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viernes, 24 de julio de 2020

La olvidada historia de cómo Venezuela fue cedida por años a una acaudalada familia alemana obsesionada con la búsqueda de El Dorado

Bartolomé Welser, El Viejo
Bartolomé Welser, El Viejo, la cabeza de la poderosa familia de banqueros y comerciantes alemanes que colonizó Venezuela por casi dos décadas.

Cuando se habla de las potencias europeas que colonizaron América Latina se suele pensar en España y Portugal.

Pero el Sacro Imperio Romano Germánico -como se conoció hasta el 1800 a la actual Alemania- también tuvo un papel, aunque breve y poco conocido, en la historia de esta región.


Durante 18 años, entre 1528 y 1546, una familia de banqueros y comerciantes alemanes tuvo a su cargo la llamada Provincia de Venezuela, un territorio situado en el norte del actual país caribeño, que acababa de ser descubierto por la corona española.

Se trataba de una transacción económica: la familia en cuestión, los poderosos Welser de Augsburgo, le habían prestado mucho dinero al rey español Carlos I, quien también era emperador del Imperio Romano Germánico (bajo el título de Carlos V).

Fue justamente para obtener este último título, que requería ganar los votos de siete príncipes electores, que el monarca se endeudó fuertemente con algunos banqueros europeos.

Sus principales prestamistas fueron dos familias del sur de Baviera, los Welser y los Fugger (Jakob Fugger). Pero eventualmente los primeros se convirtieron en acreedores de la deuda total, que ascendía a lo que hoy serían unos US$25 millones.

El problema fue que cuando Carlos logró ser nombrado emperador alemán, en 1520, no comenzó a devolver el dinero. Tras años de negociaciones, las partes llegaron a un acuerdo.

En vez de dinero, Bartolomé Welser y su familia recibieron una porción de tierra en el Nuevo Mundo, que podrían explotar para su propio beneficio.

El rey le cedió al banquero alemán la Provincia de Venezuela, que pasó a llamarse Klein-Venedig (Pequeña Venecia, en alemán).

En busca de El Dorado

La región, que también se conoció como Welserland (país Welser) y Welser-Kolonie (Colonia Welser), era de especial interés para esta familia de comerciantes y financieros, ya que en la época muchos estaban convencidos de que allí se encontraba la mítica ciudad de El Dorado, hecha de oro.

La zona que quedó en manos de los alemanes se extendía unos 900 kilómetros, casi desde la actual frontera con Colombia, al oeste, hasta lo que hoy es la ciudad de Barcelona, capital del estado de Anzoátegui, al este.

El acuerdo establecido con la corona era que los Welser fundarían dos ciudades y construirían tres fortalezas, desde las cuales se organizarían las expediciones a la selva para buscar oro.

A cambio, podrían gobernar a gusto: nombrando sus propios gobernadores, usando a los indios como mano de obra forzada y trayendo hasta 4.000 esclavos desde África.

Si bien no tenían que pagar impuestos al rey, se acordó que el monarca se quedaría con un décimo del oro hallado.

Con el fin de encontrar ese tesoro, los Welser nombraron como gobernador de la Provincia de Venezuela al explorador alemán Ambrose von Alfinger, quien ya era representante comercial de los banqueros en la isla de La Española (hoy República Dominicana y Haití).

También enviaron a su colonia a 400 mineros alemanes, que acompañaron a Alfinger en sus expediciones.

El conquistador alemán no encontró El Dorado y tampoco logró hallar las riquezas que anhelaban los Welser.

Sin embargo, sí dejo su huella en la historia de Venezuela: en 1529 fundó Maracaibo, hoy una de las ciudades más importantes del país caribeño.

De mal en peor

Cuando Alfinger falleció en 1533, a causa de una herida producida por una flecha, fue reemplazado por Georg von Speyer, quien no tuvo mejor suerte.

Tras años de expediciones infructuosas, Von Speyer renunció por problemas de salud en 1539 y un año después falleció.

Para entonces, muchos de los colonizadores que habían llegado desde Alemania habían perdido la vida, ya sea a causa de enfermedades locales para los que no estaban inmunizados o en enfrentamientos con los pueblos indígenas.

Pero los Welser no bajaron los brazos. El heredero de la familia, también llamado Bartolomé, como su padre, viajó personalmente a Venezuela en 1540 y se sumó a una larga expedición organizada por el tercer gobernador alemán de la región: Philipp von Hutten, quien ya había explorado la zona junto con Von Speyer.

Por cinco años recorrieron el interior de la provincia.

Ante su ausencia, y cansado de los muchos problemas que había generado tener una colonia alemana en su territorio, el rey Carlos reclamó el derecho de nombrar a un gobernador interino.

Envió a Juan de Carvajal a la capital de la provincia, Santa Ana de Coro.

Cuando los exploradores regresaron, en 1546, Carvajal los capturó y los ejecutó.

El monarca español dio por terminado el acuerdo con los Welser por incumplimiento de contrato.

Así concluyó la principal experiencia colonizadora alemana en América.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53031171

CARLOS V Y SUS BANQUEROS. RAMON CARANDE. Obra fundamental de la historiografía española para conocer el reinado de Carlos V y sobre todo su economía.

martes, 29 de enero de 2019

El analfabeto político. Bertolt Brech

Bertolt Brecht es uno de los personajes de la historia que más me fascina. Son muchas las facetas que se pueden mencionar de él, pero posiblemente su capacidad crítica con todos los gobiernos existentes fue lo que le hizo pasar a la historia como uno de los escritores y poetas más relevantes del siglo XX.

I: Bertolt Brecht
Un buen ejemplo de su forma de criticar es esta texto que se le atribuye, en el que no ataca directamente a los gobiernos, como hizo en Miedo y Miserias del Tercer Reich, si no a las razones por la que muchas veces nos encontramos en el poder con gente que nunca hubiéramos querido ahí:

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

El pasado agosto hizo 54 años de la muerte de Bertolt Brecht, y este texto sigue teniendo tanto sentido como cuando él vivía. Cada vez son más a los que les encanta decir que no tienen el más mínimo interés por la política, que ni saben ni les interesa la política, que son apolíticos, olvidando el origen de la palabra polis ciudad, el que vive en la ciudad el ciudadano, el portador de derechos. Y esos derechos han costado sangre y luchas a muerte, para dejar de ser esclavos, librarse de la servidumbre y alcanzar la categoría de ciudadano de habitante con todos los derechos de la polis, la ciudad, no ser un meteco, alguien sin derechos.

Su planteamiento para las siguientes elecciones es simplemente votar por inercia al partido que siempre han votado, o directamente no ir a votar por considerar que no existe una opción política digna, pues él se desentiende o se considera por encima de todos, no le importa su sociedad por inferior o la desprecia por superior..

Pero la indiferencia del creciente número de analfabetos políticos no va a arreglar la situación, y simplemente permitirá que la misma gente se mantenga en el poder, ya sea por los votos por inercia o por abstención, haciendo y deshaciendo a su parecer.

Nota: Existen muchas dudas sobre esta atribución a Bertolt Brecht, pese a estar muy extendida.

https://recuerdosdepandora.com/citas/bertolt-brecht-el-analfabeto-politico/

sábado, 8 de octubre de 2016

Los vecinos de Alemania que pagan una renta de un dólar al año desde hace cinco siglos


Vecinos
¿Te acaban de subir la renta y te cuesta llegar a fin de mes? Quizás tengas suerte y consigas un lugar en "Fuggerei", una comunidad en la ciudad alemana de Augsburgo donde los vecinos pagan un dólar al año de alquiler (88 centavos de euro).


Le llaman "el proyecto de vivienda social más antiguo del mundo" y a sus residentes no les han subido la renta desde el siglo XVI, cuando se pagaba en florines.

Hoy viven allí unas 150 personas, en pintorescas viviendas algunas de las cuales han permanecido casi inalteradas desde su construcción.
"Somos una pequeña comunidad y nos llevamos bien", le explica a BBC Mundo Ilona Barber, una vecina de 66 años.
El complejo contiene también un museo, una vivienda en exposición y un búnker construido durante la Segunda Guerra Mundial (En el bunker hay una pequeña exposición donde se pueden contemplar fotos del bombardeo que sufrió el barrio por parte de aviones ingleses, ya casi al final de la guerra) y es una de las atracciones turísticas de Augsburgo, una ciudad del estado de Baviera, en el sur del país.

"Suerte" "Fuggerei" fue fundado en 1521 por Jakob Fugger "el Rico", un comerciante y banquero de la época que volcó parte de su ímpetu filantrópico en un complejo residencial dedicado a los necesitados de la ciudad. 

Pero la dádiva tenía unas condiciones que Fugger dejó escritas: para poder residir allí, además de necesitarlo por motivos económicos, había que ser católico y rezar tres veces al día. 

Las mismas condiciones se aplican hoy en día, aunque Astrid Gabler, encargada de comunicación y programas de Fuggerei, dice que es una decisión personal de los vecinos si quieren cumplir con las exigencias de plegarias del fundador.

El recinto cuenta con una iglesia y un cura, que vive también allí.

Hay otros requisitos. Las puertas, por ejemplo, se cierran cada día a las 10 de la noche.
Si alguien llega tarde, tiene que pagar una multa de entre 50 centavos y un euro, dependiendo de la hora.

Ilona Barber se considera afortunada.
A sus 66 años, la pensión estatal que recibe es "muy limitada" y no le llegaría para pagar una renta en la ciudad.

Cada mañana saca a pasear a su vecino de abajo, Friedrich Fischer, de 95 años.
Fischer vive en Fuggerei desde antes de la Segunda Guerra Mundial.

"Los residentes hacemos trabajos para la comunidad. Yo ahora me encargo de la vigilancia durante la noche", le cuenta Barber a BBC Mundo.

Un importante banquero
Fugger fue un personaje tan importante en su época que Alberto Durero, el pintor más famoso del Renacimiento alemán, lo inmortalizó en un retrato.

"Fugger nunca ha sido celebrado como Cosimo de Medici y sus hijos y primos florentinos", escribió el semanario The Economist.

"Pero era el mejor banquero. Si hoy estuviera vivo, hubiera arrasado en Wall Street y en la City de Londres".

Procedente de una familia adinerada, logró aumentar la fortuna familiar con operaciones mineras y comerciales.

Pero su éxito le generó también críticas. Entre ellas las de Martín Lutero, impulsor de la Reforma protestante.

"Lutero preguntó si era un designio de Dios que tanta riqueza e influencia se concentraran en una sola persona", recuerda el diario Financial Times en un artículo sobre Fuggerei publicado en 2008.

Con parte de su riqueza, el banquero creó un fondo en nombre del santo local, San Ulrich, dotado de 10.000 florines.
Esto garantizaba un interés de 500 florines anuales para las fundaciones de caridad que creó.
Las inversiones que ha hecho la familia en el transcurso de los años y los intereses que aportan garantizan la financiación de Fuggerei todavía en la actualidad.
Otra fuente de financiación son las entradas que pagan los turistas.
El complejo recibe unos 180.000 visitantes al año.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-37452828