Corría el año 2001 cuando al economista Serge Latouche le tocó moderar un debate organizado por la Unesco. En la mesa, a su izquierda, recuerda, estaba sentado el activista antiglobalización José Bové; y más allá, el pensador austriaco Ivan Illich. Por aquel entonces, Latouche ya había podido comprobar sobre el terreno, en el continente africano, los efectos que la occidentalización producía sobre el llamado Tercer Mundo.
Lo que estaba de moda en aquellos años era hablar de desarrollo sostenible. Pero para los que disentían de este concepto, lo que conseguía el desarrollo era de todo menos sostenibilidad.
Fue en ese coloquio cuando empezó a tomar vuelo la teoría del decrecimiento, concepto que un grupo de mentes con inquietudes ecológicas rescataron del título de una colección de ensayos del matemático rumano Nicholas Georgescu-Roegen.
Se escogió la palabra decrecimiento para provocar. Para despertar conciencias. “Había que salir de la religión del crecimiento”, evoca el profesor Latouche en su estudio parisiense, ubicado cerca del mítico Boulevard Saint Germain. “En un mundo dominado por los medios”, explica, “no se puede uno limitar a construir una teoría sólida, seria y racional; hay que tener un eslogan, hay que lanzar una teoría como se lanza un nuevo lavavajillas”.
Así nació esta línea de pensamiento, de la que este profesor emérito de la Universidad París-Sur es uno de los más activos precursores. Un movimiento que se podría encuadrar dentro de un cierto tipo de ecosocialismo, y en el que confluyen la crítica ecológica y la crítica de la sociedad de consumo para clamar contra la cultura de usar y tirar, la obsolescencia programada, el crédito sin ton ni son y los atropellos que amenazan el futuro del planeta.
El viejo profesor Latouche, nacido en 1940 en la localidad bretona de Vannes, aparece por la esquina del Boulevard Saint Germain con su gorra negra y un bastón de madera para ayudarse a caminar. Hace calor.
La cita es en un café, pero unos ruidosos turistas norteamericanos propician que nos lleve a su estudio de trabajo, un espacio minúsculo en el que caben, apelotonadas, su silla, su mesa de trabajo, una butaca y montañas de libros, que son los auténticos dueños de este lugar luminoso y muy silencioso.
Pregunta. Estamos inmersos en plena crisis, ¿hacia dónde cree usted que se dirige el mundo?
Respuesta. La crisis que estamos viviendo actualmente se viene a sumar a muchas otras, y todas se mezclan. Ya no se trata solo de una crisis económica y financiera, sino que es una crisis ecológica, social, cultural… o sea, una crisis de civilización. Algunos hablan de crisis antropológica…
“La oligarquía financiera tiene a su servicio a toda una serie de funcionarios: los jefes de Estado”
P. ¿Es una crisis del capitalismo?
R. Sí, bueno, el capitalismo siempre ha estado en crisis. Es un sistema cuyo equilibrio es como el del ciclista, que nunca puede dejar de pelear porque si no se cae al suelo. El capitalismo siempre debe estar en crecimiento, si no es la catástrofe. Desde hace treinta años no hay crecimiento, desde la primera crisis del petróleo; desde entonces hemos pedaleado en el vacío. No ha habido un crecimiento real, sino un crecimiento de la especulación inmobiliaria, bursátil. Y ahora ese crecimiento también está en crisis.
Latouche aboga por una sociedad que produzca menos y consuma menos. Sostiene que es la única manera de frenar el deterioro del medioambiente, que amenaza seriamente el futuro de la humanidad. “Es necesaria una revolución. Pero eso no quiere decir que haya que masacrar y colgar a gente. Hace falta un cambio radical de orientación”. En su último libro, La sociedad de la abundancia frugal, editado por Icaria, explica que hay que aspirar a una mejor calidad de vida y no a un crecimiento ilimitado del producto interior bruto. No se trata de abogar por el crecimiento negativo, sino por un reordenamiento de prioridades. La apuesta por el decrecimiento es la apuesta por la salida de la sociedad de consumo.
P. ¿Y cómo sería un Estado que apostase por el decrecimiento?
R. El decrecimiento no es una alternativa, sino una matriz de alternativa. No es un programa. Y sería muy distinto cómo construir la sociedad en Texas o en Chiapas.
P. Pero usted explica en su libro algunas medidas concretas, como los impuestos sobre los consumos excesivos o la limitación de los créditos que se conceden. También dice que hay que trabajar menos, ¿hay que trabajar menos?
“Es necesaria una revolución. No hay que colgar a nadie, sino que hace falta un cambio radical de orientación”
R. Hay que trabajar menos para ganar más, porque cuanto más se trabaja, menos se gana. Es la ley del mercado. Si trabajas más, incrementas la oferta de trabajo, y como la demanda no aumenta, los salarios bajan. Cuanto más se trabaja más se hace descender los salarios. Hay que trabajar menos horas para que trabajemos todos, pero, sobre todo, trabajar menos para vivir mejor. Esto es más importante y más subversivo. Nos hemos convertido en enfermos, toxicodependientes del trabajo. ¿Y qué hace la gente cuando le reducen el tiempo de trabajo? Ver la tele. La tele es el veneno por excelencia, el vehículo para la colonización del imaginario.
P. ¿Trabajar menos ayudaría a reducir el paro?
R. Por supuesto. Hay que reducir los horarios de trabajo y hay que relocalizar. Es preciso hacer una reconversión ecológica de la agricultura, por ejemplo. Hay que pasar de la agricultura productivista a la agricultura ecológica campesina.
P. Le dirán que eso significaría una vuelta atrás en la Historia…
¿Una voz alternativa que debería ser escuchada? Recomienda la línea de pensamiento de Ivan Illich, humanista y pensador austriaco. “Es un hombre que, en un nivel muy profundo, pone de manifiesto las aberraciones del sistema en el que vivimos.
¿Una idea o medida concreta para un mundo mejor? Argumenta que sus ideas y medidas concretas “están todas unidas las unas a las otras”, por lo que no quiere escoger una. A lo largo de la entrevista desliza varias; una de ellas: trabajar menos para trabajar todos.
¿Un libro? Prosperidad sin crecimiento. Economía para un planeta finito (editado en España por Icaria Editorial), de Tim Jackson. “Es muy próximo a mis ideas sobre el decrecimiento”.
¿Una cita? Se remite a Keneth Boulding, uno de los pocos economistas, dice, que comprendieron el problema ecológico, que dijo: “El que crea que un crecimiento exponencial es compatible con un planeta finito es un loco o un economista”.
R. Para nada. Y en cualquier caso, no tendría por qué ser obligatoriamente malo. No es una vuelta atrás, ya hay gente que hace permacultura y eso no tiene nada que ver con cómo era la agricultura antaño. Este tipo de agricultura requiere de mucha mano de obra, y justamente de eso se trata, de encontrar empleos para la gente. Hay que comer mejor, consumir productos sanos y respetar los ciclos naturales. Para todo ello es preciso un cambio de mentalidad. Si se consiguen los apoyos suficientes, se podrán tomar medidas concretas para provocar un cambio.
P. Dice usted que la teoría del decrecimiento no es tecnófoba, pero a la vez propone una moratoria de las innovaciones tecnológicas. ¿Cómo casa eso?
R. Esto ha sido mal entendido. Queremos una moratoria, una reevaluación para ver con qué innovaciones hay que proseguir y qué otras no tienen gran interés. Hoy en día se abandonan importantísimas líneas de investigación, como las de la biología del suelo, porque no tienen una salida económica. Hay que elegir. ¿Y quién elige?: las empresas multinacionales.
Latouche considera que las democracias, en la actualidad, están amenazadas por el poder de los mercados. “Ya no tenemos democracia”, proclama. Y evoca la teoría del politólogo británico Colin Crouch, que sostiene que nos hallamos en una fase de posdemocracia. Hubo una predemocracia, en la lucha contra el feudalismo y el absolutismo; una democracia máxima, como la que hemos conocido tras la Segunda Guerra Mundial, con el apogeo del Estado social; y ahora hemos llegado a la posdemocracia. “Estamos dominados por una oligarquía económica y financiera que tiene a su servicio a toda una serie de funcionarios que son los jefes de Estado de los países”. Y sostiene que la prueba más obvia está en lo que Europa ha hecho con Grecia, sometiéndola a estrictos programas de austeridad. “Yo soy europeísta convencido, había que construir una Europa, pero no así. Tendríamos que haber construido una Europa cultural y política primero, y al final, tal vez, un par de siglos más tarde, adoptar una moneda única”. Latouche sostiene que Grecia debería declararse en suspensión de pagos, como hacen las empresas. “En España, su rey Carlos V quebró dos veces y el país no murió, al contrario. Argentina lo hizo tras el hundimiento del peso. El presidente de Islandia, y esto no se ha contado suficientemente, dijo el año pasado en Davos que la solución a la crisis es fácil: se anula la deuda y luego la recuperación viene muy rápido”.
P. ¿Y esa sería también una solución para otros países como España?
R. Es la solución para todos, y se acabará haciendo, no hay otra. Se hace como que se intenta pagar la deuda, con lo que se aplasta a las poblaciones, y se dice que de este modo se liberan excedentes que permiten devolver la deuda, pero en realidad se entra en un círculo infernal en el que cada vez hay que liberar más excedentes. La oligarquía financiera intenta prologar su vida el máximo tiempo posible, es fácil de comprender, pero es en detrimento del pueblo.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/15/actualidad/1376575866_220660.html
lunes, 19 de agosto de 2013
“Hay que trabajar menos horas para trabajar todos” Serge Latouche, el precursor de la teoría del decrecimiento, aboga por una sociedad que produzca menos y consuma menos
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domingo, 18 de agosto de 2013
Grandes empresas españolas pasaron de tributar 12.673 millones en 2006 a 3.012 millones en 2011
Agencias
El informe anual de recaudación de 2011, publicado esta semana, completa el retrato del descalabro en el impuesto de sociedades en España, que grava los beneficios de las empresas. Los gigantes empresariales, los grupos consolidados, aprovecharon a fondo durante cinco años la reforma del impuesto, que bajó tipos, y su generoso sistema de deducciones. Pasaron de pagar a las arcas públicas 12.673 millones en 2006 a 3.012 millones en 2011, menos de la cuarta parte. Una cantidad que supone apenas el 3,5% de los 85.984 millones de beneficios declarados ese año. Y un boquete descomunal en los ingresos públicos.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) aprobó en 2007 una reforma del impuesto de sociedades para bajar por primera vez en democracia el gravamen teórico sobre los beneficios empresariales: del 35% al 30% (del 30% al 25% para las pymes). Lo que se había planteado como una reforma gradual, tuvo una aplicación casi inmediata por la presión de la derecha catalana (CiU); la anunciada “poda” de las generosas deducciones que disfrutaban las grandes empresas quedó en casi nada. El entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, defendió que el impacto en la recaudación sería manejable, porque la bajada de impuestos mejoraría la competitividad y los resultados de las empresas, lo que acabaría repercutiendo en las arcas públicas.
Cuando la crisis irrumpió en 2009, y pese al desplome de los ingresos, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero aún abrió la mano a más beneficios fiscales —permitió acelerar la amortización de activos, lo que, en la contabilidad, rebaja los beneficios sobre los que se tributa—. Un tímido intento de cambio de rumbo al final de la legislatura no evitó el desastre: muchas grandes empresas aprovecharon a fondo las ventajas dadas para reducir a la mínima expresión sus pagos a Hacienda.
La crisis ha penalizado con dureza los beneficios de las compañías, grandes y pequeñas. Pero el impacto en la recaudación, por esas facilidades legales, fue mucho mayor. Los resultados empresariales sujetos al impuesto pasaron de 209.642 millones en 2006 a 143.890 millones en 2011, una caída del 31%. La cuota líquida, lo que pagaron todas las empresas a Hacienda por los resultados, bajó en el mismo periodo de 40.529 a 12.665 millones, un 68%. En el caso de los grupos consolidados, ese descenso fue del 76%.
Según la Agencia Tributaria, en 2011 había casi 4.000 grupos consolidados, que integraban en sus cuentas unas 32.000 empresas. Las normas fiscales permiten a estos conglomerados, que copan el Ibex 35, compensar los resultados de compañías del grupo (restar las pérdidas de unas a los beneficios de otras) para rebajar la factura fiscal.
Pero además de esa ventaja genérica, los grupos consolidados son los que mejor aprovechaban el generoso régimen de exenciones, deducciones y beneficios que regía hasta 2011. Las 32.000 sociedades integradas en estos 4.000 gigantes cosecharon ese año un resultado positivo de 85.948 millones, frente a los 57.941 millones que lograron el resto de empresas, más de un millón. Pero tras la aplicación de los diversos ajustes en la base imponible y la cuota del impuesto, la factura fiscal de los grupos consolidados adelgaza hasta un tercio de lo que pagan el resto de las empresas españolas al fisco por este tributo.
Si se incluye a todas las empresas, la aportación a Hacienda asciende al 8,8% de los beneficios declarados en 2011, cuando un lustro antes pagaban más del 19%. De nuevo, es bastante menos que lo que pagan las familias en el IRPF, un 11,9% de su renta bruta.
Si la comparación de lo que las empresas ingresan al fisco es con la base imponible, los grupos consolidados, que parten de un tipo teórico del 30%, pagan solo un 17,7%. El resto de empresas, con un tipo teórico del 25% para las pymes y del 30% para las compañías que no consolidan, apenas llegan al 19%.
El informe anual de recaudación de 2011, publicado esta semana, completa el retrato del descalabro en el impuesto de sociedades en España, que grava los beneficios de las empresas. Los gigantes empresariales, los grupos consolidados, aprovecharon a fondo durante cinco años la reforma del impuesto, que bajó tipos, y su generoso sistema de deducciones. Pasaron de pagar a las arcas públicas 12.673 millones en 2006 a 3.012 millones en 2011, menos de la cuarta parte. Una cantidad que supone apenas el 3,5% de los 85.984 millones de beneficios declarados ese año. Y un boquete descomunal en los ingresos públicos.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) aprobó en 2007 una reforma del impuesto de sociedades para bajar por primera vez en democracia el gravamen teórico sobre los beneficios empresariales: del 35% al 30% (del 30% al 25% para las pymes). Lo que se había planteado como una reforma gradual, tuvo una aplicación casi inmediata por la presión de la derecha catalana (CiU); la anunciada “poda” de las generosas deducciones que disfrutaban las grandes empresas quedó en casi nada. El entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, defendió que el impacto en la recaudación sería manejable, porque la bajada de impuestos mejoraría la competitividad y los resultados de las empresas, lo que acabaría repercutiendo en las arcas públicas.
Cuando la crisis irrumpió en 2009, y pese al desplome de los ingresos, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero aún abrió la mano a más beneficios fiscales —permitió acelerar la amortización de activos, lo que, en la contabilidad, rebaja los beneficios sobre los que se tributa—. Un tímido intento de cambio de rumbo al final de la legislatura no evitó el desastre: muchas grandes empresas aprovecharon a fondo las ventajas dadas para reducir a la mínima expresión sus pagos a Hacienda.
La crisis ha penalizado con dureza los beneficios de las compañías, grandes y pequeñas. Pero el impacto en la recaudación, por esas facilidades legales, fue mucho mayor. Los resultados empresariales sujetos al impuesto pasaron de 209.642 millones en 2006 a 143.890 millones en 2011, una caída del 31%. La cuota líquida, lo que pagaron todas las empresas a Hacienda por los resultados, bajó en el mismo periodo de 40.529 a 12.665 millones, un 68%. En el caso de los grupos consolidados, ese descenso fue del 76%.
Según la Agencia Tributaria, en 2011 había casi 4.000 grupos consolidados, que integraban en sus cuentas unas 32.000 empresas. Las normas fiscales permiten a estos conglomerados, que copan el Ibex 35, compensar los resultados de compañías del grupo (restar las pérdidas de unas a los beneficios de otras) para rebajar la factura fiscal.
Pero además de esa ventaja genérica, los grupos consolidados son los que mejor aprovechaban el generoso régimen de exenciones, deducciones y beneficios que regía hasta 2011. Las 32.000 sociedades integradas en estos 4.000 gigantes cosecharon ese año un resultado positivo de 85.948 millones, frente a los 57.941 millones que lograron el resto de empresas, más de un millón. Pero tras la aplicación de los diversos ajustes en la base imponible y la cuota del impuesto, la factura fiscal de los grupos consolidados adelgaza hasta un tercio de lo que pagan el resto de las empresas españolas al fisco por este tributo.
Si se incluye a todas las empresas, la aportación a Hacienda asciende al 8,8% de los beneficios declarados en 2011, cuando un lustro antes pagaban más del 19%. De nuevo, es bastante menos que lo que pagan las familias en el IRPF, un 11,9% de su renta bruta.
Si la comparación de lo que las empresas ingresan al fisco es con la base imponible, los grupos consolidados, que parten de un tipo teórico del 30%, pagan solo un 17,7%. El resto de empresas, con un tipo teórico del 25% para las pymes y del 30% para las compañías que no consolidan, apenas llegan al 19%.
Crisis financiera y catástrofe ambiental
"La depresión económica y la catástrofe ambiental son el resultado de los riesgos extremos que deben asumir los actores poderosos bajo el capitalismo financiero; "deben asumir" significa que aquellos que no corran todo el riesgo son apartados del poder. Y "todo el riesgo" quiere decir arriesgar todo, todo lo que lleva a una existencia humana continuada. Las crisis que amenazan a la humanidad son estructuralmente endémicas al capitalismo financiero. De modo que la destrucción de la naturaleza no es en esencia un asunto ético que pueda remediarse con la determinación moral de vivir más sencillamente y reciclar más.
La destrucción es el resultado de una forma alienada de producción de la existencia humana, que no está controlada democráticamente, que se organiza indirectamente a través de los mercados, que se basa en la obtención egoista de beneficios, y que tiene que crecer para sobrevivir"...
Richar Peet. Geografía contra el neoliberalismo. Icaria. Barna, 2012.
La destrucción es el resultado de una forma alienada de producción de la existencia humana, que no está controlada democráticamente, que se organiza indirectamente a través de los mercados, que se basa en la obtención egoista de beneficios, y que tiene que crecer para sobrevivir"...
Richar Peet. Geografía contra el neoliberalismo. Icaria. Barna, 2012.
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10 rutas legendarias en Estados Unidos
Desde la Ruta 66, la carretera madre, a la Blue Ridge Parkway, que cruza los montes Apalaches, itinerarios míticos en coche de punta a punta del país
Hay que llenar el depósito, abrocharse el cinturón, escoger la banda sonora adecuada y disponerse a disfrutar del paisaje y de la experiencia durante miles de kilómetros. El viaje por carretera es probablemente la mejor forma de recorrer los Estados Unidos: gozar del pasado en la clásica Ruta 66, admirar las puestas de sol de la Pacific Coast Highway, abrirse camino a través de los Apalaches o seguir el curso del grandioso Misisipi. Ver más en El País.
Por qué viajamos, ver aquí unas diapositivas del NYT
Hay que llenar el depósito, abrocharse el cinturón, escoger la banda sonora adecuada y disponerse a disfrutar del paisaje y de la experiencia durante miles de kilómetros. El viaje por carretera es probablemente la mejor forma de recorrer los Estados Unidos: gozar del pasado en la clásica Ruta 66, admirar las puestas de sol de la Pacific Coast Highway, abrirse camino a través de los Apalaches o seguir el curso del grandioso Misisipi. Ver más en El País.
Por qué viajamos, ver aquí unas diapositivas del NYT
sábado, 17 de agosto de 2013
“Mientras haya vida habrá cáncer; es el precio que pagamos por estar vivos”
El investigador Joan Massagué sostiene que “España tiene que elegir ya si quiere ser un país líder o un país rémora”
Nació en Barcelona en 1953. Dirige desde 2003 el Programa de Biología y Genética del cáncer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York. Es director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona.
Es que con 25 años ya era doctor en Bioquímica. Se marchó a EE UU y se convirtió en uno de los investigadores más importantes del mundo en la lucha contra el cáncer. Ganó el Príncipe de Asturias y todos los premios habidos y por haber, que en su caso siempre serán pocos. Fíjense en ese gesto imperceptible de empolloncete amable recolocándose las gafas mientras el fotógrafo retrata su rostro de niño de 60 años en su precioso piso modernista del Eixample barcelonés. Mentira. Joan Massagué, implacable, lo hace solo para enfocar bien y reanudar el combate, para seguir mirando de frente a los tumores y sus trágicos estallidos, las metástasis: su gran especialidad.
Pregunta. ¿Qué es un tumor?
Respuesta. Un crecimiento anómalo de nuestros tejidos. Somos una sociedad de células muy bien organizada, aunque tenemos trillones. Su misión es mantener el organismo, eso, organizado. Pero alteraciones, mutaciones que pueden ser causadas desde el sol hasta el tabaco, o heredadas de nuestros padres, o adquiridas por accidente, rompen esas normas y, entonces, hay células que dejan de respetar las normas de urbanidad prescritas por nuestros genes a través de cientos de millones de años.
P. Así que el cáncer es una rebelión de células que se van por ahí a su bola. Trágico. Y curioso: el concepto más esencial en nosotros, la célula, ya hace lo que le da la gana y pasa de todo.
R. Sí. Pero esas células lo hacen pagando un gran coste. Porque cuando el tumor empieza a desarrollarse, la mayoría de las células malignas muere. El tumor que vemos y nos espanta son las células supervivientes de ese proceso, pero por cada uno de esos hay miles que nunca veremos porque al llegar a medio milímetro o a un milímetro son liquidados por la policía del cuerpo, que es el sistema inmunitario. Sin embargo, algunas células se escapan. Y eso es el tumor: el resultado final de un proceso de selección brutal contra esa delincuencia. Mientras desayunamos, generamos células premalignas. A la hora de la comida ya no existirán.
P. ...y su fuga con éxito trae el tumor.
R. Los principios más básicos son los principios esenciales de la vida. Por eso decimos que mientras haya vida habrá cáncer. Cáncer es el precio que pagamos por estar vivos.
P. Dice que las infracciones se pagan. Oiga, ¿no hay un término medio al que poder acogerse entre el suicida “la vida son cinco minutos y voy a vivirlos a tope” y la desesperantemente aburrida obsesión por la vida sana?
R. El término medio es el término medio, y por eso le llamamos término medio.
P. Mensaje captado. ¿Hay células buenas y células malas? O de otro modo: ¿la célula se corrompe, como le pasa a la persona?
R. Sí. Y la principal manifestación de esa corrupción de las células es justamente el cáncer. Elementos corruptos que han logrado burlar dispositivos de vigilancia, de policía. Igual que en toda sociedad humana. Ahora ya sabemos, después de muchos estudios, que el principal talento que tiene que desarrollar una célula maligna para formar un tumor es ese: el de corromper.
P. O sea, lo de siempre, que las células corruptas no se autocorrigen por naturaleza, y entonces la policía va a por ellas y las mete en la cárcel. Igual que con Bárcenas. Perdón por la frivolidad.
R. Exactamente, es lo mismo...seguir en El País.
Nació en Barcelona en 1953. Dirige desde 2003 el Programa de Biología y Genética del cáncer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York. Es director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona.
Es que con 25 años ya era doctor en Bioquímica. Se marchó a EE UU y se convirtió en uno de los investigadores más importantes del mundo en la lucha contra el cáncer. Ganó el Príncipe de Asturias y todos los premios habidos y por haber, que en su caso siempre serán pocos. Fíjense en ese gesto imperceptible de empolloncete amable recolocándose las gafas mientras el fotógrafo retrata su rostro de niño de 60 años en su precioso piso modernista del Eixample barcelonés. Mentira. Joan Massagué, implacable, lo hace solo para enfocar bien y reanudar el combate, para seguir mirando de frente a los tumores y sus trágicos estallidos, las metástasis: su gran especialidad.
Pregunta. ¿Qué es un tumor?
Respuesta. Un crecimiento anómalo de nuestros tejidos. Somos una sociedad de células muy bien organizada, aunque tenemos trillones. Su misión es mantener el organismo, eso, organizado. Pero alteraciones, mutaciones que pueden ser causadas desde el sol hasta el tabaco, o heredadas de nuestros padres, o adquiridas por accidente, rompen esas normas y, entonces, hay células que dejan de respetar las normas de urbanidad prescritas por nuestros genes a través de cientos de millones de años.
P. Así que el cáncer es una rebelión de células que se van por ahí a su bola. Trágico. Y curioso: el concepto más esencial en nosotros, la célula, ya hace lo que le da la gana y pasa de todo.
R. Sí. Pero esas células lo hacen pagando un gran coste. Porque cuando el tumor empieza a desarrollarse, la mayoría de las células malignas muere. El tumor que vemos y nos espanta son las células supervivientes de ese proceso, pero por cada uno de esos hay miles que nunca veremos porque al llegar a medio milímetro o a un milímetro son liquidados por la policía del cuerpo, que es el sistema inmunitario. Sin embargo, algunas células se escapan. Y eso es el tumor: el resultado final de un proceso de selección brutal contra esa delincuencia. Mientras desayunamos, generamos células premalignas. A la hora de la comida ya no existirán.
P. ...y su fuga con éxito trae el tumor.
R. Los principios más básicos son los principios esenciales de la vida. Por eso decimos que mientras haya vida habrá cáncer. Cáncer es el precio que pagamos por estar vivos.
P. Dice que las infracciones se pagan. Oiga, ¿no hay un término medio al que poder acogerse entre el suicida “la vida son cinco minutos y voy a vivirlos a tope” y la desesperantemente aburrida obsesión por la vida sana?
R. El término medio es el término medio, y por eso le llamamos término medio.
P. Mensaje captado. ¿Hay células buenas y células malas? O de otro modo: ¿la célula se corrompe, como le pasa a la persona?
R. Sí. Y la principal manifestación de esa corrupción de las células es justamente el cáncer. Elementos corruptos que han logrado burlar dispositivos de vigilancia, de policía. Igual que en toda sociedad humana. Ahora ya sabemos, después de muchos estudios, que el principal talento que tiene que desarrollar una célula maligna para formar un tumor es ese: el de corromper.
P. O sea, lo de siempre, que las células corruptas no se autocorrigen por naturaleza, y entonces la policía va a por ellas y las mete en la cárcel. Igual que con Bárcenas. Perdón por la frivolidad.
R. Exactamente, es lo mismo...seguir en El País.
Ningún campus español alcanza los 200 primeros en el ‘ranking’ de Shanghái
Hay 10 universidades españolas entre las 500 mejores del mundo, una menos que en 2012
El sistema sale mejor parado en las clasificaciones por áreas de conocimiento
El ranking de Shanghái de 2013 coloca a 10 universidades españolas entre las 500 mejores del mundo (al menos, según los criterios de esta clasificación, que se fijan sobre todo en el impacto de investigador de los campus y los reconocimientos, como los premios Nobel y las Medallas Fields, recibidos en su historia por sus alumnos y profesores); el año pasado fueron 11 (se ha caído de la lista la Universidad de Vigo). Y, al igual que entonces, ninguna está entre las 200 primeras. Las que aparecen más arriba, entre los puestos 201 y 300, son la Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid, la Complutense y la Universidad de Barcelona. Le siguen la Politécnica de Valencia, Granada, Pompeu Fabra y Valencia (301-400) y País Vasco y Zaragoza (401-500, a partir del puesto 100 se hacen grupos y se colocan dentro los campus por orden alfabético).
En general, la imagen que ofrece el más famoso ranking internacional de universidades sobre el sistema español es muy parecido al de los últimos años (hay una menos en la lista de 500, pero una más entre el 201 y 300). Y, de hecho, probablemente hubiera sido un milagro que las cosas mejorasen, teniendo en cuenta que la clasificación valora principalmente la investigación, y esta ha sufrido una importantísima sangría presupuestaria en los últimos años en España: las subvenciones del Plan Nacional para Ciencia (del que los investigadores de las universidades consiguen en torno al 60%) han caído alrededor un 26% (110 millones) entre 2008 y 2012, y la convocatoria de 2013, todavía no se ha publicado. Ello, sin contar un recorte general de la inversión pública en universidades de más de 1.200 millones desde 2010.
Así, el undécimo ranking internacional de universidades de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, presentado hoy, coloca una vez más a los campus anglosajones en los primeros puestos; hay que llegar hasta el número 20 para encontrar un campus que no sea ni estadounidense ni británico: el Instituto Tecnológico de Zúrich, de Suiza. En los 10 primeros lugares repiten las mismas universidades que en 2012: Harvard (EE UU), Stanford (EE UU), Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EE UU), Universidad de California, Berkeley (EE UU), Cambridge (Reino Unido), Instituto de Tecnología de California (EE UU), Princeton (EE UU), Columbia (EE UU), Universidad de Chicago (EE UU) y Oxford (Reino Unido). El campus francés Pierre y Marie Curie (en el puesto 37) le arrebata a Paris-Sud (39) la segunda mejor el segundo mejor puesto de la Europa continental y las universidades mejor colocadas del área Asia-Pacífico son las japonesas de Tokio (21) y Kioto (26) y Melbourne (56), en Australia.
La universidad china también elabora cada año subclasificaciones por áreas temáticas y, en este caso, el panorama español mejora. En los 10 campos de conocimiento y materias elegidos Ciencias Naturales, Ingeniería y Tecnología, Ciencias de la Vida y Agricultura, Medicina,Ciencias Sociales, Matemáticas, Física, Química, Informática y Economía) hay universidades españolas entre las 200 primeras y, en la mitad de ellos, entre las 100 primeras. Así, los mejores resultados se pueden encontrar en Química --con Zaragoza (puesto 51-75), Politécnica de Valencia (76-100), Barcelona y Valencia (101-150), Autónoma de Barcelona, Autónoma de Madrid, Complutense, Oviedo y Rovira y Virgili (150-200)—y Matemáticas –Autónoma de Madrid (51-75), País Vasco (76-100), Autónoma de Barcelona, Complutense, Politécnica de Valencia, Granada y Sevilla (101-150), Politécnica de Cataluña y Santiago de Compostela (151-200).
Numerosos expertos desde distintas universidades de todo el mundo han cargado con fiereza contra esta y otras clasificaciones similares (como la de la publicación británica Times Higher Education) que se han hecho increíblemente populares en la última década y llegan a condicionar políticas y financiación. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, se ha quejado en numerosas ocasiones de que no hay campus españoles entre las 100 primeros en estos ranking. Sin embargo, numerosos especialistas señalan importantes sesgos y limitaciones metodológicas de este tipo de clasificaciones, y advierten sobre los peligros de obsesionarse con ellas y olvidar en el camino otros objetivos importantes que no miden los ranking, como la calidad de la docencia o la equidad. La Comisión Europea se ha embarcado en el desarrollo de la suya propia, el U-Multirtanking. Este, ha dicho la comisaria europea de Educación, Androulla Vassiliou, quiere alejarse de los ranking “centrados de una manera desproporcionada en la investigación de excelencia”, haciendo distintas clasificaciones: en reputación de la investigación, calidad de la enseñanza y el aprendizaje, internacionalización, éxito en la transferencia de conocimiento (por ejemplo, asociaciones con empresas y start-up), y contribución al crecimiento regional. El proyecto, cuya primera edición se espera en 2014, ya ha recibido las primeras críticas por parte de la Liga Europea de Universidades de Investigación (LERU, en sus siglas en inglés), la asociación que engloba a algunas de las más importantes universidades de investigación de Europa (entre ellas, Cambridge, Oxford, Zúrich, Ámsterdam o Barcelona). Leer más en El País.
Los nuevos sistemas de becas del PP amenazan con expulsar a miles de universitarios
El sistema sale mejor parado en las clasificaciones por áreas de conocimiento
El ranking de Shanghái de 2013 coloca a 10 universidades españolas entre las 500 mejores del mundo (al menos, según los criterios de esta clasificación, que se fijan sobre todo en el impacto de investigador de los campus y los reconocimientos, como los premios Nobel y las Medallas Fields, recibidos en su historia por sus alumnos y profesores); el año pasado fueron 11 (se ha caído de la lista la Universidad de Vigo). Y, al igual que entonces, ninguna está entre las 200 primeras. Las que aparecen más arriba, entre los puestos 201 y 300, son la Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid, la Complutense y la Universidad de Barcelona. Le siguen la Politécnica de Valencia, Granada, Pompeu Fabra y Valencia (301-400) y País Vasco y Zaragoza (401-500, a partir del puesto 100 se hacen grupos y se colocan dentro los campus por orden alfabético).
En general, la imagen que ofrece el más famoso ranking internacional de universidades sobre el sistema español es muy parecido al de los últimos años (hay una menos en la lista de 500, pero una más entre el 201 y 300). Y, de hecho, probablemente hubiera sido un milagro que las cosas mejorasen, teniendo en cuenta que la clasificación valora principalmente la investigación, y esta ha sufrido una importantísima sangría presupuestaria en los últimos años en España: las subvenciones del Plan Nacional para Ciencia (del que los investigadores de las universidades consiguen en torno al 60%) han caído alrededor un 26% (110 millones) entre 2008 y 2012, y la convocatoria de 2013, todavía no se ha publicado. Ello, sin contar un recorte general de la inversión pública en universidades de más de 1.200 millones desde 2010.
Así, el undécimo ranking internacional de universidades de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, presentado hoy, coloca una vez más a los campus anglosajones en los primeros puestos; hay que llegar hasta el número 20 para encontrar un campus que no sea ni estadounidense ni británico: el Instituto Tecnológico de Zúrich, de Suiza. En los 10 primeros lugares repiten las mismas universidades que en 2012: Harvard (EE UU), Stanford (EE UU), Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EE UU), Universidad de California, Berkeley (EE UU), Cambridge (Reino Unido), Instituto de Tecnología de California (EE UU), Princeton (EE UU), Columbia (EE UU), Universidad de Chicago (EE UU) y Oxford (Reino Unido). El campus francés Pierre y Marie Curie (en el puesto 37) le arrebata a Paris-Sud (39) la segunda mejor el segundo mejor puesto de la Europa continental y las universidades mejor colocadas del área Asia-Pacífico son las japonesas de Tokio (21) y Kioto (26) y Melbourne (56), en Australia.
La universidad china también elabora cada año subclasificaciones por áreas temáticas y, en este caso, el panorama español mejora. En los 10 campos de conocimiento y materias elegidos Ciencias Naturales, Ingeniería y Tecnología, Ciencias de la Vida y Agricultura, Medicina,Ciencias Sociales, Matemáticas, Física, Química, Informática y Economía) hay universidades españolas entre las 200 primeras y, en la mitad de ellos, entre las 100 primeras. Así, los mejores resultados se pueden encontrar en Química --con Zaragoza (puesto 51-75), Politécnica de Valencia (76-100), Barcelona y Valencia (101-150), Autónoma de Barcelona, Autónoma de Madrid, Complutense, Oviedo y Rovira y Virgili (150-200)—y Matemáticas –Autónoma de Madrid (51-75), País Vasco (76-100), Autónoma de Barcelona, Complutense, Politécnica de Valencia, Granada y Sevilla (101-150), Politécnica de Cataluña y Santiago de Compostela (151-200).
Numerosos expertos desde distintas universidades de todo el mundo han cargado con fiereza contra esta y otras clasificaciones similares (como la de la publicación británica Times Higher Education) que se han hecho increíblemente populares en la última década y llegan a condicionar políticas y financiación. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, se ha quejado en numerosas ocasiones de que no hay campus españoles entre las 100 primeros en estos ranking. Sin embargo, numerosos especialistas señalan importantes sesgos y limitaciones metodológicas de este tipo de clasificaciones, y advierten sobre los peligros de obsesionarse con ellas y olvidar en el camino otros objetivos importantes que no miden los ranking, como la calidad de la docencia o la equidad. La Comisión Europea se ha embarcado en el desarrollo de la suya propia, el U-Multirtanking. Este, ha dicho la comisaria europea de Educación, Androulla Vassiliou, quiere alejarse de los ranking “centrados de una manera desproporcionada en la investigación de excelencia”, haciendo distintas clasificaciones: en reputación de la investigación, calidad de la enseñanza y el aprendizaje, internacionalización, éxito en la transferencia de conocimiento (por ejemplo, asociaciones con empresas y start-up), y contribución al crecimiento regional. El proyecto, cuya primera edición se espera en 2014, ya ha recibido las primeras críticas por parte de la Liga Europea de Universidades de Investigación (LERU, en sus siglas en inglés), la asociación que engloba a algunas de las más importantes universidades de investigación de Europa (entre ellas, Cambridge, Oxford, Zúrich, Ámsterdam o Barcelona). Leer más en El País.
Las 10 primeras
1. Harvard (EE UU)
2. Stanford (EE UU)
3. Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EE UU)
4. Universidad de California, Berkeley (EE UU)
5. Cambridge (Reino Unido)
6. Instituto de Tecnología de California (EE UU)
7. Princeton (EE UU)
8. Columbia (EE UU)
9. Universidad de Chicago (EE UU)
10. Oxford (Reino Unido)
Las españolas
201-300. Universidad Autónoma de Barcelona
201-300. Universidad Autónoma de Madrid
201-300. Universidad Complutense
201-300. Universidad de Barcelona
301-400. Universidad Politécnica de Valencia, Granada, Pompeu Fabra y Valencia
301-400. Universidad Politécnica de Valencia
301-400. Universidad de Granada
301-400. Universidad Pompeu Fabra
301-400. Universidad de Valencia.
401-500. Universidad del País Vasco
401-500. Universidad de Zaragoza
Matemáticas
1. Princeton
2. Harvard
[...]
51-75. Autónoma de Madrid
76-100. Universidad del País Vasco
101-150. Autónoma de Barcelona
101-150. Complutense
101-150. Politécnica de Valencia
101-150. Granada
101-150. Sevilla
151-200. Politécnica de Cataluña
151-200. Santiago de Compostela
Física
1. Harvard
2. Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)
[...]
76-100. Universidad de Valencia
101-150. Autónoma de Madrid
101-150. Universidad de La Laguna
151-200. Autónoma de Barcelona.
151-200. Complutense
151-200. Cantabria
151-200. Barcelona
Mientras, en España, el gobierno actual condena a los más humilde a no acceder a la Universidad.Los nuevos sistemas de becas del PP amenazan con expulsar a miles de universitarios
El Caribe reclama a Europa una compensación por la esclavitud
Durante la primera semana de septiembre se reunirá por primera vez la comisión de reparaciones de la Comunidad del Caribe para acordar la estrategia a seguir
Los cálculos más conservadores indican que al menos doce millones de africanos fueron secuestrados en la costa occidental de su continente y transportados en barcos negreros europeos hacia las colonias de América, entre los siglos XVI y XVIII. No todos sobrevivieron a la travesía y quienes llegaron con vida, labraron en condiciones de esclavitud las plantaciones de los imperios de España, Inglaterra, Holanda, Francia y Portugal en el Nuevo Mundo. Las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (Caricom) atribuyen el origen de su actual pobreza material a la esclavitud y al genocidio perpetrado en aquellos tiempos. Por eso han decidido emprender un proceso jurídico contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal, en reclamo de una compensación económica y de inversión en planes de desarrollo.
“Estamos enmarcando la discusión de las reparaciones en la discusión acerca del desarrollo. No estamos hablando de una confrontación, sino de llevar nuestro caso a la Corte Internacional de Justicia para negociar”, ha explicado a EL PAÍS la historiadora Verene Sheperd, quien dirige la Comisión de Reparaciones de Jamaica. En su más reciente cumbre, celebrada en Puerto España el 4 de julio pasado, los líderes de la Comunidad del Caribe acordaron establecer comisiones de reparación en cada uno de los 15 países miembros del bloque donde no existiese alguna. El siguiente paso será la celebración de una reunión conjunta, pautada para la primera semana de septiembre en San Vicente y las Granadinas, donde algunos de los primeros ministros del grupo debatirán junto a abogados y especialistas en historia económica la estrategia a seguir.
No es un asunto de dinero, sostiene Sheperd, sino de acordar mecanismos de compensación que contribuyan al desarrollo de los Estados reclamantes. “Antes que nada, queremos que Europa se disculpe, pues hasta ahora han emitido declaraciones de arrepentimiento, pero ningún país se ha disculpado. Luego queremos infraestructuras para el desarrollo: escuelas, centros de salud, carreteras, hospitales. Y queremos que acabe el racismo”, ha dicho la historiadora.
La firma inglesa Leigh Day & Co. ejercerá la representación de la Comunidad del Caribe, según ha informado el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, este martes, en entrevista con el diario Trinidad and Tobago Guardian. “Durante más de 30 años ha existido un movimiento que se originó en las bases de la sociedad civil, entre intelectuales y profesionales, que han reclamado reparaciones por el genocidio de sus nativos y por la esclavitud”, ha dicho Gonsalves, quien presidirá la reunión fijada en septiembre, en la que también participarán la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar, y los presidentes Michel Martelly de Haití, Donald Ramotar de Guayana y Desi Bouterse de Surinam.
En junio de 2013, la firma Leigh Day & Co. se anotó una victoria en un caso similar, al lograr que Reino Unido admitiese haber torturado a más de 5.000 rebeldes de la guerrilla keniana Mau Mau entre los años 1952 y 1960. Como resultado, las víctimas y sus sobrevivientes obtuvieron una compensación que sumó 30,5 millones de dólares.
Entre 2004 y 2011, Jamaica, Guyana y Antigua y Barbuda también han intentado, sin éxito, obtener algún tipo de compensación de parte de los países europeos involucrados en el tráfico de esclavos en tiempos de la colonia. “Hoy el llamado a reparaciones está comenzando a formar parte de la conciencia nacional en San Vicente y las Granadinas, a través del debate público, en los programas de radio, en los diarios”, sostiene el primer ministro Ralph Gonsalves.
Los países del Caribe involucrados en este nuevo reclamo contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal por esclavitud y genocidio aún no han fijado el monto de la compensación a la que aspiran. Existen, sin embargo, algunos antecedentes. En 1999, la African World Reparations and Repatriation Truth Commission exigió a Occidente el pago de 777.000 millones de dólares a los países africanos que fueron esclavizados durante el periodo colonial. “Sabemos que nunca obtendremos esa cantidad de dinero, pero al menos debemos encontrar la manera de aliviar la pobreza del Caribe y hacer algo a favor del desarrollo de una infraestructura social. Si queremos alcanzar la paz mundial, este es uno de los caminos”, opina Verene Sheperd.
Fuente: El País
TWELVE YEARS A SLAVE is based on an incredible true story of one man's fight for survival and freedom. In the pre-Civil War United States, Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), a free black man from upstate New York, is abducted and sold into slavery. Facing cruelty (personified by a malevolent slave owner, portrayed by Michael Fassbender), as well as unexpected kindnesses, Solomon struggles not only to stay alive, but to retain his dignity. In the twelfth year of his unforgettable odyssey, Solomon’s chance meeting with a Canadian abolitionist (Brad Pitt) will forever alter his life. (Of NYT)
Los cálculos más conservadores indican que al menos doce millones de africanos fueron secuestrados en la costa occidental de su continente y transportados en barcos negreros europeos hacia las colonias de América, entre los siglos XVI y XVIII. No todos sobrevivieron a la travesía y quienes llegaron con vida, labraron en condiciones de esclavitud las plantaciones de los imperios de España, Inglaterra, Holanda, Francia y Portugal en el Nuevo Mundo. Las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (Caricom) atribuyen el origen de su actual pobreza material a la esclavitud y al genocidio perpetrado en aquellos tiempos. Por eso han decidido emprender un proceso jurídico contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal, en reclamo de una compensación económica y de inversión en planes de desarrollo.
“Estamos enmarcando la discusión de las reparaciones en la discusión acerca del desarrollo. No estamos hablando de una confrontación, sino de llevar nuestro caso a la Corte Internacional de Justicia para negociar”, ha explicado a EL PAÍS la historiadora Verene Sheperd, quien dirige la Comisión de Reparaciones de Jamaica. En su más reciente cumbre, celebrada en Puerto España el 4 de julio pasado, los líderes de la Comunidad del Caribe acordaron establecer comisiones de reparación en cada uno de los 15 países miembros del bloque donde no existiese alguna. El siguiente paso será la celebración de una reunión conjunta, pautada para la primera semana de septiembre en San Vicente y las Granadinas, donde algunos de los primeros ministros del grupo debatirán junto a abogados y especialistas en historia económica la estrategia a seguir.
No es un asunto de dinero, sostiene Sheperd, sino de acordar mecanismos de compensación que contribuyan al desarrollo de los Estados reclamantes. “Antes que nada, queremos que Europa se disculpe, pues hasta ahora han emitido declaraciones de arrepentimiento, pero ningún país se ha disculpado. Luego queremos infraestructuras para el desarrollo: escuelas, centros de salud, carreteras, hospitales. Y queremos que acabe el racismo”, ha dicho la historiadora.
La firma inglesa Leigh Day & Co. ejercerá la representación de la Comunidad del Caribe, según ha informado el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, este martes, en entrevista con el diario Trinidad and Tobago Guardian. “Durante más de 30 años ha existido un movimiento que se originó en las bases de la sociedad civil, entre intelectuales y profesionales, que han reclamado reparaciones por el genocidio de sus nativos y por la esclavitud”, ha dicho Gonsalves, quien presidirá la reunión fijada en septiembre, en la que también participarán la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar, y los presidentes Michel Martelly de Haití, Donald Ramotar de Guayana y Desi Bouterse de Surinam.
En junio de 2013, la firma Leigh Day & Co. se anotó una victoria en un caso similar, al lograr que Reino Unido admitiese haber torturado a más de 5.000 rebeldes de la guerrilla keniana Mau Mau entre los años 1952 y 1960. Como resultado, las víctimas y sus sobrevivientes obtuvieron una compensación que sumó 30,5 millones de dólares.
Entre 2004 y 2011, Jamaica, Guyana y Antigua y Barbuda también han intentado, sin éxito, obtener algún tipo de compensación de parte de los países europeos involucrados en el tráfico de esclavos en tiempos de la colonia. “Hoy el llamado a reparaciones está comenzando a formar parte de la conciencia nacional en San Vicente y las Granadinas, a través del debate público, en los programas de radio, en los diarios”, sostiene el primer ministro Ralph Gonsalves.
Los países del Caribe involucrados en este nuevo reclamo contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal por esclavitud y genocidio aún no han fijado el monto de la compensación a la que aspiran. Existen, sin embargo, algunos antecedentes. En 1999, la African World Reparations and Repatriation Truth Commission exigió a Occidente el pago de 777.000 millones de dólares a los países africanos que fueron esclavizados durante el periodo colonial. “Sabemos que nunca obtendremos esa cantidad de dinero, pero al menos debemos encontrar la manera de aliviar la pobreza del Caribe y hacer algo a favor del desarrollo de una infraestructura social. Si queremos alcanzar la paz mundial, este es uno de los caminos”, opina Verene Sheperd.
Fuente: El País
TWELVE YEARS A SLAVE is based on an incredible true story of one man's fight for survival and freedom. In the pre-Civil War United States, Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), a free black man from upstate New York, is abducted and sold into slavery. Facing cruelty (personified by a malevolent slave owner, portrayed by Michael Fassbender), as well as unexpected kindnesses, Solomon struggles not only to stay alive, but to retain his dignity. In the twelfth year of his unforgettable odyssey, Solomon’s chance meeting with a Canadian abolitionist (Brad Pitt) will forever alter his life. (Of NYT)
viernes, 16 de agosto de 2013
Rosalía Mera, la mujer más rica de España, fallece a los 69 años.
Ya le dedicamos una página en este blog, pues a pesar de ser millonaria y de las grandes, siempre mostró un lado progresista, un espíritu libre, crítico y social. Si todos los millonarios fuesen como ella, el mundo sería otro muy diferente. Sí, ya sé que tendría contradicciones, pero, ojalá todos los millonarios se comportasen como ella y mostrasen esas mismas contradicciones. Sería un paso adelante que significaría un cambio radical en este mundo hacia la solidaridad...
Si de verdad su familia quieren honrar su memoria, tendrán que mostrar muchos actos de solidaridad en su honor, es lo que ella deseaba de corazón, de verdad, lo que practicó en vida.
Ella fue una privilegiada, algo de excepcional tendría; capacidad, ingenio, visión, habilidad, inteligencia, suerte, ... Que la llevó a subir, desde el lugar más humilde de costurera, al nivel más elevado de la pirámide social, pero se dio el extraordinario y especial privilegio único, de no olvidar nunca su origen ni a "los suyos" y de aprovechar cualquier ocasión para ponerse del lado del pueblo y criticar a los de su clase actual, en todo lo criticable, que es tanto.
En su vida no olvidaba nunca a los suyos,... no dejó de practicar la solidaridad, defender a los humildes, a los marginados, a los pobres, a la justicia, la verdad, el bien... los que la hemos seguido, la queremos y sentimos muy profundamente su perdida. Nos sentimos más solos todos los que luchamos por una sociedad más justa, más humana, con menos mentiras, menos impostores, menos hipocresía, una sociedad mejor,... Con ella y personas como ellas (el soldado que se pone del lado del pueblo, el que denuncia las injusticias, el que aún a pesar de ponerse en peligro defiende la verdad y la justicia aunque para ello se enfrente al poder y al poderoso,...) nos sentíamos mejor, más a gusto, más arropados, son a los que llamamos "la sal de la Tierra". Estamos seguros que desde donde esté, ella y su Fundación, seguirá luchando por "los suyos". La música de Carlos Nuñez nos ayuda a evocarla; luchadora, enérgica, valiente, emotiva, sencilla, cariñosa, sin duda una gallega excepcional, una persona buena.
...dice de ella El País: "Aunque siempre rehuyó los focos, la figura de Rosalía Mera se había hecho popular y no solo por su gran fortuna. En A Coruña seguía haciendo una vida normal y era fácil encontrársela en el cine, en algún bar popular, celebrando el Carnaval en la calle mezclada con las comparsas o hasta en una manifestación, como las que en 2003 promovió la plataforma Nunca Máis para protestar por la gestión del desastre ecológico que ocasionó el naufragio del petrolero Prestige.
A despecho de lo que suele esperarse de una multimillonaria, Mera se pronunciaba contra la reforma de la ley del aborto que promueve Ruiz-Gallardón, contra los recortes sociales o a favor del movimiento del 15-M. Y desde Paideia se esforzó por desarrollar una amplia labor de apoyo a desfavorecidos y marginados que iba mucho más allá del objetivo para el que fue creada. “Por encima de su enorme trayectoria empresarial, la recordaremos siempre por la extraordinaria labor que hizo en el campo de los servicios sociales”, señaló anoche, en nombre de toda la corporación municipal, el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira."
"De familia humilde, la empresaria tuvo que dejar los estudios con 11 años y se hizo adolescente cosiendo para las señoritas coruñesas"
1. Fallece Rosalía Mera, cofundadora de Inditex
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Solamente de ida
Quisiera que alguien me explicara por qué acabo de dejar en el aeropuerto a un joven que, cuando entregaba el billete de viaje al controlador y ante la pregunta si no tenía billete de vuelta, comenzó a llorar. Estamos de nuevo en un país engañado por las instituciones y los políticos. Nadie nos dice nada. Por libre unos y otros.
El joven, en su vida solamente obedeció a las directrices. Joven normal, buen estudiante, carrera superior terminada y al final trabajador, por cuenta ajena y después autónomo. Por lo visto no es el camino adecuado, harto de no conseguir salida envió el currículo a Londres y en 10 días tenía un buen contrato de trabajo encima de la mesa.
Se ha ido sin billete de vuelta. Volvemos a la emigración. Palabra muy manida, pero con un resultado para la sociedad demoledor. Se vuelven a desgarrar las familias y las personas, pero son dramas individuales y poco importan. Este país se está convirtiendo en un lugar desagradable y solamente falta que vuelva a arreglarlo quien marcó las pautas de su desgracia y lo remate definitivamente.
Solamente de ida, por favor.— Miro Carballo. Cartas al director, El País.
El joven, en su vida solamente obedeció a las directrices. Joven normal, buen estudiante, carrera superior terminada y al final trabajador, por cuenta ajena y después autónomo. Por lo visto no es el camino adecuado, harto de no conseguir salida envió el currículo a Londres y en 10 días tenía un buen contrato de trabajo encima de la mesa.
Se ha ido sin billete de vuelta. Volvemos a la emigración. Palabra muy manida, pero con un resultado para la sociedad demoledor. Se vuelven a desgarrar las familias y las personas, pero son dramas individuales y poco importan. Este país se está convirtiendo en un lugar desagradable y solamente falta que vuelva a arreglarlo quien marcó las pautas de su desgracia y lo remate definitivamente.
Solamente de ida, por favor.— Miro Carballo. Cartas al director, El País.
Las declaraciones de Cascos y Arenas
Cascos y Arenas reconocen que las donaciones no estaban debidamente controladas. ¿Y quién las tenía que controlar? Pretenden hacernos creer que el problema es de falta de organización interna. O sea que la trama era cosa de Bárcenas, y otros tesoreros. Ellos ni se enteraron. Entraban en el partido donaciones por valor de muchos, muchos, millones de euros y ellos no se enteraban.
Es exclusivamente un problema de ciegos y de sordos. No, no cuela. Los demás no somos, ni tontos, ni ciegos, ni sordos. En todo caso servirá como estrategia para escapar del procedimiento judicial, pero no va servir para cambiar la percepción de los ciudadanos.— Julio García-Casarrubios Sainz. Valdepeñas, Ciudad Real Cartas al director, El País.
Es exclusivamente un problema de ciegos y de sordos. No, no cuela. Los demás no somos, ni tontos, ni ciegos, ni sordos. En todo caso servirá como estrategia para escapar del procedimiento judicial, pero no va servir para cambiar la percepción de los ciudadanos.— Julio García-Casarrubios Sainz. Valdepeñas, Ciudad Real Cartas al director, El País.
jueves, 15 de agosto de 2013
Josefina Piquet, una mujer del 36
Exiliada tras la Guerra Civil, dedicó sus últimos años a contar sus experiencias durante el conflicto y el franquismo
Su lema: “Si la vida te da limones, añádales agua y azúcar y prepara una buena limonada”.
Josefina Piquet se consideraba una mujer afortunada, a pesar de haber quedado sepultada bajo los escombros de las bombas de la Guerra Civil en Figueres, camino del exilio, con solo cuatro años; a pesar de haber vivido su infancia y juventud exiliada en Francia, repudiada por sus compañeros de clase que le tiraban piedras y la insultaban; a pesar del miedo, el hambre y la soledad que vivió allí y del insomnio y la angustia que padeció una vez instalada en su ciudad, Barcelona. Pero Josefina, fallecida el pasado lunes, decía que el victimismo paraliza a las personas y que se debe transformar en algo positivo. Y así cambió su vida cuando decidió abrir la puerta del pasado.
Nacida en Barcelona en el año 1934, Josefina Piquet era hija única de una familia de tradición anarquista, el padre formó parte de la Columna Durruti. Por este motivo, y con solo dos años, a Josefina la nombraron mascota del lado republicano. El 9 de febrero del 1939 pasaba la frontera con su madre, mientras su padre quedaba en el campo de concentración de Saint Cyprien. Se encontrarían dos años más tarde, pero su progenitor continuaría jugándose la vida luchando contra el nazismo y acogiendo a refugiados españoles. Es estremecedor el relato de estos 11 años de exilio en Francia, hasta que, en 1950, los Piquet regresaron a Barcelona.
Tampoco sería fácil la vida en plena dictadura, pero Josefina estudió en el Liceo Francés y enseguida trabajó de secretaria de dirección con solo 16 años. Hasta que se casó en 1958 y dejó la empresa porque una mujer casada no podía trabajar. Tuvo dos hijos.
A finales de 1997 conoció a un grupo de mujeres que empezaban a hablar de su experiencia en la Guerra Civil y la posguerra. Ella no era miliciana, ni había estado en prisión ni en la clandestinidad, como muchas de ellas, pero contaría la experiencia de una niña a quién el trauma de la guerra había cambiado la vida.
Así entró Josefina Piquet en el colectivo Les dones del 36, mujeres que rondando los ochenta años se iban a escuelas, institutos o a centros cívicos a hablar de su experiencia. Ella era la más joven y la llamaban La Nena. Muchas de ellas no habían hablado jamás en público, y mucho menos a estudiantes, que salían emocionados y se preguntaban por qué les habían escondido ese tramo de la historia. En 2005, a raíz de una de las crónicas que publicaba entonces en EL PAÍS, les propuse escribir un libro con la biografía de cada una de ellas. El grupo se disolvió en el 2006 porque muchas ya no podían seguir aquel ritmo. Se despidieron con otro libro editado por ellas: Les dones del 36, un silenci convertit en paraula.
Pero Josefina tenía claro que continuaría divulgando su mensaje. Su discurso era claro y sincero, no le importaba hacer kilómetros y habló ante todo tipo de público, incluso en Francia, en los mismos escenarios que la habían ninguneado. Y en uno de ellos le otorgaron hace poco la Medalla de Oro de la ciudad. Colaboró en el Memorial Democràtic y en el Museu d’Història de Catalunya. A raíz de la exposición Les presons de Franco se integró en el grupo de voluntarios Consell de savis, una actividad oral que aporta la experiencia de la vida de estas personas a grupos de estudiantes.
En los últimos ocho años, Josefina colaboró con la Fundació Congrés Català de Salut Mental, dirigido por la psicóloga clínica Anna Miñarro, que la ha llevado a cursos, jornadas y congresos relacionados con la palabra y la reflexión sobre los traumas de la guerra. Josefina responde al modelo de mujer fuerte, valiente, positiva, que no se rendía ante nada. Su lema: “Si la vida te da limones, añádales agua y azúcar y prepara una buena limonada”.
Isabel Olesti es escritora.
Su lema: “Si la vida te da limones, añádales agua y azúcar y prepara una buena limonada”.
Josefina Piquet se consideraba una mujer afortunada, a pesar de haber quedado sepultada bajo los escombros de las bombas de la Guerra Civil en Figueres, camino del exilio, con solo cuatro años; a pesar de haber vivido su infancia y juventud exiliada en Francia, repudiada por sus compañeros de clase que le tiraban piedras y la insultaban; a pesar del miedo, el hambre y la soledad que vivió allí y del insomnio y la angustia que padeció una vez instalada en su ciudad, Barcelona. Pero Josefina, fallecida el pasado lunes, decía que el victimismo paraliza a las personas y que se debe transformar en algo positivo. Y así cambió su vida cuando decidió abrir la puerta del pasado.
Nacida en Barcelona en el año 1934, Josefina Piquet era hija única de una familia de tradición anarquista, el padre formó parte de la Columna Durruti. Por este motivo, y con solo dos años, a Josefina la nombraron mascota del lado republicano. El 9 de febrero del 1939 pasaba la frontera con su madre, mientras su padre quedaba en el campo de concentración de Saint Cyprien. Se encontrarían dos años más tarde, pero su progenitor continuaría jugándose la vida luchando contra el nazismo y acogiendo a refugiados españoles. Es estremecedor el relato de estos 11 años de exilio en Francia, hasta que, en 1950, los Piquet regresaron a Barcelona.
Tampoco sería fácil la vida en plena dictadura, pero Josefina estudió en el Liceo Francés y enseguida trabajó de secretaria de dirección con solo 16 años. Hasta que se casó en 1958 y dejó la empresa porque una mujer casada no podía trabajar. Tuvo dos hijos.
A finales de 1997 conoció a un grupo de mujeres que empezaban a hablar de su experiencia en la Guerra Civil y la posguerra. Ella no era miliciana, ni había estado en prisión ni en la clandestinidad, como muchas de ellas, pero contaría la experiencia de una niña a quién el trauma de la guerra había cambiado la vida.
Así entró Josefina Piquet en el colectivo Les dones del 36, mujeres que rondando los ochenta años se iban a escuelas, institutos o a centros cívicos a hablar de su experiencia. Ella era la más joven y la llamaban La Nena. Muchas de ellas no habían hablado jamás en público, y mucho menos a estudiantes, que salían emocionados y se preguntaban por qué les habían escondido ese tramo de la historia. En 2005, a raíz de una de las crónicas que publicaba entonces en EL PAÍS, les propuse escribir un libro con la biografía de cada una de ellas. El grupo se disolvió en el 2006 porque muchas ya no podían seguir aquel ritmo. Se despidieron con otro libro editado por ellas: Les dones del 36, un silenci convertit en paraula.
Pero Josefina tenía claro que continuaría divulgando su mensaje. Su discurso era claro y sincero, no le importaba hacer kilómetros y habló ante todo tipo de público, incluso en Francia, en los mismos escenarios que la habían ninguneado. Y en uno de ellos le otorgaron hace poco la Medalla de Oro de la ciudad. Colaboró en el Memorial Democràtic y en el Museu d’Història de Catalunya. A raíz de la exposición Les presons de Franco se integró en el grupo de voluntarios Consell de savis, una actividad oral que aporta la experiencia de la vida de estas personas a grupos de estudiantes.
En los últimos ocho años, Josefina colaboró con la Fundació Congrés Català de Salut Mental, dirigido por la psicóloga clínica Anna Miñarro, que la ha llevado a cursos, jornadas y congresos relacionados con la palabra y la reflexión sobre los traumas de la guerra. Josefina responde al modelo de mujer fuerte, valiente, positiva, que no se rendía ante nada. Su lema: “Si la vida te da limones, añádales agua y azúcar y prepara una buena limonada”.
Isabel Olesti es escritora.
Egipto en estado de excepción
Lo que está ocurriendo en Egipto, es decir, la matanza indiscriminada de civiles inocentes a manos del Ejército que dio el pasado 3 de julio un golpe de Estado, es inaceptable y no deberíamos permanecer callados ni un minuto más.
Podemos recelar del intento islamista de imponer su voluntad civil y religiosa a la sociedad civil egipcia —si puede hablarse de tal cosa en los países musulmanes—, pero el depuesto y secuestrado Morsi fue elegido en unas elecciones libres y democráticas que dieron la victoria a los Hermanos Musulmanes. Ocultar esa realidad con eufemismos o tergiversaciones, como han hecho la mayoría de los Gobiernos occidentales, incluido el de España, no solo es una muestra de hipocresía y de estrecho cálculo político, siempre sometido a los intereses geoestratégicos de Estados Unidos, sino que supone de facto la complicidad con los incesantes asesinatos derivados del golpe. Esa sangre nos salpica a todos.
Alterar el equilibrio de la balanza política de Oriente Próximo trucando los pesos es una medida intervencionista, injusta y peligrosísima. Si así queremos cambiar la actitud de los pueblos islámicos hacia Occidente o redefinir el escenario político de la región, no haremos sino crear allí un polvorín cuya explosión nos alcanzará a todos, sobre todo a los países mediterráneos.
Egipto, por su escala demográfica, económica y cultural no es Túnez ni Libia, ni siquiera Siria. Una guerra civil en Egipto tendría unas consecuencias imprevisibles.— José Manuel Asensio Villar. Leganés, Madrid. Cartas al director. El País.
Podemos recelar del intento islamista de imponer su voluntad civil y religiosa a la sociedad civil egipcia —si puede hablarse de tal cosa en los países musulmanes—, pero el depuesto y secuestrado Morsi fue elegido en unas elecciones libres y democráticas que dieron la victoria a los Hermanos Musulmanes. Ocultar esa realidad con eufemismos o tergiversaciones, como han hecho la mayoría de los Gobiernos occidentales, incluido el de España, no solo es una muestra de hipocresía y de estrecho cálculo político, siempre sometido a los intereses geoestratégicos de Estados Unidos, sino que supone de facto la complicidad con los incesantes asesinatos derivados del golpe. Esa sangre nos salpica a todos.
Alterar el equilibrio de la balanza política de Oriente Próximo trucando los pesos es una medida intervencionista, injusta y peligrosísima. Si así queremos cambiar la actitud de los pueblos islámicos hacia Occidente o redefinir el escenario político de la región, no haremos sino crear allí un polvorín cuya explosión nos alcanzará a todos, sobre todo a los países mediterráneos.
Egipto, por su escala demográfica, económica y cultural no es Túnez ni Libia, ni siquiera Siria. Una guerra civil en Egipto tendría unas consecuencias imprevisibles.— José Manuel Asensio Villar. Leganés, Madrid. Cartas al director. El País.
Lucha contra el fraude laboral
Me ha llegado esto por internet, lo cuelgo porque parece ingenioso y auténtico. Por favor dadme vuestra opinión,
Es un deber ciudadano luchar contra el fraude laboral.
Es un deber ciudadano luchar contra el fraude laboral.
Para facilitarlo el Ministerio de Trabajo ha creado este link:
La denuncia es anónima.
Colabora con el Gobierno de España en la lucha contra el fraude
Yo ya he comenzado :
Resumen del mensaje
Nombre o Razón Social | PARTIDO POPULAR |
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Nombre Comercial | PP |
Dirección | Calle Génova,13 |
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Municipio | MADRID |
Código Postal | 28004 |
Provincia | MADRID |
Actividad Económica | Partido Político |
Breve descripción de los hechos (hasta 600 caracteres) | Se ha publicado en prensa que, en esa entidad, algunos complementos salariales eran pagados en dinero negro y en sobres, contraviniendo todas las leyes laborales vigentes. La Secretaria General de la empresa (Partido Popular) comentó, en rueda de prensa, el caso del empleado Luis Bárcenas que suponía el abono de un finiquito en diferido y en forma de simulación de salario. Entiendo que en este caso podrán proceder sin más dilación a ejecutar las acciones sancionadoras pertinentes. Reciban un cordial saludo. |
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miércoles, 14 de agosto de 2013
"Los perros guardianes" sigue de actualidad después de 81 años.
Un libro de culto publicado en 1932. Una diatriba contra la filosofía instalada en el poder y contra el pensamiento dominante extensible a la actualidad. Una joya de aquello que se llamó cultura crítica europea.
martes, 13 de agosto de 2013
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Rotundo éxito en Salzburgo. Los chicos del sistema Abreu de Venezuela protagonizan un evento musical histórico en Salzburgo
“Es el acontecimiento pedagógico más importante de mi vida”, afirma el director Simon Rattle.
Marina Mahler tiene miedo a volar. Por eso, hasta ayer, la nieta del gran compositor austriaco Gustav Mahler no había podido corroborar la veracidad de los cuentos llegados desde Venezuela. Allí, le relataban, unos chamos de entre 8 y 14 años, eran capaces de interpretar la Primera sinfonía de su abuelo, con un vigor, un entusiasmo y un sentido del romanticismo desgarrado que muchos profesionales en Europa quisieran para sí.
En el Felsenreichtschule del Festival de Salzburgo, ella misma pudo contemplar por la mañana, con los ojos empapados en lágrimas, como muchos de los presentes, el milagro. “La música transforma, es cierto. Y estos chicos conocen las emociones necesarias para interpretar la de mi abuelo”, aseguraba Marina Mahler.
Ella sabe de lo que habla. Cuando Rubén Rodríguez, de 13 años, primer contrabajista de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela, atacaba el tercer movimiento de la Titán, esa entre dulce y escalofriante danza que Mahler compuso con el recuerdo traumático traído desde su infancia del entierro de un niño, el resto de los 207 músicos que componen la orquesta, le acompañaron con un extraño pálpito.
Quizá sepan sentir como nadie la puñalada que produce la muerte cercana de algún familiar o algún compañero de colegio caído en los barrios que habitan, allá en Caracas, en Maracaibo, en Barquisimeto, en Victoria, en Coro, en Cumaná, en Valencia... Entornos todos de los que salen estos presentes y futuros músicos. Los que ayer se presentaron junto a Simon Rattle, en este templo de la música occidental y con la presencia de José Antonio Abreu, el hombre visionario que comenzó este proyecto en 1975 y ahora reúne en sus núcleos a más de 400.000 estudiantes de un lado a otro del país latinoamericano, en su mayoría de extracción social muy pobre.
Lo vivido en esta edición el Festival de Salzburgo, con los venezolanos como residentes, ha sido un antes y un después. Lo afirma el director de la cita, Alexander Pereira, lo corrobora Abreu y lo confirma Rattle. “Este es el acontecimiento pedagógico más importante, no solo de los últimos años, sino de toda mi vida”, comenta el director de la Filarmónica de Berlín.
Y así lo ha sentido también el público, que asistió en masa a las 16 apariciones que los músicos venezolanos han ofrecido este año en Salzburgo: primero con la Orquesta Simón Bolívar, más tarde con las del Coro de Manos Blancas —compuesto por sordomudos y minusválidos— y ayer y hoy con la actuación de la Infantil.
Es, ni más ni menos, que el relevo de la más pura tradición europea —y en la ciudad que vio nacer a Mozart— a esta avalancha de talento llegada desde un confín tropical cuando hace pocas décadas nadie en el mundo podía figurarse que algo así fuese posible. Ha sido la materialización de una esperanza, la confirmación a lo grande de un fenómeno que llama la atención en todo el mundo.
La historia del sistema desde los años setenta hasta hoy es la historia de un desafío constante, de un por qué no sistemático lanzado a la cara de las convenciones y las convicciones. El cuento con final feliz de una ambición social, humanitaria, desmedida; de una fe en la gente, en su gente, irrevocable, la fe de José Antonio Abreu. “No sé si el sistema puede implantarse en cualquier país”, comenta Rattle. “Creo que es más fácil en lugares con fuertes raíces musicales. Puede funcionar en sitios tan dispares como Sudáfrica, Venezuela o Finlandia… Quizá su éxito se deba al empuje de un hombre. Sudáfrica tuvo a Mandela, Venezuela cuenta con Abreu”, asegura el músico de Liverpool.
Es en esa liga en la que Abreu juega para la historia. La de los grandes líderes humanitarios globales, por encima de Gobiernos y de baches históricos. El sistema es la mejor cara que Venezuela y la música pueden ofrecer al mundo.
A partir de ahora, cree Abreu, cualquier país dejará de dudar de la eficacia pedagógica implantada por él. “Se arriesgarán a probarlo”, cree el maestro. Su sistema ha desafiado la educación musical corriente, individualizada, cambiándola por la necesidad de trabajar en grupo desde el principio.
Los resultados sociales son espectaculares. La música da sentido a la vida de los chicos y crea una fuerte identidad y un orgullo especiales, fundamentales para afrontar las duras realidades que les rodean. Por si no fuera suficiente, a estos resultados sociales se unen los artísticos. Cuando un niño prefiere pasar horas y horas en un núcleo en lugar de salir a la calle, donde le espera una realidad de delincuencia, armas de fuego y exclusión social, la práctica se nota. Se produce así de manera muy natural el virtuosismo.
Así se ha podido comprobar estos días en la ciudad austriaca. La pervivencia de lo que Rattle llama “el virus”. Una enfermedad contagiosa que los posee y los empuja a la conquista de sus propias capacidades individuales y colectivas. Y los chicos destacan en sus papeles los solistas, pero también lo hacen los directores del Sistema.
Hasta la fecha habíamos oído hablar de Gustavo Dudamel, la joya de Abreu, adoptado ahora en Europa por el propio Rattle y sobre el que se ha colocado, quizá con demasiada ansiedad el foco para sustituir en 2018 al inglés en Berlín. Sobre eso, Rattle se muestra cauteloso. “Lo que yo diga, si me decanto por alguien, puede perjudicarle. La Filarmónica de Berlín es una orquesta absolutamente democrática, ellos eligen soberanamente”. Pero tampoco está exenta de intereses y cuchillos, ataques como los que él mismo padeció al principio de su mandato por parte de los partidarios de Daniel Barenboim. A veces, los integrantes del cónclave berlinés pueden asemejarse al Vaticano. “Sí, claro, pero con la ventaja de que son capaces de elegir a un papa mucho más joven”, bromea Rattle.
No solo Dudamel ha salido de la cantera de Abreu. Ahí están ya en órbita y sin haber cumplido los 30 Diego Mattheuz o Christian Vásquez. Pero en este escaparate de Salzburgo, el propio Abreu tenía reservada una sorpresa: Jesús Parra, de 18 años.
Debutó ayer Parra de la mano de Simon Rattle. Hace tres años, en Caracas, un chavalillo tímido, dulce y seriote, seguía los ensayos del propio Rattle partitura en mano. Estaba ansioso por aprender. Hoy, sus nueve hermanos y sus padres —peluquera y comerciante de Victoria, a dos horas de Caracas con cola (atasco), comenta Parra— deben estar comiéndose la emoción por saber del éxito que cosechó su hijo en su debut internacional.
Parra cabalgó junto a la Infantil, con una desbocaba partitura de Ginastera, la suite de ballet Estancia, un canto a la cultura gaucha parida por la endiablada cabeza de un músico deseoso de emular a Bartok. Parra la encaró con vigor, prestancia, madurez, dominando cada uno de sus virtuosos aspectos, domando los aires pampeños, fundiendo Argentina y Venezuela en Centroeuropa y contagiando el sello enérgico de los suyos al público atónito.
Su éxito fue arrollador. Como al final el de toda la orquesta. Puede que sea difícil en estos tiempos medir el entusiasmo. Queda un detalle más allá de las lágrimas y los 10 minutos de aplausos entre los presentes. Uno nunca había presenciado a un público que no dejara de hacerlo hasta que el último de los músicos abandonó el escenario.
Para valorar el éxito de los venezolanos en Salzburgo quizá también valga una promesa. Marina Mahler tiene miedo a volar, como ya habíamos contado. Pero le aseguró a este cronista que piensa vencerlo y agarrar un avión que la plante en Venezuela para visitar personalmente los rincones desde los que emana la música que ayer, según ella, “hubiese emocionado a mi abuelo hasta el llanto”.
Fuente: El País.
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