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miércoles, 30 de abril de 2014

El rector de la Complutense: “El futuro de la Universidad pública está en entredicho”. El responsable del mayor centro presencial de España alerta de la "asfixia" de los campus

La Complutense ha perdido 300 profesores en tres años y otros 90 se irían fuera este año
Hasta el 15% de sus grupos de investigación se ha quedado sin financiación
El comunicado de los rectores

"Asfixia" es la palabra que define el estado actual de las universidades españolas, según ha expresado esta mañana el rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo,  en la lectura de un comunicado consensuado entre los 50 campus públicos y 25 privados del país en el que exigen al Gobierno que revoque los recortes que les ahogan. El responsable del mayor centro presencial del país, con 78.000 alumnos, ha alertado de que el efecto de los ajustes tardará "años" en revertirse —"Lo que hemos invertido en 30 años lo tiramos por la borda con cuatro años de desinversión"— y ha advertido de que la viabilidad de los centros se complica mucho si no se toman medidas: "El futuro de la Universidad pública está en entredicho".

El rector de la Complutense ha detallado con las cifras de su propio campus el impacto de esas “medidas excepcionales” que rechaza el comunicado. Medidas que llegaron a través de los recortes presupuestarios (unos 1.200 millones desde 2009) y de cambios normativos que han favorecido un aumento inédito del precio de las matrículas universitarias y el endurecimiento de los criterios académicos para acceder a una beca. En su centro, los efectos se traducen en pérdida de profesores, de alumnos y de equipos y líneas de investigación.

La Complutense ha perdido 300 profesores doctores en los últimos tres años, y otros 90 están al borde de quedarse fuera este año, porque la tasa de reposición (del 10%, solo se cubre una de cada diez bajas) impide que se les estabilice. "La formación de todos estos docentes ha costado 30 millones de dinero público, es dinero que se va por la alcantarilla", se ha quejado Carrillo. La pérdida de estos 90 doctores puede suponer, ha dicho, que tengan que "plantear el cierre de departamentos o incluso de titulaciones".

Menos profesores y también menos alumnos. El campus madrileño ha perdido hasta un 20% de estudiantes de máster en los dos últimos años, ha contado el rector, y 800.000 créditos matriculados menos en el mismo periodo, lo que equivale a que cada estudiante ha dejado de matricularse de una asignatura (60 créditos son un curso completo de media). La subida de tasas, especialmente intensa en Madrid, está detrás de la caída de alumnos— el coste medio de las matrículas de grado ha subido hasta un 65% en dos cursos—. "Muchos de los que hoy somos profesores en esta Universidad no podríamos haber estudiado con estos precios", se ha lamentado el rector.

La investigación del centro universitario más grande de España también se ha resentido con fuerza. De los 570 grupos de investigación, entre el 10 % y el 15% se ha quedado sin financiación, "lo que supone paralización de laboratorios y de líneas de investigación", explica el vicerrector de Investigación del campus, Francisco Tirado. "Esto afecta también a la temática de las investigaciones, las más costosas, las relacionadas con la química, la física o la salud, que necesitan más material, consumibles, etcétera, y que son las más afectadas", añade. "Los equipos de investigación no tienen relevo, los departamentos tampoco, ¿quién va a dar clase dentro de cinco años?", se ha quejado el rector. "Esto va a tener un coste para este país", ha alertado Carrillo, que ha recordado que la investigación en España "está soportada en un 66% por las universidades"...

"Nos están vapuleando año tras año", se ha lamentado el rector, para quien la postura del Gobierno —el Ministerio de Educación ya dijo ayer que no tiene intención de revertir la situación— es una "opción política" y no solo una cuestión de dinero. "Se habla de meter 5.000 millones para rescatar las radiales, ¿para eso hay dinero y no para la Universidad?".

Los rectores de todas las universidades españolas han escenificado esta mañana con la lectura simultánea del comunicado en sus campus su rechazo a los recortes y la exigencia al Ejecutivo de que dé marcha atrás en unas medidas que atacan a "la equidad".
Fuente: El País.

sábado, 5 de abril de 2014

La cultura enclaustrada

La universidad se ha replegado sobre sí misma como consecuencia de un nuevo antiintelectualismo favorecido por una sacralización del 'paper', cuya confección obliga a renunciar a toda creatividad y riesgo


A finales de la Edad Media el caudal más fecundo de la cultura europea pasó de los monasterios a las universidades. Con este trasvase lo que había permanecido depositado en los recintos monásticos bajo la tutela de los monjes, preservado casi en secreto, se abrió al debate urbano que proponían los espacios universitarios. La cultura europea entró en una nueva dinámica que implicó el fin de dogmas y tabúes, pero que sobre todo supuso la superación del temor en la búsqueda del conocimiento. Los escritores y los filósofos aspiraron a romper el hermetismo de la época anterior, con la aspiración de someter sus concepciones a públicos cada vez más amplios. El uso, junto al latín, de las lenguas populares contribuyó a la consolidación de esta tendencia, como lo demuestra el caso de Dante que, si bien escribió muchas de sus obras en lengua latina, reservó para su joya literaria, la Divina Comedia, el uso del toscano. La culminación de todo ese proceso fue el Renacimiento. La invención de la imprenta y la consolidación de las universidades en las grandes ciudades forjaron un primer gran escenario de convergencia entre la cultura y la sociedad. Aumentó extraordinariamente el número de lectores al tiempo que las obras literarias influían en públicos cada vez más amplios. Shakespeare, Montaigne, Bruno o Cervantes simbolizan bien esta confluencia.

Las universidades occidentales se consolidaron definitivamente en los siglos xix y xx (sumando las americanas a las europeas) y, aunque nunca se despojaron por completo de su origen, por así decirlo, monástico, participaron activamente en la vida cultural moderna. Siempre mantuvieron una tendencia centrípeta y endógena pero, paralelamente, muchos de sus miembros se incorporaron a los debates públicos de su época y fueron grandes creadores de la literatura y del pensamiento. En estos dos últimos siglos es imposible tratar de comprender la historia cultural, o simplemente la Historia, sin atender a la función de las universidades en la dinámica pública y sin subrayar la importancia de numerosos profesores en la esfera creativa.

Pero no estoy seguro de que esto continúe siendo cierto. En los últimos lustros, y de un modo increíblemente acelerado, se ha producido una suerte de inversión de tendencias, a partir de la cual la universidad ha tendido a replegarse sobre sí misma, como si añorara, en un modelo laico, su antiguo origen monástico. Paradójicamente este repliegue se produce en el momento en que las tecnologías de la comunicación, como en el Renacimiento la imprenta, podrían facilitar la expansión de las ideas mucho más allá de los circuitos universitarios.

Desde una cierta perspectiva este retraimiento es la consecuencia de un nuevo antiintelectualismo que se ha asentado poderosamente en la vida social y política de principios del siglo xxi. En un reciente artículo escrito en el New York Times y titulado ¡Profesores, os necesitamos! Nicholas Kristof ha recordado el uso común de la expresión "That's academic" para descalificar la aportación de un adversario, poniendo, además, el ejemplo de su utilización por el conservador Rick Santorum para criticar los discursos de Obama. Que algo sea "demasiado académico", o sencillamente "demasiado intelectual", es una piedra de toque común en nuestra sociedad. El antiintelectualismo es una de las formas más toscas del populismo, pero parece proporcionar fáciles réditos en una población ávida por ese consumo inmediato de las cosas que la complejidad intelectual casi nunca otorga.

El problema es que la universidad actual se ha convertido, por inseguridad, cobardía u oportunismo, en cómplice pasivo de la actitud antiintelectual que debería combatir. En lugar de responder al desafío arrogante de la ignorancia ofreciendo a la luz pública propuestas creativas, la universidad del presente ha tendido a encerrarse entre sus muros. Es llamativo, a este respecto, la escasa aportación universitaria a los conflictos civiles actuales, incluidas las crisis sociales o las guerras. En dirección contraria, el universitario ha asumido obedientemente su pertenencia a un microcosmos que debe ser preservado, aún a costa de dar la espalda a la creación cultural.

Cada vez más alejado de lo que había significado la gran cultura, ese microcosmos ha elaborado complicadas normas de autopreservación en las que apenas se reconoce el talante intelectual, abierto y crítico, que se halla en la raíz renacentista de la universidad. Dicho de manera brutal: el humanista ha sido arrinconado por el burócrata (o si se quiere, por un monje sin fe pero con gran perspicacia en la tarea de la propia conservación). Naturalmente, esto no es atribuible a numerosos profesores, pero sí es el dibujo simbólico de una tendencia general que, en sí misma, supone la destrucción de la universidad tal como históricamente la habíamos concebido...
Fuente: Rafael Argullol El País.

jueves, 6 de marzo de 2014

Entrevista a Chomsky donde expone algunas de sus ideas sobre educación

Sobre el propósito de la educación
Se trata de debates que se retrotraen a la Ilustración, cuando se plantearon realmente las cuestiones de la educación superior y de la educación de masas, no sólo la educación para el clero y la aristocracia. Y hubo básicamente dos modelos en discusión en los siglos XVIII y XIX. Se discutieron con energía harto evocadora. Una imagen de la educación era la de un vaso que se llena, digamos, de agua. Es lo que ahora llamamos “enseñar para el examen”: viertes agua en el vaso y luego el vaso devuelve el agua. Pero es un vaso bastante agujereado, como todos hemos tenido ocasión de experimentar en la escuela: memorizas algo en lo que no tienes mucho interés para poder pasar un examen, y al cabo de una semana has olvidado de qué iba el curso. El modelo de vaso ahora se llama “ningún niño a la zaga”, “enseñar para el examen”, “carrera a la cumbre”, y cosas por el estilo en las distintas universidades. Los pensadores de la Ilustración se opusieron a ese modelo.

El otro modelo se describía como lanzar una cuerda por la que el estudiante pueda ir progresando a su manera y por propia iniciativa, tal vez sacudiendo la cuerda, tal vez decidiendo ir a otro sitio, tal vez planteando cuestiones. Lanzar la cuerda significa imponer cierto tipo de estructura. Así, un programa educativo, cualquiera que sea, un curso de física o de algo, no funciona como funciona cualquier otra cosa; tiene cierta estructura. Pero su objetivo consiste en que el estudiante adquiera la capacidad para inquirir, para crear, para innovar, para desafiar: eso es la educación. Un físico mundialmente célebre cuando, en sus cursos para primero de carrera, se le preguntaba “¿qué parte del programa cubriremos este semestre?”, contestaba: “no importa lo que cubramos, lo que importa es lo que descubráis vosotros”. Tenéis que ganar la capacidad y la autoconfianza en esta asignatura para desafiar y crear e innovar, y así aprenderéis; así haréis vuestro el material y seguir adelante. No es cosa de acumular una serie fijada de hechos que luego podáis soltar por escrito en un examen para olvidarlos al día siguiente.

Son dos modelos radicalmente distintos de educación. El ideal de la Ilustración era el segundo, y yo creo que el ideal al que deberíamos aspirar. En eso consiste la educación de verdad, desde el jardín de infancia hasta la universidad. Lo cierto es que hay programas de ese tipo para los jardines de infancia, y bastante buenos.

Sobre el amor a la docencia
Queremos, desde luego, gente, profesores y estudiantes, comprometidos en actividades que resulten satisfactorias, disfrutables, actividades que sean desafíos, que resulten apasionantes. Yo no creo que eso sea tan difícil. Hasta los niños pequeños son creativos, inquisitivos, quieren saber cosas, quieren entenderlas, y a no ser que te saquen eso a la fuerza de la cabeza, el anhelo perdura de por vida. Si tienes oportunidades para desarrollar esos compromisos y preocuparte por esas cosas, son las más satisfactorias de la vida. Y eso vale lo mismo para el investigador en física que para el carpintero; tienes que intentar crear algo valioso, lidiar con problemas difíciles y resolverlos. Yo creo que que eso es lo que hace del trabajo el tipo de actividad que quieres hacer; y la haces aun cuando no estés obligado a hacerla. En una universidad que funcione razonablemente, encontrarás gente que trabaja todo el tiempo porque les gusta lo que hacen; es lo que quieren hacer; se les ha dado la oportunidad, tienen los recursos, se les ha animado a ser libres e independientes y creativos: ¿qué mejor que eso? Y eso también puede hacerse en cualquier nivel.

Vale la pena reflexionar un poco sobre algunos de los programas educativos imaginativos y creativos que se desarrollan en los distintos niveles. Así, por ejemplo, el otro día alguien me contaba de un programa que usa en las facultades, un programa de ciencia en el que se plantea a los estudiantes una interesante cuestión: “¿Cómo puede ser que un mosquito vuele bajo la lluvia?” Difícil cuestión, cuando se piensa un poco en ella. Si algo impactara en un ser humano con la fuerza de una gota de agua que alcanza a un mosquito, lo abatiría inmediatamente. ¿Cómo puede, pues, el mosquito evitar el aplastamiento inmediato? ¿Cómo puede seguir volando? Si quieres seguir dándole vueltas a este asunto –dificilísimo asunto—, tienes que hacer incursiones en las matemáticas, en la física y en la biología y plantearte cuestiones lo suficientemente difíciles como para verlas como un desafío que despierta la necesidad de responderlas.

Eso es lo que debería ser la educación en todos los niveles, desde el jardín de infancia. Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una “conferencia científica”: los nenes hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas. Se le da a cada niño una lupa y, con ayuda del maestro, rompe una semilla y mira dentro y encuentra el embrión que hace crecer a la semilla. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento. Aprenden a gozar con el descubrimiento y la creación, y eso es lo que te permitirá comportarte de manera independiente fuera del aula, fuera del curso.

Lo mismo vale para toda la educación, hasta la universidad. En un seminario universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales y repitan todo lo que tu digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas, o que vengan con nuevas ideas desafiantes, que abran caminos que no habían sido pensados antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles. No consiste en instilar información en la cabeza de alguien que luego la recitará, sino que consiste en capacitar a la gente para que lleguen a ser personas creativas e independientes y puedan encontrar gusto en el descubrimiento y la creación y la creatividad a cualquier nivel o en cualesquiera dominios a los que les lleven sus intereses.

Sobre el uso de la retórica empresarial contra el asalto empresarial a la universidad
Eso es como plantearse la tarea de justificar ante el propietario de esclavos que nadie debería ser esclavo. Estáis aquí en un nivel de la indagación moral en el que resulta harto difícil encontrar respuestas. Somos seres humanos con derechos humanos. Es bueno para el individuo, es bueno para la sociedad y hasta es bueno para la economía en sentido estrecho el que la gente sea creativa e independiente y libre. Todo el mundo sale ganando de que la gente sea capaz de participar, de controlar sus destinos, de trabajar con otros: puede que eso no maximice los beneficios ni la dominación, pero ¿por qué tendríamos que preocuparnos de esos valores?

Un consejo a las organizaciones sindicales de los profesores precarios
Ya sabéis mejor que yo lo que hay que hacer, el tipo de problemas a los que os enfrentáis. Seguid adelante y haced lo que tengáis que hacer. No os dejéis intimidar, no os amedrentéis, y reconoced que el futuro puede estar en nuestras manos si queremos que lo esté

Fuente. Aquí.

jueves, 30 de enero de 2014

Los expertos piden al Gobierno que detenga la proliferación de nuevas facultades de Medicina

España tiene más facultades de Medicina por millón de habitantes que Reino Unido, Francia, Italia... En realidad, tiene más que cualquier otro país grande—más de 20 millones de habitantes— del mundo, con la excepción de Corea del Sur. En apenas ocho años, los centros en los que se puede estudiar esta carrera han pasado de 28 a 41. Con los alumnos de nuevo ingreso ocurre otro tanto: de 4.250 a más de 7.000. La conclusión de esta ensalada de cifras es que ahora, con los servicios públicos de salud recortando en personal y con España a la cabeza de los países europeos que pierden población por culpa de la crisis, sobran estudiantes de Medicina.

...aumentó considerablemente el número de plazas en las universidades. Un aumento procedente en buena parte de facultades privadas. “Además se creó un problema de equidad en el sistema. Mientras en la pública se entra con expedientes brillantísimos y estudiantes con sobresaliente se quedan fuera, en la privada se ingresa si el padre del estudiante paga,...

El paro entre los facultativos, algo insólito en la última década, y la creciente emigración en busca de oportunidades laborales empiezan a evidenciar el desajuste entre el número de especialistas y los puestos de trabajo que ofrece el sistema. Y eso, a juicio del Foro de la Profesión Médica, que agrupa a las principales organizaciones del sector, quiere decir que hay que tomar medidas. La petición no es nueva, pero ha tomado impulso ante la anunciada apertura de siete facultades más, tres de ellas privadas. Los médicos quieren frenar lo que consideran una “proliferación” descontrolada de estos centros. No solo no son necesarios, dicen, sino que además ponen en peligro la calidad de la formación.

“El número de estudiantes tiene que estar ajustado a los hospitales que están acreditados para formarles de forma adecuada. Ahora tenemos aproximadamente 1.000 estudiantes más de Medicina que la formación que podemos ofrecerles. Hay unas 7.000 plazas para cursar la carrera, y unas 6.000 de MIR”, dice el presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín. “Por tanto, es pura matemática, hay 1.000 con los que no sabemos qué va a pasar, porque no se van a poder formar. El aumento de facultades es un disparate; no hay ninguna necesidad. Se ha querido satisfacer a políticos de comunidades autónomas y alcaldes; ha pasado exactamente igual que con la creación indiscriminada de hospitales que ahora no sabemos cómo pagar”, añade.
...
Detrás de la apertura de facultades ha habido intereses tanto políticos como económicos. Una universidad privada cobra entre 10.000 y 20.000 euros por un curso. “Si somos el segundo país con más facultades de Medicina es por algo. Esto es simplemente porque hay dinero detrás. Son unos estudios muy demandados, a los que entran los mejores y la gente paga”, dice Rodríguez Sendín. La proliferación de facultades ha generado polémica en algunas regiones por el uso de instalaciones públicas (hospitales) para un uso particular. José Carrillo, rector de la Universidad Complutense, ha denunciado que hay hospitales públicos en Madrid que cobran menos a las universidades privadas que a las públicas por hacer uso de sus instalaciones. ...
Más en El País.
Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/30/actualidad/1391113575_604573.html

viernes, 10 de enero de 2014

¿Es buen negocio ir a la universidad? Luis Fajardo BBC Mundo

Es una paradoja cruel. Las puertas de las universidades latinoamericanas, tradicionalmente elitistas, finalmente se están abriendo a los estudiantes más pobres; pero pasar por ellas ya no es garantía de prosperidad futura.

Muchos graduados salen del claustro universitario a recibir dos golpes dolorosos y simultáneos: las deudas acumuladas y el desempleo profesional. En esas condiciones, ¿sigue siendo buen negocio buscar un título universitario?

La respuesta no es simple. Como le dicen a BBC Mundo los expertos consultados, depende cada vez más de que los estudiantes actúen como consumidores muy bien informados, para escoger bien dónde y qué quieren estudiar.

Pues si bien es más fácil ahora entrar a las universidades, no son pocas las que ofrecen educación de baja calidad, que no será recompensada nunca con los altos sueldos a los que aspiran los graduados y sus familias.

Endeudados y sin trabajo
Oscar Cortés, chileno y graduado en ingeniería, le resume a BBC Mundo su experiencia: "Mi deuda tiene una tasa bastante más alta que la que pagan aquellos que quieren comprar un auto o una casa, y eso y el alto valor de la educación desató la ira reprimida por tantos años en este país", dice refiriéndose a las protestas estudiantiles que han sacudido a Chile a partir de mayo de 2011.

"Hoy solo queda resignarme y buscar conseguir un buen empleo para pagar toda la deuda que tengo que cargar", afirma Cortés.

Paola Vergez, periodista en Colombia, tiene un crédito pendiente de US$10.000.
"Recién me gradué de la universidad y estoy sin trabajo", le cuenta a BBC Mundo.

Más educación
Por generaciones, enviar a un hijo a la universidad fue un privilegio que se daba por descontado para las élites latinoamericanas, un motivo de orgullo que se pagaba con gran sacrificio en las familias de clase media y un sueño prácticamente inalcanzable para los pobres de la región, incluso con la universidad pública gratuita que fue la norma durante buena parte del siglo XX.

Hoy la situación es distinta. Se han presentado cambios enormes en torno a la cobertura del sistema universitario y la manera en que se paga. Las universidades se han expandido de manera dramática en muchos países de América Latina.

En Colombia, en 1970 el número de estudiantes en la educación superior llegaba a 85.000, apenas un 3% de cobertura. En 2011, eran 1 millón 850 mil, o cerca de 39%.

En el caso chileno, en 1992 la cobertura de la educación superior de los chilenos no llegaba a 20%, mientras que en 2009 cerca del 40% de los estudiantes entre 18 y 24 años cursaban educación terciaria.

Hasta ahí, lo bueno. Pero al mismo tiempo que aumentaba la cobertura, en muchos de esos países se redujeron los subsidios estatales.

Mientras en Argentina y Uruguay, entre otros, se mantiene todavía el principio de gratuidad de la universidad pública, en otros como Chile y Colombia, parte importante de la expansión de la cobertura universitaria ha ocurrido por cuenta de las universidades privadas.

En el caso colombiano, incluso las públicas han aumentado sus tarifas. Por lo que el sueño de la universidad va cada vez más aparejado con la necesidad de endeudarse para pagar matrículas caras.

Sin embargo, la mala calidad de la educación básica con la que llegan muchos de esos nuevos aspirantes a la universidad, en especial los más pobres, hace que no puedan aprovechar bien la educación superior y no consigan graduarse.

Y entre los que sí consiguen el título, también hay mucha frustración. La proliferación de instituciones de educación superior con escasa supervisión estatal ha resultado en que muchos estudiantes terminen pagando por una universidad de mala calidad, que no les sirve para conseguir un buen trabajo al momento de la graduación, cuando tienen que empezar a responder por sus créditos.

¿Contra la pobreza?
Sergio Urzúa, investigador chileno de la Universidad de Maryland en Estados Unidos, resume así el problema.

"A la gente se le dice que la educación superior es el camino para dejar la pobreza. Eso es cierto en la medida en que la educación superior sea de calidad. Pero no es obvio que efectivamente eso esté ocurriendo", le comenta a BBC Mundo.

"En Chile, muchas de las universidades con aranceles altos tienen problemas de calidad", reconoce también a BBC Mundo Juan Manuel Zolezzi, vicepresidente del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, entidad que representa a las universidades públicas y privadas más tradicionales de ese país.

Luis Fernando Gamboa, investigador de la Universidad del Rosario en Colombia, agrega: "Los sistemas de crédito han hecho que algunas tasas de retorno sean negativas. En algunos casos, lo que el estudiante invirtió y además lo que dejó de ganar mientras estudiaba es más que lo que recibe cuando se gradúa".

Ola de protestas
Para Urzúa, algunos graduados chilenos ahora están peor económicamente que si no hubieran estudiado.

"He hecho cálculos de que en Chile el aumento en el acceso a la educación superior ha aumentado la pobreza, porque chicos que antes ayudaban en su casa hoy están en el sistema de educación superior y ahora no están contribuyendo y se están endeudando", señala Urzúa.

"La apuesta es que en el mediano plazo las personas que hayan pasado por el sistema de educación superior puedan retribuir, pero si no aseguramos calidad, no es obvio que ello vaya a ocurrir".

Urzúa publicó en 2012 un estudio titulado "Rentabilidad de la Educación Superior en Chile", donde argumentaba que en ese país el 39% de los titulados de la educación superior obtiene retornos negativos una vez incorporados al mundo laboral, es decir, casi dos de cada cinco profesionales tendrían mayores ingresos si hubiesen entrado al mercado laboral sin pasar por la universidad.

"El paso por el sistema de educación superior no asegura necesariamente mejores condiciones de empleo, particularmente para aquellos que no se titulan", asegura el estudio, que utilizó datos oficiales, algunos de los cuales se encuentran en el portal estatal www.mifuturo.cl

"Podemos terminar con una juventud con un título universitario pero extremadamente molesta respecto de lo que se le prometió y lo que terminó logrando", le dice a BBC Mundo el académico Urzúa, para quien esta situación ayuda a explicar la ola de protestas estudiantiles que ocurrió en Chile, y que en su opinión, puede ocurrir también en Colombia.

Un buen negocio
En Bogotá, la Ascun, el gremio que representa a las universidades colombianas, insiste en que la educación superior es buen negocio para los jóvenes de ese país.

Para Carlos Forero Robayo, director ejecutivo de esa entidad, los datos en Colombia "indican que es rentable, si se quiere, estudiar, porque el mercado salarial distingue según la acumulación de conocimientos".

Todos los consultados coinciden en advertir que la universidad sigue proporcionando a la sociedad y a muchos individuos enormes beneficios.

Y por supuesto, los que consiguen una educación de calidad frecuentemente ven que el beneficio monetario que obtienen al graduarse es rápido y contundente.

Eso piensa el chileno Ignacio Contreras: "En mi caso, la experiencia ha sido muy buena. Estudié Ingeniería Civil Industrial y me otorgaron un crédito por casi el 50% del arancel de mi carrera", le dice a BBC Mundo.

"Actualmente estoy pagando el crédito, el cuál no supera el 5% de mis ingresos anuales. El crédito fue un alivio para mis padres... y también permite que uno pueda ser parte del pago de sus propios estudios", añade.

Información
El punto crucial es tener la información para escoger bien.

El profesor Urzúa ve un papel destacado para el Estado a la hora de ejercer control sobre centros de enseñanza de baja calidad.

Graduados
Los graduados de universidades de baja calidad tendrán problemas en recuperar su inversión.

También consideran importante que el estudiante esté consciente de las oportunidades laborales disponibles para la carrera que escogió estudiar.

"Si quiere estudiar porque le gusta, está bien, pero que lo haga informado, y no que a los 5 o 6 años piense que fue un fraude cuando se dé cuenta que el mercado laboral no le da cabida", insiste Urzúa.

De manera similar, Juan Manuel Solezzi del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas advierte que en su país, estudiar carreras en las artes, humanidades y ciencias sociales no es muy rentable. Y al preguntársele si le recomendaría a un familiar que siguiera alguna de esas disciplinas, reconoce: "Desde un punto de vista puramente economicista, le diría que estudiara algo en el área tecnológica, de negocios o de servicios".

Un estudio publicado por la Universidad Diego Portales en Chile asegura, por ejemplo, que un estudiante de ingeniería comercial en una prestigiosa universidad privada de ese país recupera su inversión a los 2,1 años de graduado, mientras que la persona que estudió educación parvularia (preescolar) tiene que trabajar 14,1 años para recuperar su inversión.

Expectativas
Como parte del esfuerzo por asegurar que los estudiantes tengan la información correcta sobre los beneficios que les representará la universidad, los expertos indican que hay que enfrentar un problema generalizado de expectativas enormes y a veces infundadas.

En Colombia, el profesor Gamboa de la Universidad del Rosario cuenta que, como parte de una investigación, preguntó a sus alumnos de segundo semestre de universidad sobre cuánto pensaban que sería su salario al graduarse.

"Cuando uno compara con el salario promedio en este momento en Colombia, ellos están sobrestimando el retorno de la educación en cerca de un 50%", le asegura Gamboa a BBC Mundo.

"Mi hijo el doctor"
Grado
Las universidades ofrecen otros beneficios que no pueden medirse con dinero, aseguran expertos.

Al final, como dice Carlos Forero Robayo de la Asociación Colombiana de Universidades, estas instituciones tienen una enorme rentabilidad para la sociedad en su conjunto que hay que considerar a la par con los beneficios privados que reciben los estudiantes.

Además, para millones de familias latinoamericanas, seguirá habiendo pocos motivos de felicidad comparables a poder hablar en una reunión de "mi hijo el doctor", o "mi hija la ingeniera".

Lo importante, advierten los expertos una y otra vez, es que esa valiosa experiencia no se vea frustrada por expectativas exageradas de lo que la universidad va a hacer por ellos una vez salgan al mundo cruel y competitivo del mercado laboral.
Fuente BBC.

sábado, 7 de septiembre de 2013

La Universidad busca ‘padrinos’ para estudiantes sin dinero

La rectora de Málaga propone crear una bolsa para para captar donaciones de particulares
La Complutense plantea abrir su fondo de emergencia al mecenazgo



Estudiar en la Universidad se hace cada vez más complicado para los alumnos con menos recursos, que sufren un importante encarecimiento de las tasas académicas en muchas comunidades autónomas y más restricciones para acceder a las becas. Y, ante esta situación, algunas universidades se movilizan para captar las donaciones de empresas y de particulares que quieren aportar su ayuda para costear de forma altruista los estudios a alumnos sin recursos.

La llamada que una pensionista hizo en julio a la Universidad de Málaga emocionó a Adelaida de la Calle, la rectora de esta institución. Aquella señora, a pesar de no tener una economía holgada, se ofrecía para pagarle los estudios a un alumno que se hubiera quedado fuera de la enseñanza superior por problemas económicos. Tras rememorar este miércoles esta llamada y advertir que se está apreciando un descenso del número de matriculados, De la Calle dijo que propondrá crear en su universidad una bolsa para canalizar este tipo de donaciones. La también presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) argumentó que, “igual que se apadrina a un niño”, también se podría “apadrinar a un estudiante, pagando una matrícula”.
De la Calle tiene previsto trasladar este jueves esta propuesta al equipo de gobierno de la Universidad de Málaga. Lo hará durante la reunión que mantendrá con sus vicerrectores. “Queremos montar esta acción social”, señaló la rectora. Sin embargo, también apuntó que se debe analizar la viabilidad legal de la medida, que aún está en ciernes.
Más aquí en El País


Los recortes en los campus

Menos dinero. Desde 2010, los presupuestos públicos para universidad han perdido, al menos, 1.200 millones de euros, en torno a un 12,3%, según cálculos del Gabinete de Estudios de CC OO, que no cuenta los descensos sufridos en la financiación procedente de los proyectos del Plan Nacional de Investigación. Las subvenciones de ese plan (del que los investigadores de las universidades consiguen en torno al 60%) han caído alrededor de un 26% (110 millones) entre 2008 y 2012. La última convocatoria se hizo en diciembre de 2011.
Matrículas más caras. El real decreto de recortes educativos aprobado hace un año cambió el sistema por el que se fijaban los precios públicos. El resultado ha sido que para la mitad de los estudiantes la universidad es sustancialmente más cara, con subidas de entre el 22% y el 92% en dos años en Madrid, Cataluña, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Canarias y Castilla-La Mancha. En los másteres oficiales y las recargas de precio a los repetidores, el aumento ha sido mayor.
Becas menos accesibles. Se han endurecido los requisitos académicos para conseguir becas generales, las destinadas a alumnos con menos recursos. Para conseguir la exención del pago de la matrícula las exigencias son un poco menores (5,5 de nota media) que para una ayuda de dinero (6 o 6,5, dependiendo de la rama de estudios).
Retrasos. A la crisis, al aumento de precios y ese endurecimiento de los requisitos, se sumaron el curso pasado los retrasos en la concesión de las becas generales, que mantuvieron a muchos de los beneficiarios asfixiados durante más de la mitad del curso.
Ayudas de emergencia. En ese contexto, muchas universidades han aumentado o puesto en marcha programas de ayudas de emergencia para rescatar estudiantes sin recursos. Algunos de ellos tienen partidas para aquellos que han perdido la beca del ministerio por el endurecimiento de los requisitos.
Menos docentes y más alumnos. Los campus públicos han perdido al menos 13.200 puestos de trabajo en los últimos cinco años, un 8,8%, según Administraciones Públicas. En ese tiempo, el número de estudiantes creció en unos 89.000 (7%). Sin embargo, el curso pasado los campus públicos sufrieron un leve descenso en los alumnos de grado (0,2%) y perdieron por primera vez alumnado de máster: un 5,3%.

lunes, 26 de agosto de 2013

_--FRANCISCO RUIZ MUÑOZ / RECTOR » “Nadie debe dejar las aulas por motivos económicos”

_-·El rector de la Universidad de Huelva ha ideado un plan para ayudar a estudiantes sin recursos

_--Francisco Ruiz Muñoz (Rociana del Condado, 1948), catedrático de Paleontología, es desde el pasado 6 de junio el nuevo rector de la Universidad de Huelva. Ruiz Muñoz se incorpora a su nueva tarea tras un año académico difícil por la subida de la matrícula y el endurecimiento de los requisitos para obtener becas planteados por el ministro José Ignacio Wert. Preocupado por esta situación, Ruiz Muñoz subrayó en su discurso de investidura que hay líneas rojas que no deben cruzarse para que “ningún estudiante abandone las aulas por motivos económicos”. Por ello, ha ideado un plan para ayudar a los estudiantes en apuros económicos: Programa Matrícula, que se financiará con recursos públicos y privados.

Pregunta. Usted afirmó en su discurso de investidura que existen líneas rojas que no deben cruzarse para que ningún estudiante abandone las aulas por motivos económicos.
Respuesta. Queremos abanderar un plan, que hemos denominado Programa Matrícula, para ayudar a aquellos estudiantes que tengan dificultades para sufragar el pago de las tasas a través de una serie de aportaciones tanto públicas como privadas. A partir de septiembre nos pondremos en contacto con distintas empresas e instituciones para ver cuáles pueden ser sus aportaciones e, igualmente, con la ciudad de Huelva para que se implique en esta propuesta. Nadie debe dejar las aulas por motivos económicos. Es un programa que va a desarrollarse durante todo el año. Se designará un comité evaluador que procederá a la adjudicación de una serie de becas matrícula.

P. ¿Sigue en pie el compromiso de que usted abonaría de su propio bolsillo la primera matrícula?
R. Por supuesto, reitero mi compromiso. También me consta que miembros de mi equipo se van a adherir al plan.

P. Ha señalado usted la transparencia, la sostenibilidad y la participación como ejes de su gestión.
R. Sí, transparencia en el sentido de que vamos a potenciar dentro de la página web de la Universidad un portal de la transparencia que, al hilo de la futura Ley de Transparencia promovida desde los Gobiernos central y autonómico, se detallen las principales actuaciones de la Universidad de Huelva. Actuaciones emprendidas por el equipo de dirección o bien por el consejo de gobierno para que sean conocidas por la sociedad. En definitiva, se trata de poner a disposición de los ciudadanos toda la información básica de la Universidad en un portal único con un acceso fácil y en el que puedan conocerse cuáles son las principales actuaciones de la Universidad en los diferentes ámbitos como doctorado, extensión universitaria, investigación, docencia o transferencia.

P. ¿Conocen la cifra de alumnos que han tenido que abandonar la Universidad por el encarecimiento de las tasas?
R. Desconozco la cifra concreta porque la Universidad de Huelva decidió prorrogar el plazo para el pago de la matrícula hasta el 30 de septiembre y aún estamos analizando los datos. Las estimaciones generales que se hacen en las Universidades públicas indican que generalmente hay entre un 3% y un 5% de los alumnos matriculados que van a tener algún tipo de problema para el pago de la matrícula. Por lo tanto, esas son estimaciones que tenemos a grosso modo pero hasta el 30 de septiembre no tendremos unos datos más fiables.

P. ¿Qué opina de la subida de las matrículas y del endurecimiento de los requisitos para conseguir las becas impulsadas por el ministro de Educación?
R. Mi opinión se alinea con la expresada por la Conferencia de Rectores de las Universidades Públicas (Crue). Pensamos que la nota y los requisitos necesarios para acceder a una beca son muy exigentes y que los requisitos anteriores eran suficientes. Pasa igual con el porcentaje de créditos exigibles para la renovación de las becas. Creemos que se necesitaría un diálogo más profundo sobre estos porcentajes y sobre estos parámetros con el ministerio y confiamos que a lo largo de este curso algunas de las reclamaciones que ha trazado la Crue se tengan en consideración.

P. Al presidente de la Junta le reclamó una financiación adecuada para funcionar con normalidad. También saludó el plan de proveedores.
R. No perdemos de vista nuestro objetivo principal: ofrecer la mejor formación posible al alumnado de la Universidad. Para garantizar ese objetivo se requiere de una financiación suficiente. Las Universidades públicas andaluzas han firmado un pacto de sostenibilidad con la Junta para el pago de las deudas que la Administración tiene con las Universidades. La onubense se ha incorporado al plan de proveedores y desde aquí formulo un llamamiento a los proveedores de la Universidad de Huelva para que se acojan al plan antes del 6 de septiembre. En ese plan, la Universidad de Huelva ha incluido a 550 empresas por un montante de 11 millones de euros. Esto supone un alivio para la situación económica, pero aún así pensamos que deben existir una serie de medidas ensartadas dentro del pacto por la sostenibilidad de manera que se aumente la financiación para las Universidades públicas andaluzas.

P. ¿A cuánto asciende la deuda de la Universidad?
R. La Universidad de Huelva en los últimos ocho años acometió el pago de un préstamo superior a los 65 millones de euros. Actualmente, una gran parte de ese préstamo ya se ha saldado y ahora lo que precisamos es un trasvase de fondos de la Junta de Andalucía de la deuda que tiene con nosotros y que supera los 30 millones de euros.

P. Muchos investigadores han tenido que marcharse por no poder desarrollar sus conocimientos en su ámbito académico, ¿cómo evitar la fuga de cerebros?
R. La Universidad de Huelva ha hecho para el próximo curso prórrogas de numerosos contratos, como becas docentes. Y, dentro del propio plan de investigación vamos a incluir una serie de ayudas para becas predoctorales, posdoctorales y para centros y grupos de investigación de forma que evitemos que los investigadores se marchen y consigamos que esa capacidad de investigación se quede dentro de la Universidad.

Una apuesta por los másteres

El rector de la Universidad de Huelva, Francisco Ruiz Muñoz, aboga por la especialización: "Necesitamos crear un espacio propio en Huelva en los másteres". En el ámbito de las infraestructuras, su objetivo es culminar la Escuela Superior de Ingeniería; pero el rector tampoco quiere renunciar a proyectos tan importantes para la Universidad como la Facultad de Medicina. "Es cierto que la crisis económica ha obligado a replantear algunos proyectos, pero se ha hecho un trabajo intenso con el Hospital Juan Ramón Jiménez y disponemos de los terrenos cedidos por el Ayuntamiento de Huelva". E igualmente seguirá trabajando para obtener ayudas necesarias para el proyecto del Acelerador de Partículas que ubicará a la Universidad en la vanguardia de la investigación contra el cáncer. Fuente: El País, Andalucía Semanal.

sábado, 17 de agosto de 2013

Ningún campus español alcanza los 200 primeros en el ‘ranking’ de Shanghái

Hay 10 universidades españolas entre las 500 mejores del mundo, una menos que en 2012
El sistema sale mejor parado en las clasificaciones por áreas de conocimiento

El ranking de Shanghái de 2013 coloca a 10 universidades españolas entre las 500 mejores del mundo (al menos, según los criterios de esta clasificación, que se fijan sobre todo en el impacto de investigador de los campus y los reconocimientos, como los premios Nobel y las Medallas Fields, recibidos en su historia por sus alumnos y profesores); el año pasado fueron 11 (se ha caído de la lista la Universidad de Vigo). Y, al igual que entonces, ninguna está entre las 200 primeras. Las que aparecen más arriba, entre los puestos 201 y 300, son la Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid, la Complutense y la Universidad de Barcelona. Le siguen la Politécnica de Valencia, Granada, Pompeu Fabra y Valencia (301-400) y País Vasco y Zaragoza (401-500, a partir del puesto 100 se hacen grupos y se colocan dentro los campus por orden alfabético).

En general, la imagen que ofrece el más famoso ranking internacional de universidades sobre el sistema español es muy parecido al de los últimos años (hay una menos en la lista de 500, pero una más entre el 201 y 300). Y, de hecho, probablemente hubiera sido un milagro que las cosas mejorasen, teniendo en cuenta que la clasificación valora principalmente la investigación, y esta ha sufrido una importantísima sangría presupuestaria en los últimos años en España: las subvenciones del Plan Nacional para Ciencia (del que los investigadores de las universidades consiguen en torno al 60%) han caído alrededor un 26% (110 millones) entre 2008 y 2012, y la convocatoria de 2013, todavía no se ha publicado. Ello, sin contar un recorte general de la inversión pública en universidades de más de 1.200 millones desde 2010.

Así, el undécimo ranking internacional de universidades de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, presentado hoy, coloca una vez más a los campus anglosajones en los primeros puestos; hay que llegar hasta el número 20 para encontrar un campus que no sea ni estadounidense ni británico: el Instituto Tecnológico de Zúrich, de Suiza. En los 10 primeros lugares repiten las mismas universidades que en 2012: Harvard (EE UU), Stanford (EE UU), Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EE UU), Universidad de California, Berkeley (EE UU), Cambridge (Reino Unido), Instituto de Tecnología de California (EE UU), Princeton (EE UU), Columbia (EE UU), Universidad de Chicago (EE UU) y Oxford (Reino Unido). El campus francés Pierre y Marie Curie (en el puesto 37) le arrebata a Paris-Sud (39) la segunda mejor el segundo mejor puesto de la Europa continental y las universidades mejor colocadas del área Asia-Pacífico son las japonesas de Tokio (21) y Kioto (26) y Melbourne (56), en Australia.

La universidad china también elabora cada año subclasificaciones por áreas temáticas y, en este caso, el panorama español mejora. En los 10 campos de conocimiento y materias elegidos Ciencias NaturalesIngeniería y TecnologíaCiencias de la Vida y AgriculturaMedicina,Ciencias SocialesMatemáticasFísicaQuímicaInformática y Economíahay universidades españolas entre las 200 primeras y, en la mitad de ellos, entre las 100 primeras. Así, los mejores resultados se pueden encontrar en Química --con Zaragoza (puesto 51-75), Politécnica de Valencia (76-100), Barcelona y Valencia (101-150), Autónoma de Barcelona, Autónoma de Madrid, Complutense, Oviedo y Rovira y Virgili (150-200)—y Matemáticas –Autónoma de Madrid (51-75), País Vasco (76-100), Autónoma de Barcelona, Complutense, Politécnica de Valencia, Granada y Sevilla (101-150), Politécnica de Cataluña y Santiago de Compostela (151-200).

Numerosos expertos desde distintas universidades de todo el mundo  han cargado con fiereza contra esta y otras clasificaciones similares (como la de la publicación británica Times Higher Education) que se han hecho increíblemente populares en la última década y llegan a condicionar políticas y financiación. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, se ha quejado en numerosas ocasiones de que no hay campus españoles entre las 100 primeros en estos ranking. Sin embargo, numerosos especialistas señalan importantes sesgos y limitaciones metodológicas de este tipo de clasificaciones, y advierten sobre los peligros de obsesionarse con ellas y olvidar en el camino otros objetivos importantes que no miden los ranking, como la calidad de la docencia o la equidad. La Comisión Europea se ha embarcado en el desarrollo de la suya propia, el U-Multirtanking. Este, ha dicho la comisaria europea de Educación, Androulla Vassiliou, quiere alejarse de los ranking “centrados de una manera desproporcionada en la investigación de excelencia”, haciendo distintas clasificaciones: en reputación de la investigación, calidad de la enseñanza y el aprendizaje, internacionalización, éxito en la transferencia de conocimiento (por ejemplo, asociaciones con empresas y start-up), y contribución al crecimiento regional. El proyecto, cuya primera edición se espera en 2014, ya ha recibido las primeras críticas por parte de la Liga Europea de Universidades de Investigación (LERU, en sus siglas en inglés), la asociación que engloba a algunas de las más importantes universidades de investigación de Europa (entre ellas, Cambridge, Oxford, Zúrich, Ámsterdam o Barcelona). Leer más en El País.


Las 10 primeras

1. Harvard (EE UU)
2. Stanford (EE UU)
3. Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EE UU)
4. Universidad de California, Berkeley (EE UU)
5. Cambridge (Reino Unido)
6. Instituto de Tecnología de California (EE UU)
7. Princeton (EE UU)
8. Columbia (EE UU)
9. Universidad de Chicago (EE UU)
10. Oxford (Reino Unido)

Las españolas

201-300.  Universidad Autónoma de Barcelona
201-300. Universidad Autónoma de Madrid
201-300. Universidad Complutense
201-300. Universidad de Barcelona
301-400. Universidad Politécnica de Valencia, Granada, Pompeu Fabra y Valencia
301-400. Universidad Politécnica de Valencia
301-400. Universidad de Granada
301-400. Universidad Pompeu Fabra
301-400. Universidad de Valencia.
401-500. Universidad del País Vasco
401-500. Universidad de Zaragoza

Matemáticas

1. Princeton
2. Harvard
[...]
51-75. Autónoma de Madrid
76-100. Universidad del País Vasco
101-150. Autónoma de Barcelona
101-150. Complutense
101-150. Politécnica de Valencia
101-150. Granada
101-150. Sevilla
151-200. Politécnica de Cataluña
151-200. Santiago de Compostela

Física

1. Harvard
2. Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)
[...]
76-100.  Universidad de Valencia
101-150. Autónoma de Madrid
101-150. Universidad de La Laguna
151-200. Autónoma de Barcelona.
151-200. Complutense
151-200. Cantabria
151-200. Barcelona
Mientras, en España, el gobierno actual condena a los más humilde a no acceder a la Universidad.
Los nuevos sistemas de becas del PP amenazan con expulsar a miles de universitarios

domingo, 9 de junio de 2013

Una p... mierda¡¡¡¡

No es un alumno más. Este es el segundo año que le he dado clase y en estos dos cursos no ha faltado ni un solo día. Participa en todas las actividades programadas en el aula con un interés que pocas veces he visto en mis más de quince años de experiencia docente. Pregunta, discute, debate… pero siempre desde el respeto hacia el profesor y hacia sus compañeros.

A la hora de los exámenes lucha como el que más por sacar la máxima nota de la clase. No, no hablo de una buena nota… sino de la mejor nota. Suele lograrlo pero cuando no lo consigue sube al departamento a revisar su examen. Lo hace con educación, sin pretextos y solamente para saber cuáles han sido sus fallos. Los ve, los anota y se vuelve contrariado. Hace un año se quedó en puertas de la matrícula de honor de mi asignatura pero otro compañero hizo más méritos. Se fue de la revisión con los ojos enrojecidos y cuando le pregunte el porqué de su actitud no quiso contestarme. No lo entendí, el sobresaliente que había obtenido era muy meritorio, pero lo dejé marchar.

Su actitud en las clases prácticas que llevamos a cabo en el laboratorio también es inusual. A menudo aparece con una cámara de fotos para captar imágenes de todos los experimentos que hacemos. Eso sí, me pide permiso cada vez que lo hace. La primera vez que apareció con la cámara le pregunté cuál era su objetivo. “Me gusta enseñarle a mis padres, a mis hermanos y a mis amigos lo que hacemos en la universidad”. No seguí preguntando.

Pero el amor de este alumno por la ciencia no se queda ahí. Pertenece a dos asociaciones de divulgación científica. No, no solo se limita a pertenecer a ellas, tira del carro de las mismas como el que más. Está presente en cada una de las reuniones, organiza actividades, sube contenidos… su vida es la ciencia.

Ayer le tocaba volver a examinarse conmigo. Como suelo hacer antes de cada examen imprimo la lista oficial de alumnos matriculados para que luego firmen en ella. El alumno protagonista de este post no estaba en esa lista por lo que no podía examinarse. Pensando que era un error administrativo llamé a la secretaria de la facultad a la que está adscrita la carrera universitaria que está cursando. No, no había ningún error.

Mi alumno no había podido pagar las cuotas en las que había fraccionado su matrícula y había sido dado de baja en la asignatura. El mazazo fue tremendo. No me lo podía creer. Tras dos años dejándose la vida formándose para su futuro todo se había ido al traste.

A lo mejor debería haberme mantenido al margen pero no pude evitarlo y lo llamé. Quedé con él y nos tomamos un café. Me contó su historia, la misma que está azotando a miles de estudiantes universitarios distribuidos por toda la geografía española.

A pesar de que estaba trabajando para sacarse la carrera ni sus recursos ni los de su familia le permiten seguir pagando las tasas universitarias. Tiraba la toalla. Yo no podía articular palabra… pero empezaban a cuadrarme muchas cosas.

Ahora entendía aquellas lágrimas cuando no podía alcanzar la matrícula de honor en una asignatura. El alcanzar la máxima nota le hubiese eximido de pagar las tasas de la matrícula de una nueva asignatura.

Aguanté el tipo como pude. Creo que no se me escapó ni una lágrima porque mi monumental cabreo no lo permitía. Pero aun hay más. Él no es el único afectado de su situación. Detrás de cada uno de estos casos hay un drama familiar. No me puedo imaginar tener que ver cómo mi hija tiene que abandonar sus estudios por no poder ayudarla.

Le comenté que hay universidades que están haciendo grandes esfuerzos por intentar ayudar a las personas que se encuentran en su situación. Unas están creando fondos sociales de ayuda, otras crean nuevos programas de becas. Personalmente reconozco el esfuerzo de estos centros pero, sinceramente, creo que son parches. El problema es de raíz. Los alumnos de muchas universidades están pagando en 2012-2013 una media del 38% más que el curso anterior por sus matrículas. Esto es inadmisible. Digamos las cosas claras. Los recortes que se están haciendo en la educación pública de este país son una vergüenza. Mucha gentes los está sufriendo ahora mismo en sus carnes pero voy más allá, en un futuro las consecuencias para nuestro país serán devastadoras.

Terminamos ese café. Él no ha perdido la esperanza. Está buscando trabajo como loco para poder matricularse al menos de una asignatura para el curso próximo. Me comentó los proyectos que tiene para las dos asociaciones de divulgación científica a las que pertenece. Lo hizo con una ilusión que me dejaba asombrado.

Me explicó su obsesión por hacer fotografías de cada experimento que hacía en el laboratorio. Su único objetivo en prácticas no era aprobar las asignaturas. Quería llevar la ciencia a la calle. Quería enseñarle al mundo, según sus propias palabras, “que la ciencia también tiene su belleza y que puede llegar a emocionarles tanto como a mí”.

Durante toda la conversación me demostró que su amor por la ciencia podía más que su drama personal… el mismo por el que están pasando miles de familias en toda España. Yo ya no estaba ni emocionado. Solamente me apetecía mandarlo todo a la mierda. A esta gente, la que de verdad podría ayudar a sacar a nuestro país de la situación en la que se encuentra por su fuerza y sus ganas, se les corta las alas de forma incomprensible. Yo ya estoy hasta los h...

Nos despedimos. Pienso ayudarle. A mi manera. Será otro parche. Pero este tema me ha llegado tan dentro que no puedo mirar a otro lado. Sí, ya sé que a lo mejor soy injusto porque habrá otras personas cercanas a mí en situaciones parecidas. Chavales frustrados por no poder estudiar. Sí, lo que leen, frustrados por no poder estudiar. Tiene cojones.

Acabo. La situación en la Universidad está llegando a límites insospechados hace unos años. En un primer momento fueron los laboratorios los que se empezaron a quedar vacíos. Los impresentables recortes en investigación provocaron que miles de jóvenes científicos tuviesen que dar por concluida su carrera investigadora al no obtener becas o contratos que les permitieran realizar sus tesis doctorales, estancias predoctorales o consolidar sus plazas definitivas. Ahora las que se quedan vacías son las aulas. Cientos de alumnos empiezan a abandonarlas por no poder hacer frente a los pagos de las tasas universitarias. Los recortes en educación, sumados a los anteriores citados en investigación, están llevando a generar una sociedad que en absoluto estará basada en el conocimiento. Serán otros valores los que reinen en ella. Los mismos que los de las personas que nos han llevado a esta situación.

Esa tarde tengo otro examen. En unos minutos tendré que imprimir la lista oficial de matriculados. Tengo miedo de lo que pueda encontrarme. Esto es una mierda. Una puta mierda.
Fuente: Scientia

lunes, 6 de mayo de 2013

Las claves que explican el estrangulamiento de la Universidad pública

Paula Corroto. La Marea

Recortes presupuestarios, despidos masivos de profesorado, reducción de becas, aumento de las tasas de matrícula y mucho endeudamiento. Esa es la situación actual de la Universidad española. Los datos son elocuentes: desde 2010 el presupuesto público se ha recortado en más de 1.200 millones de euros y algunas universidades como la Politècnica de Catalunya y la Complutense de Madrid acumulan deudas de hasta 111 millones de euros en el caso de la primera y 160 millones de euros, en el caso de la segunda. Además, el pasado mes de marzo, 300 profesores de la Politécnica de Madrid vieron cómo era rescindido su contrato.

Con esta lúgubre perspectiva, Joseba Fernández, investigador en Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, Carlos Sevilla, abogado laboralista, y Miguel Urbán, gestor cultural, han coordinado el ensayo De la nueva miseria. La Universidad en crisis y la nueva rebelión estudiantil (Akal), en el que a través de artículos sobre los modelos universitarios español, norteamericano, indio e italiano abordan lo que ellos han denominado “una verdadera operación de destrucción de la universidad pública para ponerla al servicio de su mercantilización y privatización acelerada en manos de gestores”, según el prólogo escrito por el profesor de Ciencia Política de la UNED Jaime Pastor. Para ellos, ahí reside el quid de la cuestión de “este estrangulamiento de la financiación pública de la Universidad” canalizado a través de recortes y despidos, analiza Sevilla.

Una universidad pública rota cuyo modelo “no ha cambiado desde la Edad Media”, según Urbán, y que además, ahora se enfrenta a otro grave problema: la crisis y el desempleo que en los jóvenes alcanza al 57,2% -según el último dato de la EPA- la ha convertido en una máquina de crear parados o trabajadores en precario. Una situación esquizofrénica –cada vez hay menos inversión, cada vez hay más titulados- que para estos autores se encuadra en una estrategia política evidente: “Hay una ofensiva de las elites de tratar, mediante reformas tecnocráticas, de adecuar la propia institución al entorno productivo moderno”, sostiene Sevilla en conversación con La Marea. Su compañero Miguel Urbán indica que el principal problema es que desde finales de los ochenta “en vez de adaptar el mercado laboral a las necesidades sociales, la universidad se ha adaptado a las necesidades del mercado”. Un mercado que ahora mismo no da abasto.

Las palabras de Urbán tienen como corolario la sentencia del Ministro de Educación, José Ignacio Wert, cuando afirmó que “los estudiantes no deben estudiar lo que quieren, sino lo que les emplee”. Un ataque que parece destinado a las Humanidades. “La reconversión profesional hacia itinerarios tecnocientíficos es también un proyecto político. El incremento masivo de estudiantes y de licenciados en las Facultades de Humanidades con un mercado de trabajo que no absorbe esa mano de obra se convierte en un problema social, por lo que se orienta toda esa formación hacia itinerarios tecnocientíficos como una ofensiva sobre el conjunto de conocimientos de las Humanidades, que son disciplinas que además permiten un conocimiento de la sociedad que no permiten otras”, asegura Sevilla.

Al combate contra las Humanidades se une otra estrategia política, según estos autores: guiar el modelo español hacia el norteamericano de la Ivy League, es decir, la separación entre centros de calidad, que son al final los que reciben mayor financiación por parte de las administraciones, y los que se quedan en segunda fila. “Lo estamos viendo con la Complutense y con la creación de los Campus de Excelencia, que es una forma de crear un circuito dual y que van destinados a formar a la elite”, manifiesta Sevilla. Los autores sostienen que con estas medidas de lo que se trata es de “reestructurar la docencia” a partir de un profesorado precario destinado a dar clases en los primeros cursos de la Universidad, y un segundo circuito de docentes, fundamentalmente catedráticos y doctores, que dan sus clases en másters y segundo grado. “Se crea una casta de funcionarios, que al final son los que mantienen el poder en los órganos de Gobierno de las facultades”, afirma Sevilla. Para Urbán, la estrategia es aún peor, puesto que lo que se pretende con estas dualidades y con los recortes en la financiación es que las Juntas y Claustros de las facultades estén compuestas “por gestores de empresas y fundaciones privadas, que son los que van a invertir en los centros universitarios. Se trata de crear la Universidad-Empresa”.

Plan Bolonia

¿Y qué tiene que ver el famoso Plan Bolonia con todo esto? El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que se puso en marcha en el curso 2007/2008, y que a pesar de ser fuertemente contestado por la comunidad estudiantil y profesores, finalmente salió adelante, “no ha traído ninguna mejora para la universidad”, reconocen Sevilla y Urbán. Aunque en España aún no hay estudios de inserción laboral a partir de Bolonia, para ellos la reducción de los años de estudio de una licenciatura ha supuesto un deterioro de las condiciones de trabajo para el profesorado con salarios más bajos y con peores condiciones contractuales. Para el alumnado también deviene otra problemática: “Se están produciendo licenciados al mismo ritmo que se producía antes de la crisis y con un mercado que ha reducido buena parte del empleo que había antes. Así que toda esa gente que está saliendo de la universidad está optando por el exilio. Esa es la realidad”, analiza Sevilla.

Ante esta cuestión, en la comunidad educativa se ha debatido sobre si la alternativa no sería la reducción de titulados. También se ha discutido sobre el florecimiento de facultades en todo el territorio español durante el último decenio y que, por razones obvias, ha implementado el número de licenciados. Tanto Sevilla como Urbán se muestran en desacuerdo con un recorte de centros. “No, lo que creemos es que hay poca universidad, pero universidad como forma de capacitación de la ciudadanía. Tendríamos que democratizar mucho más el acceso y eliminar las expectativas laborales en torno a tu capacitación de estudio. Es normal que la gente de Albacete quiera carreras y no sólo los de Madrid. El problema es cómo entendemos la universidad, si al servicio del mercado o de la sociedad”, manifiesta Urbán. “La gente debe ser consciente de que la Universidad no es un CCC. No está entrando en un sitio que le va a cualificar profesionalmente, sino que entra para obtener una formación superior y para vivir una experiencia que, por desgracia, otra gente no puede tener”, añade Sevilla.

El cambio de mentalidad también tiene que ver con la formación que reciben los estudiantes y la forma en la que estos la asimilan. Hay una crítica palpable en los últimos años y es que son muchos los licenciados que terminan la carrera y cometen fallos de cultura general. Conocimientos que deberían haberse aprendido incluso en la enseñanza secundaria. Para Urban y Sevilla también esta problemática se revela deudora de un modelo universitario anacrónico y poco eficiente: “Tenemos un modelo que está orientado a ser una fábrica que expide títulos y que hace que, al final, al estudiante lo único que le interese sea tener el título y no el aprendizaje en sí mismo. La universidad hace que te estudies todo en quince días, luego lo vomites y después te vuelvas a quedar anoréxico en el conocimiento. Es una universidad que está orientada a sacar licenciados como churros [sic]. Si estuviera orientada a crear ciudadanos, el modelo educativo tendría que ser diferente”, sostiene Urbán.

Un movimiento estudiantil derrotado

Para los autores de este ensayo el peor síntoma de que la Universidad está caminando hacia un abismo sin frenos es “la derrota del movimiento estudiantil, que perdió su última batalla con el Plan Bolonia. Desde entonces no hay nada. Hay foquitos que surgen ante casos coyunturales, pero no se ha generado un movimiento”, mantiene Sevilla. Para ellos, acciones como dar clase en la calle como muestra de la precariedad que está sufriendo la universidad no son suficientes. “Además, tiene un aspecto elitista porque demuestra que la universidad desciende al pueblo, cuando la universidad tendría que ser siempre eso. Es una forma de protesta muy cómoda”, añade Sevilla.

¿Cuál es la alternativa? ¿Qué hacer entonces? Los autores se fijan en los movimientos estudiantiles protagonizados en otras universidades como la Universidad de México (UNAM) donde tanto estudiantes como profesores llegaron a estar nueve meses en huelga. “Ocuparon el espacio universitario, que estuvo gestionado por profesores y estudiantes. Y ganaron. La matrícula de la UNAM cuesta un peso y querían que valiera 1.000 dólares. Costó nueve meses pero sigue costando un peso”, sostiene Urbán.

A pesar del pesimismo y de las “negras tormentas” que se avecinan –o ya están- en el mundo universitario, tanto Urbán como Sevilla observan cierta luz al final del túnel. “Hay una dinámica internacional de oponerse a este proyecto de mercantilización. Hay precedentes en todos los países de la Europa Occidental con movilizaciones masivas. La única forma de la que puede surgir un nuevo modelo de educación o de sociedad es desde este tipo de luchas o resistencias”, zanja Sevilla. Ante el derrumbe total, es la esperanza que aún les queda.

Fuente: http://www.lamarea.com/2013/04/27/universidades/

martes, 18 de septiembre de 2012

Estudiar en la Universidad es cada vez más caro (este curso hasta un 50% más en algunas) ¿Conspiración contra los pobres?

Si eres pobre te será muy difícil estudiar y si suspendes, será prácticamente imposible continuar.

 Las diferencias de precios de las matrículas en las universidades públicas de las comunidades se han disparado este curso, con unas subidas que van desde la nada (Asturias y Galicia han congelado las tasas para los que se matriculen por primera vez) hasta los 350 o 400 euros en algunas carreras en Cataluña, Madrid o Castilla y León. Las distancias ya eran muy grandes: después de un cuarto de siglo en el que las autonomías elegían cada año la subida de precios dentro de una horquilla que marcaba el Gobierno, ya habían llegado hasta un 100% de diferencia en algunos casos. Pero de un curso para otro, se ha pasado a unas distancias que llegan al 136% en las carreras más caras, como Arquitectura o Medicina (750 euros en Andalucía, 1.772 en Castilla y León) y hasta el 173% en el máster de formación del profesorado (obligatorio para los que quieran ejercer como docentes en institutos): 879 euros en el País Vasco y 2.400 en Cataluña. En esta última, los estudiantes pagarán por primera vez según su renta familiar, pero si comparamos el precio máximo para Medicina en Cataluña, 2.371 euros, con los 750 euros de Andalucía, la distancia se dispara hasta un 216%.

Todos estos datos se refieren a un estudiante que se matricula por primera vez en una carrera o pasa de un curso sin ningún suspenso, pues la gran mayoría de comunidades han aplicado subidas mucho mayores a los repetidores (con lo que también van aumentando las diferencias). Por ejemplo, hacer por tercera vez una sola asignatura de Enfermería en La Rioja o Navarra cuesta lo mismo que todo el primer curso de Administración y Dirección de Empresas en Galicia. También los másteres generales (los que no son obligatorios para ejercer una profesión) han experimentado aumentos que han llegado a multiplicar su precio por dos de un año para otro en Cataluña, Madrid o Comunidad Valenciana... más aquí en El País.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Ranking de 2010 de la Universidad Jiao Tong de Shanghái:

Los campus con mejores notas según la evaluación de Shanghai..

1. Harvard. EE UU.
2. Universidad de California, Berkeley. EE UU.
3. Stanford. EE UU.
4. Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). EE UU.
5. Cambridge. Reino Unido.
6. Instituto de Tecnología de California. EE UU.
7. Princeton. EE UU.
8. Universidad de Columbia. EE UU.
9. Universidad de Chicago. EE UU.
10. Oxford. Reino Unido.
- España. Las primeras universidades españolas, entre los puestos 201 y 300 de la tabla, son la Autónoma de Madrid, la Complutense, la de Barcelona y la de Valencia. Esta clasificación no especifica el puesto exacto a partir del 100. Leer más aquí en El País.

martes, 8 de junio de 2010

La ciencia y la universidad reivindican el pensamiento crítico

Más de 900 científicos y universitarios de 45 universidades públicas españolas y de los Organismos Públicos de Investigación suscriben un manifiesto en defensa del pensamiento crítico y convocan a un acto el 9 de junio en Madrid

Recientemente se ha ido creando en las universidades públicas y en los centros públicos de investigación (OPIs), un sordo pero creciente malestar. Un malestar latente debido en parte a los recientes acontecimientos económicos, políticos y sociales de nuestro país y la forma en que las autoridades los han gestionado, pero también, y sobre todo, al efecto de las campañas de acoso y derribo que algunas corporaciones financieras y la amalgama ideológica liberal-conservadora vienen orquestando contra la universidad pública y contra los intelectuales y científicos que se han manifestado con espíritu crítico en los debates sobre nuestro modelo político, económico, institucional o judicial.

Una de las paradojas, casi esperpéntica, a que ha dado lugar esta campaña mediática, es que actualmente se viene presentado como alternativa a la gobernanza en la universidad pública un tipo de gestión, antidemocrático y sujeto a la dictadura del mercado que, como todo el mundo sabe, está en la base de la crisis que padecemos.

También ha contribuido al aumento de este malestar difuso el recorte de los presupuestos dedicados a las universidades públicas y la reducción de las partidas presupuestarias dedicadas a financiar la investigación científica, que han castigado particularmente al sector público.

Al malestar creado por “el mal gobierno” se une ahora, en nuestro caso, una creciente preocupación por las actuaciones de la derecha política y, en particular, la ofensiva contra los que, desde la ciencia, la política o la cultura, han manifestado públicamente posiciones críticas ante la decepcionante respuesta política y judicial al clamor de las víctimas del franquismo, la lentitud e inoperancia de la justicia y la persecución al juez que se atrevió a dar voz a las reivindicaciones de las víctimas.

Un caso especialmente grave ha sido la campaña de acoso y desprestigio del Rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, precisamente por haber autorizado un acto de reivindicación de la memoria histórica y en defensa de Garzón. El hecho de que esta nueva campaña haya sido liderada por la propia presidenta de la Comunidad de Madrid explica, sin más, que en algunos casos el malestar y la preocupación se estén convirtiendo en animadversión.

Creemos que ha llegado el momento de manifestar en público el malestar latente y de hacer frente al miedo ante la situación que se está creando en el país. Tenemos suficientes razones para pensar así. Entendemos que la generación de conocimiento y la capacidad de crítica son misiones sustanciales de la universidad y son también parte del espíritu científico cuando éste se quiere a la vez cívico y ciudadano. Reivindicamos, pues, el pensamiento crítico. Y pensamos que reivindicar aquí y ahora el pensamiento crítico, como científicos y como intelectuales, incluye asumir la responsabilidad de nuestro trabajo, responsabilidad que ha de ser tanto mayor cuanto más se goza de ese privilegio que es contribuir a la producción y generación de conocimiento. No sólo eso: creemos que el tiempo del silencio ha concluido...

Como integrantes de la comunidad científica, como científicos de la naturaleza y de la sociedad, como humanistas amigos de la ciencia y como defensores de una cultura que quiere romper con los compartimentos estancos y con las Torres de Babel;...

Queremos intervenir en el debate público por solidaridad con otros, que lo merecen, por razones morales y por razones políticas. Es nuestra responsabilidad pero también nuestro derecho porque en estas cuestiones se dirimen principios y valores fundamentales para la convivencia y el futuro de nuestro país. Para ello, los firmantes hemos convocado un acto en la sede central del CSIC el próximo 9 de junio a las 18.30 horas. 

(TRIBUNA: F. MAYOR ZARAGOZA, F. FERNÁNDEZ BUEY Y J. ÁVILA “El País” 08/06/2010)