palabra tardía. Yo prefiero caracterizarlo como generalización del capital monopolista, generalización porque ha alcanzado tal grado de control de la acumulación de capital, y digo control, no sólo propiedad, que es centralizado en un puñado de compañías que ha sometido y subordinado todo tipo de actividad económica. La plusvalía que es producida en cualquier actividad económica revierte en el capital monopolista. Esto es algo nuevo. Y esto opera a todos los niveles, desde el nivel nacional al nivel global internacional.

Frente a esta situación hay dos teorías de la transición relacionadas, en cierta medida, con el marxismo, o con lo que planteaba Marx, teniendo en cuenta que Marx vivió hace mucho tiempo y no conoció lo que ahora sucede.

Una es que el Socialismo no puede llegar antes de que el capitalismo logre su total expansión global, lo que llevo a que en distintas partes del mundo el tipo de desarrollo tratase de imitar al desarrollo del centro capitalista. Esta manera de pensar estuvo representada por la tradición de la II Internacional, la socialdemocracia y ahora por el social-liberalismo. Creo que es una idea equivocada, y a los hechos me remito, lo que sí se ha probado es que de una fase a otra la polarización se ha profundizado, de formas diferentes, pero se ha profundizado y continúa haciéndolo. Y así no hay manera de recuperar terreno dentro del sistema capitalista global, respetando las reglas capitalistas básicas: beneficio, mercado, competitividad, etc. Tienes que empezar a moverte fuera de esas premisas, al menos tienes que empezar a pensar cómo hacerlo.

Este es el punto en el que aparece un segundo planteamiento: el concepto de desconexión. La desconexión no es salirse del sistema y cortar todas las relaciones comerciales y políticas, irse a la Luna, es un principio estratégico que consiste en que un país débil, un país de la periferia, en vez de ajustarse a las necesidades de la acumulación en el centro, intenta, insisto, intenta, que sea el centro el que se adapte a tus propias necesidades internas, subordinar las leyes del capitalismo a las necesidades nacionales y populares de cada país, y poder cambiar gradualmente la correlación de fuerzas.

Al fin y al cabo esto no es algo nuevo, es algo que los soviéticos trataron de hacer tras la Revolución de Octubre, tras la guerra de intervención extranjera, tras la llamada guerra fría, que no comenzó tras la II Guerra Mundial, sino exactamente en 1920 y continuó con guerras calientes hasta el final de la Unión Soviética.

Ellos intentaron persuadir al imperialismo para que aceptara su existencia, lo que se vino en llamar coexistencia, que es una palabra bonita, que significa eso, que se acepte tu propia existencia. A partir de ahí, existe un mínimo margen para poder cambiar el orden social y económico interno. Y lo mismo sucede hoy con China y ha sucedido no sólo con Cuba, Vietnam y otros países que se reclaman socialistas o pertenecientes a la tradición marxista, sino con un buen número de países en Asia, África y más tarde en América Latina, que han intentado moverse hacia un cierto grado de desconexión o en una visión nacional-popular, que no es socialismo, pero es un paso necesario hacia el socialismo, porque deben crear las condiciones para la movilización del pueblo, para el logro de un cambio social en sentido progresista, que a su vez crea las condiciones para seguir avanzando.

En vez de hablar de revolución, yo hablo de avances revolucionarios que creen las condiciones para avances revolucionarios futuros. Y esto supone una batalla continua de movilización.

“Desarrollar una estrategia de carácter nacional-popular es un paso previo y necesario para poder avanzar hacia el socialismo”

M.O.: ¿Crees que ese planteamiento es aplicable en la Unión Europea? España es un país dependiente, deudor y periférico en la UE. En el XX Congreso del PCE hemos acordado un planteamiento que asume que la UE no es reformable y que hay que romper con la UE y con el Euro.
S.A.: Estoy completamente de acuerdo con vuestra visión y con vuestra apreciación de lo que supone la Unión Europea, y te diré por qué.

Tras la II Guerra Mundial, Europa fue dividida, no en Yalta, sino en Postdam, que fue cuando Estados Unidos dijo que tenía la bomba nuclear, mucho antes de que la Unión Soviética la tuviese.

Allí la Unión Soviética consiguió lo mínimo que había demandado, que un número determinado de países de Europa del Este estuviese en una situación que impidiera que fuesen utilizados por el imperialismo occidental para impulsar una nueva guerra antisoviética.

Europa Occidental en ese momento está ya bajo el control de Estados Unidos y no podemos olvidar la creación de la OTAN en 1949, antes de la propia creación de la Comunidad Económica Europea en 1956.

En ese momento los Estados Unidos son ya los líderes del nuevo campo imperialista y consideraban a España y Portugal como amigos y aliados, a pesar de ser dictaduras fascistas. Alcanzan un acuerdo con Franco para instalar bases militares en España y no olvidemos tampoco que Salazar fue uno de los fundadores de la OTAN. No parece que la OTAN fuese la vanguardia de la democracia, cuando se dice que asoció a países democráticos y te encuentras a Salazar, a los coroneles griegos o a los generales turcos.

El proyecto europeo es un proyecto americano desde el primer momento. Cuando en 1956 el Tratado de Roma crea una unión limitada a un mercado común, los partidos comunistas en aquel momento particularmente el francés y el italiano, lo criticaron de forma correcta como un instrumento del capital subordinado a los Estados Unidos, pero no tuvieron nada mejor que proponer, ya que el modelo de Europa del Este no resultaba atractivo.

Giscard dÉstaing, ponente de la llamada Constitución Europea, dijo algo realmente interesante, que la Comunidad Europea había hecho ilegal el socialismo, porque había sido construida bajo el principio sacrosanto del derecho a la propiedad privada, de tal manera que cualquier propuesta política de nacionalización es considerada ilegal, así como en los Estados Unidos el derecho a la propiedad privada es considerado como el más importante derecho humano, la propiedad privada es más importante que la salud, la educación o el alimento.

Este fundamento constitucional de Europa se ha fortalecido año tras año, con los tratados de Maastricht y de Lisboa y con la creación del Euro. Todo ello ha constituido una vía que hace irreformable este sistema y aquellos bienintencionados que piensan que otra Europa es posible reformando los tratados están equivocados, es imposible. Y este es el desafío real que todos los países europeos tienen que afrontar.

Algunos países pueden pensar que tiene sus ventajas pertenecer a la UE, pero quien de verdad ha obtenido ventajas es Alemania. Podemos decir en un sentido amplio que Europa es una Europa alemana, en particular con respecto a lo que yo denomino las semicolonias de Europa del Este.

M.O.: De hecho las ampliaciones de la UE a Europa del Este han sido el portal de entrada a la OTAN de estos países.
S.A.: Efectivamente, pero eso tampoco es nuevo. Recordemos que cuando Franco murió y la llamada democracia fue introducida en España y fue posteriormente admitida en Europa, una de las condiciones fue que, de manera simultánea, España debía entrar en la OTAN, tenía que aceptar la subordinación a los Estados Unidos para ser miembro de la Unión Europea.

M.O.: Entonces, ¿la idea de unos Estados Unidos de Europa, de una entidad supranacional que compitiese con los EEUU?
S.A.: Demagogia y falsedad. Está bastante claro. Lo importante es que este modelo de Europa es por sí mismo, no solamente inaceptable, sino que supone la subordinación de las gentes trabajadoras a la dictadura del capital, en los servicios públicos, en la salud y la educación, la privatización y la mercantilización de absolutamente todo. Un sistema que ha sido construido para hacer imposible su reforma y que ha provocado un incremento brutal de la desigualdad en los últimos 50 años, dentro de cada país y a nivel global, creando un mercado para la inversión de capital.

M.O. Fijado el problema, ¿cuáles son las salidas? ¿Qué hacer?
S.A.: La primera contradicción que Marx analizó es que el capitalismo tiende a movilizar el conjunto de las capacidades colectivas en función de las demandas del mercado. Esto es lo que provoca no una crisis capitalista, sino una crisis del capitalismo, que es algo distinto, lo que significa que no puedes superar las crisis del capitalismo si no sales del capitalismo en crisis, gradualmente por supuesto.

Nada sucede en veinticuatro horas, en ningún sitio, en ningún momento histórico, incluso la Revolución de Octubre no se resolvió en un día, sino que abrió un periodo histórico.

Si nosotros, la izquierda radical, y en particular los comunistas, no pensamos y elaboramos una estrategia para romper y reconstruir Europa sobre otras bases será la ultraderecha quien lo haga, y lo hará a su manera, sometiendo aún más el trabajo a la dictadura del capital nacional.

“La cuestión catalana está dificultando la construcción de alianzas, el reto real no es que Cataluña sea un país independiente, el desafío es cambiar las políticas económicas y sociales de España”

M.O.: Nada nuevo, tampoco.
S.A.: Nada nuevo, pero se repite de una manera distinta, más sutil, es decir, el nuevo fascismo no va a ser una réplica del fascismo de entreguerras, se implanta obligando al pueblo, a la gente trabajadora, a aceptar vivir cada vez peor. El capitalismo de hoy está más cerca de un sistema totalitario que cualquier modelo capitalista que hayamos conocido, tiene una ideología, una solución, TINA [Acrónimo de There Is No Alternative, no hay alternativa] y la gente está siendo “formateada” para ello, la revuelta de la confusión.

Volvamos de nuevo a Marx, que señaló que nosotros, los comunistas, somos aquellos que entendemos las razones para rechazar el sistema y debemos ayudar a los trabajadores y al pueblo a entender y a ser más conscientes y, con ellos, dar una alternativa.

M.O.: Y entiendes que esta alternativa debe de ser de carácter nacional-popular y esto es un punto fundamental para orientar las alianzas pero, ¿hay un capital nacional que confronta con un capital más global, internacionalizado?
S.A.: No. No creo que haya dos grupos de capital, uno nacional y otro global. Creo que el capital dominante es global. En España, por ejemplo los bancos españoles, Banco de Santander y otros, son un ejemplo. Su interés radica en dominar los mercados locales, relativamente más pequeños. Y claro que eso tiene implicaciones a la hora de establecer alianzas de clase, alianzas sociales en un sentido progresivo.

Salir de esta Europa y comenzar a construir otro modelo que no puede estar limitado a las clases trabajadoras, que puede incluir a un buen número de sectores en los servicios, en el llamado auto-empleo y creo que el programa no debe de ser un programa nacionalista agresivo contra el vecino. Si tú comienzas, y nosotros también, podemos establecer acuerdos y compromisos, no solamente a nivel económico, sino también político. Para comenzar a construir otra Europa no me parece descabellado comenzar a pensar en tres países: Grecia, Portugal y España.

M.O.: ¿Italia y Francia?
S.A.: No, creo que Italia no, podría ser, quizá, pero pienso sobre todo en esos tres países. Grecia, el problema de SYRIZA ha sido pensar que Europa es reformable y esto le ha llevado a hacer concesiones y finalmente abdicar. Algo similar podría pasar en España, pero un diálogo entre Podemos, el Partido Comunista, Izquierda Unida, los sindicatos etc. no sé muy bien a dónde se puede llegar, lo que sí sé es que es necesaria una estrategia alternativa.

Por desgracia la cuestión catalana creo que está dificultando la construcción de alianzas, el reto real no es que Cataluña sea un país independiente, el desafío es cambiar las políticas económicas y sociales de España, de todo el país incluyendo Cataluña.

En Portugal, el Partido Comunista está apoyando puntualmente las acciones del gobierno que rompen con las políticas de la Unión Europea y en Francia el movimiento social de carácter económico también podría propiciar la aparición de condiciones similares, ojalá. En todo caso, creo que tenemos que empezar, aunque sea en un país pequeño, porque cuando alguien comienza, puede empezar a convencer a otros.

Y no se puede esperar a que la opinión pública cambie en Europa, porque eso no va a ocurrir.

Publicado en el Nº 317 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2018

http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=7989

miércoles, 18 de octubre de 2017

La Revolución de Octubre cien años después

El Viejo Topo

Introducción a La Revolución de Octubre cien años después

Las grandes revoluciones hacen la historia; las resistencias conservadoras y las contrarrevoluciones no hacen más que retrasar su curso. La revolución francesa inventó la política y la democracia modernas; la revolución rusa abrió el camino a la transición socialista; la revolución china asoció la emancipación de los pueblos oprimidos por el imperialismo a su implicación en la vía del socialismo.

Estas revoluciones son grandes, precisamente porque son portadoras de proyectos que están muy por delante de las exigencias inmediatas de su tiempo. Y es por ello que chocan, en su progresión, con las resistencias del presente que están en el origen de los retrocesos, de los termidor y de las restauraciones. Las ambiciones de las grandes revoluciones, expresadas en las fórmulas de la revolución francesa (liber tad, igualdad, fraternidad), de la revolución de Octubre (proletarios de todo el mundo, ¡uníos!), y del maoísmo (proletarios de todos los países y pueblos oprimidos, ¡uníos!) no encuentran su traducción en la realidad inmediata. Pero siguen siendo los faros que iluminan los combates siempre inacabados de los pueblos por su realización. Es, pues, imposible comprender el mundo contemporáneo haciendo abstracción de las grandes revoluciones.

Conmemorar estas revoluciones equivale, por tanto, a tomar la medida de sus ambiciones (la utopía de hoy será la realidad de mañana) y al mismo tiempo comprender los motivos de sus retrocesos provisionales. Los espíritus conservadores y reaccionarios se niegan a hacerlo. Quieren hacer creer que las grandes revoluciones no han sido más que accidentes desafortunados, que los pueblos que las han hecho, llevados por su entusiasmo engañoso, se han metido en un callejón sin salida y a contracorriente del curso normal de la historia. Estos pueblos han de ser castigados por los errores criminales de su pasado. Los espíritus conservadores no creen que sea posible ni desea – ble la emancipación de la humanidad y la abolición de las desigualdades. La desigualdad de los individuos y de los pueblos, la explotación del trabajo y la alienación son para ellos exigencias eternas.

Ya con ocasión del bicentenario de la Revolución Francesa pudimos ver cómo el coro mediático que está al servicio de los poderes reaccionarios desplegaba todos los medios a su alcance para denigrar a dicha revolución. Financiada por las instituciones académicas (ellas mismas inspiradas por los servicios de la CIA de Estados Unidos), la campaña en la que destacó entre otros François Furet reveló los objetivos reales de la estrategia contrarrevolucionaria. Este año, el mismo coro mediático ha puesto en marcha todos los medios de que dispone para vilipendiar a la revolución de Octubre. Los herederos del comunismo de la Tercera Internacional han sido invitados a lamentar los errores de sus convicciones revolucionarias de antaño. En Europa serán muchos los que lo harán.

Las grandes revoluciones constituyen la excepción en la historia y no la regla general. Y la predisposición de los pueblos concernidos a la radicalización de su imaginario del porvenir exige a su vez el examen de su historia particular en la larga duración. Mathiez, Soboul, Michelet, Hobsbawm y otros lo han hecho en el caso de la Revolución Francesa, y Mao en el de la vía china. Mi libro Rusia en la larga duración (2016) propone una lectura análoga respecto a 1917. La medida del alcance universal de las grandes revoluciones no excluye el examen de las condiciones históricas concretas propias de los pueblos concernidos; al contrario, combina el análisis de las mismas.

El primer capítulo de este libro pone el acento en las consecuencias dramáticas del aislamiento de Octubre. El siguiente capítulo (“Revoluciones y contrarrevoluciones de 1917 a 2017”) propone una lectura de la formación de las sociedades del centro imperialista contemporáneo susceptible de explicar la adhesión de los pueblos concernidos a la ideología del orden conservador, el mayor obstáculo al despliegue del imaginario revolucionario creativo. El tercer capítulo invita a hacer una distinción entre la lectura de El Capital de Marx y la de las realidades históricas constituidas por las naciones del capitalismo moderno. La primera de dichas lecturas proporciona la clave que permite comprender el capitalismo y tomar la medida de la ruptura que representa por oposición a todas las sociedades anteriores. La segunda permite precisamente situar en la larga duración a estas formaciones diversas del mundo contemporáneo y medir de este modo sus capacidades desiguales para avanzar por la larga ruta del socialismo. El cuarto capítulo prolonga el análisis de Mao relativo a las perspectivas propias de las regiones periféricas del sistema mundial. Sugiere a tal efecto una estrategia de etapas que asocia la liberación nacional a los avances posibles en el ámbito de los proyectos nacionales soberanos y populares.

Propongo conmemorar de este modo la Revolución de Octubre del 17, situando el acontecimiento en un marco actual, que solo es el del triunfo de la contrarrevolución “liberal” en apariencia, dado que dicho sistema ha entrado ya en buena medida en la ruta de su descomposición caótica, abriendo el camino a la cristalización posible de una nueva situación revolucionaria. 

Fuente:
http://tienda.elviejotopo.com/home/1405-la-revolucion-de-octubre-cien-anos-despues-9788416995271.html

domingo, 9 de julio de 2017

_- Aproximaciones a El siglo soviético, de Moshe Lewin Samir Amin y Octubre de 1917

_- Salvador López Arnal

Ante a los intentos del general Kornilov de aplastar la revolución en agosto las mujeres se sumaron a la defensa de Petrogrado construyendo barricadas y organizando la asistencia médica. En octubre las mujeres del Partido Bolchevique participaron en la asistencia médica y en las comunicaciones fundamentales entre las localidades, varias mujeres se responsabilizaron de coordinar el levantamiento en diferentes zonas de Petrogrado y algunas fueron miembros de la Guardia Roja. McDermid y Hillyer describen la participación de otra mujer bolchevique en octubre: “La conductora de tranvía A.E. Rodionova había escondido 42 rifles y otras armas en su estación de tranvía cuando el gobierno provisional trató de desarmar a los trabajadores después de los días de julio. En octubre ella se encargó de asegurar que dos tranvías con ametralladoras dejaran la estación para la toma del Palacio de Invierno. Tenía que asegurarse de que el servicio de tranvía funcionara durante la noche del 25 al 26 de octubre para asistir a la toma de poder y para comprobar los puestos de la Guardia Roja en toda la ciudad”.

Megan Trudell (2017)

Samir Amin [1] no se corta ni un pelo y va directo al núcleo del asunto: “la Humanidad entera debe mucho a la Unión Soviética surgida de esta revolución, pues fue el Ejército Rojo, y solo él, el que derrotó a las hordas nazis”. No sólo eso: “El modelo de la Unión Soviética, el de un estado plurinacional basado en el apoyo aportad por los menos necesitados a los más necesitados, sigue a día de hoy sin haber sido igualado”. Más aún: “El apoyo de la URSS a las luchas de liberación nacional de los pueblos de Asia y de África obligó en su momento a las potencias imperialistas a retroceder y a aceptar una mundialización policéntrica, menos desequilibrada, más respetuosa con la soberanía de las naciones y con sus culturas”.

Algunas de sus reflexiones más importantes [1]:

1. El imperialismo como fase superior del capitalismo.
“Lenin y Bujari, yendo más lejos que los análisis del Hobson y Hilderfing relativos al capitalismo de los monopolios y al imperialismo, sacaron la principal conclusión política: la guerra imperialista de 1914-1918 (prevista solo por ellos, o casi) hacía necesaria y posible una revolución guiada por el proleriado. Bujarin lo dejó escrito en 11915 (El imperialismo y la acumulación del capital) y Lenin en 1916 (El imperialismo fase superior del capitalismo)” (p. 9)
La posición de Amin:

“Con el beneficio que me de la perspectiva temporal, señalaré aquí los límites de sus análisis. Lenin y Bujarin consideran el imperialismo como una etapa nueva (superior), asociada a la transición al capitalismo de los monopolios. Yo he cuestionado esa tesis y he considerado que el capitalismo histórico ha sido siempre imperialista, en el sentido de que desde su origen en el siglo XVI ha sido el generador de una polarización entre sus centros y sus periferias, polarización que se fue intensificando durante el transcurso de su despliegue mundializado ulterior... Lenin y Bujarin pensaban que la revolución, iniciada en Rusia (el “eslabón débil”) tenía que proseguir en los centros (en Alemania en particular). Su esperanza se fundamentaba en una estimación a la baja de los efectos de la polarización imperialista, aniquilando la perspectiva revolucionaria en los centros”.

2. La Guerra Fría y la coexistencia pacífica.
 “Después de las guerras de intervención “calientes”, la guerra fría será permanente desde 1920 a 1990. El Occidente imperialista, como los nazis, n siquiera tolera la existencia de la Unión Soviética. Por su parte, Lenin primero y después Stalin tratan por todos los medios de hacerles comprender que no tienen intención de “exportar” su revolución; buscan la coexistencia pacífica por todos los medios diplomáticos a su disposición.

Durante el período de entreguerras Stalin había buscado desesperadamente la alianza de las democracias occidentales contra el nazismo. Las potencias occidentales no respondieron a la invitación; todo lo contrario, buscaron empujar la Alemania hitleriana a hacer la guerra a la Unión Soviética… Más tarde, con la entrada en al guerra de Estados Unidos, Stalin renovará sus tentativas de fundar la posguerra sobre una alianza duradera con Washington y Londres. Nunca renunciará a ello. Pero también en esta ocasión la política de coexistencia y de paz buscada por la Unión Soviética estará condenada al fracaso por culta de la decisión unilateral de Washington y Londres de poner fin a la alianza de guerra tomando la iniciativa d ella guerra fría al día siguiente de Postdam, dado que Estados Unidos dispone del monopolio de las armas nucleares”.

3. LA NEP, la Nueva Política Económica.
“Pero Lenin aprende rápidamente la lección que le impone la historia. La revolución, hecha en nombre del socialismo (y del comunismo) es en realidad otra cosa: es gran parte una revolución campesina. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo vincular al campesinado a la construcción del socialismo? ¿Haciendo concesiones al mercado y respetando la nueva propiedad campesina adquirida; progresando, pues, lentamente hacia el socialismo? Esta será la estrategia que pondrá en marcha la Nueva Política Económica. Sí, pero… porque Lenin y Stalin comprenden también que las potencias imperialistas no aceptarán nunca ni la Revolución ni la neuva NEP. Pues la Rusia soviética, por lejos que esté del poder construir el socialismo, se ha liberado ya del yugo que el imperialismo pretende imponer a todas las periferias del sistema mundial que está bajo su dominio; la Rusia soviética se desconecta”.

4. La doctrina Zdanov.
“Al año siguiente <1948>, Zdanov (de hecho, Stalin), con su famoso informe, que está en el origen de la creación del Komintern (forma atenuada dell renacimiento de la tercera Internacional), dividía también él el mundo en dos esferas: la esfera socialista (la URSS y la Europa del Este) y la esfera capitalista (el resto del mundo). El informe ignoraba las contradicciones que, en el seno de la esfera capitalista, oponen a los centros imperialistas y a las naciones de las periferias implicadas en la lucha por su liberación. La doctrina Zdanov tenía un objetivo prioritario: imponer la coexistencia pacífica y de este modo calmar los ardores agresivos de Estados Unidos y de sus aliados subalternos europeos y japoneses. En contrapartida, la Unión Soviética aceptaría adoptar un perfil bajo, absteniéndose de ingerirse en los asuntos coloniales que las potencias imperialistas consideraban como sus asuntos internos. Los movimientos de liberación, incluida la revolución china, no fueron apoyados con entusiasmo en aquella época, y se impusieron por sí mismos. Pero su victoria (en particular, evidentemente, la de China) introducía cambios en las relaciones de fuerza internacionales. Moscú solo tomó la auténtica medida de estos cambios después de Bandung, lo que le permitió, mediante su apoyo a los países en conflicto con el imperialismo, romper su aislamiento y convertirse en un actor principal en los asuntos mundiales”.

5. La colectivización.
“Son comprensibles por tanto los zigzagueos de Lenin, Bujarin y Stalin frente al doble desafío de la cuestión agraria y la agresividad de las potencias occidentales… Finalmente, a partir de 1930/1933 (y no sin que ello tenga relación con el ascenso del fascismo), Stalin impone la opción de la industrialización y del armamento acelerados.

La colectivización es el precio a pagar. Pero tampoco en este caso hemos de precipitarnos a emitir un juicio: todos los socialistas de la época (y los capitalistas todavía más) comparten los análisis de Kautsky en este punto y están convencidos de que el porvenir pertenece a la gran explotación agrícola (aludo aquí a las tesis de Kautsky en La cuestión agraria, primera edición de 1899). La idea de que la explotación familiar modernizada es más eficaz que la gran explotación tendrá que esperar mucho tiempo antes de sr aceptada. Los agrónomos (en particular los de la escuela francesa) comprendieron antes que los economistas que la división extrema del trabajo del modelo industrial no era conveniente en el caso de la agricultura; el agricultor se enfrenta a las exigencias de unas tareas políticas difíciles de prever…”

6. Abandono de la democracia.
“La ruptura de la alianza obrera y campesina que implicó la opción de colectivización en las formas concretas que adoptó está en el origen del abandono de la democracia y de la deriva autocrática”

7. China y Mao.
“La diferencia es importante; impone una perspectiva larga de mantenimiento de la alianza obrera y campesina. Esto permitirá a China no cometer el error fatal de la colectivización forzosa, e inventar otra vía que hará conciliable la propiedad del Estado sobre la totalidad del suelo agrícola con el acceso legal de los campesinos al uso de la tierra y con la explotación familiar renovada. Mao da una respuesta nueva a la cuestión agraria, basada en la pequeña explotación familiar renovada sin pequeña propiedad, reduciendo la presión migratoria hacia las ciudades, y haciendo compatible el objetivo estratégico de la soberanía alimentaria con la construcción de un sistema industrial nacional completo y moderno… La fórmula es ciertamente la única respuesta posible a la cuestión agraria para todos los países del Sur contemporáneo, aunque las condiciones políticas que hacían posible su puesta en práctica solo se dieron en China y en Vietnam”.

Podemos dejarlo en este punto. Continuamos en la próxima entrega.

(1) Tomo pie en Samir Amin, Octubre 1917, Vilassar de D’Alt, El Viejo Topo, 2017 (traducción de Josep Sarret) y en Samir Amin, Rusia en la larga duración, Vilassar de D’Alt, El Viejo Topo, 2017.