sábado, 22 de febrero de 2020

El relator de la ONU pide acción política urgente tras su visita a la España que hiela el corazón. Philip Alston confía en que el nuevo Gobierno tome medidas urgentes para paliar las desigualdades que ha observado en una de las dos Españas, la de la población “que lucha por sobrevivir”. Dice que el adjetivo que más ha escuchado durante su estancia ha sido “abandonados”.

PABLO ELORDUY
@PELORDUY

2020-02-08 06:00
En una descripción poética que se acopla a la realidad que ha visto durante sus casi dos semanas de visitas a España, Philip Alston, relator Especial de la ONU sobre extrema pobreza y los derechos humanos, explicó que ha visto “dos Españas”, una próspera que ya conocía de sus visitas turísticas y la otra poblada por “gente en el límite, luchando para sobrevivir”. El principal problema, según indicó ayer 7 de febrero en la rueda de prensa donde presentó sus conclusiones preliminares, es que “muchos españoles no reconocerían como parte de su país” algunos de los lugares a los que ha dirigido su atención: la Cañada Real en Madrid, Los Pajaritos —a las afueras de Sevilla— o los pobladores de recolectores migrantes de la fresa en Huelva son algunos de esos puntos “con peores condiciones que un campamento de refugiados”, señaló Alston.

el de Relator Especial de Naciones Unidas Philip Alston

La visita del relator de la ONU ha coincidido en el tiempo con los primeros pasos del Gobierno de coalición formado por PSOE y Unidas Podemos, lo que Alston no ha pasado por alto. Es positivo que el Gobierno esté comprometido por la justicia social, explicó, pero los desafíos son especialmente acuciantes, especialmente en materia de vivienda. Un derecho que, como señala, está reconocido por la Constitución pero que se tiene “que empezar a tomar en serio”, ante una situación de emergencia habitacional que calificó como patética

LA SITUACIÓN DE LA VIVIENDA
En ese sentido, Alston recalcó que las políticas de construcción de vivienda social y los planes de promoción público-privados no son suficientes como para encarnar una solución por sí misma y, además, están pensadas a medio y largo plazo, lo que no resuelve el problema, que ha sido una “constante” en sus múltiples reuniones durante estos diez días.

Este experto en extrema pobreza y derechos humanos no dudó durante la rueda de prensa de ayer en aconsejar que el Gobierno de España tome en serio medidas para la limitación de alquileres, al menos en zonas sensibles, como las que han implementado ciudades como Berlín o París. “La discusión sobre el control de los alquileres es controvertida pero es una clave, hay que ir más allá de ese debate”, recalcó Alston, para quien la estabilización de precios, que tiene que ser “adaptativa y flexible” puede ayudar para “sanar esta situación”.

Philip Alston
Philip Alston, Alto Comisionado para la lucha contra la pobreza infantil, durante la rueda de prensa de conclusiones de su visita.

El informe preliminar presentado por Alston —el definitivo será presentado a Naciones Unidas el próximo mes de junio— incide en los datos aportados por la fundación Foessa. Casi una de cuatro personas se encuentran en una situación de “exclusión de la vivienda”, según datos de 2018. Los precios del alquiler han subido un 50% en el periodo de 2013 a 2019, en un contexto de pérdida de poder adquisitivo del 7,8% en la última década. Tampoco se le ha escapado al relator de la ONU el ritmo de desahucios a raíz de la crisis ha producido 712.723 desahucios en los últimos trece años.

Más de 2,5 millones de personas han sido desahuciadas en España desde 2008

MIRARSE AL ESPEJO
“España tiene que mirarse al espejo, lo que va a ver no es lo que espera”, señaló Alston durante su alocución. “La imagen de España es la de un sistema basado en la familia, en la comunidad, en el que la gente que está en problemas será ayudada… Pero la economía ha cambiado, las condiciones sociales han cambiado, y ese sistema no ha cambiado, hay mucha gente a la intemperie”, recalcó el relator de la ONU. Pobreza generalizada, un sistema de protección social inadecuado “que arrastra deliberadamente a un gran número de personas a la pobreza”, un sistema educativo segregado y anquilosado en el tiempo, un sistema fiscal que no ejerce como motor para la redistribución sino que ha beneficiado a las empresas, y una mentalidad burocrática “fuertemente arraigada”, dibujan un panorama sombrío, del que Alston solo quiso rescatar dos sectores: la sanidad pública, que calificó como una “joya” pese a las diferencias entre Comunidades Autónomas y el sistema público de pensiones.

Las “altas tasas de pobreza son una opción política”, ha resuelto Alston, quien cree que es necesaria una intervención decidida en política fiscal. “Es difícil de comprender pero, en primer lugar, se está recaudando menos que en Europa y las clases medias se están beneficiando más del sistema fiscal que los pobres”, apuntó, antes de apostillar que los impuestos sobre empresas han sido recortados un 10% durante los años de crisis. Por último, Alston pidió transparencia al Gobierno para saber cuáles son realmente los impuestos que pagan las empresas.

Segregación educativa y pobreza infantil van de la mano en otro de los capítulos que ha reseñado el relator en su visita. El abandono escolar temprano se da en una situación en la que los adolescentes y jóvenes son perjudicados por la quiebra del ascensor social que debería ser la educación que, “en principio es buena, gratis, universal, pero en la práctica mucha gente no tiene con qué pagar los gastos asociados”, resalta Philip Alston. En su visita ha constatado que hay “diferencias enormes en educación entre las comunidades. Es inevitable pensar que hay que tener una coordinación seria y el gobierno nacional es el único que puede marcar la diferencia”.

La exclusión del pueblo gitano, las condiciones de trabajadores migrantes con o sin papeles —algunos de los cuales viven “en las peores condiciones que he visto”, dijo Alston— de las mujeres víctimas de violencia de género o los menores extranjeros no acompañados son otros de los puntos que la visita del relator de la ONU ha puesto de relieve. “La palabra que he escuchado con mayor frecuencia es abandonados”, resume en su evaluación preliminar. Muchas familias, destaca, se encuentran en la disyuntiva entre comer y calentarse, como consecuencia de los altos precios de la energía.

Alston ha sido generoso con el nuevo Gobierno en su informe, ya que cree que la retórica de derechos sociales y justicia social que ha acompañado la formación de la coalición es positiva. También indicó su convicción de que las Comunidades Autónomas no se resistirán “si el gobierno implementa mecanismos de financiación para transferir fondos”. No obstante, España tiene poco tiempo para mejorar sus cifras, salir de la crisis con un incremento de la desigualdad fue una opción política y combatir esa decisión llevará años y, quizá, enfrentará a España con imágenes que no ha querido ver hasta ahora.

https://www.elsaltodiario.com/desigualdad/relator-onu-pide-accion-politica-urgente-tras-visita-espana-hiela-corazon

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