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sábado, 4 de julio de 2015

Sobre Grecia en "El País" La insoportable chulería, antihumanismo y desfachatez de un intelectualillo orgánico del global-imperial

Dos apuntes iniciales: el primero: algunos datos de la situación de los jubilados griegos; el segundo: la definición de una noción ricardiana que aparece más tarde.

Los datos de la situación [1]:

Porcentaje de los jubilados griegos (unos 2,5 millones de personas) que perciben una pensión inferior de 665 euros (es decir, por debajo del umbral de pobreza fijado por la propia UE): el 45%. Porcentaje de jubilados en esa situación en 2009: el 20%. Incremento porcentual: 125%. Porcentaje de jubilados que cobra más de 1.050 euros mensuales: el 14%. Reducción de las pensiones principales de más de 1.000 euros en estos cinco últimos años (desde 2009): el 40%. Reducción del conjunto de todas las complementarias: un 60%. Porcentaje de los hogares griegos cuya principal fuente de ingresos para poder sobrevivir es la recepción de una pensión de algunos de sus miembros: más de la mitad, el 52%.

La noción según el “Diccionario de Economía y Empresas” [2]. Con “Renta de situación” se hace referencia a los beneficios económicos que se derivan para una zona de la proximidad con otra zona con mayor nivel de renta y bienestar. Los mecanismos por los que se materializa esta renta son a través de intercambios de bienes y servicios, inversiones, movilidad del trabajo, etc. Ejemplo ofrecido por el diccionario: la renta de situación de España en los años sesenta y setenta del pasado siglo respecto a Europa, favoreciendo las exportaciones, la asimilación de tecnología, las inversiones extranjeras y la emigración “de los excedentes de mano de obra” (el lenguaje insultante y antiobrero es del Diccionario) a los principales países de Europa. Tiene sus orígenes en la Renta de situación ricardiana (de David Ricardo): “referida a la renta del suelo agrícola, como aquella parte del valor de un suelo céntrico y productivo que está por encima del precio del suelo disponible para la expansión debido a que los nuevos terrenos son menos productivos que los que ya se explotaban con anterioridad”

Viene lo anterior a cuento del artículo [3] de este vomitivo intelectual orgánico: Xavier Vidal-Folch, un asiduo de la 8TV de don Cuní La Vanguardia. El título de su escrito: “Mal griego, mal de otros muchos”. La entradilla: “Las abusivas (sic) pensiones de Grecia equivalen al corporativismo de taxistas y notarios”.

El compás inicial golpea de entrada en la sien: “El papel es impresionante. Si sería mera táctica la táctica negociadora durante cinco meses, que los 11 folios de la última oferta de Grecia -del lunes- son una completa vuelta de calcetín a kilos de retórica antineoliberal”. ¡Retórica antineoliberal! Prosigue el orgánico del global: si sería disparatado el sistema griego de jubilaciones, señala, el gran escollo de la polémica [¡recuerden los datos apuntados al inicio!], “que el ajuste asumido por Alexis Tsipras quintuplica el encajado en 2010 por José Luis Rodríguez Zapatero”. Lean bien, insiste el orgánico: “lo quintuplica”. Zapatero aceptó “un recorte de pensiones de 1.800 millones de euros, menos de dos décimas del PIB español. Tsipras asume ahora unos ajustes en este ámbito del 1,05% ya en 2016: sobre todo de las enloquecidas jubilaciones anticipadas a 52 años; pronto no se retirará nadie antes de los 67. Albricias”. ¿Albricias? ¡Pronto no se retirará nadie antes de los 67! ¿Sabrá este intelectual de cuello limpito la dureza de muchos trabajos, los 40 años de duro curro en muchos casos!

Prosigue el sesudo intelectual, sin temblor en el pulso: “Ya pueden cantar misa quienes esgrimen que Syriza no ha cedido. Pura chatarra propagandística”. ¡Pura chatarra…! Luego la prepotencia con un toque de aparente humanismo: “Es que ha hecho bien, cediendo en todo lo que era lógico: lo fundamental. Y a cambio, salvando su paquete de emergencia social (familias sin electricidad, pensionistas sin asistencia médica) que también era digno, y justo, y necesario”. ¡Cediendo en todo lo que era lógico! ¿De qué lógica habla este intelectualillo bien remunerado que debe ingresar como 10 jubilados griegos al año?

No se queda aquí desde luego. Lo sorprendente, comenta, es que haya tardado tanto “en aceptar lo evidente, a costa del derrumbe económico, la caída del crecimiento recién iniciado, la pérdida del superávit presupuestario primario, la escapada de 30.000 millones de depósitos bancarios. ¿Ha esperado tanto por cálculo negociador? ¿Por infundado temor a ceder en otras cuestiones menos sensibles? ¿Por aparecer ante sus talibanes como el que forcejea hasta el último segundo?”. ¿Sus talibanes, de qué talibanes habla este chulo talibán neoliberal? ¿Aceptar lo evidente? ¿Qué evidencia? ¿El poder sin réplica?

Quizás, responde él mismo a sus preguntas, pero “hay otra explicación más descarnada”. Viene ahora el toque académico del experto: “Determinadas jubilaciones griegas (no todas), diseminadas hasta hace poco en más de 100 fondos de pensiones, consagraban situaciones de inequidad propias de las “rentas de situación” de David Ricardo: aquellas rentas diferenciales derivadas de la localización específica de un activo: de su proximidad geográfica o social a otras rentas superiores, de la casualidad, del azar-no-productivo. La resistencia a las reformas de verdad (no a la mera depresión salarial, que es lo fácil, y lo más injusto) es mayor cuanto más consolidadas están esas rentas de situación. Y cuando mejor se adornan con la coartada de la justificación social (a veces, religiosa), algo siempre muy sensible para el progresismo y la ética”. ¿Sensible para el progresismo? ¿La ética? ¿Coartada de la justificación social? ¿Situaciones de inequidad comentadas por alguien que razona desde la más ortodoxa de las posiciones crematísticas ortodoxas?

Qué insidioso, concluye satisfecho y con más estocadas de muerte, mezclando situaciones absolutamente heterogéneas, “pues en su mayoría se trata de meros corporativismos. Cuando los jubilados griegos apenas pospúberes se jactan de causa justa, se equiparan a los taxistas y farmacéuticos italianos que se resistían a las reformas liberalizadoras de Mario Monti (abrir ¡en domingo!); a los notarios y comerciantes franceses que denigran a Manuel Valls porque predica la libertad de establecimiento y mayor libertad horaria; a los colegios profesionales españoles que rehuyen la competencia”. ¿Se entiende la salvaje y servil cosmovisión desde la que piensa el autor? ¡Todo vale! Notarios, comerciantes, jubilados, taxistas,… Todo es uno y lo mismo.

Pero no le basta con eso: “El mal griego es mal nuestro. Es mal de otros muchos porque el corporativismo cerrado constituye la antesala de la autocracia (El corporativismo en España, M. P. Yruela y Salvador Giner, Ariel, 1988)”. La sentencia: “Donde mandan los taxistas nunca imperan los Parlamentos”. ¿Cómo se puede ser tan ruin intelectualmente (tras citar un libro de hace más de 27 años por cierto? ¿La defensa de conquistas ciudadanas y obreras como vía hacia la autocracia? ¿De eso habla este sesudo intelectual?

Un premio urgente, por favor, un premio urgente para uno de los textos más serviles y sumisos al poder de la reciente historia intelectual europea. ¡Tenía tanta razón Lewis Carroll! ¿Quiénes mandan aquí? Pues son ellos los que dan significado a las palabras. Sus siervos las usan con el sentido que ellos estipulan.

¿No les da una mica de fàstic (asco) tot plegat?

Salvador López Arnal

Notas

[1] Mi fuente es también el global-imperial: M. A. Sánchez Vallejo, “La línea Maginot de los pensionistas griegos”. El País, 24 de junio de 2015, p. 5.

[2] Debo el apunte a la historiadora Soledad Bengoechea.

[3] http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/24/actualidad/1435135899_878106.html

sábado, 17 de agosto de 2013

El Caribe reclama a Europa una compensación por la esclavitud

Durante la primera semana de septiembre se reunirá por primera vez la comisión de reparaciones de la Comunidad del Caribe para acordar la estrategia a seguir

Los cálculos más conservadores indican que al menos doce millones de africanos fueron secuestrados en la costa occidental de su continente y transportados en barcos negreros europeos hacia las colonias de América, entre los siglos XVI y XVIII. No todos sobrevivieron a la travesía y quienes llegaron con vida, labraron en condiciones de esclavitud las plantaciones de los imperios de España, Inglaterra, Holanda, Francia y Portugal en el Nuevo Mundo.  Las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (Caricom)  atribuyen el origen de su actual pobreza material a la esclavitud y al genocidio perpetrado en aquellos tiempos. Por eso han decidido emprender un proceso jurídico contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal, en reclamo de una compensación económica y de inversión en planes de desarrollo.

“Estamos enmarcando la discusión de las reparaciones en la discusión acerca del desarrollo. No estamos hablando de una confrontación, sino de llevar nuestro caso a la Corte Internacional de Justicia para negociar”, ha explicado a EL PAÍS la historiadora Verene Sheperd, quien dirige la Comisión de Reparaciones de Jamaica. En su más reciente cumbre,  celebrada en Puerto España el 4 de julio pasadolos líderes de la Comunidad del Caribe acordaron establecer comisiones de reparación en cada uno de los 15 países miembros del bloque donde no existiese alguna. El siguiente paso será la celebración de una reunión conjunta, pautada para la primera semana de septiembre en San Vicente y las Granadinas, donde algunos de los primeros ministros del grupo debatirán junto a abogados y especialistas en historia económica la estrategia a seguir.

No es un asunto de dinero, sostiene Sheperd, sino de acordar mecanismos de compensación que contribuyan al desarrollo de los Estados reclamantes. “Antes que nada, queremos que Europa se disculpe, pues hasta ahora  han emitido declaraciones de arrepentimientopero ningún país se ha disculpado. Luego queremos infraestructuras para el desarrollo: escuelas, centros de salud, carreteras, hospitales. Y queremos que acabe el racismo”, ha dicho la historiadora.

La firma inglesa Leigh Day & Co. ejercerá la representación de la Comunidad del Caribe, según ha informado el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, este martes, en entrevista con el diario Trinidad and Tobago Guardian. “Durante más de 30 años ha existido un movimiento que se originó en las bases de la sociedad civil, entre intelectuales y profesionales, que han reclamado reparaciones por el genocidio de sus nativos y por la esclavitud”, ha dicho Gonsalves, quien presidirá la reunión fijada en septiembre, en la que también participarán la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar, y los presidentes Michel Martelly de Haití, Donald Ramotar de Guayana y Desi Bouterse de Surinam.

En junio de 2013, la firma Leigh Day & Co. se anotó una victoria en un caso similar, al lograr que Reino Unido admitiese haber torturado a más de 5.000 rebeldes de la guerrilla keniana Mau Mau entre los años 1952 y 1960. Como resultado, las víctimas y sus sobrevivientes obtuvieron una compensación que sumó 30,5 millones de dólares.

Entre 2004 y 2011, Jamaica, Guyana y Antigua y Barbuda también han intentado, sin éxito, obtener algún tipo de compensación de parte de los países europeos involucrados en el tráfico de esclavos en tiempos de la colonia. “Hoy el llamado a reparaciones está comenzando a formar parte de la conciencia nacional en San Vicente y las Granadinas, a través del debate público, en los programas de radio, en los diarios”, sostiene el primer ministro Ralph Gonsalves.

Los países del Caribe involucrados en este nuevo reclamo contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal por esclavitud y genocidio aún no han fijado el monto de la compensación a la que aspiran. Existen, sin embargo, algunos antecedentes. En 1999, la African World Reparations and Repatriation Truth Commission exigió a Occidente el pago de 777.000 millones de dólares a los países africanos que fueron esclavizados durante el periodo colonial. “Sabemos que nunca obtendremos esa cantidad de dinero, pero al menos debemos encontrar la manera de  aliviar la pobreza del Caribe y hacer algo a favor del desarrollo de una infraestructura social. Si queremos alcanzar la paz mundial, este es uno de los caminos”, opina Verene Sheperd.
Fuente: El País


TWELVE YEARS A SLAVE is based on an incredible true story of one man's fight for survival and freedom. In the pre-Civil War United States, Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), a free black man from upstate New York, is abducted and sold into slavery. Facing cruelty (personified by a malevolent slave owner, portrayed by Michael Fassbender), as well as unexpected kindnesses, Solomon struggles not only to stay alive, but to retain his dignity. In the twelfth year of his unforgettable odyssey, Solomon’s chance meeting with a Canadian abolitionist (Brad Pitt) will forever alter his life. (Of NYT)