Es una vieja táctica que muchas veces funciona, lo vimos con lo de las armas de destrucción masiva que tenía Sadam Husein. Se trata de repetir insistentemente una mentira, para que parezca una verdad.
Desde el Gobierno y los sectores interesados llueven declaraciones sobre la necesidad de la reforma laboral para crear empleo. Dicen que si el empresario no los ha creado hasta ahora, a pesar de su buena disposición, es por la rigidez de la ley hasta ahora vigente.
Error, o más bien mentira malintencionada.
La reforma laboral no es más que abaratamiento del despido y sumisión de salario y condiciones laborales a la voluntad de los empresarios. Y el empresario no es ese ser altruista que nos pintan. Es alguien que quiere ganar dinero, cuanto más mejor. Por tanto, intentará reducir sus costes laborales y si su negocio puede sacarlo con cuatro trabajadores, no lo hará con ocho y si puede pagarles menos, también lo hará. Es decir, la mano de obra para el empresario es algo inevitable que se interpone entre él y sus beneficios.— Miguel A. González. En El País.
jueves, 15 de marzo de 2012
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