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viernes, 3 de diciembre de 2010

Los papeles de WikiLeaks

Una vez más WikiLeaks ha publicado una enorme cantidad de documentos. Esta vez, se trata de cables diplomáticos del Departamento de Estado estadounidense. El sitio web de revelación de datos secretos anunció que publicará gradualmente más de doscientos cincuenta mil documentos durante los próximos meses. De esta manera, los documentos podrán ser analizados y recibir la atención que merecen. Los cables son comunicaciones internas escritas entre embajadas de Estados Unidos de todo el mundo y también con el Departamento de Estado. WikiLeaks habla de la filtración como “el mayor conjunto de documentos confidenciales que jamás se hayan dado a conocer, que proporcionan una visión sin precedentes de las actividades en el exterior del gobierno estadounidense.”
Los críticos sostienen, al igual que lo hicieron cuando se filtraron documentos secretos referidos a Irak y Afganistán, que habrá víctimas fatales como resultado de estas filtraciones. Sin embargo, se podría, en realidad, salvar vidas, dado que la forma en que Estados Unidos hace diplomacia se encuentra más expuesta que nunca – así como la aparente facilidad con la cual el gobierno de Estados Unidos cumple (o no) con el dicho del periodista pionero I.F. Stone: “Los gobiernos mienten.”
Observemos el caso de Khaled El-Masri. El-Masri fue secuestrado en Macedonia en el marco del llamado "programa de rendición extraordinaria" de la CIA, por medio del cual el gobierno de Estados Unidos secuestra personas en cualquier parte del mundo y las entrega secretamente a un tercer país, adonde puedan ser objeto de torturas. Khaled El-Masri cuenta lo que le sucedió...
Khaled El-Masri estuvo prisionero y fue torturado en una cárcel secreta en Afganistán durante meses hasta que la CIA lo dejó abandonado en una carretera desierta de Albania. Esto sucedió a pesar de que la CIA sabía desde hacía tiempo que había secuestrado al hombre equivocado.El-Masri, ciudadano alemán, intentó que se hiciera justicia en los tribunales alemanes y todo indicaba que trece agentes de la CIA enfrentarían cargos. En ese momento intervino la embajada de Estados Unidos en Berlín y realizó, según uno de los cables, la siguiente amenaza: “la emisión de órdenes de captura internacional tendría un impacto negativo en las relaciones bilaterales.” Nunca se presentaron cargos en Alemania, lo que sugiere que la amenaza diplomática funcionó. Aún así, los trece agentes enfrentan todavía cargos en España, donde los fiscales gozan de un poco más de libertad con respecto a las presiones políticas.
O al menos eso creíamos. De hecho, España también se destaca en los documentos filtrados. Entre los cables, hay uno de fecha 14 de mayo de 2007 escrito por Eduardo Aguirre, un banquero cubano-estadounidense conservador nombrado embajador en España por George W. Bush. En el cable, Aguirre escribió: “Para nosotros, tendrá consecuencias importantes que se continúe planteando el caso Couso, por el que tres soldados estadounidenses enfrentan cargos en relación a la muerte del camarógrafo español José Couso, ocurrida durante la batalla por Bagdad en 2003.”
Couso era un joven camarógrafo de la cadena española de televisión Telecinco que estaba filmando desde el balcón del Hotel Palestina en Bagdad el 8 de abril de 2003, cuando un tanque del ejército estadounidense disparó sobre el hotel, en el que se alojaban principalmente periodistas, causando la muerte a Couso y a un camarógrafo de la agencia de noticias Reuters. El Embajador Aguirre intentaba invalidar el juicio iniciado por la familia Couso en España.
El hermano de José Couso, Javier Couso, inició el proceso judicial por su hermano José junto a su madre. Aunque un tribunal español ha reabierto la causa recientemente, Javier Couso reaccionó ante el cable filtrado en estos días por WikiLeaks y dijo: “Nosotros estamos en primer lugar indignados y horrorizados; horrorizados porque no podemos creer que el gobierno de mi país y la fiscalía actúen conspirando con un gobierno extranjero para impedir la investigación de lo que le pasó a un ciudadano español; e indignados porque nos han mentido continuamente, nos hemos reunido con todas esas personas del gobierno y de la fiscalía y ellos decían que no iban a obstaculizar el caso.”
Además, el embajador estadounidense presionó al gobierno español para que desistiera de realizar un juicio, que sentaría precedente, contra el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y otros funcionarios del gobierno de Bush. En el mismo memorando Aguirre escribe: “El Vice Ministro de Justicia dijo también que el gobierno español se opone firmemente a la acusación presentada contra el ex Ministro Rumsfeld y tratará de que sea desestimada. El juez que entiende en la causa nos ha dicho que ha iniciado ya los procedimientos para desestimar el caso.”
Estas revelaciones han convulsionado al gobierno de España, ya que los cables muestran claramente los intentos de Estados Unidos por incidir en el sistema de justicia de ese país...
Hace cuarenta años, Noam Chomsky, reconocido analista político y lingüista, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ayudó a Daniel Ellsberg, el primer informante de Estados Unidos, a revelar los Documentos del Pentágono. Le pregunté a Chomsky acerca de los cables recientemente publicados por WikiLeaks y respondió: “La principal importancia de los cables que han sido publicados hasta ahora radica en lo que nos dicen sobre el liderazgo occidental. Lo que revelan es un profundo odio a la democracia.” (Publicado por Amy Goodman)Leer todo aquí.

lunes, 1 de noviembre de 2010

¡Qué gran noticia! Sobre Wikileaks.

La mejor noticia que hemos recibido los periodistas en mucho tiempo respecto a los contenidos, la esencia, de nuestro trabajo profesional es la existencia de Wikileaks. Los grandes adelantos tecnológicos y la globalización digital han cambiado muchas cosas, nuestra manera de trabajar, la enorme velocidad a la que lo hacemos, la relación de nuestro trabajo con otras áreas de la comunicación, la interrelación con los lectores o espectadores, el acceso inmediato a textos lejanos, escritos en lenguas desconocidas, a imágenes captadas por testigos provistos de simples teléfonos móviles, etcétera. Han sido enormes y muy importantes cambios, que han alterado el sentido del mundo en el que nos movemos, nos han proporcionado ventajas impensables hace pocos años y, en cierto sentido, nos han acercado también al peligroso mundo del info-entretenimiento (vean en YouTube la formidable entrevista-show con José Montilla).
Pero sobre los contenidos, sobre la información (no la comunicación, que es otra cosa), sobre cómo enriquecer y acceder a esa información, lo único realmente positivo es Wikileaks: una caja electrónica protegida por sofisticados sistemas cifrados que permite a cualquier ciudadano depositar anónimamente documentos que se mantienen ocultos y que pueden afectar al interés común de la sociedad. La idea es que, a partir de ahí, un grupo de periodistas profesionales, entrenados en la verificación y valoración de la información, logre su publicación en medios influyentes y contrastados, y consiga que llegue al mayor número de ciudadanos posible.
La discusión sobre en qué consiste el interés público es muy antigua. El British Press Council llegó a una definición bastante sensata que puede ayudar a centrar un poco el debate sobre lo que es legítimo desde el punto de vista de la información periodística. Para el BPC es de interés público: 1) detectar y exponer delitos o graves faltas y conductas antisociales; 2) publicar datos que ayuden a proteger la salud y la seguridad de los ciudadanos, y 3) difundir información que impida que los ciudadanos sean confundidos o engañados por declaraciones o actos de individuos u organizaciones.
Wikileaks, al margen de la personalidad de su fundador y editor, el australiano Julian Assange (lean la entrevista publicada en este periódico el domingo pasado), es un instrumento extraordinario desde el punto de vista de los contenidos de las informaciones que sirvan a estos tres propósitos enunciados. Se trata, como aseguran los principios de Wikileaks, de combinar alta tecnología de seguridad con principios éticos y profesionales y, sobre todo, con la confianza de que existen personas, individuos, situados en lugares importantes que comulgan con la idea del interés público y que, en condiciones de seguridad propia, están dispuestos a facilitar esas informaciones y documentos que implican delito, engaño o riesgo para los ciudadanos. ¡Qué excelente noticia!
Es posible que parte de la crisis financiera hubiera podido ser evitada si personas que conocían los riesgos que corrían determinadas compañías inversoras, bancos y otras entidades de crédito hubieran podido filtrar, con total confianza y anonimato, documentos y escritos reveladores para que periodistas interesados en los contenidos de interés público, verificaran y lograran su difusión. Es posible que se hubieran podido evitar algunas muertes de civiles en Irak o en Afganistán y el uso de la tortura como método extendido de interrogatorio...
Leer todo el artículo de Soledad Gallego en "El País"
Más sobre el caso.
Pregunta del Chicago Tribune sobre el fundador de Wikileaks
“¿Por qué sigue vivo Julian Assange?”
Iroel Sánchez (la pupila insomne)
Un artículo de Jonah Goldberg, publicado el pasado 29 de octubre con el título “¿Por qué Julian Assange sigue vivo?”, en el rotativo estadounidense Chicago Tribune, se queja de que Estados Unidos no haga “nada en absoluto” para detener a Julian Assange y llega a barajar su asesinato como una posibilidad.
El autor comienza diciendo que le gustaría hacer una pregunta simple: “¿Por qué no está muerto Julian Assange?”, y agrega que “militares y otros funcionarios del gobierno insisten en que Wikileaks está haciendo grave daño a la seguridad nacional de Estados Unidos y va a hacer que personas mueran, entre ellos los valientes iraquíes y afganos que han arriesgado sus vidas y las vidas de sus familias para ayudarnos”. Goldberg iguala las filtraciones de Wikileaks con el delito -nunca probado- de los esposos Rosenberg, acusados de facilitar a la URSS información sobre la bomba atómica. Los Rosenberg fueron ejecutados en la silla eléctrica luego de un juicio amañado, que se insertó en el auge del anticomunismo norteamericano y su negativa a reconocer la capacidad científica soviética de alcanzar por sí misma la paridad nuclear.
La comparación con el célebre matrimonio es útil para comprender la pregunta que viene inmediatamente después: “¿Porqué no fue Assange garrotado en su habitación de hotel hace años?”, y para que nadie se equivoque, aclara a continuación que se trata de “una pregunta seria”. Mezclando en tono de burla versiones de Hollywood con las denuncias de The Nation y Oliver Stone sobre la implicación de la CIA en los atentados a Fidel y el asesinato de Kennedy, el artículo sugiere que “Assange sería una mancha de grasa en la autopista ya”.
Convirtiendo las víctimas en victimarios, el articulista dice: “No son sólo los estados-nación los que se ven amenazados por Wikileaks. Estos chicos pasan gran parte de su tiempo persiguiendo a las grandes corporaciones…”. Sin una palabra para los más de cien mil muertos en Iraq –más de 60 000 de ellos civiles-, documentados en las filtraciones de Wikileaks, el comentario trata de ridiculizar las denuncias sobre los crímenes de las agencias norteamericanas afirmando que “el mundo no es tan dramático como “bloggers, periodistas importantes para sí mismos y ex espías nostálgicos creen que es”.
Y más. El Pentágono ha desplegado un equipo de 120 personas para frenar sus filtraciones. Suecia, el país al que acudió a refugiarse, le ha negado el permiso de residencia. El hombre que destapa los documentos silenciados, el enemigo de las verdades oficiales, volvió a asestar ayer un nuevo golpe. Se llama Julian Assange. Tiene 39 años. Nos concedió una cita secreta en Londres / Consulta los documentos sobre Irak filtrados en la página de Wikileaks | CLAVES: Cómo navegar por los 'papeles de Irak'