Laura Martínez
www.eldiario.es
La filósofa feminista, discípula de Celia Amorós, participó en el foro de pensamiento Avivament y ofrece una lectura con perspectiva de los filósofos clásicos.
"Los hombres de izquierdas no pueden estar a favor de la prostitución y de los vientres de alquiler si defienden un mundo en el que todo no se puede comprar y vender". Así respondía Ana de Miguel a la primera pregunta posterior a su intervención en el foro de pensamiento Avivament de este viernes en Valencia y de un plumazo recordaba que el feminismo, si no cuestiona las estructuras de poder, sirve de poco.
Ana de Miguel no necesita presentación. Pero, para los recién llegados, un resumen: filósofa y feminista consagrada, discípula de Amelia Valcárcel y Celia Amorós, profesora de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos, ha escrito la bibliografía básica para hacer una introducción al feminismo radical. Entre su obra destaca Como leer a John Stuart Mill, Alejandra Kollontai y Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección. Junto a la valenciana Celia Amorós, ha editado los tres volúmenes de Teoría feminista. De la Ilustración a la globalización, una actualización de la historia del pensamiento feminista.
Considera que en el feminismo la teoría es crucial, que ayuda a ver un sistema casi invisible. Y, tomando esta lección de sus maestras, que la mirada se construye, que el conocimiento es crucial. "En España hemos tenido maestras que nos hicieron darnos cuenta -a las feministas militantes- de la importancia del conocimiento", narraba la filósofa.
Basta leer el título de sus libros para saber cuál es la perspectiva de De Miguel. Un feminismo sin medias tintas, abolicionista y que busca la emancipación de la mujer cortando los problemas de raíz. "No transformaremos la sociedad si nos quedamos en la condena. Hay que conocer las causas para erradicar la violencia", exponía ante un auditorio repleto de mujeres -y algún hombre- atentas. Para la filósofa, estos deberían preguntarse cómo históricamente "nos han hecho eso a las mujeres". Y por "eso" se refería a las prácticas de dominación patriarcal.
Ana de Miguel plantea que el patriarcado no nace en las religiones monoteistas, ni en la modernidad, ni en el medievo. Sus orígenes se remontan a los anteriores de la filosofía, ya que, por ejemplo, Aristóteles ya organizó su pensamiento viciado, reduciendo a las mujeres a simples "vasijas" con las que concebir.
Así, pasando por San Agustín y Nietzsche, hace un repaso por las principales aportaciones a la filosofía, para llegar a concluir que "los grandes filósofos han engendrado la desigualdad" y se debe "hacer un ajuste de cuentas con esta filosofía" en las aulas. La académica no se refiere a dejar de impartir estos autores, si no a explicar a los alumnos "que hay dos verdades: una para los hombres y otra para las mujeres", en referencia al planteamiento de su papel en el mundo que hacen los autores.
Sobre esta idea de la doble verdad ha escrito bastante las últimas semanas, especialmente después del 8M, donde destaca la presencia masculina. "Nuestra sociedad enseña que tenemos que ser iguales, los chicos vienen a las manifestaciones, pero luego aprenden que la mujer es un ser que debe hacer su vida más agradable -dice citando a Russeau- y eso lo aprenden con lo relacionado con el sexo. Saben que no pueden pegar y humillar a una mujer, que no pueden llamarla guarra, puta o zorra, y en el porno eso es lo más flojo que encuentran", relata de Miguel.
Además, considera, la prostitución indica que no deben poner límites al deseo; "pueden encontrar mujeres de todas las razas, con todos los rasgos y a todos los precios... Solo hay que traer un poco de dinero en el bolsillo", explicaba indignada. Y esto, concluía, "es consecuencia del neoliberalismo más destructor" en una sociedad en la que todo se puede comprar y vender. Hasta las personas. Sobre las reivindicaciones del cuerpo y la mercantilización de algunas corrientes feministas, la filósofa tiene claro que no hay que caer en esa trampa.
Las feministas desde los años sesenta "lucharon por dejar de ser un cuerpo y ahora otras vienen con teorías del cuerpo no normativo, que no hace falta ya ni que pienses para ser transgresora", ironizaba. "No es cuestión de cuerpos, somos personas (...) hemos pasado del 'mi cuerpo es mío' a 'es mi mercancía", lamentaba.
Por último, retomaba el tema de la libertad sexual como excusa para defender la prostitución y hacer de cortina de humo respecto a problemas como la precariedad laboral y la inseguridad económica. "Nos hacen pensar que la libertad es la sexual, acostarte con quien quieras y hacer una orgía, nadie cree ya que la libre elección sea por ejemplo ver en qué trabajo te sientes más realizado". En lugar de eso, "tenemos a chicas discutiendo ver si es bueno para el feminismo o no ir con minifalda".
Fuente:
https://www.eldiario.es/cv/femilenial/Ana-Miguel_6_779782026.html
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lunes, 6 de agosto de 2018
lunes, 30 de enero de 2017
Elogio de la pedagogía. Pilar Lucía López y Agustín Moreno. Cuarto Poder
Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa. Paulo Freire
Cada cierto tiempo se levantan voces en contra de la pedagogía, como si ésta fuera la causa de los males que afectan a la educación. Hace poco, los exabruptos se lanzaron en Radio Nacional (RNE), pero no lo enlazaremos para no dar publicidad a los disparates. Los que lo hacen, suelen pontificar desde el alejamiento de la realidad docente, algo que no les da mucha autoridad. Esta conjura de los rancios tiene en común una nostalgia por tiempos pasados, cuando se seleccionaba al alumnado porque aún no se había socializado el derecho a la educación. También coinciden en no haber leído casi nada sobre pedagogía y psicología. Junto a la crítica a la “jerga de los pedagogos”, se culpabiliza al alumnado, pero se desresponsabiliza al poder político de los recortes, la LOMCE y del abandono de la educación pública.
Pero lo más clamoroso es la ausencia de toda base epistemológica para su crítica. No saben que en el siglo XXI los nuevos descubrimientos de la neurociencia y de la psicología coinciden con las teorías y metodologías que venían proponiendo los grandes pedagogos desde los siglos XIX y XX. Por ejemplo, que el centro del aprendizaje, neurológicamente hablando, es la emoción y la motivación que se desprende de ella para incorporar nuevos conocimientos. Que la educación debe ser integral y debe ayudar al desarrollo de las múltiples inteligencias que posee el ser humano. O que aprendemos en grupo con más facilidad; el clima ambiental de cooperación y respeto es esencial para construir aprendizajes permanentes.
Por eso, cuando se critica desde la ignorancia o la justificación de la incompetencia ante los nuevos retos, creemos que hay que reivindicar la pedagogía. ¿Se cuestionaría la competencia de un arquitecto para diseñar un edificio o de un músico para tocar un instrumento? Sería absurdo. Para no caer en charlatanerías y opiniones sin fundamento alguno, hay que ir a las fuentes y por tanto a la Historia. Muchas personas desconocen los logros que aportaron a la sociedad y sería una lástima que sus enseñanzas y metodologías se disolvieran en el maremágnum de debates vacíos. Sirva para ilustrar lo que decimos unos cuántos ejemplos:
Desde los ilustrados y la Revolución Francesa, la Historia de la Pedagogía tiene una larga trayectoria y siempre ha ido ligada a la lucha por los derechos sociales y a la extensión de la educación. Porque para Jean-Jacques Rousseau “ser ciudadano es estar educado”. Siglos más tarde, John Dewey defendía lo mismo en Estados Unidos en su obra “Democracia y Educación”.
Recordemos a María Montessori, en Italia, pionera de la educación emocional y del método científico en su Casa de Niños. A William Kilpatrick que siguió sus pasos en EEUU y hablaba, ya en 1914, de autoevaluación y aprendizaje por proyectos. A Ovide Decroly que aportaba los centros de interés como origen de un aprendizaje investigador. A Célestin Freinet y su pedagogía para la vida: activa, natural, abierta y cooperativa. A Jerome Bruner que defendía el aprendizaje por descubrimiento. Y todos y todas los que construyeron la Nueva Escuela que cuestionaba no solo los métodos sino la función de la escuela y los maestros en la sociedad. Sin olvidar a Paulo Freire y su “Pedagogía del oprimido”, donde afirma que “nadie educa a nadie, los hombres (personas) se educan en comunión”. El planteó un cambio de paradigma, no una innovación.
En España tuvimos excelentes ejemplos de pedagogos que incorporaron nuevas ideas y técnicas al triste y escaso panorama escolar existente en el siglo XIX. La Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos fue un intento de reforma científica desde primaria hasta la universidad (1876 a 1936). Por otro lado, la Escuela Moderna de Francisco Ferrer i Guardia (1901) proponía una enseñanza científica, racional y laica frente al oscurantismo del poder y la segregación por clases o por sexos. El breve período de la República fue una explosión de iniciativas para llevar y extender la cultura en las zonas más deprimidas. Las Misiones Pedagógicas aportaban la poesía, el teatro, la música, las bibliotecas y eran recibidas con asombro y entusiasmo por las clases más desfavorecidas.
¿Cuáles han sido las aportaciones a la humanidad en las que coincidieron todos los pedagogos importantes?:
Dar al niño y a la niña la categoría de persona y, por tanto, sujeto de derechos como cualquier adulto. Los niños dejan de ser un objeto (vasija) a rellenar de conocimientos.
La educación es un proceso continuo de formación y crecimiento a lo largo de toda la vida. Cada etapa debe tener sentido en sí misma, no como preparación a la siguiente.
Creer y potenciar las capacidades de aprendizaje que hay en cada niño y niña. (Sin esta creencia es muy difícil enseñar o educar). Aprender investigando y fomentando la curiosidad natural para descubrir el mundo. El proceso de aprendizaje debe basarse en la observación, experimentación y acción. La escuela debe ser activa en todo su sentido. La cooperación entre iguales y personas diversas favorece el aprendizaje y educa en bases sólidas para la buena convivencia. La tarea del profesor es poner a disposición del alumnado los conocimientos, técnicas e instrumentos más apropiados para que se pueda producir el aprendizaje.
Los grandes pedagogos siempre han sido revolucionarios en el sentido más profundo de este término de ir a la raíz, transformar la realidad (sociedad) para mejorarla, mediante la educación. Por eso, no se nos puede olvidar que fueron criticados y en ocasiones perseguidos desde el poder. Las falsas dicotomías de pedagogía y antipedagogía tienen mucho más que ver con dos modelos de sociedad que se enfrentan: uno, que cuestiona que todos puedan aprender y, otro, que postula que todos pueden aprender, cada cual a su manera. Son dos modelos de ver el mundo y en realidad es de eso de lo que se discute. No nos confundamos, es la tensión entre un modelo educativo neoliberal y otro democrático al servicio de toda la sociedad.
Pilar Lucía López es pedagoga y autora de “Silencio… se sueña” (EditoriaL SM), Agustín Moreno es profesor de Enseñanza Secundaria en Vallecas (Madrid) y autor del blog de cuartopoder.es ‘La espuma y la marea’.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/tribuna/2017/01/14/elogio-la-pedagogia
Este artículo es una respuesta a otro: "Elogio de la crítica de la pedagogía" en el que su autor, Jesús García de las Bayonas Delgado, muestra una opinión distinta.
Cada cierto tiempo se levantan voces en contra de la pedagogía, como si ésta fuera la causa de los males que afectan a la educación. Hace poco, los exabruptos se lanzaron en Radio Nacional (RNE), pero no lo enlazaremos para no dar publicidad a los disparates. Los que lo hacen, suelen pontificar desde el alejamiento de la realidad docente, algo que no les da mucha autoridad. Esta conjura de los rancios tiene en común una nostalgia por tiempos pasados, cuando se seleccionaba al alumnado porque aún no se había socializado el derecho a la educación. También coinciden en no haber leído casi nada sobre pedagogía y psicología. Junto a la crítica a la “jerga de los pedagogos”, se culpabiliza al alumnado, pero se desresponsabiliza al poder político de los recortes, la LOMCE y del abandono de la educación pública.
Pero lo más clamoroso es la ausencia de toda base epistemológica para su crítica. No saben que en el siglo XXI los nuevos descubrimientos de la neurociencia y de la psicología coinciden con las teorías y metodologías que venían proponiendo los grandes pedagogos desde los siglos XIX y XX. Por ejemplo, que el centro del aprendizaje, neurológicamente hablando, es la emoción y la motivación que se desprende de ella para incorporar nuevos conocimientos. Que la educación debe ser integral y debe ayudar al desarrollo de las múltiples inteligencias que posee el ser humano. O que aprendemos en grupo con más facilidad; el clima ambiental de cooperación y respeto es esencial para construir aprendizajes permanentes.
Por eso, cuando se critica desde la ignorancia o la justificación de la incompetencia ante los nuevos retos, creemos que hay que reivindicar la pedagogía. ¿Se cuestionaría la competencia de un arquitecto para diseñar un edificio o de un músico para tocar un instrumento? Sería absurdo. Para no caer en charlatanerías y opiniones sin fundamento alguno, hay que ir a las fuentes y por tanto a la Historia. Muchas personas desconocen los logros que aportaron a la sociedad y sería una lástima que sus enseñanzas y metodologías se disolvieran en el maremágnum de debates vacíos. Sirva para ilustrar lo que decimos unos cuántos ejemplos:
Desde los ilustrados y la Revolución Francesa, la Historia de la Pedagogía tiene una larga trayectoria y siempre ha ido ligada a la lucha por los derechos sociales y a la extensión de la educación. Porque para Jean-Jacques Rousseau “ser ciudadano es estar educado”. Siglos más tarde, John Dewey defendía lo mismo en Estados Unidos en su obra “Democracia y Educación”.
Recordemos a María Montessori, en Italia, pionera de la educación emocional y del método científico en su Casa de Niños. A William Kilpatrick que siguió sus pasos en EEUU y hablaba, ya en 1914, de autoevaluación y aprendizaje por proyectos. A Ovide Decroly que aportaba los centros de interés como origen de un aprendizaje investigador. A Célestin Freinet y su pedagogía para la vida: activa, natural, abierta y cooperativa. A Jerome Bruner que defendía el aprendizaje por descubrimiento. Y todos y todas los que construyeron la Nueva Escuela que cuestionaba no solo los métodos sino la función de la escuela y los maestros en la sociedad. Sin olvidar a Paulo Freire y su “Pedagogía del oprimido”, donde afirma que “nadie educa a nadie, los hombres (personas) se educan en comunión”. El planteó un cambio de paradigma, no una innovación.
En España tuvimos excelentes ejemplos de pedagogos que incorporaron nuevas ideas y técnicas al triste y escaso panorama escolar existente en el siglo XIX. La Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos fue un intento de reforma científica desde primaria hasta la universidad (1876 a 1936). Por otro lado, la Escuela Moderna de Francisco Ferrer i Guardia (1901) proponía una enseñanza científica, racional y laica frente al oscurantismo del poder y la segregación por clases o por sexos. El breve período de la República fue una explosión de iniciativas para llevar y extender la cultura en las zonas más deprimidas. Las Misiones Pedagógicas aportaban la poesía, el teatro, la música, las bibliotecas y eran recibidas con asombro y entusiasmo por las clases más desfavorecidas.
¿Cuáles han sido las aportaciones a la humanidad en las que coincidieron todos los pedagogos importantes?:
Dar al niño y a la niña la categoría de persona y, por tanto, sujeto de derechos como cualquier adulto. Los niños dejan de ser un objeto (vasija) a rellenar de conocimientos.
La educación es un proceso continuo de formación y crecimiento a lo largo de toda la vida. Cada etapa debe tener sentido en sí misma, no como preparación a la siguiente.
Creer y potenciar las capacidades de aprendizaje que hay en cada niño y niña. (Sin esta creencia es muy difícil enseñar o educar). Aprender investigando y fomentando la curiosidad natural para descubrir el mundo. El proceso de aprendizaje debe basarse en la observación, experimentación y acción. La escuela debe ser activa en todo su sentido. La cooperación entre iguales y personas diversas favorece el aprendizaje y educa en bases sólidas para la buena convivencia. La tarea del profesor es poner a disposición del alumnado los conocimientos, técnicas e instrumentos más apropiados para que se pueda producir el aprendizaje.
Los grandes pedagogos siempre han sido revolucionarios en el sentido más profundo de este término de ir a la raíz, transformar la realidad (sociedad) para mejorarla, mediante la educación. Por eso, no se nos puede olvidar que fueron criticados y en ocasiones perseguidos desde el poder. Las falsas dicotomías de pedagogía y antipedagogía tienen mucho más que ver con dos modelos de sociedad que se enfrentan: uno, que cuestiona que todos puedan aprender y, otro, que postula que todos pueden aprender, cada cual a su manera. Son dos modelos de ver el mundo y en realidad es de eso de lo que se discute. No nos confundamos, es la tensión entre un modelo educativo neoliberal y otro democrático al servicio de toda la sociedad.
Pilar Lucía López es pedagoga y autora de “Silencio… se sueña” (EditoriaL SM), Agustín Moreno es profesor de Enseñanza Secundaria en Vallecas (Madrid) y autor del blog de cuartopoder.es ‘La espuma y la marea’.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/tribuna/2017/01/14/elogio-la-pedagogia
Este artículo es una respuesta a otro: "Elogio de la crítica de la pedagogía" en el que su autor, Jesús García de las Bayonas Delgado, muestra una opinión distinta.
jueves, 5 de enero de 2017
Los ultraliberales y la banalización de la pobreza
Cada año vemos en la prensa noticias que informan sobre el riesgo de pobreza en España, riesgo que se mide con el indicador AROPE (At risk of poverty and/or exclusion), una metodología europea que considera que se está en riesgo de pobreza si se cumple uno de estos tres requisitos: Tener ingresos por debajo del 60% de la mediana del país (8.011€/año para un hogar unifamiliar en España), sufrir privación material severa (cumplir cuatro de las nueve condiciones que se ven aquí) o vivir en hogares con una “intensidad del empleo” de menos del 20% (una jornada completa sería 100%, 20% implica 8 horas/semana por adulto activo del hogar de media). Según los datos de 2015, un 28,6% de la población española está en riesgo de pobreza, mientras los países más avanzados de Europa tienen una tasa AROPE de entre el 15 y el 20%.
Como reacción a estos datos, todos los años encontramos articulistas y medios alineados con el ultra-liberalismo económico que se dedican a desprestigiar los datos del indicador AROPE y a decir que realmente la pobreza es mucho menor de lo que muestra el indicador, que según ellos sobredimensiona el riesgo de pobreza, insinuando que está mal hecho.
¿Cómo lo rebaten? Pues intentando señalar casos hipotéticos de personas que podrían estar en alguna de estas tres situaciones y que, sin embargo, no serían pobres ni estarían en riesgo de serlo. Por ejemplo, podría haber personas que ingresasen en un año menos de 8.000€ pero que viviesen en una casa en propiedad pagada y en una región donde el coste de la vida fuese bajo, en un caso así podría ponerse en duda que esa persona fuese realmente pobre o estuviese en riesgo de serlo. O respecto a la intensidad del trabajo argumentan que es posible que haya personas que trabajen pocas horas a la semana pero que cobrasen mucho dinero por hora o bien que recibiesen otro tipo de rentas no salariales. O incluso he llegado a ver cuestionada la carencia material severa, diciendo que podría darse el caso de un vegetariano que no quisiese tener coche ni TV ni irse de vacaciones una semana al año y que por tanto no se le debería considerar pobre (el argumento es infame, pero os prometo que lo he leído). Rebatiendo cada caso individualmente y mostrando excepciones pretenden desmontar la metodología AROPE y sembrar confusión sobre la misma, buscando que la gente rechace su validez.
Estamos ante el típico caso donde una pequeña parte de verdad se vende como una impugnación a la totalidad en un claro ejercicio de manipulación. Es verdad que la tasa AROPE no es perfecta y que hay muchas situaciones que entran en ese grupo pero que si hiciésemos un análisis pormenorizado no las consideraríamos como riesgo de pobreza. Seguro que hay personas que durante un año no tienen ingresos pero que no los necesitan porque tienen ahorros y capital que no liquidan. También habrá personas que no trabajen y tengan rentas suficientes, o personas que trabajen en la economía sumergida y que por eso aparecen con escasos ingresos cuando realmente no los tienen tan bajos. Por supuesto que hay casos como estos entre los 13,3 millones de españoles que están en riesgo de pobreza según AROPE.
Pero a este argumento se puede desmontar fácilmente haciendo el ejercicio al revés. ¿Cuantas personas están objetivamente en riesgo de pobreza y, por cuestiones metodológicas, no se cuentan en la metodología AROPE? Probablemente muchas también. Por ejemplo, ¿cuantos hogares superarán el 60% de los ingresos medianos gracias a las pensiones que cobran los abuelos que viven en él? Estos hogares están en riesgo objetivo de pobreza porque en cuanto muera el pensionista entrarán indefectiblemente en él. Otro ejemplo ¿cuántas familias no están en carencia material severa porque sus padres les ayudan económicamente, les pagan las facturas cuando no pueden pagarlas o hasta las vacaciones? Seguro que todos conocemos casos así. O respecto a la baja intensidad del empleo, solo se contabilizan las personas hasta 59 años ¿No hay hogares con personas de entre 60 y 65 años con esa baja intensidad en el empleo y que no habrán sido contabilizados?
Pretender ridiculizar un índice por las excepciones o las anécdotas es absurdo, sobre todo cuando se pueden hacer las mismas excepciones en sentido contrario y a lo mejor nos encontramos con que la tasa AROPE no solo no está hinchada, sino que podría hasta quedarse corta.
Pero más allá de esto creo que es importante señalar muy bien qué mide AROPE y por qué sí es una medida adecuada. AROPE no mide la pobreza en un año concreto, mide el riesgo de pobreza que es algo más amplio pero quizá incluso más importante. Los ultra-liberales restan importancia al indicador por no contemplar sólo la pobreza de ese momento pero el riesgo de pobreza sostenido en el tiempo con altísima probabilidad se convierte en pobreza. Una cosa es que la tasa AROPE diese un resultado muy alto en un año aislado, eso podría ser un problema menor, pero cuando los valores se mantienen similares a lo largo de los años nos encontramos claramente ante un caldo de cultivo de la pobreza futura. En los últimos 6 años la tasa AROPE ha sido 26,1%-26,7%-27,2%-27,3%-29,2% y 28,6%, así que no estamos en una situación puntual sino en camino de ser estructural.
En la pobreza es fácil caer pero muy difícil salir. Que se mantengan en el tiempo hogares con ingresos por debajo del 60% de la mediana, con desempleos de larga duración o con carencias materiales severas es algo que “descuelga” del sistema a sus víctimas y que afecta a las siguientes generaciones. La riqueza y la pobreza se heredan en alto porcentaje, eso es algo que no debemos olvidar jamás. Las familias que están en riesgo permanente de pobreza pueden acabar insertas en el ciclo de la pobreza y, para sacarlas de allí, hacen falta esfuerzos titánicos que pueden durar más de una generación.
Pero en vez de preocuparse de este problema, algunos prefieren frivolizar quitando importancia a la pobreza relativa y el subempleo e incluso ponen en duda si la carencia material severa es lo suficientemente severa para ser considerada pobreza. Parece que a algunos cumplir cuatro de los nueve items que hacen entrar en carencia material severa les parecen pocos y argumentan que si fuesen cinco items entonces en vez de un 6,4% de los hogares abarcaría sólo a poco más de un 2%, y si fuesen seis items sólo al 0,6%…Pues sí, y si tuviesen que cumplirse los nueve items y, además, hubiese dormir con una cabra con piojos para ser pobre pues a lo mejor no había hogares pobres en España, pero es que resulta que los señores que han validado esta metodología han considerado cuatro para la carencia material severa, y la única alternativa “oficial” a esto es la Carencia material que es cumplir con tres de los nueve, algo que abarcaría alrededor del 17% de los hogares.
¿No nos gustan las cifras de pobreza? Pues decimos que el límite está mal y nos inventamos uno más bajo hasta que salga una cifra que nos guste más ¿Nos molestan las cifras de carencia material severa? Pues la reinterpretamos a conveniencia y metemos más ítems hasta que nos venga bien… Siempre hacen lo mismo, todo lo que muestra lo que no conviene a su dogma está mal, todo lo reinterpretan, ridiculizan y degradan en una estrategia destructiva y sectaria.
Los ultra-liberales son sospechosos habituales de la manipulación y el trilerismo numérico. Se inventan índices, agitan los números para crear ilusionismos al servicio de su causa, ignoran la desigualdad y hacen todo tipo de barbaridades ante el escándalo de quienes las leen. Pero banalizar la pobreza es probablemente de las cosas más feas que recuerdo. Quienes no pasamos necesidades no podemos frivolizar con estas cosas, hacerlo no es que demuestre ausencia absoluta de empatía es que quizá roce la sociopatía. No es moral, no es compasivo y no está bien.
Hablando de la compasión, me vienen a la cabeza unas palabras del filósofo José Sanmartín Esplugues en su libro Bancarrota Moral con las que me gustaría acabar: “No hay nada más alejado de la compasión que el individuo que se maneja con cifras y no quiere bajar al terreno de las personas y de sus padecimientos porque eso podría llevarle a desistir de las medidas que considera que ha de adoptar en nombre de un objetivo superior”. Sanmartín es un especialista en violencia, entendida ésta en todas sus vertientes, también la económica. Creo que algunos deberían leerle antes de dejarse llevar por los bajos instintos que les llevan a escribir al servicio de ese objetivo superior que creen perseguir.
Pedro Fresco, colaborador de econoNuestra.
Fuente:
http://blogs.publico.es/econonuestra/2016/12/27/los-ultraliberales-y-la-banalizacion-de-la-pobreza/
Como reacción a estos datos, todos los años encontramos articulistas y medios alineados con el ultra-liberalismo económico que se dedican a desprestigiar los datos del indicador AROPE y a decir que realmente la pobreza es mucho menor de lo que muestra el indicador, que según ellos sobredimensiona el riesgo de pobreza, insinuando que está mal hecho.
¿Cómo lo rebaten? Pues intentando señalar casos hipotéticos de personas que podrían estar en alguna de estas tres situaciones y que, sin embargo, no serían pobres ni estarían en riesgo de serlo. Por ejemplo, podría haber personas que ingresasen en un año menos de 8.000€ pero que viviesen en una casa en propiedad pagada y en una región donde el coste de la vida fuese bajo, en un caso así podría ponerse en duda que esa persona fuese realmente pobre o estuviese en riesgo de serlo. O respecto a la intensidad del trabajo argumentan que es posible que haya personas que trabajen pocas horas a la semana pero que cobrasen mucho dinero por hora o bien que recibiesen otro tipo de rentas no salariales. O incluso he llegado a ver cuestionada la carencia material severa, diciendo que podría darse el caso de un vegetariano que no quisiese tener coche ni TV ni irse de vacaciones una semana al año y que por tanto no se le debería considerar pobre (el argumento es infame, pero os prometo que lo he leído). Rebatiendo cada caso individualmente y mostrando excepciones pretenden desmontar la metodología AROPE y sembrar confusión sobre la misma, buscando que la gente rechace su validez.
Estamos ante el típico caso donde una pequeña parte de verdad se vende como una impugnación a la totalidad en un claro ejercicio de manipulación. Es verdad que la tasa AROPE no es perfecta y que hay muchas situaciones que entran en ese grupo pero que si hiciésemos un análisis pormenorizado no las consideraríamos como riesgo de pobreza. Seguro que hay personas que durante un año no tienen ingresos pero que no los necesitan porque tienen ahorros y capital que no liquidan. También habrá personas que no trabajen y tengan rentas suficientes, o personas que trabajen en la economía sumergida y que por eso aparecen con escasos ingresos cuando realmente no los tienen tan bajos. Por supuesto que hay casos como estos entre los 13,3 millones de españoles que están en riesgo de pobreza según AROPE.
Pero a este argumento se puede desmontar fácilmente haciendo el ejercicio al revés. ¿Cuantas personas están objetivamente en riesgo de pobreza y, por cuestiones metodológicas, no se cuentan en la metodología AROPE? Probablemente muchas también. Por ejemplo, ¿cuantos hogares superarán el 60% de los ingresos medianos gracias a las pensiones que cobran los abuelos que viven en él? Estos hogares están en riesgo objetivo de pobreza porque en cuanto muera el pensionista entrarán indefectiblemente en él. Otro ejemplo ¿cuántas familias no están en carencia material severa porque sus padres les ayudan económicamente, les pagan las facturas cuando no pueden pagarlas o hasta las vacaciones? Seguro que todos conocemos casos así. O respecto a la baja intensidad del empleo, solo se contabilizan las personas hasta 59 años ¿No hay hogares con personas de entre 60 y 65 años con esa baja intensidad en el empleo y que no habrán sido contabilizados?
Pretender ridiculizar un índice por las excepciones o las anécdotas es absurdo, sobre todo cuando se pueden hacer las mismas excepciones en sentido contrario y a lo mejor nos encontramos con que la tasa AROPE no solo no está hinchada, sino que podría hasta quedarse corta.
Pero más allá de esto creo que es importante señalar muy bien qué mide AROPE y por qué sí es una medida adecuada. AROPE no mide la pobreza en un año concreto, mide el riesgo de pobreza que es algo más amplio pero quizá incluso más importante. Los ultra-liberales restan importancia al indicador por no contemplar sólo la pobreza de ese momento pero el riesgo de pobreza sostenido en el tiempo con altísima probabilidad se convierte en pobreza. Una cosa es que la tasa AROPE diese un resultado muy alto en un año aislado, eso podría ser un problema menor, pero cuando los valores se mantienen similares a lo largo de los años nos encontramos claramente ante un caldo de cultivo de la pobreza futura. En los últimos 6 años la tasa AROPE ha sido 26,1%-26,7%-27,2%-27,3%-29,2% y 28,6%, así que no estamos en una situación puntual sino en camino de ser estructural.
En la pobreza es fácil caer pero muy difícil salir. Que se mantengan en el tiempo hogares con ingresos por debajo del 60% de la mediana, con desempleos de larga duración o con carencias materiales severas es algo que “descuelga” del sistema a sus víctimas y que afecta a las siguientes generaciones. La riqueza y la pobreza se heredan en alto porcentaje, eso es algo que no debemos olvidar jamás. Las familias que están en riesgo permanente de pobreza pueden acabar insertas en el ciclo de la pobreza y, para sacarlas de allí, hacen falta esfuerzos titánicos que pueden durar más de una generación.
Pero en vez de preocuparse de este problema, algunos prefieren frivolizar quitando importancia a la pobreza relativa y el subempleo e incluso ponen en duda si la carencia material severa es lo suficientemente severa para ser considerada pobreza. Parece que a algunos cumplir cuatro de los nueve items que hacen entrar en carencia material severa les parecen pocos y argumentan que si fuesen cinco items entonces en vez de un 6,4% de los hogares abarcaría sólo a poco más de un 2%, y si fuesen seis items sólo al 0,6%…Pues sí, y si tuviesen que cumplirse los nueve items y, además, hubiese dormir con una cabra con piojos para ser pobre pues a lo mejor no había hogares pobres en España, pero es que resulta que los señores que han validado esta metodología han considerado cuatro para la carencia material severa, y la única alternativa “oficial” a esto es la Carencia material que es cumplir con tres de los nueve, algo que abarcaría alrededor del 17% de los hogares.
¿No nos gustan las cifras de pobreza? Pues decimos que el límite está mal y nos inventamos uno más bajo hasta que salga una cifra que nos guste más ¿Nos molestan las cifras de carencia material severa? Pues la reinterpretamos a conveniencia y metemos más ítems hasta que nos venga bien… Siempre hacen lo mismo, todo lo que muestra lo que no conviene a su dogma está mal, todo lo reinterpretan, ridiculizan y degradan en una estrategia destructiva y sectaria.
Los ultra-liberales son sospechosos habituales de la manipulación y el trilerismo numérico. Se inventan índices, agitan los números para crear ilusionismos al servicio de su causa, ignoran la desigualdad y hacen todo tipo de barbaridades ante el escándalo de quienes las leen. Pero banalizar la pobreza es probablemente de las cosas más feas que recuerdo. Quienes no pasamos necesidades no podemos frivolizar con estas cosas, hacerlo no es que demuestre ausencia absoluta de empatía es que quizá roce la sociopatía. No es moral, no es compasivo y no está bien.
Hablando de la compasión, me vienen a la cabeza unas palabras del filósofo José Sanmartín Esplugues en su libro Bancarrota Moral con las que me gustaría acabar: “No hay nada más alejado de la compasión que el individuo que se maneja con cifras y no quiere bajar al terreno de las personas y de sus padecimientos porque eso podría llevarle a desistir de las medidas que considera que ha de adoptar en nombre de un objetivo superior”. Sanmartín es un especialista en violencia, entendida ésta en todas sus vertientes, también la económica. Creo que algunos deberían leerle antes de dejarse llevar por los bajos instintos que les llevan a escribir al servicio de ese objetivo superior que creen perseguir.
Pedro Fresco, colaborador de econoNuestra.
Fuente:
http://blogs.publico.es/econonuestra/2016/12/27/los-ultraliberales-y-la-banalizacion-de-la-pobreza/
miércoles, 12 de febrero de 2014
Profesores de la UPV lanzan el manifiesto "Por una economía al servicio de las personas"
Los docentes plantean que las alternativas a la salida de la crisis no deben ser excluyentes y deben sustentarse en la equidad, la transparencia, la democracia y la cohesión social.
El próximo 3 de marzo se celebrará en Bilbao el Global Forum Spain, un foro económico internacional organizado por el ministerio de Economía y el Club de Exportadores e Inversores Españoles en el que se hablará de crecimiento y competitividad. En la cita participarán importantes personalidades de la economía y de la política. Ante la celebración de este foro, un grupo de profesores de Economía de la Universidad del País Vasco (UPV) ha lanzado un manifiesto cuyo título ya es muy significativo: Por una economía al servicio de las personas.
"Creemos que vivimos circunstancias excepcionales en las que, como ha sucedido en otras ocasiones, también excepcionales, es oportuno que desde nuestro ámbito nos pronunciemos en medio de tanto desconcierto e incertidumbre", señalan los impulsores del manifiesto para justificar la publicación del documento. Y añaden: "Somos plenamente conscientes del pluralismo y del debate de ideas existente en el ámbito económico, tanto dentro de la academia como fuera de ella. Por consiguiente, hemos tratado de evitar planteamientos excluyentes, centrando la atención en dos ideas fundamentales: la necesidad de huir de los dogmas a la hora de buscar alternativas; y la necesidad de que estas se sustenten en la búsqueda de la equidad, la transparencia, la democracia y la cohesiónsocial".
En cuanto al manifiesto en sí, los profesores de la UPV sostienen que hay que apostar por la equidad y que "la competitividad no puede ser un fin en sí misma". Defienden una Europa "equilibrada social y territorialmente", más democracia y transparente. Afirman que las finanzas públicas "no son el origen de la crisis" y que ésta es sobre todo una crisis social.
Sus impulsores quieren dar la máxima visibilidad al manifiesto, sobre todo del mundo académico, y por eso reclaman la adhesión de sus colegas docentes. Muchos ya lo han hecho, entre ellos, los profesores vinculados a la asociación EconoNuestra, cuyo blog está alojado en Público.
Si quieres apoyar el manifiesto Por una economía al servicio de las personas, puedes firmar aquí.
Fuente: Público
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