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lunes, 10 de febrero de 2020

_- Kristalina Georgieva: “Las políticas del nuevo Gobierno son alentadoras, incluida la subida del salario mínimo”. La directora gerente del FMI defiende, en un encuentro al que asistió EL PAÍS, las políticas inclusivas del nuevo Gobierno español.

_- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, apoya las políticas económicas impulsadas por el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, incluida una subida del salario mínimo del 44,5% en cuatro años. “La economía española pasó dificultades durante los años de la crisis de la eurozona y uno de los impactos fue el aumento de la desigualdad. Es un problema que el Ejecutivo debe solucionar. Entre las políticas del nuevo Gobierno español, está trabajar hacia un crecimiento más inclusivo para asegurarse de que se comparten mejor los beneficios. La cuestión de los salarios debe formar parte de la agenda del Gobierno”, señaló este viernes.

En un encuentro en Washington con una decena de medios, entre ellos EL PAÍS, Georgieva recordó que el nuevo Ejecutivo acaba de echar a andar y es necesario darle tiempo para que lleve a cabo “las políticas que cree que son mejores para el país”. También tuvo buenas palabras para la ministra de Economía, Nadia Calviño, quien, recordó, había sido su directora general de Presupuesto en la Comisión Europea. “Ella y todo el Gobierno están absolutamente decididos a revertir la ralentización económica”, dijo. España crece a un ritmo mayor que la eurozona, pero el Fondo acaba de revisar a la baja su previsión de crecimiento.

El objetivo, insistió la directora gerente del Fondo, no es solo fortalecer la expansión, sino hacerla más equitativa. “En ese sentido”, dijo, “las políticas que impulsa el nuevo Gobierno son alentadoras”. ¿Incluida esa subida del salario mínimo? “Incluyendo eso, sí”, se reafirmó.

Georgieva (Sofía, Bulgaria, 66 años) mantuvo el encuentro en una jornada agitada para el mundo. Faltaban pocas horas para que se consumara el Brexit, confirmando a los mercados que un proyecto como la Unión Europea es reversible. Y en Washington se dan los últimos compases del histórico juicio contra el presidente de EE UU. La inestabilidad política amenaza el crecimiento, siempre lo hace, pero en este caso coincide con algo que el Fondo ha definido como ralentización “sincronizada”. Las tensiones comerciales entre la primera economía del mundo y China supondrán pérdidas globales de 700.000 millones de dólares, el pesimismo por la economía alcanzó niveles récord entre los ejecutivos del reciente Foro de Davos y, por si faltase algo, la imparable expansión del coronavirus de Wuham ya ha alcanzado el nivel de alerta internacional.

La directora gerente hizo notar algo preocupante sobre 2020: “No hemos terminado siquiera el mes de enero y Australia ya ha sufrido importantes riesgos en su crecimiento por los incendios, hemos vivido una semana de incertidumbre por las tensiones en Oriente Próximo y ahora tenemos el coronavirus”. Esta enfermedad “está golpeando la economía china, pero también representa un riesgo global para el crecimiento”, añadió. El Fondo aún no tiene una estimación de su impacto en la economía: “Habrá una ralentización en el corto plazo, pero en el largo no lo sabemos, debemos valorar lo rápidas y efectivas que son las medidas que se toman”. Con la epidemia del SARS, en 2003, recordó, al final del año el crecimiento global solo se redujo un 0,1%. Pero ahora, advirtió, el peso de la economía china en el mundo (en poder de paridad de compra) alcanza el 18%, frente al 4% de entonces.

Georgieva desembarcó como jefa del Fondo el pasado septiembre y se encontró con una institución distinta de la que había heredado su predecesora, Christine Lagarde, en 2011. El credo de la austeridad a ultranza para los países con crisis fiscales graves se ha ido modulando, a golpe de fracasos, y el mensaje predominante defiende el gasto social como forma de frenar el malestar social y garantizar un reparto más equilibrado del crecimiento y la riqueza.

Este es el discurso general, pero cada país requiere luego sus notas a pie de página. A España le acaba de diagnosticar problemas en la efectividad de su gasto social. Un informe publicado el jueves advertía de que los beneficios se centran en pensionistas y clases medias, mientras que no cala lo suficiente en rentas bajas y jóvenes. Georgieva se refirió también a esto. Advirtió de que la economía española se encuentra en “una situación fiscal difícil”. “Y debe continuar con la consolidación por el bien del país”, añadió. Lo que importa, apuntó, es “la calidad del gasto social”. Resaltó los problemas de empleo juvenil, la necesidad de un crecimiento más equitativo y advirtió de que las medidas para lograrlo “no van a ser fáciles por la necesidad de consolidación fiscal”.

Georgieva advirtió sobre los mayores riesgos que supone el prolongado periodo de bajos tipos de interés. Respaldó que los bancos centrales mantengan su política laxa en 2020, pero apuntó que, en la búsqueda de rentabilidad, las instituciones asumen más riesgos y los peligros crecen. Además, la eficacia de estas medidas parece haber tocado techo en varias economías, sin margen para ir más allá.

A su juicio, algunos países ya se encuentran en zona negativa y no debería seguir bajando más los tipos de interés. Otros, como EE UU, tienen cierto margen, pero la cuestión, recalcó, es que “la política monetaria no puede ser la única medida en la que apoyarse”. Insistió en la necesidad de medidas fiscales, con más o mejor gasto en función de cada país, y sobre todo, reformas estructurales.

La economía mundial crecerá un 3,3% este año y un 3,4% en 2021. Esto supone un recorte de una y dos décimas respecto a lo que calculaba hace tres meses. Algunas economías emergentes, como India, se han frenado con fuerza y EE UU se desacelera.

El riesgo que suponía un Brexit desordenado ha bajado sustancialmente, según Georgieva. Pero asegura que la economía británica sufrirá a lo largo de la década un impacto de tres puntos porcentuales. “Debemos aceptar que el Brexit no ha sido favorable para la Unión Europea y menos para el Reino Unido”, señaló. Pero los daños serán contenidos “si concluye de forma ordenada y las partes logran relaciones comerciales constructivas”.

https://elpais.com/economia/2020/01/31/actualidad/1580498570_148648.html

lunes, 30 de noviembre de 2015

La Universitat de València presenta el documental “The troublemaker”, de Roberto Salinas. Miguel d’Escoto, el sacerdote que quiso revolucionar la ONU.

Enric Llopis

El año 2008 fue el de la quiebra de Lehman Brothers y el del inicio de la crisis global. También el último en el que George W. Bush gobernó el mundo. Pero fue asimismo un año fundamental en la historia de Naciones Unidas, en el que un cura sandinista y suspendido en el sacerdocio por el Vaticano, Miguel d’Escoto Brockmann, que había ejercido durante más de una década como ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno revolucionario de Nicaragua, llegó a la ONU con la idea de transformarla. Miguel d’Escoto fue presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas durante un año, y su labor –una lucha denodada contra los elementos políticos, económicos y mediáticos- aparece resumida en el documental “The Troublemaker”, de 82 minutos, producido en 2014 por el director de cine italo-nicaragüense Roberto Salinas.

“El cargo de presidente de la Asamblea General de la ONU tiene rango de jefe de estado, pero le quieren cortar las alas; uno no recibe un sueldo ni una casa, y sólo tiene un año para realizar cosas significativas”, se lamenta el padre d’Escoto en el documental presentado en el Fórum de Debats de la Universitat de València. El audiovisual está basado en el libro “El año en que vivimos atrevidamente”, del periodista Enrique Yeves, quien fue en 2008 portavoz del sacerdote en la ONU y actualmente ejerce como director de comunicación de la FAO. Además, ha escrito libros como “La Contra. Una guerra sucia”.

La conclusión del cura que quiso revolucionar Naciones Unidas, después de un año en el cargo, fue que la ONU no podía reformarse, había que “reinventarla” y preguntarse por la función de este organismo en el siglo XXI. Pero sus planteamientos eran “radicales”, “utópicos”, para lo que se acostumbraba en la institución. “D’Escoto pensaba que había un problema serio con la diplomacia, pues se utilizaba un lenguaje vacío y oscuro para no molestar a los poderosos; estas declaraciones las hizo ya en la primera asamblea que presidió”, recuerda el director general de Le Monde Diplomatique, Ferran Montesa, quien ha participado en el acto de presentación del documental. Esta valoración sobre el uso de las palabras no la hacía cualquiera. La asamblea que presidía d’Escoto era un foro donde estaban representados 192 países, más democrático que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde cinco países todavía cuentan con derecho de veto para las grandes decisiones.

Explica Montesa que en la Asamblea General de la ONU los representantes de los países votaban, pero el problema era la falta de mecanismos para hacer cumplir las resoluciones. Se llega hasta el punto de que cada año todos los países representados en Naciones Unidas –salvo Estados Unidos e Israel- votan a favor de levantar el embargo estadounidense contra Cuba, pero la resolución no va más allá. Por eso en la Carta de Naciones Unidas que el religioso nicaragüense dejó como propuesta pedía una ampliación de los poderes de la Asamblea General. A todo esto se añadían dificultades como la de un presupuesto raquítico, “menor que el de la ONG de un país que no fuera rico”.

Enrique Yeves, que pasó un año muy cerca de Miguel d’Escoto en la ONU, coincide en que éste no quería que se plantearan los asuntos “de manera diplomática”. “Hay que llamar a las cosas por su nombre y utilizar el lenguaje como arma”, reiteraba el sacerdote. Esta idea tan sencilla y radical “ya supuso una pequeña revolución”, opina el periodista, en un contexto como el “palacio de cristal” que representaba la sede de Naciones Unidas en Nueva York. También coincide en señalar la precariedad de recursos en la que, deliberadamente, se dejaba a la Asamblea General de la ONU, sobre todo en comparación con el Consejo de Seguridad, que contaba con más trabajadores y medios económicos.

El año de mandato de d’Escoto, ese cura que se inspiraba en Tolstoi, Gandhi y Martin Luther King, fue también el del golpe de estado contra Mel Zelaya en Honduras. Por primera vez en la historia de Naciones Unidas se invitaba a parlamentar en esta institución internacional a un presidente derrocado, y se aprobó una resolución en la que se pedía la “inmediata e incondicional” restitución de Zelaya como presidente “legítimo y constitucional” de Honduras. Además, ante el estallido de la crisis económica y financiera global la ONU impulsó una Cumbre con la participación de economistas como Joseph Stiglitz, en la se planteaban medidas innovadoras, por ejemplo, la de una “cesta” de divisas para el comercio internacional que representara una alternativa al dólar. Los grandes medios de comunicación ridiculizaron la propuesta. También se decía que Naciones Unidas no contaba con recursos, medios ni experiencia y que esa idea habían de materializarla las grandes instituciones económicas internacionales. Pero d’Escoto insistió, pues no entendía cómo los responsables de la crisis iban a encontrar la respuesta adecuada. Era como “poner la zorra a cuidar de las gallinas”, afirmaba. Ante los ataques cruentos e indiscriminados del ejército de Israel sobre la franja de Gaza, en 2008, Miguel d’Escoto se esforzó por poner freno a la barbarie y abogó por la unidad entre Hamas y la Autoridad Nacional Palestina.

La gran cuestión es, si pasados los años, la ONU se ha convertido en una institución inane, sin facultades operativas, o por el contrario su existencia impide males mayores en el mundo. “Naciones Unidas es la única institución global que puede afrontar los retos del siglo XXI, como la paz o el hambre, y además es la única que tenemos”, explica Yeves. Por otra parte, si se analiza el entramado institucional de la ONU, “no realizan la misma función ACNUR (Agencia para los Refugiados) o la FAO que el Consejo de Seguridad”. Precisamente el gran problema de Naciones Unidas es hoy el Consejo de Seguridad, según muchos analistas, que representa la geopolítica de 1945 y mantiene con derecho de veto a cinco potencias, de manera que resultan excluidos los países africanos o de América Latina. “Habría que reformarlo y dotarlo de una representatividad mucho mayor”, opina el periodista. Una nota positiva, según el actual director de comunicación de la FAO, es que el pasado mes de septiembre los 193 países de la ONU llegaron a un acuerdo sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En un mundo que produce el doble de lo necesario para abastecer a su población total (7.000 millones de habitantes), mientras una de cada nueve personas (800 millones de habitantes) están subalimentadas y cada día mueren de hambre 40.000 personas en el planeta.

Después de dos décadas como profesional del periodismo, a Enrique Yeves le sorprendió la cobertura informativa que los grandes medios (Le Monde, The New York Times o El País) hacían de la presidencia de d’Escoto. Al corresponsal de The New York Times le dijo que donde él (Yeves) estudió Periodismo –en el Campus de Bellaterra en Barcelona- habría suspendido. “Ponían muchísimos adjetivos en las entradillas”, apunta. Las noticias comenzaban diciendo “El radical sandinista revolucionario sancionado por el Vaticano dada su condición de militante radical afirmó ayer…” y a continuación se ridiculizaban las propuestas del sacerdote. Aunque la respuesta de éste era adaptar una consigna de Gandhi: “Primero te ridiculizan, después se ríen de ti… y terminamos ganando”.

En el documental aparece Reagan profiriendo amenazas contra el gobierno sandinista, también asegurando que Nicaragua iba a convertirse en una base militar soviética en el “patio trasero” de Estados Unidos. Se señala asimismo el apoyo de la CIA en los años 80 a la “contra” nicaragüense. O las admoniciones de Juan Pablo II a Miguel d’Escotto, a quien suspendió en el ejercicio del sacerdocio en 1984, en plena “guerra fría”; el papa Francisco le levantó el veto en 2014 y al año siguiente d’Escoto ofició su primera misa en tres décadas. El religioso nicaragüense reivindicaba la palabra “economía” en su sentido etimológico, entendida como la administración de las cosas domésticas. El audiovisual muestra una simpática conversación entre Miguel d’Escoto y Fidel Castro, donde éste revela su fascinación por las nuevas tecnologías, que en cinco minutos permitían obtener la misma información que antiguamente en un mes. “Nuestro mundo está enfermo, hace más de un siglo Tolstoi ya habló del egoísmo demencial”, afirmaba d’Escoto. “Unos pocos estados toman las decisiones y los pobres pagan las consecuencias”. Estas aseveraciones las hacía a su manera, con autenticidad: “Yo voy a hablar de la manera en que yo lo hago, el formato rígido es el rigor mortis”, decía.

domingo, 24 de mayo de 2015

Admirables. La cultura anglosajona resalta las reglas básicas de toda actividad para no olvidarlas. Y eso vale también a la hora de gobernar

La cultura anglosajona tiene una tendencia muy sensata a recordar de vez en cuando los puntos más elementales de cualquier actividad, oficio o profesión. Un observador ajeno a esa cultura se puede quedar algo perplejo cuando en una reunión de expertos el ponente plantea inicialmente, con toda naturalidad, el abecé del tema a tratar, lo que se supone que se debió aprender en el primer día del primer mes del primer año de formación. Pero, si el observador no es demasiado arrogante, enseguida comprende la utilidad de repetir aquellas notas que permiten recordar de qué se trata todo el asunto, su sentido o razón de ser, es decir, aquello que se suele olvidar en cuanto se profundiza en complejidades.

Así que recurramos a la Guía del Buen Gobierno Local elaborada por la Asociación Municipal del Estado de Victoria, el más pequeño, pero el más densamente poblado de Australia. El abecé municipal australiano (muy útil, al margen de las competencias concretas de cada Ayuntamiento del mundo) empieza así: el Gobierno local tiene la obligación de informar, explicar y responder por las consecuencias de las decisiones que toma en nombre de la comunidad que representa. Las personas deben ser capaces de seguir y entender el proceso de toma de decisiones. Esto significa que tienen que ser capaces de ver con claridad cómo y por qué se tomó esa decisión —qué información, qué asesoramiento y qué consultas se efectuaron— y qué requisitos legislativos hubo que cumplimentar.

Parece que se empieza siempre por ahí: transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad del equipo municipal, con su alcalde a la cabeza, respecto a las decisiones que se adoptan y sobre sus consecuencias.

La segunda letra del abecé indica que el Gobierno local está obligado a atender las necesidades de la comunidad entera, guardando el equilibrio entre los distintos intereses en juego. Los distintos sectores de la comunidad deben sentir que han sido escuchados y que sus intereses fueron tomados en consideración, sean finalmente respetados totalmente, solo en parte o rechazados. Todos los grupos, y en particular los más vulnerables, deben tener la oportunidad de exponer sus razones. Es decir, el Gobierno local debe ser equitativo e inclusivo, de manera que ningún sector se sienta menospreciado o no escuchado.

Tercera letra: el Gobierno local debe hacer un seguimiento de las consecuencias de las decisiones que adopta a fin de poder evaluar si se alcanzan los objetivos planteados o en qué grado se cumplimentan.

Existe un cuarto elemento básico: el Gobierno municipal debe ser participativo. Cualquier persona afectada por o interesada en una decisión debe tener la oportunidad de participar en el proceso de toma de esa decisión. Se puede lograr de distintas maneras: asegurándose de que se les hace llegar la información necesaria, facilitando instrumentos para que se les pregunte su opinión o para que tengan la oportunidad de realizar sus recomendaciones o, incluso, incorporándoles a la toma de decisiones efectiva.

Finalmente, dice la guía australiana, conviene recordar que el alcalde, o alcaldesa, tiene una influencia considerable en el establecimiento de las normas de buena conducta y ética de los miembros del consejo. Como líder del gobierno municipal tienen un papel primordial en la vigilancia de su conducta.

¿A que resulta fácil ir hoy a votar y cumplir con el primer deber ciudadano?
El País.  24 MAY 2015 - 

miércoles, 12 de febrero de 2014

Profesores de la UPV lanzan el manifiesto "Por una economía al servicio de las personas"

Los docentes plantean que las alternativas a la salida de la crisis no deben ser excluyentes y deben sustentarse en la equidad, la transparencia, la democracia y la cohesión social.

El próximo 3 de marzo se celebrará en Bilbao el Global Forum Spain, un foro económico internacional organizado por el ministerio de Economía y el Club de Exportadores e Inversores Españoles  en el que se hablará de crecimiento y competitividad. En la cita participarán importantes personalidades de la economía y de la política. Ante la celebración de este foro, un grupo de profesores de Economía de la Universidad del País Vasco (UPV) ha lanzado un manifiesto cuyo título ya es muy significativo: Por una economía al servicio de las personas.
"Creemos que vivimos circunstancias excepcionales en las que, como ha sucedido en otras ocasiones, también excepcionales, es oportuno que desde nuestro ámbito nos pronunciemos en medio de tanto desconcierto e incertidumbre", señalan los impulsores del manifiesto para justificar la publicación del documento. Y añaden: "Somos plenamente conscientes del pluralismo y del debate de ideas existente en el ámbito económico, tanto dentro de la academia como fuera de ella. Por consiguiente, hemos tratado de evitar planteamientos excluyentes, centrando la atención en dos ideas fundamentales: la necesidad de huir de los dogmas a la hora de buscar alternativas; y la necesidad de que estas se sustenten en la búsqueda de la equidad, la transparencia, la democracia y la cohesiónsocial".
En cuanto al manifiesto en sí, los profesores de la UPV sostienen que hay que apostar por la equidad y que "la competitividad no puede ser un fin en sí misma". Defienden una Europa "equilibrada social y territorialmente", más democracia y transparente. Afirman que las finanzas públicas "no son el origen de la crisis"  y que ésta es sobre todo una crisis social.
Sus impulsores quieren dar la máxima visibilidad al manifiesto, sobre todo del mundo académico, y por eso reclaman la adhesión de sus colegas docentes. Muchos ya lo han hecho, entre ellos, los profesores vinculados a la asociación EconoNuestra, cuyo blog está alojado en Público.
Si quieres apoyar el manifiesto Por una economía al servicio de las personas, puedes firmar aquí.
Fuente: Público