viernes, 7 de marzo de 2025

50 años sin Franco: una mirada memorialista feminista

La dictadura desplegó múltiples formas de represión contra las mujeres que adquirieron un compromiso político y sindical, amenazando el nuevo modelo de feminidad impuesto por el nacional catolicismo. En este artículo se repasan algunos aspectos de dicha represión y lugares de memoria, particularmente en Madrid.

Una nueva moralidad y un orden social que suprimía los avances alcanzados durante la IIª República, que requería represión y control de su cuerpo y su sexualidad y que se extendió a cualquier mujer que se atreviera a transgredir los mandatos patriarcales.

Era una represión capilar que permeaba todos los espacios, privados y públicos. El régimen generó un entramado político, legal e institucional para adoctrinar, castigar y aislar socialmente a todas aquellas que defendían sus ideas y a las que no cumplían con los cánones de “pureza”. Cárceles, reformatorios, psiquiátricos, maternidades, centros de la Iglesia y de la Sección Femenina de la Falange. Un entramado interconectado que crujía a las mujeres, como refleja la periodista Andrea Momoitio en su libro Lunática (Libros del KO, 2022).

Y si en la lucha política contra el régimen se podía contar, pese a los riesgos y sacrificios, con lazos de solidaridad, en el resto de las vidas disidentes la soledad y la marginación hacían todavía más dura y cruel la existencia.

En este artículo señalamos algunos aspectos de dicha represión y lugares de memoria, particularmente en Madrid.

Las cárceles
A lo largo de la dictadura miles de mujeres fueron detenidas, condenadas y encarceladas por su actividad antifranquista, por los delitos denominados “de orden público” (asociación ilícita, manifestación, propaganda ilegal). Con el tiempo y duras luchas dentro de las cárceles, consiguieron el estatus de “presas políticas” que la dictadura les negaba. Junto a ellas, mujeres condenadas por haber abortado, trabajadoras sexuales (para quienes en los años 40 se abrieron 8 cárceles específicas regentadas por órdenes religiosas), mujeres que por pobreza realizaron contrabando, robo, y otros delitos. También en esos años se crearon varias prisiones maternales hasta que se inaugura la Prisión Central de Madres Lactantes en la propia cárcel de Ventas.

De las condiciones de vida en las cárceles, así como de las estrategias de resistencia y organización durante la primera etapa de la dictadura, han dejado testimonio mujeres como Juana Doña, Tomasa Cuevas o Manolita del Arco. También recientes estudios e investigaciones hablan, entre otras, de las cárceles de Ventas, Quiñones, Alcalá de Henares (Madrid), Saturrarán (Guipúzcoa), Les Corts (Barcelona), Málaga, Segovia, Almería, Valencia y Zaragoza.

El itinerario carcelario y las condiciones dentro de las cárceles de mujeres fue variando a lo largo de los años. Cerraban unas y abrían otras. En Madrid se cerró Ventas en 1969, se mantuvo Alcalá de Henares (durante un tiempo cárcel de hombres) y se habilitó Yeserías en 1974. En Barcelona, Les Corts se cierra en 1955 y Trinitat Vella se abre de 1963 a 1985. De todas ellas quedan recientes testimonios, como el recogido en el documental de Julia Montilla.

De la represión a las mujeres en el tardofranquismo da cuenta que, solo en 1975, se incoara proceso a 164 mujeres por el Tribunal de Orden Público, un Tribunal de excepción sustituido en 1977 por la actual Audiencia Nacional.

Los interrogatorios policiales, realizados principalmente en la Dirección General de Seguridad (DGS) iban acompañados de vejaciones, maltrato y, en muchas ocasiones, de brutales torturas. Mujeres como Rosa García, Felisa Echegoyen, Ángela Gutiérrez o Roser Rius tienen interpuestas querellas ante los tribunales españoles (también ante la justicia argentina) para reclamar responsabilidades por las torturas sufridas. Pero hasta la fecha las han denegado, amparándose en la Ley de Amnistía de 1977, se mantiene la impunidad de la dictadura y sus torturadores.

Una Amnistía que, sin embargo, no acogió a las llamadas “presas comunes”, ni a las disidencias sexuales encarceladas en aplicación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Hay que resaltar que la invisibilización y el control sobre lesbianas y trans las había condenado al “silencio, la negación y la banalización”.

Cuando en 1977 el movimiento feminista exigió Amnistía, lo hizo ampliando el concepto de lo político y reclamando también la libertad de las presas encarceladas por los llamados delitos “específicos” (adulterio, aborto, prostitución). Todo ello como la lucha fundamental por defender que lo personal también es político y que esos “delitos” formaban parte del universo represivo del franquismo.

El ayer y el ahora de la represión tienen un dramático reflejo en un edificio de Madrid. Tras el cierre de Ventas y hasta la apertura de Yeserías como cárcel de mujeres, la dirección de prisiones trasladó a las mujeres embarazadas a los sótanos del Hospital Penitenciario de la cárcel de Carabanchel. Hoy es el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, una cárcel para personas migrantes racializadas, que se tiene que cerrar y pasar a formar parte de un Centro de Memoria de la represión franquista y del racismo institucional, tal y como se reclama.

Los Centros del Patronato de Protección a la Mujer
Esta institución, que sobrevivió hasta 1985, dependiente del Ministerio de Justicia, se calcula que llegó a tener 900 centros en el Estado español. En ellos se encerraba a chicas hasta los 25 años (cuando se adquiría la mayoría de edad, ya que hasta 1973 no pasó a los 21 años) y su tutela pasaba a ser exclusiva del Patronato.

Diversas órdenes religiosas como Adoratrices, Oblatas, Cruzadas evangélicas, entre otras, regentaban dichos Centros con los principios de “velar por las jóvenes caídas o en riesgo de caer”, “impedir su explotación, apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a las enseñanzas de la religión católica”.

Como señala Consuelo García del Cid en “Las desterradas hijas de Eva” encerraban “a todas las menores que le fueron entregadas, detenidas o simplemente cazadas por aquella sórdida policía femenina disfrazada de funcionariado franquista, que vigilaba conductas en las calles y demás lugares públicos, incluidos los trenes de largo y corto recorrido, bailes, cines y piscinas”. Cualquiera podía denunciar a una joven si consideraba que su comportamiento era de dudosa moralidad.

Cada “junta provincial” tenía un Centro de Observación y Clasificación (COC), donde se sometía a examen a las mujeres para certificar si eran “vírgenes”, si tenían buena moralidad. Si ejercían la prostitución se las separaba del resto, si estaban embarazadas se las llevaba a maternidades como Peña Grande, desde donde se perpetraba el robo de bebés. Si las consideraban especialmente inmanejables, al psiquiátrico de Ciempozuelos (Madrid) entre otros, y en función de la clasificación, a alguno de los reformatorios.

Desde hace unos años con el trabajo de investigadoras y periodistas, han seguido aflorando testimonios de mujeres que explican lo sufrido, las vejaciones, el trabajo esclavo (Podcast “De Eso No Se Habla”, Isabel Cadenas)

Pero hasta la fecha ni el Estado, ni las órdenes religiosas que regentaron aquellos centros han asumido responsabilidad alguna, al contrario, han recibido galardones al mérito, así como subvenciones y siguen regentando centros de menores.

El robo de bebés
Como señala Sol Luque, el robo de niñas y niños es el fruto de esa violencia generalizada contra las mujeres. Comenzó con la implantación de la dictadura franquista justificando qué mujeres no eran idóneas para ejercer la maternidad en base a criterios ideológicos, religiosos, sociales, eugenésicos, etc.

Este robo que comenzó en las cárceles y correccionales, a través decretos, perduró hasta 1990 sin ningún soporte legal, pero con la aquiescencia del Estado. Continuó en clínicas y maternidades, centros de internamiento y en cualquier otro establecimiento donde las mujeres pariesen. Fue perpetrado por un entramado de agentes que formaban parte de órdenes religiosas, establecimientos sanitarios y del funcionariado.

En ese contexto de dominio sobre las mujeres, la trama del robo de los bebés funcionó con total impunidad. Muchas veces se ejerció sobre las madres la coerción y la culpabilización por no ser “idóneas para la crianza” para que entregaran ”voluntariamente” a sus bebés. Otras veces los bebés desaparecían comunicando que habían muerto, sin que las madres tuvieran opción a corroborarlo.

En la actualidad, la mayor parte de los 526 expedientes relativos a la búsqueda de bebés robados se han archivado.

Los “Manicomios”
Otro de los sistemas de represión contra las mujeres cuya conducta no era considerada “ejemplar” fue a través de su ingreso en centros psiquiátricos.

Tenemos especial constancia de varios manicomios de mujeres en Madrid: el más conocido, el de Ciempozuelos (ahora Complejo Asistencial Benito Menni), en el que existió un pabellón entero destinado a jóvenes procedentes del Patronato de Protección a la Mujer.

Muy relevante fue el Manicomio Nacional de Santa Isabel en Leganés, del que hay varios y muy interesantes relatos recogidos en el libro “Cartas desde el Manicomio” (varias autoras) que describen los intentos de algunas de las internas de ser liberadas por sus maridos o hijos, prometiendo convertirse en una mujer responsable y respetable para con ellos.

Destaca así como algunos hombres tan solo necesitaban dar un testimonio ante la conducta de su mujer para que fueran internadas. Era la llamada “peligrosidad de origen psíquico”, un supuesto legal que unía peligrosidad y enfermedad mental.

También en Madrid, había una sala dedicada a las mujeres psiquiatrizadas en los sótanos del Hospital Provincial que se ubicaba en el actual Museo Reina Sofía y que fue trasladado en 1968 a la Ciudad Sanitaria Francisco Franco, actual Hospital Gregorio Marañón.

Tal y como ha destacado Lucas Platero, la psiquiatría jugó además un papel central en el control y represión del lesbianismo y la disconformidad de genero durante la dictadura (“Lesboerotismo y la masculinidad de las mujeres en la España franquista”, 2009)

Verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición
La muerte del dictador no fue un punto y final para la represión que el franquismo había ejercido sobre las mujeres, y los testimonios sobre los Centros del Patronato, las cárceles y el robo de bebés así lo atestiguan. Motivo por el que diversos colectivos desde hace muchos años reclaman verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para las víctimas.

Pero no se puede establecer la verdad mientras el Estado no asuma su responsabilidad de forma integral, mientras no se pueda acceder a los archivos de la Iglesia, de las órdenes religiosas, de los Centros del Patronato, de las maternidades, de los psiquiátricos.

El Gobierno ha previsto colocar placas en diversos edificios, como la DGS y la cárcel de Yeserías, pero no es suficiente. Son necesarios Centros de Memoria de la represión, como se reclama en el caso de Madrid, para Carabanchel y Alcalá de Henares (La Galera), entre otras.

¿Cómo hablar de justicia y reparación si no se aceptan las querellas de mujeres contra los torturadores, si no se aprueba la ley de bebés robados y nada se dice del citado Patronato en la Ley de Memoria Democrática? ¿Cómo no denunciar la impunidad del franquismo?

A lo largo del artículo hemos hablado de represión pero, como se recoge en las Jornadas sobre represión y lucha de mujeres en el tardofranquismo, pero hay que hablar también de resisstencia (I Jornadas y II Jornadas), de cómo las mujeres se organizaron y desarrollaron distintas estrategias no solo para salvar sus vidas sino también para afirmar sus identidades y defender su dignidad y sus ideas. Lo hicieron en las cárceles, en los reformatorios, en la universidad, frente a la explotación en las fábricas, a las carencias en los barrios, y al asfixiante control social y familiar.

Como señaló Clara Gutiérrez “Es esta genealogía la que nos permite no tener que partir de cero ante las amenazas que se avecinan. Esta memoria feminista antifranquista es una fuente de valores inquebrantables y una escuela de lucha y resistencia”.

AAVV Las autoras de este artículo son Lucía Vicente, Justa Montero, Ana García, Sacri García-Rayo, Paz Romero, Nerea Fulgado, Clara Gutiérrez, Laura Encabo y Begoña San Vicente, integrantes del grupo de mujeres de La Comuna, asociación de presxs y represaliadxs del franquismo.

Fuente: 

Qué va, si es mi amigo

La amistad exige lealtad. La lealtad no es servilismo. Por eso el amigo es capaz de decirte que te has equivocado. No es amigo quien oculta la verdad, quien halaga sin límite ni motivo, quien te dora la píldora

Decía Epicuro: “Cada mañana, la amistad recorre la tierra para despertar a las personas, de modo que puedan hacerse felices”. Es una hermosa visión de la historia humana. La vida se teje de pequeñas anécdotas que se van trenzando en la cotidianeidad y en la emergencia. Los recuerdos se van sucediendo y nos van marcando: el asado en Rosario en la casa de Perico y Silvia, la cena en Santiago con el regalo del libro “El coraje de enseñar”, la vista sorpresa a la escuela rural con el Ministro de Educación de San Luis, la final de la Champions en el Santo Refugio, la tarde nublada de llanto silencioso, el café chileno en mi casa frente al mar, el hermoso Prólogo de mi libro, el cruce de libros en cumpleaños y Reyes, la felicitación en el mes de mayo durante cincuenta años, la comida en El Adarve de Frigiliana, la muerte tan dolorosa que dejó un vacío enorme, los largos desayunos en la librería de Teatinos, el baño en el río de Cabezuela del Valle, el viaje desde México para asistir a mi investidura en Oviedo… La vida. La amistad.

Cuenta Eduardo Galeano, en su hermosa obra “El libro de los abrazos” que en los suburbios de La Habana llaman al amigo mi tierra o mi sangre. En Caracas mi amigo es mi pana o mi llave. Pana por panadería, la fuente del buen pan para las hambres del alma y llave….

Llave por llave, dice Mario Benedetti.

Y cuenta que cuando vivía en Buenos Aires en tiempos del terror él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero, las llaves de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron. Los dueños de esas llaves no solo salvaron la vida a su amigo, se arriesgaron a convertirse en sus cómplices y a ser castigados por ello.

En estos tiempos en los que la traición, el egoísmo y la deslealtad están de moda quiero hacer un elogio de la amistad porque creo que es una de las columnas sobre las que se sostiene nuestro mundo. El pragmatismo de nuestro tiempo, el egoísmo indisimulado, la competitividad a cualquier precio hace que los individuos se pregunten sobre todo por lo que salen ganando o perdiendo en cada relación. En ese mecanismo se sitúan quienes quieren trepar a cualquier precio. Para este tipo de personas los amigos se tienen en la medida que pueden ser utilizados como escalones para ascender. O para obtener algún beneficio. Cuando ya no sirven, se prescinde de ellos. Si alguien les ofrece más o puede ser más rentable en las transacciones se convierte en el nuevo destinatario de sus adulaciones. La amistad exige lealtad. La lealtad no es servilismo. Por eso el amigo es capaz de decirte que te has equivocado. No es amigo quien oculta la verdad, quien halaga sin límite ni motivo, quien te dora la píldora. El amigo no te dice lo que tienes que hacer, te ayuda a decidirlo y te da fuerza para que puedas y quieras hacerlo. El amigo no es capaz de cometer una traición. Puedes dar la espalda y tenerla siempre cubierta cuando él se queda. Por definición, el amigo es incapaz de darte una puñalada trapera.

La amistad supone generosidad. Surge esta de forma espontánea, sin falsas promesas, sin grandes alardes, sin búsqueda de contrapartidas. El amigo es como la sangre que acude a la herida sin necesidad de llamarla.

La amistad exige escucha. Escucha activa, atenta, sin prejuicios, sin ruidos internos, sin prisas. Estoy preparado un libro que se titulará, probablemente, “La caja mágica. Historias para la mente y el corazón”. En una de ellas cuento que una persona llama a su amigo a una hora intempestiva, ya muy tarde. Y, después de los saludos protocolarios, le pregunta cómo está. El amigo le cuenta durante largo tiempo la situación crítica por la que atraviesa. La conversación se alarga hasta altas horas. Hasta que quien ha llamado consigue que su amigo vea la situación con claridad y que desaparezca la angustia extrema que le invade. Quedan para verse al día siguiente. Y el amigo que recibió la llamada tardía el día anterior le pregunta a su interlocutor:

Por cierto, ¿para qué me llamaste ayer tan tarde?

Quería comunicarte un severo diagnóstico que recibí ayer de mi médico.

Llamaba porque quería compartir la dura noticia con su amigo, pero su problema pasó a un segundo plano, eclipsado por la angustia de su amigo. El amigo va siempre primero.

La amistad conlleva altas dosis de afecto. Y ese afecto se convierte en fuerza y en energía. Un niño lleva a otro mayor que él a cuestas porque se ha hecho daño en una pierna. Alguien que ve la escena le dice al pequeño:

Pesa, ¿eh?

Qué va, si es mi amigo, contesta muy ufano el pequeño.

Esta significativa anécdota me recuerda la historia de un amigo que llama a su amigo del alma que le ha contado que tiene mucho dolor en una pierna.

Oye, te llamo para saber si te duele la pierna izquierda o la derecha. ¿Por qué te importa ese dato?

Porque como no sé cuál es, me están doliendo a mí las dos.

La amistad practica siempre de buen grado el perdón. A un amigo se pe perdona todo: que te pida a las tres de la mañana que le ayudes a solucionar una avería del coche, que te comprometa para hacer algo que no querías, que se olvide de la fecha de tu cumpleaños, que te llame a las siete de la mañana para contarte una tontería…Un amigo es un amigo. (Estoy hablando de amigos, en el buen entendido de que me refiero siempre a los amigos y a las amigas). Quevedo dijo que valía más un buen amigo que cien parientes. Un amigo es un hermano que se elige. Por eso es tan importante tener buenos amigos (expresión que encierra una clara redundancia: decir buen amigo es como decir fuego caliente o hemorragia de sangre. No existe un mal amigo. Si es malo, no es amigo.

La amistad lleva siempre aparejado el sentido del humor. Con los amigos disfrutamos, lo pasamos bien, nos reímos. Con ellos contamos los mejores chistes, las más sabrosas anécdotas. En cierta ocasión Bernard Shaw envió a Churchill una invitación para el estreno de una obra de teatro con el siguiente texto:

Puede ir acompañado de un amigo…, si es que lo encuentra. Churchill contestó:

Gracias por la invitación. Hoy no puedo asistir. Iré otro día…, si es que hay más sesiones.

La amistad exige perseverancia. No tiene sentido hablar de una fugaz amistad de unos días. Por eso digo que es bueno hacer amigos y saber disfrutarlos, pero que resulta más importante saber conservarlos.

Elmer Hubber dice que un amigo es el que lo sabe todo de ti y, a pesar de ello, te sigue queriendo. El amor del amigo es gratuito. No hay que hacer ningún mérito para conseguir la amistad verdadera porque las personas desean que se las quiera bruto, no neto.

Me gusta mucho una metáfora que leí en el excelente libro de Ken Bain “Lo que hacen los mejores profesores universitarios”: “cuando uno de estos profesores inicia una experiencia de aprendizaje es como si un amigo invitase a sus amigos a cenar y no como si un alguacil sentase en un banquillo a un acusado”. La cena de los amigos conlleva alimento, diálogo, afecto y diversión. Quien no va a la cena se la pierde, quien no se sienta en el banquillo se libera.

Entre los amigos voy a incluir también a los animales. Siempre fieles, siempre leales. En una historia titulada “El cielo y el infierno” que he leído en el libro “Cuentos que mi jefe nunca me contó”, de Juan Mateo, se cuenta que un hombre, su caballo y su perro murieron en un accidente. Después de caminar mucho tiempo sintieron una sed espantosa. Y al llegar al cielo el hombre pidió agua para los tres. Le dijeron que él podía pasar y beber pero que sus dos acompañantes no podían entrar. Entonces declinó la oferta. Siguieron caminando. Y volvieron a ver otro cartel indicando que allí estaba el cielo. Planteó al guardián que los tres tenían una sed abrasadora. El guardián le dijo que los tres podían pasar y beber.

Intrigado, el hombre preguntó cuál de los dos sitios era el cielo.

Aquí está, le dijo el guardián. El otro lugar es el infierno. Allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus amigos para salvarse. Los amigos y las amigas están ahí, sosteniendo el mundo. Muchas veces de forma silenciosa, siempre de forma eficaz, Están también en el silencio, en la distancia, Por eso hay que cultivar la amistad. Es hermoso y certero aquel proverbio chino: recorre frecuentemente el camino que lleva al huerto del amigo, de lo contrario crecerá la hierba y no podrás encontrarlo fácilmente.

jueves, 6 de marzo de 2025

_- Cuáles son las mejores herramientas para manejar tus emociones según uno de los mayores expertos del tema

_- El psicólogo Ethan Kross afirma que es un "error" considerar que hay emociones "malas". Experimentamos todas las emociones por una razón, afirma.

Información del artículo
Autor, David Robson*

Título del autor, BBC News

Desde que era un niño, Ethan Kross ha sido "un observador de las emociones" y de las formas a menudo contraproducentes en que lidiamos con los sentimientos difíciles.

"Parecía que todos íbamos a los tumbos, encontrando ocasionalmente una solución accidental o provisional que nos ayudara a manejar nuestras facetas emocionales. A veces nuestras herramientas improvisadas ayudaban. A veces empeoraban las cosas. Parecía tan aleatorio, aislante e ineficiente", dice.

Como psicólogo de la Universidad de Michigan y director del Laboratorio de Emociones y Autocontrol, Kross espera cambiar esta situación.

En su nuevo libro Shift: How to Manage Your Emotions So They Don't Manage You ("Cambio: cómo manejar tus emociones para que no te manejen a ti") busca equiparnos a todos con un conjunto de herramientas que nos ayuden a navegar nuestros altibajos de manera constructiva.

Kross habló con el periodista de ciencia David Robson sobre los beneficios de los sentimientos "negativos", la creación de espacios seguros y oasis emocionales, y las sorprendentes ventajas de la distracción.

¿Cuáles son los conceptos erróneos más comunes sobre las emociones?

Un gran malentendido es que hay emociones buenas y emociones malas y que deberíamos esforzarnos por vivir nuestras vidas libres de todas las emociones malas. Esto es un error.

Pienso que hemos desarrollado la capacidad de experimentar todas las emociones por una razón.

La ira puede motivarnos a corregir una injusticia si todavía hay una oportunidad de arreglar las cosas. La tristeza puede llevarnos a la introspección y a dar un nuevo significado a situaciones que han cambiado profundamente. La envidia puede motivarnos a esforzarnos por conseguir las cosas que queremos lograr.

En las proporciones adecuadas, esa es una frase clave, todas las emociones son útiles.

Una forma de hacer hincapié en este punto es pensar en el dolor físico, que es uno de los estados emocionales más negativos que podemos imaginar. Muchos de nosotros anhelamos vivir una vida libre de cualquier tipo de dolor físico, pero algunas personas nacen sin la capacidad de sentir dolor, debido a una anomalía genética, y esos niños acaban muriendo más jóvenes que las personas que sí pueden sentir dolor.

Y es que si meten la mano en el fuego, no hay ninguna señal que les diga que la retiren. El mismo principio se aplica a todas nuestras emociones negativas.

Niño con cara triste 

Niño con cara triste

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto 
Kross afirma que la evitación, aunque ha sido rechazada por algunos para manejar las emociones, a veces sí es beneficiosa. 

A menudo, a las personas les resulta liberador saber que no tienen que esforzarse por vivir una vida sin negatividad. Lo que hay que esforzarse por conseguir es simplemente mantener bajo control esas experiencias emocionales, y creo que es un objetivo mucho más sostenible.

Muchas personas creen que sus emociones están fuera de su control. ¿De dónde cree que surge esta actitud derrotista? ¿Y cuáles son las consecuencias?

Creo que depende de la faceta emocional de la que estemos hablando.

A menudo no tenemos control sobre los pensamientos y sentimientos que se desencadenan automáticamente a lo largo del día, pero podemos controlar cómo interactuamos con esos pensamientos y sentimientos una vez activan. Ahí es donde reside la promesa de la regulación de las emociones.

Pero si no crees que lo puedes hacer, entonces no te esforzarás en practicarlo. Si no crees que hacer ejercicio te va a ayudar a estar en forma, ¿por qué demonios dedicarías esfuerzo a hacer ejercicio?

Y si no crees que puedes usar diferentes estrategias para manejar tus emociones, ¿por qué las usarías?

Entonces, ¿cómo podemos cambiar nuestras respuestas a los sentimientos difíciles?

Escuchar música es un ejemplo de una herramienta que se infrautiliza.

Si le preguntas a la gente por qué escucha música, casi el 100% de los participantes dirá que les gusta cómo les hace sentir. Pero si luego observas lo que hacen las personas cuando luchan con sus emociones (como la última vez que estaban enojadas, ansiosas o tristes), solo una pequeña minoría dice usar la música para encontrar tranquilidad.

Joven riendo 

Joven riendo

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
El experto afirma que cuidar nuestros entornos puede ayudarnos a sentir calma. 

La música es parte de una categoría que llamo "cambiadores", que son las herramientas que pueden manipular nuestras emociones. Y una vez que sabes cómo funcionan, puedes ser mucho más estratégico en cómo las usas en tu vida.

También describe cómo un cambio de entorno puede mejorar nuestro bienestar. Puede que sea algo que experimentamos durante nuestras vacaciones, pero ¿cómo podemos aplicar este principio a nuestra vida cotidiana?

Como dices, mucha gente se siente renovada cuando va a un lugar totalmente diferente que está libre de asociaciones con el trabajo. Pero no siempre podemos tomarnos esas vacaciones, y lo que me gusta recordar a la gente es que a menudo hay lugares cercanos que pueden cambiar nuestro estado de ánimo.

Hablamos mucho de encariñarnos con otras personas, y cuando las cosas no van bien, estar en presencia de esa figura puede ser una fuente de consuelo y resiliencia. Pero resulta que también nos encariñamos con lugares de nuestro entorno.

Entre los míos se encuentran el jardín botánico cerca de mi casa, la casa de té donde escribí mi primer libro y una de mis oficinas en el campus. Desde el momento en que estoy en ese espacio, tengo asociaciones positivas que me ayudan a gestionar mis emociones.

Creo que no son muy diferentes a las casas seguras que aparecen en las películas o los libros de espías. Todos tenemos estas casas seguras en nuestras vidas y queremos ser estratégicos a la hora de acudir a ellas cuando tenemos problemas.

Es una forma de gestionarnos de afuera hacia adentro.

También puedes cuidar tu entorno. Sabemos que las plantas y las imágenes de espacios verdes pueden ser restauradoras. También lo pueden ser las fotos de seres queridos.

Hemos realizado una investigación en la que exponemos a personas a fotografías de seres queridos mientras luchan con un problema. Descubrimos que acelera el ritmo en el que se "reparan" después de la experiencia.

¿El objetivo es ser más conscientes de lo que podemos hacer para cambiar cómo nos sentimos en lugar de dejarlo al azar?

Una de mis esperanzas con este libro es lograr que las personas sean mucho más deliberadas a la hora de incorporar estas herramientas en nuestras vidas.

una mujer triste con la mano en la cabeza

Fuente de la imagen,Getty Images

 
Pie de foto,
Cuando tiene dificultades, Kross hace viajes mentales en el tiempo y se pregunta cómo se sentirá en el futuro con la situación que está enfrentando.

Me sorprendió descubrir que la distracción y la evasión pueden ser una forma productiva de lidiar con las emociones. ¿Por qué?

La evitación (tratar activamente de no pensar en algo distrayéndose o realizando otras conductas) suele ser ridiculizada como una herramienta poco saludable. Y no hay duda de que evitar cosas de forma crónica se ha relacionado con resultados negativos; no es un enfoque que yo recomendaría adoptar.

Pero no tenemos por qué elegir entre abordar o evitar nuestras emociones; podemos ser flexibles y hacer ambas cosas.

Hay investigaciones que demuestran que las personas que son eficaces tanto a la hora de abordar como de evitar sus emociones, de expresarlas o de reprimirlas, suelen obtener buenos resultados a largo plazo.

¿Cómo podría aplicarse esto a nuestras vidas? Bueno, supongamos que una situación te provoca alguna emoción. Alguna discusión que hayas tenido con alguien.

Una estrategia podría ser abordarla en ese momento, pero puede que tenga sentido tomarnos un tiempo para no pensar en ese problema o afrontarlo. Lo digo como el tipo de persona a la que, en general, le gusta afrontar las cosas en el momento, llegar al fondo del asunto y seguir adelante.

Pero a veces me ha resultado beneficioso sumergirme en algo totalmente ajeno durante un día y luego volver al problema.

Puede que al volver me dé cuenta de que no es un problema en absoluto, o que descubra que la intensidad del problema ha disminuido y puedo abordarlo desde una perspectiva más amplia.

¿Cómo debemos lidiar con ese asesino de la alegría, la comparación social?

A menudo escuchamos que no deberíamos compararnos con otras personas. ¡Buena suerte! Somos una especie social; parte de la forma en que nos damos cuenta de nosotros mismos y de nuestro lugar en este mundo es comparándonos con los demás.

Un hombre sostiene un libro y un vaso en medio de un bosque. Tiene un rostro tranquilo

Fuente de la imagen,Getty Images

 
Pie de foto,
Las plantas y los espacios verdes pueden ser restaurativos. 

Es cierto que a menudo nos involucramos en el tipo de comparaciones que nos llevan a sentirnos mal con nosotros mismos, pero puedes replantearlo de manera que la comparación funcione a tu favor en lugar de en tu contra.

Si descubro que alguien me está superando, puedo decirme a mí mismo: bueno, ellos pudieron lograr eso, ¿por qué yo no? Ahora es casi como un objetivo hacia el que puedo apuntar.

¿Tienes alguna estrategia favorita a la que recurres normalmente en momentos de dificultad?

Cuando tengo dificultades, mi primera línea de defensa es utilizar el diálogo interno distante. Utilizo mi nombre y el pronombre en segunda persona (tú) para guiarme silenciosamente a través de un problema, como si estuviera aconsejando a un amigo.

Y luego también hago viajes mentales en el tiempo. Me pregunto: ¿Cómo me sentiré con esto dentro de un día, diez días, diez meses? Y también retrocedo en el tiempo. ¿Cómo se compara esto con otras cosas difíciles por las que he pasado?

A menudo, esas herramientas me llevan a donde quiero estar emocionalmente, pero si no son suficientes, recurro a mis asesores emocionales, personas de mi red que son bastante hábiles para empatizar conmigo y aconsejarme. Y doy un paseo por un espacio verde o visito uno de mis oasis emocionales.

* David Robson es autor de libros sobre ciencia. Su último libro, The Laws of Connection: 13 Social Strategies That Will Transform Your Life, fue publicado por Canongate (Reino Unido) y Pegasus Books (Estados Unidos y Canadá) en junio de 2024. Su perfil en Instagram es @davidarobson

miércoles, 5 de marzo de 2025

Jeffrey Sachs habla sobre los motivos de la guerra de Ucrania. Tomado de Juan Torres López

El 22 de Octubre de 2024 el profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York, Jeffrey Sachs ofreció una charla y un turno de preguntas en la Cámara de Debates del Cambridge Union en la universidad de Cambridge. (cus.org)

Este es un extracto con la respuesta a unos de los asistentes que cuestionó la postura de Sachs que sostiene la no conveniencia de que se produzcan enfrentamientos entre países con armamento nuclear.

En enlace a la charla completa se puede encontrar aquí: • Professor Jeffrey Sachs + Q&A | Cambr... Transcripción

martes, 4 de marzo de 2025

_- Dónde come en Madrid la actriz Ana Milán. Le gusta la comida fusión asiática o peruana, los torreznos de Casa Macareno, un buen coctel y los bombones más famosos de la ciudad

Ana Milán actriz
_- La actriz Ana Milán, en la sala del restaurante BIBo, en Madrid.
Llega al restaurante BIBo en Madrid, donde se realiza la sesión fotográfica de este reportaje, como un rayo. Enseguida busca dónde quiere que se la retrate. Conoce el entorno y al personal de sala, que rápidamente le prepara un coctel con el que posa con gran desparpajo. La actriz Ana Milán (Alicante, 51 años), recordada por su papel en la serie de humor Camera Café, vuelve a formar parte de la nueva entrega de Física o Química, estrenada el 16 de febrero. Además, continúa con la quinta temporada de La vida y tal, el pódcast que comparte con Sebastián Gallego, por el que recibieron un premio Ondas, y está inmersa en el rodaje de un nuevo proyecto, del que no se puede desvelar nada, de momento.

Dónde desayunar
1. Le gusta acudir al restaurante BIBo, del cocinero Dani García, adonde el cocinero malagueño ha trasladado una propuesta de cocina que ha ido recogiendo en sus numerosos viajes por el mundo. A la actriz le gusta tomar el brunch, y en especial el huevo benedictino de salmón ahumado y salsa bearnesa especiada. O cualquiera de los cocteles, como el porn star Martini. “Es mi restaurante favorito. Para mi generación es un clásico. Tengo la sensación de no ir a la guerra, sino que es siempre un acierto seguro”. Además, le gusta tomar las piezas de atún de Barbate (Cádiz) que sirven en el restaurante. Dirección: P.º de la Castellana, 52, Madrid. Teléfono: 918 05 25 56.

Un sitio para tomar el aperitivo
2. Propone ir a Hermanos Vinagre, un templo del aperitivo. Frecuenta el local de la calle Gravina. “En este sitio es difícil fallar con el vermut, la cerveza, las banderillas o las anchoas”. Dirección: Gravina, 17, Madrid. Teléfono: 915 24 91 31.

3. Otro fijo para la actriz es Casa Macareno. “Voy mucho, a tomar torreznos y croquetas, muchas croquetas, de jamón ibérico y trufa. Me gusta todo lo que tienen”, afirma Milán, de esta casa de comidas, que ofrece otros clásicos de taberna como los taquitos de bacalao a la romana con alioli, patatas bravas o callos a la madrileña. Dirección: San Vicente Ferrer, 44, Madrid. Teléfono: 658 59 65 72.

Dónde comer
4. Elige sin dudar el restaurante Zuma. Por varias razones: “Me gusta por esa mezcla de fusión, de coctelería, por el pescado fresco que tienen, por los platos clásicos asiáticos tratados de una manera tradicional, pero con un toque diferente”. Dirección: P.º de la Castellana, 2, Madrid. Teléfono: 911 98 88 80.

Una merienda
5. “Quiero ir a vivir allí, no a merendar”, dice Milán, refiriéndose al Palacio de los Duques Gran Meliá Hotel, espacio que califica como “sitio refugio, por la calidad de la gente que lo lleva que te hace sentir que estás en casa”. Le encanta ir a merendar en primavera y verano al jardín, “algo que debería recetar el médico”, y tomar un cruasán, un sándwich mixto, un cóctel mimosa y un café. Dirección: Cuesta de Santo. Domingo, 5, Madrid. Teléfono: 915 41 67 00.

Dónde tomar una copa
6. Sugiere ir a La Coquette Blues Bar porque además de tomar un cóctel —aunque confiesa que apenas bebe alcohol, “pero un buen coctel siempre es un regalo”, y ella los prefiere cítricos, suaves y largos, “detesto los tragos cortos”— puede ver en directo un concierto de blues. La especialidad es el coctel Blues Bliss, acompañado de sus famosas pipas. Dirección: Hileras, 14, Madrid.

Dónde cenar
7. Le entusiasma la cocina peruana y cree que no hay mejor exponente en Madrid de este tipo de gastronomía fusión que Llama Inn. Una mezcla entre la cocina de Perú, la casa madre del local en Brooklyn (Nueva York) y un toque castizo. Entre los platos el ceviche de vieira, yuzu kosho, pitahaya y alga nori —”el mejor que he probado en mi vida”, dice Milán—, el tiradito de mero, crema de almendras, hueva de trucha y ajó panca, o el yakimeshi de gambones, shiso, dashi, soja y huevo. La actriz recomienda también su coctelería. Dirección: Conde de Xiquena, 2, Madrid. Teléfono: 657 11 10 36.

Una tienda o puesto de un mercado
8. De entre todas las tiendas, elige Petra Mora. “Me fascina por todos los productos que ofrece. Desde su mantequilla ahumada, los yogures de leche de cabra y de oveja con sabores, los vinos. Es una maravilla”, dice.

Un souvenir gastronómico
9. “Siempre regalo algo muy madrileño como son los bombones de La Pajarita. Me encantan los de chocolate blanco y no me importa que, si alguien quiere, me los regale”, dice la actriz, refiriéndose a las pajaritas de chocolate de la mítica tienda madrileña, abierta en 1852, y conocida también por sus caramelos de violeta. Dirección: Villanueva, 14, Madrid. Teléfono: 914 35 74 54.

lunes, 3 de marzo de 2025

_- EE.UU.: Lo que los oligarcas realmente quieren. Bernie Sanders.

_ - “Los oligarcas, con sus enormes recursos, están librando una guerra contra la clase trabajadora de este país, y es una guerra que tienen la intención de ganar”.

Vivimos en una época extremadamente peligrosa. Las generaciones futuras recordarán este momento, lo que hacemos ahora, y si tuvimos el valor de defender nuestra democracia contra las crecientes amenazas de la oligarquía y el autoritarismo. Recordarán si estuvimos con el presidente Abraham Lincoln en Gettysburg, quien en 1863, mirando un campo de batalla donde miles murieron en la lucha contra la esclavitud, declaró que «esta nación, bajo Dios, tendrá un nuevo nacimiento de libertad, y que un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no perecerá de la tierra». ¿Apoyamos la visión de Lincoln de Estados Unidos o permitimos que este país se convierta en un gobierno de los multimillonarios, por los multimillonarios y para los multimillonarios?

Pero no es solo la oligarquía lo que debería preocuparnos, y la realidad es que las tres personas más ricas de Estados Unidos poseen ahora más riqueza que la mitad inferior de nuestra sociedad: 170 millones de personas. No es solo que la brecha entre los muy ricos y todos los demás se esté ampliando, y que hoy tengamos más desigualdad de ingresos y riqueza que nunca.

También es que estamos viendo un rápido movimiento, bajo el presidente Trump, hacia el autoritarismo. Cada vez más poder en menos manos.

En este momento, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, está intentando desmantelar importantes agencias del gobierno federal que están diseñadas para proteger las necesidades de las familias trabajadoras y los desfavorecidos. Estas agencias fueron creadas por el Congreso de los Estados Unidos y es responsabilidad del Congreso mantenerlas, reformarlas o eliminarlas. No es responsabilidad del Sr. Musk. Lo que el Sr. Musk está haciendo es claramente ilegal e inconstitucional, y debe detenerse.

Hace dos semanas, el presidente Trump intentó suspender todas las subvenciones y préstamos federales, un acto escandaloso y claramente inconstitucional. Como espero que sepa todo alumno de sexto curso de Estados Unidos, según la Constitución y nuestra forma de gobierno, el presidente puede recomendar legislación, puede apoyar legislación, puede vetar legislación, pero no tiene el poder de rescindir unilateralmente la financiación aprobada por el Congreso. Son el Congreso, la Cámara de Representantes y el Senado quienes controlan las riendas del dinero.

Pero no solo el Congreso está siendo atacado. También nuestro poder judicial.

Este fin de semana, el vicepresidente, graduado de la Facultad de Derecho de Yale, que fue secretario de un juez del Tribunal Supremo, dijo que «los jueces no pueden controlar el poder legítimo del ejecutivo». ¿De verdad? Pensaba que una de las principales funciones de los tribunales federales es interpretar nuestra Constitución y, cuando procede, servir de control del poder ejecutivo inconstitucional.

Mientras tanto, el Sr. Musk ha propuesto que «el peor 1 % de los jueces nombrados sea despedido cada año», y ha exigido la destitución de los jueces que le han impedido acceder a archivos confidenciales del Departamento del Tesoro. Sin duda, bajo el gobierno del Sr. Musk, serán él y sus amigos multimillonarios quienes determinen quiénes son los jueces «peores». Y no, Sr. Musk, usted no destituye a los jueces que fallan en su contra. Puede que lo sepa o puede que no, pero según la Constitución de los Estados Unidos, tenemos una separación de poderes, brillantemente elaborada por los padres fundadores de este país en la década de 1770.

Por lo tanto, estamos viendo un ataque organizado contra el Congreso y los tribunales.

Pero Trump y sus amigos no solo están intentando socavar dos de los tres pilares de nuestro gobierno constitucional: el Congreso y los tribunales. También están atacando a los medios de comunicación de una manera que nunca hemos visto en la historia moderna de este país.

Todos los miembros del Congreso le dirán que las personas en los medios de comunicación y las organizaciones de medios no son perfectas. Ellos, como todos los demás, cometen errores todos los días. Pero espero que todos los miembros del Congreso entiendan que no se puede tener una democracia que funcione sin una prensa independiente, periodistas que no sean intimidados y que puedan escribir y decir las cosas como las ven. Y en ese sentido, quiero recordarles a mis colegas lo que este presidente ha hecho en los últimos meses.

El presidente Trump ha demandado a ABC y ha recibido una indemnización de 15 millones de dólares. Ha demandado a Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, y ha recibido una indemnización de 25 millones de dólares. Ha demandado a CBS, y su empresa matriz Paramount, al parecer, está negociando un acuerdo. Ha demandado al Des Moines Register, y su FCC (Federal Communications Commission) ahora amenaza con investigar a PBS y NPR.

En otras palabras, tenemos un presidente de los Estados Unidos que está utilizando su poder para perseguir a los medios de comunicación de este país que dicen y hacen cosas que no le gustan. ¿Cómo vamos a tener unos medios de comunicación independientes si los periodistas miran por encima del hombro, temerosos de que sus reportajes provoquen una demanda del hombre más poderoso del mundo?

Ahora es el momento de hacer una pregunta muy simple. ¿Qué quieren realmente el Sr. Musk, el Sr. Trump y sus compañeros multimillonarios? ¿Cuál es su objetivo final?

Y, en mi opinión, la respuesta no es complicada. No es novedosa. No es nueva. Es lo que las clases dirigentes a lo largo de la historia siempre han querido y siempre han creído que les corresponde por derecho: más poder, más control y más riqueza. Y están decididos a no permitir que la democracia y el estado de derecho se interpongan en su camino.

Para el Sr. Musk y sus compañeros oligarcas, las necesidades, las preocupaciones, las ideas y los sueños de la gente común son simplemente un impedimento para lo que ellos, los oligarcas, tienen derecho. Eso es lo que realmente creen.

Esta no es la primera vez que vemos esto en la historia de nuestro país.

En la América prerrevolucionaria, antes de la década de 1770, la clase dominante de la época gobernaba a través de una doctrina llamada «derecho divino de los reyes», la creencia de que el rey de Inglaterra era un agente de Dios, que Dios lo había designado y que no debía ser cuestionado por simples mortales.

En los tiempos modernos ya no tenemos el «derecho divino de los reyes». Lo que TENEMOS AHORA es una ideología impulsada por los oligarcas que dice que, como personas muy, muy ricas, a menudo hechas a sí mismas, a menudo dueñas de nuevas tecnologías revolucionarias y como «individuos de alto coeficiente intelectual», es SU derecho absoluto gobernar. En otras palabras, los oligarcas de hoy son nuestros reyes modernos.

Y no es solo el poder lo que quieren. A pesar de la increíble riqueza que tienen, quieren más, y más y más. Su codicia no tiene fin. Hoy en día, el Sr. Musk tiene un valor de 402.000 millones de dólares, el Sr. Zuckerberg tiene un valor de 252.000 millones de dólares y el Sr. Bezos tiene un valor de 249.000 millones de dólares. Con una riqueza combinada de 903.000 millones de dólares, estas 3 personas poseen más riqueza que la mitad inferior de la sociedad estadounidense: 170 millones de personas.

No es de extrañar que, desde que Trump fue elegido, su riqueza se haya disparado. Elon Musk se ha hecho con 138 000 millones de dólares más, Zuckerberg con 49 000 millones y Bezos con 28 000 millones, desde el día de las elecciones.

Mientras tanto, mientras los muy ricos se hacen mucho más ricos, el 60 % de los estadounidenses viven al día, 85 millones no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente, el 25 % de las personas mayores intentan sobrevivir con 15 000 dólares o menos, 800 000 no tienen hogar y tenemos la tasa de pobreza infantil más alta de casi cualquier país importante del mundo. Y los salarios reales ajustados a la inflación para el trabajador estadounidense medio llevan estancados 50 años.

¿Crees que a los oligarcas les importan un bledo estas personas? Créeme, no les importan. La decisión de Musk de desmembrar USAID significa que decenas de miles de las personas más pobres del mundo pasarán hambre o morirán de enfermedades prevenibles.

Pero no es solo en el extranjero. Aquí en Estados Unidos pronto irán a por los programas de salud, nutrición, vivienda y educación que protegen a las personas más vulnerables de nuestro país, todo para que el Congreso pueda proporcionarles enormes exenciones fiscales a ellos y a sus compañeros multimillonarios. Como reyes de la era moderna, que creen que tienen el derecho absoluto de gobernar, sacrificarán, sin dudarlo, el bienestar de los trabajadores para proteger su privilegio.

Además, utilizarán las enormes operaciones mediáticas que poseen para desviar la atención del impacto de sus políticas mientras nos «entretienen hasta la muerte». El Sr. Musk es propietario de Twitter. El Sr. Zuckerberg es propietario de Meta, que incluye Facebook e Instagram, y el Sr. Bezos es propietario del Washington Post. Además, ellos y sus compañeros oligarcas seguirán gastando enormes cantidades de dinero para comprar políticos en los dos principales partidos políticos.

En resumen: los oligarcas, con sus enormes recursos, están librando una guerra contra la clase trabajadora de este país, y es una guerra que tienen la intención de ganar.

Ahora bien, no voy a engañarte: los problemas a los que se enfrenta este país en este momento son graves y no son fáciles de resolver. La economía está amañada, nuestro sistema de financiación de campañas está corrupto y estamos luchando por controlar el cambio climático, entre muchos otros temas importantes.

Pero esto es lo que sí sé:

El peor temor que tiene la clase dirigente de este país es que los estadounidenses (negros, blancos, latinos, urbanos y rurales, homosexuales y heterosexuales, jóvenes y viejos) se unan para exigir un gobierno que nos represente a todos, no solo a unos pocos ricos.

La pesadilla de sus oligarcas es que no permitamos que nos dividan por raza, religión, orientación sexual o país de origen y que, juntos, tengamos el valor de enfrentarnos a ellos.

¿Será fácil esta lucha? Por supuesto que no.

Y una de las razones por las que no será fácil es que la clase dominante de este país te recordará constantemente que ELLOS tienen todo el poder. Controlan el gobierno, son dueños de los medios de comunicación.

Pero nuestro trabajo ahora mismo, en estos tiempos difíciles, es no olvidar las grandes luchas y sacrificios que millones de personas han librado a lo largo de varios siglos para crear una sociedad más democrática, justa y humana. Piensa en lo que la gente decía ENTONCES:

+ Derrocar al rey de Inglaterra para crear una nueva nación y un autogobierno. Imposible.

+ Establecer el sufragio universal. Imposible.

+ Acabar con la esclavitud y la segregación. Imposible.

+ Conceder a los trabajadores el derecho a formar sindicatos y poner fin al trabajo infantil. Imposible.

+ Dar a las mujeres el control sobre sus propios cuerpos. Imposible.

+ Promulgar leyes para establecer la Seguridad Social, Medicare, Medicaid, un salario mínimo, normas de aire y agua limpios. Imposible.

En otras palabras, como nos dijo Nelson Mandela, todo es imposible hasta que se hace.

Bernie Sanders es senador de los Estados Unidos y miembro de alto rango del comité de presupuesto del Senado. Representa al estado de Vermont y es el independiente que más tiempo lleva en el Congreso.

domingo, 2 de marzo de 2025

Los efectos de la retirada de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud

Una de las primeras órdenes ejecutivas firmadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue la retirada de su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión que poco después secundó el presidente de Argentina, Javier Milei. Esta medida tendrá efectos críticos en la salud global, en especial en los países más pobres, pero también en Estados Unidos y en Argentina, si no se revierte en los 12 meses que quedan para que se haga efectiva.

La orden dictada por el presidente estadounidense es difícil de calificar. Cuesta determinar si es un acto de profunda crueldad o una muestra más de la impresionante ignorancia de la que presume la legión de negacionistas, antivacunas o terraplanistas que, a base de mentiras, se multiplican como las setas en todo el mundo.

Una organización esencial para el planeta

La OMS, fundada en 1948, es una organización internacional que cuenta actualmente con 194 países miembros, lo que representa prácticamente la totalidad de los Estados reconocidos a nivel global. Sus funciones son esenciales para la promoción de la salud en todo el planeta: evalúa, monitorea, proporciona información, asesora y establece estándares internacionales, presta ayuda a los países más pobres y actúa ante epidemias o desastres.

Su intervención ha sido decisiva para erradicar la viruela, reducir casos de polio en todo el mundo en un 99%, o la prevalencia de la malaria y el tracoma. Sin la OMS, hubiera sido imposible lograr avances en materia de salud, así como igualdad en el acceso a servicios sanitarios en casi todos los países.

Estados Unidos ha ejercido un papel fundamental para la organización desde sus inicios. No solo por ser su mayor contribuyente financiero, tanto en aportes obligatorios como en donaciones voluntarias de diversas fuentes, sino también por su capacidad operativa a la hora de brindar asistencia y por la valiosa contribución de su sistema de información e investigación. Muchos analistas internacionales señalan que la OMS proporcionó también a Washington mucho prestigio e influencia, además de abrirle las puertas para obtener otros beneficios complementarios. Y, por ello, la medida que ahora propone el presidente Trump implica renunciar a su propio legado como potencia sanitaria global. Y es seguro que tendrá un efecto contrario al que aparentemente busca.

Su orden se justifica afirmando que la OMS depende de la política de algunos países. Sin embargo, lo que paradójicamente ocurrirá, si finalmente Estados Unidos se retira, renunciando a su liderazgo, será que otros países, encabezados por China, tomarán el relevo y aumentarán su influencia global.

Una medida inhumana y cruel

La retirada de EE.UU. y de otros países, como Argentina, supondrá que esta organización dispondrá de casi un 20% menos de presupuesto. Un recorte significativo que, si no se compensa con aportes más cuantiosos de otros miembros, causará un gran daño para la salud mundial.

Todos los países, sin excepción, van a sufrir los efectos de la menor capacidad de esta organización para evaluar, prever, asesorar, coordinar, actuar o ayudar frente a enfermedades, pandemias o catástrofes sanitarias. Pero es lógico y será inevitable que el perjuicio sea mucho mayor en los más pobres, en donde los sistemas nacionales de salud son más débiles y con mayor dependencia exterior.

Claramente, la decisión que han tomado Trump o Milei podría llevar a la enfermedad o a la muerte a cientos de miles de seres humanos.

Ahora bien, la medida de ambos presidentes es doblemente cruel porque perjudica incluso a sus propias naciones. Hay que ser muy ignorante para no darse cuenta de que Estados Unidos o Argentina también sufrirán las consecuencias de esta decisión.

Las epidemias, infecciones o enfermedades que la OMS ayuda a combatir no entienden de fronteras, como ha demostrado el Covid-19. Por lo tanto, cuanto más se expandan fuera de un país, más riesgo tendrán de sufrirlas también los que hayan abandonado la organización. Retirarse de ella limita la experiencia y capacidad de monitoreo del sistema de salud, retrasa las respuestas y, sin la cooperación activa de una organización global, se tendrá más dificultades para hacer frente a riesgos sanitarios, como la gripe aviar o brotes de sarampión, que ya han empezado a manifestarse, o a otros que puedan venir en el futuro.

Así lo advierten especialistas como Jesse Bump, profesor de políticas de salud global y director ejecutivo del Programa Takemi en Salud Internacional, quien recientemente declaró que en Estados Unidos serían “más vulnerables a la importación de enfermedades que se propagarían a otros lugares (…) Con la disminución de la inmunización contra las enfermedades infantiles, es más probable que tengamos brotes de polio, sarampión y similares”.

En un mundo tan interconectado como el actual, aislarse de organismos cuyo objetivo es combatir enfermedades globales –ya sea por razones financieras, como dice Trump, o por autonomía, como sostiene Milei– recuerda a la tremenda insensatez de los ricos que, hace más de cien años, protestaban cuando tenían que pagar el saneamiento de los barrios populares de sus ciudades. Sin entender que cualquier tipo de enfermedad, desatada por falta de saneamiento, se propagaría sin remedio y llegaría también a sus casas.

Mentiras y negacionismo de la ciencia

Tanto Trump como Milei, junto a los equipos de oligarcas multimillonarios que los acompañan, han tomado esa decisión mintiendo a sus compatriotas.

El mandatario de EE.UU. se queja del coste financiero de la contribución obligatoria de su país, sin mencionar que esta se fija objetivamente en función de la población y el Producto Interno Bruto. Y sin considerar los beneficios que le producciones. Como también acusa sin pruebas a la OMS de dependencia política, cuando su país es el más influyente de todos.

Por su parte, Milei afirma que toma esta decisión para tener «más flexibilidad para adoptar políticas» y para que ningún «organismo internacional intervenga en nuestra soberanía». Pero oculta que esta organización no dicta ni impone políticas, sino que, a lo sumo, hace recomendaciones que pueden seguirse o no.

La OMS pudo haber tenido retrasos e incluso haber cometido errores en la última pandemia de Covid-19, pero en ningún caso esto justifica que algún país la abandone por esa razón. Por el contrario, debería impulsarlos a fortalecerla.

Al sostener que sus decisiones responden a ideologías o preferencias políticas y no de conclusiones científicas, lo que hacen Trump, Milei y su cohorte de oligarcas es precisamente destruir la confianza en el soporte más potente que ha tenido el progreso de la humanidad a lo largo de la historia: la ciencia.

Lo hacen porque saben perfectamente que la única forma de consolidar su estrategia de dominio imperial es engañar y mantener a los pueblos en la ignorancia y la confusión. Ya lo dijo el libertador latinoamericano Simón Bolívar ante el Segundo Congreso de Venezuela en 1819: “La esclavitud es hija de las tinieblas y un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.”

Esperemos que haya presión social y se imponga la sensatez. Las consecuencias de esta decisión irresponsable, si no se revierte, serían dramáticas.

Juan Torres López

sábado, 1 de marzo de 2025

Bombardeo en Dresde: la "tormenta de fuego" que arrasó la ciudad alemana hace 80 años y se volvió la "vergüenza" de los aliados

Mujeres caminan entre los escombros en Dresde.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Era una noche clara, fría e invernal en la ciudad alemana de Dresde cuando pasadas las 9 de la noche las sirenas de alerta temprana comenzaron a aullar.

Como de costumbre, sus habitantes se dirigieron a los sótanos de sus casas o a los pocos bunkers que había disponibles para refugiarse. Era casi parte de su rutina. Una rutina que numerosas ciudades de Alemania venían experimentando desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Pero esa noche del 13 de febrero de 1945 sería distinta; esta vez, no se trataba de un ataque más.

Sin siquiera imaginarlo, los habitantes de Dresde serían las víctimas de uno de los ataques más crudos y mortales perpetrados por los aliados, específicamente por la Real Fuerza Aérea Británica (RAF) y las Fuerzas Aéreas del Ejército de Estados Unidos (USAAF).

A la mañana siguiente, los norteamericanos remataron la embestida con más de 300 bombardeos sobre la ciudad, arrasando con lo poco que había quedado en pie la noche anterior.

Unas 1.800 toneladas de bombas explosivas y de material incendiario fueron lanzadas sobre la capital sajona entre las 10 de la noche y la 1:00 de la madrugada. El ataque, que se dividió en dos pasadas consecutivas de 20 minutos cada una, destruyó casas y edificios, dejando la ciudad reducida a escombros y cenizas.

Recogida de cadáveres amontonados en Dresde. 
Recogida de cadáveres amontonados en Dresde.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,Más de 25.000 personas murieron en los ataques sobre Dresde, muchas de ellas asfixiadas por el fuego.

Fue una verdadera "tormenta de fuego" que causó la muerte de al menos 25.000 personas y que muchos historiadores han calificado de "innecesaria y cruel".

Incluso el entonces primer ministro británico, Winston Churchill, expresó dudas inmediatamente después del ataque.

"Me parece que ha llegado el momento en que debería revisarse la cuestión del bombardeo de ciudades alemanas simplemente por aumentar el terror, aunque bajo otros pretextos", escribió.

"La destrucción de Dresde es un serio interrogante contra la conducta de los aliados".

Pero ¿qué llevó a los aliados a ejecutar esta brutal operación?

Una ciudad militar estratégica

Operación trueno. Así se llamaba el plan del alto mando de los aliados creado en 1944 para atacar por aire varias ciudades de Alemania: Berlín, Chemnitz, Leipzig y Dresde eran parte de los objetivos militares.

Un avión aliado vuela sobre una ciudad iluminada. 

Un avión aliado vuela sobre una ciudad iluminada.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Aviones de la RAF británica lanzaron toneladas de bombas explosivas y de material incendiario. 

Hasta antes de la guerra, Dresde era conocida como la "Florencia alemana" (o la "Florencia del Elba") debido a su rica vida cultural y sus numerosas colecciones de arte, iglesias barrocas y pequeños callejones. Era, además, un verdadero semillero de arquitectos visionarios, pintores modernistas, compositores y escritores.

Con la llegada de Adolf Hitler al poder, la ciudad -situada cerca de las fronteras polaca y checa- pasó a formar parte de lo más profundo de la Alemania nazi, adoptando rápidamente sus políticas nacionalistas.

Imagen de Dresde en 1900, con un puente sobre un río y grandes edificios al fondo. 

Imagen de Dresde en 1900, con un puente sobre un río y grandes edificios al fondo.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Una imagen en color de Dresde en 1900, cuando ya era una de las capitales culturales de Europa. 

Los jóvenes, por ejemplo, estaban obligados a participar de las Juventudes Hitlerianas.

El escritor británico Sinclair McKay relata en detalle los acontecimientos que rodearon el ataque en su libro "Dresde 1945, fuego y oscuridad". Según él, a principios de febrero de 1945 quedaban 198 judíos en la ciudad. Antes de la llegada de los nazis, había más de 6.000.

Los pocos judíos que resistían en Dresde no podían ejercer sus profesiones y fueron apartados de la sociedad con insólitas ordenanzas municipales como la prohibición de utilizar los tranvías o comprar flores y helados.

De forma paralela, la ciudad se convirtió en uno de los centros ferroviarios más importantes de la Alemania nazi. El transporte de los prisioneros a los campos de exterminio y el de las tropas pasaba por ahí.

Además, fue una zona industrial clave para el Reich, abasteciendo de importante material militar al ejército alemán. Decenas de fábricas proporcionaron municiones, piezas de aviones y otros suministros para el esfuerzo de guerra nazi.

Vista aérea de las ruinas de Dresde. 

Vista aérea de las ruinas de Dresde.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Dresde quedó casi completamente destruida. 

Varias personas junto a un tren rodeado de escombros en Dresde. 

Varias personas junto a un tren rodeado de escombros en Dresde.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Los bombardeos destruyeron el centro de la ciudad de Dresde. 

Aún así, Dresde era de las pocas ciudades grandes de Alemania que aún no habían sido víctima de grandes ataques. Por eso mismo, muchos intuían que podía ser un blanco fácil para los aliados.

Tal como McKay explica en su libro, "todos los habitantes de Dresde sabían que la ciudad atraía cada vez más la atención del enemigo".

Sin embargo, Sinclair es claro al afirmar que era muy difícil prever un ataque de la magnitud de la "tormenta de fuego". "Para la población civil alemana debió ser difícil de imaginar una destrucción mayor que la causada hasta entonces", escribe.

Vista aérea de los edificios destruidos en Dresde.

Vista aérea de los edificios destruidos en Dresde.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Cayeron sobre la ciudad 1.800 toneladas de explosivos.

Destrucción total

En 1944, los jefes de las fuerzas aéreas de Reino Unido y de Estados Unidos decidieron que un ataque a Dresde podría ayudar a sus aliados soviéticos, deteniendo los movimientos de tropas nazis pero también interrumpiendo las evacuaciones alemanas desde el este.

A esas alturas, los bombarderos de la RAF sobre ciudades alemanas habían aumentado en tamaño y potencia después de más de cinco años de guerra.

De esta manera, los aviones transportaban una mezcla de bombas de alto poder explosivo e incendiarias que tenían como objetivo destruir edificios y luego incendiar sus restos, causando más destrucción.

Los ataques anteriores habían aniquilado ciudades alemanas enteras. En julio de 1943, bajo el nombre de "Operación Gomorra", se destruyó la ciudad de Hamburgo casi por completo.

Hierros retorcidos y escombros en un edificio destruido. 

Hierros retorcidos y escombros en un edificio destruido.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
En tierra, la gente intentó escapar de las llamas. Muchos, sin embargo, no lo lograron. 

Siguiendo el mismo operativo, 800 aviones de la RAF volaron a Dresde la noche del 13 de febrero de 1945. En solo 25 minutos, los aviones británicos lanzaron más de 1.800 toneladas de bombas.

En tierra, los habitantes intentaban refugiarse sin éxito. La primera oleada de bombas dejó a la ciudad sin electricidad. Entonces algunos salieron de sus escondites justo cuando la segunda oleada los golpeó nuevamente.

La gente caía muerta mientras otros huían de las llamas. La testigo presencial Margaret Freyer describió una cruda escena de una mujer con su bebé: "Ella corre, se cae y el niño vuela hacia el fuego... La mujer permanece tendida en el suelo, completamente quieta".

Kurt Vonnegut sobrevivió al bombardeo como prisionero de guerra en Dresde. "Dresde fue una gran llamarada. La llama destruyó todo lo orgánico, todo lo que pudiera quemarse", escribió en su libro Slaughterhouse-Five ("Matadero Cinco").

Después del ataque, Vonnegut dijo que el área que lo rodeaba se parecía a la luna. "(No había) nada más que minerales. Las piedras estaban calientes. Todos los demás en el vecindario estaban muertos", indicó.

Un ataque controvertido

La Alemania nazi usó inmediatamente el bombardeo para atacar a los aliados, afirmando que Dresde no tenía una industria de guerra y era solo una ciudad de cultura. Aunque las autoridades locales dijeron que unas 25.000 personas murieron, los nazis afirmaron que 200.000 civiles fueron asesinados.

En Reino Unido, Dresde era conocida como un destino turístico, y algunos parlamentarios y figuras públicas cuestionaron el valor del ataque. Un artículo publicado en aquella época por la agencia de noticias Associated Press dijo que los aliados estaban llevando a cabo bombardeos terroristas, propagando aún más la alarma.

Sin embargo, los planificadores militares de Reino Unido y de Estados Unidos insistieron en que el ataque estaba estratégicamente justificado, de la misma manera que los embates contra otras ciudades alemanas, al interrumpir la industria, destruir las casas de los trabajadores y el transporte en Alemania.

Winston Churchill, ante los micrófonos de la BBC en una imagen de archivo. 

Winston Churchill, ante los micrófonos de la BBC en una imagen de archivo.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto
Incluso el entonces primer ministro británico, Winston Churchill, expresó dudas inmediatamente después del ataque sobre Dresde. Aun así, durante décadas se ha debatido y analizado la crudeza de la destrucción.

Un informe estadounidense de 1953 sobre el bombardeo concluyó que se destruyó o dañó severamente el 23% de los edificios industriales de la ciudad y al menos el 50% de sus edificios residenciales. Pero Dresde era "un objetivo militar legítimo", según el informe, y el ataque no contravino "las políticas de bombardeo establecidas".

Con todo, los historiadores se preguntan si la destrucción de las ciudades alemanas obstaculizó el esfuerzo de la guerra nazi o simplemente causó la muerte de civiles, especialmente hacia el final de la guerra.

A diferencia de una invasión como la del Día D, es más difícil cuantificar cuánto ayudaron estos ataques a ganar la guerra.

Algunos argumentan que fue una falla moral para los aliados o incluso un crimen de guerra.

Ochenta años después, el bombardeo de Dresde sigue siendo uno de los episodios más polémicos de la Segunda Guerra Mundial.

Vista aérea del Dresde reconstruido. 

Vista aérea del Dresde reconstruido.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Dresde recuperó tras muchos años de reconstrucción su esplendor pasado.

Video de Dresde antes del bombardeo