Nuria Coronado Sopeña
Público
La activista revela la maquinaria que hay detrás de la explotación reproductiva de las mujeres. "La pérdida del útero de una madre que gesta para otros se indemniza con 2.000 euros”.
Ha perdido la cuenta de las veces que Twitter le ha cancelado su perfil por el ataque de los lobbies pro-vientres, pero a Gemma Bravo es lo que menos le importa. Su denuncia puede más que cualquier censura. Luchar contra la mercantilización del cuerpo de las mujeres, tanto en la prostitución como en los vientres de alquiler, es su apuesta personal y sonora por un mundo en paz para la mitad de la población.
Los insultos que recibe en las redes sociales hacen si cabe más fuerte a quien tiene muy claro que solo con feminismo el mundo dejará de ser desigual. Gemma Bravo, cada día se levanta y se acuesta con una meta: “Denunciar todo lo que huela a proxenetismo reproductivo”, dice.
Por eso lleva cerca de cinco años investigando y batallando para destapar “las vergüenzas de quienes pretenden seguir haciendo del cuerpo de la mujer un lugar en venta o alquiler. No podemos permitir que las mujeres más vulnerables cedan su cuerpo como si fuera un recipiente a quienes con dinero compran su capricho de familia y no respetan los Derechos Humanos ni la dignidad de quienes solo tienen pobreza absoluta”, explica.
"En India, Tailandia, México o Nepal también se 'vendían' las noticias de que los españoles estaban atrapados en un limbo legal. Los explotadores campan a sus anchas hasta que empieza a conocerse su malas praxis"
Su lucha la hace como feminista y “estando del lado del enemigo”. Es decir, infiltrándose en foros, asociaciones y en las propias agencias como falsa clienta. Para Bravo, investigar es la mejor baza para combatir una realidad en la que muchas más mujeres de las que hay ahora pueden acabar como en el Cuento de la criada de Margaret Atwood.
Un ejemplo de sus investigaciones es el contacto que hizo recientemente con una cuenta de Twitter (MaiteArboles ) que supuestamente da asesoramiento gratuito y sin compromiso sobre gestación subrogada. “Nuestra experiencia nos ha hecho aprender a lo largo del camino que nos llevó a ser padres mediante GS. Hoy, queremos ayudar a todos lo que necesitéis información sobre como tramitamos todo el proceso”, tal y como se puede leer públicamente.
Sin embargo, con lo que Gemma se encontró es que la pareja en realidad es mediadora de una agencia de vientres de alquiler. “Hace ya un tiempo, vi esa cuenta por Twitter , ofrecían, como pareja que supuestamente había recurrido a los vientres de alquiler, ayuda e información a personas que quisieran iniciar este proceso. Realmente pensé que era eso, desde su experiencia, lo que no imaginaba que eran de una agencia de vientres de alquiler”, cuenta. Sin escrúpulos, solo hace falta dinero.
Sin escrúpulos, solo hace falta dinero
Para saber más sobre dicha cuenta y lo que ofrecían se hizo pasar como interesada junto a su supuesta pareja (de 54 y 52 años). “Empecé enviando un mail para preguntar”, reconoce a Público . Como si se tratara de una empresa con la mejor atención al cliente tuvo respuesta de manera inmediata, “en el mismo día al ratito de escribirla ya me estaban contestando”. La edad no fue inconveniente alguno. “Quería comprobar si existe algún límite en este mercado o todo es válido si mi cartera tiene posibles clientes. Por la edad no había ningún problema fue la respuesta que recibí”, reconoce.
"El entramado de este negocio es un nicho de mercado para abogados, clínicas, agencias, psicólogos, agencias de gestantes, financieras…"
Para Bravo el que estas parejas acaben siendo intermediarias es comparable a otra situación. La del consumidor de drogas que acaba convirtiéndose en camello y así extiende la actividad a nuevos compradores. “Casi todas las agencias que trabajan aquí están constituidas o formadas por explotadores reproductivos. Uno de sus ganchos de presentación es: nosotros también somos padres por gestación subrogada y entendemos la oportunidad y los retos que la gestación subrogada ofrece. Gerentes, coordinadores y una larga lista de puestos están ocupados por los mismos explotadores reproductivos. Incluso la portavoz de la última crisis de los bebés de Ucrania trabaja para una agencia”, explica.
Tras preguntar a esta “madre” sobre los lugares más recomendables para llevar a cabo todo, lo que Gemma recibió en su correo fue información de Gestavida, una agencia que curiosamente se publicita diciendo que tienen “larga experiencia en adopción internacional”, para a continuación añadir que también son expertos “en gestación subrogada, por lo que estaremos a vuestro lado en todo momento, para que tengáis con nosotros la confianza necesaria y la garantía de éxito asegurada”.
Recibió dos folletos. Uno para Florida (Estados Unidos) y otro para Ucrania. “A Florida le dije que lo descartaba porque se nos iba del presupuesto, eran 177.500 dólares, pero Ucrania podía estar bien ya que la cantidad era más asequible. Unos 58.500 euros”, explica.
Un mercado con “mucha importancia a la genética”
Además, viendo el folleto de Ucrania, la opción calidad/precio que se ofertaba a Gemma le pareció el lugar más adecuado para seguir investigando. “El programa de Gestación Subroga en Ucrania, se lleva a cabo en clínicas de fertilidad que son consideradas como clínicas de primer nivel dentro del país. Actualmente Gestavida colabora con dos clínicas que se encuentran en la ciudad de Kiev. Muchas familias han conseguido su sueño de ser padres gracias a la profesionalidad de las doctoras que llevan los casos de gestación subrogada. Se le da mucha importancia a la genética , por lo que, a diferencia de otras clínicas, ambas tienen su propio laboratorio genético que realiza todas las pruebas necesarias para descartar alteraciones cromosómicas en los embriones. Los embriones nunca salen de la clínica”, tal y como reza en la publicidad recibida.
El precio del paquete ucraniano incluye los exámenes médicos y valoración psicológica de la gestante, los gastos de desplazamiento y manutención y una compensación para la madre. “De lo que se le pagaría a ella no me comentaron. Si me dijeron que no estaba obligada a conocerla, pero si lo deseaba tenía la opción de hacerlo por Skype y verla en cada prueba médica”, recuerda.
Tras la información Bravo preguntó por los problemas que están teniendo en Ucrania las parejas y su interlocutora le dijo que no se preocupase, que no eran tales y que podrían hablar con el abogado, un tal Arturo, quien se encargaría de resolver todas sus dudas sin coste alguno. “Se trabaja con sentencia judicial de filiación para inscribir a los bebés y no tener problemas para volver a casa. Es lo que la ley española reclama y contempla para que todo sea correcto”, tal y como explicaron a Bravo.
Conversación de Gemma Bravo con la intermediaria de la explotación de mujeres donde ofrece asesoría legal.
El asesoramiento legal es algo muy a destacar. ¿Saben saltarse la ley?
Por supuesto. Escuchamos muchas veces, incluso a Ciudadanos, la petición de legislar sobre vientres de alquiler. En España esta práctica aberrante está legislada. Es contrato nulo, la filiación se determina por el parto (madre es quien pare), pero, dentro de ese artículo 10 sobre gestación por sustitución donde aparece lo anterior, tenemos el punto número 3 del cual, los explotadores reproductivos están haciendo uso. En él se habla de “la reclamación de la paternidad respecto al padre biológico”. La misma ley que lo prohíbe, les da la trampa hecha . En países sin filiación por sentencia judicial, como Ucrania, bastaba con una prueba de ADN para verificar que es el explotador reproductivo es el padre biológico. Una vez aquí, su mujer, adopta al hijo nacido de una relación extramatrimonial de su marido y ya está conseguido.
Llama la atención la formalización de contrato con la gestante en Ucrania, validado por notario. Todo es un continuo chorreo de dinero…
Si bien nos limitamos prácticamente a hablar de gestantes y explotadores reproductivos, el entramado de este negocio es un nicho de mercado para abogados, clínicas, agencias, psicólogos, agencias de gestantes, financieras… En algunos países comerciales, si equiparamos quién gana más, la agencia saldría mayor beneficiada que la propia gestante, sin la cual, el proceso sería imposible.
Curioso que dentro del paquete de Ucrania la cesárea y la recuperación de la misma no estén incluidas, o que en el caso de Florida se hable de compensación por embarazo gemelar. ¿Cuánto de ese dinero se les da a las madres de verdad?
Muchas agencias, a no ser que sea un “Paquete Vip todo incluido, desglosan todo por precios, somos productos por los que pagar o indemnizar según nuestra parte del cuerpo. La pérdida del útero por ejemplo se indemniza con 2.000 euros . Con los partos gemelares pasa igual, o es un todo incluido, o uno de los gemelos te sale por 4.000 euros más. Este es un mercado del 2x1.
¿Y lo de la incubadora “consultar precio”?
Pues así es este negocio. Lo mismo que te regalan un carrito de bebé al terminar el proceso o un móvil durante el mismo, que te cobran la incubadora con precio a estipular en cada caso.
¿Los compradores son conscientes del riesgo de la salud que corren las madres y los bebés en el embarazo?
Realmente creo que son conscientes de todo: los riesgos, la mala praxis existente y la explotación del negocio. Como me comentó una vez un explotador reproductivo: “son dos mujeres que se ayudan mutuamente, una tiene la necesidad de ser madre, una no puede tener hijos y la otra no tiene dinero para mantener a sus hijos y comprarse una casa “. Son conscientes de que las madres son mujeres con necesidad económica.
Con lo que se acaba de destapar en Kiev de tráfico de menores, inseguridad… ¿Ucrania va a dejar de ser el punto low-cost de la explotación reproductiva para continuar en otros países?
En Ucrania está pasando lo que ya pasó en su día en India, Tailandia, México o Nepal, por ejemplo, curiosamente en esos países también tuvimos lo que venden en las noticias de que los españoles están atrapados en un limbo legal. Las agencias, clínicas, explotadores reproductivos campan a sus anchas hasta que empiezan a saltar noticias en los medios, sobre las malas praxis y explotaciones a las que se somete a las mujeres, como pasó en los países citados. Y Ucrania, pienso y creo, que se unirá pronto a esa lista de países.
También se habla de “mordidas” que están pagando los compradores de bebés para poder salir de Ucrania con ellos
También, lo han reconocido hasta ellos en alguna ocasión. Pero quien no tiene escrúpulos a la hora de pagar a una mujer para comprarse un hijo biológico, puedes imaginar que no les importa pagar por un papel.
Hace poco intervino en la jornada #NoSomosHornos y exigió al Gobierno que cumpliera la ley, y que incluso detuviese a los “padres y madres de intención” nada más pisar un aeropuerto con el bebé e incluso la cárcel…
Según nuestras leyes las agencias de una actividad ilegal como esta, no podrían estar practicando en España. Y tenemos agencias de alquiler e intermediarios en muchas ciudades españolas. Según nuestras leyes, es un contrato nulo, pero en 2010 se creó una instrucción [en el Ministerio de Justicia ] para inscribir a los nacidos por vientres de alquiler en el extranjero. Si esa instrucción se anula, cerraría parte de la explotación existente. Creo que tenemos que dejar de respetar a quien delinque, y los explotadores reproductivos lo hacen . Es una práctica que no tiene cabida en nuestro ordenamiento jurídico y se les permiten demasiadas licencias, bajo penas y fobias inexistentes. No creo que una persona que comete un delito así, tenga derecho a tener bajo su responsabilidad un menor, en este país las listas de espera para adopción son largas y cualquiera de ellos quiere cuidar un menor, ser padre, madre, sin importar carga genética. Y si, según pasen por el aeropuerto detenidos, tal y como dice el Ministerio de Justicia han cometido una ilegalidad , pues ya saben las consecuencias: ¡cárcel!
¿Cómo debemos ver a las mujeres que son explotadas?
Como mujeres que por necesidad económica no les queda otra alternativa que ofrecer su cuerpo. En muchas ocasiones nos dicen que nadie les pone una pistola en la cabeza, que lo hace voluntariamente. La necesidad es esa pistola . Querer sacar a sus hijos adelante es esa pistola. Ellas son mujeres controladas en su vida diaria, nutrición, estado de ánimo... para que el cliente, ese llamado "padre intencional", consiga sin problemas el producto por el que ha pagado, un bebé...
¿Y a las que pagan por ello?
Como enemigas de las mujeres, como individualistas que miran solo por ellas sin importarles la salud de las demás, las consecuencias y complicaciones que puede tener un embarazo.
¿Qué es peor? ¿La industria que está detrás o los que la apoyan siendo consumidores y clientes?
Sin clientes no hay demanda, no habría explotación. Creo que van de la mano, unos te venden la necesidad de tener hijos como al que le falta un riñón y el otro compra el riñón.
¿Qué supone personalmente ser activista y denunciante del alquiler de vientres? ¿Merece la pena?
Pues aún después de ser insultada merece la pena. Cuando hablaba al principio por Twitter sobre este tema, apenas había gente concienciada sobre ello, o que supieran realmente que era. A día de hoy, somos muchísimas los personas que alzamos la voz contra este negocio, y poco a poco ha ido calando en la gente esta aberración y siendo conscientes de lo realmente hay detrás. Realmente merece la pena esta lucha, ojalá poder terminar con este negocio de una vez. Como dijo la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo , en #NoSomosHornos, un evento en el que tuve el placer de participar con ella y otras tantas activistas recientemente, esta práctica no tiene nada que ver con la libertad de las mujeres, ni con el altruismo, sino con problemas de pobreza y marginación de las mujeres. Ella dijo algo que aplaudo y apoyo totalmente: “Nunca ocurre nada en el cuerpo de los hombres. El cuerpo de las mujeres es siempre el campo de batalla”.
@Nuria C Sopena
Fuente:
https://www.publico.es/sociedad/entrevista-gemma-bravo-vientres-alquiler-ver-libertad-altruismo-pobreza-marginacion.html
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martes, 27 de agosto de 2019
martes, 22 de enero de 2019
_- "No puedes decir mi cuerpo es mío y quedarte con el de otra persona" Entrevista a Amelia Valcárcel & Vientres de alquiler.
_- Aiende S. Jiménez
www.diariovasco.com
Afirma que no existe «ningún resquicio en el feminismo por el que podamos prestar el mínimo apoyo al alquiler de vientres»
Su conferencia no dejó indiferente al público -mayoritariamente femenino- que asistió ayer al curso '¿Gestación subrogada o vientres de alquiler? Los límites de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres' que Emakunde organizó en Donostia. La filósofa y escritora feminista Amelia Valcárcel argumentó su posición en contra y negó que tenga ninguna justificación en el feminismo.
- ¿Gestación subrogada o vientre de alquiler?
- La gestación subrogada es un eufemismo. Se trata del alquiler de personas para que te den criaturas. Por tanto no es una práctica de natalidad, ni médica. Es una vía para obtener algo que se desea, en este caso un bebé. Todos los argumentos que buscan dar legitimidad social a este fenómeno se basan en la división cuerpo-mente, y lo que tenemos es un cuerpo que ha favorecido la existencia de otro, pero no la afiliación del mismo. Esa madre es madre solo del cuerpo, y ni si quiera de todo él, porque la intención de dar vida a otra persona ni siquiera es suya.
«Lo más repugnante es que se utilice la libertad para intentar avalar semejante asunto»
- En su exposición ha hecho referencia en varias ocasiones a la esclavitud.
¿Considera esta práctica una forma de esclavizar a las mujeres?
- A lo largo de toda su historia la humanidad ha admitido ciertas prácticas a las que ha renunciado por muchas razones, y antes de admitir cualquier otra tiene que ser muy cuidadosa, no sea que se reproduzcan partes que ya se ha decidido que no estamos dispuestos a admitir como humanos a día de hoy. Nuestra humanidad ha comprado niños sin parar. Antiguamente había esclavas que solo se dedicaban a reproducirse, porque era un buen negocio, y eso no tiene nada de nuevo. Lo nuevo es prohibir que eso ocurra.
- Usted es feminista. Sin embargo la mayoría de las voces del feminismo son partidarias de la legalización de la gestación subrogada.
- Esta práctica conlleva una negación de la individualidad de los sujetos mujeres, una negación de la relación de filiación que es una de las más importantes y el regreso a dualismos ancestrales que negamos en cualquier otra situación. ¿Deberíamos como feministas admitirlo? Teniendo en cuenta que venimos de una tradición que trata de incorporar el sujeto femenino y que de otra parte es abolicionista y redentorista, no tenemos un solo resquicio por el cual podamos prestar el menor apoyo a este tipo de asunto.
- Hay quienes defienden la libertad de las mujeres para decidir sobre sus actos, el mensaje de
'mi cuerpo es mío'.
- 'Mi cuerpo es mío' es un eslogan, afortunado por cierto, pero no es un fundamento de derecho. No puedes decir mi cuerpo es mío para quedarte con el de otra persona. Lo más terrible que ocurre en este submundo que muchas personas quieren crear es querer utilizar el más hermoso de los nombres, que es el de la libertad, para avalar semejante asunto. Eso es lo más repugnante.
- ¿Y si una mujer decide gestar un bebé para otra persona por decisión propia?
- No conozco ningún caso, pero me daría igual, porque muchas prácticas abusivas son consentidas.
«La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia y con apariencia de contrato»
- ¿Esta práctica lo es?
- ¿Se le puede pedir a una mujer que geste y para a una criatura, y decirle que no es suya y que se la entregue a otro por dinero o por nada?
La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia explícita y bajo la apariencia de contrato, y es algo que ha ocurrido en todas las sociedades en el pasado.
- ¿Qué opina de que se esté planteando su regulación?
- Ya está regulado, está prohibido.
- Matizo, su legalización.
- Es evidente que no existe ni un solo fundamento para aceptar algo así. Ni uno. Como no los hay, el fundamento que se utiliza es a futuro. Esto es, por el superior interés del menor, se admite todo lo que ha habido antes de que este nazca.
- Para las parejas homosexuales es la única forma de cumplir el deseo de tener un hijo, aparte de la adopción.
- Pero deseo no significa derecho, porque sino tendríamos que asociar un derecho a cualquier deseo, y algunos deseos son de ineficaz cumplimiento y otros no están suficientemente justificados.
Fuente:
https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/amelia-valcarcel-filosofa-20180713021012-ntvo.html?fbclid=IwAR3o0rg0Aq2LmBi_rBsjxYEAzGBDxREU1zKPV3gfg4xSFdNHMuBLdmoxuBU
www.diariovasco.com
Afirma que no existe «ningún resquicio en el feminismo por el que podamos prestar el mínimo apoyo al alquiler de vientres»
Su conferencia no dejó indiferente al público -mayoritariamente femenino- que asistió ayer al curso '¿Gestación subrogada o vientres de alquiler? Los límites de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres' que Emakunde organizó en Donostia. La filósofa y escritora feminista Amelia Valcárcel argumentó su posición en contra y negó que tenga ninguna justificación en el feminismo.
- ¿Gestación subrogada o vientre de alquiler?
- La gestación subrogada es un eufemismo. Se trata del alquiler de personas para que te den criaturas. Por tanto no es una práctica de natalidad, ni médica. Es una vía para obtener algo que se desea, en este caso un bebé. Todos los argumentos que buscan dar legitimidad social a este fenómeno se basan en la división cuerpo-mente, y lo que tenemos es un cuerpo que ha favorecido la existencia de otro, pero no la afiliación del mismo. Esa madre es madre solo del cuerpo, y ni si quiera de todo él, porque la intención de dar vida a otra persona ni siquiera es suya.
«Lo más repugnante es que se utilice la libertad para intentar avalar semejante asunto»
- En su exposición ha hecho referencia en varias ocasiones a la esclavitud.
¿Considera esta práctica una forma de esclavizar a las mujeres?
- A lo largo de toda su historia la humanidad ha admitido ciertas prácticas a las que ha renunciado por muchas razones, y antes de admitir cualquier otra tiene que ser muy cuidadosa, no sea que se reproduzcan partes que ya se ha decidido que no estamos dispuestos a admitir como humanos a día de hoy. Nuestra humanidad ha comprado niños sin parar. Antiguamente había esclavas que solo se dedicaban a reproducirse, porque era un buen negocio, y eso no tiene nada de nuevo. Lo nuevo es prohibir que eso ocurra.
- Usted es feminista. Sin embargo la mayoría de las voces del feminismo son partidarias de la legalización de la gestación subrogada.
- Esta práctica conlleva una negación de la individualidad de los sujetos mujeres, una negación de la relación de filiación que es una de las más importantes y el regreso a dualismos ancestrales que negamos en cualquier otra situación. ¿Deberíamos como feministas admitirlo? Teniendo en cuenta que venimos de una tradición que trata de incorporar el sujeto femenino y que de otra parte es abolicionista y redentorista, no tenemos un solo resquicio por el cual podamos prestar el menor apoyo a este tipo de asunto.
- Hay quienes defienden la libertad de las mujeres para decidir sobre sus actos, el mensaje de
'mi cuerpo es mío'.
- 'Mi cuerpo es mío' es un eslogan, afortunado por cierto, pero no es un fundamento de derecho. No puedes decir mi cuerpo es mío para quedarte con el de otra persona. Lo más terrible que ocurre en este submundo que muchas personas quieren crear es querer utilizar el más hermoso de los nombres, que es el de la libertad, para avalar semejante asunto. Eso es lo más repugnante.
- ¿Y si una mujer decide gestar un bebé para otra persona por decisión propia?
- No conozco ningún caso, pero me daría igual, porque muchas prácticas abusivas son consentidas.
«La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia y con apariencia de contrato»
- ¿Esta práctica lo es?
- ¿Se le puede pedir a una mujer que geste y para a una criatura, y decirle que no es suya y que se la entregue a otro por dinero o por nada?
La mayor parte de las prácticas violentas se dan sin violencia explícita y bajo la apariencia de contrato, y es algo que ha ocurrido en todas las sociedades en el pasado.
- ¿Qué opina de que se esté planteando su regulación?
- Ya está regulado, está prohibido.
- Matizo, su legalización.
- Es evidente que no existe ni un solo fundamento para aceptar algo así. Ni uno. Como no los hay, el fundamento que se utiliza es a futuro. Esto es, por el superior interés del menor, se admite todo lo que ha habido antes de que este nazca.
- Para las parejas homosexuales es la única forma de cumplir el deseo de tener un hijo, aparte de la adopción.
- Pero deseo no significa derecho, porque sino tendríamos que asociar un derecho a cualquier deseo, y algunos deseos son de ineficaz cumplimiento y otros no están suficientemente justificados.
Fuente:
https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/amelia-valcarcel-filosofa-20180713021012-ntvo.html?fbclid=IwAR3o0rg0Aq2LmBi_rBsjxYEAzGBDxREU1zKPV3gfg4xSFdNHMuBLdmoxuBU
jueves, 6 de diciembre de 2018
Alicia Miyares: "La gestación subrogada es una trampa en la que no deberíamos caer"
www.huffingtonpost.es
Portavoz del movimiento 'No somos vasijas':
"Nadie te va a decir que lo hace por dinero".
Alicia Miyares es filósofa y escritora feminista. Desde que hace un par de años se implicó en el movimiento No somos Vasijas, junto a otras filósofas como Amelia Valcárcel y Victoria Camps, dedica buena parte de su tiempo a luchar contra la gestación subrogada. De momento, recurrir a un vientre de alquiler para tener un hijo es una práctica prohibida en España, aunque su posible regulación ha entrado de lleno en el debate político. Miyares no ahorra críticas a lo que entiende que no es más que un eufemismo bajo el que se esconde un negocio degradante para las mujeres al rebajarlas a meras máquinas reproductivas. La semana pasada Miyares y 50 organizaciones de mujeres y colectivos LGTBI presentaron, en una rueda de prensa en Madrid, la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres en cuya página web dejan clara su postura: "No somos incubadoras, ni vasijas, ni úteros o vientres de alquiler: somos mujeres, vidas humanas con las que pretenden montar un nuevo negocio que lucrará al más fuerte y someterá a las más débiles". Días después de ese acto, Miyares atiende por teléfono a El HuffPost.
Pregunta: ¿Por qué creen necesaria esta Red Estatal contra el Alquiler de Vientres?
Respuesta: Este es un momento en el que hay que trasladar a la ciudadanía que son muchas voces las que están en contra de una práctica absolutamente lesiva para los derechos de las mujeres y para la imagen que se da del embarazo, el parto y la cosificación que ello comporta de las mujeres embarazadas y de los menores que están por nacer.
P: ¿Por qué piensa que la maternidad subrogada en una práctica lesiva para la mujer?
R: Si se regulara esta práctica, daría como resultado un primer contrato que es el contrato mal llamado de gestación subrogada por el cual a una de las partes se le exige la renuncia a un derecho fundamental de manera taxativa. Se pide a las mujeres que renuncien a un derecho fundamental que es el de filiación y custodia, una barbaridad en términos jurídicos. En un contexto de sociedades democráticas es inasumible que se nos pida la renuncia, por contrato, a derechos cuya conquista ha llevado mucho tiempo.
P: Hay países en los que esa práctica sí es legal si se hace de manera altruista. Reino Unido, por ejemplo.
R: En el Reino Unido apenas hay mujeres que se están sometiendo a esta práctica para ceder a su hijo porque no hay compensación económica. Sabemos, porque los datos están ahí, que en el Reino Unido el año pasado hubo 20 casos nada más.
P: ¿Por qué cree que hay personas que quieren regular la gestación subrogada en España?
R: En el momento en el que en un país se regula de manera favorable, lo que eso permite es que se registre de manera automática a los niños nacidos por maternidad subrogada en otro país. Esto es, lo que permitiría es que los padres salieran al turismo reproductivo a terceros países para conseguir un bebé y, después, regularizarlo en España. Es un subterfugio, es una trampa en la que no deberíamos caer. Luego hay salvedades, como siempre, pero las salvedades no necesitan una legislación.
P: Me decía que en el Reino Unido hay pocas mujeres que lleven a cabo una maternidad subrogada porque no se recompensa económicamente. ¿Cree, entonces, que la motivación tras esta práctica es el dinero?
R: Esto es un negocio, es mercantilismo puro del que no se libra ninguna de las partes contratantes. Las personas no pueden ser objeto de transacción mercantil ni contractual. El límite del comercio y del contrato, de lo que se puede comprar y vender, son las personas. Esto no es algo español sino que está presente en buena parte de los corpus legislativos de las sociedades.
P: En El HuffPost publicamos el caso de Nikki Kuska, una mujer norteamericana que fue gestante de una pareja española. Según nos explicó, aunque recibió una compensación de 25.000 dólares, decidió gestar por un motivo altruista, por ayudar a formar una familia a quien no podía crearla.
R: Estamos hablando de una mujer estadounidense, donde las prestaciones públicas básicas no son precisamente algo a lo que quiere acceder la clase media. La clase media quiere acceder a colegios privados cuanto mejores, mejor. Y a seguros sanitarios cuanto más amplios, mejor. Dicho de otra manera, los 25.000 dólares que ella percibe le garantizan un año de matrícula en la universidad de Yale a uno de sus hijos . El término monetario hay que ponerlo en relación con el país del que hablamos. Igual que 6.000 dólares para una mujer ucraniana es una fortuna que le permite durante unos años cubrir las necesidades de su familia. O 2.000 dólares para una mujer india.
Nadie te va a decir que lo hace por dinero. Incluso en programas que hemos visto en televisión, ellas no te confesaban que lo hacían por dinero, sino por ayudar a terceras personas. Nadie quiere reconocer que tiene cierta necesidad económica.
El centro del debate es que, aunque una persona decida individualmente hacer eso, yo no voy a aceptar una práctica en la que se pide que se renuncie a un derecho fundamental porque una barbaridad en sociedades democráticas. Igual que no aceptamos que las personas, que las hay, quieran vender un riñón. Eso no lo aceptamos, ponemos un límite. Pues el límite que ponemos en ese caso es absolutamente extrapolable, si no más, a lo que estamos hablando.
P: ¿Usted cree que la paternidad es un deseo o es un derecho?
R: Pretenden convertir el deseo en un derecho pero eso es un esperpento en términos jurídicos. Si la paternidad o la maternidad fuera un derecho, el Estado tendría que garantizar que todas las personas pudieran acceder a ese derecho. Si la paternidad fuera un derecho en un hipotético futuro, adiós a las leyes de interrupción del embarazo porque alguien siempre podría invocar el derecho a tener a ese hijo frente a la mujer que desea interrumpir el embarazo.
P: En los medios vemos con cierta frecuencia a personajes famosos que han sido padres mediante gestación subrogada. ¿Cree que eso contribuye a normalizar esa práctica?
R: Sí, ayuda a normalizar el asunto. Pese a ser un contrato nulo de pleno derecho, eso no impide que esas personas salgan en los medios haciendo alarde de cómo han conseguido a esa criatura. Hay un ejemplo que para mí es muy clarificador. El de una afamado millonario, que ha hecho sus millones pegando patadas a un balón, en el que le preguntaba a su hermana sobre el sobrino que iba a tener y le preguntaban por la madre y respondía: "La madre no existe". Y eso es en el fondo lo que subyace a esa práctica.
P: Se refiere a Ronaldo, ¿no?
R: Claro. Cómo no va a conmoverse la gente ante la presentación de un menor. Mire, somos seres humanos primarios. Tú te emocionas, empatizas pero, solamente cuando entramos en el fondo del asunto y en lo que conlleva, es cuando la gente empieza a tomar conciencia. ¿Cuál es el problema? Pues que nunca estás en igualdad de condiciones a la hora de trasladar que eso es una barbaridad moral y jurídica. Claro, a todo el mundo nos encanta la felicidad, pero hay que pensar cómo la obtenemos.
P: Dicen ustedes que en España existe un lobby que amenaza los derechos de las mujeres. ¿A qué lobby se refieren?
R: Mientras unas trabajamos todo el día y necesitamos vivir de nuestro trabajo, aquí hay un lobby evidente. Esto es un negocio porque explotan el deseo de unas personas de tener hijos. Les ofrecen un medio para alcanzar ese deseo. Son las agencias de intermediación, los despachos de abogados que son los que realizan la gestión y los que se quedan con la parte nuclear del asunto. Trabajan en España con total impunidad y que tienen un lucro muy llamativo y muy sustancial. Hace un mes, un banco muy potente estaba pensando en sacar una línea de crédito para familias que quisieran recurrir a la gestación. Exactamente igual que una hipoteca.
P: ¿Tienen ustedes contactos con los partidos políticos para hacerles llegar su postura?
R: Como el debate ya se ha iniciado en los partidos políticos, nos están llamando. Cuando salió la plataforma de No somos Vasijas, ya aceleró el debate. Y, de hecho, yo voy a partidos políticos y agrupaciones para hablar de esta práctica. Porque lo cierto es ¿por qué los políticos van a tener una visión más preclara que el resto de la ciudadanía? Necesitan información
También está pasando que cuando escuchan las razones que les damos, las entienden. Dicho de otra manera, si un partido político, por poner un ejemplo, el PSOE o IU, están en contra de la regulación de la prostitución como un trabajo porque es explotación sexual, lo cierto es que, si mantienen un principio de coherencia, deberían estar en contra de la explotación reproductiva de las mujeres. El trabajo está ahí y lo estamos haciendo.
P: ¿Están siendo receptivos los partidos?
R: Bastante, porque todo el mundo necesita argumentos de peso y escapar un poco del magma emocional y de esa adhesión primaria que consiste en decir: "Bueno, si ella lo quiere". Eso no es una justificación que articule el mundo. Porque eso es la ley de la selva, que gane el más fuerte.
P: ¿Creen ustedes que, en el futuro, se aprobará una regulación a favor?
R: Creo que la ley se mantendrá como está. Este asunto está regulado, no desde la época del cavernario, sino desde 2006, diciendo que es un contrato nulo de pleno derecho.
P: ¿En España, con una tasa de natalidad de las más bajas del mundo, va a haber mujeres dispuestas a gestar bebés para otras parejas?
R: Es evidente que no. Si ya las mujeres tenemos problemas para llevar a cabo un embarazo y un parto porque las condiciones laborales no ofrecen seguridad alguna... Habrá todo lo más 5 ó 6 mujeres. Lo que va a permitir es que se puedan ir al mercado reproductivo y registrar automáticamente a los bebés nacidos fuera de España por subrogación.
P: ¿La maternidad subrogada es un problema de demanda social?
R: No solo no lo es sino que creo que los números están hinchados. Los datos supuestos de niños nacidos por subrogación son datos poco fiables porque los ofrecen las asociación favorables a la regulación. Carecemos de datos oficiales. Se ha preguntado al Gobierno en esta legislatura y la respuesta ha sido que no es posible ofrecer datos porque no figura en el registro civil el procedimiento por el que ha nacido cada criatura.
Foto Tribuna Feminista/ Alicia Miyares, primera por la derecha, durante la presentación de la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres
Fuente:
https://www.huffingtonpost.es/amp/2017/04/30/alicia-miyares-la-gestacion-subrogada-es-una-trampa-en-la-que_a_22054736/?ncid=other_twitter_cooo9wqtham&utm_campaign=share_twitter&__twitter_impression=true
sábado, 8 de julio de 2017
_- Gestación Subrogada & España neoliberal. Gestación subrogada: no es solidaridad, es mercado
_- Miguel Pasquau Liaño
http://ctxt.es
La semana pasada el partido conservador Ciudadanos presentó una iniciativa parlamentaria para sacar una ley a favor de la gestación subrogada. El autor, magistrado y profesor de derecho, nos desvela la verdadera cara de esta propuesta parlamentaria.
La iniciativa de Ciudadanos consagraría una explotación económica del cuerpo de las mujeres pobres. De ahí a la venta de riñones, cabello, piel, córnea en un mercado regulado, entre personas vivas, hay sólo un pequeño paso
La proposición de ley presentada por Ciudadanos sobre la denominada gestación subrogada (o gestación por cuenta ajena) dice de sí misma, en su espantosamente redactada exposición de motivos, que se propone regular un derecho a la gestación subrogada, y sus condiciones de ejercicio, y que esas condiciones se sujetarán a los principios de libertad, igualdad, dignidad, ausencia de ánimo de lucro y la más intensa solidaridad entre personas libres e iguales. Retengamos esta última expresión: “La más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”.
Todo parece indicar, al leer esta exposición de motivos, que Ciudadanos quiere habilitar una nueva forma de voluntariado: la de legiones de mujeres dispuestas a prestar su cuerpo desinteresadamente a personas a las que no conocen, a fin de que puedan satisfacer su deseo de maternidad o paternidad sin pasar, respectivamente, por el parto o por el coito. Quizás también cuenta Ciudadanos con que, igual que hay campañas de donación de sangre, las habrá para el alistamiento en el Registro Nacional de Gestación por Subrogación. Todo por altruismo: “Sea solidaria, ofrézcase como mujer gestante”. ¿Alguien puede creer que una mujer se alistará en un Registro como candidata a ser elegida por varones o parejas desconocidas para soportar un embarazo y parir por cuenta ajena, por una razón que no sea ganar dinero? ¿Es serio que se diga en la exposición de motivos que se trata de regular una actividad de “intensa solidaridad”? “Es el mercado, idiota”, me parece estar oyendo responder.
Leí y oí que Ciudadanos publicitó su iniciativa destacando que su proposición de ley descartaba toda posibilidad de mercantilización del cuerpo de la mujer, porque sólo se admitía el contrato cuando no hubiera ánimo de lucro. Se trataba, según Ciudadanos, de un instrumento para hacer posible un derecho, en el ámbito de relaciones de solidaridad. Imaginé, entonces, que lo que se contemplaba en su ley sería la posibilidad de que una mujer prestase su cuerpo a una hermana o a una amiga íntima que no pudiera soportar con éxito un embarazo. Me parecía difícil una regulación en esos términos que impidiera la expansión de esta práctica fuera del círculo de personas cercanas entre las que sí pudiera ser imaginable una motivación altruista de solidaridad, similar a la que concurre en casos de donación entre vivos de órganos no vitales (como, por ejemplo, un riñón).
Pero me hice con el texto de la proposición de ley y, al margen de otros aspectos técnicos que ahora no interesan, encontré que la exposición de motivos de la ley, y las declaraciones de los defensores de la misma, son publicidad engañosa, porque lo que se regula es un contrato civil en virtud del cual una mujer presta un servicio corporal a cambio de un precio. En efecto, lo primero que sorprende es que la ley prohíbe el contrato entre personas consanguíneas, que es entre las que puede resultar más natural una motivación altruista. “La mujer gestante no podrá tener vínculos de consanguinidad con el o los progenitores subrogantes”, dice el artículo 4.3.
En realidad, la ley prevé un sistema de selección por los progenitores de la mujer gestante de entre una lista de candidatas desconocidas, inscritas en un Registro. Es de imaginar que los progenitores acudirán al Registro y allí se les mostrarán fotografías y datos personales de una lista de candidatas, y que a partir de ahí se establecerá una negociación con la mujer elegida a fin de formalizar finalmente el contrato a satisfacción de ambas partes. Esa negociación, sin duda alguna, versará, principalmente, sobre el precio a percibir por la mujer gestante. La proposición de ley no utiliza el término “precio”, sino que emplea la expresión “compensación económica resarcitoria”.
Pero si consideramos que dicha compensación ha de ser fijada por negociación en el contrato, y analizamos sus partidas o componentes, comprobamos que tal expresión es un subterfugio, porque no se trata de la indemnización de un daño o de la compensación de un gasto, sino de una remuneración económica por un servicio según precios de mercado. Veamos por qué. El primero de los componentes de la compensación es “cubrir los gastos estrictamente derivados de las molestias físicas”. Es claro que no se refiere a medicamentos o tratamientos para paliar esas molestias, sino a una cantidad de dinero igual a aquella en que la mujer gestante valora que “merece la pena” sufrir esas molestias del embarazo y del parto. Es decir, un precio por el alquiler del útero.
Como en todo precio, los progenitores no darán más que aquello en lo que valoran su deseo de tener un hijo, y la gestante no pedirá menos que aquello en lo que valora el “servicio” corporal que va a prestar. ¿Es, o no, un precio? ¿No está claro que la motivación de la mujer gestante se encontrará justamente en la cantidad que se fije en el contrato? Con dicha compensación no se persigue que la mujer gestante no se empobrezca por gastos propios, sino que obtenga un dinero a cambio de su servicio. Se trata, pues, de un arrendamiento de servicios remunerado y oneroso. Es más, si la candidata elegida exige una cantidad mayor que la que los progenitores están dispuestos a ofrecer, nada les impedirá volver al Registro de mujeres gestantes e intentar la negociación con otra candidata. Pero es que además la compensación incluirá “el lucro cesante” inherente a la gestación.
Es decir, lo que la mujer deja de ganar por estar embarazada. Y recordemos que no se trata de una indemnización a calcular por un juez, en función del trabajo preexistente de la mujer o sus oportunidades laborales, sino que es una cuantía que las partes han de pactar en el contrato. Lo llamarán “lucro cesante”, pero será un precio que por lo general se aproximará a un salario digno durante el periodo de gestación. En definitiva, para la mujer gestante en paro se tratará de una oportunidad de obtener ingresos durante un tiempo, y fácil es concluir que esa será la motivación por la que se apunte en el Registro de mujeres gestantes. Lo más irritante de la iniciativa de Ciudadanos es su hipocresía. No creo que se trate de ingenuidad. La exposición de motivos y las explicaciones públicas hablan de altruismo y de un inexplicable “derecho” de las mujeres de “gestar” para otros (por cuenta ajena), cuando en realidad se trata de la renuncia anticipada e irrevocable a la maternidad del hijo que dé a luz.
Y hablan también de la “más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”, cuando en realidad se trata de poner en contacto una oferta (del cuerpo) y una demanda (con dinero). Los efectos de una improbable aprobación de esa ley serían la creación de un mercado en el que unos pondrían el dinero y otras pondrían su cuerpo a cambio del dinero que necesitan. Y no un dinero oculto, negro, pagado por debajo de la mesa, sino un precio fijado en el contrato, sólo que con un nombre falso: “Compensación económica resarcitoria”. No es exagerado, pues, decir que esta iniciativa consagraría una explotación económica del cuerpo de las mujeres pobres. De ahí a la venta de riñones, cabello, piel, córnea en un mercado regulado, entre personas vivas, hay sólo un pequeño paso.
Tiene razón Albert Rivera: frente a este fenómeno (es decir, frente a los riesgos de comercialización del cuerpo de la mujer) la respuesta, en efecto, no ha de ser “cerrar los ojos”. Claro que no, lo que hay que hacer es abrirlos bien y estar vigilantes para impedirlo, y que no cuelen trampas como la de esta proposición de ley. Es una buena noticia que el resto de fuerzas políticas, aunque por razones no idénticas, le hayan cerrado el paso. Quizás hay un tercer actor en este drama.
Quizás existen clínicas especializadas en implantación de embriones en úteros de mujeres que estén esperando esta ley para “abrir mercados” con suculentas ganancias. Nada les impedirá hacerlo. Pero, en España, la mujer implantada seguirá siendo la madre del nasciturus. Si esto retrae las expectativas de ese negocio en ciernes, qué le vamos a hacer.
Fuente:
http://ctxt.es/es/20170628/Firmas/13629/ctxt-pasquau-gestacion-subrogada-vientres-alquiler-ciudadanos.htm#.WVbWQBP6T2Q.facebook
Sobre el autor: Miguel Pasquau Liaño (Úbeda, 1959) es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog "Es peligroso asomarse". http://www.migueldeesponera.blogspot.com/
http://ctxt.es
La semana pasada el partido conservador Ciudadanos presentó una iniciativa parlamentaria para sacar una ley a favor de la gestación subrogada. El autor, magistrado y profesor de derecho, nos desvela la verdadera cara de esta propuesta parlamentaria.
La iniciativa de Ciudadanos consagraría una explotación económica del cuerpo de las mujeres pobres. De ahí a la venta de riñones, cabello, piel, córnea en un mercado regulado, entre personas vivas, hay sólo un pequeño paso
La proposición de ley presentada por Ciudadanos sobre la denominada gestación subrogada (o gestación por cuenta ajena) dice de sí misma, en su espantosamente redactada exposición de motivos, que se propone regular un derecho a la gestación subrogada, y sus condiciones de ejercicio, y que esas condiciones se sujetarán a los principios de libertad, igualdad, dignidad, ausencia de ánimo de lucro y la más intensa solidaridad entre personas libres e iguales. Retengamos esta última expresión: “La más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”.
Todo parece indicar, al leer esta exposición de motivos, que Ciudadanos quiere habilitar una nueva forma de voluntariado: la de legiones de mujeres dispuestas a prestar su cuerpo desinteresadamente a personas a las que no conocen, a fin de que puedan satisfacer su deseo de maternidad o paternidad sin pasar, respectivamente, por el parto o por el coito. Quizás también cuenta Ciudadanos con que, igual que hay campañas de donación de sangre, las habrá para el alistamiento en el Registro Nacional de Gestación por Subrogación. Todo por altruismo: “Sea solidaria, ofrézcase como mujer gestante”. ¿Alguien puede creer que una mujer se alistará en un Registro como candidata a ser elegida por varones o parejas desconocidas para soportar un embarazo y parir por cuenta ajena, por una razón que no sea ganar dinero? ¿Es serio que se diga en la exposición de motivos que se trata de regular una actividad de “intensa solidaridad”? “Es el mercado, idiota”, me parece estar oyendo responder.
Leí y oí que Ciudadanos publicitó su iniciativa destacando que su proposición de ley descartaba toda posibilidad de mercantilización del cuerpo de la mujer, porque sólo se admitía el contrato cuando no hubiera ánimo de lucro. Se trataba, según Ciudadanos, de un instrumento para hacer posible un derecho, en el ámbito de relaciones de solidaridad. Imaginé, entonces, que lo que se contemplaba en su ley sería la posibilidad de que una mujer prestase su cuerpo a una hermana o a una amiga íntima que no pudiera soportar con éxito un embarazo. Me parecía difícil una regulación en esos términos que impidiera la expansión de esta práctica fuera del círculo de personas cercanas entre las que sí pudiera ser imaginable una motivación altruista de solidaridad, similar a la que concurre en casos de donación entre vivos de órganos no vitales (como, por ejemplo, un riñón).
Pero me hice con el texto de la proposición de ley y, al margen de otros aspectos técnicos que ahora no interesan, encontré que la exposición de motivos de la ley, y las declaraciones de los defensores de la misma, son publicidad engañosa, porque lo que se regula es un contrato civil en virtud del cual una mujer presta un servicio corporal a cambio de un precio. En efecto, lo primero que sorprende es que la ley prohíbe el contrato entre personas consanguíneas, que es entre las que puede resultar más natural una motivación altruista. “La mujer gestante no podrá tener vínculos de consanguinidad con el o los progenitores subrogantes”, dice el artículo 4.3.
En realidad, la ley prevé un sistema de selección por los progenitores de la mujer gestante de entre una lista de candidatas desconocidas, inscritas en un Registro. Es de imaginar que los progenitores acudirán al Registro y allí se les mostrarán fotografías y datos personales de una lista de candidatas, y que a partir de ahí se establecerá una negociación con la mujer elegida a fin de formalizar finalmente el contrato a satisfacción de ambas partes. Esa negociación, sin duda alguna, versará, principalmente, sobre el precio a percibir por la mujer gestante. La proposición de ley no utiliza el término “precio”, sino que emplea la expresión “compensación económica resarcitoria”.
Pero si consideramos que dicha compensación ha de ser fijada por negociación en el contrato, y analizamos sus partidas o componentes, comprobamos que tal expresión es un subterfugio, porque no se trata de la indemnización de un daño o de la compensación de un gasto, sino de una remuneración económica por un servicio según precios de mercado. Veamos por qué. El primero de los componentes de la compensación es “cubrir los gastos estrictamente derivados de las molestias físicas”. Es claro que no se refiere a medicamentos o tratamientos para paliar esas molestias, sino a una cantidad de dinero igual a aquella en que la mujer gestante valora que “merece la pena” sufrir esas molestias del embarazo y del parto. Es decir, un precio por el alquiler del útero.
Como en todo precio, los progenitores no darán más que aquello en lo que valoran su deseo de tener un hijo, y la gestante no pedirá menos que aquello en lo que valora el “servicio” corporal que va a prestar. ¿Es, o no, un precio? ¿No está claro que la motivación de la mujer gestante se encontrará justamente en la cantidad que se fije en el contrato? Con dicha compensación no se persigue que la mujer gestante no se empobrezca por gastos propios, sino que obtenga un dinero a cambio de su servicio. Se trata, pues, de un arrendamiento de servicios remunerado y oneroso. Es más, si la candidata elegida exige una cantidad mayor que la que los progenitores están dispuestos a ofrecer, nada les impedirá volver al Registro de mujeres gestantes e intentar la negociación con otra candidata. Pero es que además la compensación incluirá “el lucro cesante” inherente a la gestación.
Es decir, lo que la mujer deja de ganar por estar embarazada. Y recordemos que no se trata de una indemnización a calcular por un juez, en función del trabajo preexistente de la mujer o sus oportunidades laborales, sino que es una cuantía que las partes han de pactar en el contrato. Lo llamarán “lucro cesante”, pero será un precio que por lo general se aproximará a un salario digno durante el periodo de gestación. En definitiva, para la mujer gestante en paro se tratará de una oportunidad de obtener ingresos durante un tiempo, y fácil es concluir que esa será la motivación por la que se apunte en el Registro de mujeres gestantes. Lo más irritante de la iniciativa de Ciudadanos es su hipocresía. No creo que se trate de ingenuidad. La exposición de motivos y las explicaciones públicas hablan de altruismo y de un inexplicable “derecho” de las mujeres de “gestar” para otros (por cuenta ajena), cuando en realidad se trata de la renuncia anticipada e irrevocable a la maternidad del hijo que dé a luz.
Y hablan también de la “más intensa solidaridad entre personas libres e iguales”, cuando en realidad se trata de poner en contacto una oferta (del cuerpo) y una demanda (con dinero). Los efectos de una improbable aprobación de esa ley serían la creación de un mercado en el que unos pondrían el dinero y otras pondrían su cuerpo a cambio del dinero que necesitan. Y no un dinero oculto, negro, pagado por debajo de la mesa, sino un precio fijado en el contrato, sólo que con un nombre falso: “Compensación económica resarcitoria”. No es exagerado, pues, decir que esta iniciativa consagraría una explotación económica del cuerpo de las mujeres pobres. De ahí a la venta de riñones, cabello, piel, córnea en un mercado regulado, entre personas vivas, hay sólo un pequeño paso.
Tiene razón Albert Rivera: frente a este fenómeno (es decir, frente a los riesgos de comercialización del cuerpo de la mujer) la respuesta, en efecto, no ha de ser “cerrar los ojos”. Claro que no, lo que hay que hacer es abrirlos bien y estar vigilantes para impedirlo, y que no cuelen trampas como la de esta proposición de ley. Es una buena noticia que el resto de fuerzas políticas, aunque por razones no idénticas, le hayan cerrado el paso. Quizás hay un tercer actor en este drama.
Quizás existen clínicas especializadas en implantación de embriones en úteros de mujeres que estén esperando esta ley para “abrir mercados” con suculentas ganancias. Nada les impedirá hacerlo. Pero, en España, la mujer implantada seguirá siendo la madre del nasciturus. Si esto retrae las expectativas de ese negocio en ciernes, qué le vamos a hacer.
Fuente:
http://ctxt.es/es/20170628/Firmas/13629/ctxt-pasquau-gestacion-subrogada-vientres-alquiler-ciudadanos.htm#.WVbWQBP6T2Q.facebook
Sobre el autor: Miguel Pasquau Liaño (Úbeda, 1959) es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog "Es peligroso asomarse". http://www.migueldeesponera.blogspot.com/
martes, 21 de febrero de 2017
¿Gestación subrogada? ¿Vientres de alquiler? & neoliberalismo. Explotación reproductiva
TribunaFeminista
Cada vez se esta oyendo más los conceptos de vientres de alquiler, gestación subrogada. La autora, con brillantez pedagógica, nos aclara lo que es está detrás de estos términos y de esta práctica cada vez más interesada en ser normalizada y regularizada: un pensamiento y práctica neoliberal de la vida.
El tema parece estar en boca de todo el mundo. Los medios sociales se llenan de artículos de opinión. Los principales partidos empiezan, con mayor o menor timidez, a mojarse ahora que no les queda otra. ¿Regulación, sí o no?.
Gestación subrogada, vientres de alquiler
Quienes están a favor lo llaman gestación subrogada, que suena más agradable, aunque al fin y al cabo alude al hecho de que se trata de un negocio jurídico y no de una técnica de reproducción asistida, como aseguran con vehemencia. Quienes están en contra muchas veces se refieren a ello como vientres de alquiler.
Como feminista me duele este término, vientre de alquiler, porque además de ser peyorativo hacia las mujeres gestantes y de obviar el hecho de que el objeto de transacción no es ni más ni menos que un bebé, resulta del todo impreciso.
No se alquilan vientres, sino mujeres enteras: sus cuerpos, sus sentimientos, sus experiencias, su tiempo. Sí, seamos claras. Las mujeres se convierten en posesiones de las personas contratantes (y de las empresas intermediarias, si se da el caso), quienes tienen derechos de propiedad sobre ellas a lo largo de todo el embarazo. Esta lucrativa rama de la industria de la tecnología reproductiva es, digámoslo de una vez, violencia contra las mujeres. Por eso me niego a llamarlo otra cosa que explotación reproductiva.
Manipulación de la realidad
Mediante una vergonzosa manipulación de la realidad, las personas que abanderan la causa de la regulación no ofrecen argumentos racionales sino que elaboran toda una mística de las emociones —su maravillosa gestante a la que siempre querrán, su precioso bebé, su sueño de formar una familia— aludiendo, por si fuera poco, a una pretendida libertad de las mujeres para hacer lo que les plazca con su cuerpo.
Una libertad individual que quiere situarse por encima del bien común, una libertad individual que decide lo que hace con una tercera persona, el bebé. Que la parte de la derecha más aferrada al neoliberalismo que a Dios se muestre a favor no es ninguna sorpresa.
Que sectores de la izquierda también sean partidarios ha sido más difícil de digerir. Pero como grafitearon por toda Bolivia las Mujeres Creando: “lo más parecido a un machista de derechas es un machista de izquierdas”. No obstante, lo realmente devastador ha sido encontrarse con compañeras feministas posicionándose a favor de regular que los cuerpos de las mujeres y de las niñas y niños nacidos salgan al mercado.
Libertad individual; desigualdad social y de género.
Libertad no era esto, hermanas. Libertad era disfrutar de nuestra sexualidad, perseguir nuestros sueños, gozar de la vida, mandar a la mierda los cánones de belleza, relacionarnos entre nosotras con sororidad, celebrar la diversidad, avanzar sin obstáculos, poder caminar en la noche oscura, ni sumisas, ni devotas…
En este infame patriarcado parece que no nos queda otra que ser una más en “la larga estirpe de vendidas” de la que hablaba Cherríe Moraga, mujeres que traicionan a mujeres en pos de ese individualismo que olvida que todo lo bueno que hay en nuestras vidas se lo debemos a las que lucharon por todas. Desde una posición feminista y anticapitalista, es imposible tolerar la regulación de la explotación reproductiva, que coloca a las mujeres con menos recursos en una situación de precariedad anímica y física mientras que las (blancas) más privilegiadas pueden dedicarse a trabajos más satisfactorios.
Es del todo imposible el altruismo en un sistema social, económico y político como el nuestro, caracterizado por un desequilibrio de poder en el que la venta de la capacidad sexual o reproductiva puede ser cuestión de supervivencia para muchas mujeres. Un feminismo coherente debe ser impugnador de un sistema capitalista que potencia las libertades individuales antes que las colectivas, que pone precio a la vida y que siempre encuentra nuevas formas de beneficiarse de la desigualdad.
Fuente:
http://www.tribunafeminista.org/2017/02/explotacion-reproductiva/
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