_- En homenaje al profesor Antoni Domènech.
1.
Los recientes triunfos electorales de la derecha en Latinoamérica nos obligan a reflexionar acerca del quehacer de la política en nuestros países. Por cierto, debemos asumir que ninguno es una isla y ello nos relaciona entre nosotros y con otros factores, también decisivos, para comprender los hechos; es decir, el quehacer de la política es distinto en cada país y, aunque nuestro quehacer tiene cosas en común, debemos considerar con seriedad nuestras diferencias y las que tenemos con otros continentes. De eso trata este trabajo.
Por más que nos parezcan razonables ciertos acontecimientos, o incluso indiscutibles, en política pueden ocurrir cosas distintas. De hecho, ocurren muchas cosas que, pareciera, no se corresponden con los datos evidentes de la realidad. Es como cualquier acaecimiento en la realidad que, al observarlo con detención, sufre cambios en su trayectoria producto de múltiples factores ajenos a aquellos que le dieron origen. Un caso típico son los acuerdos políticos. Se puede estar de acuerdo con determinadas conductas u opiniones, tanto entre personas como entre partidos políticos, pero, por razones ajenas a ese común acuerdo, por fundamentales que sean los puntos de coincidencia, no hacer nada en conjunto, o si, y unirse o formar una alianza política. Esas son instancias tradicionales del quehacer de la política y, en esta, la suerte nunca está echada.
Analizar un conjunto de argumentos políticos y críticamente dar cuenta de ellos puede no cambiar nada en el quehacer de la política, pero permite saber de qué hablamos cuando usamos estos argumentos y, posteriormente, saber cómo nos comportamos frente a los hechos que provocamos o en que participamos.
Hace algo más de un año, publiqué un artículo (http://www.elmostrador.cl/destacado/2016/12/12/crisis-terminal-del-capitalismo-un-pronostico-sensato/), en que llamaba la atención sobre el peligro de las guerras como camino capitalista de solución a las depresiones económicas, como la iniciada el 2008. Cuando lo escribí aun no ganaba Donald Trump la presidencia norteamericana. También, recordaba cómo reaccionaron los diversos actores sociales en las anteriores depresiones, de fines del siglo XIX y comienzos del XX, y me parecía que debíamos aprender de sus argumentos y de lo hecho por cada uno de ellos. Por cierto, teniendo presente que hoy tenemos Izquierdas distintas, provenientes de diversas tradiciones, y que escribo desde Latinoamérica. Finalmente, me preguntaba sobre el efectivo aporte de los actuales gobiernos progresistas de Latinoamérica al logro de mayor justicia social, en el contexto de sus proyectos de Estados de Bienestar con economías mixtas.
En este año se han discutido los logros, crisis e incluso los fracasos de estos gobiernos. En este debate han participado todas las Izquierdas, y no sólo la derecha. La corrupción, en distintos grados, ha desempeñado un rol importante en las crisis de prácticamente todos los gobiernos de Izquierda en Latinoamérica; aunque, por cierto, no es lo mismo la situación y los efectos que ha tenido en Brasil o Argentina o Perú, que en Chile, Ecuador o Uruguay. Más allá de derrotas o triunfos electorales, los hechos han mostrado que la repuesta es necesaria y más compleja que lo esbozado hace un año, y hoy me parece necesario intentarla.
2.
En las últimas décadas, las Izquierdas latinoamericanas, integrando distintas alianzas, formaron gobiernos en países grandes y pequeños; algunos con importantes riquezas naturales exportables y otros casi carentes de ellas; unos con Estados que tienen instituciones robustas y consolidadas y otros con una frágil institucionalidad. Tal como lo han reconocido organismos internacionales, como el PNUD, lo logrado por estos gobiernos se resume en la reducción decisiva de la pobreza, y el acceso de los pobres y capas medias a derechos sociales como la salud y la educación. Pero también, por la creciente participación de sus sociedades de derechos civiles fundamentales; en particular las mujeres, sus pueblos originarios y la diversidad sexual.
En efecto, es evidente que nuestros países han tenido un importante retraso, respecto a Europa y buena parte del planeta, en el acceso a derechos civiles básicos de mujeres, niños y niñas, diversidad sexual, pueblos originarios y trabajadores. La pregunta es: (1) ¿Estos avances son suficiente argumento para considerar estos gobiernos como una herramienta exitosa para lograr transformaciones en el continente?
Nunca es bueno generalizar, y la realidad de cada país es diferente. Pero a todo este tipo de gobiernos, y desde hace varias décadas, se los ha llamado Estados Sociales o Estados de Bienestar.
Para aclarar lo que decimos con esto, lo primero es recordar el debate de la segunda mitad del siglo pasado que, en Latinoamérica, en la década de los sesenta, enfrentó los proyectados Estados de Bienestar con la vía hacia el Socialismo que inauguró Cuba en nuestro continente. Este último camino proponía garantizar derechos sociales a todos, mientras el bienestarismo de ese periodo sólo ofrecía una participación limitada de derechos civiles, no los consideraba a todos, y derechos sociales restringidos por sus criterios utilitaristas. Pero, además, en Latinoamérica estos procesos bienestaristas ocurrían con muchas dificultades, producto de Estados cuyas instituciones históricamente habían sido “instrumento de dominación” de terratenientes y capitalistas ([1]).
Entregar algunos beneficios focalizados, derechos sociales a cuentagotas, que debían dar una sensación de mayor bienestar, concedió un respiro transitorio al sistema, pero no podría detener las aspiraciones de universalización de los derechos. Los Estados Latinoamericanos no fueron democratizados, como los europeos tras la Segunda Guerra Mundial. En general, no buscaban ni entregaban condiciones universales de libertad, ni tomaron medidas redistributivas. Por tanto, era evidente que estos proyectos de bienestar del siglo pasado buscaron evitar que los cambios, que pedían los pueblos, comprometieran las bases del sistema capitalista y, durante la Guerra Fría, los norteamericanos los apoyaron para enfrentar la amenaza del ejemplo cubano. Por cierto, sobre la base que la modernización del sistema que proponían estos proyectos, sólo se entregaría algunos beneficios focalizados, derechos políticos y sociales, que debían dar una sensación de mayor bienestar, pero no cambios sustantivos. No parece necesario dar cuenta en detalle ni del fracaso de los llamados Socialismos Reales, ni del de los Estados de Bienestar en nuestra Latinoamérica de ese entonces.
En la década del noventa, tras el triunfo de la democracia sobre las dictaduras en todo el continente, cerrado el capítulo de la Guerra Fría, se forman alianzas de gobierno que reponen las propuestas de la década de los sesenta, de impulsar Estados de Bienestar utilitaristas, pero ahora con Estados e instituciones remozados por la recuperación democrática. El experimento chileno, de las dos décadas de gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia, ejemplifica bien el proceso y su fracaso, repitiendo lo ocurrido en los sesenta, pero por otros motivos. En los albores del siglo veintiuno, la sociedad exigía un claro compromiso con la fraternidad y acceso y exigibilidad de los llamados Derechos Sociales; es decir, que estos sean universales y Constitucionales, elementos que no existían en el anterior programa utilitarista de bienestar.
Entre tanto, los nuevos Estados sociales que estaban surgiendo en todo el continente aprendían la lección, colocando en el centro el acceso fraterno a los Derechos Sociales; es decir, un compromiso con la Dignidad de todos, de enfrentar las desigualdades con medidas redistributivas, de participación social y de cambios en sus Constituciones, que garanticen la exigibilidad de estos derechos básicos.
3.
Lo importante es tener claro cuál ha sido el aporte de estos remozados proyectos de Bienestar. De paso, me parece necesario responder algunos argumentos que ha expuesto el Profesor Noam Chomsky respecto a la Izquierda Latinoamericana. Porque creo que, a pesar que en algunos países no han logrado detener la corrupción y el populismo, ello no significa el fracaso de los nuevos proyectos de Izquierda, que el mismo había elogiado pocos años atrás. Aunque valora lo logrado respecto a “reducir la pobreza y potenciar la democracia”, su crítica se ha centrado en que “los gobiernos de izquierda no aprovecharon la oportunidad que tuvieron para crear economías sostenibles”, y se “unieron a la élite extremadamente corrupta, la cual está robando todo el tiempo, y tomaron parte en ello, desacreditándose a sí mismos”. A pesar de todo, Noam Chomsky señala que estos problemas “se pueden superar” con más democracia. Comparto su confianza, pero creo necesario aclarar en qué se basa este optimismo y, tal vez, la respuesta está en precisar qué quiere decir, en cada país de nuestro continente, avanzar en democracia ([2]).
Me parece que esta crítica desconoce el significado profundo de los avances en democracia para los latinoamericanos, que han significado la incorporación de amplios sectores a los derechos políticos y sociales. Tampoco me parece clara la critica a los limitados cambios en las estructuras económicas, tomando en consideración su historia, diferente en cada país, y como se llegó al predominio de economías extractivistas en el continente. Pero, además, creo que no considera la inestabilidad e incertidumbres de la economía a nivel global en la última década. Por cierto, esto es aún más complejo si consideramos cada país con sus distinciones. Un lector mexicano o chileno difícilmente podrá comprender las diferencias políticas al interior del peronismo argentino, o un colombiano o argentino los matices ideológicos en las últimas elecciones presidenciales en Perú, en las de Chile o en el debate político brasileño, sólo por mencionar unos pocos países del continente con sus conflictos de ideas y hechos políticos.
Parece que previamente debemos preguntarnos (2) ¿Por qué se han podido imponer en el continente gobiernos con este grado de compromiso social, sin el temor por la existencia de un sistema socialista alternativo al capitalismo, u otro?
Me detengo primero en la promesa de derechos para todos. Fue Antoni Domènech quien abordó con mayor claridad este aspecto ([3]). Hasta que las revoluciones francesa y norteamericana elevaron la Fraternidad al nivel de la Libertad y la Igualdad los derechos eran privilegio sólo de unos pocos. El Pueblo francés se había levantado y defendido la democracia, extendiendo los derechos a todos. Los alzados eran el llamado tercer estado, conformado por las clases domésticas, mujeres, niños y servidumbre, trabajadores, artesanos, y clases medias burguesas, todos los pobres y marginados, aquellos que podían y debían unirse contra el sistema de dominación impuesto por los ricos terratenientes, mineros, y la nobleza, llamados el primer estado y el clero, el segundo estado ([4]).
La revolución, que había derrocado el Antiguo Régimen señorial francés, abrazó fraternalmente al tercer estado, en una sociedad emancipada. En particular, las llamadas clases domésticas por vez primera se hermanaban con el resto en igualdad de derechos. Hasta entonces, en general, quienes se decían republicanos querían proteger la libertad solo para una cierta clase de hombres, sólo hombres, dentro de su propia comunidad política, y no para todos. Desde 1792, la palabra democracia había pasado de significar el gobierno de los hombres libres-propietarios, a ser la universalización de la libertad republicana. Este fue el compromiso de la fraternidad que perdura hasta hoy en el ideario de las Izquierdas.
Detengámonos un poco más en el punto anterior. La fraternidad es una idea vinculada a la reciproca libertad de todos, a la necesaria hermandad, y por tanto a la democracia. Y reconocerse parte de ese compromiso fraterno es políticamente relevante.
Usamos el termino fraternidad para referirnos a diversas formas de afectos, pero en la tradición anterior a la Revolución Francesa era un concepto asociado a la dominación patriarcal. San Pablo había atribuido a Dios esta dominación. Se trataba aquí de una exigencia, en particular a los pobres y a las mujeres, de sometimiento; “fraternidad como reconciliación de las llamadas clases domésticas, las mujeres, los criados, los siervos de la gleba con los padres de familia que eran los miembros de la sociedad civil” ([5]).
A partir de 1792, fraternidad se convierte en parte substantiva de la igual libertad para todos, para propietarios y para no propietarios, para los campesinos y los artesanos, para mujeres y sirvientes, como si todos pudieran llegar a ser propietarios. Emancipados, todos son sujetos de derecho, hermanados en el compromiso social. La fraternidad, como la usaron las revoluciones francesa y norteamericana, es el compromiso y el acceso a la igual libertad de todos, es una tarea pendiente, por la que los pueblos en Latinoamérica no quieren esperar.
Bernie Sanders (http://www.sinpermiso.info/textos/el-socialismo-debe-ser-competente-entrevista) relaciona fraternidad y solidaridad: “Los franceses tienen la libertad, la igualdad y la fraternidad, son valores que me parecen bien. Aquí expresamos las cosas con otras palabras, hablamos de solidaridad. Pero todos estos valores nos remiten a una misma pregunta: ¿todos los hombres han sido creados iguales? Si la respuesta es que sí, como proclama nuestra Declaración de Independencia, todos tienen los mismos derechos de base: el derecho a la sanidad, a la educación, a un empleo decente, a la posibilidad de respirar un aire no contaminado, a no ser víctimas de discriminación racial…Es un valor moral, era verdad hace doscientos años y lo sigue siendo hoy en día” ([6]).
Ya sabemos, entonces, que las Izquierdas sólo pueden dialogar entre ellas sobre la base de reconocer en la fraternidad un principio fundamental para conquistar la Justicia Social; la justicia social es para todos y con todos.
Pero esto no es suficiente para responder a la primera pregunta (1). Me detengo, entonces, en un segundo aspecto; el lugar de Latinoamérica en el sistema capitalista.
Efectivamente, mayoritariamente, somos países productores de materias primas, cuyas “grandes riquezas”, como dice Chomsky, nuevamente en general, “solo han servido para enriquecer a un pequeño sector de la sociedad y las empresas multinacionales” ([7]). Y en estos países, después de la primera mitad del siglo veinte, se desplegaron, o intentaron, diversos procesos de nacionalización y de tributación sobre la explotación de estos productos, procesos que dieron paso, como respuesta, a brutales dictaduras. Pero, y a pesar del triunfo de las democracias en los ochenta y noventa, estas poderosas transnacionales y los capitalistas de nuestras propias naciones siguen teniendo un enorme poder económico y político. Estos poderes han sido la principal fuente de corrupción y, en algunos países, se han unido al narcotráfico logrando amplios niveles de control social y económico.
En ambos casos, en Latinoamérica nos encontramos con la amenaza permanente, directa, del vaciamiento de las instituciones democráticas, por la presión ilícita de poderes constituidos de hecho, que acumulan un poder privado que muchas veces ya ha sido capaz de desafiar a la razón pública, a la deliberación pública, a sobreponerse a los parlamentos. Incluso, han intentado subyugar mediante el dinero o la fuerza a gobiernos enteros. A todo ello también se han enfrentado los nuevos Estados Sociales.
Me parece que en el análisis de Chomsky se olvidan distinciones relevantes. América Latina no es ni Europa ni Asia, China incluida. Nunca es bueno hacer generalizaciones, porque ocultan las grandes diferencias entre regiones o países. Pero, pareciera evidente que las condiciones en que se ha dado la globalización capitalista ha inducido a marcadas diferencias regionales. Y, en general, mientras en Asia se impulsó el desarrollo de actividades económicas con una mayor integración de sus sectores productivos tradicionales y de los modernos, integrados a ciencia y tecnología y a los mercados internacionales, nuestro continente vivió otra realidad. La abundancia de recursos naturales, la rápida apertura de los mercados internacionales, favorecidos por nuestra siempre peligrosa vecindad con los EEUU, indujo a los países latinoamericanos a volver a la especialización en la producción de materias primas. Por cierto, no debemos olvidar que estos procesos fueron impuestos en nuestro continente en contextos de dictaduras, represión social, asesinatos, desapariciones, una importante presencia norteamericana y control de las grandes transnacionales.
Es evidente que los triunfos de gobiernos de Izquierda, ocurrido en las décadas pasadas fueron, además, respuesta a la ofensiva desreguladora del capitalismo, neoliberal. Sus logros tienen que ver, también, con el fracaso del modelo y el inicio, el 2008, de la mayor recesión mundial desde la de los años treinta. Me refiero a la crisis estructural de la primera mitad del siglo veinte, que recordamos porque abrió el camino a la mayor conflagración bélica de nuestra historia.
Creer que estos gobiernos de Izquierda podrían cambiar, en democracia, en una década sus estructuras económicas, logrando “economías más sostenibles”, menos dependientes de la exportación de recursos naturales, como todos querríamos, junto a Chomsky, no parece realista. Entonces, pretender que el ajuste de nuestras economías a las nuevas condiciones internacionales, que nuestros países desarrollan hoy con democracias, es y será rápido y sin conflictos tampoco parece realista.
El proceso de acceso fraterno y exigible de los derechos sociales fundamentales, que ya estamos viviendo en el continente, iniciado por estos gobiernos de Bienestar de segunda generación, será con todos los desafíos propios que hoy tenemos en cada país, y estará en el centro de la confrontación social en las próximas décadas. Con las dificultades, además, de los conflictos que nos ha generado una globalización controlada por los intereses de las transnacionales y los Estados Unidos, y un desenlace de su crisis en la que no tenemos un rol mayor.
No olvidemos que nuestro vecino del norte, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y producto de los acuerdos de Bretton Woods, quedó en la posición excepcional de país globalmente dominante. Bretton Woods formalizó con cierto realismo los hechos económicos resultantes de la Segunda Guerra Mundial. La economía estadounidense estaba en una posición mucho más sólida que cualquier otra economía capitalista en el mundo, pues Europa y Japón debían reconstruirse. El famoso encuentro estableció las nuevas reglas del sistema capitalista y las instituciones económicas internacionales que velarían por su cumplimiento; lo que significó que, hasta hoy día, quedaron bajo control estadounidense. Recordemos el lugar que ocupa el dólar, y todos los privilegios de que disfruta Estados Unidos a través de las organizaciones de comercio internacional, y de instituciones como el Fondo Monetario, el Banco Mundial, etc.
Tras la debacle del 2008 se inició una recesión mundial que requiere soluciones globales. Ni Europa, ni China, ni Rusia ni otras potencias económicas están disponibles para mantener estos acuerdos. Es predecible que esta situación no podrá ser superada sin una tenaz confrontación entre los nuevos poderes económicos del sistema. El proyecto de enfrentarlo con algunas reformas y regulaciones se entiende enterrado por el gobierno de Donald Trump. Hoy no parece posible un nuevo Bretton Woods que, con alguna novísima fórmula neo-keynesiana, resuelva los problemas del sistema y de salida a la crisis global.
El avance de los diversos proyectos de economías mixtas en Latinoamérica en las últimas décadas ha significado un paso determinante para el triunfo de la fraternidad. Han implicado la incorporación de millones de personas al ejercicio de derechos fundamentales, como la educación, salud y previsión, junto a los clásicos derechos civiles. Esto da sentido a los Estados de Bienestar de segunda generación como herramientas de Justicia Social. Por cierto, sus diferencias con los proyectos anteriores son substantivas, no sólo porque estos dejan atrás el utilitarismo del proyecto de las décadas anteriores, sino porque este bienestarismo de derechos es un triunfo de la fraternidad y, al avanzar en la redistribución de la riqueza, coloca los derechos fundamentales como objetivo social. Y no olvidemos que algunos países los han incorporado a sus nuevas Constituciones haciéndolos exigibles e incluyendo en estas el reconocimiento y valoración de sus pueblos originarios.
Nuestros países no son ni Europa ni China ni Norteamérica. El cambio, en democracia, de la matriz económica serán procesos largos y complejos, donde cada país es diferente y hará su camino. Que más quisieran todas las Izquierdas, y es parte de la discusión en la mayoría de nuestros países, que reducir significativamente el peso de los ingresos del extractivismo y las materias primas en el PIB de cada país. Sobre todo, ahora que el mundo vive la inestabilidad de una gran recesión.
Ya los avances en la diversificación de la producción y el procesamiento de los productos ha sido un paso significativo. Las alternativas políticas y económicas para avanzar en derechos en cada país son distintas, y responden a muchos y diversos factores. Chile ha avanzado significativamente en Derechos Sociales, en particular al lograr progresos en la gratuidad de su educación, haciendo una reforma tributaria profundamente redistributiva, pero, con unos costos políticos que fueron tardíamente comprendidos y que le significaron a la Izquierda una importante derrota electoral, que otros países han evitado.
4.
Para responder mejor a la segunda pregunta (2) creo que debemos detenernos en una herramienta que siempre ha sido necesaria, que ayuda a comprender, pero que, como veremos, no explica lo ocurrido en estas últimas décadas.
Adam Smith nos recordaba que “las pasiones originales de la naturaleza humana” pueden contrarrestar “la máxima vil de los capitalistas”, de “los amos de la humanidad”, como les llama ([8]). En el primer párrafo de su Teoría de los sentimientos morales (1759), señala que “por mas egoísta que se pueda suponer al hombre, existen evidentemente en su naturaleza algunos principios que le hacen interesarse por la suerte de los otros, y hacen que la felicidad de estos le resulten necesaria, aunque no derive de ella nada más que el placer de contemplarla” ([9]). Daniel Dennett nos entrega buenas justificaciones evolucionarias para esta idea de Smith y, cuando se refiere a nuestra capacidad de sobrepasar nuestras capacidades biológicas, nos recuerda que “aprender no es un proceso que valga para todo, pero los seres humanos tienen tantos artilugios que valen para todo, y aprenden a sacar provecho de ellos con tal versatilidad, que la capacidad de aprender, a menudo, puede ser tratada como si fuera un regalo de no estupidez enteramente neutral respecto al medio y neutral también respecto al contenido” ([10]).
Mientras más sabemos, más difícil es justificar las desigualdades, y más solidarias y fraternas son nuestras sociedades. Eso es lo que logran los Estados Sociales en nuestro continente, imponiéndose con ellos el avance hacia la exigibilidad de los Derechos Sociales, fraternalmente, para todos, aunque ya no exista el temor al socialismo, como durante la Guerra Fría. Resulta evidente que lo que resulta necesario fue todo el proceso de lucha social que permitió recuperar la democracia y reformar nuestros Estados, en los mismos tiempos en que Europa debatía la consolidación de la Unión Europea sobre la base de Derechos Sociales exigibles, y el mundo entero enfrentaba la desregulación salvaje del neoliberalismo. Por cierto, hay muchos otros factores que confluyeron en el continente y en cada país, pero en todos ha sido relevante la superioridad que entregan los rápidos aprendizajes sociales.
Es evidente que ninguna mano invisible tiene poder explicativo por sí misma, ni lleva necesariamente a algo como, al parecer, si creía Smith ([11]). Reitero, lo que era necesario fue la lucha social que recupera la democracia.
Creo que nunca faltarán quienes quieran ver en la mano invisible el mecanismo ordenador de la historia, o del capitalismo, o del mercado, o del mismo Estado, que no es. Friedrich von Hayek lo asimilo a un orden espontaneo y Robert Nozick dedicó mucho esfuerzo en darle un lugar central en sus argumentos para reducir el Estado y lograr su justificación moral. Argumentos que ya han sido ampliamente rebatidos ([12]).
No es la única ocasión en la historia en que han ocurrido hechos de este tipo. Recordemos, al respecto, el notable discurso fúnebre de Pericles (494-429 a.n.e.), que tanto admiraba el profesor Domènech, en que rinde homenaje a su propio pueblo por el logro, entonces único, de una democracia de la que se sentía orgulloso, aunque estaban acosados por una guerra que perderían. Y lo lograron sin otra presión que, algo que llamamos, la necesidad humana de justicia: “Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos; más que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos servimos de modelo para algunos. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia; respecto a las leyes, todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo” ([13]). Sí, no han leído mal, los pobres, que son mayoría, participaban en igualdad de derechos del poder. Por cierto, era una democracia sólo de hombres y libres. Pero los Estados Latinoamericanos, hasta bien entrado el siglo veinte, no eran más avanzados y requerían que los ciudadanos fuesen propietarios para tener derecho a voto, y solo los hombres.
Respondo entonces la primera pregunta (1). Se equivocan quienes creen que estos proyectos han fracasado, al no lograr cambiar el modelo capitalista o su matriz económica continental basada en la exportación de materias primas. Equivocan el camino de su crítica. Efectivamente, hubo quienes incluyeron estas ideas en sus programas, y aquellos que lo ofrecieron no lograron avances significativos. Pero los triunfos sociales, ya mencionados, son de gran relevancia para el presente de sus pueblos, para los futuros diseños de nuestras economías, superando el extractivismo, y para consolidar un rol independiente, de las presiones norteamericanas y de las grandes transnacionales, en la disputa por un nuevo trato en el futuro de la globalización.
Comparto con Noam Chomsky su crítica implacable a la corrupción, pero creo que ya podemos aclarar qué significa en nuestros países aquello de “potenciar la democracia”. Por cierto, lo logrado no ha cambiado el modelo. Pero es evidente que sus transformaciones están en el camino de la libertad e igualdad, pero sobre todo de la tan pendiente fraternidad en Latinoamérica, incorporando a todos a la pretensión de la igual libertad. Este camino siempre aportará a superar el sistema capitalista y será fuente relevante para la unidad de las Izquierdas en las próximas décadas.
Somos un continente sometido a fuertes presiones políticas y económicas las que, sumadas a la corrupción y los errores de las Izquierdas, hacen inevitables los retrocesos, los que se expresan en cada país en forma diferente. El aprendizaje es tarea de esta década, pues la implementación de transformaciones de gran envergadura, en democracia, requiere periodos prolongados de triunfos electorales, tarea pendiente de las Izquierdas en la mayoría de nuestros países. Frente a los cambios en el mismo sistema capitalista, ya se asoman otros desafíos necesarios, como la implementación de la Renta Básica Universal en nuestros países, y lograr acuerdos continentales eficaces para enfrentar los nuevos desafíos de la globalización.
Entonces, estos nuevos Estados de bienestar, de economías mixtas, de derechos sociales exigibles, universales y constitucionales, son una victoria de la Justicia Social, de esos principios altruistas de la humanidad, que son los mismos que promueven las diversas Izquierdas. Los éxitos alcanzados por estos proyectos, en general, han mostrado su realismo; aunque algunos no hayan logrado enfrentar con energía la corrupción o avanzar en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado o instalar reformas tributarias redistributivas que consoliden estas conquistas de derechos sociales, hayan perdido elecciones con la derecha o, incluso, alguno haya profundizado su dependencia del extractivismo. Todo esto puede ser transitorio si se han consolidado las transformaciones y se mantiene la lucha social.
Estos argumentos sustentan mi optimismo y, creo, no son contradictorios con el optimismo expresado por el profesor Chomsky, pero aclaran su fundamento.
Notas:
[1] Lechner, Norbert (2014), pág. 258; Obras III, F.C.E., 412 págs.
[2] Noam Chomsky; Los cambios en Sudamérica son inspiradores, entrevista, BBC Mundo, 24-06-2009. https://www.infobae.com/america/america-latina/2017/04/14/duras-criticas-de-noam-chomsky-a-los-gobiernos-latinoamericanos-de-izquierda-de-la-ultima-decada/. https://www.democracynow.org/es/2017/4/5/chomsky_leftist_latin_american_governments_have.
[3] Domènech, Antoni (2004); El eclipse de la fraternidad, Editorial Crítica.
[4] Domènech, Antoni (2013); La metáfora de la fraternidad republicano-democrática revolucionaria y su legado al socialismo contemporáneo, Revista de Estudios Sociales No. 46, págs. 14-23, Bogotá, mayo - agosto de 2013.
[5] Domènech, Antoni (2013). “La humanidad es una sola, no un cúmulo de culturas cerradas”. Entrevista en La Habana, Revista Sin Permiso.
[6] En Chile, Patricio Zapata, un Demócrata Cristiano partidario de los Derechos Sociales para todos, ha señalado también que: “El vínculo que une a todas las personas que integran la sociedad política, y que las hace a todas, y a cada una de ellas, corresponsables de lo que ocurre con la comunidad y con los demás, se llama solidaridad”. Zapata, Patricio (2015); La casa de todos, Ediciones UC, pág. 129.
[7] http://www.hispantv.com/noticias/sudamerica/347876/empresas-transnacionales-neoliberales-america-latina-eeuu-chomsky.
[8] Smith, Adam (2007), pág. 524; La riqueza de las naciones (1776), Alianza Editorial.
[9] Smith, Adam (2013), pág. 49. Teoría de los sentimientos morales (1759), Alianza Editorial.
[10] Dennett, Daniel, La peligrosa idea de Darwin, Galaxia Gutenberg, 1999, pág. 822. También en pág. 786; “Esta es nuestra trascendencia, nuestra capacidad para ‘rebelarnos contra la tiranía de los replicadores egoístas’”.
[11] Smith, Adam (2013), pág. 324; “Una mano invisible los conduce a realizar casi la misma distribución de las cosas necesarias para la vida que habría tenido lugar si la tierra hubiese sido dividida en porciones iguales entre todos sus habitantes, y así sin pretenderlo, sin saberlo, promueven el interés de la sociedad y aportan medios para la multiplicación de la especie”. Smith, Adam (2007), pág. 554; “…el busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros, una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus propósitos”.
[12] Nozick, Robert (1974), Anarquía, Estado y utopía, FCE; pág. 118 y, en particular págs. 121-122, el capítulo: “La explicación de mano invisible del Estado”. Joseph Stiglitz, ha señalado que el debate de esta mano invisible, con algún poder explicativo, es un error; “Las teorías que desarrollamos explican por qué los mercados sin trabas, a menudo, no sólo no alcanzan justicia social, sino que ni siquiera producen resultados eficientes. Por determinados intereses, aún no ha habido un desafío intelectual a la refutación de la mano invisible de Adam Smith: la mano invisible no guía ni a los individuos ni a las empresas -que buscan su propio interés- hacia la eficiencia económica” (todas las cursivas son mías); en http://www.beppegrillo.it/eng/2007/01/stiglitz.html.
[13] Tucídides; Discurso fúnebre de Pericles (aprox. 431 a.n.e.), Revista Estudios Públicos, Nº 11, 1983, Santiago, Chile.
Gonzalo Rovira S. Político de la izquierda chilena. Profesor de Filosofía. Autor del libro "Topías y utopías, los nuevos proyectos sociales" (Bravo y Allende).
Fuente:
www.sinpermiso.info, 4-2-18
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miércoles, 14 de marzo de 2018
_- El miedo a la fraternidad
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lunes, 25 de septiembre de 2017
_- En la muerte de Antoni Domènech (1952-2017)
_- Daniel Raventós
21/09/2017El 17 de septiembre murió Antoni Domènech y el 20 tuvo lugar su sepelio. Dos días después hubiera cumplido 65 años. En este acto hablaron, por este orden: Ernest Urtasun y David López, por la familia, y sus amigos Concha Roldán, David Casassas y Daniel Raventós. Reproducimos a continuación, traducidas y con los enlaces a los textos originales, las palabras que éste último dirigió a los asistentes en la despedida de Antoni Domènech, editor general de Sin Permiso. SP
Tener que hablar unos minutos en este acto por la muerte de Toni es duro para mí, como lo es para los miembros de su familia, pero lo hago porque nada me podría impedir dirigir estas breves palabras de homenaje que me han pedido que haga.
Tiempo habrá de hacer actos en recuerdo de su inmenso legado académico y también político, ambos difícilmente separables, pero hemos acordado con su compañera María Julia, su hija Marta, su yerno David, su hermana Roser, sus sobrinos Ernest y Eduard, y su cuñado Xavier, que hoy sea una despedida del Toni más político, porque así lo hubiera deseado él, como todos sus más íntimos estamos convencidos. No será pues hoy que me extenderé sobre su lúcida y aguda opinión sobre las miserias académicas, que comportaban como él decía sin concesiones a la galería hacer "amiguetes" (fer amiguets, suena más duro en la lengua en la que nosotros hablábamos) de forma creciente. No éramos ninguno de los dos demasiado comprensivos con determinadas tonterías que además afectan al erario público y a miles de estudiantes. Pero él menos. Era muy inclemente con quienes confundían un buen currículum académico con una buena y meritoria investigación. Me comentaba muchas veces, aunque no me está permitido decir nombres ¡lástima!: "el currículum se puede fabricar con contactos, devolución de favores, citas cruzadas y mezquindades similares ... pero sólo los necios y pobres de espíritu pueden confundir estos juegos de manos con una genuina investigación." He elegido "necios y pobres de espíritu" para no tener que escribir más duras y merecidas palabras que Toni disparaba sin manías.
Y ¿qué decir en pocas palabras de su pensamiento político? Mencionaré sólo 6 aspectos que no abarcan ni mucho menos todo su inmenso legado, pero que lo definen creo que muy bien. Y preferiré decirlo más con sus palabras que con las mías. Las suyas son mejores.
1. Enemigo implacable del posmodernismo y de su no inútil sino perniciosa aportación a las ciencias sociales y, por supuesto, a la política.
Le gustaba emplear una frase de su amigo Mario Bunge algo ampliada y modificada con el fin de liquidarse en un plis-plas al postmodernismo: "El postmodernismo, como los artículos adulterados, corrompen la cultura, ponen en peligro la búsqueda de la verdad y hacen perder tiempo a todos". Cuando quería dedicar páginas eruditas a la miseria postmoderna lo hacía con menos clemencia.
2. Algún medio de comunicación y en este caso creo que sin la menor mala intención, sino simplemente ignorancia extrema, ha llegado a decir que Toni continuó su formación con Wolfgang Harich y… ¡Walter Ulbricht!, que como todos sabéis fue del 50 al 71 el principal dirigente del Partido en el poder en la estalinista RDA. Harich pasó 8 años en las cárceles de la RDA de 1956 a 1964 por haber firmado un manifiesto democrático. En las cárceles del régimen de Ulbrich. Comprobar cómo salió de la cárcel Harich, 8 años después de haber entrado, conmocionó mucho a Toni, como me contó varias veces. Con Harich tenía una especial admiración. “Si tu dices que tengo memoria, tendrías que haber conocido a Wolfgang, ¡aquello sí que era una memoria prodigiosa!”. Y me contaba unas anécdotas sobre esta memoria de Harich que no tienen desperdicio.
En diciembre de 2005 escribía: “Todos los totalitarismos de la pasada centuria –el nazi-fascista y el estalinista del segundo cuarto del siglo XX y el neoliberal del último cuarto— se han apoyado de uno u otro modo en filosofías relativistas: en filisteísmos epistemológicos o éticos.”
En una entrevista de finales de 2006 decía:
“Muy pronto los dirigentes comunistas más cultos y valiosos, como Joaquín Maurín y Andreu Nin (ambos procedentes del anarcosindicalismo), se percataron de la naturaleza sectaria y políticamente tornadiza del fenómeno estalinista y de la involución burocrático-tiránica de la URSS, y se alejaron o fueron expulsados del pequeño Partido Comunista de España. Pero ese pequeño partido sectario, que había saludado el advenimiento de la II República el 15 de abril de 1931 con la estólida consigna de ‘abajo la república burguesa’, creció exponencialmente a partir del golpe de Estado del 18 de julio de 1936.
El grueso de las corrientes socialistas –socialdemocracia clásica (Bernstein, Rosa Luxemburgo, Kautsky, Largo Caballero), anarquismo (Bakunin, Kropotkin, Durruti), comunismos de izquierda (Trostsky, Korsch, Andreu Nin) o de derecha (Paul Levi, Bujárin, el último Gramsci, Joaquín Maurín)— no sobrevivieron entre 1930 y 1950 a la máquina trituradora combinada del fascismo, el estalinismo y la guerra fría.”
3. Defensor e innovador muy original del republicanismo democrático. Éste, en mi opinión, es el legado más importante y propio de Toni, si tuviera que escoger solamente uno. Sus libros están dedicados al republicanismo y una buena parte de sus artículos, por no decir la inmensa mayoría, también. Imposible ni siquiera de forma groseramente esquemática apuntar ahora algo al respecto que le haga una mínima justicia, pero una cita de una entrevista hace poco más de 4 años puede servir:
“Si queremos ser fieles al espíritu ético-moral del republicanismo democrático clásico y del socialismo marxista clásico que se deriva de él, nuestra tarea es civilizar al Estado, democratizarlo en serio. El Estado es un monstruo burocrático a medio civilizar, porque las repúblicas democráticas que trajo a Europa el movimiento obrero después del final de la I Guerra Mundial fueron truncadas por el fascismo, por un lado, y el estalinismo, por el otro.”
4. Defensor del derecho de autodeterminación de las naciones. Tema muy actual. Hoy, día de su sepelio, algunas calles de Barcelona están llenas de gente concentrada para protestar por el atropello de las libertades democráticas por parte del Gobierno del partido Popular. Cuando en el año 2012, una persona (iba a poner el nombre, pero no vale la pena) le pidió a Toni la firma de un documento supuestamente federalista, la respuesta fue:
“Gracias, amigo C. Ya lo había recibido por otros lados. Pero yo no puedo suscribir un manifiesto pretendidamente federal que no reconoce claramente de entrada, sin reservas, el derecho de autodeterminación de los pueblos de España, referéndum incluido. No es ni política ni intelectualmente creíble un ‘federalismo’ así, y estoy convencido de que no hará sino cargar de razón democrática a los independentistas. Con respeto y afecto.”
¡Qué habría dicho del mezquino manifiesto “1-O estafa antidemocrática. No participes. No votes!” que hace pocos días acaba de salir! O del manifiesto firmado por profesores de universidades españolas en contra del derecho de autodeterminación de Catalunya. No es difícil de imaginar, en realidad es muy fácil.
5. Toni fue un gran admirador de Robespierre y de su papel en la Revolución francesa. Toni no se cansaba de repetirlo. Catalogar de burguesa la Revolución francesa era para Toni no haber entendido una palabra de aquella revolución. De ahí su admiración por el gran historiador de la revolución y seguramente el mejor conocedor de Robespierre, Albert Mathiez. Para Toni la consideración de la revolución francesa como revolución burguesa era una muestra de la vulgarización de determinado marxismo mainstream. Mainstream lo pongo yo para ser cortés. Toni decía “descerebrado”.
6. Y para terminar en algún lugar:
La construcción de Sin Permiso desde hace más de 12 años fue un legado al que más esfuerzos político dedicó en su última etapa. Él era el editor general y aunque había momentos en que podía dedicarse más y otros, especialmente en los 5 o 6 últimos meses de su vida, mucho menos, siempre ejercía el papel de editor general. Sin Permiso fue algo de lo que se sintió muy feliz de haber empezado y muy orgulloso del éxito que fue teniendo a lo largo del paso de los años. ¿Qué era Sin Permiso para Toni? Él mismo lo contaba en una presentación que hizo de la revista en Buenos Aires y que tiene el valor añadido de representar una muestra de su forma de entender la política:
“SinPermiso está abierto a quienes piensan, con Rosa, con Mariátegui y con Gramsci, que la verdad es "revolucionaria", lo que era su forma, quizá no tan anticuada, de decir que honrar la verdad está por encima de todo.
Abierto a quienes piensan, con Brecht, que cuando la verdad está demasiado amenazada como para defenderse, debe pasar a la ofensiva
Abierto a quienes piensan, con Benjamin, que ni siquiera nuestros muertos están a salvo de la victoria del enemigo
Abierto a quienes piensan, con Cervantes, que la historia es la madre de la verdad
Abierto a quienes piensan, con Machado, que ni el pasado ha muerto ni está el mañana –ni el ayer— escrito. (…)
SinPermiso está abierto en general al pensamiento laico, enemigo por igual de la obscuridad de las jergas sectarias, académicas o no, y de la infertilidad de las escolásticas dogmáticas.” …
Un pequeño comentario muy personal. Como amigo ya no podré disfrutar de nuestras conversaciones, de nuestras comidas (era un cocinero que dejaba boquiabiertos a otros excelentes cocineros y cocineras), de “nuestros” vinos (no puedo poner las marcas preferidas para que no parezca publicidad encubierta) y de los muchísimos momentos que nos reímos gracias a personas que involuntariamente nos aportaron material para tal fin. Y debe entenderse que no diga nombres. Habría muchos y nadie quedaría contento de ser citado. Aunque a algunos, siempre bromeábamos, deberíamos agradecerles los grandes momentos de desproporcionadas risas que nos proveyeron de forma completamente involuntaria. ¡Muy involuntaria!
Uno de sus admirados héroes, el dirigente de los pobres libres en la larga democracia ática, Pericles, en el discurso fúnebre de Tucídides, éste le hace decir unas palabras que eran muy queridas y citadas por Toni:
“Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos; más que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos servimos de modelo para algunos. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia; respecto a las leyes, todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo.
Tenemos por norma respetar la libertad...”
Descanse en paz.
http://www.sinpermiso.info/textos/en-la-muerte-de-antoni-domenech-1952-2017
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martes, 19 de septiembre de 2017
Ha muerto Antoni Domènech
Nota:
Antoni Domènech, editor general de Sin Permiso, murió el domingo, 17 de septiembre de 2017. A partir de las 17h. del martes, estará en el tanatorio de Sant Gervasi (Barcelona). El funeral y acto de despedida serán el miércoles 20 de septiembre a las 12:45h en el mismo tanatorio.
Ver más:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231697
Más: http://www.elviejotopo.com/autor/antoni-domenech/
Antoni Domènech, editor general de Sin Permiso, murió el domingo, 17 de septiembre de 2017. A partir de las 17h. del martes, estará en el tanatorio de Sant Gervasi (Barcelona). El funeral y acto de despedida serán el miércoles 20 de septiembre a las 12:45h en el mismo tanatorio.
Ver más:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231697
Más: http://www.elviejotopo.com/autor/antoni-domenech/
martes, 6 de diciembre de 2016
La renta básica incondicional y cómo se puede financiar. Comentarios a los amigos y enemigos de la propuesta.
Jordi Arcarons, Daniel Raventós, Lluís Torrens. 25/11/2016. Sin Permiso.
En diciembre de 2014, con Antoni Domènech, publicamos un avance de financiación (Arcarons, Domènech, Raventós y Torrens, 2014) de una renta básica (RB) mediante una reforma del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que motivó muchas reacciones. Hubo algunas críticas buenas y muchas más de mediocres y malas. Pasados casi dos años, hemos dispuesto de nuevos materiales y hemos ajustado y perfeccionado aquel avance de proyecto de financiación, aprovechando las buenas críticas. La revista de la Generalitat de Catalunya Nota d’Economia nos pidió un artículo para el número 103, un monográfico dedicado a la pobreza. Debía de abordar los aspectos fundamentales de la financiación de la RB, pero también se nos sugería que tuviera un apartado dedicado a la filosofía política de justificación normativa de la propuesta. Aceptamos el encargo y aprovechamos para actualizar y pulir los aspectos fundamentales de aquel avance de financiación. A continuación se ofrece la versión castellana, notablemente ampliada, de aquel artículo. Hemos desarrollado con detalle las respuestas a muchas críticas, nuevas algunas y muy viejas las otras, que recibe tanto la propuesta de la RB como nuestro proyecto de financiación.
http://www.sinpermiso.info/textos/la-renta-basica-incondicional-y-como-se-puede-financiar-comentarios-a-los-amigos-y-enemigos-de-la
En diciembre de 2014, con Antoni Domènech, publicamos un avance de financiación (Arcarons, Domènech, Raventós y Torrens, 2014) de una renta básica (RB) mediante una reforma del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que motivó muchas reacciones. Hubo algunas críticas buenas y muchas más de mediocres y malas. Pasados casi dos años, hemos dispuesto de nuevos materiales y hemos ajustado y perfeccionado aquel avance de proyecto de financiación, aprovechando las buenas críticas. La revista de la Generalitat de Catalunya Nota d’Economia nos pidió un artículo para el número 103, un monográfico dedicado a la pobreza. Debía de abordar los aspectos fundamentales de la financiación de la RB, pero también se nos sugería que tuviera un apartado dedicado a la filosofía política de justificación normativa de la propuesta. Aceptamos el encargo y aprovechamos para actualizar y pulir los aspectos fundamentales de aquel avance de financiación. A continuación se ofrece la versión castellana, notablemente ampliada, de aquel artículo. Hemos desarrollado con detalle las respuestas a muchas críticas, nuevas algunas y muy viejas las otras, que recibe tanto la propuesta de la RB como nuestro proyecto de financiación.
http://www.sinpermiso.info/textos/la-renta-basica-incondicional-y-como-se-puede-financiar-comentarios-a-los-amigos-y-enemigos-de-la
lunes, 28 de diciembre de 2015
“La no-ocultación del objetivo rupturista y autodeterminista por las 3 alternativas periféricas influyó decisivamente en los buenos resultados de Podemos”
la carta personal de Xosé Manuel Beiras a Antoni Domènech, fechada el 24 de diciembre de 2015.
Xosé Manuel Beiras 28/12/2015
Querido Toni: Acabo de ver la entrevista que te hizo la TV argentina el día antes de las elecciones aquí, en el corral nublado que es el Reino de España. Aquí te van seis comentarios, también sobre lo ocurrido después, sabidos los resultados electorales, y la valoración de urgencia que me pides sobre la campaña en Galiza.
*Primero: estás 'muy lucido' de aspecto, incluso rejuvenecido -te sienta muy bien Argentina, por lo visto.
*Segundo: estás 'muy lúcido' de coco -aunque, a balón pasado, te quedaste corto en el pronóstico de resultados del 'espacio Podemos', es decir, del conjunto de alternativas electorales en las que Podemos participaba.
*Tercero (a modo de 'disección' del comentario precedente): es curioso que ese pronóstico tuyo dio cerca del blanco en cuanto a los resultados de Podemos en 'la España estricta', pero resultó ampliamente superado por las alternativas de unidad popular (participadas por P) en Galiza, Catalunya y País Valencià, y por la de Podemos en Euskadi. Ojo al parche!! para Bildu, que actuó análogamente al BNG -éste desaparecido en combate, por necio.
* Cuarto (en ampliación del anterior): en la 'remontada' del 'espacio P' influyeron: 1. la (parcial)recuperación por P del discurso heredado de la 'rebelión cívica'; 2. la explícita asunción del problema plurinacional; 3. la no-ocultación del objetivo rupturista y autodeterminista por las 3 alternativas periféricas. Dicho sea de paso: el discurso de Anova dentro de En Marea reiteró que no bastaba con un cambio de inquilinos en las Cortes y la Moncloa, sino que había que darle el finiquito al régimen 'bubónico', aunque no se lograría ahora, pero había que mantenerlo como eje troncal de la estrategia, y no 'irnos por las ramas'.
*Quinto: 'En Marea', cuando menos (y especialmente yo mismo, que sin ser candidato me eché, como sabes, a la espalda toda la campaña -terminé exhausto), sí que hablamos de Europa y la UE, sobre todo como espacio político en el que había que contextualizar los problemas cardinales y dimensionar un combate internacionalista indispensable. (Incluso con respecto a Grecia me permití invertir el diagnóstico dominante en las izquierdas: lo más relevante no había sido la claudicación del gobierno griego, sino la victoria democrática del referéndum contra la Wehrmacht virtual de la UE, protagonizada por el pueblo griego en 'estado de sitio').
* Sexto: en Galiza, 'En Marea' proporcionó al pueblo gallego un triunfo histórico: 25% de los votos; por encima del PSOE en las cuatro provincias; 34% (primera fuerza) en el Vigo del 'arrase Caballeresco' en las recientes municipales; ampliamente superado en la Galiza 'interior' (Lugo y Ourense) el 15% exigido para computar esos escaños para formar GP propio; 6 escaños en el Congreso y 2 en el Senado (!) -en Pontevedra y Coruña, donde el PSOE no obtuvo ninguno. En la época más 'gloriosa' del BNG no se había logrado nada semejante.
En fin: no creas que estoy eufórico, pero sí reconfortado... y muy cauto, porque ahora empieza lo más difícil. Y t también nosotros dos (y no sólo yo) tenemos muchas ganas de veros y conversar a modo. Abrazos muy fuertes. Xose.
Fuente: Sin Permiso.
http://www.sinpermiso.info/textos/la-no-ocultacion-del-objetivo-rupturista-y-autodeterminista-por-las-3-alternativas-perifericas
Querido Toni: Acabo de ver la entrevista que te hizo la TV argentina el día antes de las elecciones aquí, en el corral nublado que es el Reino de España. Aquí te van seis comentarios, también sobre lo ocurrido después, sabidos los resultados electorales, y la valoración de urgencia que me pides sobre la campaña en Galiza.
*Primero: estás 'muy lucido' de aspecto, incluso rejuvenecido -te sienta muy bien Argentina, por lo visto.
*Segundo: estás 'muy lúcido' de coco -aunque, a balón pasado, te quedaste corto en el pronóstico de resultados del 'espacio Podemos', es decir, del conjunto de alternativas electorales en las que Podemos participaba.
*Tercero (a modo de 'disección' del comentario precedente): es curioso que ese pronóstico tuyo dio cerca del blanco en cuanto a los resultados de Podemos en 'la España estricta', pero resultó ampliamente superado por las alternativas de unidad popular (participadas por P) en Galiza, Catalunya y País Valencià, y por la de Podemos en Euskadi. Ojo al parche!! para Bildu, que actuó análogamente al BNG -éste desaparecido en combate, por necio.
* Cuarto (en ampliación del anterior): en la 'remontada' del 'espacio P' influyeron: 1. la (parcial)recuperación por P del discurso heredado de la 'rebelión cívica'; 2. la explícita asunción del problema plurinacional; 3. la no-ocultación del objetivo rupturista y autodeterminista por las 3 alternativas periféricas. Dicho sea de paso: el discurso de Anova dentro de En Marea reiteró que no bastaba con un cambio de inquilinos en las Cortes y la Moncloa, sino que había que darle el finiquito al régimen 'bubónico', aunque no se lograría ahora, pero había que mantenerlo como eje troncal de la estrategia, y no 'irnos por las ramas'.
*Quinto: 'En Marea', cuando menos (y especialmente yo mismo, que sin ser candidato me eché, como sabes, a la espalda toda la campaña -terminé exhausto), sí que hablamos de Europa y la UE, sobre todo como espacio político en el que había que contextualizar los problemas cardinales y dimensionar un combate internacionalista indispensable. (Incluso con respecto a Grecia me permití invertir el diagnóstico dominante en las izquierdas: lo más relevante no había sido la claudicación del gobierno griego, sino la victoria democrática del referéndum contra la Wehrmacht virtual de la UE, protagonizada por el pueblo griego en 'estado de sitio').
* Sexto: en Galiza, 'En Marea' proporcionó al pueblo gallego un triunfo histórico: 25% de los votos; por encima del PSOE en las cuatro provincias; 34% (primera fuerza) en el Vigo del 'arrase Caballeresco' en las recientes municipales; ampliamente superado en la Galiza 'interior' (Lugo y Ourense) el 15% exigido para computar esos escaños para formar GP propio; 6 escaños en el Congreso y 2 en el Senado (!) -en Pontevedra y Coruña, donde el PSOE no obtuvo ninguno. En la época más 'gloriosa' del BNG no se había logrado nada semejante.
En fin: no creas que estoy eufórico, pero sí reconfortado... y muy cauto, porque ahora empieza lo más difícil. Y t también nosotros dos (y no sólo yo) tenemos muchas ganas de veros y conversar a modo. Abrazos muy fuertes. Xose.
Fuente: Sin Permiso.
http://www.sinpermiso.info/textos/la-no-ocultacion-del-objetivo-rupturista-y-autodeterminista-por-las-3-alternativas-perifericas
jueves, 16 de julio de 2015
Esperanza en el infierno: sobre las elecciones municipales y autonómicas en el Reino de España
26/5/2015
Noi siam venuti al loco ov' io t' ho detto /
Che tu vedrai le gente dolorose /
Ch' hanno perduto il ben dell' intelletto [Dante]
(Hemos llegado al sitio donde te dije /
Verá la gente miserable /
Que han perdido el bien del intelecto)
Unas elecciones municipales pusieron en abril de 1931 final a una larga crisis agónica de la I Restauración Borbónica. No pocos analistas han apelado a esta comparación para destacar la importancia de las presentes elecciones municipales (y parcialmente autonómicas) en la actual crisis de la II Restauración Borbónica.
Si hubiera que resumir sumariamente la actual situación socio-política crítica española, tal vez podría hacerse con un dato tres diagramas.
El dato: campeones de la corrupción política
El dato desnudo —procedente de una investigación del profesor Perico García Azorín— es muy modesto. Lo proporcionó ayer el New York Times en artículo incorporado a portada sobre las elecciones españolas: 467 alcaldes de municipios españoles –sobre un censo de cerca de 8.000 municipios— se han enfrentado a imputaciones judiciales por casos de corrupción, la mayor parte de ellos registrados luego de la irrupción de la crisis de 2008. Y de éstos, 89 han sido ya condenados. En su modestia, simboliza el rimero –aún inconcluso— de graves y conocidísimos escándalos de corrupción en que se han visto envueltos los grandes partidos del arco político dinástico de 1978, empezando por un PP con su tesorero encarcelado y su exministro de economía, Rato –emblema donde los haya de la pseudo prosperidad española de las últimas décadas—, detenido en riguroso directo televisivo e imputado por blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, entre otros delitos. Claro que no hay corrupción política o administrativa sin corruptores ubicados en la llamada “sociedad civil”. Y no hay muchedumbre de corruptores sin un particular tipo de configuración económico-política de la vida social y civil.
Un primer cuadro: campeones de la rebaja fiscal inmobiliaria
Es cosa sabida desde muy antiguo que las economías fundadas principalmente en el crecimiento del rentismo inmobiliario y financiero son particularmente “corruptogénicas”, es decir, causantes mayores de fenómenos de corrupción política a gran escala. Naturalmente, el Reino de España no ha sido el único país en que se ha registrado una burbuja inmobiliaria y financiera gigantesca: los EEUU o la Gran Bretaña, por ejemplo, vienen inmediatamente a la mente. El siguiente cuadro, sin embargo –procedente del reciente informe de la OCDE—, resulta particularmente aleccionador sobre la singularidad de la economía política de la II Restauración Borbónica. Fíjense ustedes bien: ¡hasta en la patria chica del “capitalismo popular” thatcheriano los impuestos sobre los bienes raíces han sido muy superiores a los españoles:
O dicho de otro modo: ¡hasta en el crisol europeo del experimento neorentista que ha sido la contrarreforma liberal de las últimas décadas, hasta en la Inglaterra de Margaret Thatcher y Tony Blair han sabido que no se puede tener “capitalismo popular”, propiedad inmobiliaria a destajo, privatización y saqueo del sector público y liberalización del suelo sin un mínimo esquema fiscal que amortigüe el desastre y proporcione ingresos a las arcas públicas. ¿Bajar los impuestos es de izquierdas? Bajar los impuestos al trabajo asalariado, desde luego que sí; bajarlos a los autónomos y a la pequeña y mediana empresa productiva, también; bajarlos a la mediana empresa productiva de bienes tangibles, tal vez. Bajarlos a la propiedad inmobiliaria y a sus rentas (o a las rentas patrimoniales financieras) no sólo no es de izquierdas, sino que es económicamente insensato. Y políticamente catastrófico: genera cosas como la inaudita epidemia de corrupción a la que asistimos en el Reino de España. A eso hemos venido llamando desde estas páginas en los últimos años el “capitalismo de amiguetes políticamente promiscuos”.
Segundo cuadro: campeones de la pérdida de crecimiento económico
El siguiente cuadro muestra el particular estrago que ha sufrido esa pseudo prosperidad de la economía política de la Segunda Restauración desde el comienzo de la crisis en 2008:
Se dice pronto: entre 2008 y 2015, el Reino de España ha perdido un 26% del crecimiento potencial (conforme a la tendencia histórica) de su PIB. Y luego hay quien se queja de que el populacho no aprecia la “recuperación” económica.
Tercer cuadro: campeones de la devaluación salarial y del crecimiento de la polarización social
Naturalmente, no todas las clases sociales han sufrido por igual este tremendo descalabro económico. El siguiente cuadro –también procedente del informe reciente de la OCDE— muestra que las principales afectadas por la crisis no han sido desde luego las clases “altas”, ni siquiera las clases “medias”, sino las clases trabajadoras y populares. Y de una forma incomparablemente más aguda que en todo el resto de países de la OCDE, salvo Grecia (aunque se observará que en el Reino de España, a diferencia de Grecia, las clases populares comenzaron a perder drásticamente renta desde el comienzo mismo de la crisis):
Las clases rectoras españolas y sus mayordomos políticos del arco político dinástico (muy particularmente el PSOE de Zapatero, el PP de Rajoy y Aguirre y la CiU de Pujol, Más y Durán Lleida— se aprestaron desde el minuto uno de la crisis a lanzar una verdadera ofensiva deconstituyente tendente a la destrucción de derechos sociales y civiles básicos blindados por la Constitución del 78. Parece evidente que la violencia y la saña difamatoria que tan llamativamente está marcando el lenguaje de la discusión política pública en nuestro país, incluido el regreso de expresiones groseramente clasistas (y machistas), señaladamente por parte de escritorzuelos y tertulianos a sueldo de los poderes que realmente son, es un eco no demasiado mediato de este inaudito incremento –políticamente inducido— de la polarización social: “acentos de ira, altivas y roncas voces, con puñadas”.
Véase, por reducirnos a un sólo ejemplo, lo que acaba de escribir sobre el triunfo de Ada Colau en Barcelona uno que precisamente oscila entre la máscara de carácter del locoide y la del mercenario:
“Ayer, en las urnas, el fenómeno se reprodujo y una Ada Colau de la que nadie, incluida ella misma, sabe nada a ciencia cierta fue la más votada entre los aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona. Una mujer sin partido, sin programa, con un lenguaje rudimentario y una visión del mundo soez se sentará en el mismo sillón que Rius i Taulet, Carles Pi i Sunyer o Pasqual Maragall.”
Claro que no sólo proliferan los letratenientes locoidamente excitados. Esperanza Aguirre acaba de proponer un “cordón sanitario” contra Manuela Carmena en el ayuntamiento de Madrid y se propone -ella, la responsable política de Gürtel- encabezar la regeneración política del PP madrileño. Como en el Infierno del Dante, pululan ahora también por el infernal Reino “las tristes almas” de quienes se empeñan en vivir esta situación como si nada o muy poco ocurriera, y escriben o hablan tan ternes sobre las travesuras de anacrónicos chiquillos ignorantes, tal vez –sólo tal vez— comprensiblemente descarriados. Son los intelectuales beneficiarios de la llamada “cultura de la Transición” que los encumbró (en general, sin demasiado mérito de su parte). Han vivido durante años “sin infamia y sin honor”, y ahora sus almas están condenadas a vegetar “mezcladas con aquel malvado coro de los Ángeles que no fueron rebeldes, sino sólo para sí fueron”.
Cuarto ( y último) cuadro: campeones de la desigualdad
No sólo somos campeones del incremento de polarización social. El siguiente cuadro comparativo –tomado asimismo del informe de la OCDE— muestra que también somos ahora los campeones del crecimiento de la desigualdad (medida por el coeficiente de Gini) durante la crisis: Desigualdad y polarización social que van de la mano del aumento constante de la pobreza. En la nota de prensa del 26 de mayo de 2015 del INE sobre les resultados definitivos de la Encuesta de Condiciones de Vida, el porcentaje de población en riesgo de pobreza pasa del 20,4% en el 2013 al 22,2% en el 2014.
Las elecciones de 24 de mayo: aumento de la movilización popular y brecha generacional Pues bien; en ese infierno económico, político y social se desarrollaron las elecciones el pasado domingo. Se podía temer que, como en el infierno del Dante, toda esperanza estuviera perdida. Porque la corrupción no sólo destruye el carácter del corrupto victimario; puede terminar por arruinar moral y cognitivamente a las víctimas: “hemos venido al lugar donde te dije habías de ver la gente adolorida, que ha perdido el bien del intelecto”.
¿Qué pasaría en Játiva (Valencia), en donde su alcalde, Alfonso Rus, que repetía impunemente como cabeza de lista electoral del PP tras ser imputado por corrupción y del que todo el mundo ha podido oír en las últimas semanas una grabación contando soezmente los dineros del soborno recibido? ¿Qué pasaría en Badalona –la tercera ciudad por peso demográfico de Cataluña—, en donde un alcalde del PP, Albiol, aspiraba a repetir mandato con una campaña electoral abierta, desnudamente xenófoba (“limpiemos Badalona”)? ¿Qué pasaría en la comunidad y en la ciudad de Valencia, epicentro donde los haya de los más chabacanos casos de corrupción del PP? ¿Y qué pasaría en las dos grandes capitales, Madrid Y Barcelona? ¿Qué pasaría en Madrid, en donde una casi improvisada candidatura de unidad popular (Ahora Madrid) de las izquierdas encabezada por la veterana jueza Manuela Carmena se enfrentaba a a una candidatura del PP encabezada por uno de los grandes símbolos de la corrupción y la desfachatez populista del neoliberalismo españolista más reaccionario, Esperanza Aguirre?
¿Qué pasaría en Barcelona, en donde una laboriosamente urdida candidatura de unidad popular, hermana de la madrileña y encabezada por una joven pero ya histórica y experimentada dirigente de los movimientos sociales barceloneses, Ada Colau, se enfrentaba a un alcalde, Trías, uno de los símbolos del vergonzoso uso torticero del pujante soberanismo democrático catalán como tapadera y aun coartada de la corrupción política y las descarnadas políticas antisociales y privatizadores de CiU?
¿Qué pasaría por lo pronto con la abstención, que en las últimas elecciones venía cebándose sobre todo en el voto de unas clases populares creciente y visiblemente escépticas con la eficacia política del derecho de sufragio?
La abstención se ha mantenido en los parámetros habituales de las últimas convocatorias municipales, aumentando incluso en 1,29 puntos. Lo mas destacable es que afecta más significativamente esta vez a los barrios de ingresos más altos en las grandes ciudades como Madrid (en donde hubo casi 2 puntos más de participación) y Barcelona (¡en donde hubo 8 puntos más!), mientras que se ha producido una movilización de cierta envergadura en los barrios populares, a diferencia de lo ocurrido en 2007 y 2011. Ligada a esta mayor movilización de las clases populares hay que situar la brecha generacional muy pronunciada entre “viejos” y “nuevos” partidos que ya recogía la encuesta de intención de voto del CIS de enero de 2015.
Ganadores y perdedores a grandes trazos
En lineas generales, el PP ha perdido diez puntos y más de 2,5 millones de votos en comparación con 2011. El PSOE, 2 puntos y más de 700.000 votos. Pero si la comparación se retrotrae al comienzo del actual ciclo electoral en 2007, el PP acumula una pérdida de 11 puntos y el PSOE de 12. En 2007, la suma de los dos principales partidos dinásticos sumaba el 71,4% de los votos, y en 2015, el 52%. Aunque en otro plano, también es destacable la caída de CiU en número de votos (6 puntos). Solo Podemos y Ciudadanos, lejos de perder votos en relación con las elecciones europeas, crecen.
El PP ha visto cómo se desmadeja la trama de su tejido institucional urdido con aplastantes mayorías: pierde 500 de 3.300 ayuntamientos, pero sobre todo las capitales de provincia; retiene sólo... ¡Ceuta! En el nivel autonómico, el PP ha perdido todas las mayorías absolutas, incluidas la de Castilla-León y la de Castilla La Mancha, autonomía esta última en la que, además, perderá el gobierno a manos de una coalición PSOE-Podemos que habría sido imposible con la anterior ley electoral que modificó ventajistamente el propio PP precisamente para poder eternizarse en el poder (Ciudadanos ha quedado fuera del Parlamento autonómico, con más del 8% de los votos). El PP necesitará de la muleta de Ciudadanos –y está por ver a qué precio y con qué— para conservar los gobiernos regionales de Madrid, Rioja, Murcia y Melilla. La derecha, en este caso UPN, perdería también el gobierno foral de Navarra, como era previsible (véase el artículo de Pello Erdociain en SP).
El PSOE conserva Asturias (además de Andalucía, cuyas elecciones se celebraron en marzo) pero condicionado por una alianza con Podemos, que le daría además Aragón, Castilla la Mancha, Valencia (ver el artículo de Manuel Colomer), Baleares y Extremadura. El PSC sigue en caída libre en Cataluña, y deja de ser el principal partido de las izquierdas catalanas. Se producirá alternancia en el gobiernos autonómico de Cantabria con una coalición PRCPSOE. Y Coalición Canaria necesitará de una coalición con el PSOE para mantenerse en el Cabildo Insular.
En Euskadi, el PNV impone su hegemonía en las tres Juntas Generales y se hace con una serie de ayuntamientos significativos en Gipuzkoa, como San Sebastián, Arrasate, Bergara, Zarauz... hasta 17 municipios perdidos por EH Bildu, que ve como cae su voto un 5,5% en su feudo. Está por ver qué pasará en el ayuntamiento de Vitoria.
En Galicia, el PP pierde frente a las candidaturas de unidad popular de las izquierdas, las llamadas Mareas, en Santiago –cuyo más que probable alcalde será el amigo y colaborador de SinPermiso Martiño Noriega—, A Coruña y Ferrol, en un auténtico maremoto político (véase el articulo en SP de Antón Sanchez). El PSOE mantiene Vigo, desbancando al PP como partido más votado y logrando una mayoría absoluta.
En Cataluña, el heteróclito grupo de partidos declaradamente independentistas (CiU, ERC, CUP) aumenta de un 38,2% en 2011 al 45% en 2015. La pérdida de 6 puntos de la derechista CiU es compensada por los otros partidos de centroizquierda e izquierda en lo que no cabe sino interpretar como deslizamiento hacia la izquierda del voto independentista en el conjunto de la geografía catalana. Pero el voto de Barcelona y su cinturón rojo, en cambio, ha priorizado claramente el eje izquierda-derecha, configurando el embrión de un bloque alternativo de unidad popular -como tan exitosamente en las últimas elecciones del Reino Unido realizó el partido independentista escocés SNP-, dispuesto a ligar claramente el ejercicio del derecho democrático de autodeterminación de todos los pueblos de España (incluido el catalán) a la defensa de los derechos sociales y civiles populares: ese bloque representaría aproximadamente el 60% del sufragio emitido.
A pesar de haber conservado un importante número de concejales, por encima de 2.000, donde ha contribuido a las candidaturas unitarias de izquierda, conseguir la alcaldía de Zamora y mantener un grupo parlamentario de cinco diputados, con Gaspar Llamazares a la cabeza, en Asturias, Izquierda Unida sufre serios descalabros en Madrid y Valencia cuando se ha presentado sola y dividida. UPyD se ha convertido ya en una anécdota histórica.
Ciudadanos, el partido emergente de la nueva derecha, ha tenido un éxito menos espectacular del previsto por las encuestas y por los augures mediáticos: ha avanzado casi siempre a costa del voto perdido por la desacreditada vieja derecha del PP, y lo que es más importante, ni siquiera ha sido capaz de recoger todo el voto españolista liberal-conservador refugiado en la abstención.
Clarificar las hipótesis estratégicas
Tras las elecciones europeas en 2014 y el pico en expectativa de voto de Podemos, recogido por la encuesta del CIS de enero de 2015, los primeros indicios de un estancamiento de esta tendencia abrieron un importante debate de reorientación en Podemos. Pablo Iglesias resumió sus conclusiones, en un símil sobre los tempos de un partido de baloncesto, combinando la ofensiva inicial, el posicionamiento y la acumulación de fuerzas y la ofensiva final cara a las elecciones de noviembre recuperando la radicalidad de la crítica y la defensa de los intereses de los perdedores de la crisis. Este debate es ampliamente conocido (consultar aquí).
Paralelamente, se han desarrollado tres hipótesis estratégicas alternativas en otros sectores de la izquierda que, a fuer de esquematismos, podríamos resumir así:
a) hipótesis “destituyente”: para amplios sectores de sindicales, la crisis económica ha supuesto tal retroceso en la correlación de fuerzas con la imposición de un mercado laboral dominado por la precariedad y el paro, que la característica dominante de la situación es la perdida de derechos sociales y laborales en relación con la transición y la Constitución de 1978. La hegemonía de la derecha económica es tal que tiene un amplio margen para gestionar las grietas institucionales y políticas del régimen del 78. Frente a ello es necesario un frente defensivo a partir de la clase obrera organizada sin crear falsas ilusiones sobre un programa democrático radical ni la capacidad de movilización de las Mareas sectoriales o las Marchas de la Dignidad. En parte, esta visión es mayoritaria en los sectores más politizados de CCOO y UGT y ha sostenido la candidatura de IU a la alcaldía de Madrid.
b) hipótesis “revolución pasiva”: la crisis del régimen del 78 es real, pero la debilidad de la izquierda y del movimiento obrero organizado favorecen que sea la derecha la que este imponiendo sus intereses en la salida de la crisis, en una especie de “revolución pasiva” - por utilizar la terminología de Gramsci-. La “unidad popular” debe ser capaz de aglutinar a un nuevo bloque de izquierdas alrededor de una alianza Podemos-IU y recuperar la iniciativa con un programa de defensa del estado del bienestar y el empleo garantizado, su principal proponente ha sido Alberto Garzón, candidato de IU a las elecciones generales.
c) hipótesis “vía catalana”: la crisis del régimen del 78 es real, pero su principal componente, ante la falta de una alternativa real de la izquierda española, es el movimiento soberanista en Cataluña, a condición de que se produzca un desplazamiento de su hegemonía de CiU -definitivamente comprometida con los intereses de la derecha neoliberal tras el escándalo Pujol- a ERC y las CUP. La declaración unilateral de independencia por una mayoría parlamentaria soberanista tras las elecciones catalanas del 27 de Septiembre podría relanzar la resistencia y alentar una alternativa de las izquierdas españolas, encabezadas por Podemos. El mejor resumen de ella es la entrevista de Quim Arrufat con Vilaweb.
Elementos de balance y perspectivas
El resultado de las elecciones municipales y autonómicas permite recuperar, a partir de sus resultados y la constatación de la capacidad de movilización popular, este debate estratégico cara a las elecciones generales de noviembre a partir de los siguientes elementos:
1- La crisis del régimen del 78, impulsada y agravada por las consecuencias sociales de la crisis económica del 2007-2013 y de la débil recuperación posterior, especialmente en términos de empleo y salarios, es el marco real y duradero de la actual coyuntura. La crisis de hegemonía social de la derecha es paralela a la erosión de legitimidad y representatividad del PP, que no tiene solución sostenible ni al crecimiento de la deuda soberana, ni a la débil recuperación, ni a las consecuencias sociales de la crisis económica ni a la crisis fiscal que ha hecho implosionar el estado de las autonomías. Lo que no quiere decir que pueda seguir gestionando este desastre social a favor de los intereses de las oligarquías por un tiempo indeterminado si no se construye una alternativa de izquierdas creíble y eficaz. Las clases dominantes, apoyadas en la UE, tienen un amplio margen de maniobra y capacidad de iniciativa, como ha puesto de manifiesto la sucesión de la corona o el apoyo meditado a Ciudadanos, convirtiéndolo en una alternativa al descontento de sectores urbanos de derechas con el PP.
2- El sesgo generacional que hemos mencionado, que es una de las herencias del 15 M con la aparición de una nueva generación política, ha encontrado en las candidaturas de unidad popular su expresión organizativa. Que choca con la experiencia política y organizativa de la generación de izquierda de la transición, cuyo sector activo sigue estructurando la red de cuadros y las direcciones de los sindicatos mayoritarios y las organizaciones de izquierda, como IU y BNG, por poner dos ejemplos. Al superar los límites organizativos de la izquierda tradicional con los métodos de democracia participativa -aunque algunas expectativas se hayan visto frustradas en Podemos- las candidaturas de unidad popular se han convertido en un modelo de funcionamiento programático.
3- La crisis del bipartidismo y del estado de las autonomías es irreversible sin una reforma constitucional profunda. Pero el PP y el PSOE no cuentan ya con una mayoría institucional capaz de llevarla a cabo de forma controlada. El ascenso de Podemos y el éxito de las candidaturas de unidad popular bloquean por el momento un posible acuerdo post-electoral del PP y el PSOE, que produciría una rápida erosión de legitimidad de este último, después de perder más de un tercio de su electorado desde 2007. Pero la capacidad de condicionar en un frente de izquierdas al PSOE, obligando a su dirección a un giro de su política económica y social, exige un equilibrio de fuerzas más favorable a la izquierda agrupada en la unidad popular Ello implica una serie de alianzas de las izquierdas alternativas, federalistas y soberanistas, que aúnen en su programa la defensa de los derechos sociales con el derecho de autodeterminación, como base de un nuevo pacto territorial y constitucional. No existe en este momento la correlación de fuerzas necesaria para abrir procesos constituyentes: se trata de construirla en la movilización social y electoral, cuyo primer eslabón táctico es la derrota del PP en las elecciones generales de este año. Pero para la acumulación de fuerzas es necesario un horizonte estratégico de la izquierda, voluntad unitaria y un método de participación democrática que aliente y estructure la movilización popular.
4- La política de alianzas a nivel municipal tiene su propia dinámica legal, que exige la constitución de mayorías en un plazo de 10 días o pasa a gobernar la lista más votada. Este debe ser el terreno de constitución de frentes de izquierdas que desalojen del mayor número posible de ayuntamientos al PP, reforzando socialmente la implantación de la unidad popular. A nivel autonómico, tras estas elecciones, Podemos e IU deben facilitar la constitución de gobiernos del PSOE (Aragón, Asturias, Castilla la Mancha, Valencia, Baleares y Extremadura) o de Geroa Bai (Navarra), condicionar parlamentariamente su programa y su gestión, pero no integrarse en los gobiernos como socio minoritario, aprendiendo de las lecciones de los resultados de la experiencia de IU en Andalucía. Solo el resultado de las elecciones generales permitirá una revaluación de la situación y de la correlación de fuerzas entre el PSOE y la izquierda alternativa.
Junto a ello, las izquierdas harían mal en despreocuparse de la evolución de la negociación del Gobierno de Syria con la UE, el BCE y el FMI. El desarrollo de esa negociación afectará directamente la coyuntura y las expectativas de cambio en toda Europa, pero muy especialmente en el Reino de España de aquí a las elecciones generales, como un ariete para dividir un frente de izquierdas.
En conclusión
Los dirigentes de Podemos parecen haber comprendido que su audaz apuesta inicial por un Blitzkrieg que les llevara derechos en solitario –y con su propia “marca” (sic)— al gobierno del Reino en las próximas elecciones generales de otoño fue un error, y que, lejos de restar, las candidaturas bien construidas de unidad popular democrática y capilarmente armada, y sólo ellas, multiplican las posibilidades electorales de las izquierdas. Barcelona, Madrid o las Mareas gallegas lo han mostrado tan concluyente como paradigmáticamente. Una verdadera “crisis de régimen” nunca tiene un desenlace rápido. Ni fácil. Ni cómodo. Suelen ser procesos históricos prolongados, difíciles y peligrosos y aun infernales, en los que proliferan –como advirtió sabiamente el manoseado Gramsci hace muchos años— “monstruos” políticos de todo tipo: ¡también entre las propias filas! Los monstruos más peligrosos de nuestro particular infierno son los que pugnan ahora mismo, no por evitar un ilusionante –y acaso ilusorio por ahora— “proceso constituyente” democrático popular, sino quienes están evidentemente empeñados en aprovechar la crisis para “deconstituir” y erradicar derechos sociales y civiles fruto luchas populares pasadas y más o menos precariamente blindados en muchas constituciones europeas de postguerra (incluida la española de 1978). Comprender eso cabalmente es tal vez un buen primer paso para tender puentes entre la vieja y la nueva izquierda, en lo estrictamente político; y en lo generacional, entre las naturales tentaciones adanistas de los más jóvenes y la inaceptable autosatisfacción acomodaticia de los más viejos.
Ada Colau, Manuela Carmena, Mónica Oltra: mujeres de distintas generaciones, mujeres de la vieja izquierda decente y de la nueva izquierda ya experimentada. Símbolos ahora mismo de la esperanza en nuestro infierno. Y entretanto, ¡Esperanza en el infierno!
Antoni Domènech es el Editor general de SinPermiso. Gustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Consejo de Redacción de SinPermiso.
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Noi siam venuti al loco ov' io t' ho detto /
Che tu vedrai le gente dolorose /
Ch' hanno perduto il ben dell' intelletto [Dante]
(Hemos llegado al sitio donde te dije /
Verá la gente miserable /
Que han perdido el bien del intelecto)
Unas elecciones municipales pusieron en abril de 1931 final a una larga crisis agónica de la I Restauración Borbónica. No pocos analistas han apelado a esta comparación para destacar la importancia de las presentes elecciones municipales (y parcialmente autonómicas) en la actual crisis de la II Restauración Borbónica.
Si hubiera que resumir sumariamente la actual situación socio-política crítica española, tal vez podría hacerse con un dato tres diagramas.
El dato: campeones de la corrupción política
El dato desnudo —procedente de una investigación del profesor Perico García Azorín— es muy modesto. Lo proporcionó ayer el New York Times en artículo incorporado a portada sobre las elecciones españolas: 467 alcaldes de municipios españoles –sobre un censo de cerca de 8.000 municipios— se han enfrentado a imputaciones judiciales por casos de corrupción, la mayor parte de ellos registrados luego de la irrupción de la crisis de 2008. Y de éstos, 89 han sido ya condenados. En su modestia, simboliza el rimero –aún inconcluso— de graves y conocidísimos escándalos de corrupción en que se han visto envueltos los grandes partidos del arco político dinástico de 1978, empezando por un PP con su tesorero encarcelado y su exministro de economía, Rato –emblema donde los haya de la pseudo prosperidad española de las últimas décadas—, detenido en riguroso directo televisivo e imputado por blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, entre otros delitos. Claro que no hay corrupción política o administrativa sin corruptores ubicados en la llamada “sociedad civil”. Y no hay muchedumbre de corruptores sin un particular tipo de configuración económico-política de la vida social y civil.
Un primer cuadro: campeones de la rebaja fiscal inmobiliaria
Es cosa sabida desde muy antiguo que las economías fundadas principalmente en el crecimiento del rentismo inmobiliario y financiero son particularmente “corruptogénicas”, es decir, causantes mayores de fenómenos de corrupción política a gran escala. Naturalmente, el Reino de España no ha sido el único país en que se ha registrado una burbuja inmobiliaria y financiera gigantesca: los EEUU o la Gran Bretaña, por ejemplo, vienen inmediatamente a la mente. El siguiente cuadro, sin embargo –procedente del reciente informe de la OCDE—, resulta particularmente aleccionador sobre la singularidad de la economía política de la II Restauración Borbónica. Fíjense ustedes bien: ¡hasta en la patria chica del “capitalismo popular” thatcheriano los impuestos sobre los bienes raíces han sido muy superiores a los españoles:
O dicho de otro modo: ¡hasta en el crisol europeo del experimento neorentista que ha sido la contrarreforma liberal de las últimas décadas, hasta en la Inglaterra de Margaret Thatcher y Tony Blair han sabido que no se puede tener “capitalismo popular”, propiedad inmobiliaria a destajo, privatización y saqueo del sector público y liberalización del suelo sin un mínimo esquema fiscal que amortigüe el desastre y proporcione ingresos a las arcas públicas. ¿Bajar los impuestos es de izquierdas? Bajar los impuestos al trabajo asalariado, desde luego que sí; bajarlos a los autónomos y a la pequeña y mediana empresa productiva, también; bajarlos a la mediana empresa productiva de bienes tangibles, tal vez. Bajarlos a la propiedad inmobiliaria y a sus rentas (o a las rentas patrimoniales financieras) no sólo no es de izquierdas, sino que es económicamente insensato. Y políticamente catastrófico: genera cosas como la inaudita epidemia de corrupción a la que asistimos en el Reino de España. A eso hemos venido llamando desde estas páginas en los últimos años el “capitalismo de amiguetes políticamente promiscuos”.
Segundo cuadro: campeones de la pérdida de crecimiento económico
El siguiente cuadro muestra el particular estrago que ha sufrido esa pseudo prosperidad de la economía política de la Segunda Restauración desde el comienzo de la crisis en 2008:
Se dice pronto: entre 2008 y 2015, el Reino de España ha perdido un 26% del crecimiento potencial (conforme a la tendencia histórica) de su PIB. Y luego hay quien se queja de que el populacho no aprecia la “recuperación” económica.
Tercer cuadro: campeones de la devaluación salarial y del crecimiento de la polarización social
Naturalmente, no todas las clases sociales han sufrido por igual este tremendo descalabro económico. El siguiente cuadro –también procedente del informe reciente de la OCDE— muestra que las principales afectadas por la crisis no han sido desde luego las clases “altas”, ni siquiera las clases “medias”, sino las clases trabajadoras y populares. Y de una forma incomparablemente más aguda que en todo el resto de países de la OCDE, salvo Grecia (aunque se observará que en el Reino de España, a diferencia de Grecia, las clases populares comenzaron a perder drásticamente renta desde el comienzo mismo de la crisis):
Las clases rectoras españolas y sus mayordomos políticos del arco político dinástico (muy particularmente el PSOE de Zapatero, el PP de Rajoy y Aguirre y la CiU de Pujol, Más y Durán Lleida— se aprestaron desde el minuto uno de la crisis a lanzar una verdadera ofensiva deconstituyente tendente a la destrucción de derechos sociales y civiles básicos blindados por la Constitución del 78. Parece evidente que la violencia y la saña difamatoria que tan llamativamente está marcando el lenguaje de la discusión política pública en nuestro país, incluido el regreso de expresiones groseramente clasistas (y machistas), señaladamente por parte de escritorzuelos y tertulianos a sueldo de los poderes que realmente son, es un eco no demasiado mediato de este inaudito incremento –políticamente inducido— de la polarización social: “acentos de ira, altivas y roncas voces, con puñadas”.
Véase, por reducirnos a un sólo ejemplo, lo que acaba de escribir sobre el triunfo de Ada Colau en Barcelona uno que precisamente oscila entre la máscara de carácter del locoide y la del mercenario:
“Ayer, en las urnas, el fenómeno se reprodujo y una Ada Colau de la que nadie, incluida ella misma, sabe nada a ciencia cierta fue la más votada entre los aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona. Una mujer sin partido, sin programa, con un lenguaje rudimentario y una visión del mundo soez se sentará en el mismo sillón que Rius i Taulet, Carles Pi i Sunyer o Pasqual Maragall.”
Claro que no sólo proliferan los letratenientes locoidamente excitados. Esperanza Aguirre acaba de proponer un “cordón sanitario” contra Manuela Carmena en el ayuntamiento de Madrid y se propone -ella, la responsable política de Gürtel- encabezar la regeneración política del PP madrileño. Como en el Infierno del Dante, pululan ahora también por el infernal Reino “las tristes almas” de quienes se empeñan en vivir esta situación como si nada o muy poco ocurriera, y escriben o hablan tan ternes sobre las travesuras de anacrónicos chiquillos ignorantes, tal vez –sólo tal vez— comprensiblemente descarriados. Son los intelectuales beneficiarios de la llamada “cultura de la Transición” que los encumbró (en general, sin demasiado mérito de su parte). Han vivido durante años “sin infamia y sin honor”, y ahora sus almas están condenadas a vegetar “mezcladas con aquel malvado coro de los Ángeles que no fueron rebeldes, sino sólo para sí fueron”.
Cuarto ( y último) cuadro: campeones de la desigualdad
No sólo somos campeones del incremento de polarización social. El siguiente cuadro comparativo –tomado asimismo del informe de la OCDE— muestra que también somos ahora los campeones del crecimiento de la desigualdad (medida por el coeficiente de Gini) durante la crisis: Desigualdad y polarización social que van de la mano del aumento constante de la pobreza. En la nota de prensa del 26 de mayo de 2015 del INE sobre les resultados definitivos de la Encuesta de Condiciones de Vida, el porcentaje de población en riesgo de pobreza pasa del 20,4% en el 2013 al 22,2% en el 2014.
Las elecciones de 24 de mayo: aumento de la movilización popular y brecha generacional Pues bien; en ese infierno económico, político y social se desarrollaron las elecciones el pasado domingo. Se podía temer que, como en el infierno del Dante, toda esperanza estuviera perdida. Porque la corrupción no sólo destruye el carácter del corrupto victimario; puede terminar por arruinar moral y cognitivamente a las víctimas: “hemos venido al lugar donde te dije habías de ver la gente adolorida, que ha perdido el bien del intelecto”.
¿Qué pasaría en Játiva (Valencia), en donde su alcalde, Alfonso Rus, que repetía impunemente como cabeza de lista electoral del PP tras ser imputado por corrupción y del que todo el mundo ha podido oír en las últimas semanas una grabación contando soezmente los dineros del soborno recibido? ¿Qué pasaría en Badalona –la tercera ciudad por peso demográfico de Cataluña—, en donde un alcalde del PP, Albiol, aspiraba a repetir mandato con una campaña electoral abierta, desnudamente xenófoba (“limpiemos Badalona”)? ¿Qué pasaría en la comunidad y en la ciudad de Valencia, epicentro donde los haya de los más chabacanos casos de corrupción del PP? ¿Y qué pasaría en las dos grandes capitales, Madrid Y Barcelona? ¿Qué pasaría en Madrid, en donde una casi improvisada candidatura de unidad popular (Ahora Madrid) de las izquierdas encabezada por la veterana jueza Manuela Carmena se enfrentaba a a una candidatura del PP encabezada por uno de los grandes símbolos de la corrupción y la desfachatez populista del neoliberalismo españolista más reaccionario, Esperanza Aguirre?
¿Qué pasaría en Barcelona, en donde una laboriosamente urdida candidatura de unidad popular, hermana de la madrileña y encabezada por una joven pero ya histórica y experimentada dirigente de los movimientos sociales barceloneses, Ada Colau, se enfrentaba a un alcalde, Trías, uno de los símbolos del vergonzoso uso torticero del pujante soberanismo democrático catalán como tapadera y aun coartada de la corrupción política y las descarnadas políticas antisociales y privatizadores de CiU?
¿Qué pasaría por lo pronto con la abstención, que en las últimas elecciones venía cebándose sobre todo en el voto de unas clases populares creciente y visiblemente escépticas con la eficacia política del derecho de sufragio?
La abstención se ha mantenido en los parámetros habituales de las últimas convocatorias municipales, aumentando incluso en 1,29 puntos. Lo mas destacable es que afecta más significativamente esta vez a los barrios de ingresos más altos en las grandes ciudades como Madrid (en donde hubo casi 2 puntos más de participación) y Barcelona (¡en donde hubo 8 puntos más!), mientras que se ha producido una movilización de cierta envergadura en los barrios populares, a diferencia de lo ocurrido en 2007 y 2011. Ligada a esta mayor movilización de las clases populares hay que situar la brecha generacional muy pronunciada entre “viejos” y “nuevos” partidos que ya recogía la encuesta de intención de voto del CIS de enero de 2015.
Ganadores y perdedores a grandes trazos
En lineas generales, el PP ha perdido diez puntos y más de 2,5 millones de votos en comparación con 2011. El PSOE, 2 puntos y más de 700.000 votos. Pero si la comparación se retrotrae al comienzo del actual ciclo electoral en 2007, el PP acumula una pérdida de 11 puntos y el PSOE de 12. En 2007, la suma de los dos principales partidos dinásticos sumaba el 71,4% de los votos, y en 2015, el 52%. Aunque en otro plano, también es destacable la caída de CiU en número de votos (6 puntos). Solo Podemos y Ciudadanos, lejos de perder votos en relación con las elecciones europeas, crecen.
El PP ha visto cómo se desmadeja la trama de su tejido institucional urdido con aplastantes mayorías: pierde 500 de 3.300 ayuntamientos, pero sobre todo las capitales de provincia; retiene sólo... ¡Ceuta! En el nivel autonómico, el PP ha perdido todas las mayorías absolutas, incluidas la de Castilla-León y la de Castilla La Mancha, autonomía esta última en la que, además, perderá el gobierno a manos de una coalición PSOE-Podemos que habría sido imposible con la anterior ley electoral que modificó ventajistamente el propio PP precisamente para poder eternizarse en el poder (Ciudadanos ha quedado fuera del Parlamento autonómico, con más del 8% de los votos). El PP necesitará de la muleta de Ciudadanos –y está por ver a qué precio y con qué— para conservar los gobiernos regionales de Madrid, Rioja, Murcia y Melilla. La derecha, en este caso UPN, perdería también el gobierno foral de Navarra, como era previsible (véase el artículo de Pello Erdociain en SP).
El PSOE conserva Asturias (además de Andalucía, cuyas elecciones se celebraron en marzo) pero condicionado por una alianza con Podemos, que le daría además Aragón, Castilla la Mancha, Valencia (ver el artículo de Manuel Colomer), Baleares y Extremadura. El PSC sigue en caída libre en Cataluña, y deja de ser el principal partido de las izquierdas catalanas. Se producirá alternancia en el gobiernos autonómico de Cantabria con una coalición PRCPSOE. Y Coalición Canaria necesitará de una coalición con el PSOE para mantenerse en el Cabildo Insular.
En Euskadi, el PNV impone su hegemonía en las tres Juntas Generales y se hace con una serie de ayuntamientos significativos en Gipuzkoa, como San Sebastián, Arrasate, Bergara, Zarauz... hasta 17 municipios perdidos por EH Bildu, que ve como cae su voto un 5,5% en su feudo. Está por ver qué pasará en el ayuntamiento de Vitoria.
En Galicia, el PP pierde frente a las candidaturas de unidad popular de las izquierdas, las llamadas Mareas, en Santiago –cuyo más que probable alcalde será el amigo y colaborador de SinPermiso Martiño Noriega—, A Coruña y Ferrol, en un auténtico maremoto político (véase el articulo en SP de Antón Sanchez). El PSOE mantiene Vigo, desbancando al PP como partido más votado y logrando una mayoría absoluta.
En Cataluña, el heteróclito grupo de partidos declaradamente independentistas (CiU, ERC, CUP) aumenta de un 38,2% en 2011 al 45% en 2015. La pérdida de 6 puntos de la derechista CiU es compensada por los otros partidos de centroizquierda e izquierda en lo que no cabe sino interpretar como deslizamiento hacia la izquierda del voto independentista en el conjunto de la geografía catalana. Pero el voto de Barcelona y su cinturón rojo, en cambio, ha priorizado claramente el eje izquierda-derecha, configurando el embrión de un bloque alternativo de unidad popular -como tan exitosamente en las últimas elecciones del Reino Unido realizó el partido independentista escocés SNP-, dispuesto a ligar claramente el ejercicio del derecho democrático de autodeterminación de todos los pueblos de España (incluido el catalán) a la defensa de los derechos sociales y civiles populares: ese bloque representaría aproximadamente el 60% del sufragio emitido.
A pesar de haber conservado un importante número de concejales, por encima de 2.000, donde ha contribuido a las candidaturas unitarias de izquierda, conseguir la alcaldía de Zamora y mantener un grupo parlamentario de cinco diputados, con Gaspar Llamazares a la cabeza, en Asturias, Izquierda Unida sufre serios descalabros en Madrid y Valencia cuando se ha presentado sola y dividida. UPyD se ha convertido ya en una anécdota histórica.
Ciudadanos, el partido emergente de la nueva derecha, ha tenido un éxito menos espectacular del previsto por las encuestas y por los augures mediáticos: ha avanzado casi siempre a costa del voto perdido por la desacreditada vieja derecha del PP, y lo que es más importante, ni siquiera ha sido capaz de recoger todo el voto españolista liberal-conservador refugiado en la abstención.
Clarificar las hipótesis estratégicas
Tras las elecciones europeas en 2014 y el pico en expectativa de voto de Podemos, recogido por la encuesta del CIS de enero de 2015, los primeros indicios de un estancamiento de esta tendencia abrieron un importante debate de reorientación en Podemos. Pablo Iglesias resumió sus conclusiones, en un símil sobre los tempos de un partido de baloncesto, combinando la ofensiva inicial, el posicionamiento y la acumulación de fuerzas y la ofensiva final cara a las elecciones de noviembre recuperando la radicalidad de la crítica y la defensa de los intereses de los perdedores de la crisis. Este debate es ampliamente conocido (consultar aquí).
Paralelamente, se han desarrollado tres hipótesis estratégicas alternativas en otros sectores de la izquierda que, a fuer de esquematismos, podríamos resumir así:
a) hipótesis “destituyente”: para amplios sectores de sindicales, la crisis económica ha supuesto tal retroceso en la correlación de fuerzas con la imposición de un mercado laboral dominado por la precariedad y el paro, que la característica dominante de la situación es la perdida de derechos sociales y laborales en relación con la transición y la Constitución de 1978. La hegemonía de la derecha económica es tal que tiene un amplio margen para gestionar las grietas institucionales y políticas del régimen del 78. Frente a ello es necesario un frente defensivo a partir de la clase obrera organizada sin crear falsas ilusiones sobre un programa democrático radical ni la capacidad de movilización de las Mareas sectoriales o las Marchas de la Dignidad. En parte, esta visión es mayoritaria en los sectores más politizados de CCOO y UGT y ha sostenido la candidatura de IU a la alcaldía de Madrid.
b) hipótesis “revolución pasiva”: la crisis del régimen del 78 es real, pero la debilidad de la izquierda y del movimiento obrero organizado favorecen que sea la derecha la que este imponiendo sus intereses en la salida de la crisis, en una especie de “revolución pasiva” - por utilizar la terminología de Gramsci-. La “unidad popular” debe ser capaz de aglutinar a un nuevo bloque de izquierdas alrededor de una alianza Podemos-IU y recuperar la iniciativa con un programa de defensa del estado del bienestar y el empleo garantizado, su principal proponente ha sido Alberto Garzón, candidato de IU a las elecciones generales.
c) hipótesis “vía catalana”: la crisis del régimen del 78 es real, pero su principal componente, ante la falta de una alternativa real de la izquierda española, es el movimiento soberanista en Cataluña, a condición de que se produzca un desplazamiento de su hegemonía de CiU -definitivamente comprometida con los intereses de la derecha neoliberal tras el escándalo Pujol- a ERC y las CUP. La declaración unilateral de independencia por una mayoría parlamentaria soberanista tras las elecciones catalanas del 27 de Septiembre podría relanzar la resistencia y alentar una alternativa de las izquierdas españolas, encabezadas por Podemos. El mejor resumen de ella es la entrevista de Quim Arrufat con Vilaweb.
Elementos de balance y perspectivas
El resultado de las elecciones municipales y autonómicas permite recuperar, a partir de sus resultados y la constatación de la capacidad de movilización popular, este debate estratégico cara a las elecciones generales de noviembre a partir de los siguientes elementos:
1- La crisis del régimen del 78, impulsada y agravada por las consecuencias sociales de la crisis económica del 2007-2013 y de la débil recuperación posterior, especialmente en términos de empleo y salarios, es el marco real y duradero de la actual coyuntura. La crisis de hegemonía social de la derecha es paralela a la erosión de legitimidad y representatividad del PP, que no tiene solución sostenible ni al crecimiento de la deuda soberana, ni a la débil recuperación, ni a las consecuencias sociales de la crisis económica ni a la crisis fiscal que ha hecho implosionar el estado de las autonomías. Lo que no quiere decir que pueda seguir gestionando este desastre social a favor de los intereses de las oligarquías por un tiempo indeterminado si no se construye una alternativa de izquierdas creíble y eficaz. Las clases dominantes, apoyadas en la UE, tienen un amplio margen de maniobra y capacidad de iniciativa, como ha puesto de manifiesto la sucesión de la corona o el apoyo meditado a Ciudadanos, convirtiéndolo en una alternativa al descontento de sectores urbanos de derechas con el PP.
2- El sesgo generacional que hemos mencionado, que es una de las herencias del 15 M con la aparición de una nueva generación política, ha encontrado en las candidaturas de unidad popular su expresión organizativa. Que choca con la experiencia política y organizativa de la generación de izquierda de la transición, cuyo sector activo sigue estructurando la red de cuadros y las direcciones de los sindicatos mayoritarios y las organizaciones de izquierda, como IU y BNG, por poner dos ejemplos. Al superar los límites organizativos de la izquierda tradicional con los métodos de democracia participativa -aunque algunas expectativas se hayan visto frustradas en Podemos- las candidaturas de unidad popular se han convertido en un modelo de funcionamiento programático.
3- La crisis del bipartidismo y del estado de las autonomías es irreversible sin una reforma constitucional profunda. Pero el PP y el PSOE no cuentan ya con una mayoría institucional capaz de llevarla a cabo de forma controlada. El ascenso de Podemos y el éxito de las candidaturas de unidad popular bloquean por el momento un posible acuerdo post-electoral del PP y el PSOE, que produciría una rápida erosión de legitimidad de este último, después de perder más de un tercio de su electorado desde 2007. Pero la capacidad de condicionar en un frente de izquierdas al PSOE, obligando a su dirección a un giro de su política económica y social, exige un equilibrio de fuerzas más favorable a la izquierda agrupada en la unidad popular Ello implica una serie de alianzas de las izquierdas alternativas, federalistas y soberanistas, que aúnen en su programa la defensa de los derechos sociales con el derecho de autodeterminación, como base de un nuevo pacto territorial y constitucional. No existe en este momento la correlación de fuerzas necesaria para abrir procesos constituyentes: se trata de construirla en la movilización social y electoral, cuyo primer eslabón táctico es la derrota del PP en las elecciones generales de este año. Pero para la acumulación de fuerzas es necesario un horizonte estratégico de la izquierda, voluntad unitaria y un método de participación democrática que aliente y estructure la movilización popular.
4- La política de alianzas a nivel municipal tiene su propia dinámica legal, que exige la constitución de mayorías en un plazo de 10 días o pasa a gobernar la lista más votada. Este debe ser el terreno de constitución de frentes de izquierdas que desalojen del mayor número posible de ayuntamientos al PP, reforzando socialmente la implantación de la unidad popular. A nivel autonómico, tras estas elecciones, Podemos e IU deben facilitar la constitución de gobiernos del PSOE (Aragón, Asturias, Castilla la Mancha, Valencia, Baleares y Extremadura) o de Geroa Bai (Navarra), condicionar parlamentariamente su programa y su gestión, pero no integrarse en los gobiernos como socio minoritario, aprendiendo de las lecciones de los resultados de la experiencia de IU en Andalucía. Solo el resultado de las elecciones generales permitirá una revaluación de la situación y de la correlación de fuerzas entre el PSOE y la izquierda alternativa.
Junto a ello, las izquierdas harían mal en despreocuparse de la evolución de la negociación del Gobierno de Syria con la UE, el BCE y el FMI. El desarrollo de esa negociación afectará directamente la coyuntura y las expectativas de cambio en toda Europa, pero muy especialmente en el Reino de España de aquí a las elecciones generales, como un ariete para dividir un frente de izquierdas.
En conclusión
Los dirigentes de Podemos parecen haber comprendido que su audaz apuesta inicial por un Blitzkrieg que les llevara derechos en solitario –y con su propia “marca” (sic)— al gobierno del Reino en las próximas elecciones generales de otoño fue un error, y que, lejos de restar, las candidaturas bien construidas de unidad popular democrática y capilarmente armada, y sólo ellas, multiplican las posibilidades electorales de las izquierdas. Barcelona, Madrid o las Mareas gallegas lo han mostrado tan concluyente como paradigmáticamente. Una verdadera “crisis de régimen” nunca tiene un desenlace rápido. Ni fácil. Ni cómodo. Suelen ser procesos históricos prolongados, difíciles y peligrosos y aun infernales, en los que proliferan –como advirtió sabiamente el manoseado Gramsci hace muchos años— “monstruos” políticos de todo tipo: ¡también entre las propias filas! Los monstruos más peligrosos de nuestro particular infierno son los que pugnan ahora mismo, no por evitar un ilusionante –y acaso ilusorio por ahora— “proceso constituyente” democrático popular, sino quienes están evidentemente empeñados en aprovechar la crisis para “deconstituir” y erradicar derechos sociales y civiles fruto luchas populares pasadas y más o menos precariamente blindados en muchas constituciones europeas de postguerra (incluida la española de 1978). Comprender eso cabalmente es tal vez un buen primer paso para tender puentes entre la vieja y la nueva izquierda, en lo estrictamente político; y en lo generacional, entre las naturales tentaciones adanistas de los más jóvenes y la inaceptable autosatisfacción acomodaticia de los más viejos.
Ada Colau, Manuela Carmena, Mónica Oltra: mujeres de distintas generaciones, mujeres de la vieja izquierda decente y de la nueva izquierda ya experimentada. Símbolos ahora mismo de la esperanza en nuestro infierno. Y entretanto, ¡Esperanza en el infierno!
Antoni Domènech es el Editor general de SinPermiso. Gustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Consejo de Redacción de SinPermiso.
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sábado, 31 de agosto de 2013
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