Cuarenta y cinco organizaciones se reúnen en Madrid para leer un manifiesto en contra de la reforma educativa de José Ignacio Wert
Ayer se reunieron en la Universidad Complutense de Madrid más de 45 organizaciones –entre promotores, colaboradores y adhesiones- para la lectura de un manifiesto contra la ley de educación LOMCE. El evento estuvo presidido por Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la UNESCO, quien hizo un llamamiento a la “objeción de conciencia” de una ley que, según señalan los promotores del evento, es antidemocrática y segregadora. Por Marta Lorenzo.
La plataforma Stop Ley Wert reunió en el Paraninfo de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid a más de 45 organizaciones –entre promotores, colaboradores y adhesiones- para la lectura de un manifiesto contra la ley de educación LOMCE.
El pasado 21 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobaba el anteproyecto de esta ley de reforma educativa, a la que se oponen frontalmente numerosos colectivos de ciudadanos y organizaciones, que la consideran una ley antidemocrática y segregadora.
Ya a finales de septiembre, la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública, uno de los promotores del acto celebrado ayer en la Complutense, denunciaba el carácter profundamente antidemocrático de esta ley, tanto en su proceso de elaboración (realizado a espaldas de la comunidad educativa, de los grupos sociales y políticos, y de las Comunidades Autónomas), como en la organización de los centros docentes, que pasarán a tener direcciones nombradas a dedo por la Administración, que por tanto tendrá poderes absolutos en la gestión de los mismos.
El acto de ayer estuvo presidido por Federico Mayor Zaragoza que, entre otros cargos, ha sido director General de la Unesco entre 1987 y 1999 o Vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Desde 2000 preside la Fundación para una Cultura de Paz y en 2005 fue designado copresidente del Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones.
En su intervención, Mayor Zaragoza hizo un llamamiento a la “objeción de conciencia a la nueva ley de educación”, LOMCE, a la que calificó como una “ley de rodillo”. Además, señaló que “en virtud de la democracia genuina hay que negarse a la imposición".
Mayor Zaragoza calificó asimismo como "censura" al hecho de que informes como el de la OECD y el de Pisa, que son instituciones económicas orientadas a competidores, califiquen el rendimiento académico.
Manifiesto “Paremos la Ley Wert”
El anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que nos ha presentado recientemente el Gobierno supone un grave atentado al modelo de educación pública que tan laboriosamente se ha ido construyendo en nuestro país, ya que, entre otros aspectos:
- Vulnera la igualdad de oportunidades
- Excluye al alumnado con mayores dificultades de aprendizaje
- Permite o promueve la separación por sexos, creencias y procedencia
- Atenta contra la profesionalidad de profesoras y profesores
- Desatiende las necesidades de las personas y nos somete al dictado de empresas y banqueros
- No garantiza la educación de una ciudadanía, sino de trabajadoras y trabajadores
- Suprime la democracia participativa
- Ignora las diferencias autonómicas y vulnera sus competencias
- Desprecia los principios y criterios que han permitido avanzar en educación en nuestro país
La comunidad educativa, los ciudadanos y ciudadanas, exigimos la retirada del anteproyecto de la LOMCE, y reclamamos la elaboración de una ley que nazca del diálogo y el acuerdo de todas las partes implicadas, ya que solo así podrá gozar de garantías de estabilidad, tal y como sucede en otros países de nuestro entorno, y cumplir la función social que debe tener la educación.
Fuente: http://www.tendencias21.net/Federico-Mayor-Zaragoza-llama-a-la-objecion-de-conciencia-frente-a-la-LOMCE_a14538.html
Más en El País aquí.
La Iglesia gana la reforma educativa y la nota de religión puntuará para la selectividad -es decir para acceder a la Universidad- y obtener beca.
Ver otro vídeo aquí.
La LOMCE e IU, aquí.
Aquí 12 razones del catedrático Jurjo Torres Santomé Uni. de la Coruña:
19 de mayo de 2013 11:22
12 razones para decir NO a la LOMCE
Una ley sin justificación. No se acompaña de análisis rigurosos acerca del sistema educativo vigente; de sus puntos fuertes y débiles y, por tanto del porqué de las medidas que sería más conveniente proponer a debate para mejorarlo.
Una ley partidista. Se da por sentado que se comparten los prejuicios que el PP tiene acerca de lo que acontece en las aulas y, por tanto son estos los que guían las medidas que se pretenden imponer con rango de Ley. Se trata de educar exclusivamente según las concepciones ideológicas del PP.
Una ley muy conservadora. Se sustituye el ideal de educar ciudadanas y ciudadanos por el de mano de obra para el mercado laboral. Lo que explica que, entre otras cosas, se elimine la educación para la ciudadanía y se sustituya por un adoctrinamiento en el que “se eliminan del currículum todos los temas conflictivos”, según expresión del propio José Ignacio Wert, o sea, se impide una educación reflexiva y crítica.
Una ley neoliberal, destinada a mercantilizar aún más el sistema educativo y a reorientar los objetivos de la educación para ponerlos al servicio de las reglas del mercado neoliberal. Numerosas medidas que contempla la ley tienen como finalidad encubierta promover mayores cotas de privatización del sistema educativo.
Es también una ley que trata de justificar los recortes económicos con los que el PP viene castigando al sistema educativo: recorte en la partida destinada a becas, a la par que endurece los requisitos que debe cumplir cada estudiante para acceder a una beca; recortes en las plantilllas de profesorado, en los recursos destinados a los centros;incremento de las ratio profesorado - alumnado, ...
Una ley cínica, con un discurso que trata de desviar las miradas y culpar al sistema educativo de males que son consecuencia de un mundo empresarial ineficiente y de unos mercados financieros corruptos. No es justo que el texto del anteproyecto de LOMCE comience con un párrafo tan mercantilista, asumiendo como prioridad de la educación la promoción de la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. Obsesionando a los centros educativos con una educación para “competir con éxito en la arena internacional” (pág. 1).¿Dónde están los datos que digan que hay empresas que tuvieron que cerrar o no abrirse porque no encontraban aquí personal con la suficiente cualificación profesional? Por el contrario estamos a la cabeza de Europa en cuanto a jóvenes trabajando con sobrecualificación.
Una ley clasista. Se refuerza la segregación por clase social y etnia a partir de los catorce años, al rebajar la comprehensividad a los 14 años de edad, al igual que la LEG de 1970. Segregadora también por estimular a los centros a especializarse curricularmente (centros bilingües, de excelencia, ...); por no asegurar la etapa 0-3 de Educación Infantil como educadora, convirtiéndola en asistencial.
Es clasista, pues se recurre a un peligroso concepto de “talento”, intentando culpar a la genética del clasismo y racismo que caracteriza a nuestra sociedad; ignorando que los intereses, capacidades y destrezas humanas son el resultado del contexto y de las condiciones en el que las personas vivimos. Es, por tanto, una ley destinada a expulsar del sistema al alumnado de los grupos sociales más desfavorecidos, cuyos “talentos” se les hará ver que no son los adecuados y pertinentes.
Una ley sexista, al permitir colegios segregados por sexo, aduciendo una declaración de la UNESCO de 1960 e ignorando convenciones posteriores aprobadas por la ONU y sentencias del tribunal constitucional.
Una ley recentralizadora, pues se recortan fuertemente las competencias de las Comunidades Autónomas. Una característica que subraya también el ideario absolutamente centralista del Partido Popular.
Seguir aquí.
Jurjo Torres Santomé. Catedrático de Didáctica y Organización Escolar (Universidad de A Coruña) y socio de Ciudadan@s por la
Educación Pública.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Bangladesh, desposesión y explotación. Muerte de trabajadoras.
Las tareas de rescate terminaron y en los escombros de lo que fue el edificio de nueve plantas Rana Plaza en el distrito de Sava (Dacca) en Bangladesh, se llegaron a encontrar oficialmente hasta 1.127 cadáveres de trabajadores; o mejor dicho, trabajadoras, pues la mayoría eran mujeres jóvenes, como son inmensa mayoría en el sector textil (80%). La cifra de heridos se eleva a 2.438. Además de cinco fábricas textiles, el edificio contaba con tiendas y bancos en los pisos bajos. La indescriptible tragedia sigue al incendio de la fábrica Tazreen Fashion en Dacca que mató a 124 trabajadoras en noviembre de 2012 y a otros derrumbes, como el que mató a otro centenar en el mismo distrito en otro mes de abril, en 2005. La magnitud del desastre no solo ha puesto de relieve las penosas condiciones laborales de las trabajadoras del sector textil -muchas de ellas sin contrato formal- en el segundo exportador mundial de ropa, sino la deshumanización que conlleva la reducción de la vida a un mero factor de producción.
Según informó la prensa bangladesí, en los días previos al colapso se habían detectado grietas en la estructura del edificio y se había recomendado su cierre. Sin embargo, los propietarios de las fábricas (por lo general, hombres) presionaron para que las trabajadoras acudieran al trabajo, alegando que los ingenieros habían dado su visto bueno. Algunos llegaron a amenazar con no pagar un mes de sueldo. En el incendio de Tazreen los propietarios habían cerrado las puertas. Esta coacción laboral criminal pone en entredicho los elogios a la proletarización que se han escrito con el objetivo de contrarrestar las críticas a la explotación en Bangladesh. La proletarización no ha sido el resultado de una comparación racional entre oportunidades económicas por parte de sujetos iguales en un mercado libre. Tampoco se debe a un fatalismo demográfico y medioambiental. Aunque las condiciones ecológicas y de sobrepoblación son muy duras en Bangladesh, de ningún modo exigen una servidumbre que se presenta interesadamente como única alternativa posible de supervivencia.
El éxodo rural ha sido el producto de toda una historia de conflictos por el acceso a la tierra que se viene arrastrando desde el período colonial, que continuó durante el período postcolonial de Paquistán Oriental y tras la independencia en 1971, y que se agravó desde la década de 1980 con los programas de ajuste estructural promovidos por el FMI y el Banco Mundial. Un proceso que bien puede caracterizarse como de acumulación por desposesión, siguiendo el concepto de David Harvey, y que en el campo condujo a un acaparamiento de tierras cultivables (land grabbing).
Todo ello coincide con la génesis histórica del trabajo asalariado en la llamada acumulación primitiva. En este sentido, la acumulación primitiva no constituiría una etapa situada cronológicamente en un tiempo anterior, en la prehistoria del capitalismo por así decirlo, sino que forma parte del presente continuo del capitalismo. Y en todo proceso de acumulación primitiva (o por desposesión) el papel del Estado es fundamental. La remuneración que procura el trabajo asalariado dependiente no basta para canalizar la movilidad en interés del capital, como ya se ha explicado en otra parte. Mientras el trabajador potencialmente dependiente disponga de un ingreso suficiente, que puede provenir de un patrimonio (en el caso de los campesinos, puede ser simplemente el usufructo de unas tierras) o de la venta del producto de su trabajo, es decir, mientras haya cierto grado de igualdad económica y de dignidad, la libertad no favorece al capitalista. Sin mecanismos sociales extremadamente elaborados que solo pueden ser puestos en marcha por un Estado centralizador y homogeneizador, las externalidades positivas que produce la relación salarial son superadas por las externalidades negativas y se pierden. De ahí que la relación salarial clásica suela convivir con la imposición desde arriba de relaciones de trabajo forzado o servil en sus distintas variantes.
En Bangladesh, fue precisamente el Estado -colonial primero, postcolonial después- antes que las corporaciones extranjeras el principal agente encargado de arrebatar las tierras a los campesinos pobres (hindúes sobre todo) y redistribuirlos en favor de la nueva oligarquía agraria musulmana (jotedar) por medio de cambios en la legislación sobre la propiedad agraria, programas de desarrollo (la famosa "revolución verde"), y mecanismos informales (corrupción). Los propietarios adinerados se apoyaron también en la violencia de grupos paramilitares (lathiyals), en el caso de las islas formadas por sedimentos aluviales (char). Por otra parte, los programas de ajuste estructural aplicados por sucesivas dictaduras militares facilitaron la privatización y desaparición de las empresas públicas, con lo que se desactivó a los sectores más belicosos de los sindicatos obreros que habían contribuído a las luchas por la independencia y se incrementó notablemente el número de desempleados.
Una tesis doctoral del profesor bangladesí A.Q.M. Mahbub (Population mobility in rural Bangladesh; the circulation of working people) escrita en 1986, en plena etapa de ajuste estructural y de aceleración de la proletarización urbana, resumía el proceso de este modo: "Las personas de clase baja son campesinos pobres que han sido desvinculados de su tierra. Vienen de familias consideradas de clase media que han sido gradualmente degradadas socialmente como resultado de la masificación rural. Mukherjee (1948) describía la clase media como el campesinado autosuficiente en el Bengal rural. Pero hoy, cuatro décadas después de esta investigación, la mayor parte de las familias de clase media pertenecen sin lugar a dudas a un campesinado dependiente. También es evidente que un gran número de familias de clase media están siendo "expulsadas" e incluidas en las clases bajas -la clase que ha ido creciendo rápidamente.
A lo largo del tiempo, la movilidad de clase en Bangladesh muestra una clara tendencia hacia abajo que conduce al empobrecimiento (si no proletarización) por medio de la desintegración de la clase media". Podemos discutir la aplicación del término "clase media" en el Bangladesh de la época, pero está claro hacia dónde apunta el autor. En ciudades como Dacca las apropiaciones de tierras, con frecuencia ilegales, dieron lugar a expulsiones que sirvieron a la especulación inmobiliaria y al desarrollo industrial de las maquilas en el área metropolitana de Dacca: el mismo edificio Rana Plaza fue levantado sobre terreno que había sido apropiado por un líder político local con vínculos con el crimen organizado, y el edificio de la Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association (BGMEA) se construyó sobre terreno público. Mientras, los migrantes rurales fueron hacinándose en los suburbios. El desarrollo de sector textil, orientado a la exportación y basado en la explotación intensiva de trabajadoras jóvenes doblemente subcontratadas (las empresas localizadas en las zonas francas industriales subcontratan fuera de las mismas el grueso de la producción) con salarios paupérrimos y condiciones laborales inhumanas, fue el corolario de las reformas estructurales. Los propietarios de las fábricas, que suelen ser a su vez parlamentarios, ministros o dueños de medios de comunicación, lograron reducir los salarios reales entre 1993 y 2006. Un éxito en competitividad frente a unos vecinos del sudeste asiático que han visto incrementarse los salarios reales en el sector industrial.
Evolución de la escala salarial de los trabajadores del sector textil en Bangladesh. Fuente: Anu Muhammad (EPW, 2011). Esta situación no surgió espontáneamente como ejemplo de la teoría de las ventajas comparativas: el Estado lo promovió con fuertes incentivos fiscales, las instituciones financieras internacionales lo financiaron y los países occidentales lo estimularon con acuerdos comerciales que integraron Bangladesh en lo más bajo de una cadena de producción liderada por corporaciones multinacionales. "Sin embargo, la industria textil orientada a la exportación no ha representado una mejora clara en las condiciones laborales comparado con el resto de la economía", escriben desde la secretaría de la Commonwealth en el marco de un programa de género. El carácter forzado tiene de hecho bastante que ver con el "elevado nivel de rotación. Estas mujeres son fuente de trabajo explotado, trabajan intensamente por un período de tiempo y luego se van, solo para ser reemplazadas por un continuo suministro de mujeres jóvenes del campo. Los graves daños a la salud y los conflictos en la vida marital hacen que la industria textil sea insostenible a largo plazo. No obstante, las que consiguen algún dinero tienen la oportunidad de empezar su propio negocio después, y las mujeres han sido capaces de cambiar su papel como dependientes."
Esta transformación de la subjetividad femenina en busca de una mayor autonomía se refleja también en las fuertes resistencias laborales que han sido reprimidas duramente por la policía. Al margen de los sindicatos tradicionales, las mujeres del sector textil han protagonizado las movilizaciones laborales más potentes de los últimos años, en reclamo de mayores salarios, el pago de salarios atrasados, la reducción de la jornada laboral (actualmente una media de 12 horas diarias), mayor seguridad en el trabajo y fin del acoso sexual en las fábricas y del abuso físico, cuando no tortura. Las trabajadoras lograron arrancar incrementos en el salario mínimo en 2006 y 2010 (aún así, el más bajo de los trabajadores textiles a nivel mundial) pero de momento estos logros han resultado insuficientes frente al incremento del coste de la vida. Ya el año pasado las multinacionales extranjeras que compraban las prendas fabricadas en Bangladesh (Walmart, Inditex, H&M, Carrefour, Tesco, JC Penney, Nike, Marks & Spencer, Levi's) mostraron su preocupación ante el gobierno por la situación de los trabajadores en el país, pero no por una súbita responsabilidad social corporativa, sino porque la continua rebelión interrumpía los flujos de aprovisionamento. "Las interrupciones industriales y las quejas de los trabajadores están impactando ahora nuestra habilidad para gestionar nuestros negocios en Bangladesh", declaró uno de ellos al diario bangladesí Daily Star.
La indignación que provoca la crueldad, la injusticia y la explotación no tiene nada de moralista, como han escrito algunos. Es, eso sí, una posición ética. "La indignación es el odio hacia alguien que ha hecho mal a otro" (Spinoza, Etica, III, def. XX de las pasiones). No es conmiseración, sino empatía, reconocimiento de ese común expoliado que llamamos humanidad, aunque haya grados y clases en un escalafón en el que es fácil descender si el gobierno de los pocos así lo exige. Las primeras que expresaron esta indignación fueron las propias mujeres trabajadoras bangladesíes, que se unieron frente al mando capitalista y patriarcal exigiendo dignidad. Son ellas las que nos dicen que siempre hay alternativas y que la miseria no es lo que definen desde arriba para chantajear con un empleo servil, sino la desposesión y opresión que genera la acumulación insolente de la riqueza de todos.
Samuel
Blog del autor: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/
Leer la noticia sobre las luchas de los trabajadores textiles (pues los trabajadores siempre luchan aunque no lo digan las noticias) y como los reprime la policía aquí.
Según informó la prensa bangladesí, en los días previos al colapso se habían detectado grietas en la estructura del edificio y se había recomendado su cierre. Sin embargo, los propietarios de las fábricas (por lo general, hombres) presionaron para que las trabajadoras acudieran al trabajo, alegando que los ingenieros habían dado su visto bueno. Algunos llegaron a amenazar con no pagar un mes de sueldo. En el incendio de Tazreen los propietarios habían cerrado las puertas. Esta coacción laboral criminal pone en entredicho los elogios a la proletarización que se han escrito con el objetivo de contrarrestar las críticas a la explotación en Bangladesh. La proletarización no ha sido el resultado de una comparación racional entre oportunidades económicas por parte de sujetos iguales en un mercado libre. Tampoco se debe a un fatalismo demográfico y medioambiental. Aunque las condiciones ecológicas y de sobrepoblación son muy duras en Bangladesh, de ningún modo exigen una servidumbre que se presenta interesadamente como única alternativa posible de supervivencia.
El éxodo rural ha sido el producto de toda una historia de conflictos por el acceso a la tierra que se viene arrastrando desde el período colonial, que continuó durante el período postcolonial de Paquistán Oriental y tras la independencia en 1971, y que se agravó desde la década de 1980 con los programas de ajuste estructural promovidos por el FMI y el Banco Mundial. Un proceso que bien puede caracterizarse como de acumulación por desposesión, siguiendo el concepto de David Harvey, y que en el campo condujo a un acaparamiento de tierras cultivables (land grabbing).
Todo ello coincide con la génesis histórica del trabajo asalariado en la llamada acumulación primitiva. En este sentido, la acumulación primitiva no constituiría una etapa situada cronológicamente en un tiempo anterior, en la prehistoria del capitalismo por así decirlo, sino que forma parte del presente continuo del capitalismo. Y en todo proceso de acumulación primitiva (o por desposesión) el papel del Estado es fundamental. La remuneración que procura el trabajo asalariado dependiente no basta para canalizar la movilidad en interés del capital, como ya se ha explicado en otra parte. Mientras el trabajador potencialmente dependiente disponga de un ingreso suficiente, que puede provenir de un patrimonio (en el caso de los campesinos, puede ser simplemente el usufructo de unas tierras) o de la venta del producto de su trabajo, es decir, mientras haya cierto grado de igualdad económica y de dignidad, la libertad no favorece al capitalista. Sin mecanismos sociales extremadamente elaborados que solo pueden ser puestos en marcha por un Estado centralizador y homogeneizador, las externalidades positivas que produce la relación salarial son superadas por las externalidades negativas y se pierden. De ahí que la relación salarial clásica suela convivir con la imposición desde arriba de relaciones de trabajo forzado o servil en sus distintas variantes.
En Bangladesh, fue precisamente el Estado -colonial primero, postcolonial después- antes que las corporaciones extranjeras el principal agente encargado de arrebatar las tierras a los campesinos pobres (hindúes sobre todo) y redistribuirlos en favor de la nueva oligarquía agraria musulmana (jotedar) por medio de cambios en la legislación sobre la propiedad agraria, programas de desarrollo (la famosa "revolución verde"), y mecanismos informales (corrupción). Los propietarios adinerados se apoyaron también en la violencia de grupos paramilitares (lathiyals), en el caso de las islas formadas por sedimentos aluviales (char). Por otra parte, los programas de ajuste estructural aplicados por sucesivas dictaduras militares facilitaron la privatización y desaparición de las empresas públicas, con lo que se desactivó a los sectores más belicosos de los sindicatos obreros que habían contribuído a las luchas por la independencia y se incrementó notablemente el número de desempleados.
Una tesis doctoral del profesor bangladesí A.Q.M. Mahbub (Population mobility in rural Bangladesh; the circulation of working people) escrita en 1986, en plena etapa de ajuste estructural y de aceleración de la proletarización urbana, resumía el proceso de este modo: "Las personas de clase baja son campesinos pobres que han sido desvinculados de su tierra. Vienen de familias consideradas de clase media que han sido gradualmente degradadas socialmente como resultado de la masificación rural. Mukherjee (1948) describía la clase media como el campesinado autosuficiente en el Bengal rural. Pero hoy, cuatro décadas después de esta investigación, la mayor parte de las familias de clase media pertenecen sin lugar a dudas a un campesinado dependiente. También es evidente que un gran número de familias de clase media están siendo "expulsadas" e incluidas en las clases bajas -la clase que ha ido creciendo rápidamente.
A lo largo del tiempo, la movilidad de clase en Bangladesh muestra una clara tendencia hacia abajo que conduce al empobrecimiento (si no proletarización) por medio de la desintegración de la clase media". Podemos discutir la aplicación del término "clase media" en el Bangladesh de la época, pero está claro hacia dónde apunta el autor. En ciudades como Dacca las apropiaciones de tierras, con frecuencia ilegales, dieron lugar a expulsiones que sirvieron a la especulación inmobiliaria y al desarrollo industrial de las maquilas en el área metropolitana de Dacca: el mismo edificio Rana Plaza fue levantado sobre terreno que había sido apropiado por un líder político local con vínculos con el crimen organizado, y el edificio de la Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association (BGMEA) se construyó sobre terreno público. Mientras, los migrantes rurales fueron hacinándose en los suburbios. El desarrollo de sector textil, orientado a la exportación y basado en la explotación intensiva de trabajadoras jóvenes doblemente subcontratadas (las empresas localizadas en las zonas francas industriales subcontratan fuera de las mismas el grueso de la producción) con salarios paupérrimos y condiciones laborales inhumanas, fue el corolario de las reformas estructurales. Los propietarios de las fábricas, que suelen ser a su vez parlamentarios, ministros o dueños de medios de comunicación, lograron reducir los salarios reales entre 1993 y 2006. Un éxito en competitividad frente a unos vecinos del sudeste asiático que han visto incrementarse los salarios reales en el sector industrial.
Evolución de la escala salarial de los trabajadores del sector textil en Bangladesh. Fuente: Anu Muhammad (EPW, 2011). Esta situación no surgió espontáneamente como ejemplo de la teoría de las ventajas comparativas: el Estado lo promovió con fuertes incentivos fiscales, las instituciones financieras internacionales lo financiaron y los países occidentales lo estimularon con acuerdos comerciales que integraron Bangladesh en lo más bajo de una cadena de producción liderada por corporaciones multinacionales. "Sin embargo, la industria textil orientada a la exportación no ha representado una mejora clara en las condiciones laborales comparado con el resto de la economía", escriben desde la secretaría de la Commonwealth en el marco de un programa de género. El carácter forzado tiene de hecho bastante que ver con el "elevado nivel de rotación. Estas mujeres son fuente de trabajo explotado, trabajan intensamente por un período de tiempo y luego se van, solo para ser reemplazadas por un continuo suministro de mujeres jóvenes del campo. Los graves daños a la salud y los conflictos en la vida marital hacen que la industria textil sea insostenible a largo plazo. No obstante, las que consiguen algún dinero tienen la oportunidad de empezar su propio negocio después, y las mujeres han sido capaces de cambiar su papel como dependientes."
Esta transformación de la subjetividad femenina en busca de una mayor autonomía se refleja también en las fuertes resistencias laborales que han sido reprimidas duramente por la policía. Al margen de los sindicatos tradicionales, las mujeres del sector textil han protagonizado las movilizaciones laborales más potentes de los últimos años, en reclamo de mayores salarios, el pago de salarios atrasados, la reducción de la jornada laboral (actualmente una media de 12 horas diarias), mayor seguridad en el trabajo y fin del acoso sexual en las fábricas y del abuso físico, cuando no tortura. Las trabajadoras lograron arrancar incrementos en el salario mínimo en 2006 y 2010 (aún así, el más bajo de los trabajadores textiles a nivel mundial) pero de momento estos logros han resultado insuficientes frente al incremento del coste de la vida. Ya el año pasado las multinacionales extranjeras que compraban las prendas fabricadas en Bangladesh (Walmart, Inditex, H&M, Carrefour, Tesco, JC Penney, Nike, Marks & Spencer, Levi's) mostraron su preocupación ante el gobierno por la situación de los trabajadores en el país, pero no por una súbita responsabilidad social corporativa, sino porque la continua rebelión interrumpía los flujos de aprovisionamento. "Las interrupciones industriales y las quejas de los trabajadores están impactando ahora nuestra habilidad para gestionar nuestros negocios en Bangladesh", declaró uno de ellos al diario bangladesí Daily Star.
La indignación que provoca la crueldad, la injusticia y la explotación no tiene nada de moralista, como han escrito algunos. Es, eso sí, una posición ética. "La indignación es el odio hacia alguien que ha hecho mal a otro" (Spinoza, Etica, III, def. XX de las pasiones). No es conmiseración, sino empatía, reconocimiento de ese común expoliado que llamamos humanidad, aunque haya grados y clases en un escalafón en el que es fácil descender si el gobierno de los pocos así lo exige. Las primeras que expresaron esta indignación fueron las propias mujeres trabajadoras bangladesíes, que se unieron frente al mando capitalista y patriarcal exigiendo dignidad. Son ellas las que nos dicen que siempre hay alternativas y que la miseria no es lo que definen desde arriba para chantajear con un empleo servil, sino la desposesión y opresión que genera la acumulación insolente de la riqueza de todos.
Samuel
Blog del autor: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/
Leer la noticia sobre las luchas de los trabajadores textiles (pues los trabajadores siempre luchan aunque no lo digan las noticias) y como los reprime la policía aquí.
Legitimidad
En España cinco jóvenes han sido detenidos por ser administradores de una página anarquista en internet. Sin embargo, también en las redes, otros seres (¿humanos?) afirman que “hay que matar y tirar a fosas comunes a los rojos hijos de puta” o “gasear a los perros flauta”, sin que la Fiscalía o la Audiencia Nacional estimen oportuno actuar. En España, la delegada del Gobierno en Cataluña homenajea en las calles, sin que esto se considere apología del nazismo, a los combatientes de la División Azul enviados por Franco a la Alemania de Hitler, al tiempo que la policía reprime y golpea a los estudiantes que piden la retirada de la LOMCE, a las feministas contrarias a la regresiva reforma del aborto, a los desahuciados que hacen escraches a los diputados.
Pero nos asiste el derecho a defendernos y a remover del poder a quienes hoy lo detentan por tratarse de un gobierno ilegítimo, y tomo como referente a un teórico que para nada puede ser acusado de radicalismo, el liberal John Locke, quien en el siglo XVII señaló que el poder se convertía en tiranía si era utilizado para empobrecer, intimidar o someter a los súbditos a mandatos abusivos. ¿Y acaso no nos están empobreciendo, cuando reducen los salarios, los subsidios, las ayudas?; ¿cuándo abaratan el despido?; ¿cuándo permiten los abusos de la banca y los desahucios?; ¿cuándo sirven a los intereses de los poderosos y no a los de la mayorías sociales? ¿Acaso no están incumpliendo el pacto firmado con los ciudadanos cuando en las urnas fueron elegidos para cumplir un programa y acto seguido hacen lo contrario?
También Locke advertía que era justo rebelarse cuando se entregaba el pueblo a la “sujeción de un poder extranjero, pues el fin que perseguía el pueblo (…) era el de conservarse como un entero, libre e independiente cuerpo social, gobernado por sus propias leyes”. ¿Y acaso ahora mismo no estamos más que nunca en manos de un poder extranjero, gobernados por instituciones económicas europeas a las que nadie ha elegido, quienes junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), conforman la asfixiante y tirana Troika? María Vacas Sentís
Pero nos asiste el derecho a defendernos y a remover del poder a quienes hoy lo detentan por tratarse de un gobierno ilegítimo, y tomo como referente a un teórico que para nada puede ser acusado de radicalismo, el liberal John Locke, quien en el siglo XVII señaló que el poder se convertía en tiranía si era utilizado para empobrecer, intimidar o someter a los súbditos a mandatos abusivos. ¿Y acaso no nos están empobreciendo, cuando reducen los salarios, los subsidios, las ayudas?; ¿cuándo abaratan el despido?; ¿cuándo permiten los abusos de la banca y los desahucios?; ¿cuándo sirven a los intereses de los poderosos y no a los de la mayorías sociales? ¿Acaso no están incumpliendo el pacto firmado con los ciudadanos cuando en las urnas fueron elegidos para cumplir un programa y acto seguido hacen lo contrario?
También Locke advertía que era justo rebelarse cuando se entregaba el pueblo a la “sujeción de un poder extranjero, pues el fin que perseguía el pueblo (…) era el de conservarse como un entero, libre e independiente cuerpo social, gobernado por sus propias leyes”. ¿Y acaso ahora mismo no estamos más que nunca en manos de un poder extranjero, gobernados por instituciones económicas europeas a las que nadie ha elegido, quienes junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), conforman la asfixiante y tirana Troika? María Vacas Sentís
martes, 21 de mayo de 2013
No a los recortes, cantados por alumnado de Primaria. Si tienes un momento para verlo te gustará, es encantador con esa maravilla que son los niños cuando lo son, que es casi siempre, y el atractivo sin par que tiene la buena música. Después de verlo grité !!!viva la vida¡¡¡ y, por supuesto, la escuela pública que hace cosas como estas.
¿Son tontos los hispanos? Una tesis doctoral vincula las políticas migratorias en Estados Unidos con el cociente intelectual
“El indicador conocido como cociente intelectual (CI) puede estimar de manera confiable la inteligencia. El CI promedio de los inmigrantes en los EE UU es considerablemente más bajo que el de la población nativa de raza blanca. Esta diferencia es probable que persista durante varias generaciones. Las consecuencias son la falta de asimilación socioeconómica entre los inmigrantes de bajo cociente intelectual, conductas de clase baja, menor confianza social y un aumento en trabajadores no cualificados en el mercado laboral estadounidense. La selección de los inmigrantes de alto cociente intelectual podría mejorar estos problemas en EE UU al mismo tiempo que beneficiaría a los potenciales inmigrantes que son más inteligentes pero que carecen de acceso a la educación en sus países de origen”.
Este es el resumen de la tesis doctoral que presentó Jason Richwine en la Universidad de Harvard en 1999 y que fue aprobada sin objeciones por un comité formado por tres prestigiosos catedráticos de esa universidad. La tesis habla de los inmigrantes en general, pero sus conclusiones están principalmente basadas en el análisis del (bajo) CI de los hispanos. Armado con esa credencial, el flamante doctor Richwine comenzó su carrera en lo que en Washington se llama “la industria de la influencia”. Trabajó en dos importantes think tanks conservadores, publicó artículos en diarios y revistas y daba conferencias. Cuando el exsenador Jim DeMint, uno de los principales líderes del Tea Party y recién nombrado presidente de la fundación Heritage, necesitó encargar a alguien que hiciera el estudio que serviría como punta de lanza en la batalla para impedir la reforma de la política migratoria de EE UU, escogió a Jason Richwine, quien junto con Robert Rector sería el coautor del informe. Al doctor Richwine le estaba yendo bien.
Hasta la semana pasada.
Dylan Mathews, un periodista del Washington Post, se tropezó con la tesis doctoral de Richwine y publicó su mensaje central. Las reacciones no se dejaron esperar. La fundación Heritage se limitó a decir que las controvertidas ideas de Richwine las escribió en Harvard y no en la Fundación. Dos días después, Richwine renunció a su cargo.
En todo esto hay muchas sorpresas, pero quizá la principal tiene que ver con los estándares que se usan en Harvard para otorgar un doctorado. La tesis de Richwine parte de la base de que hay causa y efecto entre dos variables difíciles de medir: inteligencia y raza. Entre los científicos sociales no hay consenso acerca de qué es lo que miden los test que estiman el cociente intelectual. ¿Miden inteligencia o más bien miden la capacidad de responder bien a ese tipo test? Y si miden inteligencia ¿qué tipo de inteligencia es? Todos conocemos genios que obtienen buenos resultados en los test de inteligencia pero cuya vida personal y profesional es un desastre y que terminan siendo una carga para su familia y para la sociedad. Y también conocemos gente que no brilla por su intelecto pero cuya contribución a la sociedad es enorme. Pero si la inteligencia es difícil de medir, ¿cómo se mide eso que Richwine define como “los hispanos”? Esta no es una categoría biológica sino una definición popularizada por la Oficina del Censo de EE UU que usa el término hispano o latino para referirse a “una persona de origen cubano, mexicano, puertorriqueño, centro o sudamericano o de otra cultura u origen español, independientemente de su raza”. Evidentemente, tratar a los “hispanos” como una categoría genética o biológicamente homogénea es, por decir los menos, metodológicamente endeble.
Y los problemas con la tesis de Richwine no terminan ahí. Derivar de sus conclusiones la idea de que una buena política inmigratoria se debe basar en aplicarle pruebas de inteligencia a los inmigrantes, es una propuesta más nutrida por la ideología que por la ciencia.
Pero si se trata de creer en estudios que se basan en los test de inteligencia, entonces vale la pena mencionar uno muy interesante referido por el periodista Jon Wiener. En 2012 la revista Psychological Science reportó que un amplio estudio en Reino Unido que examinó a casi 16.000 personas a través de los años encontró que “los menores niveles de inteligencia en la infancia pronostican la presencia de mayor racismo en la edad adulta”. En otras palabras: los adultos que son racistas no salían muy bien en los test de inteligencia cuando eran niños.
En resumen: Si usted cree que los hispanos son tontos, entonces debe creer que los racistas también lo son. Pura ciencia.
Fuente: El País; http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/11/actualidad/1368293943_697544.html Sígame en Twitter @moisesnaim
(Foto: de izquierda a derecha; Fer, Rocío, y mis hijos; Antonio, Jose, María y Rosa. Nietos; Jimena, Hannah y Yago)
Ver más aquí. en la BBC.
Este es el resumen de la tesis doctoral que presentó Jason Richwine en la Universidad de Harvard en 1999 y que fue aprobada sin objeciones por un comité formado por tres prestigiosos catedráticos de esa universidad. La tesis habla de los inmigrantes en general, pero sus conclusiones están principalmente basadas en el análisis del (bajo) CI de los hispanos. Armado con esa credencial, el flamante doctor Richwine comenzó su carrera en lo que en Washington se llama “la industria de la influencia”. Trabajó en dos importantes think tanks conservadores, publicó artículos en diarios y revistas y daba conferencias. Cuando el exsenador Jim DeMint, uno de los principales líderes del Tea Party y recién nombrado presidente de la fundación Heritage, necesitó encargar a alguien que hiciera el estudio que serviría como punta de lanza en la batalla para impedir la reforma de la política migratoria de EE UU, escogió a Jason Richwine, quien junto con Robert Rector sería el coautor del informe. Al doctor Richwine le estaba yendo bien.
Hasta la semana pasada.
Dylan Mathews, un periodista del Washington Post, se tropezó con la tesis doctoral de Richwine y publicó su mensaje central. Las reacciones no se dejaron esperar. La fundación Heritage se limitó a decir que las controvertidas ideas de Richwine las escribió en Harvard y no en la Fundación. Dos días después, Richwine renunció a su cargo.
En todo esto hay muchas sorpresas, pero quizá la principal tiene que ver con los estándares que se usan en Harvard para otorgar un doctorado. La tesis de Richwine parte de la base de que hay causa y efecto entre dos variables difíciles de medir: inteligencia y raza. Entre los científicos sociales no hay consenso acerca de qué es lo que miden los test que estiman el cociente intelectual. ¿Miden inteligencia o más bien miden la capacidad de responder bien a ese tipo test? Y si miden inteligencia ¿qué tipo de inteligencia es? Todos conocemos genios que obtienen buenos resultados en los test de inteligencia pero cuya vida personal y profesional es un desastre y que terminan siendo una carga para su familia y para la sociedad. Y también conocemos gente que no brilla por su intelecto pero cuya contribución a la sociedad es enorme. Pero si la inteligencia es difícil de medir, ¿cómo se mide eso que Richwine define como “los hispanos”? Esta no es una categoría biológica sino una definición popularizada por la Oficina del Censo de EE UU que usa el término hispano o latino para referirse a “una persona de origen cubano, mexicano, puertorriqueño, centro o sudamericano o de otra cultura u origen español, independientemente de su raza”. Evidentemente, tratar a los “hispanos” como una categoría genética o biológicamente homogénea es, por decir los menos, metodológicamente endeble.
Y los problemas con la tesis de Richwine no terminan ahí. Derivar de sus conclusiones la idea de que una buena política inmigratoria se debe basar en aplicarle pruebas de inteligencia a los inmigrantes, es una propuesta más nutrida por la ideología que por la ciencia.
Pero si se trata de creer en estudios que se basan en los test de inteligencia, entonces vale la pena mencionar uno muy interesante referido por el periodista Jon Wiener. En 2012 la revista Psychological Science reportó que un amplio estudio en Reino Unido que examinó a casi 16.000 personas a través de los años encontró que “los menores niveles de inteligencia en la infancia pronostican la presencia de mayor racismo en la edad adulta”. En otras palabras: los adultos que son racistas no salían muy bien en los test de inteligencia cuando eran niños.
En resumen: Si usted cree que los hispanos son tontos, entonces debe creer que los racistas también lo son. Pura ciencia.
Fuente: El País; http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/11/actualidad/1368293943_697544.html Sígame en Twitter @moisesnaim
(Foto: de izquierda a derecha; Fer, Rocío, y mis hijos; Antonio, Jose, María y Rosa. Nietos; Jimena, Hannah y Yago)
Ver más aquí. en la BBC.
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lunes, 20 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
Mala hierba. La derecha española ha tomado la cultura como un menester banal que está en manos de gente frívola, bohemia y subversiva
La derecha española siempre ha considerado el Ministerio de Educación como una finca de su propiedad. A medias con la Iglesia católica ha luchado por defender ese bastión, desde el cual ha ejercido históricamente una posición de dominio sobre la conciencia de los ciudadanos. De hecho, la educación laica promulgada por la II República fue una de las causas de que la derecha entrara de forma muy violenta en su demolición y, alcanzada la victoria, estableciera una represión salvaje contra los profesores y maestros partidarios de la escuela pública. Ese ministerio se ha constituido desde entonces en un territorio de combate ideológico. Pero, al contrario de lo que sucede con la educación, la derecha española nunca ha considerado el mundo de la cultura como una frontera que debiera conquistar; más bien la ha tomado como un menester banal que está en manos de gente imprevisible, frívola, bohemia y subversiva, que tira al monte como las cabras, actores, poetas, cineastas, músicos, cantantes, bailarines y saltimbanquis, una reata a la que en el fondo desprecia, puesto que no la puede controlar. La derecha española, incluida la derecha dandi si la hubiera, está abrazada al casticismo; nunca ha sido soluble con ninguna vanguardia estética; en realidad ante un cuadro de Picasso o de Miró sigue pensando que eso lo pinta mejor su niño de cinco años. Un día los artistas salieron a la calle con una pancarta contra la guerra de Irak; poco después aprovecharon la fiesta de los Premios Goya para protestar y realizar algunas chirigotas inocentes contra el Gobierno de Aznar. Esta crítica casi de manual ha sido suficiente para que el mundo del cine español haya sido zaherido, despreciado y ridiculizado con saña por un sector de la derecha más agria, un escarnio que desde entonces aun perdura. No importa que se trate de actores y cineastas con prestigio internacional ni de artistas a los que el público adora y grita de placer en sus conciertos, la única tropa libre y divertida, capaz todavía de hacernos soñar en medio de esta crisis económica, color de rata. Ahora, la batería agresiva de impuestos que la derecha ha descargado, entre el desprecio y la venganza, sobre esa mala hierba de la cultura, no ha hecho sino ahondar el abismo insalvable que las separa. Fuente: Manuel Vicent. El País.
viernes, 17 de mayo de 2013
“El Vaticano tendría que desaparecer, como Estado y como banco”. Entrevista a Enrique de Castro, conocido como el "cura rojo" por ayudar a los más desfavorecidos
“Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios”. Con esta lapidaria frase, según cuenta el evangelio de Mateo, se dirigió Jesús a los sacerdotes, que utilizaban la posición que les daba la religión para hacer riqueza.
Esta visión la aplican hoy curas como Enrique de Castro, que lleva más de 40 años dedicando su vida a los desheredados desde una parroquia de Vallecas (Madrid), la San Carlos Borromeo, que ha servido de sede de asambleas a colectivos sociales en incontables ocasiones. El cura Javier Baeza le ha tomado el relevo, pero De Castro continúa su labor junto a los desheredados, pese al retiro nominal.
En las misas, que poco gustan a una Conferencia Episcopal comandada por el cardenal ultraconservador Rouco Varela, no hay liturgia. Se comentan fragmentos de la Biblia y problemas del barrio. Todos participan y el cura no viste sotana, sino unos vaqueros. En vez de obleas, el cuerpo de Cristo es un pan casero. Hay quien puede pensar que todo esto es herejía pero, en la San Carlos Borromeo, las convenciones de la Iglesia son lo de menos. Lo importante es otra cosa.
¿Cómo decidió meterse a cura?
Fue por etapas. Me lo planteé cuando terminé bachillerato y me fui a Santander, a Comillas, donde estaba el seminario. Allí pasé 5 años sin que nos dejaran ir al pueblo. Estábamos entre curas y vacas todo el tiempo. Tuve que estudiar dos años de latín y griego, ya que había hecho el bachillerato de ciencias, y luego tres años de filosofía. Entonces dejé de verle sentido a estar allí y me marché. Me vine a Madrid, que es de donde soy, convalidé la filosofía en la Complutense y me puse a dar clases en colegios. Un tiempo después, decidí estudiar Teología, porque ya habían trasladado la facultad de Comillas a Madrid. En el último año de carrera, a los 28 años, me planteé ser cura de nuevo.
¿Qué cambió para que no fuera un cura “convencional”?
Nosotros ya en la universidad vivimos una etapa de cierta renovación dentro de la Iglesia, recién celebrado el Concilio Vaticano II. Allí empezaron los primeros brotes de muchas de las cosas que hacemos ahora. Incluso en el seminario de Comillas hacíamos misa participativa, donde la gente hablaba. Estuve yendo además a algunas charlas de marxismo-cristianismo. En definitiva, aunque yo provenía del mundo burgués y universitario, estuvimos en determinados ambientes de una Iglesia un tanto abierta. También me acuerdo que siendo chaval, en el colegio, íbamos los domingos a llevar comida a Las Ventas. Más arriba todo eran chabolas y cuevas. Y nos llevaban allí a repartir comida a los niños pobres.
¿Cuándo da el salto y se va a trabajar a Vallecas?
Cuando yo me ordeno como cura, en 1972, es cuando decido venirme. Preferí estar en un barrio obrero. Me ordené en marzo, pedí venir a Vallecas y ya en junio me trasladaron. Había un cura aquí en el barrio, en una parroquia, que estaba buscando un compañero y me vine con él. En aquel entonces, Vallecas era muy distinto a todo lo que anteriormente había vivido. Aquí la gente es muy espontánea, lo que creo que es una de sus mejores cualidades. La mayoría eran inmigrantes españoles, de Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, que habían venido a trabajar a Madrid, porque se planeaba convertir esto en un gran cinturón industrial para competir con Barcelona. La gente venía a cambio de nada. No les daban ni casas, ni servicios, ni nada. Ellos mismos se construían sus casitas, durante la noche. Se decía entonces que cuando estaba el tejado puesto ya no podían echarte. Así que se compraban parcelas de 30 o 40 metros y ahí iban haciendo sus casitas, sus chabolas y demás. Vallecas, que en los años 50 tenía 25.000 habitantes, superaba ya los 300.000 cuando llegué yo. Ha sido un barrio de aluvión, de relleno, sin servicios.
¿Cómo fueron los comienzos?
Como digo, la gente era muy sencilla, muy espontánea, de llamar al pan pan y al vino vino. El trato era muy cordial, te acogían muy bien y te observaban, porque aquella no era gente religiosa. Te encontrabas las costumbres sociales de bautizos, bodas, comuniones y ese tipo de cosas, pero no una gente de ir a misa salvo en el caso de unos grupos concretos. En las zonas en que yo me moví también había gente muy religiosa pero muy franquista, porque aquí se construyeron colonias en el franquismo para gentes del Movimiento. Eran muy fieles al régimen y vivían ese catolicismo. Cuando llegué, [el cardenal Vicente Enrique y] Tarancón llevaba un año ya en Madrid. Tarancón, que había sido colocado por el Papa Pablo VI -potenciador del Concilio Vaticano II y de la Teología de la Liberación-, impulsó una apertura muy fuerte en la Iglesia. Empezó el movimiento de curas obreros. Cuando yo llego aquí ya había curas trabajando en diferentes oficios, y yo comencé también, para vivir de nuestro sueldo. Eran los últimos años del franquismo. Estaban luchando de manera intensa los movimientos obreros en la clandestinidad, y, por otro lado, tomaron fuerta los movimientos vecinales.
Entonces comenzó el modelo de la parroquia de San Carlos Borromeo.
En 1981 me vengo a Entrevías. Allí empezamos a darle la voz a la gente, a hacerla participar, para que no sea sólo el cura el que hable. El trato es de tuteo, no hay tratamiento de don. Entonces, gente que no venía a la iglesia habitualmente empieza a venir, porque aquello les llama la atención. En la misa se habla de lo que está sucediendo en nuestra sociedad, se habla del franquismo, de la dictadura, de la lucha por las libertades y por la justicia. Se crean en la parroquia varias cosas de promoción social, como escuelas de padres o de mujeres. A los niños los sacamos del ámbito de la Iglesia y les conseguimos locales en el barrio para que se reúnan. Tratamos de que la Iglesia sea una institución por supuesto laica, voluntaria, a la que la gente venga porque quiera.
La misma estructura de los bancos para los fieles, dispuestos en semicírculo, configura un espacio participativo.
El altar se convierte en mesa. Le llamamos la mesa de Jesús, alrededor de la cual estamos todos, participamos, comentamos el Evangelio, hablamos de las cosas que están ocurriendo a diario en nuestras propias vidas. Y la gente cuenta lo que le preocupa. Claro, nosotros en aquella época sí estábamos muy vigilados. Teníamos policías en las misas de manera permanente.
¿Tuvieron algún problema con la justicia?
Sí, fuimos detenidos varias veces. Participábamos en encierros, en alguna que otra manifestación. Aquí se hizo la asamblea cristiana de Vallecas, prohibida por el Gobierno. Entonces hicimos una huelga de misas en la que participamos unas cincuenta parroquias. Hicimos una huelga de misas para que el Gobierno percibiera que no se podía jugar con estas cosas. Luego, cuando las últimas ejecuciones del franquismo, en el año 1975, decidimos hacer una homilía contra la pena de muerte. Entonces el obispo hizo una que nos gustó mucho y fue la que leímos.
¿En aquella época no había problemas con el Arzobispado?
No. Como te digo, Tarancón abrió mucho la Iglesia. La cosa cambió cuando llegó el papa Juan Pablo II. Cambió radicalmente todo. Dio todos los pasos atrás habidos y por haber. Él era un hombre encantador, pero su ideología era anti Concilio Vaticano II. Supuso volver atrás. Ratzinger era el cardenal encargado del Santo Oficio, de la doctrina de la fe. Los dos fueron destituyendo a los obispos de la teología de la liberación, y los sustituyeron por otros con una ideología afín a la que ellos tenían. Entonces llegó el nuevo arzobispo de Madrid, Ángel Suquía, que fue aplicando las nuevas directrices de la Iglesia. Posteriormente, Rouco Varela haría lo mismo, pero de manera más intensa. Tenía añoranza de la Iglesia de la época del franquismo.
Sin embargo, ustedes continuaron con su manera de hacer las cosas.
Yo había pasado una época de descubrir en el Evangelio lo que era la lucha por las libertades y demás. A partir de 1980 llegan los chavales de la calle, con el tema de la droga, y nos piden ayuda. Yo empiezo a convivir con ellos. En ese momento, nosotros estamos muy centrados con la tarea con estos chavales. Cárceles, comisarías, el descubrimiento de la tortura, habitual en todas las comisarías. No conozco ninguna donde no se haya torturado. En aquellos años, y hablo de los 80, a partir de la legislatura de Felipe González, seguía pasando exactamente lo mismo. A los chavales los persiguen, los mata la policía, pasan años en prisión. Luego ya viene, como consecuencia de la heroína y la aguja, el sida. De esta manera se exterminó a dos generaciones enteras de chavales. Esto ocurre entre la década de los 80 y de los 90.
¿Cuándo pasaron a ser incómodos?
Nosotros hacíamos denuncias sociales y a la clase política, porque no se estaba incidiendo en el mundo de la marginación, pero nadie se metía con nosotros. Ni la Iglesia ni el Gobierno. Nuestra labor social hallaba eco en los medios. La confrontación con la Iglesia oficial llegó a partir de la legislatura de [el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez] Zapatero. Ya estamos en el 2004. A partir de ese momento, la legislacion de Zapatero pone a la Iglesia en frente, con temas como el aborto o el matrimonio gay. Entonces vino la prensa a hablar con nosotros, a preguntarnos sobre estos temas. Yo en un principio les decía que tenían a los moralistas, a los teólogos, que acudieran a ellos. Nosotros estábamos en otro frente. Pero los medios insistían, nos decían que querían conocer la opinión del cura de calle. Finalmente opinamos sobre el tema y nuestras opiniones no gustaron. Tuvieron mucha repercusión.
Y entonces sí toparon con la Iglesia oficial.
Exacto. Eso, unido a la liturgia que hacemos, en la que la gente participa, comenzó a molestar. En vez de comulgar con ostias, las madres de esos chavales con los que trabajábamos hacían pan y nos lo traían. Otras veces, en vez de pan preparaban un bizcocho, o rosquillas. Con eso hacíamos la liturgia. Hay temas determinados que la Iglesia oficial no acepta. Ahí surge ya el conflicto visible y es cuando nos dicen que cierran la parroquia, en 2006.
No gustó vuestra manera de entender los evangelios.
En la misa participamos cristianos, musulmanes, ateos, agnósticos. Descubrimos que la fe es un elemento humano, no religioso. Es de todo ser humano. Es decir, el ateo tiene la misma fe que tengo yo, en el hombre, el ser humano, en la lucha, en la utopía, en querer cambiar las cosas, en crear vida. En esa fe participamos quienes participamos ahí. Fuera de eso, cada uno tendrá sus creencias. Pero la fe es un elemento humano, es patrimonio de la humanidad. Es además un motor en nuestras vidas, lo que nos hace luchar, lo que nos hace comprometernos.
¿Considera que la Iglesia está alejada de las enseñanzas recogidas en los evangelios?
Claro. Jesús, en su tiempo, se enfrenta con la misma estructura con la que podemos estar enfrentándonos hoy. Él se enfrenta con las autoridades religiosas y civiles. Él dice que el ser humano está por encima de la ley y que el ser humano está por encima del sábado. Jesús dice que el ser humano es dueño del sábado, el símbolo de lo religioso. Él desafía y se convierte en un ilegal, porque está contaminándose con los ilegales, con los impuros, con los que convive y a los que les dice que pueden salir adelante, que su fe es el potencial para salir adelante. Su fe realiza los gestos liberadores que él viene a proponer. Jesús se enfrenta con el templo y se enfrenta con el sacerdocio. Realmente, si hoy estuviera Jesús aquí se enfrentaría de la misma manera. Esta vez no iría al templo de Jerusalén, iría al templo del Vaticano. Sociológicamente vivimos la misma situación.
¿Cómo ves en este sentido a la jerarquía eclesiástica y cómo podría cambiar?
Ya hay muchas voces diciendo que el Vaticano tiene que desaparecer. Primero, como Estado. La Iglesia no es un Estado y esto ya lo han dicho varios obispos latinoamericanos, teólogos, y nosotros mismos. Luego, todo lo que es la Banca Vaticana, el poder que representa. ¿Qué significa un Papa, que se dice vicario de Cristo en la Tierra, reciba, como a la muerte de Juan Pablo II, a 172 jefes de Estado? ¿Con quién se relaciona Jesús? No es con ellos con los que se relacionaba. Jesús a ellos los fustigaba. Se relacionaba con la gente pobre, con la gente que nadie quiere.
¿Cómo se puede lograr que la Iglesia cambie y se desprenda de esa jerarquía alejada de los marginados?
Yo creo que la solución nunca va a venir del poder de la Iglesia. Ninguna solución viene del poder. Jesús eso lo plantea muy claramente. El poder no sirve para la liberación humana, sino el servicio, la ayuda, la solidaridad, la lucha por la justicia, y eso está en las bases. Que un Papa cambia algo, pues fenomenal. Pero, primero, la estructura no lo va a permitir, o van a intentar que no lo pueda hacer. Por eso, el hecho de que un Papa sea distinto, pongamos a Juan XXIII, cambia poco. Ahora dicen que éste tiene otro talante. A mí me alegra mucho que se haya quitado los zapatitos rojos y esos detalles, pero son más cosas. Bueno, ha escrito una carta a la Conferencia Episcopal latinoamericana que a mí me ha parecido muy importante, porque les ha dicho que vuelvan a Aparecida, un encuentro que supone la consagración de la Teología de la Liberación en Latinoamérica. Eso es un toque fuerte de atención a los obispos. En una carta que es un folio nada más, bien sencilla.
Pero no va a ser el Papa quien haga el cambio. O lo hacemos los curas y sobre todo la gente de base o no se hará. Los curas no somos más que una pieza, quizás de principio de unión, de coordinación de la comunidad, de lo que se quiera, pero no somos nada distinto. El concepto de sacerdote, entendido como intermediación entre Dios y el ser humano, se lo cargó Jesús hace ya más de veinte siglos. Jesús era laico. En este sentido, presidir una comunidad lo puede hacer un hombre, una mujer, un casado, da lo mismo. No tiene que ser nada especial ni es una persona sagrada. El sacerdote es como cualquiera.
En este sentido, vosotros desmitificáis figuras como la del celibato…
Totalmente. Lo que yo digo no es que una mujer pueda o no ser sacerdotisa. Lo que digo es que tiene que desaparecer el sacerdocio. Pongamos la palabra cura o la palabra presbítero. Pongamos la que sea, pero que no tenga una connotación sagrada, de alguien distinto y separado del resto de los seres humanos.
El momento en que Jesús nombra a Pedro como “edificador” de la Iglesia, ¿no se puede interpretar como la justificación de esta jerarquía?
Ése es uno de los textos más discutidos en la exégesis evangélica. Hay un consenso entre los exégetas en que éste es un texto añadido de manera posterior, y además de una pluma distinta. Basta con ver cómo actuaba Jesús. Cuando entra en el templo y derriba las mesas de los cambistas. Los cambistas eran los que hacían el cambio de moneda, que eran los sacerdotes. Eran de la casta de los saduceos, eran los dueños del templo. Se llevaban el 65% de los impuestos del pueblo. No se podía entregar dinero al templo en moneda extranjera porque era moneda impura, sobre todo la romana, que tenía la efigie del césar Augusto como emperador divino. Entonces, los judíos que estaban en la diáspora, en Roma, en Grecia, venían y se iban a donar al templo. Tenían que cambiar la moneda, y se la cambiaban en el propio templo. Eso hacían los cambistas, y era un negocio. Jesús también derribó las mesas de los que vendían palomas y demás para los sacrificios. La gente no podía llevar un pichón de su casa, o un cordero, porque eran animales impuros. Tenían que comprarlos en el templo porque ya lo habían purificado, y entonces se ofrecía en sacrificio. Es decir, era otro negocio. Esos son dos ejemplos entre otros muchos. Los saduceos eran los grandes terratenientes, tenían el 90% de las tierras en Palestina.
Existen muchas similitudes con la Iglesia moderna…
Sí, claro. El poder religioso es eso y hay que ponerlo en evidencia.
¿Cómo ves el papel de la Iglesia actual ante la crisis? Normalmente se le critica que no está tomando partido a favor de los afectados.
Están ofreciendo el silencio. Se están preocupando de lo que es la doctrina moral de la Iglesia y sobre todo en materia sexual. Respecto a lo demás, se callan. No se van a enfrentar con los poderes que la mantienen. Si veo un Papa que se va del Vaticano y decide irse a vivir a donde sea, con la gente sencilla, a ese sí que voy a ir verle, allí donde esté. Pero no, la Iglesia está muy encerrada en sí misma. Fíjate en que ha perdido mucha vigencia, por todos los escándalos que han saltado. Está preocupada por cómo mantener su poder.
Eduardo Muriel. La Marea.
Fuente: http://www.lamarea.com/2013/05/16/enrique-de-castro/
Esta visión la aplican hoy curas como Enrique de Castro, que lleva más de 40 años dedicando su vida a los desheredados desde una parroquia de Vallecas (Madrid), la San Carlos Borromeo, que ha servido de sede de asambleas a colectivos sociales en incontables ocasiones. El cura Javier Baeza le ha tomado el relevo, pero De Castro continúa su labor junto a los desheredados, pese al retiro nominal.
En las misas, que poco gustan a una Conferencia Episcopal comandada por el cardenal ultraconservador Rouco Varela, no hay liturgia. Se comentan fragmentos de la Biblia y problemas del barrio. Todos participan y el cura no viste sotana, sino unos vaqueros. En vez de obleas, el cuerpo de Cristo es un pan casero. Hay quien puede pensar que todo esto es herejía pero, en la San Carlos Borromeo, las convenciones de la Iglesia son lo de menos. Lo importante es otra cosa.
¿Cómo decidió meterse a cura?
Fue por etapas. Me lo planteé cuando terminé bachillerato y me fui a Santander, a Comillas, donde estaba el seminario. Allí pasé 5 años sin que nos dejaran ir al pueblo. Estábamos entre curas y vacas todo el tiempo. Tuve que estudiar dos años de latín y griego, ya que había hecho el bachillerato de ciencias, y luego tres años de filosofía. Entonces dejé de verle sentido a estar allí y me marché. Me vine a Madrid, que es de donde soy, convalidé la filosofía en la Complutense y me puse a dar clases en colegios. Un tiempo después, decidí estudiar Teología, porque ya habían trasladado la facultad de Comillas a Madrid. En el último año de carrera, a los 28 años, me planteé ser cura de nuevo.
¿Qué cambió para que no fuera un cura “convencional”?
Nosotros ya en la universidad vivimos una etapa de cierta renovación dentro de la Iglesia, recién celebrado el Concilio Vaticano II. Allí empezaron los primeros brotes de muchas de las cosas que hacemos ahora. Incluso en el seminario de Comillas hacíamos misa participativa, donde la gente hablaba. Estuve yendo además a algunas charlas de marxismo-cristianismo. En definitiva, aunque yo provenía del mundo burgués y universitario, estuvimos en determinados ambientes de una Iglesia un tanto abierta. También me acuerdo que siendo chaval, en el colegio, íbamos los domingos a llevar comida a Las Ventas. Más arriba todo eran chabolas y cuevas. Y nos llevaban allí a repartir comida a los niños pobres.
¿Cuándo da el salto y se va a trabajar a Vallecas?
Cuando yo me ordeno como cura, en 1972, es cuando decido venirme. Preferí estar en un barrio obrero. Me ordené en marzo, pedí venir a Vallecas y ya en junio me trasladaron. Había un cura aquí en el barrio, en una parroquia, que estaba buscando un compañero y me vine con él. En aquel entonces, Vallecas era muy distinto a todo lo que anteriormente había vivido. Aquí la gente es muy espontánea, lo que creo que es una de sus mejores cualidades. La mayoría eran inmigrantes españoles, de Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, que habían venido a trabajar a Madrid, porque se planeaba convertir esto en un gran cinturón industrial para competir con Barcelona. La gente venía a cambio de nada. No les daban ni casas, ni servicios, ni nada. Ellos mismos se construían sus casitas, durante la noche. Se decía entonces que cuando estaba el tejado puesto ya no podían echarte. Así que se compraban parcelas de 30 o 40 metros y ahí iban haciendo sus casitas, sus chabolas y demás. Vallecas, que en los años 50 tenía 25.000 habitantes, superaba ya los 300.000 cuando llegué yo. Ha sido un barrio de aluvión, de relleno, sin servicios.
¿Cómo fueron los comienzos?
Como digo, la gente era muy sencilla, muy espontánea, de llamar al pan pan y al vino vino. El trato era muy cordial, te acogían muy bien y te observaban, porque aquella no era gente religiosa. Te encontrabas las costumbres sociales de bautizos, bodas, comuniones y ese tipo de cosas, pero no una gente de ir a misa salvo en el caso de unos grupos concretos. En las zonas en que yo me moví también había gente muy religiosa pero muy franquista, porque aquí se construyeron colonias en el franquismo para gentes del Movimiento. Eran muy fieles al régimen y vivían ese catolicismo. Cuando llegué, [el cardenal Vicente Enrique y] Tarancón llevaba un año ya en Madrid. Tarancón, que había sido colocado por el Papa Pablo VI -potenciador del Concilio Vaticano II y de la Teología de la Liberación-, impulsó una apertura muy fuerte en la Iglesia. Empezó el movimiento de curas obreros. Cuando yo llego aquí ya había curas trabajando en diferentes oficios, y yo comencé también, para vivir de nuestro sueldo. Eran los últimos años del franquismo. Estaban luchando de manera intensa los movimientos obreros en la clandestinidad, y, por otro lado, tomaron fuerta los movimientos vecinales.
Entonces comenzó el modelo de la parroquia de San Carlos Borromeo.
En 1981 me vengo a Entrevías. Allí empezamos a darle la voz a la gente, a hacerla participar, para que no sea sólo el cura el que hable. El trato es de tuteo, no hay tratamiento de don. Entonces, gente que no venía a la iglesia habitualmente empieza a venir, porque aquello les llama la atención. En la misa se habla de lo que está sucediendo en nuestra sociedad, se habla del franquismo, de la dictadura, de la lucha por las libertades y por la justicia. Se crean en la parroquia varias cosas de promoción social, como escuelas de padres o de mujeres. A los niños los sacamos del ámbito de la Iglesia y les conseguimos locales en el barrio para que se reúnan. Tratamos de que la Iglesia sea una institución por supuesto laica, voluntaria, a la que la gente venga porque quiera.
La misma estructura de los bancos para los fieles, dispuestos en semicírculo, configura un espacio participativo.
El altar se convierte en mesa. Le llamamos la mesa de Jesús, alrededor de la cual estamos todos, participamos, comentamos el Evangelio, hablamos de las cosas que están ocurriendo a diario en nuestras propias vidas. Y la gente cuenta lo que le preocupa. Claro, nosotros en aquella época sí estábamos muy vigilados. Teníamos policías en las misas de manera permanente.
¿Tuvieron algún problema con la justicia?
Sí, fuimos detenidos varias veces. Participábamos en encierros, en alguna que otra manifestación. Aquí se hizo la asamblea cristiana de Vallecas, prohibida por el Gobierno. Entonces hicimos una huelga de misas en la que participamos unas cincuenta parroquias. Hicimos una huelga de misas para que el Gobierno percibiera que no se podía jugar con estas cosas. Luego, cuando las últimas ejecuciones del franquismo, en el año 1975, decidimos hacer una homilía contra la pena de muerte. Entonces el obispo hizo una que nos gustó mucho y fue la que leímos.
¿En aquella época no había problemas con el Arzobispado?
No. Como te digo, Tarancón abrió mucho la Iglesia. La cosa cambió cuando llegó el papa Juan Pablo II. Cambió radicalmente todo. Dio todos los pasos atrás habidos y por haber. Él era un hombre encantador, pero su ideología era anti Concilio Vaticano II. Supuso volver atrás. Ratzinger era el cardenal encargado del Santo Oficio, de la doctrina de la fe. Los dos fueron destituyendo a los obispos de la teología de la liberación, y los sustituyeron por otros con una ideología afín a la que ellos tenían. Entonces llegó el nuevo arzobispo de Madrid, Ángel Suquía, que fue aplicando las nuevas directrices de la Iglesia. Posteriormente, Rouco Varela haría lo mismo, pero de manera más intensa. Tenía añoranza de la Iglesia de la época del franquismo.
Sin embargo, ustedes continuaron con su manera de hacer las cosas.
Yo había pasado una época de descubrir en el Evangelio lo que era la lucha por las libertades y demás. A partir de 1980 llegan los chavales de la calle, con el tema de la droga, y nos piden ayuda. Yo empiezo a convivir con ellos. En ese momento, nosotros estamos muy centrados con la tarea con estos chavales. Cárceles, comisarías, el descubrimiento de la tortura, habitual en todas las comisarías. No conozco ninguna donde no se haya torturado. En aquellos años, y hablo de los 80, a partir de la legislatura de Felipe González, seguía pasando exactamente lo mismo. A los chavales los persiguen, los mata la policía, pasan años en prisión. Luego ya viene, como consecuencia de la heroína y la aguja, el sida. De esta manera se exterminó a dos generaciones enteras de chavales. Esto ocurre entre la década de los 80 y de los 90.
¿Cuándo pasaron a ser incómodos?
Nosotros hacíamos denuncias sociales y a la clase política, porque no se estaba incidiendo en el mundo de la marginación, pero nadie se metía con nosotros. Ni la Iglesia ni el Gobierno. Nuestra labor social hallaba eco en los medios. La confrontación con la Iglesia oficial llegó a partir de la legislatura de [el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez] Zapatero. Ya estamos en el 2004. A partir de ese momento, la legislacion de Zapatero pone a la Iglesia en frente, con temas como el aborto o el matrimonio gay. Entonces vino la prensa a hablar con nosotros, a preguntarnos sobre estos temas. Yo en un principio les decía que tenían a los moralistas, a los teólogos, que acudieran a ellos. Nosotros estábamos en otro frente. Pero los medios insistían, nos decían que querían conocer la opinión del cura de calle. Finalmente opinamos sobre el tema y nuestras opiniones no gustaron. Tuvieron mucha repercusión.
Y entonces sí toparon con la Iglesia oficial.
Exacto. Eso, unido a la liturgia que hacemos, en la que la gente participa, comenzó a molestar. En vez de comulgar con ostias, las madres de esos chavales con los que trabajábamos hacían pan y nos lo traían. Otras veces, en vez de pan preparaban un bizcocho, o rosquillas. Con eso hacíamos la liturgia. Hay temas determinados que la Iglesia oficial no acepta. Ahí surge ya el conflicto visible y es cuando nos dicen que cierran la parroquia, en 2006.
No gustó vuestra manera de entender los evangelios.
En la misa participamos cristianos, musulmanes, ateos, agnósticos. Descubrimos que la fe es un elemento humano, no religioso. Es de todo ser humano. Es decir, el ateo tiene la misma fe que tengo yo, en el hombre, el ser humano, en la lucha, en la utopía, en querer cambiar las cosas, en crear vida. En esa fe participamos quienes participamos ahí. Fuera de eso, cada uno tendrá sus creencias. Pero la fe es un elemento humano, es patrimonio de la humanidad. Es además un motor en nuestras vidas, lo que nos hace luchar, lo que nos hace comprometernos.
¿Considera que la Iglesia está alejada de las enseñanzas recogidas en los evangelios?
Claro. Jesús, en su tiempo, se enfrenta con la misma estructura con la que podemos estar enfrentándonos hoy. Él se enfrenta con las autoridades religiosas y civiles. Él dice que el ser humano está por encima de la ley y que el ser humano está por encima del sábado. Jesús dice que el ser humano es dueño del sábado, el símbolo de lo religioso. Él desafía y se convierte en un ilegal, porque está contaminándose con los ilegales, con los impuros, con los que convive y a los que les dice que pueden salir adelante, que su fe es el potencial para salir adelante. Su fe realiza los gestos liberadores que él viene a proponer. Jesús se enfrenta con el templo y se enfrenta con el sacerdocio. Realmente, si hoy estuviera Jesús aquí se enfrentaría de la misma manera. Esta vez no iría al templo de Jerusalén, iría al templo del Vaticano. Sociológicamente vivimos la misma situación.
¿Cómo ves en este sentido a la jerarquía eclesiástica y cómo podría cambiar?
Ya hay muchas voces diciendo que el Vaticano tiene que desaparecer. Primero, como Estado. La Iglesia no es un Estado y esto ya lo han dicho varios obispos latinoamericanos, teólogos, y nosotros mismos. Luego, todo lo que es la Banca Vaticana, el poder que representa. ¿Qué significa un Papa, que se dice vicario de Cristo en la Tierra, reciba, como a la muerte de Juan Pablo II, a 172 jefes de Estado? ¿Con quién se relaciona Jesús? No es con ellos con los que se relacionaba. Jesús a ellos los fustigaba. Se relacionaba con la gente pobre, con la gente que nadie quiere.
¿Cómo se puede lograr que la Iglesia cambie y se desprenda de esa jerarquía alejada de los marginados?
Yo creo que la solución nunca va a venir del poder de la Iglesia. Ninguna solución viene del poder. Jesús eso lo plantea muy claramente. El poder no sirve para la liberación humana, sino el servicio, la ayuda, la solidaridad, la lucha por la justicia, y eso está en las bases. Que un Papa cambia algo, pues fenomenal. Pero, primero, la estructura no lo va a permitir, o van a intentar que no lo pueda hacer. Por eso, el hecho de que un Papa sea distinto, pongamos a Juan XXIII, cambia poco. Ahora dicen que éste tiene otro talante. A mí me alegra mucho que se haya quitado los zapatitos rojos y esos detalles, pero son más cosas. Bueno, ha escrito una carta a la Conferencia Episcopal latinoamericana que a mí me ha parecido muy importante, porque les ha dicho que vuelvan a Aparecida, un encuentro que supone la consagración de la Teología de la Liberación en Latinoamérica. Eso es un toque fuerte de atención a los obispos. En una carta que es un folio nada más, bien sencilla.
Pero no va a ser el Papa quien haga el cambio. O lo hacemos los curas y sobre todo la gente de base o no se hará. Los curas no somos más que una pieza, quizás de principio de unión, de coordinación de la comunidad, de lo que se quiera, pero no somos nada distinto. El concepto de sacerdote, entendido como intermediación entre Dios y el ser humano, se lo cargó Jesús hace ya más de veinte siglos. Jesús era laico. En este sentido, presidir una comunidad lo puede hacer un hombre, una mujer, un casado, da lo mismo. No tiene que ser nada especial ni es una persona sagrada. El sacerdote es como cualquiera.
En este sentido, vosotros desmitificáis figuras como la del celibato…
Totalmente. Lo que yo digo no es que una mujer pueda o no ser sacerdotisa. Lo que digo es que tiene que desaparecer el sacerdocio. Pongamos la palabra cura o la palabra presbítero. Pongamos la que sea, pero que no tenga una connotación sagrada, de alguien distinto y separado del resto de los seres humanos.
El momento en que Jesús nombra a Pedro como “edificador” de la Iglesia, ¿no se puede interpretar como la justificación de esta jerarquía?
Ése es uno de los textos más discutidos en la exégesis evangélica. Hay un consenso entre los exégetas en que éste es un texto añadido de manera posterior, y además de una pluma distinta. Basta con ver cómo actuaba Jesús. Cuando entra en el templo y derriba las mesas de los cambistas. Los cambistas eran los que hacían el cambio de moneda, que eran los sacerdotes. Eran de la casta de los saduceos, eran los dueños del templo. Se llevaban el 65% de los impuestos del pueblo. No se podía entregar dinero al templo en moneda extranjera porque era moneda impura, sobre todo la romana, que tenía la efigie del césar Augusto como emperador divino. Entonces, los judíos que estaban en la diáspora, en Roma, en Grecia, venían y se iban a donar al templo. Tenían que cambiar la moneda, y se la cambiaban en el propio templo. Eso hacían los cambistas, y era un negocio. Jesús también derribó las mesas de los que vendían palomas y demás para los sacrificios. La gente no podía llevar un pichón de su casa, o un cordero, porque eran animales impuros. Tenían que comprarlos en el templo porque ya lo habían purificado, y entonces se ofrecía en sacrificio. Es decir, era otro negocio. Esos son dos ejemplos entre otros muchos. Los saduceos eran los grandes terratenientes, tenían el 90% de las tierras en Palestina.
Existen muchas similitudes con la Iglesia moderna…
Sí, claro. El poder religioso es eso y hay que ponerlo en evidencia.
¿Cómo ves el papel de la Iglesia actual ante la crisis? Normalmente se le critica que no está tomando partido a favor de los afectados.
Están ofreciendo el silencio. Se están preocupando de lo que es la doctrina moral de la Iglesia y sobre todo en materia sexual. Respecto a lo demás, se callan. No se van a enfrentar con los poderes que la mantienen. Si veo un Papa que se va del Vaticano y decide irse a vivir a donde sea, con la gente sencilla, a ese sí que voy a ir verle, allí donde esté. Pero no, la Iglesia está muy encerrada en sí misma. Fíjate en que ha perdido mucha vigencia, por todos los escándalos que han saltado. Está preocupada por cómo mantener su poder.
Eduardo Muriel. La Marea.
Fuente: http://www.lamarea.com/2013/05/16/enrique-de-castro/
jueves, 16 de mayo de 2013
Diez pautas para educar
La mayoría de los padres consideran que educar es una tarea difícil, si se me permite, yo diría compleja más que difícil.
La educación del comportamiento de los hijos exige, sobre todo, perseverancia, persistencia y unas técnicas básicas de disciplina
Menos obligaciones y más ilusiones, más entusiasmo.
Carloooos! Que te he dicho que te duches, te sientes a la mesa y recojas tu cuarto… ¡YA! No entiendo por qué no me haces caso a la primera, siempre tengo que gritarte y ni por esas, me tienes hartísima. Cuando venga tu padre, se lo digo. Me desesperas. Si es que no puedo contigo, un día de estos te voy a dar un bofetón”.
Después de esta escena, algunas madres se van y dan un portazo, incluso las hay que lloran de desesperación. No entienden que su hijo no haga lo que se le pide a la primera. La explicación que dan es que el niño es (muy) desobediente, malo, y que no hay nada que hacer por conseguir la paz en casa. Terminan por juzgarse como malas madres e ineficaces y que no sirven en la educación de sus hijos.
En la escena podemos destacar varios errores para que Carlos no obedezca:
-Dar voces,
-Impartir órdenes contradictorias,
-Declararse vencida al comunicarle que ha perdido la batalla -o ha tirado la toalla-
-Y mostrarse impotente (“puedes conmigo, me desesperas”)
-Por fin al amenazarle con hablar con su padre le muestra que su autoridad es nula.
La mayoría de padres ve la tarea de educar como algo (muy) difícil, acepto y considero que es una labor compleja y con frutos a medio y largo plazo, (son muy raros que se produzcan a corto plazo o de forma inmediata) esto sin duda, normalmente dependerá más de nuestros hábitos y ejemplos de actuación y comportamiento el que lo transformemos en algo difícil. Y, sobre todo, si anticipa todo lo que puede fallar, que su hijo no estudiará, se relacionará con amigos que le "perjudiquen", no comerá bien… esto le desesperará y caerá en la profecía autocumplida "no sirvo o no soy buena madre y es lo que veo".
Lo más importante en la educación es, además del amor, establecer unas reglas razonables que no se salte ni usted. Trabaje para que se cumplan desde edad temprana. A partir de los seis meses los niños entienden muchas cosas; no se expresan, pero empiezan a diferenciar entre “esto sí se puede hacer y esto no”.
No trate de educar de un día para otro, a un chaval de 15 años al que lleva consintiendo todo ese tiempo, será bastante tarde y por ello más difícil. Educar es un proceso, un camino o método, no solo una meta.
Cuanto antes sepan sus hijos que hay normas, que los premios van asociados al cumplimiento de responsabilidades, que todos tienen que colaborar, antes conseguirá tener hijos educados, responsables y con autonomía.
Ser padre para el profesor Frank MaCourt es más duro que ser profesor, pues esta es una tarea pasajera, temporal. "Ser padre es algo que dura todos los días, durante todo el día y todo el tiempo."
La mejor prevención en educación es la intervención temprana. Los padres, sobre todo, los primerizos, están incluso asustados ante la enorme responsabilidad que se les viene encima. Muchos padres se quejan de que "los niños no vienen con un manual bajo el brazo", pero si siguen "estas reglas básicas", seguramente le allanarán el camino que supone la compleja labor de educar.
Primero. Volumen y tono de voz conversacionales. La entonación tiene mucha importancia, es lo primero que entiende un bebé. Usar su nombre con el tono adecuado nos facilita la mitad de la tarea. Conseguir que le hagan caso no es cuestión de hablar alto, modular bien la voz, su volumen, su tono, el énfasis que ponemos es fundamental, si usamos bien la voz, una madre o una maestra tiene hecho la mitad del camino, por el contrario la inadecuada utilización de la voz crea, desobediencia, desorden, incumplimiento y mal clima para educar en el respeto mutuo, el bienestar y la felicidad que mejora el aprendizaje, las actitudes y valores. El poder está más que en lo que se dice, en el tono y las consecuencias que conllevará no hacerlo a la primera, en la coherencia y en ser muy disciplinado con las rutinas. Si quiere que sus hijos le respeten, empiece por respetarles a ellos. Nadie quiere obedecer a alguien que no se muestra seguro y relajado.
Segundo. No dé órdenes contradictorias. Si le dice a su hijo que se duche, que recoja su cuarto y que se siente a la mesa, sin indicarle el orden, igual lo bloquea. Dígale lo primero que tiene que hacer, y cuando haya finalizado, lo segundo. Si su hijo tiene edad para memorizar varias órdenes, enuméreselas, dígale cuál es su prioridad. No espere que él la sepa, porque tiene las suyas propias.
Tercero. Imaginación. Humor. Haga un concurso por semana para que jueguen “a hacer lo que deben”; puede ser sobre cualquier comportamiento a corregir. Los domingos lo puede anunciar: “A partir de mañana, se celebra el fantástico concurso de ‘Quién tiene la dentadura más limpia’. Las bases son estas: limpiarse los dientes tres veces al día y pasar revista. Las puntuaciones de papá y mías se sumarán, y el viernes anunciaremos ganador”. Si quiere que los niños se lo tomen en serio, haga lo mismo. Y tenga paciencia, hasta que se convierta en rutina necesita tiempo. El juego y el humor -muy importante el sentido del humor y la alegría- genera un ambiente relajado en el que apetece más aprender y obedecer.
5 consejos para que tus hijos colaboren en las tareas de casa.
Cuarto. No quiera modificar en su hijo/a todo lo que le molesta de una vez y menos de forma inmediata. Si se pasa el día diciéndole lo que hace mal, terminará por cargarse su autoestima. Elija una conducta a modificar y céntrese en ella siguiendo las pautas de este artículo. Cuando lo consiga, siga con otra.
Quinto. Cuando corrija o muestre su enfado con ellos, no los ningunee, ni ridiculice, ni haga juicios de valor. Si lo hace, terminarán por comportarse conforme a las expectativas que se han puesto en ellos y les afectará a la autoestima. Es mejor decir: “No me gusta ver tu cuarto desordenado; por favor, guarda los juguetes en las cajas”, a decirles: “Eres un guarro, qué asco de dormitorio”. No consiga que se cumpla la profecía autocumplida. Si les transmite que no confía en ellos y que no espera nada, puede que se cumpla.
Sexto. Sea constante. Aquello muy importante, basta con que lo argumente una vez, no busque más razonamientos porque su hijo no los necesita. Simplemente busca ganar tiempo para no hacer lo que debe. Dígale: “Esto no es negociable; cuanto antes empieces, antes podrás disfrutar de lo que más te gusta”. Negocie lo que sea negociable y no siente precedente con lo que no lo es. En los casos más complejos de conductas desafiantes ver estas orientaciones y la técnica de los tres cestos, aquí y, además, la relación positiva entre educación de la inteligencia emocional y disminución de la agresividad en la página del Equipo de Orientación Badajoz-2. Educación emocional, cómo hacerlo.
Séptimo. Paciencia y calma. Las personas que transmiten con paciencia son más creíbles y generan un ambiente cálido y relajado. Cuando introduce cambios en la manera de educar, al principio los niños reaccionan con incertidumbre: “¿Qué significa que mi madre/padre ahora están calmados y no me gritan?”. Deles tiempo, necesitan acostumbrarse a esta nueva forma de comunicarse. Los gritos crean un mal clima propicio a no obedecer que a su vez generan más gritos...
Octavo. No se contradiga con su pareja. Los niños tienen que saber que la filosofía y la escala de valores parten de los dos. Si no, estarán chantajeando a uno y a otro, fomentando el engaño para conseguir lo que quieren. Terminará por tener muchas discusiones con su pareja por eso. No se descalifiquen, ni ridiculicen, ni contradigan delante de ellos. Todo aquello en lo que no estén de acuerdo, háblenlo en la intimidad y dialoguen y negocien, hasta llegar a acuerdos comunes que mantendrán y cumplirán sin excusa.
Noveno. Nunca levante los castigos. Si bien hay que decir que no se debe castigar en pleno enfado pues después vemos las cosas de otra manera y tendemos a perdonar. Es preferible pensarlo bien y considerar que el tiempo para un niño va muy lento, mucho más que para nosotros, y cuanto más pequeños esta regla es más importante, una hora a los cinco años es mucho tiempo. Preferible es aplazarlo, pero que sea efectivo y lo cumpla, que imponer uno muy duro fruto de la ira y que luego levantará convirtiéndose en alguien a quien se puede chantajear. Dígale: “Esto merece un castigo, ya te diré qué va a pasar”. Sin dejar tampoco pasar mucho tiempo, el suficiente para que reflexionemos bien.
Décimo. Siempre es mejor el refuerzo que el castigo. Significa prestar atención a lo que hace bien, cualquier cambio, y decírselo alabándolo. Si continuamente centra la atención en lo que hace mal y le corrige y se enfada, su hijo aprenderá que esta es la manera de llamar su atención. Todo lo que se refuerza, se repite. Al niño le gusta que sus padres estén orgullosos de él, pero tiene que decirle de qué se siente usted orgulloso, porque él no lo va a adivinar. Educar en positivo I: alternativas al no
Recuerde lo más fundamental: hasta la adolescencia, no hay figuras más importantes que los padres. Si trata de educar en una dirección, pero se comporta en otra, será inútil. Los hijos copian, son esponjas. Educar con acciones, con el ejemplo, tiene mucho más impacto que con palabras.
A veces buenos padres pueden tener malos hijo, no siempre hay que culparse por ello. Ver aquí en español.
“Educad a los niños, y no tendréis que castigar a los hombres” (Pitágoras)
Lecciones con arte
La película
– "El club de los poetas muertos", del director Peter Weir.
Las frases
– “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”, (Inmanuel Kant).
“El propósito de la educación es lograr que los niños quieran hacer lo que deben hacer” (Howard Gardner).
Canciones
– "Lecciones de urbanidad", con ironía de lo que no se debe hacer, de Serrat.
Hoy puede ser un gran día
https://youtu.be/-KPcE0qTdNM
De vez en cuando la vida
Algunos casos excepcionalmente difíciles, de niños más violentos y sin empatía, el llamado "Síndrome del Emperador". Más sobre este síndrome aquí.
También existen programas de éxito en el proceso de ayudar a controlar las emociones, principalmente agresivas en adolescentes, mediante escritura creativa.
También puede ayudar a crear historias escritas.
Y no olvide que educar es principalmente crear, divertirse, re-crearse. El juego, la bondad, la compasión y el sentido del humor son fundamentales para el aprendizaje y la empatía, para educar.
Fuentes: El País. Aportaciones varias y de experiencias propias, como maestro, psicólogo y padre de 4 hijos (2 mujeres y 2 hombres) y 8 nietos muy diferentes.
Y un interesante blog sobre Escuela de Padres.
El diálogo padres-hijos.
¡Mira que hijo me ha salido!
La educación del comportamiento de los hijos exige, sobre todo, perseverancia, persistencia y unas técnicas básicas de disciplina
Menos obligaciones y más ilusiones, más entusiasmo.
Carloooos! Que te he dicho que te duches, te sientes a la mesa y recojas tu cuarto… ¡YA! No entiendo por qué no me haces caso a la primera, siempre tengo que gritarte y ni por esas, me tienes hartísima. Cuando venga tu padre, se lo digo. Me desesperas. Si es que no puedo contigo, un día de estos te voy a dar un bofetón”.
Después de esta escena, algunas madres se van y dan un portazo, incluso las hay que lloran de desesperación. No entienden que su hijo no haga lo que se le pide a la primera. La explicación que dan es que el niño es (muy) desobediente, malo, y que no hay nada que hacer por conseguir la paz en casa. Terminan por juzgarse como malas madres e ineficaces y que no sirven en la educación de sus hijos.
En la escena podemos destacar varios errores para que Carlos no obedezca:
-Dar voces,
-Impartir órdenes contradictorias,
-Declararse vencida al comunicarle que ha perdido la batalla -o ha tirado la toalla-
-Y mostrarse impotente (“puedes conmigo, me desesperas”)
-Por fin al amenazarle con hablar con su padre le muestra que su autoridad es nula.
La mayoría de padres ve la tarea de educar como algo (muy) difícil, acepto y considero que es una labor compleja y con frutos a medio y largo plazo, (son muy raros que se produzcan a corto plazo o de forma inmediata) esto sin duda, normalmente dependerá más de nuestros hábitos y ejemplos de actuación y comportamiento el que lo transformemos en algo difícil. Y, sobre todo, si anticipa todo lo que puede fallar, que su hijo no estudiará, se relacionará con amigos que le "perjudiquen", no comerá bien… esto le desesperará y caerá en la profecía autocumplida "no sirvo o no soy buena madre y es lo que veo".
Lo más importante en la educación es, además del amor, establecer unas reglas razonables que no se salte ni usted. Trabaje para que se cumplan desde edad temprana. A partir de los seis meses los niños entienden muchas cosas; no se expresan, pero empiezan a diferenciar entre “esto sí se puede hacer y esto no”.
No trate de educar de un día para otro, a un chaval de 15 años al que lleva consintiendo todo ese tiempo, será bastante tarde y por ello más difícil. Educar es un proceso, un camino o método, no solo una meta.
Cuanto antes sepan sus hijos que hay normas, que los premios van asociados al cumplimiento de responsabilidades, que todos tienen que colaborar, antes conseguirá tener hijos educados, responsables y con autonomía.
Ser padre para el profesor Frank MaCourt es más duro que ser profesor, pues esta es una tarea pasajera, temporal. "Ser padre es algo que dura todos los días, durante todo el día y todo el tiempo."
La mejor prevención en educación es la intervención temprana. Los padres, sobre todo, los primerizos, están incluso asustados ante la enorme responsabilidad que se les viene encima. Muchos padres se quejan de que "los niños no vienen con un manual bajo el brazo", pero si siguen "estas reglas básicas", seguramente le allanarán el camino que supone la compleja labor de educar.
Primero. Volumen y tono de voz conversacionales. La entonación tiene mucha importancia, es lo primero que entiende un bebé. Usar su nombre con el tono adecuado nos facilita la mitad de la tarea. Conseguir que le hagan caso no es cuestión de hablar alto, modular bien la voz, su volumen, su tono, el énfasis que ponemos es fundamental, si usamos bien la voz, una madre o una maestra tiene hecho la mitad del camino, por el contrario la inadecuada utilización de la voz crea, desobediencia, desorden, incumplimiento y mal clima para educar en el respeto mutuo, el bienestar y la felicidad que mejora el aprendizaje, las actitudes y valores. El poder está más que en lo que se dice, en el tono y las consecuencias que conllevará no hacerlo a la primera, en la coherencia y en ser muy disciplinado con las rutinas. Si quiere que sus hijos le respeten, empiece por respetarles a ellos. Nadie quiere obedecer a alguien que no se muestra seguro y relajado.
Segundo. No dé órdenes contradictorias. Si le dice a su hijo que se duche, que recoja su cuarto y que se siente a la mesa, sin indicarle el orden, igual lo bloquea. Dígale lo primero que tiene que hacer, y cuando haya finalizado, lo segundo. Si su hijo tiene edad para memorizar varias órdenes, enuméreselas, dígale cuál es su prioridad. No espere que él la sepa, porque tiene las suyas propias.
Tercero. Imaginación. Humor. Haga un concurso por semana para que jueguen “a hacer lo que deben”; puede ser sobre cualquier comportamiento a corregir. Los domingos lo puede anunciar: “A partir de mañana, se celebra el fantástico concurso de ‘Quién tiene la dentadura más limpia’. Las bases son estas: limpiarse los dientes tres veces al día y pasar revista. Las puntuaciones de papá y mías se sumarán, y el viernes anunciaremos ganador”. Si quiere que los niños se lo tomen en serio, haga lo mismo. Y tenga paciencia, hasta que se convierta en rutina necesita tiempo. El juego y el humor -muy importante el sentido del humor y la alegría- genera un ambiente relajado en el que apetece más aprender y obedecer.
5 consejos para que tus hijos colaboren en las tareas de casa.
Cuarto. No quiera modificar en su hijo/a todo lo que le molesta de una vez y menos de forma inmediata. Si se pasa el día diciéndole lo que hace mal, terminará por cargarse su autoestima. Elija una conducta a modificar y céntrese en ella siguiendo las pautas de este artículo. Cuando lo consiga, siga con otra.
Quinto. Cuando corrija o muestre su enfado con ellos, no los ningunee, ni ridiculice, ni haga juicios de valor. Si lo hace, terminarán por comportarse conforme a las expectativas que se han puesto en ellos y les afectará a la autoestima. Es mejor decir: “No me gusta ver tu cuarto desordenado; por favor, guarda los juguetes en las cajas”, a decirles: “Eres un guarro, qué asco de dormitorio”. No consiga que se cumpla la profecía autocumplida. Si les transmite que no confía en ellos y que no espera nada, puede que se cumpla.
Sexto. Sea constante. Aquello muy importante, basta con que lo argumente una vez, no busque más razonamientos porque su hijo no los necesita. Simplemente busca ganar tiempo para no hacer lo que debe. Dígale: “Esto no es negociable; cuanto antes empieces, antes podrás disfrutar de lo que más te gusta”. Negocie lo que sea negociable y no siente precedente con lo que no lo es. En los casos más complejos de conductas desafiantes ver estas orientaciones y la técnica de los tres cestos, aquí y, además, la relación positiva entre educación de la inteligencia emocional y disminución de la agresividad en la página del Equipo de Orientación Badajoz-2. Educación emocional, cómo hacerlo.
Séptimo. Paciencia y calma. Las personas que transmiten con paciencia son más creíbles y generan un ambiente cálido y relajado. Cuando introduce cambios en la manera de educar, al principio los niños reaccionan con incertidumbre: “¿Qué significa que mi madre/padre ahora están calmados y no me gritan?”. Deles tiempo, necesitan acostumbrarse a esta nueva forma de comunicarse. Los gritos crean un mal clima propicio a no obedecer que a su vez generan más gritos...
Octavo. No se contradiga con su pareja. Los niños tienen que saber que la filosofía y la escala de valores parten de los dos. Si no, estarán chantajeando a uno y a otro, fomentando el engaño para conseguir lo que quieren. Terminará por tener muchas discusiones con su pareja por eso. No se descalifiquen, ni ridiculicen, ni contradigan delante de ellos. Todo aquello en lo que no estén de acuerdo, háblenlo en la intimidad y dialoguen y negocien, hasta llegar a acuerdos comunes que mantendrán y cumplirán sin excusa.
Noveno. Nunca levante los castigos. Si bien hay que decir que no se debe castigar en pleno enfado pues después vemos las cosas de otra manera y tendemos a perdonar. Es preferible pensarlo bien y considerar que el tiempo para un niño va muy lento, mucho más que para nosotros, y cuanto más pequeños esta regla es más importante, una hora a los cinco años es mucho tiempo. Preferible es aplazarlo, pero que sea efectivo y lo cumpla, que imponer uno muy duro fruto de la ira y que luego levantará convirtiéndose en alguien a quien se puede chantajear. Dígale: “Esto merece un castigo, ya te diré qué va a pasar”. Sin dejar tampoco pasar mucho tiempo, el suficiente para que reflexionemos bien.
Décimo. Siempre es mejor el refuerzo que el castigo. Significa prestar atención a lo que hace bien, cualquier cambio, y decírselo alabándolo. Si continuamente centra la atención en lo que hace mal y le corrige y se enfada, su hijo aprenderá que esta es la manera de llamar su atención. Todo lo que se refuerza, se repite. Al niño le gusta que sus padres estén orgullosos de él, pero tiene que decirle de qué se siente usted orgulloso, porque él no lo va a adivinar. Educar en positivo I: alternativas al no
Recuerde lo más fundamental: hasta la adolescencia, no hay figuras más importantes que los padres. Si trata de educar en una dirección, pero se comporta en otra, será inútil. Los hijos copian, son esponjas. Educar con acciones, con el ejemplo, tiene mucho más impacto que con palabras.
A veces buenos padres pueden tener malos hijo, no siempre hay que culparse por ello. Ver aquí en español.
“Educad a los niños, y no tendréis que castigar a los hombres” (Pitágoras)
Lecciones con arte
La película
– "El club de los poetas muertos", del director Peter Weir.
Las frases
– “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”, (Inmanuel Kant).
“El propósito de la educación es lograr que los niños quieran hacer lo que deben hacer” (Howard Gardner).
Canciones
– "Lecciones de urbanidad", con ironía de lo que no se debe hacer, de Serrat.
Hoy puede ser un gran día
https://youtu.be/-KPcE0qTdNM
De vez en cuando la vida
Algunos casos excepcionalmente difíciles, de niños más violentos y sin empatía, el llamado "Síndrome del Emperador". Más sobre este síndrome aquí.
También existen programas de éxito en el proceso de ayudar a controlar las emociones, principalmente agresivas en adolescentes, mediante escritura creativa.
También puede ayudar a crear historias escritas.
Y no olvide que educar es principalmente crear, divertirse, re-crearse. El juego, la bondad, la compasión y el sentido del humor son fundamentales para el aprendizaje y la empatía, para educar.
Fuentes: El País. Aportaciones varias y de experiencias propias, como maestro, psicólogo y padre de 4 hijos (2 mujeres y 2 hombres) y 8 nietos muy diferentes.
Y un interesante blog sobre Escuela de Padres.
El diálogo padres-hijos.
¡Mira que hijo me ha salido!
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DESPRECIO DEL GOBIERNO ESPAÑOL, a los republicanos muertos en Mauthausen.
El pasado fin de semana se celebró en Mauthasuen (Austria) la conmemoración del 68 aniversario de la liberación de este antiguo campo de concentración nazi donde murieron 7.000 republicanos españoles, de los cuales 274 eran republicanos extremeños -216 de la provincia de Badajoz y 56 de la provincia de Cáceres. Fueron conducidos allí tras ser capturados por las tropas alemanas en Francia, país en el se habían exiliado en 1939 huyendo de la represión franquista tras el fin de la Guerra Civil española, y pasaron a formar parte de la enorme lista de víctimas que perecieron en aquel lugar.
Únicamente asistió una delegación de la asociación "Amical de Mauthasuen" que contó con la presencia de profesores y estudiantes de los Institutos Ramón Berenguer IV de Santa Coloma de Gramanet, y de los Pius Font Quer y Lluís de Peguera de Manresa, coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor manresano Joaquim Amat-Piniella.
Pero la única representación institucional fue la concejala de Santa Coloma, Laia Tordera, y el concejal de Manresa, Joan Calmet, sin que hubiera ninguna representación, ni del gobierno de España, con la excepción del consejero de la embajada de España en Austria, ni de ninguna Comunidad Autónoma; como ha venido siendo habitual desde el año 2005, precisamente fue el presidente Zapatero el primer y único presidente español que ha asistido alguna vez a ese acto, y fue el 8 de mayo de 2005.
La ausencia de representantes del Gobierno español sorprendió incluso al embajador francés que hizo la ofrenda al monumento español cuando no había ninguna autoridad.
Además, es habitual que todas las delegaciones asistan con representantes de sus respectivas fuerzas armadas como muestran las fotos. La delegación española es la única sin ningún miembro del Ejército.
Los republicanos, en cambio, recibieron el homenaje de checos, polacos, judíos, franceses, austriacos, húngaros en el monumento erigido a su memoria, depositando ofrendas y rindiendo honores militares.
Una vez más, como ya ocurrió hace unas semanas en Buchenwald, los participantes en los homenajes internacionales han constatado el contraste que significa la ausencia de nuestros gobiernos, ante la participación de autoridades de todos los países europeos.
La ARMHEX sin faltar al deber de memoria y compromiso, quiere denunciar y lamentar actitudes políticas que muestran , una vez más, la singularidad de nuestro país y el desprecio por las victimas republicanas.
Quizá los republicanos deportados a los campos nazis todavía no merecen en su país el reconocimiento como primeros luchadores antifascistas, mientras que para las otras naciones europeas merecen el reconocimiento de héroes.
José Manuel Corbacho 16 de mayo de 2013, ARMHEX.
Únicamente asistió una delegación de la asociación "Amical de Mauthasuen" que contó con la presencia de profesores y estudiantes de los Institutos Ramón Berenguer IV de Santa Coloma de Gramanet, y de los Pius Font Quer y Lluís de Peguera de Manresa, coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor manresano Joaquim Amat-Piniella.
Pero la única representación institucional fue la concejala de Santa Coloma, Laia Tordera, y el concejal de Manresa, Joan Calmet, sin que hubiera ninguna representación, ni del gobierno de España, con la excepción del consejero de la embajada de España en Austria, ni de ninguna Comunidad Autónoma; como ha venido siendo habitual desde el año 2005, precisamente fue el presidente Zapatero el primer y único presidente español que ha asistido alguna vez a ese acto, y fue el 8 de mayo de 2005.
La ausencia de representantes del Gobierno español sorprendió incluso al embajador francés que hizo la ofrenda al monumento español cuando no había ninguna autoridad.
Además, es habitual que todas las delegaciones asistan con representantes de sus respectivas fuerzas armadas como muestran las fotos. La delegación española es la única sin ningún miembro del Ejército.
Los republicanos, en cambio, recibieron el homenaje de checos, polacos, judíos, franceses, austriacos, húngaros en el monumento erigido a su memoria, depositando ofrendas y rindiendo honores militares.
Una vez más, como ya ocurrió hace unas semanas en Buchenwald, los participantes en los homenajes internacionales han constatado el contraste que significa la ausencia de nuestros gobiernos, ante la participación de autoridades de todos los países europeos.
La ARMHEX sin faltar al deber de memoria y compromiso, quiere denunciar y lamentar actitudes políticas que muestran , una vez más, la singularidad de nuestro país y el desprecio por las victimas republicanas.
Quizá los republicanos deportados a los campos nazis todavía no merecen en su país el reconocimiento como primeros luchadores antifascistas, mientras que para las otras naciones europeas merecen el reconocimiento de héroes.
José Manuel Corbacho 16 de mayo de 2013, ARMHEX.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Lo que vale tu oficio. De la valeur ignorée des métiers. El valor ignorado de los oficios. (colgado en el 2010, marzo y vuelto a traer)
Alimenté par la récession, les frasques de la City et la perspective des élections législatives du printemps, le débat sur les inégalités s’installe au Royaume-Uni. Une recherche dévoile la face cachée du système de rémunération.
A force d’évaluer toutes choses et toutes gens à l’aune de leur rendement monétaire — que rapportez-vous aux actionnaires? —, il était fatal qu’on retournât un jour la question aux évaluateurs, mais posée d’un autre point de vue : que rapportez-vous à la société ?
C’est à un tel renversement de perspective qu’invite une étude publiée en décembre dernier sous l’égide de la New Economic Foundation . Eilis Lawlor, Helen Kersley et Susan Steed, trois chercheuses britanniques, y abordent non sans malice la question des inégalités, en comparant la rémunération de certains métiers, sélectionnés aux deux extrémités de l’échelle des revenus, à la «valeur sociale» qu’engendre leur exercice.
Dans le cas d’un ouvrier du recyclage, payé 6,10 livres sterling de l’heure (environ 7 euros), les auteures estiment que « chaque livre dépensée en salaire générera 12 livres de valeur » pour l’ensemble de la collectivité. En revanche, « alors qu’ils perçoivent des rétributions comprises entre 500 000 et 10 millions de livres, les grands banquiers d’affaires détruisent 7 livres de valeur sociale pour chaque livre de valeur financière créée ». Ainsi le bilan collectif des activités les mieux rétribuées s’avère-t-il parfois négatif, ce que suggérait déjà la tempête financière déchaînée depuis 2008…
Baptisée «retour social sur investissement», la méthode utilisée pour quantifier la valeur générée par un emploi prend la théorie économique standard à son propre piège. Les hauts salaires refléteraient l’apport des cadres supérieurs à l’entreprise. «La pensée orthodoxe dit que notre utilité dérive de l’argent, soulignent les chercheuses. Plus on en gagne, plus on est utile. Il s’ensuit que pour maximiser le bien-être collectif, il faut accroître le revenu total.»
Pareille vision du monde conduit notamment à n’attribuer aucune valeur au travail domestique, très majoritairement dévolu aux femmes. Et à perdre de vue que le processus économique s’étend en deçà et au-delà de l’échange monétaire. Car la production et la consommation de biens et de services provoquent des répercussions (…)
La version intégrale de cet article dans Le Monde diplomatique actuellement en kiosques. Marz de 2010
Alimentado por la recesión, los imprevistos de la City y la perspectiva de las elecciones legislativas de primavera, el debate sobre la desigualdad se instala en el Reino Unido. Una investigación desvela la cara oculta del sistema de remuneración.
A fuerza de evaluar todas las cosas y a todas las gentes en relación con su rendimiento monetario - ¿Qué ofrece usted a los accionistas?- Estaba cantado que un día la cuestión volviese a los evaluadores, pero propuesta desde otro punto de vista: ¿Qué ofrece usted a la sociedad?
Lo que supone un cambio de perspectiva al que invita un estudio publicado en diciembre ultimo bajo la dirección de la New Economic Foundation. Eilis Lawlor, Helen Kersley y Susan Steed, tres investigadores británicos, abordan, no sin malicia, la cuestión de las desigualdades, comparando la remuneración de ciertos oficios o profesionales, seleccionados en las dos extremidades de la escala de ingresos, al “valor social” que produce su ejercicio.
En el caso de un obrero del reciclaje, pagado a 6,10 libras esterlinas por hora (alrededor de 7 euros), los autores estiman que «cada libra dispensada en salario genera 12 libras de valor» para el conjunto de la colectividad. En revancha, «mientras que ellos perciben retribuciones comprendidas entre 500.000 y 10 millones de libras, los grandes banqueros de negocios destruyen 7 libras de valor social por cada libra de valor financiero creado». Así el balance colectivo de las actividades mejor retribuidas se muestran, a veces, negativo, lo que sugiere ya la tempestad financiera desencadenada desde 2008.
Bautizado «retorno social sobre inversión», el método utilizado para cuantificar el valor generado por un empleo toma la teoría económica estándar, tiene su propia trampa. Los altos salarios reflejarán la relación de cuadros superiores de la empresa. «El pensamiento ortodoxo dice que nuestra utilidad deriva del dinero, subrayan los investigadores. Cuanto más se gana, más útil se es. De ello se sigue que para maximizar el bienestar colectivo, es necesario acrecentar el ingreso total.»
Semejante visión del mundo conduce claramente a no atribuir ningún valor al trabajo doméstico, muy mayoritariamente desempeñado por las mujeres. Solo perdiendo de vista que el proceso económico se extiende más allá del intercambio monetario. Porque la producción y el consumo de bienes y de servicios provocan repercusiones (…)
El artículo continua... por ejemplo: El método permite así mismo establecer que un consejero fiscal cuyo trabajo consiste en privar a la sociedad de parte de los impuestos, destruye cuarenta y siete veces más de valor que crea, contrariamente a la empleada de guardería que, por la educación prodigada a los niños y el tiempo liberado a los padres, rinde a la sociedad 9,43 veces lo que ella percibe en salario. Estos número ponen en evidencia una cosa aberrante. "No buscamos la precisión en los cálculos" dicen los autores. "Algunos aspectos del valor puede que probablemente se nos hayan escapado. Se trata de llamar la atención sobre el problema". De oponer la creación de valor para la sociedad a la creación de valor para el accionariado; de sugerir el cambio de un modo de remuneración que valoriza sobrepagando las profesiones más inútiles y simétricamente desanima a las profesiones más útiles para la mayoría... Y continúa con datos muy interesantes que deshacen las falsas ideas con las que nos han machacado para justificar, y que aceptemos, las injustas diferencias de ingresos a favor de los que ocupan puestos de poder, pero que no necesariamente sirven a la mayoría social ni su trabajo repercute en el bienestar social.
La versión integra del artículo en Le Monde Diplomatique en los quioscos en marzo de 2010. Y el trabajo original integro en inglés de donde proviene la información nos lo podemos descargar gratis desde aquí, o desde aquí.
En formato PDF, tiene 44 páginas y está colgado en la página Web http://www.neweconomics.org/
A force d’évaluer toutes choses et toutes gens à l’aune de leur rendement monétaire — que rapportez-vous aux actionnaires? —, il était fatal qu’on retournât un jour la question aux évaluateurs, mais posée d’un autre point de vue : que rapportez-vous à la société ?
C’est à un tel renversement de perspective qu’invite une étude publiée en décembre dernier sous l’égide de la New Economic Foundation . Eilis Lawlor, Helen Kersley et Susan Steed, trois chercheuses britanniques, y abordent non sans malice la question des inégalités, en comparant la rémunération de certains métiers, sélectionnés aux deux extrémités de l’échelle des revenus, à la «valeur sociale» qu’engendre leur exercice.
Dans le cas d’un ouvrier du recyclage, payé 6,10 livres sterling de l’heure (environ 7 euros), les auteures estiment que « chaque livre dépensée en salaire générera 12 livres de valeur » pour l’ensemble de la collectivité. En revanche, « alors qu’ils perçoivent des rétributions comprises entre 500 000 et 10 millions de livres, les grands banquiers d’affaires détruisent 7 livres de valeur sociale pour chaque livre de valeur financière créée ». Ainsi le bilan collectif des activités les mieux rétribuées s’avère-t-il parfois négatif, ce que suggérait déjà la tempête financière déchaînée depuis 2008…
Baptisée «retour social sur investissement», la méthode utilisée pour quantifier la valeur générée par un emploi prend la théorie économique standard à son propre piège. Les hauts salaires refléteraient l’apport des cadres supérieurs à l’entreprise. «La pensée orthodoxe dit que notre utilité dérive de l’argent, soulignent les chercheuses. Plus on en gagne, plus on est utile. Il s’ensuit que pour maximiser le bien-être collectif, il faut accroître le revenu total.»
Pareille vision du monde conduit notamment à n’attribuer aucune valeur au travail domestique, très majoritairement dévolu aux femmes. Et à perdre de vue que le processus économique s’étend en deçà et au-delà de l’échange monétaire. Car la production et la consommation de biens et de services provoquent des répercussions (…)
La version intégrale de cet article dans Le Monde diplomatique actuellement en kiosques. Marz de 2010
Alimentado por la recesión, los imprevistos de la City y la perspectiva de las elecciones legislativas de primavera, el debate sobre la desigualdad se instala en el Reino Unido. Una investigación desvela la cara oculta del sistema de remuneración.
A fuerza de evaluar todas las cosas y a todas las gentes en relación con su rendimiento monetario - ¿Qué ofrece usted a los accionistas?- Estaba cantado que un día la cuestión volviese a los evaluadores, pero propuesta desde otro punto de vista: ¿Qué ofrece usted a la sociedad?
Lo que supone un cambio de perspectiva al que invita un estudio publicado en diciembre ultimo bajo la dirección de la New Economic Foundation. Eilis Lawlor, Helen Kersley y Susan Steed, tres investigadores británicos, abordan, no sin malicia, la cuestión de las desigualdades, comparando la remuneración de ciertos oficios o profesionales, seleccionados en las dos extremidades de la escala de ingresos, al “valor social” que produce su ejercicio.
En el caso de un obrero del reciclaje, pagado a 6,10 libras esterlinas por hora (alrededor de 7 euros), los autores estiman que «cada libra dispensada en salario genera 12 libras de valor» para el conjunto de la colectividad. En revancha, «mientras que ellos perciben retribuciones comprendidas entre 500.000 y 10 millones de libras, los grandes banqueros de negocios destruyen 7 libras de valor social por cada libra de valor financiero creado». Así el balance colectivo de las actividades mejor retribuidas se muestran, a veces, negativo, lo que sugiere ya la tempestad financiera desencadenada desde 2008.
El artículo continua... por ejemplo: El método permite así mismo establecer que un consejero fiscal cuyo trabajo consiste en privar a la sociedad de parte de los impuestos, destruye cuarenta y siete veces más de valor que crea, contrariamente a la empleada de guardería que, por la educación prodigada a los niños y el tiempo liberado a los padres, rinde a la sociedad 9,43 veces lo que ella percibe en salario. Estos número ponen en evidencia una cosa aberrante. "No buscamos la precisión en los cálculos" dicen los autores. "Algunos aspectos del valor puede que probablemente se nos hayan escapado. Se trata de llamar la atención sobre el problema". De oponer la creación de valor para la sociedad a la creación de valor para el accionariado; de sugerir el cambio de un modo de remuneración que valoriza sobrepagando las profesiones más inútiles y simétricamente desanima a las profesiones más útiles para la mayoría... Y continúa con datos muy interesantes que deshacen las falsas ideas con las que nos han machacado para justificar, y que aceptemos, las injustas diferencias de ingresos a favor de los que ocupan puestos de poder, pero que no necesariamente sirven a la mayoría social ni su trabajo repercute en el bienestar social.
La versión integra del artículo en Le Monde Diplomatique en los quioscos en marzo de 2010. Y el trabajo original integro en inglés de donde proviene la información nos lo podemos descargar gratis desde aquí, o desde aquí.
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Walter Benjamin y el capitalismo como religión
1. Hay signos de los tiempos que, aunque obvios, los hombres, que escrutan las señales en los cielos, no llegan a percibir. Cristalizan en eventos que anuncian y definen la época, es decir, eventos que pueden pasar inadvertidos y no alterar en nada, o casi nada, la realidad en la que encajan y que, sin embargo, y precisamente por esto tienen valor de signo, de indicio histórico: semeia ton kairon . Uno de estos eventos tuvo lugar el 15 de agosto de 1971, cuando el gobierno de EE.UU., bajo la presidencia de Richard Nixon declaró que la convertibilidad del dólar quedaba suspendida. Si bien esta afirmación ponía fin, de hecho, a un sistema que había vinculado durante mucho tiempo el valor de la moneda a una base áurea, la noticia, que saltó en plenas vacaciones de verano, provocó menos debate del que era razonable esperar.
Sin embargo, desde ese momento, la inscripción que todavía se puede leer en muchos billetes de banco (por ejemplo, en los de la libra esterlina o la rupia, pero no en los del euro): “ Me comprometo a pagar al portador la suma de ...” refrendada por el gobernador del banco central, perdió definitivamente su sentido. Esta frase pasó a significar que a partir de ese momento a cambio del billete el banco central correspondiente haría entrega a quien lo solicitara (si alguien era lo suficientemente tonto como para hacerlo) no una cierta cantidad de oro (para el dólar, 1/35 de onza) sino un billete exactamente igual. El dinero había quedado desprovisto de cualquier valor que no fuera el puramente autorreferencial. Tanto más sorprendente fue la facilidad con que fue aceptado el acto del soberano estadounidense, que equivalía a cancelar el patrimonio de oro del dueño del dinero. Y si, como se ha sugerido, el ejercicio de la soberanía monetaria de un Estado consiste en su capacidad para inducir a los participantes del mercado a emplear sus obligaciones como dinero, en ese momento las obligaciones perdieron toda consistencia real, se habían convertido en puro papel.
El proceso de desmaterialización de la moneda se había iniciado muchos siglos antes, cuando las necesidades del mercado llevaron a añadir a la moneda metálica, necesariamente escasa y engorrosa, letras de cambio, billetes bancarios, juros , goldsmith’s notes, etcétera. Todas estas monedas de papel son en realidad títulos de crédito, por cuya razón se conoce como moneda fiduciaria. La moneda metálica, en cambio, valía –o hubiera debido valer– su contenido de metales preciosos (cuestión, como se sabe, insegura: el caso extremo fue el de las monedas de plata acuñadas por Federico II, que apenas usadas dejaban a la vista el rojo de cobre). Sin embargo, Schumpeter (que vivió, es cierto, en un momento en el papel moneda había desbordado la moneda metálica), pudo afirmar no sin razón que, en última instancia, todo el dinero es sólo crédito. Después del 15 de agosto de 1971, habría que añadir que el dinero es un crédito basado sólo en sí mismo y que no refleja nada más que a sí mismo.
2. El capitalismo como religión es el título de uno de los más penetrantes fragmentos póstumos de Walter Benjamin.
Que el socialismo era algo parecido a una religión fue observado con frecuencia (entre otros por Schmitt: “El socialismo pretende dar vida a una nueva religión que para los hombres de los siglos XIX y XX tuvo el mismo significado que el cristianismo para los hombres de hace dos mil años.”) Según Benjamin, el capitalismo no es sólo, como afirma Weber, una secularización de la fe protestante, sino que él mismo es esencialmente un fenómeno religioso, que se desarrolla como parásito a partir del cristianismo. Como tal, como religión de la modernidad, se define por tres características:
1.- Es una religión de culto, tal vez la más extrema y absoluta que ha existido jamás. Todo en ella tiene significado sólo con referencia al cumplimiento de un culto, no con un dogma o una idea;
2.- Es un culto permanente, es “la celebración de un culto sans trève et sans merci ”. No es posible aquí distinguir entre días festivos y días laborables, sólo hay un único e ininterrumpido día de fiesta-trabajo en el que el trabajo coincide con la celebración del culto;
3.- El culto capitalista no remite a la redención o la expiación de la culpa, sino a la culpa misma: “El capitalismo es quizás el único caso de un culto no expiatorio sino culpabilizador… Una monstruosa conciencia culpable que no conoce la redención se convierte en culto, no para expiar en éste su culpa sino para hacerla universal ... y para atrapar al final a Dios mismo en la culpa ... Dios no ha muerto, sino que se ha incorporado al destino del hombre.”
Precisamente porque tiende con todas sus fuerzas no a la redención sino a la culpa, no a la esperanza sino a la desesperación, el capitalismo como religión no tiende a la transformación del mundo sino a su destrucción. Y su dominio es en nuestro tiempo tan completo que los tres grandes profetas de la modernidad (Nietzsche, Marx y Freud) conspiran, según Benjamin, con él, son solidarios, de alguna manera, con la religión de la desesperanza. “Este paso del planeta hombre por la casa de la desesperación, en la soledad absoluta de su recorrido es el ethos que define Nietzsche. Este hombre es el superhombre , es decir el primer hombre que comienza a darse cuenta conscientemente de la religión capitalista.” Pero también la teoría freudiana pertenece al sacerdocio del culto capitalista: “Lo reprimido, la representación pecaminosa ... es el capital, sobre el cual el infierno del inconsciente paga intereses.” Y, en Marx, el capitalismo “con los intereses simples y compuestos, que son función de la culpa ... se transforma inmediatamente en socialismo”.
3. Vamos a tratar de tomar en serio y desarrollar la hipótesis de Benjamín. Si el capitalismo es una religión, ¿cómo podemos definirlo en términos de fe?, ¿en qué cree en el capitalismo? ¿qué implica, en lo que respecta a esta fe, la decisión de Nixon?
David Flüsser, gran estudioso de la ciencia de las religiones –hay también una disciplina con este extraño nombre– estaba trabajando sobre la palabra pistis, palabra griega que Jesús y los apóstoles utilizaban para “fe”. Un día se encontraba en una plaza de Atenas y en un momento dado, al levantar los ojos, vio escrito en grandes caracteres ante él Trapeza tes pisteos . Aturdido por la coincidencia, miró mejor y después de unos segundos se dio cuenta de que simplemente estaba ante un banco: trapeza tes pisteos significa en griego “banco de crédito”. He aquí el significado de la palabra pistis, que llevaba meses tratando de averiguar: pistis, “fe” no es más que el crédito de que gozamos ante Dios y del que la palabra de Dios goza en nosotros desde el momento en que creemos en él. Por esta razón Pablo puede afirmar en una famosa definición que “la fe es la sustancia de las cosas esperadas”: es lo que da credibilidad a la realidad y a lo que no existe todavía, pero en lo que creemos y tenemos fe, en lo que hemos puesto en juego nuestro crédito y nuestra palabra. Creditum es el participio pasado del verbo latino credere: es aquello en lo que creemos, en lo que ponemos nuestra fe, cuando establecemos una relación de confianza con alguien tomándolo bajo nuestra protección o prestándoles dinero, confiándonos a su protección o tomando dinero prestado. En la pistis paulina pervive, es decir, la antiquísima institución indoeuropea que Benveniste ha reconstruido, la “fidelidad personal”: “El que detiene la fides puesta en él por un hombre tiene en su poder a este hombre ... En su forma primitiva, esta relación implica una reciprocidad: poner nuestra fides en alguien procuraba, a su vez, su garantía y su ayuda.”
Si esto es cierto, entonces la hipótesis de Benjamin de una estrecha relación entre capitalismo y cristianismo recibe una confirmación ulterior: el capitalismo es una religión basada enteramente en la fe, una religión cuyos seguidores viven sola fide (sólo por medio de la fe). Y como, según Benjamin, el capitalismo es una religión en la que el culto se ha emancipado de todo objeto y la culpa de todo pecado y, por lo tanto, de toda posible redención, así, desde el punto de vista de la fe, el capitalismo no tiene objeto: cree en el hecho puro de creer, en el puro crédito ( believes in pure belief ), es decir: en el dinero. El capitalismo es, por ello, una religión en la cual la fe –el crédito– ha sustituido a Dios. En otras palabras, en tanto que la forma pura del crédito es dinero, es una religión cuyo dios es el dinero.
Esto significa que el banco, que no es más que una máquina de fabricar y manejar crédito, ha tomado el lugar de la iglesia y, mediante la regulación del crédito, manipula y administra la fe –la escasa e incierta confianza– que nuestro tiempo todavía tiene en sí mismo.
4. ¿Qué ha significado para esta religión la decisión de suspender la convertibilidad en oro? Ciertamente, algo así como una aclaración de su propio contenido teológico, comparable a la destrucción mosaica del becerro de oro o al establecimiento de un dogma conciliar. En cualquier caso, un paso decisivo hacia la purificación y cristalización de su propia fe. Ésta –en forma de dinero y crédito–se emancipa ahora de todo referente externo, cancela su nexo de idolatría con el oro y se afirma en su carácter absoluto. El crédito es un ser puramente inmaterial, la parodia más perfecta de esa pistis , que no es sino “la sustancia de lo que se espera.” La fe –así rezaba la famosa definición de la Carta a los Hebreos– es sustancia – ousia , término técnico por excelencia de la ontología griega– de lo que se espera. Lo que Pablo quiso decir es que el que tiene fe, el que ha puesto su pistis en Cristo, toma la palabra de Cristo como si se tratara de la cosa, el ser, la sustancia. Pero es precisamente este “como si” lo que la parodia de la religión capitalista elimina. El dinero, el nuevo pistis , es ahora inmediatamente y sin residuos sustancia. El carácter destructivo de la religión capitalista, de la que hablaba Benjamin, aparece aquí en plena evidencia. La “cosa esperaba,” ya no existe, ha sido destruida, y tiene que serlo porque el dinero es la esencia misma de la cosa, su ousia en el sentido técnico. Y, de esta manera, se quita de en medio el último obstáculo a la creación de un mercado de la moneda, a la transformación integral del dinero en mercancía.
5. Una sociedad cuya religión es el crédito, que sólo cree en el crédito, está condenada a vivir a crédito. Robert Kurz explicó la transformación del capitalismo del siglo XIX, todavía basado en la solvencia y la desconfianza respecto al crédito, en el capitalismo financiero contemporáneo. “Para el capital privado del siglo XIX, con sus propietarios personales y sus respectivos clanes familiares, eran todavía válidos los principios de honorabilidad y solvencia, a la luz de los cuales el incremento del uso del crédito era casi obsceno, como un comienzo del fin. Las novelas por entregas de la época están llenas de historias donde las familias numerosas se arruinan a causa de su dependencia; en algunos pasajes de Los Buddenbrook , Thomas Mann llegó a crear un tema de Premio Nobel. El capital productivo sujeto al pago de intereses era, por supuesto, esencial para el sistema desde el primer momento de su formación, pero todavía no tenía un papel decisivo en la reproducción capitalista global. Los negocios de capital “ficticio” se consideraban típicos de los ambientes de estafadores y personas deshonestas, al margen del capitalismo real ... Incluso Henry Ford se negó durante mucho tiempo al uso del crédito bancario, obstinándose en su decisión de financiar sus inversiones sólo con su propio capital.” (R.Kurz, El fin de la política y la apoteosis de dinero , Roma, 1997; Die Himmelfahrt des Geldes , en “Krisis”, 1995).
Durante el siglo XIX, esta concepción patriarcal se disolvió completamente y el capital empresarial recurrió cada vez más al capital monetario, tomado del sistema bancario. Esto significa que las empresas, con el fin de seguir produciendo, deben, por así decirlo, hipotecar por anticipado cantidades crecientes de trabajo y de futura producción. El capital productor de mercancías se alimenta ficticiamente de su propio futuro. La religión capitalista, de acuerdo con la tesis de Benjamin, vive de un endeudamiento permanente, que no puede ni debe extinguirse. Pero no son sólo las empresas las que viven, en este sentido, sola fide , a crédito (o a débito). También los individuos y las familias, que recurren cada vez más al mismo, están análogamente tan implicados en este continuo y generalizado este acto de fe en el futuro. Y la Banca es el sumo sacerdote que administra a los fieles el único sacramento de la religión capitalista: el crédito-débito.
Giorgio Agamben lostraniero.net
Traducido para Rebelión por S. Seguí.
Fuente: http://www.lostraniero.net/archivio-2013/152-maggio-2013-n-155/803-un-commento-oggi.html
Sin embargo, desde ese momento, la inscripción que todavía se puede leer en muchos billetes de banco (por ejemplo, en los de la libra esterlina o la rupia, pero no en los del euro): “ Me comprometo a pagar al portador la suma de ...” refrendada por el gobernador del banco central, perdió definitivamente su sentido. Esta frase pasó a significar que a partir de ese momento a cambio del billete el banco central correspondiente haría entrega a quien lo solicitara (si alguien era lo suficientemente tonto como para hacerlo) no una cierta cantidad de oro (para el dólar, 1/35 de onza) sino un billete exactamente igual. El dinero había quedado desprovisto de cualquier valor que no fuera el puramente autorreferencial. Tanto más sorprendente fue la facilidad con que fue aceptado el acto del soberano estadounidense, que equivalía a cancelar el patrimonio de oro del dueño del dinero. Y si, como se ha sugerido, el ejercicio de la soberanía monetaria de un Estado consiste en su capacidad para inducir a los participantes del mercado a emplear sus obligaciones como dinero, en ese momento las obligaciones perdieron toda consistencia real, se habían convertido en puro papel.
El proceso de desmaterialización de la moneda se había iniciado muchos siglos antes, cuando las necesidades del mercado llevaron a añadir a la moneda metálica, necesariamente escasa y engorrosa, letras de cambio, billetes bancarios, juros , goldsmith’s notes, etcétera. Todas estas monedas de papel son en realidad títulos de crédito, por cuya razón se conoce como moneda fiduciaria. La moneda metálica, en cambio, valía –o hubiera debido valer– su contenido de metales preciosos (cuestión, como se sabe, insegura: el caso extremo fue el de las monedas de plata acuñadas por Federico II, que apenas usadas dejaban a la vista el rojo de cobre). Sin embargo, Schumpeter (que vivió, es cierto, en un momento en el papel moneda había desbordado la moneda metálica), pudo afirmar no sin razón que, en última instancia, todo el dinero es sólo crédito. Después del 15 de agosto de 1971, habría que añadir que el dinero es un crédito basado sólo en sí mismo y que no refleja nada más que a sí mismo.
2. El capitalismo como religión es el título de uno de los más penetrantes fragmentos póstumos de Walter Benjamin.
Que el socialismo era algo parecido a una religión fue observado con frecuencia (entre otros por Schmitt: “El socialismo pretende dar vida a una nueva religión que para los hombres de los siglos XIX y XX tuvo el mismo significado que el cristianismo para los hombres de hace dos mil años.”) Según Benjamin, el capitalismo no es sólo, como afirma Weber, una secularización de la fe protestante, sino que él mismo es esencialmente un fenómeno religioso, que se desarrolla como parásito a partir del cristianismo. Como tal, como religión de la modernidad, se define por tres características:
1.- Es una religión de culto, tal vez la más extrema y absoluta que ha existido jamás. Todo en ella tiene significado sólo con referencia al cumplimiento de un culto, no con un dogma o una idea;
2.- Es un culto permanente, es “la celebración de un culto sans trève et sans merci ”. No es posible aquí distinguir entre días festivos y días laborables, sólo hay un único e ininterrumpido día de fiesta-trabajo en el que el trabajo coincide con la celebración del culto;
3.- El culto capitalista no remite a la redención o la expiación de la culpa, sino a la culpa misma: “El capitalismo es quizás el único caso de un culto no expiatorio sino culpabilizador… Una monstruosa conciencia culpable que no conoce la redención se convierte en culto, no para expiar en éste su culpa sino para hacerla universal ... y para atrapar al final a Dios mismo en la culpa ... Dios no ha muerto, sino que se ha incorporado al destino del hombre.”
Precisamente porque tiende con todas sus fuerzas no a la redención sino a la culpa, no a la esperanza sino a la desesperación, el capitalismo como religión no tiende a la transformación del mundo sino a su destrucción. Y su dominio es en nuestro tiempo tan completo que los tres grandes profetas de la modernidad (Nietzsche, Marx y Freud) conspiran, según Benjamin, con él, son solidarios, de alguna manera, con la religión de la desesperanza. “Este paso del planeta hombre por la casa de la desesperación, en la soledad absoluta de su recorrido es el ethos que define Nietzsche. Este hombre es el superhombre , es decir el primer hombre que comienza a darse cuenta conscientemente de la religión capitalista.” Pero también la teoría freudiana pertenece al sacerdocio del culto capitalista: “Lo reprimido, la representación pecaminosa ... es el capital, sobre el cual el infierno del inconsciente paga intereses.” Y, en Marx, el capitalismo “con los intereses simples y compuestos, que son función de la culpa ... se transforma inmediatamente en socialismo”.
3. Vamos a tratar de tomar en serio y desarrollar la hipótesis de Benjamín. Si el capitalismo es una religión, ¿cómo podemos definirlo en términos de fe?, ¿en qué cree en el capitalismo? ¿qué implica, en lo que respecta a esta fe, la decisión de Nixon?
David Flüsser, gran estudioso de la ciencia de las religiones –hay también una disciplina con este extraño nombre– estaba trabajando sobre la palabra pistis, palabra griega que Jesús y los apóstoles utilizaban para “fe”. Un día se encontraba en una plaza de Atenas y en un momento dado, al levantar los ojos, vio escrito en grandes caracteres ante él Trapeza tes pisteos . Aturdido por la coincidencia, miró mejor y después de unos segundos se dio cuenta de que simplemente estaba ante un banco: trapeza tes pisteos significa en griego “banco de crédito”. He aquí el significado de la palabra pistis, que llevaba meses tratando de averiguar: pistis, “fe” no es más que el crédito de que gozamos ante Dios y del que la palabra de Dios goza en nosotros desde el momento en que creemos en él. Por esta razón Pablo puede afirmar en una famosa definición que “la fe es la sustancia de las cosas esperadas”: es lo que da credibilidad a la realidad y a lo que no existe todavía, pero en lo que creemos y tenemos fe, en lo que hemos puesto en juego nuestro crédito y nuestra palabra. Creditum es el participio pasado del verbo latino credere: es aquello en lo que creemos, en lo que ponemos nuestra fe, cuando establecemos una relación de confianza con alguien tomándolo bajo nuestra protección o prestándoles dinero, confiándonos a su protección o tomando dinero prestado. En la pistis paulina pervive, es decir, la antiquísima institución indoeuropea que Benveniste ha reconstruido, la “fidelidad personal”: “El que detiene la fides puesta en él por un hombre tiene en su poder a este hombre ... En su forma primitiva, esta relación implica una reciprocidad: poner nuestra fides en alguien procuraba, a su vez, su garantía y su ayuda.”
Si esto es cierto, entonces la hipótesis de Benjamin de una estrecha relación entre capitalismo y cristianismo recibe una confirmación ulterior: el capitalismo es una religión basada enteramente en la fe, una religión cuyos seguidores viven sola fide (sólo por medio de la fe). Y como, según Benjamin, el capitalismo es una religión en la que el culto se ha emancipado de todo objeto y la culpa de todo pecado y, por lo tanto, de toda posible redención, así, desde el punto de vista de la fe, el capitalismo no tiene objeto: cree en el hecho puro de creer, en el puro crédito ( believes in pure belief ), es decir: en el dinero. El capitalismo es, por ello, una religión en la cual la fe –el crédito– ha sustituido a Dios. En otras palabras, en tanto que la forma pura del crédito es dinero, es una religión cuyo dios es el dinero.
Esto significa que el banco, que no es más que una máquina de fabricar y manejar crédito, ha tomado el lugar de la iglesia y, mediante la regulación del crédito, manipula y administra la fe –la escasa e incierta confianza– que nuestro tiempo todavía tiene en sí mismo.
4. ¿Qué ha significado para esta religión la decisión de suspender la convertibilidad en oro? Ciertamente, algo así como una aclaración de su propio contenido teológico, comparable a la destrucción mosaica del becerro de oro o al establecimiento de un dogma conciliar. En cualquier caso, un paso decisivo hacia la purificación y cristalización de su propia fe. Ésta –en forma de dinero y crédito–se emancipa ahora de todo referente externo, cancela su nexo de idolatría con el oro y se afirma en su carácter absoluto. El crédito es un ser puramente inmaterial, la parodia más perfecta de esa pistis , que no es sino “la sustancia de lo que se espera.” La fe –así rezaba la famosa definición de la Carta a los Hebreos– es sustancia – ousia , término técnico por excelencia de la ontología griega– de lo que se espera. Lo que Pablo quiso decir es que el que tiene fe, el que ha puesto su pistis en Cristo, toma la palabra de Cristo como si se tratara de la cosa, el ser, la sustancia. Pero es precisamente este “como si” lo que la parodia de la religión capitalista elimina. El dinero, el nuevo pistis , es ahora inmediatamente y sin residuos sustancia. El carácter destructivo de la religión capitalista, de la que hablaba Benjamin, aparece aquí en plena evidencia. La “cosa esperaba,” ya no existe, ha sido destruida, y tiene que serlo porque el dinero es la esencia misma de la cosa, su ousia en el sentido técnico. Y, de esta manera, se quita de en medio el último obstáculo a la creación de un mercado de la moneda, a la transformación integral del dinero en mercancía.
5. Una sociedad cuya religión es el crédito, que sólo cree en el crédito, está condenada a vivir a crédito. Robert Kurz explicó la transformación del capitalismo del siglo XIX, todavía basado en la solvencia y la desconfianza respecto al crédito, en el capitalismo financiero contemporáneo. “Para el capital privado del siglo XIX, con sus propietarios personales y sus respectivos clanes familiares, eran todavía válidos los principios de honorabilidad y solvencia, a la luz de los cuales el incremento del uso del crédito era casi obsceno, como un comienzo del fin. Las novelas por entregas de la época están llenas de historias donde las familias numerosas se arruinan a causa de su dependencia; en algunos pasajes de Los Buddenbrook , Thomas Mann llegó a crear un tema de Premio Nobel. El capital productivo sujeto al pago de intereses era, por supuesto, esencial para el sistema desde el primer momento de su formación, pero todavía no tenía un papel decisivo en la reproducción capitalista global. Los negocios de capital “ficticio” se consideraban típicos de los ambientes de estafadores y personas deshonestas, al margen del capitalismo real ... Incluso Henry Ford se negó durante mucho tiempo al uso del crédito bancario, obstinándose en su decisión de financiar sus inversiones sólo con su propio capital.” (R.Kurz, El fin de la política y la apoteosis de dinero , Roma, 1997; Die Himmelfahrt des Geldes , en “Krisis”, 1995).
Durante el siglo XIX, esta concepción patriarcal se disolvió completamente y el capital empresarial recurrió cada vez más al capital monetario, tomado del sistema bancario. Esto significa que las empresas, con el fin de seguir produciendo, deben, por así decirlo, hipotecar por anticipado cantidades crecientes de trabajo y de futura producción. El capital productor de mercancías se alimenta ficticiamente de su propio futuro. La religión capitalista, de acuerdo con la tesis de Benjamin, vive de un endeudamiento permanente, que no puede ni debe extinguirse. Pero no son sólo las empresas las que viven, en este sentido, sola fide , a crédito (o a débito). También los individuos y las familias, que recurren cada vez más al mismo, están análogamente tan implicados en este continuo y generalizado este acto de fe en el futuro. Y la Banca es el sumo sacerdote que administra a los fieles el único sacramento de la religión capitalista: el crédito-débito.
Giorgio Agamben lostraniero.net
Traducido para Rebelión por S. Seguí.
Fuente: http://www.lostraniero.net/archivio-2013/152-maggio-2013-n-155/803-un-commento-oggi.html
martes, 14 de mayo de 2013
¿Montoro es tonto?
“Solo sé que no sé nada” es una famosa máxima de Socrates que Cristobal Montoro ha decidido hacer suya.
A este señor le debemos reconocer un mérito importante en la breve historia de nuestra joven democracia: Montoro ha puesto, por una vez, a todos los ciudadanos de nuestro país de acuerdo. Porque casi todos los ciudadanos reconocemos su ineptitud, incluso muchos de los que fueron sus votantes. Claro que hay algunos que no la reconocen: esos espectadores de Gandía Shore que no saben ni cómo se llama el ministro de Hacienda.
Pero el primero que reconoce su ineptitud, en público, es el mismo Montoro, como demostraré en este artículo.
Le debemos también a Montoro estas bonitas perlas dialécticas que sin duda pasarán a los anales de las Grandes Frases Políticas de este país.
Ahí van:
“Que caiga España que ya la levantaremos nosotros”. Cuando alguna periodista estupefacta le preguntó si de verdad había dicho semejante salvajada no sólo negó las palabras, sino que explicó que en ese momento “trabajaba en una alternativa”.
“Si no sube la recaudación estamos en riesgo de no pagar las nóminas y“No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios”. Sí señor, no hay estrategia mejor para generar confianza en los mercados que anunciar a bombo y platillo que somos más pobres que un ratón de iglesia.
“No sé a lo que llaman grandes fortunas”. Se lo explico yo mismo, señor Montoro: Para mí, por ejemplo, 22 millones de euros ya es un fortunón.
“Si el IVA se pagara más, no habría que subirlo tanto”. Viniendo de un Ministro de Hacienda, la frase es como para enmarcarla. Si su Ministerio hubiera hecho bien su trabajo y hubiera perseguido a los defraudadores (y de paso, no los hubiera amnistiado) no haría falta castigar a los que SI cumplen religiosamente con sus impuestos. Es decir, nuestro Ministro de Hacienda reconoce públicamente su incompetencia. Ergo: Es tonto.
¿Se puede ser más injusto?
Señor Montoro: Si usted se reconoce incapaz de cumplir con su obligación de eliminar la evasión del impuestos por parte de los ciudadanos deshonestos que NO cumplen con su obligación de pagar impuestos , no les cargue los costes de su ineptitud a los ciudadanos honestos que SI cumplen con su obligación de pagar impuestos. Porque no es justo hacerles pagar a los honestos más ya que los deshonestos no pagan. Esto es, por lógica, premiar a los deshonestos.
Recordamos a nuestra selecta concurrencia que Cristóbal Montoro era el ideólogo económico del ala liberal del PP. Como tal, fue el encargado de diseñar y escribir la parte económica y fiscal del programa electoral del Partido Popular.
En sus discursos, se atacaba duramente la subida del IVA. Porque el IVA, según propias palabras de Montoro, era ” el más injusto de los impuestos” y que ” la subida del IVA solo traerá más paro y una situación más compleja y más difícil”
Véase aquí:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=gxfzrtvagqc
Montoro, cabeza pensante del PP, predicaba que si subían los tipos impositivos (o sea, si subía el IVA, por ejemplo) se dañaba tanto la actividad económica que la recaudación final de los impuestos acababa bajando.
Por eso el PP repitió hasta la saciedad durante la campaña electoral que para reducir el déficit lo que había que hacer era no subir, no, sino bajar los impuestos. Luego el PP ganó las elecciones y… ¡tachán!
¡subió inmediatamente el IRPF y el IVA!
¿Donde estaba don Cristóbal Montoro?
Pues escudándose detrás de otra perla dialéctica:
“El déficit era mucho mayor de lo que esperábamos!”
¡Señor ministro!, ¿es usted tonto?
Si para aumentar la recaudación lo que se necesita es bajar el IRPF, la lógica indica que cuando usted descubre un déficit “mucho más grande de lo esperado” lo que tiene que hacer es “bajar los impuestos mucho más de lo esperado”
Sigamos con otras tontunas:
No es que les haya quitado a los funcionarios la paga de diciembre, no...
Es que el “retraimiento de la paga de diciembre que queda postergada a su inclusión en el fondo de pensiones”.
Sí señor, Montoro. Sólido argumento. “No, señor juez, yo no robé el banco, sólo provoqué un retraimiento de su dinero”. Pero es que además el susodicho fondo de pensiones, que sepamos, no existe.
¿Y saben aquel que diú “no ha habido subida de IVA en material escolar porque que los libros escolares no suben, y lo que subirá será otro tipo de material difícilmente clasificable como escolar, como un cuaderno para escribir”? ¿Un cuaderno de escribir no es material escolar? Entonces ¿qué es? ¿maquillaje? ¿Y dónde quiere usted que haga sus deberes mi hija? ¿En una tablilla de cera? ¿Un pergamino?
Pero, por si dudábamos que el señor Montoro era un incompetente, tenemos el tema de la evasión fiscal para confirmarlo.
Porque para lo que contó en su comparecencia y nada, lo mismo podíamos haber traído a Tip y Coll y nos reíamos un rato.
A ver, señor Montoro, si no existe conexión alguna entre las cuentas del PP y la cuenta de los 22 millones de Bárcenas…
¿me explica por qué durante la campaña electoral de 2008, cuando Bárcenas era aún tesorero y manejaba los fondos de campaña, Bárcenas ingresaba en las cuentas suizas 9 millones de euros?
Si usted considera “ruin” y ”muy impertinente” que se le pregunte por las informaciones publicadas sobre el pago sistemático en negro de sueldos y comisiones…
¿Por qué el PP NO ha iniciado acciones legales contras quienes han publicado la noticia? Si usted “desconoce” si Luis Bárcenas se ha podido acoger a la amnistía fiscal a través de alguna sociedad de su propiedad, tal y como aseguran sus abogados…
¿Usted es ministro de Hacienda o se pasa las tardes jugando al dominó?
Pero el gran momento llega cuando el ministro remarca en su comparecencia que la "amnistía fiscal" que llevó a cabo el Gobierno el año pasado “no encubre el delito cometido”.
Por lo menos ahora el señor Montoro reconoce que en España hay amnistía fiscal, porque parece que no se había enterado.
Estimado señor ministro: bajo el rococó e historiado eufemismo de “medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas” se encubría el perdón a los defraudadores, que sólo con pagar el 10% al fisco podían hacer aflorar su dinero negro. Menos de dos semanas después, y en la primera sesión de control al Gobierno tras la aprobación de los Presupuestos en Consejo de Ministros, Montoro demostró seguir aferrado al eufemismo:
“No hay ninguna amnistía fiscal. En el proyecto de ley del Gobierno lo que hay es una regularización de rentas y de activos, que es una figura bien distinta, y, además, es una medida excepcional para un tiempo excepcional”.
Pero esa misma mañana otro compañero de Gabinete, Luis de Guindos, no había tenido problema en reconocerlo:
”Sí que hay amnistía fiscal aunque no sea plato de gusto para ningún gobierno”
Lo dicho: Alguien por aquí no rige.
Ya, cuando escucho que la amnistía fiscal no encubre ningún delito, me quedo de piedra. ¿Quéeeeeeeeeeeeeeee?
Los graves casos de corrupción conocidos esta semana demuestran que la amnistía fiscal se puede estar utilizando para blanquear dinero obtenido de forma presuntamente ilícita. Y no es que lo diga yo, que lo dice la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE).
Señor Montoro: Si usted NO garantiza el acceso a la información de la Amnistía Fiscal a los órganos encargados de combatir el fraude fiscal, la corrupción y el blanqueo de capitales (como son la Inspección de Hacienda, el Ministerio Fiscal, los Jueces y Tribunales y el SEPBLAC)…
…¿tiene usted la cara dura de decirme que no están encubriendo delitos?
La amnistía fiscal aprobada por el Gobierno en marzo pasado no sólo ha permitido que muchos defraudadores fiscales vean perdonadas sus culpas pagando una cuantía simbólica de impuestos. De paso está sirviendo, presuntamente, para blanquear capitales obtenidos ilícitamente.
Ya había advertido reiteradamente la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), que para acogerse a la amnistía fiscal no había que demostrar, ni siquiera manifestar, cuál era el origen del dinero que se pretendía amnistiar.
Por otra parte, tampoco se establecieron mecanismos para controlar el origen de la pasta. Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Dada la oscuridad de la declaración, ya ha habido varios casos de personas que estaban siendo objeto de investigación penal, que se han acogido a la amnistía fiscal.
La intención de estas personas era reintroducir en el circuito legal fondos obtenidos de forma presuntamente ilegal… En cristiano: blanquear dinero.
Repito, y van dos: Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Si la amnistía fiscal favorece el blanqueo de capitales, favorece, en consecuencia, la corrupción, Porque permite que los presuntos corruptos puedan disfrutar del dinero obtenido ilícitamente.
Para minimizar en lo posible el daño causado, deberían investigarse sistemáticamente el origen de los fondos acogidos a la Amnistía Fiscal.
Pero no se puede porque… Porque los Inspectores de Hacienda no pueden acceder a estos datos.
Repito, y van tres: Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Además, sería necesario que la Fiscalía, los Jueces y Tribunales tuviesen acceso a esta información, como dispone el artículo 95 de la Ley General Tributaria.
Y ya de paso, debería tener acceso también el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales, dependiente del Banco de España.
Pero como ni inspectores, ni Fiscalía, ni Jueces ni Tribunales ni el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales tienen acceso a esta información, pues lo lógico es pensar que la amnistía fiscal sirve para encubrir delitos.
Y solo un tonto pensaría lo contrario.
Seguimos:
El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas daba publicidad a la situación fiscal de un contribuyente, Luis Bárcenas, manifestando que no se había acogido a la Amnistía Fiscal.
Pero luego más tarde Montoro dice que “desconoce” si se ha acogido o no. ¿En qué quedamos?
En cualquier caso, si se supone que la información de la amnistía fiscal no se debe hacer pública ¿por qué la hacen pública en este caso?
La información de la Amnistía Fiscal deba ser utilizada en la lucha contra la corrupción, no significa que deba ser pública. En la actualidad, toda la información facilitada a la Agencia Tributaria es confidencial y no se puede hacer pública. Si el Gobierno quiere que parte de ella sea pública debe cambiar las leyes, empezando por el artículo 95 de la Ley General Tributaria.
O sea el Ministro de Hacienda, contraviniendo lo que explícitamente establecen las leyes, ha hecho pública la falta de presentación de una declaración.
Pues ya que el el Ministro de Hacienda considera que algunos datos de los defraudadores acogidos a la Amnistía Fiscal deben ser públicos… ¡que todos lo sean! ¡Denos los datos de los defraudadores!
Lo que es absolutamente inadmisible es que solo se hagan públicos los que convengan a los intereses de su partido.
Porque la Agencia Tributaria debería configurarse como un ente independiente del poder político. Y el Ministerio de hacienda jamás debería servir a intereses partidistas. Por último, la obsesión de Cristobal Montoro de echar mano a los recursos de los ciudadanos más vulnerables mientras sigue cubriendo las espaldas a las corporaciones y grandes fortunas que, paradójicamente, son los principales defraudadores fiscales, no es muy comprensible.
Desde luego, no es muy ética.
Según los informes del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda “el 72% del fraude fiscal lo hacen grandes empresas, un asunto que hace que el Estado pierda 90.000 millones de euros al año”.
En el 2103, uno de cuatro españoles estará en paro.
En este contexto ¿Montoro es tonto o irresponsable?
Fuente: http://allegramag.es/wp/montoro-es-tonto/
A este señor le debemos reconocer un mérito importante en la breve historia de nuestra joven democracia: Montoro ha puesto, por una vez, a todos los ciudadanos de nuestro país de acuerdo. Porque casi todos los ciudadanos reconocemos su ineptitud, incluso muchos de los que fueron sus votantes. Claro que hay algunos que no la reconocen: esos espectadores de Gandía Shore que no saben ni cómo se llama el ministro de Hacienda.
Pero el primero que reconoce su ineptitud, en público, es el mismo Montoro, como demostraré en este artículo.
Le debemos también a Montoro estas bonitas perlas dialécticas que sin duda pasarán a los anales de las Grandes Frases Políticas de este país.
Ahí van:
“Que caiga España que ya la levantaremos nosotros”. Cuando alguna periodista estupefacta le preguntó si de verdad había dicho semejante salvajada no sólo negó las palabras, sino que explicó que en ese momento “trabajaba en una alternativa”.
“Si no sube la recaudación estamos en riesgo de no pagar las nóminas y“No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios”. Sí señor, no hay estrategia mejor para generar confianza en los mercados que anunciar a bombo y platillo que somos más pobres que un ratón de iglesia.
“No sé a lo que llaman grandes fortunas”. Se lo explico yo mismo, señor Montoro: Para mí, por ejemplo, 22 millones de euros ya es un fortunón.
“Si el IVA se pagara más, no habría que subirlo tanto”. Viniendo de un Ministro de Hacienda, la frase es como para enmarcarla. Si su Ministerio hubiera hecho bien su trabajo y hubiera perseguido a los defraudadores (y de paso, no los hubiera amnistiado) no haría falta castigar a los que SI cumplen religiosamente con sus impuestos. Es decir, nuestro Ministro de Hacienda reconoce públicamente su incompetencia. Ergo: Es tonto.
¿Se puede ser más injusto?
Señor Montoro: Si usted se reconoce incapaz de cumplir con su obligación de eliminar la evasión del impuestos por parte de los ciudadanos deshonestos que NO cumplen con su obligación de pagar impuestos , no les cargue los costes de su ineptitud a los ciudadanos honestos que SI cumplen con su obligación de pagar impuestos. Porque no es justo hacerles pagar a los honestos más ya que los deshonestos no pagan. Esto es, por lógica, premiar a los deshonestos.
Recordamos a nuestra selecta concurrencia que Cristóbal Montoro era el ideólogo económico del ala liberal del PP. Como tal, fue el encargado de diseñar y escribir la parte económica y fiscal del programa electoral del Partido Popular.
En sus discursos, se atacaba duramente la subida del IVA. Porque el IVA, según propias palabras de Montoro, era ” el más injusto de los impuestos” y que ” la subida del IVA solo traerá más paro y una situación más compleja y más difícil”
Véase aquí:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=gxfzrtvagqc
Montoro, cabeza pensante del PP, predicaba que si subían los tipos impositivos (o sea, si subía el IVA, por ejemplo) se dañaba tanto la actividad económica que la recaudación final de los impuestos acababa bajando.
Por eso el PP repitió hasta la saciedad durante la campaña electoral que para reducir el déficit lo que había que hacer era no subir, no, sino bajar los impuestos. Luego el PP ganó las elecciones y… ¡tachán!
¡subió inmediatamente el IRPF y el IVA!
¿Donde estaba don Cristóbal Montoro?
Pues escudándose detrás de otra perla dialéctica:
“El déficit era mucho mayor de lo que esperábamos!”
¡Señor ministro!, ¿es usted tonto?
Si para aumentar la recaudación lo que se necesita es bajar el IRPF, la lógica indica que cuando usted descubre un déficit “mucho más grande de lo esperado” lo que tiene que hacer es “bajar los impuestos mucho más de lo esperado”
Sigamos con otras tontunas:
No es que les haya quitado a los funcionarios la paga de diciembre, no...
Es que el “retraimiento de la paga de diciembre que queda postergada a su inclusión en el fondo de pensiones”.
Sí señor, Montoro. Sólido argumento. “No, señor juez, yo no robé el banco, sólo provoqué un retraimiento de su dinero”. Pero es que además el susodicho fondo de pensiones, que sepamos, no existe.
¿Y saben aquel que diú “no ha habido subida de IVA en material escolar porque que los libros escolares no suben, y lo que subirá será otro tipo de material difícilmente clasificable como escolar, como un cuaderno para escribir”? ¿Un cuaderno de escribir no es material escolar? Entonces ¿qué es? ¿maquillaje? ¿Y dónde quiere usted que haga sus deberes mi hija? ¿En una tablilla de cera? ¿Un pergamino?
Pero, por si dudábamos que el señor Montoro era un incompetente, tenemos el tema de la evasión fiscal para confirmarlo.
Porque para lo que contó en su comparecencia y nada, lo mismo podíamos haber traído a Tip y Coll y nos reíamos un rato.
A ver, señor Montoro, si no existe conexión alguna entre las cuentas del PP y la cuenta de los 22 millones de Bárcenas…
¿me explica por qué durante la campaña electoral de 2008, cuando Bárcenas era aún tesorero y manejaba los fondos de campaña, Bárcenas ingresaba en las cuentas suizas 9 millones de euros?
Si usted considera “ruin” y ”muy impertinente” que se le pregunte por las informaciones publicadas sobre el pago sistemático en negro de sueldos y comisiones…
¿Por qué el PP NO ha iniciado acciones legales contras quienes han publicado la noticia? Si usted “desconoce” si Luis Bárcenas se ha podido acoger a la amnistía fiscal a través de alguna sociedad de su propiedad, tal y como aseguran sus abogados…
¿Usted es ministro de Hacienda o se pasa las tardes jugando al dominó?
Pero el gran momento llega cuando el ministro remarca en su comparecencia que la "amnistía fiscal" que llevó a cabo el Gobierno el año pasado “no encubre el delito cometido”.
Por lo menos ahora el señor Montoro reconoce que en España hay amnistía fiscal, porque parece que no se había enterado.
Estimado señor ministro: bajo el rococó e historiado eufemismo de “medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas” se encubría el perdón a los defraudadores, que sólo con pagar el 10% al fisco podían hacer aflorar su dinero negro. Menos de dos semanas después, y en la primera sesión de control al Gobierno tras la aprobación de los Presupuestos en Consejo de Ministros, Montoro demostró seguir aferrado al eufemismo:
“No hay ninguna amnistía fiscal. En el proyecto de ley del Gobierno lo que hay es una regularización de rentas y de activos, que es una figura bien distinta, y, además, es una medida excepcional para un tiempo excepcional”.
Pero esa misma mañana otro compañero de Gabinete, Luis de Guindos, no había tenido problema en reconocerlo:
”Sí que hay amnistía fiscal aunque no sea plato de gusto para ningún gobierno”
Lo dicho: Alguien por aquí no rige.
Ya, cuando escucho que la amnistía fiscal no encubre ningún delito, me quedo de piedra. ¿Quéeeeeeeeeeeeeeee?
Los graves casos de corrupción conocidos esta semana demuestran que la amnistía fiscal se puede estar utilizando para blanquear dinero obtenido de forma presuntamente ilícita. Y no es que lo diga yo, que lo dice la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE).
Señor Montoro: Si usted NO garantiza el acceso a la información de la Amnistía Fiscal a los órganos encargados de combatir el fraude fiscal, la corrupción y el blanqueo de capitales (como son la Inspección de Hacienda, el Ministerio Fiscal, los Jueces y Tribunales y el SEPBLAC)…
…¿tiene usted la cara dura de decirme que no están encubriendo delitos?
La amnistía fiscal aprobada por el Gobierno en marzo pasado no sólo ha permitido que muchos defraudadores fiscales vean perdonadas sus culpas pagando una cuantía simbólica de impuestos. De paso está sirviendo, presuntamente, para blanquear capitales obtenidos ilícitamente.
Ya había advertido reiteradamente la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), que para acogerse a la amnistía fiscal no había que demostrar, ni siquiera manifestar, cuál era el origen del dinero que se pretendía amnistiar.
Por otra parte, tampoco se establecieron mecanismos para controlar el origen de la pasta. Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Dada la oscuridad de la declaración, ya ha habido varios casos de personas que estaban siendo objeto de investigación penal, que se han acogido a la amnistía fiscal.
La intención de estas personas era reintroducir en el circuito legal fondos obtenidos de forma presuntamente ilegal… En cristiano: blanquear dinero.
Repito, y van dos: Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Si la amnistía fiscal favorece el blanqueo de capitales, favorece, en consecuencia, la corrupción, Porque permite que los presuntos corruptos puedan disfrutar del dinero obtenido ilícitamente.
Para minimizar en lo posible el daño causado, deberían investigarse sistemáticamente el origen de los fondos acogidos a la Amnistía Fiscal.
Pero no se puede porque… Porque los Inspectores de Hacienda no pueden acceder a estos datos.
Repito, y van tres: Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Además, sería necesario que la Fiscalía, los Jueces y Tribunales tuviesen acceso a esta información, como dispone el artículo 95 de la Ley General Tributaria.
Y ya de paso, debería tener acceso también el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales, dependiente del Banco de España.
Pero como ni inspectores, ni Fiscalía, ni Jueces ni Tribunales ni el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales tienen acceso a esta información, pues lo lógico es pensar que la amnistía fiscal sirve para encubrir delitos.
Y solo un tonto pensaría lo contrario.
Seguimos:
El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas daba publicidad a la situación fiscal de un contribuyente, Luis Bárcenas, manifestando que no se había acogido a la Amnistía Fiscal.
Pero luego más tarde Montoro dice que “desconoce” si se ha acogido o no. ¿En qué quedamos?
En cualquier caso, si se supone que la información de la amnistía fiscal no se debe hacer pública ¿por qué la hacen pública en este caso?
La información de la Amnistía Fiscal deba ser utilizada en la lucha contra la corrupción, no significa que deba ser pública. En la actualidad, toda la información facilitada a la Agencia Tributaria es confidencial y no se puede hacer pública. Si el Gobierno quiere que parte de ella sea pública debe cambiar las leyes, empezando por el artículo 95 de la Ley General Tributaria.
O sea el Ministro de Hacienda, contraviniendo lo que explícitamente establecen las leyes, ha hecho pública la falta de presentación de una declaración.
Pues ya que el el Ministro de Hacienda considera que algunos datos de los defraudadores acogidos a la Amnistía Fiscal deben ser públicos… ¡que todos lo sean! ¡Denos los datos de los defraudadores!
Lo que es absolutamente inadmisible es que solo se hagan públicos los que convengan a los intereses de su partido.
Porque la Agencia Tributaria debería configurarse como un ente independiente del poder político. Y el Ministerio de hacienda jamás debería servir a intereses partidistas. Por último, la obsesión de Cristobal Montoro de echar mano a los recursos de los ciudadanos más vulnerables mientras sigue cubriendo las espaldas a las corporaciones y grandes fortunas que, paradójicamente, son los principales defraudadores fiscales, no es muy comprensible.
Desde luego, no es muy ética.
Según los informes del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda “el 72% del fraude fiscal lo hacen grandes empresas, un asunto que hace que el Estado pierda 90.000 millones de euros al año”.
En el 2103, uno de cuatro españoles estará en paro.
En este contexto ¿Montoro es tonto o irresponsable?
Fuente: http://allegramag.es/wp/montoro-es-tonto/
El dogma neoliberal ha causado y continúa causando tanto daño con la falaz idea de que el capital crea, por sí solo, riqueza.
Da pena ver a los incipientes historiadores (y filólogos) ir a protestar, contra las políticas neoliberales, cuando en las aulas universitarias, algunos con disfraz de científicos, les inoculan el pensamiento neoliberal, a través de las metodologías posmodernas, que les presentan a sus estudiantes como la última novedad. El profesor traiciona así al alumno, al presentar tales metodologías como desligadas de la política, cuando en realidad no es así.
Después del “boom” neoliberal en los 80 y 90, y dentro de una necesidad sistémico-capitalista por elevar la tasa global de ganancia, el capitalismo financiero tomó una fuerza sorprendente como la solución propuesta por los neoliberales ante tal problemática, bajo la falaz idea de que el capital crea, por sí solo, riqueza.
"Tal ideología, que ha alcanzado la categoría de dogma, ha dominado la sabiduría convencional de los establishments financieros (es decir, la banca, las compañías de seguros, los fondos de inversión de alto riesgo y otros instrumentos) que han influenciado en gran manera a las instituciones mediáticas y políticas del país. Tal influencia se ha realizado a través de fundaciones, instituciones, grupos académicos financiados por tales establishments, y economistas (con chaquetas llamativas o normales) promocionados en los mayores medios de mayor difusión del país. En realidad, la banca tiene una enorme influencia en la cultura académica económica (financiando congresos, trabajos de investigación económica -con claro contenido ideológico-, revistas económicas y un largo etcétera, siendo su influencia sobre el conocimiento económico semejante al que tiene la industria farmacéutica en el conocimiento médico). Y se encuentra por todas partes. Desde FEDEA a muchos departamentos de Economía Universitarios y Colegios de Economistas en este país. Todos ellos han estado reproduciendo el dogma neoliberal que ha causado y continúa causando tanto daño.
Y es muy fácil ver por qué han hecho tanto daño. Estas políticas neoliberales causaron las crisis y ahora dificultan la salida de ella. La desregulación financiera (característica del dogma neoliberal) fue la causa de la crisis bancaria causada por las actividades especulativas de la banca. Y las políticas fiscales regresivas aumentaron enormemente las desigualdades de renta y propiedad (con disminución de las rentas del trabajo), que facilitaron una pérdida de la capacidad adquisitiva de la población, causa de su enorme endeudamiento. Cuando este endeudamiento no pudo continuarse debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, se creó un enorme problema de demanda, paralizando la economía y disminuyendo con ello los ingresos al Estado (ya insuficientes por la regresividad de la política fiscal), disparándose el déficit.
La política de reducir el déficit a base de recortes de gasto público empeoró y continúa empeorando la situación, pues en un momento de parálisis de la demanda doméstica en el sector privado, lo que se requiere es un estímulo económico a base de aumentar el gasto público, invirtiendo en áreas de creación de empleo. Si en lugar de hacer esto se recorta tal gasto, se está empeorando todavía más la situación. Esto lo saben los estudiantes de primer año de Políticas Económicas y Políticas Públicas que no hayan recibido ya un lavado de cerebro por los economistas neoliberales."
(Vincenç Navarro) — con Juán Mármol.
Después del “boom” neoliberal en los 80 y 90, y dentro de una necesidad sistémico-capitalista por elevar la tasa global de ganancia, el capitalismo financiero tomó una fuerza sorprendente como la solución propuesta por los neoliberales ante tal problemática, bajo la falaz idea de que el capital crea, por sí solo, riqueza.
"Tal ideología, que ha alcanzado la categoría de dogma, ha dominado la sabiduría convencional de los establishments financieros (es decir, la banca, las compañías de seguros, los fondos de inversión de alto riesgo y otros instrumentos) que han influenciado en gran manera a las instituciones mediáticas y políticas del país. Tal influencia se ha realizado a través de fundaciones, instituciones, grupos académicos financiados por tales establishments, y economistas (con chaquetas llamativas o normales) promocionados en los mayores medios de mayor difusión del país. En realidad, la banca tiene una enorme influencia en la cultura académica económica (financiando congresos, trabajos de investigación económica -con claro contenido ideológico-, revistas económicas y un largo etcétera, siendo su influencia sobre el conocimiento económico semejante al que tiene la industria farmacéutica en el conocimiento médico). Y se encuentra por todas partes. Desde FEDEA a muchos departamentos de Economía Universitarios y Colegios de Economistas en este país. Todos ellos han estado reproduciendo el dogma neoliberal que ha causado y continúa causando tanto daño.
Y es muy fácil ver por qué han hecho tanto daño. Estas políticas neoliberales causaron las crisis y ahora dificultan la salida de ella. La desregulación financiera (característica del dogma neoliberal) fue la causa de la crisis bancaria causada por las actividades especulativas de la banca. Y las políticas fiscales regresivas aumentaron enormemente las desigualdades de renta y propiedad (con disminución de las rentas del trabajo), que facilitaron una pérdida de la capacidad adquisitiva de la población, causa de su enorme endeudamiento. Cuando este endeudamiento no pudo continuarse debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, se creó un enorme problema de demanda, paralizando la economía y disminuyendo con ello los ingresos al Estado (ya insuficientes por la regresividad de la política fiscal), disparándose el déficit.
La política de reducir el déficit a base de recortes de gasto público empeoró y continúa empeorando la situación, pues en un momento de parálisis de la demanda doméstica en el sector privado, lo que se requiere es un estímulo económico a base de aumentar el gasto público, invirtiendo en áreas de creación de empleo. Si en lugar de hacer esto se recorta tal gasto, se está empeorando todavía más la situación. Esto lo saben los estudiantes de primer año de Políticas Económicas y Políticas Públicas que no hayan recibido ya un lavado de cerebro por los economistas neoliberales."
(Vincenç Navarro) — con Juán Mármol.
lunes, 13 de mayo de 2013
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