viernes, 17 de mayo de 2024

Guía sencilla para entender la alucinante tecnología cuántica que cambiará nuestras vidas

El gato de Erwin Schrödinger.

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¿Vivo o muerto? El famoso gato de Schrödinger.

Han pasado casi 100 años desde que los físicos Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg hicieron añicos nuestra comprensión del universo.

En lugar de un mundo regido por la certeza, donde todo era definido y preciso, la teoría que desarrollaron describía un mundo difuso e incierto.

Afirmaron que a nivel microscópico, los átomos se comportan de manera impredecible.

Las partículas pueden existir en varios lugares a la vez y atravesar las barreras de energía como fantasmas que se desplazan a través de paredes ¿Vivo o muerto? El famoso gato de Schrödinger. 

Bienvenidos a la mecánica cuántica.

Aunque inicialmente se vio como extraña y desconcertante, la mecánica cuántica ahora es universalmente aceptada como la mejor descripción del mundo subatómico.

Y aceptar su borrosidad nos ha llevado a una comprensión mucho mejor de los componentes básicos del universo.

Sin esta comprensión, nunca habríamos desarrollado el chip de silicio, el láser o el teléfono inteligente.

El desarrollo de la tecnología cuántica tiene ahora el potencial de transformar nuestras vidas aún más.

Aquí y allá, a la vez

Caballo en movimiento 

Caballo en movimiento

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Observar una partícula es como tomarle una foto a algo en movimiento: lo fuerzas a quedarse quieto y asumir una posición. Para entender cómo, tenemos que comprender dos de las ideas más contraintuitivas, algunos podrían decir que hasta locas, sobre el comportamiento del mundo cuántico: la superposición y el entrelazamiento.

La superposición describe la capacidad de partículas como electrones, fotones o átomos para estar en dos lugares a la vez, o moverse en dos direcciones diferentes al mismo tiempo.

A nuestra escala cotidiana, los objetos existen en un estado definido a la vez.

Sin embargo, en el mundo cuántico microscópico, no podemos saber cuál es el estado de una partícula hasta que la observamos, pero al observarla, imponemos nuestra certeza cotidiana sobre ella, lo que hace que su estado cuántico "colapse" en un solo estado definido.

¿Confuso?

Quizás un experimento mental ideado por Schrödinger pueda aclarar el concepto.

Ilustración de gato vivo y muerto.

Ilustración de gato vivo y muerto

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Dentro de la caja, el gato está vivo y muerto simultáneamente.

Schrödinger se preguntó qué pasaría si un gato estuviera encerrado en una caja con una sustancia radiactiva que lo mataría si liberaba una partícula.

Pero la mecánica cuántica nos dice que debemos describir la partícula como si hubiera sido liberada y no liberada al mismo tiempo.

Existe en una superposición cuántica.

Dado que el estado del gato se basa en ese evento cuántico que ha sucedido y no ha sucedido, debe estar vivo y muerto simultáneamente.

Solo cuando abrimos la caja para mirar, lo obligamos a "elegir" la vida o la muerte.

Lo extraño es que sabemos que esto que es cierto para los átomos, pero nunca sucede con los gatos reales, a pesar de que los gatos están hechos de átomos.

Un vínculo estrecho

Ilustración de partículas entrelazadas 

Ilustración de partículas entrelazadas

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Hay cosas que la física clásica no puede explicar, como el entrelazamiento cuántico.

El segundo comportamiento alucinante observado en este mundo microscópico es el entrelazamiento cuántico.

Dos o más partículas se unen de una manera que la física clásica no puede explicar.

Por ejemplo, toma dos partículas separadas pero entrelazadas -A y B-.

Cada una estará girando tanto en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario a las agujas del reloj al mismo tiempo, en una superposición.

Pero si observas a la partícula A, la fuerzas a entrar en un único estado, es decir que la obligas a girar, por ejemplo, solamente en el sentido de las agujas del reloj.

Eso hará que la partícula B gire en la dirección opuesta, y sólo en esa dirección.

La superposición de B colapsará cuando observemos A.

En principio, esto ocurre incluso si una de las partículas está en Marte y la otra en la Tierra.

Este fenómeno es tan extraño que provocó el rechazo de Albert Einstein, quien lo describió como una "espeluznante acción a distancia".

Próximamente...

El objetivo de la tecnología cuántica es hacer que las cosas grandes, como el procesador de una computadora, se comporten como un pequeño objeto cuántico.

Los extraños y maravillosos conceptos de entrelazamiento y superposición son cruciales en el desarrollo de nuevas tecnologías cuánticas.

Las computadoras cuánticas resuelven problemas complejos a un ritmo enormemente más rápido que las más potentes de las convencionales.

En lugar de utilizar el sistema binario clásico de bits -0 y 1-, los ordenadores cuánticos utilizan cúbits, es decir, bits cuánticos que pueden existir en una superposición de estados 0 y 1 simultáneamente.

Las computadoras cuánticas pueden encontrar fácilmente la ruta más eficiente a través de múltiples destinos o analizar mercados financieros altamente complejos.

Los científicos creen que el poder de la computación cuántica podría revolucionar muchas industrias, ayudarnos a abordar el cambio climático e incluso descubrir nuevos tratamientos farmacológicos.

Ilustración de cúbits.

Ilustración de cúbits

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Los cúbits, que son 0 y 1 a la vez, ya están revolucionando el mundo.

Junto con la computación cuántica, existe la posibilidad de desarrollar la detección cuántica.

Se trata de sensores ópticos o magnéticos increíblemente delicados que pueden utilizarse para una amplia gama de aplicaciones, desde alertas tempranas de terremotos o erupciones volcánicas, hasta imágenes cerebrales que podrían proporcionar información innovadora para combatir la demencia.

Luego tenemos la comunicación cuántica, o encriptada, que revolucionará la seguridad informática.

En este momento, cuando pagamos en línea, sabemos que los métodos de cifrado actuales hacen que nuestros datos estén relativamente seguros.

Pero las computadoras cuánticas podrán invalidar fácilmente los sistemas actuales.

Afortunadamente, también estamos desarrollando lo que se llama cifrado cuántico, que utiliza los conceptos de superposición y entrelazamiento.

Esto significará que cuando dos personas intercambien mensajes, pueden estar seguras de que si alguien intenta "espiar" la información, la superposición colapsará, afectando los intercambios y alertándolos de cualquier posible interceptación.

La computación cuántica, la detección cuántica y el cifrado cuántico ya están en camino: la revolución cuántica ya comenzó.

Así que, aunque no sepamos si el gato de Schrödinger está vivo o muerto, o ambos, aprovechar las maravillosas y misteriosas propiedades del mundo cuántico promete impulsar nuestro futuro.

Si quieres ver el video "A guide to quantum tech (you’ll actually understand!)"de BBC Ideas,  haz clic aquí.

*Jim Al-Khalili es físico teórico, profesor de Física en la Universidad de Surrey, en Reino Unido. Es el conductor del programa The Life Scientific, en BBC Radio 4. 

jueves, 16 de mayo de 2024

Revisitar el mito de Oxford: cómo ser élite académica sin elitismo.

Noche de debate en la Oxford Union, una de las sociedades estudiantiles con más solera de Oxford, polémica e irreverente cantera de numerosos políticos británicos, como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg.
Noche de debate en la Oxford Union, una de las sociedades estudiantiles con más solera de Oxford, polémica e irreverente cantera de numerosos políticos británicos, como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg.
Una de las universidades más prestigiosas del mundo, pilar de la cultura británica, intenta sacudirse la etiqueta de guardián de los privilegios de clase. Su alumnado es cada vez más diverso, pero las inercias hacen de contrapeso en este complejo ecosistema forjado durante siglos.

“No vayas a escribir solo cosas malas de Oxford, ¿eh?”. A la puerta de las casas de origen medieval donde hace siete siglos los monjes benedictinos mandaban a estudiar a sus hermanos más espabilados, frente a una explanada de césped perfilada al milímetro, David Isaac, rector del Worcester, uno de los 39 colleges que componen una de las más prestigiosas universidades del mundo, se despide tras una rápida sesión de fotos. Mientras se aleja, queda flotando en el aire la advertencia-petición que se ha abierto paso, nítida, desde el fondo de un irónico tono de broma.

Pero lo cierto es que es muy difícil no escribir cosas buenas sobre esta institución casi milenaria que ocupa los primeros puestos de los rankings internacionales, enclavada en un entorno idílico en el sureste de Inglaterra. Lo es por más que alguien se haya desplazado allí para intentar comprobar qué queda —si queda algo, si es que lo hubo— de ese paraíso elitista para pijos irredentos que dibujan la película Saltburn —éxito de la directora Emerald Fennell, ambientada en la primera década de 2000— y el libro Amigocracia, cómo una pequeña casta de ‘tories’ de Oxford se apoderó del Reino Unido, firmado por el periodista Simon Kuper, graduado allí en los años ochenta, y publicado en español hace unos meses por Capitán Swing.

Tras algunos lustros de esfuerzos por aumentar la diversidad social de su alumnado, y el extendido bochorno por haber ayudado a engendrar figuras como la del ex primer ministro británico Boris Johnson —paradigma para muchos de una clase alta irreflexiva y caprichosa que se cree con derecho a regir como les plazca los destinos de sus compatriotas—, la verdad es que poco queda de todo aquello. O, al menos, poco ha encontrado esta revista de las exhibiciones públicas de ostentación y desprecio al esfuerzo académico por parte de los cachorros de la clase dirigente que describe Kuper en su libro. Él mismo lo reconoce al final de la edición española, después de varias visitas recientes al campus de su juventud.

Esto no quiere decir que la meritocracia campe ahora victoriosa sobre el elitismo; sin duda lo están menos que nunca, pero las clases más acomodadas siguen claramente sobrerrepresentadas. Los que llegan desde colegios privados son el 31,9% de los nuevos estudiantes de grado, cuando menos del 7% de la población estudia en esos centros; sin contar el creciente número de alumnos extranjeros que, salvo excepciones, pagan matrículas de a partir de 38.000 euros al año. Además, paseando por sus calles empedradas, entre la arquitectura monumental, las tiendas de souvenirs de la calle Broad y los tours que recorren los escenarios reales de las películas de Harry Potter, absorbido tal vez por la idea de que todo aquello recuerda a ratos a una especie de parque temático del conocimiento en el que alumnos y profesores fueran parte del decorado, alguien podría preguntarse qué queda de aquella máquina de moldear (junto a Cambridge, por supuesto) las élites políticas y culturales británicas.

—Somos una institución educativa de élite, pero no elitista. Élite quiere decir que somos la primera universidad del mundo en excelencia académica y que ese es nuestro objetivo, para lo que escogemos a los mejores estudiantes con independencia de su riqueza y de su origen.

David Isaac, abogado de éxito y exresponsable de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos del Reino Unido, cuenta que fue el primero de su familia en ir a la universidad: a Cambridge y luego a Oxford. Habla reclinado en un sofá de un gran salón de la planta baja del edificio del rector, con vistas a un jardín, un lago y unos campos de deportes propiedad del Worcester College que suman 110.000 metros cuadrados.

Si cualquier universidad es un organismo complejo, hecho de facultades y departamentos que pueden ser el día y la noche en muchos aspectos, aunque convivan puerta con puerta, en Oxford todo se complica aún más. Con unos orígenes que se remontan al siglo XI, la universidad en realidad una coalición de 39 colegios universitarios (36 colleges y tres asociaciones) independientes, miniuniversidades repartidas por toda la ciudad. Cada una con su propia personalidad y gran independencia tanto económica como de gestión. Por ejemplo, fundado en 1714 sobre el antiguo Gloucester Hall y el todavía más antiguo Gloucester College, el Worcester tiene fama de ser uno de los más abiertos y con mayor diversidad: el 84% de sus nuevos alumnos de grado de los últimos años venía de colegios públicos. En el otro extremo, ese grupo supone menos del 60% de sus nuevas incorporaciones en New College (fundado en 1379), St Hugh (1886), St Peter’s (1929), Corpus Christi (1517) y Christ Church (1546).

Para unos y otros es muy difícil entrar en Oxford. En 2022, solo el 13% de los aspirantes lo consiguió, después de un proceso al que solo acceden aquellos que tengan unas notas previas muy altas (ponderadas desde hace algunos años por el contexto socioeconómico), y que incluye cartas de recomendación, un ensayo de solicitud y una prueba de acceso y un par de entrevistas personales.

Una vez dentro, los alumnos son perfectamente conscientes de las oportunidades que se les abren, pero, en general, no se sienten llamados a formar parte de ninguna élite o, al menos, no lo dicen en voz alta. “Si eres lo bastante bueno para entrar en un sitio así, probablemente acabarás haciendo… Algunas personas terminarán haciendo algo significativo”, admite Abdul Hadi Muhammad, joven londinense de origen paquistaní que estudia Ingeniería en el Balliol, el mismo college por el que pasó Boris Johnson hace cuatro décadas. Más bien dicen sentir la presión de estar a la altura. “Muchos experimentan el síndrome del impostor. Es algo de lo que se habla todo el tiempo”, añade Hanah Edwards, alumna de PPE, siglas en inglés para Filosofía, Política y Economía, carrera famosa por ser un escalón del camino clásico de las élites políticas británicas, que comienza en internados privados como Eton, continúa en Oxford y termina en el Parlamento. Es el caso, de nuevo, de Boris Johnson, pero también de David Cameron, Liz Truss, Ed Miliband o Ed Balls.
El comedor del colegio universitario Balliol. El comedor del colegio universitario Balliol.

La presión viene acompañada por otra idea muy extendida: la de ser unos privilegiados por estar allí. Emoción que se ve reforzada continuamente por un escenario maravilloso, natural y construido, con sus salones de gala y sus bibliotecas centenarias, y por esas seculares tradiciones que incluyen cenas de etiqueta, juramentos en latín, ropajes académicos especiales —capas, cuellos y birretes— obligatorios en numerosas ocasiones y hasta un idioma propio para nombrar todo tipo de cosas: desde los semestres (Michaelmas, Hilary y Trinity) a los cargos de los colleges (los tesoreros son los bursar). “Puede que no sea la razón principal para solicitar aquí una plaza, al menos no para la mayoría, pero cuando vienes, es algo bonito que ninguna otra universidad te ofrece”, dice Staś Kaleta, londinense de origen polaco que el año pasado se graduó allí en Lengua y Literatura Inglesa.

Para algunos académicos, esas tradiciones son el repelente perfecto para los alumnos más humildes. Sin embargo, Hadi, que preside The 93% Club Oxford —movimiento que trata de luchar contra la desigualdad haciendo comunidad entre los antiguos alumnos de la escuela pública—, argumenta justo lo contrario mientras enseña a los visitantes el lujoso comedor del Balliol: “Antes de venir aquí, nunca había pisado un lugar como este. Así que poder sentarme a cenar aquí es una gran oportunidad y un privilegio. No me hace La presión viene acompañada por otra idea muy extendida: la de ser unos privilegiados por estar allí. Emoción que se ve reforzada continuamente por un escenario maravilloso, natural y construido, con sus salones de gala y sus bibliotecas centenarias, y por esas seculares tradiciones que incluyen cenas de etiqueta, juramentos en latín, ropajes académicos especiales —capas, cuellos y birretes— obligatorios en numerosas ocasiones y hasta un idioma propio para nombrar todo tipo de cosas: desde los semestres (Michaelmas, Hilary y Trinity) a los cargos de los colleges (los tesoreros son los bursar). “Puede que no sea la razón principal para solicitar aquí una plaza, al menos no para la mayoría, pero cuando vienes, es algo bonito que ninguna otra universidad te ofrece”, dice Staś Kaleta, londinense de origen polaco que el año pasado se graduó allí en Lengua y Literatura Inglesa.Hannah Edwards, expresidenta de la Oxford UnionAunque parece todavía lejos de ser suficiente, es innegable que la diversidad social en Oxford es hoy mayor que nunca: la proporción de alumnos de entornos desfavorecidos se ha doblado desde 2016, hasta llegar a ser uno de cada cinco. Y, una vez dentro, las becas y los préstamos públicos alivian la enorme carga que supone estudiar allí a pesar de tratarse de un centro público: unas 9.000 libras (algo más de 10.000 euros) al año de matrícula, y entre 12.000 y 17.000 libras (entre unos 14.000 y 20.000 euros) más de alojamiento y la manutención. Sin embargo, a nadie se le escapa que el sistema está viciado desde el inicio, y no solo por las ventajas de quienes pueden pagar un colegio privado o unos tutores de apoyo que desde la más tierna infancia facilitarán la entrada a los mejores institutos públicos y, más tarde, la preparación para los exámenes finales y las entrevistas. “El problema no es que sea elitista, sino que, en su inmensa mayoría, solo lo quieren y lo utilizan personas que ya pertenecen a la élite. En otras palabras, refuerza los privilegios y las desigualdades económicas y de clase”, asegura en un mensaje James Rebanks, escritor y pastor de ovejas en Matterdale, un pueblo del noroeste de Inglaterra. Rebanks estudió Historia en los noventa en un Oxford aún “dominado por pijos”. Sobre la escasez de representación de las clases humildes, añade: “La institución históricamente no los ha querido; ahora dice que sí, pero no puede atraerlos”. Su propia experiencia podría contradecir sus palabras, sin embargo, siempre ha habido numerosos ejemplos de lo que Kuper describe en su libro como una de las “funciones de Oxford”: “La selección de outsiders espabilados” para “iniciarlos en el estilo de vida de la clase dirigente”.

En todo caso, cualquier ostentación de privilegios de clase como los que él vivió en su día está hoy muy mal vista. “Parece que la meritocracia ha ganado el relato”, opina César Fuster, estudiante de doctorado becado en Oxford para escribir su tesis, precisamente, sobre cómo la gente entiende la desigualdad económica y sus fuentes. Él tiene sentimientos encontrados. “Es una universidad que abraza la diversidad de una manera bonita, tanto que muchos la critican por ser demasiado woke. Sin embargo, está también todo ese clasismo latente que se ve, por ejemplo, cada día a la hora de comer: el profesorado jamás va a compartir mesa con los conserjes y las limpiadoras, la mayoría extranjeros. Son cosas que me fascinan y me irritan muchísimo”. Así, las diferencias de clase se manifiestan de forma más sutil. En los acentos, por ejemplo, cuyo cambio llega a suponer una crisis de identidad para algunos alumnos de origen humilde, como puso de manifiesto un estudio de 2021 de la socióloga Éireann Attridge. Hadi admite que su acento ha cambiado desde que llegó a Oxford, aunque no lo vive como algo negativo. Tampoco cree que haya nada malicioso en el hecho “natural” de que la gente tienda a juntarse con otras personas de su mismo origen. “En mi caso, la mitad de mis amigos hemos ido a colegios públicos, y la otra mitad, a privados. Y estamos juntos todo el tiempo y no hay ningún problema”.
César Fuster. 

Lo cierto es que, con independencia del origen, Oxford ofrece unas oportunidades que otras universidades no dan. Sus recién graduados ganan 15.000 libras por encima de la media de los del resto de instituciones, según publicaba hace unos meses The Daily Telegraph. Pero las ventajas tampoco serán iguales para todos, según Sam Friedman, sociólogo de la London School of Economics, coautor de Nacidos para gobernar (Born to Rule), sobre la creación de las élites británicas, que se publicará el próximo septiembre: “Hay toda una infraestructura de clubes y redes que se traduce en una experiencia social muy diferente, aparte de los logros educativos, que siguen siendo muy importantes. Puede que Oxford esté diversificando en cierta medida su alumnado. Pero mientras un porcentaje tan significativo siga procediendo de colegios privados, este tipo de experiencia dual seguirá existiendo”. Hay sociedades de todo tipo: políticas (como el club conservador y el laborista), deportivas (de rugby, remo, polo…), académicas (antropología, lenguas muertas…), para amantes de la naturaleza, futuros diplomáticos, emprendedores… Pero la más famosa y elitista sigue siendo para muchos la Oxford Union, el club de debate fundado en 1823 al que se puede pertenecer pagando una cuota única de unos 350 euros.

Polémica y descarada —hay quien ha pedido su cierre; la última vez, por llevar a una ponente con un discurso fieramente antitrans—, por esta sociedad han pasado como invitados desde Albert Einstein y Michael Jackson a la madre Teresa de Calcuta e Isabel II. Y de entre sus miembros no solo han salido seis primeros ministros británicos (el último, Boris Johnson), sino que desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta el año 2000, en torno al 30% de los presidentes de esta sociedad han acabado siendo políticos profesionales. Hannah Edwards, parte del grupo de oxonienses llegados desde colegios privados, fue su presidenta hasta el pasado mes de marzo; los mandatos duran solo un trimestre. Ella rechaza ansias propias en ese sentido, pero admite que el puesto atrae a personas interesadas previamente en la política. Convencidos tal vez de que la sociedad es un trampolín hacia ese mundo. Desde luego, parece que daño no hace. Como tampoco lo hace el poder indudable de la marca general, la de Oxford.

“No ocurre de forma automática”, insiste el rector Isaac desde el Worcester. “Es una señal, como en EE UU con Harvard o Princeton. Pero no se trata de a quién conoces y cuáles son tus redes, sino de qué has estudiado y cómo has rendido”, añade. Puede ser. Pero también, como defienden otros, que alrededor de Oxford existe una especie de comunidad de apoyo en la élite a partir de un poderoso sentimiento compartido de pertenencia. Algo así vino a admitir hace unos meses en un discurso la vicerrectora de la Universidad de Oxford, Irene Tracey: “Con una comunidad mundial de más de 350.000 antiguos alumnos y asociados, esto es poder, liderazgo e influencia: blanda y dura”. También se refirió a sus estudiantes como “la próxima generación de líderes del pensamiento”. Y sobre su misión, dijo: “Oxford debe sentir la presión de ser unos privilegiados en cuanto a recursos y talento. Desempeñemos, pues, el papel que nos corresponde a la hora de dar forma a Gran Bretaña, a Europa y al mundo en esta era de globalización cambiante”.

miércoles, 15 de mayo de 2024

3 pasos para envejecer con exuberancia. Con el correr de los años es fácil quejarse. Una autora octogenaria ofrece unas cuantas reglas para vivir sin pesar.

Hace poco llegó a mi mesa un nuevo libro con un título irresistible: El arte sueco de envejecer con exuberancia: sabiduría vital de alguien que (probablemente) morirá antes que tú. Ya conocía el humor ácido de la autora, Margareta Magnusson, por haber leído su anterior libro, El arte sueco de ordenar antes de morir: Si no lo amas, tíralo; si no lo usas, tíralo también, un sorprendente éxito de ventas internacional y un llamado a, como ella dice, “no dejar una montaña de basura para que nuestros seres queridos la limpien después de nuestra muerte”.

Llamé a Estocolmo a Magnusson, quien fue artista antes de convertirse en escritora y ahora tiene 86 años, para que me diera algunos de sus mejores consejos sobre cómo hacer que la vida valga la pena, tengas la edad que tengas.

Magnusson reconoce que envejecer es difícil. “No puedes detener el paso del tiempo ni cómo afecta a tu cuerpo, pero puedes trabajar para mantener una mente clara y positiva”, dijo. “Puedes ser joven arriba en tu cabeza aunque te crujan las articulaciones”. Aquí sus tres consejos principales.

Acoge el kärt besvär
Esta frase sueca mezcla kärt, que significa “querido o apreciado”, y besvär, que significa “dolor”. Así, un kärt besvär podría ser pagar las facturas: una obligación molesta, pero aun así agradeces contar con el dinero para pagarla. O cuidar a quien está enfermo, como he hecho esta semana con mi hija, enferma de gripe. Cuando estoy agotada por sus interminables peticiones de contraseñas de servicios de emisión en continuo y tazas de té, enviadas por mensaje de texto, me recuerdo a mí misma que me alegro de ser lo bastante fuerte como para cuidar de ella.

Con la edad, es fácil sentirse frustrado y quejarse, dijo Magnusson. Pero la idea del kärt besvär la ayuda a vivir con alegría. “Parece que no hay más remedio que ver cada molestia como algo que debo encontrar la forma de apreciar”, señaló.

Creo que lo que Magnusson quiere decir es que está bien dejarse llevar por las emociones, sean cuales sean. Laura Carstensen, psicóloga del Centro de Longevidad de Stanford, que ha estudiado los cambios emocionales que se producen con la edad, dijo: “Observamos que las personas mayores son más propensas a manifestar una especie de mosaico de emociones que los jóvenes”. Mientras que las personas más jóvenes tienden a ser “todo positivas o todo negativas”, dijo, las personas mayores son más capaces de experimentar la alegría “con una lágrima en el ojo”, añadió.

Rodéate de jóvenes
Esta es la sencilla definición de felicidad de Magnussen: estar rodeado de gente joven. No solo aportan ideas y perspectivas nuevas, dijo, sino que oír hablar de sus planes y perspectivas “es una forma de mantenerse en sintonía con la persona joven que uno mismo fue en algún momento”.

Pasar tiempo con gente más joven también puede ser beneficioso para el cerebro, dijo Vonetta Dotson, catedrática de psicología y gerontología de la Universidad Estatal de Georgia y autora de Keep Your Wits About You: the Science of Brain Maintenance as You Age. (Mantenga su ingenio sobre usted: la ciencia del mantenimiento del cerebro a medida que envejece.)

Hay estudios que sugieren que, a medida que se envejece, sobre todo si se empieza a experimentar cierto deterioro cognitivo, socializar con personas más jóvenes y mentalmente agudas puede proporcionar el tipo de estímulo que ayuda a potenciar el funcionamiento cognitivo, explicó.

Sin embargo, Becca Levy, catedrática de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de Yale y autora de Rompe los límites de la edad, dijo que esta convivencia de generaciones a menudo no se produce. “Porque, desafortunadamente, hay bastante segregación por edades en nuestra cultura”.

Puedes romper esa barrera si mantienes la puerta (y la nevera) abierta para los nietos, si los tienes cerca. Haz una llamada de 8 minutos a un pariente más joven. Ofrécete como voluntario para leer a los niños en la biblioteca local, o apúntate a una organización como Big Brothers Big Sisters.

Y, para mantener a los jóvenes cerca de ti, Magnusson escribe: “Hazles preguntas. Escúchalos. Dales de comer. No vuelvas a contarles sobre tu rodilla mala”.

Di ‘sí’ siempre que sea posible
Uno de los conceptos erróneos sobre las personas mayores, según Regina Koepp, psicóloga clínica y fundadora del Centro para la Salud Mental y el Envejecimiento en Burlington, Virginia, es que “son rígidas y nunca cambiarán”, dijo. “Eso no es cierto. Las personas mayores no son más rígidas que los jóvenes. Son rasgos de personalidad, no de edad”. Sin embargo, incluso los adultos mayores han interiorizado esta narrativa, dijo Koepp, “porque la han oído toda su vida”.

Para envejecer con exuberancia, hay que reconocer activamente el “edadismo interiorizado” y luchar contra él, dijo Koepp. Decir “sí” tantas veces como se pueda, añadió, “es en efecto decir ‘sí’ a la vida: ser curioso y explorador, es formar parte de la comunidad”.

Magnusson me dijo que cuanto mayor se hace, más recuerda las cosas a las que ha dicho “sí” cuando estaba a punto de decir “no”, y cómo esas experiencias han enriquecido su vida. “He descubierto que tener la mente cerrada me envejece más rápido que cualquier otra cosa”, dijo. Antes de rechazar algo —una cena, una exposición de arte, comprarse una chaqueta de cuero— se pregunta a sí misma: “¿Es que no puedo hacerlo o no quiero?”.

“Inténtalo, sea lo que sea”, dijo. “Quizá vayas a una fiesta y seas la última en irte porque te lo estás pasando muy bien”. Le pregunté a Magnusson cuándo fue la última vez que se quedó hasta el final en una fiesta. “Hace una semana”, respondió.

martes, 14 de mayo de 2024

¿Quién sale del ascensor?

Tengo un amigo psiquiatra en Paraná (Argentina) que se llama Solidario. Una persona que hace honor a su nombre. Muchas veces hemos hablado de lo curioso que sería llevar ese nombre y ser una persona egoísta. No conozco a nadie más que tenga ese nombre. Aun recuerdo el asado que nos preparó en su casa hace ya muchos año

Me he acordado de él al ver de nuevo una película que dura solamente 1.58 minutos. Sí, has leído bien: Un minuto y cincuenta y ocho segundos. Se titula “Sorry” (Lo siento). Ganó un Oscar al mejor cortometraje en el año 2020. Es probable que algún lector conozca este documento porque hoy se puede encontrar fácilmente en la red.

Aparte de sus excelentes cualidades técnicas (panificación, montaje, fotografía, iluminación, movimientos de cámara…) tiene un contenido que nos invita a reflexionar. Voy a describir lo que cuentan las imágenes.

Las primeras imágenes nos muestran a un joven que se desliza sobre unos patines y lleva unos vistosos auriculares. Inmediatamente vemos un ascensor lleno de gente. Las puertas están abiertas. Parece que ya no puede entrar ni una persona más. Seguidamente la cámara nos muestra al chico de los patines que, con una maniobra elegante, entra en el ascensor y se coloca en primera fila. El ascensor está lleno. Las puertas se cierran, pero el ascensor no se mueve.

El silencio es palpable. Nadie dice nada. Unos se miran a otros de forma interrogativa. ¿Qué pasa que no se mueve? Pronto lo sabrán todos. En primer lugar porque de forma periódica se escucha un sonido repetido que indica que algo pasa. En segundo lugar, en la parte superior del ascensor aparece iluminada de forma intermitente una palabra que lo explica todo: Overload (sobrecarga, exceso de personas) al lado de una flecha azul que indica la dirección descendente del ascensor. Es probable que por la mente de todos pase la idea de que el ascensor no se moverá si alguien no lo abandona, pero nadie se mueve. Los sonidos se repiten, las miradas se encuentran en el silencio, el aviso con la flecha azul indicando el descenso y la palabra overload repetida invitan a los ocupantes a solucionar el problema. El chico que ha llegado el último, que lleva puestos los auriculares, calla y no se mueve. Nadie le invita a salir. La cámara enfoca varias veces su cara.

De pronto, una chica de color que está en la parte de atrás va haciéndose hueco con dificultad para abandonar el ascensor. Entonces vemos que camina apoyándose en dos muletas. Cuando sale, sin que nadie diga una palabra, las puertas se cierran y el ascensor comienza a moverse.

El cortometraje está muy bien planificado. La secuencia de planos (mezcla hábilmente primeros planos, planos medios, planos generales, planos tres cuartos…) nos va diciendo muchas cosas: uno de los ocupantes mira el reloj, una chica se atusa la melena, otro se quita las gafas, todos se miran intrigados. Hablan las posturas, hablan las miradas, hablan las angulaciones de la cámara (planos en picado y en contrapicado…).

El cortometraje nos brinda una tremenda lección en menos de dos minutos. La actitud individualista hace que todos acaben perjudicados. Si cada uno se aferra al derecho que considera que le asiste de no moverse, ninguno podrá desplazarse en el ascensor. Es un caso que muestra claramente que una actitud egoísta acaba siendo un perjuicio para todos.

La lección es poderosa porque quien resuelve el problema del grupo es una persona que tiene mayores problemas para desplazarse que cualquiera de quienes se quedan inmóviles. El chico que acaba causando el problema se mueve sobre patines y la chica que lo soluciona se mueve apoyándose en dos muletas.

La película contrapone el individualismo a la solidaridad. La joven con discapacidad, después de salir, se vuelve para dirigir la mirada al ascensor y ve cómo se cierran las puertas e inicia el descenso. Una leve sonrisa, casi imperceptible, la hace sentir importante. Su actitud ha beneficiado a los que no se movieron. Gracias a ella se ha solucionado el problema.

Ese diálogo entre individualismo y solidaridad, entre egoísmo y altruismo es fundamental en nuestra sociedad. Yo diría que es más necesario que nunca. Porque la cultura neoliberal predica sin cesar un individualismo exacerbado. Los lemas básicos de esta filosofía son: “cada uno a lo suyo”, “sálvese el que pueda”, “ande yo caliente y ríase la gente”, “a quien Dios se la da, San Pedro se la bendice”, “por la caridad entró la peste”, “tú a lo tuyo”…

La solidaridad es uno de los valores más importantes para la vida de las personas y para el convivencia en las sociedades. Así lo entiende Eduard Romero, que incluye la solidaridad en su libro “Valores para vivir”. Dice en él que “la solidaridad es una relación de fraternidad, de camaradería, de recíproco sostenimiento, que ata a los diversos miembros de una comunidad o colectivo, en el sentido de pertenencia a un mismo grupo y en la conciencia de un interés común”.

Puede practicar la solidaridad un individuo de forma aislada, como sucede en el cortometraje al que he hecho referencia, pero también puede haber solidaridad entre grupos y entre países. “La solidaridad es la ternura de los pueblos”, dice Tomás Borge, revolucionario, escritor, poeta y político nicaragüense.

Decía el escritor y médico irlandés Oliver Goldsmith: “El mayor espectáculo del mundo es una persona esforzada luchando contra la adversidad; pero hay todavía uno más sorprendente y es el ver a otra persona lanzarse en su ayuda”.

Estoy seguro de que el mundo está lleno de acciones solidarias. Padres y madres que se desviven por sus hijos y a la inversa, cuando aquellos son mayores. Abuelos y abuelas que se convierten en sacrificados y felices cuidadores de sus nietos. Profesores y profesoras que sobrepasan los límites de las obligaciones docentes. Médicos sin fronteras que dan su vida para salvar otras vidas. Amigos que se desvelan por amigos que tienen alguna necesidad (los amigos son como la sangre, que acude a la herida sin necesidad de llamarla), personas que militan en Organizaciones solidarias de forma entusiasta y gratuita., voluntarios que dedican su tiempo, su saber o su compañía a personas necesitadas. Basta ver cómo se vuelcan los vecinos cuando existe una desgracia en un barrio o un bloque de viviendas.

Hace unos días fui a un asador a comprar dos pollos asados. Cuando me dispuse a pagar me di cuenta de que no llevaba dinero. Hice ademán de irme a buscarlo y el vendedor, amablemente, me dijo:

-No se preocupe, lléveselos. Ya me los pagará.

No me conocía de nada. Confió en mí, tuvo un gesto de solidaridad para el que yo no había hecho mérito alguno.

Debería ser obligatorio que los medios abran sus informativos y sus telediarios con una acción pequeña o grande de solidaridad. No costaría nada encontrarlas porque están en todas las partes. Pero la noticia ahora se identifica con desgracias, asesinatos, violaciones, bulos, robos, insultos… Ese sería un buen método para limpiar el fango del que tanto estamos hablando.

Creo que las personas tienen más componentes positivos que negativos. Sí, creo que somos más buenos que malos. Decía el filósofo alemán Max Scheler: “En ninguna persona todo es ejemplar; y también me arriesgo a decir: en toda persona hay por lo menos un rasgo que es ejemplar”.

Mi amigo y escritor argentino Alejandro Spiegel escribió hace veinte años (cómo pasa el tiempo, Dios mío, parece que fue anteayer cuando lo estaba leyendo) un hermoso libro titulado “Héroes invisibles. Historias de la vida cotidiana para educar en valores”. Hace una propuesta didáctica en la que pide a los alumnos que lleven al aula una historia real de solidaridad. “Héroes al aula”, llama a esta iniciativa. Esa petición educa los ojos para descubrir el bien. Porque la bondad existe y se practica. Está en todas las partes. Luego propone un método para hacer el análisis didáctico de esas historias. El libro contiene ejemplos emocionantes de acciones solidarias.

Y es que aquí tenemos la clave. La escuela no tiene solamente la misión de enseñar a pensar, tiene el deber de enseñar a convivir, es decir, de enseñar a ser personas solidarias.




LOS MENSAJES QUE LLEVAN AL AMOR

Conocer a alguien solía tomar muchas formas: cartas escritas a mano, conversaciones telefónicas, conversaciones directas en persona. Hoy enviamos mensajes de texto. Nos deslizamos en D.M.s. Las aplicaciones de citas y las redes sociales han facilitado el inicio de una conversación. Aun así, puede resultar difícil saber qué decir exactamente. Les pedimos a los lectores de la columna Modern Love que compartieran los primeros mensajes (las bromas, los emojis y el ingenio) que los hicieron enamorarse el uno del otro. —Kate LaRue Los textos a continuación provienen de hilos reales que han sido cuidadosamente extraídos (capturados de pantalla) de los teléfonos de los lectores. Han sido ligeramente editados y reanimados para mayor claridad y disfrute. 

 1. EMPEZARON SIMPLEMENTE Heeeeyyyyyy Empezamos sin complicaciones, con muchos Heeeeeyyyys incómodos de ida y vuelta. Pero unos meses después se convirtió en algo realmente sorprendente. Mi padre estaba en un centro de cuidados paliativos y Bil (ahora mi marido) estaba decidido a hacerme reír aunque fuera por un segundo. Se hizo un tatuaje que coincidía con mi avatar, un lince atrevido mal disecado, y convirtió ese tatuaje en su avatar. Sólo tienes que verlo. — Michelle, 45 años, y Bil, 55, juntos durante 10 años 

 2. ENCONTRARON UN TERRENO COMÚN Me reí entre dientes en tu perfil que dice que no eres tan conservador como pareces por fuera... ¡yo también! Nos casamos un año después. Ella es una ministra presbiteriana; Estoy "sin iglesia". ¿Qué puede salir mal? Sin embargo, nuestros valores fundamentales estaban alineados. Desde el principio estuvimos de acuerdo: valoremos nuestras diferencias y no intentemos cambiarnos unos a otros. Me imaginé conociendo a una "chica granola". Se imaginó conociendo a un “predicador”. Resultó todo lo contrario. — Perry, 74, y Merri, 73, juntos durante 15 años 

3. MOSTRÓ SU LADO SINIESTRO Soy zurdo, así que creo que soy un brujo adyacente. ¡siniestro! definitivamente diabólico/brujería adyacente 😹👹 (¡¿Espero que no hayas ido a una escuela católica?!) Nuevo en las aplicaciones de citas, ¡puse en mi perfil que era historiador de brujería! Su respuesta fue perfecta: me emocionó que no solo tuviera sentido del humor, sino que también conociera (¡exactamente!) detalles esotéricos y tuviera muchas ganas de charlar. Nos reunimos de inmediato y me contó sobre la vez que se quedó en el Airbnb de un asesino satánico. Después de que perdí mi teléfono (pensó que lo había engañado), finalmente nos volvimos a ver semanas después para una proyección de último minuto entre semana de “Clueless” en el Metrograph y nos enamoramos. ¡Y ahora acabamos de comprometernos! — Nazanin, 38, y Sam, 40, juntos durante 10 meses 

 4. ELLA CONTÓ UN BROMA DE 'MAMÁ' ¿Sabías que cuando el feto está en la madre, algunas de las células de la madre cruzarán la placenta hacia el feto y viceversa y las células se diferenciarán y pasarán a formar parte de la otra persona? Entonces tu mamá tiene algunas de tus células y tú tienes algunas de las células de tu mamá en ti. y tu mamá tuvo algo de mí en ella anoche Lo siento eso fue innecesario, estoy seguro de que tu madre es una persona encantadora Guau Comportamiento típico del norte de Jersey Su mejor amigo tiene un canal de YouTube que yo seguía desde hace un tiempo. Aparecía a menudo en los vídeos y siempre pensé que era lindo y divertido. Cuando su perfil apareció en mi Hinge, supe que no podía dejar pasar la oportunidad. Fui muy audaz cuando le envié el primer mensaje porque sabía que teníamos un humor muy similar. — Eliza, 21 años, y Kieran, 23, juntos durante un mes 

 Hola hola, ¿todavía te funciona el 1pmish en el MAH? Hola, ¿podríamos hacerlo a la 1:30? ¿Por si acaso? Suena genial, ¡nos vemos a la 1:30! ¡Te brindaré pronto! Conocí a Zeke en Bumble. Nuestro intercambio fue breve, rápidamente pasamos a enviar mensajes de texto y programar nuestra primera cita. Cuando respondió a mi comentario "suena gouda" con el juego de palabras "brie you Soon", me enganché. Mi ex solía criticar mi uso del lenguaje, quejándose de que sonaba anticuado y cursi. Zeke me ha ayudado a sentirme cómoda nuevamente con mi voz. Nos casaremos el próximo abril y estoy ansioso por pasar mi vida cursi para siempre con alguien que derrita mi corazón. — Margaret, 30, y Zeke, 30, juntos durante dos años y medio 

 7.TE ¿En qué año estás en FES? Tantas preguntas sobre tus días de científico espacial, pero lo pospondré :) Me gradúo en mayo y también me encantaría volver a DC, así que estoy pensando que saldremos este año y nos mudaremos juntos a DC este verano. Plan impecable, ¿no? Puntos por ser un planificador agresivo. Patrick y yo nos conectamos en Bumble en 2017, ambos buscando alegrar un invierno desafiante en la escuela de posgrado con algunas citas divertidas. Después de unos minutos de enviarnos mensajes de texto y nunca habernos conocido, bromeé sarcásticamente diciendo que conseguiríamos un lugar juntos en Washington después de la graduación, sin sospechar que haríamos precisamente eso, ocho meses después. Desde entonces, ha aportado mucha luz sobre las difíciles transiciones laborales, una oscura pandemia y un audaz traslado a través del país hasta Seattle. Hace brillar las aburridas noches de los lunes. Ahora estamos comprando moisés para nuestra mejor aventura hasta el momento, que llegará en agosto. — Rachel, 33, y Patrick, 33, juntos durante 6,5 años 

 8. ENTREGÓ UN PREMIO Es 100% espeluznante, pero obtienes el premio TA más popular. Te reconozco de Discreto el semestre pasado. Reed me envió un mensaje en Grindr al comienzo del semestre después de ser mi alumno en una conferencia. No asistió a los grupos de discusión más pequeños que yo dirigía, así que no lo conocía. Su perfil estaba en blanco excepto por su altura. Halagado, me comuniqué con él después de su mensaje y luego nos reunimos un mes después para una cita de estudio. Semanas después, tuvimos algunas citas formales. Meses después, empezamos a salir. — Eion, 27 años, y Reed, 28, juntos durante seis años 

9. ELLA CONFESÓ No quiero hacer nada raro ni nada parecido, pero estoy enamorado de ti. ¿Debería intentar parar? ¡Oh no, lo apoyo! ¿En realidad? Bueno 👍 🙂 Supe que quería a mi marido poco después de que nos conocimos a través de un club universitario. Mi estrategia inicial de cortejo de enviar acertijos y memes a través de Messenger no dio mucho resultado. Mis sugerencias de estudiar juntos terminaron en decepción cuando él realmente quiso estudiar. Finalmente, me derrumbé y confesé mis sentimientos de la manera más incómoda posible. Él respondió de la misma manera. Resultó que él también estaba enamorado de mí, pero no se había dado cuenta de que estaba coqueteando con él. Ocho años después, todavía “apoya” que haya dado el primer paso. — Sara, 26 años, y Kareem, 29, juntos durante ocho años 

10. ENVIARON GANSOS Ambos somos autistas y él específicamente no sabía cómo iniciar conversaciones, coquetas o no. Nuestras primeras interacciones fueron solo memes sobre el videojuego Untitled Goose Game. Llevamos tres años viviendo juntos y nos casaremos en mayo de 2025. ¡Todavía nos reímos de los memes de la oca! — Adrienne, 30, y Graham, 29, juntos durante cuatro años 

11. ELLA COMPARTÍA POESÍA [Envía archivo llamado “efímero”] Estoy muy confundido ¡Me gusta! Las únicas partes raras fueron Nat Geo y la abundancia de "tú" al final. Éramos amigos desde el primer día de nuestro primer año, copresidentes de nuestro dormitorio. Raj: reticente, misterioso, poéticamente inquietante (en la forma en que cualquier universitario delgado que no habla de sí mismo aparece ante la esperanzada mirada femenina). Yo: alguien que compartía demasiado y estaba enamorado de alguien que enviaba el 75 por ciento de los mensajes de texto y siempre quería que leyera mis escritos. Conversaciones frecuentes de filosofía a las 3 a.m. Mi revelación de las 4 a. m.: "¡Me gustas!" (Él no correspondió.) Siete años después (después de la universidad, el trabajo y otras relaciones), lo hizo. — Adora, 26, y Raj, 26, juntos durante dos años y medio 

12. LE HABLÓ DE LOS PEPINOS Oh, soy bastante fácil de complacer en cuanto a comida. Siempre podemos investigar un poco y decidir más tarde, pero si mientras tanto hay algún lugar que te guste, estaré más que feliz de aceptarlo. Excepto el pepino, no me gusta el pepino. Pero eso es todo. O queso de cabra. A mí tampoco me gusta eso. Pero eso es todo. o melón ¿Pepino? Es lo más inofensivo... Es toda la maldad del mundo condensada en un vegetal de un pie de largo. Estos somos nosotros averiguando dónde reunirnos para nuestra primera cita en Londres durante Covid. Tuvimos nuestra primera comida juntos, temblando en la terraza del restaurante. Rápidamente formamos una burbuja y luego nos mudamos juntos. Tres años después, el encierro parece haber pasado mucho tiempo y ahora tenemos un niño pequeño (a quien, a diferencia de su padre, le gusta mucho el pepino). — Sam, 43, y Alice, 40, juntos durante 3,5 años 

13. BROMEARON Me alivia mucho que no te gusten las bandas improvisadas. Me alivia que tú estés aliviado. Será mejor que haya una muy buena explicación para cualquier canción que dure más de cinco minutos. Quiero decir, sé que he mencionado esto varias veces acerca de estar entusiasmado con todo tipo de música y no limitarme a géneros, pero es necesario trazar algunas líneas. Nuestros primeros intercambios se produjeron a través de mensajes de texto mientras Jesse conducía por el país. Nuestros textos se hicieron cada vez más largos a medida que nos nerdábamos de la música oscura, los viajes y nuestro trabajo. No fue exactamente un coqueteo, pero hubo muchas bromas ingeniosas y rápidas, y se sintió realmente emocionante. Ambos estábamos confundidos sobre si este era el comienzo de un romance o una amistad. Todavía no estaba claro después de que salimos un par de veces en persona: ¿eran citas? No lo sabíamos. Las cosas finalmente dieron un giro romántico y ahora nos reímos de esos primeros días confusos. — Nora, 37 años, y Jesse, 40, juntos durante dos años y medio 

14. ¿ES LA SOPA UNA COMIDA? DISCUTIERON. Estoy 100% de acuerdo en que la sopa no es una comida y represento con orgullo a la minoría (léase: solo yo) de mis amigos en este tema. Ja, me alegro de tener al menos un aliado en esta pelea tan importante. Es raro encontrar a alguien que esté de acuerdo en que la sopa no es una comida, así que tuve que responder a su sugerencia. Nos reunimos para tomar queso cuajado en nuestra primera cita, y en la segunda supe que esta relación duraría. Cuatro años y una pandemia después, estamos casados. Nuestros sentimientos acerca de la sopa no han cambiado y si la sopa es una comida sigue siendo un tema de debate con nuestros amigos. — Catherine, 31, y John, 31, juntos durante 4,5 años 

15. DESPLEGÓ MEMES DE GATOS No quiero dejarte ir otra vez Chelsey. Espero que no sea demasiado serio o extraño para un mensaje de texto. Y por si fuera demasiado, aquí tenéis un gato haciendo yoga. Una vez al año, Josh venía a comprar a la tienda en la que yo trabajaba. Pasaríamos unas horas juntos y, una vez que él se fue, la vida continuó y supe que lo vería el año siguiente. Esto continuó durante 8 años. Hace dos años finalmente intercambiamos números de teléfono. Los mensajes de texto alegres se convirtieron en conversaciones más profundas y nos encontramos en una relación de solo mensajes de texto durante muchos meses. Nos abrimos el uno al otro de una manera que hubiera sido imposible en persona. - Chelsey, 35 años, y Josh, 54, juntos durante 1,5 años 

16. ELLA FUE LARGA. WAAAAAAAY LARGO. Ya sabes, miras cientos o miles de perfiles y empiezan a difuminarse y luego ves uno que salta como una flecha de neón. Ese era tu perfil para mí. Comenzó con mi nombre. Jajaja Tengo un shiba y el otro día estaba pensando en lo mucho que dice una raza de perro sobre su dueño y me preguntaba por qué seguía conociendo a dueños de terrier o pitbull cuando amo las razas de spitz y siempre me llevo bien con las personas que gravitan hacia ellas. también. Y sé que suena un poco tonto. Pero me encantan los perros esquimales. Akita. Malamutes. Sí, los shibas son mis favoritos. Estaba subiendo la prepandemia de v5 y 6, tuve un caso grave de Covid y un Covid prolongado el año pasado y comencé de nuevo en v0 y unos 10 meses después volví a subir a 4s/5s. Dueño de casa con 7 canteros elevados en mi patio delantero y 8 árboles frutales que producen. Un par más en camino hacia allí. Me encanta bailar, museos/arte, karaoke si es una sala privada. Pero tendrás que encontrar a alguien más para jugar al tenis. Tengo un problema de concentración en el que mis ojos tardan un segundo más en enfocarse y, en ese tiempo, generalmente me golpea cualquier pelota que debería intentar atrapar o devolver. Lo siento. No hay dobles en ese. ¿Pero qué divertido sería si todo fuera idéntico? Sí a todo lo relacionado con las relaciones. Y creo que eres increíblemente adorable. Con suerte, mi apasionada respuesta fue recibida con una sonrisa y no lo verás como señales de alerta. Soy [improperio] haciéndome tímido cuando me emociono. Parece que tenemos mucho en común, al menos a primera vista. ¿Y si no hubiera química entonces al menos una amistad potencial tal vez? Pero primero revisemos la química, ¿sí? Ah, y soy ENFJ-A. Lo que probablemente explica☝ ¡Lise! Gracias por comunicarnos de manera tan abierta y apasionada. Recibí sus mensajes con una sonrisa.

😊 Tuve 100 citas en 100 días justo antes de la pandemia. Después de la pandemia, seguí con muchos más (en aproximadamente un año). Cuando vi el perfil de Johnson, supe inmediatamente que era la persona que estaba buscando. No soy de su cultura, por lo que no pensó que conocería a su persona definitiva de antemano, pero nos conocimos al día siguiente y al instante ambos tuvimos claro que la conexión era palpable. Fue como encontrar una familia de almas. Desde entonces hemos visitado ocho países, estoy aprendiendo mandarín y estamos muy enamorados. — Lise, 44, y Johnson, 38, juntos durante dos años 

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¿Cuán maquiavélico era realmente Maquiavelo? Andrew Campbell, Departamento de Italiano de la UCL. BBC.

Detalle de retrato póstumo de Nicolás Maquiavelo por Santi di Tito.
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Detalle de retrato póstumo de Nicolás Maquiavelo por Santi di Tito.

Ser maquiavélico es ser un seguidor de los principios de Maquiavelo, o bien "astuto y engañoso", dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Esta definición a menudo se reduce a la máxima "el fin justifica los medios" y los periodistas disfrutan de aplicar este epíteto a los políticos.

Pero, si examinamos la obra y fuentes de Maquiavelo, ¿revelarán que también se le puede aplicar a él?

Maquiavelo escribió "El príncipe" en 1513 mientras estaba exiliado de Florencia.

Había servido al gobierno florentino en varias posiciones desde 1498, llegando a ser secretario del segundo canciller, lo que implicó numerosas misiones diplomáticas.

En el curso de estos viajes al extranjero, Maquiavelo se encontró con muchos de los personajes que figurarían prominentemente en "El príncipe", como César Borgia, el hijo del papa Alejandro VI.
 
César Borgia (pintado por Altobello Melone (c. 1490-1491 - 1543), un gobernante exitoso, según "El príncipe".
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César Borgia (pintado por Altobello Melone (c. 1490-1491 - 1543), un gobernante exitoso, según "El príncipe". Pie de foto,César Borgia (pintado por Altobello Melone (c. 1490-1491 - 1543), un gobernante exitoso, según "El príncipe".

La carrera política de Maquiavelo se produjo después de que los Medici fueron expulsados de Florencia en 1494.

El gobierno de reemplazo inicial, la "teocracia" del fraile dominico Girolamo Savonarola, terminó con la ejecución de Savonarola en 1498, antes de que Piero Soderini fuera elegido gonfaloniere (líder) de por vida en 1502.

Pero en 1512 los Medici, apoyados por las tropas españolas, derrocaron a Soderini y recuperaron Florencia, y poco después Maquiavelo fue acusado de conspiración, torturado y encarcelado, antes de ser exiliado en la primavera de 1513 a su granja en Sant'Andrea en Percussina, en las afueras de la ciudad.

El 10 de diciembre de 1513, Maquiavelo describió su nueva rutina en una carta a Francesco Vettori.

Después de la cena, escribió, le gustaba retirarse a su estudio y "conversar" con antiguos filósofos y pensadores antes de tomar notas de sus conversaciones.

Esos debates, y sus experiencias como segundo canciller, fueron la base de "El príncipe", como reconoció Maquiavelo en la dedicatoria de la obra.

Florencia

Florencia

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

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Maquiavelo escribió "El príncipe" lejos de Florencia, de la que fue exiliado.

Maquiavelo afirma ahí que el regalo más valioso que le podía ofrecer a Lorenzo di Piero de Medici, el nieto de Lorenzo el Magnífico (1449-1492), el famoso gobernante de facto de Florencia, era su "comprensión de las obras de los grandes hombres".

Una comprensión que, según el autor de "El príncipe", había ganado a través de "un largo conocimiento de los asuntos contemporáneos y un estudio continuo del mundo antiguo".

La "verdadera realidad"

Fue esta mezcla de experiencia personal y estudio lo que informó el 'corazón oscuro' de "El príncipe", es decir, los capítulos 15 al 19, en los que Maquiavelo delineó las virtudes que necesitaba un "nuevo príncipe".

La distinción era crucial, pues la única preocupación del nuevo príncipe era "mantener su estado", tanto en el sentido personal como en el político, por lo que Maquiavelo adaptó sus consejos en consecuencia.

Lorenzo di Piero de Medici pintado por Rafael. 

Lorenzo di Piero de Medici pintado por Rafael.
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Un regalo de Maquiavelo para Lorenzo di Piero de Medici: su sabiduría obtenida gracias a su conocimiento de la actualidad y el estudio de los clásicos.

Como lo dejó claro al comienzo del capítulo 15, no le dedicó mucho tiempo para las repúblicas o las utopías idealizadas: "dado que mi intención es decir algo que resulte de utilidad práctica para el investigador, he considerado apropiado representar las cosas como son de verdad en la realidad, en lugar de como son imaginadas".

Y el deseo de Maquiavelo de reflejar la "verdadera realidad", tal como la entendió, lo llevó a alterar o ignorar aspectos de la plantilla ética clásica y cristiana que había dominado durante siglos la teoría política medieval y renacentista.

Moral vs. conveniencia
La principal fuente de Maquiavelo para los capítulos sobre virtudes principescas fue "Sobre los deberes" o "De oficios" (De officiis), de Cicerón, la obra más popular de la prosa latina clásica en el Renacimiento.

Una de las obras finales de Cicerón fue una discusión sobre los principios básicos del deber moral y las reglas prácticas para la conducta personal, dividida en tres libros, y el tercero de ellos examinó el conflicto entre la rectitud moral y la conveniencia.

Copia de "De oficios" de Cicerón que le perteneció a Enrique VIII, como escribió él mismo en la parte inferior: "Este libro es mío príncipe Enrique".
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Copia de "De oficios" de Cicerón que le perteneció a Enrique VIII, como escribió él mismo en la parte inferior: "Este libro es mío príncipe Enrique". (Folger Shakespeare Library Digital Image Collection)

Los enfoques de Cicerón y Maquiavelo a este tema divergieron marcadamente.

Para Cicerón, no había conflicto: "Nunca es conveniente hacer el mal, porque el mal siempre es inmoral; y siempre es conveniente ser bueno, porque la bondad siempre es moral".

En el capítulo 15 de "El príncipe", sin embargo, Maquiavelo reveló una visión menos monocromática sobre el asunto: "Si un príncipe quiere mantener su dominio, debe estar preparado para no ser virtuoso, y hacerlo o no de acuerdo con la necesidad".

Mientras que ciertos vicios podrían traerle al príncipe "seguridad y prosperidad", ciertas virtudes podían conducir a su caída, advirtió el florentino.

Fuerza y astucia

Cuando se trataba de engaño, Cicerón era igualmente claro: la verdadera gloria no provenía de pretextos o engaños, ni siquiera en tiempos de guerra, cuando a menudo se presentaba un curso de acción deshonroso pero conveniente.

Cicerón describió la fuerza y el fraude como pertenecientes al poderoso león y al astuto zorro respectivamente, siendo ambos "totalmente indignos del hombre".
Cicerón, de niño, leyendo, en un fresco de Vincenzo Foppa (1464). (Wellcome Collection)
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Cicerón, de niño, leyendo, en un fresco de Vincenzo Foppa (1464). (Wellcome Collection) 

Maquiavelo utilizó la misma analogía del zorro-león en el capítulo 18 de "El príncipe", aunque de una manera marcadamente diferente.

El nuevo príncipe necesitaba saber cómo comportarse tanto como el zorro como el león, porque la fuerza sin astucia lo llevaría a la ruina: "Un gobernante prudente no puede, y no debe, cumplir su palabra cuando lo pone en desventaja", advirtió.

Su razonamiento era cínico pero perspicuo: "Si todos los hombres fueran buenos, este precepto no sería bueno; pero como los hombres son criaturas miserables que no cumplirán su palabra por ti, no necesitas cumplir tu palabra".

Una doble negativa, en opinión de Maquiavelo, de vez en cuando daba positivo.

Estatua de Maquiavelo.

Estatua de Maquiavelo.

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Para Maquiavelo, un príncipe no debía cumplir con su palabra si no le convenía.

Maquiavelo tomó una postura similar cuando se trataba de crueldad.

Para Cicerón, ninguna crueldad podría ser conveniente, porque "la crueldad es más aborrecible para la naturaleza humana".

Maquiavelo examinó el tema en el capítulo 8, dando cuenta de las carreras de dos líderes crueles pero efectivos: Agathocles (361-289 a.C.), el tirano griego de Siracusa y rey de Sicilia; y Oliverotto de Fermo (circa 1475-1502), un mercenario que asesinó a su tío para tomar el control de su ciudad natal Fermo.

Después de relatar sus acciones, Maquiavelo concluyó: "Podemos decir que la crueldad se usa bien (si es permisible hablar así de lo que es malo) cuando se emplea de una vez por todas, y la seguridad depende de ello". En otras palabras, puede ser malo, pero el nuevo príncipe debe usarla para mantener su estado.

Maquiavelo siguió el ejemplo de la naturaleza humana, sólo que no de la misma manera que Cicerón.

Aunque el florentino no estaba en desacuerdo con Cicerón en todos los puntos.

Cicerón hizo hincapié en la importancia del mecenazgo pero desaconsejó dar regalos de dinero, porque el donante pronto agotaría sus recursos y tendría que tomar la propiedad de otros para financiar una mayor generosidad.

En el capítulo 16, Maquiavelo recomendó un enfoque similar, afirmando que era mejor tener fama de parsimonioso que de generoso, porque con el tiempo los súbditos de un príncipe se darían cuenta de que él es capaz de vivir dentro de sus posibilidades, lo cual es una forma de generosidad hacia ellos.

Evitar el odio

Por lo demás, Maquiavelo nunca alentó el comportamiento inmoral por sí mismo.

Además, para él había un límite último que no podían rebasar los nuevos príncipes cuando debían comportarse inmoralmente: no debían incurrir en el odio de sus súbditos.

Primera página de la edición de 1550 de "El príncipe".

Primera página de la edición de 1550 de "El príncipe".
Pie de foto,
Pie de foto,"El príncipe" no se publicó sino hasta después de la muerte de Maquiavelo. Esta es la primera página de la edición de 1550 de "El príncipe".

Evitar el odio era el límite de cualquier conducta desviada, un punto que Maquiavelo enfatizó en varias ocasiones en "El príncipe": 
  • la gente se queja de los avaros, pero no los odia (capítulo 16); 
  • es mejor ser temido que amado, pero evitar el odio es preferible a cualquiera de los dos (capítulo 17); 
  • mientras que la fortaleza más efectiva no es odiada por tus súbditos (capítulo 20).

Como dejó en claro Maquiavelo, su consejo reflejó las circunstancias de sus lectores previstos.

Desafortunadamente, al menos para la reputación de Maquiavelo, esas circunstancias cambiaron entre 1513, cuando escribió "El príncipe", y 1532, cuando se publicó. (Solo una de las obras de Maquiavelo, "Del arte de la guerra" fue publicada durante su vida, en 1521).

En los 19 años transcurridos, la Reforma se extendió por Europa, por lo que las palabras bonitas que Maquiavelo le dedicó a la religión en el texto -ser religioso era una de las cualidades que el príncipe debía aparentar tener- adquirieron un significado que no pudo haber imaginado.

De hecho, algunas de las primeras y más violentas reacciones a "El Príncipe" -como la del Cardenal Reginald Pole (el último arzobispo católico de Canterbury), que afirmó en 1539 que estaba "escrito por el dedo de Satanás", o la del abogado francés Innocent Gentillet "Contra Maquiavelo"de 1576- fueron desencadenadas por eventos religiosos: la Reforma anglicana y la Matanza de San Bartolomé, en 1572 .
Maquiavelo pintado por Niccolo di Bernardo dei Machiavelli (1469-1527)

FUENTE DE LA IMAGEN,SCIENCE PHOTO LIBRARY

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Maquiavelo pintado por Niccolo di Bernardo dei Machiavelli (1469-1527)

Se convirtió en una figura retórica pero muchos de sus críticos no habían leído el libro. La crítica de Gentillet a "El Príncipe" fue posiblemente la responsable de la difusión popular de "maquiavélico" en su sentido moderno y negativo.

Y a fines del siglo XVI, Maquiavelo se había convertido en una figura retórica, el maquinador del drama isabelino y jacobeo, más que una figura de autoridad.

Sin embargo, muchos de los detractores de Maquiavelo no leyeron "El príncipe" ni trataron de "conversar" con él de la manera que Maquiavelo había hecho con los antiguos.

Como muestran los breves extractos anteriores, Maquiavelo no merecía tal demonización.

El único fin que justificaba "astucia, intriga y duplicidad", en opinión de Maquiavelo, era el mantenimiento del estado de un nuevo príncipe.

Si toleraba la "conveniencia en preferencia a la moralidad", era solo porque los hombres eran "criaturas miserables" que se comportaban despreciablemente.

El espejo del nuevo príncipe de Maquiavelo reflejaba las imperfecciones de sus súbditos y tiempos, tanto como las cualidades positivas del gobernante.