viernes, 6 de abril de 2012

El obispo de Ciudad Real contra la reforma laboral. La vida muestra que no todos somos iguales.

El obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, ha criticado la reforma laboral. Entiende el prelado que la nueva norma aprobada por el PP rebaja "claramente" los derechos de los trabajadores y busca establecer un mercado de trabajo en el que los empleadores "hagan y deshagan a su antojo".
Monseñor Algora hace estas reflexiones en una carta titulada A vueltas con la reforma laboral, publicada en la revista Con Vosotros, un semanario de la Iglesia en Ciudad Real.
Señala que la ley de reforma laboral no solo rebaja derechos de los trabajadores, sino que además, y es "lo peor", siempre los perdedores en el concierto social son los mismos y siempre los más débiles.
Dice que nadie habla de provisionalidad en las medidas que se están tomando, luego lo que se quiere hacer es establecer un mercado de trabajo donde "los empleadores hagan y deshagan a su antojo olvidando que el empleado posible es, ante todo y sobre todo, persona", que tiene necesidades básicas familiares y sociales.
El empleado, continúa el obispo de Ciudad Real, "no es una mera fuerza de trabajo que se admite o despide unilateralmente". Además, se pregunta si "de verdad" no hay otras soluciones para crear puestos de trabajo, y añade: "Parece mentira que a día de hoy tengamos que echar mano de usos del pasado que trajeron tanta injusticia y explotación a los trabajadores".
El prelado indica que con estas medidas se van a conseguir los mismos frutos de un pretendido bienestar, "hasta es posible".
Pero precisa: "No habremos avanzado nada en que el trabajador se sienta realizado con su trabajo y le sirva para llevar una vida estable y sin sobresaltos, que haga posible la familia, la educación de los hijos, el tejido social compacto y fuerte que hace personas y países fuertes para soportar las inclemencias de las coyunturas históricas"...
...A su juicio, los jefes políticos europeos toman sus medidas por vía de urgencia sin apenas contar con los parlamentos respectivos, y los poderes financieros se están concentrando en muy pocas manos.
"No sé si es muy descabellado pensar que, en el río revuelto de la crisis, están pescando los más poderosos sin contar con la opinión de la sociedad", lamenta el obispo. Leer más en Público.

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