sábado, 22 de febrero de 2014

Resuelve los conflicto mediante la comunicación no violenta

Esta es la recreación de una historia real. El protagonista de la misma es Marshal Rosenberg, un psicólogo norteamericano padre de la Comunicación No Violenta. En una de sus múltiples charlas, conferencias y trabajos a lo largo del mundo, visitó un campo de refugiados palestino. Hacía bien poco que ese campo había sido atacado por el Ejército Israelí y por todas partes se podían ver botes de gas lacrimógeno con la frase “made in USA”. Cuando estaba dando su charla, poco a poco se fue extendiendo un rumor entre los oyentes: “es americano”, “es un americano”. Rachid se levantó y le gritó “asesino de niños”, “cobarde”, etc… Al instante otros refugiados se unieron a los insultos y el ambiente se empezó a calentar.
¿Cómo logró del Dr. Rosenberg terminar el día cenando en casa del propio Rachid?
Se puede decir que Rosenberg casi se vió forzado a estudiar psicología tras presenciar y sufrir en el año 1967, unos tremendos disturbios racionales en la ciudad de Detroit. Su familia se acababa de trasladar allí, y tuvieron que pasar varios días sin poder salir de casa hasta que se calmó la cosa. Cuando el joven Marshal volvió a la escuela, recibió una paliza por parte de dos compañeros de clase, porque su apellido parecía de origen judío. Era un “kike“, en el argot de la época en Detroit.

Desde entonces a Rosenberg le obsesionaron dos cosas:
1. Qué hace a las personas abandonar su humanidad y tratar a los demás como si no fueran humanos
2. Qué hace que las personas, aun en las peores circunstancias, sigan tratando a los demás con compasión y respeto.

Rosenberg fue consciente desde el principio que el lenguaje que usamos con los demás, tiene mucho que ver en estos aspectos. Una comunicación violenta, autoritaria puede hacer mucho daño y llevar a las personas a hacer cosas tremendas. Por el contrario, unas palabras bien elegidas, que traten de empatizar con el otro, y que busquen su comprensión pueden ayudar a resolver cualquier conflicto.

Durante años, desarrolló un método para lograr, a través de la comunicación no violenta, resolver los conflictos. Este método ha sido empleado por el mismo y sus colaboradores a lo largo de todo el mundo para resolver conflictos: tribus en África, Irlanda o los Balcanes. La comunicación no violenta se compone de 4 pasos:

1. Observación.
Ante cualquier situación y sobre si creemos que puede dar lugar o ser el origen de un conflicto, lo que hay que hacer es tratar de observarla de la forma más objetiva posible, sin hacer juicios de valor. Sin pensar si es bueno o malo. Cada uno tenemos nuestro propio concepto de bondad o maldad. Tenemos sitios comunes, pero nunca juzgaremos igual dos situaciones. Por eso hay que dejar los juicios de valor de lado y centrarse en los hechos. Se trata de describir.

2. Sentimientos.
Lo siguiente es tratar de averiguar los sentimientos que nos provocan estos estos hechos. Nos hacen sentir tristes, alegres, irritados, furiosos… Cualquier acción que hagan los demás, nos provocará una reacción sentimental por nuestra parte, se trata de buscar e identificar qué sentimiento(s) nos está sacando.

3. Necesidades.
Se trata ahora de ver cómo estos sentimientos se ajustan a nuestras necesidades. Necesidades del tipo, orden, limpieza, libertad, amor, cariño, respeto, reconocimiento… Cada uno y en cada momento tenemos unas u otras necesidades que necesitamos satisfacer para sentirnos felices.

4. Peticiones.
Una vez que ya sabemos lo que realmente queremos, cuáles son nuestras necesidades, es el momento de solicitar a la otra persona que haga algo por nosotros. Que lleve a cabo una acción para hacernos más felices.

Un ejemplo para clarificar.
En cómo discutir con tu pareja y que valga la pena, ya se tocó ligeramente esta forma de abordar los problemas, pero imaginemos la siguiente situación. Tu pareja ha dejado ropa tirada en casa, una forma no violenta de comunicar la situación sería “cariño, cuando veo ropa tirada por ahí me pone de los nervios porque tener orden en casa es muy importante para mi. Por favor, ¿podrías guardarla en tus cajones y llevarla a lavar?” En pocas palabras, hemos expresado un hecho objetivo (ropa tirada), nuestros sentimientos (me pone de los nervios), las necesidades (el orden) y una petición clara (guardarla o llevarla a lavar). Una buena plantilla para expresar estos 4 pasos sería: 
“He visto/Observo/Veo que _____. 
Me siento ____ 
porque necesito ____. 
¿Estarías dispuesto/Podrías ____?”, desde luego hay formas más coloquiales de expresarlo, pero siempre es mejor tener esto en mente que tratar de resolver un conflicto con juicios de valor y acusaciones.
Fuente: Comunicación no violenta.

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