10 escapadas con alojamiento asequible
Hace unos días una lectora del blog me escribía en un comentario que estaban muy bien esos viajes maravillosos y lejanos de los que suelo hablar, pero que para la mayoría de los mortales eran lugares inalcanzables por su elevado costo. Y tenía razón. Los periodistas de viajes solemos dejarnos llevar por lo exótico y lo espectacular, y olvidamos con frecuencia hablar también de esos otros rincones más cercanos y asequibles, que en definitiva son a los que va la mayoría de viajeros. Y España está llena de ellos.
Así que para enmendar mi error aquí van 10 propuestas de viaje por España económicas, que se pueden hacer con un presupuesto muy ajustado. En cada una de ellas he añadido un alojamiento de buena relación calidad/precio con habitación doble por menos de 50 euros (las tarifas pueden variar según temporada). Además en cualquiera de esos diez destinos es fácil encontrar también hostales y pensiones más baratas.
Estas son las 10 propuestas:
1. Daroca, laguna de Gallocanta y monasterio de Piedra (Zaragoza y Teruel)
Entre los valles del Jiloca y del río Piedra, al sur de Zaragoza, se abre una comarca poco conocida pero llena de encantos. En localidades como Daroca encontraremos algunos de los mejores ejemplos de mudéjar aragonés. La laguna de Gallocanta es el gran aeropuerto intermedio de miles de grullas centroeuropeas, que pasan el invierno en este humedal; uno de los mayores espectáculos que la naturaleza reserva a los amantes de la ornitología. La ruta acaba en el Monasterio de Piedra, un oasis de verdor en medio de los secarrales aragoneses.
Para dormir:, Albergue Allucant: (en la laguna de Gallocanta), en habitaciones múltiples, 13€. Habitación doble, 50€.
2. El valle de1 Baztán (Navarra)
Encajado entre el puerto de Velate y la cordillera pirenaica, el Baztán, el valle más extenso de Navarra, es también uno de los paisajes más bucólicos y bien conservados de toda la comunidad foral. Un escenario de prados verdes y cuadriculados, caseríos de piedra y bosques de frondosas que parece sacado de un cuento de Pío Baroja. Elizondo es su capital, pero está lleno de pueblecitos encantadores con genuinos caseríos navarros, como Erratzu o Amaiur. Si dejamos el Baztán por el norte, una vez pasado el puerto de Otsondo, aparecen las cuevas de Zugarramurdi (la catedral de la brujería navarra).
Para dormir La Posada de Ziga:(Ziga), doble 50€.
3. Cabárceno y los valles de Carriedo y Pas (Cantabria)
La reutilización de una antigua mina a cielo abierto permitió crear en Cantabria uno de los parques zoológicos más originales de España. Pináculos de piedra caliza, estrechas hondonadas, valles excavados a pico y más de 4.000 árboles de 64 especies distintas forman el paisaje quebrado y laberíntico del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, un muestrario de la fauna de los cinco continentes. Desde allí se puede remontar el río Pisueña para visitar Villacarriedo y Selaya, dos núcleos urbanos de casonas cántabras rodeadas de infinitos prados verdes. La ruta puede acabar en Liérganes tras descubrir San Roque de Riomiera, una de las tres villas pasiegas.
Para dormir: Posada La Casona de Linares (Selaya); doble, 40€.
4. Grazalema y los pueblos blancos (Cádiz y Málaga)
Una enorme masa de bosque mediterráneo (alcornoques, quejigos, encinas y algarrobos) cubre esta sierra gaditana y malagueña. Pueblos de geranios y cal como Grazalema, Benamahoma, El Bosque o Ubrique puntean de blanco el interminable lienzo verde de los árboles. Aunque la verdadera joya ecológica del Parque Natural de la sierra de Grazalema ocupa una pequeña mancha de apenas mil hectáreas, a altitudes superiores a los 1.000 metros y en suelos calizos de zonas de umbría. Es el bosque de pinsapos, una conífera emparentada con los abetos de la zona fría del hemisferio norte que hace unos 15.000 años se adaptó a estas condiciones climáticas sureñas y se quedó a vivir en unos pocos rincones de Andalucía.
Para dormir: Hospedería Casa de las Piedras (Grazalema); doble desde 48€.
5. Los valles moriscos de la Marina Alta (Alicante)
A apenas media hora de coche de la costa alicantina, atestada de turistas y edificios de apartamentos, se abren tres valles pequeños, escondidos y de innegable sabor levantino. Son los valles más escondidos de la comarca de la Marina Alta (Gallinera, Alcalá y Ebo), últimos reductos moriscos de Alicante, un lugar donde las huertas y los azarbes, las aldeas blancas de callejuelas frescas, las palmeras y los campanarios destacando sobre la techumbre de adobe de las casas morunas nos hablan de otro Alicante muy alejado del tópico de sol y playa. Una ruta con salida y llegada en Pego por un territorio desconocido para la mayoría de viajeros.
Para dormir: Hotel Rural Barranc De L’infern (Vall d’Ebo); doble desde 50€.
6. Ruta de los tres templos (Guipúzcoa)
Los ríos Urola y Deba marcan una ruta por el corazón verde de Guipúzcoa en busca de tres de los santuarios más conocidos y queridos de Euskadi. El primero es la suntuosa basílica de Loiola, en Azpeitia, levantada sobre el solar donde nació el fundador de la Compañía de Jesús. Sin dejar el cauce del Urola, seguiremos después hacia Zumárraga y la ermita de la Antigua, una iglesia medieval con un riquísimo artesonado de madera. Tras saltar la cabecera del río Deba y visitar Oñate, la villa más señorial de la comarca, subiremos hasta el santuario de Arantzazu, la patrona de Guipúzcoa, uno de los lugares míticos de peregrinación del País Vasco.
Para dormir: Goiko Benta (Arantzazu, Oñati); doble 52€.
7. Parque de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén)
Con 214.000 hectáreas —el mayor espacio natural protegido de España— y 24 municipios que viven de la agricultura y la ganadería encajados en su perímetro, el parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas ha pasado de ser tan solo ese lugar donde Félix Rodríguez de la Fuente filmaba las berreas de los ciervos a ser admirado por todos como una asombrosa masa forestal en medio de la Andalucía de secanos y olivares, en la que nacen el Guadalquivir y el Segura y en la que triscan en libertad miles de ciervos, gamos, muflones, cabras hispánicas y jabalís. Lo mejor es entrar por la localidad de Cazorla y recorrer el parque por la carretera que va en paralelo al pantano de El Tranco.
Para dormir: hotel rural La Hortizuela (Coto Ríos); doble desde 45€.
8. Cardona y Solsona (Barcelona y Lleida)
Una ruta por el prepirineo catalán en busca de Cardona y Solsona, dos ciudades medievales de gran importancia histórica. Cardona conserva la fortaleza más poderosa e influyente de Cataluña, hoy reconvertida en parador de turismo. Bajo su superficie se encuentra la famosa montaña de sal, uno de los yacimientos salinos más importantes de Europa; la extracción de sal ya acabó y hoy la mina se ha reconvertido en un parque turístico con visitas a las galerías. Solsona es una de las grandes ciudades monumentales de la Cataluña interior, como atestiguan sus muchos edificios religiosos y civiles.
Para dormir: hostal La Catalana (Llorenç de Morunys); doble desde 50€.
9. A Mariña (Lugo)
La carretera N-634, que une las localidades lucenses de Mondoñedo y Ribadeo, enlaza dos de los puntos más importantes de esta provincia gallega, tanto en el interior como en los rincones de la costa, bautizada como la Mariña Lucense. El litoral alberga playas tan famosas y espectaculares como la de Las Catedrales, la de Los Castros y la de Esteiro. Y pueblos pesqueros como Foz. En el interior queda Mondoñedo, una de las ciudades más monumentales de Lugo y una de las siete capitales históricas de Galicia.
Para dormir: hotel gastronómico Boa Vista (Viveiro); doble desde 46€.
10. Sierra de Gredos (Ávila)
La sierra de Gredos presenta las mayores elevaciones del Sistema Central y también su más variada colección de flora y fauna. Se puede empezar la ruta por el desconocido valle de Iruelas, en las riberas del río Alberche, seguir por Navaluenga y luego pasar el puerto de Serranillos para caer a la vertiente sur de Gredos y el valle del Tiétar. Una vez allí hay que visitar la mancomunidad del Barranco de las Cinco Villas: San Esteban del Valle, Santa Cruz del Valle, Villarejo del Valle, Mombeltrán y Cuevas del Valle (la que más sabor a arquitectura tradicional ha logrado conservar en su recinto urbano). Y terminar en Arenas de San Pedro, la capital del alto Tiétar.
Para dormir: hotel rural Los Molinillos (El Arenal); doble, 50€.
Fuente: Viajes El País.
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