domingo, 31 de agosto de 2025

Recetas que puedes hacer con una lata de bonito o atún. En bocadillos, ensaladas, patés, o como remate de cremas y otros platos, con estos pescados en conserva puedes apañar una comida o una cena

 Sabéis que en la redacción de El Comidista somos grandes admiradores de las conservas en general y de las conservas de pescado en particular. Especialmente en este punto del verano, cuando vas muy justito de energía porque de las vacaciones ya ni te acuerdas y además te da galbana encender un fogón, una buena conserva de pescado te apaña muchas comidas/cenas si la sabes acompañar o reelaborar con salero. En nuestro país tenemos una conserva que de tan ubicua y habitual ya no nos llama la atención: las latas de bonito/atún son un tesoro al que vamos a aprender a sacar todo el partido en este artículo.

Atún/bonito y bonito/atún, ¿en qué se diferencian?

Como cuentan los conserveros, tanto el bonito del norte (Thunnus alalunga) como el atún claro (Thunnus albacares y Thunnus obesus) que encontramos habitualmente en conserva en los lineales de los supermercados pertenecen a la familia de los túnidos, sin embargo, existen diferencias significativas entre ambos. El bonito del norte es el más apreciado gracias a su excelente sabor, finura y color claro (y tradición, porque es local). El atún claro tiene un color más rojizo y su textura no es tan fina, pero también tiene un sabor muy rico. Ambas especies se diferencian asimismo en el tamaño, siendo el bonito del norte más pequeño, en torno a los 15 kilos como máximo, mientras que el atún claro es más grandote, llegando a un máximo de 50 kilogramos.

Los sabios nos cuentan que el bonito del norte pasa el invierno en el Atlántico, cerca de las islas Azores y Canarias, pero se acerca al mar Cantábrico de junio a septiembre, donde se captura en lo que se conoce como la costera del bonito. Se pesca habitualmente con caña, con un método muy selectivo que evita que se capturen otras especies. Por el contrario, las especies que se envasan con el nombre de atún claro (Thunnus albacares y Thunnus obesus) habitan en aguas tropicales de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Se capturan habitualmente con redes de cerco, localizando el banco de peces y cercándolo con una red flotante de gran tamaño. Estos métodos evitan daños al fondo marino.

Las conservas de atún y bonito que encontramos en los comercios se centran habitualmente en dos piezas del animal: los lomos y la ventresca. El lomo es una pieza magra y carnosa, sin demasiada grasa: es la conserva clásica de bonito y atún que todos sin duda conocemos e identificamos con este animal. La ventresca corresponde al vientre del pez y es un corte muy apreciado por su grasa, sabor y jugosidad; resulta una conserva más cara que la de los lomos porque además es más escasa.

Una porra antequerana que con bonito está buenísimaUna porra antequerana que con bonito está buenísima

Método de conserva: al natural, en aceite y en escabeche

El atún o bonito que compramos en conserva ya viene cocinado y se conserva mediante tres métodos, en general:

  1. En la denominada conserva al natural el pescado va acompañado únicamente de agua y sal, y/o los jugos soltados en la cocción. Es el método que conserva más puro el sabor del pescado, como es lógico.
  2. El atún/bonito en conserva de aceite se ha cocinado en el aceite, que puede ser de oliva o girasol. Aunque en general se valora más la conserva en aceite de oliva por sus cualidades organolépticas y nutricionales, no perdamos de vista que el aceite de girasol, al ser más insípido, también deja que luzca más el sabor del pescado.
  3. La conserva en escabeche implica que el pescado se ha cocinado en un líquido de escabeche, una mezcla de vinagre, aceite y sal; hay que tener en cuenta que este es el método que más modifica el sabor del pescado.
Con atún te montas estas barquetasCon atún te montas estas barquetas

Ideas para usar tu lata de bonito/atún claro

El bonito o atún en lata lleva tantos años formando parte de los menús caseros que difícilmente habrá alguien que no lo haya comido de alguna manera en su casa, aunque solo sea como parte de la famosísima pasta con atún, de la que ya hablamos en este artículo.

Es imprescindible en muchas ensaladas clásicas del verano, tanto en aceite como en escabeche o al natural, desde una ensalada mixta de toda la vida con su tomate, su lechuga y su huevo duro, a la ensaladilla rusa. Un clásico que, si no quieres pasar tiempo en la cocina, puedes preparar con patata envasada –aunque cocer unas patatas no es tan trabajoso, alma de cántaro– y mayonesa de bote, que las hay buenas; a poco que te lo curres te quedará estupenda. No te olvides de la clásica ensalada niçoise o de la popular ensalada de arroz.

En nuestro artículo sobre platos fáciles para hacer con un bote de pimientos en conserva te damos una idea de ensalada de pimientos rojos con caballa que es perfectamente aplicable a cualquier conserva de bonito o atún. Como idea rápida que se elabora con conservas, no solo de pescado –con la agilidad que ello supone–, y que corresponde a la foto del artículo, confita en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva un frasco de pimientos del piquillo en tiras, escurridos de su líquido, a fuego muy suave por lo menos cinco minutos, meneando la sartén de vez en cuando para que formen su pilpil; puedes sofreír previamente unos ajitos laminados, si te gusta. Pásalos a un plato o fuente, y dales tiempo a que se enfríen. Cubre con trozos de lomos de bonito o de ventresca en aceite, acompaña con aceitunas negras y ya tienes un platazo delicioso que se hace en un momento y para el que necesitas una energía mínima. Ah, y se puede mojar pan en el juguillo que queda después de devorarlo, mezcla del pilpil de los piquillos y de las esencias del bonito o atún.

Receta ensalada nizardaColores a la francesa

En algunas sopas frías del sur también puede hacer el atún o bonito su aparición estelar, como es el caso de la porra antequerana o del zoque malagueño. También puedes convertir un gazpacho vulgaris en uno sopeao, que triunfa como plato de cuchara fácil, completo y fresquito (si no ves claro lo del melón, no se lo pongas, que no sea eso lo que te frena de probar esta delicia). Una placentera forma de añadir proteína a tu ración de verduras veraniegas.

¿Sabes cuál es una de mis recetas de fondo de armario cocinil cuando no tengo ganas de ? Una tortilla de bonito en aceite: para dos personas, bate tres o cuatro huevos, sala a tu gusto y añádeles una lata de bonito o atún en aceite, escurrido de su líquido de conserva. Cuaja la tortilla en una sartén amplia, que quede algo jugosa, dale un buen golpe de pimienta recién molida y tendrás un bocado delicioso en poco tiempo y con un esfuerzo escasísimo. Que puedes incluso hacer lo que se llama tortilla vaga, cuajándola solamente por una cara, sin darle vuelta. Acompaña con una ensaladita o una sopa fría, y un pan de categoría, y tendrás un plato bastante completo en tiempo récord para esas cenas calurosas del verano.

¿Te parece bien lo del huevo pero no te gusta el atún caliente? Tira de huevos rellenos, partiendo de la base atún-yema-mayonesa puedes llevarlos hasta donde te apetezca. Un poco de salsa picante o cayena, pepinillos o piparras, anchoas picadas, pimiento, pepino o cebolleta, aceitunas troceadas o en olivada: las posibilidades son casi infinitas y todas deliciosas.

¿Que eres más de guarrindongadas para untar? Hazte un paté de bonito para gastar a lo largo de varios días, desmigando menudamente el contenido escurrido de una lata de bonito/atún claro en aceite, con un par de yemas de huevo duro y mantequilla ablandada a tu gusto. Sazona con algo de sal, pimienta y perejil picadito, y listo. Para mojar pan; nunca mejor dicho, o convertirlo rápidamente en una salsa para pasta o arroz.

El sándwich de atún nunca fallaEl sándwich de atún nunca falla

En lo que atañe a tostas o bocadillos, las posibilidades son infinitas, desde encerrar el bonito acompañado por unas hojas de lechuga, un buen tomate de temporada, huevo duro y un pringue de mayonesa para un bocadillo “vegetal” –sí, ya sabemos a lo que se suele llamar vegetal en la hostelería de este país–, hasta una buena escalivada casera o precocinada (las hay dignas en los comercios) coronada por el pescadito en cuestión entre dos panes, pasando por la combinación de atún, piparras y aceitunas con una pizca de mayonesa en el pan, como si de una gilda emparedada se tratara. Deja volar tu imaginación: ya tienes todos los mimbres para celebrar la versatilidad de esa bestia de los mares que es el bonito o atún.

https://elpais.com/gastronomia/el-comidista/2025-08-22/recetas-que-puedes-hacer-con-una-lata-de-bonito-o-atun.html

sábado, 30 de agosto de 2025

PROFESORADO. Coral Regí, educadora: “Tenemos que ser más exigentes en la selección del profesorado”

Coral Regi
La experta en transformación educativa considera necesarios cambios en la formación, la incorporación a los centros y la carrera profesional de los docentes

Coral Regí estudió Biología, se hizo profesora, dirigió durante décadas la escuela concertada Virolai de Barcelona, ha formado parte de diversas instituciones, como el Consejo Escolar de Cataluña, y está considerada como una de las mayores expertas españolas en transformación educativa y reforma del profesorado. A los 68 años sigue implicada en numerosos proyectos en torno al mundo de la enseñanza, como Futurs de l’Educació o la Fundación Nueva Educación, de Chile, motivo por el cual la entrevista le coge asesorando colegios en este país latinoamericano, y responde por teléfono. Casi una de cada cuatro plazas de profesores de secundaria convocadas en España en junio quedó desierta. Pero más que ese porcentaje, a Regí le preocupa que el país no sea capaz de formar, seleccionar, y atraer a los perfiles más idóneos para ser educadores, que es como se define a sí misma.

Pregunta. ¿En qué dirección deben cambiar las oposiciones?
Respuesta. Deberíamos ser más exigentes en la selección. El acceso tiene que servir para que el docente demuestre tres cosas. Que tiene claro cómo es el perfil del alumno y el fin social de educación; que cuenta con recursos pedagógicos, porque su función es que los alumnos aprendan, no que él explique muy bien y, evidentemente, que conozca su materia. Y hemos de intentar que las personas que accedan a la función docente tengan claro que su perfil es de educador, no de profesor de una asignatura. Es un cambio de rol. Hay centros y profesores que tienen prácticas muy buenas para acoger y hacer un seguimiento de los alumnos, y están consiguiendo no tener fracaso escolar. Y eso debería ser lo habitual.

P. ¿Cómo debería ser la incorporación del profesorado a los centros educativos?
R. La mejor manera es con un sistema del estilo del programa Sensei que se ha probado en Cataluña, y que ahora ha quedado muy disminuido al acabarse la financiación europea con la que contaba. El programa localizó centros con buenas prácticas, con buenos profesionales, y puso a los profesores que acababan de ganar la oposición al lado de ellos durante un curso escolar, para que aprendieran en un modelo de inmersión. Claramente, debemos ir por ahí. Esa fase de prácticas, además, debería formar parte del proceso de selección del nuevo profesorado.

P. ¿Quiere decir que la evaluación de esas prácticas sea decisiva para el acceso y no más bien un trámite, como ahora?
R. Sí. Muchas veces los mismos educadores, los profesores que estamos en los centros, hacemos un magro servicio a nuestra profesión. Y eso empieza con los alumnos que hacen prácticas de magisterio en los centros de Infantil y Primaria. Tenemos un buenismo de decir: ‘Pobrecito, venga, va’. Y se aprueban las prácticas de la carrera a personas que no tienen el perfil de educador. Los profesionales tendríamos que ser muy exigentes en eso, porque son personas que van a estar educando a niños y niñas.

P. También considera necesario cambiar la formación que reciben en la universidad. ¿En qué sentido?
R. Lo primero es aumentar los niveles de exigencia para el acceso a Magisterio, incluyendo los exámenes para entrar como los que existen en Baleares y Cataluña, porque necesitamos los mejores maestros. Muchas veces los problemas que surgen en Secundaria derivan de una mala praxis, aunque se haya hecho con buena voluntad, en Infantil y Primaria. Respecto al profesorado de secundaria, yo creo que de una vez por todas debemos ir a algo más parecido a una carrera de educador que a una especialización posterior. Debemos ir a una formación más específica de profesional.

P. ¿Se refiere a una carrera universitaria específica de profesorado de Secundaria?
R. Sí, como la hay en muchos países. Hoy, la complejidad de nuestras aulas, y no digo que sea negativa, porque es positiva y una fuente de oportunidades, y el hecho de que todos y cada uno de los alumnos que tenemos en la clase merecen y necesitan lo mejor, requiere que tengamos unos profesionales que realmente funcionen.

P. Para atraer a los mejores perfiles, usted también considera necesario implantar una carrera profesional que implique mejoras salariales basadas en evaluaciones periódicas.
R. Hoy, el sueldo de un profesor cuando se incorpora a la carrera docente es bueno. El problema es que no hay un seguimiento de ese profesor a lo largo de los años que permita que vaya aumentando. Los sistemas que hay ahora, basados por ejemplo en la realización de cursos de formación, son un trámite. Ir a una carrera docente que efectivamente priorizara las buenas prácticas, con una evaluación real y coherente, vinculada al proyecto de centro, nos ayudaría mucho a tener buenos profesionales.

viernes, 29 de agosto de 2025

Restaurantes. La taberna gaditana de Romero: “No vendo un pescado de 10 euros a 30, lo vendo a 15. Gano menos, pero fidelizo al cliente”

Rafael Romero y su yerno, Raúl Morales, regentan una sencilla casa de comidas a un paso de la playa de la Victoria, en Cádiz

A la puerta llega la ligera brisa marina y salina del Atlántico. Más allá de la muralla histórica de Cádiz, en segunda línea del paseo marítimo, frente a la inmensa playa de la Victoria y junto al Hospital Puerta del Mar, se esconde una pequeña taberna de barrio. No hay carteles luminosos ni pretensiones; aquí se viene a comer bien y sin florituras. Se llama La Taberna de Romero y, desde que abrió en 2018, es territorio de parroquianos fieles.

Rafael Romero, su fundador, conoce la hostelería como quien conoce las mareas: ha navegado en aguas tranquilas y ha sobrevivido a tormentas. Su padre regentó en los años ochenta una taberna con su apellido en pleno centro gaditano. Él mismo levantó restaurantes, llenó mesas, vivió la gloria del oficio… y también sus naufragios. La crisis de 2008 lo arrasó todo. Por entonces servía 350 menús diarios en un local de la Zona Franca, con 25 empleados. “Empezaron a caer las empresas y se lo llevó todo por delante. Me quedé sin nada. La casa se la llevó el banco. No quiero recordarlo, pero aquello fue tremendo”, cuenta con la mirada hundida un instante.

Pero el mar siempre trae algo de vuelta. Tras un tiempo de búsqueda, y después de abrir en otra ubicación, encontró el lugar definitivo: un local que había sido pub y bar, pequeño, algo resguardado de la vista del mar, con apenas cinco mesas bajas y cuatro altas, manteles de cuadros y paredes cubiertas con fotografías familiares. Tiene capacidad para 35 comensales por turno y poco más.

Rafael Romero, tras la barra de La Taberna de Romero, con capacidad para 35 comensales.

Rafael Romero, tras la barra de La Taberna de Romero, con capacidad para 35 comensales. Fernando Ruso

Aquí Romero ejerce de anfitrión, corta jamón ibérico a destajo y atiende la sala. En este viaje, le acompaña su yerno, Raúl Morales, en cocina, que sostiene una carta de corte tradicional. El calamar relleno de sus bigotes, jamón y huevo duro (22 euros) es casi una insignia. El San Jacobo de presa de bellota (22 euros) compite en popularidad, aunque esa misma pieza se sirve también a la plancha (22 euros), al vino Tío Pepe (23 euros) o en albóndigas con salsa (15 euros).

Cada mañana, el producto fresco cruza la puerta: doradas, urtas y pescados de caña de la Bahía; acedías, salmonetes y boquerones de la lonja de Conil; langostinos de Sanlúcar; gambas y coquinas de Huelva. Entre los entrantes, el tomate —a temperatura ambiente, como debe ser— llega aliñado con atún (10 euros); las almejas se preparan a la marinera o con vino fino de Jerez (23 euros); las alcachofas de tallo se cubren con lascas de jamón ibérico cortadas al momento (18 euros); y los huevos fritos con patatas caseras (de las de verdad) y jamón (13 euros) saben a casa. No faltan las tortillitas de camarones (2,50 euros, la unidad), el choco de trasmallo frito o a la plancha (17 euros) ni las puntillitas de Sanlúcar (19 euros). Las frituras se hacen con aceite de girasol que se cambia cada día, y todo lo que sale de cocina se prepara al instante, salvo los guisos, que reposan para que sus sabores se asienten

Por encargo elaboran arroces: de marisco (17 euros por persona), con cocochas y gambas (22 euros), negro (17 euros) o con carabineros (26 euros). La carta de vinos es breve, de corte clásico y con precios comedidos. “No puedo vender una botella que me cuesta 18 euros a 42. La pongo a 29. Como tampoco vendo un pescado de 10 euros a 30; lo vendo a 15. Gano menos, pero fidelizo al cliente. La calidad está por encima de todo”, afirma Romero. Su filosofía es sencilla: “Solo queremos hacerlo bien y llevar un sueldo a casa”.

A sus 67 años, no contempla la jubilación: “Aquí atiendo mi ego personal, me realizo. ¿Qué voy a hacer si me retiro, pasear por la playa?”. Afuera, sigue llegando la brisa. Adentro, se escucha el rumor de conversaciones cotidianas.

Rafael Romero, de 67 años, en el mostrador del restaurante que abrió en 2018.
 

Rafael Romero, de 67 años, en el mostrador del restaurante que abrió en 2018. Fernando Ruso

Bar La Taberna de Romero
Dirección: Uruguay, 1, Cádiz
Teléfono: 663 51 76 46
Horario: lunes, cerrado; de domingo a jueves, de 13 a 17 horas; viernes y sábados, de 13 a 17 horas, y de 20:30 a 23 horas. Web: no tiene 

jueves, 28 de agosto de 2025

¿Sabe usted quién tiró la bomba atómica en Japón?

Fuentes: Rebelión


No se sabe si por miedo o temor a las constantes y agresivas amenazas que lanza el convicto presidente estadounidense Donald Trump, algunas personas y medios de comunicación hegemónicos cuando hablan sobre las genocidas bombas atómicas lanzada en 1945 contra Hiroshima el 6 de agosto y Nagasaki el 9 de agosto, no mientan a Estados Unidos como el autor de semejante hecho de lesa humanidad.

Resulta que en las ceremonias de 2025, tanto el primer ministro japonés Shigeru Ishiba como los alcaldes de Hiroshima y Nagasaki, evitaron referirse a Estados Unidos como autor directo de los ataques atómicos, con saldo de más de 220 000 muertos.

Ante políticos locales, embajadores y representantes de 120 países y regiones, Ishiba, evadió señalar al autor del ataque nuclear que marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial, pese a que muchos analistas aseguran que no hacía falta porque Japón ya estaba derrotado y solo fue para amedrentar a la entonces Unión Soviética.

“Hace 80 años, en Hiroshima explotó una bomba atómica, se perdieron, según se considera, más de 100 000 vidas valiosas, y trajo días terribles para los supervivientes”, dijo Ishiba.

Mientras tanto, el alcalde de esa ciudad, Mazumi Matsui, hizo énfasis en las experiencias de quienes sobrevivieron a ese evento, denominados hibakushas, pero el sanguinario agresor fue ignorado. Los hibakushas recibieron el Premio Nóbel de la Paz en 2024.

Al igual que varios medios de prensa hegemónicos, Matsui se refirió a «una tendencia acelerada hacia el fortalecimiento militar del mundo», con el trasfondo de la «invasión» rusa a Ucrania y la guerra en Oriente Medio.

Claro que Moscú lanzó la Operación Militar Especial para evitar el cerco que ha ido creando la OTAN alrededor de su país y para detener a las fuerzas fascistas ucranianas que cuentan con todo el apoyo de Washington y de países de occidente que desean destruir a Rusia.

También sobre Oriente Medio evitaron nombrar el genocidio que comete desde hace casi dos años el régimen sionista de Israel contra los indefensos pobladores palestinos que ha causado más de 60 000 muertos y cientos de miles de heridos y hoy están bajos las acciones de morir por hambre e inanición. Muy significativo fue el embajador israelí en Japón estuvo presente en la celebración.

Como en 2024, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres evitó mencionar a Estados Unidos al hablar del horror causado por el bombardeo atómico contra la ciudad de Nagasaki, ocurrido tres días después del de Hiroshima.

Una misiva de Guterres, leída en la ceremonia por la vicesecretaria general de la ONU y alta representante para asuntos de desarme, Idizumi Nakamitzu, dejó a Washington sin la responsabilidad de usar el arma atómica contra civiles.

Aunque el secretario general de la ONU advirtió que «las mismas armas que causaron tanta devastación en Hiroshima y Nagasaki son nuevamente tratadas como herramientas de coerción».

Esa última declaración fue como una indirecta a Trump que este mes dijo que había ordenado el desplazamiento de dos submarinos nucleares luego de una disputa por Internet con el expresidente ruso Dmitri Medvedev.

Los hechos ocurridos en los últimos tiempos auguran que se quieren cambiar, por la fuerza y la prepotencia imperial, los sucesos históricos. Solo tres ejemplos: Estados Unidos derrotó a la Alemania nazi y no la Unión Soviética; el Golfo de México debe llamarse Golfo de América; las bombas contra Hiroshima y Nagasaki no fueron Made in USA.

¿Habrá que enseñarle al señor Trump los verdaderos hechos históricos y él podrá comprenderlos? Será difícil pero hay que insistir.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Lo que los niños aprenden sin querer cuando no están en la escuela

Niños corriendo en un parque.

Fuente de la imagen,Getty Images

    • Autor,Joan Tahull Fort

Con la llegada de las vacaciones escolares, muchas familias y docentes se preguntan qué pasa con los aprendizajes cuando paran las clases. ¿Se pierde el tiempo? ¿Se estanca el desarrollo? ¿Conviene seguir con tareas o actividades académicas para "no perder el ritmo"?

Estas preguntas ignoran algo fundamental: el aprendizaje no se detiene cuando termina el año escolar. Simplemente, cambia.

Durante las vacaciones, lejos de las estructuras formales académicas, los niños y jóvenes siguen aprendiendo –y mucho–, aunque de manera más informal, espontánea y emocionalmente significativa.

En lugar de contenidos curriculares, lo que se cultiva en estos períodos de "descanso" son competencias igual de esenciales para la vida: habilidades sociales, autonomía, creatividad, gestión emocional, resolución de conflictos, conciencia del tiempo, sentir el aburrimiento…

Tiempo desestructurado y desarrollo cerebral
En nuestra sociedad, marcada por una obsesión con la productividad y el rendimiento, tendemos a ver el tiempo libre como un "vacío" que hay que llenar.

Sin embargo, la neurociencia y la psicología del desarrollo llevan años demostrando que el descanso, el juego libre y la socialización entre iguales son fundamentales para el desarrollo cognitivo, social y emocional en la infancia y la adolescencia.

Las vacaciones permiten algo que difícilmente ocurre en la escuela: el tiempo desestructurado.

Un espacio sin objetivos definidos, sin evaluación ni presión externa, donde los niños pueden explorar el mundo a su manera, seguir su curiosidad, aburrirse (el aburrimiento también enseña) y encontrar formas propias de resolver problemas cotidianos.

Lo que se aprende sin querer

niñas comiendo sandía

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Las vacaciones permiten algo que difícilmente ocurre en la escuela: el tiempo desestructurado. A continuación, enumero algunas de las habilidades y aprendizajes que se desarrollan naturalmente durante las vacaciones y son esenciales para la vida:

1. Negociar y convivir con los demás. Durante el año escolar, las interacciones suelen estar mediadas por normas y figuras adultas que regulan el comportamiento. En cambio, en vacaciones –especialmente cuando hay tiempo compartido con hermanos, primos, vecinos o amigos–, los niños descubren la necesidad de negociar, acordar reglas, ceder, resistir y colaborar. Aprenden a convivir entre iguales, a veces con conflictos, pero también con reconciliaciones.

2. Organizar el tiempo. Sin horarios rígidos, muchos niños y jóvenes aprenden a administrar su propio tiempo: cuándo levantarse, cuánto dedicar al juego, al descanso, a ayudar en casa o simplemente a estar en su mundo. Esta flexibilidad es clave para desarrollar autonomía y planificación personal.

También existe el riesgo de un uso excesivo de los dispositivos electrónicos, lo que puede provocar que los jóvenes pasen más tiempo del necesario frente a las pantallas, descuidando otras actividades importantes como el descanso, el ejercicio físico o la interacción social.

Cuando el móvil se convierte en el centro de la vida cotidiana de un adolescente, es fundamental abrir espacios de diálogo y reflexión. Encontrar un equilibrio entre la autonomía y ciertos marcos de contención puede ayudar a desarrollar un uso más consciente y saludable de la tecnología.

3. Explorar sus intereses. Las vacaciones son una oportunidad para que los niños se reconecten con lo que les gusta. Tal vez pasen la tarde dibujando sus personajes favoritos, haciendo legos, hojeando revistas o cómics, mirando hormigas en el patio, probando nuevos juegos con sus amigos o ayudando a preparar el desayuno con la abuela. Es un tiempo de exploración libre, sin exámenes ni presiones externas. Aprenden por curiosidad, por gusto, y porque cada día pueden descubrir algo nuevo a su manera y ritmo.

4. Desarrollar la creatividad. El tiempo libre favorece la creación de mundos imaginarios, historias inventadas, juegos espontáneos o manualidades improvisadas. Quién no recuerda su infancia, mirando las formas de las nubes e imaginando personajes, animales fantásticos o escenas que solo nosotros podíamos ver. Es en esos momentos aparentemente simples –dibujando, construyendo una cabaña o explicando historias– aparece la creatividad.

5. Manejar el aburrimiento. En un primer momento, cuando se terminan las actividades organizadas, aparece el clásico "me aburro". Para los adultos puede sonar como una queja o una señal de que algo falta, pero en realidad el aburrimiento es un motor. Enseña a los niños a tolerar la ausencia de estímulos inmediatos, a quedarse un rato con ellos mismos y a activar sus propios recursos internos. Al principio puede haber incomodidad, pero pronto aparece la chispa: un juego inventado, una historia… Muchos descubrimientos valiosos, ideas creativas y momentos de juego auténtico aparecen después del aburrimiento. Dar espacio a la pausa es dejar que surja la imaginación.

6. Conectar con su mundo emocional. Los niños tienen más tiempo para sentir, pensar y hablar sobre lo que les pasa. El descanso físico y mental abre un espacio para las emociones que estaban contenidas o silenciadas. A veces basta una tarde tranquila, una conversación sin prisa o simplemente estar presentes para que surjan preguntas, miedos, sueños o alegrías que durante el año quedaban en segundo plano. Y quienes convivimos con ellos lo sabemos: en vacaciones, los hijos crecen más y consolidan conocimientos. Consolidan habilidades y competencias que estaban, pero todavía no se manifestaban.

7. Vincularse con otros adultos y referentes. No todo pasa por la escuela o los padres. En vacaciones, los niños se relacionan con tíos, abuelos, vecinos, monitores o adultos en otros roles. Estos vínculos también enseñan: modelan formas de hablar, de actuar, de resolver problemas, y ofrecen una diversidad de perspectivas. Estos vínculos amplían su red de afectos y les dan un sentido de pertenencia más allá del núcleo familiar.


niño jugando en el jardín

Fuente de la imagen,Getty Images

 
Pie de foto,

Manejar el aburrimiento es una de las habilidades y aprendizajes que se desarrollan naturalmente durante las vacaciones

El valor del juego y la desestructura

El juego libre es una de las actividades más serias y formativas de la infancia y la juventud. No todo debe tener un propósito académico para ser valioso. Jugar es, en sí mismo, una forma profunda de aprendizaje. Es en el juego donde se experimentan roles, se ensayan normas, se gestiona la frustración y se valora la creatividad.

Además, el hecho de que muchas de estas experiencias ocurren fuera de estructuras rígidas no las hacen menos valiosas; al contrario, son complementarias. De hecho, la desestructuración del tiempo hace los aprendizajes más personalizados, más duraderos y conectados con la realidad emocional del niño.

¿Qué pueden hacer las familias?

No se trata de convertir las vacaciones en otra escuela paralela ni llenar la agenda con actividades formales. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre cierta estructura (rutinas básicas y límites claros) y cierta libertad.

Algunas ideas para acompañar son:

Fomentar momentos de juego libre, incluso sin juguetes.

• Proponer tareas sencillas en casa que impliquen participación y responsabilidad.

• Conversar sobre lo que sienten, lo que les interesa, lo que sueñan.

• Dejar tiempo para el aburrimiento, sin llenarlo enseguida.

Aprender fuera del aula

Las vacaciones no son una pausa en el aprendizaje: son un escenario distinto, con otras reglas, donde aparecen nuevas formas de conocimiento fundamentales para la vida. Reducirlas a un simple tiempo "improductivo" es no ver todo lo que está sucediendo en la mente y en el ámbito emocional de los niños y adolescentes.

Seguramente, la lección más importante sea que aprender no siempre requiere un aula en una escuela. A veces, basta con un grupo de amigos, un árbol para trepar, una conversación, una tarde sin nada que hacer… Porque, como decía el pedagogo Francesco Tonucci, "los niños no necesitan más deberes, necesitan más vacaciones, más tiempo libre, más juego y más calle".

 *Joan Tahull Fort es profesor de sociología de la educación de la Universidad de Lleida. Este artículo apareció en The Conversation. Puedes leer la versión original aquí.

martes, 26 de agosto de 2025

La tarta de Lamine Yamal

Cada día que pasa me parece más importante la ética en la vida de las personas y en la convivencia de los seres humanos. Cada día veo más claramente que el conocimiento no es lo más importante porque con el conocimiento podemos salvar o matar, ayudar o someter, curar o herir. No hay conocimiento útil si no nos hace mejores personas. No hay conocimiento útil si no se pone al servicio de los demás. La cuestión clave no es si sabemos mucho o poco sino qué hacemos con lo que sabemos. Por consiguiente, no se puede confundir instrucción con educación. Volveré a esta idea, para mí fundamental, al final del artículo.

He visto hace unos días en “Lecturas”, una revista del corazón que me entrega este periódico cada sábado con el ejemplar del día, una foto de la tarta de cumpleaños de Lamine Yamal, joven y afamado futbolista del Barcelona. La tarta de su dieciocho cumpleaños. Una tarta, no sé si la única. Tampoco sé quién fue la persona que hizo el encargo del dulce símbolo de la felicitación, si fue el propio jugador o el pastelero quien decidió cuáles debían ser los objetos que la ornamentasen. Fuese quien fuese el autor del diseño merece la pena hacer algunas reflexiones sobre los valores que inspiran esas elecciones. Y si hubiese sido el pastelero quien hizo la elección no me cabe la menor duda de que eligió teniendo en cuenta lo que pensó que sería el deseo de los asistentes al cumpleaños y el del propio homenajeado.

No pretendo criticar al jugador porque ni siquiera sé si fue él quien hizo el diseño. Quiero aprovechar la tarta de su cumpleaños para plantearme y plantear a mis lectores y lectoras algunas cuestiones que me parecen importantes y que me preocupan sobremanera. No voy a cuestionar otras actividades de la fiesta de cumpleaños como contratar chicas de imagen o atracciones con enanos … Esas son otras cuestiones. Solamente quiero utilizar la tarta del cumpleaños para poner sobre el tapete los valores que mueven a nuestra juventud y la trampa que esto supone.

¿Representa esa tarta los valores de la juventud? Ya sé que hay jóvenes y jóvenes, que no se les puede meter a todos en el mismo saco. Cuando se generaliza se comete un grave error. Sin embargo no se puede ignorar que existen tendencias de opinión y de acción entre la juventud. En esa configuración psicológica y sociológica influyen las redes sociales, los estados de opinión, la letra de las canciones (con el sexo como mercancía y las mujeres como objetos de usar y tirar), el comportamiento de los ídolos, la cultura de los pueblos… Una cultura que hoy tiene muchos componentes inquietantes desde el punto de vista de los valores. Porque la cultura neoliberal que nos invade tiene unos ejes preocupantes: individualismo, competitividad, obsesión por la eficacia, relativismo moral, olvido de los desfavorecidos, privatización de bienes y servicios, hipertrofia de la imagen, capitalismo salvaje…

Analicemos brevemente los componentes de la tarta que aparecen en esa imagen que vi en la revista a la que he hecho referencia:

Varios billetes de cien dólares. Es decir, el dinero. El dios del mercado. Y de la sociedad. Tanto dinero tienes, tanto vales. Tanto dinero gastas, tanto eres. El dinero es hoy la medida de todas las cosas. Y el dólar es el símbolo monetario por excelencia. El jugador del Barcelona que, a sus 17 años ha firmado un contrato multimillonario por ser un hábil jugador de fútbol, se convierte en el ídolo de la infancia y de la juventud. La tarta de cumpleaños lo explica de forma clara y contundente. Esto es el éxito. Este jugador es el modelo de los jóvenes. Se ha hecho rico y famoso en un abrir y cerrar de ojos. Y, en apariencia, sin mucho esfuerzo. Nadie explica a los niños que hay miles y miles de chicos tan buenos como Lamine Yamal que no han tenido su suerte: el ojeador no captó su valía, el día de la prueba estaba enfermo, tuvo un mal día cunando le observaron, sufrió una lesión inoportuna … Nadie muestra los sacrificios que tiene que realizar para estar en forma o los miedos de fallar a los miles de espectadores que le ven jugar en el campo o a través de la televisión.

Ganar dinero, tener dinero se ha convertido en la gran aspiración de la vida. A la hora de elegir carrera o profesión muchos jóvenes piensan en aquellas en las que se pueda ganar mucho dinero de forma rápida y fácil. A la hora de elegir pareja, es determinante la cantidad de dinero de que disponga la familia de la pareja:

Los chistes contienen a veces trozos de sabiduría. Un joven le dice a un importante multimillonario:

– Sepa, señor, que estoy profundamente enamorado de su hija.

– ¿De cuál de las tres?

– De la que sea.

En la tarta puede verse una cadena de la que cuelga un adorno redondo con el símbolo del dólar. Esta es una trampa sibilina: identificar dinero con felicidad. Decía Alejandro Dumas que el dinero es un buen siervo y un pésimo amo.

Un revólver. Llama la atención que aparezca un arma, como máxima expresión de la violencia. ¿Por qué un arma?Estoy seguro de que no se trata de un rechazo de la guerra porque el revólver no aparece tachado con un aspa roja o con un signo de reprobación. El arma es un elogio de la fuerza o, aun peor, de la violencia. ¿Por qué una pistola en la tarta de cumpleaños de un joven futbolista?

La presencia del revólver tiene que ver con la temática de la fiesta que era la mafia. De hecho, el propio Yamal y algunos amigos llevan en la fiesta la indumentaria (traje blanco) y otros símbolos (cadenas de oro, relojes caros, joyas…) de la mafia.

Botellas de alcohol y vasos para beber. El alcohol y otras drogas tienen un papel importante en la juventud de nuestros días. No se entiende una fiesta sin alcohol. Incluso antes de la edad permitida muchos menores se las apañan para saltarse la norma. El “botellón” es el modo de diversión por antonomasia.

El sexo como mercancia. Ahí está para probarlo escrito en la tarta el que se ha hecho famoso lema: I Love Milfs, Desde unos años a esta parte este acrónimo se utiliza para referirse a las madres maduras atractivas que atraen para tener relaciones sexuales o, dicho de otra forma, Mother I’d Like to Fuck. MILF se dio a conocer y se popularizó por su uso en la película American Pie del año 1999.

No aparece en la tarta un libro, por ejemplo. ¿Por qué no aparece un libro? Pues porque no es un objeto de valor para un buen sector de la juventud. Conté en esta sección hace tiempo que un día pregunté a un grupo de jóvenes si a alguno le gustaba leer. La reacción tuvo que ver con la sorpresa y el rechazo. Ninguno dijo que sí, ninguno levantó la mano para manifestar su afición a la lectura.

Curiosamente no hay un símbolo deportivo, un balón, una raqueta, una bicicleta… Porque importa el deporte en la medida que permita conseguir dólares y eso es lo que se exhibe como verdadero valor.

Tampoco aparece un símbolo de alguna causa noble (contra el genocidio de Gaza, contra la guerra de Ucrania, contra la violencia machista…) o un símbolo de un ideal de la humanidad: la paloma de la paz, la bandera LGTBI, las siglas de alguna ONG altruista

No hay presencia en la tarta de ninguna causa que refleje la rebeldía que considero propia de la juventud. La rebeldía contra el statu quo en el que se pueden observar desigualdades cada vez mayores, injusticias clamorosas, guerras crueles y hasta genocidios intolerables.

El coctel explosivo de las influencias persistentes que recibe la juventud están formando una generación que yo califico como “la generación del yo.-yo y del ya-ya”. El nombre deja claros los dos pilares que sostienen la filosofía de buena parte de la juventud: el egoísmo y la inmediatez, el hedonismo y el presentismo. Yo quiero esto y lo otro para mí. Y lo quiero ya, ahora mismo. Y, a ser posible, sin el menor esfuerzo.

La familia y la escuela tienen que ofrecer modelos vivos de comportamiento. No es lo que se dice lo que más importa, es lo que hace, es lo que se es. Quienes me leen con asiduidad saben de mi insistencia en esta cuestión. El ruido de lo que somos llega a los oídos de nuestros hijos y de nuestros alumnos con tanta fuerza que les impide oír lo que decimos.

La escuela, además, tiene el compromiso de hacer una planificación rigurosa de objetivos, metodología y dinámicas de acción formativa para el aprendizaje de los valores. No es solamente el conocimiento lo que importa, es la educación. Y la educación tiene una dimensión ética insoslayable. Y, como exige la lógica, evaluar la eficacia de los planes trazados. ¿Hemos conseguido lo que pretendíamos? Esa pregunta tiene dos dimensiones importantes. La de comprobación, que pretende saber si la respuesta es positiva o negativa y la de atribución que busca las causas de lo sucedido. En las dos dimensiones se exige rigor. Si en la primera la respuesta es negativa no es riguroso atribuir plenamente el fracaso a quienes tienen la condición de aprendices. Solo de esa manera podemos mejorar los planteamientos y las prácticas de educación en valores. Decir que la culpa siempre es del otro nos encierra entre las paredes del error y del fracaso.

JOSÉ ANTONIO BINABURO ITURBIDEE dice:

20 agosto, 2025 a las 17:42

GRACIAS MIGUEL ÁNGEL por tu análisis de la corrupción y la aportación de la necesidad de una educación en valores. Comentando el más importante de los valores, EL EJEMPLO, por medio de la cita de Bandura. Con frecuencia, al escuchar esta y otras noticias relacionadas con hechos inmorales, me pregunto si en mi trayectoria docente he sido capaz de haber priorizado la educación en valores, o el estricto cumplimiento de la programación de la asignatura que impartía. A pesar de tener claro, que una enseñanza que carezca de dimensión moral, nunca podrá ser llamada educación.

Lo que si recuerdo es el revuelo que levantó la Reforma Educativa de la LOGSE, cuando una de sus propuestas era la de enseñar conceptos y procedimientos, a la vez que educar en valores. Las salas del profesorado de los centros educativos de finales de los ochenta, se parecían a las delirantes tertulias de opinólogos expertos en ocurrencias. Poco se sabía de qué era la ética y la moral. La mayoría del profesorado veníamos de una formación catequética fundamentada en el Nacionalcatolicismo, es decir, en una fusión de la dictadura y la Iglesia. A través del catecismo se nos adoctrinó, y esta palabra cobra todo su sentido, en la moral católica. Adaptada a las costumbres que imponían ambos socios de la fusión. En nada tenía que ver con los Evangelios. A mi solamente me sirvió para ganar un concurso provincial del catecismo que me sabía de memoria. Con este panorama, resultaba imposible que aquellos compañeros y compañeras de la sala del profesorado de mi Instituto en Bilbao, pudieran llevar a cabo la novedosa tarea de educar en valores. Otros opinólogos de esta sala, repetían el mantra de que habían aprobado la oposición para enseñar matemáticas y no otras menudencias. Y estaban también en estas tertulias, aquellos puros y castos que proclamaban no querer pertenecer al club de los «adoctrinadores», como si al impartir historia, matemáticas y religión, no se dejara para otra ocasión la oportunidad de adoctrinar.

Hay otro hecho académico que por mi formación en Filosofía, no se puede obviar. En los programas de Licenciatura, la asignatura de Ética estaba asociada para ser impartida a la de Estética. Qué hacía el profesor que la impartía? Dedicar el mayor tiempo a la Estética y el último mes del curso a la Ética. Y era una Ética la que nos enseñaban muy de garrafón porque se limitaba a Aristóteles y una introducción a Kant. A pesar de todo, en la universidad de Barcelona tuve suerte, porque impartía esta materia José María Valverde que era un excelente profesor de Estética. La Ética en los estudios universitarios era una actividad de riesgo en la dictadura. Uno de los mejores filósofos españoles de la primera mitad del S. XX, José Luis López Aranguren, fue expulsado de la universidad Complutense por priorizar la parte de la enseñanza de la Ética sobre la Estética en su programación. Por lo tanto, tampoco los profesores y profesoras de Filosofía contábamos con formación en Ética para educar en valores. Sin embargo, la universidad española a partir de la década de los ochenta contó con cuatro profesoras universitarias de un alto nivel de investigación sobre la Ética y la Moral: Adela Cortina, Victoria Camps, Amelia Valcárcel y Esperanza Guisan. Con Adela Cortina trabajé diez años en la didáctica para la educación en valores, impartiendo cursos de formación del profesorado. Tengo una anécdota curiosa. Un día estando en Valencia, me invitó a participar en una sesión sobre la «Ética de los Negocios», que impartía a empresarios y gentes de negocios. A ella asistía el dueño de los supermercados para alimentación más famosos actualmente en España y, al comenzar la sesión tomó la palabra dirigiéndose a los empresarios, con el objetivo de animarlos a seguir en el curso, con estas palabras «La Ética te ayuda a ganar dinero». La profesora Adela Cortina se retorcía en su silla ante tal despropósito. Y le sugerí que había sido un lapsus, porque había confundido la Ética con la «Bolsa de Valores».

La educación en valores me permitió conocerte, Miguel Ángel, en aquel Proyecto de la Delegación de Educación de Málaga en el año 2002 llamado «Educar en Málaga». Me ocupaba de esta área, así como tú y Bauti de otra de las áreas educativas, Felipe Romera de las Nuevas Tecnologías y Pezzi del urbanismo. Ya solo este Proyecto junto a tí mereció la pena. Al fin y al cabo sólo la Ética nos puede salvar,

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Miguel Ángel Santos GuerraMiguel Ángel Santos Guerra dice:

20 agosto, 2025 a las 18:02

Querido José Antonio:

Precioso comentario, de esos que no solo se sustentan en una larga preparación y una intensa y rica experiencia sino que ayuda a pensar y a interrogarse sobre la cuestión.

Tu última frase es lapidaria: «Al fin y al cabo sólo la Ética nos puede salvar». Me remite a la pregunta que se le hizo al sabio árabe Al Juarismi: ¿cuánto vale un ser humano? Contesta: si tiene ética vale 1. Y va añadiendo ceros a medida que añade otras cuestiones: conocimiento, posición, dinero…

Y concluye: pero si se le quita el uno, si no tiene ética solo quedan ceros, no vale nada.

Ya me gustaría haber compartido magisterio con esas cuatro mujeres.

Un abrazo y gracias por tu interesante aportación.

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lunes, 25 de agosto de 2025

Lo que un "terapeuta de ricos" aprendió sobre la felicidad al escuchar los problemas de los millonarios

Los actores de la serie de televisión Succession, aparecen en la terraza de un moderno edificio de cristal. En primer plano está el padre, y detrás están sus hijos y otros miembros de la familia ficticia.

Fuente de la imagen,HBO

Pie de foto,El terapeuta para los ricos de Nueva York usa el programa de televisión Succession (arriba) como ejemplo de exceso tóxico en el mundo de los millonarios.

Desde que se especializó en el tratamiento de pacientes millonarios, el psicoterapeuta estadounidense Clay Cockrell dijo haber renunciado a intentar hacerse rico él mismo.

"Dejé de jugar a la lotería. Me di cuenta de los peligros de tener demasiado de todo".

Cockrell, quien dirige una clínica de terapia en Nueva York, dice que intenta ayudar a sus clientes a lidiar con lo que él llama el "efecto tóxico de la abundancia": la idea de nunca tener suficiente.

"Esa idea de que 'cuando tenga US$10 millones, estaré a salvo'. Y luego llegas a los US$10 millones y te das cuenta de que realmente necesitas US$50 millones. La conclusión es que la felicidad no va a venir de la cuenta bancaria. Simplemente no va a venir", dijo Cockrell en una entrevista a BBC News Brasil.

Un aspecto de la terapia, por lo tanto, es ayudar a los pacientes a identificar sus propósitos más allá de acumular dinero.

"Si la felicidad no está en un número, ¿dónde está? Y a partir de ahí, empezamos a experimentar. ¿Está en la filantropía? ¿está en las relaciones? ¿está en construir algo nuevo, desde cero? La ambición es genial, pero solo si se analiza y se alinea con un propósito".

Ayudando al 1%

Clay Cockrell mientras habla a la pantalla de su computadora

Clay Cockrell mientras habla a la pantalla de su computadora
 
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Clay Cockrell dirige una clínica de terapia en Nueva York que se especializa en atender a millonarios.

Paseos por el parque

Cockrell se especializó en el tratamiento de personas con mucho dinero por casualidad, después de que a un paciente con altos ingresos le gustara su método de realizar sesiones durante paseos por el parque, en vez de consultas tradicionales, y lo hubiera recomendado a otras personas en su círculo.

El terapeuta dice que él mismo se sorprendió con los problemas que conlleva la riqueza, incluso aquellos que se descartan como "problemas del primer mundo".

"Como mucha gente, creía que el dinero solucionaba los problemas. Resuelve algunos, pero no todos. Muchos de mis clientes dicen que terapeutas anteriores escuchaban sus quejas y respondían: 'No deberías tratar cosas como dónde aparcar tu yate o cómo repartir la herencia de tus hijos como problemas'. Pero siempre he creído en un enfoque de comprensión y aceptación, de reconocer sus problemas como legítimos", dijo.

"Puede que no sean los mismos problemas que los míos, pero ahora sé que el dinero es un factor que complica la vida de las personas".

Esta, enfatiza Cockrell, es la experiencia de una pequeña fracción de la población mundial.

Para la mayoría, los problemas relacionados con la escasez —no la abundancia— de dinero son factores que complican la situación.

Por ejemplo, una encuesta de la Asociación Británica de Psicoterapia reveló que casi todos (el 94%) los terapeutas del país identificaron que la salud mental de sus pacientes había empeorado debido a las preocupaciones financieras y al aumento del coste de la vida.

Los expertos explican que la sobrecarga mental de hacer que el dinero "rinda" hasta fin de mes afecta a nuestra toma de decisiones y nuestro rendimiento cognitivo.

Dificultades para relacionarse

Una mujer golpeando un Tesla con un martillo, con un gran letrero atrás que dice "Todo el Mundo odia a Elon".

Una mujer golpeando un Tesla con un martillo, con un gran letrero atrás que dice "Todo el Mundo odia a Elon".

Fuente de la imagen,Getty Images

 
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Uno de los problemas que reportan los millonarios es sentirse aislados de los demás.

Volviendo al tema de los superricos, Cockrell señala que sabe que muchos de los que él ve son infelices porque su muestra, por su propia naturaleza, está sesgada: "La gente no busca un terapeuta cuando es feliz".

Pero señala que "las personas que veo son aquellas cuyo dinero les ha complicado la vida y les ha traído cierta negatividad, (...) falta de empatía, falta de comprensión hacia quienes no han alcanzado el mismo nivel de éxito".

En la misma línea, afirma que los superricos acaban desarrollando dificultades en las relaciones familiares, tienden a desconectarse del mundo real y desconfían mucho de quienes se acercan a ellos.

"Los ricos tienden a interactuar solo con quienes los comprenden. Esto es muy común. Y lo que sucede es que se aíslan muchísimo y desconfían de la gente nueva", afirma.

"El miedo es: '¿Entras en mi vida solo por lo que puedo hacer por ti? ¿Por mi fama o por mi riqueza?' Quizás paranoia sea una palabra fuerte, pero hay mucha sospecha y eso impide que se formen nuevas relaciones".

Vida de un heredero

Mikey Madison interpreta a Anora Mikheeva y Mark Eidelstein a Vanya en la película Anora, la gran ganadora de los Oscar 2025.

Fuente de la imagen,Universal

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Mikey Madison interpreta a Anora Mikheeva y Mark Eidelstein a Vanya en la película Anora, la gran ganadora de los Oscar 2025.

Exponer a los hijos a tantos lujos afecta su percepción de la realidad, dice el terapeuta de los multimillonarios. Y pasar la infancia y la adolescencia en una familia adinerada también conlleva desafíos.

"Los padres a menudo quieren ahorrarles a sus hijos las dificultades que ellos mismos enfrentaron y darles una vida más fácil. Es normal. Pero hay que entender que superar las dificultades es lo que te ha hecho quien eres", dice eel terapeuta.

"Además, cuando expones a tu hijo a este mundo de jets privados, restaurantes maravillosos y vacaciones en lugares increíbles, para cuando cumpla 21 años, tendrá la sensación de 'lo he visto todo, lo he probado todo' y se aburrirá. Y entonces empezará a poner a prueba sus límites, ya sea mediante el consumo de drogas o conductas de riesgo, para sentir la adrenalina. Simplemente para sentir que están haciendo algo nuevo".

Cockrell también señala que los hijos de los superricos se enfrentan a una "enorme presión para superar a sus padres", especialmente aquellos que siguen la misma trayectoria profesional, como las celebridades del mundo del espectáculo, llamadas peyorativamente en inglés nepobabies.

Es mucha presión, lo cual contrasta con la idea de seguir tu propio camino, descubrir tus pasiones y tener derecho a equivocarte y fracasar. Por otro lado, muchos también sufren de falta de ambición.

"¿Por qué debería ir a la universidad o emprender?". Tener tanta riqueza puede ser deprimente, ya sea porque pierdes tu propósito o porque siempre estás bajo presión para superar a tus padres.

Fascinación por los superricos

Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta Platforms Inc., de izquierda a derecha, Lauren Sanchez, Jeff Bezos, fundador de Amazon.com Inc., Sundar Pichai, director ejecutivo de Alphabet Inc., y Elon Musk, director ejecutivo de Tesla Inc., durante la 60.ª inauguración presidencial en la rotonda del Capitolio de los Estados Unidos en Washington, D.C., EE. UU., el lunes 20 de enero de 2025.

Fuente de la imagen,Getty Images

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Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta Platforms Inc., de izquierda a derecha, Lauren Sanchez, Jeff Bezos, fundador de Amazon.com Inc., Sundar Pichai, director ejecutivo de Alphabet Inc., y Elon Musk, director ejecutivo de Tesla Inc., durante la 60.ª inauguración presidencial en la rotonda del Capitolio de los Estados Unidos en Washington, D.C., EE. UU., el lunes 20 de enero de 2025.

Los multimillonarios generan fascinación, particularmente por la gran influencia que tienen sobre la sociedad.

De hecho, Clay Cockrell ha cobrado mayor relevancia en los últimos años precisamente por escribir sobre los paralelismos entre su práctica y la serie Succession (2018-2023), que retrata las luchas de una familia multimillonaria por controlar el conglomerado mediático creado por el patriarca.

"La serie es bastante precisa" al retratar el "efecto tóxico del exceso" en los multimillonarios, a pesar de sus licencias dramáticas, afirma Cockrell.

Parte del éxito de Succession se debe a que los superricos a menudo evocan fascinación o desdén.

Los multimillonarios se han convertido en ídolos, han alcanzado una enorme influencia política y, para algunos, son visionarios e innovadores. Pero para otros, se han convertido en símbolos de un sistema fiscal global considerado injusto, que, según los críticos, favorece la concentración de la riqueza a expensas de la población más pobre.

Por ejemplo, cuando el multimillonario Jeff Bezos organizaba una lujosa boda en el centro de Venecia, Italia, en junio, fue recibido por manifestantes con pancartas que se quejaban diciendo: "Si puedes permitirte alquilar Venecia, puedes permitirte pagar más impuestos".

Manifestantes en Venecia con un cartel dirigido a Jeff Bezos en junio, que decía: "Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos".

Fuente de la imagen,Reuters

 
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Manifestantes en Venecia con un cartel dirigido a Jeff Bezos en junio, que decía: "Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos".Fuente de la imagen,Reuters 

La boda finalmente se trasladó fuera del centro de la ciudad.

La organización británica Oxfam estima que la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado desde 2020, "mientras que la de 5.000 millones de personas ha disminuido". Esto es lo que la ONG denomina la "crisis de la desigualdad".

Clay Cockrell afirma que sus pacientes ultrarricos son conscientes de estas diferentes percepciones sobre ellos.

"Es algo que va y viene en ciclos: hay momentos en los que la sociedad admira a los más ricos por su esfuerzo, y otros en los que eso cambia y se convierte en sentimientos negativos, como si lo hubieran logrado todo por medios nefastos. Muchas de estas personas son increíblemente inteligentes, trabajadoras y han logrado cosas admirables en sus vidas. A veces son admiradas y a veces vilipendiadas. Y se sienten muy confundidos al respecto".

Para la gente común, Cockrell cree que la mayor lección de su práctica es no creer que hacerse millonario es el secreto de la felicidad.

"Para el resto de nosotros que creemos que 'con solo ese aumento, si trabajo aún más duro, seré feliz', debemos mirar a quienes ya lo tienen todo y no son felices. Eso nos reta a pensar: ¿qué me traerá felicidad y alegría? Ahí reside el valor. En las relaciones, en la familia, en la contribución que hacemos a la comunidad. De ahí proviene la felicidad.