Mostrando entradas con la etiqueta Pablo Iglesias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pablo Iglesias. Mostrar todas las entradas

viernes, 12 de junio de 2020

Lo que resulta insoportable a las derechas españolas. Les resulta insoportable que el proyecto de reconstrucción "europea y nacional" que se va a poner en práctica esté dirigido por un gobierno presidido por Pedro Sánchez.

Javier Pérez Royo

Los españoles hemos sido convocados a unas elecciones legislativas o generales en cuatro ocasiones entre diciembre de 2015 y noviembre de 2019. Tras las elecciones de 2015 no se alcanzó la investidura de un candidato como Presidente del Gobierno y hubo disolución automática y una nueva convocatoria, que se celebró en julio de 2016. Mariano Rajoy sería investido Presidente gracias a la abstención del PSOE, sin la cual la mayoría parlamentaria hubiera sido contraria a su investidura.

En 2015/2016 Rajoy había dilapidado el capital político, 186 escaños, de las elecciones de 2011. El PP continuaba siendo el primer partido del país, pero "la derecha" española que el PP desde las elecciones de 1993 representaba prácticamente en régimen de monopolio, había dejado de ser mayoritaria en el Congreso de los Diputados. Por eso fue posible el éxito de la moción de censura "constructiva" presentada por Pedro Sánchez en 2018, que exige la aprobación por mayoría absoluta (art. 113 CE).

Pedro Sánchez se vería obligado a disolver las Cortes Generales en 2019 ante la imposibilidad de conseguir la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, y convocaría elecciones generales en abril de 2019. En estas elecciones el PSOE pasaría a ser el primer partido del país, aunque con 123 escaños. Pero, a diferencia de lo que le ocurrió a Mariano Rajoy en 2016, Pedro Sánchez si tenía la posibilidad de articular una mayoría parlamentaria sin la necesidad de la abstención del PP, que le permitiera no solo alcanzar la investidura, sino que le protegiera, además, frente a una posible moción de censura.

Por razones nunca explicadas, Pedro Sánchez optó por no articular una mayoría de investidura con base en el resultado de las elecciones de abril de 2019, intentando conseguirla a través de la abstención del PP y Ciudadanos. El fracaso en el intento conduciría a nuevas elecciones en noviembre de 2019, en las que nuevamente el PSOE no solamente sería el primer partido, sino que seguiría disponiendo de la posibilidad de articular una mayoría de investidura sin necesidad de la abstención del PP.

La derecha española "agotó" su programa de dirección política del país en la legislatura 2011-2015. Dicho agotamiento se tradujo, además, en la fragmentación del espacio político de la derecha, que de estar ocupado en régimen de monopolio por el PP, pasó a una situación de mucha fluidez, en la que el PP se mantiene como primer partido de la derecha, pero teniendo que competir muy duramente con Ciudadanos en un primer momento y con Vox a continuación. Y en todo caso, quedando como opción minoritaria tanto social como políticamente. Las "tres derechas" no suman para convertirse en el Gobierno de la Nación.

El cuerpo electoral español ha reiterado desde 2015 que la "idea de la España Constitucional" que proponen PP, Ciudadanos y Vox, que es una "idea anti nacionalista", de la que quedan excluidos todos los que no están dispuestos a la "esterilización" de la autonomía de Catalunya bien mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución o la amenaza de hacerlo, es una propuesta minoritaria. Hay una mayoría clara del cuerpo electoral contraria a esa idea. Resulta que los partidos que las "tres derechas" consideran que no son "constitucionales" son mayoría en la España Constitucional.

El intento de apropiarse de manera exclusiva y excluyente de la Constitución, visto con la perspectiva que nos proporciona el tiempo, ha sido un error. Los ha conducido a estar en minoría. Y en una minoría no bien avenida. No ha habido en estos años ningún intento de alcanzar un acuerdo de naturaleza programática entre ellos, sino que simplemente se han "repartido" el poder, cuando han conseguido sumar los escaños suficientes en Comunidades Autónomas y municipios. No hay en el horizonte señal indicadora alguna de un programa para la dirección política del país. Las tres derechas carecen de una "alternativa de gobierno".

Y sin un programa "recognoscible", por utilizar el término con el que el Tribunal Constitucional identificó el contenido esencial de los derechos fundamentales, en el que ciudadanos de derecha y de centro puedan reconocerse, es muy difícil, por no decir imposible, competir con posibilidades de éxito. Competir de manera democrática. Con aceptación de las reglas de juego establecidas constitucionalmente.

Dichas reglas exigen reconocer que el presidente del Gobierno investido por el Congreso de los Diputados tiene "legitimidad" democrática para dirigir políticamente el país. Tiene "legitimidad" para hacer uso de la forma constitucionalmente prevista de los instrumentos de protección excepcional o extraordinaria del Estado, como es el estado de alarma, cuando la naturaleza de una emergencia sanitaria como la generada por la COVID-19 así lo aconseja. Tiene "legitimidad" para participar como Gobierno de un Estado miembro en la configuración de la política de la Unión Europea, singularmente importante en la encrucijada en que nos encontramos.

Las derechas españolas tenían que haber aceptado que Pedro Sánchez es el presidente de Gobierno "legítimo" del Estado español. Tenían que haber aceptado que ellas no disponen de una mayoría alternativa en el Congreso para acceder al Gobierno de manera constitucional y que, en consecuencia, su deber de ejercer la oposición tiene que moverse dentro de las posibilidades y límites que la Constitución contempla. Uno de los cuales son los cuatro años de duración de la legislatura.

Esto es lo que las derechas españolas no han hecho. Intentaron torpedear la investidura de Pedro Sánchez haciendo una llamada expresa a la "rebelión" de algún diputado "valiente" socialista y, una vez que no lo consiguieron, han aprovechado una "tragedia nacional", como son el número de fallecidos por la COVID-19, para intentar "reventar" políticamente la legislatura. Dentro de las Cortes Generales, como hemos tenido ocasión de ver en los plenos del Congreso de los Diputados de estas últimas semanas. Desde el Gobierno de alguna Comunidad Autónoma como la de Madrid. Con maniobras judiciales y en el interior de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se califican por sí mismas.

Las derechas no tienen prisa por gobernar, sino por destruir al Gobierno, por impedir que se pueda poner en práctica el programa de gobierno que se votó mayoritariamente en la investidura, ajustado a las exigencias que la pandemia generada por la COVID-19 está imponiendo y va a seguir imponiendo por bastante tiempo.

Lo que aterra a las derechas es que un Gobierno no presidido por ellas sea el que dirija la "reconstrucción" del país, a la que inevitablemente habrá que proceder tras el impacto de la pandemia. Europa tuvo que reconstruirse tras la Segunda Guerra Mundial. Ahí empezó a prefigurarse políticamente Europa, aunque con una dimensión más económica que política. De esa prefiguración quedó excluida España por razones conocidas.

Europa va a tener que reconstruirse a partir de ahora mismo, dada la magnitud de la catástrofe todavía no cuantificada en su integridad, pero que, aunque distinta, no va a ser menor que la de los años cuarenta. La participación de un gobierno presidido por Pedro Sánchez representando a España en esta reconstrucción "europea y nacional" es lo que resulta insoportable a las "derechas españolas".

https://www.eldiario.es/contracorriente/derechas_6_1032106800.html

sábado, 30 de abril de 2016

Respuesta al exfiscal Carlos Jiménez Villarejo sobre Podemos

Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015

Antes de contestar las críticas a Podemos de Carlos Jiménez Villarejo me siento en la necesidad de hacer tres aclaraciones. Una es que le tengo gran estima, le considero un amigo y un gran catalán y español, que ha hecho muchísimo por Catalunya, mostrando la enorme corrupción del establishment político que ha gobernado Catalunya durante la mayoría de años desde el fin de la dictadura, con la excepción del periodo corto del tripartito.

Habiendo dicho esto, también tengo que subrayar que estoy en desacuerdo, no solo con los argumentos que está utilizando frente a Podemos, sino con la manera y con la forma en la que los expresa, así como en los fórums en donde los presenta. Un intelectual de izquierdas tiene que ser siempre cuidadoso de que sus críticas a las izquierdas no puedan ser utilizadas parar reforzar las derechas, tal como él está haciendo, sin lugar a dudas de una manera inconsciente. Pero lo está haciendo. No es de extrañar que medios claramente hostiles a las izquierdas en general y a Podemos en particular, como El País, le estén publicando entrevistas que refuerzan la sabiduría convencional del establishment político-mediático contra Podemos, el movimiento político al que quieren destruir.

La tercera clarificación que siento la necesidad de hacer es que no soy miembro de ningún partido político. Y aun cuando aconsejo a mis estudiantes a los dos lados del Atlántico Norte que militen en partidos, decidí a la vuelta del exilio, al reintegrarme en la vida académica y política del país, apoyar a todas las fuerzas progresistas que me pidieran ayuda. Y así lo he hecho. Asesoré a muchos gobiernos del PSOE, ayudé a gobiernos municipales de IU, y en Catalunya he asesorado prácticamente a todos los partidos y movimientos progresistas. Y ha sido un placer para mí asesorar al movimiento-partido Podemos que considero una de las mayores esperanzas para el cambio que este país necesita. De ahí que sienta la necesidad de defender a Podemos frente a ataques injustos como los que Villarejo hace en sus frecuentes declaraciones recientes, pues, a pesar de los errores y debilidades de Podemos (que son menos de los que se magnifican en los medios), Podemos es hoy la mayor fuerza transformadora a nivel de España, junto con otros partidos – como En Comú Podem, En Marea, Compromís– con los cuales se ha aliado en un proyecto común, y con otros con los que también debería aliarse, como IU. Ni que decir tiene que las opiniones que expreso son las mías, pues tal partido Podemos tiene mejores portavoces y más elocuentes que yo en su defensa. Paso ahora a analizar los argumentos, tal como Villarejo los ha ido presentando.

Critica nº 1. El hecho de que Podemos no apoye la coalición PSOE-Ciudadanos significa que es responsable de la continuación del gobierno Rajoy

Este argumento ha sido empleado miles de veces por el PSOE, por Ciudadanos y por El País (que sistemáticamente apoya a Ciudadanos), entre muchos otros. Pero tal supuesto asume erróneamente que la coalición PSOE-Ciudadanos es la única posible. Y ello no es cierto. Siempre ha habido otra alternativa que sería mucho más transformadora que la alternativa que todos ellos apoyan, y es que se formara un gobierno de coalición de las izquierdas –PSOE, Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís e IU– con el apoyo del PNV, y sin el apoyo pero con la abstención de ERC y Convergència (he detallado en otro artículo cómo ello podría ocurrir; ver “En defensa de Podemos: sí hay alternativas”, Público, 08.03.16). Esta alternativa nunca ha sido considerada en serio por el PSOE. La evidencia de que ello ha sido así es abrumadora. No se puede ignorar u ocultar este hecho.

Las razones por las cuales no se ha considerado esta alternativa son varias. Pero la más importante es el hecho de que la dirección del PSOE, y sobre todo de su equipo económico, está estancada en la cultura liberal y en las políticas neoliberales que la mayoría de la socialdemocracia en Europa ha hecho suyas, estancamiento que se debe al maridaje y a la complicidad de la dirección del PSOE con el establishment financiero y económico del país. Y esto no es un mero eslogan izquierdista. Es una realidad ampliamente documentada. Y sus políticas económicas, así como el equipo económico que las configuró, son un ejemplo de ello.

Mi área de trabajo son las políticas públicas, que es un área de conocimiento que mezcla macroeconomía, economía política y ciencias políticas, y sé de lo que hablo. La reacción del gobierno Zapatero frente a la crisis de 2008 fue una respuesta neoliberal de libro de texto, lo cual podía predecirse analizando su equipo económico. He escrito extensamente sobre ello. Y el PSOE nunca ha hecho una autocrítica sobre la aplicación de sus políticas neoliberales, tanto de su reforma laboral (que inició el descenso salarial y el debilitamiento de los sindicatos, con el notable deterioro del mercado de trabajo) como de sus recortes de gasto público social, políticas públicas que fueron continuadas y expandidas por el PP. Hoy su equipo económico está dirigido por un economista que en su día estaba en contra de subir los impuestos y el gasto público (ver mi artículo “El fracaso del socialismo liberal”, Público, 23.08.13), en uno de los países que tiene uno de los gastos públicos per cápita más bajos de la UE-15 (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo al español).

Este equipo económico del PSOE es mucho más próximo al equipo económico de Ciudadanos (cuyo dirigente es el economista, también neoliberal, Luis Garicano, uno de los fundadores del blog de Nada es gratis -financiado durante mucho tiempo por el IBEX-35-, y que ha apoyado la reforma laboral sumamente regresiva del Partido Popular) que al equipo económico de Podemos.

La alianza PSOE-Ciudadanos no permitiría el cambio que el país necesita
El hecho de que el equipo económico del PSOE esté estancado en el pensamiento neoliberal explica que desde el principio y después del 20D, el PSOE escogiera la alianza con Ciudadanos en detrimento de Podemos, poniendo a este último partido en una situación subalterna y de apéndice del pacto PSOE-Ciudadanos. Decir ahora que no ha habido una alternativa al gobierno de Rajoy por culpa de Podemos es injusto e insostenible. La alianza del PSOE con Ciudadanos es coherente con la experiencia del PSOE en su respuesta a la crisis. Hoy el tema clave en España y en Europa es si se continúan las políticas de austeridad, de recortes y de bajadas de salarios, o no. Lo peligroso de Rajoy han sido sus políticas, que, en su esencia, se continuarían con la alianza PSOE-Ciudadanos.

Villarejo y el manifiesto Es posible y necesario un gobierno del cambio (promovido primordialmente por círculos afines al PSOE) detallan correctamente la enorme crisis social que España está viviendo, pero por lo visto no son conscientes de que este deterioro se debe precisamente a las políticas neoliberales que el PSOE inició, que el PP expandió con el aplauso de Ciudadanos, y que ahora no variarán con la alianza PSOE-Ciudadanos. Lo que se necesita es un cambio de políticas públicas, revirtiendo las actuales. Pero ello requiere que el PSOE hubiera, desde el principio, explorado una alianza con Podemos, y no con Ciudadanos. Aliarse con este partido, de clara tendencia neoliberal, para luego pedir el apoyo de Podemos (que es lo que ha ocurrido) es incluso ofensivo para este último partido. Y es lógico que Podemos no quiera aceptarlo. El pacto PSOE-Ciudadanos ya limita las posibilidades de cambio, por mucho que Podemos cediera (que, por cierto, ha cedido en áreas muy importantes, como el estímulo económico). La única alternativa es que el PSOE hubiera indicado sus interés sincero por aliarse con Podemos primero, lo cual nunca hizo.

Crítica nº 2. Pablo Iglesias es responsable del no acuerdo con el PSOE por su insulto a Felipe González y Cía.
Creerse que el PSOE quería explorar seriamente la posibilidad de aliarse con Podemos, pero que no lo hizo porque Pablo Iglesias tomó una actitud ofensiva hacia el PSOE, es ignorar no solo lo dicho anteriormente, sino también la enorme avalancha hostil hacia Podemos por parte del PSOE. ¿Qué no se acuerdan de los insultos de Felipe González, entre otros, presentando a Podemos como “un satélite de Venezuela, controlado por un gobierno que es peor que el de Pinochet”? La lista de insultos era y es enorme. El País, en cuyas páginas Villarejo hace las acusaciones, había descrito en un editorial reciente el programa de Podemos como un panfleto utópico e irrelevante, definiendo además a sus aliados, como es el caso de “En Comú Podem”, como partidos independentistas ansiosos por separarse de España, y presentando el “referéndum” como un referéndum separatista. Es difícil encontrar tanto sectarismo.

El referéndum es en realidad el mejor instrumento para resolver el tema secesionista. Miren lo que está pasando en el País Vasco, donde Podemos, que no es secesionista pero defiende el referéndum, (como también ocurre en Catalunya), se ha convertido también allí en el primer partido del país en votos, por encima de los secesionistas. Los que se oponen al derecho a decidir no parecen darse cuenta que el derecho a decidir es, por definición, el derecho a escoger, y una alternativa, entre otras, es la secesión, pero no la única. La negativa a la probabilidad de hacer un referéndum es precisamente lo que está llevando al deseo de independencia. Y en cuanto al programa económico, voces más creíbles y neutrales que El País lo han definido como lo que España necesita (ver mi artículo “El director asociado del ‘Financial Times’ apoya las políticas económicas de Podemos”, Público, 25.11.14). Por cierto, el argumento de que el PSOE no respondió positivamente a Podemos por considerarse ofendido con las referencias de Pablo Iglesias al pasado de Felipe González no es creíble, vista la experiencia de la dirección del PSOE cuando Zapatero gobernaba, que no tuvo ningún inconveniente en sentarse con Rajoy, para nada menos que cambiar la Constitución para garantizar los intereses del capital financiero, y ello a pesar de que el PP había acusado al PSOE de “traicionar a las víctimas del terrorismo”. El PSOE ofrece una sensibilidad muy variable y una capacidad de ser ofendido muy diferente según los intereses que defiende.

¿Por qué Villarejo y otros no consideran posible la alternativa de izquierdas?
Un punto clave para que se establezca una alternativa de izquierdas es desarrollar otra visión de España distinta a la del nacionalismo españolista (utilizo esta expresión sin ningún tono peyorativo, para diferenciarlo, por ejemplo, del nacionalismo catalanista). Ni el PSOE ni Ciudadanos ni Villarejo quieren modificar su visión de España. Villarejo se ha opuesto siempre al derecho a decidir bajo argumentos constitucionalistas. Esta fue la causa de que dejara ICV. Y esta es una de las causas de que deje ahora Podemos. No se distanció de Podemos antes porque la postura de Podemos ha ido evolucionando y es ahora clara y sin ambivalencias a favor del derecho a decidir, lo cual sobrepasa el nivel de tolerancia de los nacionalistas españolistas. Hoy la visión de España de Podemos es claramente la de la España plurinacional (en lugar de una España uninacional), la misma versión, por cierto, que las izquierdas habían tenido durante la lucha en contra de la dictadura. El PSOE se ha olvidado que había pedido el derecho a decidir durante la resistencia en contra de la dictadura. De ahí que yo respete pero no comparta la visión de Villarejo sobre España ni tampoco sobre la Constitución.

Crítica nº 3. La Constitución no permite los cambios sugeridos y propuestos por Podemos
La importancia de este argumento depende de la visión que se tenga de la Transición y del proceso que creó tal documento. No estoy de acuerdo con la versión idealizada de la Transición (ni tampoco de la Constitución), que presenta tal proceso como resultado de un consenso entre los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos de la Guerra Civil, que debería replicarse de nuevo ahora. Se olvida que ese supuesto consenso no era entre iguales, puesto que los herederos de los vencedores lo tenían casi todo (incluyendo el control de los aparatos del Estado y de la mayoría de los medios de información y persuasión), mientras que los herederos de los vencidos salían de la cárcel o de la clandestinidad, o volvían del exilio. No podía haber mayor desequilibrio de fuerzas. Y la Constitución reflejó este desequilibrio.

La visión de España en la Constitución es primordialmente la visión de los vencedores de la Guerra Civil. Y ello fue consecuencia de una serie de renuncias de las izquierdas. Y, por si fuera poco, la lectura de tal Constitución la controla el aparato constitucional y jurídico heredado de la dictadura, que ha dado múltiples muestras del sesgo de su lectura de las leyes, entre las cuales está la Constitución. No fue casualidad que el desencanto con el Estado español en Catalunya se acentuara cuando el Tribunal Constitucional vetó elementos importantes que habían sido aprobados por la población catalana en referéndum.

Y aunque mucho se ha hecho para corregir los enormes déficits sociales y democráticos del Estado español, el hecho es que España, tras casi cuarenta años en democracia, tiene una de las democracias más limitadas en la UE-15 y tiene también uno de los gastos públicos sociales per cápita más bajos de la UE-15, síntoma del enorme poder que las derechas han tenido y continúan teniendo sobre el Estado español. En realidad un porcentaje elevado de catalanes votaron a favor de la secesión no porque fueran independentistas (que no lo son), sino porque no se identificaban con el Estado español, situación que es probable que aumente, en la medida que los partidos mayoritarios y gobernantes en España sean partidos que gocen de un apoyo muy minoritario en Catalunya. La única medida preventiva de que tal sentimiento secesionista no continúe extendiéndose es que gobiernen en España fuerzas políticas que gocen de un amplio apoyo en Catalunya (y en lo que definen en la capital del Reino como “la periferia”).

Me parece obvio que España necesita otra transición, resultado de otro contexto político, con una correlación de fuerzas distinta y más equilibrada que la que tuvo lugar en la primera transición. Considerar el pacto PSOE-Ciudadanos como el eje impulsor del cambio, cuando ambos partidos se oponen al cambio social (con una ruptura con las políticas neoliberales) y nacional (con su oposición a la España plurinacional), es un profundo error de proporciones históricas. La única solución habría sido que el PSOE hubiera dado prioridad a desarrollar una alianza con las izquierdas auténticamente transformadoras. Aliarse con Ciudadanos va precisamente en sentido opuesto al que debería haberse tomado en caso de que el PSOE hubiera tenido una vocación transformadora.

Crítica nº 4. En España se necesita un compromiso histórico a la italiana, que quiere decir aliarse con todas las fuerzas democráticas, incluyendo las derechas
Villarejo critica a Podemos por no ser capaz de alianzas transversales, tal como ocurrió en la Transición, y en el Compromiso Histórico Italiano. Ya he indicado que la alianza que nos trajo la Transición fue fruto de un enorme desequilibrio de fuerzas. Decir esto no es proponer que no se hicieran tales alianzas, pues probablemente no había otra alternativa. Pero las fuerzas progresistas tienen que darse cuenta de que pagaron un coste elevado debido a su debilidad, que deberían corregir cuando adquirieran mayor poder.

Por otra parte viví de cerca el Compromiso Histórico en Italia, pues viví la experiencia chilena de primera mano cuando asesoré al gobierno de la Unidad Popular en Chile, que tuvo un impacto enorme en el Partido Comunista Italiano (PCI) y en la dirección de tal partido, en la cual conocí a su Secretario General, Enrico Berlinguer, a través de su hermano Giovanni, que también estuvo en la dirección del PCI y que era (hasta hace unos meses, cuando murió) uno de mis mejores amigos en Europa. Pude, por lo tanto, seguir de cerca las reflexiones de aquel partido en aquel momento histórico, resultado de la concienciación de que una política auténticamente transformadora requiere el apoyo de una gran mayoría, basada en amplias alianzas. Pero de ahí no se deriva que Podemos debería aliarse con Ciudadanos y con el PSOE en las condiciones impuestas por tal dúo, como Villarejo y otros asumen. El contexto italiano era entonces muy diferente al español ahora. La alianza del PCI con la Democracia Cristiana era para defender al Estado democrático frente a sus enemigos internos que querían destruirlo. No así en España (por mucho que las derechas así intenten presentarlo). En España la dicotomía no es tener un Estado democrático o tener una dictadura, sino la continuación o no de las políticas neoliberales que están dañando enormemente a las clases populares, bajo la excusa de defender la “unidad de España”, que es, ni más ni menos, que la defensa de la España radial y uninacional, que niega su plurinacionalidad. Aliarse con aquellos que son responsables de la continuación de tales políticas es perpetuar una situación que cierra por muchas generaciones la posibilidad del cambio. Y hacerlo cuando además hay una posible alternativa auténticamente reformadora es también un error de proporciones históricas. Es el PSOE el que, al escoger a Ciudadanos, condenó al país a continuar este desastre, facilitando a la vez la ruptura de España. Si no se lo creen, esperen y lo verán.

Crítica nº 5. Podemos está demostrando que le interesa más el poder que las necesidades de los ciudadanos
Encuentro esta acusación no solo injusta, sino de “bajo fondo”. De nuevo, esto es de lo que el establishment político-mediático está acusando a Podemos con el fin de desacreditarlo, atribuyendo sus demandas de participar en el gobierno a un deseo de poder personal para ocupar sillones y privilegios. Es comprensible que el establishment político conservador y liberal tenga esta percepción de Podemos, pues, como dice el refranero popular, “cree el ladrón que todos son de su condición”. Pero la petición de la dirección de Podemos era para subrayar que su objetivo era desarrollar un gobierno de coalición, un gobierno entre casi iguales, señalando las áreas de responsabilidad dentro del gobierno para cada partido. No lo veo como un acto de interés personal en busca de privilegios, sino como un compromiso para asegurarse que lo que el PSOE prometiera se realizara. La falta de credibilidad del PSOE es bien notoria. Léanse los programas electorales del PSOE y verán los grandes vacíos e incumplimientos. Desde hace ya muchas elecciones el programa del PSOE se comprometió en gravar las rentas del capital de la misma manera que las del trabajo, lo cual nunca ha ocurrido. Y así otras muchas medidas.

No veo, repito, en el equipo de dirección de Podemos un deseo de adquirir privilegios en el mando. En realidad, su atractivo ha sido precisamente el de mostrar la función política como un servicio al público, sin privilegios. Pero lo que veo más sorprendente es que esta acusación la haga Villarejo, la persona que conoce al equipo de dirección de Podemos desde casi el principio. Si, en realidad, cree que tales personajes están ahí para conseguir beneficios personales, ¿cómo es que no lo notó y denunció antes? El oportunismo político es algo que puede detectarse fácilmente. ¿Por qué no lo detectó antes? Es extraño que lo haga ahora, lo cual hace dudar de que se lo crea. Yo, por mi parte, creo conocer bien al equipo de dirección de Podemos y no coincido con esta visión. En realidad, aplaudo el enorme sacrificio de la mayoría de sus dirigentes, ya que han recibido la mayor hostilidad que cualquier fuerza política haya recibido en España. He vivido en muchos países y en ninguno he visto tanta hostilidad hacia un partido político como contra Podemos en España. Es ahí donde Villarejo pierde credibilidad. Como también ocurre cuando condena a Pablo Iglesias por dar su bienvenida a Otegui, declarando que para él (Villarejo) su libertad no fue motivo de “orgullo”, asumiendo erróneamente que sí lo fue para Pablo Iglesias. Este, sin embargo, nunca dijo nada semejante. Lo que dijo, y yo aplaudo, fue que era bueno para la solución del problema vasco tener libre a una voz que está en contra de la continuación de la vía armada.

Una última observación
Esta defensa de Podemos no quiere decir que no haya críticas que puedan y deban hacerse. Y una de ellas es su relación con IU, que es francamente mejorable. Podemos no puede permitir que un millón de votos progresistas se transforme en solo dos votos en el Parlamento. Esto debilita al proyecto transformador, y debe resolverse. Debe establecerse una alianza respetando la identidad institucional de IU, como ha ocurrido en Catalunya con Esquerra Unida i Alternativa. Pero esta resolución depende no solo de Podemos, sino también de IU. Y ahí también soy optimista, y creo que ocurrirá. Y así termino. Espero que estas notas críticas con mi amigo Villarejo no afecten a nuestra amistad. Por mi parte no hay peligro, pues mi estima es enorme e impermeable a los desacuerdos. Pero estos deben expresarse abiertamente con la estima y el respeto que se debe a los amigos y compañeros de luchas y proyectos. Espero que así lo haya yo hecho.

domingo, 31 de enero de 2016

Sufragistas y "suffragettes"

Me cuenta una amiga que fue a una gran librería del centro de Madrid a buscar un libro: El sufragismo, de Trevord Lloyd. La persona que la atendió no sabía de qué estaba hablando, hasta que un compañero acertó a identificar el tema: “¡Ah, sí, lo de la película!” Y es que en las últimas semanas se ha estrenado en España la película Suffragettes, traducida como ‘Sufragistas’. En ella se cuenta una parte de la historia de la lucha por el derecho al voto para las mujeres. Lo hace a través de la vida de una obrera de lavandería que va adquiriendo una toma de conciencia gradual en favor de la igualdad, con un duro coste para ella.

Se las llamaba despectivamente ‘sufragistas’ y la consigna que englobaba todo el movimiento era votes for women. Pero no eran iguales las sufragists que las suffragettes. Eran dos posiciones dentro del movimiento que reivindicaba el voto femenino, pero discrepaban en los métodos. Las sufragists, más moderadas, se agrupaban en el National Union of Women’s Suffrage Societies de Millicent Garret Fawcet, y las suffragettes en el Women´s Social and Political Union (WSPU) creado por Emmeline Pankhurst en 1903.

La película de Sarah Gavron refleja este último periodo: la historia de las suffragettes inglesas antes de la Primera Guerra Mundial. El movimiento se había radicalizado ante la falta de respuesta política a sus demandas y atrajo a sectores de la clase obrera. Como decía su líder, Emmeline Pankhurst, eran necesarios “hechos, no palabras”. La furia de las mujeres en la lucha por sus derechos se expresa tomando las calles con desfiles, interrumpiendo mítines, enfrentándose a la policía, distribuyendo propaganda. Pero fueron más allá. Recurrieron a la acción directa: rotura de escaparates, voladura de buzones de correo, sabotajes en las residencias de políticos, huelgas de hambre en las cárceles donde eran alimentadas a la fuerza con sondas, y liberadas para que se recuperasen y volverlas a detener. Incluso llegaron a la autoinmolación bajo las patas del caballo de Jorge V, como el caso de Emily Davison, para llamar la atención de la opinión pública sobre la manifiesta injusticia que vivían.

Tras la Primera Guerra Mundial (1918) conseguirán el derecho al voto para las mujeres mayores de 30 años. Emmeline Pankhurst murió el 14 de junio de 1928. El 2 de julio de ese mismo año se extendió el voto a todas las mujeres mayores de 21 años. Por unos días no pudo ver la plena consecución del objetivo por el que tanto había peleado y que su coraje y obstinación deja como legado. Fue una importante victoria en la lucha por la igualdad de derechos y se simbolizó en el voto, que suponía el reconocimiento jurídico y político, y la posibilidad de cambiar las leyes.

La lucha venía de lejos y, sin embargo, es poco conocida. Puedo constatar que apenas se aborda en los institutos: unas líneas en los libros de texto de 4º de ESO y poco más en 1º de bachillerato de sociales y humanidades, y con suerte una foto de época. Sin embargo las mujeres estuvieron muchas veces en los movimientos revolucionarios y sus conquistas lograron importantes cambios en la sociedad.

En centros donde trabajamos la igualdad, nos empeñamos en explicarla. Por ejemplo, cómo las pescaderas del mercado de Les Halles en París con su marcha sobre Versalles de octubre de 1789, cambiaron el curso de la revolución francesa, pero no la notaron en sus vidas y derechos. Hablamos de Olimpia de Gouges y su ‘Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana’ que fue rechazada y ella, finalmente, guillotinada. De Mary Wollstonecraft y sus ‘Reivindicaciones de los derechos de la mujer’, donde defendía que la mujer era un ser humano con raciocinio igual que el hombre y quería cambiar el sistema educativo, su papel en el matrimonio y defendía su autodeterminación.

Analizamos que la revolución industrial originó grandes cambios en la estructura familiar y en las costumbres. Mujeres y niños eran el nuevo proletariado con pésimas condiciones laborales, interminables horarios, hacinamiento en los barrios obreros. Y en la casa, las mujeres doblaban su jornada de trabajo. Las mujeres de la burguesía estaban consideradas un objeto decorativo, símbolo del status del marido. Las mujeres no tenían salida: las jóvenes proletarias engrosaban las filas de la explotación y de la prostitución; las burguesas no podían acceder a sus aspiraciones de formación y trabajo, ya que la ley les vetaba el acceso. El movimiento feminista en el siglo XIX surge por la unión de ambos colectivos y con dos focos principales: Gran Bretaña y Estados Unidos.

Recorremos los diferentes países. En Gran Bretaña, a mediados del XIX las mujeres consiguen el acceso a la enseñanza secundaria y la ley del divorcio, pero sólo para el hombre en casos de adulterio de la mujer; al contrario solo se permitía a la mujer si había violación o bestialidad. Son apoyadas por algunos intelectuales como John Stuart Mill, pero la Cámara de los Comunes rechaza la petición del voto.

En EE.UU. la organización de mujeres surge por las favorables condiciones. Colaboran en la guerra de la Independencia, son pioneras en el avance hacia las tierras del oeste, son muy activas en campañas de regeneración moral y en el movimiento antiesclavista. La Declaración de Sentimientos de Seneca Falls (1848) critica la subordinación de la mujer y reivindica el voto. Se conquista por primera vez este derecho en el estado de Wyoming en 1869. Tardará en llegar la enmienda nº 19 (1918) que lo generaliza.

En Francia, el Código Civil napoleónico trataba a la mujer como menor de edad. Tendrán que pasar varias revoluciones para que cuaje un movimiento feminista con unas características singulares: preocupación por los temas sociales y anticlericalismo. Pero tendrá que llegar el final de la Segunda Guerra Mundial para conquistarse el voto de la mujer (1944). Tanto en Francia como en Alemania defenderán la unidad del socialismo y feminismo líderes como Flora Tristán, Clara Zetkin o August Bebel. En Rusia tuvo que llegar la revolución para conseguirlo. Y en España es la Segunda República quien lo aprueba en 1931, gracias al empuje de Clara Campoamor y otras mujeres y hombres que lo defendieron como una cuestión clave de justicia, igualdad y modernización.

Lo grave es que muchas veces no sabemos el origen de los derechos que disfrutamos. La película pone al alcance del gran público el conocimiento de una lucha por la emancipación de la mujer y ese es su gran valor, más allá de su calidad cinematográfica. También nos recuerda que muchas veces la ley y la justicia no van de la mano y que hace falta mucho coraje para enfrentarse a ello. Que nada nos ha sido dado de forma graciable, que los derechos fundamentales se conquistan y que el coste suele ser duro.

Las sociedades democráticas modernas tienen mucho que agradecer a aquellas mujeres. Y muchas cosas que aprender de ellas para no perdernos entre lo que esencial y lo secundario. Después de la conquista del sufragio femenino vinieron nuevas conquistas en el mundo desarrollado: el acceso a los estudios superiores y al trabajo, la liberación sexual y el control de la natalidad (anticonceptivos y el derecho al aborto), el divorcio, la emancipación de las cargas del hogar, las escuelas infantiles, la conciliación entre la vida laboral y familiar… Todos ellos son pasos orientados hacia la igualdad y la autodeterminación de la mujer.

Pero la lucha no ha acabado y no hay que bajar la guardia. Porque hay que universalizar los avances en un mundo donde existen grandes áreas que siguen esclavizando, maltratando y discriminando a las mujeres. Porque todavía queda mucho terreno por conquistar en materia de libertad, igualdad y respeto. Y porque la crisis económica y determinados modelos en relación con la crianza de los hijos −no necesariamente patriarcales−, vuelven a meter a la mujer en casa, lo que puede suponer un retroceso en su liberación, porque no es fácil de conjugar la emancipación y la condición de madre.

Sacudirse todos los yugos y en todo el mundo exige la continuidad de la lucha. Eliminar las inercias de una sociedad, patriarcal, machista y discriminatoria no pueden ser fruto de un día ni obra solamente de las mujeres. Merece la pena, y mucho, invertir nuestro esfuerzo en los valores de igualdad de derechos entre mujeres y hombres, y en la dignidad del ser humano. Bendito el día en el que todas las personas podamos proclamar sin ningún género de duda: “Yo también soy feminista”.
En mi opinión: Debería formar parte del curríulo
Fuente: http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2016/01/18/sufragistas-y-suffragettes/1268
Y esta es la rueda de prensa que tanta manipulación ha tenido. Es importante acudir a las fuentes.
Cuarto Poder

martes, 7 de julio de 2015

Tania Sánchez: “Estoy disponible para participar en la lista de Pablo Iglesias”. La excandidata de IU revela su disposición a integrarse en la candidatura de Podemos

Tania Sánchez (Madrid, 1979), excandidata de Izquierda Unida a la presidencia de la Comunidad de Madrid y exdiputada regional por ese partido, conoció la semana pasada que la justicia archivaba la querella presentada por el PP contra ella por prevaricación en su etapa como concejal de Rivas (Madrid).

Tras esa noticia, Sánchez, líder de la plataforma Convocatoria por Madrid, revela a EL PAÍS que está dispuesta a ir en la lista que Pablo Iglesias (Podemos) está confeccionando para las generales, que será votada en primarias.

Pregunta. Una vez despejado su futuro judicial, su futuro político cambia. ¿Va a integrarse en la lista de Podemos para las elecciones generales?
Respuesta. Con independencia de la causa judicial, yo entiendo que el proceso que abre Podemos, especialmente la propuesta que hace Pablo Iglesias, ofrece una voluntad de construir candidaturas que vayan más allá de Podemos e incorporen a personas de la sociedad civil en una voluntad de trabajar de aquí a las generales, para generar una movilización muy amplia de un sector popular que quiere un cambio. En ese sentido, si esa es la voluntad y ese es el perfil del proceso que está construyendo Pablo Iglesias, eso es coincidente con la posición política de Convocatoria por Madrid, por lo que yo estaría disponible a discutir participar del mismo.

P. ¿Se ofrece entonces para participar en la lista de Iglesias?
R. Entendiendo que la voluntad de esa lista no sea exclusiva de un partido, sino que tenga la voluntad de construir un proyecto que vaya más allá de la estructura partidista, sí.

P. ¿Qué posición tendrá dentro del partido?
R. Yo entiendo que lo que tiene Podemos es una voluntad de construir una herramienta donde pueda participar mucha gente sin necesidad de tener una vinculación absolutamente partidista.

P. ¿Le ha pedido Pablo Iglesias que se integre en la lista?
R. No he hablado aún con él.

P. ¿Es consciente de que si finalmente se integra en la lista de Iglesias será polémico, porque fue la candidata de IU?
R. Yo fui la candidata de un proyecto político que tenía una voluntad firme y colectiva por construir un referente para Madrid, capaz de desbancar al PP y que sumase lo mejor de todos los espacios políticos y sociales. Una estructura de dirección bloqueó ese proyecto y un grupo amplio de militantes decidimos que, si el proyecto político por el que nos movíamos, que se define primero por un interés del país y por último, muy por último, por estructuras partidarias no iba a ser desarrollado en esa herramienta, pues íbamos a desarrollarlo por otras vías. Son tiempos de cambio, de mucha militancia líquida, de mucha descomposición de estructuras y composición de otros proyectos.

P. También podría enfrentarse a críticas de nepotismo por su relación personal pasada con Pablo Iglesias.
R. Cuando los procesos van a ser sometidos a votación popular, a primarias, esto queda fuera de lugar. Da igual lo que haga que siempre me van a criticar. Estamos en un momento en el que hay mucho nerviosismo con las fuerzas del cambio y cualquiera que tenga una posición en la que esté empujando en ese proceso de cambio va a recibir muchísimas críticas.

P. ¿Cree que otros dirigentes de IU deberían seguir su camino?
R. Creo que el resultado de las elecciones municipales demuestra el fracaso de la dirección política de Cayo Lara y un éxito de la organización de base de IU. Por eso creo que esa organización de base no se puede quedar fuera del proyecto político de cambio. La dirección no es creíble cuando apuesta por algo que ha estado impidiendo en el proceso previo a las municipales.

P. ¿Alberto Garzón debería entrar también en esa lista?
R. Creo que el conjunto de militantes de ese espacio político no deberían de dejar de participar del cambio.
P. ¿Se puede hacer una unidad popular selectiva, excluyendo a algunas fuerzas?
R. La unidad popular se tiene que basar en un acuerdo político sobre lo que se quiere hacer. Y creo que hay dirigentes de este país que no creen que haya un cambio de régimen, porque yo he debatido con ellos, que no creen que se pueda hacer una alternativa al modelo europeo y que no creen que haya otra forma de hacer política y que buena parte de lo que nos pasa tiene que ver con demasiados años de derrotas y pocos de victorias. Quien no crea que estamos en momento histórico y no esté en disposición del cambio por encima de cualquier otro interés de partido o individual, creo que no va a ayudar al cambio. Pero eso no significa excluir. Lo que tampoco hay que hacer es engañarse ni engañar.

P. ¿Qué le parece el rechazo de Podemos a incluir a IU en una candidatura de confluencia para las generales?
R. Yo creo que lo que dice IU es: siéntate conmigo y vamos a llegar a un acuerdo de partidos, y lo que dice Podemos es: vamos a ir a un proceso de unidad con gentes vinculadas a otros procesos y no vamos a llegar a un acuerdo con tu partido. Eso no tiene que ver con la unidad popular, tiene que ver con los intereses de dos organizaciones políticas. Yo llevo meses trabajando en muchos municipios de Madrid con militantes de IU en espacios de unidad y no hay ningún problema y no ha habido necesidad de hacer un acuerdo entre partidos para eso. En unos sitios se ha dado el acuerdo y en otros no, en otros son militantes trabajando por el país. El que necesite un aval de su organización pues… 

P. ¿Qué le ha parecido la propuesta de unidad popular de Alberto Garzón?
R. Yo quiero mucho a Alberto y creo que coincido políticamente con él muchísimo. Pero no sé si tiene la fuerza orgánica suficiente para hacer algo más que una coalición de organizaciones. Sé que cuando yo estuve allí no la teníamos.

P. ¿IU tiene que quedarse fuera?
R. Hace 10 años en los que aprobaron unos documentos en los que decían que tenían ir a un proceso de refundación de la izquierda para ir a un modelo amplio, para hacer un bloque político y social, y no se ha hecho. Creo que hay que aprovechar los espacios en los que ya se está trabajando de forma unitaria y hacer una apuesta colectiva por entender dónde está el motor del cambio, y no está en IU. 

P. ¿Comparte las críticas de Pablo a IU, llamándoles cenizos que en 25 años no han hecho nada?
R. A Pablo Iglesias le honra haber pedido disculpas por esas palabras, yo le he oído hacerlo tres veces. Yo conozco mucho a Pablo Iglesias, evidentemente, y yo sé que tiene un inmenso respeto por lo que ha significado miles de militantes que cuando no había nada seguían peleando y levantando banderas por evitar que fuera un páramo esta ciudad. Creo que él tiene un enorme respeto por quienes han mantenido luchas que han permitido que surgiese un germen por el que al final apareció el 15-M. Los procesos de cambio político nunca son lineales, sino de acumulación compleja. De muchas de las cosas que han ido pasando desde los 90 hasta aquí Pablo también ha sido parte, como buena parte de la gente que está en Podemos.

P. Iglesias ha pedido disculpas por el tono de esas críticas en una entrevista, pero en un artículo en EL PAÍS ha explicado porqué rechaza a IU, y dice entre otras cosas que en España la izquierda comunista ha fracasado tras la Transición. ¿Está de acuerdo?
R. Esto intelectualmente es un análisis correcto. Pero el conjunto de la izquierda. En el 82 gana Felipe González, el proceso de Transición supone para la mayoría de la gente una oportunidad para abandonar un periodo gris e iniciar un proceso de futuro. Y es tal el ansia de la mayoría de la gente de mirar hacia delante que hay una tremenda confianza en los líderes políticos. Y la evolución que ha tenido ese sistema nos ha traído a un momento en el que los gobernantes no responden a los intereses de las mayorías sino a los del mercado. Lo estamos viendo en Grecia. Frente a eso, la izquierda no ha tenido capacidad de generar una alternativa capaz de construir una mayoría alternativa a eso. No hemos sido capaces, colectivamente, no solo IU. Esto lo evidenció el 15-M. Yo he militado durante años y no he sido capaz de generar eso, algo habremos hecho mal. No reconocer esto es no querer asumir una realidad.

P.¿Qué papel le queda a IU?
R. Tengo un enorme respeto por toda la gente que milita en IU, me costó emocionalmente mucho salir de ella. Hay militantes imprescindibles para el cambio. Todo el rato deseo reencontrarnos en ese proceso de cambio. Por el bien del país, deseo que todos los cuadros no se queden fuera de este momento histórico del cambio.

 P. ¿Le apenaría que acabe fagocitada por Podemos?
 R. Me apenaría que los militantes valiosos acabaran en su casa, las personas. No las estructuras. Y no todo el mundo que está en IU es valioso.

MÁS INFORMACIÓN

lunes, 1 de junio de 2015

“El equilibrio entre ética y estética es lo más difícil”. Los Chikos del Maíz llenan salas con su contestatario y politizado hip hop. Pablo Iglesias y Alberto Garzón han colaborado en su segundo disco

La infamia política ha convertido a Valencia en un tema de perpetua pero triste actualidad. La realidad se ha abierto paso a golpe de titular, exponiendo un escenario desolador. El dúo de hip hop valenciano Los Chikos del Maíz es, en buena medida, una reacción a eso. “La gente de nuestra generación no ha conocido otra cosa en esta ciudad: caciquismo, corrupción, aeropuertos sin aviones, trajes sin facturas, comisiones y todo tipo de pelotazos y escándalos urbanísticos”, comenta Nega. Su compañero Toni el Sucio, apostilla: “Tantas décadas de saqueo e impunidad han generado una escena musical de lo más variopinta y especialmente contestataria. También está La Raíz, Obrint Pas, Aspencat, Zoo… Valencia ha exportado mucha vergüenza e impunidad, pero a su vez, y como consecuencia de ello, una escena de música combativa de las más saludables y activas del Estado”.

Los Chikos del Maíz operan al margen de lo establecido. Se manejan a través de la autogestión y las redes sociales, dándole a su música una visibilidad que les hace llenar salas aquí y actuar también en Colombia, Venezuela y Londres, ciudad a la que pronto volverán. “Hay una escena que parece que no existe porque no se refleja en los grandes medios, pero que ya es masiva. Cuando se celebra el FIB aparece en todos los telediarios. Venimos de actuar en el Viña Rock; han ido 72.000 personas y yo no he visto eso en ningún informativo. Si juntas a grupos con letras comprometidas o polémicas, el discurso oficial los ignora”, afirma Nega. En el caso de este dúo, el perfil contestatario es inherente a su realidad. Entre los 16 y los 25 años, Toni trabajó en diferentes fábricas; Nega era soldador de calefacciones. Se conocieron en la facultad, estudiando periodismo y comunicación audiovisual. A principios de 2000 montaron el grupo y casi de inmediato empezó a funcionar (“gracias a eso pudimos terminar la carrera”), espoleado por la rabia del que sabe al lado de los desfavorecidos. “Antes de la crisis”, apunta Toni, “el asunto laboral no estaba bien, había más trabajo pero ¿qué tipo de trabajos y en qué condiciones? Yo trabajaba de un modo precario, haciendo horas en negro bajo amenaza de despido”. Nega es tajante: "El problema viene cuando la clase media se precariza y sufre lo mismo que la clase obrera. Me hace mucha gracia lo de la generación más preparada, que con dos carreras se tiene que ir a Londres a fregar platos. Tío, tus aspiraciones eran ser el amo del mundo desde un despacho y te has dado de bruces con la realidad que está viviendo la clase obrera desde el siglo XVIII".

Indignación
La estanquera de Saigón (Boa, 2014), segundo álbum del grupo, resume sensaciones, ideas y proclamas que no dan tregua. Se publicó en un cuidado formato CD-libro, con textos, entre otros, de Alberto Garzón, Shangay Lily, Javier Couso, Iñigo Errejón y Pablo Iglesias, que en el pasado también realizó un clip para el grupo. “Pienso que actualmente Podemos se está peleando por un espacio que va a ser ocupado por el señorito [Alebert] Rivera y su cohorte de empresas del Ibex 35”, dice Nega. “En mi opinión hay que volver al espíritu del 15M y ser el partido de la indignación”. Adscritos a una escena en la que el compromiso político es esencial, Los Chikos del Maíz no olvidan lo que son. "Por mucho que nuestras letras estén politizadas, no dejamos de ser un grupo de música y nuestra función básica es la de entretener", dice Nega. “Encontrar el equilibrio entre ética y estética es lo más difícil. Hay un montón de grupos de hip hop extremadamente politizados, pero salvo contadas excepciones, no cuidan las formas. Para que un mensaje cale, tiene que tener un envoltorio atractivo, hay que cuidar la música, el estilo, el flow”. Así discurre la música del dúo "Como decía el filósofo, el año rico en hambre es rico también en poesía”, apostilla Nega.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/22/actualidad/1432331963_299835.html así me gusta si tiene

domingo, 11 de enero de 2015

Iglesias: “Piketty ha dado a Podemos una ‘válvula de oxígeno”. El líder de la formación política y el economista francés conversan sobre propuestas económicas y la reestructuración de la deuda

Que sí que la reestructuración de la deuda es una medida razonable, que no deje de trabajar y que Podemos tiene razón. Es lo que dice Pablo Iglesias que le ha reafirmado el economista Thomas Piketty este viernes en una reunión privada después de que el francés le concediera una entrevista para su programa Otra vuelta de tuerka.

El líder de Podemos ha asegurado, en declaraciones a los medios, que el economista francés les ha dado "una válvula de oxígeno" al decir que tienen razón en muchas de sus propuestas económicas. Iglesias ha explicado que Piketty les ha animado a "seguir trabajando así" porque "hay que forzar a Alemania a que se siente a negociar" y que el economista está de acuerdo con Podemos en que otra política económica es posible. "Parece mentira que países como Francia y Alemania, a los que les fue condonada su deuda, se estén oponiendo a una medida que es imprescindible para poder hablar de prosperidad en el sur de Europa", ha añadido el político español sobre los planteamientos de Piketty. Además, ha subrayado que la reunión "ha sido un empujón que les alegra" y les reafirma en la idea de que el cambio que predican es posible, "no solamente en España, sino también en Europa", según declaró tras el encuentro.

Piketty, autor de El Capital del Siglo XXI y defensor de crear un impuesto sobre el capital centrado en gravar las grandes fortunas, dijo que le parecía "maravilloso tener conversaciones con líderes políticos que son al mismo tiempo profesores universitarios". Su conversación se da un día después de que el francés se reuniera públicamente con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez este jueves, en la mesa redonda Capitalismo, crisis y desigualdad.

Acompañado por otros miembros de la dirección de Podemos como Rafael Mayoral, el economista Nacho Álvarez, el profesor Luis Alegre y la abogada Gloria Elizo, Iglesias aseguró que sentirse halagado de poder contar con el apoyo de Piketty: "Queremos trabajar con los mejores y que Piketty nos pueda ayudar y que sus ideas y su preparación profesional puedan ser útiles al cambio político en nuestro país, para nosotros es un honor".
http://politica.elpais.com/politica/2015/01/09/actualidad/1420811218_433467.html
http://seckoukeita.bandcamp.com/releases

viernes, 12 de diciembre de 2014

El director del Canal 24 horas felicitó a Pablo Iglesias por la salida de presos etarras

“Si uno pone Pablo Iglesias en Internet aparecen miles de vídeos del pasado, presente, del pasado lejano... Y hay uno en el que hemos visto a Pablo Iglesias defender la salida de los presos de ETA de las cárceles. Esta semana está usted de enhorabuena entonces...”. Ese “enhorabuena” pronunciado por Sergio Martín, presentador de La noche en 24 horas y director del Canal 24 horas, ha generado una controversia que ya se hizo evidente en las redes sociales el viernes durante la emisión de la entrevista al líder de Podemos en el Canal 24 horas de TVE. La pregunta llegó a falta de cinco minutos para que terminara la entrevista, en la que también participaban los tertulianos habituales del espacio en la noche de los viernes, los periodistas Graciano Palomo, Antonio Papell, Alfonso Rojo y Julio César Herrero.

Desde el principio, el encuentro se presentó como poco amigable. “Ha costado que venga aquí. Vas a permitirme que dé las gracias a los trabajadores de esta casa porque si no es por su presión no estaría aquí”, arrancó Pablo Iglesias. A lo que Martín replicó: “Sí, estás aquí por los trabajadores de TVE, porque yo también soy trabajador de TVE”.

La entrevista se cerró después de que fracasara el intento de llevar al secretario general de Podemos a Los desayunos. La invitación se cursó el 27 de noviembre con 24 horas de antelación, algo poco habitual para los hábitos de producción de ese programa. Iglesias alegó compromisos previos y renunció a acudir al plató. La corporación le invitó entonces a su canal de información continua, aunque la dirección del partido hubiera preferido que se cerrara otra cita en Los desayunos. Iglesias finalmente arrancó la entrevista con un clarísimo mensaje en defensa de los trabajadores de esa casa luciendo un lazo naranja.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/08/television/1418053708_790292.html