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lunes, 16 de julio de 2012

Agravio

Parece mentira que un partido político tan sensible a los agravios hacia los símbolos de la Nación como la bandera o el himno, se permita el descaro de agraviarnos a todos con su frase: “¡Que se jodan!”

 Si ya de por sí nos rechinaban los dientes de rabia e indignación con los aplausos y sonrisas de los diputados Populares en el Congreso el día que comunicaron los más brutales recortes contra los que nada han tenido que ver en esta crisis económica, la frase atribuida y recogida en todos los medios de comunicación de Andrea Fabra es un agravio y un insulto a la inteligencia de todos los españoles.

 Bien está que hayan incumplido todas y cada una de sus promesas electorales, pero que encima se rían de nosotros excede toda nuestra capacidad de paciencia y resignación. A nadie con dos dedos de frente se le ocurre aplaudir y sonreír en un entierro, pero ellos se lo permiten en el doloroso entierro de nuestro Estado de bienestar.
Recordemos, por ejemplo las lágrimas de la ministra italiana cuando se recortaron las pensiones en Italia...
 Cuando un gobierno ha realizado lo contrario punto por punto de lo recogido en su programa electoral, pienso que no está ni ética ni moralmente legitimado para gobernar este país, y no es de extrañar que un partido que fue incapaz de efectuar una oposición responsable durante siete años usando esta crisis como arma electoral haya demostrado en seis meses que es incapaz de sacarnos de esta encrucijada.— El País, 15 de julio. Eduardo Gonzalo Ugarte. (foto: "Verano de cardos" tomada en la orilla izquierda del Guadiana, a su paso por Badajoz)

Gracias Funcionarios

Ante el ataque a los funcionarios, me pregunto qué pasaría si los titulares de prensa tuvieran un tenor parecido a éste:
 Un funcionario descubre el bosón de Higgs (Peter Ware Higgs es profesor de física con tenure, equivalente a funcionario)
 Un funcionario consigue incrementar la donación de órganos en España con cifras sin precedentes (Rafael Matesanz es funcionario)
 Un funcionario consigue que se detenga a Pinochet (Baltasar Garzón era funcionario)
 Un funcionario consigue reducir las muertes en carretera en más de un 50% (Pere Navarro es funcionario, y era además alto cargo como Director General de Tráfico)
 Un funcionario salva a una mujer de ser asesinada por su marido (pensad en guardias civiles, policías...)
 Un funcionario detiene a un peligroso terrorista.
 Y yo quizá diría: un funcionario ayuda a nacer a mi hijo. Una funcionaria me enseña a darle el pecho. Otra funcionaria me atiende los días posteriores y se asegura de que todo está bien.
Gracias funcionarios. El País, 15 de julio. Violeta Ruíz.

jueves, 12 de julio de 2012

La irresponsabilidad del presidente. Rajoy dice que no tiene libertad para elegir. No es cierto. La tenía. Su colega Monti la ejerció

“Se trata de no llevar a los hombres por direcciones que los mutilen”. La frase es de Frantz Fanon y se refería a los años de la descolonización. Pero define perfectamente los límites de lo que es admisible en la acción de gobierno. Unas políticas que condenen a sectores de la ciudadanía a la exclusión, a la imposibilidad de vivir una vida digna, deberían ser consideradas ilegítimas. Y el Gobierno español, después de seis meses de arrastrar los pies, como dicen algunos, con las medidas anunciadas por el presidente Rajoy se está situando al borde de la ruptura del pacto social que está obligado a defender. La reducción del subsidio de paro, la limitación del acceso a la ayuda mínima de reinserción social, junto a los recortes de las prestaciones relacionadas con la dependencia y al copago de medicamentos, a la espera de lo que se puede implementar en materia de pensiones, agudiza la crisis social y aumenta el riesgo para millones de personas. Y corresponde a la oposición y a la opinión pública evitar que esta ruptura se produzca.



La historia se repite. Hace dos años, en mayo de 2010, Zapatero, bajo presión internacional, dio un giro total a su política, metió a España en el desasosiego y hundió su credibilidad de modo irreversible. El miércoles, 11 de julio de 2012 pasará a la historia como el día en que Mariano Rajoy dio un giro total a su política, se desdijo de sus promesas electorales y se amparó en las exigencias internacionales para eludir su responsabilidad. “Los españoles no podemos elegir si hacemos o no sacrificios. No tenemos esa libertad”, ha dicho el presidente. Unas frases así un gobernante solo debería pronunciarlas un minuto de antes de presentar su dimisión. Si no es capaz de hacerse responsable de las políticas que dicta, un jefe de gobierno no debe continuar.

Eludir las responsabilidades es un vicio crónico en la manera de hacer política de Rajoy
. Quiso vivir del descrédito de los socialistas, echándoles a ellos la responsabilidad de la crisis, pensando que de este modo podía evitar la toma de decisiones impopulares. Pero la realidad corre a velocidad de vértigo y el presidente, con sus ritmos lentos, perdió pie. Cundió la desmoralización en su entorno político y en un mundo económico que, aunque parezca imposible, se había creído que con el PP todo cambiaría. Caducadas las promesas de su programa electoral, sin un proyecto propio que desarrollar, Rajoy trató de ganar tiempo, con una estrategia de negación de lo evidente: hablaba de reformas, que, por otra parte, casi nunca llegaban, para evitar palabras como recortes o ajustes; trataba de convertir en ayuda crediticia un rescate bancario con todas las de la ley; y rechazaba cualquier idea de imposición de medidas de obligado cumplimiento desde instancias externas a la política española. Hasta ayer. Rajoy cayó del caballo, empujado desde Europa, y pronunció la frase terrible: “No tenemos esa libertad”. No es verdad. La tenía. Su colega Monti la ejerció. Y se anticipó con unas medidas, acertadas o no, pero escogidas por su Gobierno conforme a criterios debidamente explicados y sin ampararse en fatalismos o catastrofismos.

Con su permanente elusión de responsabilidades, Mariano Rajoy ha conseguido que la gente se preguntara si había alguien al mando. La duda era fundada. El propio presidente dice que no tiene libertad para decidir. Es grave: un líder se distingue porque es capaz de hacer plenamente suyas las decisiones que toma, sin buscar subterfugios. Es la base de la credibilidad. Por eso resulta obsceno que el presidente utilice al Rey haciéndole presidir un Consejo de Ministros previo al que decidirá parte de los nuevos recortes. Rajoy quiere implicar al Monarca en responsabilidades que solo son de su Gobierno, para hacer creer a los españoles que “es lo que hay que hacer” y que “no se puede hacer otra cosa”. Para convertir su repentino giro en objetivo nacional compartido y así neutralizar cualquier discrepancia. Y camuflar de este modo que es una estrategia que de momento provocará más recesión y más paro.

Hay millones de ciudadanos que discrepan de ella. El Gobierno del PP es el único responsable de las decisiones que tome. Y de ellas tendrá que responder ante la ciudadanía. La pretensión de crear un clima de movilización nacional alrededor de unas medidas que el propio presidente negaba hace unos días, es otra vuelta de tuerca más en el juego de las manipulaciones y de los engaños. Es la cortina del miedo, tras la que se parapeta el presidente.

Ver en El País.

miércoles, 11 de julio de 2012

Rajoy ha incumplido todas sus promesas económicas pese a que el esfuerzo en la reducción del déficit es menor a lo previsto

El mito de que bastaría que se fuese Zapatero y llegase al Gobierno el Partido Popular para que se recuperase la confianza no ha durado ni un suspiro. El hada de la confianza, usando la expresión de Krugman, no se ha aparecido en España. El Gobierno de Rajoy ha reincidido, para sorpresa general, en los errores de diagnóstico y gestión de la crisis de Zapatero y ha acabado adoptando las mismas medidas que tanto le criticó desde la oposición (como la subida del IVA y la rebaja de sueldos de los funcionarios). Su programa electoral y su discurso de investidura de hace seis meses eran, efectivamente de cuento de hadas. Tanto, que hoy ha tenido que enmendarlo en su totalidad, cuando la situación es mucho más grave.

No hay duda de que le herencia económica que dejó Zapatero es la peor que ha recibido un Gobierno en la historia reciente española, con una alta tasa de paro, un elevado déficit público, un fuerte endeudamiento externo y un sector financiero muy débil, por citar solo los problemas más graves y acuciantes. Pero Rajoy ha mezclado sin rigor herencias con falacias para justificar sus recortes y exculparse del incumplimiento sistemático del programa electoral y las promesas con que llegó al Gobierno.

Desde que Rajoy gobierna, todos los indicadores de confianza en España se han deteriorado gravemente. La prima de riesgo española no solo ha batido todos los récords, sino que era 200 puntos inferior a la italiana a comienzos de año y ahora es sustancialmente superior. Los seguros sobre impago de deuda del Tesoro se han disparado. La Bolsa española se ha convertido este año en la peor del mundo. La fuga de capitales (tras un aumento de los impuestos sobre las rentas del capital) no tiene precedentes. Los inversores, los mercados, han dado la espalda a España mientras los retrasados presupuestos se quedan viejos en una semana y el Gobierno provoca un incendio al tratar de hacer el papel de bombero del Banco de España. Rajoy dijo que no tenía intención de subir los impuestos y a la semana siguiente subió el IRPF y el IBI. Rajoy dijo que no abarataría el coste del despido y aprobó una reforma laboral que lo pone a precio de saldo, al facilitar el despido procedente con 20 días de indemnización por cada año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. Rajoy dijo que no bajaría el sueldo de los funcionarios como Zapatero, pero primero aprobó un aumento de jornada que en la práctica suponía una rebaja del 6% por hora trabajada y ahora suprime la paga extra de navidad en lo que implica un recorte del 7% de la retribución en términos anuales y del 14% en lo que queda de año. Rajoy dijo que no subiría el IVA como Zapatero, y ha aplicado la mayor subida desde que existe el impuesto (de tres puntos en el tipo general, hasta el 21% y de dos en el reducido, hasta el 10%). Rajoy dijo que no recortaría las prestaciones por desempleo y hoy lo ha hecho. Rajoy dijo que no recortaría en Sanidad y Educación y ha promovido los mayores recortes en ese terreno desde que existe el Estado del Bienestar en España. Denigró la idea de una amnistía fiscal y no solo ha aprobado una, sino que cada vez da más facilidades a los defraudadores para beneficiarse de ella. Dijo que no habría copago, y ya está en vigor. En su discurso de investidura, Rajoy dijo que la restructuración financiera estaría culminada en el primer semestre de este año y al empezar el segundo, tras dos reformas fallidas en tiempo récord, el sector financiero está abierto en canal y España ha pedido el rescate a Europa para recapitalizar la banca.

Desde el principio, el Gobierno ha culpado de sus incumplimientos al Gobierno anterior. “Es mi deber liberar a España del peso de esa herencia”, ha dicho hoy Rajoy. Pero las cifras le desmienten. La desviación sobre el objetivo de 2011 de la Administración central fue mínima y debida en buena parte a que el nuevo Gobierno de Rajoy cargó hábilmente al ejercicio 2011 unos 600 millones en expropiaciones que van a pagar este año y otros 600 millones de la intervención de Unnim que se apuntaron como gasto de 2011 y como ingreso de 2012. La Seguridad Social cerró con un pequeño déficit, sobre todo por la caída de ingresos en el cuarto trimestre. Pero el grueso de la desviación de 2011 procede sobre todo de las comunidades autónomas, entre ellas las regidas por Esperanza Aguirre, Francisco Camps y otros gobernantes de su partido. “No entro en quién es el responsable o deja de serlo”, ha señalado Rajoy...

el recorte del déficit es menor que el planteado antes de las elecciones, pero buena parte de las medidas de Rajoy (IRPF, IVA, paga extra de funcionarios, amnistía fiscal…) van sobre todo destinadas a reducir el déficit de la Administración central. ¿Cuáles eran sus planes reales? La excusa de la herencia es una falacia. Quedan dos opciones: o Rajoy engañó a los votantes o no tenía ni idea de lo que le tocaba hacer. A estas alturas, uno no sabe cuál es peor de las dos.

El País.

Las malas noticias se suceden y pretenden hacernos creer que es por nuestro bien. Por nuestro bien, nos suben impuestos y nos bajan salarios y para Bankia, "hay todo el dinero que haga falta", sin exigir responsabilidades por la mala gestión...

"La subida del IVA es un sablazo de mal gobernante", decía Rajoy cuando estaba en la oposición. Hoy la anuncian como necesaria para "salir de la crisis y crear empleo"

 El tipo reducido de IVA pasa del 8% al 10%
Rajoy justifica lo que denomina medidas "excepcionales" porque estamos en una situación "excepcional" Reduce la prestación a nuevos parados a partir del sexto mes del 60% al 50%
Rajoy anuncia la eliminación de la deducción por compra de vivienda a partir de 2013

La CEOE dice que ahora sí apoyará las medidas. Su presidente, Juan Rosell ha afirmado que "es el momento de estar con el Gobierno para apoyar cuantas reformas haya que hacer en cantidad y calidad". En 2010 los líderes patronales se mostraron mucho más reservados con estas medidas.