sábado, 26 de octubre de 2024

Estoy intentando crear una nueva imagen del socialismo y el comunismo, porque si siempre pensamos que son dictaduras, la gente no piensa en alternativas a la globalización actual": el filósofo japonés que defiende el decrecimiento económico

Kohei Saito

Fuente de la imagen,Kohei Saito

Pie de foto,El último libro de Kohei Saito fue best seller en Japón

Cuando le piden que firme su libro, a Kohei Saito le gusta estampar un sello con un dibujo en el que aparece junto a Karl Marx.

No es nada extraño dado que Saito, un filósofo japonés de 37 años que se transformó en un fenómeno en su país al vender más de 500.000 copias de su libro “El Capital en el Antropoceno”, se declara a favor del decrecimiento económico y del marxismo.

Profesor asociado de la Universidad de Tokio, Saito se ha convertido en un best-seller en su país, lo que le ha catapultado a otros países donde se ha traducido su trabajo.

Entre las ideas que plantea, y por las que ha llamado la atención en Japón, Europa y Estados Unidos, está la propuesta de que para enfrentar la crisis del cambio climático hay que decrecer (disminuir el crecimiento económico) bajo un sistema político comunista democrático.

Desde que su libro fue publicado en 2023 en Reino Unido bajo el título “Slow Down: how degrowth communism can save the Earth” (Desacelerar: cómo el decrecimiento comunista puede salvar la Tierra), se ha vuelto popular en algunos círculos de jóvenes ambientalistas europeos.

El decrecimiento no es una idea nueva, pero ha ganado tracción en la últimas décadas, y en Latinoamérica lo ha defendido el presidente de Colombia, Gustavo Petro.

La gran novedad del pensamiento de Saito es que lo vincula con el comunismo democrático, entendido como una versión de la utopía de los pensadores del siglo XIX.

Esta es la conversación que tuvo el filósofo japonés con BBC Mundo.

Sello con el que Saito firma sus libros donde aparece junto a Karl Marx.

Sello con el que Saito firma sus llibros donde aparece junto a Karl Marx.

Fuente d la imagen,Kohei Saito

Pie de foto,
Sello con el que Saito firma sus libros donde aparece junto a Karl Marx. 

Usted argumenta que, para enfrentar la crisis del cambio climático, es necesario terminar con el capitalismo y crear un sistema llamado decrecimiento comunista. ¿Qué es el decrecimiento comunista?

El capitalismo busca la infinita expansión del crecimiento económico, algo que no es compatible con una vida sustentable. No estamos viendo buenos avances en la solución del cambio climático. ¿Por qué? Porque no estamos cambiando el capitalismo, y ese es el problema.

Aunque estamos invirtiendo en autos eléctricos y energías renovables, el problema es que el capitalismo busca producir más. Entonces hay una contradicción interna en el argumento de que necesitamos descarbonizar más rápido, pero al mismo tiempo, necesitamos crecer más. Eso no funciona.

Mi propuesta es que hay que reducir el uso de energía, producir menos y consumir menos.

A muchos les sorprende que un filósofo joven siga defendiendo el comunismo en 2024. ¿No teme que un sistema comunista termine siendo un régimen totalitario como vimos en el pasado?

Entiendo el temor que existe frente a los regímenes autoritarios porque son parte de la historia. Pero al mismo tiempo, defiendo el comunismo porque soy de una generación más joven, supongo. Nací en 1987, así que no tengo una experiencia directa del estalinismo.

Yo crecí en la década de los 90 y los 2000 y en los últimos 30 años, el mundo ha celebrado la idea de que el capitalismo y la democracia traen más prosperidad económica en todas partes. Esa es la promesa de la globalización.

Pero ¿qué pasó en los últimos 30 años? Hemos visto más desigualdad, hay más trabajos precarios, más cambio climático, ahora tenemos guerras, genocidio, etc.

El capitalismo no ha cumplido sus promesas, por el contrario, está creando una situación más caótica, destructiva y brutal. Por eso entiendo que mi generación, e incluso las generaciones más jóvenes, están más interesadas en la idea del socialismo.

Estoy intentando crear una nueva imagen del socialismo y el comunismo, porque si siempre pensamos que el socialismo y el comunismo son dictaduras, eso favorece a los capitalistas, a las élites, entonces la gente no piensa en otras alternativas distintas a la actual globalización.

Y creo que Marx ofrece un análisis muy bueno sobre las contradicciones del capitalismo y también da una buena esperanza para un nuevo futuro, una imagen utópica de la sociedad futura y eso es algo que realmente necesitamos.

Portada libro Kohei Saito

Portada libro Kohei Saito

Fuente de la imagen,Kohei Sa

 

 Muchos ambientalistas que defienden el decrecimiento lo ven como un cambio necesario dentro del mundo globalizado, pero sin transformar todo el orden social reemplazando el capitalismo por el comunismo. ¿Por qué usted defiende a estas alturas de la historia el decrecimiento dentro de un sistema comunista?

Lo que pasa es que el decrecimiento económico es incompatible con el capitalismo. Tenemos que compartir de una manera más equitativa y eso es el comunismo.

Necesitamos educación gratuita, salud gratuita, movilidad gratuita. Tenemos que compartir más y garantizar el acceso a los servicios básicos. Esa es mi idea de comunismo, una sociedad basada en los “comunes”, en el pueblo.

Entiendo que el comunismo tiene una mala imagen, pero lo que yo digo es que deberíamos compartir más para que todos puedan vivir más felices, para que no tengan que estar constantemente trabajando, ni produciendo dinero.

El capitalismo no es sustentable y el crecimiento no es sustentable.

Si el capitalismo no funciona, ¿por qué la alternativa tiene que ser el comunismo?, ¿no vislumbra otras opciones?

Me atrajo mucho la idea del comunismo en el siglo XIX, no en el siglo XX. En el siglo XIX había distintas ideas sobre el comunismo porque la gente buscaba utopías, buscaba cómo construir una sociedad mejor, entre ellos estaban William Morris, Peter Kropotkin, Robert Owen, y otros.

Si miras ese tipo de tradición comunista, es una tradición más democrática, más antiestado, más igualitaria, más sostenible. Son ejemplos inspiradores que vienen del comunismo del siglo XIX y yo quería recuperar algunas de esas investigaciones.

Kohei Saito 

Kohei Saito

Fuente de la imagen,Kohei S

 

 ¿Cómo usted llevaría a la práctica su teoría del decrecimiento comunista?

Soy un filósofo. Lo que he querido hacer es cambiar la imagen que tiene la gente sobre el decrecimiento y sobre el comunismo. Lo que quiero es convencer a la gente de que el capitalismo no es la etapa final absoluta de la historia, nosotros podemos crear un mundo nuevo, es decir, el capitalismo no es la respuesta definitiva.

El decrecimiento no se trata de generar pobreza, sino de crear un nuevo tipo de abundancia con servicios gratuitos como transporte, educación, internet.

Y el comunismo no se trata de estalinismo, se trata de ayudarse unos a otros, de la organización democrática de los “comunes”, de igualdad y sostenibilidad.

Desde esta perspectiva, quizás la gente comenzará a pensar que el decrecimiento comunista no es algo malo y que podría ser mejor que el capitalismo. Ese es el primer paso.

¿Pero cómo esa teoría se lleva a la práctica en la actualidad?

El paso siguiente es cómo lo implementamos. Algunos piensan que esta idea es como una especie de ciencia ficción, pero no es así.

Si queremos tener un entendimiento básico del decrecimiento comunista, hay que mirar alrededor, porque existen muchos indicios de una futura sociedad decrecentista en todas partes.

No estamos hablando del comunismo que se consigue con una revolución, no. El comunismo está en todas partes, el comunismo es el cimiento necesario para el capitalismo también, porque incluso en el capitalismo nos ayudamos los unos a los otros, nos ayudamos entre familias, entre amigos, colegas, comunidades.

Ese es el comunismo que está en todas partes, pero el capitalismo lo explota y marginaliza este tipo de actividades porque no contribuyen al crecimiento económico, al PIB (Producto Interno Bruto).

Hay muchas experiencias: acabo de visitar Copenhague, donde hay estrictas limitaciones a la altura de los edificios, todos los edificios son bastante bajos, y eso es, de alguna manera, una ciudad decreciente.

La gente de Copenhague no se da mucha cuenta de esto, pero si vienes de Nueva York o Tokio, lo ves.

Hay muchas ciudades europeas que han creado espacios donde los autos no tienen autorización para circular. En el Reino Unido están discutiendo una semana laboral de cuatro días, y todas esas medidas apuntan al decrecimiento, lo que es bueno para los humanos y el planeta.

Protesters march during the global climate strike organized by Fridays for Future in Berlin, Germany, on September 20, 2024 

Protesters march during the global climate strike organized by Fridays for Future in Berlin, Germany, on September 20, 2024

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Jóvenes protestan en Berlín, Alemania, contra el cambio climático. 

Esas medidas se han implementado dentro del sistema capitalista, no fuera de él...

Hay muchas semillas que no se han convertido en grandes árboles ni en bosques, porque el capitalismo está tratando de destruirlas, o si tienen éxito, el capitalismo las toma y las convierte en mercancía.

Tenemos que ser cuidadosos, tenemos que caminar de manera consciente hacia una sociedad de decrecimiento postcapitalista. Estoy muy orgulloso de ver ciudades progresistas en Europa, como Ámsterdam o Barcelona, que son compatibles con mis ideas.

¿Usted dice que esas ciudades están implementando un decrecimiento comunista? Lo pregunto porque no son ciudades que busquen activamente que sus economías entren en recesión, ni que se conviertan en una sociedad comunista...

Ellos no usan la palabra comunista porque algunas de esas transformaciones, como decía antes, pueden ser implementadas dentro del capitalismo. Quizás piensan que es una buena transformación capitalista, pero yo creo que podemos acelerar ese tipo de transformaciones cuando reconozcamos que no son compatibles con el capitalismo.

No se trata de una revolución, y esa es una gran diferencia con el socialismo del siglo XX.

Yo no propongo una revolución, sino más bien reformas que pueden implementar cambios dentro del capitalismo, pero no es para construir un mejor capitalismo, es para ir más allá del sistema, es un reformulismo revolucionario.

¿Cuál sería el rol de los gobiernos? ¿Cómo sería esa transición democrática hacia el decrecimiento comunista?

Es muy difícil imaginar que un gobierno en Estados Unidos se convierta en un Estado amigable con el decrecimiento. Creo que hay que comenzar con los gobiernos locales, es por eso que presto atención a las cosas que están pasando en las ciudades, porque las ciudades pueden implementar muy buenas políticas de decrecimiento.

Personas en bicicleta en Ámsterdam.

Personas en bicicleta en Ámsterdam.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
El filósofo destaca ejemplos de ciudades como Ámsterdam, Copenhague o Barcelona, porque son "compatibles" con sus ideas. 

¿Y a nivel de gobiernos nacionales?

Necesitamos más ejemplos exitosos. La idea es que en el camino hacia el decrecimiento comunista los gobiernos implementen políticas más radicales sobre decrecimiento, como prohibir el uso de jets privados, crear impuestos a la riqueza o invertir en energías renovables.

No estoy negando el rol de los gobiernos centrales, pero las medidas de decrecimiento no son tan fáciles de implementar porque la gente, los consumidores, desean más crecimiento económico. Por eso es importante impulsar las decisiones a nivel local, desde abajo hacia arriba.

Pero al mismo tiempo, entiendo que el cambio climático es una crisis inmediata, que necesitamos mayores transformaciones, y que el Estado debería jugar un rol más importante.

Tenemos que planificar la transformación hacia una sociedad más descarbonizada, porque tenemos muchos desastres naturales y problemas de migración que derivan del cambio climático.

Hay que planificar cómo garantizar el acceso a la salud de todas las personas, a la electricidad, al agua.

Pero la experiencia previa muestra que a menudo la planificación se vuelve antidemocrática, entonces quisiera presentar nuevas ideas sobre cómo sería una planificación democrática en la era de la crisis climática.

En su libro usted propone ideas como que los trabajadores sean los dueños de las empresas y que los ciudadanos tengan el control de la producción de la energía local. ¿Es eso parte de la planificación que usted está pensando?

Eso también es parte de la planificación democrática. A veces los gobiernos tienen que hacer inversiones públicas, no digo que toda la producción energética debe pertenecer a los trabajadores o los ciudadanos, porque tampoco es tan eficiente. Pero pienso que se puede hacer más.

Construir más cooperativas, proveer más servicios públicos en una economía basada en cooperativas, esa es una forma en que los trabajadores pueden ser dueños de los medios de producción.

Manifestación en Glasgow, Escocia, durante la Cop 26.

Manifestación en Glasgow, Escocia, durante la Cop 26.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Saito critica el "capitalismo verde" y dice que las medidas ambientales que no cuestionan el sistema son "el opio del pueblo". 

También en su libro usted dice que no está de acuerdo con el “capitalismo verde”, por ejemplo, con las metas de reducción de emisiones que propone las Naciones Unidas, o medidas que sean amigables con el mercado. Las llama “el opio del pueblo”. Entonces no me queda claro si propone cambios dentro del sistema o fuera del sistema, progresivos o radicales...

Yo no estoy en contra del mercado, no estoy proponiendo la abolición inmediata del dinero y el mercado. Solamente soy crítico de la ideología de mercado que dice que el mercado es siempre lo más eficiente, lo mejor.

Hemos visto mucho “greenwashing”, cuando las empresas usan las buenas ideas sobre sostenibilidad para encubrir la realidad.

En Japón, los Objetivos de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas son extremadamente populares, pero no están cambiando la realidad, y esa es una de las razones por las que mi libro se hizo popular en Japón.

Pero no soy crítico de esos ideales, mi punto es que a veces son incompatibles con el capitalismo, con los intereses de las élites o de las ganancias comerciales.

Tenemos que cambiar el sistema capitalista de los últimos 300 años y esto no es algo que ni la discusión dominante sobre el capitalismo verde ni los objetivos de Naciones Unidas pueden resolver.

Frente a la crisis climática, usted propone reducir el crecimiento económico en el mundo. ¿Cómo pretende reducir el crecimiento económico, que significa recesión, sin causar menos empleos, más pobreza, más hambre? Porque eso es un hecho: cada vez que hubo grandes recesiones en la historia, la gente sufre las consecuencias de manera brutal...

El problema es que cuando hablamos de crecimiento, solo miramos el PIB. El PIB puede crecer con las guerras, o privatizando el sistema de salud, por ejemplo.

Entiendo que si no hay crecimiento, eso lleva a una recesión, desempleo, etcétera. Mi punto es que el decrecimiento no es eso. El decrecimiento no sólo se trata de disminuir la economía, se trata de abandonar el PIB como la única medida de progreso o prosperidad.

Deberíamos centrarnos más en la sostenibilidad, en el bienestar, en la igualdad. Así, no podemos considerar la guerra o la privatización de los recursos como progreso.

Kohei Saito 

Kohei Saito

Fuente de la imagen,Kohei Saito

Pie de foto,
"Pienso que el decrecimiento no es algo necesario para los países latinoamericanos", dice Saito. 

Sin embargo, el decrecimiento económico sí implica disminuir el tamaño de la economía y sí afecta a la gente...

Se trata de distinguir qué es esencial para la gente y qué no es esencial. Creo que podemos estar mucho mejor con un PIB más pequeño.

En Estados Unidos y los países europeos mucha gente murió durante el covid, siendo EE.UU. es el país más rico del mundo. Eso significa que el PIB en Estados Unidos es desperdiciado. Más PIB no salva más vidas.

Hoy tenemos miedo a caer en una recesión porque todo el sistema está diseñado en torno al crecimiento constante, pero podemos cambiar eso.

Podemos cambiar el sistema, cambiar la manera en que pagamos el arriendo, los intereses, las ganancias financieras y transformar gradualmente este sistema basado en el supuesto de que con el crecimiento eterno podemos tener una mejor sociedad.

Pero está consciente de que un PIB más bajo, un PIB negativo, va a causar sufrimiento de todas maneras, especialmente entre la gente más vulnerable...

Eso también es verdad. Realmente tenemos que buscar otra cosa que no sea el PIB.

Es muy poco probable que en América Latina los movimientos ambientalistas defiendan el comunismo. ¿Cree usted que su propuesta puede encontrar eco en un continente donde gobiernos que se han autodefinido como comunistas o socialistas, como Cuba, Nicaragua, o Venezuela, han sido denunciados por violar los derechos humanos y son criticados por sus prácticas no democráticas?

Bueno, pero también la región tuvo a [Jair] Bolsonaro [en Brasil], que dañó gravemente a la Amazonía, y ahora Argentina tiene a [Javier] Milei que está dañando la economía.

En otros países latinoamericanos, como Bolivia, Brasil, Colombia, hay líderes políticos más socialistas, de izquierda, progresistas, que están regresando al poder.

América Latina tiene una situación geopolítica muy difícil y hay países como Estados Unidos o China que están mirando a la región, porque es rica en sus recursos naturales, pero ha sido empobrecida por una larga historia de colonización.
 
Activistas ambientales marchan frente a una planta deTesla en Gruenheide, al sureste de Berlín, el 11 de mayo de 2024, para protestar contra los planes de la compañía de talar los árboles para ampliar la fábrica.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Activistas ambientales marchan frente a una planta de Tesla en Gruenheide, al sureste de Berlín, el 11 de mayo de 2024, para protestar contra los planes de la compañía de talar los árboles para ampliar la fábrica.

Activistas ambientales protestan en Gruenheide, Alemania, con pancartas que dicen "comunismo para el futuro", o "comunismo climático ahora".

¿Y en ese contexto usted recomienda el decrecimiento para América latina?

Pienso que el decrecimiento no es algo necesario para los países latinoamericanos porque Latinoamérica está claramente subdesarrollada por su larga historia de colonización.

En cambio, los países europeos, Estados Unidos o Japón son países sobredesarrollados por la relación desigual que existe entre el norte global y el sur global.

Mi propuesta básica de decrecimiento es una solución para los problemas del norte global, donde los países sobreconsumen, sobreproducen, destruyendo el planeta.

Entiendo que el decrecimiento puede tener una mala imagen en países de África, China, India, o en Brasil. Entiendo que estos países a menudo necesitan más infraestructura, más desarrollo y por eso es que el norte global necesita reducir rápidamente el exceso de producción y consumo por el bien del sur global.

También entiendo que el término comunismo puede tener una mala imagen en Latinoamérica. Pero el comunismo, o el socialismo, no se trata de crear algún tipo de dictadura. Espero que la gente también reconozca que el orden capitalista en los países latinoamericanos en el pasado también provocó muchos problemas. 

jueves, 24 de octubre de 2024

_- El comercio internacional como arma de guerra

_- La relación entre el comercio y la guerra es bien conocida. No hace falta ser experto en historia de la humanidad para saber que, quizá junto a las motivaciones religiosas, los conflictos por la distribución de la riqueza y la búsqueda de ventajas comerciales han sido las principales causas de enfrentamientos bélicos entre los grupos de población y las naciones.

En esta nota, sin embargo, no me referiré a la relación tradicional entre ambas, sino al uso del comercio como un arma de guerra. En concreto, a través de las sanciones económicas y mediante las normas tan injustas que gobiernan el comercio internacional

Un «remedio terrible»
Las sanciones se consideran una herramienta de política internacional orientada a conseguir que un Estado se comporte de una determinada forma o deje de actuar como lo venga haciendo. Pueden ir desde el no reconocimiento diplomático hasta el boicot en cualquier tipo de actividad, pasando por la confiscación de propiedades de personas del país sancionado. Y las específicamente económicas consisten en cualquier tipo de medida que limite el comercio, los flujos financieros o el movimiento de personas del país o con el país al que se quiere sancionar.

En principio, cabe pensar que la utilización de este tipo de medidas comerciales o financieras para castigar o tratar de corregir el comportamiento de otros Estados es muy eficaz e incluso definitiva. Así lo creía el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, quien afirmó en 2019: «Aplique este remedio económico, pacífico, silencioso y mortal y no habrá necesidad de la fuerza. Es un remedio terrible. No cuesta una vida fuera de la nación boicoteada, pero ejerce presión sobre esa nación».

La realidad ha demostrado que no es exactamente así. Los estudios que se han realizado sobre la aplicación de sanciones muestran que su eficacia es bastante limitada a la hora de alcanzar el objetivo pretendido, mientras que produce efectos perversos muy peligrosos.

Efectos colaterales
Un estudio del Peterson Institute for International Economics mostró que sólo un 13 por ciento de los casos de sanciones impuestas unilateralmente por Estados Unidos desde 1970 a 1997 lograron sus objetivos de política exterior y que sólo el 35% de las impuestas desde la Primera Guerra Mundial tuvieron «al menos un éxito parcial».

Esa ineficacia contrasta con otros daños que, en principio, deberían ser no deseados. Por un lado, la población civil es quien principalmente sufre las consecuencias de las sanciones en forma de hambrunas, enfermedades o colapso social. Por otro, las sanciones no sólo hacen daño a los países sancionados sino a quienes las imponen, tal y como el Instituto antes citado ha demostrado en el caso de Estados Unidos, o como se está comprobando que ha ocurrido en Europa tras la aplicación de sanciones a Rusia en los últimos años.

Privilegio imperial
Hoy día, se calcula que más de un tercio de la población mundial vive bajo los efectos de sanciones económicas que, además, son cada vez más numerosas. Mientras que en el período 1950-2019 se registraron 1101 casos, sólo entre 2019 y 2022 hubo 217 nuevos.

Además de por su gran aumento reciente, la imposición de sanciones económicas se caracteriza porque la inmensa mayoría proviene de tres grandes centros de poder: Estados Unidos (entre el 40 y el 50 por ciento de todas ellas, Unión Europea (entre el 25 y el 30 por ciento) y Reino Unido (entre el 5 y el 10 por cierto). Las que ha impuesto China no llegan al 5 por ciento del total.

El carácter unilateral de la inmensa mayoría de las sanciones económicas y esa extraordinaria concentración en los países que las imponen muestran que son, en realidad, un instrumento de guerra no declarada que utilizan las grandes potencias del mundo capitalista. Un instrumento en la mayoría de las ocasiones contrario a las leyes internacionales y al derecho humanitario. Por ejemplo, cuando provocan deliberadamente hambre o enfermedad en la población civil, al ser aplicadas incluso en medio de una pandemia; o, sobre todo, cuando responden tan sólo a intereses o problemas no reconocidos como tales por organismos multilaterales de decisión.

Reglas de doble moral
El uso del comercio como arma de guerra no acaba con las sanciones. Hay otra forma de hacer la guerra mediante el comercio del que no se habla como tal y que, sin embargo, quizá ha provocado tantas o más muertas y destrozo de naciones que las intervenciones militares.

Mientras que Estados Unidos y las demás potencias reclaman e imponen a las demás la práctica del libre cambio, prohibiendo que protejan sus intereses comerciales nacionales, ellas recurren a todo tipo de medidas proteccionistas. Sólo desde 2008 hasta el presente, los registros internacionales han contabilizado más de 58.000 en todo el mundo y es muy fácil comprobar que no las aplican los países empobrecidos y con más necesidad de protección, sino los más ricos. Las de Estados Unidos han representado entre un 30 y un 50 por ciento del total y las de China entre el 20 y el 40 por ciento, según diversas estimaciones y periodos de tiempo.

Justicia y paz frente a la asimetría y los privilegios
El comercio internacional está regido desde hace décadas por los dos principios de comportamiento más injustos que puedan existir: tratar igual a los desiguales y permitir que los más fuertes desacaten la norma cuando les conviene.

Las reglas librecambistas de la Organización Mundial del Comercio se imponen sobre todo tipo de países, a pesar de que la desigual potencia y situación de cada uno debería requerir medidas bien diferentes. Y, como acabo de señalar, los más poderosos se las pueden saltar cuando les conviene estableciendo aranceles o subsidios que están vedados a los más débiles y empobrecidos.

Es cierto que esto último lo hacen países como China, India o Rusia, pero estos no son quienes se dedican a proclamar las virtudes del libre comercio, como tampoco son las potencias que, incumpliendo la norma, castigan a los países más pobres que tratan de protegerse, como hacen Estados Unidos y la Unión Europea, principalmente.

El comercio internacional puede ser un factor decisivo de progreso, pero no de cualquier forma. Hay que exigir a las grandes potencias que renuncien a sus ansias de dominio imperial y entiendan que el bienestar y la libertad han de ser bienes comunes e incompatibles con el privilegio y la desigualdad. Y esa aspiración irrenunciable está estrechamente vinculada a renunciar a practicar el comercio como un arma de guerra.

Son imprescindibles acuerdos internacionales que garanticen el equilibrio, la asimetría, la satisfacción de las necesidades humanas en todos los rincones del planeta y la paz entendida como diálogo y negociación permanentes.

miércoles, 23 de octubre de 2024

_- 7 formas de amar mejor. Leer unas 200.000 historias de amor me ha dejado algunas lecciones. Estas son las que más me ayudan.

_- Brian 
... Publiqué cientos de historias sobre separaciones, divorcios, citas por internet y familias compuestas sin pensar que algún día podrían aplicarse a mí.

He leído decenas de miles de ensayos sobre la muerte de un ser querido sin haberlo experimentado, hasta principios de este año, cuando murió mi padre.

Millones de lectores han encontrado ayuda en las muchas historias crudas e inspiradoras de personas que intentan crecer y cambiar tras el fin de una relación. Ahora esas historias me están ayudando a mí.

Hace poco bromeaba con mi amiga y presentadora del pódcast Modern Love, Anna Martin, diciendo que esta columna se ha convertido para mí en un plan de retiro, solo que es una renta vitalicia de lecciones de vida. Durante todos estos años he volcado mis ideas, mis habilidades y mi corazón en esta columna, y ahora me está retribuyendo, no en dólares, sino en sabiduría adquirida con esfuerzo. Lo bueno es que no hay penalización por los retiros anticipados.

Aquí presento —con gratitud a los sabios, valientes y generosos autores de esta columna— las siete lecciones que más me han ayudado.

El amor se parece más a una pelota de baloncesto que a un jarrón
Las relaciones implican conflictos que pueden llevar a la intimidad o al distanciamiento, a la unión o a la ruptura, dependiendo de cómo los gestiones. La forma de negociar los conflictos puede ser el indicador más importante de la compatibilidad de las parejas.

Nunca me he sentido cómodo con los conflictos, pero estoy intentando mejorar en ello. Por eso el ensayo de Thomas Hooven de 2013, “Cuidando una herida en un ambiente apropiado”, me afectó tan profundamente. Thomas era como yo en muchos aspectos, pensaba que una relación romántica debía ser un refugio contra los conflictos, no una fuente de ellos. Tanto él como su prometida habían superado una infancia difícil para encontrar la paz el uno con el otro, pero todo lo que no fuera paz les resultaba amenazador.

Su prometida, quizá intuyendo la fragilidad de esta dinámica, rompió su compromiso apenas tres semanas antes de la boda, por lo que quedó devastado.

Thomas empezó su residencia médica en pediatría, que se convirtió en su campo de entrenamiento para aprender las complejidades y los rincones oscuros del amor. Salió de allí más completamente humano y más fuerte.

“Cuando conocí a mi mujer”, escribió, “era un hombre nuevo y un médico de verdad. Y nuestro amor se desarrolló de forma diferente a cualquier otro que hubiera experimentado antes. Menos como un jarrón de cristal, más como una pelota de baloncesto, nuestra relación está hecha para rebotar, para el juego bueno y a veces duro que generan las vidas profesionales modernas. Tenemos peleas (ah, sí, claro que las tenemos), pero no amenazan nuestros cimientos. Los profundizan”.

Tu curiosidad es más atractiva que tus logros
El artículo de Modern Love más popular de todos los tiempos, “Las 36 preguntas que llevan al amor, ha sido leído por más de 75 millones de personas. Nada de lo que he publicado (o publicaré) en el mundo provocará un cambio más positivo que ese breve artículo.

Espero que la mayoría de los lectores haya asimilado la sencilla verdad de que sentir curiosidad por la gente que conoces es mucho más seductor que hablar de tus logros. La queja más común que oigo (por mucho) sobre las malas primeras citas es la de personas que parlotean sobre sí mismas y no hacen preguntas. Así que evita la autopromoción. En lugar de eso, sé curioso. Si necesitas sugerencias, aquí tienes 36.

Vive el presente, especialmente con tus seres queridos
Mi hijo tiene 26 años, pero cuando era pequeño solía leerle todas las noches, los dos acurrucados en un gran sillón, como había hecho antes con mi hija. En su caso, sin embargo, le había leído tantas veces sus libros favoritos que aprendió a recitarlos de memoria mientras yo pasaba las páginas, a pesar de que aún no sabía leer.

Ojalá pudiera volver a esa época. La paradoja de la paternidad temprana es que puede ser tan estresante como alegre, y a menudo hay que esforzarse para relajarse en esos preciosos momentos.

Chris Huntington, en su ensayo “Aprender a medir el tiempo en el amor y la pérdida”, escribe sobre una rutina similar con su hijo, con el matiz de que cada noche también comparten sus mejores y peores momentos del día. Una noche, preocupado por su letanía de preocupaciones, Chris se da cuenta de que falta algo y dice: “Se nos olvidó hacer lo de los mejores y peores momentos. ¿Cuál ha sido tu mejor momento del día?”.

“Este es mi mejor momento, papá”, dice su hijo, apoyando la barbilla en el hombro de su padre. “Este momento”.

Se me saltaron las lágrimas la primera vez que leí esa frase, y nunca olvidé su lección: Vive el momento. Deja de pensar en el futuro o en el pasado, en lo que puede pasar o no, y guarda el teléfono. Si un niño en tu regazo te pregunta qué es lo mejor de tu día, dile: “Este momento”.

Escribe bien, ama bien
El editor que hay en mí se ha dado cuenta con el tiempo de que las cualidades de una buena escritura personal —honestidad, generosidad, apertura de mente, curiosidad, humor y humildad— son las mismas que las de alguien con quien te gustaría tener una relación.

Del mismo modo, las cualidades de una mala escritura personal —deshonestidad, retención, culpa, mezquindad, desprecio y egoísmo— son las mismas que las de alguien con quien no te gustaría tener una relación.

Esto no significa que los buenos escritores tengan buenas relaciones ni que los malos escritores tengan malas relaciones. Significa que debes esforzarte por ser honesto, generoso, abierto, curioso, divertido y humilde tanto en la escritura como en el amor.

Siempre lidera con empatía
Esto es fácil de decir, pero difícil de poner en práctica. Sin embargo, pienso a menudo en un exsoldado canadiense, Benjamin Hertwig, cuyo ensayo “En la sala de espera de los esposos distanciados” relata su descubrimiento de que su mujer tenía una aventura.

Se separan y, al buscar ayuda, Benjamin se encuentra en la sala de espera de un psicólogo con la esposa del amante de su ex, una mujer llamada Catherine. Por increíble que parezca, ella tiene cita con el mismo psicólogo a la misma hora y por el mismo motivo. Catherine tiene un hijo pequeño, y Benjamin acaba pasando el rato con ellos y sintiéndose cercano al niño. Pero sigue enfadado y amargado por la aventura.

Un día se encuentra en el supermercado con el amante de su exmujer, un hombre al que ha odiado y con el que ha tenido pesadillas. Pero no pasa nada. El otro tipo le pregunta dócilmente si quiere tomar una cerveza y hablar de ello, algo de lo que Benjamin se burla. Pero, como él mismo escribe: “No pude reunir ninguna ira real. Solo era el padre cansado de un niño. Ni siquiera era desagradable”.

“En los meses siguientes", continúa, “pensar en el amante de mi exmujer como el padre de ese niño tierno fue de alguna manera muy útil para mí. Había sostenido en brazos al niño de Catherine, había sentido el peso de su cuerpo, y con el tiempo aprendí que es difícil odiar a una persona cuando esa persona formó parte de traer algo bueno al mundo”.

Aprecia la belleza de la impermanencia
Una pregunta de compatibilidad en una aplicación de citas plantea si elegirías vivir para siempre si pudieras. Mucha gente responde que sí, lo que siempre me sorprende: ¿han pensado en lo que significaría vivir para siempre? Nada que no tenga límites puede ser precioso. La vida y el amor son fugaces, por eso nos aferramos tanto a ellos.

Así lo explica Alisha Gorder en “Un ramo de belleza fugaz, por favor” en el que escribe sobre la floristería en la que trabajaba en Portland, Oregón. Alisha reflexiona sobre el significado de las flores en ocasiones especiales —bodas, funerales— y cómo pierden sus pétalos y se marchitan tan rápidamente. ¿Por qué apreciamos tanto las flores? ¿Por qué no apreciamos algo duradero?

Entonces Alisha nos cuenta de qué va realmente esta historia: su novio de la secundaria se suicidó cuando ella tenía 18 años, dejándola para averiguar quién era él y qué habían tenido juntos. Alisha encuentra consuelo al comprender que las flores (y el amor) no son hermosas y fugaces, sino que son hermosas porque son fugaces. Eso significa que debemos apreciarlas en el momento, sabiendo que no pueden durar. Como ella misma dice al ver los pétalos de una flor en el suelo: “Qué asombrosamente bella puede ser la impermanencia”.

Las relaciones no tienen por qué durar para ser buenas   
No hay ninguna regla que establezca que una relación deba durar un tiempo determinado para contar como un “éxito”, al igual que una que termina no necesariamente ha “fracasado”. Cada relación que tenemos, corta o larga, puede ser buena, esencial, incluso transformadora, y tener un valor duradero.

En “Todo comenzó con un rompimiento maratónico”, Miriam Johnson luchaba por superar una ruptura. Su novio la dejaba por razones que ella no entendía, a pesar de que habían hablado del tema durante 12 horas seguidas. Ella pensaba que habían estado muy bien juntos. Su relación había despertado en ella la pasión por buscar un trabajo relacionado con el bienestar animal. Tras su ruptura, se encontró con una oportunidad para trabajar en eso, lo que le ayudó a reiniciar su vida. Pero no podía olvidar a su ex.

“Hace un año que rompimos”, le dice a su terapeuta. “Pensé que el trabajo de mis sueños y el ejercicio me curarían, pero sigo pensando en él todos los días.

  ¿Qué más puedo hacer para soltarlo?”“Te estás equivocando de pregunta”, responde su terapeuta. “No se trata de superarlo y soltarlo. Se trata de hacerle honor a lo que pasó. Conociste a una persona que despertó algo en ti. Se encendió una llama. El trabajo consiste en estar agradecida. Agradecida cada día de que alguien se cruzara en tu camino y dejara una huella en ti”.

href="https://www.nytimes.com/es/2024/10/12/espanol/estilos-de-vida/modern-love-20-anos.html">https://www.nytimes.com/es/2024/10/12/espanol/estilos-de-vida/modern-love-20-anos.html

martes, 22 de octubre de 2024

Geoffrey Hinton, el ganador del Nobel de Física que renunció a Google y denunció los peligros de la inteligencia artificial para la humanidad

Retrato de Geoffrey Hinton

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
El flamante ganador del Nobel de Física 2024 renunció el año pasado a su puesto en Google preocupado por la evolución de la tecnología que desarrolló.

Información BBC News Mundo 8 octubre 2024

El nombre de Geoffrey Hinton figura ahora junto al de Albert Einstein, Niels Bohr y Enrico Fermi en el selecto club de los científicos reconocidos con el Nobel de Física.

Al profesor emérito de la Universidad de Toronto (Canadá), de 76 años, le fue concedido este martes el galardón junto al catedrático de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), John Hopfield, por sus “descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales”. En otras palabras, por ayudar a que las computadoras aprendan.

El científico ha sido apodado como "el padrino” de la inteligencia artificial" por sus investigaciones sobre la red neuronal, un sistema matemático y computacional que aprende habilidades mediante el análisis de datos.

Sin embargo, en los últimos tiempos el profesor británico-canadiense ha venido advirtiendo de los riesgos que supone para la humanidad la tecnología que él mismo ayudó a desarrollar.

Unas preocupaciones que lo llevaron a abandonar Google a mediados de 2023 y que ha reiterado nada más conocer el veredicto de la Real Academia Sueca de Ciencias.

Arrepentido

"No tenemos experiencia sobre lo que es tener cosas más inteligentes que nosotros", declaró Hinton, durante unas declaraciones que ofreció por teléfono durante la conferencia de prensa del Nobel.

"Va a ser maravilloso en muchos aspectos, en áreas como la atención médica", aseveró el informático nacido en Londres (Reino Unido).

No obstante, acto seguido indicó que "también tenemos que preocuparnos por una serie de posibles consecuencias negativas. En particular, la amenaza de que estas cosas se salgan de control".

Al renunciar a Google, Hinton abogó por ponerle freno al desarrollo de la inteligencia artificial.

"No creo que deban ampliar esto más hasta que hayan entendido si pueden controlarlo", dijo el catedrático, quien en 2018 ganó junto con dos de sus estudiantes el Premio Turing, conocido como el Nobel de computación.

Hinton alertó que mientras más avance esta tecnología más peligrosa se volverá e incluso podría rebelarse contra la humanidad, tal y como han planteado algunas películas como de Hollywood como "Terminator".

"Mira cómo era hace cinco años y cómo es ahora”, agregó el egresado de las universidades de Cambridge y de Edimburgo.

"En este momento, (los sistemas de inteligencia artificial) no son más inteligentes que nosotros, pero creo que pronto lo serán", aseguró en una entrevista con la BBC.

"Mi suposición es que, dentro de 5 o 20 años, habrá una probabilidad del 50% de que tengamos que afrontar el problema de que la inteligencia artificial intente tomar el control de nuestras vidas", advirtió.

¿Por qué impulsó una tecnología que ahora le preocupa? "Me consuelo con la excusa normal: si no lo hubiera hecho yo, lo habría hecho alguien más", dijo en una entrevista al diario estadounidense The New York Times.

Durante la presentación de los ganadores del Nobel de 2024Fuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,
Durante la presentación de los ganadores del Nobel de 2024

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
El informático británico-canadiense fue galardonado junto al estadounidense John Hopfield.

¿Qué es verdad?
La posibilidad de que internet se llene con fotos, videos y textos falsos, y que el usuario promedio "ya no pueda saber qué es verdad" es la preocupación inmediata del galardonado.

Asimismo, Hinton calificó de “aterradores” los peligros que podrían producir la combinación entre chatbots que sean más inteligentes que los humanos y “malos actores”.

“Esto permitirá a los líderes autoritarios manipular a sus electores, cosas así”, indicó a la BBC.

Hinton aseguró que Google actuó "de forma muy responsable" y como un "buen administrador" de la inteligencia artificial hasta 2022, tomando la precaución de no lanzar productos que pudieran hacer daño.

Sin embargo, desde que Microsoft expandió su motor de búsqueda Bing con un chatbot, desafiando el negocio central de Google, se desató una carrera entre los gigantes tecnológicos que "podría ser imposible de detener", alertó.

Hinton aseguró que no renunció a Google para poder criticar la empresa, sino para poder expresar sus opiniones libremente.

"Me fui para poder hablar sobre los peligros de la inteligencia artificial sin considerar cómo afecta esto a Google", explicó.

Un hombre preocupado ante el computador Fuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,
Un hombre preocupado ante el computador

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
La inteligencia artificial podría inundar internet con información falsa, difícil de detectar para los ciudadanos comunes, advirtió Hinton.

"Robots asesinos"

Otra de las inquietudes de Hinton es cómo la inteligencia artificial revolucionará el mercado laboral. En lugar de complementar a los humanos, podría reemplazarlos en innumerables oficios en los que se desempeñan tareas rutinarias.

"Quita el trabajo pesado", pero también "podría quitar más que eso", indicó.

Sin embargo, el verdadero temor del laureado es que las tecnologías en el futuro amenacen a la humanidad y se desarrollen armas verdaderamente autónomas, como "robots asesinos".

Los sistemas de inteligencia artificial "a menudo aprenden un comportamiento inesperado debido a la gran cantidad de datos que analizan", explicó.

"Las personas y las empresas permiten a los sistemas de inteligencia artificial no solo generar su propio código, sino también ejecutar ese código por su cuenta", prosiguió.

"Algunas personas creían en la idea de que estas cosas podían volverse más inteligentes que las personas. Pero la mayoría pensó que estaba muy lejos. Yo pensé que estaba muy lejos, que faltaban entre 30 y 50 años o incluso más. Obviamente, ya no pienso eso", admitió

Aunque se trata de una amenaza hipotética, Hinton vaticinó que la competencia entre Google, Microsoft y otros se convertirá en una carrera global sin regulaciones internacionales.

En esa ocasión el científico recordó que a diferencia de las armas nucleares, no hay forma de saber si las empresas o los países están trabajando en la inteligencia artificial en secreto.

La mayor esperanza de Hinton, quien es el 122 egresado de la Universidad de Cambridge en ganar un premio Nobel, es que los principales científicos del mundo colaboren para desarrollar formas para controlar esta tecnología.

lunes, 21 de octubre de 2024

Sobrevivientes de las bombas atómicas en Japón ganan el Premio Nobel de la Paz

Emblema de Nihon Hidanko

Fuente de la imagen,Niklas Elmehed/Instituto Nobel

  • Autor,Redacción

La organización japonesa Nihon Hidankyo, conformada por sobrevivientes de las bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945, ganó el Premio Nobel de la Paz de 2024.

El Comité Nobel noruego justificó su decisión en los esfuerzos del movimiento por lograr un mundo “libre de armas nucleares y por demostrar a través de los testimonios de testigos que las armas nucleares jamás deberían ser utilizadas otra vez”, expresó el presidente del Comité, Jorgen Watne Frydnes.

Desde la organización que agrupa a los llamados hibakusha (nombre que reciben los afectados por los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki) saludaron el galardón e hicieron votos porque el mismo sirva para acabar con estas armas.

La petición para acabar con este tipo de armamento fue respaldada también por las autoridades del país asiático.

"Los hibakusha están envejeciendo y hay cada vez menos gente capaz de dar testimonio de la insignificancia de poseer bombas atómicas y de su maldad absoluta", declaró el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, según informó la agencia AFP.
 
Retrato de Toshiyuki Mimaki

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Toshiyuki Mimaki, co presidente de la organización premiada, hizo votos porque el reconocimiento contribuya a la erradicación de las armas nucleares.

68 años luchando contra el Armagedón
 

Nihon Hidankyo es una organización fundada en 1956 y que busca “prevenir una guerra nuclear, incluida la firma de un acuerdo internacional para la prohibición total y la eliminación de las armas nucleares”, se lee en su sitio de internet.

Para conseguir su objetivo, la agrupación envía a supervivientes de todo el mundo para que compartan sus testimonios de los "daños atroces" y el sufrimiento causados por el uso de armas nucleares.

El movimiento representa a los 174.080 sobrevivientes de los bombardeos atómicos que residen en Japón (según cifras de marzo 2016), así como los que viven en Corea y otras partes del mundo.

“Nunca soñé que esto pudiera pasar”, reconoció a los periodistas Toshiyuki Mimaki, copresidente de la organización, nada más enterarse del reconocimiento.

Mimaki hizo votos para que los gobernantes y ciudadanos entiendan que las armas nucleares no hacen al mundo más seguro. Al contrario, a su juicio, lo hacen más peligroso.

"Se ha dicho que gracias a las armas nucleares el mundo se mantiene la paz, pero las armas nucleares pueden ser utilizadas por terroristas (…) Por ejemplo, si Rusia las utiliza contra Ucrania, Israel contra Gaza, no acabará ahí. Los políticos deberían saber estas cosas", alertó el activista, según AFP.

Foto del hongo nuclear sobre Hiroshima. Fuente de la imagen,  Images 

Foto del hongo nuclear sobre Hiroshima.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
El próximo año se cumplirán 80 años de los bombardeos atómicos contra Hiroshima y Nagasaki.

La decisión del Instituto Nobel ha sido aplaudida dentro y fuera de Japón.

“Esto es algo extremadamente significativo”, declaró el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que el galardón era un "mensaje poderoso".

"El espectro de Hiroshima y Nagasaki sigue planeando sobre la humanidad. Esto hace que la labor de Nihon Hidankyo sea inestimable”, escribió en su cuenta de X (antigua Twitter). 

 “Tenemos el deber de recordar y un deber aún mayor de proteger a las próximas generaciones de los horrores de la guerra nuclear", remató la dirigente europea. 

Restos del emblemático edificio del Domo de Hiroshima en el parque memorial a las víctimas del bombardeo atómico.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
 Restos del emblemático edificio del Domo de Hiroshima en el parque memorial a las víctimas del bombardeo atómico. Fuente de la imagen, Getty Images

Cada año los japoneses recuerdan a los miles de víctimas que dejaron las bombas que EE.UU. lanzó sobre su territorio en 1945. 

El trabajo de la organización premiada comenzó casi una década después de la devastación producida por las dos bombas atómicas que EE.UU. lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki con el propósito de lograr la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.

El grupo había sido nominado para el Premio Nobel de la Paz "muchas veces" en el pasado y en 2005 recibió una mención especial del Comité Noruego del Nobel, se recuerda en su sitio web.

El 6 de agosto de 1945, un bombardero estadounidense lanzó la bomba de uranio sobre Hiroshima, al sur de Japón, la cual mató a unas 140.000 personas.

Tres días después, una segunda arma fue lanzada sobre Nagasaki. Dos semanas después, Japón se rindió, poniendo fin al conflicto bélico. 

En un momento peligroso 

El premio a Nihon Hidankyo se produce en momentos en que la amenaza del uso de armas nucleares se ha reavivado tras la invasión rusa a Ucrania en 2022.

En los últimos dos años el presidente ruso Vladimir Putin y otros altos funcionarios rusos han advertido que estarían dispuestos a usar este tipo de armas si consideran que la existencia del Estado ruso está en riesgo o si su territorio es atacado.

Con su decisión de reconocer a Nihon Hidankyo el comité del Nobel ha evitado premiar a candidatos más controvertidos.

En las últimas semanas se había especulado sobre la posibilidad de que la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados los Palestinos (UNWRA, por sus siglas en inglés) fuera laureada.

Aunque la agencia es el principal proveedor de ayuda humanitaria a los civiles en la Franja de Gaza, su actividad no ha estado exenta de polémica en el actual conflicto que vive Medio Oriente. Hace unos meses nueve de sus empleados fueron despedidos por su presunta participación en el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre del año pasado.

Más de 12.000 personas firmaron una petición instando al Comité del Nobel a no conceder el premio a la UNWRA.

Otro de los nominados mencionados era la Corte Internacional de Justicia, el principal tribunal de la ONU.

El juzgado actualmente está analizando acusaciones de que Israel ha cometido genocidio en Gaza y ha emitido una declaración instando a las autoridades israelíes a abstenerse de actos genocidas.

El Comité Nobel Noruego afirmó que recibió 286 candidaturas para el premio de este año, un número que comprende 197 individuos y 89 organizaciones.

La activista iraní de derechos humanos Narges Mohammadi ganó el premio en 2023, cuando fue honrada por su trabajo en la lucha contra la opresión de las mujeres en Irán.

domingo, 20 de octubre de 2024

_- ¿Cuán comunista es realmente China hoy? BBC

Poster con imagen de Marx, Lenin y Mao

_- El 1 de octubre de 1949, Mao Zedong instauró la República Popular de China, sobre la base de las teorías de Marx y Lenin.


Hace 75 años, el 1 de octubre de 1949, el Partido Comunista tomaba el poder en China, poniendo fin a una larga guerra civil, y su líder, Mao Zedong, anunciaba el nacimiento de una nueva nación: la República Popular de China (RPC).

El país atravesó enormes cambios. Mao instaló políticas marxistas, pero a diferencia del comunismo soviético, centrado en la clase obrera, la revolución maoísta se basó en los campesinos.

El objetivo de Mao era industrializar al país y transformar la tradicional economía agraria china. Para ello creó brigadas de trabajo y granjas colectivas, prohibiendo la agricultura y la propiedad privada.

La colectivización y centralización de la economía transformaron a la sociedad china.

Pero "El Gran Salto Adelante" -como llamó Mao a su proceso de industrialización- también provocó una gravísima insuficiencia alimentaria y al menos 20 y hasta 45 millones de personas, según diferentes fuentes, murieron de hambre entre 1958 y 1962.

Mao ahondó sus políticas comunistas y lanzó a mediados de la década de los 60 otra de sus políticas más controvertidas: la "Revolución Cultural", una campaña contra los partidarios del capitalismo en China bajo el pretexto -destacan los historiadores- de eliminar a sus enemigos políticos en el seno del Partido Comunista Chino (PCCh).

Millones de personas fueron aterrorizadas por la Guardia Roja, los jóvenes movilizados por Mao para eliminar a la "cultura burguesa".

Pese a ello, un intenso culto a la personalidad convirtió a Mao en una especie de divinidad nacional.

Su imagen sigue muy presente en la vida diaria del país asiático. Sin embargo, hoy la República Popular de China no podría ser más distinta de lo que la que concibió "El Gran Timonel".

Así se ve hoy Shanghái, la capital económica de China.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Así se ve hoy Shanghái, la capital económica de China.

Superpotencia

75 años después de su fundación, la China actual parece casi opuesta a la nación que concibieron los fundadores del PCCh.

Mientras que Mao colectivizó el trabajo, centralizó la economía y persiguió a los partidarios del capitalismo, hoy China es el segundo país del mundo con más millonarios (hay más de 6 millones, según el último Informe de riqueza global de UBS).

Su Producto Interno Bruto (PIB) solo es superado por el de Estados Unidos, que tiene apenas 6 empresas más que el gigante asiático (139 vs 133) en la lista de las 500 corporaciones más grandes del mundo, según el listado de 2024 de la revista Fortune

También tiene el sector bancario más acaudalado y la entidad con mayores activos: el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC).

¿Cómo se explica, entonces, que el país comunista más grande del mundo tenga este nivel de riqueza y se encamine -según algunos analistas- a convertirse en la principal superpotencia económica del planeta?

Todo se debe a los cambios que introdujo a partir de 1978 -dos años después de la muerte de Mao- Deng Xiaoping, quien impulsó un programa económico que se conoció como "Reforma y apertura".

Deng hizo todo lo contrario a lo que pregonaba Mao: liberalizó la economía, permitiendo el resurgimiento del sector privado y descentralizó el poder, dejando la toma de decisiones en manos de las autoridades locales.

Desmanteló progresivamente las comunas y les empezó a dar mayores libertades a los campesinos para que pudieran administrar las tierras que cultivaban y vender los productos que cosechaban.

También se abrió al exterior: viajó a EE.UU. y selló los lazos con Washington, tras el histórico primer paso que dio Richard Nixon al visitar China en los últimos años de Mao, en plena Guerra Fría.

Deng Xiaoping con Jimmy Carter

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Deng Xiaoping firmó un histórico acuerdo con el presidente estadounidense Jimmy Carter, en 1979.

Así, empezaron los contratos comerciales entre la RPC y Occidente, dando paso a la entrada en la economía del país asiático de inversiones extranjeras y multinacionales icónicas del capitalismo, como Coca-Cola, Boeing o McDonald's.

"Socialismo con características chinas"

El modelo económico introducido por Deng, basado en una economía de mercado, se bautizó oficialmente "Socialismo con características chinas".

Fue una fórmula exitosa que permitió que China empezara a crecer a niveles récord y sostenidamente, durante cuatro décadas.

El Banco Mundial estima que más de 760 millones de chinos salieron de la pobreza gracias a las reformas, algo sin precedentes.

Algunos expertos lo llaman "el milagro económico más impresionante de cualquier economía en la historia".

Los líderes posteriores -Jiang Zemin, Hu Jintao y el actual mandatario del país, Xi Jinping- mantuvieron las reformas aperturistas.

China se modernizó y hoy no solo domina la fabricación de ropa, textiles y electrodomésticos. También es un gigante tecnológico.

Si miras a tu alrededor, verás que muchos de los productos que utilizas proceden de allí.

Xiaomi, Oppo y Vivo son algunas de las empresas de telefonía más grandes del mundo y Huawei es líder en el desarrollo de la tecnología 5G.

Lenovo, otra empresa privada china, es la que más ordenadores vende en el mundo.

Y la plataforma Alibaba es una de las principales empresas de comercio electrónico del planeta.

El fundador de Alibaba, Jack Ma
El fundador de Alibaba, Jack Ma

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
El mutlimillonario fundador de Alibaba, Jack Ma, es uno de los emprendedores más famosos de China y pertenece al Partido Comunista, según informó el oficial Diario del Pueblo.

Con todo, cabe preguntarse: ¿podemos seguir llamando a China un país comunista?

Poder absoluto

Desde el punto de vista político, la respuesta es: definitivamente, sí.

Un siglo después de su creación, el PCCh sigue siendo la única fuerza política en China y gobierna de forma vertical y jerárquica, con dirigentes en cada ciudad y región del país.

La estructura del partido es piramidal y en su base hay más de 95 millones de miembros.

El presidente de China es elegido por la Asamblea Popular Nacional -el Parlamento-, que está controlado por el PCCh.

Y el partido controla a todos los altos funcionarios del gobierno, los líderes de las empresas estatales, las escuelas, los hospitales y los grupos sociales.

"El PCCh no es un partido político tal como entendemos este tipo de organización en una democracia multipartidista. Es un Partido-Estado", explicó en un artículo en la revista Política Exterior Jean-Pierre Cabestan, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Baptista de Hong Kong y uno de los mayores expertos en China.

Este Partido-Estado presta mucha atención al control de su ideología: no existe la libertad de prensa y, con excepción de unos pocos medios escritos privados, el sector mediático está bajo control estatal.

Según el organismo de derechos humanos Human Rights Watch, el gobierno chino "mantiene un estricto control sobre internet, los medios masivos y la academia".

También "persigue a comunidades religiosas" y "detiene de forma arbitraria a los defensores de los derechos humanos".

Pero si se analiza al país desde una perspectiva económica, ahí la historia es otra.

Un poster de Mao 
Un poster de Mao

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Políticamente comunista, económicamente... no tanto.

"La pesada mano del partido"

"Económicamente China hoy está más cerca del capitalismo que del comunismo", opinó a BBC Mundo la analista internacional, experta en Asia, Kelsey Broderick.

"Es una sociedad de consumo, lo que es totalmente opuesto al comunismo", destacó.

Sin embargo, Broderick advirtió que, aunque a primera vista la economía china parece completamente capitalista, "si remueves la primera capa, puedes sentir la pesada mano del partido".

El control que ejerce esta "mano invisible" se siente más en lo alto de la pirámide económica, afirma. El Estado determina, por ejemplo, el precio del yuan y quién puede comprar divisas.

Y es el que controla las empresas más grandes del país, que manejan los recursos naturales.

El PCCh también es oficialmente el dueño de toda la tierra en China, aunque en la práctica las personas pueden poseer propiedades privadas por un determinado número de años.

Y controla el sistema bancario, por lo que decide a quién se le otorga préstamos.

Incluso las empresas privadas chinas deben someterse a inspecciones estatales y tienen "comités partidarios que pueden influenciar la toma de decisiones", cuenta Broderick.

Esto último también ocurre con algunas firmas extranjeras que operan en el país, en el caso de que tengan tres o más miembros del PCCh empleados (una situación no poco común teniendo en cuenta los más de 95 millones de miembros).

Oficinas de Huawei
Oficinas de Huawei

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
EE.UU. ha acusado a China de utilizar a su principal empresa privada de telecomunicaciones para espiar a otros países, acusación que Huawei rechaza.

Este borroso límite entre lo privado y lo estatal está detrás de la controversia que ha afectado en los últimos años a Huawei, luego de que EE.UU. acusara a la principal empresa privada de equipos de telecomunicaciones de China de ser un frente para el espionaje estatal (algo que la compañía niega).

"Capitalismo estatal"

Estos rasgos socialistas que aún persisten en el modelo económico chino, y que han llevado a que muchos analistas lo tilden de "capitalismo estatal", también han exacerbado la guerra comercial entre China y EE.UU.

Si bien el conflicto se centra en la balanza comercial, muy inclinada a favor de Pekín, Washington y otros socios comerciales de China reclaman por las enormes ayudas estatales que reciben las empresas privadas chinas, y que las ponen en ventaja con respecto a sus rivales internacionales.

"Las empresas privadas chinas tienen una doble ventaja: toman créditos de bancos públicos y reciben subsidios energéticos de las empresas estatales que controlan toda la producción de energía del país", señala el periodista y analista internacional Diego Laje.

Laje, quien fue presentador en la Televisión Central de China (CCTV) en Pekín y corresponsal para Asia de la cadena estadounidense CNN, considera que China "no se puede llamar capitalista porque no cumple con los requisitos y compromisos de la Organización Mundial del Comercio (OMC)", a la que adhirió en 2001 y que aún no lo reconoce como "economía de mercado".

No obstante, el periodista destaca que "en el día a día la intervención del Estado no se siente, lo que da una sensación de libertad" que hace que en muchos sentidos la economía china opere como un sistema capitalista.

Inequidad

Si bien la liberalización de la economía ha reducido fuertemente la pobreza, también ha aumentado la brecha entre ricos y pobres.

Se nota en los servicios de salud: la mayoría de los chinos dependen del sistema público, muchas veces abarrotado, pero los más ricos acuden a hospitales privados.

Personas esperando en un hospital público chino
Personas esperando en un hospital público chino

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
La mayoría de los chinos dependen del sistema de salud público, pero los más ricos acuden a hospitales privados.

La educación china también ha sufrido cambios. Sigue siendo estatal pero ya no es completamente gratuita.

"Hay 9 años que son obligatorios y no se pagan. Pero para ir al secundario y la universidad hay que pagar", le dijo a BBC Mundo Xiao Lin, una intérprete originaria del sureste de China que emigró a Pekín para estudiar y trabajar.

Xiao es una de las muchas personas que padece la profunda crisis inmobiliaria por la que atraviesa China, con decenas de miles de casas nuevas sin vender porque muchos no pueden pagarlas.

"Las casas son cada vez más caras y solo los ricos pueden comprarlas. Los profesionales jóvenes como yo no podemos acceder a tener nuestra propia vivienda y dependemos de nuestros padres o abuelos", cuenta.

Estas diferencias socioeconómicas están muy lejos de lo que propone el comunismo, que apunta precisamente a eliminar las clases sociales.

¿Contradicción?

¿Cómo explica el PCCh, que en el pasado persiguió a quienes creían en el "capitalismo", el éxito de su "capitalismo estatal" que ha llevado a China a convertirse en la segunda economía más grande del mundo?

Según Anthony Saich, director del Ash Center de la Universidad de Harvard y autor del libro From Rebel to Ruler: 100 Years of the Chinese Communist Party ("De rebelde a dirigente: 100 años del PCCh"), la dirigencia del partido simplemente cambió el relato.

"Los actuales líderes de China han reescrito la historia de una manera que borra este aspecto de la historia oficial", le dijo a BBC Mundo.

"Si bien admiten que Mao pudo haber cometido algunos errores, ignoran el ataque a los 'seguidores de la vía capitalista' y explican la Revolución Cultural como un experimento del cual el partido aprendió. Enfatizan que fue un ataque a la corrupción, al burocratismo, etc.".

Plato con imagen de Xi Jinping y estatua de Mao
Plato con imagen de Xi Jinping y estatua de Mao

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Xi Jinping lidera el Estado, el PCCh y el Ejército -"la santísima trinidad comunista", afirma Laje- y muchos lo consideran el gobernante chino más poderoso desde Mao.

"Xi Jinping, en lugar de ver la era pos-1949 dividida en dos historias (una bajo Mao y otra bajo reformas) lo considera una línea ininterrumpida de experimentación que ha resultado en lo que el partido es hoy", señaló.

Saich, al igual que muchos otros expertos, resalta que, bajo Xi, China "se ha alejado de las influencias más liberales del mercado que se experimentaron anteriormente".

Por su parte, Laje observa que también se ha endurecido. "Están aumentando los niveles de represión y control y se ha perfeccionado la tecnología para que hoy China sea un Estado policial perfecto".

Para Broderick, el líder chino "está convencido de que la desintegración de la Unión Soviética se dio porque dejaron de lado sus raíces comunistas y no quiere que eso ocurra en su país".

Sin embargo, consultado sobre si la China de Xi se está haciendo más capitalista o más comunista, Saich opina que ninguna de las dos opciones es acertada: "Es más estatista".

*Esta nota fue publicada originalmente el 1 de octubre de 2019, por el 70º aniversario de la fundación de la RPC, y ha sido actualizada. 

 Veronica Smink Título del autor, BBC News Mundo*
29 septiembre 2024.