26/5/2015
Noi siam venuti al loco ov' io t' ho detto /
Che tu vedrai le gente dolorose /
Ch' hanno perduto il ben dell' intelletto
[Dante]
(Hemos llegado al sitio donde te dije /
Verá la gente miserable /
Que han perdido el bien del intelecto)
Unas elecciones municipales pusieron en abril de 1931 final a una larga crisis agónica de la I Restauración Borbónica. No pocos analistas han apelado a esta comparación para destacar la importancia de las presentes elecciones municipales (y parcialmente autonómicas) en la actual
crisis de la II Restauración Borbónica.
Si hubiera que resumir sumariamente la actual situación socio-política crítica española, tal vez
podría hacerse con un dato tres diagramas.
El dato: campeones de la corrupción política
El dato desnudo —procedente de una investigación del profesor Perico García Azorín— es muy modesto. Lo proporcionó ayer el New York Times en artículo incorporado a portada sobre las elecciones españolas: 467 alcaldes de municipios españoles –sobre un censo de cerca de 8.000 municipios— se han enfrentado a imputaciones judiciales por casos de corrupción, la mayor parte de ellos registrados luego de la irrupción de la crisis de 2008. Y de éstos, 89 han sido ya condenados. En su modestia, simboliza el rimero –aún inconcluso— de graves y conocidísimos escándalos de corrupción en que se han visto envueltos los grandes partidos del arco político dinástico de 1978, empezando por un PP con su tesorero encarcelado y su exministro de economía, Rato –emblema donde los haya de la pseudo prosperidad española de las últimas décadas—, detenido en riguroso directo televisivo e imputado por blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, entre otros delitos.
Claro que no hay corrupción política o administrativa sin corruptores ubicados en la llamada “sociedad civil”. Y no hay muchedumbre de corruptores sin un particular tipo de configuración económico-política de la vida social y civil.
Un primer cuadro: campeones de la rebaja fiscal inmobiliaria
Es cosa sabida desde muy antiguo que las economías fundadas principalmente en el crecimiento del rentismo inmobiliario y financiero son particularmente “corruptogénicas”, es decir, causantes mayores de fenómenos de corrupción política a gran escala. Naturalmente, el Reino de España no ha sido el único país en que se ha registrado una burbuja inmobiliaria y financiera gigantesca: los EEUU o la Gran Bretaña, por ejemplo, vienen inmediatamente a la mente. El siguiente cuadro, sin embargo –procedente del reciente informe de la OCDE—, resulta particularmente aleccionador sobre la singularidad de la economía política de la II Restauración Borbónica. Fíjense ustedes bien: ¡hasta en la patria chica del “capitalismo popular” thatcheriano los impuestos sobre los bienes raíces han sido muy superiores a los españoles:
O dicho de otro modo: ¡hasta en el crisol europeo del experimento neorentista que ha sido la contrarreforma liberal de las últimas décadas, hasta en la Inglaterra de Margaret Thatcher y Tony Blair han sabido que no se puede tener “capitalismo popular”, propiedad inmobiliaria a destajo, privatización y saqueo del sector público y liberalización del suelo sin un mínimo esquema fiscal que amortigüe el desastre y proporcione ingresos a las arcas públicas. ¿Bajar los impuestos es de izquierdas? Bajar los impuestos al trabajo asalariado, desde luego que sí; bajarlos a los autónomos y a la pequeña y mediana empresa productiva, también; bajarlos a la mediana empresa productiva de bienes tangibles, tal vez. Bajarlos a la propiedad inmobiliaria y a sus rentas (o a las rentas patrimoniales financieras) no sólo no es de izquierdas, sino que es
económicamente insensato. Y políticamente catastrófico: genera cosas como la inaudita epidemia de corrupción a la que asistimos en el Reino de España. A eso hemos venido llamando desde estas páginas en los últimos años el “capitalismo de amiguetes políticamente promiscuos”.
Segundo cuadro: campeones de la pérdida de crecimiento económico
El siguiente cuadro muestra el particular estrago que ha sufrido esa pseudo prosperidad de la economía política de la Segunda Restauración desde el comienzo de la crisis en 2008:
Se dice pronto: entre 2008 y 2015, el Reino de España ha perdido un 26% del crecimiento potencial (conforme a la tendencia histórica) de su PIB. Y luego hay quien se queja de que el populacho no aprecia la “recuperación” económica.
Tercer cuadro: campeones de la devaluación salarial y del crecimiento de la polarización social
Naturalmente, no todas las clases sociales han sufrido por igual este tremendo descalabro económico. El siguiente cuadro –también procedente del informe reciente de la OCDE— muestra que las principales afectadas por la crisis no han sido desde luego las clases “altas”, ni siquiera las clases “medias”, sino las clases trabajadoras y populares. Y de una forma incomparablemente más aguda que en todo el resto de países de la OCDE, salvo Grecia (aunque se observará que en el Reino de España, a diferencia de Grecia, las clases populares comenzaron a perder drásticamente renta desde el comienzo mismo de la crisis):
Las clases rectoras españolas y sus mayordomos políticos del arco político dinástico (muy particularmente el PSOE de Zapatero, el PP de Rajoy y Aguirre y la CiU de Pujol, Más y Durán Lleida— se aprestaron desde el minuto uno de la crisis a lanzar una verdadera ofensiva deconstituyente tendente a la destrucción de derechos sociales y civiles básicos blindados por la Constitución del 78. Parece evidente que la violencia y la saña difamatoria que tan llamativamente está marcando el lenguaje de la discusión política pública en nuestro país, incluido el regreso de expresiones groseramente clasistas (y machistas), señaladamente por parte de escritorzuelos y tertulianos a sueldo de los poderes que realmente son, es un eco no demasiado mediato de este inaudito incremento –políticamente inducido— de la polarización social: “acentos de ira, altivas y roncas voces, con puñadas”.
Véase, por reducirnos a un sólo ejemplo, lo que acaba de escribir sobre el triunfo de Ada Colau en Barcelona uno que precisamente oscila entre la máscara de carácter del locoide y la del mercenario:
“Ayer, en las urnas, el fenómeno se reprodujo y una Ada Colau de la que nadie, incluida ella misma, sabe nada a ciencia cierta fue la más votada entre los aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona. Una mujer sin partido, sin programa, con un lenguaje rudimentario y una visión del mundo soez se sentará en el mismo sillón que Rius i Taulet, Carles Pi i Sunyer o Pasqual Maragall.”
Claro que no sólo proliferan los letratenientes locoidamente excitados. Esperanza Aguirre acaba de proponer un “cordón sanitario” contra Manuela Carmena en el ayuntamiento de Madrid y se propone -ella, la responsable política de Gürtel- encabezar la regeneración política del PP madrileño. Como en el Infierno del Dante, pululan ahora también por el infernal Reino “las tristes almas” de quienes se empeñan en vivir esta situación como si nada o muy poco ocurriera, y escriben o hablan tan ternes sobre las travesuras de anacrónicos chiquillos ignorantes, tal vez –sólo tal vez— comprensiblemente descarriados. Son los intelectuales beneficiarios de la llamada “cultura de la Transición” que los encumbró (en general, sin
demasiado mérito de su parte). Han vivido durante años “sin infamia y sin honor”, y ahora sus almas están condenadas a vegetar “mezcladas con aquel malvado coro de los Ángeles que no fueron rebeldes, sino sólo para sí fueron”.
Cuarto ( y último) cuadro: campeones de la desigualdad
No sólo somos campeones del incremento de polarización social. El siguiente cuadro comparativo –tomado asimismo del informe de la OCDE— muestra que también somos ahora los campeones del crecimiento de la desigualdad (medida por el coeficiente de Gini) durante la crisis:
Desigualdad y polarización social que van de la mano del aumento constante de la pobreza. En la nota de prensa del 26 de mayo de 2015 del INE sobre les resultados definitivos de la Encuesta de Condiciones de Vida, el porcentaje de población en riesgo de pobreza pasa del 20,4% en el 2013 al 22,2% en el 2014.
Las elecciones de 24 de mayo: aumento de la movilización popular y brecha generacional
Pues bien; en ese infierno económico, político y social se desarrollaron las elecciones el pasado domingo. Se podía temer que, como en el infierno del Dante, toda esperanza estuviera perdida. Porque la corrupción no sólo destruye el carácter del corrupto victimario; puede terminar por arruinar moral y cognitivamente a las víctimas: “hemos venido al lugar donde te dije habías de ver la gente adolorida, que ha perdido el bien del intelecto”.
¿Qué pasaría en Játiva (Valencia), en donde su alcalde, Alfonso Rus, que repetía impunemente como cabeza de lista electoral del PP tras ser imputado por corrupción y del que todo el mundo ha podido oír en las últimas semanas una grabación contando soezmente los dineros del soborno recibido? ¿Qué pasaría en Badalona –la tercera ciudad por peso demográfico de Cataluña—, en donde un alcalde del PP, Albiol, aspiraba a repetir mandato con una campaña electoral abierta, desnudamente xenófoba (“limpiemos Badalona”)? ¿Qué pasaría en la comunidad y en la ciudad de Valencia, epicentro donde los haya de los más chabacanos casos de corrupción del PP? ¿Y qué pasaría en las dos grandes capitales, Madrid Y Barcelona?
¿Qué pasaría en Madrid, en donde una casi improvisada candidatura de unidad popular (Ahora Madrid) de las izquierdas encabezada por la veterana jueza Manuela Carmena se enfrentaba a a una candidatura del PP encabezada por uno de los grandes símbolos de la corrupción y la desfachatez populista del neoliberalismo españolista más reaccionario, Esperanza Aguirre?
¿Qué pasaría en Barcelona, en donde una laboriosamente urdida candidatura de unidad popular, hermana de la madrileña y encabezada por una joven pero ya histórica y experimentada dirigente de los movimientos sociales barceloneses, Ada Colau, se enfrentaba a un alcalde, Trías, uno de los símbolos del vergonzoso uso torticero del pujante soberanismo democrático catalán como tapadera y aun coartada de la corrupción política y las descarnadas políticas antisociales y privatizadores de CiU?
¿Qué pasaría por lo pronto con la abstención, que en las últimas elecciones venía cebándose sobre todo en el voto de unas clases populares creciente y visiblemente escépticas con la eficacia política del derecho de sufragio?
La abstención se ha mantenido en los parámetros habituales de las últimas convocatorias municipales, aumentando incluso en 1,29 puntos. Lo mas destacable es que afecta más significativamente esta vez a los barrios de ingresos más altos en las grandes ciudades como Madrid (en donde hubo casi 2 puntos más de participación) y Barcelona (¡en donde hubo 8 puntos más!), mientras que se ha producido una movilización de cierta envergadura en los barrios populares, a diferencia de lo ocurrido en 2007 y 2011. Ligada a esta mayor movilización de las clases populares hay que situar la brecha generacional muy pronunciada entre “viejos” y “nuevos” partidos que ya recogía la encuesta de intención de voto del CIS de enero de 2015.
Ganadores y perdedores a grandes trazos
En lineas generales, el PP ha perdido diez puntos y más de 2,5 millones de votos en comparación con 2011. El PSOE, 2 puntos y más de 700.000 votos. Pero si la comparación se retrotrae al comienzo del actual ciclo electoral en 2007, el PP acumula una pérdida de 11 puntos y el PSOE de 12. En 2007, la suma de los dos principales partidos dinásticos sumaba el 71,4% de los votos, y en 2015, el 52%. Aunque en otro plano, también es destacable la caída de CiU en número de votos (6 puntos). Solo Podemos y Ciudadanos, lejos de perder votos en relación con las elecciones europeas, crecen.
El PP ha visto cómo se desmadeja la trama de su tejido institucional urdido con aplastantes mayorías: pierde 500 de 3.300 ayuntamientos, pero sobre todo las capitales de provincia; retiene sólo... ¡Ceuta! En el nivel autonómico, el PP ha perdido todas las mayorías absolutas, incluidas la de Castilla-León y la de Castilla La Mancha, autonomía esta última en la que, además, perderá el gobierno a manos de una coalición PSOE-Podemos que habría sido imposible con la anterior ley electoral que modificó ventajistamente el propio PP precisamente para poder eternizarse en el poder (Ciudadanos ha quedado fuera del Parlamento autonómico, con más del 8% de los votos). El PP necesitará de la muleta de Ciudadanos –y está por ver a qué precio y con qué— para conservar los gobiernos regionales de Madrid, Rioja, Murcia y Melilla. La derecha, en este caso UPN, perdería también el gobierno foral de Navarra, como era previsible (véase el artículo de Pello Erdociain en SP).
El PSOE conserva Asturias (además de Andalucía, cuyas elecciones se celebraron en marzo) pero condicionado por una alianza con Podemos, que le daría además Aragón, Castilla la Mancha, Valencia (ver el artículo de Manuel Colomer), Baleares y Extremadura. El PSC sigue en caída libre en Cataluña, y deja de ser el principal partido de las izquierdas catalanas.
Se producirá alternancia en el gobiernos autonómico de Cantabria con una coalición PRCPSOE. Y Coalición Canaria necesitará de una coalición con el PSOE para mantenerse en el Cabildo Insular.
En Euskadi, el PNV impone su hegemonía en las tres Juntas Generales y se hace con una serie de ayuntamientos significativos en Gipuzkoa, como San Sebastián, Arrasate, Bergara, Zarauz... hasta 17 municipios perdidos por EH Bildu, que ve como cae su voto un 5,5% en su feudo. Está por ver qué pasará en el ayuntamiento de Vitoria.
En Galicia, el PP pierde frente a las candidaturas de unidad popular de las izquierdas, las llamadas Mareas, en Santiago –cuyo más que probable alcalde será el amigo y colaborador de SinPermiso Martiño Noriega—, A Coruña y Ferrol, en un auténtico maremoto político (véase el articulo en SP de Antón Sanchez). El PSOE mantiene Vigo, desbancando al PP como partido más votado y logrando una mayoría absoluta.
En Cataluña, el heteróclito grupo de partidos declaradamente independentistas (CiU, ERC, CUP) aumenta de un 38,2% en 2011 al 45% en 2015. La pérdida de 6 puntos de la derechista CiU es compensada por los otros partidos de centroizquierda e izquierda en lo que no cabe sino interpretar como deslizamiento hacia la izquierda del voto independentista en el conjunto de la geografía catalana. Pero el voto de Barcelona y su cinturón rojo, en cambio, ha priorizado claramente el eje izquierda-derecha, configurando el embrión de un bloque alternativo de unidad popular -como tan exitosamente en las últimas elecciones del Reino Unido realizó el partido independentista escocés SNP-, dispuesto a ligar claramente el ejercicio del derecho democrático de autodeterminación de todos los pueblos de España (incluido el catalán) a la defensa de los derechos sociales y civiles populares: ese bloque representaría aproximadamente el 60% del sufragio emitido.
A pesar de haber conservado un importante número de concejales, por encima de 2.000, donde ha contribuido a las candidaturas unitarias de izquierda, conseguir la alcaldía de Zamora y mantener un grupo parlamentario de cinco diputados, con Gaspar Llamazares a la cabeza, en Asturias, Izquierda Unida sufre serios descalabros en Madrid y Valencia cuando se ha presentado sola y dividida. UPyD se ha convertido ya en una anécdota histórica.
Ciudadanos, el partido emergente de la nueva derecha, ha tenido un éxito menos espectacular del previsto por las encuestas y por los augures mediáticos: ha avanzado casi siempre a costa del voto perdido por la desacreditada vieja derecha del PP, y lo que es más importante, ni
siquiera ha sido capaz de recoger todo el voto españolista liberal-conservador refugiado en la abstención.
Clarificar las hipótesis estratégicas
Tras las elecciones europeas en 2014 y el pico en expectativa de voto de Podemos, recogido por la encuesta del CIS de enero de 2015, los primeros indicios de un estancamiento de esta tendencia abrieron un importante debate de reorientación en Podemos. Pablo Iglesias resumió sus conclusiones, en un símil sobre los tempos de un partido de baloncesto, combinando la ofensiva inicial, el posicionamiento y la acumulación de fuerzas y la ofensiva final cara a las elecciones de noviembre recuperando la radicalidad de la crítica y la defensa de los intereses de los perdedores de la crisis. Este debate es ampliamente conocido (consultar aquí).
Paralelamente, se han desarrollado tres hipótesis estratégicas alternativas en otros sectores de la izquierda que, a fuer de esquematismos, podríamos resumir así:
a) hipótesis “destituyente”: para amplios sectores de sindicales, la crisis económica ha supuesto tal retroceso en la correlación de fuerzas con la imposición de un mercado laboral dominado por la precariedad y el paro, que la característica dominante de la situación es la perdida de derechos sociales y laborales en relación con la transición y la Constitución de 1978. La hegemonía de la derecha económica es tal que tiene un amplio margen para gestionar las grietas institucionales y políticas del régimen del 78. Frente a ello es necesario un frente defensivo a partir de la clase obrera organizada sin crear falsas ilusiones sobre un programa democrático radical ni la capacidad de movilización de las Mareas sectoriales o las Marchas de la Dignidad. En parte, esta visión es mayoritaria en los sectores más politizados de CCOO y UGT y ha sostenido la candidatura de IU a la alcaldía de Madrid.
b) hipótesis “revolución pasiva”: la crisis del régimen del 78 es real, pero la debilidad de la izquierda y del movimiento obrero organizado favorecen que sea la derecha la que este imponiendo sus intereses en la salida de la crisis, en una especie de “revolución pasiva” - por utilizar la terminología de Gramsci-. La “unidad popular” debe ser capaz de aglutinar a un nuevo bloque de izquierdas alrededor de una alianza Podemos-IU y recuperar la iniciativa con un programa de defensa del estado del bienestar y el empleo garantizado, su principal proponente ha sido Alberto Garzón, candidato de IU a las elecciones generales.
c) hipótesis “vía catalana”: la crisis del régimen del 78 es real, pero su principal componente, ante la falta de una alternativa real de la izquierda española, es el movimiento soberanista en Cataluña, a condición de que se produzca un desplazamiento de su hegemonía de CiU -definitivamente comprometida con los intereses de la derecha neoliberal tras el escándalo Pujol- a ERC y las CUP. La declaración unilateral de independencia por una mayoría parlamentaria soberanista tras las elecciones catalanas del 27 de Septiembre podría relanzar la resistencia y alentar una alternativa de las izquierdas españolas, encabezadas por Podemos. El mejor resumen de ella es la entrevista de Quim Arrufat con Vilaweb.
Elementos de balance y perspectivas
El resultado de las elecciones municipales y autonómicas permite recuperar, a partir de sus resultados y la constatación de la capacidad de movilización popular, este debate estratégico cara a las elecciones generales de noviembre a partir de los siguientes elementos:
1- La crisis del régimen del 78, impulsada y agravada por las consecuencias sociales de la crisis económica del 2007-2013 y de la débil recuperación posterior, especialmente en términos de empleo y salarios, es el marco real y duradero de la actual coyuntura. La crisis de
hegemonía social de la derecha es paralela a la erosión de legitimidad y representatividad del PP, que no tiene solución sostenible ni al crecimiento de la deuda soberana, ni a la débil recuperación, ni a las consecuencias sociales de la crisis económica ni a la crisis fiscal que ha
hecho implosionar el estado de las autonomías. Lo que no quiere decir que pueda seguir gestionando este desastre social a favor de los intereses de las oligarquías por un tiempo indeterminado si no se construye una alternativa de izquierdas creíble y eficaz. Las clases dominantes, apoyadas en la UE, tienen un amplio margen de maniobra y capacidad de iniciativa, como ha puesto de manifiesto la sucesión de la corona o el apoyo meditado a Ciudadanos, convirtiéndolo en una alternativa al descontento de sectores urbanos de derechas con el PP.
2- El sesgo generacional que hemos mencionado, que es una de las herencias del 15 M con la aparición de una nueva generación política, ha encontrado en las candidaturas de unidad popular su expresión organizativa. Que choca con la experiencia política y organizativa de la generación de izquierda de la transición, cuyo sector activo sigue estructurando la red de cuadros y las direcciones de los sindicatos mayoritarios y las organizaciones de izquierda, como IU y BNG, por poner dos ejemplos. Al superar los límites organizativos de la izquierda tradicional con los métodos de democracia participativa -aunque algunas expectativas se hayan visto frustradas en Podemos- las candidaturas de unidad popular se han convertido en un modelo de funcionamiento programático.
3- La crisis del bipartidismo y del estado de las autonomías es irreversible sin una reforma constitucional profunda. Pero el PP y el PSOE no cuentan ya con una mayoría institucional capaz de llevarla a cabo de forma controlada. El ascenso de Podemos y el éxito de las candidaturas de unidad popular bloquean por el momento un posible acuerdo post-electoral del PP y el PSOE, que produciría una rápida erosión de legitimidad de este último, después de perder más de un tercio de su electorado desde 2007. Pero la capacidad de condicionar en un frente de izquierdas al PSOE, obligando a su dirección a un giro de su política económica y social, exige un equilibrio de fuerzas más favorable a la izquierda agrupada en la unidad popular Ello implica una serie de alianzas de las izquierdas alternativas, federalistas y soberanistas, que aúnen en su programa la defensa de los derechos sociales con el derecho de autodeterminación, como base de un nuevo pacto territorial y constitucional. No existe en
este momento la correlación de fuerzas necesaria para abrir procesos constituyentes: se trata de construirla en la movilización social y electoral, cuyo primer eslabón táctico es la derrota del PP en las elecciones generales de este año. Pero para la acumulación de fuerzas es necesario un horizonte estratégico de la izquierda, voluntad unitaria y un método de participación democrática que aliente y estructure la movilización popular.
4- La política de alianzas a nivel municipal tiene su propia dinámica legal, que exige la constitución de mayorías en un plazo de 10 días o pasa a gobernar la lista más votada. Este debe ser el terreno de constitución de frentes de izquierdas que desalojen del mayor número posible de ayuntamientos al PP, reforzando socialmente la implantación de la unidad popular. A nivel autonómico, tras estas elecciones, Podemos e IU deben facilitar la constitución de gobiernos del PSOE (Aragón, Asturias, Castilla la Mancha, Valencia, Baleares y Extremadura) o de Geroa Bai (Navarra), condicionar parlamentariamente su programa y su gestión, pero no integrarse en los gobiernos como socio minoritario, aprendiendo de las lecciones de los resultados de la experiencia de IU en Andalucía. Solo el resultado de las elecciones generales permitirá una revaluación de la situación y de la correlación de fuerzas entre el PSOE y la izquierda alternativa.
Junto a ello, las izquierdas harían mal en despreocuparse de la evolución de la negociación del Gobierno de Syria con la UE, el BCE y el FMI. El desarrollo de esa negociación afectará directamente la coyuntura y las expectativas de cambio en toda Europa, pero muy especialmente en el Reino de España de aquí a las elecciones generales, como un ariete para dividir un frente de izquierdas.
En conclusión
Los dirigentes de Podemos parecen haber comprendido que su audaz apuesta inicial por un Blitzkrieg que les llevara derechos en solitario –y con su propia “marca” (sic)— al gobierno del Reino en las próximas elecciones generales de otoño fue un error, y que, lejos de restar, las candidaturas bien construidas de unidad popular democrática y capilarmente armada, y sólo ellas, multiplican las posibilidades electorales de las izquierdas. Barcelona, Madrid o las Mareas gallegas lo han mostrado tan concluyente como paradigmáticamente. Una verdadera “crisis de régimen” nunca tiene un desenlace rápido. Ni fácil. Ni cómodo. Suelen ser procesos históricos prolongados, difíciles y peligrosos y aun infernales, en los que proliferan –como advirtió sabiamente el manoseado Gramsci hace muchos años— “monstruos” políticos de todo tipo: ¡también entre las propias filas! Los monstruos más peligrosos de nuestro particular infierno son los que pugnan ahora mismo, no por evitar un ilusionante –y acaso ilusorio por ahora— “proceso constituyente” democrático popular, sino quienes están evidentemente empeñados en aprovechar la crisis para “deconstituir” y erradicar derechos sociales y civiles fruto luchas populares pasadas y más o menos precariamente blindados en muchas constituciones europeas de postguerra (incluida la española de 1978). Comprender eso cabalmente es tal vez un buen primer paso para tender puentes entre la vieja y la nueva
izquierda, en lo estrictamente político; y en lo generacional, entre las naturales tentaciones adanistas de los más jóvenes y la inaceptable autosatisfacción acomodaticia de los más viejos.
Ada Colau, Manuela Carmena, Mónica Oltra: mujeres de distintas generaciones, mujeres de la vieja izquierda decente y de la nueva izquierda ya experimentada. Símbolos ahora mismo de la esperanza en nuestro infierno. Y entretanto, ¡Esperanza en el infierno!
Antoni Domènech es el Editor general de SinPermiso. Gustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Consejo de Redacción de SinPermiso.
www.sinpermiso.info
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jueves, 16 de julio de 2015
Esperanza en el infierno: sobre las elecciones municipales y autonómicas en el Reino de España
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sábado, 13 de junio de 2015
La izquierda española recupera poder en los ayuntamientos. Carmena, elegida nueva alcaldesa de Madrid. Colau, nueva alcandesa de Barcelona
El PSOE y las candidaturas ligadas a Podemos pactan alianzas. Los socialistas gobernarán en 16 capitales, el PP en 17, la izquierda en 6.
La izquierda ha consumado sin apenas sobresaltos el histórico vuelco en el poder municipal como consecuencia de las elecciones del pasado 24 de mayo. El nuevo ciclo político arranca en 8.122 ayuntamientos en toda España, sin incidentes y con el resultado de mayoría de capitales de provincia gobernadas por partidos de la izquierda.
En todas las capitales en las que era posible un acuerdo entre el PSOE y las candidaturas de movimientos ciudadanos vinculados a Podemos se ha cumplido el pacto para elegir alcaldes de la izquierda. “El PSOE nos ha apoyado y en el futuro podremos seguir colaborando”, resumió Pablo Iglesias, líder de Podemos.
En Oviedo estuvo a punto de romperse el pacto por falta de acuerdo previo en Gijón pero, finalmente, la candidatura de Podemos apoyó al socialista Wenceslao López. Si hubo excepción en los acuerdos de la izquierda en Cuenca donde el PP se hizo con la alcaldía por la falta de acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida.
Y en todas las capitales en las que Ciudadanos podía decidir el color del gobierno municipal lo ha hecho a favor del PP y para amortiguar la enorme pérdida de poder de los populares. Uno de los pocos sobresaltos, precisamente, se produjo en Almería donde estaba previsto hasta ayer que Ciudadanos apoyara al PSOE pero, finalmente, su abstención dio también este ayuntamiento al PP y Luis Rogelio Rodríguez-Comendador repetirá como alcalde, aunque sin mayoría absoluta.
Los nuevos ayuntamientos más llamativos son los de Madrid con Manuela Carmena y Ada Colau en Barcelona, simbolizando un cambio que en esos casos tienen como protagonistas a movimientos ciudadanos y candidaturas populares que han obtenido el apoyo del PSOE en la elección de los alcaldes. Las dos mujeres son el símbolo del cambio político que los nuevos partidos pretenden prolongar a las generales y que se inició hace poco más de un año con la irrupción de Podemos en la vida política española.
“Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila”, aseguró Carmena en presencia de dirigentes de Podemos como Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y el líder de Equo Juan López de Uralde, formaciones que apoyaron su candidatura.
El PP, pensando en las elecciones generales, reaccionó a la histórica jornada lamentando que no se permita gobernar a la lista más votada, que es la suya en la inmensa mayoría de los casos, y acusando al PSOE de haberse radicalizado para pactar con la izquierda extrema para desalojar a los populares de las instituciones. Su objetivo es movilizar a los suyos con el rechazo al poder de la izquierda. Mariano Rajoy escribió un significativo tuit por la tarde: "Enhorabuena a los concejales del @PPopular. Mi apoyo a los que aun ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios".
El PP tiene 19 alcaldes de capitales de provincia, frente a 43 que logró en las anteriores municipales. Desde ayer, los populares gobernarán en Málaga, Murcia, Ourense, León, Salamanca, Ávila, Palencia, Cáceres, Badajoz, Granada Jaén, Albacete, Almería, Cuenca, Teruel, Guadalajara, Logroño, Burgos y Santander. Ciudadanos ha mitigado la pérdida de poder del PP al ayudarle a gobernar en cinco: Guadalajara, Granada, Jaén, Almería y Burgos.
El PSOE pasa de gobernar en nueve capitales a gobernar en 17: Lugo, Valladolid, Segovia, Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Alicante, Castellón, Lleida, Huesca, Soria, Palma de Mallorca, Oviedo, Tarragona y Las Palmas. Todos ellos los gobierna con acuerdos a dos o tres con las candidaturas vinculadas a Podemos y con otros partidos de izquierda, salvo en Soria donde tiene mayoría absoluta. Solo en algún caso como Valladolid el nuevo alcalde socialista, Óscar Puente, lo hará en coalición con la candidatura ligada a Izquierda Unida. En el resto de casos serán gobiernos en minoría. En Palma de Mallorca el acuerdo con MÈS consiste en alternar dos años cada partido al frente del ayuntamiento, pero de momento ha tomado posesión el candidato socialista.
La novedad de la toma de posesión de nuevos alcaldes han sido las cinco capitales en las que hay alcaldes de candidaturas procedentes de movimientos ciudadanas y que han tenido el voto del PSOE en la investidura. Son Madrid con Manuela Carmena, Barcelona con Ada Colau, Zaragoza con Pedro Santisteve, A Coruña con Xulio Ferreiro y Cádiz con José María González.
Se suma también Valencia donde el alcalde elegido es Joan Ribó de Compromís, así mismo apoyado por los partidos de la izquierda. Otro caso singular es el de Zamora, donde gobernará Francisco Guarido de IU, tras años de hegemonía absoluta del PP.
El cambio pone fin al poder de alcaldes históricos del PP como Rita Barberá en Valencia, Javier León de la Riva en Valladolid y Teófila Martínez en Cádiz, entre otros. Y supone el paso a un incierto futuro de oposición municipal a candidatos notorios como Esperanza Aguirre en Madrid.
En las próximas semanas serán investidos los presidentes autonómicos en lo que también se percibirá un vuelco territorial y un retroceso del poder del PP.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/06/13/actualidad/1434184191_318317.html
La izquierda ha consumado sin apenas sobresaltos el histórico vuelco en el poder municipal como consecuencia de las elecciones del pasado 24 de mayo. El nuevo ciclo político arranca en 8.122 ayuntamientos en toda España, sin incidentes y con el resultado de mayoría de capitales de provincia gobernadas por partidos de la izquierda.
En todas las capitales en las que era posible un acuerdo entre el PSOE y las candidaturas de movimientos ciudadanos vinculados a Podemos se ha cumplido el pacto para elegir alcaldes de la izquierda. “El PSOE nos ha apoyado y en el futuro podremos seguir colaborando”, resumió Pablo Iglesias, líder de Podemos.
En Oviedo estuvo a punto de romperse el pacto por falta de acuerdo previo en Gijón pero, finalmente, la candidatura de Podemos apoyó al socialista Wenceslao López. Si hubo excepción en los acuerdos de la izquierda en Cuenca donde el PP se hizo con la alcaldía por la falta de acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida.
Y en todas las capitales en las que Ciudadanos podía decidir el color del gobierno municipal lo ha hecho a favor del PP y para amortiguar la enorme pérdida de poder de los populares. Uno de los pocos sobresaltos, precisamente, se produjo en Almería donde estaba previsto hasta ayer que Ciudadanos apoyara al PSOE pero, finalmente, su abstención dio también este ayuntamiento al PP y Luis Rogelio Rodríguez-Comendador repetirá como alcalde, aunque sin mayoría absoluta.
Los nuevos ayuntamientos más llamativos son los de Madrid con Manuela Carmena y Ada Colau en Barcelona, simbolizando un cambio que en esos casos tienen como protagonistas a movimientos ciudadanos y candidaturas populares que han obtenido el apoyo del PSOE en la elección de los alcaldes. Las dos mujeres son el símbolo del cambio político que los nuevos partidos pretenden prolongar a las generales y que se inició hace poco más de un año con la irrupción de Podemos en la vida política española.
“Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila”, aseguró Carmena en presencia de dirigentes de Podemos como Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y el líder de Equo Juan López de Uralde, formaciones que apoyaron su candidatura.
El PP, pensando en las elecciones generales, reaccionó a la histórica jornada lamentando que no se permita gobernar a la lista más votada, que es la suya en la inmensa mayoría de los casos, y acusando al PSOE de haberse radicalizado para pactar con la izquierda extrema para desalojar a los populares de las instituciones. Su objetivo es movilizar a los suyos con el rechazo al poder de la izquierda. Mariano Rajoy escribió un significativo tuit por la tarde: "Enhorabuena a los concejales del @PPopular. Mi apoyo a los que aun ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios".
El PP tiene 19 alcaldes de capitales de provincia, frente a 43 que logró en las anteriores municipales. Desde ayer, los populares gobernarán en Málaga, Murcia, Ourense, León, Salamanca, Ávila, Palencia, Cáceres, Badajoz, Granada Jaén, Albacete, Almería, Cuenca, Teruel, Guadalajara, Logroño, Burgos y Santander. Ciudadanos ha mitigado la pérdida de poder del PP al ayudarle a gobernar en cinco: Guadalajara, Granada, Jaén, Almería y Burgos.
El PSOE pasa de gobernar en nueve capitales a gobernar en 17: Lugo, Valladolid, Segovia, Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Alicante, Castellón, Lleida, Huesca, Soria, Palma de Mallorca, Oviedo, Tarragona y Las Palmas. Todos ellos los gobierna con acuerdos a dos o tres con las candidaturas vinculadas a Podemos y con otros partidos de izquierda, salvo en Soria donde tiene mayoría absoluta. Solo en algún caso como Valladolid el nuevo alcalde socialista, Óscar Puente, lo hará en coalición con la candidatura ligada a Izquierda Unida. En el resto de casos serán gobiernos en minoría. En Palma de Mallorca el acuerdo con MÈS consiste en alternar dos años cada partido al frente del ayuntamiento, pero de momento ha tomado posesión el candidato socialista.
La novedad de la toma de posesión de nuevos alcaldes han sido las cinco capitales en las que hay alcaldes de candidaturas procedentes de movimientos ciudadanas y que han tenido el voto del PSOE en la investidura. Son Madrid con Manuela Carmena, Barcelona con Ada Colau, Zaragoza con Pedro Santisteve, A Coruña con Xulio Ferreiro y Cádiz con José María González.
Se suma también Valencia donde el alcalde elegido es Joan Ribó de Compromís, así mismo apoyado por los partidos de la izquierda. Otro caso singular es el de Zamora, donde gobernará Francisco Guarido de IU, tras años de hegemonía absoluta del PP.
El cambio pone fin al poder de alcaldes históricos del PP como Rita Barberá en Valencia, Javier León de la Riva en Valladolid y Teófila Martínez en Cádiz, entre otros. Y supone el paso a un incierto futuro de oposición municipal a candidatos notorios como Esperanza Aguirre en Madrid.
En las próximas semanas serán investidos los presidentes autonómicos en lo que también se percibirá un vuelco territorial y un retroceso del poder del PP.
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Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/06/13/actualidad/1434184191_318317.html
jueves, 21 de mayo de 2015
Fuenlabrada inspira a Gabilondo. Gabilondo defiende que lo publico es más "rentable y sostenible"
El candidato regional, respaldado de nuevo por Pedro Sánchez, elige la principal ciudad gobernada por el PSOE para defender que la gestión pública "es más rentable y sostenible".
Pedro Sánchez arropa al candidato a la presidencia de Madrid en la mayor ciudad gobernada por los socialistas en la región
Fuenlabrada no es un lugar cualquiera para el PSOE. La ciudad de casi 200.000 habitantes, la mayor que los socialistas gobiernan en la región, se ganó la condición de hebilla del otrora cinturón rojo del sur de Madrid en las elecciones de 2011, en las que el PP se acercó a los 140 alcaldes en una región con 179 ayuntamientos. En este tiempo, “pese a estar muy solo”, su alcalde, Manuel Robles, se ha convertido en el guardián de las esencias de la izquierda madrileña, con las políticas sociales por bandera, que el candidato autonómico, Ángel Gabilondo, espera “trasladar” al Gobierno regional.
Si Parla es la cruz del PSM,Fuenlabrada es la cara. Un Shangri-La donde Robles ha reforzado las ayudas “desde los cero años hasta la formación profesional”. Creando, además, un banco municipal de libros pionero en España. Por no hablar de los 750 niños que “al menos pueden hacer una comida importante al día” gracias al programa de comedor escolar: el Consistorio ya extendió a los meses de vacaciones del pasado verano las ayudas económicas otorgadas durante el curso escolar a aquellos hijos de familias por debajo de un determinado nivel de renta (Fuenlabrada destinó en 2013 más de 300.000 euros a ayudas de comedor y desayuno escolar). Quizás el mejor resumen es el reconocimiento, siempre en privado, del Gobierno regional y numerosos alcaldes del PP a la gestión del regidor. "Hemos tenido que suplir en la ciudad a un Gobierno regional insensible con los que peor lo pasan", expresó Robles.
Consciente del significado de Fuenlabrada en el imaginario socialista, Gabilondo y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, la escogieron para celebrar el Día de la Rosa. Y, sobre todo, para explicar el proyecto con el que pretenden acabar con los 20 años que el PP lleva gobernando, y aplicando sus políticas en solitario, la Comunidad. “Durante estos últimos 20 años la derecha madrileña ha fracturado con sus contrarreformas a la sociedad. Con sus recortes y políticas, han aumentado la desigualdad entre las clases medias trabajadoras”, subrayó Sánchez, que por segundo vez en tres días arropó a Gabilondo con su presencia, tras el inicio de la campaña el jueves en la plaza de la Villa. Un síntoma más de lo cerca que ven en Ferraz recuperar el Gobierno de Madrid.
Frente al "neoliberalismo, que confunden con libertad, del PP", Fuenlabrada inspira a Gabilondo. “Tenemos que interiorizar que lo público es más rentable, más sostenible, más eficiente y más barato. ¿No creen que quienes privatizan los servicios públicos lo hacen porque esconden alguna rentabilidad? Fuenlabrada ha marcado el camino, es un referente nacional. ¡Quiero las políticas sociales de Fuenlabrada para la Comunidad!”, afirmó el exministro de Educación y profesor de Metafísica ante unos 5.000 simpatizantes ajenos al calor.
En su intervención, Gabilondo volvió a dar una clase de por qué es el candidato mejor valorado, según las encuestas, como la de Metroscopia del Dos de Mayo para EL PAÍS. O el único que aprueba, como reflejó la de este viernes del CIS. Para empezar, porque Gabilondo no promete nada. Se compromete. "Les pido que lean el programa electoral de más de 100 páginas del PSOE", animó al auditorio. "Lo tienen en nuestra página web para cuando quieran, y yo pongo ese programa ante ustedes. Les doy mi palabra con ese programa. Yo soy mi palabra. Lo mejor que tengo. Lo único que tengo. Tengan claro que no pactaremos con nadie si no es en la dirección de ese programa por lo público y el deber cívico".
La oposición a embarrar la política, de entrar en el cuerpo a cuerpo y descalificar a otros candidatos, es otra de las características que definen a Gabilondo. El candidato del PSOE se mantuvo fiel a su estilo en Fuenlabrada. “Yo respeto a las otras formaciones, y lo hago diciendo en que no estoy de acuerdo con ellas. Eso de hablar de los otros candidatos… Que se olviden conmigo. Una posición íntegra es no utilizar el miedo ni para gobernar ni para intimidar. El PSOE va de propuestas y de pensar en los ciudadanos, no pienso descalificar a nadie. Aunque lo merezcan”.
“Determinación, toda la que haga falta. Pero creerse que uno es más enérgico por insultar a los demás me parece una debilidad. Yo quiero ser el presidente de todos. Conviene que la persona elegida tenga capacidad de lograr consensos y acuerdos. Si damos brochazos a los demás, será más difícil lograr acuerdos”, resumió Gabilondo. Fue su respuesta, la última semana, al endurecimiento del discurso de Cristina Cifuentes. La candidata del PP se ha referido a él estos días como "un paracaidista" -este lunes se cumplen tres meses de la destitución de Tomás Gómez- que nada tiene que ver con Madrid mientras destacaba su labor durante más de dos décadas en el Parlamento regional. Cifuentes también ha recordado que Gabilondo fue ministro con Zapatero, "en el peor gobierno de la democracia".
Ante las críticas del PP, Sánchez ya resaltó en el arranque de la campaña que estaba "de acuerdo" con Cifuentes "en una cosa: que en vez de manzanas tenían melones podridos", en alusión al protagonismo de cargos del PP en escándalos como Gürtel y Púnica (al PSOE le afectó en el caso de Parla). El líder del PSOE incidió esta mañana en las "dificultades" del PP: “La Comunidad necesita regenerarse, y el PP no ha sido capaz de hacerlo cuando presenta a Esperanza Aguirre al Ayuntamiento de Madrid"
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/05/10/madrid/1431263814_392284.html#bloque_comentarios
Pedro Sánchez arropa al candidato a la presidencia de Madrid en la mayor ciudad gobernada por los socialistas en la región
Fuenlabrada no es un lugar cualquiera para el PSOE. La ciudad de casi 200.000 habitantes, la mayor que los socialistas gobiernan en la región, se ganó la condición de hebilla del otrora cinturón rojo del sur de Madrid en las elecciones de 2011, en las que el PP se acercó a los 140 alcaldes en una región con 179 ayuntamientos. En este tiempo, “pese a estar muy solo”, su alcalde, Manuel Robles, se ha convertido en el guardián de las esencias de la izquierda madrileña, con las políticas sociales por bandera, que el candidato autonómico, Ángel Gabilondo, espera “trasladar” al Gobierno regional.
Si Parla es la cruz del PSM,Fuenlabrada es la cara. Un Shangri-La donde Robles ha reforzado las ayudas “desde los cero años hasta la formación profesional”. Creando, además, un banco municipal de libros pionero en España. Por no hablar de los 750 niños que “al menos pueden hacer una comida importante al día” gracias al programa de comedor escolar: el Consistorio ya extendió a los meses de vacaciones del pasado verano las ayudas económicas otorgadas durante el curso escolar a aquellos hijos de familias por debajo de un determinado nivel de renta (Fuenlabrada destinó en 2013 más de 300.000 euros a ayudas de comedor y desayuno escolar). Quizás el mejor resumen es el reconocimiento, siempre en privado, del Gobierno regional y numerosos alcaldes del PP a la gestión del regidor. "Hemos tenido que suplir en la ciudad a un Gobierno regional insensible con los que peor lo pasan", expresó Robles.
Consciente del significado de Fuenlabrada en el imaginario socialista, Gabilondo y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, la escogieron para celebrar el Día de la Rosa. Y, sobre todo, para explicar el proyecto con el que pretenden acabar con los 20 años que el PP lleva gobernando, y aplicando sus políticas en solitario, la Comunidad. “Durante estos últimos 20 años la derecha madrileña ha fracturado con sus contrarreformas a la sociedad. Con sus recortes y políticas, han aumentado la desigualdad entre las clases medias trabajadoras”, subrayó Sánchez, que por segundo vez en tres días arropó a Gabilondo con su presencia, tras el inicio de la campaña el jueves en la plaza de la Villa. Un síntoma más de lo cerca que ven en Ferraz recuperar el Gobierno de Madrid.
Frente al "neoliberalismo, que confunden con libertad, del PP", Fuenlabrada inspira a Gabilondo. “Tenemos que interiorizar que lo público es más rentable, más sostenible, más eficiente y más barato. ¿No creen que quienes privatizan los servicios públicos lo hacen porque esconden alguna rentabilidad? Fuenlabrada ha marcado el camino, es un referente nacional. ¡Quiero las políticas sociales de Fuenlabrada para la Comunidad!”, afirmó el exministro de Educación y profesor de Metafísica ante unos 5.000 simpatizantes ajenos al calor.
En su intervención, Gabilondo volvió a dar una clase de por qué es el candidato mejor valorado, según las encuestas, como la de Metroscopia del Dos de Mayo para EL PAÍS. O el único que aprueba, como reflejó la de este viernes del CIS. Para empezar, porque Gabilondo no promete nada. Se compromete. "Les pido que lean el programa electoral de más de 100 páginas del PSOE", animó al auditorio. "Lo tienen en nuestra página web para cuando quieran, y yo pongo ese programa ante ustedes. Les doy mi palabra con ese programa. Yo soy mi palabra. Lo mejor que tengo. Lo único que tengo. Tengan claro que no pactaremos con nadie si no es en la dirección de ese programa por lo público y el deber cívico".
La oposición a embarrar la política, de entrar en el cuerpo a cuerpo y descalificar a otros candidatos, es otra de las características que definen a Gabilondo. El candidato del PSOE se mantuvo fiel a su estilo en Fuenlabrada. “Yo respeto a las otras formaciones, y lo hago diciendo en que no estoy de acuerdo con ellas. Eso de hablar de los otros candidatos… Que se olviden conmigo. Una posición íntegra es no utilizar el miedo ni para gobernar ni para intimidar. El PSOE va de propuestas y de pensar en los ciudadanos, no pienso descalificar a nadie. Aunque lo merezcan”.
“Determinación, toda la que haga falta. Pero creerse que uno es más enérgico por insultar a los demás me parece una debilidad. Yo quiero ser el presidente de todos. Conviene que la persona elegida tenga capacidad de lograr consensos y acuerdos. Si damos brochazos a los demás, será más difícil lograr acuerdos”, resumió Gabilondo. Fue su respuesta, la última semana, al endurecimiento del discurso de Cristina Cifuentes. La candidata del PP se ha referido a él estos días como "un paracaidista" -este lunes se cumplen tres meses de la destitución de Tomás Gómez- que nada tiene que ver con Madrid mientras destacaba su labor durante más de dos décadas en el Parlamento regional. Cifuentes también ha recordado que Gabilondo fue ministro con Zapatero, "en el peor gobierno de la democracia".
Ante las críticas del PP, Sánchez ya resaltó en el arranque de la campaña que estaba "de acuerdo" con Cifuentes "en una cosa: que en vez de manzanas tenían melones podridos", en alusión al protagonismo de cargos del PP en escándalos como Gürtel y Púnica (al PSOE le afectó en el caso de Parla). El líder del PSOE incidió esta mañana en las "dificultades" del PP: “La Comunidad necesita regenerarse, y el PP no ha sido capaz de hacerlo cuando presenta a Esperanza Aguirre al Ayuntamiento de Madrid"
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