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lunes, 1 de junio de 2020

Los olvidados



Foto: Una cola de personas con mascarillas para recibir ayuda alimentaria en el asentamiento informal de Itireleng, cerca del suburbio de Laudium en Pretoria, Sudáfrica. REUTERS / Siphiwe Sibeko

Desde que se comprobó el enorme impacto económico de la propagación del coronavirus, los países más ricos del mundo, en donde se concentra sólo la tercera parte de la población mundial, no han parado de adoptar medidas de apoyo a sus economías. Alemania, uno de los más poderosos, ha podido poner en marcha programas de ayuda a sus hogares y empresas por un valor equivalente a casi la mitad de su Producto Interior Bruto, un esfuerzo posiblemente nunca registrado. Con menos intensidad, todos los países ricos lo vienen haciendo, pues en todos ellos prima la idea de que hay que hacer lo que haga falta para evitar el colapso económico, incluso a costa de un incremento récord de su deuda.

Sin embargo, se está hablando muy poco de la situación en la que se encuentran las dos terceras partes de la humanidad, los países pobres o ahora llamados «emergentes»; una denominación, por cierto, bastante inadecuada pues la realidad es que no terminan de emerger nunca, sino más bien todo lo contrario.

La situación en todos ellos empieza a ser ser dramática, a pesar de que la pandemia les ha afectado más tarde y no ha registrado todavía el pico del daño más elevado que, sin lugar a duda, va a terminar provocando.

Las salidas de capital desde esos países más pobres en el primer mes de la pandemia fueron ya el doble de las que se produjeron en el primero posterior al estallido de la crisis de 2008 y las inversiones hacia esos países también se están desplomando, lo que aventura que la pérdida de liquidez y recursos va a ser ahora mucho mayor que entonces.

En esta crisis no sólo tendrán que hacer frente a gastos sanitarios de carácter extraordinario para combatir la pandemia, sino que se encontrarán en unas condiciones económicas propias y de entorno mucho más complicadas y difíciles por diversas razones.

En primer lugar, las economías más pobres del mundo van a perder una parte muy importante de sus ingresos por exportaciones debido a la caída de los precios (un 37% en lo que va de año) de los productos básicos en los que suelen estar especializadas y porque la demanda de importaciones se está reduciendo en todo el mundo a consecuencia de la pérdida de ingresos y de la paralización de los transportes. Además, y a diferencia de lo que pasó en 2008, la demanda exterior de China está siendo menor, de modo que no ayudará tanto como antes a «tirar» de las economías más atrasadas. Y, para colmo, muchas de las cadenas globales de suministro se encuentran no sólo detenidas sino algunas literalmente destrozadas a causa de los confinamientos.

En segundo lugar, los países emergentes hacen frente a la crisis en peores condiciones que en otras ocasiones porque las políticas aplicadas tras la de 2008 los han hecho todavía más vulnerables desde el punto de vista financiero. Ahora disponen de menos reservas, la deuda ha aumentado y una mayor parte de ella ha pasado a estar en manos de acreedores más exigentes y peligrosos, y a estar registrada en dólares. Y al deteriorarse las condiciones financieras mundiales van a tener muchos problemas para poder renovar la deuda, no ya en 2021 sino incluso este año (en 2020 la totalidad de los países emergentes deberán pagar 1,6 billones de deuda, de los cuales casi la tercera parte corresponde a los más pobres de entre los países pobres).

La depreciación casi generalizada de sus monedas empeora todo lo anterior y aumenta una factura ya de por sí muy difícil de afrontar.

En tercer lugar, también van a sufrir ahora mucho más que en 2008 porque la salida a esa última crisis llevó consigo el debilitamiento de sus sectores públicos y, en particular, de sus sistemas fiscales, siguiendo los dictados que constantemente imponen los grandes organismos internacionales; y también porque en todo el mundo han aumentado los flujos de capital ilícito, las finanzas a la sombra, la evasión de capitales y las inversiones especulativas que hacen que todas las economías -pero en mayor medida la ya de por sí más vulnerables- se encuentren ahora en condiciones de creciente fragilidad.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) calcula, en el informe del que he sacado los datos anteriores (aquí), que las malas condiciones económicas generales y todas esas circunstancias a las que acabo de hacer referencia pueden hacer que los países emergentes pierdan este año unos 800.000 millones de dólares de ingresos, una buena parte de ellos por la caída de las remeses que les proporciona su población emigrante hacia los países más ricos.

La tentación de estos últimos es olvidarse, como siempre viene ocurriendo, de los más pobres ahora que están concentrados en salvar a sus propias economías, a sus empresas y hogares, con las ayudas que, con más o menos generosidad, pueden proporcionarles gracias a que son eso, los países más ricos del mundo.

Una actitud no sólo egoísta, sino a la larga suicida.

Nuestro planeta, la economía mundial en su conjunto, no está formada por un montón de cajones estancos. Se pueden cerrar las fronteras para que no pasen personas, capitales o mercancías, pero no para evitar que las crisis se propaguen de un lugar a otro. Las economías dependen entre sí y es imposible que las más ricas salgan adelante, que puedan sortear sus propias crisis y gozar de mínima estabilidad, si las demás se vienen abajo. El colapso de las economías en los países pobres producirá caídas en las exportaciones e importaciones globales, cortes de suministros, impagos en cadena, tensiones sociales, flujos migratorios y multitud de otros problemas que terminarán por afectar a quienes ahora creen que puede ponerse a salvo salvándose sólo a ellos mismos. Lo mismo que a Alemania o a Holanda no le servirá de mucho salvar a sus empresas proporcionándoles ayudas multimillonarias si las economías del resto de Europa a quienes les venden sus mercancías se vienen abajo o terminan boicoteando sus productos para censurar su política egoísta, tampoco los países más ricos del planeta podrán salir adelante si se siguen olvidando de los más pobres.

Los problemas globales que estamos viviendo en nuestro planeta necesitan, quizá más que nunca, perspectivas y soluciones globales, instituciones y políticas a escala planetaria capaces de proporcionar, eso sí, los recursos y condiciones que hagan posible que se den respuestas en lo espacios y a las gentes concretas que sufren las adversidades y las carencias particulares.

Nos estamos centrando en lo que pasa en los países que disponen de recursos para hacer frente a la pandemia y nos olvidamos de la mayor parte de la humanidad, sin percatarnos que eso nos supone a medio plazo un peligro quizá mucho mayor.

Es imprescindible garantizar que los países más pobres dispongan de liquidez suficiente para enfrentarse a la pandemia, hay que establecer controles a los movimientos de capital para evitar que los flujos especulativos los arruinen, evitar que se ahoguen en la deuda suspendiendo el pago y estableciendo con urgencia un proceso internacional de reestructuración y jubileo, hay que aumentar la ayuda al desarrollo y, lo más importante, hay que reconsiderar las condiciones tan injustas e ineficientes en que se desenvuelve el comercio y las finanzas internacionales.

A los países ricos les pasa lo que decía Francis Bacon que ocurre a los seres egoístas: son capaces de provocar un incendio en casa del vecino para freírse un huevo.

Incendiamos de pobreza a la inmensa mayoría de la población mundial para freír en su sufrimiento el huevo de nuestros privilegios de ricos, sin darnos cuenta de que las llamas se propagan sin remedio y que nos asfixiaremos todos si no las apagamos cuanto antes de la única forma en que puede apagarse el incendio de la pobreza, con justicia, respeto, ayuda mutua y solidaridad.

Juan Torres López es Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Dedicado al análisis y divulgación de la realidad económica, en los últimos años ha publicado alrededor de un millar de artículos de opinión y numerosos libros que se han convertido en éxitos editoriales. Los dos últimos, ‘Economía para no dejarse engañar por los economistas’ y ‘La Renta Básica. ¿Qué es, cuántos tipos hay, cómo se financia y qué efectos tiene?’

Fuente:

https://blogs.publico.es/juantorres/2020/05/26/los-olvidados/

sábado, 2 de noviembre de 2019

El tren más largo del mundo: 375 vagones y cuatro kilómetros de largo La empresa Transnet estrena un convoy récord para transportar manganeso en Sudáfrica

Un vagón tras otro hasta los 375, una cifra nunca antes vista en un tren. Transnet, una empresa de transporte de mercancías, ha diseñado un tren de carga de 4 kilómetros de longitud para trasladar manganeso —mineral empleado en la industria siderúrgica— por una ruta de 861 kilómetros entre las localidades sudafricanas de Sishen y Saldanha. Transnet estrenó oficialmente el modelo 375 CR-17 el pasado jueves.

Con esta proeza la compañía supera al que hasta ahora era el tren de carga con más vagones del mundo: un modelo de la misma empresa, de 342 vagones. Para conseguirlo, un equipo de técnicos añadió al prototipo de 312 vagones otros 63 adicionales. Sin embargo, el nuevo gigante ha exigido mejorar el material rodante y las infraestructuras entre los dos extremos de la ruta: "Hubo que añadir 30 toneladas por eje", subraya la compañía.

Transnet afirma que el nuevo modelo puede transportar 63 toneladas de manganeso por vagón y estima que en el periodo de un año habrá movido un millón adicional de toneladas de mineral, del que Sudáfrica es el primer productor mundial. Durante la presentación de la locomotora, los directivos de la empresa aseguraron que el estreno reafirma su estrategia de "migrar" el tráfico de mercancías pesadas de la carretera a las vías férreas en Sudáfrica.

El modelo de 375 convoyes de Transnet durante la ruta entre Sishen y Saldanha. Transnet

El país africano y Australia, a través de empresas como BHT Billiton Trains o Rio Tinto, compiten en el tamaño de los trenes de mercancías, con modelos de cientos de vagones y con un peso que supera las 40.000 toneladas en algunos casos. Sobre este flamante tren, el director de operaciones de Transnet afirma que "es el más avanzado y eficiente de su clase en el mundo".

El director general de la unidad de mineral de hierro y manganeso, Russell Baatjies, destaca que "la ampliación del tren reducirá los gastos de capital un 90% respecto a la estimación inicial". El director general de la empresa, Brian Monakali, celebra el "nuevo hito de la tecnología de transporte pesado, que se suma a Rio Tinto —una empresa australiana— que ha implantado los trenes sin conductor en su sistema de transporte de minerales".

TRANSPORTE DE MERCANCÍAS POR VÍA FÉRREA
La alianza Rail Freight Forward está formada por 18 compañías europeas del sector del transporte ferroviario que comparten el compromiso de reducir el impacto negativo del transporte de carga. Trabaja para incrementar la cuota modal europea del tren del 18% actual al 30% en 2030. Con ese aumento calculan que se eliminarían 290 millones de toneladas de emisiones de CO2.

El ferrocarril emite 9 veces menos dióxido de carbono que el camión de acuerdo con Bernd Hulerum, CEO de Transfesa Logistitcs, una empresa que busca soluciones para el transporte de mercancías.

domingo, 17 de julio de 2016

Debemos aprender de Namibia. Este país de 2,4 millones de personas ha logrado enormes avances en 25 años

Situada entre Angola y Sudáfrica, Namibia sufrió muchísimo durante la larga lucha contra el apartheid. No obstante, desde que logró su independencia de Sudáfrica en el año 1990, este país de 2,4 millones de personas ha logrado enormes avances, especialmente durante el último par de años. Una razón de gran peso para el éxito de Namibia ha sido el enfoque adoptado por el Gobierno sobre la educación. Las personas en los países avanzados consideran la educación primaria y secundaria gratuita como algo normal y corriente, pero en muchos países pobres, la educación secundaria e incluso las escuelas primarias requieren del pago de una matrícula. De hecho, a menudo se recomienda a los Gobiernos que lo hagan como una forma de “recuperar costes”. Pero en Namibia la enseñanza primaria pública es gratuita, y, a partir de este curso escolar, la secundaria también lo es.

El Gobierno de Namibia también está siendo proactivo en otros aspectos importantes. Los esfuerzos de erradicación de la malaria han reducido los casos anuales en un 97% en aproximadamente una década. El coeficiente de Gini de Namibia (la medida estándar de la desigualdad en la distribución del ingreso) ha desafiado la tendencia mundial al alza y se ha reducido en alrededor de 15 puntos desde el año 1993 (sin embargo, se debe puntualizar que este país tenía uno de los niveles más altos de desigualdad en el mundo). La tasa de pobreza ha caído a la mitad, del 69% en 1993 a menos del 30%; además, la pobreza extrema (el número de personas que viven con menos de 1,90 dólares al día) disminuyó en un nivel similar, desde casi el 53% a menos del 23%.

Namibia también tiene la calificación más alta de África según Reporteros Sin Fronteras en lo que se refiere a libertad de prensa, muy por delante de Estados Unidos y otras economías ricas. El país también cuenta con calificaciones entre las más altas de África en el índice de percepción de la corrupción (IPC) que prepara Transparencia Internacional. Y a pesar de que los precios de las materias primas han estado cayendo, ha logrado mantener un fuerte crecimiento del PIB —se estima un 4,5% en el año 2015— tras un crecimiento promedio de casi el 4,2% a partir del año 1991 hasta 2014. Al mismo tiempo, su ratio deuda sobre PIB, que se encuentra en un nivel aproximado del 25%, es menos de un tercio del de Europa o EE UU. Por supuesto, Namibia tiene sus problemas. La tasa de desempleo, al menos cuando se la mide de manera convencional, continúa siendo obstinadamente elevada, ubicándose en casi el 28%. Y, al igual que otros países de la región, se enfrenta a un alto nivel de sida: casi el 17% de la población es seropositiva.

El Banco Mundial clasifica a Namibia como un país de ingreso medio-alto, pero las autoridades insisten en que su país es, en la práctica, un país en desarrollo. Tiene ciertamente algunas de las dificultades que asociamos con las economías menos desarrolladas. Tiene que desarrollar un país extenso y árido con una población pequeña. Esto incluye comunidades aisladas en el desierto compuestas por cazadores-recolectores nómadas, quienes de alguna manera deben integrarse en una sociedad moderna sin perder su identidad. La integración de las personas que hace un cuarto de siglo estaban al margen de la economía mundial sería una tarea enorme para cualquier país. Para Namibia, es aún más difícil: ya que al igual que cualquier otro país del mundo, también se enfrenta a los efectos del cambio climático.

No obstante, Namibia ha tomado estos problemas con criterio, a medida que crea una economía diversificada y una sociedad cohesionada. Sorprendentemente, las facciones políticas rivales de la época de la lucha por la libertad del país se han unido para trabajar por el bien común. De hecho, proporciona atención médica de bajo coste no solo para sus propios ciudadanos, sino también para los de sus vecinos. Entre el 15% y el 20% de las citas médicas en el norte de Namibia las realizan ciudadanos angoleños. El gerente del hotel donde nos alojamos, justo al otro lado de la frontera, envía regularmente un pequeño bote a través de un río infestado de cocodrilos para traer a angoleños que desean comprar provisiones en el hotel o ir al consultorio namibio.

Nadie en Namibia habla de construir un muro entre su país y sus vecinos pobres y corruptos. Por el contrario, los namibios con los que hablamos entienden que no pueden escoger quiénes son sus vecinos, así que lo mejor es trabajar con ellos para compartir los escasos recursos hídricos, cooperar con los esfuerzos regionales de salud, fomentar la inversión y realizar intercambios de estudiantes. Además, el Gobierno sabiamente ha entendido que los recursos naturales abundantes pueden convertirse de manera fácil en una maldición, enriqueciendo a unos pocos a expensas de muchos. Las autoridades saben que a menos que la riqueza natural se invierta en infraestructura y en la capacidad productiva de su población, el agotamiento de los recursos va a empobrecer al país, no enriquecerlo. También saben que sería irresponsable no recolectar y aprovechar para los ciudadanos locales la mayor cantidad posible de los beneficios provenientes de los recursos del país y, por ello, están reconsiderando las leyes de inversión y revisando los contratos mineros, de manera que estos instrumentos garanticen lo antedicho.

La transparencia es crucial en este proceso, por lo que un fuerte apoyo del Gobierno a la libertad de prensa es de suma importancia. Tal como el presidente, Hage Geingob, nos dijo, la prensa suele decir cosas que a él no le gustan. Pero, después de haber luchado por la libertad con la Sudá­frica del apartheid, Geingob señala que Namibia debe defender las libertades que se conquistaron. Además, reconoce cómo la transparencia lo protege de las demandas de favores de grupos corporativos y grupos con otros intereses. No todos los recursos clave son finitos. Algunos, como la pesca, son renovables, y el Gobierno está trabajando muy fuerte para preservar y mejorarlos. Lo más importante, a diferencia de la mayoría de las otras economías dependientes de las materias primas, se ha logrado diversificar la economía hasta el punto de que los servicios representan más del 60% del PIB, con el turismo encabezando la lista. Cada año, más de un millón de turistas extranjeros visitan el país.

Eso no es sorprendente. Es uno de los lugares más bellos del mundo, y su población cultiva su medio ambiente y protege a sus animales. Hace un siglo, los colonizadores —el 1% de la época— disfrutaron de la caza deportiva y diezmaron la población de rinocerontes y elefantes. Ahora los científicos locales traen animales a la Costa de los Esqueletos y a otras partes del país. Irónicamente, parte de la financiación para estas actividades proviene del actual 1%, que realiza donaciones a favor de la causa. Namibia muestra que incluso los países que comienzan con serias desventajas —situaciones extremas de racismo, colonialismo, desigualdad y subdesarrollo— pueden trazar un camino hacia la prosperidad compartida. Sus logros merecen reconocimiento internacional y ser emulados.

http://economia.elpais.com/economia/2016/06/23/actualidad/1466679640_400949.html

viernes, 14 de febrero de 2014

La contribución de Cuba a la liberación de África y a la lucha contra el apartheid “La causa más bella de la humanidad”

Salim Lamrani
Rebelión

Desde el advenimiento de la Revolución en 1959, Cuba ha hecho de la solidaridad con los pueblos en lucha por su emancipación un pilar de su política exterior. Desde los primeros instantes, pese a la hostilidad de Estados Unidos y las innumerables dificultades internas ligadas al proceso de transformación social, Fidel Castro hizo de Cuba una tierra de asilo para todos los grupos revolucionarios y movimientos de liberación nacional de América Latina, África y Asia. Cuba desempeñó un papel importante en los distintos procesos de liberación nacional en África, ofreciendo ayuda y recursos.

En el espacio de treinta años, cerca de medio millón de cubanos, mujeres y hombres, participaron en las guerras anticoloniales en África, convirtiendo a la pequeña isla del Caribe en igual de las grandes potencias. ¿Cuáles fueron las razones que motivaron a La Habana, asediada por Washington, para comprometerse de tal modo a más de 10.000 kilómetros de su territorio nacional? ¿Cómo cambió la acción cubana el destino de los países de África austral y contribuyó de modo decisivo a la caída del régimen racista de Pretoria? ¿Por qué Nelson Mandela realizó su primera visita fuera de África a la Cuba de Fidel Castro?

Cuba apoyó primero a Argelia en su lucha anticolonial contra Francia y contribuyó a preservar su independencia conquistada en 1962. Luego, La Habana respondió favorablemente a la solicitud de ayuda del movimiento lumumbista del Congo belga y contribuyó a las epopeyas independentistas de Guinea Bissau y Cabo Verde y defendió la soberanía de Etiopia. Finalmente, Cuba brindó su concurso decisivo para preservar la independencia de Angola tras la agresión del régimen supremacista de Pretoria, doblando así las campanas del apartheid y abriendo el camino a la independencia de las naciones de África austral.

1. Apoyo a la independencia de Argelia

El primer país africano en beneficiarse del internacionalismo cubano fue Argelia. Los cubanos siguieron con mucho interés la lucha de los independentistas del Frente de Liberación Nacional (FLN) contra el colonialismo francés. En 1961, el gobierno de Fidel Castro estableció los primeros contactos con la dirección del FLN, principal fuerza política argelina en el combate contra la opresión colonial. [1] Así, el 27 de junio de 1961, Cuba fue el único país del hemisferio occidental en reconocer al gobierno argelino en el exilio. [2]

La Habana no se limitó a expresar su apoyo político a la lucha por la libertad. En enero de 1962, Cuba decidió suministrar una ayuda material y militar a los revolucionarios argelinos que llevaban la lucha desde 1954. Las autoridades cubanas mandaron un cargamento de 1.500 armas por barco con destino al campamento del FLN en Ujda, cerca de la frontera argelina. El barco “Bahía de Nipe” regreso a Cuba con 78 guerrilleros argelinos heridos y 20 niños refugiados, la mayoría huérfanos de guerra. [3]

Así, a pesar de un contexto geopolítico sumamente complejo, frente a la hostilidad creciente de Estados Unidos que había impuesto sanciones económicas, que había organizado la invasión de Bahía de Cochinos y que multiplicaba los atentados terroristas en la isla, Fidel Castro no vaciló en arriesgar las relaciones de Cuba con la Francia del General de Gaulle, en nombre del principio de solidaridad internacionalista con los pueblos en lucha por su emancipación.

Argelia no olvidó esta expresión de solidaridad por parte de La Habana. En octubre de 1962, tras realizar una visita oficial en Estados Unidos, Ahmed Ben Bella decidió viajar directamente a La Habana desde Washington, a pesar de las advertencias de Kennedy. [4] Fidel Castro expresó su gratitud el 16 de octubre de 1962 en presencia del Primer Ministro argelino:

Visitar Cuba cuando el rico y poderoso imperio yanqui redobla su hostilidad y odio hacia nosotros […] visitar Cuba cuando los imperialistas yanquis amenazan también con atacar nuestro país en cualquier momento […] es, por su parte, señor Primer Ministro, un acto de valor y resolución […]; es un gesto de amistad que nunca olvidaremos. Es también un acto que honra a la nación argelina ante los pueblos del mundo”. [5]

Argelia necesitó pronto el concurso de Cuba. En septiembre de 1963, el Marruecos de Hassan II decidió aprovechar la debilidad del nuevo Estado independiente desde el 5 de julio de 1962 para lanzar una conquista territorial, apoderándose de la zona fronteriza argelina rica en recursos naturales. Debilitada por ocho años de guerra que asolaron al país, Argelia no tenía una estructura de defensa organizada ni las armas necesarias para proteger su integridad territorial. Ahmed Ben Bella solicitó entonces la ayuda urgente de Cuba para hacer frente a esta agresión armada y preservar la independencia del país. En octubre de 1962, el gobierno de La Habana mandó a una división blindada y a 700 combatientes al mando del Comandante Efijenio Ameijeras, que disponían de los armamentos soviéticos más modernos. [6]

Frente a este despliegue de fuerzas, Marruecos estuvo obligado a firmar un alto el fuego el 30 de octubre de 1963 y abandonar los territorios ocupados unas semanas después, sin que las tropas cubanas entraran en combate. Después de su primera misión internacionalista, Cuba obsequió la integralidad del armamento a Argelia y formó al ejército local para su uso. [7] Cuba pagó el precio de su solidaridad activa con Argelia. En efecto, Rabat decidió romper sus relaciones diplomáticas con La Habana, las cuales se restablecería sólo en 2017. [8]

La ayuda cubana a Argelia no sólo fue política, material y militar. Fue también médica. En efecto, el país estaba confrontado a una grave crisis sanitaria después de la salida de la mayor parte de los médicos franceses, con apenas 200 médicos para una población de 4 millones de habitantes [9] . Así Argelia consiguió en mayo de 1963 el apoyo de una brigada médica de 55 profesionales de la salud. No obstante, Cuba se encontraba frente a una situación nacional sumamente severa. En efecto, además de la grave crisis sanitaria que afectaba a la población cubana en 1959 en una isla que sólo contaba con 6.000 médicos para 6 millones de habitantes, cerca de la mitad del personal cubano eligió emigrar hacia Estados Unidos en los primeros meses de 1959, atraído por mejores oportunidades profesionales. A pesar de las serias dificultades a las cuales Cuba hacía frente y al éxodo del personal de salud, La Habana ofreció su ayuda médica a Argelia. [10]

El Frente de Liberación Nacional recuerda que “desde las primeras horas de su independencia, Argelia encontraría en Cuba un apoyo de envergadura en sus esfuerzos de reconstrucción nacional, particularmente en el campo de la salud”. [11] Hoy día, varias decenas de médicos cubanos y otro personal de salud trabajan en las distintas regiones de Argelia. [12]

Por todas estas razones Abdelaziz Bouteflika, Presidente de la República argelina, decretó un duelo de ocho días tras el fallecimiento de Fidel Castro el 25 de noviembre de 2016. En su mensaje de condolencias al pueblo cubano, expresó la gratitud de Argelia por el apoyo indefectible de La Habana:

"Es también una gran pérdida para el pueblo argelino que tiene una relación particular con El Comandante hecha de respeto, admiración y afecto mutuos. Una relación que encuentra también su singularidad por haber compartido algunas páginas de la historia de la gloriosa lucha de Liberación Nacional y en las cuales El Líder Máximo desempeñó un papel importante al lado del pueblo argelino. Este compañerismo de lucha encontraría su extensión después de la accesión de Argelia a la independencia y se manifestó mediante una solidaridad y un apoyo a la reconstrucción de nuestro país arruinado por una guerra colonial devastadora […]. Rindo tributo a un auténtico defensor de los valores de paz, respeto de la soberanía nacional y a su combate intransigente a favor del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos”. [13]

La misión internacionalista cubana en Argelia sería la primera de una larga serie que vería a La Habana brindar su apoyo al Congo, Guinea Bissau y Cabo Verde y Etiopía.

2. Ayuda a la lucha armada en el Congo y Guinea Bissau y defensa de la soberanía de Etiopía

Congo

En 1961, Estados Unidos ordenó el asesinato de Patrice Lumumba, líder independentista del Congo belga. Lauwrence Devlin, Jefe de la Oficina de la CIA en el país, reconoció la responsabilidad de Washington: “Yo tenía que proceder a la eliminación física, es decir asesinar a Lumumba. Pregunté inmediatamente quién había dado estas instrucciones y la respuesta fue que eran del Presidente Eisenhower”. [14] Con la complicidad de Bélgica y de las tropas de Naciones Unidas, el Primer Ministro congoleño fue asesinado por Mobutu, el cual instauró una dictadura que duraría hasta 1997 con el apoyo de Estados Unidos. [15]

Las fuerzas lumumbistas desataron un movimiento insurreccional en el país bajo el liderazgo de Laurent-Désiré Kabila, jefe de la rebelión congoleña. Kabila solicitó entonces la ayuda de Cuba para luchar contra el régimen de Mobutu, apoyado por las potencias occidentales. En abril de 1965, Che Guevara, a la cabeza de una columna de 120 combatientes cubanos, llegó al Congo para ayudar a la guerrilla. Su presencia duró ocho meses y seis internacionalistas cubanos cayeron en combate. [16]

Pero el combate era desigual entre una rebelión debilitada y un régimen que disponía del apoyo militar de Estados Unidos y de mercenarios blancos pagados por Washington. Cléophas Kamitatu, entonces Ministro de Interior de Mobutu, estuvo encargado de aplastar a los insurgentes: “Organizamos una operación de recuperación del país y usamos el ejército [y] los mercenarios […] pagados por Estados Unidos”. [17]

Frente a la ofensiva del ejército de Mobutou Tanzania, que apoyaba a la guerrilla, pidió la salida de Guevara y sus hombres, los cuales tuvieron que marcharse en noviembre de 1965. La experiencia congoleña fue un fracaso según el Che, a causa de las luchas internas, de la falta de disciplina entre los insurrectos y de la decisión unilateral de Tanzania de dejar de suministrar a los rebeldes. [18]

En una carta al Presidente Julius Nyerere, Guevara expresó su incomprensión y su disgusto:

“Cuba ofreció ayuda sujeta a la aprobación de Tanzania, ésta aceptó y la ayuda se hizo efectiva. Era sin condiciones ni límites de tiempo. Comprendemos las dificultades de Tanzania hoy, pero no estamos de acuerdo con sus planteamientos. Cuba no retrocede de sus compromisos ni puede aceptar una fuga vergonzosa dejando al hermano en desgracia a merced de los mercenarios”. [19]

Guinea-Bissau y Cabo Verde

Ese mismo año, 1965, Amilcar Cabral, líder revolucionario del Partido Africano para la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde (PAIGCV), recibió ayuda militar de Cuba para sus guerrilleros en su lucha contra el colonialismo portugués. En 1966, después de la Conferencia Tricontinental que tuvo lugar en Cuba y que reunió a los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo, La Habana mandó a decenas de instructores, técnicos y médicos a la guerrilla del PAIGCV, para formar y curar a los combatientes guineanos. La guerra de desgaste que lanzó Cabral contra la ocupación portuguesa desató la Revolución de los Claveles en abril de 1974 contra la dictadura de Salazar, orquestada por capitanes que lucharon en Guinea Bissau. Dobló las campanas de la presencia colonial de Portugal en África, desembocó en la independencia de Guinea Bissau en 1974 y abrió el camino para la liberación de Mozambique y Angola. [20]

Pedro Pires, Presidente de Cabo Verde de 2001 a 2011, expresó el homenaje de su pueblo a los cubanos:

“Durante nuestra lucha de Liberación Nacional, nos beneficiamos de la solidaridad indefectible de Cuba. Nadie puede permanecer indiferente frente a la contribución cubana, particularmente de Fidel Castro, para la liberación de África. Yo mismo me formé en Cuba e hice mi formación militar allí. Los africanos tenemos una deuda moral y una deuda de honor hacia Cuba, Fidel y sus combatientes internacionalistas”. [21]

Por su parte, Maneca Santos, miembro del Comité Central del PAIGC, enfatizó la contribución decisiva de cuba “durante la lucha de liberación nacional”. La Habana desempeñó un papel preponderante “en las luchas de las antiguas colonias portuguesas, particularmente en Guinea Bissau y en Cabo Verde”. [22]

Por su parte, Iva Cabral, hija de Amilcar Cabral, expresó el sentimiento de su pueblo hacia Cuba:

“Fidel Castro apoyó nuestras luchas de liberación nacional sin ninguna restricción. Desempeñó un papel fundamental en la independencia de Angola y en la caída del apartheid en Sudáfrica. No se puede hablar de la historia del siglo XX sin hablar de Fidel Castro […] Es una figura fundamental de la historia mundial del siglo XX y particularmente del Tercer Mundo. Como africana, siento respeto y una admiración profunda por Fidel Castro”. [23]

Etiopía

En junio de 1977, Somalia, apoyada por Estados Unidos, lanzó una guerra de conquista territorial contra Etiopía, con el objetivo de apoderarse de la región de Ogaden de alrededor de 300.000 kilómetros cuadrados, o sea una tercera parte del país. El ejército somalí realizó una incursión de 1.000 kilómetros en el interior del territorio etíope y alcanzó las ciudades de Hara y Dire Dawa. En diciembre de 1977, el Gobierno etíope de Mengistu Haile Marian solicitó la ayuda de Cuba para rechazar la invasión. La Habana lanzó entonces la Operación Protesta de Baraguá en enero de 1978 y mandó a sus tropas. Después de violentos combates, los etíopes y los internacionalistas cubanos sacaron al ejército somalí fuera de las fronteras en marzo de 1978. [24] Mulatu Teshome, Presidente de la República de Etiopía, recordó la contribución de Cuba “en nuestra lucha por defender nuestra integridad territorial”, así como “su apoyo durante los tiempos difíciles”. [25]

3. Angola, África Austral y “la causa más bella de la humanidad”

La Revolución de los Claveles y la caída de la dictadura de Salazar pusieron fin a la presencia colonial portuguesa en África. Después de Guinea Bissau y Cabo Verde en 1974, Mozambique y Angola consiguieron su independencia en 1975. En Angola varias organizaciones se enfrentaron por el poder: El Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) de Agostinho Neto, apoyado por Cuba y la Unión Soviética; el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA) de Holden Roberto y la Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (UNITA) de Jonas Savimbi, ambos apoyados por Estados Unidos, Sudáfrica y el Zaire de Mobutu. [26]

En enero de 1975, Portugal instaló un gobierno provisional en el que estaban representados la antigua potencia colonial y los tres principales movimientos independentistas. Durante ese periodo de transición de un año, el ejército portugués debía encargarse del mantenimiento del orden hasta el día de la proclamación de la Independencia el 11 de noviembre de 1975. [27]

Consciente de la popularidad del MPLA en el país, Estados Unidos decidió neutralizar al principal movimiento independentista angoleño de orientación marxista para impedir que accediera al poder. Además de los instructores y armas enviados al FLNA y a la UNITA, Washington pudo contar con la colaboración de la Sudáfrica del apartheid. En marzo de 1975, siguiendo las instrucciones del secretario de Estado Henry Kissinger, Mobutu mandó a sus tropas a Angola y lanzó un ataque desde el norte con el FLNA. Por su parte, Pretoria había previsto una ofensiva desde el sur con la UNITA. El objetivo era apoderarse de la capital, Luanda, antes del 11 de noviembre. [28]

Frente a esta agresión internacional y la complicidad pasiva de las fuerzas portuguesas cuyo papel era garantizar el orden, el MPLA resistió firmemente a la coalición dirigida por Estados Unidos y solicitó la ayuda urgente de Cuba. A partir del mes de septiembre, el MPLA retomó el control de 12 de las 16 provincias del país, incluyendo toda la costa. En octubre de 1975, 500 instructores cubanos llegaron a Angola con armas suficientes para formar 40 unidades de batallón y batería. Se abrieron cuatro centros de instrucción en el país para entrenar a las tropas. [29]

El 14 de octubre de 1975, Sudáfrica, primera potencia militar del continente gracias al apoyo de los países occidentales, decidió invadir a Angola con sus tropas regulares. El 4 de noviembre de 1975, Fidel Castro respondió al llamado del MPLA y lanzó la Operación Carlota, del nombre de una esclava cubana que lideró una revuelta contra la opresión colonial en el siglo XIX. Asumiendo el riesgo de debilitar su propia seguridad nacional, La Habana mandó a sus tropas más aguerridas y su armamento más moderno para preservar la integridad territorial de Angola e impedir que el régimen racista de Pretoria instalara un gobierno títere. En el espacio de unas semanas, 35.000 internacionalistas cubanos llegaron a Angola para brindar su concurso militar a la nación agredida por el régimen de Pretoria y Zaire, siguiendo las órdenes de Washington. [30]

El 10 de noviembre de 1975, el ejército surafricano llegó a Kifangondo, a 20 kilómetros de la Luanda y lanzó un ataque de envergadura para apoderarse de la capital. Las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA), apoyadas por los instructores cubanos, ofrecieron una resistencia feroz que permitió preservar la ciudad. [31] El ataque al enclave de Cabinda, rico en recursos minerales, también fue repelido por los internacionalistas cubanos y los angoleños. [32] El 11 de noviembre, Agostinho Neto proclamó la independencia de Angola desde Luanda y expresó su gratitud a Fidel Castro, alabando “la solidaridad extraordinaria del pueblo cubano”. [33]

Por primera vez en su historia, las fuerzas del apartheid tuvieron que retirarse frente a las tropas negras cubanas y abandonar el territorio de Angola el 27 de marzo de 1976. El régimen supremacista del apartheid acababa de sufrir su primera derrota, rompiendo el mito de la invencibilidad del ejército blanco de Pretoria. [34]

La intervención de Cuba fue una decisión de Fidel Castro. Se hizo contra la voluntad de la Unión Soviética, que estaba a favor de un proceso de distensión con Estados Unidos. Karen N. Broutens, Director del Departamento de Asuntos Exteriores del Politburó soviético, reconoció que Moscú fue colocado ante el hecho consumado: “El envío de tropas cubanas en África nos tomó completamente por sorpresa. No sabíamos nada […]. Fue un choque para nosotros. Estábamos molestos porque los cubanos actuaban sin consultarnos”. [35] La intervención militar de La Habana ilustró la independencia total de la política exterior del Gobierno cubano hacia el aliado soviético.

Fidel Castro explicó las razones del involucramiento de Cuba en África:

“Algunos imperialistas se preguntan por qué ayudamos a los angoleños, qué intereses tenemos nosotros allí. Ellos están acostumbrados a pensar que cuando un país hace algo es porque está buscando petróleo, o cobre, o diamante, o algún recurso natural. ¡No! Nosotros no perseguimos ningún interés material, y es lógico que los imperialistas no lo entiendan […]. ¡Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola! […] Simplemente aplicamos una política de principios. No nos cruzamos de brazos cuando vemos a un pueblo africano, hermano nuestro, que de repente quiere ser devorado por los imperialistas y es brutalmente atacado por África del Sur”. [36]

Washington consideró incluso lanzar un ataque aéreo contra Cuba, a guisa de represalias. “Si decidimos usar la fuerza militar debemos conseguir la victoria. No podemos hacer las cosas a medias”, declaró Henry Kissinger al General del Estado Mayor George Brow el 24 de marzo de 1976. Durante su encuentro con el presidente Gerald Ford, Kissinger se mostró más preciso: “Creo que vamos a tener que aplastar a Castro. Pero probablemente no podremos actuar antes de las elecciones [presidenciales de 1976]”. “Estoy de acuerdo”, replicó el presidente Ford. Kissinger deseaba a cualquier precio proteger al régimen del apartheid: “Si los cubanos destruyen Rodesia, Namibia será la próxima en la lista y luego Sudáfrica. Si realizan un movimiento hacia Namibia o Rodesia, tendremos que pulverizarlos”. Secretamente elaborado por el Grupo de Acciones Especiales de Washington, el plan preveía bombardeos estratégicos, minar los puertos y una cuarentena de Cuba. [37] No obstante, Kissinger no pudo contener su admiración hacia Fidel Castro. Según él, “era probablemente el más genuino líder revolucionario entonces en el poder” [38] .
Después de la derrota infligida por los cubanos y angoleños, Sudáfrica y Estados Unidos incrementaron la ayuda a la UNITA de Jonas Savimbi, hundiendo al país en una guerra civil que duraría hasta 2002. Por su parte, Luanda y La Habana brindaron su ayuda a los revolucionarios de la Organización del Pueblo de Suroeste Africano (SWAPO) de Namibia, entonces protectorado surafricano, y a los militantes del Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela que luchaban contra el apartheid, ofreciéndoles una base en Angola. Así, en 1978 la aviación surafricana lanzó un ataque aéreo mortífero contra el campo de refugiados de la SWAPO y mató a cerca de 700 personas, entre las ellas más de 150 mujeres y cerca de 300 niños. [39]

Una década después, en 1987, las FAPLA, siguiendo las recomendaciones de los asesores militares soviéticos, lanzaron una ofensiva contra la UNITA. Los cubanos habían exhortado a Luanda a no lanzar un ataque pues Pretoria controlaba el aire en el sur de Angola. Había que neutralizar primero la aviación surafricana. La Habana no fue escuchada y Sudáfrica intervino masivamente, particularmente con bombardeos aéreos y una ofensiva de vehículos blindados, obligando a las fuerzas angoleñas a replegarse hacia el pueblo de Cuito Cuanavale, zona estratégica del sureste del país [40] .

Frente a esa situación crítica, Angola solicitó otra vez la ayuda urgente de Cuba, que tenía desde 1975 a 20.000 soldados permanentes en el país. Fidel Castro decidió llevar la cifra a 55.000 combatientes internacionalistas que llegaron al país en unas semanas, y desplegó sus mejores pilotos así como su defensa antiaérea más sofisticada. [41] “No hubo ninguna cooperación con la Unión Soviética, todo lo contrario”, enfatizó Fidel Castro, respecto a la oposición de Moscú a una nueva intervención militar en Angola. [42] El Presidente cubano se encargó personalmente de dirigir las operaciones desde La Habana. Asediando la zona, el ejército surafricano intentó varias veces apoderarse de Cuito Cuanavale, pero fue rechazado por las tropas cubanas y angoleñas. Gracias a la nueva supremacía aérea, La Habana lanzó una contraofensiva en marzo de 1988 con 40.000 soldados cubanos y 30.000 combatientes angoleños, sin olvidar el apoyo de los revolucionarios namibios. El poderío de fuego era impresionante: más de 1.000 armas antiaéreas y todos los aviones disponibles permitieron a Cuba dominar el cielo y obligaron a las tropas surafricanas a retirarse más allá de la frontera. Cuito Cuanavale infligió un “golpe político, militar y moral demoledor” al ejército del apartheid”. [43]

Tras la derrota de Cuito Cuanavale, frente a la presencia militar disuasiva de Cuba y la amenaza de proseguir la contraofensiva más allá de la frontera angoleña, en territorio namibio, Estados Unidos y Sudáfrica se vieron obligados a abrir negociaciones con Cuba y Angola. Durante los diálogos en El Cairo en junio de 1988, Chester Crocker, Secretario de Estado Adjunto encargado de África, intentó descubrir si Cuba tenía la intención de pasar la frontera namibiana. La respuesta de Jorge Risquet, representante de Cuba en Angola, fue sin ambages:

“Yo no le puedo dar esa respuesta. Yo no le puedo dar un meprobamato [calmante] ni a usted ni a los surafricanos […] Entiéndame bien, yo no estoy amenazando. Si yo le dijera que van a detenerse, yo le estaría dando un meprobamato, un Tylenol, y no quiero amenazar ni quiero darle un calmante […]. Lo que he dicho es que solo los acuerdos sobre la independencia de Namibia pueden dar las garantías.” [44]

Las reivindicaciones cubanas eran las siguientes: Sudáfrica debía poner fin a su apoyo a la UNITA y permitir elecciones libres en Namibia, bajo el control de las Naciones Unidas. Pretoria capituló y aceptó las condiciones de La Habana, y firmó un acuerdo de paz en diciembre de 1988. [45] Sudáfrica puso fin a su ocupación militar de Namibia y se realizaron elecciones. Por su parte, Cuba se comprometió a salir de Angola, una vez que se garantizase su seguridad. Dos años después, Namibia consiguió su independencia y la SWAPO ganó las elecciones. [46]

La victoria de Cuito Cuanavale fue decisiva para la salvaguardia de la independencia de Angola. José Eduardo Dos Santos, Presidente del país de 1979 a 2017, enfatizó “la solidaridad que Cuba ofreció a la lucha de los pueblos colonizados, particularmente al pueblo angoleño, y la contribución inolvidable de este país a la defensa y preservación de la soberanía e integridad territorial de Angola, en su resistencia a la agresión del régimen racista surafricano”. [47]

Cuito Cuanavale también tuvo un impacto decisivo en la liberación de Namibia, entonces bajo el yugo del régimen de Pretoria. Durante la visita de Fidel Castro a Namibia en 1998, Sam Nujoma, Presidente de la nación, lo recibió en el aeropuerto y pronunció esta frase histórica: “Bienvenido a la República de Namibia, el país que usted contribuyó a liberar”. [48] Hage Geingob, actual Presidente de Namibia, miembro histórica de la SWAPO, rindió homenaje a Cuba por su compromiso a favor de la libertad en África austral:

“Fidel es un referente para muchos de nosotros, particularmente en África austral. […] Fue mi mentor. La independencia de Namibia se debe a la batalla de Cuito Cuanavale donde los surafricanos sufrieron una derrota [...]. En Namibia, Cuba es amada. Cuando nuestros hijos fueron atacados en Cassinga, Cuba vino para auxiliarnos. Tres mil de ellos fueron acogidos en Cuba y hoy día están de regreso. Eso significa mucho para nosotros. Cuba no vino para mandarnos o apoderarse de nuestros recursos. […] Mientras que Inglaterra, Francia y Estados Unidos estaban del lado del apartheid que nos oprimía y mataba, Fidel Castro vino a liberarnos”. [49]

La derrota que los cubanos infligieron al ejército de Pretoria dobló las campanas del régimen del apartheid, el cual estuvo obligado a legalizar al ANC y liberar a Nelson Mandela en febrero de 1990, después de 27 años de prisión, y abolir el apartheid en junio de 1991. Mandela, el héroe de la lucha contra la opresión racial, reservó su primer viaje fuera de África a Cuba. El Gobierno de Fidel Castro había apoyado al ANC desde los primeros instantes. [50] En un discurso pronunciado en Cuba en 1991, Nelson Mandela rindió tributo al pueblo de la isla y expresó su gratitud por su contribución a la libertad en África austral:

Desde sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad. El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan. […] De modo particular nos conmueve la afirmación del vínculo histórico con el continente africano y sus pueblos. Su invariable compromiso con la erradicación sistemática del racismo no tiene paralelo. Somos conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones con África […]? ¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África! ¡Esta derrota indiscutible del ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía! ¡La derrota del ejército racista permitió al pueblo combatiente de Namibia conquistar finalmente su independencia! ¡La derrota decisiva de las fuerzas agresivas del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco! ¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica! ¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no habrían sido legalizadas! ¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes! ¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral! ¡Cuito Cuanavale marca un viraje en la lucha para liberar el continente y nuestro país del flagelo del apartheid!” [51]

Thabo Mbeki, Presidente de Sudáfrica de 1999 a 2008, rindió homenaje a la contribución cubana a la libertad de su pueblo:

“Fidel fue una gran inspiración para todos nosotros. Se comprometió plenamente en nuestra lucha. Algunos de nuestros mejores cuadros militares se formaron en Cuba […]. Tenemos lazos muy fuertes con los cubanos por esta lucha. Nunca olvidaremos a los cubanos caídos en Angola, quienes lucharon contra las fuerzas del apartheid. […] La derrota de los surafricanos en Angola abrió directamente el camino a la independencia de Namibia y a nuestra propia liberación en Sudáfrica”. [52]

Del mismo modo, Jacob Zuma, Presidente de Sudáfrica de 2009 a 2018, recordó que Cuba entrenó a los guerrilleros del ANC, transmitiéndoles los valores de la Revolución Cubana: “Nuestros cuadros que vivieron mucho tiempo en Cuba fueron los que mejor entendieron el vínculo entre patriotismo e internacionalismo”. Muchos médicos, ingenieros, diplomáticos y otros se formaron en Cuba. “Para nosotros, Castro no sólo era un amigo. Era nuestro líder, nuestro mentor y nuestro internacionalista revolucionario”. [53]

En 1991, los últimos internacionalistas cubanos salieron de Angola. En total, desde la primera misión en Argelia en 1963, 380.000 combatientes y 70.000 colaboradores civiles, o sea un total de 450.000 cubanos, brindaron su concurso a la liberación de África. [54] En Sudáfrica, en el Parque de la Libertad de Pretoria, se encuentran escritos en piedra los nombres de los 2.107 cubanos caídos en combate por la emancipación de los pueblos de África Austral. [55]

Thenjiwe Mtintso, militante antiapartheid torturada y encarcelada bajo el régimen de Pretoria en los años 1970 y embajadora de Sudáfrica en Cuba de 2007 a 2010, rindió tributo a Cuba:

“Hoy Sudáfrica tiene muchos amigos nuevos. Ayer estos amigos se referían a nuestros líderes y a nuestros combatientes como terroristas y nos acosaban desde sus países a la vez que apoyaban a la Sudáfrica del apartheid. Esos mismos amigos hoy quieren que nosotros denunciemos y aislemos a Cuba. Nuestra respuesta es muy simple, es la sangre de los mártires cubanos y no de estos amigos la que corre profundamente por la tierra africana y nutre el árbol de la libertad en nuestra Patria”. [56]

A esos múltiples homenajes, Fidel Castro respondió recordando la máxima de José Martí, héroe nacional cubano, “Patria es humanidad”:

¿Qué hacíamos nosotros, sino pagar nuestra deuda con la humanidad, nuestra deuda con África, nuestra deuda con aquellos que lucharon por nuestra dignidad, con aquellos que lucharon por nuestra independencia en muchos campos de batalla? Eso es lo que hemos hecho, no merecemos ningún especial reconocimiento, no merecemos ninguna especial gratitud, simplemente cumplimos un deber”. [57]

Conclusión

De Argelia a Sudáfrica, pasando por el Congo, Guinea Bissau, Cabo Verde, Etiopía, Angola y Namibia, la contribución cubana a la liberación del continente no tiene equivalente en la historia de las luchas anticoloniales. “Es la primera vez que un país vino de otro continente no para llevarse algo, sino para ayudar a los africanos a conseguir su libertad”. Tales fueron las palabras que redactó Nelson Mandela desde su prisión en Robben Island. [58] Mientras los Estados Unidos, y la mayoría de las potencias occidentales, brindaron un apoyo firme al régimen segregacionista del apartheid, mientras Washington incluyó a Nelson Mandela en la lista de los miembros de organizaciones terroristas hasta 2008, incluso cuando era Premio Nobel de la Paz en 1993 y Presidente de la República de Sudáfrica de 1994 a 1999, La Habana, por su parte se comprometió plenamente en la lucha contra la opresión racial del régimen de Pretoria, porque se trataba, según las palabras de Fidel Castro, de “la causa más bella de la humanidad”.

Para comprender el prestigio de la Revolución Cubana en América Latina, África y Asia, lejos de la imagen a menudo caricatural vehiculada en Occidente, es necesario recordar el papel fundamental que desempeñó una pequeña isla asediada por Estados Unidos en la lucha mundial por la emancipación humana. Muchas veces desconocido, este aporte mayor de Cuba a la dignidad de los explotados está grabado en la memoria de los pueblos del Sur que sufrieron de la servidumbre colonial y racial.

El internacionalismo revolucionario, es decir, la solidaridad activa y concreta con los pueblos en lucha por su libertad, ha sido un pilar fundamental de la Revolución Cubana desde 1959. Mientras que las potencias occidentales colonizaron la cuna de la humanidad, humillando a los pueblos y saqueando los recursos naturales, Cuba, por su parte, intervino para romper las cadenas de la opresión y sólo se llevó de África los cuerpos de sus soldados caídos en combate en nombre del derecho inalienable de los pueblos a la libre determinación. +

Notas:

[1] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», Revista Tricontinental, 6 noviembre de 2018.

[2] Alger Républicain, « Les révolutionnaires cubains étaient en Algérie pendant la guerre de Libération», 6 de mayo de 2015.

[3] Fidel Castro Ruíz, « Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruíz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la cena oficial ofrecida por el Presidente de la República Argelina Democrática y Popular», República de Cuba, 6 de mayo de 2001. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2001/esp/c060501e.html (sitio consultado el 14 de abril de 2018).

[4] John F. Kennedy Presidencial Library and Museum , “Ben Bella Visit”, 15 de octubre de 1962. https://www.jfklibrary.org/Asset-Viewer/Archives/JFKWHF-WHS26.aspx (sitio consultado el 3 de abril de 2018).

[5] Piero Gleijeses, «La primera experiencia cubana en África: Argelia (1961-1965), Temas, n°16-17, octubre 1998, p. 63.

[6] Ibid.

[7] Gabriel Molina, «Para Argelia cualquier ayuda que necesite», Granma, 22 de octubre de 2015.

[8] Ministère de la Culture et de la Communication, «Rétablissement des relations diplomatiques entre le Royaume du Maroc et la République de Cuba», Royaume du Maroc, 21 de abril de 2017. http://www.maroc.ma/fr/actualites/retablissement-des-relations-diplomatiques-entre-le-royaume-du-maroc-et-la-republique-de (sitio consultado el 2 de abril de 2018).

[9] Fidel Castro Ruíz, « Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruíz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la cena oficial ofrecida por el Presidente de la República Argelina Democrática y Popular», op. cit.

[10] Gabriel Molina, «Para Argelia cualquier ayuda que necesite», op. cit.

[11] El Moujahid, «Décès de Fidel Castro, le président Abdelaziz Bouteflika : ‘Une perte’ pour le peuple algérien», 27 de noviembre de 2016. http://www.elmoudjahid.com/fr/actualites/102165 (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[12] Ernesto J. Gómez Figueredo, «Cuba y Argelia firman acuerdo para continuar cooperación bilateral», Granma, 30 de enero de 2018.

[13] El Moujahid, «Décès de Fidel Castro, le président Abdelaziz Bouteflika: ‘Une perte’ pour le peuple algérien», 27 de noviembre de 2016. http://www.elmoudjahid.com/fr/actualites/102165 (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[14] Jihan Al Tahri, «Cuba, une odyssée africaine», Temps Noir/ Arte, 2007.

[15] Scott Chain, «Laurence R. Devlin, 86, C.I.A Officer Who Balked on a Congo Plot, Is Dead», The New York Times, 11 de diciembre de 2008, p. B10.

[16] Che Guevara, Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo, Barcelona, Editorial Mondadori, 1999.

[17] Jihan Al, «Cuba, une odyssée africaine», op. cit.

[18] Che Guevara, Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo, op. cit.

[19] Ramón Pérez Cabrera, La historia cubana en África 1963-1991, p. 115.

[20] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.

[21] Álvaro Lidgero Andrade, «Pedro Pires: ‘Africa tem uma dívida moral e de honra para com Fidel Castro’”, Voice of America, 27 de noviembre de 2016. https://www.voaportugues.com/a/pedro-pirs-africa-divida-moral-fidel-castro/3613197.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[22] Maneca Santos, «‘A historia o absolverá’, afirma Maneca Santos sobre Fidel Castro», Voice of America, 28 de noviembre de 2016. https://www.voaportugues.com/a/a-historia-o-absolvera-manecas-santos-fidel-castro/3614138.html (sitio consultado el 26 de abril de 2018).

[23] Alvaro Lidgero Andrade, «Iva Cabral: ‘Como africana tenho respeito e admiraçao por Fidel Castro’», Voice of America, 27 de noviembre de 2016. https://www.voaportugues.com/a/iva-cabral-fidel-castro-admiracao-e-respeito/3613601.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[24] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio ‘Julio Antonio Mella’, Santiago de Cuba», República de Cuba, 15 de marzo de 1978. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1978/esp/f150378e.html (sitio consultado el 29 de abril de 2018); Vilma Thomas Ramírez, «Cuba en Etiopía: Aniversario 40 de una hazaña internacionalista», Cubadebate, 18 de marzo de 2018.

[25] Ethipian News Agency, «President Mulatu, PM Hailmariam Express Condolences Over Death of Castro», 26 de noviembre de 2016. http://www.ena.gov.et/en/index.php/politics/item/2340-president-mulatu-pm-hailemariam-express-condolences-over-death-of-castro (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[26] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.

[27] Ibid.

[28] Ibid.

[29] Ibid.

[30] Fidel Castro Ruíz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruíz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», República de Cuba, 30 de julio de 1998. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f300798e.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[31] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.

[32] Fidel Castro Ruíz, “Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruíz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Celebrado en el Teatro ‘Carlos Marx’”, República de Cuba, 22 de diciembre de 1975. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1975/esp/f221275e.html (sitio consultado el 28 de marzo de 2018).

[33] Jihan El Tahri, «Cuba, une odysée africaine», op. cit.

[34] Piero Gleijeses, Misiones en conflicto: La Habana, Washington y África 1959-1976, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2002, p.

[35] Jihan El Tahri, «Cuba, une odysée africaine», op. cit.

[36] Fidel Castro Ruíz, “Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruíz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Celebrado en el Teatro ‘Carlos Marx’”, República de Cuba, 22 de diciembre de 1975. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1975/esp/f221275e.html (sitio consultado el 28 de marzo de 2018).

[37] The National Security Archive , « Kissinger Considered Attack on Cuba Following Angola Incursion”, 1 de octubre de 2014, George Washington University. http://www2.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB487/ (sitio consultado el 21 de febrero de 2015).

[38] Henry Kissinger, Years of Renewal, New York, 1999, p.785 in Piero Gleijeses, “Carta a Obama”, Cubadebate, 3 de febrero de 2014.

[39] Piero Gleijeses, «A test of Wills: Jimmy Carter, South Africa, and the Independence of Namibia”, Diplomatic History, noviembre 2010, p. 853-91.

[40] Piero Gleijeses, Visiones de libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de Africa (1976-1991, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2015, Tomo II, p. 209-220.

[41] Fidel Castro Ruíz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruíz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», República de Cuba, 30 de julio de 1998. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f300798e.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[42] Democracy Now, «The Untold Story of Cuba’s Support for African Independence Movements Under Fidel Castro», 28 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=U1iUe3NmMh8 (sitio consultado el 31 de marzo de 2018).

[43] Fidel Castro Ruíz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruíz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», op. cit.

[44] Piero Gleijeses, «El adiós a un hermano», Cubadebate, 29 de septiembre de 2015.

[45] Piero Gleijeses, Visiones de libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de África (1976-1991, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2015, Tomo II, p. 311-368.

[46] Ibid ., 395-403.

[47] Francisco Marques, «Presidente de Angola ‘profundamente consternado’ pela morte de Fidel Castro», Euronews, 26 de noviembre de 2016. http://pt.euronews.com/2016/11/26/presidente-de-angola-reage-a-morte-de-fidel-castro (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[48] Sam Nujoma, «Fidel Castro y Nelson Mandela», Youtube, 13 de octubre de 2010. https://www.youtube.com/watch?v=iksYRLDo3w8 (sitio consultado en 30 de marzo de 2018).

[49] BBC, «Fidel Castro ‘Came to Free Us', Says Namibia President», 4 de diciembre de 2016. http://www.bbc.com/news/av/world-africa-38190601/fidel-castro-came-to-free-us-says-namibia-president (sitio consultado el 29 de marzo de 2018).

[50] Nelson Mandela Foundation , «Deepest Condolences to the People and Government of Cuba on the Passing of Fidel Castro», 26 de noviembre de 2016. https://www.nelsonmandela.org/news/entry/deepest-condolences-to-the-people-and-government-of-cuba-on-the-passing-of (sitio consultado el 1 de abril de 2018).

[51] Salim Lamrani, Cuba. Ce que les médias ne vous diront jamais, Paris, Editions Estrella, 2009, prologue.

[52] Thabo Mbeki, «Interview : Mbeki Says Fidel Castro Was Committed to SA’s Liberation », SABC Digital News, 26 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=Vzgx8M-_AcA (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).

[53] Jacob Zuma, «Interview: Pres. Zuma Speaks Fondly about the late Fidel Castro», SABC Digital News, 26 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=OUcmi2RwZpQ (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).

[54] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.

[55] Freedom Park , «The Cuban 5 Visit Freedom Park», 29 de junio de 2015. http://www.freedompark.co.za/stay-informed/news-and-media-releases/142-the-cuban-5-visit-freedom-park (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).

[56] Piero Gleijeses, «Cuito Cuanavale: batalla que terminó con el apartheid», Cubadebate, 23 de marzo de 2013.

[57] Fidel Castro Ruíz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruíz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», op. cit.

[58] Max Bearak, «Fidel Castro, African Hero», The Washington Post, 28 de noviembre de 2016.

Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016.