Se reforma la Constitución para establecer un límite del déficit público, cercano al cero, con el objetivo de tranquilizar a los mercados. Sin embargo, la prima de riesgo se ha vuelto a disparar y el FMI avisa de la posibilidad de una nueva recesión debido al estancamiento del crecimiento económico.
Resulta preocupante que el pensamiento dominante ponga énfasis en el déficit público español, mientras que pasa de puntillas por la tremenda tasa de desempleo que más que duplica el de la UE. Nos encontramos con el consumo estancado, con la inversión empresarial en retroceso y unas exportaciones en desaceleración.
Nos queda el gasto público como variable para generar crecimiento económico, fundamentalmente a través de las inversiones públicas que, en otras crisis, sirvieron de motor de la economía. Apreciamos que el dominio del pensamiento neoliberal está ninguneando este hecho, a pesar de que algunos premios Nobel nos indican que aplicar medidas de eliminación indiscriminada del gasto público provocará una mayor paralización de la actividad económica. El Gobierno se afana en imponer tremendos recortes del gasto público que provocan más paro, sin haber realizado una verdadera reforma fiscal que reconduzca la disminución de la presión fiscal que ha beneficiado a las rentas más altas y grandes sociedades.
Ahora nos han negado el debate y el voto, pero dentro de poco lo pedirán, con promesas que antes incumplieron. ¿Volveremos a votar a los grupos políticos que nos dicen que hay que calmar a los mercados y se olvidan de los parados? LUIS MANUEL GOÑI STROETGEN - Málaga- El País 07/09/2011
miércoles, 7 de septiembre de 2011
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