Nefertiti (c. 1370 a. C. - c. 1330 a. C.), fue una gran reina de la dinastía XVIII de Egipto, Gran Esposa Real de Ajenatón (Akenatón). Su nombre egipcio, nfr.u itn, nfrt.y.ty, se traduce como "Belleza de Atón, la bella ha llegado".
Su belleza fue legendaria, pero tras su imagen sublime, parece que su papel político y religioso en el desarrollo de la experiencia amarniana fue fundamental.
Un largo cuello sostiene la erguida cabeza polícroma, en la cual destacan los ojos almendrados de la faraona. No importa que una pupila falte: la belleza del busto se impone. Si bien algunos científicos, como el curador del Museo Egipcio de Berlín, opinan que la obra no puede reflejar a una persona real, pues ningún rostro humano puede poseer esas proporciones tan exactas, las reconstrucciones que el equipo británico hiciera a partir de la momia hablan de una semejanza espectacular con la pieza que hasta ahora ha guardado con celo Alemania. Y que Egipto reclama para sí.
El Museo Egipcio de El Cairo reclama el busto de Nefertiti que, desde comienzos del siglo XX, custodia la Colección Egipcia del Museo de Berlín. La más famosa imagen de la hermosa reina egipcia -cuyo nombre significa "la hermosa ha llegado"- debería volver a Egipto, pues habría sido llevada a Alemania ilegalmente, después de que fuera encontrada en excavaciones dirigidas por el arqueólogo y arquitecto alemán Ludwig Borchardt en 1912. Así lo declaró Wafaa el Saddik, la directora del Museo Egipcio al diario dominical alemán Bild am Sonntag. Para poder llevársela, Borchardt habría minimizado a propósito la importancia de su hallazgo ante las autoridades egipcias.
Quejas egipcias
La regla que regía en aquel tiempo tales excavaciones era que los hallazgos se dividiesen a partes iguales entre Egipto y el país que los descubría, exceptuando las piezas excepcionales. Cabe preguntarse si ya en ese momento quedaba clara la excepcionalidad de esta escultura de 3.300 años de antigüedad. "Hemos tenido en las manos la obra más llena de vida del arte egipcio", cita National Geographic a Borchardt.
La pregunta que se impone es, ¿Es correcto que nos encontremos en el Museo Egipcio del Cairo, su lugar de procedencia, a una copia, mientras el original esté en Berlín? Estos hechos reflejan el robo, uno más de occidente,... Es evidente que lo justo sería que estuviese en el Cairo y las copias que deseen por los museos del Mundo...
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