La destrucción del Estado del bienestar ya se está produciendo. Se está forzando una sustitución del sistema público por el privado a base de debilitar el primer flanco en el equilibrio existente entre uno y otro. Tal y como sucede en los ecosistemas naturales, el equilibrio entre las partes se altera si una de ellas encuentra nuevos obstáculos. Lo público ahora tiene muchos obstáculos más que antes —muchos millones de euros menos— y se tambalea, incluidos sus dos pilares: educación y sanidad.
Llegados a este punto, muchas familias optan por contratar un servicio de salud privado, ¿Por qué? ¿Para qué? Para asegurarse un mínimo en una necesidad vital como es la salud, que nuestra sanidad pública no está en condiciones de satisfacer.
Y así, poco a poco, y con la excusa de la crisis, se da un gigantesco paso atrás, que sufriremos en un futuro nada lejano, y que beneficiará a un puñado de empresas que codician la cuota de mercado ocupada por el sector público. Nos alejamos de Suecia para acercarnos a Estados Unidos.— Lluis Camps Puigsubirà. En cartas al director de El País.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario