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sábado, 27 de mayo de 2023

Un deseo no es un derecho

El extraordinario caso de la actriz española Ana Obregón ha puesto sobre el tapete el fenómeno de la gestación subrogada (un eufemismo, tramposo como lo son todos), también conocido como vientre de alquiler, expresión que describe con mayor precisión el hecho al que se refiere.

Al parecer, su hijo Alejandro Lequio Obregón, una semana antes de morir, dejó un testamento ológrafo en el que manifestaba su voluntad de convertirse en padre, a través de la donación de semen y la colaboración de una mujer que prestase su óvulo y su vientre para la gestación.

La argucia de viajar a un país en el que es legal la gestación subrogada tendría fácil solución si no existiese la posibilidad de inscribir a la nueva criatura en un país que la prohíbe. Una vez más, hecha la ley, hecha la trampa. Una cosa es la legalidad y otra, a veces muy diferente, es la ética del proceder humano.

Como en España está prohibida la gestación subrogada, la actriz acudió a Miami, primero para firmar el contrato mediante el pago de una importante cantidad (he leído que Ana Obregón pagó 170000 euros, aunque no toda la cantidad sería para la mujer gestante) y luego para recoger a la niña a la que ha puesto los nombres de Ana Sandra y los apellidos Lequio Obregón. Esta niña es nieta biológica de Ana ya que el embrión gestado se ha fecundado con esperma de su hijo, fallecido de cáncer a la edad de veinticinco años y, a la vez, hija por el contrato firmado por la actriz con la madre gestante.

He leído mucho, para escribir este artículo. He conocido los argumentos de algunas feministas clásicas (Amelia Valcárcel, por ejemplo, reconocida filósofa y escritora) sobre su postura contraria a la gestación subrogada. Dice Amelia que no hay ni un solo resquicio argumental que, desde el pensamiento feminista, justifique esta práctica. Con sus palabras textuales: “Todos los argumentos que buscan dar legitimidad social a este fenómeno se basan en la división cuerpo-mente, y lo que tenemos es un cuerpo que ha favorecido la existencia de otro, pero no la afiliación del mismo. Esa madre es madre solo del cuerpo, y ni si quiera de todo él, porque la intención de dar vida a otra persona ni siquiera es suya”.

He leído también, aunque sin mucho detenimiento el libro inconcluso que dejó escrito Alex Lequio y que ha completado su madre Ana Obregón. El idilio de amor materno filial entre este hijo único fallecido y su madre, coronado por el dramático fallecimiento, no justifica, a mi juicio, la iniciativa del encargo. Una vez más hay que recordar que el fin no justifica éticamente los medios.

Hay en el caso cuestiones legales, éticas, económicas, psicológicas y sociales. No todo lo que técnicamente se puede hacer es legal y ético hacerlo. Por otra parte, todo tiene consecuencias para las personas interesadas y para la sociedad en general. Hay prácticas más racionales que otras. Hay prácticas más éticas que otras.

No hay que desdeñar las dimensiones publicitarias del caso. La niña ya ha sido portada de varias revistas. Y lo será en el futuro. Ya se habla del bautizo de la niña, antes del regreso de ambas a España. También ha sido portada de revistas, curiosamente, la madre gestante. Todo es negocio.

En esta historia existen cuestiones decisivas relacionadas con, al menos, seis personas: el donante, la que contrata, la gestante, el marido de la gestante, la niña y el abuelo a la fuerza. Y al hilo de la historia se han involucrado los medios de comunicación y la sociedad entera. Durante unos días ha sido el tema de conversación de toda la ciudadanía.

Cuando crezca esa niña, ¿qué pensará de su popularidad? Le tendrán que contar la verdad. Habrá que explicarle que su padre estaba muerto antes de que ella naciera y que su madre biológica la gestó en un país remoto por un puñado de dinero.

La también actriz española Anabel Alonso ha dicho que se trata de una niña comprada y vendida. Comprada a la madre gestante y vendida a la revista Hola en la que ha aparecido a los pocos días de nacer.

¿Cuáles son los motivos que llevan a una mujer a la decisión de buscar a otra mujer para que geste a una criatura? En el caso de Ana Obregón ella ha dicho que fue una promesa que le hizo a su hijo, pero también que de esa forma ya nunca estaría sola y que a través de la niña podría abrazar a su hijo. Creo que debemos tener hijos para hacerlos felices, no para que ellos nos hagan felices a nosotros. Un hijo no está para hacer felices a los padres sino para que los padres le hagan feliz.

En España es ilegal practicar la gestación subrogada. No faltan argumentos. El cuerpo de la mujer no se comprar ni alquilar. De ahí la decisión de Ana Obregón de viajar a un país donde es legal.

Existe también en este caso el problema de la edad de la que ha de convertirse en su madre. Ana Obregón tiene 68 años. En el caso de la adopción no se pueden tener más de 45. Se entiende que una edad tardía hace, por la ley de la vida, que esa criatura se quede huérfana demasiado pronto y que la persona de edad pueda no estar en condiciones de relacionarse con la niña (y luego con la adolescente) de una forma satisfactoria. El abismo generacional es difícil de saltar.

¿Cómo no plantear el problema de que la mujer que acepta la gestación y pasa nueve meses con el feto dentro de su cuerpo, prescinda luego de su presencia y de su cuidado? Lo ha firmado, sí. Lo ha querido hacer así. Pero, ¿esa voluntariedad es plena cuando está tan mediatizada por la necesidad?

Creo que la mejor solución para una persona o una pareja (del tipo que sea) que quiere tener un hijo es la adopción. Hay muchos niños necesitados de amor y de cuidado. Por eso sería deseable que los trámites de la adopción no fuesen tan largos y tan complejos.

¿Qué pasa en el caso de que haya un embarazo en cuya evolución se detecta una deformación o una discapacidad y la persona que ha hecho la demanda no quiere que siga adelante? ¿Tiene la obligación la madre gestante de abortar?

Creo que hacen falta muchos estudios sobre este proceso, sobre las repercusiones psicológicas de todas las personas que intervienen en él, especialmente de la mujer gestante, el bebé traído a este mundo y la persona que lo ha contratado.

No cabe la menor duda de que se trata de una transacción comercial que cosifica al bebé, que se convierte en una mercancía. La gestación subrogada es otra forma de dominación y de explotación de la mujer. Si la madre gestante no tuviera necesidad de dinero, no se produciría el hecho en la inmensa mayoría de los casos. Está claro que se trata de una explotación del cuerpo de la mujer. Hay quien plantea como aceptable la gestación altruista, es decir en la que no haya compensación económica. Estoy seguro de que, de ser así, disminuiría el fenómeno porque está muy claro que la inmensa mayoría de las mujeres gestantes han asumido esa tarea por la necesidad económica que están sufriendo. Pero, de todos modos, la naturaleza del fenómeno sería la misma: habría entonces un alquiler gratuito del vientre. ¿Cambia algo esencial ese condicionante? Creo que no.

No se puede hacer todo lo que se desea en nombre de la libertad. Creo que ni la mujer gestante ni la proponente (o el proponente) pueden comerciar con el bebé que se concibe, se gesta y al que se da a luz.

Con palabras de Amelia Valcárcel: ‘Mi cuerpo es mío’ es un eslogan, afortunado por cierto, pero no es un fundamento de derecho. No puedes decir mi cuerpo es mío para quedarte con el de otra persona. Lo más terrible que ocurre en este submundo que muchas personas quieren crear es querer utilizar el más hermoso de los nombres, que es el de la libertad, para avalar semejante asunto. Eso es lo más repugnante”. 

El Adarve.

lunes, 3 de abril de 2023

_- Vientres de alquiler. La legislación española prohíbe esta práctica y la considera una forma de violencia contra las mujeres

_- La noticia de que la actriz y presentadora Ana Obregón, de 68 años, había decidido ser madre de nuevo por el procedimiento de un vientre de alquiler en Estados Unidos ha reabierto el debate en la política y en la sociedad sobre esta práctica prohibida en España, pero legal en otros países. El fracaso en 2019 del intento de Ciudadanos para legalizarla fue el último episodio. La ley de reproducción asistida de 2006 establece que cualquier contrato de esa naturaleza será nulo, y la reciente reforma de la ley del aborto califica expresamente la contratación de un vientre de alquiler como una forma de violencia contra las mujeres, en consonancia con organismos multilaterales. Pero la posibilidad de recurrir a ese método en países donde está legalizado plantea una incongruencia entre la regulación legal vigente y su efectivo cumplimiento. Desde que una instrucción de la Dirección General de Registros y del Notariado permitió, en aras del interés del menor, que pudieran registrarse en España los niños nacidos en otro país, son muchas las parejas, y los hombres y mujeres que han recurrido a un vientre de alquiler para sortear la prohibición.

 Al calor del impacto mediático del caso Obregón, la dirección del PP se precipitó a plantear primero la conveniencia de estudiar una posible regulación de la gestión subrogada altruista, es decir, sin compensación económica, para rectificar después ante la división interna suscitada. Pero las razones para mantener la prohibición son plenamente vigentes. La experiencia de los pocos países que la han regulado indica claramente que los problemas éticos que plantea no se resuelven con una regulación más o menos restrictiva. La cuestión es que su legalización comporta siempre una mercantilización del proceso reproductivo y una explotación inaceptable del cuerpo de la mujer. Los casos de gestación subrogada altruista son testimoniales y en cambio, se genera un comercio de bebés a la carta y un gran negocio de intermediación. En la inmensa mayoría de los casos las gestantes son mujeres pobres que encuentran en la cesión de su capacidad reproductiva una fuente de ingresos. Cuando la vulnerabilidad económica es el factor determinante, no se puede hablar de libertad ni de autonomía de las mujeres para decidir sobre su cuerpo. En el momento en que media una transacción económica, el proceso se corrompe por un mecanismo de explotación social que es prácticamente inevitable.

Las técnicas de reproducción asistida permiten superar los límites naturales de la fertilidad y, tal como se aplican en Estados Unidos, lo hacen sin plantearse una edad límite o las condiciones en que se debe permitir el acceso a esta práctica para garantizar la protección del bebé. Por motivos altruistas puede ser humanamente comprensible en algún caso, e incluso cabe estipular circunstancias muy excepcionales para hacerlo, como propone el nuevo Código de Deontología Médica aprobado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y presentado el jueves, pero no debe poner en riesgo la seguridad y el bienestar del menor. Esa es la razón por la que en los procesos de adopción se analizan la motivación y la idoneidad de los aspirantes, y se exige que la diferencia de edad entre el niño y los padres adoptivos no supere los 45 años. En el caso de los vientres de alquiler se ha caminado a una banalización de la técnica, con cada vez más casos de modelos, famosos o ricos sin más que recurren a un vientre de alquiler por conveniencia profesional o para preservar su cuerpo de los efectos de un embarazo. La maternidad o la paternidad pueden ser un deseo legítimo, pero no prevalecen sobre el derecho del niño concebido ni sobre los derechos humanos de las mujeres.

viernes, 31 de marzo de 2023

Ningún 'comprabebés' es mejor que Anita.

Comerciar con el ser humano es una aberración. Sólo no lo es para quienes consideran que el dinero es el dios ante el que se arrodillan la razón y la biología, la mente y el cuerpo

— Ana Obregón reaviva la polémica sobre la gestación subrogada en España: ilegal salvo que tengas dinero para hacerlo fuera.

El contrato de gestación es ilícito en virtud de la indignidad de su contenido ontológico
Francisco Lledó

Anita no es peor que cualquier otro compra bebés.

Las circunstancias concretas no alteran el juicio sobre la conveniencia de permitir que el dinero compre a mujeres pobres para sustituir lo que la naturaleza no permite o, incluso, para satisfacer los deseos de las que pueden pero no quieren. En esto deberían coincidir todos aquellos que no adoran al dios dinero ni al dios deseo.

Ordalías televisivas. Juicios tumultuarios. Linchamientos. Todo tan entretenido como en los albores de la humanidad. Juzgar y condenar es el hobby perfecto de toda sociedad. En bandería es más fácil perder el sentido del análisis ético y del principio moral para caer en un despelleje vil e irracional de personas concretas, sin ser capaces de centrar el verdadero problema y sin reconocer que una vez hallada la solución moral ésta debe ser universalmente válida. Imperativo categórico: Actúa de modo y manera que la máxima de tu voluntad pueda ser elevada a ley de categoría universal. Resumen, lo que valga para uno, vale para todos; lo que no valga para uno, no vale para ninguno. Tomen nota. Cuando se alcance el principio general, y sólo entonces, se podrá aplicar al caso particular.

Comprar gestaciones no es moral. La biología humana no puede ser sujeto de compraventa. Los bebés no se compran ni se venden. Los gametos no se compran y se venden. Los úteros no se compran ni se alquilan. Los órganos no salen a subasta. Los cuerpos de las mujeres no son objetos sujetos a negocios jurídicos de compra, venta y alquiler. Subrogar es un acto por el que una persona sustituye a otra en los derechos y obligaciones propios de determinada relación jurídica; la maternidad no es una mera relación jurídica. Como bien dice Lledó: “el contrato de gestación es un contrato ilícito en virtud de la indignidad de su contenido ontológico, al pretender erigir a la persona en objeto del contrato, cual si se tratara de algo material y patrimonializable”. Un bebé no es patrimonializable, no puede pasar a forma parte de los bienes de otro. Por ese motivo la ley española (14/2006) considera en su artículo 10 que “será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero”. Da igual desde dónde se contemple -desde el feminismo, desde la religión, desde la legalidad, desde la filosofía, desde la ética laica- comprar crías humanas no es aceptable. Comerciar con el ser humano es una aberración. Sólo no lo es para quienes consideran que el dinero es el dios ante el que se arrodillan la razón y la biología, la mente y el cuerpo; sólo no lo es para los que creen que su mero deseo hace girar al mundo. Narcisistas y adoradores de Mammón.

El hecho es uno y su moralidad o aceptación no depende de las circunstancias que lo rodean, de si nos cae bien el colectivo que lo realiza o no, de la edad, de la riqueza del actuante, de su desesperación o de la magnitud de sus ansías. Nada de eso altera el juicio moral y ético sobre un acto. El caso de Ana Obregón ha desatado una oleada de críticas de proporciones bestiales, incluso de sectores a los que no se vio criticar así ni a Miguel Bosé ni a Ricky Martin ni a Kike Sarasola ni a Miguel Poveda o Tamara Gorro. Muchos de los que berrean hoy contra Anita no lo harían si se tratara de un matrimonio de hombres o de una pareja heterosexual que no consiguiera concebir. Mas todos esos casos son iguales: la obtención por dinero de lo que la biología no permite alcanzar. Así que a muchos no es que les importa la ilicitud de la utilización espuria del cuerpo de las mujeres o la explotación de su necesidad sino que están criticando otras cositas contra las que, ahí sí, yo me voy a manifestar.

La edad de una mujer. A Anita le ha caído la del pulpo, según chillan algunos, no por explotar a otras mujeres sino por su edad (68). La propia Ana Rosa Quintana se ha despachado poniendo el foco en ese aspecto y no en la compra mediante precio de un bebé que no se puede obtener de otra manera. Este aspecto es importante porque cuando un hombre de esa edad o superior consigue engendrar de forma natural, no se produce este debate. También se la liaron a una médica gallega, Lina Álvarez, porque parió, ella sí, a una hija a los 62 con ayuda de la ciencia. Lo gestó y lo parió pero dijeron que era muy mayor. Eso es edadismo. A Obregón me la critican por lo que ha hecho y no por la edad de la mujer que lo ha hecho. Lo contrario es machismo. A Lina no me la critican porque no ha explotado a nadie y porque si no lo hacen con los ancianos que fecundan jovencitas, tampoco lo hacen con ella. Además si consideran que una mujer mayor de 60 no puede cuidar a un niño ¡dejen de tirar de las abuelas para ello!

No existe un derecho a cumplir los deseos. No existe un derecho a tener hijos. La biología se niega a que en muchos casos el amor sea fértil, por mil causas, incluido el hecho de que dos hombres pueden amarse pero no pueden procrear. Así son las cosas. Si lo admiten para unos, tendrán que admitirlo para todos y con todas las consecuencias, incluida la de que en unos años ni una mujer de clase alta estropee su cuerpo o su carrera con un embarazo. Si lo rechazan para este caso, tendrán que rechazarlo igualmente para el caso del matrimonio hetero que lo ha probado todo y que se acaba yendo a comprar el cuerpo de una ucraniana para tener un bebé blanquito y rubio. Lo que no pueden hacer es la trampa que intenta el PP y la espabilada de Villacís: vale sí, pero sólo si lo gesta un unicornio. Porque lo cierto es que la existencia de mujeres que ofrezcan su cuerpo durante nueve meses -con todas las consecuencias físicas derivadas de ello- y regalen un parto es igual de creíble que la de los seres mitológicos con cuerno.

En España lo que acaba de hacer Obregón, como tantos otros, no es lícito. Lo que sucede es que por vía de hecho acaba siéndolo. Recuerden la que se lió cuando la ministra Delgado intentó paralizar la filiación de los bebés procedentes de vientres de alquiler. Se la liaron parda. El mayor interés del menor es lo que se alega, porque un bebé tiene derecho a tener unos padres y un nombre y una nacionalidad. Mientras exista ese coladero, la legislación española será papel mojado y sólo se aplicará a los pringados. Acaba la policía de actuar en dos casos en una semana para impedir casos de bebés de vientre de alquiler en territorio patrio. Eran pringadetes, claro, habían pagado 3.000 euros por el bebé, pero su acto era exactamente igual de execrable que el de quien ha pagado 170.000.

Una mujer no es un vientre. El ser humano no se patrimonializa.

Ningún compra bebés, ningún explota mujeres, es mejor que Anita.

martes, 27 de agosto de 2019

Entrevista a Gemma Bravo. "Los vientres de alquiler nada tienen que ver con la libertad o el altruismo, sino con la pobreza y la marginación"

Nuria Coronado Sopeña
Público

La activista revela la maquinaria que hay detrás de la explotación reproductiva de las mujeres. "La pérdida del útero de una madre que gesta para otros se indemniza con 2.000 euros”.

Ha perdido la cuenta de las veces que Twitter le ha cancelado su perfil por el ataque de los lobbies pro-vientres, pero a Gemma Bravo es lo que menos le importa. Su denuncia puede más que cualquier censura. Luchar contra la mercantilización del cuerpo de las mujeres, tanto en la prostitución como en los vientres de alquiler, es su apuesta personal y sonora por un mundo en paz para la mitad de la población.

Los insultos que recibe en las redes sociales hacen si cabe más fuerte a quien tiene muy claro que solo con feminismo el mundo dejará de ser desigual. Gemma Bravo, cada día se levanta y se acuesta con una meta: “Denunciar todo lo que huela a proxenetismo reproductivo”, dice.

Por eso lleva cerca de cinco años investigando y batallando para destapar “las vergüenzas de quienes pretenden seguir haciendo del cuerpo de la mujer un lugar en venta o alquiler. No podemos permitir que las mujeres más vulnerables cedan su cuerpo como si fuera un recipiente a quienes con dinero compran su capricho de familia y no respetan los Derechos Humanos ni la dignidad de quienes solo tienen pobreza absoluta”, explica.

"En India, Tailandia, México o Nepal también se 'vendían' las noticias de que los españoles estaban atrapados en un limbo legal. Los explotadores campan a sus anchas hasta que empieza a conocerse su malas praxis"

Su lucha la hace como feminista y “estando del lado del enemigo”. Es decir, infiltrándose en foros, asociaciones y en las propias agencias como falsa clienta. Para Bravo, investigar es la mejor baza para combatir una realidad en la que muchas más mujeres de las que hay ahora pueden acabar como en el Cuento de la criada de Margaret Atwood.

Un ejemplo de sus investigaciones es el contacto que hizo recientemente con una cuenta de Twitter (MaiteArboles ) que supuestamente da asesoramiento gratuito y sin compromiso sobre gestación subrogada. “Nuestra experiencia nos ha hecho aprender a lo largo del camino que nos llevó a ser padres mediante GS. Hoy, queremos ayudar a todos lo que necesitéis información sobre como tramitamos todo el proceso”, tal y como se puede leer públicamente.

Sin embargo, con lo que Gemma se encontró es que la pareja en realidad es mediadora de una agencia de vientres de alquiler. “Hace ya un tiempo, vi esa cuenta por Twitter , ofrecían, como pareja que supuestamente había recurrido a los vientres de alquiler, ayuda e información a personas que quisieran iniciar este proceso. Realmente pensé que era eso, desde su experiencia, lo que no imaginaba que eran de una agencia de vientres de alquiler”, cuenta. Sin escrúpulos, solo hace falta dinero.

Sin escrúpulos, solo hace falta dinero
Para saber más sobre dicha cuenta y lo que ofrecían se hizo pasar como interesada junto a su supuesta pareja (de 54 y 52 años). “Empecé enviando un mail para preguntar”, reconoce a Público . Como si se tratara de una empresa con la mejor atención al cliente tuvo respuesta de manera inmediata, “en el mismo día al ratito de escribirla ya me estaban contestando”. La edad no fue inconveniente alguno. “Quería comprobar si existe algún límite en este mercado o todo es válido si mi cartera tiene posibles clientes. Por la edad no había ningún problema fue la respuesta que recibí”, reconoce.

"El entramado de este negocio es un nicho de mercado para abogados, clínicas, agencias, psicólogos, agencias de gestantes, financieras…"
Para Bravo el que estas parejas acaben siendo intermediarias es comparable a otra situación. La del consumidor de drogas que acaba convirtiéndose en camello y así extiende la actividad a nuevos compradores. “Casi todas las agencias que trabajan aquí están constituidas o formadas por explotadores reproductivos. Uno de sus ganchos de presentación es: nosotros también somos padres por gestación subrogada y entendemos la oportunidad y los retos que la gestación subrogada ofrece. Gerentes, coordinadores y una larga lista de puestos están ocupados por los mismos explotadores reproductivos. Incluso la portavoz de la última crisis de los bebés de Ucrania trabaja para una agencia”, explica.

Tras preguntar a esta “madre” sobre los lugares más recomendables para llevar a cabo todo, lo que Gemma recibió en su correo fue información de Gestavida, una agencia que curiosamente se publicita diciendo que tienen “larga experiencia en adopción internacional”, para a continuación añadir que también son expertos “en gestación subrogada, por lo que estaremos a vuestro lado en todo momento, para que tengáis con nosotros la confianza necesaria y la garantía de éxito asegurada”.

Recibió dos folletos. Uno para Florida (Estados Unidos) y otro para Ucrania. “A Florida le dije que lo descartaba porque se nos iba del presupuesto, eran 177.500 dólares, pero Ucrania podía estar bien ya que la cantidad era más asequible. Unos 58.500 euros”, explica.

Un mercado con “mucha importancia a la genética”
Además, viendo el folleto de Ucrania, la opción calidad/precio que se ofertaba a Gemma le pareció el lugar más adecuado para seguir investigando. “El programa de Gestación Subroga en Ucrania, se lleva a cabo en clínicas de fertilidad que son consideradas como clínicas de primer nivel dentro del país. Actualmente Gestavida colabora con dos clínicas que se encuentran en la ciudad de Kiev. Muchas familias han conseguido su sueño de ser padres gracias a la profesionalidad de las doctoras que llevan los casos de gestación subrogada. Se le da mucha importancia a la genética , por lo que, a diferencia de otras clínicas, ambas tienen su propio laboratorio genético que realiza todas las pruebas necesarias para descartar alteraciones cromosómicas en los embriones. Los embriones nunca salen de la clínica”, tal y como reza en la publicidad recibida.

El precio del paquete ucraniano incluye los exámenes médicos y valoración psicológica de la gestante, los gastos de desplazamiento y manutención y una compensación para la madre. “De lo que se le pagaría a ella no me comentaron. Si me dijeron que no estaba obligada a conocerla, pero si lo deseaba tenía la opción de hacerlo por Skype y verla en cada prueba médica”, recuerda.

Tras la información Bravo preguntó por los problemas que están teniendo en Ucrania las parejas y su interlocutora le dijo que no se preocupase, que no eran tales y que podrían hablar con el abogado, un tal Arturo, quien se encargaría de resolver todas sus dudas sin coste alguno. “Se trabaja con sentencia judicial de filiación para inscribir a los bebés y no tener problemas para volver a casa. Es lo que la ley española reclama y contempla para que todo sea correcto”, tal y como explicaron a Bravo.

Conversación de Gemma Bravo con la intermediaria de la explotación de mujeres donde ofrece asesoría legal.

El asesoramiento legal es algo muy a destacar. ¿Saben saltarse la ley?
Por supuesto. Escuchamos muchas veces, incluso a Ciudadanos, la petición de legislar sobre vientres de alquiler. En España esta práctica aberrante está legislada. Es contrato nulo, la filiación se determina por el parto (madre es quien pare), pero, dentro de ese artículo 10 sobre gestación por sustitución donde aparece lo anterior, tenemos el punto número 3 del cual, los explotadores reproductivos están haciendo uso. En él se habla de “la reclamación de la paternidad respecto al padre biológico”. La misma ley que lo prohíbe, les da la trampa hecha . En países sin filiación por sentencia judicial, como Ucrania, bastaba con una prueba de ADN para verificar que es el explotador reproductivo es el padre biológico. Una vez aquí, su mujer, adopta al hijo nacido de una relación extramatrimonial de su marido y ya está conseguido.

Llama la atención la formalización de contrato con la gestante en Ucrania, validado por notario. Todo es un continuo chorreo de dinero…

Si bien nos limitamos prácticamente a hablar de gestantes y explotadores reproductivos, el entramado de este negocio es un nicho de mercado para abogados, clínicas, agencias, psicólogos, agencias de gestantes, financieras… En algunos países comerciales, si equiparamos quién gana más, la agencia saldría mayor beneficiada que la propia gestante, sin la cual, el proceso sería imposible.

Curioso que dentro del paquete de Ucrania la cesárea y la recuperación de la misma no estén incluidas, o que en el caso de Florida se hable de compensación por embarazo gemelar. ¿Cuánto de ese dinero se les da a las madres de verdad?

Muchas agencias, a no ser que sea un “Paquete Vip todo incluido, desglosan todo por precios, somos productos por los que pagar o indemnizar según nuestra parte del cuerpo. La pérdida del útero por ejemplo se indemniza con 2.000 euros . Con los partos gemelares pasa igual, o es un todo incluido, o uno de los gemelos te sale por 4.000 euros más. Este es un mercado del 2x1.

¿Y lo de la incubadora “consultar precio”?
Pues así es este negocio. Lo mismo que te regalan un carrito de bebé al terminar el proceso o un móvil durante el mismo, que te cobran la incubadora con precio a estipular en cada caso.

¿Los compradores son conscientes del riesgo de la salud que corren las madres y los bebés en el embarazo?
Realmente creo que son conscientes de todo: los riesgos, la mala praxis existente y la explotación del negocio. Como me comentó una vez un explotador reproductivo: “son dos mujeres que se ayudan mutuamente, una tiene la necesidad de ser madre, una no puede tener hijos y la otra no tiene dinero para mantener a sus hijos y comprarse una casa “. Son conscientes de que las madres son mujeres con necesidad económica.

Con lo que se acaba de destapar en Kiev de tráfico de menores, inseguridad… ¿Ucrania va a dejar de ser el punto low-cost de la explotación reproductiva para continuar en otros países?
En Ucrania está pasando lo que ya pasó en su día en India, Tailandia, México o Nepal, por ejemplo, curiosamente en esos países también tuvimos lo que venden en las noticias de que los españoles están atrapados en un limbo legal. Las agencias, clínicas, explotadores reproductivos campan a sus anchas hasta que empiezan a saltar noticias en los medios, sobre las malas praxis y explotaciones a las que se somete a las mujeres, como pasó en los países citados. Y Ucrania, pienso y creo, que se unirá pronto a esa lista de países.

También se habla de “mordidas” que están pagando los compradores de bebés para poder salir de Ucrania con ellos

También, lo han reconocido hasta ellos en alguna ocasión. Pero quien no tiene escrúpulos a la hora de pagar a una mujer para comprarse un hijo biológico, puedes imaginar que no les importa pagar por un papel.

Hace poco intervino en la jornada #NoSomosHornos y exigió al Gobierno que cumpliera la ley, y que incluso detuviese a los “padres y madres de intención” nada más pisar un aeropuerto con el bebé e incluso la cárcel…

Según nuestras leyes las agencias de una actividad ilegal como esta, no podrían estar practicando en España. Y tenemos agencias de alquiler e intermediarios en muchas ciudades españolas. Según nuestras leyes, es un contrato nulo, pero en 2010 se creó una instrucción [en el Ministerio de Justicia ] para inscribir a los nacidos por vientres de alquiler en el extranjero. Si esa instrucción se anula, cerraría parte de la explotación existente. Creo que tenemos que dejar de respetar a quien delinque, y los explotadores reproductivos lo hacen . Es una práctica que no tiene cabida en nuestro ordenamiento jurídico y se les permiten demasiadas licencias, bajo penas y fobias inexistentes. No creo que una persona que comete un delito así, tenga derecho a tener bajo su responsabilidad un menor, en este país las listas de espera para adopción son largas y cualquiera de ellos quiere cuidar un menor, ser padre, madre, sin importar carga genética. Y si, según pasen por el aeropuerto detenidos, tal y como dice el Ministerio de Justicia han cometido una ilegalidad , pues ya saben las consecuencias: ¡cárcel!

¿Cómo debemos ver a las mujeres que son explotadas?
Como mujeres que por necesidad económica no les queda otra alternativa que ofrecer su cuerpo. En muchas ocasiones nos dicen que nadie les pone una pistola en la cabeza, que lo hace voluntariamente. La necesidad es esa pistola . Querer sacar a sus hijos adelante es esa pistola. Ellas son mujeres controladas en su vida diaria, nutrición, estado de ánimo... para que el cliente, ese llamado "padre intencional", consiga sin problemas el producto por el que ha pagado, un bebé...

¿Y a las que pagan por ello?
Como enemigas de las mujeres, como individualistas que miran solo por ellas sin importarles la salud de las demás, las consecuencias y complicaciones que puede tener un embarazo.

¿Qué es peor? ¿La industria que está detrás o los que la apoyan siendo consumidores y clientes?
Sin clientes no hay demanda, no habría explotación. Creo que van de la mano, unos te venden la necesidad de tener hijos como al que le falta un riñón y el otro compra el riñón.

¿Qué supone personalmente ser activista y denunciante del alquiler de vientres? ¿Merece la pena?
Pues aún después de ser insultada merece la pena. Cuando hablaba al principio por Twitter sobre este tema, apenas había gente concienciada sobre ello, o que supieran realmente que era. A día de hoy, somos muchísimas los personas que alzamos la voz contra este negocio, y poco a poco ha ido calando en la gente esta aberración y siendo conscientes de lo realmente hay detrás. Realmente merece la pena esta lucha, ojalá poder terminar con este negocio de una vez. Como dijo la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo , en #NoSomosHornos, un evento en el que tuve el placer de participar con ella y otras tantas activistas recientemente, esta práctica no tiene nada que ver con la libertad de las mujeres, ni con el altruismo, sino con problemas de pobreza y marginación de las mujeres. Ella dijo algo que aplaudo y apoyo totalmente: “Nunca ocurre nada en el cuerpo de los hombres. El cuerpo de las mujeres es siempre el campo de batalla”.

@Nuria C Sopena

Fuente:
https://www.publico.es/sociedad/entrevista-gemma-bravo-vientres-alquiler-ver-libertad-altruismo-pobreza-marginacion.html

martes, 22 de enero de 2019

_- "No puedes decir mi cuerpo es mío y quedarte con el de otra persona" Entrevista a Amelia Valcárcel & Vientres de alquiler.

_- Aiende S. Jiménez
www.diariovasco.com

Afirma que no existe «ningún resquicio en el feminismo por el que podamos prestar el mínimo apoyo al alquiler de vientres»

Su conferencia no dejó indiferente al público -mayoritariamente femenino- que asistió ayer al curso '¿Gestación subrogada o vientres de alquiler? Los límites de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres' que Emakunde organizó en Donostia. La filósofa y escritora feminista Amelia Valcárcel argumentó su posición en contra y negó que tenga ninguna justificación en el feminismo.

- ¿Gestación subrogada o vientre de alquiler?

- La gestación subrogada es un eufemismo. Se trata del alquiler de personas para que te den criaturas. Por tanto no es una práctica de natalidad, ni médica. Es una vía para obtener algo que se desea, en este caso un bebé. Todos los argumentos que buscan dar legitimidad social a este fenómeno se basan en la división cuerpo-mente, y lo que tenemos es un cuerpo que ha favorecido la existencia de otro, pero no la afiliación del mismo. Esa madre es madre solo del cuerpo, y ni si quiera de todo él, porque la intención de dar vida a otra persona ni siquiera es suya.

«Lo más repugnante es que se utilice la libertad para intentar avalar semejante asunto»

- En su exposición ha hecho referencia en varias ocasiones a la esclavitud.
¿Considera esta práctica una forma de esclavizar a las mujeres?

- A lo largo de toda su historia la humanidad ha admitido ciertas prácticas a las que ha renunciado por muchas razones, y antes de admitir cualquier otra tiene que ser muy cuidadosa, no sea que se reproduzcan partes que ya se ha decidido que no estamos dispuestos a admitir como humanos a día de hoy. Nuestra humanidad ha comprado niños sin parar. Antiguamente había esclavas que solo se dedicaban a reproducirse, porque era un buen negocio, y eso no tiene nada de nuevo. Lo nuevo es prohibir que eso ocurra.

- Usted es feminista. Sin embargo la mayoría de las voces del feminismo son partidarias de la legalización de la gestación subrogada.

- Esta práctica conlleva una negación de la individualidad de los sujetos mujeres, una negación de la relación de filiación que es una de las más importantes y el regreso a dualismos ancestrales que negamos en cualquier otra situación. ¿Deberíamos como feministas admitirlo? Teniendo en cuenta que venimos de una tradición que trata de incorporar el sujeto femenino y que de otra parte es abolicionista y redentorista, no tenemos un solo resquicio por el cual podamos prestar el menor apoyo a este tipo de asunto.

- Hay quienes defienden la libertad de las mujeres para decidir sobre sus actos, el mensaje de
'mi cuerpo es mío'.

- 'Mi cuerpo es mío' es un eslogan, afortunado por cierto, pero no es un fundamento de derecho. No puedes decir mi cuerpo es mío para quedarte con el de otra persona. Lo más terrible que ocurre en este submundo que muchas personas quieren crear es querer utilizar el más hermoso de los nombres, que es el de la libertad, para avalar semejante asunto. Eso es lo más repugnante.

- ¿Y si una mujer decide gestar un bebé para otra persona por decisión propia?

- No conozco ningún caso, pero me daría igual, porque muchas prácticas abusivas son consentidas.

«La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia y con apariencia de contrato»

- ¿Esta práctica lo es?

- ¿Se le puede pedir a una mujer que geste y para a una criatura, y decirle que no es suya y que se la entregue a otro por dinero o por nada?
La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia explícita y bajo la apariencia de contrato, y es algo que ha ocurrido en todas las sociedades en el pasado.

- ¿Qué opina de que se esté planteando su regulación?

- Ya está regulado, está prohibido.

- Matizo, su legalización.

- Es evidente que no existe ni un solo fundamento para aceptar algo así. Ni uno. Como no los hay, el fundamento que se utiliza es a futuro. Esto es, por el superior interés del menor, se admite todo lo que ha habido antes de que este nazca.

- Para las parejas homosexuales es la única forma de cumplir el deseo de tener un hijo, aparte de la adopción.

- Pero deseo no significa derecho, porque sino tendríamos que asociar un derecho a cualquier deseo, y algunos deseos son de ineficaz cumplimiento y otros no están suficientemente justificados.

Fuente:
https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/amelia-valcarcel-filosofa-20180713021012-ntvo.html?fbclid=IwAR3o0rg0Aq2LmBi_rBsjxYEAzGBDxREU1zKPV3gfg4xSFdNHMuBLdmoxuBU

sábado, 29 de septiembre de 2018

-- Alquilar vientres y regular la prostitución: neoliberalismo 100%. Neoliberalismo & Violencias machistas

www.publico.es


"Los paralelismos que existen entre la prostitución y la subrogación se me hicieron evidentes de inmediato. Dos industrias se benefician de los cuerpos femeninos: una de su sexo y otra de su útero. Dos industrias comercializan funciones humanas básicas: la sexualidad y la reproducción. Y estas constituyen la base de la opresión histórica de la mujer y de su división permanente en ‘putas y santas.’” (Kajsa Ekis Ekman)

Cada vez que me preguntan por qué no apoyo ni los vientres de alquiler ni la prostitución siempre respondo que todas las violencias machistas tienen un punto en común: la deshumanización. La violación existe porque nos deshumanizan.

Los asesinatos machistas existen porque nos deshumanizan.

Los malos tratos (físicos y psicológicos) existen porque nos deshumanizan.

Y sí, los vientres de alquiler y la prostitución existen porque nos deshumanizan.

Eliminan cualquier connotación como persona para ser consideradas como un objeto más, una propiedad sobre la que decidir, que machacar o que violentar. Obviamente, este proceso no se lograría sin una desigualdad previa que nos considera inferiores

¿Cómo se convierte una mujer en objeto? Con dinero. Si algunos hombres han justificado, solo por hecho del casamiento o formalización de la pareja, que ella es parte de su “propiedad”, imaginen hasta qué grado se fortalece esa idea cuando hay dinero. Para convertir a una mujer en cosa, de la manera más rápida, extrema y eficaz posible, nada como el intercambio de dinero, como quien compra una muñeca hinchable.

¿Cómo normalizar y convertir la explotación en un acto comercial más? Con la perversión del lenguaje.

¿Cómo aplastar derechos de la mujer y convertirlos en mercancía? Con tres puntos en común que se pueden trasladar tanto a la prostitución como los vientres de alquiler.

1. “Es su libre consentimiento”. Nos dicen que la madre gestante es porque quiere, y que la prostituta es porque quiere. No nos dicen que la madre gestante vive en un país pobre y que no tiene alternativa. No nos dicen (o lo pasan por alto) que la prostituta puede ser una mujer sometida, pobre, o víctima de trata.

Para callar bocas ponen a la prostituta en un programa de televisión declarando que lo hace por libre elección, cuando algunos proxenetas (ver el libro de Mabel Lozano) admiten que llevan a esas mujeres por platós bajo amenazas de matar a sus familias en sus países de origen. Luego añaden que “quién eres tú para decirle a ella qué hacer con su cuerpo”, cuando son los primeros en decir a esa mujer que someta su cuerpo a explotación y lo normalice. Mensajes como “déjala ser prostituta, que ella lo hace porque le gusta” o “déjala, que se queda embarazada para otros porque le gusta” validaría otras situaciones violentas como “déjala y no te metas en la relación, que hay mujeres a las que les gusta ser maltratadas” o “déjala y no le digas que es víctima, que ser violada puede ser su fantasía”. Eso, que hoy a una buena parte nos parece auténticas burradas, quedaría legitimado bajo ese libre consentimiento que anula cualquier ley o delito, y deja todo en manos de una ley del salvaje oeste.

2. “Es su trabajo”. Tanto en la prostitución como en los vientres de alquiler desaparece el concepto de explotación, y ponen de frente el derecho al trabajo o a la sindicación mientras ocultan los derechos humanos que van por encima. Porque no todo es trabajo y mucho menos es trabajo cuando se manipulan conceptos como producto, fuerza de trabajo o medio de producción.

Lo sorprendente es que gente de izquierdas se trague el cuento del “trabajo” teniendo una formación marxista en muchos casos. Lo sorprendente es que no se vea que en ninguna profesión su “oficina” o “lugar de trabajo” sea su propio cuerpo. Lo sorprendente es que considere trabajo una “profesión” con altísimos riesgos laborales, que lo anularía como tal. Lo sorprendente es que siempre que se habla de este tema surge la frase de “pues peor es trabajar en un McDonalds”. Y como siempre nos dicen que escuchemos a las prostitutas, pues eso, leed a Evelina Giobbe cuando responde: “‘Bueno, al menos cuando trabajas en McDonald’s no eres la carne’”.

3.“Hay trabajadoras, empresarios y clientes”. Como buen neoliberalismo, no hay producto sin empresarios y sin clientes. Empresarios en lugar de proxenetas o traficantes de bebés a la carta. Clientes en lugar de puteros o compradores de mujeres como vasijas para bebés. Cada vez que se dice “trabajadora sexual” se deja de nombrar a las víctimas de trata. Cada vez que se dice “empresario sexual” se deja de nombrar los delitos que representan. Cada vez que se dice cliente, se deja de nombrar a quien crea una relación económica de explotación o tráfico de personas. Es la perversión de llamar servicio a una explotación, de llamar trabajo sexual a una esclavitud sexual, de llamar empresarios a proxenetas y a traficantes de bebés, de llamar cliente a proxenetas, puteros, y compradores de bebés…

No es casualidad que esta estrategia que anula los derechos de la mujer, que anula toda la tradición del feminismo contra la explotación de nuestra libertad sexual y reproductiva, surja en el nacimiento del capitalismo y se fortalezca en pleno neoliberalismo. No es casualidad que, por eso, nos vendan como un objeto del que hacer negocio, porque nos siguen viendo inferiores y porque la misoginia tiene muchas caras.

Fuente:
https://blogs.publico.es/otrasmiradas/15271/alquilar-vientres-y-regular-la-prostitucion-neoliberalismo-100/

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Ana Bernal-Triviño


Ana Bernal-Triviño
28-07-2018

lunes, 6 de agosto de 2018

Ana de Miguel: "Los hombres de izquierdas no pueden estar a favor de la prostitución y los vientres de alquiler"

Laura Martínez
www.eldiario.es

La filósofa feminista, discípula de Celia Amorós, participó en el foro de pensamiento Avivament y ofrece una lectura con perspectiva de los filósofos clásicos.

"Los hombres de izquierdas no pueden estar a favor de la prostitución y de los vientres de alquiler si defienden un mundo en el que todo no se puede comprar y vender". Así respondía Ana de Miguel a la primera pregunta posterior a su intervención en el foro de pensamiento Avivament de este viernes en Valencia y de un plumazo recordaba que el feminismo, si no cuestiona las estructuras de poder, sirve de poco.

Ana de Miguel no necesita presentación. Pero, para los recién llegados, un resumen: filósofa y feminista consagrada, discípula de Amelia Valcárcel y Celia Amorós, profesora de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos, ha escrito la bibliografía básica para hacer una introducción al feminismo radical. Entre su obra destaca Como leer a John Stuart Mill, Alejandra Kollontai y Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección. Junto a la valenciana Celia Amorós, ha editado los tres volúmenes de Teoría feminista. De la Ilustración a la globalización, una actualización de la historia del pensamiento feminista.

Considera que en el feminismo la teoría es crucial, que ayuda a ver un sistema casi invisible. Y, tomando esta lección de sus maestras, que la mirada se construye, que el conocimiento es crucial. "En España hemos tenido maestras que nos hicieron darnos cuenta -a las feministas militantes- de la importancia del conocimiento", narraba la filósofa.

Basta leer el título de sus libros para saber cuál es la perspectiva de De Miguel. Un feminismo sin medias tintas, abolicionista y que busca la emancipación de la mujer cortando los problemas de raíz. "No transformaremos la sociedad si nos quedamos en la condena. Hay que conocer las causas para erradicar la violencia", exponía ante un auditorio repleto de mujeres -y algún hombre- atentas. Para la filósofa, estos deberían preguntarse cómo históricamente "nos han hecho eso a las mujeres". Y por "eso" se refería a las prácticas de dominación patriarcal.

Ana de Miguel plantea que el patriarcado no nace en las religiones monoteistas, ni en la modernidad, ni en el medievo. Sus orígenes se remontan a los anteriores de la filosofía, ya que, por ejemplo, Aristóteles ya organizó su pensamiento viciado, reduciendo a las mujeres a simples "vasijas" con las que concebir.

Así, pasando por San Agustín y Nietzsche, hace un repaso por las principales aportaciones a la filosofía, para llegar a concluir que "los grandes filósofos han engendrado la desigualdad" y se debe "hacer un ajuste de cuentas con esta filosofía" en las aulas. La académica no se refiere a dejar de impartir estos autores, si no a explicar a los alumnos "que hay dos verdades: una para los hombres y otra para las mujeres", en referencia al planteamiento de su papel en el mundo que hacen los autores.

Sobre esta idea de la doble verdad ha escrito bastante las últimas semanas, especialmente después del 8M, donde destaca la presencia masculina. "Nuestra sociedad enseña que tenemos que ser iguales, los chicos vienen a las manifestaciones, pero luego aprenden que la mujer es un ser que debe hacer su vida más agradable -dice citando a Russeau- y eso lo aprenden con lo relacionado con el sexo. Saben que no pueden pegar y humillar a una mujer, que no pueden llamarla guarra, puta o zorra, y en el porno eso es lo más flojo que encuentran", relata de Miguel.

Además, considera, la prostitución indica que no deben poner límites al deseo; "pueden encontrar mujeres de todas las razas, con todos los rasgos y a todos los precios... Solo hay que traer un poco de dinero en el bolsillo", explicaba indignada. Y esto, concluía, "es consecuencia del neoliberalismo más destructor" en una sociedad en la que todo se puede comprar y vender. Hasta las personas. Sobre las reivindicaciones del cuerpo y la mercantilización de algunas corrientes feministas, la filósofa tiene claro que no hay que caer en esa trampa.

Las feministas desde los años sesenta "lucharon por dejar de ser un cuerpo y ahora otras vienen con teorías del cuerpo no normativo, que no hace falta ya ni que pienses para ser transgresora", ironizaba. "No es cuestión de cuerpos, somos personas (...) hemos pasado del 'mi cuerpo es mío' a 'es mi mercancía", lamentaba.

Por último, retomaba el tema de la libertad sexual como excusa para defender la prostitución y hacer de cortina de humo respecto a problemas como la precariedad laboral y la inseguridad económica. "Nos hacen pensar que la libertad es la sexual, acostarte con quien quieras y hacer una orgía, nadie cree ya que la libre elección sea por ejemplo ver en qué trabajo te sientes más realizado". En lugar de eso, "tenemos a chicas discutiendo ver si es bueno para el feminismo o no ir con minifalda".

Fuente:

https://www.eldiario.es/cv/femilenial/Ana-Miguel_6_779782026.html

sábado, 21 de julio de 2018

Cuerpo & Vientres de alquiler. Amelia Valcárcel: «No puedes decir mi cuerpo es mío y quedarte con el de otra persona».

Aiende Jimenez
https://www.diariovasco.com

Afirma que no existe «ningún resquicio en el feminismo por el que podamos prestar el mínimo apoyo al alquiler de vientres».

Su conferencia no dejó indiferente al público -mayoritariamente femenino- que asistió ayer al curso '¿Gestación subrogada o vientres de alquiler? Los límites de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres' que Emakunde organizó en Donostia. La filósofa y escritora feminista Amelia Valcárcel argumentó su posición en contra y negó que tenga ninguna justificación en el feminismo.

- ¿Gestación subrogada o vientre de alquiler?
- La gestación subrogada es un eufemismo. Se trata del alquiler de personas para que te den criaturas. Por tanto no es una práctica de natalidad, ni médica. Es una vía para obtener algo que se desea, en este caso un bebé. Todos los argumentos que buscan dar legitimidad social a este fenómeno se basan en la división cuerpo-mente, y lo que tenemos es un cuerpo que ha favorecido la existencia de otro, pero no la afiliación del mismo. Esa madre es madre solo del cuerpo, y ni si quiera de todo él, porque la intención de dar vida a otra persona ni siquiera es suya.

«Lo más repugnante es que se utilice la libertad para intentar avalar semejante asunto»

- En su exposición ha hecho referencia en varias ocasiones a la exclavitud. ¿Considera esta práctica una forma de esclavizar a las mujeres?
- A lo largo de toda su historia la humanidad ha admitido ciertas prácticas a las que ha renunciado por muchas razones, y antes de admitir cualquier otra tiene que ser muy cuidadosa, no sea que se reproduzcan partes que ya se ha decidido que no estamos dispuestos a admitir como humanos a día de hoy. Nuestra humanidad ha comprado niños sin parar. Antiguamente había esclavas que solo se dedicaban a reproducirse, porque era un buen negocio, y eso no tiene nada de nuevo. Lo nuevo es prohibir que eso ocurra.

- Usted es feminista. Sin embargo la mayoría de las voces del feminismo son partidarias de la legalización de la gestación subrogada.
- Esta práctica conlleva una negación de la individualidad de los sujetos mujeres, una negación de la relación de filiación que es una de las más importantes y el regreso a dualismos ancestrales que negamos en cualquier otra situación. ¿Deberíamos como feministas admitirlo? Teniendo en cuenta que venimos de una tradición que trata de incorporar el sujeto femenino y que de otra parte es abolicionista y redentorista, no tenemos un solo resquicio por el cual podamos prestar el menor apoyo a este tipo de asunto.

- Hay quienes defienden la libertad de las mujeres para decidir sobre sus actos, el mensaje de 'mi cuerpo es mío'.
- 'Mi cuerpo es mío' es un eslogan, afortunado por cierto, pero no es un fundamento de derecho. No puedes decir mi cuerpo es mío para quedarte con el de otra persona. Lo más terrible que ocurre en este submundo que muchas personas quieren crear es querer utilizar el más hermoso de los nombres, que es el de la libertad, para avalar semejante asunto. Eso es lo más repugnante.

- ¿Y si una mujer decide gestar un bebé para otra persona por decisión propia?
- No conozco ningún caso, pero me daría igual, porque muchas prácticas abusivas son consentidas.

«La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia y con apariencia de contrato»

- ¿Esta práctica lo es?
- ¿Se le puede pedir a una mujer que geste y para a una criatura, y decirle que no es suya y que se la entregue a otro por dinero o por nada? La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia explícita y bajo la apariencia de contrato, y es algo que ha ocurrido en todas las sociedades en el pasado.

- ¿Qué opina de que se esté planteando su regulación?
- Ya está regulado, está prohibido.
- Matizo, su legalización.
- Es evidente que no existe ni un solo fundamento para aceptar algo así. Ni uno. Como no los hay, el fundamento que se utiliza es a futuro. Esto es, por el superior interés del menor, se admite todo lo que ha habido antes de que este nazca.

- Para las parejas homosexuales es la única forma de cumplir el deseo de tener un hijo, aparte de la adopción.
- Pero deseo no significa derecho, porque sino tendríamos que asociar un derecho a cualquier deseo, y algunos deseos son de ineficaz cumplimiento y otros no están suficientemente justificados.

Fuente:

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/amelia-valcarcel-filosofa-20180713021012-ntvo.html

sábado, 8 de julio de 2017

_- Gestación Subrogada & España neoliberal. Gestación subrogada: no es solidaridad, es mercado

_- Miguel Pasquau Liaño
http://ctxt.es

La semana pasada el partido conservador Ciudadanos presentó una iniciativa parlamentaria para sacar una ley a favor de la gestación subrogada. El autor, magistrado y profesor de derecho, nos desvela la verdadera cara de esta propuesta parlamentaria.
El Roto
La iniciativa de Ciudadanos consagraría una explotación económica del cuerpo de las mujeres pobres. De ahí a la venta de riñones, cabello, piel, córnea en un mercado regulado, entre personas vivas, hay sólo un pequeño paso

La proposición de ley presentada por Ciudadanos sobre la denominada gestación subrogada (o gestación por cuenta ajena) dice de sí misma, en su espantosamente redactada exposición de motivos, que se propone regular un derecho a la gestación subrogada, y sus condiciones de ejercicio, y que esas condiciones se sujetarán a los principios de libertad, igualdad, dignidad, ausencia de ánimo de lucro y la más intensa solidaridad entre personas libres e iguales. Retengamos esta última expresión: “La más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”.

Todo parece indicar, al leer esta exposición de motivos, que Ciudadanos quiere habilitar una nueva forma de voluntariado: la de legiones de mujeres dispuestas a prestar su cuerpo desinteresadamente a personas a las que no conocen, a fin de que puedan satisfacer su deseo de maternidad o paternidad sin pasar, respectivamente, por el parto o por el coito. Quizás también cuenta Ciudadanos con que, igual que hay campañas de donación de sangre, las habrá para el alistamiento en el Registro Nacional de Gestación por Subrogación. Todo por altruismo: “Sea solidaria, ofrézcase como mujer gestante”. ¿Alguien puede creer que una mujer se alistará en un Registro como candidata a ser elegida por varones o parejas desconocidas para soportar un embarazo y parir por cuenta ajena, por una razón que no sea ganar dinero? ¿Es serio que se diga en la exposición de motivos que se trata de regular una actividad de “intensa solidaridad”? “Es el mercado, idiota”, me parece estar oyendo responder.

Leí y oí que Ciudadanos publicitó su iniciativa destacando que su proposición de ley descartaba toda posibilidad de mercantilización del cuerpo de la mujer, porque sólo se admitía el contrato cuando no hubiera ánimo de lucro. Se trataba, según Ciudadanos, de un instrumento para hacer posible un derecho, en el ámbito de relaciones de solidaridad. Imaginé, entonces, que lo que se contemplaba en su ley sería la posibilidad de que una mujer prestase su cuerpo a una hermana o a una amiga íntima que no pudiera soportar con éxito un embarazo. Me parecía difícil una regulación en esos términos que impidiera la expansión de esta práctica fuera del círculo de personas cercanas entre las que sí pudiera ser imaginable una motivación altruista de solidaridad, similar a la que concurre en casos de donación entre vivos de órganos no vitales (como, por ejemplo, un riñón).

Pero me hice con el texto de la proposición de ley y, al margen de otros aspectos técnicos que ahora no interesan, encontré que la exposición de motivos de la ley, y las declaraciones de los defensores de la misma, son publicidad engañosa, porque lo que se regula es un contrato civil en virtud del cual una mujer presta un servicio corporal a cambio de un precio. En efecto, lo primero que sorprende es que la ley prohíbe el contrato entre personas consanguíneas, que es entre las que puede resultar más natural una motivación altruista. “La mujer gestante no podrá tener vínculos de consanguinidad con el o los progenitores subrogantes”, dice el artículo 4.3.

En realidad, la ley prevé un sistema de selección por los progenitores de la mujer gestante de entre una lista de candidatas desconocidas, inscritas en un Registro. Es de imaginar que los progenitores acudirán al Registro y allí se les mostrarán fotografías y datos personales de una lista de candidatas, y que a partir de ahí se establecerá una negociación con la mujer elegida a fin de formalizar finalmente el contrato a satisfacción de ambas partes. Esa negociación, sin duda alguna, versará, principalmente, sobre el precio a percibir por la mujer gestante. La proposición de ley no utiliza el término “precio”, sino que emplea la expresión “compensación económica resarcitoria”.

Pero si consideramos que dicha compensación ha de ser fijada por negociación en el contrato, y analizamos sus partidas o componentes, comprobamos que tal expresión es un subterfugio, porque no se trata de la indemnización de un daño o de la compensación de un gasto, sino de una remuneración económica por un servicio según precios de mercado. Veamos por qué. El primero de los componentes de la compensación es “cubrir los gastos estrictamente derivados de las molestias físicas”. Es claro que no se refiere a medicamentos o tratamientos para paliar esas molestias, sino a una cantidad de dinero igual a aquella en que la mujer gestante valora que “merece la pena” sufrir esas molestias del embarazo y del parto. Es decir, un precio por el alquiler del útero.

Como en todo precio, los progenitores no darán más que aquello en lo que valoran su deseo de tener un hijo, y la gestante no pedirá menos que aquello en lo que valora el “servicio” corporal que va a prestar. ¿Es, o no, un precio? ¿No está claro que la motivación de la mujer gestante se encontrará justamente en la cantidad que se fije en el contrato? Con dicha compensación no se persigue que la mujer gestante no se empobrezca por gastos propios, sino que obtenga un dinero a cambio de su servicio. Se trata, pues, de un arrendamiento de servicios remunerado y oneroso. Es más, si la candidata elegida exige una cantidad mayor que la que los progenitores están dispuestos a ofrecer, nada les impedirá volver al Registro de mujeres gestantes e intentar la negociación con otra candidata. Pero es que además la compensación incluirá “el lucro cesante” inherente a la gestación.

Es decir, lo que la mujer deja de ganar por estar embarazada. Y recordemos que no se trata de una indemnización a calcular por un juez, en función del trabajo preexistente de la mujer o sus oportunidades laborales, sino que es una cuantía que las partes han de pactar en el contrato. Lo llamarán “lucro cesante”, pero será un precio que por lo general se aproximará a un salario digno durante el periodo de gestación. En definitiva, para la mujer gestante en paro se tratará de una oportunidad de obtener ingresos durante un tiempo, y fácil es concluir que esa será la motivación por la que se apunte en el Registro de mujeres gestantes. Lo más irritante de la iniciativa de Ciudadanos es su hipocresía. No creo que se trate de ingenuidad. La exposición de motivos y las explicaciones públicas hablan de altruismo y de un inexplicable “derecho” de las mujeres de “gestar” para otros (por cuenta ajena), cuando en realidad se trata de la renuncia anticipada e irrevocable a la maternidad del hijo que dé a luz.

Y hablan también de la “más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”, cuando en realidad se trata de poner en contacto una oferta (del cuerpo) y una demanda (con dinero). Los efectos de una improbable aprobación de esa ley serían la creación de un mercado en el que unos pondrían el dinero y otras pondrían su cuerpo a cambio del dinero que necesitan. Y no un dinero oculto, negro, pagado por debajo de la mesa, sino un precio fijado en el contrato, sólo que con un nombre falso: “Compensación económica resarcitoria”. No es exagerado, pues, decir que esta iniciativa consagraría una explotación económica del cuerpo de las mujeres pobres. De ahí a la venta de riñones, cabello, piel, córnea en un mercado regulado, entre personas vivas, hay sólo un pequeño paso.

Tiene razón Albert Rivera: frente a este fenómeno (es decir, frente a los riesgos de comercialización del cuerpo de la mujer) la respuesta, en efecto, no ha de ser “cerrar los ojos”. Claro que no, lo que hay que hacer es abrirlos bien y estar vigilantes para impedirlo, y que no cuelen trampas como la de esta proposición de ley. Es una buena noticia que el resto de fuerzas políticas, aunque por razones no idénticas, le hayan cerrado el paso. Quizás hay un tercer actor en este drama.

Quizás existen clínicas especializadas en implantación de embriones en úteros de mujeres que estén esperando esta ley para “abrir mercados” con suculentas ganancias. Nada les impedirá hacerlo. Pero, en España, la mujer implantada seguirá siendo la madre del nasciturus. Si esto retrae las expectativas de ese negocio en ciernes, qué le vamos a hacer.

Fuente:
http://ctxt.es/es/20170628/Firmas/13629/ctxt-pasquau-gestacion-subrogada-vientres-alquiler-ciudadanos.htm#.WVbWQBP6T2Q.facebook

Sobre el autor: Miguel Pasquau Liaño (Úbeda, 1959) es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog "Es peligroso asomarse". http://www.migueldeesponera.blogspot.com/

viernes, 19 de mayo de 2017

_--Materniqué?

_--Le compra ($) los óvulos a una ucraniana para que su bebé sea ario (rubia/o y alta/o con ojos claros, aunque él es moreno y bajito). Le alquila ($) el cuerpo a una hindú para que la gestación le salga barata.

Le paga ($) a una ecuatoriana para que críe al bebé porque como trabaja mucho no puede criarlo (y ella como trabaja para él tampoco puede criar a sus hijos)

Tres madres y ninguna con derechos. Tres mujeres de países pobres que ponen en riesgo su salud y su vida para "ayudar" y "hacer realidad los sueños" de los habitantes del primer mundo. Lo llaman "generosidad", pero es "necesidad". Las ricas no venden sus cuerpos.

El bebé pertenece al que pone la plata ($), pero tiene que ser un producto perfecto. Si sale con sindrome de Down, enfermedades graves o malformaciones, lo rechaza, se lo deja a la hindú que lo tuvo 9 meses en su vientre (ahora si se le considera madre) y reclama a la granja de madres que le devuelvan el dinero.

Así funcionan el patriarcado y el capitalismo juntos: las mujeres pobres y sus cuerpos al servicio de los deseos de los ricos. Compran, alquilan, pagan, plata y dinero, dinero y dinero. Y luego hablan de derechos en lugar de deseos y de solidaridad y altruismo? Bellas palabras que no se corresponden para nada con la realidad. Sirven para camuflar la realidad, para disfrazarla y ocultarla. Pero la realidad es tozuda, aparece y reaparece cuando surge una imperfección, un defecto, una inconveniencia...

Basta de historias y de cuentos,... basta de dinero!!! Hasta cuando van a seguir tratándonos de engañar?
Mueren millones de niños pobres de hambre. Por qué no adoptan uno y así lo salvan de la muerte segura y terrible,...

#NoCompresAdopta
#NoExplotesNiComerciesConMujeres
#StopComercioConBebés
#MachismoDuele
#CapitalismoPatriarcal
#NoSomosVasijas

Coral Herrera Gómez
30 de abril a las 14:57 ·

miércoles, 3 de mayo de 2017

50 asociaciones se unen para que España rechace los vientres de alquiler. “No somos incubadoras”, claman los colectivos que piden la prohibición de una feria sobre gestación subrogada prevista en mayo en Madrid.

“Las mujeres no son ganado para satisfacer el deseo de unos pocos”. La nueva Red Estatal contra el Alquiler de Vientres, integrada por 50 asociaciones, reclama con esta frase a los partidos políticos que esta controvertida práctica no se legalice en España. Su primer gran acto público, con el que también quieren concienciar a la sociedad, será una protesta para pedir que se prohíba una feria de  gestación subrogada prevista en Madrid en mayo.

“No somos incubadoras, ni vasijas ni úteros o vientres de alquiler: somos mujeres, vidas humanas con las que pretenden montar un nuevo negocio que lucrará al más fuerte y someterá a las más débiles”. El mensaje es parte de la carta de presentación de la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres, un nuevo colectivo que pide que España no legisle a favor de una práctica expresamente prohibida por la Ley de Reproducción Asistida de 2006, la gestación subrogada, también conocida como vientre de alquiler.

“Nuestra misión es dar a conocer a toda la sociedad española lo que se esconde tras esta práctica ilegal, servirse del cuerpo de las mujeres como su fuéramos tanques criogénicos, autentico ganado para satisfacer a unos pocos”, ha explicado este lunes en la presentación de la plataforma Sonia Damas, presidenta de En Clave Feminista.

Feria comercial
La primera gran intervención pública de la red será una concentración contra la celebración de la feria  Surrofair, un evento previsto en un hotel de Madrid los próximos 6 y 7 de mayo para “discutir sobre las diferentes posibilidades en gestación subrogada”, según indican los organizadores en su web.

“Las Administraciones públicas [en referencia al Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad] deberían prohibir con la ley en la mano la posibilidad de que la feria se realice”, añade la portavoz de No Somos Vasijas, Alicia Miyares. Insiste en que “no es una técnica de reproducción asistida más” y recuerda que supone la renuncia de la gestante a la filiación del niño, “un derecho fundamental” que en España se garantiza en el parto.

La red está compuesta sobre todo por colectivos feministas. De momento, cuentan con el apoyo de medio centenar de asociaciones (que se pueden consultar en  en su web) pero aspiran a “triplicar” los apoyos en las próximas semanas.

También participan ocho asociaciones LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales). Ramón Martínez es vicepresidente de Somos Diferentes, registrada hace dos meses con “una veintena” de activistas LGTBI que busca “articular un discurso que no conculque los derechos de las mujeres”, en el debate sobre los vientres de alquiler. Quiere recabar el apoyo de las grandes asociaciones que representan a este colectivo, cuya postura está dividida como ocurre en los partidos políticos: “Hay un montón de trabas para adoptar, pero la solución no es pasar por encima del derecho de las mujeres”.

Elena Rábade, del Partido Feminista —que también integra la red—, considera que esta práctica “está muy cerca de las redes de trata de seres humanos”. “¿Por qué no es ético el tráfico de órganos y sí el alquiler de vientres?”, pregunta.

LEGISLAR SOLO EL ALTRUISMO NO CONVENCE: “ES UNA TAPADERA”
Ciudadanos anunció en febrero que prepara una propuesta legislativa sobre la gestación subrogada inspirada en el modelo de Canadá, un sistema altruista sin compensación económica. La posibilidad de regular los también llamados vientres de alquiler ha abierto  un debate interno en el seno de los otros tres grandes partidos (PP, PSOE y Podemos). La nueva plataforma apela a los políticos “que se posicionan de izquierdas y feministas” contra una posible legislación. “El altruismo es una tapadera”, sostiene Alicia Miyares, de No Somos Vasijas. “Cuando miramos países con legislaciones restrictivas y altruistas, como Reino Unido y Canadá, lo más evidente es que no hay mujeres nacidas en esos países dispuestas a un embarazo para donar a su hijo. El objetivo que se persigue es una legislación que va a facilitar [a quienes tienen un hijo a través de gestación subrogada] el reconocimiento inmediato y el registro de manera automática”.

http://politica.elpais.com/politica/2017/04/17/actualidad/1492429458_766419.html