Las vitaminas (y los minerales) son nutrientes fundamentales que requiere el cuerpo en pequeñas cantidades para funcionar adecuadamente.
Y, por lo general, se obtienen siguiendo una dieta variada y saludable.
Es importante considerar que el consumo de suplementos vitamínicos debe realizarse bajo estricta supervisión médica porque ingerir demasiado o por un tiempo muy prolongado puede tener efectos perjudiciales en el organismo.
Pero, aparte de la vitamina C, ¿qué sabes del resto? ¿Conoces la utilidad de la vitamina D, E o la K?
Siguiendo las recomendaciones del Sistema de Salud Nacional del Reino Unido, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, BBC Mundo te cuenta en qué casos son útiles unas u otros y en qué alimentos puedes encontrarlos.
Vitamina A
Es un antioxidante, lo que quiere decir que puede prevenir o retrasar el daño en cierto tipo de células.
Sus funciones principales son: fortalecer al sistema inmunitario para poder prevenir las infecciones, ayudar a la visión cuando la luz es muy tenue y mantener saludable la piel y el revestimiento de algunas partes del cuerpo, como la nariz.
Además es importante para el crecimiento óseo, las funciones que desempeñan las células y para ciertas condiciones de la piel, como el acné y las arrugas.
Fuentes de vitamina A: queso, huevos, pescados grasos, hígado, leche y yogur.
Como el betacaroteno también le proporciona al cuerpo vitamina A, se pueden consumir frutas y verduras con este elemento: mango, duraznos, lechosa o papaya, espinaca, pimientos y zanahorias.
Vitamina B
En este grupo hay varios tipos:
La B6 le permite al cuerpo usar y almacenar la energía que viene de las proteínas y los carbohidratos que se consumen. También ayuda en la formación de la hemoglobina (la sustancia que se encuentra en los glóbulos rojos y que traslada el oxígeno en el cuerpo). Fuentes de vitamina B6: cerdo, pollo, pavo, pescado, pan, cereales, maní, papas y huevos.
La B12 contribuye a la formación de los glóbulos rojos, ayuda a mantener el sistema nervioso saludable, libera la energía de la comida que consumimos y permite que el organismo procese el ácido fólico, que también pertenece a este grupo vitamínico. Fuentes de vitamina B12: carne, salmón, bacalao, leche y queso.
La falta de vitamina B6 y B12 puede causar anemia.
El ácido fólico trabaja en conjunción con la vitamina B12 con el objetivo de formar glóbulos rojos saludables y también ayuda a reducir el riesgo de defectos en el sistema nervioso central, como la espina bífida, en bebés cuando se encuentran en el vientre materno. Fuentes de ácido fólico: brócoli, coles de Bruselas, hígado, espinaca, espárragos y guisantes.
La B1, B2 y B3 ayudan al mantenimiento saludable del sistema nervioso y están presentes en los huevos.
Vitamina C
Ayuda a la cicatrización de las heridas, protege las células y es necesaria para que el tejido conectivo, que fortalece a los órganos, se mantenga saludable.
También es importante para los huesos, la piel y para que el cuerpo absorba el hierro.
En cuanto a la creencia popular acerca de sus propiedades para prevenir los resfríos, es importante tomar en cuenta que es el caso en situaciones muy particulares: corredores de maratones, esquiadores y militares en climas muy fríos.
Estudios realizados con respecto al tema no han encontrado suficiente evidencia para asegurar que ayuda a la prevención de las gripe o acelera su cura en el resto de las personas.
El cuerpo no puede almacenarla, así que debe ingerirse diariamente. La falta de vitamina C puede causar escorbuto, una enfermedad que ocasiona debilidad, problemas en las encías y hemorragias cutáneas y musculares.
Fuentes de vitamina C: naranjas, pimientos verdes y rojos, fresas o frutillas, brócoli, papas y grosellas.
Vitamina D
Sirve para regular la cantidad de fosfato que hay en el cuerpo y ayudar en la absorción del calcio, lo que es fundamental para los huesos, y también para mantener los dientes sanos.
También juega un papel importante en los nervios, los músculos y el sistema inmunitario. El cuerpo la produce naturalmente al exponerse al sol.
Su falta puede ocasionar osteoporosis y dolor de huesos en los adultos y raquitismo en los niños.
Fuentes de vitamina D: salmón, sardinas, hígado, cereal, leche y yema de huevo.
Vitamina E
Es un antioxidante importante en la realización de los procesos metabólicos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.
También protege las membranas de las células y ayuda a que la piel y los ojos se mantengan en buen estado.
Fuentes de vitamina E: aceites vegetales como el de oliva, de maíz y de soya, margarina, nueces y semillas, vegetales de hojas verdes.
Vitamina K
Es necesaria para la coagulación de la sangre, lo que ayuda a que las heridas sanen adecuadamente. Si no se tiene suficiente, puede que la persona sangre mucho
También contribuye con el mantenimiento del tejido óseo y los tejidos corporales.
Fuentes de vitamina K: vegetales de hojas verdes como el brócoli y la espinaca, bayas oscuras, cereales y aceites vegetales.
Las bacterias que se encuentran en el intestino también producen cantidades pequeñas de cierto tipo de vitamina K.