domingo, 16 de agosto de 2015

Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, y el exvicepresidente Rodrigo Rato hablaron el 29 de julio, en el despacho del ministro, sobre muchos temas, como Cataluña y otras cuestiones, además de “todo lo que me está pasando”, según declaración de Rato. Lo que le está pasando es que está siendo investigado por un supuesto blanqueo de capitales, además de por la quiebra de Bankia y asuntos turbios relacionados con esa caja, como el uso de las tarjetas black. Rato precisó que la entrevista forma parte de los contactos que mantiene con líderes del PP para explicarles su situación.

Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, y el exvicepresidente Rodrigo Rato hablaron el 29 de julio, en el despacho del ministro, sobre muchos temas, como Cataluña y otras cuestiones, además de “todo lo que me está pasando”, según declaración de Rato. Lo que le está pasando es que está siendo investigado por un supuesto blanqueo de capitales, además de por la quiebra de Bankia y asuntos turbios relacionados con esa caja, como el uso de las tarjetas black. Rato precisó que la entrevista forma parte de los contactos que mantiene con líderes del PP para explicarles su situación.

Ante el revuelo organizado por la noticia, el ministerio hizo pública una nota en la que se precisa que la conversación fue de carácter “estrictamente personal” y completamente al margen de la “situación procesal” de Rato. No puede dejar de llamar la atención que una reunión para tratar asuntos personales se celebre en el despacho oficial del ministro del Interior, y que se exponga ese dato como prueba de voluntad de transparencia. Cuando lo es sobre todo de imprudencia: dada la situación procesal de Rato y las tareas de todo titular de Interior, asombra que este último no previera el escándalo que iba a provocar el encuentro si se conocía públicamente, lo que ciertamente habría ocurrido también de haberse celebrado en el restaurante más próximo. Pero su significado político sería diferente.

El asunto era de los que encantan a los especialistas en rasgarse las vestiduras, que no se han conformado con la pieza cobrada y han elevado el punto de mira hacia el presidente Rajoy con el argumento poco científico de que nadie puede creer que Fernández no se lo consultase.

El presidente se quitó ayer de en medio tras remitir a los informadores a las explicaciones que el ministro se ha comprometido a dar en el Congreso el viernes próximo. Rajoy les desanimó advirtiendo que en ellas no habría “nada de particular”.

http://elpais.com/elpais/2015/08/11/opinion/1439320516_850380.html

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