Si a cualquiera de nosotros nos preguntasen si nos gusta el mundo en que vivimos, seguramente contestaríamos que no. El problema es que si a continuación nos preguntasen si estamos haciendo algo para mejorarlo, probablemente responderíamos también que no. Pobreza, contaminación, guerras… son también la causa de nuestra desidia y desinterés. El mundo puede arder a nuestro alrededor, que nosotros seguiremos votando a los que le prenden fuego. A todos esos líderes civilizados para quienes el crecimiento económico está por encima de los millones de vidas humanas que cada año se ahogan entre el hambre y las alambradas. Líderes amables y cercanos, razonables y eficaces. Educados. Ellos son los primeros responsables de este mundo salvaje y egoísta, violento e irracional. Consecuencia directa de un capitalismo al que, según parece, nadie se atreve a toser.— PABLO GONZÁLEZ CABALLERO
>Madrid >6 MAR 2016El País.
martes, 23 de febrero de 2016
Estudiar y memorizar.
Estudiar y memorizar no son, por mucho que nuestro sistema educativo se esfuerce por enseñarnos, sinónimos. Estudiar es aprender, es interiorizar, es disfrutar de algo nuevo y desconocido. Memorizar, por otro lado, es retener temporalmente una información. Memorizar es lo que haces de mala gana para luego vomitarlo en un examen. Si has memorizado bien, enhorabuena, no volverás a aguantar ese tostón en lo que te queda de carrera. Posiblemente se te olvide, ¿a quién le importa? Lo que cuenta es aprobar, no aprender. Pero si no lo has hecho, lo siento, la próxima vez te costará el doble de dinero. O quizás no habrá próxima vez porque memorizar es demasiado caro. Así que ponte a trabajar. Si puedes; lo más seguro es que te pidan experiencia. Pero, claro, la culpa es siempre del alumno. ¿Cómo no son capaces de demostrar todo lo que saben en una hora, en 10 sencillas preguntas, cuando lo único que tienen que hacer es escribir todo lo que venía en los apuntes?—PILAR RIVERA CÓRDOBA
Sevilla
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